Manuscritos medievales
Introducción:
La época medieval se extiende desde el siglo V al XV. La expresión Edad
media con que se denomina a este milenio, es desafortunada. Es –opina un historiador-
“una de las numerosas etiquetas que seguimos pegando, por mera rutina, a divisiones
arbitrarias del pasado”(Roberto López). La denominación Edad Media se atribuye a un
erudito del siglo XVII que quiso hacer notar la Edad Media mediaba entre dos grandes
edades: la Antigüedad clásica y la modernidad. Sin embargo, el medievo constituye una
etapa histórica fundamental que se desarrolla entre la afonía de la civilización romana y
la gestación de la civilización europea moderna. Los historiadores coinciden en
afirmar que lo que llamamos Edad Media es, en realidad, una época de génesis, de gran
riqueza histórica, en la que confluyeron tres legados: el romano, elcristiano y
el germánico, para crear un período de la historia de la humanidad de profunda renovación
de Occidente hasta culminar en el Renacimiento.
La Edad Media dejó como legado o herencia principal al mundo conocido, entre
otras cosas, el haber permitido la propagación y defensa de la fe católica, la construcción
de templos o basílicas donde tenía efecto el culto a Dios, la creación y formación de los
Estados Nacionales llamados Monarquías (Inglaterra, Francia, España), la difusión de la
Biblia y la trasmisión cultural por parte de los monjes y sacerdotes, la latinización del
mundo; es decir, de la utilización del latín como lengua universal.
Desarrollo cultural
El surgimiento de las ciudades, la formación de una próspera clase media, las reformas
monásticas y el contacto con otras culturas estimularon el desarrollo cultural. Los
príncipes y la Iglesia necesitaban de personas instruidas en las leyes. El comercio
internacional y las operaciones de dinero requerían de un mayor grado de instrucción.
Con el fin de responder a estas exigencias se formaron asociaciones de profesores y
estudiantes, comparables a los gremios con sus maestros y aprendices. Estas
corporaciones de estudio recibieron el nombre de Universidades. La primera fue la
Escuela de Bolonia, famosa por sus juristas.
Luego, los príncipes y reyes fundaron Universidades en toda Europa. La fundación debía
ser aprobada por el Papa. Cada Universidad recibía sus estatutos propios. La Universidad
estaba dividida en las cuatro Facultades de Artes, Medicina, Derecho y Teología. El
primer grado universitario era el Bachillerato. El título de Magister confería el derecho
de enseñar en la Universidad. Los estudios culminaban en el Doctorado.
Las Universidades servían a la formación profesional y preparaban a los profesores,
médicos y abogados que la sociedad necesitaba. Pero su tarea más elevada consistía en la
búsqueda e interpretación de la verdad. Los sabios cristianos estaban convencidos de que
la razón y la fe se complementaban. La filosofía y la teología debían explicar los misterios
de la revelación divina. El sabio más famoso de la Edad Media fue Santo Tomás (1225-
1274), el principal representante de la Escolástica, quien creo con su Summa una síntesis
de la filosofía aristotélica y del pensamiento cristiano.
Durante toda la Edad Media el latín fue la lengua de la Iglesia, de las Universidades y de
la ciencia. Al formarse las nacionalidades europeas, éstas desarrollaron sus propias
lenguas, que luego encontraron también expresión literaria. En España nació como primer
documento literario de la lengua vernácula el Poema del Cid. Se considera que la obra
literaria más grandiosa de la Edad Media es la Divina Comedia, del poeta italiano Dante.
Esta obra, que narra la historia del viaje mítico del poeta por el infierno, el purgatorio y
el cielo, es auténtica expresión del espíritu religioso de la Edad Media.
La religiosidad medieval encontró también su expresión en las creaciones del arte y, en
especial, en la arquitectura. A partir del siglo X se desarrolló el arte románico, que se
caracteriza ante todo por el empleo del arco de medio punto y la bóveda y la cúpula de
media naranja. En el siglo XII nació en Francia un nuevo arte que recibiría el nombre de
gótico. Sus elementos más típicos son el arco apuntado u ojiva, las ventanas de lancetas,
los rosetones y las vidrieras de múltiples colores. La catedral gótica, con sus altas torres
y sus altas naves era expresión de una profunda religiosidad y de la mística esperanza del
hombre medieval de unirse a Dios.
La palabra «oscurantismo» se utiliza en ocasiones para hacer referencia al período
comprendido entre la baja Edad Media de la civilización europea y el principio de la alta
Edad Media, alrededor del año 1100. Los mil años transcurridos entre el 400 y el 1400
fueron una época de mezclas graduales de influencias de la tradición grecorromana, la
cristiandad y el arte bizantino, además de las culturas germanas y celtas del norte, que
iban creciendo cada vez más. A pesar de las connotaciones peyorativas de la palabra,
estaba lejos de ser un período artísticamente estéril o regresivo que se limitaba a llenar el
espacio vacío entre el Imperio Romano y el Renacimiento, como se ha creido durante
siglos; al contrario, fue un período de desarrollo y metamorfosis dentro del marco del
cristianismo.
La Edad Media preparó las semillas de las futuras innovaciones técnicas y científicas, y
allanó el camino para cuestiones como la invención de la Imprenta.
El arte de la Iglesia occidental era menos místico y más humano que el del Imperio
Bizantino, y a lo largo de la Edad Media la pintura fue el medio preferido para las
instrucciones religiosas populares en una época en que la mayor parte de la gente era
analfabeta. Incluso las iglesias más pobres cubrían sus paredes con historias bíblicas de
brillantes colores,y el efecto conseguido resultaba espectacular. En la pequeña iglesia
catalana de Santa Maria, en Taüll, los frescos del siglo XII tienen tan sólo cuatro colores
principales: blanco, negro, ocre y bermellón, con toques de azul y naranja. Esta
simplicidad se repite en las formas cuando David se acerca para decapitar a un inerte
Goliat (arriba). David, con traje de adolescente, es delgado, soñador e indefenso, mientras
que Goliat, inmenso dentro de su enorme armadura, es el consumado mundano a quien
los hijos de Dios, incluso los pobres pastores como el joven David, derrotan.
El arte de los nómadas bárbaros que habían conquistado Occidente se basaba
principalmente en pequeños objetos de fácil transporte. Despues de la conversión al
cristianismo, era lógico que ese arte tan decorativo pasase al arte religioso, también a
pequeña escala y de fácil transporte: los manuscritos iluminados. El medio más accesible
y quizás el más encantador de la baja Edad Media ha sido considerado por algunos críticos
como obra de artesanos, pero ¿dónde marcamos el limite? El significado original de la
palabra latina ars era «artesanía», y el equivalente exacto de la palabra en alto aleman
antiguo kunst, que significaba conocimiento o sabiduría y que por extensión acabó
significando artesanía o habilidad. La disciplina de un ojo y una mano preparados era
esencial para crear un objeto, bien por placer o por necesidad, o -el deseo de todo creador-
para ambas cosas a la vez. La distinción entre arte aristocrático y artesanía plebeya, que
es una distinción moderna, se vuelve insignificante cuando miramos las obras de los
grandes «artesanos» de la Edad Media. .
El Imperio Carolingio
La figura política más poderosa de Europa durante la baja Edad Media fue Carlomagno.
Su nombre se podría traducir como «Carlos el Grande». El adjetivo que define su época
es carolingio. Los ejércitos de Carlomagno controlaron extensos territorios del norte de
Europa desde el año 768 hasta el 814. Con su poder militar, fue el responsable de la
imposición del cristianismo en el norte y del renacimiento del arte de la antigüedad, que
habia florecido antes del fin del Imperio
Romano en Occidente trescientos años atrás.
Cuando Carlomagno fue coronado
emperador de lo que ahora es Francia y
Alemania, se convirtió en un gran mecenas
de las artes. Hablaba latín con fluidez y podía
entender el griego, aunque apenas sabía
escribir. Su deseo era que sus artistas
reflejasen tanto el mensaje cristiano como la
magnificencia e importancia de su propio
imperio. Para su corte en Aquisgrán, reclutó
al mayor sabio de Europa en aquella epoca:
Alcuino de York,un inglés de Northumbria.
Carlomagno encargó varios evangelios
latinos iluminados. AIgunas de las obras que
contienen poseen una majestuosidad casi
clásica, una magnifica serenidad. El
emperador enviaba artistas a Ravena, donde
podían estudiar los murales paleocristianos y
bizantinos y los mosaicos, cuyos estilos eran
más apropiados para el desarrollo religioso
del nuevo imperio que el arte pagano de
Grecia y Roma. Quizás emplease a artistas
griegos para trabajar en algunos evangelios iluminados. La influencia bizantina, junto con
los elementos del arte paleocristiano, anglosajón y germánico, se puede apreciar en estos
manuscritos iluminados. Estas tradiciones combinadas para dar lugar al estilo carolingio
se engloban en esta pintura (arriba) de los Evangelios Dorados de Harley. Este libro se
hizo durante el reinado de Carlomagno, y su nombre actual es el de un coleccionista, Lord
Harley, que fue su propietario. San Mateo escribe su evangelio en un libro con una
perspectiva un tanto ladeada, aunque posee un equilibrio emocional muy bien resuelto.
Se inclina hacia delante para escuchar al Espiritu Santo, sereno, con una media sonrisa.
Su emblema, un angel, permanece sobre él con la rnisma pose y expresa la misma
felicidad calmada.
Manuscrito ilustrado
En la definición estricta de manuscrito ilustrado, sólo los manuscritos decorados con oro
o plata, como esta miniatura de Cristo en Majestad del Bestiario Aberdeen (folio 4v),
serían considerados ilustrados.
Un manuscrito iluminado o manuscrito ilustrado es un manuscrito en el que el texto es
complementado con la adición de decoración, tal como letras capitales decoradas, bordes
y miniaturas. En la definición más estricta del término, un manuscrito ilustrado es
únicamente aquél que ha sido decorado con oro o plata. Sin embargo, el concepto abarca
ahora a cualquier manuscrito con ilustraciones o decoración de las tradiciones
occidentales e islámicas.
La decoración de esta página de un Libro de Horas francés, incluye una miniatura, letras
capitales decoradas y bordes.Los manuscritos ilustrados más antiguos que aún perduran
son del período 400-600 d. C., elaborados principalmente en Irlanda, Italia, España y otros
lugares del continente europeo.
Un manuscrito ilustrado del Siglo XIII, el más antiguo dibujo conocido del asesinato
de Tomás Becket.
Cuando el texto estaba completo, el ilustrador ponía manos a la obra. Diseños complejos
eran planeados, probablemente sobre tablas de cera, que era el bloc de bosquejos de la
época. El diseño era entonces trazado o dibujado sobre el papel vitela (posiblemente con
la ayuda de alfileres u otras marcas, como en el caso de los Evangelios de Lindisfarne).
Muchos manuscritos incompletos sobrevivientes de
la mayoría de los períodos, nos dan una idea de
cuáles eran los métodos que se usaban para
elaborarlos.
En otros tiempos, la mayoría de los manuscritos no
tenían imágenes. A principios de la Edad Media, los
manuscritos tendían a ser libros con muchas
ilustraciones, o manuscritos para estudiosos, con la
mayor parte de sus iniciales decoradas. En el período
Románico había muchos manuscritos decorados
o iniciales historiadas, y manuscritos esencialmente
para estudio que a menudo contenían algunas
imágenes, pero raramente en color. Esta tendencia
intensificada en el período gótico, cuando la mayoría
de los manuscritos tenían al menos algunas
decoraciones, y una proporción mucho más grande
tenía imágenes de algún tipo. Los libros del período
gótico en particular tenían muchos bordes elaboradamente decorados, una página gótica
debía contener importantes zonas y tipos de decoración: una miniatura en el enmarcado,
una inicial historiada comenzando un pasaje del texto, un fino enmarcado. A menudo
distintos artistas trabajaron en diversas partes de la decoración de un mismo libro
Orígenes
La importancia de estas obras está no sólo está en su valor artístico e histórico, sino
también en el mantenimiento del complicado alfabetismo medieval. De no haber sido por
los escritos de la Antigüedad tardía, el contenido entero heredado de la literatura
occidental, de Grecia y Roma, habría desaparecido. La existencia de los manuscritos
ilustrados como una forma de dar importancia y conmemoración a los documentos
antiguos pudo haber sido, en gran parte, una necesidad de preservación en una época en
la que las hordas bárbaras habían arrasado laEuropa continental.
La mayoría de los manuscritos sobrevivientes son de la Edad Media, aunque muchos
manuscritos ilustrados sobrevivieron del renacentista siglo XV, y un número muy
limitado de la Antigüedad tardía. La mayoría de estos manuscritos son de
carácter religioso. Sin embargo, especialmente del siglo XIII en adelante, fueron
incrementándose cada siglo los textos ilustrados. La mayoría de ellos fueron creados a la
manera de los códices, aunque muchos se concibieron enrollados o no pasaron de simples
pliegos. Algunos fragmentos de manuscritos ilustrados perduraron en papiro. La mayoría
de los manuscritos medievales, ilustrados o no, fueron escritos sobre pergamino, aunque
los manuscritos ilustrados suficientemente importantes fueron escritos sobre los de mejor
calidad, llamados papel vitela, tradicionalmente elaborado con piel de becerro, aunque a
veces otros pergaminos de alta calidad de otras pieles también eran llamados con este
término. A principios de la Baja Edad Media los manuscritos comenzaron a ser
elaborados en papel. Los primeros libros impresos fueron a veces confeccionados dejando
espacios para miniaturas, o letras capitales decoradas, o decoraciones en el margen, pero
la introducción de la imprenta contribuyó al rápido declive de la ilustración. Los
manuscritos ilustrados continuaron produciéndose a principios del siglo XVI, pero en
cantidades mucho más reducidas, sobre todo para los más pudientes.
Los manuscritos ilustrados son los textos sobrevivientes más comunes de la Edad Media.
Ellos son también los mejores ejemplares sobrevivientes de pintura, y los mejores
preservados. De hecho, en muchos lugares y por mucho tiempo, fueron los únicos
ejemplos de pintura que perduran.
Clasificaciones
Los historiadores del arte clasifican los manuscritos iluminados por períodos históricos y
tipos, incluyendo (pero no limitado a): Antiguo tardío, Insular, manuscritos
carolingios, manuscritos otonianos, manuscritos románicos, manuscritos góticos,
y manuscritos renacentistas.
Hay pocos ejemplos de períodos más recientes. En el primer milenio, la mayoría
fueron Evangelios. El período románico vio la creación de muchas enormes Biblias –en
Suecia, una requirió tres bibliotecarios para levantarla. Muchos libros de salmos también
fueron profusamente ornamentados en los períodos anteriores y en el período gótico.
Finalmente, el Libro de Horas, muy comúnmente el libro devoto personal de los más
adinerados, fueron a menudo ilustrados en el período gótico. Otros libros, litúrgicos o no,
continuaron siendo ilustrados en todos los períodos. El mundo bizantino también continuó
produciendo manuscritos en este estilo, versiones que se expandieron a regiones
orientales cristianas y ortodoxas.
El período gótico, se aprecia un incremento en la producción, también vio muchas obras
centenarias tales como crónicas y obras de literatura ilustrada. La gente rica comenzó a
promover sus propias bibliotecas; Felipe II de Borgoña, Duque de Borgoña, quien
probablemente tenía la biblioteca personal más grande de su época, Siglo XV (se estima
que poseía alrededor de seiscientos manuscritos ilustrados, mientras que un reducido
número de sus amigos tenía sólo varias docenas).
Técnicas
La ilustración fue un complejo y frecuentemente costoso proceso. Fue usualmente
reservada para libros especiales: una Biblia de altar, por ejemplo. La gente rica a menudo
tenía maravillosos "Libros de Horas" ilustrados, que contenían plegarias apropiadas para
distintos momentos del día litúrgico.
A principios de la Edad Media, la mayoría de los libros fueron elaborados en monasterios,
para uso propio o para regalo. Sin embargo, el comercio de los textos comenzó a crecer
en las grandes ciudades, especialmente en París, Italia y los Países Bajos, y hacia finales
del Siglo XIV había una significativa industria que producía estos manuscritos, con
detalles de la heráldica del comprador, etcétera. Hacia el final de este período, muchos de
los manuscritos ilustrados eran pintados por mujeres, principalmente en París.
Texto
En la elaboración de un manuscrito ilustrado, el texto solía ser escrito primero. Las hojas
de pergamino o papel vitela eran cortadas en el tamaño que el autor consideraba
apropiado. Después de que la configuración general de la página fuera planeada (por
ejemplo: letra capital, bordes, etcétera), la página era tenuamente marcada con una varilla
puntiaguda, y el amanuense comenzaba a trabajar con tinta y una pluma o plumín. La
tipografía dependió siempre de los gustos y costumbres locales.
Materiales de los códices medievales:
Tintas
Durante toda la Edad media podemos documentar la utilización de dos tipos de tintas
completamente distintas por su composición:
a) La tinta a base de carbón de leña o de negro humo mezclado con goma. Tinta ya
utilizada en la Antigüedad y en Oriente.
b) Tinta de metal y agallas que se hacía mezclando una solución de ácido tánico , sulfato
de hierro y una goma como ligante.
Lo más interesante es la procedencia del ácido tánico, en las ramas de los robles se suelen
encontrar unas pequeñas excreciones , de la medida de una canica, de forma cónica,
blandas y de color verde pálido que se forman cuando una avispa pone sus huevos en la
rama sirven para envolver las larvas y para protegerlas en su desarrollo y que abandonan
cuando lo han completado. A estas excrecencias se les llama agallas son muy ricas en
ácidos tánico y gálico y eran utilizadas para fabricar la tinta.
Estas agallas se machacaban y se ponían en remojo en agua , después se calentaban al sol
o al fuego ya tenemos el primer ingrediente de esta clase de tinta. El segundo es el sulfato
de hierro que podía encontrarse de forma natural por la evaporación del agua en tierras
ferrosas o conseguirse artificialmente vertiendo ácido sulfúrico sobre clavos viejos. El
tercero es la goma arábiga (es la savia reseca de la acacia) que se utilizaba para que la
tinta fuera más espesa.
Con todo esto ya estamos preparados para hacer la tinta , las proporciones de cada
elemento y el tiempo que se necesitaba para conseguirla es harina de otro costal, pero lo
podéis intentar!
En los manuscritos medievales también se utilizaba la tinta roja que se hacía con sulfuro
de mercurio, blanco de huevo y como no! Goma arábica.También pero muy raramente se
utilizaba la tinta azul de la cual os agradecería enormemente que sabéis sus componentes
los compartierais con nosotros.
La paleta del artista medieval era sorprendentemente amplia:
Color Fuente(s)
Rojo
Sulfuro de Mercurio(II) (HgS), usualmente llamado cinabrio o vermellón,
en su forma mineral natural o sintetizado; Tetróxido de Plomo, llamado
"minio" (Pb3O4); colores hechos a base de insectos tales
comocochinilla, laca, etcétera; ferrín Óxido de Hierro (Fe2O3)
Amarillo
Colores hechos a base de plantas, tales como reseda, Curcuma
longa o azafrán; colores amarillo tierra (ocre);oropimente, trisulfuro de
Arsénico, (As2S3).
Verde
Compuestos a base de plantas tales como bayas de frangula; compuestos
de cobre tales como cardenillo(también conocido como verdigris)
y malaquita.
Azul Azul marino (hecho del mineral lapislázuli); azurita; sustancias hechas a
base de plantas tales como añil.
Blanco Plomo blanco (también llamado "escama blanca", carbonato de Plomo
(PbCO3)); tiza.
Negro Carbono, de fuentes tales como ollín, carbón vegetal, huesos
o marfil quemado.
Dorado Oro, en forma de láminas (extremadamente finas) o pulverizado y
esparcido en goma arábiga o huevo (llamado "oro de caracola").
Plateado Plata, también en forma de láminas o pulverizado, así como con el oro;
láminas de estaño.
El pergamino o vitela.
El pergamino o vitela se hacía con la piel de un animal (caprinos ,bovinos, cerdos, equinos
,liebres e incluso ardillas); la persona que se encargaba de trabajar las pieles hasta dejarlas
preparadas para poder escribir sobre ella era el maestro percamenarius (tenemos
documentada su existencia durante toda la Edad Media), pero a veces se hacían los
pergaminos los propios copistas.
Lo primero que se hacia una vez extraída la piel del animal era lavarla con agua fría hasta
que quedase completamente limpia, se ponía a secar para que con el proceso de
putrefacción se le cayera el pelo. A nadie se le escapa que este método tan natural era
terriblemente lento por lo que idearon un método menos “natural” pero más rápido,
consistente en sumergir las pieles durante varios días, en grandes tinajas de madera o
piedra, llenas de una mezcla de agua y cal, removiéndolas varias veces al día.
Seguidamente se sacaban las pieles de las tinajas y se colgaban una a una en grandes
planchas curvadas y verticales de madera. Mediante un instrumento cortante se les extraía
la grasa subcutánea que aun conservaban y la cara del pelo era afeitada, extrayéndose de
ella también la parte superior de la piel.
Después las pieles volvían a ponerse en remojo pero sólo en agua limpia hasta eliminar
totalmente los restos de cal que pudieran tener. Era el momento de dejar que las pieles se
secaran extendiéndolas en bastidores de madera circulares o rectangulares, a los cuales se
sujetaban con pequeñas cuerdas a unas clavijas que tenía el bastidor. Durante este proceso
de secado sufrían varias raspaduras más.
Concluido este proceso ya no son pieles lo que tenían sino
pergaminos listos para ser almacenados o vendidos pero
no del todo listos para escribir en ellos.
Normalmente era el copista el que se encargaba de
cortarlos a la medida que necesitaba, a coser las pequeñas
roturas producidas por el secado en tensión de la piel y si
era necesario a aplicarles una fina capa de yeso en polvo o
ceniza.
Tenemos que tener presente que un pergamino siempre
presenta dos caras, la que había estado cubierta por pelo
más oscura y la que estaba en contacto con la carne mucho
más clara. Cuanto mas inapreciable es la diferencia de
color entre las dos nos encontramos ante un pergamino de
mejor calidad y más trabajado.
Los pergaminos llamados uterinos son los considerados de mejor calidad, se creía que
estaban hechos con las pieles de animales abortados o acabados de nacer (sobretodo
terneros), actualmente se utiliza este término para pergaminos de extrema delgadez y
sedosidad aunque hay estudiosos que creen que su procedencia es otra ;que se realizaban
al abrir las pieles de los animales en dos lo que reducía su grosor.
El papiro.
A comienzos de la Edad Media aún se utilizaba este
material para escribir, aunque se fue abandonando
paulatinamente su uso por dos razones : su elevado
coste (era un producto de importación) y por su gran
fragilidad que lo hacía más adecuado para escribir en
rollos que para encuadernarse en forma de libro.
El papiro procedía de un junco del mismo nombre
que crecía en el Nilo. De este junco se extraían unas
tiras llamadas phyliae que se iban encolando una al
lado de la otra, hasta formar una pagina (plagula),
encima de la cual, una vez secada al sol, se encolaba
otra plagula pero con el sentido de las estrías
transversales en el exterior para conseguir una nueva
pagina pero más reforzada llamada scheda.
El papel.
El papel es un invento chino que llegó a Europa a través de la cultura árabe por la
Península Ibérica y Sicilia. Tenía mocho menos valor que un pergamino por lo que era
normalmente utilizado para hacer cuadernos de notas y cartas. En Catalunya el documento
más antiguo de este material data de 1179 ,pero su utilización para la copia de libros no
será asidua hasta el s. XIV.
A diferencia del papel actual de pulpa de madera, el medieval se hacía con trapos. Los
trapos se sumergían en tinas con agua durante unos días .Después se cortaban en pedacitos
y de bateaban durante horas en agua limpia, se dejaban macerar en agua unos días más y
a golpear hasta que se separaban las fibras y se formaba una especie de pulpa que se
escurría .Esta pulpa se dejaba secar y se prensaba en una especie de bastidor
llamadoforma para obtener una hoja de papel rectangular.
A veces era necesario un segundo prensado para que las hojas fueran totalmente planas.
El resultado de este proceso era un papel mucho más fuerte y resistente que el actual.
Plumas
Las plumas podían ser de ave o de caña .Era el propio copista
quien cortaba sus plumas para escribir. Las mejores parece
ser que eran las de ganso y cisne pero se utilizaban también
las de otras aves ( cuervos etc).Como curiosidad diremos que
los copistas diestros utilizaban las plumas del ala izquierda
del ave por su curvatura.
Una vez arrancadas del ave eran endurecidas dejándolas
secar un tiempo o mojándolas y enterrándolas en arena
caliente. Después se raspaba hasta que quedaba un tubo
sólido casi transparente y con un cuchillo se cortaba la punta
dándole una forma parecida a la de una actual estilográfica. Este corte final debía repetirse
varias veces durante la copia ya que por el uso se iba abriendo en demasía.
Miniaturas
En los manuscritos y libros ilustrados de la Edad Media, las miniaturas consistían en
pinturas o dibujos de figuras, incluidas o no en escenas o composiciones, las cuales, en
su caso, representaban diversos temas propios de su etapa histórica, como los temas de
carácter sacro, similares a los que llenaban los vitrales de las catedrales e iglesias en el
arte románico y en el primer arte gótico. Al final del periodo gótico, ya en el umbral del
Renacimiento o Edad Moderna, los manuscritos ilustrados se llenan de temas civiles,
profanos y galantes, y alcanzan su mayor apogeo con un nivel de calidad excelente y una
amplia difusión internacional, principalmente a través de las cortes de la nobleza europea.
A partir del siglo XVI, el auge de la imprenta parece restar protagonismo a este tipo de
costosas creaciones. El último gran maestro iluminador fue Giulio Clovio, a mediados del
siglo XVI.
Miniaturas celtas
El objetivo misionero de la Iglesia cristiana, que
extendió su influencia a través de Europa, se
aprecia en su forma más intensa en el nucleo
cristiano de la lrlanda celta, que se convirtió al
cristianismo en el siglo v. Las comunidades
celtas monásticas avanzadas, también se
establecieron en Gran Bretaña y en el norte de
Europa. El intrincado arte que se creó en todas
estas comunidades revela una mezcla de estilos
celtas y germánicos. A pesar de su
complicación, los manuscritos celtas nos han
atraído durante siglos con notable intensidad.
Existen pocas obras de arte más exquisitas, en
todos los sentidos, que el Libro de Durrow, Los
Evangelios de Lindisfarne o el Libro de Kells.
Este último, creado por monjes irlandeses en la
isla de Iona en el siglo VIll y a principios del
siglo IX, y después llevado al monasterio de
Kells en lrlanda, quizá sea la mejor obra de
miniatura de manuscrito jamás creada. Las imágenes figurativas tienen una fuerza
icónica. Como vemos en la página que muestra los símbolos de los cuatro evangelistas:
el ángel de Mateo, el león de Marcos, el toro de Lucas y el águila de Juan (arriba).
La verdadera maravilla del Libro de KelIs son las iniciales iluminadas. Aquí, lo intrincado
se convierte en algo tan integrado, tan extravagante
y a la vez tan controlado -maravillosa paradoja-
que es imposible imaginar cómo una perfección de
encaje puede haber sido dibujada por una mano
humana. En una de las más hermosas páginas de
iniciales aparecen las palabras Christi autem
generatio («el nacimiento de Cristo»), del
Evangelio de San Mateo. La palabra Christi,
abreviada «XPI», lIena la casi totalidad de la
página; autem aparece abreviado como h, y
generatio se ha escrito entera (arriba). La forma
abreviada de la palabra Cristo se ha compuesto con
las dos letras XP, las letras griegas chi y rho. Esta
abreviación simbólica se conoce como Chi-Rho.
Todos los motivos ornamentados estan basados en
la forma material y en el significado espiritual de
estas dos letras. Toda la pagina está densamente
cubierta con una red de lineas, rostros, formas y
animales (las figuras humanas no suelen ser el principal foco de la miniatura irlandesa).
Hay tres figuras de hombres (o angeles), tres es el numero místico trinitario. Hay
mariposas, gatos jugando con ratones (¿o son
gatitos?) y una nutria, cabeza abajo y con un
pez en la boca. No obstante, para ver estas
criaturas hay que buscarlas, ya que están
escondidas en el glorioso torbellino de formas
geometricas. Los rostros humanos flotantes
miran aquí y alIá entre la tracería y dejan claro
que la realidad central de la vida que todo lo
abarca es Cristo. Su sólo nombre, incluso en su
forma abreviada, subsume todo lo demás.
El ambicioso enfoque de esta página se aprecia
mas si lo comparamos con su equivalente en los
Evangelios de Lindisfarne (abajo). El creador
de este manuscrito fue el monje Eadfrith, de
Northumberland, al norte de Inglaterra, poco
antes del año 698. Aquí la iluminación es
magnífica, aunque menos complicada en su disposición y propósito.
La miniatura española
La pequeñez intrínseca del arte del manuscrito praporciona una intimidad que puede
resultar tremenda. La miniatura medieval más espectacular es, quizá, la española. El Libro
de las Revelaciones, el último y apocalíptico libro de la Biblia, ofrecía una fuente
inagotable de imágenes de increíble fuerza. El monje Beato, que vivió en el siglo VIII en
Liébana (Asturias-España), escribió un comentario en el Apocalipsis (también se lo
conoce como el Libro de las Revelaciones) que inspiró durante siglos las imaginaciones
visuales de toda una serie de pintores. Aquí vemos como otro monje (probablemente
español o educado en España), que trabajó en el monasterio de Saint-Sever, en Gascuña,
imaginó a Cristo y los 24 ancianos en una copia del siglo XI del Beato (arriba). Alrededor
del borde exterior del gran círculo donde se encuentran Cristo y sus benditos están las
almas de los santos, puras y libres como pájaros. Hay una maravillosa alegria en la imagen
de los ancianos, incluso en los cuatro evangelistas con las copas en alto para brindar por
el Señor triunfante, mientras los santos alados alargan sus anhelosos brazos hacia la gloria
celestial.
La miniatura inglesa
Al igual que los monjes irlandeses, los ingleses también
produjeron manuscritos de gran belleza, y este fue uno de
los pocos períodos en los que el grupo menos visual, el de
habla inglesa, alcanzó fama internacional gracias a sus
artistas. Matthew Paris, que murió en 1259, fue monje de
la floreciente abadía de San Albano, en las afueras de
Londres, y sus cuarenta y dos años en el convento dieron
como fruto una serie de libros que escribió e ilustró,
aportándoles el beneficio de su notable maestría. En este
ejemplo del Salterio de Westminster, el santo patrón de los
viajeros, San Cristóbal (arriba), aparece cruzando el rio con
el Niño Jesús en los brazos. Otra obra destacable de San
Albano, conocida como los Salmos de Oscott (abajo) e
ilustrada por un artista anónimo, muestra la misma
delicadeza de linea, con una elegancia y una sutileza
psicológica que encantan a quien lo mira. Uno de los santos representados es san Pedro,
identificable por las llaves que sujeta en la mano y porque esta sobre una roca.
El bordado inglés
El denominado Tapiz de Bayeux no es un tapiz, sino un bordado de lana sobre tela.
Durante mucho tiempo se creyó que lo hicieron en Normandía algunas damas de corte de
la reina Matilde, esposa de Guillermo el Conquistador. Sin embargo, recientemente se ha
demostrado que lo encargó el obispo Odo, hermanastro de Guillermo, y que se hizo en
Inglaterra. Posee la misma animación desigual que encontramos en los manuscritos
ingleses. Es una especie de tira cómica anglosajona que cuenta la historia de la conquista
normanda de Inglaterra de forma sucinta y encantadora. Se trata de un largo friso de tela
con bordes inferiores y superiores, donde se comenta la acción del panel principal. En
esta escena en concreto ( 44) , los hermanos del rey inglés Harold son asesinados por
soldados normandos. El borde superior se ha reservado para animales decorativos, casi
emblemáticos, mientras que el inferior esta repleto de imágenes de soldados muertos y
una serie de armas y armaduras abandonadas.
La miniatura francesa
Existe un precioso misal (libro con textos para las
misas de un año) que ha perdurado desde el siglo
XIV en la abadía de San Denis, en Paris. Es de un
discípulo de Jean Pucelle, miniaturista que tenia un
taller en Paris. Una página muestra un texto litúrgico
para el día festivo de San Denis (arriba), con una
magnífica «0» pintada y dos miniaturas que explican
la relación del santo con la familia real. Incluso
aunque no conozcamos la leyenda del ciervo que se
escondió en una iglesia cuando le perseguía el
principe Dagoberto, y cómo el príncipe y su padre,
el rey Clotairo, se reconciliaron al fin gracias a una
aparición en sueños de san Denis, podemos disfrutar
de los figurines pálidos y meticulosos que viven sus
aventuras sagradas en el misal.
Referencias
http://www.arqueologos.org/histo-media/73-los-manuscritos-medievales-i.html
http://www.imageandart.com/tutoriales/historia_arte/edad_media/index2.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Manuscrito_ilustrado
http://www.alipso.com/monografias/medievo_definitivo/