XIII. EQUIDAD: EQUILIBRIO, INTEGRIDAD Y RECTITUD
INIQUIDAD: CARENCIA DE EQUIDAD: AUSENCIA DE TORAH
La gracia es un valor, es virtud, completitud y está constituida por: 1.
Heb.: RÉJEM: Misericordia: La maternidad y la paternidad del Eterno a
favor de Sus hijos, 2. Heb.: JÉSED: Piedad: El trato de uno hacia los
demás, como el del Eterno hacia uno, 3. Heb.: YESHUÁH: Estar a salvo
y gozar de completa salud, 4. Heb.: EMUNÁH: Fe: Certeza, obediencia,
fidelidad y lealtad, 5. Heb.: TZÉDEK: Equidad: Equilibrio, integridad y
rectitud, 6. Heb.: BRAJÁH: Bendición/Recompensa: El fruto de la fe
perfecta: Fe revelada y fe en acción y 7. Heb.: TESHUVÁH:
Rectificación: Restitución y restauración.
El concepto engañoso y errado de gracia, a diferencia del mencionado
anteriormente, obliga a rechazar la Torah: Como expresión de la única y
perfecta voluntad del Eterno, como Su referente para obedecerle, como
Su guía para la buena vida y como Su pauta para reflejar, impartir y
suscitar la fe revelada y la fe en acción, cuyo fruto es Su bendición.
“Toda buena dádiva y todo don perfecto vienen de lo Alto,
descienden del Padre de las luces,
en Quien no existe mudanza, ni fase de sombra.”
(Stg 1: 17)
Heb.: TZÉDEK: La equidad es uno de los valores constituyentes de la
gracia y está conformada por: 1. Equilibrio, 2. Integridad y 3. Rectitud y
equivale a la tenencia de la Torah, es decir, a atesorarla, poniendo por
obra sus mandamientos.
Lo opuesto de equidad, esto es, carencia de equilibrio, de integridad y de
rectitud, es decir, ausencia de la Torah, se denomina iniquidad (Koiné:
ανοµια [ANOMÍA] α: sin, νοµια: Torah, hebreo: AIH [JET]:
Transgresión de la Torah)
AIH [JET]: Pecado, mejor dicho, iniquidad: Transgresión, quiebra,
violación de los mandamientos de la Torah: Lo opuesto de la equidad, es
decir, no-equidad, in-iquidad.
21. El que ha de entrar en el Reino del Eterno no es el que sólo me dice:
¡Adonái1, Adonái!... Sino el que, además, pone por obra la voluntad de
Mi Padre que está en los Cielos.
22. En Aquel Día, muchos me dirán: ¡Adonái, Adonái! ¿Acaso no
hemos profetizado en Tu Nombre? ¿Acaso no hemos expulsado espíritus
inmundos en Tu Nombre? ¿Acaso no hemos realizado multitud de
maravillas en Tu Nombre?
23. Entonces tendré que admitir que nunca los conocí… ¡Apártense de
mí todos los fabricantes de engaños! (Sal 6: 9)
(Mt 7: 21-23)
11. Muchos farsantes serán aclamados como profetas, y a muchos harán
caer en el error...
12. Por caminar sin la Torah, muchos dejarán de poner por obra el
amor...
(Mt 24: 11-12)
1 Señor-D’os.
24. Farsantes serán reconocidos como mesías y como profetas... Harán
señales grandiosas y asombrosas para hacer caer en el error, si les fuera
posible, incluso, a los escogidos.
EL ¡Miren!... ¡Yo ya se los había declarado!
(Mt 24: 24-25)
¡Amados!... Ustedes ya han sido advertidos con anticipación: ¡Tengan
cuidado! No permitan el error de los que practican la iniquidad, ni
permitan ser derribados de su firme fundamento.
(2 Pd 3: 17)
¡No permitan ser enyugados con los que no practican la fe! ¿Acaso
comparten algo la equidad y la iniquidad o la luz y la oscuridad?
(2 Cor 6: 14)
Sabemos que sí Lo conocemos porque observamos Sus mandamientos.
El que diga que Lo conoce, pero no observa Sus mandamientos…
¡Mentiroso es! ¡En él no está la verdad! Sin embargo, el que observa Su
Palabra, en él, realmente, se está perfeccionando el amor del Eterno. Es
así como sabemos que estamos en Él: Quien dice que perdura en Él, es
porque camina así, como Él caminó… ¡Amados! No les estoy
escribiendo un mandamiento nuevo, sino el mismo que desde la
antigüedad ustedes ya conocían… Ese antiguo mandamiento es la misma
Palabra que ustedes vienen escuchando desde siempre.
(1 Jn 2: 3-7)
El que practica la iniquidad, transgrede la Torah: La transgresión es la
violación de la Torah. Ustedes saben, también, que Él vino para
aniquilar las transgresiones y que, en Él, no existe la iniquidad. El que
perdura en Él, no practica la iniquidad, pero el que la practica: Nunca Lo
vio… Nunca Lo conoció.
(1 Jn 3: 4-6)
Benditos los que han puesto por obra los mandamientos, pues se han
ganado el Árbol de la Vida y la entrada a la Ciudad, a través de sus
portones.
(Ap 22: 14)
“La vida es como andar en bicicleta:
Para mantener el equilibrio,
hay que permanecer en movimiento.”
(Albert Einstein)
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