Técnicas grupales – Rab. Carlos A. Tapiero – Departamento de Educación - UMM
Técnicas grupales1
Rab. Carlos A. Tapiero
Director de Educación
Unión Mundial Macabi
En esta sección describiremos técnicas muy útiles para la apertura, el
desarrollo y el cierre de las peulot que realizas con tu kvutsá. Detallaremos
primero las técnicas de desarrollo, para describir posteriormente las de
apertura y cierre de cada actividad.
Técnicas grupales de desarrollo:
Explicaremos a continuación ocho técnicas fundamentales para el desarrollo
de actividades. Ellas son:
1) Teatro de elementos;
2) Cuento sin final;
3) Juicio;
4) Sociodrama;
5) Asociación sucesiva;
6) Teatro fraccionado;
7) Asociación conceptual libre;
8) Psicodrama.
Pasamos aquí a describirlas con detalles, incluyendo las variantes que les
son propias.
1Carlos A. Tapiero, “Técnicas grupales”, Derechos reservados.
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1. Teatro de elementos:
Se trata de una técnica de desarrollo muy dúctil, que incentiva la creatividad
de los janijim en la elaboración de historias relacionadas con el tema central a
trabajarse en la peulá.
Después de haber introducido a los janijim al tópico que se procesará durante
la peulá, se subdivide al grupo en subgrupos de –idealmente- no menos de 3
personas y no más de 5. Los subgrupos reciben dentro de un sobre cerrado
de 4 a 6 “elementos”, es decir: palabras relacionadas entre sí, cada una de
ellas en una pequeña tarjetita, y desordenadamente (sin fijar el madrij un
orden preestablecido entre cada término). Cada subgrupo deberá:
1. Ordenar los elementos recibidos de manera de crear con ellos una
historia coherente. Por ejemplo, si los términos en una peulá cuyo
tema central es Pésaj son “Adolescente”, “Tradición”, “Conflicto”,
“Rechazo” y “Autoexclusión”, la historia que los janijim crearán será
completamente distinta según el orden que establezcan para los
elementos que reciban (qué término viene primero, cuál es el
segundo, etc.). Muy probablemente la historia inventada por los
janijim tomará características distintas si en lugar del orden arriba
escrito (“Adolescente”, “Tradición”, “Conflicto”, “Rechazo” y
“Autoexclusión”) pusiéramos “Conflicto”, “Autoexclusión”
“Adolescente”, “Tradición”, y “Rechazo”.
2. Elaborar la historia con la mayor cantidad de detalles posibles -
incluyendo a todos los elementos recibidos- para su posterior
dramatización. Es de gran importancia que el acto teatral creado
tenga cuanto menos tantos protagonistas como miembros
compongan al subgrupo.
3. Dividir los papeles de la dramatización entre los miembros del
subgrupo, y ensayar la historia elaborada.
4. Actuar la historia.
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El madrij invita a cada subgrupo a representar la obra que preparó. Después
de la actuación de cada subgrupo, el madrij propone a los miembros de los
demás subgrupos a opinar sobre:
1. si el argumento del acto presentado es verosímil (¿Es creíble la
obra? ¿Puede ocurrir algo como lo que vimos?);
2. qué sintieron al ver el acto: con quién se identificaron, qué o a
quién rechazaron, qué harían en una situación parecida a la
descripta;
3. en el caso de que cada subgrupo reciba un sobre con distintos
elementos, tratar de descubrir cuáles eran los elementos de los
demás.
Después de esto, el madrij inquiere a quienes actuaron acerca de:
1. cómo se sintieron en sus roles;
2. si les pasó algo así en el pasado;
3. qué papel hubiesen preferido realizar en lugar del que actuaron.
Cada subgrupo realiza su representación, con iguales intervenciones
posteriores por parte de los integrantes de los demás subgrupos.
La técnica se finaliza con una conversación general que aborda los siguientes
componentes:
1. ¿Qué tuvieron en común cada una de las representaciones?
2. ¿Cómo se sintieron como espectadores de la obra de los demás?
3. ¿Cuál es la relevancia del tema tratado en sus vidas?
4. Las conclusiones generales y particulares relacionadas con el tema
abordado.
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Variantes de esta técnica:
1. En cuanto a los elementos:
En lugar de utilizar palabras (términos sustantivos, como por ejemplo:
“Familia”; “Conflicto”; “Adolescentes”; “Drogadicción”), se les proporciona
como “elementos” a los janijim para elaborar sus historia:
1. frases cortas;
2. fotos;
3. melodías;
4. imágenes;
5. “personajes”: un ejemplo podría ser: “Hermano”;
“Hermana”; “Amigo”; “Maestro”.
2. En cuanto a los sobres que contienen a los elementos:
Dependiendo de los objetivos de la actividad, cada sobre podrá contener:
1. Distintos elementos entre sobre y sobre recibido por cada
subgrupo;
2. Los mismos elementos en cada sobre para todos los
subgrupos.
3. En cuanto al orden conque cada grupo realiza su representación:
En lugar del orden arriba sugerido de:
-representación del subgrupo 1 – discusión de lo representado
por dicho grupo;
- representación del subgrupo 2 – discusión de lo representado
por dicho grupo; y así sucesivamente,
el orden de las representaciones puede ser consecutivo, y la discusión de lo
teatralizado en todas ellas se realiza colectivamente.
4. En cuanto a las representaciones de cada subgrupo:
En lugar de que lo elaborado por cada subgrupo sea actuado en una
dramatización, el argumento desarrollado puede:
1. escribirse en forma de un cuento, a ser leído para la atención de
cada subgrupo;
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2. prepararse en forma de collage, pidiendo a quienes lo observen
que hagan una interpretación de su contenido –sobre la que se
desarrolla la discusión sobre el tema de la peulá-.
2. Cuento sin final:
Esta técnica de desarrollo puede también ser utilizada como técnica de inicio,
partiéndose directamente del cuento elegido.
Después de una pequeña introducción, o bien inmediatamente, el madrij (o
una persona que él designe, con capacidad de buena lectura) lee un cuento
que posea una trama que genere algún tipo de suspenso, conflicto y/o
tensión hasta su punto de máxima intriga, asombro o/y complejidad. En ese
momento, el grupo se divide en subgrupos de 3 a 5 integrantes (idealmente),
los que tienen que elaborar el final de la historia narrada. Cada subgrupo
deberá relatar a los demás subgrupos el final que crearon, abriéndose una
discusión general sobre los distintos finales.
Con todo tópico significativo, es adecuado inquirir a los janijim acerca de
cómo se sintieron al tratar ese tema, qué los condujo a imaginarse el final que
eligieron, cuán verosímil es, etc., precipitando la profundización de
reflexiones sobre lo tratado.
La técnica se finaliza con una conversación general que aborda los siguientes
componentes:
1. ¿Cuál es la relevancia del tema tratado en sus vidas?
2. Las conclusiones generales y particulares relacionadas con el tema
abordado.
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Variantes de esta técnica:
1. En cuanto a la elección del cuento:
La elección correcta del cuento es primordial en esta técnica. El cuento
puede estar al servicio del tema central de la peulá (p.e., un cuento que hable
de la competencia, queriéndose abordar dicho tema), o ser un contenido en
sí mismo (p.e., un texto escrito por Shai Agnón, desde el cual se intenta
descubrir al escritor escondido entre esas líneas).
2. En cuanto a la utilización de otros recursos que no sean cuentos
(películas, clips, etc.):
Esta técnica puede aplicarse a todo medio que genere cierto suspenso –un
suspenso capaz de ser factor motivador para la creación-. En lugar de usarse
un relato escrito, es posible utilizar:
1. una película, o la escena de una película;
2. un clip (musical o de tipo disparador, trigger);
3. una melodía (desconocida o conocida, a la que se le da otra
continuación, o se reemplaza su texto);
4. una poesía.
3. En cuanto al orden conque cada grupo realiza su representación:
En lugar de contarse todos los finales sucesivamente e iniciarse una
discusión general sobre el tema central del cuento, es posible establecer un
orden del tipo:
-exposición del subgrupo 1 – discusión de lo descripto por dicho
grupo;
- exposición del subgrupo 2 – discusión de lo descripto por
dicho grupo; y así sucesivamente.
La posterior discusión será general, abarcándose el análisis particular de
cada final expuesto.
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4. El cuento sin final como una técnica lúdica:
Se puede utilizar esta técnica con el único fin de ser un entretenimiento, en el
formato de competencia donde ganará el subgrupo cuyo final:
1. se aproxime más al verdadero;
2. sea más creativo;
3. genere más risas, etc.
5. En cuanto a la exposición del final del cuento:
La exposición del final elaborado por cada subgrupo puede tomar distintas
expresiones:
1. escribir (con estilo y dedicación) el final de la historia, y leerlo;
2. dramatizar lo elaborado;
3. por medio de artes plásticas, crear una escultura, collage,
dibujo, caricatura, etc., que exprese el final elaborado –y que
puede a la vez ser interpretado por cada subgrupo-.
6. Un cuento con final:
Se puede leer un cuento completo (o película, etc.) como un motivador para
la actividad, usándola para:
1. crear una melodía que les haya inspirado;
2. darle otro final;
3. discutir sus contenidos, y su tema central.
3. Juicio:
Esta técnica de desarrollo es ideal para el tratamiento de temas
controversiales.
Después de haber abierto el tema central de la peulá, se plantea un caso
basado en la ficción o en un evento real, en donde toda la kvutsá se
transforma en un juzgado con sus personajes tradicionales: los fiscales o
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acusadores; los abogados defensores; el juez, y el jurado. Sugerimos que, en
un grupo de, por ejemplo, 24 jóvenes, 10 sean los acusadores; 10 los
fiscales; 4 los miembros del jurado, y el/los madrijim el/los jueces. En general,
es de utilidad para la actividad dividir arbitrariamente a los miembros de cada
grupo, de forma tal que entre la defensa exista gente cuyas ideas coincidan
con las de la fiscalía, y viceversa. Esto fuerza a cada integrante a realizar un
verdadero role playing y a reevaluar sus propias posiciones.
La dinámica de la actividad es la siguiente: cada subgrupo elabora su
posición a favor o en contra de aquello que debe ser decidido, o de quien/es
debe/n ser juzgado/s. Los grupos deben esforzarse para confeccionar sus
argumentos en la forma más concisa posible, en la base de su defensa o
acusaciones formales. Paralelamente, los miembros del jurado deben evaluar
toda la causa, tratando de deducir cuáles serán los argumentos que serán
presentados por ambas partes, con el compromiso de mantener su
ecuanimidad.
Para la presentación de los argumentos, la fiscalía se sienta en una fila recta
enfrentada a la defensa. En un extremo (en el centro) se ubica el jurado, y
enfrente de él (o a su lado) el juez.
El juez abre el juicio, pidiendo a la fiscalía que presente su caso. Luego de la
primer ronda de acusaciones, es el turno de la defensa de rebatir lo afirmado.
La fiscalía entonces continúa con sus acusaciones, las que nuevamente son
refutadas por la defensa, y así una tercera vez.
Una clave para el éxito de la dinámica de esta técnica radica en el orden del
Juzgado. Durante este ida y vuelta de acusaciones y refutaciones, tiene
derecho a hablar exclusivamente una de las partes, ante el silencio de la otra
–y es el juez el encargado de mantener este férreo orden, incluso “echando
de la sala” a quien no lo respete-. Por ejemplo, mientras que se expresa la
fiscalía, los miembros de la defensa tienen prohibido hablar; los miembros de
la defensa podrán expresar sus argumentos sólo cuando la respectiva ronda
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de acusaciones termine, ahora sin ninguna interrupción por parte de la
fiscalía.
Terminada la tercer ronda, el jurado deberá dictaminar su fallo –
inmediatamente, para no generar el caos dentro de la kvutsá, con 20 jóvenes
esperando sin hacer nada-.
Una vez expresado el fallo, se reconstituye una ronda en donde cada uno
expresa su verdadera opinión sobre el tema en discusión, siempre
teniéndose en cuenta preguntas como cómo te sentiste al defender/atacar un
punto con el que no concordabas, cuáles crees que son los elementos que
deben ser evaluados en la discusión de este tópico, etc.
La técnica se finaliza con una conversación general que aborda los siguientes
componentes:
1. ¿Cuál es la relevancia del tema tratado en sus vidas?
2. Las conclusiones generales y particulares relacionadas con el tema
abordado.
Variantes de esta técnica:
1. En cuanto a la exposición de los argumentos:
Los argumentos de la fiscalía y de la defensa pueden exponerse:
1. por un delegado de cada parte;
2. por dos o más delegados;
3. por todos los que quieran expresarse de cada parte (lo que
sugerimos como la mejor opción).
2. En cuanto a la elección del tema:
Cuanto más cercano sea el tema a los que participan del juicio, mayor
discusión y pasiones generará.
Cuando se trata de un juicio de valores (la distinción no entre lo bueno y lo
malo, sino entre lo bueno y lo mejor) no hay una resolución al tema en
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discusión. Se trata de una elección personal. Estos dilemas son los más
interesantes para esta técnica, y producen una reflexión profunda y útil
cuando se reconocen la multiplicidad de alternativas que existen para
resolverlos.
4. Sociodrama:
Tal como su nombre lo indica, el sociodrama es una técnica de desarrollo
utilizada para elaborar situaciones de conflicto a través de la dramatización.
Después de haber iniciado al grupo en el tema a discutir, se lo divide en
subgrupos de 3 a 5 integrantes (idealmente). A cada subgrupo se le narra
una situación conflictiva directamente relacionada al tema con el que se inició
la actividad, pidiéndole que la desarrollen con detalles, la transformen en una
pequeña actuación, y la presenten a sus compañeros. Esta elaboración debe
ser muy sofisticada: deben intervenir tantos personajes como miembros del
subgrupo hayan, enfatizar los elementos que producen el conflicto, y
expresarlos en el diálogo de la actuación. Posteriormente, los janijim tendrán
que:
1. dividir los papeles de la dramatización entre los miembros del
subgrupo, y ensayar la historia elaborada;
2. actuar la historia.
El madrij invita a cada subgrupo a representar la obra que preparó. Después
de la actuación de cada subgrupo, el madrij propone a los miembros de los
demás subgrupos a opinar sobre:
1. qué sintieron al ver el acto: con quién se identificaron, qué o a
quién rechazaron, qué harían en una situación parecida a la
descripta;
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2. si el argumento del acto presentado es verosímil –en caso de que
éste no hubiese sido totalmente cerrado, ver en “Variantes” (¿Es
creíble la obra? ¿Puede ocurrir algo como lo que vimos?)-.
Después de esto, el madrij inquiere a quienes actuaron acerca de:
1. cómo se sintieron en sus roles;
2. si les pasó algo así en el pasado;
3. qué papel hubiesen preferido realizar en lugar del que actuaron.
Cada subgrupo realiza su representación, con iguales intervenciones
posteriores por parte de los integrantes de los demás subgrupos.
La técnica finaliza con una conversación general que aborda los siguientes
componentes:
1. ¿Qué tuvieron en común cada una de las representaciones?
2. ¿Cómo se sintieron como espectadores de la obra de los demás?
3. ¿Cuál es la relevancia del tema tratado en sus vidas?
4. Las conclusiones generales y particulares relacionadas con el tema
abordado.
Variantes de esta técnica:
1. En cuanto a la elaboración de la situación propuesta:
Cuando se le explica a los janijim la situación que deben desarrollar, puede
solicitárseles como una consigna que su final fuese:
1. conflictivo –manteniéndose o agravándose incluso el
problema planteado-;
2. “feliz”, es decir, resolviendo el conflicto descripto –o
proponiendo alternativas para su resolución-, o
3. libre –como los janijim quieran determinarlo-.
2. En cuanto al tipo de final elaborado:
Cuando se relata la situación al subgrupo, pueden proponérseles dos tipos de
finales:
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1. abierto, en donde los janijim deciden qué tipo de cierre tendrá la
actuación que realizarán;
2. cerrado, cuando el madrij determina con claridad cómo finalizará la
representación.
3. En cuanto a los componentes de la situación:
El madrij podrá optar entre distintos formatos de situaciones a proponerles a
los janijim:
1. personajes libres y situación fija: los janijim recibirán una historia
que describe en términos generales una problemática social,
comunitaria o judía, eligiendo cuáles serán los personajes que
serán afectados por ella.
2. personajes fijos y situación libre: el madrij determina que habrán,
por ejemplo, cinco roles (para cinco miembros de un subgrupo), y
que serán un padre, dos hermanos, un amigo y un maestro. Los
janijim, con esos roles fijos, deberán inventar una situación.
3. situación y personajes fijos: se plantea claramente una situación, y
se solicita a los janijim que la representen incluyendo determinados
papeles.
4. En cuanto al orden conque cada grupo realiza su representación:
En lugar del orden arriba sugerido de:
-representación del subgrupo 1 – discusión de lo representado
por dicho grupo;
- representación del subgrupo 2 – discusión de lo representado
por dicho grupo; y así sucesivamente,
el orden de las representaciones puede ser consecutivo, y la discusión de lo
teatralizado en todas ellas se realiza colectivamente.
5. En cuanto a las representaciones de cada subgrupo:
En lugar de actuarse lo elaborado por cada subgrupo, el argumento
desarrollado puede:
1. escribirse en forma de un cuento, a ser leído para la atención de
cada subgrupo;
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2. prepararse en forma de collage, pidiendo a quienes lo observen
que hagan una interpretación de su contenido –sobre la que se
desarrolla la discusión sobre el tema de la peulá-.
6. En cuanto a las situaciones propuestas:
Dependiendo del caso, cada grupo recibirá una situación distinta (lo que es
muy aconsejable para la riqueza del desarrollo y la profundización del tema
de la actividad), o bien todos los grupos recibirán el mismo cuadro (lo que
puede hacerse en particular al usar personajes fijos y situaciones libres).
5. Asociación sucesiva:
Esta técnica es muy útil cuando se trabaja en procesos de integración grupal.
Impone la participación de todos los miembros de la kvutsá, y pone en
evidencia los fenómenos de liderazgo positivos y de manipulación de
compañeros.
Luego de una breve introducción, cada miembro del grupo recibe por
separado una hoja de trabajo donde individualmente debe, por ejemplo,
establecer prioridades en una determinada lista o tabla (explicaremos
posteriormente variantes en el uso de esta técnica). Una vez finalizada esa
consigna, cada janij deberá “asociarse” con quien menos conozca de su
grupo para compartir las razones que motivaron sus decisiones. Cada pareja
repetirá el proceso del establecimiento de prioridades, lo que anotarán en una
columna paralela a la que elaboraron individualmente –marcando cuántos
elementos cambiaron de lugar-. Posteriormente se unirán dos parejas (o tres,
dependiendo de la cantidad de janijim que tenga la kvutsá) y reiniciarán el
proceso, anotando en una tercera columna la nueva lista de prioridades
elaborada conjuntamente, y cuán distinta es ésta en relación a la escrita
individualmente y con la primer pareja.
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Una vez terminado este proceso (que puede continuar aún con la reunión de
4 parejas) se abre la discusión sobre el tema general tratado, incluyendo las
voces “individuales” del proceso desarrollado, y lo logrado en la conversación
general.
Paralelamente (y si se trata del uso de esta técnica para fines de integración
y/o de dinámica grupal), se puede reflexionar sobre el tema de la flexibilidad o
falta de tal en las discusiones (“yo cambié todas mis prioridades después de
la primer pareja con la que compartí mis opiniones”, o “yo no cambié nada”),
el liderazgo democrático (“todos cambiamos en parte”) o el despótico (todos
terminaron aceptando las opiniones de uno solo), etc.
Variantes de esta técnica:
1. En cuanto al material recibido:
La técnica de asociación es parecida, en parte, a la estructura más tradicional
de aprendizaje del Pueblo Judío: la javruta. Por milenios los judíos hemos
estudiado los textos santificados por generaciones con un compañero,
descifrando su significado de a dos, y abriendo esa discusión a otros
compañeros en el marco de la Yeshivá, la casa de estudios judaicos.
Por lo tanto, si bien es muy útil trabajar con tablas de prioridades (del tipo de
“Entre estas 10 afirmaciones… ¿Qué es más importante para ti?”), puede
usarse esta técnica con cualquier texto, invitándose a los participantes a leer
algo solos, para luego interpretarlo con otra persona y así sucesivamente.
Es posible utilizarse clips, melodías, cortes de películas e incluso películas
completas con esta técnica.
2. En cuanto a la elaboración final:
Si bien pueden elaborarse temas y/o textos de gran complejidad con esta
técnica –enriqueciendo la discusión con cada opinión individual-, es también
posible utilizar esta técnica exclusivamente desde los instrumental –en el
análisis de la dinámica grupal-. Para esos fines, será indistinto decidir, por
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ejemplo, entre el orden de importancia en las vidas de los janijim de 15 frases
célebres, o la priorización entre 15 implementos para sobrevivir en la Luna
después del choque de nuestra nave.
6. Teatro fraccionado:
Esta técnica es esgrimida con igual eficiencia tanto para el desarrollo de
actividades de contenidos como recreativas. Puede también ser utilizada
como técnica de inicio, partiéndose directamente de la sorpresa del tema
elegido.
Toda la originalidad de esta técnica está en que quienes actúan (veremos
después otras variantes) conocen sólo parte de lo que ocurrirá en su
representación, sin saber cómo reaccionarán algunos de sus compañeros de
reparto, o todos ellos.
Se sacan del jéder o lugar de trabajo tantos janijim como papeles tenga la
obra que se realizará. Se hace ingresar a un janij, y se le cuenta sólo su parte
de la actuación, explicándole (en la medida que sea necesario para su
interacción durante la obra) qué papeles representan los demás actores en la
dramatización. Se le pide que no diga nada de lo transmitido, y se lo saca
nuevamente del jéder, invitando a ingresar entonces a otro janij, al que se le
cuenta sobre su rol y sus interacciones… y así sucesivamente con cada
personaje.
Una vez repartidos todos los papeles, se hace ingresar a los primeros actores
con los que se inicia la obra, y, a la voz de “acción”, comienzan a actuar. A
medida que es pertinente al argumento, se invita al resto de los actores a
sumarse a la representación, hasta que todos los papeles intervinieron en la
obra. El madrij puede detener una escena y continuar con otra, siempre con
el fin de profundizar en el tema que se está desarrollando. Cuando la obra
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“arriba a su propósito” (o se agota), se pasa al análisis general de lo vivido,
indagándose, en un primer nivel, acerca de:
1. cómo se sintieron los actores en sus roles;
2. qué fue lo que más les sorprendió de lo vivido;
3. si les pasó algo así en el pasado;
4. qué papel hubiesen preferido realizar en lugar del que actuaron.
Quienes observaron el acto son inquiridos acerca de:
1. qué sintieron al ver el acto: con quién se identificaron, qué o a
quién rechazaron, qué harían en una situación parecida a la
descripta;
2. si el argumento del acto presentado es verosímil –en caso de que
éste no hubiese sido totalmente cerrado, ver en “Variantes” (¿Es
creíble la obra? ¿Puede ocurrir algo como lo que vimos?)-.
La técnica se finaliza con una conversación general que aborda los siguientes
componentes:
1. ¿Cuál es la relevancia del tema tratado en sus vidas?
2. Las conclusiones generales y particulares relacionadas con el tema
abordado.
Variantes de esta técnica:
1. En cuanto a la elaboración del argumento:
El argumento de la obra puede ser propuesto exclusivamente por el madrij, o
bien, al sacar del jéder a los janijim que representarán la obra, proponer al
resto de la kvutsá que creen la trama a representar. Los dos tipos de
argumento serán entonces:
1. argumento creativo: todos participan de la confección del
argumento, o,
2. argumento cerrado: el madrij propone de antemano las líneas del
argumento.
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Cuando el argumento es creativo, puede pedirse a los janijim que lo inventen
por asociación de ideas que surjan al observar fotos, imágenes, un clip o
fragmentos de películas, escuchar distintas melodías/canciones, etc.
2. En cuanto a las características de la técnica:
Esta técnica es muy útil tanto para actividades de contenido como para las
recreativas.
1. Como técnica recreativa, se pueden crear situaciones
verdaderamente hilarantes, en donde, por ejemplo, cada vez que
un personaje escucha una palabra que termina en la letra “a” se
pone a gritar, otra salta cuando escucha gritos, una tercera abraza
a cualquiera cuando ve a alguien saltar, y así sucesivamente.
2. Como técnica de contenido, esta dramatización se basa en el
elemento de la sorpresa, y puede desembocar en diálogos muy
significativos dentro de la actuación en la medida que las consignas
de cada papel hayan sido claramente establecidas. El madrij podrá
interrumpir la actuación de alguien que se aleja de la consigna que
se le prefijó, y pedirle que continúe con su papel tal como le fue
fijado –si eso permite el mejor desarrollo del tópico tratado en la
peulá-.
3. En cuanto al comienzo de la actuación:
La actuación puede ser, tal como lo describimos, sucesiva (van ingresando
los actores de a uno y se acoplan a la obra), o ingresar todos juntos y
comenzar la actuación simultáneamente (algo útil para el uso recreativo de
esta técnica).
4. En cuanto a los participantes de la obra:
Puede establecerse una “renovación de actores” durante la obra misma. Una
vez que todos los papeles han sido incorporados a la obra, se puede pedir a
alguno de los janijim que estaban como espectadores que reemplacen a uno
de los personajes, continuando con la representación.
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7. Asociación conceptual libre:
Esta técnica de desarrollo puede también ser utilizada como técnica de inicio,
asistiendo a otras de las técnicas descriptas previamente.
Para poder realizar esta técnica, es imprescindible utilizar conceptos que
generen fuertes asociaciones por parte de los janijim.
Se escribe una palabra en un pizarrón grande o en tres cartulinas unidas (por
ejemplo “Purim”, o “Antisemitismo”, o “Adolescencia”). Se le pide a los janijim
que digan palabras, en un proceso de asociación libre –que puede ser “muy
libre”, dependiendo del caso, según la consigna que se proponga- que surgen
de esa “palabra origen” (siguiendo con el término “Purim”, podrán surgir de él
palabras como “salvación”, “amenaza”, “antisemitismo”, “pueblo judío”,
“celebración”, “carnaval”, “mislóaj manot” –envío de regalos alimenticios-,
“oznei Hamán” –las galletas típicas de la fiesta-, etc.). Las palabras sugeridas
se anotan en derredor de la "palabra origen", uniéndolas con líneas
continuas. Este procedimiento se repite con cada palabra que es sugerida,
creándose “asociaciones de las asociaciones”, en un árbol interconectado de
asociaciones de términos en donde cada palabra asociada con un concepto
deducido de la "palabra origen" es unido con una línea continua (creándose
ramas de asociaciones). Una vez finalizado este proceso, existen muchas
variantes de acción con el “producto” conseguido, donde se puede:
1. armar con parte de las palabras reunidas un teatro de elementos
(ver la técnica explicada arriba), en donde la kvutsá se divide en
subgrupos que eligen algunos de los términos escritos.
2. iniciar una discusión sobre algunos de los puntos que le son
propios con una de las ramas del árbol de asociaciones.
3. realizar competencias de conocimientos en subgrupos de la kvutsá
que deben explicar y desarrollar los contenidos de cada concepto.
4. armar un plan de trabajo general en base a la “palabra origen” (un
tema central), en donde cada rama del árbol asociativo será
desarrollada como una unidad subtemática del tema general.
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5. crear, en base a cualquier técnica plástica (collage, pintura, dibujo,
etc.) una expresión artística de cada rama del árbol asociativo, o
del tema central desarrollado y alguno de sus componentes.
6. escribir un cuento o poesía con algunos de las palabras asociadas
(o con todas ellas, en forma de competencia).
7. recreativamente, proponer términos disparatados tanto en la
palabra origen como en las asociaciones que se hacen de ella –
iniciando una competición entre subgrupos sobre quien propone las
asociaciones más cómicas-.
8. Psicodrama:
Bajo este nombre describimos una técnica de desarrollo basada en la
actuación, en donde aparece un constante juego de roles entre quienes
observan la obra, y quienes son sus protagonistas, en un constante
intercambio entre ellos, y entre los papeles de la obra.
Después de haber iniciado al grupo en el tema a discutir, el madrij propone
una representación que aborde la problemática que quiere desarrollarse. Se
seleccionan a tantos janijim como protagonistas contenga la obra, y se les da
consignas claras de cómo deben interactuar con los demás intérpretes
(pueden entregarse las consignas de la actuación como en la técnica del
teatro fraccionado, explicada anteriormente). Se inicia la obra, enfatizando los
aspectos conflictivos del tema abordado. Quienes representan la obra están
sentados en el medio, rodeados por el resto de los janijim de la kvutsá. A
medida que se desarrolla la obra, el madrij hará sucesivos cambios. El podrá:
1. susurrarle en el oído alguna consigna a uno de los protagonistas
para desencadenar algo diferente dentro de la obra;
2. intercambiar a uno de los actores por uno de los observadores
sentado a su alrededor;
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3. intercambiar protagonistas entre sí (por ejemplo, en la mitad de una
discusión intensa entre alguien que hace de madre y otra que actúa
de hija, pedirles que intercambien sus puestos).
Este proceso es continuo dentro de la actividad, promoviéndose tantos
cambios como fuese necesario para el desarrollo del tema en cuestión.
Después de la actuación general (mucho más larga, complicada y elaborada
que las de las técnicas antes descriptas que incluyen dramatizaciones), el
madrij propone a los janijim que reflexionen y se expresen sobre:
1. qué sintieron al actuar, y qué les ocurrió cuando fueron
espectadores; cuándo se sintieron más afectados por determinada
escena;
2. con quién se identificaron, qué o a quién rechazaron, qué harían en
una situación parecida a la descripta;
3. si el argumento del acto representado es verosímil (¿Es creíble la
obra? ¿Puede ocurrir algo como lo que vimos?)-; si les pasó algo
así en el pasado;
4. qué sintieron cuando se les solicitó asumir el rol de la persona con
la que estaban contendiendo (habiendo sido forzados a ponerse en
los zapatos del otro); qué papel hubiesen preferido realizar en lugar
del que actuaron.
Finalmente, se abre a la discusión general el tema de la peulá, partiendo de
la experiencia vivenciada por los janijim durante su actuación, y
enriqueciéndola con todos los componentes afectivos manifestados en ella.
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Técnicas grupales – Rab. Carlos A. Tapiero – Departamento de Educación - UMM
Técnicas grupales de inicio y de cierre de
peulot:
A diferencia de las técnicas de desarrollo, que comprenden una gran
variedad de pasos y variantes, las técnicas de inicio y de cierre de peulot
son simples –no obstante su gran valor-. Listaremos aquí algunas de las más
importantes.
1. Role-playing:
Esta técnica es una sencilla actuación generalmente a cargo de los madrijim
o de un grupo de janijim previamente preparados por el madrij. Es
sumamente útil para introducir a los janijim al tema en discusión, rompiendo
con “la calle”, y metiéndolos de lleno a la peulá. En el inicio de la peulá el
role-playing debe ser corto, dejando a los janijim con “ganas de más” (que
traducirán en su propia actividad). Para que sea efectivo como introducción,
el role-playing debe abrir el tema, mostrando alguna de las facetas de sus
conflictos, sin intentar resolver nada –lo que podrá realizarse como producto
de toda la peulá-.
Rara vez se utiliza el role-playing para cerrar una actividad (ya que, en ese
marco, cierra el diálogo y la elaboración conjunta), pero puede utilizarse
como “el sello de oro” de la discusión final entre los janijim, (por ejemplo,
terminando la actuación con la que se abrió la peulá).
2. Cuento, poesía, texto:
Una forma "culturosa" -y, por cierto, muy enriquecedora- de comenzar una
peulá es compartiendo con los janijim una poesía, un texto breve o un cuento
relacionados con el tema de la peulá. En la medida que se trate de un texto
complicado, es necesario que cada uno de los janijim tenga una copia para
seguir su lectura.
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Técnicas grupales – Rab. Carlos A. Tapiero – Departamento de Educación - UMM
3. Película, clip, trigger, fragmento de un programa televisivo:
En la era de lo visual, es sumamente atractivo para los janijim iniciar la peulá
con algún tipo de disparador (trigger) basado en fragmentos de películas o
programas de televisión, clips y demás expresiones audiovisuales.
4. Artes plásticas:
El arte es un vehículo múltiple para la introducción a un tema. A través de la
creación por parte de los janijim de dibujos, pinturas, collages, y otros medios
plásticos puede abordarse casi cualquier tema, en una propuesta desde el
inicio creativa que puede plantearse en lo individual (cada janij prepara algo
solo) o subgrupal (subgrupos elaboran algo conjuntamente).
Es posible también invitar a los janijim a observar expresiones artísticas, y
opinar sobre ellas, siempre vinculadas con el tema central de la peulá.
5. Canción, melodía:
Crear una canción o una melodía, o escucharlas y discurrir sobre su
contenido, es una forma eficiente de "romper con la calle" e ingresar a los
janijim a cierto clima particular –que debe esta r relacionado al tema central
de la peulá-.
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