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XV Coloquio Internacional de Cuerpos Académicos y Grupos de
Investigación en Análisis Organizacional
“Educación, Organizaciones e Instituciones en los Procesos de Transformación Nacionales”
Homenaje a James G: March
Las reformas del CONACYT en un contexto de nueva gestión pública y
gobernanzas.
MESA TEMÁTICA: Políticas públicas y gobernanza
MODALIDAD: Temática
AUTORES
Dr. Pedro Constantino Solís Pérez
Dirección Electrónica: [email protected]
Celular: (777) 374 0680
Universidad de afiliación: Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa
Dirección: Departamento de Economía, División de Ciencias Sociales y Humanidades Av. San
Rafael Atlixco No 186, Col. Vicentina, C.P. 09340, Iztapalapa, México, D.F.
Doctoranda Adriana Paulina Solís López
Dirección Electrónica: [email protected]
Celular: (777) 130 1282
Universidad de afiliación: Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa
Dirección: Departamento de Economía, División de Ciencias Sociales y Humanidades Av. San
Rafael Atlixco No 186, Col. Vicentina, C.P. 09340, Iztapalapa, México, D.F.
Mtro. Rafael Reyes Avellaneda
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Celular: (55) 5432 4103
Universidad de afiliación: Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa
Dirección: Departamento de Economía, División de Ciencias Sociales y Humanidades Av. San
Rafael Atlixco No 186, Col. Vicentina, C.P. 09340, Iztapalapa, México, D.F.
Guanajuato, Gto, México
23 y 24 de mayo de 2019
2
Las reformas del CONACYT en un contexto de nueva gestión pública y
gobernanzas.
Resumen
En el presente documento se ofrece un marco teórico para describir el actual
contexto administrativo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). El
argumento central es que, ante una economía basada en el conocimiento
globalizada, la gestión pública relacionada con la Ciencia, la Tecnología y la
Innovación en México está siendo guiada por metas de la nueva gestión pública al
mismo tiempo que está inmersa en un entramado de gobernanzas internacionales
y nacionales.
Palabras clave: Nueva Gestión Pública, Gobernanza, Economía basada en
el conocimiento y Conacyt.
3
INTRODUCCIÓN
En el contexto global de una economía basada en el conocimiento, donde la
información, la tecnología y el aprendizaje tienen un rendimiento económico
importante, resulta ineludible considerar al desarrollo la Ciencia, la Tecnología y la
Innovación (en adelante CTI) como un eje primordial para el desarrollo económico
nacional de cualquier país. En consecuencia, a nivel internacional existen múltiples
organismos de alcance mundial (como la OCDE o la UNESCO, entre otros) que
buscan establecer directrices generales para hacer más eficiente y de mejor calidad
la producción de conocimientos originados por la CTI. Esto se ha logrado a nivel
global mediante redes o espacios de gobernanza de CTI transnacionales, que
influyen considerablemente los espacios de gobernanza nacionales de los
diferentes Estado-nación, configurando, de esta manera, normas y metas que rigen
a las actividades de CTI, a cambio de legitimidad y financiamiento.
En este entramado político y económico se encuentra hoy en día el Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología (en adelante Conacyt), quien, en su actual
administración, liderada por la Dra. María Elena Álvarez-Buylla Roces, ofrece una
serie reformas estructurales para renovar la dependencia a fin de tener un ejercicio
más eficiente y eficaz, al mismo tiempo que se busca brindar al Consejo una
direccional hacia el servicio de la sociedad mexicana.
Con la finalidad de profundizar en este tema y establecer un marco
conceptual que permita analizar los matices de nueva gerencia pública en la
administración del Conacyt propuesta por Álvarez-Buylla (como una línea
administrativa interna del Consejo) así como el contexto de gobernanzas
4
internacionales y nacionales en las que el Conacyt se desenvuelve para llevar a
cabo su gestión (como un entramado político-administrativo externo del Consejo), a
continuación, se presenta la siguiente secuencia teórica: En primera instancia se
presentaran definiciones y se hablaran sobre los conceptos Nueva Gerencia Pública
y gobernanza. Posteriormente se dará un panorama en el que la economía basada
en el conocimiento y las gobernanzas global de CTI se entretejen y marcan una
línea clara para el desarrollo económico y social del siglo XXI. Por último, se hace
una breve descripción sobre el contexto de gobernanza del Conacyt, del desempeño
que ha tenido y tiene como pieza central del Sistema Nacional de Ciencia,
Tecnología e Innovación (SNCTI) mexicano y por último se presenta, a grandes
rasgos el proyecto de transformación estructural que se propone en la nueva
administración.
1. NUEVAS FORMAS POLÍTICAS EN LA GLOBALIZACIÓN: LA NUEVA
GESTIÓN PÚBLICA Y GOBERNANZA.
En la globalización que se ha experimentado a partir de las últimas dos
décadas del siglo XX se ha incrementado el grado de interconexión y los vínculos
internacionales en torno a un mercado transnacional de gran envergadura, en el
cual un capitalismo liberal (predominantemente financierita) ha trastocado no solo
la economía a nivel mundial, sino también otras esferas como la política, la cultura
y la ciencia. Este sistema capitalista global es “guiado por lógicas particulares y
producido por actores portadores de un proyecto” (Valaskakis en García-Ruíz,
2006: 37) geoestratégico. Se puede observar que
5
“La liberalización de intercambios comerciales, la desarticulación de
las fronteras aduanales, la integración cada vez más fuerte de las economías
de los Estados en ciertas regiones del mundo, colocan a los Estados en un
espacio económico abierto (…). Donde los Estados entran en competencia
entre sí, igualmente con otros actores: las grandes empresas industriales,
financieras o de comunicación, a veces más ricos y a veces más poderosos
que la mayor parte de los Estados.” (García-Ruíz, 2006: 39)
Cabe señalar que la globalización en sí, entendiéndola como entramado
internacional de relaciones entre los Estado-Nación en el mundo, no es un
fenómeno nuevo, sin embargo, el hecho de que los Estados mismos se estén
convirtiendo en objetos de una competición internacional, sí es novedoso (García-
Ruíz, 2006). En este nuevo orden, los logros económicos de los Estados-Nación ya
no dependen de la administración e intervención pública como en el pasado. Esto
se debe a la apertura e integración del comercio transnacional, a la
descentralización hacia gobiernos regionales y locales, así como a la cesión de
atribuciones de los Estados a órganos supranacionales. Por tal razón, ha resultado
ineludible incorporar nuevas formas de gestión de lo público, al mismo tiempo que
pensar lo público en el contexto global. En consecuencia, el Estado y su aparato
gubernamental, se han visto reformados mediante un proceso estratégico con la
finalidad de adecuar las instituciones gubernamentales a las nuevas realidades
sociales de un mundo globalizado.
En esta línea de pensamiento, a continuación, se presentan y se describen
a grandes rasgos dos formas políticas que ha surgido a partir de esta adaptación
6
del Estado a la realidad global de las últimas décadas: la nueva gestión pública y la
gobernanza.
La Nueva Gestión Pública
Se puede decir que la Nueva Gestión Pública describe un sistema de
operación del sector público que surge a principios de la década de los 80s con la
finalidad hacer frente a las dificultades de los gobiernos estatales para reaccionar,
de manera eficaz y eficiente, a un entorno global cada vez más complejo, incierto y
dinámico (Mayado, 2006). Como antecedentes del surgimiento de este nuevo
sistema están la crisis y la estanflación de la década de los 70s, lo que evidenció
las limitaciones e inadecuación de las agendas socio-democráticas de los Estados
ante el gran proceso de internacionalización económica que apenas comenzaba.
En esa época se consideraba que los mayores problemas que enfrentaba la
sociedad eran los fallos del Estado providencial o paternalista (como la ineficiencia,
el corporativismo, la des-incentivación de la responsabilidad individual y social,
entre otros), razón por la que se debían modificar estas prácticas (Prats, 2005).
Como consecuencia, la nueva gestión pública fue emergiendo y ganando
hegemonía entre las décadas de los 80s y 90s.
En este nuevo sistema de gestión se acepta a la globalización de los
mercados como un dato, donde las políticas monetaristas prevalecen y la conquista
de los equilibrios macroeconómicos es la condición de credibilidad económica,
razón por la cual mejorar la economía nacional se convierte el objetivo principal de
los gobiernos. Por otro lado, es importante señalar que en esta nueva gestión el
Estado pierde protagonismo y centralidad en los diferentes países (debido a sus
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fallos), por lo que se confiere legitimidad a otros actores en la toma de decisiones y
acción pública (cediendo atribuciones a órganos alternativos, nacionales o
supranacionales) con la finalidad de ofrecer mejores resultados.1En cuanto a la
Administración Pública, se pasa de una perspectiva tradicional (modelo burocrático
weberiano) hacia un sistema que pone énfasis en los resultados, propiciando un
acercamiento entre las técnicas de gestión del sector privado y las del sector
público, donde la preocupación por la eficiencia, la calidad y la innovación se
convierte en un tema compartido (Mayado, 2006).
Se puede decir que una de las metas principales de la Nueva Gestión Pública
es procurar el óptimo desempeño del sector público, es decir, mayor efectividad a
un menor costo. Por lo que se requiere el fortalecimiento de las capacidades
estratégicas de los organismos centrales de gobierno, a través de estructuras
flexibles y el control de calidad (orientadas hacia un análisis cuantitativo aplicado
sobre la economía). En palabras de García Sánchez (2007):
“La nueva gestión pública persigue la creación de una administración
eficiente y eficaz, es decir, una administración que satisfaga las necesidades
reales de los ciudadanos al menor coste posible, favoreciendo para ello la
introducción de mecanismos de competencia que permitan la elección de los
usuarios y a su vez promuevan el desarrollo de servicios de mayor calidad. Todo
ello rodeado de sistemas de control que otorguen una plena transparencia de los
procesos, planes y resultados, para que, por un lado, perfeccionen el sistema de
1 Esto se da debido a las circunstancias de la economía global. Dado que los gobiernos nacionales ya no pueden
pretender asumir toda la responsabilidad por el desarrollo nacional, sin embargo, la movilización de energías colectivas a nivel nacional, regional o global, se pueden construir espacios públicos democráticos que responden a las necesidades que un gobierno nacional no pueda cubrir (Pratz, 2005)
8
elección, y, por otro, favorezcan la participación ciudadana” (García, en Gómez,
2013: 180).
Bajo este nuevo sistema de gestión pública surge un nuevo modelo de
Estado al que algunos han denominado Estado modesto o Estado regulador, el cual,
en vez de ser omnipresente y el encargado de atender todos los asuntos públicos a
través de sus dependencias, se compromete con la articulación de los esfuerzos de
diferentes actores. Al mismo tiempo que se ve en la necesidad de implementa
diversas innovaciones técnico-administrativas, de las cuales se destacan la gestión
estratégica y la gestión de calidad. Señalando que:
La gestión estratégica del gobierno se puede entender como “la fase del
gobierno que consta de la ordenación cooperativa de personas mediante la
planificación, organización, educación y dirección de su conducta, para la
realización de los fines del sistema político” (Muñoz en Gómez, 2013: 181).
En este sentido el gobierno presenta una planificación estratégica que sirve
para poner en marcha el Proyecto Nacional. La planificación estratégica es
un instrumento elaborado por el gobierno, donde se “precisa, jerarquiza y
establece prioridades respecto de las razones de interés público (…) y por
tanto, define, la estrategia, las políticas, las metas y los objetivos” (Sánchez
en Gómez, 2013: 183). Es una carta de navegación a partir de la cual se
explica y da coherencia las intenciones del gobierno en sus futuros actos.
La gestión de la calidad en el gobierno es un instrumento útil para medir y
mejorar la calidad en los productos y servicios de las instituciones del
gobierno con la finalidad de proporcionar una ventaja competitiva en el
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mercado internacional, alrededor de la calidad en la gestión. Esta
herramienta permite “una mayor eficiencia en las instituciones públicas,
viéndolas como entes competitivos y con la finalidad de que la ciudadanía,
les reconozca calidad y legitimidad” (Gómez, 2013: 185). Este nuevo enfoque
en el gobierno da lugar a una relación de cliente-proveedor en su relación
con el ciudadano, con inversores e inclusive con otras naciones.
Desde la nueva gestión pública, se concibe que el buen gobierno es aquél
que funcione bien, es decir, aquel que satisfaga al ciudadano y presente rendición
de cuentas eficientes: con eficacia en la interacción de agentes y agencias externas,
con eficiencia en el ejercicio de los fondos públicos y con legitimidad en la prestación
del bien o servicio. Estos tres elementos junto con la condición de estabilidad (es
decir, ausencia de conflicto social severo) conceden a un gobierno la gobernabilidad
o ingobernabilidad del Estado que representa.2 En este sentido la gobernabilidad es
la cualidad de una comunidad política en la cual sus instituciones de gobierno
actúan eficazmente de un modo legítimo, donde la ciudadanía permite el ejercicio
de la voluntad política del poder ejecutivo mediante la obediencia cívica (Olías en
Gómez, 2013). Cuando no se cuenta con un grado óptimo de gobernabilidad por
parte del gobierno de un Estado (sea por falta de legitimidad popular, por el
descontento generalizado de la ciudadanía, por la opacidad de las estructuras
2 Si en una determinada coyuntura histórica la gestión de políticas públicas en una comunidad política no
cumple con el grado esperado de eficacia en la interacción de agentes y agencias externas, de eficiencia en el ejercicio de los fondos públicos, de legitimidad en la prestación del bien o servicio y de estabilidad, entonces se puede decir que estamos en un estado de ingobernabilidad (Gómez, 2013)
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políticas y administrativas o todo en su conjunto) se genera un clima de decepción
ciudadana y se considera al gobierno ineficiente.
Como respuesta a la falta de gobernabilidad en algunos Estados, a nivel
internacional ha surgido una nueva forma política, llamada por algunos autores
gobernanza. Esta nueva forma política trasciende fronteras y alude a la participación
de la sociedad en la dirección del gobierno. En la gobernanza se reivindica la
posibilidad de que el ciudadano (y de la sociedad en general) se implique en el
destino de la Nación, al mismo tiempo que se reitera la obligación por parte de los
detentores de la autoridad pública de rendir cuenta de su administración ante los
ciudadanos (García-Ruiz, 2006).
Gobernanza
En términos generales se puede decir que el término gobernanza alude a un
marco de nuevos modelos para gobernar, ya que como señala Prats (2005) “la
gobernanza no representa un único modelo organizativo y funcional de validez
universal… Las estructuras de gobernanza deben diferir según el nivel de gobierno
y sector de actuación administrativa considerados” (Prats, 2005: 67). Así mismo,
existen diversas definiciones o conceptualizaciones de gobernanza, esto depende
del área de estudio en que se le emplee y de la corriente ideológica que se maneje.
A continuación, se presentaran algunas definiciones que interesan a la concepción
del presente marco teórico:
Prats (2005) señala que gobernanza hace referencia a nuevos modos de
gobernar, en los que se plasma un “gobierno relacional o en redes de
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instituciones público-privado-civil a lo largo del eje local/global. La reforma de
olas estructuras y procedimientos de la Administración Pública pasan a ser
consideradas desde la lógica de su contribución a las redes de interacción o
estructura y procesos de gobernanza” (Prats, 2005: 65).
El diccionario de la Real Academia Española (RAE) define gobernanza como:
“Arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un
desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano
equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía.”3
Contemplando estas dos definiciones se puede señalar que la gobernanza
hace alusión a un gobierno relacional en el que participan instituciones del Estado,
de la sociedad civil y del mercado (representado por corporaciones empresariales)
a lo largo del eje local/global, mediante el cual se busca lograr contribuir a generar
un desarrollo económico, social e institucional.
Es preciso señalar que esta novedosa forma de gobernar, surge para dar
brindar legitimación social a las acciones de gobierno, ya que, la ingobernabilidad
de algunos gobiernos dieron lugar a crisis fiscales, económica y políticas en las
décadas de los 80s y 90s, aunado a la percepción ciudadana de ineficacia de los
gobiernos tradicionales ante los grandes problemas de la globalización y sus
consecuencias locales (Fernández, Fernández, Muñoz et al, 2008). Por tal razón, la
gobernanza surge como un tejido de redes institucionales, tanto a nivel internacional
como nacional en los diferentes países, con el objetivo de promover la interacción y
3 https://dle.rae.es/?id=JHRSmFV Revisado el 29/03/2019
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colaboración entre de sectores de la sociedad. Esta nueva forma de gobierno de
redes representa un cambio de paradigma en el que se deben plantear nuevos
conceptos como la democracia global, la influencia del desarrollo capitalista en la
sociedad global, la participación del Estado dentro del sistema internacional, entre
otros.
2. GOBERNANZA DE LA CIENCIA
La ciencia, 4 como en otros ámbitos de la sociedad, ha tenido varios cambios
sustanciales en las últimas décadas. Algunos factores de gran importancia son la
globalización y uso cada vez más extendido de las tecnologías de información y
comunicación; sin embargo, la integración de la ciencia en la economía basada en
el conocimiento es un acontecimiento trascendental en este campo, que cambia el
panorama. Ya que en esta economía el conocimiento (científico) toma un papel
protagónico, siendo reconocido como el impulsor de la productividad y el
crecimiento económico (OCDE, 1996). En este sentido, la ciencia y el quehacer
científico se orientan hacia la acción y se ponen al centro de la producción del
conocimiento (creando tecnología orientada a la innovación), con lo cual el
desarrollo científico retoma gran importancia en el ámbito público, atrayendo cada
vez más financiación pública y privada, ya que la ciencia es considerada para crear
la riqueza de las naciones. De esta forma, la ciencia es introducida a un ámbito
económico globalizado, donde organizaciones internacionales y los gobiernos de
4 La ciencia se ha definido de formas diversas a lo largo de la historia, generando amplios debates, sin embargo, con fines prácticos, en el presente documento se definirá como una institución social que genera “un tipo especial de conocimiento, partiendo de un conjunto de prácticas y culturas para la producción del mismo.” (Andanda,Kaiser, Nielsen, 2009: 9)
13
distintas naciones crean estrategias políticas con la finalidad de marcar pautas para
el quehacer científico y su producción (mediante el condicionamiento de
presupuesto), en aras de competir con éxito en mercado internacional.
Como es de imaginar, el actual escenario internacional de la Ciencia
Tecnología e Innovación (CTI) está constituido por un complejo entramado de
actores e intereses, que se mueven y actúan en un escenario multinivel. Es
importante señalar que en los intereses económicos relacionados actividades a la
CTI predomina una lógica mercantil de corte capitalista neoliberal; por tal razón se
ha impulsado, mediante políticas gubernamentales y empresariales que
condicionan el financiamiento de la CTI, nuevas dinámicas en este ámbito en pos
de la productividad. 5
Es preciso señalar que detrás de las políticas públicas y las nuevas dinámicas
de la ciencia en la globalización hay una serie de estructuras de gobernanza a nivel
internacional, regional y nacional que generan espacios de gobernanza,6 donde los
diferentes actores relacionados con la CTI buscan legitimidad para gobernar los
sistemas de CTI con el fin de procurar una mejor interacción entre instituciones
científicas con la sociedad y el mercado en pro de un mejor desarrollo en CTI, en la
5 Tal es el caso del capitalismo académico descrito por Slaughter y Leslie en su libro Academic Capitalism
(1997) donde se analiza la emergencia de una dinámica (denominada capitalismo académico) a partir del crecimiento de mercados globales, de políticas nacionales de desarrollo centradas en la investigación aplicada y en la innovación, las reducciones de los subsidios gubernamentales a las instituciones de educación y el incremento del vínculo de los académicos con la industria y el mercado, repercutiendo en la organización académica y administrativa de las universidades (Solís, 2010)
6 Debido a la complejidad de los ámbitos de la CTI, que comprende la educación, la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación, con sus identidades y sus relaciones, existen dificultades para poder hablar de una gobernanza generalizada, por tal motivo se han tratado de abordar mediante el concepto de espacios (García-Ruiz, Fernández de Lucio, Muñoz et al, 2008: 4)
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económica y en el ámbito social. En estos espacios, Andanda, Kaiser, Nielsen et al
(2009) alcanzan a distinguir dos tipos de gobernanza, una interna y otra externa
respecto a las instituciones científicas.
Se considera una gobernanza interna de la ciencia cuando son los propios
científicos (la comunidad científica en su conjunto quienes:
Dirigen la producción de conocimiento, mediante la experimentación
estructurada, la construcción sistemática de modelos, la simulación y otros
métodos.
Controlan lo que cuenta como conocimiento, a través de la evaluación por
homólogos y la replicación.
Gestionan cómo se comunica la ciencia, por medio de conferencias en
congresos y publicaciones profesionales.
Tienen voz y peso para orientan los procesos de financiación de la
investigación, de contratación y promoción de otros colegas científicos, a
través de la evaluación por homólogos y los jurados.
Por lo contrario, se considera que la gobernanza es externa de la ciencia
cuando las decisiones sobre los parámetros de las actividades científicas son
tomadas por personas no científicas, es decir, personas que no se dedican a las
actividades científicas. En este sentido la gobernanza externa busca facilitar la
ciencia, regularla y distribuirla, partiendo de criterios no científicos, mediante:
La financiación de algunos tipos de investigación en detrimento de otros,
canalizando así la investigación científica en direcciones concretas.
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Estableciendo reglas e imponiendo de normas a las personas y
organizaciones científicas.
El otorgamiento de ciertos atributos de propiedad a los conocimientos
científicos y los productos de innovación (como derechos de autor o
patentes).
La regulación de los resultados de investigaciones o restringen lo que
consideran malas aplicaciones o usos indebidos de la CTI
Y con la promoción para crear conciencia en la opinión pública y propiciar el
debate sobre los productos y procesos de la ciencia.
A pesar de las diferencias entre ambas gobernanzas, en la práctica se
complementan, ya que, en la mayoría de los casos, para obtener financiamiento los
científicos deben alinear su investigación con las condiciones de las instituciones
que les aportan recursos; así mismo, cabe señalar el caso de muchos científicos
quienes se relacionan íntimamente con las formas de gobernanza externa,
asumiendo cargos en las instituciones no científicas que ejercen influencia en la
gobernanza externa de la ciencia (Andanda, Kaiser, Nielsen et al, 2009)., como es
el caso de puestos en la Organización para la Cooperación Económica y el
Desarrollo (OCDE), en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
en la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) o en el Conacyt, entre
otros.
Por otro lado, es importante señalar que entorno de la gobernanza de la
ciencia (o la gobernanza del conocimiento, como algunos le llaman) existe un
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debate que inicio a principios del siglo XXI, en el que sobresalen dos posturas
principales (Paz, 2006):
Por un lado, se propone una organización internacional que apunta hacia una
mejor economía del conocimiento (producción, distribución y consumo), con
criterios de eficiencia y eficacia. Dentro postura, hay espacios de gobernanza
que están liderados por organismos internacionales de gran envergadura, como
la OCDE, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM),
quienes en pro de un crecimiento económico de las naciones, han aconsejado
(o condicionado) a los gobiernos de países interesados en prestaciones
económicas (o en orientaciones para enfrentar crisis financieras) reorganizar
sus finanzas y sus estructuras burocráticas a favor de políticas neoliberales y
así poder integrarse al mercado mundial. Esntre las reformas exigidas, algunas
atañen directamente al conocimiento o producción de la ciencia.7 En este
sentido, la OCDE se pronuncia de la siguiente forma en The knowledge-based
economy (1996):
“Las políticas de la OCDE sobre la ciencia, la tecnología y de la
industria deben ser formuladas para maximizar el rendimiento y el bienestar
en economías basadas en el conocimiento - las economías que se basan
directamente en la producción, distribución y uso del conocimiento y la
información. Esto se refleja en la tendencia de las economías de la OCDE
7 Durante las décadas de los 70s y 80s del siglo XX el FMI y el BM condicionó crédito a países Latinoamericanos
a cambio introducir reformas de corte neoliberal en la administración pública, en el ámbito de la ciencia, se enfatizó en introducir un modelo de producción científica enfocado en la productividad y con lo que se comenzó a estipular financiamiento a universidades públicas (Solís, 2010).
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hacia el crecimiento de las inversiones de alta tecnología, las industrias de
alta tecnología, mano de obra más calificada y las ganancias de
productividad asociadas” (OCDE, 1996:7, traducción libre)
El Banco Mundial (2007), mantiene una línea similar al respecto,
mencionando que la economía del conocimiento debe estar en el centro de la
estrategia de crecimiento de las naciones, considerando cuatro pilares:
1. La base educativa, formación y capacitación nacional
Se requiere fortalecer los sistemas educativos de enseñanza básica, media superior y superior, contemplando la formación profesional y el aprendizaje permanente. Dado que la fuerza de trabajo deber contar con trabajadores calificados y educados, capaces de actualizar y adaptar sus habilidades para crear y utilizar el conocimiento de forma eficiente.
2. Infraestructura de acceso a la información y las telecomunicaciones
Se considera necesario que se cuente con una moderna y adecuada infraestructura de tecnologías de la información y comunicación (teléfono, televisión, radio y redes) que faciliten la comunicación, difusión y procesamiento de la información, ya que en dicha infraestructura en esencial en las economías globales basadas en la información y en el conocimiento.
3. El sistema de innovación
Es necesaria la inversión pública en Ciencia y Tecnología e Innovación (CTI) para contar con un eficaz sistema de innovación, compuesto por centros de investigación, universidades, consultores, empresas y otras organizaciones. Con el fin de generar nuevos conocimientos y tecnología, aprovechen el creciente stock de conocimiento global, los asimilan y los adapten a las necesidades locales.
4. Los marcos institucionales, de gobierno y negocios
El régimen institucional del país y el conjunto de incentivos económicos que genera, deben permitir la movilización eficiente, la eficaz asignación de recursos, estimular el espíritu empresarial e inducir la creación, difusión y el uso eficiente del conocimiento.
Cuadro I. Cuatro pilares de la economía del conocimiento. Elaborado a partir de información proporcionada en (Sánchez y Ríos, 2011)
La segunda postura del debate propone la construcción cooperativa del
diseño de la política científica con participación de diversos actores, a fin
de que éstos se vean reflejados en las decisiones de política pública sobre
las que el conocimiento científico. Es decir, se invita a diferentes actores a
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los espacios de gobernanza de la ciencia, con la finalidad de propiciar una
dinámica de participación donde se puedan construir políticas, compuesta
entre otros factores, por la autogestión, el autocontrol, las éticas internas
(deontologías), con principios de transparencia (notificación e
información), de asociación (colaboración y cooperación), e intervención
social. “Esta forma de gestión y el control implican procesos de
negociación y debate, frente a las éticas plurales e interactivas (interéticas)
y las estrategias plurifacéticas, surgidas de las dinámicas y metodologías
que se dan entre actores expertos y usuarios concienciados” (Fernández,
Fernández, Muñoz et al, 2008: 4).
En esta postura se inscriben organismos como la UNESCO, quien
consiente de la diversidad cultural, lingüística y de las condiciones en las que se
produce y se accesa al conocimiento, marca la estrategia mundial de conformar
sociedades de conocimiento, bajo la concepción de que las sociedades de
conocimiento son sociedades en redes que ayudan a garantizar el
aprovechamiento compartico del saber, donde
“Una sociedad de conocimiento ha de poder integrar a cada uno
de sus miembros y promover nuevas formas de solidaridad con las
generaciones del presente y venideras. […Así mismo] no deberían
existir marginados en las sociedades de conocimiento, ya que este es
un bien público que ha de estar a disposición de todos” (UNESCO,
2005:18)
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Otro organismo que se inscriba en esta postura es La Organización de
Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), quien
se cataloga como un “organismo internacional de carácter gubernamental para
la cooperación entre los países iberoamericanos en el campo de la educación, la
ciencia, la tecnología y la cultura e en el contexto del desarrollo integral, la
democracia y la integración regional.”8 En este organismo se adscriben 24 países
de habla hispana y portuguesa con la finalidad de colaborar y contribuir a fines
comunes, por ejemplo:
Contribuir al fortalecimiento del conocimiento, comprensión, solidaridad y paz
entre los pueblos iberoamericanos a través de la educación, la ciencia, la
tecnología y la cultura.
Facilitar la transmisión e intercambio de experiencias relativas a integración
económica, política y cultural producidas en los distintos países miembro.
Colaborar con los Estados Miembros a conseguir que los sistemas
educativos cumplan un triple cometido: humanista, integral y armónico.
Promover la vinculación de los planes de educación, ciencia, tecnología y
cultura con los planes y procesos socio-económicos que persiguen un
desarrollo al servicio del hombre.
Facilitar las relaciones entre ciencia, tecnología y sociedad en los países
iberoamericanos, analizando las implicaciones del desarrollo científico-
técnico desde una perspectiva social.
8 https://www.oei.es/acercade/que-es-la-oei Revisado el 29/03/2019
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Realizar y promover programas de cooperación horizontal entre los Estados
Miembros y de éstos con los Estados e instituciones de otras regiones.
Fomentar la difusión de las lenguas española y portuguesa, así como la
educación bilingüe para preservar la identidad multicultural de los pueblos de
Iberoamérica.
Como se puede suponer, en ambas posturas hay más organismos y espacios
de gobernanza involucrados, como son los congresos científicos especializados,
convenios interuniversitarios, alianzas como el Espacio Europeo de Investigación
(EEI o ERA en sus siglas en inglés), Espacio Europeo de Educación Superior
(EEES), espacios de investigación e innovación empresarial entre otros, con lo cual
la discusión se podía extender mucho; sin embargo, para fines de este documento,
los ejemplos dados proveen de una visión general de gobernanza del CTI
internacional.
3. CONTEXTO DE GOBERNANZA DE CTI EN MÉXICO Y LA
ADMINISTRACIÓN DEL CONACYT
En los últimos años, la gobernanza de CTI en México es sustentada por el
Sistema Nacional de CTI (en adelante SNCTI), el cual está compuesto por un
conjunto de actores de diversas procedencias y perfiles, entre los que destacan las
universidades, los centros de investigación, representantes del sector empresarial,
instituciones gubernamentales e instituciones intermedias (sector externo e
instituciones de apoyo).
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Figura I. SNCTI en México. Adaptación de figura encontrada en (Pedroza y Ortiz, 2015: 3)
En su conjunto, el SNCTI es llamado para realizar acciones con el fin de
propiciar un óptimo desarrollo en el sector, por ejemplo: definir las prioridades y
políticas, establecer las formas de financiamiento público, así como la ejecución y
evaluación de programas específicos. Idealmente se debe crear “un entorno capaz
de promover, complementar y multiplicar los esfuerzos compartidos de los diversos
agentes que convergen en la producción, difusión y uso de conocimiento” (Pedroza
y Ortiz, 2015: 3). Sin embargo, de acuerdo con la Oficina de Información Científica
Sector empresarial
Sector público
Sector externo
IES + CPIs
Instituciones de apoyo
Cámaras y asociaciones
Empresas
Que proporcionan consultoría, financiamiento, información, etc.
Consejos estatales
Sistema Conacyt y
secretarías
Consenso federal
IES: Instituciones de Educación Superior
CPIs: Centros Públicos de investigación
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y Tecnológica para el Congreso de la Unión (INCyTU) y el Foro Consultivo Científico
y Tecnológico (FCCyT) (2018) no es así.9
En este contexto, el papel que juega el Conacyt resulta central, ya que es la
dependencia gubernamental encargada de coordinar el diseño y la implementación
de las políticas nacionales de CTI, además de manejar el presupuesto público del
ramo 38 destinado para el desarrollo de la CTI y fungir como intermediario entre el
gobierno, los científicos, las empresas y otras organizaciones allegadas al sector.10
El Conacyt fue creado en 1970, dentro de una oleada que hubo entre 1960 y
1980 donde fueron creadas Oficinas Nacionales de Ciencia y Tecnología (ONCyT´s)
en varios países. La idea era que estos centros gubernamentales elaboraran planes
para el desarrollo de la CTI con la finalidad de formar el SNCTI así como sistemas
regionales de CTI (SRCTI), con lo cual se refuerza la competitividad económica en
los diferentes países (Pedroza y Ortiz, 2015). La creación de estas oficinas ha sido
apoyado y complementado (aportando nuevas directrices y estrategias) por el BM,
la OCDE, entre otros organismos internacionales, los cuales mencionan que los
sistemas nacionales y regionales CTI son el enfoque adecuado para promover
políticas industriales en países en desarrollo.
9 El INCyTU y el FCCyT señalan que actualmente los actores que integran el SNCTI mexicano “no están bien
articulados, sus vínculos son débiles o inestables y es notoria la falta del sector financiero.” (INCyTU y FCCyT, 2018: 5)
10 En su página el Conacyt se describe a sí mismo como “un organismo público descentralizado del Estado, no sectorizado, con personalidad jurídica y patrimonio propio, que goza de autonomía técnica, operativa y administrativa; tiene por objeto ser la entidad asesora del Ejecutivo Federal y especializada para articular las políticas públicas del gobierno federal y promover el desarrollo de la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación a fin de impulsar la modernización tecnológica del país.” https://www.conacyt.gob.mx/index.php/el-conacyt Revisado el 05/04/2019
23
Proceso de desarrollo del SNCTI en México
Si bien el desarrollo de la CTI en México no ha sido fácil, a partir de los años
70 desde el gobierno se han emitido una serie de políticas enfocadas a crear y
desarrollar una infraestructura pertinente para la investigación y desarrollo
tecnológico. El Conacyt a través de exitosos programas de becas, ha logrado
conformar una base científica mexicana, a pesar de la discontinuidad de algunos
programas y esfuerzos. Alejandro Canales, en su libro La política científica y
tecnológica en México. El impulso contingente en el periodo 1982-2006 (2012),
realiza un análisis diacrónico de las políticas para la ciencia y tecnología,
implementadas en cada uno de los sexenios de gobierno. A grandes rasgos Canales
señala que:
Debido a la profunda crisis económica que vivió el país durante el sexenio de
Miguel de la Madrid (1982-1988) muchos investigadores (cerebros) se van
del país. Por tal razón en 1984 se crea el Sistema Nacional de Investigadores
(SNI) como un mecanismo para retener a los científicos incrementando sus
ingresos, además de establecerse como el estándar de oro para la
evaluación de su trabajo (Canales en Laclette, 2013).
Posteriormente explica como en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari
(1988-2004) se reconoció a la ciencia como fuente de crecimiento
económico, mostrando de esta manera su interés por impulsar una ciencia
de calidad, internacionalizada y productiva; para lo cual se introdujo
mecanismos de evaluación cuantitativa en las comunidades científicas, al
mismo tiempo que se empezaron a desarrollar políticas para que el
24
empresariado mexicano entendiera las ventajas de invertir en conocimiento
para mejorar productividad y potenciar la competitividad (Canales en Loyola,
2013).
Durante el sexenio de Ernesto Zedillo (1994-2000) el plan de gobierno se
enfoca en la restauración del crecimiento económico. Con lo cual en el sector
de la CTI no se da una nueva discusión y simplemente se decide implementar
una continuidad a los programas del sexenio pasado. De tal manera que se
puede decir que las políticas del sector durante el salinismo y el zedillismo
“El paradigma era claro: de la ciencia a la transferencia de conocimiento, la
ciencia con su lógica y el desarrollo tecnológico promovido desde el estado
pero sujeto a la economía y al eventual interés de los empresarios” (Loyola,
2013: 157).
El Programa Especial de Ciencia y Tecnología que se plantea en el sexenio
de Vicente Fox (2000-2006) propuso grandes metas y estableció una
estrategia basada en tres ejes: a) incrementar la capacidad en ciencia y
tecnología, b) mejorar la normativa y c) estimular la competitividad y la
capacidad innovadora de las empresas. Además, en el 2002 se aprobó una
nueva Ley de Ciencia y Tecnología, conjuntamente con la Ley Orgánica del
Conacyt, incorporando varias medidas y posteriormente se formalizan los
Fondos Sectoriales y Mixtos para entregar recursos a proyectos de
investigación, así como el Programa de Estímulos Fiscales para las
Empresas.11
11 Respecto al Programa de Estímulos Fiscales, “comienzan a surgir voces enérgicas desde la academia,
criticando su aplicación sobre bases poco transparentes. Estas voces, reforzadas por opiniones provenientes
25
A grandes rasgos en la administración de Felipe Calderón (2006-2012) se las
bases de para el desarrollo de la CTI del sexenio anterior se mantuvieron
En su análisis, Canales se pregunta si en el periodo estudiado ha existido o
no una política mexicana fuerte y clara para el sector; y señala la existencia de tres
posturas: a) algunos opinan que no la hubo, en virtud de que se descuidó la ciencia
y de que los resultados en la gestión fueron desfavorables; y por otro lado, b) otros
afirman que sí existía una política, sin embargo ésta consistía en una de visión
estrecha que sólo se preocupaba por la investigación aplicada para resolver
problemas específicos, es decir se concebía al “el desarrollo tecnológico y la
innovación como estrategias para fortalecer la productividad y potenciar la
competencia de las empresas, credo que se resume en una CTI para el mercado”
(Loyola, 2013: 159). c) En la tercera posición declara que más que una política para
el sector, lo que se ha realizado es la aplicación de un instructivo sugerido por
organismos internacionales sin haber realizado las obligadas mediaciones
nacionales, es decir sin explorar mecanismos de transferencia de las propuestas
para un país emergente como México.12 Tras el análisis, el autor se inclina hacia la
tercera postura.
Afortunada o desafortunadamente, esta misma dinámica en el sector se
mantuvo durante el sexenio de Enrique Peña (2012- 2018).
del extranjero, y en particular desde la OCDE, alcanzarían una fuerza tal, que se cancela el programa de Estímulos Fiscales en 2009, para ser sustituido por uno de inversión directa, que sin embargo recibe un financiamiento considerablemente menor.” (Canales en Laclette, 2013).
12 Para visualizar cómo y por qué se aplicaron las recomendaciones sin tomar en consideración las condiciones
del país, Loyola (2013) recomienda realizar un análisis al vínculo que se tejió entre la OCDE y los responsables de la CTI en México.
26
Resultados del Sistema Nacional de Ciencia e Innovación (SNCTI) en México
Durante en las casi cinco décadas de existencia del Conacyt (1970 a 2019)
se han logrado avances de gran importancia, como es el crecimiento del patrimonio
científico, hoy en día se cuenta con un aproximado de 50 000 científicos, de los
cuales 29 000 pertenecen al SNI, además existen alrededor 220 centros e institutos
de investigación, los cuales se desempeñan en diferentes disciplinas y se
encuentran distribuidos en Instituciones de Educación Superior (IES) públicas y
privadas, así como en Secretarías de Estado y otras dependencias federales y
estatales (Laclette, 2018). Sin embargo, el desempeño del SNCTI nacional se
encuentra por debajo de los estándares recomendados para el tamaño de nuestra
economía. Esto se debe en gran parte por la cantidad de recursos destinados a esta
actividad, donde el Gasto Investigación y Desarrollo) mínimo recomendado es el 1%
del PIB y México, a pesar de que ha incrementado los recursos destinados su
máximo record ha sido del 0.536% del PIB en el 2010.
27
Figura II. Gasto en investigación y desarrollo (% del PIB) en México. Instituto de Estadística de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Recuperado de https://datos.bancomundial.org/indicador/GB.XPD.RSDV.GD.ZS
28
Figura III. Referente de sistemas nacionales de CTI la OCDE (OCDE, 2016:155)
29
Por otro lado, hay que señalar que en el estudio Perspectivas en Ciencia,
Tecnología e Innovación en América Latina de la OCDE (2016) el SNCTI de México
salió muy por debajo de la media en prácticamente todas las variables que se
utilizaron para medir su desempeño, colocando al país en los niveles más bajos de
capacidad para innovar y desarrollar tecnología tanto por parte del gobierno como
de las empresas privadas (ver Figura III). Por tal razón Roberto Martínez, director
del Centro de la OCDE en México, señaló que se debe trabajar de manera
simultánea en dos frentes: a) Tratar que aumente la difusión de innovaciones
tecnológicas entre las medianas y pequeñas empresas (pymes) y b) Invertir en
habilidades de capital humano, es decir que la fuerza laboral adquiera habilidades
a lo largo de la vida (Riquelme, 2018)
Opiniones sobre la estructura administrativa del Conacyt y nuevas
perspectivas de la actual directora del Consejo.
Desde principios de diciembre del 2018 la Dra. Elena Álvarez-Buylla Roces13
está a cargo de la dirección ejecutiva del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
(Conacyt). A los pocos días de su toma de protesta, Álvarez-Buylla Roces dio a
conocer que al entrar en funciones encontró “una estructura burocrática muy
desarticulada de lo que deberían ser las prioridades sustantivas en un país como
13 Álvarez-Buylla, galardonada con el Premio Nacional de Ciencias 2017, antes del nombramiento fungía como académica y científica reconocida mundialmente en temas como genética molecular, desarrollo, ecología y evolución de plantas, pero sobre todo en el tema socio-ambiental. Obtuvo los grados de licenciatura y maestría en Biología por la Facultad de Ciencias de la UNAM, el grado doctorado en genética molecular lo obtuvo en la Universidad de California, donde también hizo un postdoctorado. Así mismo es importante su participación y compromiso social, como miembro fundadora y directora de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS), una organización no lucrativa conformada por iniciativa de científicos de las áreas de ciencias naturales y sociales que, entre otros temas, elaboran expedientes críticos y difunden conocimientos científicos (Rivera, 2018)
30
México” (Álvarez-Buylla en Poy, 15/12/2018). Por tal razón propone una renovación
de raíz en el consejo y cambiar de rumbo, es decir, franquear “políticas públicas
basadas en criterios de mercado, lineales y desarticulados, para integrar una
nueva normatividad que permita la construcción con la participación de toda la
comunidad científica y tecnológica de un sistema nacional de ciencia y tecnología
más eficaz, eficiente y coordinado” (Álvarez-Buylla en Poy, 24/02/2018).
Entre males que aquejaron a la política oficial de apoyo a la investigación
científica, la actual directora del Conacyt destaca que había una pulverización de
fondos corriente, casos de duplicidad (donde un mismo proyecto se repetía hasta
20 veces), además de desvío de recursos financieros a cosas que no tiene que ver
con ciencia y tecnología como mejoras en oficinas. Así mismo, en el consejo
muchas de las áreas sustantivas y estratégicas eran disfuncionales, por lo que
estaban subrogadas consultorías, por lo que se llegó a pagar más de 350 millones
de pesos en de consultorías y servicios (Poy, 24/02/2018). Sin embargo, la
asignación, a fondo perdido, de recursos públicos a proyectos de grandes empresas
privadas que se durante los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, se
puede considerar un despilfarro, ya que se ha comprobado que entre 2009 y 2017
Conacyt destinó, a través del Programa de Estímulos a la Innovación (PEI), 7 mil
367 millones de pesos a 512 a grandes empresas nacionales y trasnacionales, entre
las destacan corporativos como IBM, Ford, General Motors, Monsanto, Bayer,
Volkswagen, Nissan, Industrial Minera México, entre otros (Editorial de la Jornada,
19/01/2019), los cuales reportaban poco o ningún beneficio para la sociedad
mexicana.
31
Todo esto se hace dejando sin presupuesto otras áreas como la financiación
de proyectos desarrollados por algunos investigadores del sector público. Álvarez-
Buylla explicó cómo, a través de los Fondos Mixtos se financiaban proyectos
científicos y tecnológicos de centros de investigación y universidades, el
presupuesto se “pulverizaba” cuando llegaba a los científicos. Al respecto, la
directora del Connacyt mencionó que “2 mil 700 de los proyectos financiados
recibieron recursos por menos de 500 mil pesos y 420 por menos de 100 mil”
(Álvarez-Buylla en Sánchez, 2019) lo cual no era suficiente para desarrollar dichos
proyectos.
Antes de tomar el cargo, e incluso antes de que el actual presidente arrasara
en las elecciones presidenciales para el periodo 2018- 2024, en junio del 2018
Álvarez-Buylla presenta el Plan de reestructuración estratégica del Conacyt para
adecuarse al Proyecto Alternativo de Nación (2018-2024), dando a conocer de esta
manera los principios rectores y fundamentos de lo que sería su administración en
el Consejo.
En el cual condena el énfasis mercantil que se le ha conferido a las tecno-
ciencias en el mundo neoliberal globalizado.
“…la generación de conocimiento científico se pervierte cuando se
le orienta en exclusiva a la gestación de resultados con valor de mercado,
tal y como ha estado aconteciendo como consecuencia de la imposición
de la lógica neoliberal en el ámbito científico-tecnológico y en su entorno
educativo. La mercantilización a ultranza de los procesos de generación
de conocimiento y de formación de recursos humanos de alto nivel tiene
32
implicaciones éticas profundas, y en sentido estricto podrían estar
destruyendo a la ciencia y a las universidades de raíz.” (Álvarez-Buylla,
2018:5)
Lo cual, desde su perspectiva, antepone la generación de conocimiento a
intereses corporativos contrapuestos al interés público; propiciando el desarrollo de
tecnologías peligrosas, ajenas a criterios de sustentabilidad y consideraciones
éticas. Por tal razón propone un plan para transformar la política científica en el país,
donde plantea atender los problemas nacionales más urgentes, fomentar la ciencia
de frontera en todos los campos del saber y generar nuevas estrategias para la
formar recursos humanos altamente especializados. Para lo que se necesita una
renovación de raíz en el consejo, enfocándose en cuatro ejes centrales: 1)
Fortalecer la ciencia básica y a las comunidades científicas, 2) Articular las
capacidades científicas, tecnológicas y humanísticas para solucionar problemas y
retos específicos del país, 3) Redefinir la relación de la ciencia, la tecnología y las
humanidades y 4) La apropiación social de la ciencia, generando espacios
permanentes donde se haga esta apropiación social de la ciencia (Aristegi Noticias
G/V, 21/2/2019).
Por otro lado, ante el recorte presupuestal que hubo este año en el ramo 3814
(destinado para la CIT) la Dra. Álvarez-Buylla señaló que en el sexenio el Conacyt
se va a regir por el principio de austeridad republicana y se pretende hacer más con
menos a través de un ejercicio de mayor eficiencia y eficacia. Así mismo mencionó
14 Pasó de 56,477 millones de pesos en el 2018 a 49,733 millones de pesos propuestos para el 2019 (Roldán,
16/12/2018)
33
que su equipo de colaboradores tendrá una reducción de más de 50 % en su
salario,15 además de que pretende contar con una coordinación mucho mayor con
el fin de tener donde se evitarán duplicidades, dispendios y desvíos inconvenientes
del recurso público (Aristegi Noticias, G/V, 21/2/2019) además de evitar
corporativismos o archipiélagos de cabildeo de intereses, tampoco discrecionalidad
ni amiguismos.
Tras haber realizado un recuento general sobre el desenvolvimiento del
SNCTI mexicano durante los sexenios anteriores, dar cuenta del su desempeño
actual de éste (valorado y puesto en un contexto internacional por la OCDE) además
de esbozar las líneas generales que plantea la administración de Álvarez-Buylla en
el Conacyt, para el desarrollo del SNCTI; podemos advertir que desde su creación
el Consejo se ha administrado internamente con una postura de Nueva Gerencia
Pública. Puesto que, desde su creación, el Consejo ha puesto énfasis en los
resultados (mayormente cuantitativos) en sus acciones, preocupándose por la
eficiencia, la calidad e la innovación del SNCTI mexicano, en un contexto de
competencia internacional.
Se puede decir que el Conacyt ha fungido como una dependencia del
gobierno encargada de regular la política de desarrollo y la normatividad en la CTI
en México, buscando articular de los esfuerzos de diferentes actores (o al menos
eso pretende) mediante planes estratégicos enfocados en la productividad y calidad
en la CTI.
15 Sin embargo, los ingresos de los mandos medios se mantendrán y se incrementarán los salarios de
aquellos que menos ganen (Álvarez-Buylla en Poy, 24/02/2018).
34
OBSERVACIONES FINALES
A lo largo del texto se ha analizado, al mismo tiempo que se ha ido
construyendo un marco teórico-conceptual a través del cual se puede entender al
Conacyt como una dependencia pública que tiene administración interna orientada
hacia la Nueva Gestión Pública, contextualizada en un entramado de gobernanzas
internacionales y nacionales donde grandes intereses económicos y sociales guían
el desarrollo de la CTI hacia diferentes direcciones, pero compatibles; es decir, por
un lado está la mercantilización de la productividad científica y por otro lado está la
globalización y complementación del conocimiento, que si bien no son iguales
fácilmente se pueden interactuar para obtener mejores resultados dentro de un
esquema de economía basada en el conocimiento, donde los conocimientos se
manejan como mercancías dentro mercado mundial. Sin embargo, hay nuevos
planteamientos que cuestionan esta visión mercantilista de la CTI y buscan nuevas
alternativas que, en vez de servir a grandes corporaciones y mercados, tenga una
visión enfocada a servir a la sociedad en general, con una visión más humanista y
sustentable.
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