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Unidad 8:
El verso y su medida
1. Prosa y verso
Cuando leemos, podemos
encontrar dos tipos de textos:
aquellos que carecen de un
ritmo especial y se escriben
llenando cada renglón –como
una noticia periodística o una
novela–, y aquellos otros que
poseen un ritmo muy marcado
y se escriben en pequeñas
unidades que ocupan líneas
distintas. En el primer caso se
trata de textos en prosa; en el
segundo, de textos en verso.
Texto en prosa
El cuervo encontró una vez un
pedazo muy grande de queso y se subió a
un árbol para comer el queso más a gusto y
sin que nadie le molestara.
Estando así el cuervo, pasó la zorra
y cuando vio el queso, empezó a pensar en
la manera de poder quitárselo. Con este
objeto dijo lo siguiente:
–Don Cuervo, hace ya mucho
tiempo que he oído hablar de vuestras
perfecciones y de vuestra hermosura.
El conde Lucanor, Don Juan Manuel
Texto en verso
Libro de Buen Amor, Juan Ruiz
2. La versificación
El ritmo típico de los textos en verso se basa en la
reiteración de algunos elementos a lo largo del poema. Entre esos
elementos destacan la medida de los versos, la distribución de los
acentos y la rima.
1. La medida de los versos. Se denomina medida de un verso al
número de sílabas que lo forman. Con frecuencia, los poetas hacen
que los versos de un poema se ajusten a una misma medida. La
reiteración de un esquema silábico crea impresión rítmica.
Ejemplo:
6 sílabas: Pa-san - los - si-len-cios
6 sílabas: de - la - ma-dru-ga-da.
6 sílabas: Un - hom-bre, - dos - fa-ros,
6 sílabas: al-gu-na - mu-cha-cha.
Luis García Montero
2. La distribución de los acentos. El acento fónico
recae a menudo en sílabas que ocupan la misma
posición en distintos versos. Esta reiteración de los
acentos crea unos ejes acentuales que proporcionan
ritmo al poema. Así ocurre en los siguientes versos,
por ejemplo, en la sexta y en la décima sílaba:
(6-10) Cuanto tengo confieso yo deberos;
(6-10) por vos nací, por vos tengo la vida,
(6-10) por vos he de morir y por vos muero.
Garcilaso de la Vega
3. La rima. Consiste en la reiteración de sonidos al final de dos o
más versos. Si esa reiteración afecta a todos los sonidos –vocales y
consonantes– desde la última vocal tónica del verso, la rima es
consonante; si afecta solo a las vocales y no a las consonantes, la
rima es asonante.
-Rima consonante:
Se repiten todos los sonidos (vocales y consonantes). Ejemplo:
Decid, gentil aldeana:
¿quién os hizo tan galana?
- Rima asonante
Se repiten solo las vocales. Ejemplo:
Levantose un viento
de la mar salada
y diome en la cara.
3. La medida de los versos
La medida de un verso
viene dada en principio por el
número de sílabas que ese verso
contiene, aunque se ve afectada
por dos factores: la posición del
acento en la última palabra del
verso y la presencia de algunos
fenómenos a los que llamamos
licencias métricas.
3.1. El acento final
La posición del acento en la última palabra del verso
afecta al cómputo silábico de esta manera:
• Si el verso termina en una palabra aguda o monosílaba,
se suma una sílaba.
• Si el verso termina en una palabra esdrújula, se resta
una sílaba.
Ejemplo:
7+1 sílabas: ¡Granados en cielo azul!
8 sílabas: ¡Calle de los marineros;
9-1 sílabas: qué verdes están tus árboles,
8 sílabas: qué alegre tienes el cielo!
Juan Ramón Jiménez
3.2. Las licencias métricas
El cómputo silábico se ve afectado por tres fenómenos
fónicos que se producen en el interior del verso: la sinalefa, la
sinéresis y la diéresis.
1. La sinalefa. Consiste en pronunciar la sílaba final de una
palabra y la inicial de la siguiente en una sola sílaba. Se produce
cuando una palabra termina en vocal y la siguiente empieza por h
o por vocal. A efectos métricos, las dos sílabas se comportan
como una. Ejemplo:
8 sílabas: El jinete se acercaba
8 sílabas: tocando el tambor del llano.
Federico García Lorca
2. La diéresis. Consiste en pronunciar en distintas sílabas (su-a-
ve) las vocales de un diptongo (sua-ve). A veces se marca con el
signo de la diéresis (¨). Ejemplo:
7 sílabas: Con un manso rüido
7 sílabas: de agua corriente y clara...
Garcilaso de la Vega
3. La sinéresis. Es el fenómeno opuesto a la diéresis. Consiste en
pronunciar en una sola sílaba (o-céa-no, aé-rea) las vocales que
forman un hiato (o-cé-a-no, a-é-re-a). Ejemplo:
7 sílabas: Y yo había dicho: ¡Vive!
7 sílabas: Es decir: ama y besa.
Manuel Machado
4. Tipos de versos según su medida
Según su medida, hay dos clases de versos:
• Versos de arte menor. Tienen de dos a ocho sílabas métricas.
• Versos de arte mayor. Tienen nueve o más sílabas métricas.
Los versos de doce o más sílabas suelen ser versos
compuestos, es decir, versos formados por dos partes separadas por
una pausa o cesura. Cada parte se llama hemistiquio; en el
cómputo silábico, los hemistiquios se consideran versos
independientes que suman sus medidas. Los siguientes versos, por
ejemplo, tienen catorce sílabas y están formados por dos
hemistiquios de siete sílabas; el signo // marca la cesura:
Ya no la quiero, es cierto, // pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, // y es tan largo el olvido.
Pablo Neruda
Denominación de los versos
Arte menor
dos sílabas bisílabo
tres sílabas trisílabo
cuatro sílabas tetrasílabo
cinco sílabas pentasílabo
seis sílabas hexasílabo
siete sílabas heptasílabo
ocho sílabas octosílabo
Arte mayor
nueve sílabas eneasílabo
diez sílabas decasílabo
once sílabas endecasílabo
doce sílabas dodecasílabo
trece sílabas tridecasílabo
catorce sílabas alejandrino
5. El análisis métrico
El análisis métrico de un poema tiene por objeto
determinar el número de sílabas de cada verso y el esquema de las
rimas. Para ello se miden los versos y se asigna una letra a los que
riman entre sí; esa letra se representa con minúscula si el verso es
de arte menor y con mayúscula si es de arte mayor. A los versos
que no riman (versos sueltos) se les asigna una raya. Ejemplo:
8- No paséis, el caballero,
8a tantas veces por aquí;
8- si no, bajaré mis ojos,
8a juraré que nunca os vi.
El atlasSe alejaban los barcos cargados de tesoros
y el niño señalaba con mano desvaída
las regiones lejanas de nombres eufónicos,
suaves como versos de cadencia elegíaca:
Alejandría, Córcega, Tornea, mar de Banda,
Majach-Kala, Karat, Bengasi, Esmirna.
Regiones de las brumas y las tinieblas albas,
ciudades de los altos minaretes de oro
que en la imaginación entonces relumbraban
como gemas caídas de un cielo melancólico:
Trípoli, Yeros, Kemen, Bagdad, Adalia, Córdoba….
Detrás de aquellos nombres, ¿qué vida se ocultaba?
perdidos en la bruma glacial de la memoria
los barcos que zarparon duermen bajo las aguas
De Botnia, de Madrás, de la azul Etiopía.
F. Benítez Reyes (1960-), Los vanos mundos
Contigo
¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.
¿Mi gente?
Mi gente eres tú.
El destierro y la muerte
para mi están adonde
no estés tú.
¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?
Luis Cernuda
Vega en calma
Cielo gris.
suelo rojo...
De un olivo a otro
vuela el tordo.
(En la tarde hay un sapo
de ceniza y de oro.)
Suelo gris.
Cielo rojo...
Quedó la luna enredada
en el olivar.
¡Quedó la luna olvidada!
Emilio Prados
Ayer estaba mi amor
como aquella nube blanca
que va tan sola en el cielo
y tan alta,
como aquella
que ahora pasa
junto a la luna
de plata.
Nube
blanca,
que vas tan sola en el cielo
y tan alta,
junto a la luna
de plata,
vendrás a parar
mañana,
igual que mi amor,
en agua,
en agua del mar
amarga.
Mi amor tiene el ritornelo
del agua, que, sin cesar,
en nubes sube hasta el cielo
y en lluvia baja hasta el mar.
El agua, aquel ritornelo,
de mi amor, que, sin cesar,
en sueños sube hasta el cielo
y en llanto baja hasta el mar.
León Felipe, Como aquella nube blanca
Por el mar de las Antillas
anda un barco de papel:
anda y anda el barco barco,
sin timonel.
De La Habana a Portobelo,
de Jamaica a Trinidad,
anda y anda el barco barco,
sin capitán.
Una negra va en la popa,
va en la proa un español:
anda y anda el barco barco,
con ellos dos.
Pasan islas, islas, islas,
muchas islas, siempre más:
anda y anda el barco barco,
sin descansar.
Un cañón de chocolate
contra el barco disparó,
y un cañón de azúcar, zúcar,
le contestó.
¡Ay, mi barco marinero,
con su casco de papel!
¡Ay, mi barco negro y blanco
sin timonel!
Allá va la negra negra,
junto junto al español;
anda y anda el barco barco,
con ellos dos.
Nicolás Guillén, Un son para niños antillanos
Perfección
Queda curvo el firmamento,
Compacto azul, sobre el día.
Es el redondeamiento
Del esplendor: mediodía.
Todo es cúpula. Reposa,
Central sin querer, la rosa,
A un sol en cénit sujeta.
Y tanto se da el presente
Que al pie caminante siente
La integridad del planeta.
Jorge Guillén
La primavera besaba suavemente la arboleda, y el
verde nuevo brotaba como una verde humareda. Las nubes
iban pasando sobre el campo juvenil... Yo vi en las hojas
temblando las frescas lluvias de abril. Bajo ese almendro
florido, todo cargado de flor –recordé–, yo he maldecido mi
juventud sin amor. Hoy, en mitad de la vida, me he parado a
meditar... ¡Juventud nunca vivida, quién te volviera a soñar!
El poema oculto:
Recupera la forma original de un poema de Antonio
Machado a partir de la versión en prosa del mismo. Para ello has
de saber:
1. Todos los versos son octosílabos.
2. Todos los versos riman.
3. La rima es consonante.
Enhiesto surtidor de sombra y sueño, que acongojas
el cielo con tu lanza. Chorro que a las estrellas casi alcanza,
devanado a sí mismo en loco empeño. Mástil de soledad,
prodigio isleño; flecha de fe, saeta de esperanza. Hoy llegó a
ti, riberas del Arlanza, peregrina al azar, mi alma sin dueño.
Cuando te vi, señero, dulce, firme, qué ansiedades sentí de
diluirme y ascender como tú, vuelto en cristales; como tú,
negra torre de arduos filos, ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.
El poema oculto:
El mismo ejercicio con un famoso poema de Gerardo
Diego a partir de la versión en prosa del mismo. Para ello has de
saber:
1. Todos los versos son endecasílabos.
2. Todos los versos riman.
3. La rima es consonante.
Volverás a mi huerto y a mi higuera: por los altos
andamios de mis flores pajareará tu alma colmenera de
angelicales ceras y labores. Volverás al arrullo de las rejas de
los enamorados labradores. Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado, llama a un campo de
almendras espumosas mi avariciosa voz de enamorado. A las
aladas almas de las rosas... de almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del
alma, compañero.
El poema oculto:
El mismo ejercicio con un poema de Miguel Hernández a
partir de la versión en prosa del mismo. Para ello has de saber:
1. Todos los versos son endecasílabos.
2. Todos los versos riman.
3. La rima es consonante.
Actividades sobre métrica:
Consulta sobre métrica: