LICENCIATURA EN DERECHO
LECTURAS DE TEORÍA POLÍTICA
NOMBRE DE LA ALUMNA
ILSE DENISSE AYALA CASTILLO
MAESTRO DE LA ASIGNATURA
LIC. PEDRO ROGERIO SILVA LÓPEZ
Los Mochis, Sinaloa, agosto de 2012
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EVOLUCIÓN HISTORICA DEL PENSAMIENTO POLÍTICO
Si consideramos que el pensar consiste en la acción de reflexionar o examinar
con cuidado algo para formar dictamen sobre ese algo y que la política, grosso
modo, es la actividad a través de la cual los grupos humanos toman decisiones
colectivas; entonces, el pensamiento político vendría a hacer aquella reflexión
sobre el cómo se toman las decisiones colectivas en los distintos grupos, pero
sobre todo en aquellos que tienen relación directa con el ejercicio del gobierno,
o mejor dicho, del poder político.
Ahora bien, dicha toma de decisión puede partir de una actitud cooperativa, la
cual comprende a la política como aquella actividad que forma a los seres
humanos al obligarlos a usar la palabra y la persuasión en la deliberación en
común de lo que a todos afecta; o bien, por otro lado, como consecuencia de
una visión que entiende a la política como el conflicto entre personas y/o
grupos con intereses contrapuestos, algunas veces irreconciliables, debido a las
visiones que del mundo tiene cada persona.
El pensamiento político como todo pensamiento es una capacidad humana, y
en este caso exclusiva de este animal racional, al que además Aristóteles calificó
de animal político, portador de ciertas habilidades del pensamiento como la de
percibir el bien y el mal, distinguirlos, formar ideas, y expresarlas
lingüísticamente.
Eso es en esencia el pensamiento político, el del hombre que vive en sociedad,
conformada en un Estado, y busca para él, la mejor forma de gobierno y
administración para lograr el bien común.
El pensamiento político es un pensamiento de medios y de fines, de estrategias,
de críticas fundadas, que se ejerce por parte de quien detenta el poder, para
encaminar su actuación a los fines previstos; y por parte de quienes son
oposición para controlar que no se desvíe en su propósito.
Es un tipo de pensamiento libre, en la búsqueda del mejor camino para todos, y
por ello difieren de una persona a otra los medios e incluso los fines
pretendidos. No es lo mismo el pensamiento político de la antigüedad griega,
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que el de Maquiavelo o el de Marx, pero coinciden en que todos tratan de
conformar el mejor estado posible.
Quien posee un pensamiento político, sabe escuchar, ver las carencias y
necesidades de su pueblo, pero no se queda en ello: piensa una idea, la
comunica, indaga en los medios con que cuenta, los organiza y selecciona, los
organiza en base a la idea, los reorganiza cuantas veces sea necesario, escucha
las críticas, repiensa su accionar, y finalmente ejecuta la acción.
Actualmente el pensamiento político es visto como inmoral, corrupto, y más
inclinado a satisfacer los propios intereses que los colectivos. Sin embargo el
error radica en creer que esas personas merecen llamarse políticos, pues su
pensamiento no es político, sino egoísta y mezquino, y en ciertos casos, hasta
antijurídico.
En la antigüedad la vida social constituía un núcleo en el que se entremezclaban
la religión, la cultura, la tradición, el poder, la economía, el derecho, etc.
El pensamiento político en la Antigua Grecia
La polis (ciudad-estado) es el marco de todos los pensadores políticos. La
politeia se encargaba de buscar la mejor forma de gobierno para la polis. La
justicia está legitimada por la divinidad.
La organización política no está escrita, y el poder es arbitrario. A partir del s.
XVII a.C., la escritura alfabética empieza a difundirse.
El concepto de leyes (nomos) no se refiere a unas leyes dictadas o impuestas,
sino que son usos, costumbres, normas... Los conceptos son relativos a cada
polis, cada una funciona de manera diferente. Rasgos:
Gozan de una zona urbana y otra rústica.
Tienen autosuficiencia económica.
Tienen Autonomía, independencia política.
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Tiene un control de la guerra. Entre los siglos VII y VI hay un cambio, y es que la
guerra ya no la pueden sostener los aristócratas, así que entran en guerra los
hopritas, ciudadanos griegos con recursos suficientes como para participar en la
guerra. Esto es fundamental para conseguir tomar parte en los asuntos
políticos.
Hay un cambio de mentalidad respecto a lo individual y lo común. Esparta es el
modelo de polis militarizada, de ahí que los valores más importantes son los de
los individuos.
Reformas de las polis:
En Atenas la tensión era permanente, había luchas por el poder entre las
familias. Las formas de gobierno son las tiranías, el gobierno por la fuerza, con
una autoridad personal.
Se trata de la reconquista de parte del poder político y social que se confirma
con la reforma de Solón. El objetivo es conseguir la estabilidad social. Las dos
reformas son:
Supresión de cargas. Evita la esclavitud por deudas.
Fijación de clases censitarias. Se establecen criterios económicos.
Por lo tanto, ahora no sólo hay criterios de familia para participar en la política y
tener los puestos de mando, sino también de renta.
En el siglo V a.C., se llevan a cabo una serie de reformas políticas. Pericles añade
un punto necesario para que el demos participe, la retribución de los cargos
públicos.
Las tres grandes instituciones de la democracia ateniense son:
1. El consejo de los ancianos (formado por 500 viejos).
2. Ecclesia. En la que participa todo el cuerpo del demos mediante el voto.
3. Se toman decisiones acerca de todo tipo de asuntos.
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4. Heliaia. Se debaten los asuntos de la justicia, es un tribunal de carácter
popular.
La Ecclesia podía desterrar a cualquier gobernante que hubiera actuado mal
(Ostracismo). Pero para que esto funcionase era fundamental la esclavitud y el
pago de una retribución.
En el s. V hay una expansión del comercio. El comercio tuvo gran importancia
en Grecia, sobretodo en Atenas. Se creó la Liga ático-délica, una unión
defensiva contra la amenaza persa. Una vez superada la amenaza, la liga se
mantuvo, y se crea un impuesto a pagar a Atenas. La crisis de este sistema
desencadenó en la Guerra del Peloponeso (429), que hará que se cuestione el
modelo de democracia ateniense (pierde Atenas).
Platón.
Nace en 427 a.C. Vive toda la guerra del Peloponeso y la crisis de la democracia.
Platón busca, ante esa crisis, una ciudad ideal. Crea La Academia en el 387 a.C.
en Atenas. En 367 Platón fue llamado por el tirano Dionisio a Siracusa, con el fin
de educar a su hijo.
Teoría política.
Su proyecto político no pretende ser un proyecto real. Para Platón, la polis ideal
es algo opuesto a la democracia ateniense. Las características de esta polis ideal
son abstractas: la virtud (areté), entendida como la excelencia política. Entra en
conflicto con los sofistas, porque éstos decían que la virtud era enseñable, que
era una técnica política (ellos enseñaban en casas, oratoria, etc). Frente a esto,
Platón considera que no todo el mundo es capaz de aprender esto, sino que
existe una predisposición natural que te hace más apto. Dice que los sofistas no
enseñan conocimiento real (el cual sólo lo poseen los filósofos), sino
charlatanería. Los filósofos poseen el conocimiento verdadero y son los que
deberían gobernar.
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El individuo se hace mejor con el conocimiento, la educación de los sabios
mejora al individuo y por tanto a la comunidad. Pero según Platón la mayoría
del demos es ignorante.
Obras.
La República.- Está estructurada en una ficticia discusión entre Sócrates y otros
personajes, preguntándose en qué consiste la justicia. Para Platón, la justicia es
el ideal. Platón dice que la justicia es el equilibrio entre todas las virtudes.
Platón realiza un análisis del in, distinguiendo tres tipos de alma
1. Domina el apetito Productores.
2. Domina el coraje Guerreros.
3. Domina la razón Guardianes GOBERNANTES.
La sociedad de la polis se divide en estos tres tipos (productores, guerreros,
guardianes). Es un modelo cerrado y una sociedad especializada.
Los productores han de cultivar la virtud de la templanza. El modelo educativo
es diferente al del resto. Han de tener una comunidad de propiedad.
Los guerreros han de ser educados en base a otro ideal, porque su virtud debe
ser la fortaleza. Han de tener comunidad de mujeres e hijos para no crear
sentimientos que debiliten el coraje.
Los guardianes han de ser educados para cultivar la virtud de la prudencia
(música, filosofía...) y de aquellos que demuestren la mayor capacidad saldrán
los gobernantes.
La polis perfecta es aquella en la que se da este equilibrio, y por lo tanto existe
justicia. Pero en la práctica, las formas que encuentran son la aristocracia
(gobierno de unos pocos), en la que se gobierna por pertenecer a la nobleza, y
no cumplen siempre con la prudencia, por lo que caen y se degeneran; así se
desemboca en la timocracia (gobierno por la fuerza), que se corrompe porque
abusa de la fortaleza (que es la virtud de los guerreros); la tercera forma de
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gobierno es la oligarquía, el gobierno de los ricos. Acentúa las desigualdades
sociales y no cumple con la templanza. Esto haría que el demos se rebelara, y se
instaure la democracia, un gobierno erróneo para Platón, porque es
individualista.
Para Platón la virtud máxima es la armonía, una “aristocracia” del saber, donde
los mejores ejerzan el gobierno de la polis.
También escribe un diálogo (El Político) y Las Leyes (que está sin terminar).
Muestran la evolución de Platón, que se va desengañando de la capacidad del
filósofo. En El Político acepta un compromiso con la realidad. El ideal es que
haya un filósofo, pero la única solución es que haya buenas leyes. En Las Leyes
demuestra que la felicidad se puede lograr con leyes escritas. El camino para
conseguir una ciudad feliz es la justicia, el equilibrio, la solidaridad y la piedad.
Las Leyes es un programa legislativo completo.
Aristóteles
Nace en el 384 y muere en el 322. En aquella época se contrataban filósofos
para la enseñanza de los hijos. Aristóteles fue discípulo de Platón en La
Academia durante 20 años. Buena parte de sus ideas serán una reacción crítica
de las de Platón. Aristóteles era un meteco (extranjero), por lo que no era un
ciudadano. Su obra más importante es La Política.
Teoría política.
Aristóteles, en el terreno político, no trata de crear una ciudad ideal, sino que
realiza un análisis más empírico, más realista. Para Aristóteles es importante la
recopilación de datos y aprender de ellos. Aristóteles será un tanto
conservador, en el sentido en que cierra los ojos ante la nueva realidad histórica
(el imperio), y sigue analizando el marco de la polis.
Otro punto de la teoría política de Aristóteles es su relación con la ética. La ética
sólo se puede lograr en la polis. El hombre alcanza su perfección al relacionarse
en la polis, al socializarse. Aristóteles considera que el individuo no es
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autosuficiente, sino que es un animal político, cívico (zoon politikón), que vive
en la polis. Dentro de este marco, va a buscar la mejor forma de gobierno.
Hay que tomar todos los elementos útiles para lograr dos cosas: el progreso y la
estabilidad de la mayoría (bien común). Esta polis no debe producirse por
reformas radicales, si con medidas revolucionarias. Es decir, de manera
violenta. Dentro de esta vida feliz, Aristóteles tiene una idea de civilización: la
que define al hombre a diferencia de las bestias, porque el hombre es capaz de
la comunicación social El hombre social está definido por la logos (razón y
lenguaje).
El hombre se organiza por familias, tribus y de ahí nacen las ciudades. Todos los
hombres son capaces de practicar unas cualidades políticas, cívicas, que resume
en tres virtudes: justicia, amistad, prudencia (“punto medio”). El hombre capaz
de cultivar las tres virtudes será el perfecto ciudadano, y el que se deberá de
ocupar de los asuntos de las polis. Además considera que entre los dos grandes
bloques (ricos y pobres) debe haber un fuerte grupo intermedio.
Respecto a la sociedad, Aristóteles reconoce por primera vez que además del
componente político, hay un componente económico indispensable. Los
hombres dedicados a la política necesitan además una buena educación y
tiempo. Esto es posible mediante la mano de obra esclava. Aristóteles define al
esclavo como un instrumento animal. Cree que ese es el precio que debe pagar
la civilización griega para que el hombre logre vivir bien. También dice que el
hombre para realizarse debe disponer de un ocio, y ese ocio exige que exista
trabajo forzoso.
Respecto a la constitución de las polis. El gobierno de las polis debe ser mixto,
en el que sean compatibles la voluntad de la mayoría y el gobierno de los más
capacitados. Los elementos fundamentales serían:
La deliberación de los temas políticos. Una administración para los asuntos públicos. Funciones judiciales.
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Respetando esos elementos, se constituirá un orden estable, y por tanto, la
justicia.
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2. Teorías políticas y jurídicas de la Roma esclavista (II a. c. II d. c.)
1. Característica general de las teorías políticas y jurídicas de la antigua Roma.
Las teorías políticas y jurídicas de la antigua Roma, en una exposición
sistemática, o en esbozos más o menos claros, no aparecieron hasta el siglo
II a. de c. Además, solamente obtuvieron un importante desarrollo las
concepciones relativas al Estado y el derecho que sustentaron los
representantes de la clase dominante. Las esperanzas y aspiraciones de las
masas oprimidas no recibieron en la antigua Roma una expresión sistemática,
clara y consecuente.
Corresponde señalar una serie de rasgos específicos en las teorías políticas y
jurídicas de la antigua Roma. En primer término, en todas ellas, en mayor
grado que en las de la antigua Grecia, se refleja el carácter irreconciliable
de las contradicciones de clase de la sociedad esclavista, ya que hacia los
siglos II y I a. de c. la sociedad esclavista romana alcanzó el grado más alto de
desarrollo. Con la mayor nitidez y agudeza se manifestaron en ella las
contradicciones, inherentes a la formación social económica esclavista, que la
llevaron a su hundimiento.
En segundo término, en todas ellas se hace uso ampliamente de la idea
del Estado mundial, que obtuvo una vasta divulgación en Grecia, en los
tiempos de las monarquías helenistas. Pero se dota a esta idea de una
fundamentación no sólo religioso-filosófica, sino también jurídica mediante
la prédica del cesarismo, o sea, el poder ilimitado de los emperadores
romanos.
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Ya hacia el siglo II a. de c., Roma había rebasado los marcos de ciudad-
Estado, para convertirse en un vasto imperio esclavista. La necesidad de
mantener en la sumisión a la inmensa cantidad de esclavos, de reprimir el
creciente descontento de los campesinos y artesanos que se iban
arruinando, y de asegurar el sometimiento de los pueblos de los países
conquistados, dio vida a la teoría del imperio mundial encabezado por una
persona con poder ilimitado y, además —según el modelo de las monarquías
orientales—, endiosada. Para la clase gobernante se hizo evidente que el
régimen republicano del Estado romano, nacido en las condiciones de la
pequeña comunidad urbana, con contradicciones de clase no desarrolladas,
no servía para resolver las nuevas tareas que ahora se planteaban ante el
Estado esclavista. En tercer término, en todas ellas se dedica mucha más
atención a los problemas prácticos de la aplicación del derecho.
En cuarto término, se empiezan a notar en ellas los brotes de postulados
propios de la sociedad feudal. La aparición de elementos de la ideología feudal
tuvo su origen en el hecho de que en el seno de la sociedad esclavista romana,
durante el período de su desintegración, comenzaron a formarse las
relaciones sociales feudales, y a constituirse las correspondientes
instituciones políticas y organismos jurídicos.
La necesidad de asegurar la regulación jurídica de las complejas relaciones
sociales del Imperio romano, y de resolver los problemas de la política
exterior con su orientación agresiva, originó un gran interés por los problemas
del derecho y el practicismo de la jurisprudencia romana.
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Los historiadores burgueses explicaron esta peculiaridad por las
características nacionales de tipo psicológico de los romanos, que, a su
juicio, se distinguían de los griegos por un mayor sentido práctico. Pero
este practicismo romano no es una propiedad innata, sino que se fue
formando en determinadas condiciones históricas, que requerían la solución
urgente de los problemas en maduración de la sociedad esclavista.
2. Las teorías políticas y jurídicas de la sociedad esclavista romana durante los
siglos II y I a de c.
Durante los siglos II y I a. de c. tuvieron lugar sustanciales cambios en la
sociedad esclavista romana. Roma, de pequeña comunidad urbana que era, se
había convertido en un vasto Estado esclavista que, mediante una política
agresiva, se apoderó de una serie de territorios en la cuenca mediterránea. El
desenvolvimiento del modo esclavista de producción provocó una acentuación
en la lucha de clases, no solamente entre esclavistas y esclavos, sino también
entre los diversos sectores de la población libre, o sea, entre los terratenientes
y los campesinos que se estaban arruinando.
Se agudizaron las relaciones mutuas entre los romanos y los pueblos por ellos
sometidos, con respecto a los cuales se realizaba la política de “dividir para
gobernar”. (Divide et impera).
Los cambios operados en la base de la sociedad esclavista de la antigua Roma,
en la correlación de fuerzas de clase y en la situación inter-nacional, requerían
las correspondientes modificaciones en la parte estatal y jurídica de la
superestructura.
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La estructura estatal de Roma, adaptada a la comunidad urbana y exaltada por
el historiador griego Polibio como modelo de forma mixta y armónica de
gobierno, se fue quebrantando en la tormenta de la guerra civil. Una serie de
dictaduras militares implantadas en Roma a fines del siglo I a. n. e. fueron las
etapas transitorias hacia la monarquía, que para la clase dominante
representaba la forma más conveniente de gobierno con el fin de poder
reprimir a los esclavos y a la parte libre de los trabajadores, así como también
para retener el poder sobre los pueblos sometidos.
Cabe señalar también los radicales cambios operados en la vida y el modo de
ser romanos.
Pertenecen al pasado la valentía y sencillez de costumbres. Los representantes
de la clase dominante emulan entre sí en lujo; comienza a penetrar
profundamente en su ambiente el relajamiento y la descomposición moral. Los
campesinos y arte-sanos que se habían empobrecido viven a expensas de las
migajas que reciben del Estado. Los pretendientes a los cargos públicos, en su
deseo de asegurarse la mayoría de votos entre los des-poseídos, buscan
ganarlos mediante limosnas y diversiones gratuitas, lo cual introduce una gran
desmoralización en las filas plebeyas.
Todos estos cambios se tradujeron en las concepciones políticas y
reivindicaciones pro-gramáticas de los representantes de las clases en lucha.
Durante el siglo II a. de c., los intereses de la clase dominante hallan su
expresión en las concepciones políticas características de Catón el Mayor*.
Acerca de la ideología de los esclavos se puede juzgar por las medidas que
trataron de poner en práctica los dirigentes de los esclavos sub-levados en
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Sicilia. Los intereses de los campesinos trabajadores se reflejan en las
reivindicaciones programáticas de los hermanos Graco.
La falta de claras perspectivas de lucha contra los explotadores y del propósito
de acabar con el modo esclavista de producción, es lo característico en las
concepciones políticas de los esclavos sublevados en aquella época.
Al caracterizar la lucha de los esclavos contra sus opresores, V. I. Lenin hace
notar que éstos
“...se sublevaban, organizaban rebeliones, emprendían guerras civiles, pero
nunca podían crear una mayoría consciente capaz de dirigir la lucha de los
partidos, no podían comprender claramente hacia qué objetivo marchaban, e
incluso en los momentos más revolucionarios de la historia siempre resultaron
ser juguetes en manos de las clases dominantes”.1
Así, por ejemplo, durante la sublevación esclava siciliana, en los años 138-132 a.
de c., los rebeldes trataron de organizar su propio Estado, en el cual, Euno, su
jefe, fue proclamado rey y adoptó el nombre de Antioco —rey que gozaba de
popularidad en Siria—; mantuvieron una actitud de veneración supersticiosa
frente a su jefe, creyendo que podía predecir el futuro e interpretar los sueños.
1V. I. Lenin, Obras completas, ed. rusa, t. XXIX, pág. 449.
El Estado de los esclavos sublevados se organizó al modo de las monarquías
helenistas, pero la esclavitud no fue suprimida totalmente, puesto que sólo los
que se habían adherido a la rebelión obtuvieron su libertad.
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El movimiento de los campesinos, arruina-dos a consecuencia del desarrollo del
modo esclavista de producción, contra los grandes terratenientes y usureros, en
los años 134 y 124 a. de c., bajo la dirección de los hermanos Graco, sufrió una
derrota. Estos dirigentes se habían planteado el objetivo, evidentemente
utópico, de restablecer la propiedad pequeña y mediana de la tierra, que, en las
condiciones del desarrollo del modo de producción existente, estaba
condenado al fracaso.
En el siglo I a. de c., las contradicciones ya mencionadas se habían acentuado
aún más, lo cual halla su expresión en las concepciones políticas y jurídicas de
Cicerón, Salustio y otros, y en las reivindicaciones programáticas de los jefes de
los propietarios urbanos, Catilina y otros, y también en los de los esclavos
(Espartaco).
Las concepciones de Cicerón, famoso orador y estadista romano (años 106-43
a. de c.), están expuestas en forma sistemática en sus tres obras: Del Estado,
De las leyes y De los deberes. De origen ecuestre, se destacó como gran
orador y estadista. Al principio de su actividad se adhirió al partido democrático
popular, convirtiéndose después en ferviente partidario de la aristocracia.
Su teoría relativa al Estado y el derecho no se distingue por su originalidad y
representa una unión ecléctica de las ideas de Platón, Aristóteles, Polibio y los
estoicos. Pero su sistema de concepciones tiene interés por cuanto traduce en
forma precisa los ideales y el estado de ánimo del sector aristocrático de los
esclavistas romanos.
Es continuador de la escuela estoica y, en el espíritu de las teorías de ésta, exige
de los ciudadanos participación activa en la vida del Estado. Insta a servir
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abnegadamente al Estado esclavista, en el que gobiernan “los mejores”, o sea,
la aristocracia esclavista.
En la teoría de Cicerón sobre las clases y los sectores sociales se manifiesta con
especial nitidez la ideología de la nobleza esclavista romana.
Toda su simpatía se vuelca hacia los optimates, la nobleza y los grandes
terratenientes.
Estos, a su juicio, constituyen el sector más honorable de la sociedad. ya que se
dedican a una labor ventajosa, agradable, y la más digna de un hombre
mundano. Los usureros y recaudadores de impuestos pertenecen a una
categoría de hombres cuya ocupación provoca el odio del pueblo.
También son indecorosos los oficios vulgares de los obreros asalariados,
quienes reciben remuneración a cambio del trabajo físico, ya que se ven-den
como esclavos por dinero. Mantiene una actitud igualmente hostil frente a los
pequeños comerciantes y artesanos. Pero estima como ocupaciones honorables
la arquitectura, la medicina y todas las profesiones “decorosas” que requieren
una instrucción especial. No merecen su reprobación los grandes comerciantes,
a condición de que sean, a la vez, terratenientes.
Es característica su actitud frente a los dos partidos políticos de ese tiempo en
la antigua Roma: los optimates y los populares.2
2Optimáticos: partidarios de la optimatía, gobierno de los "mejores hombres", de los más selectos. Populares:
partidarios de la democracia, gobierno del pueblo.
A su juicio, los optimates son hombres no corrompidos moralmente y sensatos,
no aplasta-dos por deudas; no son inmorales ni insolentes por naturaleza, y no
están poseídos por la cólera; son los pudientes. En cambio, dice, a los populares
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se adhieren “los inquietos partidarios de innovaciones, renegados temerarios
cuya pasión frenética halla satisfacción en las guerras intestinas y en la facción”.
Así, pues, Cicerón se muestra aquí con bastante claridad como partidario de los
grandes propietarios, de la aristocracia esclavista.
La esencia de clase de sus concepciones se revela con mayor nitidez aún en sus
razonamientos teóricos referentes al Estado.
Cicerón define el Estado como cosa del pueblo (res pública). Pero no
considera pueblo a toda concentración o multitud. Este, a su juicio, sólo lo
constituye una unión de personas basada en la comunidad de derechos y en la
utilidad común. Sin embargo, él mismo pone al descubierto la esencia de clase
de su concepción relativa al Estado, al afirmar que el objetivo de todo Estado es
el de proteger los intereses patrimoniales, y que la defensa de la propiedad
privada es el primer deber del poder.
Su afirmación de que el Estado se basa en la idea de la justicia y que ésta no
existe donde el poder se basa en la arbitrariedad y la violencia, resultó
hipócrita, pues sus actos, cuando llegó al poder, contradijeron abiertamente las
concepciones que había postulado. Por sentencia propia, sin intervención de
tribunales, fueron decapitados los partidarios de Catilina que estaban en la
prisión.
En la solución del problema relativo a las formas del Estado, sostenía las
posiciones de Po-libio; dio preferencia a la forma mixta y, de manera un tanto
imprecisa, se pronunció por la implantación de una dictadura militar.
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Sus oscilaciones reflejaban la aspiración del sector superior de la clase esclavista
de liquidar el régimen republicano, que debido a la extremada agravación de
las contradicciones se volvió in-aceptable para dicha clase.
Referente a los problemas del derecho, re-produjo, con algunas modificaciones,
la teoría del derecho natural de los filósofos griegos, y en par-ticular de los
estoicos. Veía la esencia del derecho en la razón auténtica, expresión de la
justicia que prescribe a los hombres leyes eternas e inmutables.
Declaró categóricamente que si las leyes que rigen en un Estado determinado
contradicen a la justicia, no son tales leyes.
Es necesario, sin embargo, hacer notar que, como ideólogo de los esclavistas,
estimaba justo, claro está, todo lo que no discrepaba de los intereses de la clase
dominante, y no planteaba en absoluto el problema de la justicia o injusticia
con respecto a los esclavos.
La concepción idealista y metafísica de Cicerón lo lleva a un callejón sin salida.
Estimaba como derecho solamente lo que responde a la idea de justicia, y lo
confundió con la moral, e incluso con las leyes naturales.
Considera el derecho civil romano como parte del derecho natural, lo cual se
halla en contradicción con su propia afirmación acerca de la disonancia entre
uno y otro. Tampoco logra dar una respuesta satisfactoria al problema sobre la
correlación del derecho civil y el de gentes (jus gentium), el cual, según él,
coincide, por un lado, con el natural, y, por otro, constituye una parte del civil.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 19 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
También en los problemas del derecho internacional expuso una serie de
consideraciones.
Sobre todo, razonando acerca del carácter de las guerras, diferenciaba éstas en
justas e injustas.
Estas últimas, según él, eran las que se libraban sin causa ni declaración formal.
Estimaba justas.
En cambio, las guerras de rapiña y de con-quista que hacía Roma, siempre que
respondieran a las características por él indicadas; la exigencia de una
declaración formal de guerra resultaba ser, así, una simple exhortación a
cumplir las normas del derecho internacional.
La teoría de Cicerón sobre el Estado y el derecho refleja, por lo tanto, de
manera relevante, las agudas contradicciones de la sociedad esclavista romana
y representa el arma ideológica de la aristocracia en su lucha contra las masas
populares.
Concepciones muchísimo más democráticas sostuvo el historiador romano
Salustio (años 86- 34 a. de c.), cuyo ideal histórico era la vieja república romana,
en la que proponía establecer relaciones correctas entre el senado y el pueblo.
Sometió a una dura crítica a la nobleza y sus vicios. Pero, pese a todo, mantuvo
una actitud desdeñosa frente al pueblo, considerando que éste carecía de
sabiduría y sagacidad políticas y que debía subordinar-se al senado como el
cuerpo al alma.
La agudización de las contradicciones de clase en éste tiempo halló su
expresión en la vasta rebelión de esclavos bajo la dirección de Espartaco, y en el
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 20 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
movimiento de las masas de desposeí-dos libres, encabezado por Dellabella,
Celio, Rufo, Catilina y otros.
Como ya se ha señalado, los esclavos sublevados y las masas libres
desheredadas carecían de una clara perspectiva en su lucha. Espartaco, por
ejemplo, no planteó ante los sublevados el objetivo de destruir totalmente la
esclavitud. En el movimiento encabezado por Catilina se elaboró un Programa
de anulación de deudas para los pobres y la restricción del poder del senado.
Los objetivos esbozados en ese programa eran muy limitados, y los propios
organizadores de la sublevación estaban muy poco vinculados con las masas
populares, motivo por el cual las tentativas de Catilina, de dar un golpe de
Estado, terminaron con un fracaso.
Igual suerte corrieron otros intentos análogos.
3. El renacimiento.
La diferencia entre la edad antigua y la edad moderna, es tan evidente incluso
exagerada, que es necesario separarlas para su comprensión, pero los ideales
políticos que nacen a lo largo de la historia están entrelazados.
El Renacimiento, que arranca en la Edad Antigua y concluye en la Edad
Moderna, resucitó en la cultura europea los valores formales y espirituales de la
antigüedad, y significó el retorno a las fuentes de la cultura clásica de Grecia. En
otras palabras, la modernidad se inicio regresando al pasado, al pasado
grecolatino.
El Renacimiento significa también una nueva era de la razón y de las ciencias, lo
cual dio paso fundamental a la estructura política, social y económica en la que
actualmente vivimos.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 21 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
La idea del estado nacional S. XV-XVII.
El Estado nacional es una sociedad homogeneizada por un proceso de
continuidad social y de articulación económica que tiene origen en el
Capitalismo dando lugar a las clases sociales.
La homogeneización es la descampesinización. Esto es, el campesino tiene
poder de consumo.
La articulación económica es la concurrencia de la sociedad en la producción a
través de la industria comercio, finanzas, servicios (articulación hacia delante),
agricultura, ganadería, minería (articulación hacia atrás).
Se dice que tiene origen en el Capitalismo porque sólo el capital podría producir
la máquina (base de la industria).
Y se dice sociedad continua porque hasta antes del Capitalismo el Estado era
estamental, y porque con el Capitalismo el hombre es libre, ya no está atado a
la tierra. La sociedad se totaliza en una contextura continua.
Nicolás Maquiavelo.
(1469 - 1527)
El pensamiento político de Maquiavelo se encuentra ampliamente difundido en
la actualidad desde su clásica obra “El Príncipe”, sin embargo otros escritos más
que interesantes revelan otras facetas adicionales y hasta contrapuestas sobre
sus concepciones políticas. En consecuencia, en su obra “Los discurso de Tito
Livio”, algunos especialistas concuerdan que allí florece un pensamiento de
corte republicano centrado en la defensa de las libertades de las mayorías.
Por otro lado, en El Príncipe el autor pretender describir la política de su tiempo
tal cual es, sin ningún miramiento hacia el orden del deber ser; distanciando
efectivamente la moral de las acciones políticas.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 22 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
Conformemente a lo anterior la mayoría de las narraciones del “El Príncipe”
están ordenadas, primero con el relato de situaciones políticas empíricas, y
luego con un análisis de dichas situaciones desde la lógica del mantenimiento
del poder.
Por ello las distintas descripciones que aparecen en esta obra apuntan siempre
la conservación del poder para el establecimiento de un cierto orden; siendo
éstas reflexiones habituales en todo pensador político de crisis. En este sentido,
el orden que debe conservar el Príncipe se centra siempre en el dominio del
Estado y sus resortes vitales de poder.
Todos los consejos y opiniones que emite Maquiavelo en El Príncipe están
despojados de miramientos de órdenes morales y preocupaciones de índoles
religiosas. Así, por primera vez en la tradición de discurso político, el Estado-en
tanto elemento coacción- será puesto en el centro de la reflexión desde una
perspectiva empírica y realista.
La teoría política moderna comienza en el Renacimiento y en el análisis que
Nicolás Maquiavelo hace del poder y del Estado. Su aproximación realista
significó una ruptura con la tradición medieval que durante muchos siglos había
entendido la política como algo inseparable de la religión y la moral. Con
Maquiavelo el poder se convertirá en un mecanismo de estudio a través de las
técnicas o principios de posible aplicación universal. Fundamentándose en la
observación de los hechos y en su convicción de que la naturaleza de los
hombres es constante e inalterable en muchos sentidos, Maquiavelo construye
una teoría capaz de predecir y explicar las realidades políticas. “El Príncipe” es
un manual práctico para gobernar y mantener el poder sin caer en las trampas y
los engaños de los hombres. Según Maquiavelo, la religión y la moral pueden
ser utilizadas para consolidar el poder pero el funcionamiento de éste es ajeno
de aquéllas. Aunque sean inmorales, los fines políticos justifican siempre los
medios empleados.
El problema de Maquiavelo no es legitimar el poder sino mantenerlo basándose
en la fuerza y la astucia, ya que estos son los únicos elementos capaces de
explicar la caída de imperios y gobiernos. De esta forma, Maquiavelo lo que
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 23 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
pretendía era enseñar cuáles son los mecanismos del gobierno, cómo se puede
consolidar y fortalecer el Estado y qué errores llevan a la decadencia y a la
ruina. En este sentido, la modernidad de Maquiavelo, paralela a la incipiente
revolución copernicana, retoma la secularización anunciada por Aristóteles y
Marsilio de Padua, y la lleva a los umbrales de la ciencia positiva.
Maquiavelo considera que la fuerza es el único medio para incrementar y
mantener el poder. Ya que la ambición natural de los hombres y de los estados
hace que tras las fronteras amenace siempre la hostilidad de la guerra, la
educación y el oficio del príncipe deberán estar dirigidos a conocer el arte de la
guerra, ya que descuidar este oficio conduce directamente al fracaso.
En “El Príncipe”, Maquiavelo distingue entre las “buenas leyes” y las “buenas
armas” como ingredientes fundamentales para la consolidación de cualquier
Estado.
Por “buenas armas” Maquiavelo entiende las fuerzas nacionales permanentes y
disciplinadas de ciudadanos que aman su nación, no ejércitos de mercenarios
dispuestos a venderse al mejor postor.
En la filosofía maquiavélica existen dos abstracciones teóricas ineludibles: la
fortuna y la virtud. Frente a la imprevisibilidad del azar (fortuna) Maquiavelo
propone la virtud, o combinación compuesta por la fuerza, el valor, la capacidad
de resolución, la inteligencia, la astucia y la estrategia. El objetivo fundamental
de los escritos de Maquiavelo es la capacidad de imposición y de
reconocimiento por los demás y este punto nos adentra en una dimensión clave
de la política y del mundo actual. “El Príncipe” puede ser visto como un gran
tratado para el arte de la manipulación de la imagen, no es necesario ser bueno
y honrado sino parecerlo. Para Maquiavelo, siempre hay una razón de Estado
que justifica y en ocasiones hace necesario el empleo de la violencia y la
crueldad. Es en este punto cuando se pregunta si vale más ser amado que
temido. Debido a la condición pesimista del florentino, concluirá que vale más
ser temido que amado ya que la naturaleza del hombre le hace ser ingrato y
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 24 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
tardan mucho menos en agredir al que aman que al que temen porque el amor
lleva al exceso de confianza y a la falta de respeto. Sin embargo, el temor no
debe convertirse en odio o desprecio hacia el príncipe.
“Como los hombres son malos y no mantendrán su palabra contigo, tampoco tú
estás obligado a mantenerla con ellos”.
Según Maquiavelo, la opinión de la mayoría debe ser despreciada ya que la
capacidad crítica e intelectual de la masa es casi inexistente.
“El vulgo es reducido siempre por la apariencia y por los acontecimientos; ¿y no
es el vulgo lo que constituye la muchedumbre?”.
En el Renacimiento, Nicolás Maquiavelo (1459-1527), apartándose de la
tradición religiosa que todo lo atribuía a Dios, realizó un análisis histórico y
entendió la política como un conjunto de las relaciones humanas en la que es
posible identificar tendencias constantes. En sus obras Los discursos sobre la
primera década de Tito Livio; y El Príncipe, analiza y critica los fenómenos
políticos y se propone dar consejos a los gobernantes de su tiempo.
En el príncipe, hace una clasificación bipartita de las formas de gobierno, al
afirmar que todos los Estados o son repúblicas o son principados (monarquías),
fundamenta su clasificación tomando en cuenta no razones éticas como
Aristóteles, sino con argumentos tomados de la diferente estructuración
jurídica del órgano supremo del Estado.
Maquiavelo supo conquistar la autonomía para la ciencia política, en cuanto al
tratamiento científico de la nueva disciplina, cuyo objeto específico sería en
adelante, el Estado. Y a ese objeto hay que estudiarlo no por deducciones
metafísicas, sino por los métodos de observación directa de la ciencia moderna,
ateniéndose a la verdad efectiva de las cosas.6
6 Robledo Gómez, Antonio, prefacio a El Príncipe, Maquiavelo, Nicolás, ed. Porrúa. México, 2003.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 25 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
Juan Bodino.
Nació en Francia (1530-1596). En el siglo XVI no había forma de afianzar al
Estado francés y unificarlo, porque el pueblo estaba dividido por los problemas
religiosos (católicos y protestantes), Se rebeló contra la influencia aristotélica
de la teología política, escribió la obra Los seis libros de la república, para
defender la tolerancia religiosa, considerándola la base de la existencia del
Estado. En dicha obra se refiere a los problemas de la definición del Estado, a la
soberanía, y por primera vez se nos da la diferencia entre formas de Estado y
formas de gobierno.
Juan Bodino se nos presenta como un defensor del concepto de soberanía y de
su titularidad en el monarca no como el trovador de las glorias del Estado
nacional ya consolidado, sino precisamente como el hombre político
preocupado por la crisis, quizá la primera crisis que pasa el Estado nacional al
momento de enfrentar la diferencia de religiones en su seno y de tener que
hacer frente al crecimiento de una fuerza política nueva que habrá de
manifestarse con excepcional vigor en el seno del propio Estado.
Esta fuerza era el protestantismo que había llegado, por ejemplo, en La.
Rochela, a manifestar pretensiones de autonomía. No es pues sólo la afirmación
del Estado nacional como figura política central de la época del Renacimiento la
que da lugar a la gran teorización sobre la soberanía sino la pugna -y aquí
vemos nuevamente el carácter polémico del término- de ese Estado que había
alcanzado su primer grado de consolidación, frente a poderes que trataban de
enfrentársele, particularmente la iglesia, pero ahora en una nueva dimensión,
ya no el Papa, ya no la autoridad de Roma, sino las corrientes políticas que
manifestaban una disidencia, precisamente frente a la autoridad papal y que de
alguna manera ponían también en peligro la soberanía del Estado nacional.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 26 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
Este hecho histórico es fundamental para entender la concepción bodiniana de
la soberanía, Bodino finca con toda claridad el hecho de que el Estado tiene
como elemento definitorio a la soberanía.
Es célebre la definición de Bodino respecto de la República como el recto
gobierno de varias familias y de lo que les es común con potestad soberana, es
decir, constituye un elemento de definición de la unidad política de la República
su soberanía. ¿Qué entiende Bodino por soberanía?, la define como el poder
absoluto y perpetuo de la República. No puede dejarse de apreciar la tautología
de los términos bodinianos, dado que la República se define en función de la
soberanía y la soberanía se define en función de la República. Este es un punto
en el que se ha profundizado poco, porque no se ha manifestado con claridad la
razón de esta apreciación tautológica de Bodino; es cierto que por otra parte,
también le da un contenido específico a la soberanía al decir que es la autoridad
sobre los súbditos no sometida a ley, sin embargo reconoce simultáneamente
que esa autoridad está limitada por las leyes divinas, por las leyes naturales, e
incluso, por lo que podríamos denominar ciertos principios generales de
Derecho o las leyes fundamentales del reino, como la Ley Sálica. Estas
contradicciones que aparecen en su obra no reflejan sino la realidad histórica
contemporánea. La tesis central de Bodino, va hacia la afirmación de la
monarquía, la defensa de la soberanía del monarca como garantía de la
sobrevivencia de la República. Aquí es preciso hacer una reflexión importante,
no hay autor que al abordar el tema de la soberanía no parta de una posición
política específica, el análisis de la soberanía implica necesariamente una tome
de posición política por parte del analista, e incluso quienes han pretendido
hacer abstracción aparente de la política para estudiar la soberanía, como es el
caso de Kelsen, han adoptado en principio una actitud política, que es la de
rechazar la referencia de la soberanía a una definición política específica, pero
al mismo tiempo han despojado a la soberanía, como lo dice acertadamente
Heller, de su contenido fundamental que es precisamente su carácter de hecho
político. De ahí que deba también dejarse asentado que todos los escritores
que han abordado el problema, y nadie que lo intente puede dejar de hacerlo,
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 27 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
están influidos por una idea política concreta. En Bodino esta idea era la
necesidad de un poder central fuerte capaz de hacer frente a las fuerzas que
intentaban disgregar al Estado. Su, punto de partida es similar al de
Maquiavelo, pero Bodino aborda la tarea de justificar ética y filosóficamente
ese poder.
Este es el punto en el que debe hacerse énfasis respecto del pensamiento de
Bodino, quien no es solamente un filósofo o un pensador especulativo ajeno a
su realidad, hay que recordar que fue diputado por el tercer Estado en el año de
1576 y que era un político práctico que veía los problemas del desgarramiento
de la lucha política en el interior de su país, se dice incluso que estuvo a punto
de ser muerto la célebre Noche de San Bartolomé en 1572. De este modo, pues
el pensamiento de Bodino nos refleja básicamente la necesidad de justificar,
ahora frente a estas nuevas fuerzas sociales que ponían en peligro el poder del
monarca, el poder soberano de éste. Para llegar a esa conclusión Bodino debe
definir primero al Estado, y tiene que encontrar como elemento definitorio a la
soberanía. Cuando hace referencia a la soberanía en concreto, como poder
supremo, no le queda más remedio que vincularlo a la organización política
misma: poder absoluto y perpetuo de la República. Absoluto porque no está
sometido a otro poder y perpetuo porque no tiene limitación en el tiempo.
La primera objeción que se podría hacer a la apreciación bodiniana de que la
soberanía es del monarca y al mismo tiempo es perpetua, es que el monarca no
es perpetuo. Hay en esa posición un elemento institucionalista desde el
momento en que podría argüirse que no es al soberano al que le está atribuida
la soberanía sino a la corona como institución que encarna sucesivamente en
distintos titulares o monarcas.
Por otro lado, Bodino al hacer la descripción específica de en qué consiste ese
poder absoluto y perpetuo de la República nos lo presenta en el sentido político
como la capacidad de imponer la obediencia a los súbditos la cual no está
sometida a leyes. En ese sentido Bodino hace una descripción política del
término, como poder supremo que a su vez es generador de Derecho desde el
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 28 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
momento que ese poder se manifiesta mediante la capacidad de dictar la ley a
los súbditos independientemente del consentimiento de éstos.
Vemos que en el pensamiento bodiniano soberanía es en estricto rigor poder
legislativo y así lo dice el propio Bodino: la facultad de dictar la ley. Hace
después una referencia a las marcas de la soberanía señalando que entre ellas
se encuentran la capacidad de nombrar funcionarios, la de emitir moneda, la de
cobrar impuestos, la de decidir acerca de la paz y de la guerra, etc., pero
finalmente todas ellas el propio Bodino las resume precisamente en la
capacidad de dictar la ley. El pensamiento político de Bodino afoca con toda
claridad el punto medular del poder soberano que es precisamente esa
capacidad de imponerse a todos los demás poderes y de no estar sometido a su
vez a un poder, superior ni a una norma jurídica previa pero aquí Bodino se
encuentra con que, sin quererlo, ha tropezado con el pensamiento de
Maquiavelo en el sentido de que la única justificación del poder es el poder
mismo y su concepción ética e incluso religiosa y las condiciones de la época le
llevan a plantear en el momento mismo en que llega a esa conclusión, la
necesidad de encontrar elementos limitativos de la soberanía.
Al decir que el soberano no está sujeto a las leyes, quiere decir que no está
sujeto a leyes humanas, es decir, que no está sometido a otro Derecho dictado
por otra voluntad porque entonces sería esa otra voluntad la soberana, pero sí
está sometido a la voluntad de Dios, en cuanto a las leyes divinas y a las leyes
naturales que de ellas emanan; pero ello no es aún suficiente, Bodino se
percata de que independientemente de las leyes divinas y las leyes naturales
existen algunos principios que son derivados de la propia ley humana y que en
su manera de concebir la soberanía no podrían quedar sujetos a esta capacidad
decisoria, tales son por ejemplo las leyes fundamentales del reino, la ley de la
sucesión de la corona o la necesidad de respetar los bienes de los particulares,
ahí le impone una limitación al soberano en cuanto a que debe respetar los
bienes de los particulares y no apropiarse de ellos en virtud de que de otra
manera estaría contrariando un principio general de Derecho, dejando sólo a
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 29 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
salvo la posibilidad de que la ocupación de los bienes de los particulares sea
indispensable para salvar a la República como unidad. Aquí aparece también en
Bodino la idea de la razón de Estado, es decir la supremacía absoluta de la
necesidad de preservar al Estado como unidad política aun sobre cada uno de
sus miembros.
Del propio pensamiento de Bodino, se desprenden las características de la
soberanía como un poder absoluto, perpetuo y, además, indivisible,
característica que a Bodino le parece central, puesto que él está defendiendo a
la monarquía frente a otras formas de organización política. La indivisibilidad de
la soberanía en Bodino, tiene por objeto mantener la supremacía del poder del
monarca aunque reconoce que pueden existir otras fórmulas en las que la
soberanía esté atribuida a un determinado grupo de personas en cuyo caso
estaríamos en presencia de la aristocracia, o bien a todo el pueblo, con lo cual
se daría una democracia.
4. El mundo capitalista europeo.
Capitalismo, sistema económico en el que los individuos privados y las
empresas de negocios llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes y
servicios mediante complejas transacciones en las que intervienen los precios y
los mercados. Aunque tiene sus orígenes en la antigüedad, el desarrollo del
capitalismo es un fenómeno europeo; fue evolucionando en distintas etapas,
hasta considerarse establecido en la segunda mitad del siglo XIX. Desde Europa,
y en concreto desde Inglaterra, el sistema capitalista se fue extendiendo a todo
el mundo, siendo el sistema socioeconómico casi exclusivo en el ámbito
mundial hasta el estallido de la I Guerra Mundial, tras la cual se estableció un
nuevo sistema socioeconómico, el comunismo, que se convirtió en el opuesto al
capitalista.
El término kapitalism fue acuñado a mediados del siglo XIX por el economista
alemán Karl Marx. Otras expresiones sinónimas de capitalismo son sistema de
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 30 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
libre empresa y economía de mercado, que se utilizan para referirse a aquellos
sistemas socioeconómicos no comunistas. Algunas veces se utiliza el término
economía mixta para describir el sistema capitalista con intervención del sector
público que predomina en casi todas las economías de los países
industrializados.
Se puede decir que, de existir un fundador del sistema capitalista, éste es el
filósofo escocés Adam Smith, que fue el primero en describir los principios
económicos básicos que definen al capitalismo. En su obra clásica Investigación
sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (1776), Smith intentó
demostrar que era posible buscar la ganancia personal de forma que no sólo se
pudiera alcanzar el objetivo individual sino también la mejora de la sociedad.
Los intereses sociales radican en lograr el máximo nivel de producción de los
bienes que la gente desea poseer. Con una frase que se ha hecho famosa, Smith
decía que la combinación del interés personal, la propiedad y la competencia
entre vendedores en el mercado llevaría a los productores, "gracias a una mano
invisible", a alcanzar un objetivo que no habían buscado de manera consciente:
el bienestar de la sociedad.
Orígenes.
Tanto los mercaderes como el comercio existen desde que existe la civilización,
pero el capitalismo como sistema económico no apareció hasta el siglo XIII en
Europa sustituyendo al feudalismo. Según Adam Smith, los seres humanos
siempre han tenido una fuerte tendencia a "realizar trueques, cambios e
intercambios de unas cosas por otras". Este impulso natural hacia el comercio y
el intercambio fue acentuado y fomentado por las Cruzadas que se organizaron
en Europa occidental desde el siglo XI hasta el siglo XIII. Las grandes travesías y
expediciones de los siglos XV y XVI reforzaron estas tendencias y fomentaron el
comercio, sobre todo tras el descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en
Europa de ingentes cantidades de metales preciosos provenientes de aquellas
tierras. El orden económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 31 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
en el que predominaba lo comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo
principal consistía en intercambiar bienes y no en producirlos. La importancia
de la producción no se hizo patente hasta la Revolución industrial que tuvo
lugar en el siglo XIX.
Sin embargo, ya antes del inicio de la industrialización había aparecido una de
las figuras más características del capitalismo, el empresario, que es, según
Schumpeter, el individuo que asume riesgos económicos. Un elemento clave del
capitalismo es la iniciación de una actividad con el fin de obtener beneficios en
el futuro; puesto que éste es desconocido, tanto la posibilidad de obtener
ganancias como el riesgo de incurrir en pérdidas son dos resultados posibles,
por lo que el papel del empresario consiste en asumir el riesgo de tener
pérdidas.
El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado gracias a la
filosofía del renacimiento y de la Reforma. Estos movimientos cambiaron de
forma drástica la sociedad, facilitando la aparición de los modernos Estados
nacionales que proporcionaron las condiciones necesarias para el crecimiento y
desarrollo del capitalismo. Este crecimiento fue posible gracias a la acumulación
del excedente económico que generaba el empresario privado y a la reinversión
de este excedente para generar mayor crecimiento.
El absolutismo real en Inglaterra.
El absolutismo es un sistema de gobierno absoluto, en el cual el poder reside en
una única persona que manda sin rendir cuentas a un parlamento o la sociedad
en general. El absolutismo fue muy usual desde el siglo XVI hasta la primera
mitad del XIX, cuando diversas revoluciones lo derrocaron.
Los orígenes del absolutismo tienen lugar en Francia, donde se desarrolló la
teoría del derecho divino del poder real. Esta postura supone que ciertas
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 32 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
personas han sido elegidas por Dios para ejercer el gobierno. Incluso, en las
versiones más radicalizadas, se considera al monarca como el propio Dios.
Bajo esta forma de gobierno, el rey es la ley, ya que es quien decide qué cosas y
cómo pueden hacerse. Las leyes son dictadas de acuerdo a sus intereses y a los
de la nobleza, que aconseja al rey aunque éste siempre tome la última decisión.
Por lo general, el rey absolutista mantiene un trato paternal con el pueblo,
aunque muestra su despotismo cada vez que es necesario.
El rey absolutista ocupa su trono de manera vitalicia. El poder es hereditario:
cuando muere el rey, su hijo ocupa su lugar.
El rey también maneja la iglesia, en especial su parte administrativa y lo
relacionado a las riquezas. Las cuestiones vinculadas a la fe y las creencias
quedan a cargo del clero.
Más allá de que el poder se centralice en una única persona, el régimen
absolutista cuenta con burócratas y funcionarios públicos que se encargan del
correcto funcionamiento del sistema, embajadores y delegados que firman
tratados comerciales y de guerra con otras regiones y un ejército que mantiene
el orden.
Thomas Hobbes.
Thomas Hobbes nació en 1588, estudió en Oxford, fue tutor durante algún
tiempo del que llegaría a ser Carlos II y se vio envuelto en las turbulencias
políticas y religiosas que enfrentaron al parlamento con el rey y que culminarían
en la guerra civil (1642-1648), ejecución de Carlos 1 (1649), república de
Cromwell (1649-1660) y restauración de la monarquía con Carlos II en 1660. Ya
antes de la guerra, cuando el parlamento fue adquiriendo más poder, Hobbes
tuvo que huir a Francia por haberse enfrentado con él en sus escritos. Volvió a
Inglaterra en 1660 y aunque siempre había estado del lado del rey tuvo que
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retirarse de sus actividades políticas y dedicarse a la producción estrictamente
literaria, pues algunas de las cosas que había escrito previamente no eran del
agrado de las fuerzas monárquicas. Murió en 1679 ahorrándose, por tanto,
tener que contemplar la «Revolución Gloriosa» de 1688, en la que el
parlamento aseguró definitivamente su autoridad y sacó a Gran Bretaña de la
era absolutista.
Entre los escritos políticos de Thomas Hobbes, el más importante y que recoge
lo esencial de su pensamiento es el Leviatán (1651).
Para entender el pensamiento político de Hobbes, y su opción absolutista, es
preciso identificar las tres claves que lo determinan; éstas son: su concepción
filosófica nominalista, su concepción psicológica mecanicista y su fe en la
validez universal de la ciencia positiva. Estas tres claves presuponen y
desarrollan un materialismo radical.
Respecto de la filosofía nominalista, baste decir que niega los «universales». Lo
bello, lo bueno, lo malo, lo justo, lo injusto, etc., serían, como lo rojo, lo grande,
lo frío, etc., simples palabras; por lo tanto, símbolos sin otro contenido que el
que convencionalmente quiera dárseles. Es, pues, una filosofía de un
relativismo ético absoluto.
En relación con su concepción psicológica, mecanicista, Hobbes considera
evidente que: 1) todo hombre, como cualquier otro cuerpo físico, no es más
que materia en movimiento, es un mecanismo que no se mueve por finalidades,
sino por la férrea ley de la causalidad; 2) esta ley, en el hombre, adopta la forma
de un impulso irresistible hacia a felicidad, que para Hobbes se reduce a la
maximización del placer y minimización del dolor. En último término, lo que el
hombre busca es conservar y acrecentar su vitalidad (principio de
conservación), respondiendo con el deseo o la aversión a los estímulos que la
afectan positivamente (que producen placer) o negativamente (que producen
dolor).
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Hobbes distingue, en el hombre, dos tipos de movimientos: los que llama
involuntarios (respirar, digerir, etc.) y los voluntarios (andar, hablar, etc.),
siendo estos últimos el sustrato del comportamiento humano y, por tanto, de
las relaciones sociales y políticas. No hay que pensar, sin embargo, que la
voluntariedad sea, para Hobbes, algo relacionado con el concepto de libre
albedrío, que sería pura ilusión, sino una forma de respuesta más compleja y
elaborada que la de los movimientos involuntarios. Conocer y querer no serían
más que movimientos puramente fisiológicos, inducidos en el cerebro por
excitaciones externas. La voluntad sería «el último apetito, deliberante», es
decir, un instinto cuyo objeto le vendría determinado por la razón; lo querido
por la voluntad sería, siempre, el placer máximo, una vez ponderados por la
razón los placeres alternativos.
Sentadas estas bases (indiscutibles para Hobbes) y aplicando el método
científico se obtendrían unas consecuencias políticas con la misma validez que
las deducciones geométricas de Euclides o las astronómicas de Galileo. El
entusiasmo por la nueva ciencia, muy generalizado en aquella época y que hoy
se calificaría de ingenuo, hacía pensar a Hobbes que el conocimiento científico
se caracterizaba por suscitar el consenso y adhesión de la gente y que por tanto
se podría romper con los prejuicios y tradiciones del pasado.
Pues bien, de las mencionadas bases de partida, Hobbes deduce dos
consecuencias políticas importantes. En primer lugar, lo que él identifica como
la variable política fundamental y, en segundo lugar, su teoría del «Contrato
Social».
Respecto de lo primero, Hobbes afirma que, aunque pueda existir cierta
disparidad en los deseos de los hombres, hay, sin embargo, algo en lo que todos
coinciden: en el ansia de poder, ya que éste es el único medio para disfrutar y
asegurar el placer. Además, el ansia de poder de todo hombre es insaciable,
puesto que no puede asegurarse la continuidad del placer actual sin adquirir
más poder, y esto es así porque los que siguieran aumentándolo se erigirían en
grave amenaza para los que hubieran desistido de aumentar el suyo.
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Respecto de lo segundo, hay que señalar que Hobbes participa de la teoría del
Contrato Social, y que en esto le acompañarán otros autores: Locke, Rousseau,
etc., siendo ésta una teoría generalizada hasta finales del siglo XVIII. En esencia,
la teoría del Contrato Social es una ficción intelectual que le sirve para explicar
la necesidad del Estado.
Si lo que mueve a los hombres es el más radical egoísmo, con la consecuencia
de búsqueda incesante de mayores cotas de poder, sólo tienen como
alternativas la guerra de todos contra todos o establecer un contrato por el que
puedan vivir en paz. De este contrato por el que los hombres acuerdan ceder
todo su poder a un soberano (individual o colegiado) nace el Estado.
Hobbes denomina «estado de naturaleza» a la situación previa al contrato y
que se caracterizaría por unas condiciones de libertad e igualdad absolutas.
Libertad absoluta porque sin leyes todo hombre tendría derecho a todo. (Hay
que recordar que para Hobbes no existen condicionantes éticos). Igualdad
absoluta, porque todos los hombres tienen unas capacidades físicas e
intelectuales similares. (Según Hobbes, es la sociedad la que arbitrariamente ha
hecho a los hombres desiguales.) Dadas estas circunstancias, Hobbes deduce,
como evidente, la guerra de todos contra todos y una vida miserable,
atemorizada y corta. El contrato es, pues, una necesidad, una «ley natural», dirá
Hobbes, y el Estado tendrá como función exclusiva asegurar la paz.
Hay que destacar que, para Hobbes, ley natural es aquella regla descubierta por
la razón por la cual un hombre debe hacer lo que favorece a su vida y evitar lo
que va en su detrimento. Altera, pues, el significado tradicional del concepto, y
le sustrae cualquier connotación ética.
Puesto que el contrato por el cual los hombres salen del «estado de naturaleza»
tiene por objeto la búsqueda de seguridad, la conclusión inmediata es que el
gobierno ha de tener el poder suficiente para asegurarla, y dado el impulso
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 36 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
radicalmente egoísta de todo hombre hacia el poder, es preciso que el gobierno
tenga un poder absoluto; todo el poder debe quedar en sus manos, incluido el
de definir el bien y el mal, y los derechos de los ciudadanos serán los que aquél
les otorgue. Si, como pretendían los constitucionalistas, los individuos se
reservasen algunos derechos, es decir, algún poder, lo primero que harían sería
subvertir el Estado y reiniciarían la guerra de todos contra todos. Caso
particular de esta absorción por parte del gobierno de todo el poder es su total
control de la religión, tanto en lo que se refiere a las costumbres como a los
dogmas.
Respecto de la razón por la cual los ciudadanos estarán dispuestos a aceptar el
poder absoluto del soberano, la coherencia de Hobbes con sus premisas de
partida sigue sin fisuras: para evitar el daño que les ocasionaría la transgresión
de la ley. Esto nos vuelve a señalar que para Hobbes no hay más ley que la que
tiene detrás un poder coactivo suficiente. La ley natural, en su sentido
tradicional, es, pues, para él, pura entelequia.
El absolutismo de Hobbes no debe hacer pensar que propugna un Estado
omnipresente en todas las esferas de la vida; por el contrario, considera que, en
situaciones normales, debe dejar a los individuos una gran libertad en sus
actividades económicas y privadas, lo cual es muy conveniente para que el
pueblo no pretenda inmiscuirse en los asuntos de Estado. Por otro lado,
aunque, por razones de eficacia, prefiere la forma monárquica de gobierno,
precisa que todo su razonamiento es igualmente válido para una forma
aristocrática o democrática; lo importante es que exista un poder soberano
absoluto.
John Locke.
John Locke (1632 - 1704) ejerció una gran influencia en la teoría política, al
defender los principios de la monarquía constitucional frente a cualquier tipo
de poder monárquico absoluto. El modelo inglés fue el ejemplo a seguir por los
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 37 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
liberales. Dentro de la filosofía política de John Locke, el Estado propuesto es el
Estado liberal, donde la intervención de estatal tiene que ser mínima y donde el
soberano del poder político es el pueblo el cual incluso tiene derecho a la
rebelión. Dentro de la doctrina de Locke se identifica la idea de que la condición
humana dotó a los individuos de ciertos derechos inalienables que no pueden
ser violados por ninguna autoridad terrenal. Locke también sostuvo la
separación de los poderes dentro del Estado, respetó la libertad religiosa y
apoyo la separación de la Iglesia y el Estado.
Las obras de Locke se convirtieron en su época en una especie de justificación
para la revolución que se había llevado a cabo, “después de la Revolución
Gloriosa el Parlamento se convirtió en soberano e Inglaterra prosperó. Fue una
victoria conjunta de los principios whig y del pragmatismo tory. Los dos
Tratados sobre el gobierno civil de John Locke dieron a estos hechos una
atractiva justificación teorética.”
Locke refutó la doctrina absolutista de Filmer y la teoría del derecho divino de
los reyes en el primer Tratado sobre el gobierno civil. En el segundo, retoma en
gran medida la estructura de la teoría del contrato social de Hobbes (teórico del
absolutismo), pero argumenta que la soberanía reside en el pueblo y no en el
Estado y que el Estado es supremo pero sólo si respeta la ley civil y la ley
natural.
Es considerado el principal teórico de liberalismo. Su insistencia en respetar
determinadas parcelas individuales harán de él un preludio claro de la
mentalidad burguesa y antiestatista, aunque sus apreciaciones acerca del
trabajo también son fundamento de cualquier teorización socialista".
Mantuvo que la revolución no sólo era un derecho, sino, a menudo, una
obligación, el derecho a la rebelión contra la tiranía. A diferencia de los otros
contractualistas (Hobbes y Rousseau), en Locke, al ser los gobernantes los
administradores de la soberanía del pueblo, se puede dar el derrocamiento de
estos administradores legítimamente si no consiguen realizar sus funciones
ante el soberano.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 38 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
Según el pensamiento de Locke y de sus seguidores, el Estado no existe para la
salvación espiritual de los seres humanos sino para servir a los ciudadanos y
garantizar sus vidas, su libertad y sus propiedades bajo una constitución,
constitución que tiene como objetivo limitar al Estado y cuidar la propiedad (en
el sentido amplio) del individuo.
John Locke fue el primero en formular el principio de la separación de los
poderes como única posible garantía de respeto de la soberanía natural,
estableciendo así el precepto que fue reconocido más tarde como fundamental
por los teóricos del liberalismo.
Para amparar al individuo de una potencial exacerbación del poder estatal,
Locke propone la división equilibrada del poder político en legislativo y
ejecutivo. El poder supremo es el representado por el cuerpo legislativo, en el
que estarán presentes los ciudadanos, sus estados sociales, sus intereses y sus
derechos constituidos, mientras el poder ejecutivo (que se deberá confiar
preferentemente a una monarquía) esta sencillamente delegado para
garantizar la ejecución de las leyes.
Doctrinas capitalistas en Francia.
Carlos Luis Montesquieu.
Pensador político francés (1689-1755), que vivió en la llamada Ilustración. Es
famoso por la articulación de la teoría de la separación de poderes, que se da
por descontado en los debates modernos sobre los gobiernos, y ha sido
implementado en muchas constituciones en todo el mundo. Montesquieu
desarrolló las ideas de John Locke acerca de la división de poderes. En su obra El
espíritu de las leyes manifiesta admiración por las instituciones políticas inglesas
y afirmó que la ley es lo más importante del Estado, aunque la Iglesia lo incluye
en el índice de libros prohibidos.
Montesquieu acomete la tarea científica de describir la realidad social según un
método analítico y "positivo" que no se detiene en la pura descripción empirista
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 39 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
de hechos, sino que intenta organizar la multiplicidad de datos de la realidad
social en un reducido número de tipos.
Dar una "respuesta sociológica" a la aparente diversidad de los hechos sociales,
bajo el supuesto de que existe un orden o causalidad de estos hechos
susceptible de una interpretación racional.
Es considerado uno de los precursores del liberalismo y fue quien perfeccionó la
teoría de la separación o división de poderes, expuesta muchos siglos antes por
Aristóteles. Otra de sus obras fue Cartas Persas.
El método compartido de Montesquieu (1689 - 1755)
En su obra principal, “El espíritu de las leyes”, Montesquieu intenta construir un
método para canalizar las instituciones, la legislación y los gobiernos de cada
país atendiendo a determinaciones físicas y culturales (clima, suelo, comercio,
religión, costumbres).
El método de Montesquieu supone que las leyes en su componente racional
tienen que actuar de forma diferente en las distintas comunidades humanas y,
por tanto, sus instituciones serán también diferentes.
En esta concepción de la ley subyace un marcado carácter relativista ya que
sugiere que cierto tipo de leyes, objetivamente, serán mejores o peores según
las condiciones de una determinada comunidad humana. Por ello, la filosofía
política implica un doble propósito ya que, por un lado quiere entender
científicamente la diversidad de leyes y costumbres humanas que determinan
física y culturalmente a una sociedad y de otro, pretende descubrir el tipo de
gobierno más adecuado para cada país en concreto. Por ello, las leyes y los
gobiernos no pueden imponer modelos abstractos utópicos sino que deben
adaptarse a las circunstancias en que vive una nación.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 40 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
Montesquieu quiere llevar su sociología política a la altura de las ciencias
naturales. Para él, las causas físicas como el suelo, el número de población y,
sobre todo el clima, condicionan la cultura y el comportamiento humano.
Montesquieu es menos revolucionario que Rousseau pero su desprecio del
absolutismo debe entenderse como un intento de cimentar científicamente el
marco institucional de libertades que ya fue emprendido por Locke en el siglo
XVII.
Para Montesquieu, las garantías de la libertad no están en la teorización o en la
búsqueda de una virtud cívica superior (como en la Antigüedad) sino en la
organización y delimitación funcional de las distintas instituciones del Estado.
Dividiendo el poder se garantiza y fortalece el régimen de libertades. A
diferencia de Locke, que consideraba que el poder judicial era una parte del
poder ejecutivo, para Montesquieu, debe constituir un poder distinto. De este
modo, la Teoría de la Separación de Poderes se convierte en un mecanismo
garante de la libertad que evita la concentración del poder. En “El Espíritu de las
Leyes”, se refiere a los poderes intermedios entre el rey y el pueblo como
necesarios para evitar el abuso del poder soberano. Los gobiernos que aspiran a
garantizar la libertad, la paz y la unidad, se consiguen fomentando la acción de
los distintos grupos sociales. De este modo, con su Teoría de los Poderes
Intermedios, Montesquieu aporta una forma innovadora de fomentar el
pluralismo y la convivencia a través de las leyes.
Charles Louis de Secondat, Señor de La Brède y Barón de Montesquieu, nació en
1689 en una familia burguesa ennoblecida en La Brède. Desde muy joven se
dedicó a la magistratura: en 1714 asumió su judicatura familiar en el
Parlamento de Burdeos, presidiéndolo en 1716 y recibió el título de Barón de
Montesquieu por herencia de un tío suyo. En la Academia de Burdeos se dedicó
a las letras y ciencias, siendo paulatinamente reconocido por todos. En 1721
publicó de forma anónima las “Cartas persas” en Francia, prohibidas por el
ministro de Luis XV, cardenal Dubois. En ellas critica a la sociedad de su época, a
la monarquía y a los valores franceses. Optando por las letras, vende su puesto
en el Parlamento de Burdeos.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 41 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
Viaja por Alemania, Italia, Austria y Holanda. Al volver, se encierra en su
biblioteca y en 1748 publica “El espíritu de las leyes”, imprimiéndose en dos
años 22 ediciones. Esta obra sería sumada en 1752 al Índice de libros prohibidos
de la Iglesia católica, llegando a ser acusado de ateo y anglicanista. Murió en
1755.
En esta obra parte de que en todos los lugares existe una regularidad. Para
empezar, reduce a Dios una causa, sintonizando con el deísmo. Para él, el
universo tiene forma perfecta porque existen leyes que permiten que se
conserve; así, igual existe en el mundo de los hombres. En la sociedad es
complejo descubrir estas leyes, se plantea qué es lo que diferencia el universo
de los hombres: su condición de seres inteligentes.
Las leyes de los hombres serán leyes positivas para conservar la sociedad.
Estas leyes valen para su grupo humano. De estas leyes señala tres: las que se
sirven para regular la conducta entre los Estados (derecho de gentes), las que
regulan la relación gobernantes-gobernados (derecho público), y el derecho
civil, que regula la relación de ciudadanos entre sí.
Montesquieu desarrolla un cierto iusnaturalismo, un estado de naturaleza
anterior al estado de sociedad. Su estado de naturaleza es una mezcla del
pensamiento de Locke y Rousseau.
Si bien Locke fijaba en la propiedad la base del cambio de estado, Montesquieu
lo ve en la ley: que debe derivar de la ley natural la ley positiva, tiene que
buscar un elemento sintetizador.
Montesquieu establece varias formas de gobierno existentes, que desplaza a las
formas de gobierno aristotélicas, introduciendo el criterio de sujetos de poder y
modo de gobernar. Los sujetos de poder pueden ser uno varios, y el modo
monárquico o despótico:
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 42 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
Sujetos de poder:
- Uno: Monarquía, que puede ser legal o despótica.
- Varios: República, que puede ser democrática o aristocrática.
República:
El poder reside en todo o parte del pueblo, que ejerce el poder soberano y tiene
virtud cívica (supedita el interés personal, tiene amor a la patria…). Esto se
observa en las antiguas repúblicas como Roma.
La república aristocrática es en la que unos pocos gobiernan, que deben ser, sin
embargo, numerosos. Se conduce por la moderación y los intereses de la clase
dominante. La república democrática está gobernada por todos, es de conducta
radical y basada en los intereses del grueso del pueblo. La república es buena
para países pequeños o ciudades-Estado.
Monarquía:
Es buena, a juicio de Montesquieu, en países medianos, como Francia, mientras
que la despótica en grandes países, como Rusia, pero esta última es negativa
porque su ideología es el mal.
En la monarquía gobierna uno solo con leyes fijas y establecidas, con dos
cuerpos intermedios: los parlamentos judiciales y los estamentos privilegiados
para evitar un exceso de poder del monarca. Así, los parlamentos son un poder
constitucional.
La forma de gobierno monárquico es a través del honor, el prestigio de un
estamento, clase o profesión. Montesquieu destaca el poder de la nobleza, que
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 43 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
divide en nobleza de toga (los nuevos nobles, como él) y nobleza de espada (la
vieja nobleza). En la monarquía prima la desigualdad y la lucha por prevalecer.
En esto aparece la influencia de Adam Smith.
La nobleza alcanza su culminación en la forma monárquica, basada en el honor
para sobresalir, en una etapa de tránsito de los estamentos al laissez-faire. En el
despotismo, uno solo, sin leyes ni frenos, gobierna con su voluntad y capricho,
se asienta sobre el temor y en la obediencia sin límites, en situación de
permanente inseguridad ante el déspota y el resto de individuos. Montesquieu
rechaza los extremos, tanto el despotismo como la república democrática, a
favor de formas moderadas, donde la aristocracia juega un papel importante.
No resulta extraño sabiendo a qué estamento pertenece el filósofo.
Montesquieu rechaza la monarquía absoluta, porque quien tiene un poder sin
límites tiende a abusar del poder siempre. En otras palabras: “el poder absoluto
corrompe absolutamente”. No cree en los salvadores de la patria, en
personalidades u hombres traídos por la providencia, porque son muestra de
ese poder absoluto.
Quiere garantizar la libertad de los pueblos en base a instituciones que
estorben el abuso del poder con el modelo de monarquía clásica y con la
monarquía inglesa, estableciendo la división de poderes.
¿Qué entiende Montesquieu por libertad? No es poder hacer lo que uno quiera,
sino poder hacer lo que debe quererse y no verse obligado a lo que no debe
quererse: es poder hacer lo que establezcan las leyes.
Se plantea un problema: quien debe garantizarlo es el poder, pero el poder
tiende al abuso, arrastrando a la legalidad y a la libertad. Hay que buscar algo
que impida el abuso del poder. Montesquieu lo sitúa en establecer frenos, y
que estos se frenen por otros, fragmentando el poder para ganar al
despotismo.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 44 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
Hay que definir las funciones del poder, asumiendo la distinción de Locke, pero
concretado con más claridad: al hablar de división de poderes se habla de
Montesquieu.
El poder legislativo promulga y deroga leyes.
El poder judicial castiga delitos y resuelve conflictos entre particulares.
El poder ejecutivo declara la guerra, la paz, establece embajadas, aplica
las leyes y mantiene el orden.
A la hora de aplicarlo complica las cosas. Montesquieu busca un equilibrio
constitucional y social, donde hay tres fuerzas, a saber: rey, nobleza y pueblo.
Quiere equilibrar estas tres fuerzas. Recupera el ideal de gobierno mixto,
repartiendo el poder soberano, se aunan funciones y fuerzas sociales, se divide
el poder legislativo y el régimen se configura como colaboración de los poderes
entre sí.
El poder judicial se pronuncia sobre la ley sin interpretarla, es un poder nulo, en
la línea de Locke. Los otros dos poderes sí entran en liza. El poder legislativo
sigue el modelo bicameral británico, con una cámara de nobleza hereditaria y
otra cámara elegida por propietarios. El poder ejecutivo reside en el monarca,
que elige y separa a los ministros, y éstos cuentan con responsabilidad ante el
parlamento. Este poder carece de iniciativa legislativa aunque tiene poder de
veto para impedir las leyes, porque no está obligado a cumplir la ley que no
comparte. El monarca tiene la facultad de disolver la cámara baja y convocar
elecciones para que el ejecutivo pueda actuar. La división de poderes no se
hace tan destacada.
Bobbio hace un análisis muy acertado, detrás de esto se intuye algo:
Montesquieu ve abuso de poder en el rey y en el pueblo, de ahí el rechazo al
despotismo y a la república democrática. Nunca en la nobleza, por eso
establece la cámara alta de los nobles. El liberalismo doctrinario del siglo XIX
recogerá este predominio del ejecutivo y el poder legislativo bicameral, como
quería Montesquieu.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 45 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
Juan Jacobo Rosseau.
Jean-Jacques Rousseau poseía un carácter melancólico. Su familia, emigrada a
Suiza y perteneciente a la clase media, profesaba la fe calvinista. Ahí, en
Ginebra, Suiza, nació en 1712. A la muerte de su madre se educó con un pastor
protestante y trabajó en el servicio de un tiránico maestro grabador. Se escapó
y acabó en un hospicio en Turín, donde abjuró del calvinismo y se hizo católico.
En 1728 entabló relación con Madame de Warens, quien le proporcionó una
educación esmerada y ayudó en su afición por la música, estudiando también
álgebra. Se va vinculando a los círculos intelectuales de París. Sus trabajos de
música, como óperas, tuvieron un éxito limitado, y su proyecto de notación
musical fue rechazado. Inició una relación sentimental con una costurera que le
dio cinco hijos, que pasaron a orfanatos por problemas económicos. Se vinculó
a grandes ilustrados como Diderot, D’Alembert y Voltaire y traba amistades
superficiales, y se acaban distanciando.
Rousseau acaba marginado, vuelve al calvinismo y se renacionaliza suizo. En un
discurso en 1750 sobre ciencias y artes plantea un desajuste entre progreso
material y progreso cultural. En 1754 mantiene en un discurso la existencia de
desigualdad entre los hombres, planteando el origen de todos los males.
Cuestiona los pilares de la Ilustración, el laissez-faire y el individualismo. Murió
en Ermenonville, Francia, en 1778.
Sus obras más importantes fueron "El contrato social" y "Emilio", ambos de
1762. En ellos sienta las bases de la democracia y la educación natural. Son
obras tan avanzadas para la época que resultan prohibidas. Poco a poco inicia
un periplo, a Reino Unido, volviendo a Francia… habitando en casas de amigos.
Realizó también dos obras por encargo, las "Consideraciones sobre el gobierno
de Polonia" de 1772 y el "Proyecto de Constitución para Córcega" de 1775, de
aplicación práctica de "ciudades democráticas".
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 46 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
Rousseau sostiene que las ideas ilustradas corrompen a los hombres, porque
éstas no conseguían que los individuos fueran más libres, más felices y menos
malos. Cuestiona el principio del progreso, fijando su atención en el progreso
material y en el progreso cultural y moral. Ve que el progreso técnico es
evidente, pero no el otro. Entonces, si no se ha conseguido no se puede ser
optimista, la idea ilustrada entonces no funciona, porque el progreso debe ser
completo.
Cuestiona la Razón. No se asienta sobre la Razón ilustrada, acusándola de muy
fría y matemática, homologando a los individuos para hacer cálculos y modelos.
Para Rousseau cada hombre tiene determinadas características y facultades.
Cuestiona la idea de Naturaleza. Los ilustrados quieren legitimarse siguiendo las
leyes de la Naturaleza. El modelo social, según Rousseau, se encuentra a medio
camino entre sociedades burguesas y aristocráticas, la naturaleza es cuando el
hombre se encuentra consigo mismo. El ilustrado vive de las apariencias, vive
en una sociedad opresiva, quiere un nuevo modelo recuperando lo que pudo
ser el hombre natural.
Rousseau no quiere recuperar el momento histórico, para él, la sociedad
natural sólo es una hipótesis, quiere construir un modelo que limite esos daños.
Hay dos derechos insustituibles para los hombres: deben ser libres e
independientes. Rousseau no reconoce la propiedad, la familia o la prohibición
en el hombre natural. Ese hombre natural es poco más que un animal, cuyo
único interés es la subsistencia y en esa lucha mantienen relación con los otros
hombres, una relación de enfrentamiento entre unos con otros.
Los hombres no son sociales por naturaleza, la sociedad es una ruptura.
Contradiciendo a Hobbes, el hombre no es un lobo para el hombre, el todos
contra todos se aprende en la sociedad. En esto Marx se influye en Rousseau.
Los hombres se caracterizan en este mundo por la apatía e indiferencia, son
felices sin saberlo, son libres sin saber qué es la libertad, son inocentes porque
no tienen inocencia.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 47 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
Se sale de eso a unas facultades inherentes: piedad y perfectibilidad. Piedad es
simpatía o atracción que todo ser viviente tiene hacia otro en el que se siente
reflejado. Se manifiesta como humanidad, bondad y solidaridad. La
perfectibilidad es capacidad para desarrollar la razón, la racionalidad.
El primer paso a la socialización: familias, comunidades, sociedad y lenguaje.
Los hombres se dedican en un primer momento a la caza y el pastoreo, se
cubren las necesidades en cooperación, se mantiene la libertad y la
independencia. La única sujeción es la familia, de carácter temporal, hasta que
los hijos se puedan valer por sí mismos.
La ruptura se produce con el cultivo y la minería. Esto produjo que unos
hombres acumulasen más que otros, que se quedaron como antes, naciendo la
desigualdad. Se produjo entonces la caída del hombre y la esclavitud, la lucha
de todos contra todos en la sociedad, los fuertes expropiaron a los débiles y se
crearon ricos y pobres.
Entonces surge el Estado al servicio de los de arriba para garantizar su
propiedad, engañando a la mayoría desposeída con argumentos falaces, y los
pobres se lo creen y acceden. Se crean leyes, se organiza el Estado y se instituye
totalmente la desigualdad. Este Estado se torna despótico, donde gobierna uno
y no la ley, y universaliza la servidumbre de los demás.
Todos los gobiernos se basan en pactos inicuos e injustos porque se hizo
aceptar unas leyes y organización pensando que lo hacían por la libertad, pero
en cambio eso produjo la servidumbre. Este pacto es inválido porque incluye la
negociación de la libertad, y ésta junto con la independencia es innegociable.
Frente a todo esto Rousseau propone el verdadero contrato social.
Este pacto social debe garantizar la libertad y la independencia, junto con la
igualdad. Rousseau no busca volver al pasado sino huir para adelante, porque la
Naturaleza no procede, sino actuar sobre lo existente. Esto se consigue con las
facultades de hombre anteriormente mencionadas: piedad y perfectibilidad.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 48 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
El contrato social debe asentarse en el consentimiento de los gobernados. A
partir de ahí, lo que se plantea es encontrar una forma de asociación que
proteja la persona y bienes de cada asociado, no obedezca más que a sí mismo
y sea tan libre como antes. Todos los individuos conservan sus derechos y
adquieren los mismos que los demás ceden, formando una comunidad que
tiene vida propia, que antiguamente se llamaba "ciudad" (civitas), y en la
actualidad "república" (res publica).
Rousseau señala dos elementos: el pasivo y el soberano. En esta comunidad se
les llama pueblo y ciudadanos, súbditos en cuanto sujetos a la autoridad del
Estado. El Estado es pasivo, el soberano es el órgano activo y la potencia
respecto a otros. La voluntad general es diferente a la voluntad de los
individuos, y a la suma de esas voluntades. Es superior, se identifica con el
deseo colectivo y racional, que lleva al bien común, que es la finalidad del
contrato social. La ley que deriva de esto es la expresión de esa voluntad
general, su forma de expresarse.
Hay dos niveles de actuación, propio de su singularidad, propio de esos
individuos, y un nivel de actuación genérico, les corresponde dos voluntades:
particular y genérica.
La voluntad genérica es lo que más se identifica con el hecho de ser hombre, la
que tiene valor, se identifica con la voluntad general. Los hombres no se
entregan a algo extraño, sino realizar su voluntad genérica. Esto es el paso del
liberalismo a la democracia.
La voluntad general es específica del poder político, la voluntad particular es el
propio bien de cada individuo, y la voluntad genérica es preocuparse por los
demás. A través de la voluntad general se persiguen los objetivos de la genérica.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 49 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
La libertad, para Rousseau, es hacer que la voluntad genérica domine sobre la
voluntad particular para ser auténticamente libre. Así, con el contrato social se
consigue la libertad y un beneficio añadido: ser libre en moralidad y en virtud.
Rousseau acaba aceptando la existencia de la propiedad privada, pero ésta
debe ser limitada, y redistribuida, porque no debe existir tanto desequilibrio.
Se acaba identificando al soberano con la voluntad general, con un cuerpo
político y con la ley. El soberano es la totalidad del pueblo, la ley es la expresión
de su voluntad. Esta soberanía no se transfiere, solo puede ser ejercida por el
pueblo, de forma directa, sin representantes, si acaso delegados y siempre
supeditados a las órdenes del soberano. Rousseau se inspira en las polis clásicas
y en explicación a su ciudad, Ginebra, en pequeñas comunidades. Esta teoría es
la democracia radical, que se pondría de manifiesto en la Constitución francesa
de 1793, la etapa de la Convención jacobina. Para evitar esta democracia
radical, Tocqueville y Stuart Mill hablarán de democracia representativa, para
hacerla más amplia.
La soberanía no puede dividirse, por eso no acepta la división de poderes, solo
puede ser uno, sin partidos ni particularidades. Esta soberanía es absoluta,
infalible, siempre quiere el bien común. No tiene límites ni obligaciones, y no
habría riesgos puesto que los individuos siempre tienen poder constituyente.
Como esta teoría era muy peligrosa en su tiempo, Rousseau le incorporará
limitaciones para que no sea acusado de absolutismo.
Como la soberanía pertenece al pueblo, que posee siempre el poder
constituyente y absoluto, lo puede hacer todo. Pero Rousseau declara que no
puede establecer cadenas o leyes inútiles ni ir más allá de las convenciones
generales.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 50 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
La propiedad privada se limita, cuando es excesiva, por el contrato social y
cumpliendo la ley, eliminando los abusos y garantizando la libertad.
La ciudad está en permanente educación, intentando que no se degrade, para
crear ardientes patriotas para sacrificarse por la comunidad. La ignorancia
puede impedir ver al pueblo cómo encontrar el bien; así, debe haber alguien
que lo ayude: el legislador fundador, un ser extraordinario para que el pueblo
se pueda constituir como tal, para articular la voluntad general. Aquí está la
idea de un caudillo genial, ideal que adoptará el cesarismo democrático
bonapartista.
La forma de gobierno que observa Rousseau es distinguir del soberano el
gobierno, que son magistrados que ejecutan las leyes, como suprema
administración y cuerpo intermedio entre súbditos y soberano, es un delegado
subordinado. La forma legítima que Rousseau ve es la que el pueblo ejerce
colectivamente el poder soberano, la república.
Esta república se divide en democrática, aristocrática o monárquica. Intuye que
el mejor gobierno es el aristocrático, donde un grupo de individuos ejecutan las
leyes. Las formas ilegítimas que proclama son la oligarquía, el despotismo y la
oclocracia, en los cuales el gobierno usurpa atribuciones del soberano. El
término oclocracia es complicado, sería como si el pueblo se "usurpara a sí
mismo", y sería que el gobierno lo ejercería la mayor parte del pueblo.
El pensamiento de Rousseau ha sido objeto de muchas críticas. La extrema
derecha le acusa de ser un individualista extremo y de secularizar el poder
confundiendo al pueblo con Dios. Benjamin Constant lo tacha de precursor del
totalitarismo. En el gobierno jacobino del Terror el Comité de Salud Pública
intentará abrogarse el papel de legislador supremo.
Sin embargo, de su pensamiento beben Kant, Fitche, Hegel, los socialistas
utópicos, el socialismo marxista, el republicanismo y la democracia de Alexis de
Tocqueville y John Stuart Mill.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 51 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
El idealismo alemán.
J. G. Federico Hegel.
Nacido en 1770, Georg Wilhelm Friedrich Hegel vivió el desarrollo de los últimos
tiempos de la Ilustración, Revolución y Restauración. Quería un puesto estable
en la Universidad de Berlín, que consiguió en 1818, con la cátedra de Filosofía
de Berlín, vacante tras la muerte de Fichte. Llegó a ser rector de la universidad
antes de morir en 1831. Entre sus muchas obras están los “Principios de la
filosofía del derecho” de 1821.
Legitimó la monarquía absoluta de Prusia, dictó lecciones sobre estética,
filosofía, historia de la filosofía o filosofía de la historia. Las publicaciones
póstumas fueron posibles a partir de apuntes de clases de sus propios alumnos.
Hegel se planteó cómo conocer la realidad humana. Esta está en continuo
movimiento, el conocimiento y su método debe ser dinámico: la dialéctica
hegeliana, asentada en el principio de contradicción. Tiene un método inductivo
de concreto a general y la vía por el proceso trifásico de tesis, antítesis y
síntesis. La tesis es una afirmación que con el principio de contradicción se
eleva la antítesis, que es la negación de la tesis. La síntesis recoge los dos pasos
anteriores. La síntesis es la negación de la negación, una afirmación, una nueva
tesis que tendrá a su vez una antítesis y su síntesis, y así sucesivamente. El
idealismo hegeliano es un idealismo dialéctico, Marx desarrollará a partir de
aquí su materialismo dialéctico, rompiendo los postulados de Hegel y
alineándose con los hegelianos de izquierda.
La dialéctica no es un método de conocimiento, sino que los objetos están
construidos dialécticamente. A medida que conocemos los objetos se nos
desvelan a sí mismos. El objeto coincide con la idea, llegado un momento. Los
hombres acaban dando vida a los conceptos como el Estado. Para Hegel la
realidad es todo pensamiento y racionalidad: las cosas son como las
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 52 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
conocemos. “Lo que es real es racional, y los que es racional es real”, dijo. Sólo
existen ideas, conceptos, que se les da vida.
Ejemplo de dialéctica, tomando como ejemplo la lucha de clases de Marx:
Tesis (Señores) – Antítesis (Siervos) = Síntesis (Burguesía) – Antítesis de la
síntesis (Proletariado) = Tesis final (Hombre)
Se despiertan el espíritu subjetivo, objetivo y absoluto. El espíritu subjetivo está
en las conciencias individuales, fraccionado entre los hombres. Supera el
fraccionamiento cuando los hombres se interrelacionan, cuando se construye la
sociedad. Surge el espíritu objetivo, que se acerca a la voluntad general de
Rousseau. Pero la realidad está dividida en distinto pueblos, y por tanto el
espíritu objetivo está dividido, un pueblo no puede cumplirlo en su totalidad. Es
el Volkgeist de Fichte. El espíritu absoluto es cuando se integran todos en una
sociedad y se desarrollan en el límite de sus posibilidades, el Estado.
El Estado se desarrolla en torno a derecho, moralidad y eticidad. El derecho es
necesario para la convivencia del grupo. La moralidad es la interiorización del
derecho, pero la idea de Kant es subjetiva, según Hegel, porque es liberal. El
paso adelante es la eticidad, en la que se identifican todos en común por la idea
de bien comunitario. Se articula en familia, sociedad civil y Estado. Sobre eso
gira la libertad, cuya culminación lleva al Estado.
La pura indeterminación es la libertad en abstracto, la universalidad, o en el
vacío, sin impedimento, inherente al hecho de ser humano. La antítesis es la
pura determinación, cuando practican su libertad personal, la particularidad. Es
un concepto negativo porque impera la subjetividad. Hay que integrarlo y
resuelve la generalidad, o individualidad, el bien general, el bien de todos,
generalizar la libertad. No puede ser libre un individuo si no lo son los demás.
Con el Estado se alcanzan las mayores cotas de libertad.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 53 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
El derecho hegeliano es privado, se preocupa de la relación con los hombres y
las cosas. Los individuos afirman su existencia libre excluyendo a los demás de
los objetos de su deseo, lo que se llama la libertad de apropiación. El culmen
llega cuando se tiene la suficiente fuerza y se consigue que los demás lo
reconozcan. La libertad de apropiación se transforma en propiedad privada. La
propiedad privada es inherente, viene dado con el hecho de ser libre.
Al derecho no le preocupa la distribución de la propiedad. Hay un
reconocimiento mutuo, para ser propietario hay que reconocer la propiedad de
los demás, que se consigue gracias a los contratos. El siguiente paso es negar
esos contratos, se afirma subjetivamente, esta es la fase de la negación del
derecho (injusticia). El paso adelante es que los hombres interioricen el
derecho: el sujeto moral, que reconoce el bien y el mal, es objetivo, imparcial,
asume la responsabilidad de sus actos. En la eticidad hegeliana prima el bien
general como algo absoluto, siguiendo a Rousseau.
En la familia, el sujeto individual egoísta, tiene una preocupación por
mantenerla. En ella uno tiene derechos a la vez que tiene deberes (el hombre
mantiene a la familia, la mujer cuida de los hijos y la casa, etcétera). La familia
crece, empiezan a competir las diferentes familias y surge la sociedad civil
cuando se niega la ética, es la expresión del egoísmo universal. La sociedad que
aparece no es un mundo armónico, sino que es un mundo donde prima el
egoísmo.
El trabajo sirve para construir su riqueza particular, El trabajo y la riqueza
general es el sumatorio del trabajo y riqueza de los particulares. Las diferentes
aptitudes de los hombres crean las diferencias entre ellos. Así, el Estado se
forma por estamentos, se conforma la justicia, la policía y las corporaciones.
Para que la sociedad no lleve al enfrentamiento, Hegel introduce varios niveles
de orden. Empieza por los estamentos, vinculado por función del trabajo,
relacionado con el concepto de clase. El modo de existencia social queda
determinado por la conciencia, su manera de ser.
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Estamento sustancial o agrícola: es el sector primario, de trabajo simple,
obtiene lo que le pone la naturaleza. Este estamento está más
relacionado con la fe, el sometimiento y la familia.
Estamento formal o comercial: dentro de él Hegel introduce a artesanos
e industriales, elabora las materias primar y las transforma. Tiene la
iniciativa y el talento individual.
Estamento general o funcionarial: armoniza a la sociedad en su conjunto,
introduce el derecho público y el orden jurídico.
La ley se asienta en la igualdad civil, para rectificar las injusticias. La policía
tradicional es un concepto del Antiguo Régimen, un instrumento de
administración pública para controlar la producción y el trabajo. En la
Restauración queda limitada a mantener el orden público. Hegel defiende el
viejo concepto, para reducir los antagonismos económicos y jurídicos. Su idea
sería propiciar un “Estado del bienestar” redistribuyendo la riqueza,
interviniendo en la economía por medio de la política fiscal.
Las corporaciones surgen de la idea de solidaridad, honor, identificación con el
todo. Fuera de ello, son competidores. Es la antesala del patriotismo, los
intereses deben manifestarse dentro del Estado. La sociedad civil es el ámbito
para la seguridad de la propiedad privada, la libertad personal y el interés
propio. El Estado es el ámbito de lo universal, que aglutina todas las actuaciones
regidas por leyes universales, que son la mostración de la eticidad.
La Revolución Francesa no consigue eliminar enteramente el feudalismo por no
captar la realidad del Estado, e hizo lo privado por público, no pudo hacer
triunfar la universalidad del Estado por las doctrinas contractualistas. El Estado
no se puede basar en el derecho privado, es algo más serio, las vinculaciones
con él nunca se pueden rescindir.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 55 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
El Estado no es sumatorio de las voluntades individuales, es una voluntad
superior, puede exigir que los intereses particulares se supediten al interés
general. Podría hasta exigir el sacrificio (servicio militar).
Hegel considera que el paso del hombre privado a ciudadano es indispensable,
y superior al liberalismo. Es la situación ideal, se rige por ideas generales o
universales y alcanza así la verdadera libertad. El Estado expresa esas ideas por
medio de la ley. El Estado hegeliano se ordena conforme a la ley y actúa
conforme a ella, con la máxima racionalidad. Para Hegel no se puede dar una
constitución fija, tiene que adecuarse a su desarrollo. Esto no vale para todos
los pueblos, acercándose a las tesis de Edmund Burke.
El modelo de división de poderes que ofrece se complementa muy bien con la
realidad prusiana en la que vive, diferente de la visión de Montesquieu. Para
Hegel los poderes cumplen otra función, sirven para organizar el cuerpo
político. El Estado existe con una finalidad propia, superior a los individuos.
Los tres poderes hegelianos son el monárquico, el gubernativo y el legislativo. El
legislativo se encarga de elaborar las leyes, algo de lo que también participan el
poder monárquico y gubernativo. El poder judicial no existe, lo traslada al
ámbito de la sociedad civil. El poder ejecutivo residen en el poder monárquico y
gubernativo. Hegel quiere afirmar la unidad del Estado. Aquello que recoge
mejor la función pública es la soberanía, que reside en el Estado, pero, como en
el modelo británico, hay que concretarlo, y el mejor modelo es el monarca
como símbolo de soberanía, su plenitud, pero el monarca no es el verdadero
soberano, que reside en la ley. El papel del monarca se ciñe a dar su sanción
real a las leyes, como el modelo de monarquía moderada o parlamentaria.
El legislativo debe recoger las necesidades de la sociedad civil, adaptando lo
general a la universalidad de las leyes, a través de la administración y el
funcionariado, de miembros que deben demostrar sus aptitudes por
oposiciones.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 56 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
Hegel no acepta la universalidad de la participación, esto es, el sufragio
universal. Masculino, obviamente; hasta Stuart Mill no se incorpora a la mujer
en sus planteamientos. El pueblo es considerado por Hegel como la parte
menos capaz del Estado, y el modelo representativo que mejor ve es el
estamental. Todo esto es la ideología política del Estado de Prusia hasta 1918.
5. El nacimiento del Marxismo.
El marxismo tiene su origen en la obra de Karl Marx (1818-1883).
Doctrina y teoría social, económica y política basada en la obra de Karl Marx y
sus seguidores, indisolublemente unida a dos ideologías y movimientos
políticos: el socialismo y el comunismo.
Norberto Bobbio define el marxismo como “el conjunto de las ideas o
conceptos: junto a tesis, teorías; junto a la metodología política y científica, la
concepción del mundo, hombre y vida a él asociada; se suele extraer unas
proposiciones básicas con las que se construye la doctrina marxista”.
Si el liberalismo había removido las bases del mundo medieval que agonizó
durante la «Edad Moderna», el nacimiento del marxismo va a sacudir hasta sus
más profundas raíces el pensamiento del siglo XIX. Como dicen Marx y Engels
en sus primeras palabras del Manifiesto Comunista: «Un fantasma recorre
Europa, el fantasma del comunismo». Nada mejor que esa frase para
comprender lo que significó el marxismo en su época.
Karl Marx (1818-1883)
Karl Heinrich Marx nació el 5 de mayo de 1818 en Tréveris, ciudad de la Prusia
renana (a la que también pertenecían Bonn y Colonia). Aunque su familia era de
origen judío se habían convertido al protestantismo en 1824. Su padre, Heinrich
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Marx, era abogado en Tréveris. En dicha ciudad cursó sus estudios de
Bachillerato, iniciando luego sus estudios universitarios en Bonn, que
proseguiría en Berlín, donde se dedicó al estudio de la historia y la filosofía, en
una época en la que la influencia del pensamiento hegeliano era predominante.
Marx terminaría sus estudios en 1841, con una tesis doctoral sobre la filosofía
de Epicuro. En Berlín entró en contacto con los llamados "Jóvenes hegelianos",
haciéndose socio del Club de Doctores (Doktorklub). De esa época data su
amistad con Bruno Bauer, uno de los miembros destacados del club.
En 1842 comenzó su colaboración con la revista "Rheinische Zeitung", (Gaceta
Renana), dedicada cuestiones de "política, comercio e industria", que destacó
por su carácter crítico, y de la que posteriormente sería redactor jefe, en
Colonia, actividad que le puso en contacto directo con los problemas políticos y
sociales de la época en Alemania. Consecuencia de tal contacto, y del análisis de
la realidad social y política, fue el giro dado por Marx en su pensamiento, que le
llevó a adoptar una actitud crítica ante la teoría del Estado de Hegel.
El 19 de junio de1843 se casará con Jenny von Westphalen, joven perteneciente
a la nobleza prusiana (cuyo hermano sería Ministro de Interior en uno de los
períodos más reaccionarios, después de la revolución de 1848). A raíz del cierre
de la revista, en 1843, censurada por las autoridades, Marx se traslada con
Jenny a París, donde colaborará con Arnold Ruge en los "Anales franco-
alemanes, revista de la que se llegaría a publicar un sólo número, en la que
publicará su "Crítica de la filosofía hegeliana del Derecho". En París entrará en
contacto con el movimiento socialista francés, a través de Proudhon y Louis
Blanc, dos de sus destacados líderes, conociendo también al anarquista ruso
Bakunin. En esa época iniciará sus estudios de la economía política inglesa,
sumergiéndose en la obra de Adam Smith y Ricardo, lo que supondrá un nuevo
giro en su pensamiento.
En 1844 entabló de nuevo contacto con F. Engels, a quien había conocido
anteriormente, llegado a París procedente de Inglaterra, iniciándose una
colaboración duradera entre ambos, que dará su primer fruto en 1845, con la
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publicación de "La sagrada familia", una obra crítica en contra de las posiciones
idealistas defendidas por Bruno Bauer y sus seguidores.
En 1845 Marx es expulsado de Francia, trasladándose a Bruselas. Allí continuará
su actividad política e intelectual, plasmada en las conocidas "Tesis sobre
Feuerbach" y en "La ideología alemana", escrita ésta en colaboración con
Engels, y que no será publicada hasta 1932, pero que contiene ya los elementos
fundamentales de la concepción materialista de la historia.
En 1847 se asocia a la Liga Comunista. De nuevo en colaboración con Engels,
redacta los principios y objetivos de la misma, recogidos en el conocido
"Manifiesto comunista", que sería publicado en Londres en 1848. Ese mismo
año comienza una oleada de revoluciones en Europa. Marx será expulsado de
Bélgica, donde se temía el éxito de la revolución, sin contemplaciones,
girigiéndose a Francia, invitado por el gobierno provisional. Marx y Engels
deciden regresar a Alemania, para participar en la que se producía allí, y que se
saldará con un fracaso. Marx editará en Colonia la "Neue Rheinische Zeitung",
por cuyos artículos se le llevará ante los tribunales de justicia juzgado, pero será
absuelto. Tras las derrotas de las insurrecciones de mayo de 1849 se trasladará
de nuevo a París, pero será nuevamente expulsado de Francia, en 1849, por lo
que se dirigirá a Londres, donde establecerá su residencia, aunque realizará
algunos viajes, relacionados con la salud y visitas familiares, a Francia y a
Alemania.
En Londres desarrollará una intensa actividad intelectual, (son conocidas sus
intensas sesiones de trabajo en la biblioteca del Museo Británico), que le llevará
a la realización de su obra cumbre, "El capital", colaborando también en el
"New-York Tribune". En 1859 publica, como fruto de sus trabajos sobre
economía, la "Contribución a la crítica de la Economía política", donde expone
su teoría del valor, que se convertirá en la piedra angular de sus estudios sobre
el capital. No obstante, Marx no deja completamente al margen su actividad
política en el movimiento comunista internacional, de la que será una muestra
su participación en la creación, en 1864, de la AIT (Asociación Internacional de
Trabajadores), que sería conocida también como la Iª Internacional. Las
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divergencias en el seno de la AIT con los anarquistas, así como con los
socialistas franceses y alemanes, sobre todo respecto a la hegemonía del
Consejo General, se saldará con lo que se ha considerado un fracaso político
para Marx, quien no consigue imponer sus tesis sino formalmente, aunque
gracias a la situación de poder de la que sigue gozando, consigue que la sede de
la Internacional sea trasladada a Nueva York.
En 1867 se publicará la primera edición del primer tomo de "El capital". Los 2
restantes volúmenes serán publicados póstumamente por Engels, en 1885 y
1894. En 1871, tras la revolución que lleva a la Comuna de París, Marx organiza
manifestaciones de apoyo y escribe "La guerra civil en Francia", que interpreta
la Comuna como el primer intento para instituir la dictadura del proletariado.
Fallece el 14 de marzo de 1883, siendo enterrado en el cementerio londinense
de Highgate.
Friedrich Engels.
Engels nació el 28 de noviembre de 1820 en Wuppertal, Renania y murió en
Londres el 5 de agosto de 1895. Filosofo y revolucionario alemán. Colaborador y
coautor de Marx en obras fundamentales de los movimientos sociales.
Engels nacido en una familia burguesa al paso por la universidad de Berlín se
relaciono con el movimiento de la joven Alemania y con hegelianos de
izquierda. De ahí junto a unos pocos viajes a Inglaterra, pudo estudiar las
condiciones de trabajo de los obreros ingleses y al poco tiempo desarrollar uno
de sus primeros libros llamado “La situación de la clase obrera en Inglaterra
(1845)”.
Durante esos años de unió definitivamente al socialismo. Desarrollando a lo
largo de su vida distintos libros sobre el movimiento social junto a Marx.
Aunque corresponde a Marx la primacía en el liderazgo del socialismo. Engels
tuvo gran influencia sobre él: le acercó al conocimiento del movimiento obrero,
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 60 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
además de apoyarlo económicamente y manteniendolo para la publicación de
distintas obras realizadas por Marx y Engels.
Pensamiento Político: Opuesto al radicalismo de izquierdas, tampoco concilió
con la evolución reformista, reeditando la crítica al programa de Gotha o a las
guerras civiles en Francia y finalmente, publicando la crítica al programa
socialdemócrata Alemán de 1891. Dio lugar así a la revisión que condujo al
programa de Erfurt. Al igual que con el programa de Gotha, hizo un texto de
critica al programa de Erfurt dejando entrever que no coincidía en ciertos
aspectos con el mismo. Aún siendo más próximo a sus ideas que el anterior.
El programa de Erfurt redactar en un contexto social y político marcado por la
rápida industrialización de Alemania y para la introducción de las leyes
antisocialistas. Sus líneas políticas las marco Eduard Bernstein, August Bebel y
Karl Kautsky. Declaraban la muerte inminente del capitalismo con lo cual valía
más la pena concentrar sus esfuerzos en cuestiones prácticas como mejorar la
vida de los trabajadores, que luchar por la revolución social, que ya consideraba
inevitable. Proclamaba que los medios de producción habían de ser
socializados.
El pensamiento de Marx y Engels comprende tres aspectos fundamentales que
no pueden ser singularizados sin incurrir en el peligro de empobrecerlos
notablemente. A pesar de la simplificación que esto conlleva, estudiaremos el
marxismo a partir de estos tres aspectos: el análisis del pasado (materialismo
histórico), la crítica del presente (estudio económico realizado básicamente en
la obra El capital) y el proyecto de futuro (alternativa política marxista).
La colaboración entre Marx y Engels: Marx y Engels revisan unas pruebas de
imprenta. La amistad y la colaboración entre Karl Marx y Friedrich Engels se
iniciaron en la década de 1840, en la que los dos formaban parte de la Liga de
los Comunistas, para la que escribieron conjuntamente el Manifiesto Comunista
(1848). Marx (1818-1883) nació en Alemania en el seno de una familia de la
pequeña burguesía. Durante su juventud se movió en los ambientes
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universitarios alemanes y se doctoró en filosofía. La procedencia de Engels
(1820-1895) era muy diferente: de origen alemán, era hijo de un rico fabricante
de tejidos establecido en Manchester. Fue él quien aportó sus conocimientos
sobre la economía política clásica y sobre las condiciones de vida de los obreros
en Gran Bretaña.
La lucha de clases: La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la
historia de las luchas de clases. Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos,
señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos
se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces y
otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación
revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases en pugna.
En las anteriores épocas históricas encontramos casi por todas partes una
completa diferenciación de la sociedad en diversos estamentos, una múltiple
escala gradual de condiciones sociales. En la antigua Roma hallamos patricios,
caballeros, plebeyos y esclavos; en la Edad Media, señores feudales, vasallos,
maestros, oficiales y siervos, y además, en casi todas estas clases encontramos,
a su vez, gradaciones especiales.
La moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la sociedad
feudal, no ha abolido las contradicciones de clase. Únicamente ha sustituido las
viejas clases, las viejas condiciones de opresión, las viejas formas de lucha por
otras nuevas.
Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue, sin embargo, por haber
simplificado las contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose, cada
vez más en dos grandes bandos hostiles, en dos grandes clases que se
enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado.
El marxismo es el reconocimiento de las relaciones de dominación de
capitalistas sobre obreros asalariados desde el punto de vista de los dominados.
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Se trata de un reconocimiento, una toma de conciencia de una situación dada,
que se percibe, es decir que aparece a la conciencia de los que la reconocen en
su práctica social diaria, en su interacción social. Dicho reconocimiento ó
percepción de la realidad se da en forma de manifestaciones de dominación de
los propietarios de los medios de producción, sobre los desposeídos; de modo
que estos perciben, de uno u otro modo, que la capacidad productiva de la
sociedad no está al servicio de la sociedad entera, ó lo que es lo mismo; que de
un modo u otro, los propietarios de los medios de producción, utilizan su poder
sobre estos medios para dominarlos socialmente, para mantenerlos en la
escasez, independientemente de las posibilidades productivas de los medios de
producción.
Se trata de un reconocimiento que sólo es posible desde el punto de vista de los
dominados, que son los únicos que pueden percibir su situación de dominados,
y por tanto reconocerse como dominados, por lo que “ser marxista” es
reconocerse como dominado en una estructura social dada, de una
determinada relación de dominación (capital-trabajo asalariado, imperialismo-
países pobres), cuya irreductibilidad a otros tipos de dominación (hombres
sobre mujeres, blancos sobre negros, etc.) da continuidad a dicho
reconocimiento en sus cambios de forma (así, por ejemplo, la dominación de
países ricos sobre pobres tiene una continuidad respecto a la de capitalistas
sobre obreros asalariados, pero no la tiene, en principio, con respecto a la
dominación de hombres sobre mujeres).
Se trata de una situación que en principio sólo se reconoce subjetivamente, de
forma instintiva, ó si se quiere intuitiva; siendo la característica definitoria del
marxismo, el hecho de que pasa del reconocimiento subjetivo, de la percepción
de estar dominado, al conocimiento objetivo de dicha relación de dominación.
En otras palabras: el marxismo es el proceso que va del reconocimiento
subjetivo de las relaciones de dominación capital-trabajo asalariado, de su
certeza “moral”, al conocimiento objetivo de dicha relación de dominación,
como un objeto existente independientemente de la conciencia, de la
subjetividad.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 63 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
Ahora bien, el conocimiento y reconocimiento de ser el dominado en una
relación de dominación no puede darse sin lucha, es decir sin oposición a esa
situación de dominación. Un marxista es pues, alguien que se reconoce como
dominado por el capital, reconocimiento que solo se da en su lucha contra el
capital, del mismo modo que un teórico del marxismo, es aquel que se
reconoce como dominado a nivel teórico, “ideológico”, por la ideología que
reproduce las relaciones de explotación y que traban el conocimiento de la
realidad de dicha relación. En otras palabras, que el marxismo es la teoría
científica que investiga la objetividad de las relaciones de dominación capital-
trabajo asalariado en todas sus formas, pero sólo en el interior de dicha
relación, de forma inmanente a la misma, en la lucha económica, política o
teórica que esa dominación produce como sus manifestaciones; ó lo que es lo
mismo: el marxismo es la ciencia de la lucha de clase proletaria contra la
explotación capitalista, en todas sus formas, económica, política y teórica (ó
ideológica).
6. Marxismo – Leninismo.
Se conoce como marxismo-leninismo al conjunto de aportes políticos,
económicos y filosóficos desarrollados por el líder bolchevique Vladimir Lenin
dentro del marxismo.
Uno de los aportes más importantes de Lenin fue en la cuestión de la
organización comunista. Argumentaba que la lucha económica del proletariado
sólo lo llevaría a adquirir una ideología sindicalista y que la conciencia marxista
y revolucionaria debían ser introducidas desde fuera. Además, planteaba que la
clase obrera, para llevar a cabo su actividad revolucionaria, debería de contar
con un destacamento de vanguardia que dirigiera su lucha, el Partido
Comunista. Según Lenin, los objetivos del partido sólo podrían ser alcanzados a
través de una forma de organización disciplinada conocida como centralismo
democrático. El Leninismo mantiene que el imperialismo es el estadio más alto
del capitalismo, y que el capitalismo sólo puede ser vencido a través de los
medios revolucionarios (cualquier intento de reformar el capitalismo está
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 64 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
destinado al fracaso). Lenin creía en la destrucción del Estado capitalista a
través de la revolución proletaria, y en reemplazar a ese Estado por la dictadura
del proletariado (un sistema de democracia de los trabajadores, en el que los
trabajadores tendrían el poder político a través de consejos llamados soviets).
La teoría de Lenin sobre el imperialismo tenía como objetivo mejorar la obra de
Karl Marx explicando un fenómeno que Marx no había predicho: el Capitalismo
que se convierte en un sistema global (Marx había descrito un sistema
nacional). En el centro de esta teoría del imperialismo está la idea de que las
naciones capitalistas avanzadas están intentando evitar la revolución forzando a
que su sobreproducción entre en los mercados coloniales y explotando los
recursos de estas colonias. Esto permitía a las naciones capitalistas
industrialmente avanzadas el mantener contentos a sus trabajadores, en parte
también a través de la creación de una aristocracia obrera. Como resultado el
capitalismo sería dirigido por ese sector privilegiado o aristocracia obrera,
representada por los partidos socialdemócratas, hasta el punto de que la
revolución no ocurriría en las naciones más avanzadas (como Marx había
previsto) sino en el Estado imperialista más débil: Rusia.
Si la revolución solo puede llevarse a cabo en un país subdesarrollado esto
conlleva un problema serio: ese país no será capaz de desarrollar un sistema
socialista (en la teoría marxista el socialismo es el estadio que sucede al
capitalismo, y antes de llegar al comunismo), porque el capitalismo no ha
seguido su curso completo todavía en ese país, y porque los poderes
extranjeros intentarán acabar con la revolución a cualquier costo. Para
solucionar este problema Lenin propone dos posibles soluciones:
1- La revolución en un país subdesarrollado desata una revolución en un país
capitalista desarrollado (por ejemplo, Lenin esperaba que la Revolución Rusa
provocaría una revolución en Alemania). El país desarrollado establece el
Socialismo y ayuda al subdesarrollado a hacer lo mismo.
2- La revolución tiene lugar en numerosos países subdesarrollados al mismo
tiempo o en una sucesión rápida; los países subdesarrollados se juntan en un
estado federal capaz de intimidar a las potencias capitalistas y establecer el
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 65 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
Socialismo. Esta era la idea original durante la fundación de la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
El socialismo no puede sobrevivir sólo en un país pobre y subdesarrollado. Por
eso, el Leninismo aboga por la revolución mundial en una forma u otra.
Vladimir Ilich Lenin
(Vladimir Ilich Ulianov) Líder comunista ruso que dirigió la Revolución de
octubre y creó el régimen comunista soviético (Simbirsk, 1870 - Nijni-Novgorod,
1924). Procedía de una familia de clase media de la región del Volga. Su
animadversión contra el régimen zarista se exacerbó a partir de la ejecución de
su hermano en 1887, acusado de conspiración. Estudió en las universidades de
Kazán y San Petersburgo, en donde se instaló como abogado en 1893. Sus
actividades contra la autocracia zarista le llevaron a entrar en contacto con el
principal líder revolucionario ruso del momento, Plejáanov, en su exilio de Suiza
(1895); fue él quien le convenció de la ideología marxista. Bajo su influencia,
contribuyó a fundar en San Petersburgo la Liga de Combate por la Liberación de
la Clase Obrera, embrión del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso presidido
por Plejánov.
En 1897, Lenin fue detenido y deportado a Siberia, donde se dedicó al estudio
sistemático de las obras de Marx y Engels y elaboró su primer trabajo sobre la
aplicación del pensamiento marxista a un país atrasado como Rusia (El
desarrollo del capitalismo en Rusia). Tras su liberación en 1900 partió al exilio y
fundó en Ginebra el periódico Iskra («La Chispa»), en colaboración con
Plejánov; por entonces publicó la obra Qué hacer (1902), en donde defendió la
posibilidad de hacer triunfar en Rusia una revolución socialista con tal de que
estuviera dirigida por una vanguardia de revolucionarios profesionales
decididos y organizados como un ejército. En el II Congreso del Partido
Socialdemócrata Ruso (1903), impuso aquellas ideas al frente del grupo
radicalbolchevique, que defendía su modelo de partido fuertemente
disciplinado como vanguardia de la revolución que creía viable a corto plazo; en
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 66 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
1912 quedaría confirmada definitivamente la ruptura con la
minoría menchevique de Plejánov y Martov, apegada a un modelo de partido
de masas que preparara las condiciones para el triunfo de la revolución obrera
a más largo plazo, pasando antes por una etapa de democracia burguesa.
La teoría política de Max Weber.
Nació en Alemania (1864-1920), fue un filósofo, economista, jurista, historiador,
politólogo y sociólogo alemán, considerado uno de los fundadores del estudio
moderno, antipositivista, de la sociología y la administración pública. Sus
trabajos más importantes se relacionan con la sociología de la religión y el
gobierno, pero también escribió mucho en el campo de la economía. Su obra
más reconocida es el ensayo La ética protestante y el espíritu del capitalismo,
que fue el inicio de un trabajo sobre la sociología de la religión. Weber
argumentó que la religión fue uno de los aspectos más importantes que
influyeron en el desarrollo de las culturas occidental y oriental. En otra de sus
obras famosas, La política como vocación, Weber definió el Estado como una
entidad que posee un monopolio en el uso legítimo de la fuerza, una definición
que fue fundamental en el estudio de la ciencia política moderna en Occidente.
Racionalidad y dominación en Max Weber (1864 - 1920)
La obra de Max Weber puede entenderse como un intento de comprender los
aspectos técnicos y burocráticos del capitalismo. Su obra más importante es
“Economía y Sociedad” y aspira a conocer el presente remontándose con
frecuencia al pasado.
Para Weber su teoría política reside en los valores que la historia y la tradición
nos han ido inculcando. Según él, el trabajo del investigador científico debe
basarse en la formulación de juicios de hecho verificables y, en tanto sea
posible, objetivos. Para Weber el Estado es aquella institución que emplea la
dominación atribuyéndose, yasea legítimamente o no, el monopolio de la
coerción física. Los ciudadanos se convierten en sociedad civil y son aquellos
grupos de ciudadanos que aceptan la dominación.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 67 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
Para Weber será importante disminuir la presión del Estado, disminuir la
burocracia y someterla a un control político.
Partiendo de este presupuesto realista de la dominación, Weber constituye su
famosa Tipología de los Poderes sobre los diferentes tipos de dominación:
Dominación carismática: se da en sociedades primitivas. El poder es encarnado
por el líder, aquél que consigue demostrar un poder trascendente y
extraordinario. A través de la magia o la religión se erige en un ser elegido
mediador entre la sociedad y dios (comunidad y fuerzas espirituales).
Dominación tradicional: la comunidad reconoce y acepta el pasado como base
constitutiva del presente. El pasado se encarna en herederos que son
reconocidos como tales no por realizar algo extraordinario sino por tradición
ancestral (sacerdotes / monarcas).
Dominación racional o legal: el Estado y la burocracia son el máximo poder
garantizador de la justicia y la eficacia.
En su libro, “La ética protestante y el espíritu del capitalismo” (1904), refleja el
contraste en la sociedad moderna del pasado religioso y el capitalismo. Weber
señala las semejanzas entre la ética calvinista y la ética del trabajo y el ahorro:
renuncia a una vida placentera, predestinación, represión de todo impulso
sensual mediante el trabajo, etc.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 68 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
UNIDAD 3
LA POLÍTICA: DOS GRANDES INTERPRETACIONES.
La ciencia es el conjunto de técnicas y modelos que permite organizar el
conocimiento sobre una estructura de hechos objetivos. La política, por su
parte, es una actividad ideológica destinada a la toma de decisiones de un
grupo para alcanzar objetivos y el ejercicio del poder para la resolución de
conflictos.
Por otra parte, es posible distinguir entre las ciencias formales (sin contenido
concreto, como la matemática), las ciencias naturales (estudian la naturaleza,
como la geología) y las ciencias sociales (se encargan de analizar los fenómenos
de la cultura y la sociedad, como la historia).
Dicho esto, podemos afirmar que la ciencia política es una ciencia social que se
dedica al estudio de la actividad política como un fenómeno universal y
necesario. La ciencia política también se encarga de desarrollar la teoría del
Estado, la principal forma de organización social.
Es importante tener en cuenta que la política ha existido siempre, por lo que las
reflexiones sobre sus alcances datan de la antigüedad. Sin embargo, hay
quienes ubican al nacimiento de la ciencia política en el siglo XVI, con el trabajo
de Nicolás Maquiavelo.
En cuanto a la noción moderna de la ciencia política, surge a partir del siglo XIX,
cuando las revoluciones liberales y el desarrollo industrial propiciaron grandes
cambios sociales que fueron analizados por varios pensadores.
La ciencia política se encarga, en la actualidad, de analizar el ejercicio del poder
político, las actividades estatales, la administración y gestión pública, los
sistemas políticos, el régimen partidista y los procesos de elecciones, entre
muchos otros temas.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 69 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
Lo primero que hay que hacer es aclarar los conceptos primordiales de ciencia,
teoría y política, para entender, en una primera instancia, la diferencia que hay
entre Ciencia Política y Teoría Política. A reserva de estudiarlos a fondo,
conviene hacer una breve definición de estas ideas, para poder entender varios
temas que se desarrollan en la presente unidad y en el resto del curso.
El concepto ciencia (palabra que proviene de la latina Sciencia, que significa
conocimiento), ha tenido diferentes interpretaciones a lo largo del tiempo, a
pesar de que muchos lo entienden como una noción ahistórico, es decir, como
algo que siempre ha sido de una determinada manera y no ha cambiado. En
este curso se entenderá a la ciencia en un sentido histórico, o sea, como un
concepto que tenido distintas acepciones en cada uno de los periodos
históricos.
Con base en lo anterior, podemos decir que la idea actual de ciencia nace en la
modernidad (siglos XVII-XVIII), esta idea nos muestra que la ciencia es un
conocimiento sistemático y metódico, que debe tener un medio de
comprobación y explicación que recae en las matemáticas, amén de producir
leyes y principios de tipo universal. Pero, el concepto de ciencia no siempre ha
sido entendido, así, por ejemplo, en la Grecia Clásica, se entendía como
Episteme, es decir, el conocimiento verdadero. En la Edad Media, a lo que hoy
llamamos ciencia se le denominaba Filosofía Natural.
En este curso, siguiendo al Dr. Luis Villoro [Creer, saber, conocer, séptima
edición, México, siglo xxi editores, 1992], entendemos como ciencia como “un
conjunto de saberes compartibles por un comunidad epistémica determinada
[…] La ciencia es un cuerpo de saberes, antes que un conocer, le importa la
objetividad. Su propósito es establecer razones incontrovertibles. Su ideal es un
conocimiento compartible por la intersubjetividad racional más amplia. La
necesidad de objetividad la compromete a la crítica incesante de los motivos
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 70 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
personales que distorsionan las razones y pretenden pasar por validos,
fundamentos irracionales. Por ello la ciencia es un instrumento universal. La
objetividad de su justificación le permite ser una garantía de verdad para
cualquier sujeto que tenga acceso a sus razones. El saber científico no sólo
asegura el acierto en su acción a un individuo, sino a cualquier miembro de la
especie. La ciencia no hace sentido de personas, porque puede servir a todas,
para cualquiera fines que se propongan acordes con la realidad.”
Respecto a la noción de teoría, es primordial conocer que es una palabra de
origen griego: theoria, significa, entre otras cosas, reflexión y contemplación.
Así pues, entendemos por teoría (según el DRAE) como el “Conocimiento
especulativo considerado con independencia de toda aplicación.” Por lo tanto,
teoría es cualquier pensamiento o reflexión intelectual que nos lleve a explicar
algún acontecimiento.
A pesar de que analizaremos con más amplitud el concepto de política en el
primer apartado de esta unidad, conviene decir que también es una palabra de
origen griego, formada por dos elementos lexicológicos, la palabra Polis y el
sufijo ica. Ahora bien, Polis, en el sentido más de simple, significa ciudad,
mientras que el sufijo ica se usa para indicar “relativo a”. Por lo tanto, política
significa, etimológicamente, “lo relativo a la ciudad”, es decir, que la política
estudia todo lo relacionado con la ciudad, pero ¿qué es la ciudad? Hay que
entender que para los griegos clásicos, el hombre no podía vivir solo, porque el
hombre es un animal social, un zoon politikon como decía Aristóteles, un
animal político que formaba entidades sociales para vivir. Estos grupos
humanos juntos formaban núcleos sociales, grandes o pequeños que se
establecen en un lugar determinado para desarrollar sus vidas. A estas
comunidades se les llamó Polis, que eran conglomerados humanos en donde
vivían, se protegían unos a otros, además producían víveres y mercancías para
satisfacer la mayoría de las necesidades de sus miembros. Sin entrar en
detalles, por el momento basta decir que estas ciudades crecieron y se
fortalecieron formando lo que hoy llamamos conceptualmente Ciudad-Estado.
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Así las cosas, entenderemos a la Teoría Política como la reflexión sobre cómo
los seres humanos deberíamos ordenar nuestra convivencia en sociedad. En
este sentido, la tarea de la Teoría Política es precisar conceptos políticos
fundamentales, como libertad, igualdad, democracia, justicia, bien común,
Estado, poder, etc., además de examinar cuáles instituciones y qué prácticas
políticas conducen explicar la vida en sociedad de los seres humanos. Por eso se
estudiaran los textos principales en la historia del pensamiento político (clásico,
medieval, renacentista y moderno) y las cuestiones e interrogantes que tales
textos plantean en relación al diseño del orden político y social.
Por otra parte, la Ciencia Política es una ciencia social que tiene por objetivo
definir la forma en que los seres humanos han construido sistemas y
comportamientos políticos, a través de explicaciones racionales, verdaderas,
comprobables y universales de manera teórica y práctica.
En todo caso, la ciencia política y la teoría política son disciplinas que surgen en
el siglo XIX, aunque sus materias de estudio tienen más de cuatro milenios de
existencia. Por otra parte, ambas materias por ser reflexivas y especulativas
tienen relación directa con la filosofía.
La palabra Política significa “lo relativo a la Polis”, entendiendo Polis como
ciudad-Estado, concebida, en primera instancia, como sociedad de seres
humanos. La Ciudad-Estado griega era una pequeña forma política de
convivencia de diversas familias en la que se desenvolvía la vida de las
comunidades de la Hélade, bajo un régimen de autosuficiencia y autarquía. En
la polis griega ningún problema que plantea la existencia humana es ajeno a la
política, pues ésta es un principio activo, susceptible de abarcar todos los
aspectos de la vida del hombre en sociedad. La actividad política es
caracterizada precisamente por su universalidad y diversidad. Toda sustancia
social puede ser, en un momento determinado, sustancia política. En suma, la
política en Atenas era lo que concierne al conjunto de ciudadanos.
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Los romanos emplearon la expresión “civitas”, equivalente a ciudad, pero con
un contenido más amplio. Más tarde, la expresión se generalizó hasta
comprender todos las actividades que se relacionan con el Estado, que es un
concepto empleado por Maquiavelo en el recinto Renacimiento.
El Estado se convierte en un objeto de conocimiento que ha originado diversas
disciplinas políticas, cuyos límites aún no son precisos, pero que se comprenden
en la ciencia política moderna.
Como ya hemos apuntados, la política tiene diversas interpretaciones y su
concepto tiene varias acepciones, sin embargo, el común denominador en
todos los diferentes puntos de vista desde los cuales se estudia a la política es
que se refiere a grupos humanos, desde los primitivos hasta los desarrollados.
En este sentido, política se puede entender como la actividad que tiene por
objeto regular y coordinar la vida social, por medio de una función de orden,
defensa y justica, que mantenga la cohesión y el desarrollo del grupo.
En la vida de social, determinadas actividades sociales se refieren al Estado bajo
diversos ángulos y constituyen actos que pueden influir en la creación y
mantenimiento de un orden de Estado determinado. De este modo, la política
es lo que hace referencia directa al estado, aunque la política lo precede
históricamente y su contenido sea más amplio que el del Estado.
La Política se consideró como la ciencia práctica del Estado o ciencia aplicada,
que estudia el modo como el Estado puede alcanzar determinados fines. Existe
una controversia sobre la naturaleza de las ciencias que estudian al Estado. La
doctrina del Estado contiene esencialmente juicios de mero conocimiento, en
tanto que el contenido de la política está formada por juicios de valoración, es
decir, la política no es una ciencia de lo que es, sino de lo que debe ser.
La política también puede entenderse como una lucha por el poder político o
como la ciencia que estudia al Estado. La política como ciencia del Estado o del
poder organizado en la comunidad humana de cualquier magnitud.
Cuando la política alcanza un nivel alto de evolución, se convierte en el dominio
de la esfera de los intereses públicos administrados y representados por el
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Estado. La política es la acción relativa a este domino, la dirección del grupo
político, la influencia que se ejerce sobre esta dirección.
En suma, la política se puede observar, al menos, desde tres puntos de vista: 1)
Como acción de poder. 2) Como disyunción entre la lucha y la oposición de los
estratos que se forman en las sociedades humanas. 3) Como actividad
orientada a un fin. [Andrés Serra Rojas, Ciencia Política, México, Editorial
Porrúa, 1980, pp. 75-80].
Por otro lado, si para Aristóteles el hombre era un zoon politikón, la sutileza
que con frecuencia se omite es que Aristóteles definía de esta manera al
hombre, no a la política. Sólo porque el hombre vive en la polis, y porque la
polis vive en él, el hombre se realiza completamente como tal. Al decir “animal
político”, Aristóteles expresaba, pues, la concepción griega de la vida. Una
concepción que hacía de la polis la unidad constitutiva (indispensable) y la
dimensión completa (suprema) de la existencia. Por lo tanto, en el vivir
“político” y en la “politicidad”, los griegos no veían una parte o un aspecto de la
vida; la veían en su totalidad y en su esencia. Por el contrario, el hombre “no
político” era un ser defectuoso, un idion, un ser carente (el significado
originario de nuestro termino “idiota”), cuya insuficiencia consistía
precisamente en haber perdido, o en no haber adquirido, la dimensión y la
plenitud de la simbiosis con la propia polis. Un hombre “no político” era
simplemente un ser inferior. Frente a ciertas teorías de origen sofístico, que
consideraban a la sociedad como un producto de la convención, Aristóteles
afirma que la sociabilidad es un rasgo o dimensión esencial de la naturaleza
humana. En la evaluación aristotélica de la condición humana, resuenan los
ecos platónicos de la concepción del hombre como realidad intermedia entre
las bestias y Dios, la vida en sociedad es imposible para las bestias y es
innecesaria para Dios, por lo tanto, aquel que no puede vivir en sociedad o no
tiene necesidad de ello porque es autosuficiente, ha de ser una bestia o un dios,
eso es lo que decía Aristóteles. Aun ahora, sigue vigente la afirmación del
Estagirita de que lo político es la diferencia específica que distingue al ser
humano de los seres que le son más cercanos, los animales. El quehacer político
es la capacidad de decidir sobre los asuntos de la vida en sociedad, de fundar y
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alterar la legalidad que rigen la convivencia humana y de tener a la sociabilidad
humana como una sustancia a la que se le puede dar forma.
El vivir político en y para la Polis, era al mismo tiempo el vivir colectivo, el vivir
asociado, y más intensamente, el vivir en comunidad. Por lo tanto, no es exacto
decir que Aristóteles incluía la socialidad en la política. En verdad, los dos
términos era para él un único termino, y ninguno de los dos se resolvía en el
otro, por la simple razón de que “político” significaba conjuntamente las dos
cosas a la vez. De hecho la palabra “social” no es griega sino latina, y le fue
adjudicada a Aristóteles por sus traductores y comentaristas medievales. Es
claro que la palabra griega polítes (ciudadano), los romanos la tradujeron como
civis, lo mismo la palabra polis se traduce al latín como civitas. Pero cuando los
romanos absorbieron la cultura griega, la ciudad griega había sobrepasado
ampliamente la dimensión que admitía el “vivir político” según la escala griega.
Por lo tanto la civitas, con respecto a la polis, es una ciudad de politicidad
diluida, la razón tiene dos explicaciones: La primera es porque la civitas se
configura como una civitas societas, es decir, adquiere una calificación más
elástica, que amplía sus límites. Y en segundo lugar, la civitas se organizó
jurídicamente, por eso civilis societas se traduce como iuris societas.
En resumen, los romanos sustituyen la politicidad (sociabilidad) griega por la
juridicidad.
Al respecto, Cicerón (104-43 a C) sostenía que la civitas no es un conglomerado
humano cualquiera, sin aquel conglomerado que se basa en el consenso de la
ley. Para Séneca (4 aC-65 dC), el hombre no es un animal político, sino, por el
contrario, un sociale animal. Lo cual implica lo contrario a la visión aristotélica,
porque el animal social de Seneca y de los estoicos, es el hombre que ha
perdido la polis, que se ha extrañado de ella, y que se adapta a vivir
negativamente más que en forma positiva en una cosmópolis. [Giovanni Satori,
La política, México, FCE, cap. 1.]
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La Sociología Política estudia la influencia recíproca que ejercen la Política y la
Sociología, por lo cual es una ciencia interdisciplinaria, ya que si bien la sociedad
en sus niveles de pobreza, educación, violencia, heterogeneidad, etcétera,
condicionan las decisiones políticas, y las explican, estas actuaciones también
tendrán una influencia decisiva en la conformación social (planes de empleo o
de viviendas, becas estudiantes, creación de centros de salud) que cambiarán la
sociedad en la que se apliquen. En la mayoría de los casos los cambios políticos
traen aparejados cambios sociales, y viceversa
Son sus temas principales, además de lo antes mencionado: el nacimiento del
Estado moderno, como conformación socio-política; la indagación de la clase
social a la que pertenecen los gobernantes; las relaciones de poder entre
grupos sociales, y dentro de ellos mismos.
La Historia es una ciencia auxiliar de la Sociología Política que le ayuda a
entender estas interacciones a lo largo del tiempo y en distintos lugares del
mundo.
Uno de los pioneros en la creación de esta rama de la Sociología fue Max Weber
(1864-1920). Este autor, sentó la conocida “Tesis de Weber” donde expuso que
el Estado es quien debe poseer la violencia y los medios de coacción de modo
monopólico, en su obra “La ciencia como vocación, la política como vocación”.
El jurista y politólogo francés, Maurice Duverger, nacido en 1917, definió a la
Sociología Política como la que se encarga de estudiar los fenómenos políticos,
analizándolos sociológicamente. Es una ciencia que presenta muchos temas en
común con la Ciencia Política.
En el caso de Max Weber, la relación entre ciencia y política alude directamente
a dos preguntas, la primera, acerca de si es posible, científicamente, la crítica de
la práctica política, incluida su forma de legislación y ejercicio de poder; la
segunda, sobre si más allá del ámbito jurídico-legislativo, es posible que la
ciencia pueda formular "juicios de valor" en relación con los principios últimos
de la acción que norman la actuación política de los ciudadanos, el Estado y las
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tendencias políticas todas. Es decir, si existe alguna relación entre la ciencia y la
ética y, por lo tanto, la posibilidad de una "ciencia ética sobre bases empíricas"
o si la ciencia debe establecerse sobre bases valorativas, sin relación con el
poder político.
La elaboración del pensamiento de Weber respecto a estos puntos se resuelve
en los artículos "El sentido de la Wertfreiheit de las ciencia sociales y
económicas" (1917), "Ciencia como Vocación" y "Política como vocación". A lo
largo de su exposición, la pregunta kantiana sobre la razón práctica -"¿qué debo
hacer?"- se resuelve en definitiva al margen de lo que efectivamente "puedo
saber". La ciencia empírica no puede establecer normas ideales u obligatorias
de comportamiento moral práctico, ni auto-fundarse a sí misma. La única
valoración accesible para la ciencia, especifica Weber, se refiere a un juicio
sobre la adecuación causal con base en "regularidades empíricas". Ni el
enjuiciamiento del fin de la acción, ni la decisión de los medios para la
obtención del fin puede ser materia de valoración de la ciencia.
Desde su tradición ilustrada, Weber piensa que la "racionalidad" es la
posibilidad de desarrollo de la sociedad moderna. Sin embargo, su propio
esquema conceptual le hace advertir que la materialización de este valor en
normas e instituciones es resultado de enfrentamientos de poderes y juegos de
fuerza, donde la razón no tiene nada que ver. En el ámbito de la política, la
razón se desdibuja como la fuerza poderosa en la que una vez confió la
modernidad y su proyecto de racionalidad ilustrada. La ciencia no puede
establecer las validez de un orden social respecto de otro, ni la inteligencia
puede asumir que posee la fuerza para oponerse a las "grandes decisiones"
irracionales aún porvenir. El pensamiento ilustrado de Weber se circunscribe así
como expresión de la propia ambigüedad moderna frente a si misma, que
señala que la salida a la irracionalidad es el pensamiento racional, a la vez que
observa que esa misma racionalidad, abandonada a su propia fuerza, conduce a
la catástrofe, punto de coincidencia clave con la filosofía de la historia expuesta
ya como crisis de la cientificidad y su racionalidad por Adorno y Horkheimer en
1944. El desarrollo de su método exige a Weber la diferenciación entre ciencia y
política, a la vez que observar los límites de la ciencia en relación con la política.
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Aspecto que le permite también, sin cuestionar la validez de la razón científica,
seguir pensando que es ésta la única vía de evolución social -moderna
precisamente amenazada por la política de la racionalidad instrumental,
dejando en la sombra los límites irracionales que su propia inserción
especializada en este discurso iluminista proyecta sobre el científico.
SOCIOLOGÍA POLÍTICA: la sociología política se define como estudio del Estado,
sus instituciones y las relaciones de poder que operan en un determinado
sistema político. La disciplina usa la historia comparativa para analizar los
sistemas de gobierno.
La sociología política es el estudio del poder y de la intersección de
personalidad, estructura social y política. La sociología política es
interdisciplinaria, donde la ciencia política y la sociología se cruzan. La disciplina
usa la historia comparativa para analizar los sistemas de gobierno y
organización económica para comprender el clima político de la sociedades. Por
comparar y analizar la historia y datos sociológicos, las tendencias y pautas
políticas emergen. Los fundadores de la sociología política fueron Max
Weber (Alemania) y Moisey Ostrogorsky (Rusia).
Hay cuatro áreas principales que son enfoques de investigación en la sociología
política contemporánea:
La formación socio-política del estado moderno.
"¿Quién manda?" Como la desigualdad social entre grupos (clase, raza, género,
etc.) influencia la política.
Como las personalidades públicas, movimientos y tendencias sociales fuera de
las instituciones formales de poder político afectan a la política.
Las relaciones de poder dentro de y entre grupos sociales (familias, lugares de
trabajo, burocracia, medios de comunicación, etc.).
El campo también mira como las tendencias sociales principales pueden afectar
el proceso político, además de explorar como varias fuerzas sociales trabajan
juntas para cambiar las políticas. Los sociólogos políticos aplican varias teorías a
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asuntos sustantivos. Cada teoría reivindica que es comprensiva, pero realmente
tiene pocas áreas de fuerza porque fue desarrollada para tratar de asuntos
específicos y opera en un nivel de análisis.
Objeto de estudio de la sociología política:
Es el estudio del poder y de la intersección de personalidad, estructura social y
política. La sociología política es interdisciplinaria, donde la ciencia política y la
sociología se cruzan. La disciplina usa la historia comparativa para analizar los
sistemas de gobierno y organización económica para comprender el clima
político de las sociedades. Por comparar y analizar la historia y datos
sociológicos, las tendencias y pautas políticas emergen. Los fundadores de la
sociología política fueron Max Weber (Alemania) y Moisey Ostrogorsky (Rusia).
La interpretación marxista.
Cuando se habla de Estado se hace referencia a una forma de organización
social soberana que tiene el poder administrativo y de regulación sobre un
determinado territorio. A su vez, cuando se menciona el Estado de Derecho, se
incluyen en él las organizaciones resultantes de la ley y la división de poderes.
El concepto surgió originalmente en los diálogos platónicos, pero luego fue
Maquiavelo quien introdujo la palabra propiamente dicha en su obra “El
príncipe”.
Estado no es lo mismo que gobierno, que es una parte constitutiva del mismo,
ni tampoco que nación, ya que pueden existir naciones sin Estado o varias
naciones agrupadas bajo una misma unidad estatal.
Para que un Estado sea reconocido como tal tiene que ser reconocido por otros
Estados, debe disponer de organismos para institucionalizar su autoridad y
debe tener la capacidad de diferenciar su control. Además, un Estado debe ir en
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pos de la internalización de una identidad colectiva a través de símbolos como
el himno y la bandera.
Por otro lado, puede hablarse de distintas formas de organización estatales,
tales como la centralista, la federal o la autonomista.
En el Derecho Internacional se reconocen distintos tipos de estados: los
soberanos con plena capacidad de obrar, los que acusan limitaciones en su
capacidad de obrar (por ejemplo, los estados neutrales que no participan en
conflictos internacionales), y otros.
A través de la historia distintas corrientes se han levantado en contra de la
concepción de Estado. Por ejemplo, el anarquismo, que sostiene que el Estado
monopoliza la seguridad, la defensa y la protección social ejerciendo un
gobierno obligatorio y violento, y así rechaza toda forma de gobierno. Otro caso
es el marxismo, que afirma que se trata de una unidad de ejercicio de los
intereses de la clase social dominante y que aspira a la conquista del poder por
parte de la clase trabajadora. O bien, el liberalismo, que busca la reducción del
papel del Estado al mínimo para procurar el respeto de las libertades básicas,
en especial, de mercado.
Poder político.
El poder político es una consecuencia lógica del ejercicio de las funciones por
parte de las personas que ocupan un cargo representativo dentro de un sistema
de gobierno en un país.
El poder político se identifica en sistemas democráticos con el poder Ejecutivo y
legislativo de un país, mientras que el tercer poder del Estado, el poder judicial,
está dentro de un esquema distinto ya que su legitimidad no está sostenida por
el voto del pueblo como los otros dos poderes, si no por el fiel cumplimiento del
ejercicio de sus funciones.
El poder político es legítimo cuando es elegido conforme a las leyes del país
(Constitución). En países democráticos tiene como sustento la legitimidad
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otorgada por el pueblo por medio del voto popular (Elecciones). El poder
político es abusivo cuando se excede en el ejercicio de sus funciones, avanzado
en materias que está dentro del ámbito de los otros poderes. (Intromisión de
poderes). El poder político es ilegítimo cuando utiliza mecanismos no
autorizados por las leyes y se adueña del poder gubernamental (Ejecutivo-
legislativo) sin tener la legitimidad del pueblo, otorgada por el voto popular.
Clases sociales.
La clase social es una forma de estratificación social en la cual un grupo de
individuos comparten una característica o situación que los asocia
socioeconómicamente, es decir, su posición social, el poder adquisitivo que
disponen o por la posición que ostentan dentro de una determinada
organización.
La pertenencia o no de un individuo a una determinada clase social en el
llamado sistema de clases estará determinado casi exclusivamente por criterios
de tipo económicos, contrariamente a lo que sucede en aquellos casos de
estratificación basados en castas o estamentos, en los cuales los criterios de
pertenencia no tienen que ver en principio con la situación económica de cada
individuo.
Los individuos que configuran una determinada clase social, clase media, clase
alta o clase baja, presentan intereses comunes, o en su defecto, una estrategia
social máxima en la que tiene que ver su poder político y bienestar social.
Mientras tanto, las mencionadas condiciones que determinan que tal o cual
pertenezcan a una clase u otra estarán determinadas por el nacimiento y la
herencia familiar. Si bien existen casos de movilidad de una clase a otra, por
ejemplo, de clase baja a clase media, dentro de este tipo de estratificación, algo
que por ejemplo casi no sucede en una estratificación por estamentos,
mayormente, aquellos hijos de las clases menos favorecidas, como ser la baja, a
lo largo de su vida siguen formando parte de la misma y se la transfieren a sus
hijos.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 81 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
En tanto, el conjunto de todas las clases sociales más sus relaciones conforman
un sistema de clases, que es el típico que se encuentra en las sociedades
industriales modernas. Y tal como mencionábamos líneas arriba, es este tipo de
sociedad la que demuestra una mayor movilidad social que otros sistemas de
estratificación, o sea, hay chances que por algún mérito o por cualquier otro
factor alguien ascienda, o en su defecto, descienda de clase social.
De todas maneras, tal situación no neutraliza la desigualdad social existente en
muchísimas de estas sociedades, especialmente en aquellos países
subdesarrollados.
Investiga el nombre de algunos de los “Precursores del marxismo”
Neomarxismo:
Cuatro han sido los pilares fundamentales del núcleo duro (Lakatos) de la
teoría de Marx, quien rechazó para sí mismo la denominación de marxista, al
cuestionarse algunas posturas tergiversadoras de su pensamiento que se
asumían en su nombre: 1) el materialismo filosófico sustentado en la
perspectiva histórico-social; 2) la comprensión dialéctica del mundo; 3) el
humanismo en su pretensión concreta de realización del ideal comunista y 4) el
carácter práctico-revolucionario de sus proyecciones en todos los planos de la
vida social. Cada uno de ellos ha motivado numerosas polémicas entre críticos
y seguidores dando lugar a numerosas corrientes de lo que Ernesto Guevara
denominó “los marxismos”.
Entre ellos se fueron diferenciando bajo diferentes términos, según se
considerase su mayor o menor correspondencia con aquellos pilares: el
“marxismo ortodoxo” (Lukács), el “marxismo-leninismo” (Stalin), el “marxismo
occidental” (Meleau Ponty), el “marxismo soviético” (Marcuse), etc.
El neomarxismo –independientemente de las diversas corrientes que se
incluyen dentro de él- se considera por lo común aquel que se distanció del
“marxismo oficial” establecido en los países del llamado “socialismo real”.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 82 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
Sus antecedentes se encuentran entre otros en el intento de utilizar el
marxismo para analizar autocríticamente el propio marxismo y renovarlo
(Korsch), destacarlo como “filosofía de la praxis” (Gramsci) y se identifica
mayormente con la teoría crítica de la Escuela de Frankfort (Horkheimmer,
Adorno, Habermas) sobre la cultura, la comunicación, etc., y algunas
transformaciones operadas en el capitalismo contemporáneo. Estos análisis
estuvieron condicionados por la publicación de los trabajos tempranos y otros
inéditos de Marx que promovieron polémicas sobre la enajenación, el
humanismo, la ideología, (Althusser, Foucault), la utopía (Bloch) etc.
Una idea común propiciadora del neomarxismo –emergido básicamente en los
países de Europa Occidental- es que Marx dejó una teoría económica
elaborada en relación al capitalismo premonopolista pero debía ser más
desarrollados sus fundamento filosóficos, epistemológicos, axiológicos así como
su teoría política en general en correspondencia con las transformaciones de
esa sociedad y del naciente socialismo en el pasado siglo XX.
El neomarxismo aunque mantuvo su raigambre anticapitalista, también criticó
generalmente la experiencia del “socialismo real” al considerarlo distanciado de
su proyecto originario y por enquistar la filosofía marxista en su versión
dogmática del materialismo dialéctico.
Con la relativa aceleración de los ritmos de desarrollo de los países
latinoamericanos, junto la instrumentación de ensayos socialistas de inspiración
marxistas en varias regiones del mundo, incluyendo esta región, el prestigio del
marxismo alcanzó mayores niveles de trascendencia no solo en el plano
político-ideológico sino también en el académico e intelectual con varias
personalidades aportativas y auténticas como el peruano José Carlos
Mariátegui.
El neomarxismo, en sus versiones renovadas junto a las del marxismo-
leninismo que había tomado auge también, paulatinamente fue ganando
aceptación no sólo entre dirigentes políticos, sino en prestigiosos intelectuales
que deseaban renovar la teoría marxista y las experiencias del socialismo como
el colombiano Antonio García y el hispano-mexicano Adolfo Sánchez Vásquez.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 83 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
El marxismo, a diferencia de la mayor parte de otras filosofías, se ha
caracterizado por una más efectiva articulación con la práctica política,
económica, social y científica del país o región en que se desarrolla. América
Latina no constituye una excepción de esa regla, aunque en quienes han
adoptado posturas identificadas con el neomarxismo generalmente se observa
una mayor articulación con la actividad teórica que con la praxis política.
En América Latina el neomarxismo se ha desarrollado en permanente
confrontación crítica con las posturas ortodoxas dentro del marxismo y con
otras corrientes filosóficas, económicas y sociológicas contemporáneas. Esas
batallas han fortalecido el marxismo, pero también han evidenciado sus partes
blandas por lo que sus defensores se han visto precisados a enriquecer la teoría
y a fortalecer sus argumentos a tenor con los cambios en el mundo y los logros
de las ciencias.
Cuando la labor intelectual se ha limitado dogmáticamente a encontrar
respuestas acabadas para todos los novedosos problemas contemporáneos y
específicos en un supuesto arsenal teórico inagotable de sus clásicos
fundadores, presuponiendo que sólo hay que remitirse a él para tener todas las
soluciones, la producción marxista se ha empequeñecido.
El neomarxismo ha sido una de las palancas propulsoras de la renovación y
enriquecimiento de aquellos pilares iniciales de la teoría de Marx y de otros
nuevos gestados por la complejidad del actual mundo globalizado.
1Pablo Guadarrama González. Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas. Santa Clara. Cuba.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 84 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
UNIDAD 4
Factores reales de poder.
Las luchas políticas se presentan como resultado de numerosos factores que se
contrarrestan entre sí. Según Duverger un antagonismo se genera siempre
dentro de cierto marco, y los elementos reales de poder que lo engendran
influyen en el modo en que se manifiestan. Para él, las formas de lucha política
dependen de cuestiones biológicas, psicológicas, demográficas, geográficas,
culturales y socioeconómicas.
1.- Factores de poder biológicos.
Existen dos teorías que le otorgan a éstos la mayor importancia en las luchas
políticas. Ninguna de las dos posee valor científico. La primera de ellas se refiere
a “la lucha por la vida” basada en la evolución de las especies propuesta por
Charles Darwin. Cada individuo debe de combatir a los demás para poder
sobrevivir y, en consecuencia, sobreviven los más aptos. Se trata de una
selección natural que asegura la conservación y el desarrollo de los mejores. En
el terreno político, Mosca denomina a lo anterior la lucha por la preeminencia,
que sirve de base a las teorías sobre las élites. De la competencia por el poder
surgen los mejores, los más aptos, los más capacitados para gobernar. La
segunda teoría es el racismo, que lleva estas ideas del plano individual al
colectivo. Esta teoría afirma que existen algunas razas capacitadas para el
mando y hechas por la naturaleza para la dominación, y que otras razas son
creadas sólo para obedecer, aunque no se dobleguen espontáneamente. Pese a
que estas teorías carecen de valor científico, han tenido y siguen teniendo
mucha influencia; son factores de la lucha política. En algunos países la vida
política se encuentra dominada por la discriminación de una raza a otra. El
antisemitismo, el sionismo, el apartheid sudafricano, el Ku Klux Klan, son
ejemplos claros de doctrinas políticas con fuertes dosis de racismo.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 85 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
Factores de poder psicológicos.
El psicoanálisis creado por Sigmund Freud tiene por objeto traer a la conciencia
los sentimientos reprimidos y oscuros que se encuentran en el inconsciente, y
busca técnicas para controlar los conflictos y fricciones en las relaciones
interpersonales. Se sustenta en que la primera infancia de un individuo tiene
una importancia decisiva en su composición psicológica. En la infancia, los
padres desempeñan un papel esencial, y el hombre se define a través de ellos
dentro de la sociedad que lo rodea. Estas relaciones de los padres con los hijos
influyen de manera inconsciente en todas las demás relaciones sociales,
especialmente en las de autoridad y de poder. La agresividad, la violencia, la
dominación y el autoritarismo son factores evidentes de antagonismos
políticos. El deseo de dominar y las actitudes autoritarias pueden ser el
resultado de la voluntad real de poder de un individuo fuerte y enérgico o
producto de una debilidad psicológica, de un trastorno interno o una
incapacidad para dominarse a sí mismo y hacerse respetar por los demás. Esta
actitud, pues, se disimula detrás de una conducta autoritaria. Las
personalidades autoritarias se adhieren a partidos conservadores en tiempos
tranquilos. Pero si el orden social se encuentra amenazado, la agresividad de
esos individuos crece y los empuja a los movimientos fascistas. Sin embargo,
hasta ahora las explicaciones psicológicas de las luchas políticas son
insuficientes. En una sociedad cualquiera, el número de individuos frustrados,
reprimidos, agresivos o autoritarios es relativamente constante a lo lago de los
periodos durante los cuales se manifiestan las luchas políticas, sean éstas
violentas o moderadas. Por otro lado, algunas formas de autoridad no tienen
relación con recuerdos inconscientes del poder de los padres.
Factores de poder geográficos.
Napoleón sostenía que la política de los Estados está condicionada por su
geografía. A su vez, Montesquieu opinaba que los pueblos de las islas se hallan
más inclinados a la libertad que los pueblos asentados en continentes, porque
el mar separa a las islas de los grandes imperios y consigue que la tiranía no
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pueda establecerse. La ausencia de obstáculos naturales favorece las invasiones
y determina que los Estados se encuentren más amenazados y sean menos
estables. Las variaciones observadas en la distribución geográfica de Europa a lo
largo de su historia son producto de fenómenos políticos vinculados a la
geografía. Las fronteras naturales han engendrado antagonismos políticos. La
dispersión o la aglomeración de hábitat dependen esencialmente de elementos
geográficos, que de esta forma adquieren influencia política. Sin embargo, las
luchas políticas no sólo están determinadas por cuestiones geográficas, sino por
las relaciones entre los Estados, por la red de vías de comunicación, por las
materias primas y los recursos naturales. En las sociedades primitivas la
economía dependía de su geografía. A medida que la técnica se desarrolla, esa
dependencia de la economía respecto de la geografía se va atenuando. Por otra
parte, a través de la historia los factores geopolíticos han tenido un predominio
variable:
Primer factor geopolítico. Agrupa a los pueblos asentados cerca de grandes ríos.
Alrededor del Éufrates y el Tigris floreció Mesopotamia: al lado del Ganges, la
India; junto al Nilo, Egipto; alrededor de los ríos Grijalva y Usumacinta, los
Olmecas; junto al río Yan Tse Kiang, China; y al lado del río Tíber, Roma.
Segundo facto geopolítico. Abarca los pueblos asentados en las costas de mares
interiores y que dieron lugar a todas las culturas del Mediterráneo, Fenicia,
Egipto, Grecia y Roma.
Tercer factor geopolítico. Se trata de los pueblos asentados en las islas o
penínsulas abiertas a los grandes océanos: España, Portugal, Irlanda e Inglaterra
Cuarto factor geopolítico. Se trata de los pueblos asentados en el macizo
continental integrado, que cuenta con comunicaciones, infraestructura e
integración económica, facto que predomina en la actualidad y que
corresponde a las zonas geográficas más desarrolladas del mundo, como
Estados Unidos de América, Canadá y Europa.
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Factores de poder demográficos.
Ciertas teorías sostienen que las guerras y las evoluciones son producto de las
presiones que ejerce en ese sentido la población. Malthus afirmaba, en Ensayo
sobre el principio de la población, que el crecimiento de los habitantes pobres
agravaría aún más su pobreza, llevaría a la envidia por las prosperidades de los
ricos y destruiría el orden social. Gaston Bouthoul también señalaba que “…las
guerras desempeñan hoy la función reguladora que en otros tiempos jugaron
las epidemias y dan como resultado una relajación demográfica y son una
especie de válvula de seguridad”. Las teorías de la presión demográfica
pretendían explicar la situación de los países subdesarrollados, en los que la
población crece a un ritmo acelerado y provoca un agravamiento de los
antagonismos políticos. Otro factor demográfico importante es la desigualdad
en la distribución poblacional del país. Ejemplo de ello son las migraciones a las
grandes ciudades, las cuales causan un desequilibrio ente el campo y la ciudad.
En las ciudades existen grandes concentraciones de gente que vive en
condiciones miserables, mal alimentada y sometida a condiciones terribles de
trabajo, lo que da pie a la conformación de movimientos revolucionarios.
Asimismo, el establecimiento de cinturones de miseria en las grandes ciudades
provoca violencia, agresividad y, en consecuencia, antagonismos políticos.
Factores de poder culturales.
Las instituciones, las culturas, las ideologías y los sistemas de valores
contribuyen a la aparición de los fenómenos políticos. A cada nivel de desarrollo
corresponde una gran variedad de instituciones (familiares, escolares, políticas,
religiosas, sexuales, morales, lingüísticas, etc.). Éstas determinan el marco
dentro del cual se desarrollan las luchas políticas. En sus obras La miseria de la
filosofía y La Ideología Alemana Marx señalaba que las ideologías son sistemas
de ideas y de representaciones que tienden a justificar las situaciones de clase.
Las ideologías reflejan las estructuras de clase y tienden a enmascararlas; son la
falsa conciencia de las relaciones de dominación entre las clases. Pero en el
desarrollo de las ideologías intervienen otros elementos, aparte del factor de
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 88 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
las clases. Por ejemplo, las ideologías nacionalistas expresan a veces
necesidades comunes a todas las clases de un país oprimido por otro; las
descentralizadoras corresponden a menudo a las aspiraciones de la provincia de
liberarse de la tutela de la capital.
Para Norberto Bobbio la ideología es el conjunto de ideas y de valores
concernientes al orden político que tienen la función de guiar los
comportamientos políticos colectivos. Cuanto más desarrollada está la
conciencia política en una población determinada; es mayor su influencia en el
sistema. La conciencia política está formada por varios elementos: educación,
medio ambiente, experiencia, etc. La ideología ocupa un lugar privilegiado en la
conciencia política. Las ideologías sirven ante todo para desarrollar la
conciencia política de los ciudadanos; definen, además, sistemas de valores.
Toda sociedad se basa en definiciones del bien y del mal; de lo justo y lo injusto,
etc. En algunos terrenos la valorización es más general y más profunda que en
otros, particularmente en cuestiones religiosas, familiares o sexuales. Otro
factor importante es la cultura política, que se ha definido como el conjunto de
actitudes, normas y creencias compartidas por los miembros de una
determinada unidad social y que tienen por objeto fenómenos políticos.
Forman parte de la cultura política:
Los conocimientos relativos a las instituciones, prácticas políticas y fuerzas
políticas que operan en determinado contexto.
Las orientaciones definidas: la indiferencia, el cinismo, la rigidez, el dogmatismo
o, por el contrario, la confianza, la adhesión, la tolerancia hacia las fuerzas
políticas distintas de la propia.
Las normas o el derecho: el deber y la prerrogativa de los ciudadanos de
participar en la vida política, la obligación de aceptar las decisiones de la
mayoría, etcétera.
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El lenguaje y los símbolos políticos: banderas, contraseñas, logotipos, consignas.
Los autores distinguen tres tipos de orientaciones políticas que el individuo
puede adoptar:
1. Cognoscitiva. Está representada por conocimientos y creencias acerca del
sistema político, las funciones que lo componen y los titulares de dichas
funciones.
2. Afectiva. Es el conjunto de sentimientos que se albergan en relación con
el sistema político y sus estructuras.
3. Evaluativa. Comprende juicios y opiniones sobre los fenómenos políticos.
Requiere la combinación de informaciones, sentimientos y criterios de
evaluación. Este tipo de orientación es una posición activa del estudioso
de la política.
Sin embargo, las naciones no son solamente cultura. El fenómeno nacional es
muy complejo y en él se mezclan numerosos factores. El nacionalismo surgió en
el siglo XIX; al principio fue una ideología de izquierda que más tarde fue
adoptada también por los conservadores. La ideología nacionalista ha cambiado
su sentido y disminuido su importancia por los efectos de la globalización. La
nación, sin embargo, desarrolla un papel importante en los antagonismos
políticos cuando ve amenazada su existencia. Frente a un enemigo externo que
oprime o amenaza, toda la comunidad tiende naturalmente a unirse y a reforzar
su agresividad hacia el exterior; el nacionalismo encuentra entonces un sentido
y llega a diferir los enfrentamientos internos. A veces este mecanismo es
utilizado por los gobiernos para disimular los conflictos políticos internos. Las
culturas nacionales conservan, a pesar de todo, un papel secundario en relación
con los factores socioeconómicos; actúan más como frenos o aceleradores que
como motores; determinan la forma de la contienda política, en mayor medida
incluso que la naturaleza misma de los antagonismos presentes en un país.
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Factores de poder socioeconómicos.
Son los elementos más importantes en los antagonismos políticos. Todas las
sociedades humanas han estado caracterizadas por la pobreza, es decir, por la
insuficiencia de los bienes disponibles para satisfacer las necesidades. Las
naciones industrializadas cubren en forma regular los requerimientos de los
hombres, tanto los elementales (alimentación, vivienda y vestido) como los
secundarios (bienestar, diversiones y cultura). Ningún país del mundo ha
llegado a un nivel de desarrollo que permita a todos los individuos satisfacer
tanto sus necesidades primarias como las secundarias. En todos subsisten
distintos grados de pobreza, y ésta genera desigualdad. Determinadas clases o
categorías pueden procurarse todo lo que desean, mientras que otras sufren
enormes privaciones. Esta disparidad produce antagonismos que son la base de
las contiendas políticas. Antes de Marx, ya se pensaba que las confrontaciones
políticas eran fruto de la desigualdad social.
Las clases cumplen un papel fundamental en la vida política. La noción de clase
se basa en la desigualdad de las situaciones sociales y el carácter colectivo de
esa desigualdad. El sentimiento de pertenencia a una clase, la “conciencia de
clase”, desempeña un papel muy importante en el desarrollo de las luchas
políticas.
Para Maurice Halswachs, el problema fundamental consiste en determinar los
criterios de sentimiento de pertenencia. El principal criterio es el nivel de vida
material. La desigualdad entre los niveles de vida produce diferencias en el
género de vida (comportamientos, hábitos, mentalidad) que refuerzan el
sentimiento de clase. Pero el género de vida no depende únicamente del
género de vida. El ejemplo de ello es que con iguales ingresos un profesor, un
artista, un cantante o un industrial tienen diverso tipos de géneros de vida. Esto
influye en los comportamientos políticos.
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En cambio, para los Marxistas, nivel de vida, sentimiento de pertenencia y
género de vida son elementos secundarios y derivados de la definición de lucha
de clases. Estos tres conceptos son consecuencia de un elemento principal: la
existencia de las dos clases que luchan entre sí, es decir, la que posee los
medios de producción y la que sólo tiene su fuerza de trabajo.
La historia nos ha enseñado, sin embargo, que ninguna clase es homogénea.
Cada una se encuentra compuesta por elementos muy variados, los cuales está
en conflicto. Ejemplo de ello son los pequeños comerciantes contra los grandes
almacenes; los industriales en contra de los banqueros; los empleados de la
burocracia gubernamental en contra de los obreros, etc. Es decir, dentro de
cada clase social existen contradicciones. De una manera general, la clase es
una categoría de hombres cuyas condiciones de nacimiento son relativamente
homogéneas y, al mismo tiempo, diferentes y desiguales de las condiciones de
nacimiento de otras categorías. Las clases resultan de la desigualdad de
oportunidades que la sociedad ofrece a sus miembros. Las clases pueden
definirse por su nivel de riqueza, por su tipo de propiedad, por sus privilegios
jurídicos o por sus ventajas de tipo cultural.
Ahora bien, dentro de los regímenes políticos actuales existe una serie de
instituciones (algunas pertenecen al Estado o son de uso exclusivo de éste),
mientras que otras se encuentran fuera de su ámbito. Todas ellas, que se
encuentran en la totalidad de los países, ejercen poder y autoridad. Ahí
encontramos a la burocracia y al ejército como entes del Estado y por otra parte
ejercen un papel muy importante; también están los partidos políticos, los
grupos de presión, las transnacionales, las iglesias y otras corporaciones que en
conjunto conforman el universo político.
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UNIDAD V
FORMAS E INSTRUMENTOS DE LA CONTIENDA POLÍTICA.
En su obra “Introducción a la Política”, Maurice Duverger, politólogo francés,
afirma que el objetivo de la lucha política es eliminar los conflictos sangrientos
por formas de lucha menos brutales. Para ello, las armas de la contienda
política variaran de acuerdo a la época, al tipo de sociedad, a las instituciones y
a las clases o grupos sociales enfrentados. Aunque, en general, estas
comprenden las armas militares, el dinero, los medios de comunicación y las
masas.
La política no destruye las armas militares, sino que las concentra en manos del
Estado. El dinero procura medios para conquistar y conservar el poder. Sus
detentores procuran sentar en el solio del gobierno, a hombres de confianza a
quienes presionar. En los regímenes autoritarios, los medios de comunicación
están monopolizados por el Estado y por su medio, difunden su programa y
buscan la adhesión ciudadana. En los regímenes democráticos, los medios de
comunicación son empresas privadas sin ataduras con el Estado, pero, no son
libres frente al dinero. En el capitalismo, los medios de comunicación hacen
dudar a las masas de su explotación, esterilizan su rebelión y cretinizan al
público.
En el pasado, la lucha política estaba circunscrita a un círculo restringido de
privilegiados, pero ahora, entran en ella las masas. De hecho, los partidos
políticos de masas fueron impulsados por los socialistas. A estos les importaba
más reunir a cientos de miles o a millones de personas, contrario a los partidos
políticos de cuadros, propios de la burguesía y la aristocracia, para quienes la
calidad es lo más importante.
Duverger opina que las armas de la contienda política, pueden encontrarse
concentradas en manos de una clase o grupo social. A la vez, dispersas y
repartidas entre varias clases o grupos sociales. Éste autor expresa que la
contienda política se libra entre los satisfechos con el orden social, quienes
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buscan mantenerlo y, los insatisfechos con el orden social, quienes buscan
cambiarlo.
La contienda política se da en dos planos:
1.- Entre individuos, grupos y clases que luchan por conquistar el poder. Tenerlo
o influirlo.
2.- Entre gobernantes y gobernados.
Una de las principales causas de la contienda política por el poder, son los
privilegios que éste ofrece al que lo detenta.
Sus ventajas son muy variadas y esto hace que el poder sea objeto de lucha,
entre los mismos individuos y los grupos.
En el segundo aspecto, cuando los ciudadanos se enfrentan al poder, la lucha
no es entre los individuos como tales, sino el pueblo contra el aparato del
mismo.
Detentación del poder.
Regularmente el poder es ejercido o detentado por un clan y contra este grupo
se efectúa la lucha de los otros clanes, a fin de poder obtener el poder y sus
privilegios. Pero dentro del pequeño grupo (clan) que tiene el poder, existe una
minoría dominante y entre ésta y los otros miembros del clan, también existen
dificultades aunque diferentes a las otras, de gobernantes y gobernados.
Por lo general los clanes siempre detentan el poder y los ciudadanos no lo
logran nunca, a menos que se constituyan en clan o se afilien a alguno ya
existente. En una sociedad donde lo que se produce es menor que lo requerido
para las necesidades humanas, el tratar de asegurarse en el poder es un medio
para triunfar o sobresalir de los demás.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 94 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
La más de las veces, la humanidad produce la desigualdad socioeconómica y en
este caso las desigualdades políticas, porque los individuos lucharán por un
nivel de vida mejor, pero no siempre lo obtendrán.
Las “Elites”.
Las élites son consideradas como el grupo de individuos más capaces en cada
rama de la actividad humana. Estas élites luchan contra la masa, para alcanzar
la posición de dirigentes.
La lucha de las élites es contra otras ya constituidas y situadas, que tratan de
formar una oligarquía y perpetuarse en el poder.
Por lo general es un grupo o élite el que mantiene el poder político, el cual
puede ser desplazado por otro que a su vez se convertirá también en élite y el
conjunto de éstas forman a fin de cuentas una oligarquía política.
El Progreso Técnico.
La influencia del progreso técnico sobre la sociedad y por consecuencia en las
diferencias políticas, es decisiva. Lo social y lo productivo están íntimamente
relacionados, y al modificar el progreso las relaciones sociales, se agrava la
lucha de clases y la lucha por el poder; esto generalmente acontece entre los
orientales y europeos, pero para los occidentales, el progreso parece que
tiende a disminuir la contienda, ya que aparentemente desaparece su causa
que es la penuria.
El progreso técnico no desaparece las desigualdades, pero las hace menos
sensibles, ya que el desarrollo económico tiende a reducir la distancia entre los
niveles de vida.
La desigualdad se reduce, o al menos su importancia, cuando acontece la
elevación general de vida, el crecimiento del bienestar general y el confort; es
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 95 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
decir, los hechos que caracterizan la abundancia económica debida al progreso
técnico.
El desarrollo técnico en las naciones desarrolladas y las subdesarrolladas,
produce los siguientes efectos: en las primeras, los sentimientos revolucionarios
disminuyen, desaparece la voluntad de destruir el sistema y la oposición se
desarrolla dentro del régimen y no contra él. En las segundas, por lo contrario,
se encuentran en una situación explosiva donde los antagonismos producen
violencia.
Ritmo de desarrollo.
El ritmo de desarrollo es algo muy importante, tanto como el nivel del mismo.
Lejos de lo que pudiera pensarse, al creer que un rápido desarrollo pueda traer
consigo mismo más calma política, es lo contrario; el rápido desarrollo aumenta
las tensiones mientras que el lento las disminuye. En las sociedades estables el
orden que existe es aceptado de manera general por injusto que sea, ya que se
le considera “natural”. El desarrollo acelerado produce cambios en las
estructuras sociales, y las desigualdades e injusticias que antes se soportaban,
ahora se tornan insuperables, porque lo acelerado destruye los marcos
tradicionales y muchos núcleos sociales se sienten desamparados.
Más tarde se constituirá un nuevo equilibrio y un nuevo tipo de vida
comunitaria; aunque se corre el riesgo de que el período intermedio se
prolongue durante mucho tiempo, en el cual las tensiones serán más vivas y de
tendencia hacia regímenes autoritarios, que pueden incluso llegar a ser
dictaduras y por lo mismo fomentar el rencor hacia los países desarrollados.
Las instituciones.
Las instituciones son el conjunto de las formas o estructuras fundamentales, de
organización social, tales como han sido establecidas por la ley o la costumbre
de un grupo humano.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 96 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
Las instituciones, poseen una influencia indiscutible sobre las contiendas
políticas; sobre todo, las instituciones de organización y estructura de poder.
Aunque el problema radica en saber si la influencia es propia o si lo refleja a
otros factores.
Las instituciones mantienen cierta autonomía en relación con las estructuras
socioeconómicas, y en la medida de esta autonomía, constituyen por sí mismas
factores de lucha política.
Los sistemas de partido suministran un buen ejemplo de la autonomía de las
instituciones, y de su influencia sobre los antagonismos políticos.
Dentro del bipartidismo, se suprimen los conflictos secundarios y obliga a todas
las formas de oposición a expresarse dentro del marco de un antagonismo
principal.
El multipartidismo favorece por el contrario la expresión de los conflictos
secundarios y tiende a fraccionar la expresión de los principales.
Los dos sistemas, el bipartidismo y el multipartidismo son en gran medida,
consecuencia de los factores socioeconómicos; los partidos reflejan a las clases
o categorías sociales en conflicto.
Marco de desarrollo.
El marco donde se desarrollan los antagonismos es también un factor que
puede agravarlos o atenuarlos.
En un sistema democrático donde las luchas políticas se manifiestan libre y
abiertamente a través de las elecciones, de los debates parlamentarios y de la
prensa, la lucha parece atenuarse por el hecho de expresar las diferencias
existentes, operando como una válvula de seguridad. Aunque por otro lado, los
antagonismos parecen crecer, ya que las cosas obtienen más fuerza cuando se
anuncian y repiten. Lo anterior son dos enfoques diferentes de un mismo
marco.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 97 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
Factor Técnico (Régimen electoral).
El factor de naturaleza puramente técnica o institucional es el régimen
electoral. El escrutinio mayoritario a una sola vuelta tiende al bipartidismo y la
votación a dos vueltas, tiende al multipartidismo.
La operatividad de esta institución frena o acelera a la institución de los factores
socioeconómicos y culturales.
Las relaciones entre sistema electoral y sistema de partidos, ponen en evidencia
de forma clara la autonomía que pueda existir en las instituciones. Una
ordenación técnica como lo es (el sistema electoral) confiere a una institución
(al sistema de partidos) una forma que acciona sobre los antagonismos
políticos, ya sea aumentándolos o disminuyéndolos.
Otra característica de las instituciones políticas es la inercia social. Las
instituciones subsisten mucho tiempo después de que han desaparecido los
factores que les dieron vida y por consecuencia la persistencia de estas
estructuras influyen en los conflictos políticos: sólo que cuando la reforma de
las instituciones no se hace a tiempo, la inercia social corre el riesgo de
provocar explosiones revolucionarias.
Ideologías.
Las ideologías son sistemas de opiniones y creencias
Las ideologías, por ejemplo, sobre centralización y burocracia, señalan
conflictos entre las masas y sus jefes; entre gobernantes y gobernados. Por otro
lado, las ideologías nacionalistas expresan a veces necesidades comunes a todas
las clases de un país oprimido por otro.
Por otra parte el hecho de que las ideologías y las creencias reflejan fuerzas
sociales, no significa que los pensadores, filósofos e ideólogos quedan fuera en
su elaboración.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 98 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
El ideólogo por lo general actúa bajo presión de una necesidad social, pero ello
no significa que la sociedad necesariamente deba acogerla, es aquí donde la
participación personal del creador es definitiva. La influencia de su genio y
aptitud para la síntesis es muy importante.
Muchas ideologías han perecido o se han perjudicado al no tener un pensador
que coordine sus elementos y la realice en un sistema.
Las ideologías tienen dos papeles principales en el desarrollo de los
antagonismos políticos; por una parte coordinan y sistematizan las oposiciones
particulares y las acoplan en el marco de un solo conflicto global, por otra
otorgan al antagonismo el carácter de una discusión de valores.
Los líderes de un sistema político normalmente abrazan un conjunto de
doctrinas más o menos persistentes e integradas que intentan explicar y
justificar su liderazgo en el sistema. Al conjunto de doctrinas de este tipo se le
llama ideología política.
Una razón por la que los líderes desarrollan una ideología es obvia: dotar su
liderazgo de legitimidad, para convertirla en influencia política.
Algunos líderes, incluyendo a los que ocupan los más altos cargos
gubernamentales defienden una ideología que justifica no sólo su propio
liderazgo, sino también el sistema político en sí. Su ideología es por lo tanto, la
ideología oficial o dominante. Una ideología dominante indica las suposiciones
morales, religiosas, reales y otras para justificar el sistema. Una ideología
dominante muy desarrollada contiene normalmente modelos para apreciar la
organización, políticas concretas y líderes del sistema, contiene además una
descripción idealizada de la manera como funciona el sistema en la realidad,
una versión que hace más pequeña la distancia entre la realidad y el objetivo
descrito en la ideología.
A pesar del hecho de que una ideología dominante ayuda a los líderes que
están interesados en adquirir legitimidad, sería poco realista llegar a la
conclusión de que la existencia o el contenido de una ideología, puede ser
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 99 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
explicado totalmente a través de los deseos que tienen los líderes de revestir
sus acciones de legitimidad y transformar así el poder en autoridad.
Aunque parezca lo contrario, los líderes no pueden inventar arbitrariamente y
manipular una ideología dominante, toda vez que cuando una ideología política
es muy aceptada en su sistema político, los líderes también se convierten en sus
prisioneros, ya que corren el riesgo de minar su propia legitimidad si violan sus
propias normas.
Sería poco realista suponer que una ideología dominante es un cuerpo
unificado y consistente de creencias aceptado por todos los miembros de un
sistema político.
Por otro lado una ideología dominante probablemente nunca es aceptada
uniformemente por todos los miembros de un sistema. Muchos miembros sólo
tienen un conocimiento muy rudimentario de la ideología que prevalece, otros
mantendrán, quizás inconscientemente, una variedad de opiniones particulares
que están en contra de la ideología dominante. Por lo mismo, la ideología
dominante puede ser rechazada.
El campo en que una ideología se desarrolla y articula varía mucho de un
sistema político a otro. Muchos sistemas políticos simplemente comparten la
parte de la ideología dominante que confiere legitimidad al Gobierno y al
Estado.
Algunos miembros de un sistema político pueden adherirse a las ideologías
rivales y contrarias. Dado que la gente tiene objetivos distintos, los líderes
pocas veces gobiernan sin provocar una oposición, que puede ser abierta o
estar escondida; muy pocos sistemas pueden contar con el apoyo incondicional
de todos sus miembros. La oposición de un régimen formula menudo críticas
que niegan la legitimidad del sistema existente.
Algunas veces la ideología revolucionaria de una época se convierte en
ideología del período siguiente.
LISE DENISSE AYALA CASTILLO 100 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE DOCUMENTO
Duverger opina que en la Contienda Política participan varios factores. Los
Factores Biológicos trasladan a la sociedad los esquemas darwinistas como la
Doctrina de la Libre Competencia, la Teoría de las Elites y el Racismo. Los
Factores Psicológicos, considerados por el autor como cruciales en la lucha
política, pues hay personalidades que se ligan a comportamientos políticos.
Los Factores Demográficos, importantes en las tensiones o atenuamientos de
los antagonismos sociales. Los Factores Geopolíticos, vinculados a lo climático y
a los recursos naturales, determinantes para el desarrollo. Los Factores
Socioeconómicos propician el antagonismo fundamental entre oprimidos, que
luchan por una vida mejor y los privilegiados, que luchan por conservar sus
privilegios.
Y los Factores Culturales, definen el sistema de valores y el desarrollo de la
conciencia política, relevantes en conflictos sociales y políticos.
En la actualidad, menciona nuestro autor, la contienda política se realiza dentro
de dos regímenes políticos: Democracias y Regímenes Autoritarios. En las
Democracias se permite la oposición. Todo lo contrario es en los Regímenes
Autocráticos, donde no se permite. En los Estados Modernos, la contienda
política se restringe a dos organismos especializados: Los Partidos Políticos y los
Grupos de Presión. El objetivo de los Partidos Políticos es la conquista del
poder. Los Grupos de presión, buscan influir sobre los detentadores del poder.
Las Armas de la Contienda Política son: Las Armas Militares, el Dinero, los
Medios de Comunicación y las Masas. La Lucha Política se da entre los
satisfechos con el Orden Social y quieren mantenerlo. Y los insatisfechos con el
Orden Social y desean cambiarlo. El Objetivo de la Lucha Política es eliminar los
conflictos sangrientos, por formas de lucha menos brutales. Duverger expresa
que la función de la política es, el establecimiento de compromisos por medio
de la negociación y el arbitraje. Pues la Meta de la Política es la Integración. Lo
anterior se refiere al proceso de unificación de la sociedad.