RELIGIÓN- TEMA 1
ANTIGUO TESTAMENTO
1. LA CREACIÓN †
Al principio solo Dios existía, feliz y en la unidad de su naturaleza y en trinidad
de sus personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Por pura bondad quiso sacar de la nada y
con un poder infinito, multitud de seres. A esto llamamos creación. 1º Creo los
ángeles, seres puramente espirituales. 2º Después sacó de la nada todo el mundo
visible y material. Llenó la tierra en seis días: - El día primero creó la luz. - El segundo
creó el firmamento, que recibió el nombre de cielo. - El tercero separó la tierra de las
aguas y le dio virtud para producir las plantas. - El cuarto hizo aparecer el sol, la luna y
las estrellas. - El quinto produjo las aves del cielo y los peces del mar. El sexto llenó la
tierra de animales y formó el hombre. Y finalmente el séptimo descansó, bendiciendo
este día y santificándolo, para que fuese el día de descanso en la Tierra.
2. ADÁN Y EVA: EL PECADO ORIGINAL †
Para hacer el hombre, Dios tomó un poco de barro, modeló un cuerpo
bellísimo, y soplando sobre él, le infundió un alma a su imagen y semejanza, es decir,
racional e inmortal. Y para que no se olvidara de su origen terreno le dio un nombre:
Adán, que significa tierra. Y mirándolo con ternura, dijo: “No es bueno que el hombre
esté solo: démosle una ayuda semejante a él”. Y mientras dormía sacó de su cuerpo
una costilla, y con ella formó a la primera mujer, que se llamó Eva, que significa madre
de los vivientes. El Señor les bendijo, diciéndoles: “Creced y multiplicaos”. Dios puso a
Adán y Eva en los jardines deliciosos del Paraíso, con toda clase de frutas y plantas. Y
para probar su fidelidad les dijo: “Podéis comer de todos los árboles, menos del árbol
de la ciencia del bien y del mal, que crece en medio del Paraíso. De lo contrario
moriréis. Durante algún tiempo ellos observaron dócilmente la orden del Señor; pero
Satán, envidioso de la felicidad de aquellos nuevos seres, inferiores a él, tomó un día la
forma de una serpiente, dirigiéndose hacia la mujer, que estaba cerca del árbol, le dijo:
“¿Por qué no coméis de todos los frutos de ese jardín?” “Comemos de todos-
respondió ella- menos del que está en medio del Paraíso; si no lo hacemos así,
moriremos”. La serpiente les dijo lo contrario;” Si coméis de él, lejos de morir se
abrirán vuestros ojos y seréis como Dios es”. Convencida por estas palabras, Eva miró
el fruto, lo tomó y lo comió; después, alargando una parte a su marido, le hizo comer
también. Y después de ello, admitiendo su culpa se escondieron. Tras esto, Dios tuvo
una conversación con Adán y le dijo que por qué habían comido del fruto prohibido.
Adán le dijo a Dios: “La mujer que me pusiste por compañera, me ofreció, y ella se
sintió engañada por la serpiente. Después de todo esto vinieron los castigos. La
serpiente se convirtió en un animal maldito, y Adán y Eva.
3. LA PROMESA DEL REDENTOR † Los hombres, después del pecado de Adán, ya no podrían salvarse al no usar
Dios de especial misericordia con ellos. Pero Dios tuvo compasión del hombre caído, e
inmediatamente después del pecado le prometió un Redentor.
Su oficio principal debía ser el de mediador entre Dios y los hombres, para
levantar al hombre caído y acercarlo de nuevo a Dios. A nuestros primeros padres en el
paraíso ya les dio la esperanza de un Salvador. Y a Abraham le hizo la siguiente
promesa: “En un descendiente tuyo serán benditas todas las naciones de la Tierra”
(Géneris 22,18).
En los mismos términos renovó la promesa de Isaac y luego a Jacob: “Serán
benditas en ti y en el todas las tribus de la tierra”. Y a David le anunció también que de
su descendencia nacería el Mesías que nacerá de ti
4. CAÍN Y ABEL † El hombre se unió a su mujer Eva; ella concibió y dio luz a Caín primero y
después a Abel. Ambos crecieron y Abel se hizo pastor y Caín, agricultor. Abel cría
ovejas. A él le gusta cuidar los corderitos. Estos crecen y llegan a ser ovejas grandes, y
pronto Abel tiene un rebaño entero de ovejas para atenderlo. Un día Caín y Abel le
llevan un regalo a Dios. Caín lleva alimento que él ha cultivado. Y Abel lleva la mejor
oveja que tiene. A Dios le agradan los dos regalos, aunque se inclina más por el
presente de Abel. Caín se da cuenta. Éste anda cabizbajo para ocultar la ira que siente
y que se refleja en su cara (siente envidia de su hermano).
5. CAÍN MATA A SU HERMANO ABEL † Dios le dice:” ¿Por qué te enfureces? ¿Por qué andas cabizbajo? Si obraras bien,
llevarías bien alta la cabeza; pero si obras mal, el pecado acecha a tu puerta y te acosa;
aunque tú puedes dominarlo.” Fue entonces cuando Caín propuso a Abel que fuera
† †
con él al campo y allí lo mató. Tras esto el Señor le preguntó a Caín:”¿Dónde ésta tu
hermano? A lo que éste le responde: ”No lo sé, ¿acaso soy yo el guardián de mi
hermano?” “¿Qué has hecho Caín , el mismo suelo en el que cultivaste, ahora abre las
fauces para beber la sangre de tu hermano que me grita ahora desde la tierra?”. A lo
que Caín contesta al Señor:”Mi culpa es demasiado grande. Tú me echas de este suelo
y ahora tendré que ocultarme y seré un forajido y el que me encuentre me matará.” Y
el Señor puso una marca a Caín señalando que quien mate a Caín será castigado siete
veces.
6. SET † Es hijo de Adán y Eva, que nació después que Caín matara a Abel. “Set” es una
palabra hebrea que significa “plantar, poner de nuevo”. Fue como el sustituto de Abel.
Set tuvo un hijo al que llamó “Enós”. Tuvo una vida muy longeva.
NUEVO TESTAMENTO
1. SAN JOAQUÍN Y SANTA ANA †
(Los padres de la Virgen María, y abuelos de Jesús. Su festividad el 26 de julio).
San Joaquín
Joaquín fue el padre de la Virgen María, madre de Dios. La tradición, basándose
en testimonios antiquísimos y muy tempranamente, saludó a los santos esposos
Joaquín y Ana como padre y madre de la Madre de Dios.
El Evangelio de Santiago describe, cómo, en su edad provecta, Joaquín y Ana
hallaron respuesta a sus oraciones en favor de tener descendencia. Es tradición que los
padres de Santa María, que aparentemente vivieron primero en Galilea, se instalaron
después en Jerusalén; donde nació y creció Nuestra Señora; allí también murieron y
fueron enterrados.
Santa Ana
Ana es el nombre que la tradición ha señalado para la madre de la Virgen. Las
fuentes son las mismas que en el caso de San Joaquín. La historia de Santa Ana se
divulgó en Occidente y tuvo un considerable desarrollo, hasta que Santa Ana llegó a
convertirse en uno de los santos más populares también para los cristianos de rito
latino.
En Nazaret vivía una pareja rica y piadosa, Joaquín y Ana. No tenían hijos.
Cuando con ocasión de cierto día festivo Joaquín se presentó a ofrecer un sacrificio en
el templo, fue arrojado de él por un tal Rubén, porque los varones sin descendencia
eran indignos de ser admitidos.
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Joaquín entonces, acongojado, no regresó a su casa, sino que se dirigió a las
montañas para manifestar su sentimiento a Dios en soledad. También Ana, puesta ya
al tanto de la prolongada ausencia de su marido, dirigió lastimeras súplicas a Dios, para
que le levantara la maldición de la esterilidad, prometiendo dedicar el hijo a su
servicio. Sus plegarias fueron oídas; un ángel se presentó ante Ana y le dijo: "Ana, el
Señor ha visto tus lágrimas; concebirás y darás a luz, y el fruto de tu seno será
bendecido por todo el mundo". El ángel hizo la misma promesa a Joaquín, que volvió al
lado de su esposa. Ana dio a luz una hija, a la que llamó Miriam=María.
Santa Ana es la patrona de Bretaña. También en Canadá, donde es la patrona
principal de la provincia de Quebec- el santuario de Santa Ana de Beaupré es muy
famoso.
Santa Ana es patrona de las mujeres trabajadoras; se la representa con la
Virgen María en su regazo, que también lleva en brazos al Niño Jesús. Es además la
patrona de los mineros, que comparan a Cristo con el oro y con la plata a María.
San Joaquín y Santa Ana son los abuelos de Jesús, padres de la virgen María.
Representan a dos pilares importantes en la familia cristina, los abuelos: padres,
abuelos, entregados a su familia: hijos, nietos, con valores tan importantes como el
amor incondicional, fidelidad, lealtad, entrega a los suyos y la unión de toda la familia.
2. NACIMIENTO DE JUAN EL BAUTISTA †
Los padres de Juan “El Bautista” son Isabel (prima de la virgen María) y Zacarías.
Isabel fue madre ya mayor. Cuando Isabel dio a luz, los vecinos y parientes se pusieron
muy contentos, pues ella fue madre ya mayor, y no esperaban que fuese a tener hijos.
Su esposo Zacarías cuando supo que su mujer estaba en cinta no lo creía y Dios como
prueba hizo que enmudeciera hasta que su mujer dio a luz.
Al nacer el niño todos pensaban que se llamaría Zacarías como su padre, pero la
madre dijo: “Se llamará Juan”. Preguntaron también al padre, y éste escribió en una
tablilla: “Juan es su nombre”, y todos se maravillaron. Desde aquel momento fue
abierta su boca y suelta su lengua, y habló bendiciendo a Dios.
3. PREDICACIÓN DE JUAN EL BAUTISTA †
Juan el bautista fue un profeta enviado por Dios como precursor del Señor
Jesús. Nace seis meses antes que Jesús, y nace con el propósito de preparar, o
disponer los corazones de Israel para la llegada del Mesías. El nacimiento de Juan el
Bautista fue igualmente un nacimiento rodeado de señales. Su vida y ministerio fueron
también un mensaje de Dios para Israel.
Por ser hijo de Zacarías sacerdote del Señor, podía aspirar al sacerdocio en el
templo en Jerusalén. Era la principal ciudad de Israel, venían multitudes, allí había
reconocimiento eclesial, y estaba la pompa religiosa de Israel, sin embargo, lo vemos
ejerciendo el ministerio en el río Jordán.
Juan el bautista se enfrentó a Herodías: cuyo nombre significa: heroína,
campeona, grande. De carácter prepotente, orgullosa, arrogante, manipuladora, dejó a
su esposo para casarse con su cuñado. El estilo de vida de Juan Bautista contrastaba
con la vida de palacio y la vida hipócrita de los fariseos.
4. BAUTISMO DE JESÚS EN EL JORDÁN †
San Juan Bautista era primo de Jesús, era hijo de Santa Isabel y de Zacarías.
Isabel era prima de la Virgen María. Cuando Isabel estaba esperando a Juan Bautista, la
Virgen María fue a visitarla y a ayudarla. Cuando la Virgen estuvo frente a su prima,
Isabel le dijo a la Virgen María, que en cuanto la vio, su niño que estaba dentro de ella
había saltado de gozo.
¿Por qué le dijo esto Santa Isabel? Pues porque Juan Bautista que era su bebé,
sintió que el niño que tenía la Virgen María era nada menos que el Hijo de Dios, y
entonces pronunció las palabras:
“Dios te salve María llena eres de gracia,
el Señor es contigo, Bendito es el fruto
De tu vientre, Jesús”.
Si vemos estas palabras que le dijo Isabel a la Virgen María, nos podemos dar
cuenta que se trata de la primera parte del AVE MARÍA, que todos conocemos.
Juan Bautista tenía una gran misión que cumplir (todos tenemos una misión
que cumplir querida por Dios) y ésta era que Juan Bautista fuera el mensajero, que
fuera delante de Jesús para preparar el camino y para que fuera clamando en el
desierto la llegada del Mesías (Jesús).
†
Y nos encontramos en la Biblia a Juan Bautista predicando en el desierto y
bautizando con agua y pidiendo la conversión de las personas, para el perdón de sus
pecados. Acudían a él gente de toda la región de Judea y de Jerusalén y eran
bautizados por él en el río Jordán y confesaban sus pecados mientras se metían dentro
de las aguas del río Jordán.
Juan como dijimos, vivía en el desierto, en las cuevas de Qumran, se vestía con
piel de camello y se alimentaba de langostas y plantas silvestres. Juan proclamaba
también “atrás de mí o después de mí viene alguien superior a mí, si yo soy un profeta,
porque lo he sentido, vendrá alguien que es superior a mí y su superioridad es tal, que
no me siento digno de desatarle la correa de su sandalia”. “El que viene detrás de mí
les bautizará no con agua, sino con el Espíritu Santo, no derramará agua sino
derramará Espíritu Santo”.
Jesús fue al río Jordán para ser bautizado por Juan Bautista, de acuerdo a la
voluntad de Dios y recordemos que el bautizo que daba Juan era para perdonar los
pecados. Jesús no tenía pecados, pero Dios quiso que fuera bautizado así, porque Jesús
iba a cargar con los pecados de toda la humanidad. Y Jesús oró pidiendo perdón por
los pecados de la humanidad que Él estaba representando. Después de que bautizó a
Jesús con agua, Jesús salió del agua y entonces se abrieron los cielos y vieron que el
Espíritu Santo en forma de paloma bajaba sobre Él y se escuchó una voz que dijo “Este
es mi Hijo amado en quien me complazco”.
†
La gente que iba con Juan, era de todas clases y aunque duró unos cuantos
meses la misión de Juan Bautista, el éxito fue grande y terminó esta misión, porque
Herodes lo encarceló. Jesús sintió el llamado de su Padre para que comenzara su
misión evangelizadora.
También nosotros cuando recibimos el Sacramento del Bautismo, recibimos al
Espíritu Santo y nos hace Hijos de Dios. Nosotros tenemos dos nacimientos, el de
nuestra madre y el momento del Bautismo, cuando nacemos como hijos de Dios de
una manera muy particular y esto se da, porque no hay nada imposible para Dios.
Entonces fíjense que importante es nuestro Bautismo ya que por medio de él:
Nuestro pecado original queda perdonado.
Somos hechos “hijos de Dios”.
Quedamos transformados en “Santuarios del Espíritu Santo”.
Por eso es por lo que debemos cuidar nuestro cuerpo, porque en él habita el
Espíritu Santo y recordemos que el Espíritu Santo es el encargado de hacernos santos y
para esto nos da Dones.
5. MUERTE DE JUAN EL BAUTISTA †
Por aquel mismo tiempo, Herodes, el que gobernaba en Galilea, oyó hablar de
Jesús, y dijo a los que estaban a su servicio: «Ése es Juan el Bautista, que ha resucitado.
Por eso tiene este poder milagroso».
Es que Herodes había hecho arrestar y encarcelar a Juan. Lo hizo por causa de
Herodías, esposa de su hermano Filipo, pues Juan había dicho a Herodes: «No debes
tenerla como tu mujer.» Herodes, que quería matar a Juan, tenía miedo de la gente,
porque todos creían que Juan era un profeta. Pero en el cumpleaños de Herodes, la
hija de Herodías salió a bailar delante de los invitados, y le gustó tanto a Herodes que
le prometió bajo juramento darle cualquier cosa que pidiera. Ella entonces, aconsejada
por su madre, dijo a Herodes:
—Dame en un plato la cabeza de Juan el Bautista.
Esto entristeció al rey Herodes; pero como había hecho juramento en
presencia de sus invitados, mandó que se la dieran. Ordenó, pues, cortarle la cabeza a
Juan en la cárcel; luego la llevaron en un plato y se la dieron a la muchacha, y ella se la
entregó a su madre.
Llegaron los seguidores de Juan, se llevaron el cuerpo y lo enterraron; después
fueron y avisaron a Jesús.
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ORACIONES
1. PADRENUESTRO.-
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
2. AVEMARÍA.-
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo bendita Tú eres
entre todas las mujeres y bendito es el fruto
de tu vientre Jesús. Santa María, madre de Dios ruega por nosotros, pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte Amén.
3. GLORIA (largo).-
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
CANCIÓN
1. ACÓGENOS BENÉFICA.-
Acógenos benéfica
bajo tu amparo santo
de tu estrellado manto
¡Oh Madre del Salvador!
Llenos de amor y júbilo
A tus plantas veneramos
Y un cántico entonamos
Señora de tu loor (bis).
†
LITURGIA
(ORACIONES y RESPUESTAS de la SANTA MISA)
Entrada y saludo inicial. S: En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. R: Amén. S: La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con vosotros. R: Y con tu espíritu. S = Sacerdote R = Respuesta Acto penitencial. S: Para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados. R: Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. S: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. R: Amén. S: Señor, ten piedad. R: Señor, ten piedad. S: Cristo, ten piedad. R: Cristo, ten piedad. S: Señor, ten piedad. R: Señor, ten piedad. Gloria. (Domingos y días festivos). R: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias. Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único, Jesucristo, Señor Dios Cordero de Dios, Hijo del Padre; Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; Porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo Jesucristo. Con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén. Final de la oración.
†
S: Por Jesucristo... que vive y reina por los siglos de los siglos (otra versión: Por Jesucristo nuestro Señor). R: Amén. Liturgia de la Palabra (Final de la 1ª y 2ª lectura) Lector: Palabra de Dios. R: Te alabamos, Señor. (Lectura del Evangelio) S: (Al inicio) El Señor esté con vosotros. R: Y con tu espíritu. S: Lectura del Santo Evangelio, según San... R: Gloria a ti, Señor. S: (Al final) Palabra del Señor. R: Gloria a ti, Señor Jesús. Profesión de fe: Credo. (Domingos y festivos). R: Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén. Presentación de las ofrendas. S: (Pan) Bendito seas, Señor... será para nosotros pan de vida. R: Bendito seas por siempre, Señor. S: (Vino) Bendito seas, Señor... será para nosotros bebida de salvación. R: Bendito seas por siempre, Señor. S: Orad, hermanos, para que este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso. R: El Señor reciba de tus manos este sacrificio para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia. Plegaria eucarística. S: El Señor esté con vosotros. R: Y con tu espíritu. S: Levantemos el corazón. R: Lo tenemos levantado hacia el Señor. S: Demos gracias al Señor nuestro Dios. R: Es justo y necesario. S: (Proclama el Prefacio correspondiente al día).
†
R: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo. Después de la consagración. S: Éste es el Sacramento de nuestra fe. R: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu Resurrección. ¡Ven, Señor Jesús! Final de la plegaria eucarística. S: Por Cristo... todo honor y toda, gloria, por los siglos de los siglos. R: Amén. Rito de la comunión. R: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. S: Líbranos... esperamos la venida gloriosa de nuestro Señor Jesucristo. R: Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor. Rito de la paz. S: Señor Jesucristo... vives y reinas por los siglos de los siglos. R: Amén., S: La paz del Señor esté siempre con vosotros. R: Y con tu espíritu. S: Daos fraternalmente la paz. (Según sea la costumbre, se intercambia un signo de paz con los más cercanos). R: Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros (se repite dos veces) . Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz. Comunión de los fieles. S: Éste es el Cordero de Dios... invitados a la Cena del Señor. R: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. S: El Cuerpo de Cristo. R: Amén. Rito de conclusión y despedida. S: El Señor esté con vosotros. R: Y con tu espíritu. S: La bendición de Dios todopoderoso... (todos se santiguan) descienda sobre nosotros. R: Amén.
†
S: Podéis ir en paz. R: Demos gracias a Dios.
VIDA DE SANTO
40. SAN JUAN PABLO II
(Wadowice, Cracovia, 1920 - Roma, 2005) Sacerdote polaco, de nombre Karol
Wojtyla, elegido Papa en octubre de 1978 mientras ocupaba el puesto de cardenal-
arzobispo de Cracovia; fue primer pontífice no italiano en más de cuatro siglos.
Era hijo de un oficial de la administración del Ejército polaco y de una maestra
de escuela. De joven practicó el atletismo, el fútbol y la natación. Fue también un
estudiante excelente, y presidió diversos grupos estudiantiles. Desarrolló, además, una
gran pasión por el teatro, y durante algún tiempo aspiró a estudiar Literatura y
convertirse en actor profesional.Durante la ocupación nazi, compaginó sus estudios y
su labor de actor, con el trabajo de obrero en una fábrica, para mantenerse y para
evitar su deportación o encarcelamiento. Fue miembro activo de la UNIA, organización
democrática clandestina que ayudaba a muchos judíos a encontrar refugio y escapar
de la persecución nazi.
En tales circunstancias, la muerte de su padre le causó un profundo dolor. La
lectura de San Juan de la Cruz, que entonces buscó como consuelo, y la heroica
conducta de los curas católicos que morían en los campos de concentración nazi
fueron decisivas para que decidiera seguir el camino de la fe.
Mientras se recuperaba de un accidente, el futuro pontífice decidió seguir su
vocación religiosa, y en 1942 comenzó sus estudios sacerdotales. Ordenado sacerdote
el 1 de noviembre de 1946, amplió sus estudios en Roma y obtuvo el doctorado en
Teología en el Pontifico Ateneo Angelicum. De regreso a Polonia, desarrolló una doble
†
tarea, por un lado pastoral, llevada a cabo en diversas parroquias obreras de Cracovia,
y por otro lado intelectual, impartiendo clases de Ética en la Universidad Católica de
Lublin y en la Facultad de Teología de Cracovia.
En 1958 fue nombrado auxiliar del arzobispo de Cracovia, a quien sucedió en
1964. Ya en esa época, era un líder visible que a menudo asumía posiciones críticas
contra el comunismo y los funcionarios del gobierno polaco. Durante el Concilio
Vaticano II destacó por sus intervenciones sobre el esquema eclesiástico y el texto
sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo.
En 1967 el Papa Pablo VI lo nombró cardenal, y el 16 de octubre de 1978, a la
edad de cincuenta y ocho años, fue elegido para suceder al papa Juan Pablo I, fallecido
tras treinta y cuatro días de pontificado. De este modo, se convirtió en el primer Papa
no italiano desde 1523 y en el primero procedente de un país del bloque comunista.
Desde sus primeras encíclicas, Redemptorishominis (1979), y Dives in
misericordia (1980), exaltó el papel de la Iglesia como maestra de los hombres y
destacó la necesidad de una fe robusta, arraigada en el patrimonio teológico
tradicional, y de una sólida moral, sin mengua de una apertura cristiana al mundo del
siglo XX. Denunció la Teología de la Liberación, criticó la relajación moral y proclamó la
unidad espiritual de Europa.
El 13 de mayo de 1981 sufrió un grave atentado en la Plaza de San Pedro del
Vaticano, donde resultó herido por los disparos del terrorista turco Mehmet AliAgca. A
raíz de este suceso, el Papa tuvo que permanecer hospitalizado durante dos meses y
medio. El 13 de mayo de 1982 sufrió un intento de atentado en el Santuario de Fátima
durante su viaje a Portugal. Sin embargo, el pontífice continuó con su labor
evangelizadora, visitando incansablemente diversos países, en especial los pueblos del
Tercer Mundo (África, Asia y América del Sur).
Igualmente, siguió manteniendo contactos con numerosos líderes religiosos y
políticos, destacando siempre por su carácter conservador en cuestiones sociales y por
su resistencia a la modernización de la institución eclesiástica. Entre sus encíclicas cabe
mencionar: Laboremexercens (El hombre en su trabajo, 1981); Redemptoris mater (La
madre del Redentor, 1987); Sollicitudoreisocialis (La preocupación social, 1987);
Redemptorismissio (La misión del Redentor, 1990) y Centessimusannus (El centenario,
1991).
Entre sus exhortaciones y cartas apostólicas destacan Catechesitradendae
(Sobre la catequesis, hoy, 1979); Familiarisconsortio (La familia, 1981); Salvificidoloris
(El dolor salvífico, 1984); Reconciliato et paenitentia (Reconciliación y penitencia,
1984); Mulierisdignitatem (La dignidad de la mujer, 1988); Christifidelislaici (Los fieles
cristianos, 1988) y Redemptoriscustos (El custodio del Redentor, 1989). En Evangelium
vitae (1995), trató las cuestiones del aborto, las técnicas de reproducción asistida y la
eutanasia. Ut unumsint (Que todos sean uno), de 1995, fue la primera encíclica de la
†
historia dedicada al ecumenismo. En 1994 publicó el libro Cruzando el umbral de la
esperanza.
El pontificado de Juan Pablo II no ha estado exento de polémica. Su talante
tradicional le ha llevado a sostener algunos enfoques característicos del catolicismo
conservador, sobre todo en lo referente a la prohibición del aborto y los
anticonceptivos, la condena del divorcio y la negativa a que las mujeres se incorporen
al sacerdocio. Sin embargo, también ha sido un gran defensor de la justicia social y
económica, abogando en todo momento por la mejora de las condiciones de vida en
los países más pobres del mundo.
Tras un proceso de intenso deterioro físico, que le impidió cumplir en
reiteradas ocasiones con sus apariciones públicas habituales en la plaza de San Pedro,
Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005. Su desaparición significó para algunos la
pérdida de uno de los líderes más carismáticos de la historia contemporánea; para
otros implicó la posibilidad de imaginar una Iglesia católica más acorde a la sociedad
moderna. En cualquier caso, su muerte ocurrió en un momento de revisionismo en el
seno de la institución, de una evaluación sobre el protagonismo que tiene en el mundo
de hoy y el que pretende tener en el del futuro. Su sucesor, Benedicto XVI, anunció ese
mismo año el inicio del proceso de beatificación de Juan Pablo II, que tuvo lugar el 1 de
mayo de 2011. El 27 de abril de 2014 fue canonizado, junto con Juan XIII, en una
ceremonia oficiada por el papa Francisco, que había sido elegido pontífice en marzo de
2013, tras la renuncia de Benedicto XVI.
† †
CATECISMO PECADOS CAPITALES (Y SU VIRTUD CORRESPONDIENTE)
1. Soberbia---------------------------------Humildad. 2. Avaricia----------------------------------Generosidad. 3. Lujuria------------------------------------Castidad. 4. Ira------------------------------------------Paciencia. 5. Gula---------------------------------------Templanza. 6. Envidia-----------------------------------Caridad. 7. Pereza------------------------------------Diligencia.