• De no modificarse esta tendencia, América Latina y el Caribe no dará cumplimiento a la meta comprometida en los ODS.
• En 2016, 42,5 millones de personas no contaban con la cantidad suficiente de alimentos, un aumento de 2,4 millones de personas respecto al 2015.
• Es decir el 6,6% de la población regional.
Subalimentación aumenta en América Latina y el Caribe.
• FIES es un indicador que complementa la medición de la subalimentación y permite mejorar la caracterización del hambre. En conjunto con el indicador de subalimentación aportan una mirada más completa al fenómeno del hambre y la inseguridad alimentaria.
La agenda 2030 requiere avances y mejoras en la medición de la seguridad alimentaria.
Desnutrición crónica infantil disminuye…
• Las proyecciones a 2025 confirman una tendencia a la baja lo que permitiría dar cumplimento a la meta relativa a la desnutrición crónica del ODS 2. Sin embargo, aún 4,1 millones de niños presentarían retrasos en su crecimiento, es decir, el 8,1% de los niños menores de 5 años en la región.
Pero prevalencia regional del sobrepeso infantil supera el promedio global.
• Respecto al sobrepeso infantil, este afecta al 7% de los niños menores de 5 años en América Latina y el Caribe, cifra superior al promedio mundial.
Además, la obesidad en adultos es preocupantemente alta.
• La obesidad es un fenómeno cada vez más generalizado en la región. Según las últimas cifras, 24 países de América Latina y el Caribe presentan una proporción de personas obesas en valores cercanos o superiores al 20% de la población.
• A nivel regional todos los países han incrementado sus tasas de obesidad entre los años 1980 y 2014, siendo un fenómeno más extendido en mujeres.
• Las consecuencias que acarrean el sobrepeso y la obesidad son graves, e incluyen la mayor probabilidad de desarrollo de enfermedades no transmisibles (ENT).
Garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades, es fundamental para mejorar la nutrición y la calidad de vida de la población.
• Casi todos los países de la región han realizado avances en la reducción de la probabilidad de fallecer prematuramente a causa de las enfermedades no transmisibles (ENT).
• Pero aún son insuficientes para alcanzar la meta establecida para 2030.
• Es fundamental apurar la implementación de acciones tendientes a reducir el número de muertes prematuras.
• La alimentación saludable es decisiva para reducir la malnutrición en todas sus formas.
• Además, es un elemento fundamental para reducir las tasas de sobrepeso y obesidad.
DIMENSIONES
DE LA
SEGURIDAD
ALIMENTARIA Y
NUTRICIONAL
La región produce alimentos suficientes para cubrir las necesidades de su población; pero esto no asegura una alimentación sana y nutritiva.
• El aumento de la oferta alimentaria es necesario para garantizar la suficiencia, pero no asegura una alimentación balanceada.
• No solo importa la cantidad y el origen alimentario de las calorías, si no también lo que significan en términos de macronutrientes.
América Latina y el Caribe tiene una gran capacidad productiva, siendo un proveedor de alimentos a nivel global.
• El comercio adquiere relevancia fundamental cuando la producción de ciertos bienes no es suficiente por si sola para dar respuesta a la demanda.
• Erradicar las diferentes formas de malnutrición requiere que los mercados provean la cantidad suficiente de alimentos inocuos y variados necesarios para una alimentación nutritiva y saludable.
Menor velocidad de las dinámicas de reducción de pobreza y pobreza extrema en los últimos años, dificultan la erradicación del hambre y la malnutrición.
• El crecimiento sostenido del PIB per cápita se vio acompañado por una importante disminución de la pobreza y de la subalimentación.
• Junto con la desaceleración económica también se han podido observar aumentos en la pobreza; así el número de personas en esta situación aumentó de 166 millones a 175 millones entre 2013 y 2015.
El precio de los alimentos y el ingreso son determinantes para la adopción de una alimentación saludable.
• Los sectores más vulnerables asignan una mayor proporción de sus ingresos a la compra de alimentos, y tienen a su vez una menor capacidad de ahorro.
• Los alimentos densamente calóricos, suelen presentar un menor precio que los alimentos de menor densidad calórica y de mayor valor nutritivo.
• Los hogares que enfrenten dificultades para cubrir los costos de una canasta básica de alimentos (CBA) pueden terminar adquiriendo menos alimentos de los que necesita el grupo familiar u optar por reemplazarlos por alimentos menos saludables o con bajo aporte nutricional.
• No todos los países alcanzan a cubrir el costo de una canasta básica de alimentos (CBA) familiar con los ingresos provenientes de un salario mínimo: algunos necesitarían más del doble para hacerlo.
Agua potable e infraestructura sanitaria son condiciones básicas para erradicar la malnutrición y garantizar un uso y transformación adecuados de los alimentos.
• Grandes esfuerzos se han realizado para ampliar la cobertura de agua potable y saneamiento, tanto en inversiones en infraestructura como en subsidios para asegurar el acceso económico a estos servicios.
• Sin embargo, aún persisten importantes desigualdades en cobertura de agua potable y saneamiento en el área rural y entre los más pobres.
Los desastres relacionados con el clima afectan los medios de vida, con consecuencias severas para la seguridad alimentaria y nutricional.
• Son causantes de enormes daños económicos, así como de un aumento en el número de personas afectadas.
• Imponen un carácter de urgencia a las acciones necesarias para su mitigación y adaptación.
• En los últimos tiempos, los desastres naturales en América Latina y el Caribe, han estado marcados fuertemente por el fenómeno de El Niño.
• Las consecuencias de los fenómenos climáticos afectan la oferta de alimentos, los precios de alimentos y productos básicos locales como internacionales y afectan también los medios de vida.