8/6/2019 Sul-Li, Por Nimphie Knox
1/17
1
8/6/2019 Sul-Li, Por Nimphie Knox
2/17
2
Sul-liNimphie Knox
8/6/2019 Sul-Li, Por Nimphie Knox
3/17
8/6/2019 Sul-Li, Por Nimphie Knox
4/17
4
maana les preparaba el desayuno. Me gustaba imaginarme que eran
mos, que me pertenecan y que por eso deba cuidarlos. Pero luego se
iban. Todos se iban. Y yo me quedaba solo, mucho ms solo que antes.
Uno se qued una semana entera. Fueron los mejores das de mi vida.Le compr ropa, lo aliment, le ped que me dejara cepillarle el cabello.
Tena piojos y yo se los quit. Pero supongo que se hart de m,
porque tambin me abandon. Creo que llor por l y luego, todo
volvi a comenzar. Buscaba a los muchachos ms jovencitos de
Babilonia, los llevaba a mi casa y jugaba con ellos a hacer el amor.
Pero a l no lo encontr en la calle, ni en la noche, ni bajo la lluvia.
Se llamaba Suli, que quiere decir venido del cielo. Sucedi una tarde,semanas antes de un juicio. Tuve que visitar un orfanato. All lo conoc.
Estaba sentado sobre el pasto mojado y tena la nariz llena de tierra.
Sus piernecitas desnudas se vean repletas de hematomas, de
cicatrices. Miraba a su alrededor con los mofletes inflados, como
enojado. Su ceo estaba contrado y sus puitos, cerrados en actitud
enfurruada. Me gust. Y en cuanto todo estuvo listo, me lo llev,
desoyendo todos los consejos de aquella gente. Nada de lo que me
dijeron me import demasiado.
En cuanto le creci el cabello, supe que era pelirrojo. Sus ojos eran
castaos, grandes, casi corrientes, casi preciosos. Las pecas le
inundaban la cara. La cara y la espalda y sus delgados brazos de nio
de doce aos.
Jams le pregunt por qu le haban rapado la cabeza o qu
significaban las heridas que tena en el pecho. Jams lo toqu para
otra cosa que no fuera una caricia. Jams lo golpe y a veces pienso
que debera haberlo hecho. Yo no haba nacido para ser padre. Yo slo
estaba en el mundo para ayudar a los ricos a aumentar su fortuna y
para subir a mi auto un chico nuevo cada fin de semana.
Suli fue un capricho, una negacin de mi parte a aquello que no
quera aceptar. Que me quedara solo. Que nadie cuidara de m
cuando yo no pudiera hacerlo. Que nadie me amara de verdad y que
8/6/2019 Sul-Li, Por Nimphie Knox
5/17
5
todo el amor que tena guardado deba entregarlo en pequeas
cuotas pequesimas as, hasta que se agotara por completo.
Pero al mismo tiempo, Suli fue lo ms hermoso que me podra haber
sucedido. Mi error fue amarlo demasiado, amarlo con ese amorenfermo que flua en la sangre de mis venas como una ponzoa. Suli
no era tonto y se daba cuenta de que yo me ausentaba los sbados
por la noche. Cuando cumpli quince aos, me oblig a que le dijera
que me acostaba con hombres. Con hombres, pero no con nios.
Entonces yo le ped que me dijera porqu le haban rapado la cabeza,
que me dijera qu eran las cicatrices de su pecho y su espalda.
Si te lo digo, no me querrs ms.sa fue su respuesta. Se arrebuj entre las sbanas y me dio la
espalda. En medio de la oscuridad despiadada, las contempl. Eran
trazos largos y profundos; su carne se haba levantado sobre su piel
pecosa, dibujando gruesas grietas sobre la columna y los omplatos.
Jams dejar de amarte, Suli.
Le revolv el cabello y l se gir. Sus ojos grandes se abrieron, an
adormilados; su boquita se curv en una sonrisa; todo l se acerc a
m, tibio, dulce, perfumado, anhelado. Lo abrac, y sus brazos me
rodearon, buscando calor.
Te amo, John susurr, con la voz hecha un maullido.
Y yo tambin te amo, quise decirle, pero mi amor est enfermo, Suli,
enfermo para siempre.
Nunca me negu a que durmiera conmigo, porque me gustaba que lo
hiciera. Se acurrucaba a mi lado, muy encogido, y yo poda or el siseo
de su respiracin atravesando sus labios. Cuando la oa, me senta feliz.
Y hay algo que no he dicho, quizs por mi miedo a ser malinterpretado,
repudiado. Pero debo decirlo, porque si no lo hago estara omitiendo
parte de la historia.
A Suli le gustaba que yo lo tocara. Y a veces me lo peda:
Acarciame susurraba en medio de la noche, tumbndose boca
arriba sobre la cama. Yo lo haca, cmo negarme? Su piel siempre
8/6/2019 Sul-Li, Por Nimphie Knox
6/17
6
estaba tibia y era tan, pero tan suave. Mis manos se arrastraban por
su vientre aterciopelado, por su cuello, por su pelo rojo. l gema
suavemente, de puro placer, y se revolva mientras yo le haca
cosquillas en la barriga.Te amo, John deca una y otra vez.
Suli no poda leer. Mientras desayunbamos, yo siempre lea el
peridico. l me peda que le contara lo que suceda en Babilonia, en el
mundo. Contemplaba las fotos con ojos tristes, casi soadores, casi
romnticos. Muchas veces me pregunt qu era lo que pensaba al veraquellas primeras planas salpicadas de sangre, tierra y crueldad. Que
el mundo se estaba yendo al infierno?
Tiene usted una casa muy grande dijo aquel da, cuando lo llev a
mi apartamento por primera vez. Se qued parado en el umbral,
contemplando las paredes blancas con desagrado, con reproche
quizs. De dnde ha sacado el dinero para comprar todas estas
cosas?
Se lo dije. Me encargaba de proteger el patrimonio de los ricos, de los
corruptos, de los que ya lo tenan todo.
Lo siento, no puedo llamarle padre susurr una tarde, sentado en
el silln. Yo estaba a su lado, revisando unos papeles; l se haba
acercado a la pecera y recorra con atencin, con sus ojos castaos
muy abiertos, muy concentrados, los pececitos de colores que nadaban
all, encerrados detrs del muro de cristal. Le gustaban los animales. A
la tercera semana trajo a casa un gato. Un bello felino de cabello
castao rojizo, muy arisco, que llenaba de pelos el sof y las sbanas.
No le respond. En realidad, no quera que l me llamara padre John,
slo John. O tal vez no lo s.
Y adems, usted nunca ha querido un hijo. Me equivoco?
Dej los papeles sobre la mesa y me quit las gafas. Me miraba
profundamente, con esos ojos que yo haba amado en cuanto se
8/6/2019 Sul-Li, Por Nimphie Knox
7/17
7
posaron sobre los mos. No me hablaba con altanera, no me estaba
regaando. Trataba de conocerme. Pero haba ciertas cosas de m que
yo no quera que l conociera.
Jams me llam padre, pero aprendi a quererme. Y yo mepregunto cmo no querer a alguien que te ama con toda la
desesperacin de su corazn? Aunque era un amor enfermo, mi
enfermedad siempre estuvo bajo control. Descargaba mi locura en
cuerpecitos annimos, imaginndome en aquellas melenas sucias el
rojo encendido del pelo de Suli; en aquellas mejillas plidas, sus pecas
de color t con lech; en aquellas pieles de nieve fundida, las cicatrices
de su pecho y su espalda. Y a veces les peda que me llamaran padre.Algunos se rean, otros no tanto. Pero para l jams fui padre,
siempre fui John.
A Suli no le gustaba salir de casa. Durante las noches calurosas, se
sentaba en el balcn, con las piernas colgando de la cornisa, y
abrazaba con su mirada el cardumen luminoso de la ciudad babilnica.
Desde la ventana de mi habitacin, yo lo espiaba, murindome por
saber qu pensamientos flotaban por su mente.
Suli, entra le grit un da, viendo que el cielo estaba a punto de
desplomarse sobre nosotros, esta noche habr tormenta!
l, que estaba sentado sobre una reposera, se gir apenas y me
sonri.
Deja que me quede aqu, por favor me pidi.
Reimos un poco, pero acab por complacerlo, como siempre. Me
qued vigilndolo desde mi ventana, esperando. Cuando se durmiera,
lo llevara a su dormitorio.
El aguacero se desat a la medianoche, y yo lo contempl todo,
horrorizado. Suli se quit toda la ropa y se tendi sobre el suelo,
desnudo, para dejar que el agua lo baara. Sonrea, segua sonriendo.
La lluvia lo empap por completo, desde los pies hasta la punta de sus
cabellos de fuego. Cuando comenz a caer granizo, sal de la
habitacin y me dirig hacia el balcn. All estaba l, disfrutando de la
8/6/2019 Sul-Li, Por Nimphie Knox
8/17
8
lluvia, con sus ojos cerrados, los brazos abiertos y su desnudez
expuesta. Eran tan hermoso. Tan slo tena catorce aos y seis meses.
Suli, Suli!
Me mir, como confundido. Se levant de un salto, se sacudi lacabellera y ri tan alto que su risa me asust.
John! deca. John! Mira el cielo, mira la lluvia! No es un
espectculo maravilloso?
Me tom del cuello de la camisa y me arrastr hacia l. Haca fro,
muchsimo, pero sus manos estaban calientes, su pecho estaba
caliente. Sus mejillas pecosas ardan, como si su cabello incendiado las
hubiese quemado con su fuego rojo, fuego violento.La voz le temblaba, emocionada, sus ojos bailoteaban por la noche
babilnica, por las luces trmulas difuminadas por el llanto de aquel
cielo lejano y terrible que agonizaba sobre nuestras cabezas. Me
arranc la camisa, y los botones se dispararon hacia el vaco,
perdindose para siempre en la hmeda oscuridad.
Suli! Pero l no me oa. Yo estaba aterrorizado.
Grita, John! gimi, lanzando la camisa por el balcn. Se aferr de
la baranda, sac la cabeza hacia la lluvia torrencial, abri la boca y
chill. Su voz, su lamento, su llamado su grito se elev por encima
de la tormenta, de los truenos, del granizo. Su grito se estrell contra
el cielo, con las almas que planeaban all arriba, buscando la salvacin.
Su grito envolvi Babilonia, la acun, la adormeci. Deja salir todo
lo que te lastima! Djalo ir!
Y obedec. El grito me rasp la garganta, vibr entre mis dientes y
muri en mi boca. Grit por todos los nios que haba amado, por la
condena de la soledad, por el amor que senta por Suli, el deseo de
tenerlo, de que fuera mo.
Al otro da Suli me pidi que le leyera el peridico. Le con horror, con
fascinacin, con repulsin. Pero l oy tranquilo, sentado en el sof del
8/6/2019 Sul-Li, Por Nimphie Knox
9/17
9
saln, con sus piernas cruzadas y la cabellera larga y sedosa,
derramada sobre la tela de su camiseta de lino.
Como siempre, haban ocurrido cosas, accidentes, muertes. Dos
mujeres se haban arrojado de una azotea. Sus cuerpos fueronhallados por la maana, hechos una masa informe de carne y sangre
sobre el asfalto embarrado.
Dios mo, qu solos se quedan los muertos recit l. Yo lo mir.
Es verdad, John. Se quedan solos, muy solos. En el cielo no hay nada
ms que oscuridad.
Mentira si dijera que Suli no me inquietaba. Me preocupaba y a veces
me causaba temor.Si t no hubieras pagado para sacarme de all dijo una noche,
luego de meterse conmigo en la cama. Me tendran atado de pies y
manos y slo me daran agua para beber.
Qu estaba ocurriendo en Babilonia? Nacan nios con terribles
malformaciones. En internet vi la fotografa de un beb con un cuerno
de cabra. Me gustara pensar que era un montaje, pero no podra
afirmarlo.
Este mundo est llegando a su fin sola decir Suli. Eso no era una
novedad. Todos lo sabamos.
Suli, no te gustara conocer a tus padres?
Me sorprenda que no quisiera. Cada vez que se lo preguntaba, me
sonrea con compasin, como si conocer a los padres de mi amado
fuese una necesidad ms ma que suya.
Mis padres ni siquiera saben que existo responda.
La adolescencia de Suli no fue normal. Ni siquiera me atrevera a
llamarla adolescencia. Su niez haba sido truncada, Su vida haba sido
mutilada. Cuando quise investigar, en el orfanato me dijeron que no
saban nada acerca de sus orgenes. Era mentira, por supuesto. Por
qu no queran hablarme de Suli? Por qu al principio se haban
negado a que yo lo adoptara?
8/6/2019 Sul-Li, Por Nimphie Knox
10/17
10
Su salud siempre haba sido excelente. Recuerdo que slo visitamos
al doctor en dos ocasiones. La primera, para que le recetara unas
vitaminas. La segunda, para que lo revisara por un dolor de estmago.
Result que tena parsitos y el mdico me hizo comprar unas pastillaspara que defecara las lombrices. No hizo comentarios acerca de las
heridas de su cuerpo; saba que Suli era adoptado. Cuando lo visit
para preguntarle si aquello poda ser grave, recuerdo que se encogi
de hombros.
Era un nio de la calle dijo. Imagnese todo lo que habr sufrido
antes de que usted lo adoptara.
Tena razn y tuve que conformarme.
Una tarde, dos semanas antes de que desapareciera, lo encontr con
la mano sumergida en la pecera. Quera atrapar los pequesimos
arlequines que huan despavoridos por entre sus dedos. Cuando se
hart, meti la cabeza en el agua.
Suli! grit, sorprendindolo. Se golpe la frente contra el vidrio y
chill. Qu haces?
No dijo nada. Se limit a contemplar con reproche a los arlequines,
que seguan all, en su agua templada, como burlndose de l.
Comenc a notarlo preocupado y me di cuenta de que estaba
creciendo. Ya tena diecisiete aos. Ya no era un nio.
John, Qu se siente ser padre? me pregunt una tarde, mientras
mirbamos la televisin y yo le acariciaba el cabello. Me qued mudo.
Ser padre. Yo no saba qu era ser padre.
Es una gran responsabilidad. Si tu hijo es deseado, te sientes feliz
respond. Fue lo primero que se me ocurri. Amor agregu.
Sientes que te desbordas de amor.
Y si no sientes nada? susurr. Se inclin y apoy la cabeza en mi
regazo. Y si ese amor que dices no existe?
8/6/2019 Sul-Li, Por Nimphie Knox
11/17
11
No comprend lo que quera decir. Al menos no en ese momento.
Tom su rostro entre mis manos y lo mir a los ojos. Le acarici las
mejillas, como si quisiera borrar sus pecas con los dedos.
Sabes que te amo, Suli.l se irgui y se sent sobre m. Me bes en los labios. Me abraz y
enterr el rostro en mi cuello. Lo sent temblar, estremecerse.
Tengo miedo, John solloz.
Y esa misma noche desapareci. En la madrugada, cuando me
levant para ir al bao, ya no estaba durmiendo a mi lado. Haballorado entre mis brazos durante horas y yo intent consolarlo con las
mejores palabras que posea mi vulgar idioma de abogado. Te amo, te
amo, te amo. Suli, estar contigo para siempre. Cada vez que lo deca,
su llanto se haca ms profundo, ms angustioso.
Suli! No estaba en su dormitorio. Tampoco en el saln, en el
balcn o en la cocina. Suli!
La puerta estaba cerrada, tal como la haba dejado yo al acostarme.
Me tumb en el sof, confundido, asustado. Suli, dnde estaba mi
Suli? Entonces vi el ventanal del balcn entreabierto. Una brisa de aire
fro entraba por all, produciendo un zumbido triste, melanclico, casi
animal.
Sal al balcn, pero Suli no estaba afuera. Decidido, volv a mi
dormitorio, me ech encima un abrigo y sal del apartamento. Recorr
los veinte pisos hasta llegar a la azotea. Tuve que pedirle prestada la
llave a un vecino, quien me abri la puerta con cara de pocos amigos.
Sabe la hora que es? reproch, lanzndome la llave al suelo.
Lo siento, es que el gato de mi hijo, sabe? Est enfermo estoy
buscndolo.
El hombre achic los ojos con sospecha.
Gatos. Maldita plaga rumi. Y cerr la puerta de un golpe.
8/6/2019 Sul-Li, Por Nimphie Knox
12/17
12
Llova. El cielo se haba pintado de un color gris plomizo, se haba
desteido. En el lejano horizonte, vetas de un brumoso naranja se
entremezclaban con manchas de prpura. Desde lo alto de la azotea
se vea el ocano, una oscura sbana contaminada con las miserias delos siglos. Consternado, contempl el vaco, la profunda y vasta nada
que nos rodeaba. All, cientos de metros debajo de m, la violencia, la
crueldad, la corrupcin, el horror todo eso se condensaba en una
niebla que nos arrastraba hacia el infierno. Narcotraficantes, asesinos
a sueldo, secuestradores. Laboratorios clandestinos, traficantes de
rganos, de sangre, de nios.
La lluva ya me haba empapado y Suli no estaba all. En vano, measom hacia el vaco, hacia la nada, hacia la miseria humana, hacia la
infamia de Dios. Babilonia parpadeaba, mojada, fra, incandescente. Y
me dije a m mismo lo que ya todo el mundo saba, lo que todo el
mundo callaba:
Ests agonizando.
S. Babilonia agonizaba, la raza humana agonizaba. Y para burlarse
de esa agona, se inyectaba en las venas los fluidos extrados de los
animales ms obscenos, jugaba a mutilar la Creacin dando
nacimiento a seres morbosos, seres monstruosos.
Suli dnde ests? Te has cansado de m?
Entonces escuch un maullido. Un lamento agudo, tan triste, tan
desgarrador como un estertor. Me volte. En la azotea haba una
reposera y varias plantas marchitas. Y entre las macetas, entre el
barro, estaban ellos. Me acerqu. Y qu vi? Vi un bulto mojado,
peludo, y volv a escuchar el maullido.
Eran dos gatos adultos, un macho y una hembra. Estaban muertos. A
su lado estaba el plato con la carne envenenada. Y entre los dos
cadveres, el recin nacido, el hijo. Tambin muerto. Apart a la
hembra, blanca, esqueltica, con sus pequeas ubres inflamadas. Y
observ al macho.
8/6/2019 Sul-Li, Por Nimphie Knox
13/17
13
Era el gato de Suli. Su pelo rojo, espumoso, suave su pelo estaba
empapado, triste, mustio. Lo acarici por primera vez y me di cuenta
de que estaba herido. Recorr su espalda con las manos, su pecho, y
me encontr con las mismas cicatrices que mi Suli, mi amado, mi hijo,tena en su propio cuerpo.
John, Qu se siente ser padre?, me susurr al odo su voz lejana.
No recuerdo si grit. Slo se que tom el cadver de Suli, lo acarici,
lo toqu, le supliqu que volviera conmigo. S, grit. Pero la tormenta
ahog mis gritos, los lav, los llev hacia el vaco, hacia la terrible
oscuridad.
Envolv el cuerpo de Suli con mi abrigo, me limpi las lgrimas eintent ponerme de pie. Mi amado no volvera. Estaba muerto, lo
haban envenenado. Escuch otra vez el maullido. De quin era, si los
tres animales ya no respiraban?
El pequeo gatito se asom por debajo del cuerpo de la hembra.
Primero vi sus patas, raquticas, y luego su cabecita roja y
desorientada buscando el pecho de su madre. Lo apart, tomndolo
del pellejo.
Volvi a maullar, volvi a gemir, volvi a preguntarse qu pecado
haba cometido para tener que nacer en este mundo perdido, en este
mundo sembrado de lceras. Lo agarr. Entraba en mi mano. Sus
orejas eran grandes y sus ojos, iguales a los de su padre.
Iguales a los ojos de Suli.
Fin
Comenta este cuento AQU!
8/6/2019 Sul-Li, Por Nimphie Knox
14/17
8/6/2019 Sul-Li, Por Nimphie Knox
15/17
15
MS QUE A NADA EN EL MUNDO
Erik, de diecisiete aos, vive con su madre depresiva y alcohlica.
Cuando sta contrae matrimonio, el joven se da cuenta de que tendr
que abandonar su casa: no soporta las palizas de su padrastro, quien
lo maltrata por ser homosexual. Desahuciado, Erik encuentra cobijo
en Gustav, un hombre de treinta y dos aos que lo ama desde su
juventud.
DESCARGA
OBRAS A LA VENTA EN EDITORA DIGITAL
http://www.editoradigital.com.ar
ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO
Novela gtico homoertica
Cuando su hermana se fuga con el padre de su futurohijo, Emmanuel Malory ni siquiera se preocupa. Qumejor que tener el apartamento slo para l y el hombreque acaba de conocer frente a un cementerio de Pars?Pero este hombre no es como todos los que suelellevarse a la cama: ni siquiera es humano.
Centelleantes ojos verdes, cabello negro y una sonrisaperversa siempre en el rostro. As es Alexieu, un
demonio de ms de seis mil aos Aunque este magnfico ser guardatambin muchos secretos: quin es el padre del hijo de Valerie? Cmo
muri la madre de Emmanuel? Dnde est Charles Malory, el padre deambos hermanos, desaparecido hace ms de diez aos?
8/6/2019 Sul-Li, Por Nimphie Knox
16/17
16
Alexieu tiene bien en claro su misin: alejar a Emmanuel de los seguidoresde Lucifer, protegerlo y amarlo. Pero el joven est lleno de preguntas. Ymientras Pars duerme, las respuestas deambularn por las calles.
Cmpralo AQU Precio: 5 U$S
Descarga el Prlogo AQU
CUENTOS HOMOERTICOS
El presente libro consta de trece cuentos de amor entrehombres de variados gneros. Desde relatos fantsticos:elfos, vampiros y hechiceros; hasta historias costumbristasque te harn rer, llorar y emocionar.
Amor entre jvenes, entre profesores y alumnos, duendessilvestres, bailarines, griegos treintaeros y videntes quetiran la fortuna.
Cmpralo AQU Precio: 6 U$S
NOCHES DE LUNA ROJA
Cuando sale de su ltimo examen, Alexis se da cuenta deque su celular no funciona. Buscando gastar lo menosposible, viaja en el tren hasta Retiro, donde se encuentra
con un desconocido que le vende un telfono al precio de unpaquete de cigarrillos. Con el paso de los das, Alexisdescubrir la verdadera naturaleza de su nuevo celular... y laverdadera identidad de Seth, el desconocido que lo arrancarde su vida montona y aburrida.
"Cres en fantasmas? Cres en el diablo? Cres en que cada uno denosotros posee un alma inmortal? Yo no crea. O mejor dicho, me daba igualque esas cosas existieran o no. Estamos entrando en cuestiones metafsicas,la oveja negra de las ciencias. Pero no voy a dar discursitos filosficos. Cada
uno es libre de creer lo que quiera. Me creeras si te digo que ese hombre
8/6/2019 Sul-Li, Por Nimphie Knox
17/17
17
que me vendi el celular es un ser sobrenatural? Se llama Seth. Y me gustamucho."