Colaboradores
Pbro. José Sánchez Ramírez C.O.R.C.
Silvia Tovar Zavala
Miriam Valdez García
Irma Servín Silva
Eduardo Rojo Nava
Ma. Estela Ruiz Rivera
GRUPO MISIONERO: “PADRE ENRIQUE AMEZCUA MEDINA”
2013
Por Cristo, con Él
y en Él… Boletín No. 17
C O R C E N E R O 2 0 1 3
Contenido Editorial
•Proyecto Misionero
o Reino de Dios, justicia
social y caridad
cristiana
Recorrido Histórico de la
Misión
o Conociendo al Beato
José Sánchez del Rio.
Algo para Compartir
o Redemptoris Missio-
Parte VII
Experiencia Misionera
o Beato Pedro de San
José
Entretenimiento
o Sopa de Piedra
Agenda
2 º
Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2012 Volumen 1, número 17
Por Cristo, con Él y en Él…
Año 2013, año jubilar
En este año 2013 los Operarios del Reino de Cristo vamos a celebrar los 50 años de fundación. Un 12
de septiembre de 1963, el P. Enrique con dos obispos como apoyo fuerte y un grupo de niños inició
una gran aventura, donde ahora nosotros nos encontramos, no solo como beneficiarios sino también
como quienes recogen la estafeta y retoman la carrera. Creo que esta imagen, del corredor que
llega y le hace entrega al siguiente, y este la toma e intenta correr más fuerte aún, puede reflejar lo
que vamos a vivir.
No somos una comunidad hecha, somos una comunidad que se está haciendo, y nosotros ahora
somos protagonistas de este acontecimiento que quedará para la historia y que deberemos entregar
a otros.
Desde este medio quiero invitarlos a llenarnos de alegría, pero sobre todo a tomar esta conciencia.
Dios quiera que todos los que estamos y quienes se van a sumar, corramos más fuerte, nos impulsemos
con mayor energía. Esto es lo que nos pide el Señor. Vamos a intentarlo, solo así vamos a lograrlo.
Que el Señor los Bendiga! P. José Sánchez Ramírez.
Director Espiritual
Editorial
Happy holidays from our family to yours!
“Por Cristo, con Él y en Él, a
Ti, Dios Padre Omnipotente,
en la unidad del Espíritu
Santo, todo honor y toda
gloria”
Intención Misional
“Para que las comunidades
cristianas de Oriente Medio, con frecuencia discriminadas, reciban del Espíritu Santo la
fuerza de la fidelidad y la perseverancia”
3 º
Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2012 Volumen 1, número 17
Proyecto Misionero
384. Ser discípulos y misioneros de Jesucristo para que
nuestros pueblos, en Él, tengan vida; nos lleva a asumir
evangélicamente y desde la perspectiva del Reino las tareas
prioritarias que contribuyen a la dignificación de todo ser
humano, y a trabajar junto con los demás ciudadanos e
instituciones en bien del ser humano.
El amor de misericordia para con todos los que ven
vulnerada su vida en cualquiera de sus dimensiones,
como bien nos muestra el Señor en todos sus gestos de
misericordia, requiere que socorramos las necesidades
urgentes, al mismo tiempo que colaboremos con otros
organismos o instituciones para organizar estructuras
más justas en los ámbitos nacionales e internacionales.
Urge crear estructuras que consoliden un orden social,
económico y político en el que no haya inequidad y
donde haya posibilidades para todos. Igualmente, se
requieren nuevas estructuras que promuevan una
autent
REINO DE DIOS, JUSTICIA SOCIAL Y CARIDAD CRISTIANA Aparecida, 13-31 de mayo de 2007
382. “El plazo se ha cumplido. El Reino de Dios está llegando. Conviértanse y crean en el Evangelio”
(Mc 1, 15). La voz del Señor nos sigue llamando como discípulos misioneros y nos interpela a orientar
toda nuestra vida desde la realidad transformadora del Reino de Dios que se hace presente en
Jesús. Acogemos con mucha alegría esta buena noticia. Dios amor, es Padre de todos los hombres y
mujeres de todos los pueblos y razas. Jesucristo es el Reino de Dios que procura desplegar toda su
fuerza transformadora en nuestra Iglesia y en nuestras sociedades. En Él, Dios nos ha elegido para
que seamos sus hijos con el mismo origen y destino, con la misma dignidad, con los mismos
derechos y deberes vividos en el mandamiento supremo del amor. El Espíritu ha puesto este germen
del Reino en nuestro Bautismo y lo hace crecer por la gracia de la conversión permanente gracias a
la Palabra y los Sacramentos.
383. Señales evidentes de la presencia del Reino son: la
vivencia personal y comunitaria de las
bienaventuranzas, la evangelización de los pobres, el
conocimiento y cumplimiento de la voluntad del Padre,
el martirio por la fe, el acceso de todos a los bienes de
la creación, el perdón mutuo, sincero y fraterno,
aceptando y respetando la riqueza de la pluralidad, y la
lucha para no sucumbir a la tentación y no ser esclavos
del mal
4 º
Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2012 Volumen 1, número 17
386. La Iglesia tiene, como misión propia y específica,
comunicar la vida de Jesucristo a todas las personas,
anunciando la Palabra, administrando los Sacramentos y
practicando la caridad. Es oportuno recordar que el amor
se muestra en las obras más que en las palabras, y esto
vale también para nuestras palabras en esta V
Conferencia. No todo el que diga Señor, Señor… (cf. Mt
7,21). Los discípulos misioneros de Jesucristo tenemos la
tarea prioritaria de dar testimonio del amor a Dios y al
prójimo con obras concretas. Decía San Alberto Hurtado:
“En nuestras obras, nuestro pueblo sabe que
comprendemos su dolor”.
auténtica convivencia humana, que impidan la prepotencia de algunos y faciliten el
diálogo constructivo para los necesarios consensos sociales.
385. La misericordia siempre será necesaria, pero no debe contribuir a crear círculos
viciosos que sean funcionales a un sistema económico perverso. Se requiere que las obras
de misericordia estén acompañas por la búsqueda de una verdadera justicia social, que
vaya elevando el nivel de vida de los ciudadanos, promoviéndolos como sujetos de su
propio desarrollo. En su Encíclica “Deus Caritas Est”, el Papa Benedicto XVI ha tratado con
claridad inspiradora la compleja relación entre justicia y caridad. Allí nos dice que “el orden
justo de la sociedad y del Estado es una tarea principal de la política” y no de la Iglesia.
Pero la Iglesia “no puede ni debe quedarse al margen en la lucha por la justicia” 215. Ella
colabora purificando la razón de todos aquellos elementos que la ciegan e impiden la
realización de una liberación integral. También es tarea de la Iglesia ayudar con la
predicación, la catequesis, la denuncia, y el testimonio del amor y de justicia, para que se
despierten en la sociedad las fuerzas espirituales necesarias y se desarrollen los valores
sociales. Sólo así las estructuras serán realmente más justas, podrán ser eficaces y sostenerse
en el tiempo. Sin valores no hay futuro, y no habrá estructuras salvadoras, ya que en ellas
siempre subyace la fragilidad humana.
En la pasada Asamblea General Diocesana, llevada a cabo el 19 de
noviembre del 2012, la prioridad a trabajar en este año, es la Pastoral
Social en todas sus vertientes, momento que nos lleva hoy a replantearnos
la gran alegría que da el compartir lo que se ha recibido, y un gran regalo
es trabajar en la Capilla del Sagrado Corazón de Jesús (Col. Mujeres
Independientes, Santiago de Querétaro) en donde, Gracias a Dios, ya son
2 años de Practicar lo que Dios ha puesto en nuestras manos.
Si quieres ser parte de esto sólo di: “Señor: AQUÍ ESTOY YO, AQUÍ ESTAN
MIS MANOS Y MIS PIES”
Colaboración: Eduardo Rojo Nava
5 º
Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2012 Volumen 1, número 17
Conociendo al Beato José Sánchez del Rio
Hace aproximadamente 7 años nos empezamos a reunir en el Seminario un grupo de
personas entre ellas niños, adolescentes, jóvenes y adultos, para estructurar la
formación de líderes de laicos comprometidos con el carisma de los Operarios del
Reino de Cristo, el primer motivo fue organizar entre todos el primer Congreso
Eucarístico Guadalupano “Que seamos Uno”, el cual daría inicio a un movimiento de
seglares. De este Congreso nació el grupo Beato José Sánchez del Río, nombre que
dio el Padre Javier Gutiérrez por ser de edad similar a los chicos que lo conformaban y
precisamente este nombre ya que el día 20 de Noviembre del 2005 había sido
beatificado en la ciudad de Guadalajara, Jalisco.
El Padre Javier se hacía a la idea que este grupo tenía que ser un grupo líder y que los
chicos que estuvieran que estar en el debían ser comprometidos y emprendedores,
dando testimonio como este jovencito que a la edad de 14 años muere como mártir
en la guerra cristera defendiendo su fe, tomando como estandarte la bandera de
México y gritando hasta el extremo ¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!
En este Congreso conocimos a Sor María de Jesús, de la Congregación de las Siervas
de María y encargada de las aspirantes. Ella con gran sabiduría nos orientó para
estructurar un programa que ayudara a los chicos a descubrir sus talentos, a ponerlos
al servicio de los demás, con la espiritualidad propia de los Operarios del Reino de
Cristo y que a través de este programa ellos puedan descubrir su vocación, sabiendo
que la vocación de todo ser humano es llegar a la santidad, ¿pero por dónde vamos
a empezar? Esta era una pregunta clave, Sor María con mucha visión nos dijo, lo
primero que tenemos que hacer es que ellos se identifiquen con el Beato José
Sánchez del Río, necesitamos ir a Sahuayo pues creo que para el día 10 de febrero,
con motivo de su aniversario de su martirio, va a haber una exposición cristera por
parte de los Caballeros de Colón, y conociendo su historia en este momento histórico
tan importante va a tener un gran impacto en quienes vayamos. Así fue como
organizamos el sábado 11 de febrero de 2006 la peregrinación a Sahuayo en busca
de identidad.
Al Padre Antonio Gómez, párroco de la Sma. Trinidad le emocionó sobremanera esta
peregrinación y nos brindó apoyo para ir a la ciudad de Sahuayo, Mich., ya que él es
oriundo de ese lugar, y con la ayuda de su sobrina Blanca Patricia Gómez, nos
acompañó y elaboró un recorrido para conocer un poco sobre la historia de José
Sánchez del Río, cuya tierra natal es la misma.
Recorrido Histórico de la Misión
6 º
Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2012 Volumen 1, número 17
Hicimos una invitación abierta en la Parroquia de la Sma Trinidad y acudimos las siguientes
personas: Dulce, Oscar, Daira, Carlos, Ángel, Gustavo, Silvia Ruiz, Edgar, Francisco, Silvia, Juan,
Edgar, Jesrael, Sor María de Jesús con todas sus aspirantes, Miriam y Eduardo, Carolina y
Gustavo, Ma. Elisa Zavala, Carmelita y Daniel Ruiz, Silvia Ruiz L., Oscar y Silvia y unos chicos d. e
Bolaños, una familia de la Parroquia de Arboledas, fue un gran grupo.
Conocer la historia de José Luis Sánchez del Río, nombre que tenía en su fe de bautismo, fue
algo extraordinario. Visitamos el museo cristero, en donde no solo existen las reliquias de José
Luis, sino de muchos jóvenes también mártires (eran 33 más). Nos pasaron películas de su vida y
de cómo fue la guerra cristera en esos lugares. Estuvimos en la Parroquia de Santiago Apóstol y
su Bautisterio, lugar donde Joselito, como le llaman allá, fue bautizado y durante la guerra
cristera, estuvo prisionero en ese lugar, ahí el Padre Cobos nos celebró una Eucaristía y nos
regaló el 1er. Estandarte de José Luis Sánchez del Rio, cuando hizo su 1ª. Comunión.
7 º
Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2012 Volumen 1, número 17
Cabe mencionar que en todas las calles había fotos, estandartes, reliquias, Sahuayo
estaba impregnado de su presencia. Un caballero de Colón nos acompañó para hacer
el recorrido que hizo Joselito desde el bautisterio hasta el cementerio donde lo
terminaron de martirizar, nos comentaba era una noche de lluvia y la sangre que salía de
sus pies se mezclaba, pues tras haberle cortado las plantas de sus pies, le hicieron
caminar y cavar su tumba, él caminaba erguido y no dejaba de afirmar ¡Viva Cristo Rey
y Santa María de Guadalupe! ¡Qué firmeza en su fe! ¡Qué valor! y solo tenía 14 años.
Decía Sor María, es que ya no era él sino Cristo que vivía en él, quien le daba la entereza
para enfrentarse a su martirio. Fue un niño mártir que quiso participar en la guerra cristera
en el tiempo del gobierno de Plutarco Elías Calles, tiempo en que habían cerrado
muchas iglesias y les querían arrebatar su fe, quienes participaron en esta guerra casi
todos fueron martirizados, pero al forma en que Joselito la vivió fue impresionante, una de
sus armas era su “rosario que le había regalado su mamá”, que mientras estuvo preso lo
desgastó porque lo rezaba todo el tiempo y a través de la ventana recibía la Eucaristía,
cuentan que se indignó cuando preso en el bautisterio había gallos de pelea y les sacó
los ojos, pero lo que él creía, lo defendía con la confianza de que Dios estaba en todo
momento con él, algo que nos impresionó fue que su mismo padrino quería que
desistiera, así fue como llegó hasta el cementerio, donde finalmente tras golpearlo le
dieron el tiro de gracia, Sahuayo estaba de luto, era solo un niño y con valor y confianza
entregaba su vida a Dios. Ahí conocimos la mitra donde fue introducido antes de morir y
de donde brota agua muy pura y según dicen es milagrosa.
8 º
Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2012 Volumen 1, número 17
Nos llevaron también a la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, donde están las catacumbas
y había muchísimas reliquias de Joselito, ahí estaba la carta que le hizo a su mamá en donde le
dijo, que no tuviera miedo que iba a perder la vida pero que era “la forma más fácil de ganarse
el cielo.”
Colaboración: Silvia Tovar Zavala
9 º
Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2012 Volumen 1, número 17
Más tarde la familia del Padre Antonio Gómez, nos tenía preparado una comida en su casa, fue
una gran convivencia y Joselito nos unía también, estábamos realmente impresionados por su
vida y la convivencia gracias a la hospitalidad de la familia fue increíble.
Los chicos en la actualidad ya no se enfrentan a las armas, pero si son bombardeados por otros
problemas muy sutiles que los alejan de su fe, como es la apatía, la indiferencia, el libertinaje, la
falta de compromiso, el materialismo, el consumismo; ellos tendrán también armas para
combatirlas imitando las virtudes de Joselito, como la fidelidad, el valor, la prudencia, fortaleza,
entrega, y ante todo la firmeza de su fe. Este era uno de los propósitos de la peregrinación.
¿Y qué relación tiene con los operarios? José Sánchez del Río fue amigo del Padre Enrique
Amezcua, fundador de la Confraternidad de los Operarios del Reino de Cristo y cuando el Padre
Enrique Amezcua siendo niño quiso tomar las armas, José le dijo: ¡Tú tendrás una gran misión! aún
eres muy pequeño.
De esta peregrinación sentimos como Dios Nuestro Señor nos hizo el llamado personal a trabajar
también por Cristo, hemos vivido momentos que han quedado muy gravados en nuestro corazón
y desde ese momento nos sentimos enraizados, nos empezamos a sentir parte de una misión
importante, lo que sigue Dios nos ira mostrando el camino, ya nos dio la oportunidad de conocer
algo que tiene un gran valor y que ya forma parte de nuestro ser cristianos.
Posteriormente en el años de 2010 tuvimos nuevamente la oportunidad de hacer otra
peregrinación como parte de la formación misionera, en esta ocasión visitamos a Cristo Rey
donde ya están la mayoría de las reliquias como se muestran en las siguientes fotografías.
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Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2012 Volumen 1, número 17
Colaboración: Silvia Tovar Zavala
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Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2012 Volumen 1, número 17
Algo para compartir
CARTA ENCICLICA REDEMPTORIS MISSIO
DEL BEATO JUAN PABLO II
PARTE VII
LA COOPERACIÓN EN LA ACTIVIDAD MISIONERA
Miembros de la Iglesia en virtud del bautismo, todos los cristianos son corresponsables de la
actividad misionera. La participación de las comunidades y de cada fiel en este derecho-
deber se llama “cooperación misionera”.
Tal cooperación se fundamenta y se vive, ante todo, mediante la unión personal con Cristo:
sólo si se está unido a El, como el sarmiento a la viña (cf. Jn 15,5), se pueden producir
buenos frutos. La santidad de vida permite a cada cristiano ser fecundo en la misión de la
Iglesia.
La participación en la misión universal no se reduce, pues, a algunas actividades
particulares, sino que es signo de la madurez de la fe y de una vida cristiana que produce
frutos.
ORACION Y SACRIFICIOS POR LOS MISIONEROS
Entre las formas de participación, el primer lugar corresponde a la cooperación espiritual:
oración, sacrificios, testimonio de vida cristiana. La oración debe acompañar el camino de
los misioneros, para que el anuncio de la Palabra resulte eficaz por medio de la gracia
divina.
A la oración es necesario unir el sacrificio. El valor salvífico de todo sufrimiento, aceptado y
ofrecido a Dios con amor, deriva del sacrificio de Cristo, que llama a los miembros de su
Cuerpo místico a unirse a sus padecimientos y completarlos en la propia carne (cf. Col. 1, 24). El
sacrificio del misionero debe ser compartido y sostenido por el de los fieles.
“HEME AQUÍ, SEÑOR, ESTOY DISPUESTO, ENVÍAME” (cf. Is 6,8)
La cooperación se manifiesta además en el promover las vocaciones misioneras. Una vida
de oración intensa, un sentido real del servicio al prójimo y una generosa participación en
las actividades eclesiales ofrecen a las familias las condiciones favorables para la vocación
de los jóvenes.
MISIONEROS
2006
2007
2008
2009
12 º
Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2012 Volumen 1, número 17
Cuando los padres están dispuestos a consentir que uno de sus hijos marche a la misión,
cuando han pedido al Señor esta gracia, él los recompensará, con gozo, el día en que un
hijo suyo o hija escuche su llamada.
“Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres” (Mt. 4, 19), que los jóvenes tengan la
valentía de responder, igual que Isaías: “Heme aquí, Señor, estoy dispuesto, envíame”
“MAYOR FELICIDAD HAY EN DAR QUE EN RECIBIR”(Act. 20, 35)
Son muchas las necesidades materiales y económicas de las misiones. La Iglesia misionera
da lo que recibe; distribuye a los pobres lo que sus hijos más pudientes en recursos materiales
ponen generosamente a su disposición.
Respecto a las ayudas materiales es importante comprobar el espíritu con el que se da.
Para ello, es necesario revisar el propio estilo de vida: las misiones no piden solamente
ayuda, sino compartir el anuncio y la caridad para con los pobres. Todo lo que hemos
recibido de Dios, tanto la vida como los bienes materiales, no es nuestro, sino que nos ha
sido dado para usarlo. La generosidad en el dar debe estar siempre iluminada e inspirada
por la fe; entonces sí que hay más alegría en dar que en recibir.
ANIMACIÓN Y FORMACIÓN DEL PUEBLO DE DIOS
La formación misionera del Pueblo de Dios es obra de la Iglesia local con la ayuda de los
misioneros y de sus Institutos, así como de los miembros de las Iglesias jóvenes.
El testimonio de los misioneros conserva su atractivo incluso para los alejados y los no
creyentes, y es transmisor de valores cristianos. Las Iglesias locales, por consiguiente, han de
incluir la animación misionera como elemento primordial de su pastoral ordinaria en las
parroquias, asociaciones y grupos, especialmente los juveniles.
Colaboración: Irma Servin
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Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2012 Volumen 1, número 17
NO SOLO DAR A LA MISIÓN, SINO TAMBIÉN RECIBIR
Cooperar con las misiones quiere decir no sólo dar, sino también saber recibir; todas la
Iglesias particulares, jóvenes o antiguas, están llamadas a dar y a recibir en favor de la misión
universal y ninguna deberá encerrarse en sí misma.
Hace el Papa una exhortación a todas las Iglesias, a los Pastores, Sacerdotes, Religiosos y
fieles a abrirse a la universalidad de la Iglesia, evitando cualquier forma de particularismo,
exclusivismo o sentimiento de autosuficiencia.
DIOS PREPARA UNA NUEVA PRIMAVERA DEL EVANGELIO
Dios está preparando una gran primavera cristiana, de la que ya se vislumbra su comienzo.
En efecto, tanto en el mundo no cristiano como en el de la antigua tradición cristiana, existe
un progresivo acercamiento de los pueblos a los ideales y a los valores evangélicos, que la
Iglesia se esfuerza en favorecer.
La esperanza cristiana nos sostiene en nuestro compromiso a fondo para la nueva
evangelización y para la misión universal, y nos lleva a pedir como Jesús nos ha enseñado:
“Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo” (Mt 6, 10).
No podemos permanecer tranquilos si pensamos en los millones de hermanos y hermanas
nuestras, redimidos también por la sangre de Cristo, que viven sin conocer el amor de Dios.
Para el creyente, en singular, lo mismo que para toda la Iglesia, la causa misionera debe ser
la primera, porque concierne al destino eterno de los hombres y responde al designio
misterioso y misericordioso de Dios.
Colaboración: Irma Servín Silva
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Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2012 Volumen 1, número 17
Experiencia Misionera
La Palabra de Dios
Cordero Inmolado con su Costado
abierto, forma un todo con la Cruz de
Jerusalem y el Libro que es la Sagrada
Escritura, la Palabra de Dios: desde el
anonadamiento, desde la Cruz, se
abren los secretos de la Palabra de
Dios revelada en plenitud por
Jesucristo. La palabra de Dios es para
el Operario del Reino de Cristo la luz
en su caminar, el criterio en su
proceder, la Voluntad de Dios
manifestada, ya que hemos sido
constituidos servidores del REINO, que
se anuncia por la Palabra, se nutre
por la Eucaristía, y se experimenta en
la vida del Espíritu.
Carisma
Beato Pedro de San José
El Calvario era para el Hermano Pedro como un oasis de paz y gozo espiritual, pero cada vez que
bajaba a la ciudad, cada vez que visitaba los hospitales o pedía limosna para los pobres, volvía con
el corazón destrozado: «¿Qué he de hacer, Señor, por estas gentes necesitadas?»... Una vez y otra
daba vueltas en su interior a esta pregunta, sin saber cómo orientar en concreto la pujanza inmensa
de su caridad interior. Hasta que por fin, como otras veces, recibió el Hermano Pedro respuesta a sus
preguntas más profundas por una luz que Dios quiso darle a través de personas.
Un día, en la puerta del Calvario, un negro anciano que vivía del socorro del Hermano Pedro,
viéndole a éste preocupado, se atrevió a decirle: «No os trajo Dios a esta tierra sólo para cuidar del
Calvario. Andad y salid de aquí, que hay muchos pobres y necesitados a quienes podéis ser de
mucho provecho y en que sirváis a Dios y os aprovechéis a vos mismo y a ellos». Estas palabras
atravesaron el corazón de Pedro, siempre alerta a los signos que Dios pudiera darle por medio de
otras personas.
Entonces por los caminos misteriosos de la providencia pudo comprar a doña por María Esquivel una
casita con techo de paja en la que no se podía hacer mucho, pero se hizo. En primer lugar, se
dispuso un oratorio en honor de la Virgen, presidido por una imagen de Nuestra Señora. En seguida
se compraron unas camas para convalecientes o forasteros pobres. Durante el día, se recogían las
camas, y aquello se transformaba en escuela, de niñas por la mañana, y de niños por la tarde. El
amor preferente del Hermano Pedro iba hacia los enfermos, y especialmente hacia los
convalecientes, que apenas podían acabar de sanar a causa de su miseria y abandono.
Era entonces obispo un buen religioso agustino, fray Payo Enríquez de Rivera, que fue más tarde
obispo de Michoacán, y después arzobispo y Virrey de México. El obispo, buen amigo del Hermano
Pedro, le preguntó cómo pensaba sacar adelante su Hospital. «¿Qué sé yo, señor?», le respondió
Pedro con toda tranquilidad. «¿Pues quién lo sabe, Hermano?», le replicó el obispo. «Eso, Dios lo
sabe; yo, no». A lo que el obispo dijo: «Pues vaya, Hermano, y haga lo que Dios le inspire, y avise lo
que se ofreciere, que somos amigos».
En una ocasión, había ido el Hermano Pedro con su alforja a pedir a la tienda de Miguel de Ochoa,
y mientras este buen cristiano le iba dando panes, las alforjas engullían más y más sin acabar de
llenarse nunca. Ante el asombro del donante, el Hermano Pedro le dijo muy tranquilo: «Si apuesta a
largueza con Dios, sepa que Dios es infinito en dar y para recibir tiene muchos pobres». En casos
como éste, cuando el Hermano Pedro advertía estos milagros, no se extrañaba lo más mínimo, pero,
emocionado a veces hasta las lágrimas, solía postrarse rostro en tierra o se retiraba a la oración una
noche entera. El Beato Pedro, por otra parte, no limitó su caridad al cuidado de los cuerpos
enfermos, sino que desempeñó siempre un ministerio de consolación muy singular, ayudando a
sanar, con el amor de Cristo, los corazones heridos y afligidos.
Colaboración: Ma. Estela Ruiz Rivera
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Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2012 Volumen 1, número 17
33
Entretenimiento
A la mujer le picó la curiosidad, puso la olla al fuego y fue a contar el secreto a sus vecinas, cuando
el agua rompió a hervir, todo el vecindario se había reunido allí para ver al Extraño y su sopa de
piedra. El Extraño dejó caer la piedra en el agua, y probó una cucharada y exclamó ¡Deliciosa! lo
que necesita son unas papas...
Tengo algunas, gritó una mujer, y en pocos minutos regresó con una gran fuente de papas que
fueron directamente a la olla.
Volvió a probar y añadió pensativo si tuviéramos un poco de carne sería mucho más apetitoso.
Otra ama de casa salió y regresó con un gran pedazo de carne que el Extraño introdujo en la sopa.
Volvió a probar el caldo, puso los ojos en blanco y dijo: ¡Ah! qué sabroso, pero si tuviéramos unas
verduras sería perfecto.
Una de las vecinas regresó con cebollas y zanahorias, después de introducirlas en el puchero, el
Extraño probó de nuevo el caldo y en tono autoritario dijo: "Platos para todo el mundo"
La gente se apresuró a conseguir platos, cubiertos y algunos trajeron pan y fruta.
Luego se sentaron todos a disfrutar de la comida, mientras el Extraño repartía abundantes raciones
de su increíble sopa de piedra...
Todos se sentían extrañamente felices, mientras reían, charlaban y compartían por primera vez, su
comida.
En medio del alborozo, el Extraño se escabulló silenciosamente, dejando la milagrosa piedra, que
podrían usar cuando quisieran hacer la sopa del mundo más deliciosa.
La Sopa de Piedra
En un pueblo, una mujer se llevó una sorpresa al ver que
había llamado a su puerta un Extraño, que le pedía algo de
comer...
Lo siento no tengo nada en casa.
No se preocupe -dijo el Extraño- tengo una piedra para la
sopa en mi bolso, si me permitiera echarla en una olla de
agua hirviendo, haría la más exquisita sopa del mundo...
16 º
Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2012 Volumen 1, número 17
“Tantas veces pensamos, como la mujer del cuento, que no tenemos nada para dar”
Si cada uno (@) ponemos en la mesa de la vida lo que tiene, sus talentos, sus dones, nos
sorprenderemos como los personajes del cuento.
Habremos convertido la falta en abundancia, tendremos una mesa en donde cada uno tendrá un
lugar sin excluir a nadie.
Habrá pan para todos y en abundancia...
Colaboración: Miriam Valdez García
17 º
Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2012 Volumen 1, número 17
sa
Agenda Seglar CORC Directorio
Director Espiritual: Pbro.
José Sánchez Ramírez
C.O.R.C.
Querétaro, Qro.
Teléfono:
(442) 213 48 69 Correo electrónico:
"Todo lo hecho por
amor, aunque
pequeño, aunque los
demás no lo noten, ha
sido tomado en
cuenta por Dios, y lo
encontraremos
renovado en Él".
¡Padre venga a nosotros tu Reino,
por Cristo, con Él y en Él!
Colaboración: Miriam Valdez García