1N E · trece -fecha en que escrihe esta divagación-"el día ama neció despeinado y ojeroso"....

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24 UNIVERSIDAD DE MEXICO

Por FOSFORO 11

o El cine casi nunca es arteporque no admite la recrea­ción. N o tolera otro contorno,otra configuración, otras sen­saciones que los enfáticamentedictados en sus diez o doce ro­llos, proyecdón de 120 minu-

americano que le regalaba ci­garrillos en el pajar, allá, enNormandía ?

• Big Bcn. Aparentemente,acaba de ser robado el PrimerFolio de Shakespeare.

• La jungla de asfalto. TonySorrento es un muchacho ru­do con corazón de oro. Cache­tea a las chicas y a veces asaltabancos. Tony quiere un lugaren el mundo, ser un "big shot".Pero entonces recuerda a sumadre. Como la de Whist1er,Mom vive sentada junto a lapared, de perfil, y sólo hablaitaliano. ¿ Cómo regenerarse,ser un buen americano? Tonyconstruye un submarino en elsótano de su casa, se dirige alEstrecho de Behring y vuelatodas las instalaciones milita­res que amenazan al mundo li­bre. Lo reciben en la CasaBlanca. La novia del barriovuelve a abrirle los brazos. To­da la familia es objeto de unrecibimiento con serpentinasen Manhattan.

• Altos de Jalisco. Nubes.Máximo y Magdalena se allJancon pasión turbulenta. Perosus familias sostienen un odiosecular, viejo como los mon­tes y el río. Más nubes. Mag­dalena es liquidada por su pa­dre, El de la Voluntad de Hie­rro. Los indios se pasean conantorchas, estoicos. Máximo selleva el. cadáver de Magdaleúaa caballo, y las guitarras ras­guean "El Jinete".

• Sine qua non: todo en elcine es previsible, pero tododebe aceptarse con sorpresa.

• Habría que investigar larelación profunda entre sexoe industria en el cine norte­americano. Estas texturas neu­máticas, senos Firestone, son­risas Neón, caderas· GeneralElectric, de las Marilyns, vi­ven un poco de la mímesis conlos muebles de cromo y lostoldos· de plástico, del estadode amalgama entre el hule yla carne.

NOTICIERO

• De Sica Zavattini. Lluevesobre el Trastévere. En unaesquina, comitiva de curas enbicicleta se cruza con manifes­tación comunista. Un niño chu­pa desconsoladamente cáscaras,dI' limón. Excursionistas fran­ceses cantan "Alouette" cabeel Coliseo. Un burócrata pen­sionado se dirige al Montepío.Dos adolescentes enamoradosarrojan centavos a la Fuentede Trevi. Un perro ginie si­guiendo la carroza fúnebre desu amo. Mujeres preñadas searrojan al Tíber. Un banquerogordo se lima las uñas. Es lahistoria de un adulterio.

• Café Dupont, Mientras sedesviste, J acc¡ueline decide queen toda confesión hay Un ele­mento de voluptuosidad. Poreso, hay que confesarse en lacama. ¡Marranos! Ellos laarrastra.ron a ésto. i Qué ha­brá sido de Jack, e! soldado

• Kino-Pravda. Piotr Ivano­vitch se pasea, una espiga enel ojal, hierba rusa entre losdientes, a 'orillas de! Volga.Los boteros cantan. Las robus­tas hijas del pueblo bailan. Unanciano mujik recita prover­bios. Piotr 1vanovitch regre-

sa a Leningrado e inventa lapenicilina, la pintura al óleo,la granada de mano y la llavede sol.

• Sol de Medimwche. Es lanoche de San Juan. Las seño­ritas suecas nadan desnudas,cabezas llenas de jacinto, en lalaguna. Las familias, protes­tantes espían detrás de las cor­tinas, escoba en mano.

nes: "La mera encarnaClonmonstruosa de inaudito reso­nante Ruido".

c1esta salida al conflicto delprotagonista que decide traba­jar con sus manós para podersubsistir, abandonando el in­grato oficio de escritor.

En Retes volvemos a encon­trar al director de amplia 'vi­sión y proyección cinemato­gráficas y a un autor menosvulnerable. Una ciudad parav'ivir es ante todo un triunfoescénico (plataforma giratoriaen un foro no teatral), a pesarde los cambios de luces innece­sarios y a'rtificiosos y de lostropiezos de ciertos actores quedecían "produCl;ión" en vez de"dirección" y se equivocabanconstantemente.

revistas hechas para verse, nopara leerse: Li fe, Look, Quick,Peep, Rip, Strip, la jitanjá­fora de cemento? El reino delcine es e! de los ojos, 3. ex­pensas de cualquier otra per­cepción. Los ojos del públicoson los botones que el cincáprieta para generar su ener­gía: en los noticieros, se chi­fla o se aplauc1e a un jefe deEstado, porque se le ve; en elCinemascope, se desea a unamujer, porque se la ve. Nose podria amar a las estrellascinematográficas -C01'nme ilfaut- en la oscuridad.

• Hollywood y el puritanis­mo: todas las cosas son obrade Dios, o del diablo.

• "La fábrica de sueños".Como el Gumbril de la novelade Aldous Huxley (a quienbastaban unas barbas postizaspara sentirse El Hombre Com-

pleto) el cinemadicto penetraen la cueva oscura, pegajosade novios y muéganos, y seconvierte en gran gourmet,profundo catador, luchadorheroico, amante prodigioso.i Cuántos cueros cabelluelos,arrancados domingo a domin­go en las polvosas praderas, noguardará en el armario!

• Si Henry James hubieraotorgado al cine sus definicio-

e 1 N E• El cine: "Hércules sin em­pleo" .

• La cinematografía ha lo­grado el milagro industrial desanforizar, en menos de me­dio siglo, a varios millones deseres. Para mantener el ritmoequilibrado entre la mayor pro­ducción y el menor esfuerzo,el cine exige que el espectadorno pueda ya estirarse ni en­cogerse. Ante una situacióndada, llorar; ante otra, reír.Emociones de enchufe: la ins­titución de las "estrellas". Ellasayudan a captar, instantánea­mente, toda una gama de es­tados de ánimo que ya no esnecesario preparar, compren­der. o vivir. Errol Flynn: va­lentía. Martine Carol: sensua­lidad. Eric von Stroheim : odio.Ann Harding: abnegación. Ca­da uno, es la oblea de acto pu­ro. Cada vez que sus siluetasparpadean en la pantalla, todacircunstancia de lugar, tiempo,o lógica se suspende para quelas virtudes y pecados capita­les brillcn, <:'ncarnaclos en quie­nes,hasta ayer, por completoajenos a este destino emble­mático del Siglo xx, prestabansus servicios en la fuente desodas, en el Uniprix, en lagranja de Alaba1l1a.

• Andrés Henestrosa -MarkTwain de las letras patrias­dixit: Lo mexicano es lo cre­puscular; luego Arturo deCórdoba hace el único cine deprofunda raiz nacional.

• Ver para vivir. Viví r paraver. Los niños, señor, ya noleen a Defoe y Stevenson por­que ven a Robinson y a LongJohn Silver en el cine, la te­levisión y los manitos. ¿Y noexiste todo un cataclismo de

E L

actos, según dicen los progra­mas), el productor Orive AI,:ay el autor y director IgnacIoRetes se propusieron hacermás cine que teatro. La obraconsiste en una sucesión deestampas simples y directas,sin atacar problemas de unidado estructuración y sin preocu­paciones por el material ex­presivo. A Retes le ha impor­tado la agilidad cinematográ­fica y no el trazo de los carac­teres o la arquitectura de lassituaciones. Por eso, aun cuan­do la pieza tiene cierto conte­nido noble (la prefiguraciónde la ciudad del porvenir), nollega a sentar ninguna tesis y::;í sólo a proporcionar una )110-

Por Em mal1l1el CARBALLO

LIBROS25

en este sentido, a las conversa­ciones sobre el tiempo: sonuna manera de salir del paso".Los políticos, a su vez, hablande éste. "Es deci r: de nada"'­burlando así a los que creenque conversan con sus amigosele los "secretos públicos".AqltÍ Reyes se burla de los fi­lósofos: el domingo vl'intitrésde enero de mil novecientostrece -fecha en que escriheesta divagación- "el día ama­neció despeinado y ojeroso".

Otro domingo, Domillgo S'ie­te de diciembre del mismo año,le sirve de pretexto para ha­blar de la verdael y sus maticesde mentira. A veces, la verdadresulta inoportuna y, lo que esmús, innecesaria -como en elcuento que relata de Juanito Vlas brujas-; ansiar este tipoele- verdad "es una inercia ló­gica, tina sol idi ficación elel es­píritu, y una falta de educa­ción". A \'l'ces se prcsenta co­lno una verdad a medias: "lade los políticos, la de los mé­dicos, la de toelo el que fornm­la diagnósticos o dice la buenaventura por sociologia, quími­ca, astronomía o quiromancia;1,: ele los augurcs de toda espe­Cie, CJue ya ('n los dichosostiempos ele Catón soltaban larisa al encontrarse". "La ver­dad cs. en esencia. un modo eleoportunidad. Es, vista desdea fuera, una adecuación.

-"Y, vista por dentro, unestado ele ánimo, como la ale­gría o la pena -oigo e1ecir alotro escéptico". Claro, el Al­fonso ;Reyes de esta d~va­

gación es un frívolo para losque anuncian un porvenir me­jor, para nCJuellos que estánseguros ele que la mejor ele lasformas de la vida es la presen­te. Los lógicos "mecanistas"le responderán, indignados,que "la verelael innecesaria esuna verdad absoluta". El co­noce ele antemano la objeción,pero no le convenece: su ojoderecho se llama dogmatismo;su iZCJuierdo, escepticismo.

La postura ele I{('yes en est.adivagación se asocia con b tjuesustenta en l/JI 'illth-pl'ctc deI?cllá1/. Asi como I'inre Las­serrl' usó c!t'1 autur de La vidad" Jesús "como ele un patrónpara apreciar valores actuales",l\eyes usa a Lasserre para in­sillua l' la convenicncia de"apreci:lr -simultáneamcnte- el mUlldo descl~ clos opuestasperspectivas". ] lustra· el co­¡r;clltario COIl ulla fábula: "Unhombre se propuso un día notener ideas preconcebidas,110 tener prejuicios; y este mis­mo día percliú la vista . .'\1 si­guiente se colgó de una solaidea, como ckses¡wrado. y fUIl­de') ell ella tocio un sistema delmundo: y siguió a ciegas. Altercer dia meelitó ('n sus dosexperiencias. Y como al hacer­lo tuviera CJue confrontar lq

R E Y E SDE AGUII,A

cromca túnica griega. Ambostienen "que soportar cOl-tesa­nias de monumento público".Goethe ahuyentaba a los ino­portunos' "turistas e1el intelec­to", "mostrándoles sus colec­ciones osteológicas": Reves,dándoles lecciones de cocina,hablándoles de su actual dieta,ambos, en primer término, per­maneciendo con la "máscaraoficial" o Goethe, en detrimen­to de la esposa de Eckermanil.atrapó a éste entre sus garras,conversó en ycz de escribir li­bros de notas. Reyes, cortés"como indio mexicano", respe­ta la tranquilidad de las muje­res: escribe libros de notas, ca­rece de secretario. Goethe es,por extensión, una águila bicé­fala; l"\eyes, una solitaria águi­la azteca.

El mejor elogio que ele am­bos podemos hacer -los p:l11e­gíricos suelen ser contraprodu­centes- consiste en I~erlos,

signo irrefutable de la actuali­dada de un escritor.

La segunda edición de Elcazador ele Alfonso l{eyes con­vida más a una descripción desus excelencias, a hac=r un:\breve antología de sus ex­presiones afortunadas, ele susideas más jugosas, que a inten­tar una obvia valoración que, aldeclarar en tono ecuánime:"éste es uno de los libros másbellos y sugerentes que se hanescrito en México durantenuestro siglo", no arrojaríamás luz sobre ~us mérito~.

El libro se abre con una "di­vagación" sobre el tiempo:"hablar del tiempo es habb ¡­

de las grullas", del hombre:"¿ Qué es e] hombre? El hom­bre es un ser que habla deltiempo con sus semejantes",que habla de las grullas cuan­do es agricultor en la vida °en la liter;'.tura, asociándo!:lscon la época propicia paraarar; cuando l'S U!l aburridociudadano, el hombr~ i(1L-ntifi­ca el tiempo con la política:¡'Las conversaciones del tran­da sobre la política se parecen,

ALFONSON A '1' U R Al, E Z A

* A L F °N soR E Y E s, El ca­::ador. L:.nsayos y divagaciones(1910-1921). Segunda edición. Te­zontle. México, 1954. 216 pp.

,'Y h;~y l~atl1l'alezas deaguda, aves depresa del espíri­tu, poetas de ale-

gria supel-ior para quienes lafelicidad es la belleza". Alfon­so Reyes pertenece a este tipode naturalezas. Al ponernos encontacto con su obra perdemostierra; ya en las alturas, el cau­tiverio resulta, paradój icamen­te, beneficioso, nutricio. Perotoda lectl1l'a tiene final. La caí­da siempre que se trate de suobra será dolorosa: nuestra re­lación con él es indirecta, dekctores. (Y un lector siemJ?rees una espera, una cosa pasIVacondicionada en su existir a laaparición de un nuevo libro).Una solución ficticia para pro­longar nuestra estancia en esaconstelación de la Vía Láctea-El Aguila- consiste en to­mar la parte por el todo, unaobra -en este caso El caza·­dor~'-por la vida, entablarconversación con ella: apócri­fos Ec1cennanns con un Goe­the ausente.

Toda comparación es arbi­traria; entre nosotros, funesta.Ei pródigo siglo XIX mexicanosobreestructuró a sus escrito­res: Píndaros, Virgilios, Mar­ciales ... Pero hablar, asocián­dolos, de dos escritores de lamisma familia -naturaleza-,es menos peligroso. Reyes co­mo Goethe tiene tantas carascomo géneros existen en litera­tura. Como el germano es unpedagogo, sin pedantería, por­que nunca se 10 propuso comometa; un alacrán hembra, en­trañable alimento; el pastor-en lenguaje homérico- dela literatura de su país. A am­bos se les acusa de un mismovicio: el de perfección en laobra, el del excesivo aprendi­zaje, nunca colmado, en la vi­da. A Goethe nos 10 presentancon una "vieja peluca" de cor­tesano; a Reyes, con una ana-

• Ver de nuevo Jil acorazadoPotelllkin o Un f¡e}'ro aJldduz(',; \"ol\'er ....1 tiempo de las pro­mesas. N o se les dé más rangoque ése. Aquí cstán las prue­bas. l\1ueran bs prom·::'sas.

• "Celuloide eres, y en celu­loide te convertirás".

UNIVERSIDAD DE MEXICO

o y el parto de las cámaras"ólo dió a luz un bombín y unpar de zapatos viejos y gran­·des.

• La idea de los EstadosUnidos como lo inocente, lopuro, lo no-cont,uninado, csuna de las norte:ulll'ricanascentrales. Gran' parte de suliteratura podría resumirse eneste sentimiento; el mismoHcnry Jamcs, ¿ no cstá en­fren6nclo b inocencia -"\'lli­gar" pero sana- de sus turis­las noxteamericanos, al refina­miento enfermizo aristocrú­tico, incomprensible a la es­pontaneidad, del europeo?"God's Country" es un datode conCiencia inmediato, y con­duce a la justificación, a iaépica, al optimismo. La j u:.;­tificación requiere "villanos"que la sometan a prueba (ElGran F'fe Pies Morados, Pan­cho Villa, Kaiser, Gestapo,NKVD). La épica, da todaslas' soluciones de antemana(recompensas, castigos, lastropas de la Unión salvanlas situaciones con cronóme­tro; todo criminal está senta­do, ya, sobre la silla eléctrica).El optimismo vislumbra la per­feccióli absoluta del mej 01', delos mundos. Gregory Peckderrota, single-handed, a lasfuerzas villanas, extranjeras,mal vestidas, anti-higiénicas.El que la hace, la paga. HappyEnding.

tos. No deja márgenes de con­ciencia al espectador porqueésté -hombre o comunidad­no le interesa: el cine es parael público. El cine, dirigido alpúblico, busca expresarse ensentido univoco, sin posiblesdudas o interpretaciones acercade lo que quiere decir: estees el bueno y este es· el malo;este pequeño montaje indicaque nuestro héro::' ha perdido~

la razón: este movimiento decámara significa que tú, cre­tino de la fila H, deb~s preverun asesinato; esk "c1ose-up" (<le una flor subraya la intens~

melancolía de nuestra heroína.Su filosofía es la de pan, pan,vino, vino. Y todo <u-k -lapoesía, en primer término­vive de la significación múl­tiple, de llamar al pan guada­ña, risa, piedra, de explotarcontinuamente en la sangre dela participación. De ser, un po­co, riesgo, y también, respon­sabilidad: lo quc nunca ha si­do el cinc.