UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA SUR
ÁREA INTERDISCIPLINARIA DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES DEPARTAMENTO DE ECONOMÍA
TESIS
EXPANSIÓN URBANA EN ÁREAS EJIDALES EN EL MARCO DE LAS
REFORMAS AL ARTÍCULO 27 CONSTITUCIONAL Y EL DESARROLLO
TURÍSTICO EN CABO SAN LUCAS, BAJA CALIFORNIA SUR
QUE COMO REQUISITO PARA OBTENER EL TÍTULO DE:
MAESTRO EN ECONOMIA DEL MEDIO AMBIENTE Y DE LOS RECURSOS
NATURALES
PRESENTA:
JESÚS BOJORQUEZ LUQUE
DIRECTOR:
DR. MANUEL ÁNGELES VILLA
LA PAZ, BAJA CALIFORNIA SUR, FEBRERO DE 2013
1
ÍNDICE………………………………………………………………………………... 1 AGRADECIMIENTOS………………………………………………………………. 4 INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………. 6
1. Objetivos…………………………………………………………………… 7 1.1 Objetivo General………………………………………………………… 7 1.2 Objetivos particulares…………………………………………………… 8
2. Justificación……………………………………………………………………….. 8 3. Metodología y organización de la tesis………………………………………… 10
3.1 Metodología……………………………………………………………… 10 3.2 Organización de la tesis………………………………………………... 11
I. LA CIUDAD Y LA EXPANSIÓN URBANA…………………………………….. 13 1. La ciudad y la expansión urbana, conceptos y clasificaciones……………… 13 2. Modelos de crecimiento urbano………………………………………………… 23 3. Las ciudades en América Latina………………………………………………... 32 II. EXPANSION URBANA EN POLOS TURÍSTICOS EN MÉXICO…………... 39 1. Las ciudades en México…………………………………………………………. 39 2. Expansión urbana en polos turísticos en México……………………………... 46 III. RENTA Y FORMAS DE PROPIEDAD DE LA TIERRA EN MÉXICO…….. 67 1. El problema de la renta de la tierra…………………………………………….. 67 2. Las formas de propiedad de la tierra en México y sus antecedentes………. 76 IV. URBANIZACIÓN DE ÁREAS EJIDALES EN MÉXICO……………………. 84 1. Urbanización en áreas ejidales…………………………………………………. 84 2. Efectos de las reformas del artículo 27 constitucional en la propiedad social de la tierra……………………………………………………………………..
94
3. El impacto de las reformas para incorporar la propiedad social al desarrollo urbano…………………………………………………………………….
97
V. LA EVOLUCIÓN DE LA PROPIEDAD EJIDAL EN CABO SAN LUCAS, BAJA CALIFORNIA SUR…………………………………………………………..
101
1. Municipio de Los Cabos…………………………………………………………. 101 2. La ciudad de Cabo San Lucas………………………………………………….. 106 3. Ejido Cabo San Lucas…………………………………………………………… 112
3.1 Dotación………………………………………………………………….. 112 3.2 Ampliación……………………………………………………………….. 116 3.3 Expropiaciones………………………………………………………….. 117
4. Ley Estatal de Desarrollo Urbano del estado de Baja California Sur y el papel del municipio…………………………………………………………………..
126
2
VI. ASENTAMIENTOS HUMANOS EN TIERRA DE ORIGEN EJIDAL EN CABO SAN LUCAS……………………………………..
129
1. Proyectos urbanos de lotes para vivienda popular…………………………… 130 2. Asentamientos urbanos de vivienda de interés social……………………… 135 3. Asentamientos urbanos de vivienda residencial turística de muy baja densidad……………………………………………………………………………..
141
4. Asentamientos irregulares en tierras ejidales en Cabo San Lucas………… 147 5. Importancia de la futura participación del Ejido Cabo San Lucas en el crecimiento urbano de Cabo San Lucas………………………………………….
149
5.1 La creación de reservas territoriales…………………………………. 150 5.2 Dominio Pleno de las tierras ejidales…………………………………. 152
CONCLUSIONES…………………………………………………………………… 154 BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………… 161 ANEXO……………………………………………………………………………….. 177 Índice de Tablas Tabla 1. Centros Integralmente Planeados impulsados por FONATUR………. 51 Tabla 2. ZM Cancún (Islas Mujeres y Benito Juárez), Población y tasas de crecimiento……………………………………………………………………………
61
Tabla 3. Ciudades de Baja california Sur…………………………………………. 66 Tabla 4: Distribución de la población por localidad en el municipio de Los Cabos………………………………………………………………………………….
103
Tabla 5. Superficie ejidal y beneficiados por la dotación y ampliación del ejido Cabo San Lucas……………………………………………………………….
117
Tabla 6. Expropiaciones que se ejecutaron al Ejido cabo San Lucas, B.C.S…………………………………………………………………………………
117
Tabla 7. Proyectos urbanos de lotes para vivienda popular de alta densidad............................................................................................................
131
Tabla 8. Proyectos Urbanos de Vivienda de Interés social…………………….. 135 Tabla 9. Proyecto urbano de vivienda residencial turística de baja densidad……………………………………………………………………….…….
141
Tabla 10. Tierras de Dominio Pleno Ejido Cabo San Lucas…………………… 152 Índice de figuras Figura 1. Modelo de los círculos concéntricos……………………………………. 23 Figura 2. Modelo de los círculos concéntricos y la distribución habitacional…. 25 Figura 3. Modelo Polinuclear de Harris y Ulman…………………………………. 26 Figura 4. Modelo polinuclear de Harris y Ullman de acuerdo a su distribución residencial y actividades productivas………………………………………………
26
Figura 5. Teoría concéntrica de la estructura urbana y su aplicación en la
3
ciudad de Chicago según Homer Hoyt…………………………………………… 27 Fig.6. Área urbana denominada BosWash………………………………………. 29 Índice de mapas Mapa 1. Mapa del Área urbana denominada BosWash……………………….. 30 Mapa 2. Estado de Baja California Sur…………………………………………… 104 Mapa 3. Ciudad de Cabo San Lucas, Baja California Sur……………………… 109 Mapa 4. Crecimiento Histórico de la ciudad de Cabo San Lucas, B.C.S…….. 110 Mapa 5. Estructura urbana en Cabo San Lucas, B.C.S………………………… 111 Mapa 6. Polígonos de Dotación y ampliación del ejido Cabo San Lucas…….. 115 Mapa 7. Superficie expropiada promovida por SEDUE en 1987……………… 118 Mapa 8. Superficie expropiada promovida por la CORETT en 1987..……….. 120 Mapa 9. Superficie expropiada promovida por la SEDUE en 1990………….. 121 Mapa 10. Superficie expropiada promovida por la CORETT en 1990..………. 122 Mapa11. Superficie expropiada promovida por la SCT en 1990……………… 124 Mapa 12. Tipo de uso de suelo en la ciudad de Cabo San Lucas, B.C.S…… 129 Mapa 13. Ubicación del Proyecto Urbano Fuentes de Bellavista…………….. 132 Mapa 14. Ubicación del Proyecto Urbano Fuentes de Bellavista 4ª y 5ª etapa 133 Mapa 15. Ubicación del Proyecto Urbano Cabo Fierro…………………………. 134 Mapa 16. Fraccionamiento Las Palmas, Cabo San Lucas, B.C.S…………….. 136 Mapa 17. Ubicación del conjunto habitacional Privada de Lomas del Valle…. 138 Mapa 18. Ubicación del Fraccionamiento Aura Residencial……………………. 139 Mapa 19. Fraccionamiento Chulavista…………………………………………… 140 Mapa 19. Ubicación del Fraccionamiento Hermitage…………………………… 142 Mapa 20. Ubicación del Fraccionamiento La Cima Residencial………………. 143 Mapa 21. Localización del Predio El Tezal……………………………………….. 144 Mapa 22. Ubicación del Fraccionamiento Punta Vista Hermosa………………. 145 Mapa 23. Localización del fraccionamiento Maraluna…………………………... 146 Mapa 24. Fraccionamiento El Trébol……………………………………………… 147 Mapa 25. Asentamientos irregulares en Cabo San Lucas……………………… 148 Mapa 26. Tenencia de la tierra en Cabo San Lucas……………………………. 150 Mapa 27. Reservas territoriales de la Ciudad de Cabo San Lucas……………. 151 Índice de Planos Plano 1. Dotación del Ejido cabo San Lucas, B.C.S………………..…………… 113 Plano 2. Comunidad de Cabo San Lucas, Baja California Sur y las delimitaciones del ejido del mismo nombre……………………………………….
122
Plano 3. Superficie expropiada promovida por la CORETT en 1987…………. 119 Plano 4. Superficie expropiada promovida por la CORETT en 1990………….. 121 Plano 5. Plano urbano del Fraccionamiento Las Palmas……………………….. 136
4
Agradecimientos
Mis infinitos agradecimientos a quienes de manera directa o indirecta
contribuyeron a lograr esta meta de terminar la tesis para mi titulación y renovar en
mi persona el deseo de seguir estudiando y sacar adelante sueños y proyectos
postergados por azares del destino.
Primeramente a mis padres Roberto y Milka, que con su entrega desinteresada
han sido alicientes para tratar de ser buen hijo, mejor ciudadano. De mi padre que
de manera empírica ha depositado en mí la semilla de la utopía de luchar por un
mundo justo e igualitario, de luchar por un país más solidario y sin pobreza. De mi
madre, la enseñanza de amor y entrega por los hijos, del amor por sus niet@s.
A mis hermanas, Alma, Mirna y Nereyda, gracias por su infinito cariño; a mis
hermanos Roberto y Everardo, gracias por su solidaridad y apoyo incondicional.
A mi esposa Martha Cecilia y mis hij@s Iñaki y Ximena, quienes son mi aliciente
para salir adelante en mi lucha constante por una vida mejor. A estos seres que
con su amor y cariño, son bálsamos para los días complicados.
A mi director, el Dr. Manuel Ángeles Villa, porque no sólo es un excelente director,
sino una persona con una gran calidad humana, que con sus consejos y
recomendaciones esta investigación llegó a buen puerto.
A mi asesora, la Dra. Alba Eritrea Gámez Vázquez, mi más grande reconocimiento
pues sus acuciosas y detalladas observaciones garantizan un trabajo de calidad.
Así como en la asignatura que nos impartió en la maestría, cada día se aprende
mucho de sus vastos conocimientos.
A mi asesora, la Mtra. María Luisa Cabral Bowling, quien me dio excelentes
comentarios y recomendaciones y porque comparto con ella la inquietud por el
despojo que sufre el litoral sudcaliforniano por parte de grandes compañias en
detrimento del gozo y disfrute de la población nativa.
A mis compañeros de la maestría, en especial a mi gran amigo José Antonio
García Loaiza, que fue un gran apoyo en las asignaturas cuantitativas,
brindándome explicaciones y asesorías.
A la delegación de la Comisión Reguladora de la Tenencia de la Tierra en San
José del Cabo que me brindaron información cartográfica importante para la
investigación.
Al personal del Instituto Municipal de Planeación de Los Cabos por su gran
aportación en especial al Arq. José Luis Cortés González por sus atenciones, así
5
como al urbanista Isaac Abraham Velasco Soto, por su disposición a aclarar
dudas.
A las autoridades del ejido Cabo San Lucas, en especial al abogado del núcleo
ejidal, el Lic. Héctor Essaú González Arvizu, por su gran atención y su sensibilidad
para con esta tesis, proporcionándome información del ejido, así como ubicación
de dotación, ampliación y expropiaciones, en google Earth que fue muy importante
para la tesis.
Por último a la Universidad Autónoma de Baja California Sur, institución que me
dio la oportunidad de seguir formándome y que representa un bastión importante
de la educación pública en Baja California Sur.
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INTRODUCCIÓN
La ciudad es la expresión máxima del capitalismo, ella es la manifestación de las
relaciones sociales, económicas y políticas que la conforman y que se expresarán
de acuerdo con las características propias de cada región o país.
Al crecer la ciudad por diversos factores, demanda de bienes y servicios que la
ciudad latinoamericana y mexicana en este caso, está lejos de satisfacer a
plenitud para todos sus habitantes. De manera lógica uno de los bienes más
apreciados en la ciudad es el suelo y su asignación o distribución se manifiesta de
acuerdo con las clases sociales; o sea que las ciudades expresan la distribución
poblacional de acuerdo con los estratos sociales y se traduce en la concentración
de los servicios públicos e infraestructura urbana.
En el caso de nuestro país, las diversas formas de propiedad sobre la tierra
generaron una tensión constante entre el crecimiento de la ciudad y la existencia
de núcleos ejidales que ponían en “riesgo” la continuidad y crecimiento urbano
debido a la naturaleza del artículo 27 constitucional, donde las tierras ejidales eran
propiedad del Estado y tenían las características de inembargables y no podían
cambiar el uso de suelo de agrícola ejidal a uso urbano, de ahí que al crecer la
ciudad en terrenos ejidales, dichos asentamientos eran considerados como
“irregulares” y por lo tanto tardaban para que los servicios llegaran a esas
colonias.
Sin embargo, a raíz de las reformas al artículo 27 constitucional, se sentaron las
bases para la privatización del ejido, otorgándoles títulos de propiedad mediante
un proceso llevado a cabo por la Procuraduría Agraria (PA), se puede enajenar el
7
suelo ejidal para actividades ajenas a las agropecuarias, entre ellas para uso
urbano.
Ninguna ciudad mexicana estuvo exenta de tener problemas derivados de la
antigua ley agraria, aunque la nueva ley agraria le da certidumbre a las ciudades
para acrecentar sus reservas territoriales y satisfacer la demanda de tierra, ahora
el problema radica en el acceso al suelo para la mayoría de los habitantes que
carecen de ello debido a su alto precio.
Uno de los problemas fundamentales que ha presentado las ciudades mexicanas
es el contar con reservas territoriales para crecer de manera armónica y que los
agentes involucrados puedan ofrecer suelo urbano a precios accesibles, sin
embargo dicha necesidad se agravaba a partir de la existencia de diferentes
formas de propiedad sobre la tierra que impedían la incorporación del suelo ejidal,
sobre todo al crecimiento urbano, sin embargo eso se empezó a solucionar con
reformas al artículo 27 constitucional, pero ello no ha sido suficiente para abaratar
el bien ya que eso se determina por la libre oferta y demanda.
1. Objetivos
1. 1 Objetivo General
El objetivo general de esta investigación es analizar la expansión urbana de la
ciudad de Cabo San Lucas y el papel que ha jugado el ejido del mismo nombre
antes y después de la reforma constitucional del artículo 27 constitucional.
8
1.2 Objetivos particulares
Contextualizar la expansión urbana en áreas ejidales a partir del impulso de
un proyecto turístico por parte del Estado mexicano, que provoca un
fenómeno de inmigración que genera presión sobre los recursos de la
región, entre ellos el suelo.
Identificar los asentamientos sobre áreas ejidales antes de las reformas al
artículo 27 constitucional, así como los mecanismos para su regularización
en la ciudad de Cabo San Lucas, B.C.S.
Identificar los asentamientos llevados a cabo después de las reformas al
artículo 27 constitucional en la ciudad de Cabo San Lucas, B.C.S.
Identificar el tipo de asentamientos humanos que se crearon en la ciudad
de Cabo San Lucas en el marco de la Nueva Ley Agraria.
Analizar el papel del Ejido Cabo San Lucas en el crecimiento de la ciudad
en el futuro.
2. Justificación
Las ciudades son entes vivos que presentan diversas problemáticas. Una de esas
problemática es su crecimiento y evolución, representando diversas formas de
concebirlas. En el caso de nuestro país sigue en mucho la estructura de las
ciudades norteamericanas y con una tendencia a la suburbanización, sin embargo
dentro de las especificidades de las ciudades latinoamericanas y mexicanas en
9
particular, la informalidad y precariedad es un signo distintivo a partir de las
grandes desigualdades sociales que se presentan.
Un elemento que fue inherente a la configuración espacial de las ciudades
mexicanas fue la existencia de diferentes tipos de propiedad sobre la tierra, entre
ellas las de origen ejidal que ofrecerá obstáculos al continuo urbano antes de ser
reformada; sin embargo las reformas al artículo 27 constitucional, no solo significó
el incorporar a la economía de libre mercado los ejidos, sino que eliminaba el
principal obstáculo para su incorporación al desarrollo urbano.
En el estudio que presentamos la presencia de tierra ejidal en la conformación de
la ciudad de Cabo San Lucas se suma al impulso a la actividad turística mediante
la creación de un Centro Integralmente Planeado (CIP) por el Fondo Nacional de
Fomento al Turismo (FONATUR) y los efectos que se derivan de la atracción de
una gran masa migrante motivada por los empleos ofertados por esta actividad.
La presente investigación tiene como propósito dimensionar el papel del ejido en
la conformación espacial de las ciudades, concretamente en la ciudad de Cabo
San Lucas, B.C.S, así como la aportación de este a la solución de la problemática
de vivienda. De la misma forma este trabajo sea un documento que aporte a la
visión de las autoridades a fin de llegar a una coordinación sólida con las
autoridades ejidales, pues el núcleo agrario seguirá siendo fundamental en el
crecimiento futuro de la ciudad.
10
3. Metodología y organización de la tesis
3.1 Metodología
La realización de esta tesis se llevó a cabo utilizando tres recursos: Revisión
bibliográfica; el análisis de archivos de la Procuraduría Agraria (PA), la Comisión
Reguladora de la Tenencia de la Tierra (CORETT) y del Ejido Cabo San Lucas; y
por último de manifestaciones de impacto ambiental de la Secretaria del Medio
Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) a través de internet.
En el primer recurso se llevó a cabo una revisión exhaustiva de bibliografía para
dar una explicación conceptual de ciudad, así como la expansión física de ella;
igualmente para analizar las ciudades latinoamericanas y mexicanas, para
aterrizar al caso de la expansión urbana en los polos turísticos. De la misma forma
se acudió al análisis bibliográfico para explorar el problema de la renta del suelo
urbano y el análisis de los diferentes tipos de propiedad sobre la tierra en México.
En el segundo recurso se analizaron los archivos de la Procuraduría Agraria para
analizar la resolución presidencial que dota al ejido Cabo San Lucas, así como su
ejecución; se acudió a la misma fuente para la ampliación del ejido, así sus
posteriores afectaciones. En cuanto a los archivos de la CORETT, se obtuvo
cartografía del polígono de dotación, así como de algunas expropiaciones
promovidas por dicha institución. De la misma manera se acudió al archivo del
ejido que proporcionó la ubicación de polígonos de afectaciones al ejido para su
regularización por diversas dependencias.
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En cuanto al tercer recurso se acudió a documentos de la SEMARNAT, a través
del internet se analizaron las manifestaciones de impacto ambiental para la
conformación de asentamientos tanto de terrenos para vivienda popular, como
para asentamientos de interés social y asentamientos en zona de muy baja
densidad, que nos proporcionaron datos importantes como la ubicación de los
asentamientos, así como en las parcelas donde se ubican.
3.2 Organización de la tesis
La tesis está organizada en 6 capítulos. En el primer capítulo se hace un análisis y
revisión de un gran bagaje teórico acerca de la ciudad y los modelos de expansión
urbana, así como el análisis de las ciudades latinoamericanas. En el segundo
capítulo se realiza un estudio sobre las ciudades mexicanas entre ellas las de
carácter turístico quienes se analizaron dentro del contexto de la teoría de los
polos de desarrollo, pues nuestro espacio geográfico de estudio es un polo de
desarrollo turístico. En el tercer capítulo se analiza el problema de la renta de la
tierra y como énfasis en el suelo urbano, para de ahí revisar las diferentes formas
de propiedad de la tierra en México y sus antecedentes. En el capítulo cuatro se
aborda el fenómeno de la incorporación de suelo ejidal para el desarrollo urbano
en México, así como los efectos de las reformas al artículo 27 constitucional y
como estas impactaron en la incorporación de la tierra ejidal en la expansión de
las ciudades. El capítulo cinco trata específicamente de nuestro objeto de estudio:
la ciudad de Cabo San Lucas y la ciudad del mismo nombre. Producto de la
investigación se presentan datos del expediente del núcleo agrario en mención,
12
tanto su dotación y ampliación, así como las expropiaciones de las que ha sido
objeto dentro de antigua Ley Agraria. En el sexto y último capítulo se ponen en
evidencia los diferentes asentamientos que se crearon a partir de la nueva
legislación agraria, tanto los de carácter legal como los de carácter irregular, para
finalizar se realizan algunas consideraciones sobre la participación futura del ejido
en el crecimiento urbano de Cabo San Lucas. Por último se presentan las
conclusiones donde se vierten ideas sobre lo que significó la participación del
Ejido en la expansión de la ciudad antes y después de las reformas
constitucionales.
13
I. LA CIUDAD Y LA EXPANSIÓN URBANA
Para entender la dinámica de la ciudad y particularmente su conformación
territorial, antes es menester analizar su concepción teórica, así como los modelos
de crecimiento que se han propuesto por diferentes teóricos. Necesario es, de la
misma forma, analizar el contexto histórico, social y político en el que se insertan
el tipo de ciudad a analizar, de ahí importante para este caso es analizar a las
ciudades latinoamericanas.
1. La ciudad y la expansión urbana, conceptos y clasificaciones
La ciudad es un gran contenedor de manifestaciones y prácticas sociales para
quienes la habitan. Si bien las ciudades datan de hace más de 7 mil años, en su
forma moderna surgieron y se desarrollaron al amparo de la revolución industrial.
Las condiciones en las cuales crecieron guardan semejanzas con las actuales,
sobre todo aquellas ubicadas en países subdesarrollados como el nuestro, donde
la marginalidad y la segregación territorial se expresan descarnadamente en
medios insalubres, sin servicios y en zonas de alto riesgo que marcan la difícil
sobrevivencia para quienes comparten esos espacios.
Jaime Sobrino (1998:5) afirma que el concepto de ciudad no es reciente que este
es de orígenes antiguos:
El término ciudad se caracteriza por su longevidad. La ciudad más antigua excavada hasta la fecha, data aproximadamente 8 mil años a.C, las ciudades ya estaban estrechamente organizadas y hacia el año 2500 a. C existían metrópolis
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con importante concentración de soportes materiales. Una de las condiciones favorables que ofrecía la ciudad era la seguridad personal. La ciudad no siempre ha sido concebida de la misma manera. Un conjunto de casas de hace unos siglos ahora no significa los mismo. En cada época los estudiosos del urbanismo han percibido al espacio según su propia cultura.
Para los representantes de la escuela ecologista de Chicago (Monge, 2007:19)
que emergieron y tuvieron su auge en los años veinte y treinta del siglo XX:
La ciudad es algo más que una combinación de hombres individuales y conveniencias sociales —calles, edificios, farolas, tranvías, teléfonos, etcétera—; algo más, también, que una mera constelación de dispositivos administrativos e instituciones —tribunales, hospitales, escuelas, policía y funcionarios civiles de distinto tipo—. La ciudad es, más bien, un estado de mente, un cuerpo de costumbres y tradiciones, y de actitudes y sentimientos organizados que son inherentes a dichas costumbres y que se transmiten por medio de dicha tradición. En otros términos, la ciudad no es un mero mecanismo físico ni una construcción artificial. Está involucrada en el proceso vital de la gente que la compone: es un producto de la naturaleza, y en particular, de la naturaleza humana.
De acuerdo con la Escuela Ecologista de Chicago, la ciudad no sólo se asume
materialmente a través de los elementos que le dan el engranaje tangible, sino
también con los elementos intangibles que son interiorizados por quienes la
habitan, por sus actitudes, por sus sentimientos, por sus costumbres y que son
transmitidos de generación en generación.
Para Max Weber (1994:938), se pueden intentar definir varios modos de ciudades
los cuales se ven como un ente cerrado, como una localidad y no un caserío,
donde las casas suelen estar muy juntas. Asimismo nos dice que si vemos el
concepto ciudad desde el punto de vista económico tenemos que fijar un
asentamiento donde la mayoría de los habitantes vive del producto de la industria
o del comercio y no de la agricultura.
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Weber (1994:939), subraya ciertos requisitos para que algún asentamiento pueda
considerarse como ciudad, afirmando que:
Una ciudad puede fundarse de dos modos: a) existiendo previamente algún señorío territorial o, sobre todo, una sede principesca como centro donde exista una industria en un régimen de especialización, para dar satisfacción a sus necesidades económicas o políticas, y donde se trafique a este efecto con mercancías. … Otra característica que habría que añadir para poder hablar de ciudad seria la existencia de un intercambio regular y no ocasional de mercancías en la localidad y b) también puede nacer sin apoyos de una corte principesca y sólo sea reunión de intrusos, piratas, colonizadores o nativos dedicados al comercio intermediario.
En este sentido, Ramón Ramos Torre (2001:49) sostiene que para Weber es
importante al momento de conceptualizar la ciudad, tomar en cuenta:
Los criterios definitorios, los cuales son claramente tres: una ciudad es siempre un asentamiento (permanente) de mercado; una ciudad ha sido (históricamente) un recinto fortificado; una ciudad ha sido (típicamente) un ayuntamiento. Así pues, la conjunción del asentamiento de mercado, el recinto fortificado y el ayuntamiento constituyen sus diferencias específicas frente a otras formas de asentamiento económico, militar y político en la historia. Es evidente que son heterogéneos:
económicos, administrativo-militares y jurídico-políticos.
Por lo tanto, Weber entiende que una ciudad reúne varias funciones, no sólo de
ser un simple asentamiento, sino de poseer actividades económicas y
administrativas que la dinamizan.
La ciudad es el medio socio espacial en el que las actividades allí asentadas y el
modo específico en que se aglomeran los elementos en que la constituye
reproducen la vida material del hombre y las relaciones sociales del modo de
producción dominante (Schteingart, 1983:449). Asimismo en la ciudad se expresa
de manera fiel los estratos sociales que se reflejan en la realidad económica y
social. Así que la ciudad se formará a partir de la focalización de los diferentes
estratos sociales que ahí están presentes, y eso se expresa territorialmente.
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Engels (1977:55) explica cómo era la situación de las ciudades en Inglaterra, la
cuna del capitalismo, en plena Revolución Industrial, tomando el caso de
Manchester en 1844:
… La brutal indiferencia, el duro aislamiento, de cada individuo en sus intereses privados, aparecen tanto más desagradables y chocantes cuanto más juntos están estos individuos en pequeños espacios, y aun sabiendo que el aislamiento de cada uno, ese sórdido egoísmo, es, por todas partes, es el principio básico de nuestra sociedad en ningún lugar aparece tan vergonzantemente descubierto. Tan consciente, como aquí entre la multitud de las grandes ciudades.
Engels (Ibid.) además habla sobre las condiciones miserables en que se
encontraba la clase trabajadora, así como el estado de insalubridad de los barrios
obreros:
… estos “barrios feos” están más o menos dispuestos del mismo modo en todas las ciudades: las casas peores están en la peor localidad del lugar, por lo general, son de uno o dos pisos, en largas filas, posiblemente con los sótanos habitados e instalados irregularmente por doquier. Estas casitas, de tres o cuatro piezas, y una cocina llamada cottages, son en Inglaterra, y con una excepción de una parte de Londres, la forma de habitación de toda la clase obrera. En general las calles sin empedrar, son desiguales, sucias, llenas de restos de animales y vegetales sin canales de desagües y, por eso, siempre llena de fétidos cenagales….
Esos escenarios descritos por Engels no son ajenos a la cotidianidad urbana de
muchas ciudades mexicanas y latinoamericanas en general, pero aun así hay
factores positivos dentro de ese gran conglomerado humano.
Manuel Castells, en su importante trabajo La cuestión urbana (1974) describe el
espacio, para él, un contenedor de las relaciones resultantes de la sociedad
capitalista y a su vez, lo que estructura a la sociedad. El autor le da un papel
importante a la cuestión territorial, defendiendo la teoría social marxista como la de
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mayor capacidad explicativa para analizar a la sociedad capitalista. Para Castells,
el desarrollo urbano tiene de forma natural, en la sociedad capitalista, una
problemática clasista y es ésta la que configura el espacio, dándole una
significación social. Más adelante la obra de este autor (Castells, 1999) evidencia
una fuerte matización, casi rompimiento, en su concepción teórica; deslindándose
de la teoría social marxista tradicional, asume otra posición sobre el actual y
futuro proceso de las principales ciudades de Europa, el primer mundo y los
países subdesarrollados. En la nueva interpretación del autor, las principales
metrópolis están caracterizadas por una revolución tecnológica, lo que ha dado
como resultado la creación de una sociedad informacional, enmarcada en una
globalización de las economías. Asimismo, Castells (1999:154-175) advierte que
esta sociedad informacional y globalizada, es también una sociedad dual, por sus
características inclusivas y exclusivas, donde no todos tendrán acceso a las
actividades que tengan que ver con actividades de vanguardia, lo que genera una
sociedad de desigualdades, una sociedad dual. Esta dualidad se manifiesta,
siguiendo a Lefevre (1978:133), en la problemática encapsulada del concepto y el
reclamo del derecho a la ciudad. Para este autor, la estrategia de renovación
urbana debe tener el apoyo social, sobretodo de la clase obrera que es la única
que puede terminar con la segregación que es dirigida contra ella y que hará de la
ciudad un lugar donde todos quepan, donde todos se apropien de ella.
En esta ciudad global se desarrolla una nueva economía de gran capacidad
generadora de riqueza, centrada en el desarrollo de redes entre individuos y
empresas competitivas sin ningún interés público, al bien común o valores que no
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sean capitalizados por el mercado. Si bien las ciudades actuales son claves como
generadoras de riqueza, también es un punto esperanzador para corregir los
efectos destructivos de esta economía que no tiene valores sociales, pero que en
ellas entrañan la lucha por la conservación de la naturaleza, la identidad cultural y
las libertades cívicas (Castells, 2000:6). La ciudad global hace referencia a una
clase de ciudades que pertenecen al sistema donde fluye la economía
interconectada, de carácter planetario (Friedmann, 1997:3). Es la ciudad global un
sistema que es capaz de poseer actividades de empresas estructuradas con
servicios financieros, de seguros, inmobiliarias, de consultorías, de servicios
legales, publicidad, etc. (Borja y Castells, 1998:36). Para los teóricos de la ciudad
mundial es elemento primordial del capitalismo actual y tiene la función de ser el
recipiente de esta nueva división internacional del trabajo dominada por
corporaciones internacionales apuntaladas por las tecnologías de la información
que acabó con el modelo tecnológico fordista y keynesiano. La esencia del
anterior tipo de ciudad es el centro industrial que dio paso al nuevo,
desindustrializado basado en servicios tecnológicos, financieros y servicios al
productor (Brenner, 2003:7).
David Harvey (2007:16-17), nos habla de la importancia de combinar la
imaginación sociológica, término usado por C. Wright Mills, con la “conciencia
espacial” o “imaginación geográfica”. Para Harvey, esta imaginación permitirá al
individuo comprender el papel que tiene el espacio y el lugar en su vida,
relacionándose a la vez con los espacios y con las acciones sociales. Para
construir este puente entre la imaginación sociológica y la geográfica, es necesario
19
poseer “útiles” adecuados, los cuales son métodos y técnicas que pueden
emplearse para unir las dos partes. Harvey da preeminencia a la posición de Marx
al respecto, definiendo el urbanismo como un conjunto de relaciones sociales que
refleja las relaciones establecidas en la sociedad como totalidad, en la cual, la
ciudad es un reflejo de desigualdades sociales, producto del sistema capitalista.
Para el autor, es en las ciudades donde se manifiesta la “compresión espacio-
temporal” que el capitalismo requiere, es decir, la aceleración en el tiempo de la
tasa de rotación del capital, que necesariamente ocurre en el espacio, en
particular, el espacio urbano. Es por tal razón, insiste Harvey, que desde sus
inicios el capitalismo industrial requiere de la ciudad; es por lo mismo que el
neoliberalismo se manifiesta tempranamente en la ciudad – específicamente en la
primera ciudad post fordista: Nueva York.
Por su parte Bryan Roberts (1980) aborda el análisis de la expansión del
capitalismo en países del Tercer Mundo y la forma como ésta ha originado
cambios en las pautas de urbanización; para ello analiza las principales ciudades
de países latinoamericanos como Argentina, Brasil, Perú y México. Roberts
encuentra que, en cada caso, fueron los efectos de la industrialización sobre la
estructura agraria original, lo que originó la concentración de las actividades
económicas en unos cuantos centros metropolitanos. Roberts nos habla de una
economía dualista, característica de las metrópolis de los citados países, donde
los sectores más dinámicos están concentrados en el sector de la economía a
gran escala, que es el que ofrece los mejores salarios, que coexiste con un sector
de economía urbana en pequeña escala que apenas sobrevive.
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Alan Gilbert (1997:107-108), analiza la explosión urbana de las ciudades
latinoamericanas desde la perspectiva de la población marginada, viendo las
opciones de supervivencia de ese sector, así como la forma como obtienen un
terreno para construir su vivienda.
La ciudad latinoamericana y mexicana comparte la característica expresada en
una gran desigualdad. En las ciudades del subcontinente se presenta de manera
dramática la pobreza y la riqueza, la expresión más evidente se presenta en la
orientación clasista de la distribución territorial. La presencia del comercio informal,
del vendedor ambulante y el indigente, los congestionamientos viales, los niños de
la calle, etc. (Gilbert, 1997:9), además de los sectores dinámicos de la ciudad con
barrios residenciales de primer mundo que viven una realidad distinta a la mayor
parte del entramado urbano y de quienes lo habitan.
Gran parte del crecimiento de las ciudades latinoamericanas tiene que ver con la
migración y como dichas localidades representan un foco de atracción para
población de otras localidades, ciudades, o estados que ven en ella una gran
oportunidad para lograr mejores condiciones de vida, aunque no necesariamente
sucede eso.
En términos de las relaciones humanas, la ciudad es de manera utópica la
expresión de la modernidad y donde se presentan los principios de democracia, la
igualdad y la libertad de las manifestaciones culturales y políticas; pero también
encierran el lado contrario, la subordinación, el sometimiento. Nace – afirma
Lezama - como una manifestación opuesta a la naturaleza, de los gases
asfixiantes de las chimeneas citadinas, del capitalismo que nos lleva al abismo de
21
la destrucción suicida, de la primacía del pavimento, del acero lo opuesto a la
sustentabilidad, de ahí que su expansión expresa la voracidad del hombre en su
afán de “civilizarlo todo” (Lezama, 2OO6: 153-154).
En la medida que toda ciudad ofrece dinamismo económico, estará acompañada
de presiones de tipo demográfico que se manifiestan en una demanda constante
de servicios sociales que inicia con el satisfactor urbano primordial (junto con el
alimento y el empleo): la tierra. Por ello, tarde que temprano inicia un proceso de
presión social por acceder al bien, y quienes poseen la tierra inician un proceso de
especulación.
En los tiempos actuales los nuevos territorios urbanos ya no están circunscritos a
una ciudad central y su periferia más o menos integrada, lo que se le denomina
área metropolitana, que es el modelo de ciudad de la sociedad industrial. En la
actualidad el territorio urbano-regional es discontinuo, una combinación de zonas
compactas con otras difusas, que presentan diferentes centralidades, así como
áreas marginales, de espacios urbanizados y otros en espera de ser devorados
por el paso avasallador de la mancha urbana. Un conglomerado de ciudades es
viéndolo optimistamente o una combinación entre centros globalizados actuantes y
zonas de ese continuo urbano de bajo perfil en medio de la globalidad que los
margina (Borja, 2007:42).
El actual papel de la ciudad global trasciende al Estado que era el principal gestor
para consolidar los elementos que detonarían las localidades urbanas, en la
actualidad la ciudad ha tomado el papel de gestor de su propio crecimiento, de
22
atraer proyectos de inversión y de diseñar políticas públicas que redundarán en la
búsqueda de un mejor futuro.
Finalmente, para determinar si un asentamiento es o no una ciudad se debe de
tomar en cuenta diversos aspectos, uno de ellos es la dimensión demográfica ya
que debe de tener un tamaño mínimo. Para el caso de México el tamaño ha
variado: de acuerdo con el censo de 1940 y que se siguió utilizando en 1940 y
1950, fue de mil habitantes; y de 2 mil quinientos habitantes (Villalvazo et al,
2002:22). En la actualidad, se usa la cifra mínima de 15 mil habitantes,
estableciendo la siguiente clasificación de ciudades: entre 15 mil y menos de 100
mil habitantes, para ciudades pequeñas; las ciudades medias con población entre
100 mil y 2.5 millones de habitantes y ciudades grandes con más de 2.5 millones
de habitantes. Otra dimensión a considerar es la visión económica, donde una
ciudad se caracteriza por no desarrollar actividades agropecuarias, y se enfoca
por lo tanto a las actividades secundarias y terciarias, y no sólo está enfocada al
consumo interno, sino también a la transferencia o exportación de bienes y
servicios, con lo cual se pueda importar factores de producción.
Sin embargo, el Consejo Nacional de Población (CONAPO, 2010), a través del
Sistema Urbano Nacional, clasifica a las ciudades de la siguiente manera:
ciudades grandes, son las que tienen de un millón de habitantes en adelante;
ciudades medias, entre 100 mil y menos de un millón de habitantes y las ciudades
pequeñas, aquellas donde habitan entre menos de 100 mil y 15 mil habitantes.
Para muchos teóricos la manera como se comporta el crecimiento urbano refiere a
ciertos modelos de crecimiento; en ese sentido, las ciudades mexicanas y
23
latinoamericanas responden a patrones que los teóricos del espacio urbano han
planteado.
2. Modelos de crecimiento urbano
Los primeros modelos formales de la ciudad se dan en Estados Unidos. Uno de
estos modelos, el de Burgess (Ramírez Carrasco, 2003:119), es el urbano
céntrico, que se ilustra en la imagen siguiente.
Figura 1. Modelo de los círculos concéntricos (Burgess)
Fuente: Ramírez Carrasco (2003)
Este modelo de crecimiento urbano se desarrolló en las primeras décadas del
siglo XX por la Escuela Ecologista de Chicago, particularmente por Ernest W.
Burgess. En su modelo de crecimiento de las ciudades, Burgess ubica un área
central de negocios rodeada por una zona de transición o de deterioro donde se
24
encuentran viviendas dilapidadas, fábricas y edificios abandonados,
presentándose niveles de inseguridad, delincuencia, deficiencias en los servicios
públicos, etc. Posteriormente hay una zona de clase trabajadora, enseguida una
zona residencial de clase media y por último, los suburbios, donde vive la clase
alta que huye del tráfico citadino.
Aparentando círculos concéntricos, según este modelo la ciudad norteamericana
pasa de esta forma, de un centro deteriorado a zonas con menos facturas por el
paso del tiempo, hasta llegar a las zonas industriales y por último los suburbios
que están un poco distantes de la mancha urbana, donde viven clases
acomodadas que huyen del tráfico, ruido y el vértigo del trajín constante de la
ciudad central, así como de sus zonas residenciales deterioradas. El modelo de
ciudad nos refiere a un crecimiento expresado en términos de clases sociales,
donde el centro deprimido de la ciudad es receptor de una gran masa migrante
que llega a barrios derruidos y con grandes índices de drogadicción, delincuencia,
donde deambulan los homeless y la prostitución.
Las críticas al modelo de Burgess cuestionan la validez de la zona como
herramienta para la clasificación y ha sido sometida por investigadores
contrastándola con diversas ciudades no ajustándose al modelo de círculos
concéntricos y por lo tanto sus detractores consideran que es un modelo
“generalista” y por lo tanto cae en el ideal de ciudad; aunque inicialmente Burgess
su modelo lo hizo extensivo para cualquier ciudad o pueblo, finalmente argumentó
que era sólo para ciudades norteamericanas y con vocación de actividades
secundarias y terciarias (ídem, 72-73).
25
Figura 2. Modelo de los círculos concéntricos y la distribución habitacional
Fuente: Ramírez Carrasco (2003)
Otra posición teórica que expresa el crecimiento de las ciudades es el modelo
polinuclear donde se evidencian los efectos del crecimiento urbano con un potente
espacio urbano central y un crecimiento basado en discontinuidades y vacios
internos expresados en la posición de infraestructuras y de algunas dinámicas
propias de los diversos núcleos urbanos en relación con la globalidad del proceso.
Por ejemplo la localización de la industria. En este modelo polinuclear resulta
importante el papel de las formaciones urbanas que se denomina tramas
residenciales (Vilanova, 1997:57). Las críticas al modelo polinuclear se centran en
el elevado número de núcleos, lo que ha dificultado su generalización (Rodríguez
Jaume, 2000:74).
26
Figura 3: Modelo Polinuclear de Harris y Ulman.
Fuente: Tomado de Ramírez Carrasco (2003)
Fig. 4 Modelo polinuclear de Harris y Ullman de acuerdo a su distribución residencial y actividades productivas.
Fuente: Tomado de Ramírez Carrasco (2003)
El Modelo de crecimiento de los sectores de Homer Hoyt completa el modelo de
Burgess, pues propone un diagrama en el que los límites impuestos por los
27
círculos concéntricos de Burgess se interrumpen y se amplían del centro a la
periferia, adoptando formas irregulares (Íbid.:72).
En la teoría de Hoyt es importante tomar en cuenta el cambio, la movilidad y el
crecimiento que toma principal estímulo la atracción ejercida con los sectores de la
población más dinámicos de la población, con mayor poder adquisitivo y son estas
las que se desplazarán por las principales y rápidas rúas de comunicación
evadiendo el congestionado ambiente de la ciudad central. Entonces éstas élites
tenderán a desplazarse a la periferia pero con gran contacto con las áreas donde
originalmente de desarrollaron y eran originarios. Las críticas al modelo de Hoyt se
centran en la visión simplificada de la localización de estratos sociales en la ciudad
donde considera sólo el papel de los líderes, además de lo ambiguo del concepto
“sector” y que representa el punto central de su teoría y modelo (ídem:74)
Fig. 5 Teoría concéntrica de la estructura urbana y su aplicación en la ciudad de Chicago según Homer Hoyt.
Fuente: Tomado de Ramírez Carrasco (2003)
28
Sin embargo la ciudad latinoamericana y en su caso la mexicana, aunque tiene
algunos rasgos de la ciudad estadounidense, tiene la particularidad de la falta de
planeación y la concurrencia de condiciones de una sociedad de gran desigualdad
donde gran porción de la sociedad trata por todos los medios de hacerse de una
vivienda que está muy lejos de su alcance. Ahí se ve la importancia que tiene el
Estado de generar condiciones aceptables y la aplicación de políticas públicas
para que la mayor parte de la población pueda adquirir un pedazo de tierra donde
pueda edificar su vivienda.
En tiempos recientes se habla de modelo de ciudad diseminada o difusa. Es en los
años 40, cuando la expansión de los suburbios estadounidenses manifiesta un
cambio radical y que marca el futuro urbano de este país. Se impulsa
decisivamente la expansión del uso del automóvil como medio principal de
transporte y de manera secundaria los otros medios de transporte como el avión y
el transporte colectivo. En el plano productivo se da la mecanización en las
actividades agrícolas, la desindustrialización del espacio y el crecimiento de las
actividades terciarias, generaron una nueva configuración espacial productiva en
los Estados Unidos. El desarrollo de centros urbanos con tendencia
concentradora de sectores residenciales y productivos, se vio interrumpida con
una tendencia a la conformación de manchas urbanas diseminadas y difusas con
gran dinamismo urbano que se interconectan con un tejido de rúas donde se
desplaza continuamente la población. Esta tendencia de diseminación urbana ha
sido conceptualizada por diferentes estudiosos como ciudad-región, corona de
ciudades, ciudad territorios, ciudad difusa, edge cities, metápolis y varios términos
29
más (Nivón Molán, 2003:22). Este modelo representa grandes costos energéticos
y por lo tanto ambientales, la elevación de gastos tanto de tiempo como recursos
en aras de estar en contacto con la naturaleza y lejos de la dinámica exigente de
la ciudad central.
La tendencia actual es la conformación de áreas urbanas de baja densidad, pauta
social que siguen las clases medias y bajas manifestando su fobia a los lugares
caracterizados por la alta concentración poblacional, los barrios populosos y dan
prioridad al uso del automóvil, a la conformación de condominios, de
fraccionamientos cerrados que profundizan la segregación y guetización urbana,
que aumentan las distancias y por lo tanto aumentan los costos en la
infraestructura urbana (Borja, 2003:99).
Como parte de la ciudad actual y la tendencia a las grandes aglomeraciones
urbanas se maneja el término de las ciudades desdibujadas debido a su
gigantesco tamaño como en el caso de la ciudad de México que forma parte de
una megalópolis que agrupa un entorno peri urbano o suburbano compuesta por
ciudades de distintos tamaños y funcionalidades, como ejemplo tenemos a la
megalópolis compuesta por las ciudades, de Norte a Sur, de Boston, New Haven,
Nueva York, Philadelphia, Baltimore, y Washington, DC (conocida como
BosWash), que componen un continuo de unos 800 kilómetros de longitud o en el
caso de Los Ángeles, que asemejan a un estallido de piezas que generan
espacios aislados y que constituyen ciudades fragmentadas, de ahí que la
escuela de Los Ángeles enfatice en sus estudios y análisis de las inclinaciones
30
posmodernistas de unidades fragmentadas y separadas las unas de las otras en
sus estudios sobre la ciudad (Monge, 2007).
Mapa 1. Área urbana del corredor urbano Boston-Washington denominada BosWash.
Fuente: Tomado de http://pages.infinit.net/syrius/boswash1.htm 14/1072012
En este efecto de ciudad diseminada, cuando las ciudades son pequeñas
muestras de una tendencia hacia una expansión urbana relativamente concéntrica
dentro de la lógica en que la población busca posicionarse en una cercanía con el
centro, debido a que es donde se concentran las principales actividades y
servicios de la localidad. Pero a mediados de los setenta, México empieza a
experimentar un acelerado aumento en las tasas demográficas y un gradual
cambio de modelo de desarrollo basado en el sector primario a un modelo basado
en actividades secundarias y terciarias y que por lo tanto tienen su ubicación
31
espacial en las ciudades lo que ha conllevado en el corto tiempo un acelerado
proceso de urbanización, es decir, de concentración poblacional en las ciudades.
En medio de este modelo de desarrollo, las ciudades empiezan a ser receptoras
de un elevado flujo demográfico que ya no puede ser absorbido por los espacios
cercanos a la ciudad central, entonces la expansión urbana tiene a ubicarse en las
periferias, lo que provoca cada día la incorporación de terrenos rurales, tierras de
cultivo de temporal o de riego, zonas de conservación ecológica como bosques,
los cuales van siendo presa ante la presión de las necesidades colectivas. De esa
forma se da la transformación del territorio de rural a urbano. Este proceso se da
inicialmente, a lo largo de los caminos, carreteras o autopistas que unen a las
ciudades con otros poblados de la región. Por estas rúas circula la población que
habita en las localidades cercanas a la gran ciudad y que se traslada a diario al
centro urbano, convirtiéndose estas arterias en corredores urbanos y con el
tiempo se empiezan a ubicar sobre ellas una serie de infraestructura en bienes y
servicios para satisfacer la demanda de la nueva población de la zona.
Esta vocación de dichos corredores urbanos impulsa a su vez una tendencia de
urbanización imparable. Como lo afirma la teoría de los círculos concéntricos en
todo este proceso de expansión hacia la periferia, los “centros históricos” de las
ciudades inician un proceso de depauperización y a despoblarse. Dependiendo el
dinamismo de las actividades económicas de la ciudad, el anterior proceso
descrito puede manifestarse en un lapso de 50 años en el que se puede llegar a
triplicar o cuadriplicar su población. Este fenómeno de expansión urbana
32
incontrolada se da en el ámbito nacional, con variaciones de intensidad
dependiendo del tamaño de cada ciudad (Bazant, 2008:119-120).
En el caso de la ciudad de cabo San Lucas, el trabajo de Actualización del Plan de
Desarrollo Urbano de Los Cabos (2011), plantea para la ciudad de Cabo San
Lucas un modelo de crecimiento polinuclear, impulsando la consolidación de un
centro urbano principal y tres subcentros urbanos que congregarán actividades
para satisfacer en alguna medida la demanda de las zonas aledañas a este centro
y subcentros, espacios de esparcimiento y comercio con el fin de descentralizar la
vida urbana y la utilización óptima de la ciudad.
Para conocer y abordar el caso de las ciudades mexicanas es necesario analizar
las dinámicas de crecimiento y problemas que aquejan a las ciudades
latinoamericanas, que en cierto sentido nos unen por afinidad cultural y también
por el modelo de desarrollo que han seguido al igual que nuestro país.
3. Las ciudades en América Latina
Desde la mitad de los años 70, las ciudades latinoamericanas han sufrido una
serie de cambios importantes originado principalmente por una reducción del
crecimiento urbano debido a la baja en la migración campo-ciudad y a la
modificación en las políticas públicas en que se basaba el desarrollo urbano, en
este contexto las reformas económicas de los 90 con la eliminación del Estado
Obeso mediante la privatización de las empresas paraestatales y el
desmantelamiento del sistema social afectó de manera sustancial la capacidad de
33
gestión del Estado y por lo tanto su capacidad para adoptar medidas para
redistribuir la riqueza y evitar profundizar la brecha entre ricos y pobres
(Janoshcka, 2002:2). La imposición de las políticas reaganeanas y su aplicación
por los organismos financieros internacionales debilitó la capacidad del Estado y
dejó en el libre mercado las soluciones para los temas educativos, de salud y
vivienda.
Existe una gran diferencia en los cambios entre los países de América Latina y los
países del norte, ya que de manera tardía nuestro subcontinente inició su proceso
de industrialización; en los años 30 su economía se basaba en la explotación de
recursos naturales, como la extracción del petróleo y carbón, la explotación
agroindustrial del plátano, el tabaco y otros productos agrícolas, hasta que en los
años cuarenta inicia un proceso serio de industrialización por medio de la
sustitución de importaciones; esa nueva condición era consecuente con la
búsqueda de nuevas forma de ocupación territorial, las cuales no fueron
planeadas y por el contrario fueron uno más de los resultados directos de los
procesos acelerados de industrialización, con crecimientos sin forma y
espontáneos sobre el territorio (Torres, 2005:68).
En las ciudades de América Latina y el Caribe, los pobres urbanos viven una
situación donde sus condiciones y carencias expresan directamente e
indirectamente su situación económica vulnerable. En esta latitud, la pobreza
urbana está asociada a los bajos ingresos relacionados con empleos precarios,
falta de un sistema educativo estructurado y falta de patrimonio, reflejando
inequidades por razones de género. La precariedad urbana, entendida como la
34
proporción de los hogares que no tienen cubiertas sus necesidades
habitacionales, tales como la materialidad de la vivienda, acceso a servicios como
agua, electricidad, drenaje (Winchester, 2008:28) se hace cada vez más evidente
al momento de ganar terreno las políticas de precarización del trabajo y la pérdida
de conquistas sociales.
En la mitad del siglo XX, las más grandes ciudades latinoamericanas se vieron
ampliamente favorecidas en su desarrollo y crecimiento de forma explosiva
durante el desarrollo basado en la industrialización vía sustitución de
importaciones. Es en este marco que hasta 1970 las ciudades fueron fuente de
atracción de un gran número de industria manufactureras; estas ciudades
concentraron la toma de decisiones políticas, un creciente aparato burocrático y un
amplio sector servicios lo cual, a su vez, las convirtió en las principales metrópolis
de cada país con altos índices de dominancia. Este proceso originó que no
crecieran ciudades vecinas, ya que las ciudades centrales fueron capaces de
consolidar sus ventajas locacionales a través de sus altas tasas de crecimiento
económico, su gran atracción de migrantes y mercado cautivo (Aguilar, 2002:4-5).
En las últimas décadas las ciudades en Latinoamérica cambiaron su estructura y
fisonomía. Se han diseminado por la geografía urbana elementos nuevos y a
veces aún predominantes como los muros y cercas alrededor de barrios y las
barreras en calles. Estas manifestaciones son copias de los barrios cerrados,
gated communities norteamericanos, que emula la arquitectura medieval
amurallada. Aunque para algunos autores la arquitectura de la segregación y
separación tiene una larga tradición en América Latina y ponen como ejemplo las
35
casas de patio que significaron una ruptura brusca entre el espacio público y
privado. Se pueden citar otros ejemplos del espacio amurallado y separado del
espacio público como instalaciones eclécticas, conventos, vecindades etc. Por eso
los barrios cerrados nuevos, que nacieron en las últimas décadas, tienen raíces en
la tradición cultural latinoamericana. Sin embargo con la influencia de globalización
y transformación económica y sus consecuencias de desregulación del desarrollo
urbano son fuerzas poderosas que fortalecen el proceso y desarrollo de cotos
exclusivos (Borsdorf, 2003:1) y que se han hecho cada día más comunes a partir
de la gran crisis de seguridad que se manifiesta en naciones como México.
La tendencia de las últimas décadas es de un proceso de urbanización que se ha
acelerado y actualmente cerca del 50% de la población mundial se concentra en
ciudades. En el caso de América Latina la población que vive en las ciudades
rebasa el 75% de la población. Las ciudades latinoamericanas del presente se
caracterizan por tener variados problemas que se relacionan con las formas de
movilidad, los procesos político administrativos de descentralización, el hambre, la
miseria y el desempleo, constituyéndose un vacio social, las nuevas formas en
que se manifiesta el delito; el tamaño de las ciudades con altos volúmenes de
concentración de la población y funciones debido a que cumplen con funciones
económicas, políticas y administrativas. La enorme mancha urbana de las
principales ciudades latinoamericanas representa grandes problemas de
desplazamiento, lo cual incide directamente en el bienestar de las poblaciones al
tener que destinar más tiempo útil para trasladarse de un lugar a otro para poder
atender sus obligaciones sociales y económicas.
36
Muchas de las naciones latinoamericanas han dado primacía al transporte
individual, lo que provoca que los sistemas de transportes masivos sean
incompletos e ineficientes, sin embargo se han buscado algunas soluciones como
en el caso de Bogotá o la Ciudad de México, donde se impulsan más extensiones
del sistema colectivo de transporte Metro. Los problemas de desplazamiento
también afectan la capacidad de relacionamiento con las localidades de la región
e incluso global ya que algunos aeropuertos de la región quedaron en medio de la
mancha urbana y no hay posibilidades de ampliar sus instalaciones, algo
necesario para su conectividad en medio de un mundo globalizado; y más cuando
el desarrollo del transporte ferroviario no ha sido una alternativa explorada y
menos aun las hidrovías navegables por la infinidad de ríos presentes en
Latinoamérica (Torres Tovar, 2005:69).
De acuerdo con Clichevsky (2000) la población latinoamericana se ha asentado
mayoritariamente en ciudades-áreas metropolitanas, donde en el año 2000
habitaban 351 millones de personas. Si en 1970 la población urbana
representaba el 57,2% del total en 1970, en 1995 alcanzó el 73.4%, y según
proyecciones se llegará a 85% en el 2025. De acuerdo con el desarrollo de cada
país, este proceso de urbanización fue muy intenso en algunos países desde la
década del cuarenta, mientras que en otros sólo a partir de los años setenta
poseen crecimiento importante de su población urbana. La urbanización y el
crecimiento de la mancha urbana de las grandes ciudades continuaron de
manera sostenida durante la década de los 90, con tasas de crecimiento
superiores al periodo de 1965-1980 en los países más pobres. Aunque se ha
37
manifestado un descenso importante en las tasas de crecimiento de la población,
en las últimas dos décadas el ritmo anual de crecimiento de los hogares se ha
mantenido en un nivel alto y en varios países se ha acelerado.
De la misma forma Clichevsky observa que una considerable población urbana
vive en condiciones de pobreza e indigencia y en la mayoría de los países (años
90) la proporción de hogares pobres es aún más alta que en los años setenta, con
lo que la aplicación del modelo neoliberal ha aumentado los porcentajes de
pobreza en la población. Asimismo, la autora nos revela que la cantidad de pobres
urbanos pasó de 63 millones en 1980 a 122 millones en 1990. En otro tenor, la
polarización se ha acrecentado a causa de una distribución del ingreso que se vio
reflejado en una riqueza más concentrada e inequitativa que a fines de la década
de los años 70.
Así, el crecimiento de la población de las ciudades latinoamericanas ha traído
como consecuencia el crecimiento de sus tradicionales problemas de carencias
de lugares adecuados para vivir, específicamente para los sectores pobres,
consolidándose la informalidad. Se han elaborado diferentes interpretaciones
acerca de la informalidad que es característica inherente de las sociedades
capitalistas dependientes (Melcher y Mattie, 1992:60-63), entre ellas las que se
considera que este fenómeno se da a partir de la característica de economía
periférica de América Latina y se consideran como economías periféricas debido a
que importan tecnologías que están fuera del alcance de su desarrollo y como
consecuencia la mano de obra nativa no está en posición de accesar a esas
fuentes de trabajo, por lo que la informalidad es una vía para sobrevivir. Existe otra
38
posición que ve a la informalidad como el resultado de un reducido sector
“moderno” en las economías de los países latinoamericanos que da como
resultado el obstáculo para generar puestos de trabajo. Hay otra posición que ve
en dos factores el crecimiento de la informalidad en las sociedades y tienen que
ver con la existencia de un excedente de fuerza de trabajo y el crecimiento
demográfico que experimentan estas naciones. En los años recientes, se ha
consolidado una teoría que explica que la informalidad ha sido el producto de una
excesiva burocratización que impide la instalación de empresas que generen lo
empleos que demanda la sociedad.
La informalidad ha sido un signo de las ciudades de América Latina. La conversión
de la mayoría de los países latinoamericanos de ser eminentemente rurales a ser
urbanos ha generado una tímida respuesta de las autoridades nacionales como
locales, lo que ha provocado la falta de empleos y espacios para vivir, ante esto la
informalidad y precariedad ha sido la divisa.
En el caso de nuestro país no ha estado ajeno a estas problemáticas. El desarrollo
industrial encarrilado desde inicios de los años cuarenta y el recrudecimiento del
crecimiento vertiginoso de la población urbana producto de la descapitalización del
campo trajo como resultado grandes problemas en la conformación de las
ciudades.
39
II. EXPANSION URBANA EN POLOS TURÍSTICOS EN MÉXICO
México tiene una similitud de su desarrollo urbano con América Latina, donde la
migración campo ciudad fue el factor detonante de su transición de lo rural a lo
urbano debido a su proceso de industrialización, sin embargo, a principios de la
década de los años 70 el impulso de polos de desarrollo turístico por parte del
Estado mexicano dio pie al surgimiento de ciudades como Cancún y Cabo San
Lucas que presentaron elevadas tasas de crecimiento poblacional; que a la par
trajo consigo diferentes problemáticas inherentes a la expansión acelerada de
estas localidades.
1. Las ciudades en México
México inicia el presente milenio con una realidad eminentemente urbana. En la
actualidad, se cuenta con 383 ciudades, incluidas 56 Zonas Metropolitanas
quienes conforman el Sistema Urbano Nacional (SUN). A partir de los años
setenta se estableció una parámetro para considerar a una sentamiento como
ciudad, dicho parámetro fue la cantidad de habitantes, para lo cual se consideró
como localidad urbana quienes tienen de 15 mil a más habitantes; este elemento
se utiliza para definir a las ciudades en el Programa Nacional de Desarrollo
Urbano y Ordenación del Territorio 2001-2006 que aun está en vigencia (ONU-
Hábitat, 2011:14).
En la realidad urbana del país, en el 2010, los habitantes de las localidades
urbanas en México representaban el 72% de la población total y los habitantes de
40
las zonas metropolitanas el 56%; por lo tanto los retos que enfrenta el país son
sobre todo urbanos y metropolitanos. (Ibíd.).
Para entender la evolución del crecimiento urbano de nuestro país, la ONU-
Hábitat ha ubicado tres etapas o fases: 1) urbanización lenta y predominio rural
(1900-1940), 2) la urbanización acelerada y preeminente (1940-1980) y 3)
urbanización moderada y diversificación (1980 a la fecha). La primera fase, de la
denominada urbanización lenta y predominio rural, se llevó entre 1900-1940. En
esta etapa la Zona Metropolitana del Valle de México se consolidó como la ciudad
más importante del país, dominó el sistema urbano nacional y se convierte en el
principal destino de migración interna, derivado de la migración campo-ciudad y
por ser centro económico, político y social. En la segunda fase, la Zona
Metropolitana del Valle de México continuó creciendo alrededor de su centro; por
otro lado, se empezaron a consolidar, la segunda y tercera ciudad, Guadalajara y
Monterrey, que crecieron a tasas por encima del promedio urbano nacional; de la
misma manera se inició el proceso de suburbanización metropolitana de la Ciudad
de México. Fue en la segunda fase cuando el país cambió de ser eminentemente
rural a uno de carácter urbano. La concentración económica y poblacional de la
ciudad de México fue un problema que ya se planteaban dentro de las políticas
públicas, así que en 1978 se promulgó el Primer Plan Nacional de Desarrollo
Urbano de México, que tenía como objetivo principal de descentralizar la industria
de la ciudad capital y promover el crecimiento de las ciudades intermedias.
Durante los años de sesenta y setenta se dio el auge de algunas ciudades
intermedias, que mostraron gran dinamismo, algunas de ellas con clara influencia
41
de la Ciudad de México como Puebla, Toluca, Querétaro y Cuernavaca. En estas
décadas el proceso de metropolización de la capital del país se transformo en uno
de suburbanización, con la salida de habitantes del centro del país y refugiarse en
los suburbios de la periferia (ONU-Hábitat, 2011:16). En la tercera y última etapa
– la actual – se expresa la pérdida del ritmo de crecimiento de la Ciudad de
México; de esta manera la población definitivamente deja de concentrarse en unas
cuantas zonas urbanas, la concentración de la población deja de focalizarse en
ellas y se empieza a diseminar entre las grandes ciudades del país. En la década
de los ochenta y los noventa se da el crecimiento de la población en ciudades
industriales que se encuentran alrededor de la Ciudad de México. La Zona
Metropolitana de Toluca es de las que más creció mostrando una tasa de
crecimiento similar a la población urbana nacional. El crecimiento de esta Zona
Metropolitana fue acercándose a la Zona Metropolitana del Valle de México, lo que
dio lugar a una megalópolis.
El segundo grupo de ciudades más dinámicas durante esta etapa fueron las
ciudades fronterizas del norte del país (1980-1990). Este dinamismo fue producto
de la expansión de la industria maquiladora que fue un gran foco de atracción a
población de estados diversos del país en busca de puestos de trabajo. Después
de las ciudades fronterizas maquiladoras le siguen las ciudades turísticas y
portuarias. La que más destaca por su crecimiento es la Zona Metropolitana de
Cancún-Islas Mujeres, este ha sido muy rápido, ya que en tan sólo dos décadas
cuadruplicó su población, esto a partir del impulso del gobierno federal a través de
FONATUR y la creación del Centro Integralmente Planeado Cancún. Por último
42
otro grupo que destaca por presentar tasas mayores que el conjunto del SUN, son
ciudades manufactureras del interior y las situadas en el noroeste en las zonas
agrícolas de alta productividad (ONU-Hábitat, 2011:17).
En términos absolutos para el 2009, las ciudades ocupaban el 0.6 del territorio
nacional, sin embargo, su crecimiento territorial en las últimas tres décadas se dio
a una tasa de 7.4% anual, superando por mucho a la población total y la urbana
que lo hicieron al ritmo de 1.7% y 2.7% de manera respectiva. La dispersión y
fragmentación de las ciudades en México ha creado un sistema urbano que no
brindan sustentabilidad tanto en lo económico, social y ambiental (Ibíd.).
El proceso de urbanización en nuestro país es un fenómeno irreversible y con
costos muy elevados para la sociedad por la poca planeación y ordenamiento,
problema que se ha manifestado concretamente en terrenos de núcleos agrarios
que han sido devorados por la mancha urbana, con o sin su consentimiento,
alterando sus premisas organizativas y productivas. Por lo tanto puede señalarse
que en todo proceso de urbanización en México que se haya producido desde
fines de los años 40 hasta la actualidad, ha ocurrido en detrimento de tierra ejidal
o comunal y en mucho sentido, a través de procesos de irregularidad, propiciado
por el desorden y la anarquía con el que crecen los principales centros urbanos
del país donde se han incorporado desde las décadas anteriores una gran masa
de migrantes provenientes del campo, esto sucedió tanto en los centros urbanos
históricos como Guadalajara, Monterrey y la Cd. de México, o las ciudades que
emergieron en el transcurso de las últimas tres décadas (Aguado y Hernández,
1997).
43
Desde los años setenta, las invasiones y asentamientos en condiciones de
informalidad proliferaron en terrenos ejidales y comunales, lo que manifestaba el
crecimiento explosivo y anárquico de las ciudades, lo que generó una presión
creciente sobre los tres niveles de gobierno; el concepto de asentamientos
irregulares, invasiones, ciudades perdidas o cinturones de miseria se utilizó en
análisis y reflexiones en materia urbana, como consecuencia de la oferta
insuficiente de suelo barato para las masas empobrecidas, que propició una
tendencia de invasiones y venta ilegal de lotes de núcleos agrarios violando los
usos de suelo con la esperanza de una eventual regularización.
Ante la situación de irregularidad, el gobierno comenzó a diseñar una serie de
políticas públicas tanto a nivel local, municipal, estatal como nacional para
enfrentar esta problemática. Bajo este tenor, el gobierno federal no sólo reconoció
lo grave del problema sino promovió la constitución de instituciones que de
manera especial se dedicarán a regularizar la tenencia de la tierra y a favorecer la
incorporación de tierra ejidal para vivienda y desarrollo urbano, su actuación será
bajo dos vertientes: la primera que tiene que ver con medidas correctivas
regularizando aquellos asentamientos irregulares que se originaron violentando los
usos de suelo y la segunda vertiente de carácter preventivo impulsando la
creación de reservas territoriales a cargo de las instituciones del sector urbano
gubernamental.
Para ello, en 1971 el gobierno federal por decreto presidencial creó el Instituto
Nacional para el Desarrollo de la Comunidad y de la Vivienda (Indeco) como
organismo público descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio propios
44
cuyas principales atribuciones iniciales fueron la construcción de vivienda de bajo
costo, fraccionamientos para trabajadores de escasos recursos y realizar todo tipo
de operaciones inmobiliarias. En 1978, el Indeco se convierte en agente
inmobiliario federal, con la facultad de integrar y administrar el sistema tendiente a
satisfacer las necesidades de tierra para el desarrollo urbano que requieren los
centros de población con el objeto de regular el mercado de terrenos y evitar
asentamientos irregulares. De la misma forma el 20 de agosto de 1973 por
acuerdo Presidencial surge el Comité para la Regularización de la Tenencia de la
Tierra como un organismo desconcentrado de la administración pública federal
con el objetivo de impedir, regularizar y prevenir los asentamientos humanos
irregulares por la vía expropiatoria, tanto de terrenos de origen ejidal y comunal
como los de origen privado. Dicho Comité se encontraba dentro de la estructura
organizativa del Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización. En 1974 este
Comité se transforma, vía decreto, en la Comisión para la Regularización de la
Tenencia de la Tierra (CORETT), organismo público descentralizado con
personalidad jurídica y patrimonio propios, encargada de regularizar la tenencia de
la tierra en asentamientos humanos irregulares y visualizar la creación de reservas
territoriales de los núcleos urbanos.
Entre los años de 1991 y 1993 se realizaron las grandes reformas constitucionales
al régimen agrario, que plantea de manera fundamental la finalización del reparto
agrario, facilidades para disposición de la propiedad social y el término de la
dependencia de los ejidatarios para con el gobierno, pues estos adquirirían títulos
de propiedad. Estos cambios impactaron al marco jurídico en materia de
45
asentamientos humanos con la promulgación en julio de 1993 de la nueva Ley
General de Asentamientos Humanos (LGAH, 1994), que en su artículo 38 se
establece que:
El aprovechamiento de áreas y predios ejidales y comunales comprendidos dentro de los límites de los centros de población que formen parte de las zonas de urbanización ejidal y de las tierras del asentamiento urbano en ejidos y comunidades, se sujetará a lo dispuesto en esta Ley, en la Ley Agraria, en la legislación estatal de desarrollo urbano, en los planes o programas de desarrollo urbano aplicables, así como en las reservas, usos y destinos de áreas y predios.
De esta manera se dieron causes legales para la incorporación de la tierra social
al desarrollo urbano y se resolvió el obstáculo constitucional que representaba el
hecho que las tierras de propiedad social no se pudieran enajenar.
Estas disposiciones afectaron a la mayoría de las ciudades mexicanas, pues en su
alrededor existía tierra ejidal lo que obstaculizaba la expansión urbana de manera
formal, por lo cual esta se daba de manera irregular. El caso de los polos turísticos
de nuestro país y especialmente para este estudio Cancún y Los Cabos, la tierra
de origen ejidal fue fundamental para su crecimiento.
Las ciudades que emergieron de los Polos Turísticos en México, se da a partir de
los efectos de esta actividad detonadora y en el caso de los Centros Integralmente
Planeados (CIPs) del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR), se ha
expresado en un crecimiento acelerado (Caso Cancún y Los Cabos) que rebasó la
capacidad de respuesta de las autoridades de los tres niveles de gobierno, dando
como resultado la informalidad y precariedad urbana.
46
2. Expansión urbana en polos turísticos en México
Para entender el crecimiento explosivo de las ciudades turísticas costeras del país
como es el caso de Cabo San Lucas, Baja California Sur es indispensable
analizar la teoría de los polos de desarrollo, así como las consecuencias que tiene
en la constitución del entramado urbano, pues es a partir de un programa federal
en instituciones públicas del ramo turístico donde se impulsan los llamados CIPs
específicamente por FONATUR y que tiene como objetivo desde el punto de vista
gubernamental ser una estrategia de desarrollo turístico que sin embargo a
generado tanto efectos positivos como negativos, que más adelante revisaremos.
Esta estrategia de desarrollo regional a partir de los CIPs se acomoda
perfectamente a la teoría de los Polos de Desarrollo, aun cuando su propuesta
original era para centros industriales; aunque lo importante y como afirma la teoría
se da a partir de una actividad económica que originarán fuerzas centrífugas y
centrípetas que dinamizará la economía resultando un efecto multiplicador donde
surgirán economías de escala que serán beneficiadas por el dinamismo de la
actividad económica central, que para este caso es el turismo.
La teoría de los Polos de Desarrollo fue presentada inicialmente por François
Perroux, el principal exponente de esta teoría nos dice que el espacio económico,
es un campo de fuerzas, compuesta por polos que están en continuo movimiento
del centro hacia afuera y de afuera hacia el centro. Es en ese sentido que Perroux
argumenta que las empresas dominantes debido a su eficiencia, son capaces de
hacer uso eficaz de las innovaciones, lo que se traduce en un aumento en la
producción (Peña Sánchez, 2006:49)
47
Esta teoría se centra fundamentalmente en el lado de la demanda. Parte de la
existencia de una unidad de producción - conocida como polo de desarrollo – que
impulsa exógenamente a un efecto multiplicador. Esta unidad de producción, en
este contexto geoeconómico produce una serie de efectos de atracción (y/o
polarización) y de desarrollo alrededor del lugar donde está establecido: a)
atracción de un número elevado de trabajadores por una mayor remuneración; b)
la instalación de empresas intermedias que abastezcan a la unidad de producción
principal; c) altas tasas de inversión que traen como consecuencia un acelerado
crecimiento y redistribución de los beneficios; d) ventajas de localización como
producto de la creación o existencia de infraestructura o mano de obra capacitada
o especializada; y e) mejores niveles de conocimiento de técnicas tanto en el
ámbito empresarial como de gestión generado por efectos del aprendizaje o el
perfeccionamiento de lo que ya se realiza (ibíd.:49-50)
El desempeño de las empresas dominantes se expandiría, generando un efecto
multiplicador en la sociedad. Así desde el punto de vista de esta concepción, se
debe dar cierto grado de polarización para que las grandes masas se beneficien.
Asimismo esta teoría manifiesta que no en todas partes se presenta el crecimiento
económico, sino que se manifiesta en “polos” de crecimiento que varía en su
intensidad, propagándose por diferentes vías en la economía. De acuerdo con lo
anterior, un polo de crecimiento de desarrollo se concreta a partir de ciertas
actividades propulsoras o detonadoras que impacta en torno a una periferia y que
es capaz de inducir al crecimiento (Tello, 2010:55-56). Así, para esta concepción
teórica los polos de crecimiento y desarrollo se ajusta a espacios
48
sociodemográficos deprimidos que necesitan el impulso inicial de una actividad
detonadora que surtirá efectos multiplicadores elevando el nivel de empleo y de
vida de la población beneficiada.
Aunque el polo de crecimiento fue definido desde el elemento de la actividad
industrial como una serie de industrias ligadas, interrelacionadas de manera
constante y que están alrededor de una industria líder que es capaz de generar un
crecimiento sostenido de la economía, en la cual se producen así una serie de
beneficios generados por la industria impulsora que impacta de manera positiva a
las industrias que la abastecen (Toral Arto, 2001:47).
La teoría de los polos de crecimiento da importancia a los procesos de localización
y de acumulación. Esta se originó en la década de los cincuenta en base a la
teoría del desarrollo polarizado. El eje principal de esta teoría se basa en que los
mecanismos de acumulación de capital producen un desarrollo desigual dentro del
territorio, por lo que esto propicia desigualdad de desarrollo en los países donde
se implanta, pues genera que unas cuantas ciudades sean receptoras de los
beneficios (Lozano Cortés y Ramírez Loria, 2007:44).
Para muchos países, el turismo es considerado como un instrumento para la
edificación de nuevos espacios de crecimiento y desarrollo regional y territorial. En
este sentido, las áreas de destino son localidades dinámicas expuestas a la
evolución del desarrollo del turismo. De manera obvia la evolución del espacio
depende de los cambios en las preferencias y necesidades de los viajeros o la
manera como se adapten a los cambios en los comportamientos de los sujetos
turísticos, además del deterioro físico e infraestructuras y el cambio producido en
49
las atracciones que tenía o tienen los lugares, ya sea en la naturaleza o en sus
construcciones culturales.
De esta manera la dinámica y desarrollo de una localidad turística está
estrechamente condicionada por los elementos territoriales, económicos y sociales
que lo identifican, la situación económica de la región donde se ubica y situación
económica nacional e internacional que afectan a la demanda y la oferta. El
comportamiento de la demanda está influido por los cambios políticos y
económicos a nivel mundial, así como por la oferta y las campañas de promoción
tanto a nivel local como foráneo. Cada localidad de destino turístico tiene una
estructura territorial, una imagen, una oferta de consumo, una estructura
poblacional, un mercado de trabajo, una estructura empresarial y una gestión
pública gubernamental y que lo singulariza del resto de los destinos turísticos que
compiten en el mercado turístico (Berseny, 2006: 110-112).
En el caso de la expansión del turismo masivo en el litoral se origina una
homogeneización en cuanto a las formas de creación de la oferta basada en el
turismo de sol y playa con fuerte concentración espacial sobre la costa. Para el
turismo de sol y playa, dedicado a las masas se aplicó en modelo de producción
fordista que se refleja en el crecimiento de cuartos de hotel, de la oferta de
alojamiento y por lo tanto un aumento de los flujos turísticos en los centros de
recepción. De la misma forma al masificarse, se reducen los costos y tiempos de
traslado permitiendo el acceso de nuevos espacios a los mercados turísticos
localizados a mayor distancia de los principales centros emisores y unidos en
50
menor tiempo con rutas aéreas y terrestres que trasladan a un mayor número de
usuarios.
La incorporación de destinos turísticos alejados, en las periferias, se empezó a
impulsar a partir de la década de los años sesenta, aprovechando sus ventajas
comparativas como exotismo, calidad ambiental, tarifas reducidas, contacto con la
naturaleza, etc. y que basan su competitividad en la diversificación del producto
turístico (Berseny, 2006:107). En un destino bien planificado y controlado se
apreciarán efectos positivos del turismo y que eso ayude a conservar el medio
ambiente o impactar lo menos posible el entorno. Para ello hay que impulsar la
conservación de áreas naturales o zonas de recreación al aire libre a través de la
concreción de reservas naturales para evitar el daño ecológico. En este sentido los
programas de conservación representan un estímulo para limpiar el medio
ambiente a través del manejar de manera adecuada el aire, agua, contaminación
acústica, manejo de residuos y evitar la contaminación visual (Ibíd.).
Una de las estrategias empleadas por el gobierno mexicano para desarrollar
zonas de poco desarrollo o deprimidas es el impulso de la actividad turística como
actividad detonadora y que se circunscribe al modelo anterior descrito. El impulso
a la actividad turística como política de Estado, en el caso mexicano, ha sido por
parte de la Secretaria de Turismo que fue a partir de diciembre 27 de 1974 fecha
que se publicó el decreto correspondiente, elevó a rango de Secretaría de Estado
al anterior Departamento de Turismo, otorgándole una estructura para atender
nuevas atribuciones, así como mayor presupuesto, para encaminarlos a la
planeación y desarrollo de la actividad turística. Para 1980 se decretó la Ley
51
Federal de Turismo que tenía como objetivo promover tanto el turismo doméstico
como el internacional; así como el fomento y desarrollo de la oferta turística, la
conservación, mejoramiento de los recursos turísticos y en general, la planeación
y programación de la actividad turística.
Aunque con antecedentes de 1956 del Fondo de Garantía y Fomento al Turismo
en el sexenio de Adolfo Ruiz Cortines; del Fondo de Promoción e Infraestructura
Turística en 1969 en el ocaso del sexenio de Gustavo Díaz Ordaz, el FONATUR
fue creado en enero de 1974 en el gobierno de Luis Echeverría Álvarez y de
acuerdo con la página oficial del FONATUR, su misión es “ser la Institución
responsable de la planeación y desarrollo de proyectos turísticos sustentables de
impacto nacional, el órgano de fomento a la inversión a la capacitación del sector,
así como la entidad nacionalizada que aporte su experiencia a regiones, estados y
municipios, y a la pequeña y mediana empresa”. A través de su operación,
FONATUR, ha impulsado la creación de polos turísticos llamados por la institución
como Centros Integralmente Planeados (CIPs) como Cancún, Ixtapa, Los Cabos,
Loreto, Huatulco y los más recientes Nayarit-Litibú y Sinaloa-Teacapán. Esto se
ilustra en la tabla1.
Tabla 1: Centros Integralmente Planeados impulsados por FONATUR
No. CIP ESTADO AÑO DE INICIO
1 Cancún Quintana Roo 1974
2 Ixtapa Guerrero 1974
3 Los Cabos Baja California Sur 1976
4 Loreto Baja california Sur Años ochenta
5 Huatulco Oaxaca 1985
6 Nayarit Nayarit En la actualidad
7 Sinaloa-Teacapán Sinaloa En la actualidad Fuente: Elaboración propia con base a información de FONATUR
52
En los años sesenta, múltiples estudios y diagnósticos de la situación real de la
actividad turística mundial y nacional, revelaron la importancia económica del
turismo como generador de divisas, de sus supuestos efectos multiplicadores en la
generación de empleos y de su efecto en el desarrollo económico de las regiones.
Como se mencionó, en esa época se tenía una Dirección de Turismo, se carecía
de una política turística de largo plazo y no había una política de Estado para
otorgar financiamiento a proyectos turísticos que redundaran en el crecimiento del
sector. De ahí que una de las prioridades del gobierno mexicano fue fortalecer los
destinos tradicionales existentes como Acapulco, Mazatlán, Puerto Vallarta,
Zihuatanejo y Cozumel; además, se optó por diversificar la oferta turística y
explorar otras alternativas: los CIP. (Calderón Maya, 2009:24). En consecuencia,
en México, la actividad turística en las zonas costeras se convirtió en un elemento
muy importante; en muchas regiones del país y para la economía en general, el
turismo de playa ha sido uno de los más importantes en cuanto a la generación de
ingresos económicos. A la par de estos beneficios económicos, también se tienen
efectos perniciosos desde el punto de vista urbano, social y ambiental, que
vulneran el equilibrio ecológico de zonas costeras, los lugares y ciudades que
posibilitan la actividad (Enríquez, 2008)
En la lógica urbana de los centros turísticos costeros y dentro del entorno
socioeconómico expansionista en el que emergieron, la mayor parte de los
conjuntos habitacionales se crearon en un trazado monótono, impersonal y que se
tradujo en uniformidad, a veces en fuerte contraste con los edificios de la
población locales, que daban a conocer historia e identidad. En muchos casos, sin
53
embargo, estos centros turísticos iniciaron sin los equipamientos y servicios
básicos mínimos, tuvieron que apoyarse de la infraestructura limitada de la ciudad
o pueblos cercanos, así como de su estructura político administrativa,
dependiendo de ese centro funcional. Del mismo modo, grandes extensiones de
los municipios dedicados al turismo residencial, nacieron y se consolidaron
siguiendo estas mismas pautas de crecimiento de la periferia de ciudad,
caracterizadas igualmente por su infra dotación de servicios, una vez asegurado el
sol y la playa como principal polo de atracción turística y recurso a explotar. La
euforia inicial y la afluencia constante de la demanda a los espacios turísticos, hizo
que se olvidara la peculiaridad de estas áreas residenciales y la necesidad de
recibir un tratamiento específico, que no ha sido tomado en cuenta hasta la
recesión de finales de los años ochenta, en que se puso claramente de manifiesto
la calidad de la oferta. Parece evidente que la implantación turística, residencial o
no, debe responder a una concepción de producto global, que incluya alojamiento
y equipamiento complementario, pero también un entorno cuidado, un servicio y
una organización destinada a satisfacer las demandas recreativas de la sociedad,
y no a repetir las estructuras, formas y usos de la ciudad.
Hubiera sido importante, en ese sentido, planear un desarrollo incluyente del
entramado urbano en los asentamientos del turismo vacacional o residencial, que
fuera garantía en el futuro y pudiera sobrevivir, ante un resultado producto de una
precarización constante, donde los temas de falta de infraestructura y de
inseguridad llegaran a ser el paisaje constante. Hubiera sido preciso, entonces,
además de asegurar el paisaje natural de la playa, lograr una estructura e
54
infraestructura que garantizara asentamientos con mejora en sus instalaciones de
alojamiento, equipamiento y cuidado del entorno medioambiental como premisas
fundamentales, combinando una mejor atención al visitante, con una mejor calidad
de vida para quien habitara la ciudad turística como soporte fundamental de su
actividad económica: sus trabajadores. Todo ello hubiera contribuido a mejorar el
trato y satisfacción del cliente (Navalón, 1999:411)
El cuidado del medio ambiente era un elemento fundamental, al que se tendrían
que orientar las actividades generadas por la demanda turística, por ejemplo, para
hacer de la contemplación y estudio de la naturaleza, que involucre a otros actores
y el turismo como actividad económica no se base solo en las actividades de sol y
playa, que por lo regular han sido de gran impacto para el medio ambiente (Ibid.)
En las ciudades costeras donde la base de su economía es el turismo, los efectos
más notables de esta actividad son los cambios de uso de suelo y el crecimiento
demográfico. Los elementos naturales como manglares, humedales, dunas y
playas son elementos sustituidos por hoteles, marinas, conjuntos habitacionales
de lujo, campos de golf, malls y locales comerciales que le dan servicio al turista
sobre todo. Estos enclaves turísticos asemejan a burbujas turísticas
estandarizadas producidas hasta la saciedad en diversos países, creando islas de
riqueza dramáticamente diferenciadas y apartada del paisaje urbano que lo rodea.
En estos espacios turísticos se consolida un régimen no democrático, vertical y
autoritario, aunque estos espacios de control social a veces no es total ya que
algunos sectores de la ciudad donde no está el mercado turístico de oropel y
glamour, está dispuesta a capturar a algunos visitantes que se dan cuenta, de la
55
distopía urbana (Judd, 2003:52-53), de la realidad que desdice el mundo perfecto
de los lujos y comodidades de la parte opulenta del enclave turístico y que pone
en entredicho el paraíso que se vende en las revistas y promocionales en aras del
mercado de las ilusiones. Se le da una artificialidad y una homogeneidad al
contexto geográfico, con el resultado de generar paisajes “atractivos” para el
turista, mayormente estadounidense: campos de golf, arquitectura “mediterránea,”
copiada o importada de California, restaurantes y bares americanos, boutiques
internacionales, hoteles “todo pagado”, etc.
Al lado de estas zonas exclusivas, “de ensueño”, se da un fuerte crecimiento
poblacional. La actividad turística resulta ser una fuente de atracción de rápido
crecimiento demográfico y urbano, sea de algunos centros turísticos deprimidos o
de pueblos, ciudades y entidades aledañas y distantes, que sufren graves
carencias de empleo, impactando en el crecimiento de la mancha urbana del polo
turístico. En consecuencia, el turismo dramatiza la dualización social y espacial: la
existencia de los centros turísticos costeros con zonas turísticas dinámicas, con
gran infraestructura y por otro lado un sector de la ciudad sin planeación con
grandes carencias de infraestructura y equipamiento urbano, fuente de mano de
obra para la “ciudad de primer nivel”. La gran masa de trabajadores atraída por
los empleos que ofrece esta actividad detonadora agudiza los problemas del
acceso a la vivienda y la introducción de servicios públicos. Se acentúa la
precariedad social a partir de un crecimiento explosivo y una falta de respuesta
oportuna de las autoridades de los diferentes niveles de gobierno. De tal suerte,
56
los enclaves turísticos costeros se alejan de cualquier planeación deseada y
hacen de la segregación y la fragmentación su mayor divisa (Ibíd.).
El turismo, entonces, tiene un costo social y urbano sumamente importante: se da
un crecimiento explosivo de la ciudad y una creciente precarización de las formas
de vida de los inmigrantes – nuevos residentes - que llegan en búsqueda de
oportunidades de trabajo. Muy pronto se presenta la posesión ilegal de terrenos
debido a la escasez de la tierra y su encarecimiento, además del aumento de la
inseguridad. Por su parte, las administraciones municipales carecen de los
recursos necesarios para dotar a la ciudad de infraestructura y equipamiento
urbano; se muestran igualmente incapaces para conducir de manera racional el
crecimiento de la ciudad. Así que las zonas de diversión de la parte dinámica de la
ciudad no están al alcance de la mayoría, solo como trabajador o prestador de
servicios (Ibíd.).
En paralelo, las “ciudades neoliberales” se caracterizan por contar con fuerte
vigilancia en las zonas ricas, que se manifiesta como forma de segregación, y
vigila y castiga el que trasgreda los elementos que fomentan esa desigualdad
(Harvey, 1992). Los enclaves turísticos facilitan el control por parte de las élites del
espacio urbano, modificando el consumo y reemplazando y suprimiendo la cultura
local con importados de los países metrópoli. Los espacios turísticos son
planeados con sumo cuidado, con el fin de conferir exclusividad, muy lejos de la
cotidianidad callejera, donde las carencias es la cotidianidad del ciudadano en su
lucha constante por la supervivencia (Judd, 2003:52)
57
En el caso de los destinos turísticos costeros de México podemos ubicar dos tipos,
el primero que tienen que ver con los destinos tradicionales de playa, que
originalmente eran puertos de actividades pesqueras e industriales y que están en
declive como Acapulco, Mazatlán y Veracruz (con excepción de Puerto Vallarta,
antiguo pueblo de pescadores) y los CIP impulsados por FONATUR como Cancún
y Los Cabos (municipio donde se localiza Cabo San Lucas, el caso estudiado).
En el caso del CIP de Cancún el constante flujo migratorio a Quintana Roo
producto de la apertura y desarrollo de este polo turístico impulsado por el estado
mexicano ha sido objeto de estudio de diferentes especialistas. Estos estudiosos
han detectado un crecimiento desigual en los nuevos espacios planificados, con
grandes consecuencias debido al crecimiento demográfico explosivo, tanto de
turistas como de los nuevos asentamientos poblaciones para habitar a los
trabajadores y los efectos de la transculturación propia de la influencia de patrones
culturales en un destino cosmopolita que invade y anula las costumbres locales.
El desarrollo turístico de Cancún y sus zonas adyacentes como Cozumel e Islas
Mujeres, que como CIP impulsado por FONATUR empezó operaciones en 1974.
Este polo turístico tuvo un crecimiento acelerado. Se tiene registrado que en
1992, ya se había pasado de apenas 100 habitaciones hoteleras a una cantidad
bastante mayor de aproximadamente 21.000 habitaciones. Este crecimiento de la
infraestructura y puestos de trabajo turísticos generó el incremento de la población
local desde cero a 300 mil habitantes, lo cual se puede afirmar que esta situación
representó un foco de atracción para empleos mejor remunerados y más seguros,
y por consecuencia la búsqueda de un mejor medio de vida (Ascanio, 2005:8). La
58
mayor fuente de inmigración fue de comunidades de estados aledaños y de
centros turísticos de playa tradicionales en franco declive.
Cancún desde el punto de vista gubernamental fue un Centro Integralmente
Planificado, sin embargo en los hechos no se puede observar una la planificación
adecuada de las áreas residenciales, sobre todo para toda una población de
trabajadores que de manera masiva irrumpió en ese espacio geográfico, por la
razón ya antes comentada, a la expectativa de posibles empleos bien
remunerados y seguros, además del incremento sustancial en breve tiempo del
turismo (Ibid.:9).
La actividad turística que había sido concebida como política de Estado desde el
gobierno de Miguel Alemán, empezaba con el gobierno de Luis Echeverría el
construir instrumentos e instituciones capaces de impulsar y crear centros
turísticos en zonas deshabitadas o deprimidas en busca de desarrollo.
El centro turístico de Cancún fue bien planeado, incluyendo sus espacios lúdicos,
que serían ofertados a los turistas, fue muy bien diseñado de acuerdo a los
visitantes temporales con estimaciones conservadoras; de la misma manera la
ciudad como centro residencial de los empleados, de mandos medios de los
hoteles y la burocracia. Su proyección fue para una población limitada y con la
misma calidad de los servicios, limitada. Las grades consecuencias vinieron
después, la realidad de la problemática fue el gran crecimiento demográfico
originada por la búsqueda de empleos, población que se alojaría en la Colonia
Puerto Juárez, constituida como una localidad dormitorio de 10 kilómetros de largo
por un kilómetro promedio de ancho. Este asentamiento fue diseñado de forma
59
tradicional, con escasas áreas verdes y grandes carencias de servicios de agua,
drenaje, pavimento, etc. La explosión demográfica de Cancún fue muy elevada, no
sólo en la misma zona hotelera, sino en los espacios residenciales para la clase
media trabajadora; y de la misma, en los espacios previstos para la clase
proletaria. Para el año de 1992 ya existían en Cancún más de 20 mil
habitaciones de hotel, la mayoría de lujo, con lo que podemos suponer la
necesidad de unos 20 mil trabajadores, sin tomar en cuenta los trabajos indirectos
que esta actividad central genera; este crecimiento en la actividad hotelera que se
estimaba del 30% anual suponía un crecimiento exponencial de la llegada para
1995 de 5 millones de visitantes, lo cual proyectaba un crecimiento de la oferta
hotelera de 30 mil nuevas habitaciones, lo que traería como consecuencia un
crecimiento demográfico explosivo, rebasando los espacios planificados,
perdiéndose la inicial sustentabilidad agrediendo las áreas frágiles contemplada en
su planeación inicial. A partir de este crecimiento desmedido era previsible que las
poblaciones satélites como la Colonia de Puerto Juárez y el ejido Alfredo Bonfil, se
vieran en un crecimiento desmedido, hasta invadir los espacios cercanos al
Aeropuerto Internacional de Cancún. Sin embargo, todos esos factores no fueron
tomados en cuenta dando como resultado la expresión de la precarización ante la
presión de la tierra y su encarecimiento para la población que día con día llegaba
al destino, siendo rebasada por esta realidad los gobiernos de los tres niveles.
(Ascanio, 2005:80-81).
Así el surgimiento, crecimiento y desarrollo del primer Centro Integralmente
Planeado (CIP) de FONATUR generó problemas por su crecimiento rápido, que
60
dio como resultado la anarquía urbana de la periferia de los asentamientos de la
masa trabajadora, asentamientos irregulares, la depredación ambiental y la
precarización.
Tabla 2. ZM Cancún (Islas Mujeres y Benito Juárez), Población y tasas de crecimiento
Ciudad Población (año) Tasas (año)
Cancún
1990 1995 2000 2005 1990 1995
1995 2000
2000 2005
187,431
320,446
431,128
586,288 10.0 7.2 5.6
Fuente: elaboración propia con datos del INEGI
De esta manera las tasas de crecimiento poblacional presentadas a partir del
periodo de 1990 a 1995 del 10% se tradujeron en una dualización urbana, de un
sector inserto a la dinámica económica, la de las zonas residenciales de lujo, y por
otro lado de zonas precarias deprimidas caracterizadas por el rezago urbano, la
informalidad y la precarización en su vivienda. Por un lado, la zona hotelera con
sus grandes y lujosos complejos turísticos y residenciales de alta plusvalía; por el
otro lado el surgimiento de la suburbanización carente de los mínimos elementos
de infraestructura para tener niveles de bienestar que desarrolle a plenitud a la
clase trabajadora presentando características de inseguridad, pobreza y
desempleo (Calderón Maya, 2009:27). El modelo impuesto en Cancún y otros
centros, como Los Cabos, plantea la problemática de la planeación en el área
destinada para la actividad detonadora y servicios conexos; sin embargo, no toma
en cuenta las áreas para una población inmigrante ávida de trabajo y que trata de
61
ocupar un lugar para vivir a como dé lugar, careciendo de condiciones de
salubridad, legalidad y seguridad.
Debido a este crecimiento explosivo, en la ciudad de Cancún se incrementaron los
asentamientos irregulares en la zona norponiente de la ciudad. Los habitantes de
estos asentamientos presionan por servicios público básicos, lo que rebasa la
capacidad financiera del municipio (Calderón Maya, 2009:28). Estos
asentamientos siguen presentándose sobre todo porque dicha población es
víctima del clientelismo político y de líderes que sin escrúpulos arriesgan la vida al
ubicarlos en zonas de riesgo.
Todo crecimiento urbano y desordenado por lógica tiene sus consecuencias y en
este sentido en Cancún se pueden apreciar en el gran flujo vehicular en la zona
hotelera que trastorna la vida de los visitantes citadinos y de residentes locales,
deterioro ambiental; y la falta de infraestructura y dotación de servicios públicos
pertinentes impide que la ciudad tenga una movilidad optima, fluidez en el
entramado urbano de quienes circulan por él, lo que evidencia un modelo urbano
en crisis y agotado que debe ser sometido a modificaciones para que no pierda
cierto grado de funcionalidad (Calderón Maya, 2009:29). El problema de lo
anteriormente planteado ofrece el elemento que puede derivar en un destino
turístico que corre el serio riesgo de ser desplazado por destinos que ofrezcan
tranquilidad para trasladarse de un lugar a otro en busca de entretenimiento y
distracción.
Otra expresión del desarrollo de Cancún, su gran expansión, se observa en el
corredor turístico no sólo en el incremento de los cuartos de hotel, sino también
62
en la formación de pueblos que van que van creciendo y se transforman en
pequeñas ciudades, localidades que surgieron al otro lado de la carretera, zona de
residencia de los trabajadores de estos desarrollos hoteleros y otros habitantes
que desempeñan actividades de tipo comercial y de diferentes oficios que se han
integrado a las comunidades. Como la mayoría de las ciudades mexicanas y más
las de ciudades con actividades económicas dinámicas como el turismo, la llegada
masiva de gente genera una dinámica de especulación, fenómeno que poco
pueden controlar las autoridades locales, lo que impide una planeación para
armonizar el boom económico con las necesidades futuras de la ciudad (Dachary,
2004:49-51). Esta forma de apropiación del suelo no es novedosa en el caso de
México, ni en Latinoamérica; la especulación del suelo urbano y los mecanismos
insuficientes de los gobiernos de los tres niveles de gobierno impiden un
crecimiento armónico donde todos puedan acceder a un pedazo de tierra de
manera legal para que se puedan asentar. Esta falta de instrumentos estimula el
surgimiento de líderes y autoridades que trafican con la necesidad de la gente
exponiéndolos en zonas de alto riesgo peligrando ante las fuerzas de la
naturaleza.
En el caso Cancún, desde el punto de vista de planificación y el ordenamiento
territorial, la llamada sustentabilidad que como eje rector pretendía FONATUR, fue
sólo en el papel, buenas intenciones, como justificación institucional. En la práctica
no ha habido coordinación y colaboración entre los tres órdenes de gobierno, que
defina las competencias y que asegure una planificación a largo plazo tan sólo
para definir competencias y se le dio primacía al crecimiento acelerado de la
63
actividad turística, privilegiando sólo lo económico y dejando del lado el desarrollo
social de la región. Esto se ha traducido en la concentración de los beneficios de
la actividad en unas cuantas manos, prevaleciendo los intereses personales o de
grupos, frente de los intereses sociales (Rubio Maldonado, 2010:180).
Podemos afirmar que la democratización del desarrollo es aun una utopía y su
ausencia genera polarización, además de significar el elemento que pueda hacer
que cualquier destino turístico sea inviable: se puede entrar en un continuo
deterioro ambiental y, paralelamente, de las relaciones dentro del tejido social en
el presente y futuro.
En resumen: el deterioro urbano en centros de desarrollo turísticos se puede
observar a partir del continuo desplazamiento de la gente de las localidades
aledañas a los polos turísticos que no han sido bien planificados, en la parte que
le corresponde las zonas receptoras. En los llamados Centros turísticos
Integralmente Planificados (CIP), su expresión ha sido marcadamente dual: una
mayoría de turistas extranjeros, de gran capacidad adquisitiva, disfrutando a su
máximo del destino y sus actividades lúdicas, pero rodeados de suburbios
marginales, que carecen de los servicios públicos básicos. Contrario a lo que pasa
en la realidad, lo importante es la planificación de estos espacios lúdicos y la
participación activa de todos los actores involucrados y sea el turismo una
actividad que propicie la elevación de la calidad de vida especialmente de la
población local, los anfitriones. El apostar por un turismo incluyente redundará en
la viabilidad del destino en el largo plazo y su mayor aprovechamiento (Ascanio,
2005:83).
64
En el caso del destino turístico de Los Cabos, para 1974 se decreta la creación del
Puerto de Cabo San Lucas, con todo el apoyo federal de FONATUR.
Conjuntamente con la infraestructura urbana con que se estaba dotando a San
José del Cabo, se tenía como propósito consolidar lo que se llamaría el destino
turístico internacional de Los Cabos (Balarezo, 1990:32). En el caso del Centro
Integralmente Planeado de Los Cabos, este empezó a operar en 1976, y se
convirtió en el tercer CIP creado por FONATUR. Se trata de un desarrollo turístico
que abarcaba los poblados – ahora ciudades - de San José del Cabo y Cabo San
Lucas, conectados entre sí a través de un corredor de 33 km. de longitud, ubicada
en el extremo sur de la península de Baja California, muy accesible a la costa
oeste de Estados Unidos y Canadá (FONATUR, 2012).
Las inversiones turísticas fluyeron a Baja California Sur; en el año de 1977 se
inaugura el aeropuerto internacional de San José del Cabo, lo que convertía a este
estado como el único en el país con tres aeropuertos internacionales (La Paz, San
José del Cabo y Loreto-Nopoló), lo que indicaba que el turismo era la actividad
que modelaría el desarrollo del estado, aprovechando sus recursos naturales.
Además, se continuaron las obras de infraestructura urbana de las dos ciudades
turísticas del municipio, San José del Cabo y Cabo San Lucas; así como la
construcción de hoteles e infraestructura turística en un corredor que uniría a estos
dos centros poblados y la vigencia de una ruta marítima entre Cabo San Lucas y
Puerto Vallarta, Jalisco (Balarezo, 1990:32).
El acelerado crecimiento del sector turismo en Los Cabos, ha significado una gran
fuente de empleos y derrama económica, pero en otro sentido ha significado,
65
sobre todo, el crecimiento de Cabo San Lucas, y la incapacidad de los gobiernos
estatal y municipal para resolver los problemas y necesidades de una población en
constante crecimiento. Este crecimiento acelerado se dio al pasar la región y
localidad de una economía de autoconsumo, a una orientada al sector terciario,
lo que impactó en una concentración geográfica y sectorial de la inversión,
provocando “externalidades negativas” como la baja calidad de vida en la
población, la presión social para la tierra habitacional y la consecuente
especulación del bien (Ángeles y Gámez, 2004). En ese escenario, descrito en el
2004, es preciso subrayar que muchos asentamientos se establecerían en zonas
de riesgo por la complicidad entre autoridades y líderes de colonos.
El crecimiento de la actividad turística en Baja California Sur y específicamente en
Los Cabos ha tenido como consecuencia una detonación del fenómeno migratorio
considerado sin precedentes en la parte sur de la península de Baja California.
Este desarrollo turístico afectó en gran medida regiones como Mulegé y Comondú
ubicadas al norte del estado que se convirtieron en municipios expulsores de
población. La población del municipio de Los Cabos, donde se concentró el
crecimiento turístico sudcaliforniano, creció de 10 mil habitantes en 1970 a casi
170 mil en 2005, que representó el 40% de los habitantes en el estado. De ser un
conjunto de pequeñas localidades dedicadas a las actividades primarias, el
municipio y concretamente el corredor turístico San José-Cabo San Lucas, pasó a
contar con más de 14 mil habitaciones de hotel, campos de golf exclusivos y ser
visitado por más de un millón de turistas al año. Esto significa una gran detonación
de la actividad turística convirtiéndose este destino turístico uno de los más
66
importantes junto con Cancún. Este dinamismo del sector turismo modeló el
comportamiento demográfico del estado y en especial del municipio de Los Cabos
por lo que se convirtió en una entidad esencialmente receptora de migrantes. De
acuerdo con datos del INEGI, en el 2005 se trasladaron al estado 41 313
personas, cantidad que representa el 1.7% del total de migrantes internos ese año
México. Los estados que más aportaron en la inmigración en Sudcalifornia fueron:
Sonora, con 21 de cada 100, Guerrero con 15, Veracruz con 8, Baja California con
siete y el Distrito Federal con 6 de cada 100 (Gámez et al, 2010:225-226).
Uno de los elementos que más ha aportado al crecimiento urbano de las ciudades
de Los cabos, específicamente Cabo San Lucas ha sido la aportación de la
propiedad ejidal, esto, antes y después de las reformas al artículo 27
constitucional de 1992 en el gobierno salinista, de ahí que es muy importante
analizar la manera como se ha presentado el fenómeno en el país.
Tabla 3. Ciudades de Baja california Sur
CIUDAD POBLACION TASA DE CRECIMIENTO
1990 1995 2000
2005
1990 1995
1995 2000
2000 2005
1. La Paz 137,641 154,314 162,954 189,176 2.04 1.28 1.72 2. Cabo San Lucas 16,059 31,377 48, 143 87,876 12.6 10.5 11.2 3. Cd. Constitución 34,692 35,447 35,589 37,221 0.4 0.1 0.8 4. San José del Cabo 16,571 26,011 38,080 59, 325 8.3 9.3 8.1
FUENTE: Elaboración propia con datos de CONAPO. Sistema Urbano Nacional: Población y tasas de crecimiento, 1990-2000.
67
III. RENTA Y FORMAS DE PROPIEDAD DE LA TIERRA EN MÉXICO
La tierra y su disponibilidad son los aspectos más importantes en la construcción
espacial de las ciudades. El suelo en la conformación de la ciudad entra en un
dinámica de presión y especulación, donde su precio se determina por un proceso
de oferta y demanda, pero también de su localización. Así, las formas de la
propiedad de la tierra son elementos primordiales en la conformación de las
ciudades en México y que fueron afectadas y modificadas a partir de reformas
constitucionales concretadas a inicio de los años noventa en nuestro país en el
marco de una concepción neoliberal del suelo de propiedad social.
1. El problema de la renta de la tierra
Adam Smith y David Ricardo, los dos más importantes economistas clásicos (así
bautizados por Marx), vieron el “problema económico” desde ópticas diferentes. El
primero se ocupó fundamentalmente de la forma de lograr el crecimiento
económico en una sociedad liberada de la intervención gubernamental que
caracterizó al mercantilismo, sistema ya moribundo en su época. Al darle libre
juego a las fuerzas de mercado en un sistema concebido como si se conformara
de una multiplicidad de pequeños vendedores, enfrentados entre sí por la
competencia, derivaría a través de la oferta y la demanda en el bienestar general,
a partir de las actuaciones egoístas del carnicero, el panadero y el cervecero. En
tal sentido, Smith se interesó en la forma en que, partiendo de una cosmovisión
newtoniana, el sistema económico podría lograr un equilibrio dinámico, cuya
fuerza motriz – la competencia derivada del egoísmo – se manifestaría en la
68
generación de un mayor caudal productivo por medio de la
especialización(Deane, 1976).
En las primeras líneas del Prefacio original de los Principios, Ricardo (1973:3)
afirma que:
La producción de la tierra – todo lo que se deriva de su superficie por la aplicación conjunta de trabajo, maquinaria y capital, se divide entre tres clases de la comunidad, a saber, el propietario de la tierra, el dueño del acervo o capital necesario para su cultivo, y los trabajadores, mediante cuya industria se le cultiva.… En diferentes etapas de la sociedad, las proporciones en que el producto entero de la tierra se le asigna a cada una de estas clases, bajo los nombres de renta, ganancia y salarios, serán esencialmente diferentes….La determinación de las reglas que regulan esta distribución es el principal problema de la Economía Política…
Luego de dedicar un primer capítulo (Ricardo, 1817/1973:5) a la explicación del
valor de las mercancías, que “se determina por la cantidad de trabajo necesaria
para su producción,” y no por “la mayor o menor compensación que se le paga a
ese trabajo” (como pensaba Smith), Ricardo (cap. 2) pasa a considerar la renta, la
que define como “aquella porción del producto de la tierra que se paga al
terrateniente por el uso de los originales e indestructibles poderes del suelo”
(Ricardo, 1817/1973:33, énfasis nuestro). Esta definición se adelanta con el
propósito de distinguir entre “suelos de igual extensión y la misma fertilidad
natural,” y aquellos que han sido “mejorados” mediante drenaje, irrigación,
edificaciones adecuadas, etc. En ambos casos, el lenguaje común denomina renta
al pago que reciben los dueños de la tierra, pero – insiste Ricardo – solo en la
tierra “sin ventajas” se recibe una renta propiamente dicha, derivada de los
poderes originales de la tierra; en el segundo caso, sólo una porción de ese pago
69
es renta; el resto es una ganancia resultante de la inversión de capital en la mejora
del terreno. Ricardo, de hecho, aparece convencionalmente como el originador del
concepto del “producto marginal” de la economía neoclásica, hoy dominante, en
virtud de su explicación del origen de la renta intensiva y extensiva. En la corriente
ortodoxa, apunta Todaro (1978:38), la tierra se ve como uno de los “factores de la
producción,” y se le retribuye de acuerdo con su “utilidad marginal,” que “en
equilibrio,” es igual al producto marginal, es decir, a la producción de la última
unidad de tierra utilizada. Estos economistas dejan de lado el problema de la renta
de la tierra en sí, centrándose sólo en la escasez de la tierra. Desaparece la
función social de la tierra y se enfatiza la libertad del propietario de la tierra, de
emplearla como le plazca. Para Marx (Capital, Vol. III), la renta es la parte de la
plusvalía que el capital le extrae al trabajador, que se redistribuye al dueño de la
tierra; en la obra de Piero Sraffa (1960), la renta similarmente es una porción del
excedente económico.
Ya directamente con relación al tema de esta tesis, Guillermo Geisse y Francisco
Sabatini (1988) nos hablan de la problemática de la renta en la tierra urbana y de
cómo esto afecta a los sectores medios y populares. Asimismo defienden la idea
de la intervención activa del Estado en la regulación del mercado de la tierra, lo
cual ayudaría en la planeación urbana y sobre todo brindarían mayor acceso a los
sectores más desprotegidos.
Por su parte, Jorge Alonso (1980) analiza desde una perspectiva marxista con
técnicas de investigación antropológicas como el recorrido de área, la
investigación de archivos, la profundización cualitativa a través de estudios de
70
caso, para tratar de explicar el modo en el cual clases bajas tienen que apropiarse
de terrenos irregulares y como la introducción de servicios son gestionados por los
propios colonos tiene a aumentar el precio de la tierra con la consecuencia
posterior a la regularización de los mismos un pago de impuestos que afectarán a
los sectores necesitados.
Por su parte Pablo Trivelli (1992) en cuanto al mercado de tierra nos dice que:
Se presenta un conjunto de fenómenos teóricos y prácticos que llevan a que la libre competencia en el mercado del suelo diste mucho de una situación de competencia perfecta. Estos obstáculos surgen del incumplimiento de los supuestos de homogeneidad del bien, concurrencia, falta de transparencia y movilidad espacial de los recursos, además de los problemas que presentan las externalidades y la especulación de suelo urbano.
Es para Trivelli, la especulación del suelo genera una competencia imperfecta
donde los poseedores del bien obtienen jugosas ganancias y esto complica que la
mayoría de la población cuente con tierra para edificar su vivienda.
Joannes Jaeger (1999:3-4) afirma que en la teoría política económica se ubican
tres formas principales de la renta del suelo: la renta absoluta, la renta de
monopolio y la renta diferencial (intensiva y extensiva). Afirma que originalmente
estos conceptos fueron desarrollados por los economistas clásicos como Adam
Smith y David Ricardo; así como Carlos Marx cuya preocupación se centraban en
la renta del suelo agrícola. A partir de las concepciones clásicas y de Marx, en los
años 70 y 80 del siglo pasado se edificaron los conceptos teóricos de la renta
urbana.1 La renta urbana está visualizada como producto de la sociedad
1 Von Thuenen (1826) es también un referente obligado para la teoría de la renta urbana. Nótese que
aunque no tratamos directamente la determinación de la renta que surge de la ubicación (location rent) o
71
capitalista y representa el pago para un medio de producción que está limitado por
factores naturales o no producidos en forma capitalista pero que sí es efecto de la
sociedad capitalista. En el contexto urbano la renta diferencial y la renta de
monopolio juegan un rol clave. La primera es importante para el sector de la
construcción y para la estructura espacial de la economía, ya que dependiendo su
ubicación es el valor que adquiere la tierra.
Asimismo Jaeger afirma que la renta diferencial extensiva representa el
fundamento del precio del terreno en diferentes ubicaciones urbanas, esta puede
describirse rápida y esquemáticamente de la siguiente manera: esta renta es el
resultado de la ganancia extraordinaria (o diferencial) que pueden obtener los
diferentes sectores económicos o grupos de empresas por estar ubicados en
cierto lugar favorable por contar con servicios cercanos, vías de comunicación
adyacente, etc. En un contexto urbano la renta diferencial intensiva tiene que ver
con la maximización del espacio construyendo una edificación de mayor altura o
niveles, además de destruir una construcción baja para construir una de más
niveles o pisos.
Es la renta de monopolio según Jaeger, el mecanismo central para la
estructuración y conformación muy característica de las ciudades latinoamericanas
y por lo tanto mexicanas que manifiesta la segregación urbana. Por lo tanto según
su capacidad adquisitiva, los habitantes se distribuirán en el espacio en zonas
diferenciadas socialmente. Esta forma de segregación social se basa en que la
renta de la tierra no es un bien producido y por eso no tiene un precio de
del paisaje (amenities rent), que aparecen en la literatura de la economía urbana, estos casos pueden fácilmente derivarse de nuestra discusión.
72
producción, sino es el resultado de un proceso político, económico y social. De
esta manera la renta de la tierra en la zona más lujosa depende la cantidad de
dinero que pueda destinar el grupo de mayores ingresos para ocupar este terreno,
dependiendo esto no sólo del ingreso, sino también del patrón de consumo de
este grupo. De la misma forma, los grupos de menores ingresos destinan menos
para la tierra, por lo cual este elemento tiene una renta inferior.
Dentro de los múltiples factores que pueden influir en la configuración del precio
de la tierra se enumeran los siguientes (Decimavilla, 2008:11-13):
1- Factores de carácter productivo:
Tipo de aprovechamiento que de la tierra se hace y tipos de cultivos que
pueden generarse, o sea la los múltiples usos del suelo.
Localización geográfica, donde se puede ver el clima que existe, además
de las características de la geografía del suelo.
Calidad del suelo, para ver si se puede generar riqueza agrícola...
Mejoras existentes en la parcela, como elementos que ayuden en la
concreción de siembras de diversos productos.
Tamaño, características y accesibilidad de la parcela, ya que esto incide
para contar con conectividad con los núcleos urbanos y maquinaria que es
muy importante para el proceso productivo
Existencia de cultivos permanentes y vida útil de los mismos. Este elemento
ayuda en la consolidación del precio de la tierra, pues es el valor de la tierra
se asocia al tipo de producción que se da en ella.
73
2-.Factores subjetivos relacionados con la situación concreta o del comprador o
del vendedor:
Obtención de un tamaño más adecuado de la explotación del adquirente
con el objetivo de aprovechar las economías de escala al introducir
innovaciones tecnológicas.
Cercanía con otras parcelas del adquirente.
Necesidades de liquidez del vendedor ante condiciones económicas
adversas como malas cosechas o reducida rentabilidad.
Situación profesional de comprador o vendedor (agricultor o no).
Transacción por motivos de herencia, o bien por jubilación del titular, o bien
por abandono de actividad.
3- Factores de carácter institucional y especulativo, asociados a la política agraria,
industrial o de urbanismo instrumentada y a la propia coyuntura económica en el
momento de la compra-venta:
Posibilidad de obtener subsidios o cualquier otro tipo de ayuda económica
(esperanza de una renta mínima garantizada).
Previsión de construcción de obras generales de riego (externalidad
positiva originada obras públicas).
Posibilidad de cambios de uso suelo industrial o urbano con posibilidades
de plusvalía.
Utilizar la tierra como un bien que genera más estabilidad económica
contrario a inversiones con expectativas más inciertas.
74
En el caso de de las tierras privadas vacantes se puede explicar por diversos
factores; en algunos casos es porque son terrenos muy grandes y no están
fraccionados, en otros, por la poca demanda o la falta de interés de posibles
compradores las mantiene en espera de mejores situaciones económicas. En este
sentido, la cantidad ofertada por lo tanto, se ve sujeto las tendencias actuales
como esperadas. En ese sentido, el crecimiento espacial de la ciudad, en términos
de la demanda del suelo, puede dirigirse preferentemente hacia determinados
sectores urbanos (de mayor capacidad adquisitiva), relegando -en cierta medida a
zonas menos favorecidas. De igual forma la distribución espacial de los terrenos
ofertados evidencia áreas de mayor concentración y dispersión. De esta forma se
manifiesta el carácter segmentado y concentrado en el tiempo y el espacio de la
dinámica de mercado de suelo (Urriza, 2006). Es entonces la ciudad una
manifestación espacial de las clases sociales.
El suelo urbano es valorado por el mercado de tierras como una mercancía más,
particular, cuyos precios dependen de la renta. La apropiación de la renta
generada en el mercado se realiza de acuerdo con la esfera de acumulación del
capital de los agentes involucrados y se manifiesta de distinta forma según el
momento histórico.
Tanto el mercado formal como el informal en Latinoamérica no son independientes
sino complementarios, con límites escasamente definidos ya que son parte del
mismo proceso donde el mercado informal es una válvula de escape ante la gran
problemática social que representa el poder obtener un pedazo de tierra para
edificar vivienda. La dinámica del mercado de tierras y sus potenciales
75
consumidores generan asimismo submercados según niveles socioeconómicos,
usos y actividades de los agentes, condiciones de accesibilidad, entre otros. Los
sectores de más bajos recursos que no pueden entrar al mercado formal orillados
al mercado informal o ilegal por medio de invasiones, construcciones endebles en
la periferia y la conformación de ciudades perdidas o cinturones de miseria. Para
regularizar lo ilegal diversos agentes intervienen que van desde el Estado, con sus
diferentes instituciones creadas para tal efecto y al propietario de la tierra. En
relación a éstos, el Estado tiene un papel destacado. El Estado, en diferentes
momentos, ha intervenido también, como comercializador y promotor urbano, ya
sea para poner en venta tierras fiscales con el objeto de disminuir el déficit de
vivienda o cediendo tierras a sectores de escasos recursos.
Finalmente, la revaloración de la tierra (y el espacio en general) es una de las
principales características de los actuales procesos de neoliberalización, vigentes
en la mayor parte del mundo desde los ochenta. En el ámbito urbano, la
gentrificación, la obligatoriedad de la competencia entre las zonas urbanas por la
inversión corporativa, la financiarización de la economía global, y la necesidad de
presentar una cara amigable a los negocios, genera un doble proceso de
reconversión del suelo urbano a favor de los intereses del gran capital, y de la
exclusión paralela de las poblaciones locales (Harvey 2012; Ángeles, Cota y
Bautista 2013).
76
2. Las formas de propiedad de la tierra en México y sus antecedentes.
En nuestro país la estructura y tenencia de la tierra, como problema, surgió
durante la etapa colonial en el siglo XVI. Siendo la Nueva España eminentemente
rural, donde las actividades primordiales eran de carácter primario, el problema
agrario es considerado como una de las causas de la guerra de Independencia.
Sin embargo, se afirma que el problema antecede a la conquista y colonia, pues
había una mayoría indígena que carecía de tierras y que se agravaría con la
herencia colonial (Flores Rodríguez, 2008:32).
La Independencia lograda en 1821, no trajo consigo una solución al problema,
pues esta fue producto de una reacción conservadora ante la entrada en vigor de
la Constitución de Cádiz y el grupo comandado por Iturbide quería seguir
conservando los privilegios que había disfrutado en la época colonial. El naciente
país heredó un conjunto de problemas, que España no resolvió. La tierra como
bien primordial de la época continúo en poder de cuatro grupos: clero, grandes
terratenientes, pequeños propietarios y pueblos. (Ibíd.)
En los tiempos de los gobiernos liberales del la segunda mitad del S.XIX, la
propiedad comunal de la tierra era considerada como un obstáculo para el
desarrollo económico, así que las reformas económicas promulgadas por los
liberales fue tendiente a combatir esta forma de propiedad social y darle
importancia a la propiedad privada. Se pensaba de la misma forma que la
agricultura indígena estaba subdesarrollada, y que la iniciativa privada era la
solución para hacer productiva la tierra, por lo que la propiedad comunal debería
77
desaparecer. De esta forma, la propuesta liberal fue fraccionar el suelo comunal
en pequeñas parcelas y venderlas a los usuarios (Ibíd.:34-35).
Como producto de esta Reforma Agraria surgió una institución novedosa conocida
como Ejido; no obstante, no surge de manera espontánea ni desprovista de su
particular carga ideológica. Durante mucho tiempo, antes y después y sobretodo
en algunos gobiernos posrevolucionarios se habían utilizado varias fórmulas como
medios de resolver el problema agrario, que sobre todo iban tendientes a impulsar
la pequeña propiedad, pues muchos de estos gobiernos fueron encabezados por
hacendados o rancheros proclives a la pequeña propiedad a la usanza
norteamericana (Ibíd.:39).
La pobreza en el campo que engendró el porfiriato producto de las relaciones de
servidumbre fue una de las razones principales de la Revolución Mexicana. La
explotación y marginación que padecían los campesinos en las haciendas, sobre
todo en el centro y sur del país, originaron que al final de la Revolución, el reparto
agrario y la justicia social se convirtieran en las principales razones de ser de la
Constitución y del sistema político edificado a partir de 1917.
El Artículo 27 forma parte importante del eje social articulador de la Constitución
de 1917; así en primer párrafo expresa:
La propiedad de la tierra y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponde originariamente a la Nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada.
78
De esta manera no solo está inmersa la propiedad social, sino también
garantizada la propiedad privada, la cual también es protegida mediante una serie
de garantías; estableciéndose que la propiedad de la tierra y su distribución no
está consignada a la lucha entre los intereses individuales, sino que concierne
también al bienestar y a la estabilidad de la sociedad como un todo; limitándose la
propiedad privada sólo por el interés colectivo.
Para buscar la justicia agraria y evitar la concentración de la tierra a unas cuantas
manos, en el Artículo 27 constitucional, se ponderaron limites a la propiedad
privada: por ejemplo a los latifundios se buscó fraccionarlos; a la pequeña
propiedad, se buscó desarrollarla y protegerla; y para su protección jurídica sólo
se expropiará por causa de utilidad pública y mediando una indemnización justa.
A resumidas cuentas el papel rector del Estado en la cuestión de la propiedad de
la tierra encontró su expresión en el Artículo 27 constitucional. En ese sentido, con
todas sus aristas define la propiedad, la acota, establece su modalidad, el
procedimiento y sus reglamentaciones para modificarla, introduce el principio de
expropiación y la causa de utilidad pública como parte de los atributos del Estado.
Producto de consenso de las principales corrientes que conformaron los grupos
post revolucionarios, una vez combatido el latifundio, fue una estructura de
propiedad de la tierra compuesta principalmente por tres elementos: la propiedad
social: ejidal y comunal, perteneciente al Estado y usufructuada por los
campesinos, y la pequeña propiedad, de carácter privado y que evitaría la
formación de latifundios.
79
En cuanto a la propiedad social pública, cuando el Artículo 27 señala que los
bienes son de la Nación esto indica no sólo que existe un control del Estado sobre
todos ellos sino que existe una propiedad pública igual a la que tienen los
propietarios privados; y que está protegida ya que estos bienes del dominio de la
Nación tienen el carácter de inalienable, es decir, los particulares no pueden
adquirir sobre ellos derechos reales (Assenatto y de León, 1996).
Por lo tanto en México se reconocen tres tipos de propiedad fundamentales: la de
carácter privado, las que poseen las personas y las empresas a título particular y
que cuenta con un título reconocido por el Estado que los protege; la de ejidos y
comunidades: que es usufructuada de forma colectiva por los campesinos que
tienen derecho de explotarla y está regulada por los estatutos de la Ley Agraria ya
sea para tu adquisición, enajenación y usufructo, y por último; tierras nacionales,
la cuales son aquellas no existe algún particular, ni comunidades agrarias que
tengan los elementos para demostrar legalmente que les pertenecen, por lo que
les pertenece a la nación (Ibarra Hernández, 2008:74).
Previo a las modificaciones al artículo 27 constitucional en 1992, el ejido era visto
desde una perspectiva esencialmente no mercantil. En ese sentido la Ley Federal
de Reforma Agraria de 1971 asume claramente los fundamentos no mercantiles
de la tierra ejidal, que ya se establecían desde 1934. En primer lugar, prohibía
cualquier clase de negociación sobre la tierra, ya sea compraventa, pero también
contratos de renta o cesión de derechos de explotación. La tierra ejidal fue
claramente definida como un bien no mercantil. En segundo lugar, las prácticas
agrarias obedecerían reglas que remitieran al interés colectivo y a la
80
personalización de las relaciones, mucho más que al interés individual o que a la
eficiencia productiva, como lo demuestran los siguientes ejemplos (Bouquet,
1996).
En el proceso de acceso a la tierra muchas veces la dotación a los ejidos se
determinó por motivos políticos de corto plazo, sobre todo para calmar presiones
sociales, o para establecer alianzas de poder. Así que el reparto agrario no se dio
como una política de Estado de sacar de la marginalidad a los grupos campesinos
sin tierra y que les redundaría una mejor situación económica y social, sino como
una respuesta a los reacomodos políticos de los grupos en el poder. Entonces lo
nuevos grupos que se incorporarán a la masa de ejidatarios no serán personas
desligadas al proceso, sino a quienes ya pertenecían a esa esfera: hijos de
ejidatarios, avecindados, etc. (Ibíd.)
Por lo tanto, la tierra no necesariamente se repartía con fines de eficiencia
productiva o de beneficiar a todos los campesinos sin distingos. Son las
necesidades políticas, la necesidad de responder a las presiones sociales las que
encaminaron a la repartición individual de tipo minifundista, que resultaron
insuficientes para cubrir las necesidades familiares y obligaron al ejidatario a
buscar actividades económicas para complementar su subsistencia. Por otra
parte, la tierra es distribuida en función de redes sociales, que no necesariamente
coinciden con las habilidades para desarrollar una actividad agrícola (Ibíd.).
Otro ejemplo es que los derechos de uso de la parcela ejidal y las limitaciones
establecidas a su uso tuvo que ver con el proyecto nacional de estructura agraria
para el México post revolucionario: acabar con la estructura económica y social del
81
sistema latifundista y fomentar un sector de pequeñas explotaciones agrícolas
familiares. La pequeña propiedad desde el punto de vista constituyente debería
sentar la base para la creación de una clase media campesina. Esta puede ser
agrícola o ganadera y se determina por su extensión o cultivo, si es agrícola que
no exceda la extensión de cien hectáreas de riego o humedad de primera; si es de
temporal serán dos por cada hectárea de riego y cuatro de agostadero de buena
calidad y por ocho de agostadero en monte o de agostadero en terrenos áridos.
Dicha propiedad estaba exenta de contribuir a la dotación de ejidos y que por lo
mismo era una propiedad considerada como intocable (Ruiz Massieu, 1988:61-
62).
En el caso de la propiedad ejidal, esta sirvió como un vehículo de búsqueda de
cierta igualdad social y que se concreta en la igualdad en el acceso a la tierra;
asimismo, esta se concibe más como un sustento familiar que como un medio de
acumulación y reproducción económica.
El ejido representó, entre 1945 y 1965, el agente del crecimiento agrícola en
México, contando con apoyos financieros crediticos con el surgimiento de
instituciones como el Banco Nacional de Crédito Ejidal. Pero de manera general la
dimensión productiva es supeditada a la dimensión social, lo cual concretamente
genera varias líneas de tensiones adentro de los ejidos: primero, puede decirse
que dentro del sistema ejidal anterior a la reforma de 1992, (la del reparto agrario
individual del recurso tierra), el uso de la tierra estaba desligada de la eficiencia
productiva (Bouquet, 1996). Además, el ejido en su conjunto era considerado la
base del desarrollo agrícola, y desde los tiempos del desarrollo estabilizador su
82
papel fue proporcionar productos agrícolas baratos a las ciudades que crecían de
manera acelerada debido al proceso de industrialización.
Antes de las reformas al artículo 27 constitucional de 1992, la tierra ejidal no se
podía incorporar al desarrollo urbano si no era mediante la vía expropiatoria que
hubiera solicitado alguna autoridad competente; este marco legal, frente a una
demanda creciente de suelo barato, generó que una gran cantidad de ejidos y
comunidades, cercanos o dentro de de las áreas urbanas, sufrieran la invasión de
sus tierras; a su vez, esto propició que se empezara a vender la tierra, aunque en
esta transacción estaba impregnada por la ilegalidad.
Así, con anterioridad a la reforma de 1992 al artículo 27 constitucional, las tierras
ejidales que estaban cercanas a la mayor parte de las ciudades mexicanas sólo
podían incorporarse al desarrollo urbano mediante a) la expropiación, o b) el
mercado ilegal de suelo. Esto se daba así porque la Ley Agraria que reglamentaba
lo relativo a la tenencia del suelo ejidal prohibía su venta y su cambio de uso de
índole agropecuario a usos urbanos, a pesar de la gran presión ejercida por el
crecimiento urbano. Como la Ley Agraria es de carácter federal, las autoridades
municipales urbanas, por lo tanto, carecían de posibilidades de acción para
impulsar la incorporación ordenada del suelo ejidal al crecimiento urbano. Esto
trajo como consecuencia en una doble ilegalidad, la de la venta del ejido y de los
terrenos comunales, y la conformación de colonias populares que incumplían la
normatividad exigida por las autoridades urbanas para autorizar un
fraccionamiento, entre ellas, contar con certeza jurídica y títulos de propiedad
83
privada de los lotes urbanos; esta situación, a su vez, retrasó la introducción de
servicios públicos a estos asentamientos (Olivera Lozano, 2005).
Varios problemas se generaron en párelo con la presión constante que padecían
las tierras ejidales y comunales para el desarrollo de las ciudades, complementada
por un marco jurídico agrario que impedía de manera legal su venta, mismas que
podemos resumir de la siguiente manera: altas tasas de crecimiento demográfico,
crecimiento urbano desordenado y la migración de los habitantes del campo a las
ciudades con sus variadas consecuencias (Ibarra Hernández, 2008:80).
Para entender de manera más clara las características de la propiedad ejidal, así
como la posibilidad de esta de entrar al mercado de suelos y en estricto sentido al
mercado inmobiliario urbano es necesario revisar la Ley Federal de la Reforma
Agraria de 1971 y la Nueva Ley Agraria, producto de las reformas constitucionales
en 1992 al artículo 27. Después de revisar tanto la Ley Federal de la Reforma
Agraria, como la Nueva Ley Agraria de 1992, se analizarán los efectos de dichas
reformas en la propiedad social de la tierra.
84
IV. URBANIZACIÓN DE ÁREAS EJIDALES EN MÉXICO
Dentro de las formas de propiedad de la tierra en México, la ejidal, fue impactada
por el crecimiento de las ciudades en nuestro país. Su incorporación antes de las
reformas al artículo 27 constitucional se derivó de ilegalidades, por lo cual las
autoridades creaban mecanismos e instituciones para regularizar los
asentamientos en zonas ejidales. Sin embargo, las reformas garantizaron el libre
ejercicio de los campesinos de enajenar sus tierras para el desarrollo urbano.
1. Urbanización en áreas ejidales
En cuanto a la cuestión específica de la investigación de la incorporación de
terrenos ejidales al desarrollo urbano, Martha Schteingart (1981), aborda el
crecimiento de la ciudad, su estructuración espacial, donde especifica la
distribución clasista del espacio y sobre todo algo muy importante, los diferentes
tipos de suelo que se han conjugado en el crecimiento del área metropolitana de la
Ciudad de México, dándole preeminencia a las tierras ejidales que son las más
afectadas por el crecimiento urbano (es importante señalar que los análisis
abarcan de 1940 a 1975 cuando todavía estaba en ejercicio la antigua Ley
Agraria), lo que generaba problemas debido a lo ilegal de estos hechos. Para
solucionar estos problemas el Estado intervenía de diferentes formas e
instituciones creadas para lograr la solución de ellos.
Por su parte Jorge Durand (1983) aborda la problemática en la cual las tierras
ejidales se urbanizan, dándose un cambio de valor de uso del suelo y lo que él
85
llama un proceso de proletarización. Todo en el marco transformador de las
nuevas formas de vida que conlleva la ciudad. La llegada de la ciudad traerá
consigo la especulación del suelo, todo en contradicción con la antigua ley agraria.
María Soledad Cruz Rodríguez (2001:43-46) afirma que en las últimas décadas
han cambiado los patrones de urbanización, pasando del predominio de las tres
grandes zonas metropolitanas como la Ciudad de México, Guadalajara y
Monterrey, a la preeminencia de las ciudades medias. Este proceso de expansión
no se podría concebir sin la incorporación de tierras ejidales y que serán soporte
de las nuevas actividades urbanas.
Guillermo Olivera Lozano (2005) afirma que con la reforma al artículo 27
constitucional, los nuevos procedimientos de incorporación de suelo ejidal, no han
sido suficientemente exitosos para disminuir la ocupación irregular del suelo, y
concluye que ello se debe a dos razones principales: en primer lugar, se mantiene
una sobrerregulación del Estado sobre los propietarios de las tierras ejidales y
comunales, que es necesario eliminar; y en segunda instancia, la capacidad de los
gobiernos municipales para ordenar y planificar el desarrollo urbano es todavía
muy limitada.
Analizando la urbanización de ejidos, Mónica Miguel Bautista (2008:106) poniendo
como ejemplo el crecimiento de la mancha urbana de la ciudad de Oaxaca de
Juárez argumenta que ese hecho ha incidido en la desaparición de los ejidos de
los Valles Centrales y donde antes imperaba el maíz, el frijol, ahora sólo hay
fraccionamientos habitacionales de interés social, maquiladoras y grandes
comercios.
86
Alcántara Díaz (2007) analiza los mecanismos de desincorporación del cambio de
régimen de propiedad, y la integración del suelo ejidal al proceso de urbanización
del Área Metropolitana de la Ciudad de Colima, analizando a todos los actores
involucrados.
Producto de las reformas del artículo 27 constitucional, surgieron nuevas
instituciones y algunas otras se reformaron para atender las políticas del sector
social. Como el caso de la Procuraduría Agraria (PA), los Tribunales Agrarios, el
Registro Agrario Nacional (RAN) y, en lo particular, el Programa de Certificación
de Derechos Ejidales y Titulación de Solares (Procede), que se encarga de la
titulación de las propiedades ejidales.
La Procuraduría Agraria surge como resultado de las Reformas al Artículo 27
Constitucional y la promulgación de la Ley Agraria, siendo un Organismo
Descentralizado de la Administración Pública Federal, con personalidad jurídica y
patrimonio propios. Se encarga de asesorar a los campesinos en sus relaciones
jurídicas y orientarlos respecto de sus derechos y la forma de ejercerlos.
De acuerdo con la Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios (1992):
Son los órganos federales dotados de plena jurisdicción y autonomía para dictar sus fallos, a los que corresponde, en los términos de la fracción XIX del artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la administración de justicia agraria en todo el territorio nacional.
Por su parte el Registro Agrario Nacional es un órgano desconcentrado de la
Secretaría de la Reforma Agraria, se encarga del control de la tenencia de la tierra
ejidal y comunal, y de brindar la seguridad jurídica documental, derivada de la
aplicación de la Ley Agraria.
87
En cuanto al Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de
Solares Urbanos (PROCEDE) es un programa del gobierno federal que tiende a
regular la propiedad de la tierra, sobre todo en tierras ejidales, comunales y en las
colonias agrícolas y ganaderas. El sector agrario que participa en él, es la
Secretaría de la Reforma Agraria (SRA), la Procuraduría Agraria (PA), El Registro
Agrario Nacional (RAN) y el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática (INEGI), aunque éste último no pertenece al Sector Agrario. En la
práctica la dependencia que asume la instrumentación y ejecución del Procede, es
la Procuraduría Agraria.
De acuerdo con el RAN (2009), el Procede:
Fue un instrumento que el Gobierno de la República puso al servicio de los núcleos agrarios para llevar a cabo la regularización de la propiedad social. El objetivo principal del Programa fue dar certidumbre jurídica a la tenencia de la tierra a través de la entrega de certificados parcelarios y/o certificados de derechos de uso común, o ambos según sea el caso, así como de títulos de solares en favor de los individuos con derechos que integran los núcleos agrarios que así lo aprobaron y solicitaron.
Bajo esa tónica de darle certidumbre jurídica a la tenencia de la tierra de los
ejidatarios, ellos estarán en condiciones de poder enajenar las tierras al mejor
postor, ya sea a un particular o realizando inmobiliarias ejidales para incorporar la
propiedad ejidal al desarrollo urbano. En este tenor las instituciones como la PA y
el RAN darán asesorías para la desincorporación de suelo social para el desarrollo
urbano que consiste en orientar a los sujetos agrarios para que de acuerdo con la
legislación vigente, sea desincorporada tierra social para el desarrollo urbano, a
88
través de los procedimientos de adopción del dominio pleno sobre parcelas o la
aportación de tierras de uso común para la constitución de inmobiliarias.
En el caso de la Ciudad de México, su acelerado crecimiento desde los años
cincuenta del siglo pasado, propició que su mancha urbana se extendiera
inicialmente sobre la demarcación del Distrito Federal, de manera posterior sobre
algunas municipalidades del Estado de México, y de manera más reciente en el
municipio de Tizayuca, dentro del estado de Hidalgo. Debido a su crecimiento
fuera de los límites políticos jurisdiccionales, actualmente alrededor del setenta por
ciento de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM) se encuentra en
los municipios conurbados debido en los obstáculos para construir en la ciudad
capital del país, así como la construcción de vialidades que conectan con esas
zonas.
El tipo de tierra que se ha utilizado para el crecimiento de la ZMCM, es de diversa
índole. Para este crecimiento ha incorporado tanto por procedimientos legales
como ilegales, suelo de propiedad privada para usos urbanos en un 63%, además
suelo de propiedad social, o sea ejidal y comunal en un 27% y propiedad federal
(3%), así como el antiguo Vaso del lago de Texcoco. En cuanto a la incorporación
del suelo de propiedad social al desarrollo urbano de forma regulada y de acuerdo
con los lineamientos de la Nueva Ley Agraria, se ha requerido cumplir con dos
requisitos: desincorporarlo del régimen de propiedad ejidal o comunal y contar con
los permisos de uso de suelo y de construcción (Maya González, 2004:317), para
eso los ejidatarios o comuneros tendrán que poseer dominio plenos sobre sus
89
tierras, mecanismo que es coadyuvado por el sector agrario, específicamente la
PA.
Hasta mediados del sexenio de Carlos Salinas de Gortari, en 1992 las tierras de
propiedad social en México tenían entre otras, tres elementos que impedían su
incorporación al desarrollo urbano: que eran imprescriptibles, inalienables e
inembargables, lo que impedía su cambio de uso, ya sea este agrícola, ganadero
o forestal a uso urbano, ya que la Ley de la Reforma Agraria era muy específica,
no se podía hacer un cambio de uso de suelo. Esos candados no impidieron que
los ejidos y comunidades que se encontraban en la periferia participaran en la
expansión territorial de las ciudades, dándose esto a través de los asentamientos
humanos irregulares, algunos de ellos de manera involuntaria por invasiones y
otros donde los ejidatarios participaban activamente.
Varios investigadores han señalado que en México las ciudades crecieron en una
importante proporción sobre suelo social, y que por lo menos hasta la década de
los ochenta, el crecimiento de las grandes ciudades en tierras de propiedad social
se había dado principalmente mediante el mecanismo de procesos sociales
relacionados con los movimientos urbano populares y que violentaban la
constitución, además de las leyes de desarrollo urbano (Salazar Cruz, 2009:127).
Este movimiento urbano popular está compuesto por un crisol conformado por
inquilinos, asalariados, comerciantes ambulantes, solicitantes de vivienda y que
tienen como objetivo de aumentar su nivel de vida.
Siendo el suelo el elemento básico de la urbanización, cabe aclarar las
peculiaridades de los tipos de suelo desde el punto de vista jurídico, y si bien la
90
tierra ejidal es predominante, hasta antes de la reforma al artículo 27
constitucional y el decreto de la nueva Ley Agraria, la tierra ejidal era la válvula de
escape para la urbanización de tipo “popular” (Alcántara y Chávez, 2006:25).
Así, las ciudades mexicanas tienen un elemento que lo distingue de otros países y
que le dan un carácter único, las diferentes formas de propiedad sobre la tierra.
Este carácter único estimuló el desarrollo de asentamientos irregulares en el suelo
de propiedad social.
Este grado de especificidad en el caso de nuestro país ha sido la existencia de
diferentes regímenes de propiedad sobre la tierra. De esta manera se ha
conformado un mercado de suelo muy peculiar en el que se cimenta de manera
importante en los procesos de urbanización de tipo popular que se manifiesta en
dos modalidades: la creación de fraccionamientos ilegales tanto en tierra de
propiedad privada, y ejidales (Duhau y Schteingart, 1997:30). Fundamentalmente
en las décadas de los años 70 al 90, los movimientos urbano- populares fueron de
gran impacto, generando colonias al por mayor con prácticas de autoconstrucción.
Si bien la mayoría de los asentamientos irregulares en México se han instalado en
tierras ejidales, también se presentan en propiedad privada. Existen diferentes
casos y mecanismos que se dan en la conformación de un asentamiento irregular,
como lo explica Mollá (2006:85):
Un primer caso es el del fraccionamiento que ha sido autorizado pero cuyo propietario comienza a vender lotes sin haber introducido las obras de urbanización ni los servicios que la ley exige. Otro caso más frecuente es el del propietario que fracciona y vende lotes sin haber obtenido la licencia respectiva. Finalmente, un tercer caso consiste en que una persona, haciéndose pasar por el propietario sin serlo, fracciona y vende lotes.
91
Un ejemplo es la Ciudad de México, que tenía 81 ejidos que poseían una
superficie total de 29 mil hectáreas. El crecimiento acelerado y explosivo de la
ciudad capital generó lo inevitable, que se diera el encuentro de la mancha urbana
con la tierra ejidal, por lo que los ejidatarios, autoridades ejidales y líderes de
movimientos populares se convirtieron en protagonistas importantes en el proceso
de expansión urbana. En el caso de los ejidos, la figura del comisariado ejidal será
una figura relevante en la venta de lotes y por tanto en la creación de los
asentamientos irregulares (Mollá, 2006:85). Sin embargo los comisariados ejidales
no estaban solos en este proceso, eran respaldados de manera no oficial por
autoridades locales ante su falta de capacidad para gestionar reservas territoriales
que aseguraran la tenencia de la tierra para quienes demandaban suelo
urbanizable.
En este sentido, el problema de los asentamientos urbanos irregulares no fue
generado exclusivamente por las altas tasas de crecimiento de la población y la
migración rural-urbana, sino también la falta de políticas públicas para asegurar
espacios de crecimiento para la ciudad, así como la introducción de servicios. El
problema fundamental de la naturaleza de la propiedad social y que impactaba en
los asentamientos fundados en ella, era la imposibilidad legal de formalizar las
transacciones entre ejidatarios y colonos. Se necesitaba todo un entramado
institucional para lograr su desincorporación y legalización. La importancia de esta
situación radicaba en que más de la mitad de la superficie del país, alrededor de
103 millones de hectáreas eran de carácter social. De ahí que en el marco de la
industrialización del país se agudizaron la falta de espacios accesibles para la
92
vivienda de las clases bajas en el medio urbano, por lo que la válvula de escape a
esta presión social fue la ocupación ilegal y caótica de áreas ejidales y comunales.
El proceso de expansión urbana se da entonces a expensas de la tierra social, el
lucrar con las necesidades de la gente y una gran especulación del factor suelo
que provocó el surgimiento de los cinturones de miseria instalados en la
irregularidad y cuyo saldo fue una serie de problemáticas a los gobiernos locales y
a la población en general (Carreras, 2008:10-11).
En el caso de la ciudad de Guadalajara, México hasta el año 2000, el 59% del total
de las colonias de la capital estuvieron ligadas a alguna forma de irregularidad,
aún cuando la mayor parte de ellas estaban edificadas sobre suelo privado. Sin
embargo, el 25 porciento del suelo incorporado en la Área Metropolitana de
Guadalajara (AMG) era de carácter ejidal durante los años setenta; derivado del
crecimiento de la urbe en los años ochenta, esa cifra creció al 31 por ciento del
suelo de la mancha urbana; para los años noventa el porcentaje de crecimiento
urbano sobre ejidos disminuyó a 17 por ciento. Para el año 2000, se habían
incorporado al área metropolitana la cantidad de 11 mil 528 hectáreas de suelo
ejidal donde se asentaron un total de 273 colonias, superficie que representaba
para ese año la cuarta parte de Guadalajara y su área (Fausto Brito, 2003: 5-6).
La reforma al artículo 27 de 1992 y la creación de una Nueva Ley Agraria se dio
como parte de las reformas económicas orientadas hacia la apertura comercial e
inserción internacional de la economía mexicana. Estas reformas produjeron
modificaciones diametralmente opuestas al objetivo de las viejas disposiciones
constitucionales y que orientaban las políticas urbanas durante los años setenta y
93
ochenta, con lo que con esto se destrababan los principales obstáculos para el
continuo urbano. Estas reformas originaron una reingeniería institucional para
atender a las transformaciones que de manera irremediable se vislumbraba para
las comunidades agrarias en materia de políticas de suelo. Los cambios al artículo
27 constitucional permitió que por primera vez los ejidos, de manera legal rentaran
o vendieran sus tierras y por lo tanto incorporar la tierra al desarrollo urbano con
las autoridades municipales quienes implementan los planes de desarrollo urbano,
quienes a su vez se coordinan con las instituciones agrarias (Olivera Lozano,
2005:122-123)
Antes de las reformas al artículo 27 constitucional de 1992, las tierras de carácter
ejidal que rodeaban la mayor parte de las ciudades en México sólo podían
incorporase al crecimiento urbano de manera ilegal, por esa razón las autoridades
municipales carecían de medios legales para incorporar a la ciudad al suelo ejidal,
lo que significó, la venta del ejido y tierras comunales, así como la conformación
de colonias populares que violentaban la normatividad vigente para autorizar un
asentamiento. En materia urbana las reformas planteaba la posibilidad de que los
ejidatarios pudieran vender su tierra, lo que originaría que se eliminara poco a
poco la venta ilegal de tierra, y privara la venta legal y ordenada del suelo para el
crecimiento de la ciudad (Olivera Lozano, 2005).
94
2. Efectos de las reformas del artículo 27 constitucional en la propiedad
social de la tierra.
Es durante la presidencia de Carlos Salinas de Gortari a principios de los noventa,
nuestro país inició una serie de reformas estructurales en medio de la aplicación
del modelo neoliberal y el desarrollo del fenómeno de globalización. Dichas
reformas tuvieron y siguen teniendo grandes repercusiones sobre el conjunto de
su economía y su sociedad. El primer paso a esta tendencia la inició el gobierno
de Miguel de la Madrid Hurtado en los años ochenta cuando el país ingresó a los
Acuerdos Generales de Aranceles y Comercio (GATT), antecedente de lo que
actualmente es la Organización Mundial del Comercio. Posteriormente ya con
Carlos Salinas se firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN) con Canadá y los Estados Unidos, que impactó en el campo mexicano
con cambios en la tenencia de la tierra, particularmente en el ejido y que afectó a
más de la mitad del territorio nacional, quitándole el papel del Estado como
principal agente de activación rural, eliminado su papel en el crédito, la
comercialización y la generación de insumos para el ´proceso productivo, con el
pretexto de sacar del atraso a los campesinos y hacerlos competitivos (Davis,
2000:102-103). Sin embargo el objetivo era la de favorecer el mercado de tierras,
la libre circulación de esta como cualquier mercancía, y que esto desde el punto
de vista de la tecnocracia del gobierno, llegara la inversión al campo de capitales
privados en la producción agropecuaria, sobre todo de capital estadounidense y
canadiense, lo que propiciaría un entorno competitivo de cara al tratado de Libre
Comercio (Rodríguez Oropeza, 2006:8). Así estas reformas tuvieron como
resultado el desmantelamiento del sistema ejidal y del ejido como forma de
95
propiedad colectiva y la subsecuente privatización de los derechos de propiedad
sobre la tierra. El supuesto por lo cual actuaron algunos protagonistas políticos fue
que el ejido como sistema de propiedad estaba agotado y que eran una de las
causas del estancamiento en que estaba sumido el campo mexicano, al no
proporcionar incentivos que significaran aumento en la producción y como
consecuencia su modernización para obtener la eficiencia productiva (Núñez
Madrazo, 2000:2-4).
La reforma del artículo 27 constitucional de 1992 significó importantes cambios en
el sistema de tenencia ejidal en nuestro país lo que significaba la supuesta
modernización del sistema de administración de las tierras, así como el derecho
de los campesinos para gozar, disfrutar y usar el dominio pleno. Aunque el
supuesto objetivo de esta reforma era para que el ejidatario al adquirir el dominio
pleno de sus tierras pudiera accesar al crédito, en realidad eso significó el
participar en el mercado de tierras, ya sea para el mercado urbano o para el
mercado rural. En ese sentido se puede afirmar que el crédito anteriormente no
estaba limitado por la falta de títulos de propiedad sobre la tierra para ser
hipotecados, sino que eran otros elementos lo que determinaban la oferta y
demanda de financiamiento (Galeana, 2005:19). Por lo tanto para el Estado no es
importante quien produce, sino que haya producción y la Reforma de 1992 cumple
con el objetivo de poner en el mercado cualquier tipo de tierras, incluida la de
origen social.
Las décadas de los ochenta y los noventa se circunscriben en un contexto
internacional de transformaciones en lo económico y que afectó a la concepción
96
que se tenía del Estado que pasaba de un ente interventor en los ámbitos
económico y social, a uno donde se da un deslinde de funciones de carácter social
que proporcionaba elementos para asegurar mínimos de bienestar a la población.
En ese contexto se dan las reformas de 1992 al Artículo 27 constitucional (Colín,
2006:31), donde el Estado pretende que sea a través de mecanismos de la
iniciativa privada donde los ejidatarios buscaran mecanismos de financiamiento o
que como todo agente económico los ejidatarios pudieran utilizar sus tierra de la
manera más conveniente a sus intereses, entre ellos la posibilidad de venderlas.
De manera oficial la nueva legislación se basó en dos premisas fundamentales: el
fin del reparto agrario y la posibilidad de que los beneficiarios de la tierra de
propiedad social, ejidatarios y comuneros, pudieran asumir y disponer de sus
tierras de acuerdo con la Ley Agraria, entrar a un proceso de delimitación, de
titulación que significara contar con documentos oficiales acerca de la propiedad
sobre las tierras (Cruz Rodríguez, 2008:65). Con ello el ideal de una economía de
mercado, donde todo podría ser sujeto de transacción económica y esta reforma
rompía con este candado que había impuesto el Estado protector y tutelar sobre la
propiedad de origen social.
Las reformas implementadas en diciembre de 1991 al Artículo 27 de la
Constitución mexicana, vinieron a fomentar y establecer la privatización de la
propiedad social. Se deslinda el Estado de la aplicación de políticas públicas
tendientes a apoyar de manera directa a los sujetos agrarios con subsidios,
semilla, fertilizantes, créditos, entre otras cosas. En particular, las reformas
tuvieron el objetivo de eliminar el derecho de los núcleos poblacionales a la
97
dotación de tierras, cancelando el reparto agrario; además por ese medio se
legalizó la venta, renta y aparcería de tierras ejidales. La figura del dominio pleno
de las tierras ejidales, convierte a estas en propiedad privada y formaliza su
mercantilización, ya sea a título personal del ejidatario o en asociación con
sociedades civiles o mercantiles, algo que estaba prohibido por la Ley de la
Reforma Agraria (Escalante, 2001:10).
3. El impacto de las reformas para incorporar la propiedad social al
desarrollo urbano.
La reforma al artículo 27 constitucional propició que el panorama para las
periferias urbanas cambiara de manera importante, ya que por primera vez resulta
legal y técnicamente favorable contar con suelo susceptible de urbanizar y de
esta forma ordenar y controlar la expansión física de las ciudades. Los intentos
anteriores no contaron con las ventajas de las leyes actuales, tampoco de contar
con una institución a cargo en el sector urbano, como lo es actualmente la
Secretaría de Desarrollo Social, sino del sector rural, en la Secretaría de la
Reforma Agraria. Cabe mencionar, que la reforma consistió solamente en un paso
inicial y obligado, que ha tenido que ser traducido a los requerimientos del
desarrollo urbano que originalmente no fueron considerados (Olivera Lozano,
2001).
Al romper con la característica del ejido como una institución intocable, la reforma
al artículo 27 y su reglamentación mediante la Nueva Ley Agraria le quitaron los
98
atributos de inalienable, imprescriptible e inembargable, lo que significó en
términos sencillos, la posibilidad de que el ejidatario venda, arriende o hipoteque
su propiedad. Según el propósito del propósito de gobierno fue iniciar los cambios
que permitieran modernizar el campo, suponiendo una mayor producción y
productividad en la actividad agropecuaria en los núcleos ejidales, teniendo como
base el otorgamiento de certidumbre jurídica a la tenencia de la tierra y en la
posibilidad de que los ejidatarios se asociaran con todo tipo de productores que
quieran hacerlo, y esto redundaría en una mayor inversión privada y por lo tanto
un aumento en los montos financieros en el sector (Olivera Lozano, 2001).
Las maneras como se incorporaban las tierras de propiedad social al desarrollo
urbano cambiaron de dominio por una vía difícil por el impedimento constitucional
del cambio de uso de suelo y que derivó que los campesinos no pudieran disfrutar
de la mayor parte de los beneficios si ellos fueran agentes activos en ese proceso.
Así de manera ilegal, era común que los ejidatarios vendieran la tierra o permitiera
que la invadieran por colonos urbanos liderados por personas sin escrúpulos,
obteniendo una cantidad de dinero mucho menor que el valor urbano de la tierra.
Ante ese impedimento y su ocupación por vías ilegales, se venía el proceso de
expropiación con la intervención de las instituciones creadas exprofeso para ello
como la CORETT, de nuevo a valores inferiores al precio de la tierra, e
incorporaban al régimen legal de tenencia de la tierra. Ese procedimiento era
terreno fértil para la concreción de complicidades entre liderazgos con intereses
especulativos que afectó de manera severa el desarrollo de las ciudades que tenía
la necesidad de incorporar tierra de origen social por la expansión acelerada de
99
estas localidades y que se hacía al margen del mercado formal y legal. De esta
manera el gobierno ve en las reformas constitucionales el reconocer el proceso de
urbanización y el reconocer el derecho de los ejidatarios de decidir de manera
individual el uso que le dé a sus tierras, de cambiar su uso e incorporarlo al
mercado de tierras y aprovechar su plusvalía (Warman, 1996).
En la visión de quien fue Secretario de la Reforma Agraria en el sexenio salinista,
Arturo Warman, se concibe que las reformas beneficiaban a los ejidatarios, pues
de esta manera, al urbanizar sus tierras obtendrían un precio justo. Uno de los
mecanismos para hacerlo es la de organizarse y formar Inmobiliarias Ejidales,
donde los socios sean los ejidatarios y de esa manera, urbanizar sus tierras y
sacar el máximo provecho en términos económicos. Para Warman, las reformas
no son un elemento que genere el peligro de desaparecer los núcleos agrarios,
sino su permanencia en mejores condiciones, con más alternativas para su
fortalecimiento económico y viabilidad. Esto sucedería, desde su perspectiva, si su
patrimonio, que es la tierra, se sabe manejar de forma seria y responsable (Ibíd.).
La visión de este funcionario encuadra perfectamente en la perspectiva neoliberal
del gobierno. Se termina la posición tutora del Estado sobre las comunidades
campesinas, que ahora deberán valerse en un ambiente de libre competencia,
donde el gobierno se deslinda de estos sectores de la sociedad y es el mercado el
encargado de establecer la arena de transacciones de los ejidatarios en esta
nueva realidad.
Antes de las reformas, las transacciones se solventaban recurriendo en prácticas
ilegales, que generaron incertidumbre en cuanto a la seguridad de la tenencia de
100
la tierra, donde la figura del comisariado ejidal era fundamental pues en esa figura
se concentraba poder, además de la complicidad del promotor agrario de la
Secretaría de la Reforma Agraria. Ante esta situación, las reformas de 1992 le dan
una dimensión mercantil a la tierra ejidal, con lo cual le da la posibilidad de ser
objeto de transacciones, entre ellos la compraventa o asociación con
inversionistas privados. De la misma forma, se da la posibilidad para los ejidatarios
en lo individual de pasar al dominio pleno y por lo tanto convertir sus tierras en
propiedad privada (Bouquet, 1996).
101
V. LA EVOLUCIÓN DE LA PROPIEDAD EJIDAL EN CABO SAN LUCAS La ciudad de Cabo San Lucas, se encuentra en el municipio de Los Cabos, en el
estado de Baja California Sur. Gran parte de la geografía de la localidad está
rodeada del ejido del mismo nombre y de manera obligada ha tenido
involucramiento en la evolución y crecimiento urbano de la ciudad, tanto antes de
la reformas al artículo 27 constitucional como después de estas.
El desarrollo urbano y turístico del municipio de Los cabos, en específico la ciudad
de Cabo San Lucas, no se puede concebir sin el aporte de la propiedad ejidal,
pues a partir de la irrupción de la actividad turística en la localidad su expansión
urbana se dio fundamentalmente en tierras ejidales. En la actualidad y en el futuro,
el ejido sigue siendo la principal proveedora de tierra susceptible de urbanizar, por
lo que es importante la interacción de la autoridad local con las autoridades
ejidales para garantizar un crecimiento racional y armonioso de la ciudad.
1. Municipio de Los Cabos
El municipio de Los Cabos, ubicado en la parte más austral de la península de
Baja California, en el estado de Baja California Sur, es una zona considerada de
gran valor cultural e histórico, contando con elementos de gran belleza escénica lo
que ha representado una ventaja comparativa para convertirse en una zona de
alto potencial turístico con capacidad de generar una actividad turística que
impacta tanto local como estatalmente. Debido a lo pujante de la actividad turística
de los últimos años en la región, se ha convertido en una zona de gran crecimiento
102
poblacional y urbano en el país. Derivado de este crecimiento poblacional,
consecuencia del desarrollo de las actividades turísticas, se observó un gran
aumento en la demanda de servicios e infraestructura urbana. El sector turístico
cuenta con una infraestructura de lujo, que junto a los atractivos naturales que se
ofrecen al turista, ha originado el surgimiento de una serie de actividades como la
recreación en playa, buceo, snorkel, pesca deportiva, entre otros.
Los valores escénicos relevantes, las playas tranquilas, el clima confortable y el
atractivo de especies marinas exóticas, hacen de la zona Golfo Sur una fuerte
atracción para el desarrollo de infraestructura que de un adecuado soporte al
crecimiento turístico. En consecuencia, la región de Los Cabos se ha convertido
en el centro turístico de más acelerado crecimiento en el país, lo que hace
necesario la apertura de nuevas alternativas de desarrollo para la ampliación del
corredor turístico Cabo San Lucas - San José del Cabo.
El municipio de Los cabos cuenta con 549 localidades (INEGI, 2010), La mayoría
de las localidades del municipio son de menos de 10 mil habitantes. Las
principales localidades son San José del Cabo, que es la cabecera municipal con
un total de 69,788 habitantes; Cabo San Lucas, con 68,463 habitantes; Las
Veredas con 10,478 habitantes; Colonia del Sol con 48,032 habitantes y Las
Palmas con 11,562 habitantes.
Hay que tomar en cuenta, que aún cuando INEGI considera a San José del Cabo
y Las Veredas; además de San José Viejo como localidades distintas, todas
forman parte del continuo urbano de San José del Cabo, conocida como la Ciudad
Lineal (IMPLAN, 2011).
103
Tabla 4: Distribución de la población por localidad en el municipio de Los Cabos Tamaño de localidad Población % población Número de
localidades % localidades
Menos de 100 4,987 2.09 507 92.35
100 a 400 5,539 2.32 23 4.19
500 a 1499 8,572 3.59 11 2
1500 a 2499 3,844 1.61 2 0.36
2,5000 a 4,999 0 0 0 0
5,000 a 9,999 7,222 3.03 1 0.18
10,000 y mas 208,323 87.35 5 0.91
Fuente: Cédula de Información del PDFZP
http://www.microrregiones.gob.mx/zap/datGenerales.aspx?entra=pdzp&ent=03&mun=008 9/08/12
Aparte de las dos principales ciudades del municipio, existen cuatro asentamientos
que por su número de habitantes presentan infraestructura de carácter urbano; La
Ribera (1,757), Miraflores (1,389), San Bernabé (2, 090) y La Playa (1,238) son
localidades de transición rural-urbano.
Es imperante mencionar que el caso de Colonia del Sol y la localidad de Las
Palmas, Cabo Bello y El Tezal, forman parte de un comportamiento de
conurbación con la ciudad de Cabo San Lucas, generando una tendencia de
homogeneidad en un solo asentamiento concentrando la población de 88, 899
habitantes según datos de INEGI (2005).
El sistema de ciudades municipal presenta un comportamiento de dependencia
con las ciudades de Cabo San Lucas y San José del Cabo donde se concentra el
mayor número de población y la principal concentración de servicios.
104
Mapa 2. Estado de Baja California Sur con división política
Fuente: Dirección de Informática y Estadística del Gobierno del estado de B.C.S
http://spyde.bcs.gob.mx/die_cei_map_mun.php
A partir de 1976 el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR) inicia un
proceso turístico en la parte más austral del Municipio de Los Cabos a través de
un Centro Integralmente Planeado. El proyecto se centró en el fomento y
desarrollo de manera específica de las ciudades de San José del Cabo, y Cabo
San Lucas y el corredor turístico que se encuentran entre las dos localidades. La
consolidación de este destino turístico se empieza a manifestar a mediados de la
105
década de los ochenta. El crecimiento económico por lo tanto de ha sustentado en
las actividades relacionadas con el turismo y en menor medida de las actividades
detonadas a partir de la actividad central. Lo anterior ha tenido efectos en el
comportamiento poblacional, con un crecimiento social derivado de la inmigración
del mismo estado y de otros estados de la república, que han generado una
concentración poblacional y explosivo crecimiento. Este crecimiento acelerado
poblacional ha tenido como resultado una gran demanda de vivienda,
infraestructura y equipamiento urbano rebasando con mucho la capacidad del
gobierno en sus tres niveles y la consecuente realidad de que amplios sectores no
satisfagan las necesidades urbanas acumulando grandes rezagos.
Como parte de la política turística nacional, el desarrollo de Los Cabos como polo
turístico se estableció a fines de los años de los 80 dentro de una política
institucional del Estado que integraba seis centros turísticos distribuidos en el
territorio nacional. La promoción turística del estado, que ha sido planificada en
forma diferenciada privilegiando a Los Cabos, ha convertido a esta zona en el
destino más importante de la entidad y uno de los principales centros de playa a
nivel nacional e internacional. Los Cabos ha recibido un gran impulso como centro
integralmente planeado para el desarrollo turístico de parte de FONATUR,
derivando que la política turística del Estado se centra preponderantemente en
este municipio, desaprovechando el potencial turístico de las otras zonas del
estado de Baja California Sur generando desigualdades regionales acentuadas
(Municipio de Los Cabos, 2008).
106
2. La ciudad de Cabo San Lucas
La ciudad de Cabo San Lucas no se puede concebir sin la existencia de la ciudad
vecina y cabecera municipal de San José del Cabo, pues hay entre las dos
localidades hay un flujo constante de recursos humanos y materiales. Cabo San
Lucas y San José están conectados a través de una carretera con una extensión
de 33 kilómetros de longitud, paralela al afamado corredor turístico de Los Cabos.
En el caso del destino turístico de Los Cabos, para 1974 se decreta la creación del
Puerto de Cabo San Lucas, con todo el apoyo federal de FONATUR, que
conjuntamente con la infraestructura urbana con que se estaba dotando a San
José del Cabo, se tenía como propósito consolidar lo que se llamaría el destino
turístico internacional de Los Cabos (Balarezo, 1990:32). El Centro Integralmente
Planeado de Los Cabos empezó a operar en 1976, se convirtió en el tercer Centro
Integralmente Planeado (CIP) creado por FONATUR, un desarrollo turístico que
abarca los poblados de San José del Cabo y Cabo San Lucas conectados entre sí
a través de un corredor de 33 km. de longitud, ubicada en el extremo sur de la
península de Baja California, muy cerca de la costa oeste de Estados Unidos y
Canadá (FONATUR, 2012).
El acelerado crecimiento del sector turismo en Los Cabos, ha significado una gran
fuente de empleos y derrama económica, pero en otro sentido ha significado,
sobretodo el crecimiento de Cabo San Lucas y la incapacidad de los gobiernos
estatal y municipal para resolver los problemas y necesidades de una población en
constante crecimiento. Este crecimiento acelerado se dio al presentar la región y
localidad una economía de autoconsumo de pesca artesanal, a una orientada al
107
sector terciario que impactó en una concentración geográfica y sectorial de la
inversión provocando externalidades negativas como la baja calidad de vida en la
población, la presión social para la tierra habitacional y la consecuente
especulación del bien (Gámez, 2001; Ángeles y Gámez, 2004). En ese escenario
descrito en el año 2004, es preciso subrayar que muchos asentamientos se
establecerán en zonas de riesgo por la complicidad entre autoridades y líderes de
colonos. Otros de los elementos negativos del desarrollo turístico en Los cabos
son las presiones sobre un bien tan escaso como el hídrico, pues dicha zona es
de características semidesérticas, con poca precipitación pluvial (Gámez et al,
2011:3).
La acumulación de los rezagos en servicios urbanos son de tal magnitud que
actualmente se reconoce como uno de los problemas más graves que aquejan al
estado de Baja California Sur y cuya solución se plantea como uno de los
principales objetivos que los gobiernos estatal y municipal, se proponen atender
en sus planes de gobierno; abordar esta problemática constituye la justificación y
el propósito fundamental al implementar un programa de abatimiento del rezago
urbano de Los Cabos.
El crecimiento de la actividad turística en Baja California Sur y específicamente en
Los Cabos ha tenido como consecuencia una detonación del fenómeno migratorio
considerado sin precedentes en la parte sur de la península de Baja California.
Este desarrollo turístico afectó en gran medida regiones como Mulegé y Comondú
ubicadas al norte del estado que se convirtieron en municipios expulsores de
población. La población del municipio de Los Cabos, donde se concentró el
108
crecimiento turístico sudcaliforniano, creció de 10 mil habitantes en 1970 a casi
170 mil en 2005, que representó el 40% de los habitantes en el estado. De ser un
conjunto de pequeñas localidades dedicadas a las actividades primarias, el
municipio y concretamente el corredor turístico San José-Cabo San Lucas, pasó a
contar con más de 14 mil habitaciones de hotel, campos de golf exclusivos y ser
visitado por más de un millón de turistas al año. Esto significa una gran detonación
de la actividad turística convirtiéndose este destino turístico uno de los más
importantes junto con Cancún. Este dinamismo del sector turismo modeló el
comportamiento demográfico del estado y en especial del municipio de Los Cabos
por lo que se convirtió en una entidad esencialmente receptora de migrantes. De
acuerdo con datos del INEGI, en el 2005 se trasladaron al estado 41 313
personas, cantidad que representa el 1.7% del total de migrantes internos ese año
México. Los estados que más aportaron en la inmigración en Sudcalifornia fueron:
Sonora, con 21 de cada 100, Guerrero con 15, Veracruz con 8, Baja California con
siete y el Distrito Federal con 6 de cada 100 (Gámez et al, 2010:225-226).
Es durante los ochenta cuando la ciudad de Cabo San Lucas empezó a crecer,
esto estimulado por la actividad turística creciente, lo que provocó fenómenos de
migración interna siendo el municipio de Los Cabos y concretamente Cabo San
Lucas fuente de atracción de población de otros municipios del estado. De la
misma forma se da un proceso de migración de otros estados del país en
búsqueda de fuentes de empleo. El centro fundacional de la localidad se consolida
entorno al área del puerto y su centro comercial. Así la expansión de la mancha
urbana se duplicó para el año de 1993 ampliándose, esta crecer a zonas aledañas
109
algunas de las cuales eran tierras ejidales como las colonias Ejidal y Arenal, así
como la colonia Obrera y la 4 de Marzo; además de una colonia lejana a la
mancha urbana, considerada un suburbio, Lomas del Sol. De la misma forma se
desarrollaron asentamientos de altos ingresos como el fraccionamiento El
Pedregal, cercano a la zona de marina.
Mapa 3. Ciudad de Cabo San Lucas, Baja California Sur
Fuente. Dirección de Catastro Municipal del Municipio de Los Cabos.
Para el periodo 1993-2004 se da la mayor expansión territorial de la
ciudad surgiendo colonias como Los cangrejos, Hojazen, Miramar,
Jacarandas, La Jolla, Arcos del Sol, Lagunitas, Arcos del Sol, Mesa
Colorada, El Caribe; así como fraccionamientos que se ubican en la
zona del corredor turístico.
110
Mapa 4. Crecimiento Histórico de la ciudad de Cabo San Lucas, B.C.S
Fuente: Instituto de Planeación de Los Cabos
En la última etapa de expansión del 2007 a la fecha han surgido
asentamientos en la zona residencial de El Pedregal, así como
fraccionamientos de alta plusvalía en la zona del corredor turístico;
asimismo asentamientos de alta densidad y de carácter popular como
Las Palmas, Miranda, Azteca y zonas habitacionales construidas por
inmobiliarias como Las Palmas Homex, Lomas del Valle, Chula Vista,
Aura.
111
En tiempos futuros se avizora un crecimiento en la parte norte de la
ciudad, concretamente dentro del polígono del ejido, convirtiéndose el
principal y potencial aportador de tierra para vivienda.
Mapa 5. Estructura urbana en Cabo San Lucas, B.C.S
Fuente. Instituto Municipal de Planeación de Los Cabos, B.C.S.
112
3. Ejido Cabo San Lucas
3.1 Dotación
El ejido Cabo San Lucas, dentro de la historia del reparto agrario en México a
partir de la Ley Agraria que emana de la constitución de 1917 y que materializa las
demandas añejas de tierras para los campesinos sin tierra en este país,
podríamos decir que es reciente, pues fue en 1969 la resolución presidencial y
para 1974 su ejecución y materialización con la dotación correspondiente.
De acuerdo con el expediente del ejido que se encuentra en el RAN, por escrito de
18 de febrero de 1962 vecinos del poblado solicitaron al C. Gobernador del
territorio dotación de tierras por carecer de las indispensables para satisfacer sus
necesidades. Se publicó la solicitud en el periódico oficial del gobierno del territorio
el 10 de marzo de 1962. La diligencia censual se llevó a cabo el 11 de marzo de
1966, misma que arrojó un total de 39 capacitados en materia agraria;
procediéndose a la localización de predios afectables.
El 18 de julio de 1968 la Comisión Agraria Mixta emitió su dictamen y lo sometió a
consideración del Gobernador del territorio quien el 30 de enero del 1969 dictó su
mandamiento, dotando al poblado de 9,626-00-00 hs de agostadero y monte bajo
de mala calidad, de las que 20-00-00 hs serán para la zona urbana del núcleo
ejidal, 80-00-00 para la escuela del lugar y el resto de la superficie para usos
colectivos de los 39 capacitados que arrojó el censo. Por lo que a las tierras de
uso individual se refiere; el total de la superficie dotada se tomó de la forma
siguiente: del predio Cabo San Lucas, propiedad de Abelardo L. Rodríguez M., 97-
113
00-00 Hs.; del predio Cabo San Lucas del menor Miguel A. Parr Bennet, 75-00-00
Hs.; del predio Cabo San Lucas co-propiedad de la sucesión de Samuel Collins,
Abelardo L. Rodríguez M., sucesión de Vicente Arballo Macklis, Federico Fiol
Montaño, Ildefonso R. Green, Juan Bertín Ruíz, Guadalupe Montaño Ritchie,
Enrique Alderete, Arturo F. Gastélum Ceseña, ; Crispín Wilkes y Cipriano Peralta;
77-00-00 Hs. Del predio “El Saltito”, propiedad del menor Antonio Parr Bennet;
231-00-00 Hs. De las demasías del predio “El Mangle” y 3,961-00-00 Hs. Del
predio “La Matancita”, estas dos últimas superficies, propiedad de la nación.
Los nombres de los 39 capacitados, son los siguientes:
1. Juana Castillo de Corrales, 2. Juana Corrales Castillo, 3. José Mateo Cota
Collins, 4. María Isabel González Guillins, 5. Virginia Zamora Pérez, 6. Agustín
Zumaya Burgoin, 7. Alfredo C. Martínez Castillo, 8. Hugo Ceseña Castro, 9. José
Castillo Victorio, 10. Aureliano H. Martínez Aripez, 11. Moisés Ceseña Araiza,
12. María Peralta Vda. de Ceseña, 13. Santiago González González, 14 Pablo
Leggs Martínez, 15. Valerio González Wilches, 16. Enrique Ledezma Montaño,
17. Antonio Agúndez Pérez, 18. Manuel Agúndez Manríquez, 19. Domingo
Ceseña Avilés, 20. Ángel Ruíz Wilches, 21. Norberto Ruíz Wilkes, 22. Tomás Ruíz
Villalobos, 23. Luis Gerardo Cota Zumaya, 24. Lizandro Cota Zumaya, 25. Roberto
Cota Zumaya, 26. Manuel Tamayo Cota, 27. Mardoqueo Tamayo Cota, 28. Ramón
Diego Valle Montaño, 29. Leopoldo Valle Montaño, 30 Francisco Romero Leggs,
31. Rubén Cota Zumaya, 32. Hernán García Saiza, 33. Santiago Ceseña Márquez,
34. Antonio Ceseña Burgoin, 35. Francisco Márquez Villalobos, 36. Ildefonso
114
Agúndez Ochoa, 37. Guillermo Agúndez Ochoa, 38. Ramón Ceseña Wilkes,
39. José Jesús Ceseña Araiza.
Plano 1. Dotación del Ejido cabo San Lucas
Fuente: Archivo de la Comisión Reguladora de la Tenencia de la Tierra (CORETT), Delegación Baja California Sur.
La Resolución presidencial tiene fecha del 7 de noviembre de 1969, publicado en
el diario oficial de la federación el 22 de diciembre del 1969 en los que se concede
dotación al poblado al rubro, en los términos del oficio número 219863 de 23 de
octubre de 1970. Ejecución de la resolución presidencial se realizó el 1 de octubre
de 1974.
115
Mapa 5. Polígonos de dotación y ampliación del Ejido Cabo San Lucas
Fuente: Información proporcionada por el Ejido cabo San Lucas
Plano 2. Comunidad de Cabo San Lucas, Baja California Sur y las delimitaciones del ejido del mismo nombre (diciembre de 1989)
Fuente: Archivo de la Comisión Reguladora de la Tenencia de la Tierra Corett delegación B.C.S
116
3.2 Ampliación
Ejecución de la Resolución Presidencial de fecha del 19 de febrero de 1974,
publicada en el Diario Oficial de la Federación con fecha del 20 de Marzo de 1974,
conforme lo cual se concedió la primera ampliación del ejido “Cabo San Lucas”,
solicitada por los vecinos del Ejido Cabo San Lucas del municipio de La Paz. Con
una superficie de 1,607-00-00 Hs. Quedando a salvo los derechos de 14
capacitados (6 de junio de 1974, ejecución de la resolución presidencial).
Se tomaron de la siguiente manera:
Predio Cabo San Lucas: 125-00-00 Hs., propiedad de la Sociedad Inmobiliaria del
Cabo, S.A, 84-00-00 Hs de la sucesión de Manuel Bou López; 338-00-00 Hs de
Enrique Salinas Treviño; y 800-00-00 Hs. En proindiviso de los CC. Sucesión de
Samuel Collins, sucesión de Vicente Arballo M., Guadalupe Fiol Montaño,
Guadalupe Montaño, Enrique Aldrete, Cipriano Peralta, Higinia Martha Collins de
Tamayo y Jesús de la Concepción Collins; y 260-00-00 Hs. Del predio “Demasías
de la Laguna”, de presunta propiedad nacional. Expídase a 14 beneficiados con
esta resolución y a la Unidad Agrícola Industrial para la Mujer.
Los 14 capacitados son los siguientes: 1. Rafael Cota Carrillo, 2. Leonardo Cota
Carrillo, 3. Enrique Acevedo, 4. J. Guadalupe Ceseña, 5. José Guerrero, 6. Hugo
Ceseña Castro, 7. Ramón S. González, 8. Juan Maldonado, 9. Ramón Peralta, 10,
Ricardo García, 11. Ramón García, 12. Gerónimo García, 13. Antonio González,
14. Ildefonso Agúndez.
1. Unidad Agrícola Industrial de la Mujer: 80-00-00 Hs.
117
2. Las restantes 1,527-00-00 Hs. Para usos colectivos del poblado solicitante.
Tabla 5: Superficie ejidal y beneficiados por la dotación y ampliación del ejido Cabo San Lucas
Acción Fecha de ejecución Superficie ejidal Beneficiados
Dotación 01/10/1974 9626.000000 55
Ampliación 06/01/1974 1607.000000 14 Fuente: Elaboración propia con información del Registro Agrario Nacional
3.3 Expropiaciones
Después de habérseles dotado de tierras, incluyendo una primera y única
ampliación, el ejido ha sido objeto de diferentes acciones agrarias tendiente a
dotar de suelo para vivienda a la población cada vez más creciente derivado del
desarrollo turístico que originó el desarrollo del llamado Centro Integralmente
Planeado Los Cabos por parte de FONATUR.
En cuanto a expropiaciones durante la existencia del ejido ha sido afectado con
385.669514 hectáreas. Estas fueron ejecutadas por diferentes dependencias.
Tabla 6: Expropiaciones que se ejecutaron al Ejido cabo San Lucas, B.C.S Fecha de Publicación Fecha de ejecución Superficie ejecutada Promovente
11/06/1987 16/10/1987 46.769130 SEDUE
03/12/1987 26/02/1988 31.993729 CORETT
02/03/1990 12/05/1990 135.110858 SEDUE
02/03/1990 26/05/1990 62.531027 CORETT
18/05/1994 02/12/1995 2.266100 SCT
09/11/1994 10/12/1995 15.769600 CFE
22/08/1996 04/10/1996 50.020800 GOBIERNO DEL ESTADO
06/09/2000 29/10/2000 41.208270 GOBIERNO DEL ESTADO
Fuente: Elaboración propia con información del Registro Agrario Nacional
118
La primara expropiación que sufrió el ejido cabo San Lucas fue promovido por la
Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE), por oficio número 100.-011
de fecha 14 de enero de 1985, donde la Secretaría de Desarrollo Urbano y
Ecología solicitó a la Secretaría de la Reforma Agraria, la expropiación de 47-13-
94 Has. de terrenos ejidales del poblado Cabo San Lucas, municipio de Los
Cabos, del Estado de Baja California Sur, para destinarlos al aprovechamiento
para la constitución de reservas territoriales, patrimoniales, desarrollo urbano y
vivienda de interés social en los términos del plan de desarrollo urbano del Centro
de Población de Ciudad "Los Cabos", Baja California Sur.
Mapa 7. Superficie expropiada promovida por SEDUE en 1987
Fuente: Proporcionado por Héctor Essaú González Arvizu abogado del Ejido CSL
119
Se llegó a la conclusión de que era procedente la expropiación de terrenos
ejidales manifestando la conformidad del Gobernador del Estado para llevarlo a
cabo, pero de acuerdo con los trabajos técnicos e informativos se obtuvo una
superficie real por expropiar de 46-76-91.30 Has. de agostadero de uso colectivo
(DOF, 11 de junio de 1987).
La segunda expropiación fue promovida por la comisión Reguladora de la
Tenencia de la Tierra (CORETT) por oficio número 0100-155-81 de fecha 28 de
septiembre de 1981, el Director de la Comisión para la Regularización de la
Tenencia de la Tierra, solicitó a la Secretaría de la Reforma Agraria, la
expropiación de una superficie de 21-82-60 Has. de terrenos ejidales del poblado
Cabo San Lucas, Municipio de Los Cabos, del Estado de Baja California Sur, para
destinarse a su regularización legal a favor de sus ocupantes, mediante su venta,
y comprometiéndose a pagar la indemnización correspondiente de acuerdo con la
ley (DOF, 3 de diciembre de 1987). La presencia de asentamientos irregulares en
cabo San Lucas que violentaba los usos de suelo que de manera puntual le
otorgaba la ley obligaba la intervención de instituciones como la CORETT creadas
para enfrentar esas problemáticas en los centros de población.
120
Mapa 8. Superficie expropiada promovida por la CORETT en 1987.
Fuente: Proporcionado por Héctor Essaú González Arvizu, abogado del ejido CSL
Plano 3. Superficie expropiada promovida por la CORETT en 1987.
Fuente: Archivo de la CORETT, delegación Baja California Sur.
121
La instancia se remitió a la Dirección General de Procedimientos Agrarios, de la
Secretaría de la Reforma Agraria, la que inició al expediente respectivo. La
ejecución de los trabajos técnicos e informativos, de los que resultó una superficie
real por expropiar de 31-99-37.29 Has. de agostadero de uso colectivo.
El tercer acto expropiatorio, se llevó a cabo por oficio número 100.- 054 de fecha 6
de febrero de 1989, la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología quien solicitó a
la Secretaría de la Reforma Agraria la expropiación de 138-26-53 Has. de terrenos
ejidales del poblado Cabo San Lucas, Los Cabos, Baja California Sur, para
destinarlos a la constitución de reservas territoriales para el futuro crecimiento y
conservación de la Ciudad de Cabo San Lucas y se comprometió a pagar la
indemnización correspondiente conforme a la Ley. En la ejecución de los trabajos
técnicos e informativos de los que se obtuvo una superficie real por expropiar de
135-11-08.58 Has. de agostadero de uso colectivo.
Mapa 9. Superficie expropiada promovida por la SEDUE en 1990
Fuente: Proporcionado por Héctor Essaú González Arvizu, abogado del Ejido CSL
122
La cuarta expropiación la llevó a cabo la CORETT por oficio número 100/010/88
de fecha 4 de enero de 1988 solicitó a la Secretaría de la Reforma Agraria, la
expropiación de 34-07-68 Has. de terrenos ejidales del poblado Cabo San Lucas
Los Cabos, Estado de Baja California Sur, para destinarlos a su regularización y
titulación legal a favor de sus ocupantes mediante su venta, comprometiéndose a
pagar la indemnización correspondiente conforme a la Ley. Al momento de la
ejecución de los trabajos técnicos se obtuvo una superficie real por expropiar de
62-53-10.27 Has. de agostadero de uso colectivo.
Mapa 10. Superficie expropiada promovida por la CORETT en 1990
Fuente: Proporcionado por Héctor Essaú González Arvizu, abogado del ejido CSL
123
Plano 4. Superficie expropiada promovida por la CORETT en 1990
Fuente: Archivo de la CORETT Delegación Cabo San Lucas
La quinta expropiación fue por oficio número 102.401 04845 de fecha 5 de abril de
1993, donde la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, solicitó a la
Secretaría de la Reforma Agraria la expropiación de 2-31-66 Has., de terrenos
ejidales del poblado Cabo San Lucas, Los Cabos, para destinarlos al derecho de
vía necesario para la construcción de la ampliación de la carretera
Transpeninsular Baja California Sur, tramo El Bledito-Cabo San Lucas,
comprometiéndose a pagar la indemnización correspondiente en términos de Ley.
Iniciándose el procedimiento relativo de cuyos trabajos técnicos e informativos se
obtuvo una superficie real por expropiar de 2-26-61 Has., de agostadero de uso
común.
124
Mapa 11. Superficie expropiada promovida por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
Fuente: Proporcionado por Héctor Essaú González Arvizu, abogado del Ejido CSL.
La sexta afectación agraria fue promovida por oficio número GDS-13/162/94 de
fecha 14 de marzo de 1994, donde la Comisión Federal de Electricidad, solicitó a
la Secretaría de la Reforma Agraria la expropiación de 16-65-18.50 Has., de
terrenos ejidales del poblado de Cabo San Lucas, Los Cabos, Baja California Sur,
para destinarlos a la construcción de la línea de transmisión Cabo Bello-Cabo San
Lucas II, comprometiéndose a pagar la indemnización correspondiente en
términos de Ley. Iniciándose el procedimiento relativo de cuyos trabajos técnicos e
informativos se obtuvo una superficie real por expropiar de 15-76-96 Has., de
agostadero de uso común.
La séptima expropiación fue promovida con oficio sin número de fecha 15 de
septiembre de 1994, donde el Gobierno del Estado de Baja California Sur, solicitó
a la Secretaría de la Reforma Agraria la expropiación de 50-01-96 Has., de
125
terrenos ejidales del poblado Cabo San Lucas, Los Cabos, Baja California Sur,
para destinarlos a constituirlos como reserva territorial. Comprometiéndose a
pagar la indemnización correspondiente en términos de Ley. Iniciándose el
procedimiento relativo de cuyos trabajos técnicos e informativos se obtuvo una
superficie real por expropiar de 50-02-08 Has., de agostadero de uso común.
La octava y última afectación agraria fue promovida con oficio número 2356 de
fecha 16 de octubre de 1998, donde el Gobierno del Estado de Baja California Sur
solicitó a la Secretaría de la Reforma Agraria la expropiación de 41-19-12 Has., de
terrenos del ejido Cabo San Lucas, Los Cabos, Baja California Sur, para
destinarlos a constituirlos como reserva territorial y, en su oportunidad, promover
la vivienda, el desarrollo urbano y la protección del equilibrio ecológico para el
futuro crecimiento de la ciudad de Cabo San Lucas, comprometiéndose a pagar la
indemnización correspondiente en términos de Ley. Iniciando el procedimiento
relativo, de los trabajos técnicos e informativos se comprobó que existe una
superficie real por expropiar de 41-20-82.70 Has., de agostadero de uso común.
Para llevar a cabo lo planes y programas acerca de las políticas urbanas, es el
municipio quien tiene el papel fundamental y es así como el Municipio de Los
Cabos, estipula en su Plan Municipal de Desarrollo Urbano los criterios para el
crecimiento de las ciudades tanto de San José del Cabo, como Cabo San Lucas.
Esta política debe de ajustarse a la Ley Estatal de Desarrollo Urbano Municipal
que se desprende de la Ley General de Asentamientos Humanos, que rige a
nuestro país.
126
4. Ley Estatal de Desarrollo Urbano del estado de Baja California Sur y el
papel del municipio
De acuerdo con la Ley Estatal de Desarrollo Urbano del Estado de Baja California
Sur y respecto al papel de los municipios en la confección de políticas pública
urbanas lo siguiente:
ARTÍCULO 13.- Corresponde a los ayuntamientos ejercer, en el ámbito de sus
respectivas jurisdicciones, las siguientes atribuciones de manera general:
I.- Formular, aprobar, y administrar los planes o programas municipales de
desarrollo urbano, de centro de población y los demás que de estos se deriven, así
como evaluar y vigilar su cumplimiento, de acuerdo a lo establecido en la presente
ley, así como participar en la formulación de planes de desarrollo regional, los
cuales deberán estar en concordancia con los planes generales de la materia;
II.- Regular, autorizar, controlar y vigilar las reservas, usos y destinos de áreas y
predios en los centros de población;
III.- Administrar la zonificación prevista en los planes o programas municipales de
desarrollo urbano, de centros de población y los demás que de estos se deriven;
IV.- Promover y realizar acciones e inversiones para la conservación,
mejoramiento y crecimiento de los centros de población;
VII.- Celebrar con la federación, el estado, otros municipios o con los particulares,
convenios y acuerdos de coordinación y concertación que apoyen los objetivos y
127
prioridades previstos en los planes o programas municipales de desarrollo urbano,
de centros de población y los demás que de estos se deriven;
X.- Expedir las autorizaciones, licencias o permisos de usos de suelo,
construcciones, fraccionamientos, conjuntos habitacionales, desarrollos turísticos,
subdivisiones, fusiones, relotificaciones y condominios, de conformidad con los
planes o programas de desarrollo urbano, reservas, usos y destinos de áreas y
predios;
En cuanto al problema central de la conformación de las reservas territoriales,
donde se presentan los diferentes tipos de la tenencia de la tierra y que en
muchos casos interviene la tierra de propiedad social, señala que:
XI.- Intervenir en la regularización de la tenencia de la tierra urbana, de
conformidad con los planes o programas de desarrollo urbano, reservas, usos y
destinos de áreas y predios, en términos de la legislación aplicable;
XII.- Participar en la creación y administración de reservas territoriales para el
desarrollo urbano, la vivienda y la preservación ecológica;
XVI.- Elaborar, aprobar, ejecutar, controlar, evaluar y revisar en forma conjunta con
el Gobierno del Estado y conforme al convenio de coordinación respectivo, los
programas parciales que se expidan para la utilización parcial o total de la reserva
territorial y de las zonas sujetas a conservación ecológica;
XXII.- Promover la participación solidaria de la población en la solución de los
problemas de infraestructura y equipamiento urbano, servicios públicos y vivienda,
en los centros de población ubicados en su jurisdicción;
128
En los contenidos de la Ley Estatal expresa claramente como el municipio incidirá
de manera fundamental en la creación de reservas territoriales, asimismo
intervendrá en la regularización de la tenencia de la tierra, auxiliándose claro, de
las instituciones como CORETT. Además la ciudad de Cabo San Lucas en gran
medida colinda con tierras ejidales, por lo cual las autoridades municipales tendrán
que utilizar una política de acercamiento y coordinación con las autoridades
ejidales.
129
VI. ASENTAMIENTOS HUMANOS EN TIERRA DE ORIGEN EJIDAL EN CABO SAN LUCAS
Después de las reformas al artículo 27 constitucional y la promulgación de la
Nueva Ley Agraria, el ejido fue afectado con dos expropiaciones concertadas del
gobierno del estado de Baja California Sur con el fin regularizar las colonias
Lomas del Sol (en sus tres etapas) y Mesa Colorada (en sus tres etapas). A partir
de ahí la utilización de tierras ejidales en la Ciudad de Cabo San Lucas se ha
realizado a partir de la obtención por parte de ejidatarios, para el caso de las
parcelas, del dominio pleno y de la comercialización por parte de los ejidatarios de
manera conjunta de áreas de uso común; aunque todavía se presentan
asentamientos irregulares en las tierras ejidales producto de invasiones de
colonos.
Mapa 12. Tipo de uso de suelo en la ciudad de Cabo San Lucas
Fuente: Instituto de Planeación de Los Cabos (2011)
130
En este nuevo marco jurídico, en el crecimiento urbano de la ciudad se han
perfilado distintos tipos de proyectos habitacionales, en estricto sentido tres de
diferentes características: lotes destinados para asentamientos populares;
asentamientos para vivienda de interés social y; por último, proyectos
residenciales turísticos de baja densidad. Actualmente, sin embargo siguen
presentándose asentamientos irregulares en Cabo San Lucas, que están en vías
legalización con la participación de autoridades ejidales y el Estado. En el
presente y el futuro el ejido Cabo San Lucas será importante en la creación de
reservas territoriales para asegurar un mejor crecimiento armónico de la ciudad.
1. Proyectos urbanos de lotes para vivienda popular
En cuanto a los proyectos urbanos de lotes para vivienda popular de alta
densidad, ubicamos cinco asentamientos, todos ellos ubicados al norte de la
ciudad, la parte de mayor crecimiento urbano y que tiene como objetivo atender la
demanda de las clases bajas.
Estos asentamientos van dirigidos a personas que no pueden accesar a los
créditos tradicionales de las instituciones de vivienda del Estado o cuyos créditos
no alcanzan para adquirir vivienda que representa un gran sector de la población
de Cabo san Lucas pues están registrados con bajos salarios dependiendo en
gran medida de las propinas que obtienen por sus servicios en restaurantes y
hoteles.
131
Tabla 7: Proyectos urbanos de lotes para vivienda popular de alta densidad. Proyecto Urbano Tipo de desarrollo urbano Parcela Ubicación
Fuentes de Bella Vista etapas I, II y
II
El proyecto consiste en lotificar lotes rústicos, para uso habitacional.
Parcelas 5, 11 y 16 cuya superficie es de 7-80-17.733
has
Área conocida como el Taste de Cabo San
Lucas
Fuentes de Bellavista Etapas
IV y V
El proyecto consiste en lotificar por medio de un levantamiento topográfico en lotes rústicos, para uso habitacional.
Superficie total de 5-20-00.00 has. Parcelas 15 y 38
Área conocida como el Taste de Cabo San
Lucas
Lotificación “Cabo Fierro”
Cambio de uso de suelo para venta de lotes 403 de uso habitacional
Parcela 112 ZZ 1/3, con superficie de 10-14-12.63 has.
Noroeste de la ciudad, cercano a la colonia Las Palmas
Colonia Azteca
Proyecto para 367 lotes que van de los 160 m2 a los 200 m2
Parcela 115 ZZ P1/3 con superficie de 92,929.62 m2
Noroeste de la Ciudad de Cabo San
Lucas
Fraccionamiento Miranda
Lotificación para asentamiento urbano popular
SIN DATO
Noroeste de la ciudad, a un lado de
Colonia Azteca
Fuente: Datos obtenidos de los estudios de impacto ambiental para los proyectos Asentamiento Fuentes de Bellavista, Cabo Fierro, Colonia Azteca.
Fuentes de Bellavista
En el caso del Proyecto de Lotificación “Fuentes de Bellavista” se ubica en la
porción Sur del Estado de Baja California Sur, en el Municipio de Los Cabos,
dentro del área que comprende el Ejido Cabo San Lucas, específicamente en las
parcelas 5, 11 y 16 del área conocida como el Taste de Cabo San Lucas, con una
superficie total de 7-80-17.733 has. El proyecto consistió en lotificar por medio de
un levantamiento topográfico las Parcelas 5, 11 y 16 cuya superficie es de 7-80-
17.733 has. lotes rústicos, para uso habitacional popular.
132
Mapa 13. Ubicación del Proyecto Urbano Fuentes de Bellavista (2010)
Fuente: Manifestación de Impacto Ambiental Fuentes de Bellavista
http://sinat.semarnat.gob.mx/dgiraDocs/documentos/bcs/estudios/2010/03BS2010FD067.pdf
Fuentes de Bellavista 4ª. Y 5ª. Etapas
El proyecto de lotificación “Fuentes de Bella Vista 4ta y 5ta Etapas” se ubica
dentro del área que comprende el Ejido Cabo San Lucas, específicamente en el
área conocida como el Taste de Cabo San Lucas, cercana al aeropuerto de la
ciudad y que está tipificada como área de uso de alta densidad poblacional, la de
mayor crecimiento de la ciudad.
133
Mapa 14. Ubicación del Proyecto Urbano Fuentes de Bellavista 4ª y 5ª etapa.
Fuente: Manifestación de Impacto Ambiental Fuentes de Bellavista 4ª y 5ª etapa http://sinat.semarnat.gob.mx/dgiraDocs/documentos/bcs/estudios/2011/03BS2011FD011.pdf
El proyecto se realizó en una Superficie total de 5-20-00.00 has. de las Parcelas
15 y 38. En la parcela 15 se ofertaron 83 lotes y en la parcela 38, 80 lotes. Está
área está especificado para área de vivienda de alta densidad. Este asentamiento
se ubica en el norte de la ciudad cercano al Aeropuerto de Cabo San Lucas, zona
de desarrollo habitacional popular.
Asentamiento Cabo Fierro
En cuanto al Proyecto de lotificación Cabo Fierro se realizó en el predio en el
noroeste de la ciudad de Cabo San Lucas, aproximadamente a 1.5 km de la
134
entrada a la ciudad, a la altura de la gasolinera y el motel La Roca. Se desvía por
la terracería que lleva a la colonia El Progreso y Las Palmas. Aproximadamente a
3.5 km.
Mapa 15. Ubicación del Proyecto Urbano Cabo Fierro
Fuente: Manifestación de impacto ambiental proyecto de lotificación “Cabo Fierro”.
http://sinat.semarnat.gob.mx/dgiraDocs/documentos/bcs/estudios/2006/03BS2006FD103.pdf
El objetivo final fue en la habilitación del terreno para fraccionarlo o lotificarlo. El
proyecto se realizó en la parcela 112 ZZ 1/3, tiene una superficie de 10-14-12.63
has. Con clave catastral 4-02-001-0992, ubicado en el km. 13 camino a la pista
aérea de Cabo San Lucas. El asentamiento constará de 403 lotes que van desde
los 160 m2 a los 216 m2 y 218 m2. El asentamiento se ubica a un costado de la
colonia Las Palmas.
135
2. Asentamientos urbanos de vivienda de interés social
La gran explosión demográfica que experimentó cabo San Lucas desde los
noventa, generó una gran demanda de vivienda de interés social, algo que no
había sido satisfecho totalmente a principios del año 2000.
Los asentamientos de interés social en Cabo San Lucas, se empiezan a
desarrollar al norte de la ciudad ya sea mediante tierras ya obtenidas por el
gobierno del estado, como en el caso del fraccionamiento Las Palmas Homex o
con ventas ya establecidas con ejidatarios en particular o de manera colectiva con
el ejido en el caso del fraccionamiento Chula Vista. De estos fraccionamientos
ubicamos cuatro de ellos, quienes de la misma manera se construyeron en la zona
norte de la ciudad, así como los asentamientos de lotificación para vivienda
popular.
Tabla 8: Proyectos Urbano de Vivienda de Interés social Proyecto Urbano
Tipo de desarrollo urbano Parcela Ubicación
FRACC. LAS PALMAS
Lotificación para 1,120 lotes habitacionales H3, de un lote con superficie de 255,461.15 m2 identificado como Las Palmas
proceso de expropiación.
superficie de 333-40-40.668 has
A un lado de la pista aérea de Cabo San Lucas,
PRIVADA LOMAS DEL VALLE
fraccionamiento consiste en 307 casas habitación en un nivel, en una superficie de 108,388.28 has
Predio Parcela 114 Z Z 1/3 del Ejido Cabo San Lucas
Avenida Nicolás Tamaral
AURA RESIDENCIAL
proyecto habitacional que consiste en la construcción de 238 viviendas de interés popular en una superficie aproximada de 48,476.09 m2,
Fracción D de la parcela 101 ZZP 1/3 del Ejido Cabo San Lucas.
En las inmediaciones de la colonia
Meza Colorada
FRACC. CHULAVISTA
El fraccionamiento estará divido en 3,084 lotes para vivienda Multifamiliar, 736 lotes para Cluster Compacto, y 206 lotes para vivienda tipo Residencial, dando un total de 4,026 viviendas.
El Ejido Cabo San Lucas vende 89-14-32.794 hectáreas para el proyecto
Avenida Nicolás Tamaral
Fuente: Elaborado a partir de la maniefestación de impacto ambiental de los proyectos
136
Esta zona está tipificada de acuerdo con el Plan de Desarrollo Urbano como
habitacional de alta densidad poblacional. De manera lógica las constructoras
buscaron predios que por su ubicación no fueran de alta plusvalía para sus
proyectos, para ofrecer vivienda más accesible a los montos que ofrecen las
instituciones de crédito del Estado para los trabajadores.
Fraccionamiento Las Palmas
El proyecto de habitacional de Las Palmas, fue edificado en una superficie total
de 333-40-40.668 has. adquirida por la compañía Homex al gobierno del Estado
que a su vez los obtuvo como parte de la ampliación de las reservas territoriales al
ejido Cabo San Lucas. El tipo de vivienda es de interés social para zona de alta
densidad.
Mapa 16. Fraccionamiento Las Palmas, Cabo San Lucas, B.C.S
Fuente: Ubicación del asentamiento por parte del autor con Google Earth
137
El fraccionamiento se dividió en 45 manzanas y 996 lotes habitacionales y
crecimiento a futuro; las manzanas promedio constarán de 24 lotes de cada una,
aunque en algunos casos y dada la irregularidad del polígono se ajustaron
manzanas con menor número de lotes e incluso lotes solos.
Hasta antes de la construcción de este fraccionamiento, quienes cotizaban en sus
trabajos para crédito para vivienda a través del Instituto Nacional para el Fondo de
la Vivienda de los Trabajadores (INFONAVIT), no alcanzaban para adquirir una
vivienda en los desarrollos ofertados debido a su alto precio, en el caso de
algunos de estos desarrollos al norte de la ciudad fue posible accesar a este bien.
Plano 5. Plano urbano del Fraccionamiento Las Palmas
Fuente: Manifestación de impacto ambiental Fraccionamiento Las Palmas, cabo San Lucas, B.C.S http://sinat.semarnat.gob.mx/dgiraDocs/documentos/bcs/estudios/2005/03BS2005FD070.pdf
Privada Lomas del Valle
El proyecto “Privada Lomas del Valle”, contempló la construcción de un conjunto
habitacional el cual se ubica en el predio “Parcela 114 Z Z 1/3 del Ejido Cabo San
138
Lucas, municipio de Los Cabos en el estado de Baja California Sur. El predio se
subdividió en 307 lotes en los que se contempla el uso del suelo para el desarrollo
urbano.
De acuerdo con el plano de lotificación autorizado, el fraccionamiento consistió en
307 casas habitación en un nivel, en una superficie de 108,388.28 has. Se estima
una densidad de población de 3.6 habitantes por vivienda por lo que la población
del fraccionamiento a su máxima capacidad es de 1,105 personas.
Mapa 17. Ubicación del conjunto habitacional Privadas de Lomas del Valle
Fuente. Ubicación del asentamiento realizada por el autor con Google Earth
Aura Residencial
El fraccionamiento “Aura Residencial”, en un predio que corresponde a la
tipificación señalada como zonas habitacionales y de servicios. El asentamiento se
proyectó la construcción de 238 viviendas de interés popular.
139
El proyecto habitacional de interés popular se edificó en las inmediaciones de la
Colonia Mesa Colorada en la fracción D de la parcela 101 ZZP 1/3 del Ejido Cabo
San Lucas, en el municipio de Los Cabos, B.C.S. cuya clave catastral es la núm.
402-001-1165.
La vía de acceso al fraccionamiento es por la prolongación Leona Vicario, cercana
a la pista aérea de Cabo San Lucas. El predio está anexo a la colonia Meza
Colorada sección II, de característica popular con alta densidad.
Mapa 18. Ubicación del Fraccionamiento Aura Residencial
Fuente: Ubicación del asentamiento realizada por el autor en Google Earth
140
Fraccionamiento Chulavista
Para la construcción de este fraccionamiento, la transacción de venta se dio entre
el Ejido Cabo San Lucas y la constructora Homex. Para ello se destinó una
superficie de 89-14-32.794 hectáreas para el desarrollo del proyecto
Fraccionamiento “Chula Vista”.
El fraccionamiento estará divido en 3,084 lotes para vivienda Multifamiliar, 736
lotes para Cluster Compacto, y 206 lotes para vivienda tipo Residencial, dando un
total de 4,026 viviendas. Este asentamiento construyó diferentes tipos de vivienda
lo que significó que obtuvieran un lugar para evitar gente con diferentes ingresos.
Mapa 19. Ubicación del Fraccionamiento Chula Vista, Cabo San Lucas, B.C.S
Fuente: Unicación del asentamiento por parte del autor con Google Earth
141
3. Asentamientos urbanos de vivienda residencial turística de muy baja densidad
Este tipo de vivienda se edificó en la zona del polígono principal del ejido Cabo
San Lucas y que esta aledaña al corredor turístico. Esta zona es considerada
como zona de muy baja densidad y de manera contigua de han desarrollado
proyectos hoteleros y se cuenta con vista a la bahía de Cabo San Lucas, lo que le
da un gran plusvalía.
Tabla 9. Proyecto urbano de vivienda residencial turística de muy baja densidad. Proyecto Urbano Tipo de desarrollo urbano Parcela Ubicación
FRACC. RESIDENCIAL HERMITAGE
Fraccionamiento en zona de baja densidad
Parcela 27 Z2 P1/3 Ubicado en el corredor turístico
LA CIMA RESIDENCIAL
Fraccionamiento zona de baja densidad
Parcela 2 Z1P 1/3 Fracción “ B”
Ubicado en el corredor turístico
EL TEZAL Fraccionamiento en zona de baja densidad
Parcela 14 Z2 P1/3 con una superficie de 26,169.93 m2.
Ubicado en el corredor turístico
FRACC. PRIVANZAS
Fraccionamiento en zona de baja densidad
Parcela 128 del ejido, con un área total de 57,432.62 m2.
Ubicado en el Corredor Turístico
FRACC. PUNTA VISTA
HERMOSA
Fraccionamiento en zona de baja densidad
Parcela 46 Z2 P 1/3
Ubicado en el corredor turístico
RESIDENCIAL MARALUNA
Fraccionamiento en zona de baja densidad
Parcelas 255 Z6 P 1/3 y 252 Z6 P 1/3.
Ubicado en el corredor turístico
EL TREBOL Fraccionamiento en zona de baja densidad
Parcelas 11 Z2 P 1/3 y 18 Z2 P 1/3
Ubicado en el Corredor Turístico
Fuente: Elaboración propia a partir de los estudios de manifestación de impacto ambiental de los proyectos para cambio de uso de suelo
La venta de estos terrenos de origen ejidal se ha dado a partir de la obtención del
dominio pleno a excepción de Villa Serena donde se estableció una especie de
concesión entre el ejido Cabo San Lucas y el desarrollo turístico.
142
El desarrollo turístico de cabo San Lucas se concentra principalmente sobre el
corredor turístico y por lo tanto de manera aledaña a la carretera Cabo San Lucas-
San José del cabo, de ahí que los terrenos ejidales apostados en esa zona son de
gran valor comercial
Fraccionamiento Residencial Hermitage
El fraccionamiento Hermitage está localizado por el corredor turístico, zona de
muy baja densidad poblacional y de gran plusvalía. El asentamiento está ubicado
en la localidad de Cabo San Lucas, ubicada en la parcela 27 Z2 P 1/3 del ejido
Cabo San Lucas con clave catastral 4-02-001-1075 y una superficie de 2-63-
37.75. hectáreas. Se llevó a cabo la lotificación y apertura de las vialidades del
predio a desarrollar, el cambio de uso de suelo.
Mapa 20. Ubicación del fraccionamiento Hermitage
Fuente: Estudio de impacto impacto ambiental en la elaboración del proyecto residencial
http://sinat.semarnat.gob.mx/dgiraDocs/documentos/bcs/estudios/2007/03BS2007FD158.pdf 10/09/12
143
Fraccionamiento La Cima Residencial
El fraccionamiento La Cima, está ubicado dentro del corredor turístico Cabo San
Lucas- San José del Cabo, área de gran plusvalía y es considerada área de muy
baja densidad poblacional y de vocación turística y residencial.
El fraccionamiento está edificado en Parcela 2 Z1 P 1/3 Fr acción “B” del ejido
cabo San Lucas, con una superficie total de 30,000.00 m2 y tiene la clave catastral
402- 044- 027-011, donde se construyeron 36 residencias en lotes que oscilan
entre los 500 y los 865 M2.
Mapa 21. Ubicación de La Cima Residencial dentro del polígono del ejido
Fuente: Ubicación del asentamiento del autor con Google Earth.
144
El área del fraccionamiento su terreno es de forma irregular, colinda al noroeste
con tierras de uso común, zona 1, al noreste con la parcela 1, al Sureste con
tierras de uso común, zona 1, y al Sur oeste con la parcela 2 fracción “A”. Todo
ello dentro del ejido Cabo San Lucas, en la Zona conocida como el Tezal, en
Cabo San Lucas.
Fraccionamiento El Tezal
El fraccionamiento El Tezal se encuentra en el área del corredor turístico que se
caracteriza por su gran plusvalía, además de ser zona habitacional turística de
muy baja densidad poblacional.
Mapa 22. Localización del Predio El Tezal
Fuente: Manifestación de manifestación de impacto ambiental del proyecto http://sinat.semarnat.gob.mx/dgiraDocs/documentos/bcs/estudios/2011/03BS2011FD075.pdf 10/09/12
145
Fraccionamiento Privanzas Este fraccionamiento se construyó en la parcela 128, con un área del polígono de
57,432.62 m2. El asentamiento se localiza en el área del corredor turístico, zona
de alta plusvalía, considerada como área turística residencial de muy baja
densidad. El acceso a este fraccionamiento está a la altura del kilómetro 3 de la
carretera federal Cabo San Lucas-San José del Cabo
Fraccionamiento Punta Vista Hermosa
El predio de este asentamiento se encuentra en la parcela 46 Z2 P 1/3 que fue
desincorporado al ejido Cabo San Lucas cuya clave catastral es 4-02-001-0098.
La zona es considerada turística residencial de muy baja densidad, se encuentra a
la altura del km 6 de la carretera a federal Cabo San Lucas-San José del Cabo. La
superficie total de este asentamiento es de 27,067.82 m2 donde se edificaron
villas residenciales.
Mapa 23. Ubicación del Fraccionamiento Punta Vista Hermosa
Fuente: Manifestación de impacto ambiental del proyecto
http://sinat.semarnat.gob.mx/dgiraDocs/documentos/bcs/estudios/2006/03BS2006FD079.pdf
146
Residencial Maraluna
El fraccionamiento se construyó en las parcelas 255 Z6 P 1/3 y 252 Z6 P 1/3, con
claves catastrales 402-001-2848 y 402-001-2918 respectivamente. El
asentamiento está en un área de 80,282.064 m2. La zona donde se localiza el
fraccionamiento es turística residencial de muy baja densidad.
El predio donde se localiza el fraccionamiento perteneció al ejido Cabo San Lucas,
En el predio conocido como El Tezal, se localiza al noreste de la ciudad de Cabo
San Lucas.
Mapa 24. Localización del fraccionamiento Maraluna
Fuente: Manifestación de impacto ambiental del proyecto http://sinat.semarnat.gob.mx/dgiraDocs/documentos/bcs/estudios/2009/03BS2009FD021.pdf
147
Fraccionamiento El Trébol
El Trébol se ubica en la carretera Cabo San Lucas-San José del Cabo a la altura
del kilómetro 6.8 en el ejido Cabo San Lucas. Se localiza en dos lotes de terreno
identificados como las parcelas 11 Z2 P 1/3 con 2.724362 hectáreas y 18 Z2 P 1/3
con 3.015440 hectáreas. El predio se localiza en zona de muy baja densidad, de
gran valor comercial.
Mapa 25. Fraccionamiento El Trébol
Fuente: Manifestación de impacto ambiental del proyecto http://sinat.semarnat.gob.mx/dgiraDocs/documentos/bcs/estudios/2008/03BS2008FD012.pdf
4. Asentamientos irregulares en tierras ejidales en Cabo San Lucas
A lo largo del crecimiento histórico de la ciudad, el ejido Cabo San Lucas ha sido
afectado para poder regularizar asentamientos humanos con la intervención de
CORETT esto antes y poco después de la promulgación de las reformas
148
constitucionales del artículo 27 constitucional. Aunque el problema de los
asentamientos irregulares en tierras ejidales ha disminuido, en la actualidad se
tiene la existencia de dos asentamientos en específico: las colonias Caribe Bajo y
Tierra y Libertad, donde líderes de colonos generalmente inmiscuidos con
autoridades municipales han estimulado la creación de estos asentamientos.
En el caso de las colonias anteriormente citadas, estas se encuentran en proceso
de regularización en la figura de la expropiación concertada, creándose los
Comités Ciudadanos para la Regularización de la Tenencia de la Tierra por la
CORETT delegación Baja California Sur, conveniando con el ejido Cabo San
Lucas.
Mapa 26. Asentamientos irregulares en Cabo San Lucas
Fuente: Instituto de Planeación del Municipio de Los Cabos.
149
Es de resaltar la disposición del ejido en la solución del problema que representan
estos asentamientos irregulares, donde se desincorporarán 135 hectáreas donde
se ubican las colonias Tierra y Libertad y El Caribe Bajo.
La dinámica del crecimiento de la Ciudad de Cabo San Lucas obliga la
participación coordinada de los diferentes sectores que intervienen en el mercado
de tierra y vivienda. En ese sentido el ejido Cabo San Lucas es uno de sus
principales protagonistas.
5. Importancia de la futura participación del Ejido Cabo San Lucas en el
crecimiento urbano de Cabo San Lucas.
El ejido Cabo San Lucas es sin duda un actor de importante peso en el
crecimiento futuro de la ciudad de cabo San Lucas. La ciudad en su parte norte y
noreste de la ciudad está rodeada de terrenos ejidales (ver mapa 26), por lo que
será agente activo en el crecimiento de la ciudad sobre todo para proyectos de
vivienda popular y de interés social de alta densidad, así como de residencial
turística de muy baja densidad. Importante será la coordinación de las autoridades
municipales y el ejido Cabo San Lucas con el objetivo de lograr un crecimiento
urbano armónico. Que la conformación de Instituto Municipal de Planeación del
Municipio de Los Cabos (IMPLAN-Los Cabos), sea elemento importante en la
coordinación entre agentes involucrados en la dinámica urbana de expansión
entre ellos el ejido Cabo San Lucas.
150
Mapa 27. Tenencia de la tierra en Cabo San Lucas, B.C.S
Fuente: Instituto Municipal de Planeación de Los Cabos
5.1 La creación de reservas territoriales
La administración municipal que de acuerdo con el artículo noveno fracción XXI de
la Ley General de Asentamientos Humanos los municipios están facultados para
crear y administrar reservas territoriales con el fin de garantizar un crecimiento
armónico de la ciudad según los usos de suelo, además de generar una bolsa de
suelo para que quienes carezcan de un pedazo de tierra para vivir lo puedan
obtener a bajos precios.
De esta manera, el Ayuntamiento de Los Cabos adquirió terrenos que eran del
ejido cabo San Lucas en el predio conocido como Leonardo Gastélum con el fin de
reubicar a moradores que se encontraban en zonas de arroyos y de alto riesgo,
151
además de ofrecer lotes para vivienda a población que por su ingreso no podían
accesar a viviendas de interés social.
Las reservas territoriales con que cuenta en la actualidad son limitadas y por lo
tanto insuficientes, de ahí que en el futuro, importante será la coordinación y
cooperación entre el municipio y el ejido con el fin de prever las necesidades
futuras y ampliar las reservas territoriales.
Mapa 28. Reservas territoriales de la Ciudad de Cabo San Lucas, B.C.S
Fuente: Instituto Municipal de Planeación de Los Cabos
5.2 Dominio Pleno de las tierras ejidales
De acuerdo con lo señalado por los artículos 23, fracción IX, y 81 de la Ley
Agraria, la Asamblea ejidal podrá resolver que los ejidatarios puedan adoptar el
152
dominio pleno sobre sus parcelas. De esta forma al obtener el dominio pleno y
convertir sus tierras en propiedad privada; de acuerdo con la Nueva Ley agraria,
los ejidatarios podrán vender o enajenar sus derechos parcelarios a ejidatarios o
avecindados del mismo núcleo, adquirir el dominio pleno de sus parcelas y
venderla, o en el caso de los comuneros, ceder el derecho de sus parcelas
familiares a familiares o a avecindados. La ley también permite que los ejidatarios
puedan aportar sus tierras a sociedades civiles o mercantiles, como en el caso de
destinar tierras para uso urbano, inmobiliarias ejidales.
De esta forma la decisión del ejidatario de vender sus tierras es una decisión
personal. Por lo tanto el ejidatario de manera individual puede contribuir en la
venta para usos habitacionales en las ciudades.
En el caso del ejido Cabo San Lucas, el proceso de obtención del dominio pleno
va muy avanzado en la tierra parcelada y en las tierras de uso común se están
parcelando para que sean distribuidas entre los ejidatarios y estas ya estén en
condiciones a su vez de obtener el dominio pleno.
Tabla 10. Tierras de Dominio Pleno Ejido Cabo San Lucas
SUPERFICIE EN HECTÁREAS AÑO PARCELADA USO COMÚN ASENTAMIENTO DOMINIO PLENO
2006 234.640663 9113.200337 SIN DATO 723.703936
2007 562.929005 8433.619081 301.438349 1244.574337 Fuente: Elaboración propia en base a datos del RAN
El avance del dominio pleno es posible verificarlo hasta el 2007, en ese sentido el
ejido de un poco mas de 723 hectáreas que se habían convertido al dominio
pleno, para el 2008 se tenían poco mas de 1,244 hectáreas para el 2007,
153
superficie en la cual los ejidatarios que las poseían podían disponer de ellas de
acuerdo con su libre decisión y por lo tanto entre esas decisiones podrían
destinarlas a nuevos asentamientos humanos.
154
CONCLUSIONES
El objetivo de la presente tesis es analizar la expansión urbana de la ciudad de
Cabo San Lucas y el papel que ha jugado el ejido del mismo nombre antes y
después de la reforma constitucional del artículo 27 constitucional en este
fenómeno.
Indudablemente, los planteamientos teóricos que aquí se vierten no son de
carácter totalizadores, ni se plantea que alguno de ellos de la explicación total del
desarrollo urbano; sin embargo, son parte fundamental de la explicación del
fenómeno del crecimiento urbano en la zona de estudio.
Algo muy importante al analizar un problema urbano, es abordar las diferentes
posturas sobre la ciudad, desde el punto de vista teórico y conceptual. Así, en el
capítulo uno se explicaron diferentes posiciones teórico conceptuales de la ciudad,
desde los orígenes de las ciudades, hasta las características de las ciudades
actuales, tanto de América Latina como de nuestro país. Académicos como
Sobrino, hablan del origen remoto de las ciudades y que como lo afirma Weber,
este origen no está ligado con la irrupción de la industria, sino a estapas previas.
La ciudad no sólo es la conglomeración urbana, sino como lo afirma la Escuela
Ecologista de Chicago, es también un estado de mente, de costumbres, de
tradiciones, de actitudes, de prácticas sociales determinadas. También la ciudad
es para clásicos autores como Engels y otros contemporáneos, como Schteingart
y Castells, una expresión de distribución espacial clasista que reproduce la vida
material del hombre, así como las relaciones sociales del modo de producción
155
dominate. Las ciudades, concretamente las latinoamericanas, se han configurado
a partir de la marginalidad, de la dualización constante.
Uno de los fenómenos que en el estudio de la ciudad requieren explicación, es la
manera como se configura en el espacio, como crece y para ello hay una serie de
modelos que se plantean. En la configuración de las ciudades los modelos
planteados por los teóricos estadounidenses en muchos sentidos se acomodan a
la ciudad latinoamericana, concretamente a las mexicanas, se revisaron modelos
de crecimiento urbano de Burgess, quien plantea un crecimiento a base de
círculos concéntricos; Harris y Ullman que expresan el crecimiento de las ciudades
a través del modelo polinuclear que plantea una serie de vacios urbanos y el
surgimiento y consolidación de una serie de núcleos urbanos; de la misma forma
Hoyt quien toma en cuenta la movilidad de la ciudad sectores de la población más
dinámicos, con mayor poder adquisitivo que se desplazarán por las principales y
rápidas rúas de comunicación evadiendo el congestionado ambiente de la ciudad
central. Como parte de la ciudad actual y la tendencia a las grandes
aglomeraciones urbanas se maneja el término de las ciudades desdibujadas
debido a su gigantesco tamaño como en el caso de la ciudad de México.
El crecimiento de las ciudades latinoamericanas y mexicanas, estuvo enmarcado
por la informalidad, derivado de la precarización en la que han vivido y viven
mucha población. Esta dualidad, no sólo se manifiesta en países del tercer mundo,
también se manifiesta en ciudades de países desarrollados como Londres y
Nueva York, con una gran masa de migrantes que se suman en el desempleo al
perderse los puestos de trabajo de carácter industrial en los años 70 y 80 y abrirse
156
empleos que requieren mano de obra calificada y educada, que no están
preparados para ese tipo de actividades, con la consecuencia del crecimiento de
la informalidad. En la actualidad el espacio adquiere nueva significancia debido a
la creciente privatización del entorno urbano, pues es en este elemento donde se
expresa la dualidad de la sociedad, de quienes tienen la mayoría de los
satisfactores y quienes que carecen de una buena parte de ellas, de quienes viven
en zonas con todos los servicios a sectores donde su realidad urbana está
asociada con barrios derruidos, inseguridad y depresión.
En el caso de Los Ángeles, California, así como la mayoría de las ciudades
estadounidenses, los guetos de negros y latinos son objeto de discriminación, de
pauperización humana y exclusión social. En ese sentido en las ciudades
norteamericanas, la dualidad se expresa en un contexto de la sociedad
globalizada e informacional, donde los sectores más dinámicos de la población
acceden a actividades de vanguardia, acentuando más las desigualdades
sociales. De la misma forma se sigue reafirmando la configuración espacial, de un
centro derruido donde viven las clases menos favorecidas en esta sociedad
informacional y un segmento dinámico de la población que se establece en los
suburbios, alejados del trajín citadino, conectados por vías rápidas para accesar a
sus lugares de trabajo.
En cuanto a las ciudades latinoamericanas y concretamente las mexicanas, su
configuración espacial está expresada en esta distribución clasista del espacio y
las ventajas locacionales, además de la profunda segregación a partir de la
inseguridad y la creación de asentamientos amurallados en medio de la
157
inseguridad cotidiana. Mientras los sectores menos favorecidos se instalan en el
espacio urbano en medio de espacios acotados, reducidos, en el mejor de los
casos y en reductos de informalidad a través de asentamientos irregulares en
casos extremos.
Uno de los objetivos particulares de esta investigación fue contextualizar la
expansión urbana a partir del impulso de proyectos turísticos del Estado mexicano
con la manifestación de una expansión demográfica y una gran presión sobre el
suelo para uso urbano; esto fue palpable en polos turísticos como el de Cancún y
de la misma forma en Los Cabos, traduciéndose en el encarecimiento del suelo, la
especulación inmobiliaria y la creación de asentamientos irregulares en tierras
ejidales.
En el segundo capítulo se establece que el precio de la tierra, la de uso
habitacional se determina por un proceso de oferta y demanda, pero también de
su localización; en cuanto a la localización este elemento es que configura el
espacio urbano y se expresa en la ubicación de las clases sociales consolidando
la segregación urbana.
El problema del acceso al suelo urbano no sólo se reduce a cuestiones de valor en
términos del juego de la oferta y la demanda, sino a las especificidades de cada
país, en el caso mexicano las diferentes formas de propiedad sobre la tierra fue
importante en la configuración de sus ciudades. En esta configuración del espacio
urbano, los diferentes tipos de propiedad han sido fundamentales en la expansión
de las ciudades en México. El artículo 27 constitucional producto de la demanda
principal de los grupos revolucionarios de 1910, consolidó tres tipos de tenencia
158
de la tierra: La ejidal, la comunal y la privada; las dos primeras de carácter social,
tenían las características de inalienables e inembargables, lo que suponía un gran
obstáculo para el continuo urbano, de ahí que los asentamientos humanos que se
establecían en la tierra de origen social, se hacía bajo mecanismos irregulares al
margen de la ley.
A partir de proceso de apertura económica de México, las reformas impulsadas
por el presidente Carlos Salinas de Gortari a mediados de los años 80 y principio
de los 90, inició el proceso mediante el cual el Estado dejaba de ser el principal
impulsor de políticas públicas hacia el sector ejidal y comunal, para que los
agentes ingresaran a la lógica del libre mercado al sustituir sus derechos agrarios
por títulos de propiedad.
La liberalización económica fue el contexto en que se dan las reformas de 1992 al
Artículo 27 constitucional, donde el Estado pretende que sea a través de
mecanismos de la iniciativa privada donde los ejidatarios buscaran mecanismos
de financiamiento o que utilizaran sus tierras como mejor les conviniera, entre
ellos la posibilidad de venderlas.
En ese sentido, la reforma al artículo 27 constitucional brindó la posibilidad de un
cambio del panorama para que las ciudades no tuvieran obstáculos legales en su
crecimiento, pues ya estaban en posibilidad de legal y técnicamente contar con
suelo susceptible de urbanizar y con ello contribuir de manera ordenada y
controlada a la expansión física de las ciudades.
159
En el tercer capítulo se concluye que en el caso de Cabo San Lucas, Baja
California Sur, esta ciudad de ser un pueblo de pescadores artesanales, las
políticas públicas emprendidas por el Estado mexicano a partir de la actividad
económica del turismo y ser objeto del impulso de un CIP por el FONATUR
significó un crecimiento acelerado tanto en términos de expansión urbana como de
manera lógica, poblacional.
A partir de ese crecimiento exponencial de la población, la tierra para su
urbanización será de alta demanda y por lo tanto encarecida. Uno de los grandes
problemas significó que la tierra aledaña al pueblo, eran de carácter ejidal y que
de manera inicial se incorporó al margen de la ley (asentamientos como las
colonias Ejidal, El Arenal, Obrera, 4 de Marzo, Arcos del Sol, Lomas del Sol, Meza
Colorada, etc.), teniendo que intervenir instituciones del Estado para “regularizar”
estos asentamientos como CORETT, SEDUE y Gobierno del Estado. Aquí se
cumple con otro objetivo específico de la investigación que fue identificar los
asentamientos sobre áreas ejidales antes de las reformas al artículo 27
constitucional, así como los mecanismos para su regularización
Es en el contexto de las reformas al artículo 27 constitucional donde el ejido Cabo
San Lucas empezó de manera formal y legal a ser el principal proveedor de tierra
para el desarrollo urbano, de manera individual los ejidatarios han vendido a
desarrolladores para todo tipo de asentamiento, tanto en zona de alta densidad,
como de muy baja densidad cercana al corredor turístico (en ese sentido se
cumple con otros dos objetivos particulares que guiaron a la investigación:
Identificar los asentamientos llevados a cabo después de las reformas al artículo
160
27 constitucional en la ciudad de Cabo San Lucas, B.C.S. e Identificar el tipo de
asentamientos humanos que se crearon en la ciudad de Cabo San Lucas en el
marco de la Nueva Ley Agraria).
Aunque después de las reformas al artículo 27 constitucional y la promulgación de
la Nueva Ley Agraria, el ejido fue afectado con dos expropiaciones concertadas
del gobierno del estado de Baja California Sur con el fin regularizar las colonias
Lomas del Sol (en sus tres etapas) y Mesa Colorada (en sus tres etapas). A partir
de ahí la utilización de tierras ejidales en la Ciudad de Cabo San Lucas se ha
realizado a partir de la obtención por parte de ejidatarios, para el caso de las
parcelas, del dominio pleno y de la comercialización por parte de los ejidatarios de
manera conjunta de áreas de uso común.
En el crecimiento urbano de la ciudad sobre tierras ejidales, ubicamos tres
distintos tipos de asentamientos y proyectos: Lotes de asentamientos populares;
otros de vivienda de interés social y por último, proyectos residenciales turísticos
de baja densidad.
El ejido es sin duda un actor de importante peso en el crecimiento futuro de la
ciudad de Cabo San Lucas. La ciudad en su parte norte y noreste de la ciudad
está rodeada de terrenos ejidales, por lo que será agente activo en el crecimiento
de la ciudad sobre todo para proyectos de vivienda popular y de interés social de
alta densidad como de residencial turística de muy baja densidad. Los
mecanismos por los cuales se podrá incorporar el ejido al desarrollo urbano para
asentamiento humano se vislumbran en dos sentidos: aportar tierras para la
creación de reservas territoriales; y obtener los ejidatarios el dominio pleno para
161
vender a inmobiliarias o impulsar de manera individual su lotificación para su venta
directa a las personas interesadas. De esta forma en esta parte se cumple con el
último objetivo particular de la presente tesis: analizar el papel del Ejido Cabo San
Lucas en el crecimiento de la ciudad en el futuro.
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ANEXO. DIFERENTES TIPOS DE PROPIEDAD DE LA TIERRA Y EL EJIDO EN LA LEY DE LA REFORMA AGRARIA, NUEVA LEY AGRARIA Y LEY DE ASENTAMIENTOS HUMANOS.
De acuerdo con el artículo 51 de la Ley de la Reforma Agraria de 1971:
El núcleo de población ejidal, es propietario de las tierras y bienes que en la misma se señale con las modalidades y regulaciones que esta ley establece. La ejecución de la resolución presidencial otorga al ejido propietario el carácter de poseedor, o se lo confirma si el núcleo disfrutaba de una posesión provisional.
El artículo señala que las tierras no estarán bajo ninguna circunstancia en el
mercado de tierra ya que:
Los derechos que sobre bienes agrarios adquieren los núcleos de población serán inalienables, imprescriptibles, inembargables e Intransmisibles y por tanto, no podrán en ningún caso ni en forma alguna enajenarse, cederse, transmitirse, arrendarse, hipotecarse o gravarse, en todo o en parte. Serán inexistentes las operaciones, actos o contratos que se hayan ejecutado o que se pretendan llevar a cabo en contravención de precepto….
El artículo 27 constitucional contempla diferentes tipos de propiedad,
descartándose la gran propiedad o latifundio demanda principal de los grupos
revolucionarios. De acuerdo con este artículo existe la propiedad privada o
llamada Pequeña Propiedad; la tierra de propiedad social, ya sea ésta ejidal o
comunal o las llamadas tierras nacionales.
La pequeña propiedad tiene diferentes variantes según la vocación de las tierras,
una de ellas es la Pequeña Propiedad Agrícola considerada la que no exceda por
individuo de cien hectáreas de riego o humedad de primera o sus equivalentes en
otras clases de tierras.
177
Para los efectos de la equivalencia se computará una hectárea de riego por dos de
temporal, por cuatro de agostadero de buena calidad y por ocho de bosque, monte
o agostadero en terrenos áridos.
Se considerará, asimismo, como pequeña propiedad, la superficie que no exceda
por individuo de ciento cincuenta hectáreas cuando las tierras se dediquen al
cultivo de algodón, si reciben riego; y de trescientas, cuando se destinen al cultivo
de plátano, caña de azúcar, café, henequén, hule, palma, vid, olivo, quina, vainilla,
cacao, agave, nopal o árboles frutales.
Se considerará pequeña propiedad ganadera la que no exceda por individuo la
superficie necesaria para mantener hasta quinientas cabezas de ganado mayor o
su equivalente en ganado menor, en los términos que fije la ley, de acuerdo con la
capacidad forrajera de los terrenos.
Cuando debido a obras de riego, drenaje o cualesquier otras ejecutadas por los
dueños o poseedores de una pequeña propiedad se hubiese mejorado la calidad
de sus tierras, seguirá siendo considerada como pequeña propiedad, aun cuando,
en virtud de la mejoría obtenida, se rebasen los máximos señalados por esta
fracción, siempre que se reúnan los requisitos que fije la ley.
De acuerdo con la Nueva Ley Agraria2 de nuestro país del 26 de febrero de 1992
en su artículo 117: “Se considera pequeña propiedad agrícola la superficie de
tierras agrícolas de riego o humedad de primera que no exceda los siguientes
límites o sus equivalentes en otras clases de tierras.”
2 Para efectos del trabajo se refiere a Nueva Ley Agraria a la que derivó en las reformas constitucionales de
1992. La anterior que consideraba inalienables, inembargables a las tierras ejidales era la Ley Federal de la Reforma Agraria.
178
Enlista los siguientes casos:
I. 100 hectáreas si se destina a cultivos distintos a los señalados en las
fracciones II y III de este artículo;
II. 150 hectáreas si se destina al cultivo de algodón;
III. 300 hectáreas si se destina al cultivo de plátano, caña de azúcar, café,
henequén, hule, palma, vid, olivo, quina, vainilla, cacao, agave, nopal o
árboles frutales.
En su artículo 119 y 120 determina la pequeña propiedad dedicada a
actividades forestales y ganaderas:
Artículo 119.- Se considera pequeña propiedad forestal la superficie de
tierras forestales de cualquier clase que no exceda de 800 hectáreas.
Artículo 120.- Se considera pequeña propiedad ganadera la superficie de
tierras ganaderas que, de acuerdo con el coeficiente de agostadero
ponderado de la región de que se trate no exceda de la necesaria para
mantener hasta quinientas cabezas de ganado mayor o su equivalente en
ganado menor, conforme a las equivalencias que determine y publique la
Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos.
Para efectos de la equivalencia a que se refiere este artículo, se computará
una hectárea de riego, por dos de temporal, por cuatro de agostadero de
buena calidad, por ocho de monte o agostadero en terrenos áridos.
El artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos nos
dice:
La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponden originariamente a la Nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de trasmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada.
En cuanto a la afectabilidad que puedan sufrir las propiedades del suelo nos dice
que:
179
Las expropiaciones sólo podrán hacerse por causa de utilidad pública y
mediante indemnización.
En lo referente a los asentamientos humanos y el uso del suelo nos dice que:
...En consecuencia, se dictarán las medidas necesarias para ordenar los asentamientos humanos y establecer adecuadas provisiones, usos, reservas y destinos de tierras, aguas y bosques, a efecto de ejecutar obras públicas y de planear y regular la fundación, conservación, mejoramiento y crecimiento de los centros de población; para preservar y restaurar el equilibrio ecológico; para el fraccionamiento de los latifundios; para disponer, en los términos de la ley reglamentaria, la organización y explotación colectiva de los ejidos y comunidades….
En su artículo séptimo la Nueva Ley Agraria:
Reconoce la personalidad jurídica de los núcleos de población ejidales y
comunales y se protege su propiedad sobre la tierra, tanto para el
asentamiento humano como para actividades productivas.
La restitución de tierras, bosques y aguas a los núcleos de población se
hará en los términos de la ley reglamentaria;
En cuanto a la propiedad ejidal el artículo noveno de la Nueva Ley agraria
establece la personalidad jurídica del ejido:
Artículo 9o.- Los núcleos de población ejidales o ejidos tienen personalidad
jurídica y patrimonio propio y son propietarios de las tierras que les han sido
dotadas o de las que hubieren adquirido por cualquier otro título.
En su sección primera de las disposiciones generales sobre las tierras ejidales, la
misma Ley, en sus artículos 43 y 44 se señala lo siguiente:
Artículo 43.- Son tierras ejidales y por tanto están sujetas a las
disposiciones relativas de esta ley las que han sido dotadas al núcleo de
población ejidal o incorporadas al régimen ejidal.
Artículo 44.- Para efectos de esta ley las tierras ejidales, por su destino, se
dividen en:
180
I. Tierras para el asentamiento humano;
II. Tierras de uso común; y
III. Tierras parceladas.
En su sección séptima referente a las tierras ejidales en zonas urbanas establece
lo siguiente:
Artículo 87.- Cuando los terrenos de un ejido se encuentren ubicados en el
área de crecimiento de un centro de población, los núcleos de población
ejidal podrán beneficiarse de la urbanización de sus tierras.
En todo caso, la incorporación de las tierras ejidales al desarrollo urbano deberá
sujetarse a las leyes, reglamentos y planes vigentes en materia de asentamientos
humanos.
Artículo 88.- Queda prohibida la urbanización de las tierras ejidales que se
ubiquen en áreas naturales protegidas, incluyendo las zonas de
preservación ecológica de los centros de población, cuando se contraponga
a lo previsto en la declaratoria respectiva.
Artículo 89.- En toda enajenación de terrenos ejidales ubicados en las áreas
declaradas reservadas para el crecimiento de un centro de población, de
conformidad con los planes de desarrollo urbano municipal, en favor de
personas ajenas al ejido, se deberá respetar el derecho de preferencia de
los gobiernos de los estados y municipios establecido por la Ley General de
Asentamientos Humanos.
En el capítulo IV de la expropiación de bienes ejidales y comunales se dictamina
que:
I. El establecimiento, explotación o conservación de un servicio o función
públicos;
181
II. La realización de acciones para el ordenamiento urbano y ecológico, así
como la creación y ampliación de reservas territoriales y áreas para el
desarrollo urbano, la vivienda, la industria y el turismo;
V. Regularización de la tenencia de la tierra urbana y rural;
VII. La construcción de puentes, carreteras, ferrocarriles, campos de
aterrizaje y demás obras que faciliten el transporte, así como aquellas
sujetas a la Ley de Vías Generales de Comunicación y líneas de
conducción de energía, obras hidráulicas, sus pasos de acceso y demás
obras relacionadas;
La ley que reglamenta los asentamientos humanos es la Ley General de
Asentamientos Humanos y que regula las políticas públicas urbanas en México.
En ese sentido se marcan las atribuciones que tienes los municipios en el proceso
de urbanización de los asentamientos, además de coordinar e involucrar los
diversos agentes que intervienen en el proceso, entre ellos, los ejidos.
Es la conformación y desarrollo de los centros de población elemento de utilidad
pública para la Ley General de Asentamientos Humanos:
ARTICULO 5o.- Se considera de utilidad pública:
I. La fundación, conservación, mejoramiento y crecimiento de los centros de
población;
II. La ejecución de planes o programas de desarrollo urbano;
III. La constitución de reservas territoriales para el desarrollo urbano y la
vivienda;
IV. La regularización de la tenencia de la tierra en los centros de población;
V. La edificación o mejoramiento de vivienda de interés social y popular;
VI. La ejecución de obras de infraestructura, equipamiento y servicios
urbanos;
182
De acuerdo con el capítulo segundo de la concurrencia y coordinación de
autoridades se estipula en los artículos sextos, séptimo, octavo y noveno la
manera como los órdenes de gobierno podrá intervenir en materia de
ordenamiento territorial, la secretaría federal encargada de llevarlo a cabo así
como coordinarse con otras dependencias, de las atribuciones legislativas de los
estados, así como la esfera de competencia municipal en la participación de la
ampliación de las reservas territoriales y su intervención en la regularización de
asentamientos.
ARTICULO 6o.- Las atribuciones que en materia de ordenamiento territorial de los
asentamientos humanos y de desarrollo urbano de los centros de población tiene
el Estado, serán ejercidas de manera concurrente por la Federación, las entidades
federativas y los municipios, en el ámbito de la competencia que les determina la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
ARTICULO 7o.- Corresponden a la Federación, a través de la Secretaría de
Desarrollo Social, las siguientes atribuciones:
I. Proyectar y coordinar la planeación del desarrollo regional con la
participación que corresponda a los gobiernos estatales y municipales;
II. Coordinar las acciones que el Ejecutivo Federal convenga con los
gobiernos locales para el desarrollo sustentable de las regiones del país;
III. Prever a nivel nacional las necesidades de reservas territoriales para el
desarrollo urbano con la intervención, en su caso, de la Secretaría de la
Reforma Agraria, considerando la disponibilidad de agua determinada por la
Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, y regular en coordinación
con los gobiernos estatales y municipales los mecanismos para satisfacer
dichas necesidades;
IV. Elaborar, apoyar y ejecutar programas para el establecimiento de
provisiones y reservas territoriales para el adecuado desarrollo de los
centros de población, en coordinación con las dependencias y entidades de
la Administración Pública Federal correspondientes y los gobiernos
183
estatales y municipales, y con la participación de los sectores social y
privado;
ARTICULO 8o.- Corresponden a las entidades federativas, en el ámbito de sus
respectivas jurisdicciones, las siguientes atribuciones:
I. Legislar en materia de ordenamiento territorial de los asentamientos
humanos y de desarrollo urbano de los centros de población, atendiendo a
las facultades concurrentes previstas en la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos;
II. Formular, aprobar y administrar el programa estatal de desarrollo urbano,
así como evaluar y vigilar su cumplimiento;
VIII. Participar, conforme a la legislación federal y local, en la constitución y
administración de reservas territoriales, la regularización de la tenencia de
la tierra urbana, la dotación de infraestructura, equipamiento y servicios
urbanos, así como en la protección del patrimonio cultural y del equilibrio
ecológico de los centros de población;
ARTICULO 9o.- Corresponden a los municipios, en el ámbito de sus respectivas
jurisdicciones, las siguientes atribuciones:
II. Regular, controlar y vigilar las reservas, usos y destinos de áreas y
predios en los centros de población;
XI. Intervenir en la regularización de la tenencia de la tierra urbana, en los
términos de la legislación aplicable y de conformidad con los planes o
programas de desarrollo urbano y las reservas, usos y destinos de áreas y
predios;
XII. Participar en la creación y administración de reservas territoriales para
el desarrollo urbano, la vivienda y la preservación ecológica, de
conformidad con las disposiciones jurídicas aplicables.
En el capítulo quinto de las regulaciones a la propiedad en los centros de
población en su artículo 38 y 39, se refieren al aprovechamiento de áreas ejidales
184
o comunales para el uso urbano y ampliar las reservas territoriales de los núcleos
urbanos.
ARTICULO 38.- El aprovechamiento de áreas y predios ejidales o comunales
comprendidos dentro de los límites de los centros de población o que formen parte
de las zonas de urbanización ejidal y de las tierras del asentamiento humano en
ejidos y comunidades, se sujetará a lo dispuesto en esta Ley, en la Ley Agraria, en
la legislación estatal de desarrollo urbano, en los planes o programas de desarrollo
urbano aplicables, así como en las reservas, usos y destinos de áreas y predios.
ARTICULO 39.- Para constituir, ampliar y delimitar la zona de urbanización ejidal y
su reserva de crecimiento; así como para regularizar la tenencia de predios en los
que se hayan constituido asentamientos humanos irregulares, la asamblea ejidal o
de comuneros respectiva deberá ajustarse a las disposiciones jurídicas locales de
desarrollo urbano y a la zonificación contenida en los planes o programas
aplicables en la materia. En estos casos, se requiere la autorización del municipio
en que se encuentre ubicado el ejido o comunidad.
En cuanto al capítulo sexto referente a las reservas territoriales en su artículo 43,
se trata el caso de la incorporación de terrenos ejidales, comunales y de propiedad
federal al desarrollo urbano, asimismo enumera una serie de requisitos para llevar
a cabo el proceso.
ARTÍCULO 43.- La incorporación de terrenos ejidales, comunales y de propiedad
federal al desarrollo urbano y la vivienda, deberá cumplir con los siguientes
requisitos:
I. Ser necesaria para la ejecución de un plan o programa de desarrollo
urbano;
II. Las áreas o predios que se incorporen comprenderán preferentemente
terrenos que no estén dedicados a actividades productivas;
III. El planteamiento de esquemas financieros para su aprovechamiento y
para la dotación de infraestructura, equipamiento y servicios urbanos, así
como para la construcción de vivienda, y