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Universidad Politécnica de Madrid
Escuela Técnica Superior de Arquitectura
Definición científica del concepto que hace referencia a la cosa concreta arquitectónica en el contexto de las ciencias básicas Introducción en el campo del saber del término que lo designa:
el “espacio (región) arquitectónico” es un espacio estancial de frontera artificial
Tesis Doctoral
Jesus Sanz Castro Arquitecto
2016
Departamento de Proyectos Arquitectónicos Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM)
Definición científica del concepto que hace referencia a la cosa concreta arquitectónica en el contexto de las ciencias básicas
Introducción en el campo del saber del término que lo designa: el “espacio (región) arquitectónico” es un espacio estancial de frontera artificial
Tesis Doctoral
Jesus Sanz Castro Arquitecto
Dirigida por
Javier Maroto Ramos Doctor Arquitecto
Álvaro Soto Aguirre Doctor Arquitecto
2016
iii
Tribunal nombrado por el Mgfco. y Excmo. Sr. Rector de la Universidad Politécnica de Madrid, el día _____________________________________________________________
Presidente D. _________________________________________________________
Vocal D. ____________________________________________________________
Vocal D. ____________________________________________________________
Vocal D. ____________________________________________________________
Secretario D. _________________________________________________________
Suplente D. __________________________________________________________
Suplente D. __________________________________________________________
Realizado el acto de defensa y lectura de Tesis el día _________________________ en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid.
Calificación __________________________________________________________
EL PRESIDENTE LOS VOCALES
EL SECRETARIO
v
La investigación científica precisa del análisis filosófico de las entidades lingüísticas,
conceptuales y físicas, que forman los problemas y las hipótesis científicas, a través del
examen lógico y epistemológico.
Yo, que soy más bien un apasionado de las artes, nunca he sido muy dado a tales
tareas; pero he tenido la suerte de escuchar a mis padres durante mi infancia, cada uno
de ellos conocedor de una de esas dos habilidades.
Fina, profesora de lenguaje, tiene siempre muy clara la estructura y la forma
sintáctica, el contenido y la significación semántica, así como la función metodológica
y el alcance sistemático de las entidades lingüísticas (términos y oraciones) y de las
entidades conceptuales (conceptos, proposiciones y teorías).
Juan por su parte, tiene tal conocimiento de la realidad natural de las entidades físicas,
que sabe distinguir un campo de cebada de uno de trigo a varios kilómetros de
distancia, sabe pescar con la mano, conoce todos los tipos de árboles del bosque, y
sabe distinguir los árboles frutales según su flor en primavera.
A ellos les dedico ésta, mi primera investigación científica.
Madrid,
10 de febrero de 2016
vii
CONTENIDO
Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Resumen / Abstract . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
INTRODUCCIÓN A LA INVESTIGACIÓN
EXPOSICIÓN DE LA PREGUNTA POR EL OBJETO QUE ES EL RESUL- TADO DE LOS PROCESOS DE PROYECTO Y OBRA ARQUITECTÓNI- COS Y QUE ES EXPERIMENTADO POR LOS SUJETOS . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
1. La cuestión del objeto que es el resultado de los procesos de proyecto y obra arquitectónicos y que es experimentado por los sujetos. . . . . . . . . . . . 11
2. Estado de la cuestión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
3. Metodología científica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
4. Plan de la investigación y objetivos a alcanzar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
5. Fuentes consultadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
viii
El problema científico
1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA CIENTÍFICO
LA PREGUNTA POR EL CONCEPTO QUE REPRESENTA LA IDEA ABSTRACTA Y GENERAL DEL “OBJETO QUE ES EL RESULTADO DE LOS PROCESOS DE PROYECTO Y OBRA ARQUITECTÓNICOS Y QUE ESTÁ SIENDO YA EXPERIMEN- TADO POR LOS SUJETOS” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 43
1.1. Reconocimiento de las entidades filosóficas. Aproximación preliminar al concepto teorético no-formal . . . . . 45
1.2. Descubrimiento del problema científico. Ontología científica del concepto “espacio” . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
1.3. Formulación del problema científico. La pregunta por la definición científica del concepto que repre- senta la idea del “objeto que es el resultado de los procesos de proyecto y obra arquitectónicos y que está siendo ya experimen- tado por los sujetos”, y el término que lo designa . . . . . . . . . . . . 75
El conocimiento explicativo (teórico) del problema científico
2. CONSTRUCCION DEL MODELO TEÓRICO
LA “TEORÍA DEL CONCEPTO GEOGRÁFICO” . . . . . . . . . . . . . . . 79
2.1. Selección de los factores pertinentes. El significado del concepto “objeto (cosa concreta) arquitectóni- co” en el contexto de esta teoría, y el sistema taxonómico en el que se encuentra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
2.2. Invención de la hipótesis central. Hipótesis de partida: "El espacio (región) arquitectónico es un espacio vivencial de frontera artificial" . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
3. DEDUCCIÓN DE CONSECUENCIAS PARTICULARES
EL SOPORTE RACIONAL DE LA HIPÓTESIS . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
3.1. Búsqueda de soportes racionales en esta investigación. Conocimiento teórico existente sobre los conceptos que forman el enunciado hipotético . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
3.2. Búsqueda de soportes racionales en investigaciones similares. Conocimiento teórico existente sobre los conceptos implicados en la formación de una definición científica . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
ix
El conocimiento predictivo (práctico) del problema científico
4. PRUEBA DE LA HIPÓTESIS
ANÁLISIS LÓGICO DEL CONCEPTO TEORÉTICO “ESPACIO (REGIÓN) ARQUITECTÓNICO” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161
4.1. Diseño de la prueba. Método operativo y estructura general de la prueba . . . . . . . . . . . 163
4.2. Ejecución de la prueba. Análisis lógico del sistema conceptual (s) “espacio (región) ar- quitectónico” a través del modelo cualitativo m(s) . . . . . . . . . . . . 169
4.3. Elaboración de los datos. Exposición de la idea que representa el concepto “espacio (región) arquitectónico” en el contexto de las ciencias básicas . . 195
4.4. Inferencia de la conclusión. Deducción del “género” y la “diferencia específica”, y la deduc- ción definitiva de la definición científica del concepto “espacio (región) arquitectónico” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201
La resolución del problema científico
5. INTRODUCCIÓN DE LAS CONCLUSIONES EN LA TEORÍA
VALIDACIÓN DE LA “TEORÍA DEL CONCEPTO GEOGRÁFI- CO” Y SUGERENCIAS ULTERIORES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207
5.1. Consideración de la validación del modelo teórico. Verificación del enunciado hipotético y validación del modelo teórico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209
5.2. Reajuste del modelo teórico: eventual corrección o aun reempla- zo del modelo.
Sustitución del término ‘vivencial’ por ‘estancial’. . . . . . . . . . . . 213
5.3. Sugerencias acerca de investigaciones ulteriores. Examen de posibles extensiones y de posibles consecuencias en otros departamentos del saber . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235
Indice . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251
1
AGRADECIMIENTOS
Al arquitecto Javier Maroto Ramos, profesor de proyectos del departamento de
proyectos de la Escuela Técnica superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM) y
codirector de esta investigación, que confió en mí para comenzar esta aventura
científica en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).
Al arquitecto Álvaro Soto Aguirre, profesor de proyectos del departamento de
proyectos de la Escuela Técnica superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM) y
codirector de esta investigación, por su enorme amabilidad y dedicación, clave para la
conclusión de esta tesis doctoral.
Al arquitecto Roberto Cavallo, profesor de proyectos en la Faculty of Architecture
and the Built Environment, así como a Kees Kaan, profesor y director del departamento
Complex Projects, por la enorme ayuda recibida en el proceso de esta investigación
durante mi estancia internacional de dos años en la Delft University of Technology
(TuDELFT).
Al arquitecto Remo Dorigati, profesor de proyectos en la Scuola di Architettura e
Società, así como al Dipartimento di Architettura e Pianificazione por la enorme ayuda
recibida en el proceso de esta investigación durante mi estancia internacional de un año
en el Politecnico di Milano (POLIMI).
Agradezco el gran interés, ayuda y dedicación que han mostrado en esta
investigación los profesores Ignacio Vicens y Hualde y Félix Ruiz de la Puerta de la
Escuela Técnica superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, los
profesores Ismael Martínez Liébana y Juan Antonio Valor Yébenes de la Facultad de
Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, y el profesor Álvaro Galmés
Cerezo de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Europea de Madrid.
Finalmente se quiere señalar el inspirador legado de Aristóteles en el ámbito de la
Ontología y la Lógica formal y de manera particular su aportación al conocimiento
científico del concepto “espacio”, y el inspirador trabajo del científico Albert Einstein
por su aportación a la Filosofía de la ciencia y su inspirador modo de enfrentarse a los
problemas científicos en general.
3
RESUMEN
El objetivo de esta investigación científica es saber qué es el ente que es objeto de la
proyección arquitectónica. Para ello se contempla aquella construcción arquitectónica
que es ya vivida por los seres humanos. Una vez el objeto arquitectónico es
experimentado por los sujetos, éstos pasan a formar parte del propio objeto,
modificando su composición. El objeto arquitectónico pasa así de ser un sistema de tipo
técnico a uno de tipo social.
Para comenzar la investigación se determina el problema científico, que es el
concepto que representa la idea abstracta y general del objeto arquitectónico.
Realizando una interpretación del correlato de la idea en el contexto de las ciencias
básicas, nos damos cuenta que no contamos con una definición científica del objeto, y
que no existe un término que lo designe. Estas carencias en el campo del saber son las
que nos animan a realizar esta investigación.
La pregunta específica que nos hacemos es ¿qué es el objeto que ha sido creado por
los arquitectos y que existe ya en la realidad material, y que por lo tanto es susceptible
de ser experimentado -o vivido- por los sujetos e investigado por los científicos?
Formulamos la pregunta científica de manera inequívoca: “La pregunta por la definición
científica del concepto que representa simbólicamente la idea abstracta y general del
objeto que es el resultado de los procesos de proyecto y obra arquitectónicos y que es
experimentado por los sujetos”.
Para dar respuesta a esta pregunta se construye una teoría, donde se conjetura que el
objeto arquitectónico pertenece al sistema taxonómico de la Geografía, ya que es ésta la
disciplina que se encarga del tratamiento de los espacios (o regiones). La suposición
particular que nos lleva a esta conjetura es que, si el correlato fáctico del concepto
“espacio” (topos) pertenece al ámbito de la geografía, el objeto que es objeto de la
Arquitectura debe por tanto también pertenecer al mismo ámbito científico. El término
que esta teoría introduce en el campo del saber es ‘espacio (región) arquitectónico’ -
entiéndase un objeto geográfico, como ‘espacio político’, ‘espacio psicológico’, etc.-.
4
Se construye ahora una definición hipotética del concepto. Para ello se conjetura
que el género próximo al que pertenece la especie es el “espacio vivencial” –introducido
por el filósofo Otto Bollnow-, entendiendo que este género incluye todos los espacios
naturales y artificiales susceptibles de ser experimentados por el ser humano.
Posteriormente se conjetura la diferencia específica de la especie, dándonos cuenta de
que la diferencia que existe entre los espacios arquitectónicos y los naturales es que la
frontera de los primeros es artificial –viene de la modificación de la naturaleza por parte
del ser humano-. Contando con el género próximo y con la diferencia específica de la
especie, formamos la definición “el espacio (región) arquitectónico” es un “espacio
vivencial” de frontera artificial”. Esta definición es el enunciado hipotético que se
pondrá a prueba.
Se realiza la prueba del análisis lógico del concepto “espacio (región)
arquitectónico” introducido en la teoría, en la que a través de sucesivas deducciones
determinamos su composición, entorno y estructura. Observando las conclusiones de la
prueba deducimos la definición del concepto, y viendo que coincide con la conjetura del
inicio, se da por validada la teoría. Para terminar, se concluye que el signo ‘espacio
(región) arquitectónico’ es por tanto el término que designa el concepto que representa
simbólicamente la idea abstracta y general del objeto que es el resultado de los procesos
de proyecto y obra arquitectónicos y que es experimentado por los sujetos, y se da por
tanto resuelto el problema científico planteado al comienzo de la investigación.
Para terminar, se decide sustituir el término ‘espacio vivencial’ por el término
‘espacio estancial’, ya que la actividad de estar en un espacio expresa de manera
inequívoca la actividad que define el objeto de la disciplina que trata el objeto en
cuestión, mientras que la actividad de vivir -o experimentar- un espacio tiene un cierto
grado de vaguedad. La definición resultante es, por lo tanto: el “espacio (región)
arquitectónico” es un “espacio estancial” de frontera artificial.
El resultado de esta investigación nos indica que los arquitectos debemos encontrar
las propiedades del ente arquitectónico en una nueva ciencia particular perteneciente a
la ciencia de la geográfica humana, que esta investigación propone a la comunidad
científica como Geografía de la estancia -o Geografía estancial-. Así como los objetos
urbanísticos –asentamientos- son estudiados por la Geografía del asentamiento o de la
población, los objetos arquitectónicos -estancias o conjuntos estanciales- deben ser
estudiados por la Geografía estancial.
5
ABSTRACT
The objective of this scientific research is to know what is the entity that is subject of
architectural design. To do this, we consider those architectural buildings that are
already experienced by humans. Once the architectural object is experienced by the
subjects, they become part of the object itself, changing its composition. Therefore, the
architectural object becomes a social type of system, instead of a technical one.
In order to begin this research, the scientific problem is determined, which is the
concept that represents the abstract and general idea of the architectural object.
Performing an interpretation of the correlation of the idea in the context of basic
sciences, we realize we do not have a scientific definition of the object, and that there is
not a term that designates it. This lack in the field of knowledge is what inspires us to
undertake this research.
The specific question we establish is: what is the object that has been created by
architects and already exists in the material reality, and therefore is likely to be
experienced -or lived- by persons and researched by scientists? Formulating this
scientific question unequivocally: "The question of the scientific definition of which
symbolically represents the abstract and general idea of the object which is the result of
processes of design and architectural build, and is experienced by persons."
In order to answer this question, a theory is built, where we conjecture that the
architectural object belongs to the taxonomic system of Geography, as it is the
discipline that deals with the treatment of the spaces (or regions). The particular
assumption that leads to this conjecture is that if the factual correlation of the concept
"space" (topos) belongs to the field of geography, the object that is the subject of
Architecture should therefore also belong to the same scientific field. The term this
theory introduces into the field of knowledge is 'architectural space (region)' understood
as geographical object -as 'political space', 'psychological space', etc-.
6
A hypothetical definition of the concept is now built. For it is conjectured that the
genre to which the species belongs is the "experiential space" -introduced by the
philosopher Otto Bollnow-, understanding that this genre includes all natural and
artificial spaces that can be experienced by humans. The specific difference of the
species is later conjectured, realizing that the difference between architectural spaces
and natural is that the border is artificial –it comes from the human modification of the
nature-. Counting on the genre and the specific difference of the species, we are
defining "architectural space (region)" as an artificial-bordered "experiential space".
This definition is the hypothetical statement that will be tested.
A logical analysis of the concept of "architectural space (region)" introduced in the
theory is tested, in which its composition, structure and environment is determined
through successive deductions. By observing the results of the test, we deduce the
definition of the concept, and by seeing that it coincides with the start guess, the theory
is considered validated. Finally, we conclude that the sign 'architectural space (region)'
is therefore the term for the concept that symbolically represents the abstract and
general idea of the object which is the result of processes of architectural design and
build and that is experienced by persons. This gives solved the scientific problem posed
at the beginning of this research.
Finally, it was decided to replace the term 'experiential space' by the term 'staying
space', since the activity of staying –being- in an space express unequivocally the
activity that defines the object of the discipline that treats the object in question, while
the activity of experimenting -or living- a space has a degree of vagueness. The
resulting definition is therefore: the “architectural space (region)” is an artificial-
bordered "staying space".
The result of this research indicates that architects must find the properties of the
architectural entity in a type of specific science pertaining to the science of Human
geography, this research suggests to the scientific community as Geography of the Stay
-or Staying Geography-. Just like urban objects -settlements- are treated by rural and
urban Settlement Geography, architectural objects -staying complexes- should be
treated by Staying Geography.
7
9
INTRODUCCIÓN A LA INVESTIGACIÓN
EXPOSICIÓN DE LA PREGUNTA POR
EL OBJETO QUE ES EL RESULTADO DE LOS
PROCESOS DE PROYECTO Y OBRA
ARQUITECTÓNICOS
Y QUE ES EXPERIMENTADO POR LOS SUJETOS
Se pretende aquí introducir esta investigación científica, con el objetivo de que el
lector pueda tener una comprensión global de la misma.
Comenzaremos así determinando el campo o marco en el que se encuentra esta
investigación. Para ello expondremos el tema -o cuestión- en el que se encuentra el
problema específico que se va a tratar, y el campo temático en el que se encuentra el
tema planteado. Posteriormente especificamos el objetivo fundamental que la
investigación persigue. Después se mencionará la motivación personal del investigador
a la hora de la elección del tema y se señalará la necesidad de su estudio para la
comunidad científica.
Por otra parte se comentará el estado de la cuestión elegida -una vez revisado todo
lo que se haya investigado hasta la fecha- y se expondrá la metodología científica que se
va a utilizar en el proceso, que conforma su plan o estructura general.
Para terminar esta introducción, se comentará la gran diversidad de fuentes que se
han utilizado en esta investigación a la hora de deducir las consecuencias particulares de
las variables del enunciado hipotético.
Introducción a la investigación
10
Introducción a la investigación
11
1. LA CUESTIÓN DEL OBJETO QUE ES EL RESULTADO DE LOS PROCE-
SOS DE PROYECTO Y OBRA ARQUITECTÓNICOS Y QUE ES EXPERI-
MENTADO POR LOS SUJETOS.
a. Exposición de la cuestión -o tema- en el que se encuentra el problema específico
que es objeto de esta investigación.
El tema en el que se engloba la investigación que encontraremos en el cuerpo general de
esta tesis doctoral es el objeto que, una vez ha sido proyectado por un arquitecto y ha
sido materializado en el proceso de la obra –o construcción- arquitectónica es ya
experimentado –o vivido- por los seres humanos. Así, una vez los técnicos y los
constructores han terminado su trabajo, el objeto arquitectónico que comúnmente
llamamos construcción arquitectónica –véase edificio, plaza, etc.- se encuentra en
disposición de ser utilizado por los sujetos y de ser estudiado científicamente por los
investigadores. Este objeto arquitectónico definitivo que se encuentra ya en manos de
los seres humanos y en el que el arquitecto ya no intervendrá, es realmente el objeto y
objetivo fundamental de la actividad del arquitecto proyectista y de la actividad
arquitectónica en general.
Es muy importante darnos cuenta en este punto de que, una vez el objeto
arquitectónico está en uso, ya no será un objeto únicamente formado por los materiales
de construcción aparejados y el aire que alberga. El número de componentes de la
composición del objeto aumentará, al contar con los sujetos que lo experimentan y con
otros elementos del espacio -como el mobiliario, la luz, las plantas, etc.-. Todos estos
elementos –incluyendo los seres humanos- pasan a formar parte del propio objeto
arquitectónico, modificando su composición. Si el objeto ha cambiado su composición,
se habrá convertido por tanto en un objeto diferente. Así, este objeto no será el objeto de
tipo técnico que era al terminar las obras -la construcción todavía sin actividad- sino un
objeto social –o humano-.
Este objeto arquitectónico del que hablamos no será ya por tanto objeto de estudio
de la ciencia aplicada de la Arquitectura –que se ha ocupado de su concepción, su
Introducción a la investigación
12
proyecto y su construcción- sino de alguna ciencia particular de las ciencias básicas, ya
que son éstas las que estudian los objetos que se encuentran en la realidad.
Debemos ahora especificar el campo de estudio en el que se encuentra esta
cuestión. Nos preguntamos entonces ¿cuál es la ciencia básica que estudia el objeto
arquitectónico una vez existe en el mundo real y es experimentado por los sujetos? Esta
es la principal pregunta que esta investigación persigue contestar, por lo que en este
momento debemos concluir que esta investigación se encuentra dentro del campo de
investigación que se ocupa de categorizar los objetos de la realidad en los sistemas
taxonómicos de las ciencias particulares. Este campo de investigación es la Filosofía de
la ciencia, que es capaz de estructurar la ciencia en taxonomías valiéndose de la
sistematización y definición de los conceptos científicos a través de la ciencia de la
Lógica formal.
Como veremos al explicar el problema científico, estos objetos arquitectónicos
responden a los términos que utilizamos comúnmente como edificaciones,
construcciones, arquitecturas, etc. Estos términos no son científicos, esto es, son los
términos que se utilizan en el lenguaje común y tienen una definición en el diccionario,
pero no pertenecen a ninguna taxonomía científica en el contexto de la ciencia básica.
Para comprender esto, fijémonos en el concepto común “agua” y en el concepto
científico “H2O”. Ambos términos se refieren a una misma realidad, pero contemplada
en contextos diferentes. El concepto “agua” representa la idea del líquido que todos
conocemos comúnmente, mientras que el concepto “H2O” representa la idea de un
compuesto químico que estudiamos científicamente gracias a la ciencia química. Estos
dos conceptos no son uno mejor o peor que el otro, sino que son simplemente dos
conceptos diferentes, porque representan ideas diferentes dependiendo del contexto.
Es por tanto este término científico el signo artificial que esta investigación
pretende descubrir o crear, como una aportación al campo del saber. El término
científico al que nos referimos no existe en la actualidad, y es por esa razón por la que la
nominalización de la cuestión -que se expresa en el título de este capítulo- es tan
extensa.
Como se especifica en el título de esta tesis doctoral, esta investigación va a tratar
la cuestión del objeto arquitectónico en el contexto de las ciencias básicas. Así,
podríamos adelantar aquí que la nominalización genérica del correlato fáctico de la idea
Introducción a la investigación
13
abstracta en cuestión sería, técnicamente, una ‘cosa concreta arquitectónica’, haciendo
referencia a un objeto de la clase objeto concreto (o hecho concreto) que viene de la
creación de un arquitecto. Pero este término, aunque correcto, es demasiado genérico –y
por lo tanto vago- porque incluye la idea de diversos tipos de objetos.
Vamos entonces a especificar a continuación a qué tipo de objeto nos referimos.
Para ello examinaremos primero el concepto “objeto” en general, y posteriormente
estableceremos una división de los diversos objetos científicos a los que podemos
referirnos al utilizar el concepto “objeto arquitectónico”.
Sobre el concepto “objeto”.
La definición de objeto es:
Todo aquello que puede existir, pensarse, hablarse o ser objeto de una
acción. Es el más básico, abstracto y general de todos los conceptos
filosóficos; por tanto es indefinible. Así, la clase de todos los objetos es la
máxima clase. Los objetos pueden ser individuos o colecciones, concretos
(materiales) o abstractos (ideales), naturales o artificiales. Por ejemplo, las
sociedades son objetos concretos mientras que los números son abstractos;
las células son objetos naturales en tanto que las palabras son artificiales.1
Un “objeto” es, científicamente, todo ente que existe en la realidad, y por lo tanto
aquello por lo que nos preguntamos en la investigación científica. Las ciencias ideales o
formales tratan “objetos ideales”, que pueden ser conceptos, fórmulas y teorías. Las
ciencias fácticas tratan “objetos concretos o reales” -también llamados “hechos”-, que
pueden ser de cuatro tipos: sistemas concretos (también llamados cosas), fenómenos,
eventos y procesos. A su vez, los objetos concretos o hechos pueden ser “hechos
naturales” o “hechos sociales”.2
1 Mario Bunge, Dictionary of Philosophy (Amherst (NY): Prometheus Books, 1998; ver edición
ampliada, The Philosophical Dictionary, 2003), 199. [Ver traducción al castellano por María Dolores González Rodríguez, Diccionario de filosofía. (Méjico D. F.: Siglo XXI, 2001), 154.]
2 Ver Mario Bunge, Scientific Research II: The Search for Truth (Studies in the Foundations: Methodology and Philosophy of Science Volume 3/II) Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 153-157.
Introducción a la investigación
14
Sobre las dos posibles categorías de ideas que el concepto “objeto arquitectónico”
puede representar en las ciencias aplicadas y básicas.
Uniendo el concepto “objeto” con el concepto “arquitectónico” (perteneciente o relativo
a la arquitectura) formamos el concepto “objeto arquitectónico”. El concepto “objeto
arquitectónico” es demasiado genérico, ya que no especifica el contexto concreto en el
que se encuentra dentro del ámbito de la Arquitectura. Además, el concepto “objeto
arquitectónico” incluye todos los objetos ideales y todos los objetos concretos que se
encuentran relacionados con el ámbito de la Arquitectura. Por lo tanto, dado su alto
grado de vaguedad, no debemos utilizar este concepto en el proceso de esta
investigación, pero nos valdrá ahora para explicar la cuestión.
El concepto “objeto arquitectónico” puede representar dos ideas abstractas
diferentes según el contexto científico en el que se encuentre: el objeto aplicado (creado
por las ciencias aplicadas) y el objeto básico (investigado por las ciencias básicas).
El “objeto arquitectónico aplicado” es el objeto fundamental del que se ocupa la
ciencia aplicada de la Arquitectura en el ámbito de la concepción de la idea, la
proyección y la construcción, y corresponde a los objetos que llamamos “idea
arquitectónica”, “proyecto arquitectónico” y “obra –o construcción- arquitectónica”.
El “objeto arquitectónico básico” por su parte, es un concepto de tipo científico -
esto es, perteneciente a la investigación científica-, que representa la idea abstracta del
objeto -ideal o material- que existe en la realidad, y por tanto es susceptible de ser
investigado por la ciencia. La colección de los objetos arquitectónicos que forman este
género son los tres objetos creados por la ciencia aplicada de la Arquitectura que
acabamos de nombrar -“idea arquitectónica”, “proyecto arquitectónico” y “obra –o
construcción) arquitectónica”-, y además un cuarto objeto, que es el que se forma
cuando la construcción arquitectónica es ya experimentada por los sujetos. En el
momento que una construcción es experimentada o vivida por sujetos, estos sujetos
pasan a formar parte de la composición del objeto –al igual que otros elementos como el
mobiliario, las plantas, los insectos, la luz-, convirtiendo el objeto técnico “construcción
arquitectónica” en un objeto nuevo de diferente naturaleza.
Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 717-721].
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al.
ón del
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Introducción a la investigación
16
b. Objetivo fundamental de la investigación.
Esta investigación pretende descubrir la verdadera naturaleza -materia o realidad
fundamental- del objeto arquitectónico (entiéndase hecho concreto). Esto es, la
naturaleza de la obra arquitectónica ya construida y experimentada por los sujetos, y que
es o puede ser investigada por los investigadores científicos. Se trata de averiguar el
ámbito o campo de la ciencia al que pertenece este objeto arquitectónico descrito en la
cuestión de esta investigación, para poder formar una definición científica del concepto
que lo representa. La resolución del problema intelectual de la definición de este objeto
científico pretende ser así aplicable a fines prácticos en los ámbitos de la proyección, la
investigación y la docencia de la Arquitectura.
Así, la investigación tiene los siguientes objetivos concretos:
(i) Introducir un nuevo término científico capaz de identificar inequívocamente los
objetos arquitectónicos, con el propósito de ser utilizado por la comunidad
científica.
(ii) Crear una definición científica del concepto y determinar su significación, con el
propósito de generar conocimiento básico en el ámbito de la investigación científica
de la Arquitectura.
(iii) Descubrir el ámbito científico en el que se encuentra la realidad fundamental de los
objetos arquitectónicos, con la intención de utilizar el conocimiento básico de esa
ciencia individual en beneficio de la proyección, decencia e investigación de la
Arquitectura.
El objetivo fundamental que se pretende conseguir con esta investigación es el de
generar conocimiento científico básico en el campo de la Ontología de la Arquitectura –
esto es, aumentar el conocimiento sobre la verdad objetiva de la realidad del hecho
arquitectónico- del que podrá servirse la ciencia aplicada de la Arquitectura. Se trata de
abrir el campo de la investigación sobre los fundamentos del objeto que es objeto de la
proyección arquitectónica.
Veamos entonces a qué se refiera la disciplina de la Ontología de la Arquitectura.
Introducción a la investigación
17
Campo temático en el que se encuentra el problema científico: La Ontología
científica de la Arquitectura.
El campo temático en el que se encuentra el problema específico de esta investigación
es el estudio ontológico del ente “objeto concreto arquitectónico” que se encuentra ya
en uso. La investigación ontológica de cualquier ente es una disciplina que se encuentra
dentro de la disciplina de la Metafísica, que es a su vez una rama de la Filosofía. La
Ontología incluye el estudio del ente y el descubrimiento de su ser (la materia y la
esencia).
La disciplina de la ontología es:
La rama de la filosofía que estudia las características más generales de la
realidad, tales como la existencia real, el cambio, el tiempo, la casualidad, la
mente y la vida. La ontología no estudia los constructos, esto es, las ideas en
sí mismas; éstas las estudian las ciencias formales y la epistemología. […]
La ontología puede dividirse en ontología general y especial (o regional). La
ontología general estudia los existentes, mientras que cada ontología
especial estudia un género de cosas o procesos –físicos, químicos,
biológicos, sociales, etc. Así, la ontología general estudia los conceptos de
espacio, tiempo y evento, en tanto que la ontología de lo social investiga
conceptos sociológicos como los de sistema social, estructura y cambio
social.3
c. Motivación personal del investigador.
Este investigador es un arquitecto que trabaja en el ámbito de la proyección, la
investigación y la docencia de la Arquitectura. Dado que el “objeto arquitectónico” es el
objeto y fin último de la práctica arquitectónica en todos sus ámbitos, este investigador
3 Mario Bunge, Dictionary of Philosophy (Amherst (NY): Prometheus Books, 1998; ver edición
ampliada, The Philosophical Dictionary, 2003), 201. [Ver traducción al castellano por María Dolores González Rodríguez, Diccionario de filosofía. (Méjico D. F.: Siglo XXI, 2001), 155.]
Introducción a la investigación
18
entiende necesario contar con cierto conocimiento científico básico fundamental al
respecto, con el que hoy no contamos.
Este conocimiento básico fundamental consistiría en un conocimiento ontológico -
que constituye la base científica de toda ciencia básica y aplicada- del objeto que es
objeto de la arquitectura en todos sus ámbitos, que es el conocimiento que los
arquitectos deberíamos manejar en nuestra práctica profesional, y que se echa en falta
en el cuerpo del saber.
El conocimiento ontológico al que nos referimos es la definición científica del
objeto que es objeto de la ciencia aplicada de la Arquitectura en todos sus ámbitos. Una
vez conociéramos el sistema taxonómico en el que se encuentra el objeto, podríamos
descubrir la ciencia particular a la que éste pertenece, y en ella podríamos obtener la
información necesaria para sacar a la luz las propiedades del objeto que queremos
proyectar, enseñar o investigar. La definición científica del objeto a proyectar es, en
definitiva, la primera y fundamental información con la que me hubiera gustado
comenzar el primer curso de proyectos arquitectónicos.
Una vez contemos con la verdadera naturaleza del ente arquitectónico y un listado
de sus propiedades, podremos comenzar la tarea de construir un design method a utilizar
como método de proyección arquitectónica. El contar con un método de diseño capaz de
proyectar la vivencia humana del espacio –y no sólo su límite material-, es la
motivación última de este investigador.
d. Necesidad de la investigación para la comunidad científica.
1. Relevancia de la investigación.
El interés o importancia intelectual de la forma y estructura de esta investigación para la
comunidad de arquitectos es que es un ejemplo de investigación realmente científica –
esto es, no es un ensayo-, que genera conocimiento básico, cosa muy poco común en el
ámbito de la investigación arquitectónica. En este sentido, esta tesis doctoral pretende
animar a los doctorandos a seguir la metodología científica.
Introducción a la investigación
19
Por otra parte, el interés o importancia intelectual del contenido de esta
investigación para la comunidad de arquitectos –véase proyectistas, docentes e
investigadores- se basa en que la definición científica del objeto que es objeto de la
arquitectura en todos sus ámbitos, es un conocimiento básico imprescindible para
cualquier tipo de actividad a realizar en el ámbito de la arquitectura. Veamos su interés:
(1) En la investigación científica: la definición científica del objeto arquitectónico
nos abrirá el camino para la confección de una ontología completa del ente
arquitectónico, para poder sacar a la luz sus propiedades, así como la determinación de
su materia y su esencia. Por ello, esta investigación tiene la rentabilidad ulterior de
sentar la base ontológica de la investigación científica del hecho arquitectónico en
general, y la base de la disciplina de la ontología de la arquitectura. Por otra parte, una
vez conozcamos la verdadera naturaleza científica del objeto arquitectónico y
conozcamos el ámbito o campo del saber científico al que pertenece, tendremos el
conocimiento básico necesario para poder analizarlo científicamente desde su propio
ámbito de estudio, separar las partes del todo y descubrir sus propiedades, las
interacciones entre ellas y el ambiente que le rodea, y sus tipos y tipologías. Y por
último, el descubrimiento del sistema taxonómico al que pertenece la especie
arquitectónica nos abrirá el camino para saber a qué ciencia básica pertenece el objeto
en cuestión. Una vez sepamos cuál es la ciencia particular que se encarga de su estudio,
podremos contar con esa disciplina en beneficio de la arquitectura.
(2) En la proyección arquitectónica: Se entiende de crucial importancia conocer la
verdadera naturaleza del objeto que se pretende proyectar. Por otra parte, una vez
contemos con una investigación ontológica del objeto, y sepamos a qué ciencia
particular pertenece, conoceremos todas las propiedades del objeto a proyectar, y
tendremos la base científica necesaria para confeccionar un verdadero método de diseño
capaz de controlar de manera metódica el proyecto arquitectónico.
(3) En la docencia de la arquitectura: la definición científica del objeto
arquitectónico sentará la base de la enseñanza del conocimiento científico del objeto
arquitectónico en la universidad, ya que, siendo el objeto arquitectónico el fin último de
todas las materias que se imparten, es imperativo enseñar a los alumnos su verdadera
realidad fundamental.
Introducción a la investigación
20
2. Rentabilidad de la investigación.
La utilidad inmediata del estudio de la cuestión es la de una correcta identificación y
una inequívoca determinación de la significación del concepto que hace referencia al
objeto arquitectónico, con la intención de crear el conocimiento científico básico
necesario para definir otros términos de la ciencia aplicada de la Arquitectura.
Con el objetivo de darnos cuenta de la utilidad inmediata de una investigación
metafísica del objeto arquitectónico, se exponen ahora los distintos modos en los que la
Metafísica es de utilidad para cualquier ciencia:
(i) La metafísica puede ayudar a disolver seudopreguntas que surgen
en la ciencia y cuyo origen son ciertos errores de concepto.
(ii) La metafísica puede desvelar, aclarar y sistematizar algunos
conceptos y principios básicos que se presentan durante una investigación
científica y hasta en las teorías científicas: constructos que son comunes a
diversas ciencias, de suerte que ninguna ciencia individual se toma el
trabajo de sistematizarlos, como ocurre en los casos de “propiedad” y
“espacio”. Algunos de estos constructos están incluidos en el trasfondo de
las teorías científicas.
(iii) La metafísica puede sugerir a la ciencia nuevos problemas,
proyectos de investigación y hasta teorías.
(iv) La metafísica puede ser útil analizando nociones que están de
moda, pero son oscuras, tales como las de sistema, jerarquía, estructura,
suceso, información y mundo posible, así como haciendo crítica de
difundidos errores conceptuales, tales como los de que el mundo es una
colección de hechos y que la mente controla el cuerpo.
(v) La metafísica puede realizar otro servicio a la comunidad
examinando el núcleo ontológico de las ideologías de la actualidad y
descubriendo si cumplen los requisitos del trabajo intelectual
contemporáneo.4
4 Mario Bunge, Ontology I: The furniture of the World (Treatise on Basic Philosophy, vol. III)
(Dordrecht: Reidel, 1977), 23-24. [Ver traducción al castellano por Rafael González del Solar, Ontología I: El moblaje del mundo (Tratado de Filosofía, vol. III) (Barcelona: Gedisa, 2011), 51-52.]
Introducción a la investigación
21
3. Oportunidad y pertinencia.
Este investigador comparte la consideración generalizada por la comunidad de una
exagerada primacía de la imagen y la estética del “objeto físico” en detrimento de la
experiencia vital de la arquitectura. Por una parte, se considera necesario sacar a la luz
de manera científica la primacía del espacio frente al cerramiento, y posteriormente, se
considera imprescindible el estudio de la realidad o naturaleza o materia social del
espacio. Veamos estos dos aspectos.
Oportunidad y pertinencia de la investigación de la primacía del espacio frente al
cerramiento.
Como sabemos, el proceso mediante el cual los seres humanos conocemos el mundo
comienza por la captación de la realidad sensible de un estímulo, a través de nuestros
sentidos, sobre todo a través de la percepción visual. Sabemos que la realidad de una
cosa es mucho más compleja que la mera realidad visual de su cuerpo, pero en cambio
damos una gran importancia a la imagen que recibimos. Al tener una percepción visual
de un objeto, tenemos una opinión sobre su forma, que nos hace entenderlo como más o
menos bello, esto es, juzgamos la estética de su cuerpo.
A principios del siglo XX, el arquitecto neerlandés Hendrik P. Berlage sugirió la
supremacía del espacio interior de un objeto arquitectónico respecto al límite
construido, y con el conocido Saper vedere l’Architettura de Bruno Zevi de 1948, la
importancia del espacio respecto del cerramiento quedó para siempre comprendida y
aceptada para la comunidad de arquitectos:
El arte del maestro constructor radica en esto: la creación del espacio, y no
el diseño de fachadas. Una envoltura espacial se establece mediante los
muros, y por ello un espacio, o una serie de espacios, se manifiesta de
acuerdo con la complejidad del cerramiento.5
5 Hendrik Petrus Berlage, Grundlagen und Entwicklung der Architektur: Vier Vorträge gehalten
im Kunstgewerbemuseum zu Zürich (Cuatro conferencias, dentro de un curso de diseño interior en el Kunstgewerbemuseum, Zurich, 1908), (Róterdam: W. L. & J. Brusse; Berlín: Julius Bard, 1908), 115. Traducción libre del alemán “Die Kunst des Baumeisters besteht darin, Räume zu schaffen, und nicht, Fassaden zu entwerfen. Eine Raumumschliessung wird durch Mauern hergestellt; daher manifestiert sich
Introducción a la investigación
22
Quizás fue el arquitecto alemán August Endell el que mejor expresó esta idea:
Hay quien piensa que la arquitectura en principio contempla siempre los
elementos del edificio, las fachadas, las columnas, el ornamento, y sin
embargo, todo eso es secundario. Lo que más importa no es la forma sino a
lo inverso, el espacio, el vacío que se extiende rítmicamente entre las
paredes, que está delimitado por ellas, y cuya vibración es más importante
que las paredes.6
En la actualidad, esta idea de la supremacía del espacio respecto del cerramiento sigue
siendo aceptada como válida, pero no conocemos la manera de trabajar ese espacio
reclamado a principios de la modernidad.
Oportunidad y pertinencia de la investigación de la realidad o materia social del
espacio.
La razón por la que la comunidad de proyectistas, investigadores y docentes de la
arquitectura no posee todavía la manera de proyectar la vivencia del espacio es que
consideramos el espacio como una realidad de materia exclusivamente física, esto es,
como aire, como atmos, esto es, materia física en estado gaseoso. Obviamente no es
posible proyectar o construir el aire físico –ya que éste ya existe en la realidad- y por
ello los arquitectos otorgamos una supremacía al cerramiento, centrándonos en la
estética, la volumetría y la materialidad del “cuerpo” del objeto arquitectónico, esa
realidad exclusivamente sólida que percibimos desde el exterior como si de una gran
escultura se tratase. Así, vemos como una buena parte de las construcciones
arquitectónicas están concebidas como si fueran esculturas urbanísticas de gran escala,
er Raum, oder verschiedene Räume, nach aussen als ein mehr oder weniger zusammengestellter Komplex von Mauern.”
6 August Endell “Die Schönheit der Goben Stadt”, reimpreso en Vom Sechen. Texte. 1896-1925, über Architektur und “die Schönheit del groben Standt” (Basilea: Birkhäuse, 1995), 199. Traducción libre del inglés “Whosoever thinks of architecture initially always thinks of the elements of the building, the façades, the columns, the ornaments, and yet all of that is of second Rank. What is not most effect is not the shape, but its inversion, the space, the emptiness that spreads out rhythmically between the walls, is delimited by them, and that vibrancy is more important than the walls.”, cit, en Gernot Böhme “Atmosphere as Mindful Physical presence in Space.” Oase 91 (Building Atmosphere) (2013), 24.
Introducción a la investigación
23
urbanas o rurales, en vez de estar concebidas como espacios delimitados con el fin de
permitir experiencias vitales a los seres humanos.
Para modificar esta concepción exclusivamente física (realidad natural) del objeto
arquitectónico, necesitamos entender la naturaleza social o humana que se halla dentro
de la idea abstracta y genérica que es representada por el concepto “espacio”. La
naturaleza social del espacio en el ámbito de la arquitectura fue sacada a la luz por
primera vez por Berlage, y la realidad del espacio entendida como experiencia del
hombre ha sido ya investigada por el psicólogo y filósofo Kurt Lewin en su Principles
of topological psychology de 1936, y por el filósofo y físico Bernard Lonergan en su
Insight de 1957.
En la actualidad, el estudio de la realidad social o humana del espacio es estudiada
a través del concepto “atmósfera” del filósofo alemán Gernot Böhme, que constituye
hoy el campo de estudio más relevante en la investigación de la arquitectura:
La Arquitectura ha considerado tradicionalmente el espacio geométrico, y lo
humano en él como un cuerpo. Hoy en día, la atención debe centrarse en
cambio en el fortalecimiento de la visión de la experiencia individual
potenciando lo que significa estar conscientemente presente en los espacios.
Este punto de vista abrirá un nuevo nivel de potencial creativo para la
arquitectura.7
El concepto “atmósfera”, que se encuentra directamente conectado con el concepto
“espacio fenomenológico” es el tema más investigado por los teóricos de la arquitectura
en la actualidad, destacando arquitectos de la talla de Juhani Pallasmaa, Steven Holl,
Alberto Pérez-Gómez, Peter Zumptor y Kenneth Frampton.
7 Gernot Böhme, “Atmosphere as Mindful Physical presence in Space.” (Oase 91 (Building
Atmosphere), 2013), 31. Traducción libre del inglés “Architecture has traditionally understood space geometrically and considered the human in it as a body. Today, the focus must by contrast be on strengthening the vantage point of the experiencing individual and underscoring what it means to be mindfully present in spaces. This vantage point will open up a new level of creative potential for architecture.”
Introducción a la investigación
24
2. EL ESTADO DE LA CUESTIÓN.
Una vez realizada una búsqueda exhaustiva de las fuentes existentes, se ha llegado a la
conclusión de que no existen fuentes realmente científicas que hayan tratado la cuestión
del objeto concreto arquitectónico que es ya experimentado por los sujetos. Y es que, si
bien existen filósofos que se han acercado al estudio de conceptos como el “espacio
arquitectónico” y arquitectos que se han acercado a la búsqueda de la esencia de la
arquitectura, no existe ningún filósofo que se haya aventurado a realizar una ontología
de la arquitectura de manera particular, y no existe ningún arquitecto que se haya
aventurado a investigar la arquitectura ontológicamente utilizando una metodología
científica.
Esta investigación pretende por tanto abrir un nuevo ámbito científico.
Introducción a la investigación
25
3. METODOLOGÍA DE LA ONTOLOGÍA CIENTÍFICA.
Se trata aquí de exponer el método general que se va seguir en esta investigación, esto
es, el procedimiento escogido para tratar el conjunto de problemas. Se trata de
especificar la pauta general que se va a utilizar en el proceso completo de esta
investigación.
Es importante en este punto no confundir el método general -de toda investigación
científica- con el método especial a emplear en la prueba específica en cada
investigación particular. El método especial a utilizar en la puesta a prueba de la
hipótesis de partida se elegirá según la ciencia especial en la que se encuentre la
pregunta (problema intelectual) que se pretende resolver. Éste método especial se
describirá en el momento de especificar el diseño de la prueba a realizar. (Ver apartado
4.1.: Método operativo y estructura general de la prueba).
A continuación explicamos la pauta general que se va a seguir en esta
investigación.
a. La pauta de la investigación científica.
Esta investigación utiliza las bases metodológicas de la filosofía científica del filósofo
de la ciencia Mario Bunge. El paradigma sistemista nos permite entender el objeto
arquitectónico como un sistema, donde tanto las propiedades de las partes como las
propiedades del todo interactúan entre sí, dejando a un lado el antiguo paradigma
mecánico que defiende la supremacía de las propiedades del todo y el moderno
paradigma holístico que defiende la supremacía de las propiedades de las partes.
La investigación que aquí se presenta utiliza con rigor la metodología científica.
Para ello se siguen los pasos que recomienda el físico y filósofo de la ciencia en su La
ciencia: su método, su filosofía de 1960. A continuación se presentan, a modo de
resumen, los puntos principales de esta metodología que Bunge llama “la pauta de la
investigación científica” que pueden aplicarse a cualquier investigación científica, sea
esta para la validación de enunciados fácticos o para la demostración de enunciados
ideales o formales:
Introducción a la investigación
26
1. PLANTEO DEL PROBLEMA.
1.1. Reconocimiento de los hechos: examen del grupo de hechos,
clasificación preliminar y selección de los que probablemente sean
relevantes en algún respecto.
1.2. Descubrimiento del problema: hallazgo de la laguna o de carencia o de
la incoherencia en el cuerpo del saber.
1.3. Formulación del problema: planteo de una pregunta que tiene
probabilidad de ser la correcta; esto es, reducción del problema a su núcleo
significativo, probablemente soluble y probablemente fructífero, con ayuda
de conocimiento disponible.
2. CONSTRUCCION DE UN MODELO TEÓRICO.
2.1. Selección de los factores pertinentes: invención de suposiciones
plausibles relativas a las variables que probablemente son pertinentes.
2.2. Invención de las hipótesis centrales y de las suposiciones auxiliares:
propuesta de un conjunto de suposiciones concernientes a los nexos entre las
variables pertinentes; por ej., formulación de enunciados de ley que se
espera puedan amoldarse a los hechos observados.
3. DEDUCCIÓN DE CONSECUENCIAS PARTICULARES.
3.1. Búsqueda de soportes racionales: deducción de consecuencias
particulares que pueden haber sido verificadas en el mismo campo o en
campos contiguos.
3.2. Búsqueda de soportes empíricos: elaboración de predicciones (o
retrodicciones) sobre la base de modelo teórico y de datos empíricos,
teniendo en vista técnicas de verificaciones disponibles o concebibles.
4. PRUEBA DE LAS HIPÓTESIS.
Introducción a la investigación
27
4.1. Diseño de la prueba: planeamiento de los medios para poner a prueba
las predicciones; diseño de observaciones, mediciones, experimentos y
demás operaciones instrumentales.
4.2. Ejecución de la prueba: realización de las operaciones y recolección de
datos.
4.3. Elaboración de los datos: clasificación, análisis, evaluación, reducción,
etc…, de los datos empíricos.
4.4. Inferencia de la conclusión: interpretación de los datos elaborados a la
luz del modelo teórico.
5. INTRODUCCIÓN DE LAS CONCLUSIONES EN LA TEORÍA.
5.1. Comparación de las conclusiones con las predicciones: contraste de los
resultados de la prueba con las consecuencias del modelo teórico,
precisando en qué medida éste puede considerarse confirmado o
disconfirmado (inferencia probable).
5.2. Reajuste del modelo: eventual corrección o aun reemplazo del modelo.
5.3. Sugerencias acerca del trabajo ulterior: búsqueda de lagunas o errores
en la teoría y/o los procedimientos empíricos, si el el modelo ha sido
disconfirmado; si ha sido confirmado, examen de posibles extensiones y de
posibles consecuencias en otros departamentos del saber.8
Es de especial importancia dejar claro que esta investigación se ubica dentro del campo
de las ciencias básicas, y no dentro de la ciencia aplicada de la arquitectura. Esto es, esta
tesis doctoral es una investigación científica que pretende general conocimiento básico,
y no es un ensayo o crítica de la arquitectura. Al igual que en otras ciencias, los
arquitectos debemos diferenciar entre la ciencia básica de la arquitectura y la ciencia
aplicada de la arquitectura. Lo que podríamos llamar ciencia de la arquitectura -o
8 Mario Bunge, La ciencia, su método y su filosofía (Buenos Aires: Siglo Veinte, 1960. Ver
reimpresión con nuevo prefacio, Mutilva Baja: Laetoli, 2013), 68-69.
Introducción a la investigación
28
ciencias arquitectónicas- sería aquel conjunto de disciplinas que se encargarían de crear
el conocimiento científico necesario para estudiar los objetos arquitectónicos, y que
aportarían conocimiento susceptible de ser utilizado por la ciencia aplicada de la
arquitectura. Para entender esto, podemos observar por ejemplo que las ciencias
biológicas se encargan de estudiar científicamente el ser vivo, y por otra parte la
biología sintética es la ciencia aplicada que se encarga de la creación de nuevos seres
vivos a partir de la síntesis química.
Por esta razón, la estructura de esta tesis doctoral tiene la forma y la estructura de
una investigación exhaustivamente científica.
b. La metodología de la ontología científica.
Dado que la investigación que se va a llevar a cabo está dentro del ámbito de la
disciplina de la ontología, exponemos aquí las bases de la metodología científica a
emplear en una ontología. Ya que la ontología es una disciplina que se encuentra dentro
del ámbito de la rama de la Metafísica, utiliza la metodología que contempla la
metafísica exacta, entendida como el conjunto de teorías metafísicas construidas con
ayuda explícita de la lógica y las matemáticas.9
Mario Bunge nos indica las pautas más importantes a seguir, a modo de reglas que
se deben cumplir, seleccionadas de las regulae philosophandi more geométrico et
scientifico (reglas del filosofar axiomático y científico):
R1 Tener en cuenta la tradición metafísica, pero sin contentarnos con
ella: revisar y corregir el acervo tradicional de problemas y soluciones,
planteando nuevos problemas e intentando nuevas soluciones a preguntas
tanto antiguas como nuevas.
R2 Evitar las palabras que no transmiten ideas claras: la oscuridad no
es un indicador de profundidad sino de confusión y hasta de fraude
9 Mario Bunge, Ontology I: The furniture of the World (Treatise on Basic Philosophy, vol. III)
(Dordrecht: Reidel, 1977), 7. [Ver traducción al castellano por Rafael González del Solar, Ontología I: El moblaje del mundo (Tratado de Filosofía, vol. III) (Barcelona: Gedisa, 2011), 33.]
Introducción a la investigación
29
intelectual. En cuanto a las ideas confusas –todas las ideas lo son al nacer-
inténtese refinarlas.
R3 Intentar formalizarlo todo: sea lo que fuere eso que es digno de ser
dicho en cada disciplina teórica, incluida la metafísica, se lo puede y se lo
debe decir con el auxilio de la matemática, en bien de la claridad y la
posibilidad de sistematización.
R4 No confundir simbolización con matematización: la taquigrafía no
dilucida ni sistematiza. Un constructo no es exacto –y se lo puede considerar
fraudulento, o sea flatus vocis, en lugar de un concepto genuino- a menos
que se le asigne un estatus matemático definido (como conjunto, relación,
función, grupo, espacio topológico o lo que fuere).
R5 Luchar por el rigor, pero sin permitir que éste mine el vigor: la
exactitud es un medio, no un fín. Se trata de un medio para conseguir
claridad, sistematicidad, fuerza (argumental) y controlabilidad. La
insistencia en el rigor por el rigor mismo y al precio de resignar intuiciones
profundas es un indicio de esterilidad.
R6 Explicar lo concreto por medio de lo abstracto, en lugar de a la
inversa. Inviértase la recomendación de Russell, para reemplazar las
entidades “inferidas” (no observadas, hipotéticas) por construcciones
lógicas a partir de las impresiones sensibles.
R7 Mantenerse alejados del subjetivismo; evitar, por ejemplo, las
definiciones formuladas en términos de experiencia personal. […] Toda
dilucidación ontológica, aun de conceptos referentes a fenómenos
subjetivos, debe formularse en términos objetivos (sin alusión a un sujeto).
R8 No reificar lo que no sea una cosa y no tratar como una entidad
independiente lo que no es sino el resultado de una abstracción. Por
ejemplo, no hablar de sucesos aparte de las cosas cambiantes o como
constitutivos de éstas.
R9 Luchar por la sistematicidad: intentar construir teorías y establecer
vínculos entre ellas. No introducir conceptos que aún no han sido
dilucidados, salvo a modo de comentarios extrasistemáticos: proceder de
manera ordenada y, si es necesario, axiomática. El análisis filosófico es
Introducción a la investigación
30
indispensable, pero no basta y, en todo caso, se lo realiza mejor en el
contexto de un sistema.
R10 Controlar no sólo la consistencia interna de las hipótesis y teorías
metafísicas, sino también su compatibilidad con la ciencia contemporánea e
incluso su contigüidad a ésta.10
10 Mario Bunge, Ontology I: The furniture of the World (Treatise on Basic Philosophy, vol. III)
(Dordrecht: Reidel, 1977), 8-9. [Ver traducción al castellano por Rafael González del Solar, Ontología I: El moblaje del mundo (Tratado de Filosofía, vol. III) (Barcelona: Gedisa, 2011), 34-35.]
Introducción a la investigación
31
4. PLAN DE LA INVESTIGACIÓN Y OBJETIVOS A ALCANZAR.
a. El plan de la investigación.
La estructura general a seguir en la elaboración de esta investigación sigue los cinco
pasos de “la pauta de la investigación científica” explicados en el apartado anterior:
1. Planteamiento del problema intelectual.
2. Construcción de un método teórico.
3. Deducción de consecuencias particulares.
4. Prueba de las hipótesis.
5. Introducción de las conclusiones en la teoría.
Esta pauta se ha seguido con rigor, y se expresa en el índice general de la
investigación.
b. Los objetivos a alcanzar.
A continuación se especifican los objetivos a seguir en cada una de las cinco fases
especificadas, y que van a determinar el contenido de cada uno de los subcapítulos de la
investigación:
1º. Planteamiento del problema intelectual: se pretende exponer el problema
“definición del concepto que representa la idea del objeto arquitectónico que es
experimentado por los sujetos”. Para ello se interpretarán los correlatos fácticos de la
idea, se sacarán a la luz los aspectos de la cuestión que constituyen una carencia en el
campo del saber, y se expresará de forma precisa e inequívoca la pregunta que nos
hacemos.
2º. Construcción de un método teórico: se formulará el enunciado o proposición
que mejor responda (hipotéticamente) a la pregunta que nos acabamos de formular.
3º. Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis: se buscará el
conocimiento científico disponible sobre los conceptos o variables que se encuentren en
Introducción a la investigación
32
el enunciado hipotético que se haya formulado en la teoría, así como el conocimiento
científico en investigaciones similares.
4º. Prueba de las hipótesis: se pondrá a prueba el enunciado hipotético conjeturado
en el modelo teórico, para poder verificarlo científicamente. Como la hipótesis será un
enunciado ideal o formal, utilizamos el método analítico lógico de los conceptos que
componen el enunciado hipotético.
5º. Introducción de las conclusiones en la teoría: para finalizar, y observando la
conclusión de la prueba realizada, deduciremos la validación de la hipótesis que hemos
previsto al comienzo de la investigación, y por tanto daremos por confirmada la teoría
que hemos creado. Corregiremos las pequeñas modificaciones que consideremos
oportunas, y propondremos las ulteriores investigaciones que esta investigación pueda
proporcionar a la comunidad científica.
Introducción a la investigación
33
5. FUENTES CONSULTADAS.
Se comentan a continuación las fuentes que se han consultado con más atención en esta
investigación, con el objetivo de elaborar un panorama lo más amplio y completo
posible sobre el estudio de la cuestión de las realidades naturales y sociales del objeto
arquitectónico.
En esta investigación se ha buscado con exhaustividad las fuentes que se
encuentran dentro del ámbito de la teoría y la investigación de la Arquitectura, pero se
ha necesitado también de una gran cantidad de fuentes pertenecientes a otros campos
del saber, debido al carácter transdisciplinar que exige el tratamiento de la cuestión.
Debido a la complejidad de la cuestión y la ambigüedad de los conceptos
investigados –véase “espacio”, “vivir o experimentar”, “objeto”, “arquitectura”, etc.-, se
han buscado en todo momento las fuentes primarias que estudian los conceptos en su
origen, y se han buscado igualmente las fuentes secundarias que han tratado los
conceptos con posterioridad.
Como podremos observar en la bibliografía de esta investigación, se han utilizado
las fuentes en su lengua original, y se muestran también las ediciones traducidas a la
lengua castellana.
Distinguimos a continuación cuatro grupos diferentes de fuentes, dependiendo de
su utilidad en el proceso de esta investigación:
1. Fuentes sobre el definiendum encontradas en el ámbito de la ontología del objeto
arquitectónico.
2. Fuentes científicas sobre los conceptos que forman el definiens, encontradas en
diferentes ámbitos de la filosofía de la ciencia.
3. Fuentes científicas sobre el enfoque sistemista de la ciencia, encontradas en el
ámbito de la teoría general de sistemas y la filosofía de sistemas.
4. Fuentes científicas sobre la metodología de la investigación y el método
operativo a emplear en la prueba a realizar, encontradas en el ámbito de la
metodología científica.
Introducción a la investigación
34
1. FUENTES SOBRE EL DEFINIENDUM ENCONTRADAS EN EL ÁMBITO DE LA
ONTOLOGÍA DEL OBJETO ARQUITECTÓNICO.
a. Fuentes (extra-científicas) sobre el concepto objeto arquitectónico y su definición
científica, encontradas en la Teoría de la Ciencia aplicada de la Arquitectura.
Como se ha comentado en el estado de la cuestión, no contamos con ninguna fuente
que haya tratado científicamente la cuestión de la definición del objeto arquitectónico
una vez el arquitecto ha terminado su trabajo.
Como intentos extra-científicos de definición de los entes “arquitectura” y “espacio
arquitectónico”, contamos con el trabajo de Philippe Boudon en Sur L’espace
architectural (Del espacio arquitectónico) de 1971.
En cuanto a intentos de investigaciones científicas en el campo de la arquitectura y
el espacio arquitectónico estudiado de manera metódica, se hace especial mención al
acercamiento filosófico del arquitecto italiano Attilio Marcolli en su La Teoria del
Campo (La teoría del Campo) de 1971, que si bien no es una investigación científica, es
un intento serio de acercamiento a la epistemología de la arquitectura.
También se han consultado con atención los trabajos del arquitecto Sigfried
Giedion en su Space, Time & Architecture: the growth of a new tradition (Espacio,
tiempo y arquitectura: origen y desarrollo de una nueva tradición) de 1941, The Eternal
Present - Vol.2: The beginnings of Architecture: A Contribution on Constancy and
Change (El presente eterno - Vol. 2: Los comienzos de la arquitectura: Una aportación
al tema de la constancia y el cambio) de 1963 y el Architektur und das Phänomen des
Wandels: Die 3 Raumkonzeptionen in d. Architektur (La arquitectura, fenómeno de
transición: Las tres edades del espacio en la arquitectura) de 1969. También han sido de
especial inspiración las investigaciones del arquitecto italiano Luigi Moretti que se
encuentran en sus artículos publicados en la revista Spazio “Struttura come forma” y
“Strutture e sequenze di spazi” de 1952-1953 y “Forma come struttura” de 1957. De
especial importancia son también los trabajos del arquitecto noruego Christian Norberg-
Schulz en su Intentions in Architecture (Intenciones en arquitectura) de 1963 y
Existence, Space and Architecture (Existencia, Espacio y Arquitectura) de 1971.
Introducción a la investigación
35
Por otra parte, en un intento de categorizar los conceptos, se ha contado también
con las investigaciones del arquitecto neerlandés Hans van der Laan en su De
architectonische ruimte (El espacio arquitectónico) de 1977; destacamos la excelente
aproximación de Cornelis van de Ven en su Space in Architecture: The evolution of a
new idea in the theory and history of the moder movements (El espacio en arquitectura:
La evolución de una idea nueva en la teoría e historia de los movimientos modernos) de
1977; y destacamos igualmente la investigación de Giulio Carlo Argan sobre el
concepto “espacio arquitetónico” en su El concepto del espacio arquitectónico desde el
Barroco a nuestros días de 1982.
Por otra parte se han contemplado con detenimiento los ensayos de arquitectos que
han trabajado el espacio partiendo de la filosofía fenomenológica de Martin Heidegger,
Maurice Merleau-Ponty y Gianni Vattimo, como son Juhani Pallasmaa, Steven Holl,
Peter Zumptor, Karsten Harries, Adam Sharr, Alberto Pérez-Gómez, David Seamon,
Tadao Ando, Kenneth Frampton, así como las tesis doctorales de M. Reza Shirazi y
Beata Syrowi. Es también de especial interés el acercamiento epistémico-geográfico de
Kevin Lynch en su The Image of the City (La imagen de la Ciudad) de 1960. Si bien el
conocimiento de estos ensayos es necesario para conocer el estado de la cuestión, no se
han contemplado aquí, por pertenecer al ámbito de la epistemología de la arquitectura,
más que a la ontología de la arquitectura.
Para terminar, en cuanto a aproximaciones que se encuentran en el ámbito de la
ontología de la arquitectura a nivel general, se han contemplado los primeros tratados no
científicos de la arquitectura, como las primeras aproximaciones de Marcus Vitruvius
Pollio en su De Architectura: Libri decem (Los diez libros de Arquitectura). Por otra
parte se ha contado con los inspiradores ensayos sobre el espacio arquitectónico de
principios del siglo XX, como los del arquitecto neerlandés Hendrik Petrus Berlage en
su Grundlagen und Entwicklung der Architektur: Vier Vorträge gehalten im
Kunstgewerbemuseum zu Zürich (Fundamentos y evolución de la arquitectura) de 1908
y en su Schoonheid en samenleving (Belleza y sociedad) de 1924, así como el inspirador
trabajo del arquitecto italiano Bruno Zevi en su Saper vedere l’architettura: Saggio
sull'interpretazione spaziale dell'architettura (Saber ver la arquitectura: Ensayo sobre la
interpretación espacial de la arquitectura) de 1948.
Introducción a la investigación
36
Si bien todos estos ensayos nos han servido de gran inspiración para la introducción
de la cuestión de esta tesis doctoral, debemos recordar aquí que no son investigaciones
propiamente científicas, por lo que de ellas no podremos deducir ningún tipo de soporte
teórico científico del modelo teórico que se proponga en esta investigación.
b. Fuentes científicas sobre investigaciones similares: las ontologías regionales en-
contradas en el ámbito de la Filosofía de la Ciencia.
Dado que no existe de momento ninguna ontología científica del objeto arquitectónico,
podemos basarnos en otras ontologías regionales, esto es, investigaciones ontológicas
de un ente concreto. Para ello contamos con las investigaciones ontológicas de entes
particulares que se encuentran en diferentes campos del saber -como la física, la
biología y la psicología- del filósofo Mario Bunge.
2. FUENTES CIENTÍFICAS SOBRE LOS CONCEPTOS QUE FORMAN EL
DEFINIENS, ENCONTRADAS EN DIFERENTES ÁMBITOS DE LA FILOSOFÍA
DE LA CIENCIA.
Como se explica en el apartado “3. Deducción de consecuencias particulares”, todas las
fuentes mencionadas anteriormente que encontramos en el ámbito de la arquitectura son
de gran inspiración en esta investigación, pero no podemos deducir ningún enunciado
susceptible de poner a prueba en esta investigación, por no estar validados
científicamente, o por no hablar específicamente de la cuestión objeto de esta
investigación.
Las fuentes entonces que nos valen como soporte racional son las investigaciones
científicas que se encuentran en otros campos científicos, como la ontología y la
epistemología (subdisciplinas de la filosofía), la geografía, la psicología, la sociología y
la física. Todas estas fuentes se exponen ampliamente en el apartado “3. Deducción de
consecuencias particulares”.
Introducción a la investigación
37
a. Fuentes sobre el concepto “espacio”.
Dado que el espacio es un ente estrechamente relacionado con el objeto arquitectónico,
se han estudiado con especial interés aquellas investigaciones sobre el espacio desde
otros ámbitos científicos. Así, se han contemplado conceptos que se encuentran
directamente relacionados con el espacio, partiendo del concepto aristotélico lugar
(topos) en el ámbito de la filosofía, y continuando con otros conceptos relacionados.
Como fuente primaria se ha estudiado con intensidad el concepto aristotélico
“espacio (topos)” que significa lugar, diferenciándolo del concepto cartesiano “espacio
(spatium)” que significa distancia. Aristotélēs en su Physica analiza con rigor el
concepto espacio topos. Como fuentes secundarias se han consultado con atención las
fuentes que han estudiado el concepto aristotélico, destacando el Quid Aristoteles de
Loco Senserit. (El concepto de lugar en Aristóteles), tesis de licenciatura latina escrita
por el francés Henri Bergson en 1889 para la facultad de letras de Paris; las
interpretaciones del filósofo alemán Martin Heidegger y el concepto de “espacialidad”
en su Sein und Zeit (Ser y Tiempo) de 1927; el The fate of place: A Phylosophycal
History escrito por Edward S. Casey en 1998; y el Place and Experience: A
Philosophical Topography del filósofo Jeff E. Malpas de 1999.
Por otra parte se han estudiado con rigor los diferentes sentidos que tiene el
concepto espacio (topos), como el concepto “espacio topológico” del filósofo y
psicólogo Kurt Lewin en su Principles of topological psychology de 1936, el concepto
“espacio existencial” de Martin Heidegger, el “espacio vivencial” y el “espacio vivido”
del filósofo alemán Otto Bollnow en su Mensch und Raum (Hombre y espacio) de 1963,
el concepto “espacio social” del filósofo francés Henri Lefebvre en su La production de
l’espace (La producción del espacio) de 1974, y el concepto “atmósfera” del filósofo
alemán Gernot Böhme, estudiado también por el filósofo italiano Tonino Griffero.
Por otra parte, se ha estudiado con especial atención las nociones de espacio que
vienen de la ciencia de la Geografía, sobretodo las nociones de Paul Vidal de la Blache,
Alexander von Humboldt y Maurice Le Lannou.
Para terminar, han sido también inspiradores las investigaciones filosóficas de los
científicos físicos sobre el concepto espacio en general, como Albert Einstein, Max
Introducción a la investigación
38
Jammer, Gaston Bachelard, Bernard J. F. Lonergan, David Bohm, Ervin Laszlo, etc…
que si bien son científicas, no tratan el espacio arquitectónico sino el espacio físico.
b. Fuentes sobre los conceptos básicos de la investigación ontológica, encontrados
en la Metafísica general.
Se ha estudiado con profundidad la metodología necesaria en la investigación
ontológica y los conceptos básicos implicados, consultando las fuentes que estudian la
disciplina de la ontología general, que se encuentran en el campo de la metafísica. En
esta investigación contamos con especial atención los conceptos ontológicos que se
encuentran en la Metaphysica de Aristotélēs.
Por otro lado, se cuenta especialmente con la Ontología científica de Mario Bunge
recogida en el volumen III Ontology I: The furniture of the World (Ontología I: El
moblaje del mundo) de 1977 y IV Ontology II: A World of Systems (Ontología II: Un
mundo de sistemas) de 1979 de su Treatise on Basic Philosophy (Tratado de filosofía
básica), que diferenciando el objeto entre los constructos y las cosas, es la base
conceptual de esta investigación.
Se han estudiado también con seriedad las ontologías más importantes de la
historia, como la de Alfred North Whitehead en su Process and Reality: An Essay in
Cosmology (Proceso y realidad) de 1929 que, como Aristotélēs destaca la primacía a la
idea de cambio a la hora de hablar de la esencia de los entes.
Por último se cuenta con especial atención con el Essai sur les données immédiates
de la conscience (Ensayo sobre los datos inmediatos de la conciencia) de 1889 y el
Durée et simultanéité. À propos de la théorie d'Einstein (Duración y simultaneidad: A
propósito de la Teoría de Einstein) de 1922 de Henri Bergson, así como la ontología
general estudiada mediante el método fenomenológico de Edmund Husserl y Martin
Heidegger, seguida de Franz Brentano, Hans-Georg Gadamer, etc, que incorporan el
concepto “temporalidad” a la ontología aristotélica.
Introducción a la investigación
39
c. Fuentes sobre la investigación epistemológica en general y sobre la Teoría del
conocimiento.
Se destaca aquí las investigaciones epistemológicas de Bertrand Russell, como base
científica de los modos de conocimiento. También se ha consultado la epistemología de
Gaston Bachelard, Mario Bunge, y especialmente la epistemología comparada de Kurt
Lewin.
Es importante también destacar la filosofía de Immanuel Kant y Georg Wilhelm
Friedrich Hegel, que nos ha ayudado a acercarnos a la epistemología del objeto
arquitectónico.
3. FUENTES CIENTÍFICAS SOBRE EL ENFOQUE SISTEMISTA DE LA CIENCIA,
ENCONTRADAS EN EL ÁMBITO DE LA TEORÍA GENERAL DE SISTEMAS Y LA
FILOSOFÍA DE SISTEMAS.
Como sabemos, el enfoque científico de una investigación está constituido por el
método científico utilizado y por su objetivo. Dado que el enfoque científico de esta
investigación es sistémico, se ha realizado una investigación exhaustiva de todas
aquellas fuentes que han creado la Teoría General de Sistemas, y particularmente
aquellas que han creado un conocimiento básico en el campo de la Filosofía de
Sistemas.
Así, partiendo de las investigaciones de Ludwig von Bertalanffy en su General
System Theory: Foundations, Development, Applications de 1969, han servido de gran
ayuda las investigaciones de Ervin Laszlo en su Introduction to Systems Philosophy:
Toward a New Paradigm of ContemporaryThought (Introducción a la Filosofía de
Sistemas) de 1972, las investigaciones de Mario Bunge en su artículo “The GST
challenge to the classical philosophies of science” de 1977, los trabajos del físico David
Bohm, las investigaciones de Anatol Rapoport en su General System Theory: essential
concepts & applications de 1986, Gregory Bateson con su Mind and Nature: A
Necessary Unity de 1979, el The World as a total System de Kenneth E. Boulding de
Introducción a la investigación
40
1985, el fabuloso trabajo de Fritjof Capra junto con Pier Luigi Luisi The Systems View
of Life: A Unifying Vision de 2014, y el genérico General Systems Theory: Problems,
Perspectives, Practice de Lars Skyttner de 2006.
4. FUENTES CIENTÍFICAS SOBRE LA METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN Y
EL MÉTODO OPERATIVO A EMPLEAR EN LA PRUEBA A REALIZAR,
ENCONTRADAS EN EL ÁMBITO DE LA METODOLOGÍA CIENTÍFICA.
Se han considerado en este punto tres tipos de fuentes: la metodología a utilizar en una
investigación científica en general, la metodología utilizada en la investigación
ontológica en particular, y el método a utilizar para la prueba del enunciado hipotético.
a. Fuentes sobre la metodología científica en general.
Se ha estudiado la metodología a emplear en cualquier investigación científica
explicada por Mario Bunge, donde nos indica la pauta científica a seguir. Para ello se ha
estudiado de manera exhaustiva el maravilloso tratado Scientific Research de 1967
reimpreso como Philosophy of Science en 1998 (La investigación científica: Su
estrategia y su filosofía) y su La ciencia, su método y su filosofía de 1960.
b. Fuentes sobre la metodología a emplear en Ontología científica.
Se ha consultado la metodología de la primera ontología científica que fue realizada por
el filósofo alemán Christian Freiherr von Wolff en su Philosophia Prima, sive
Ontologia: Methodo scientifica pertractata, qua omnis cognitionis humanae principia
continentur de 1730.
Por otra parte, se ha estudiado la metodología de la ontología científica, expuesta
por Mario Bunge en su Treatise on Basic Philosophy (Tratado de filosofía básica).
Introducción a la investigación
41
c. Fuentes sobre el método operativo a emplear en la prueba: Lógica.
Se ha estudiado con atención el primero de los tratados de lógica recogidos bajo el título
de Organon de Aristotélēs, donde se explica el estudio de las categorías. Por otra parte,
se ha estudiado el modelo CEEM, sistema científico para el análisis lógico de los
objetos en general, explicada por Mario Bunge en su Treatise on Basic Philosophy
(Tratado de filosofía básica) y desarrollado en su Emergence and Convergence:
Qualitative Novelty and the Unity of Knowledge (Emergencia y Convergencia: Novedad
cualitativa y unidad del conocimiento) de 2003.
43
CAPÍTULO PRIMERO
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA (INTELECTUAL) CIENTÍFICO
LA PREGUNTA POR EL CONCEPTO QUE REPRESENTA
LA IDEA ABSTRACTA Y GENERAL DEL “OBJETO QUE ES
EL RESULTADO DE LOS PROCESOS DE PROYECTO Y
OBRA ARQUITECTÓNICOS Y QUE SE ENCUENTRA YA
SIENDO EXPERIMENTADO POR LOS SUJETOS”
Como sabemos, “El progreso del conocimiento consiste en plantear, aclarar y resolver
nuevos problemas”11. La ciencia no estudia cosas materiales sino problemas
intelectuales. Se trata aquí de formular con precisión el problema intelectual -que
llamamos “problema científico”- que se propone en esta tesis doctoral, y que constituirá
la fuente de esta investigación científica.
Como sabemos, un “concepto” es la representación simbólica por medio de
palabras de una idea abstracta y general. En este caso, el concepto que aquí vamos a
tratar es la representación simbólica de la idea abstracta y general de “el objeto que es el
resultado de los procesos de proyecto y obra arquitectónicos y que está siendo ya
experimentado por los sujetos”.
Lo primero que debemos hacer, entonces, es examinar las entidades que tienen que
ver con este concepto que representa la idea abstracta y general. Por una parte, el
término que designa el concepto, y por otra parte los correlatos fácticos a los que la idea
hace referencia, a saber, la experiencia de la arquitectura y la cosa concreta
arquitectónica.
Para terminar, estaremos en disposición de formular de manera precisa e inequívoca
la pregunta intelectual que nos hacemos en esta tesis doctoral y que intentaremos
responder al concluir esta investigación científica.
11 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 167. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 191].
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
44
.
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
45
1.1. RECONOCIMIENTO DE LAS ENTIDADES FILOSÓFICAS (LINGÜÍSTICAS,
CONCEPTUALES Y FÍSICAS):
EXAMEN DEL GRUPO DE ENTIDADES, CLASIFICACIÓN PRELIMINAR Y
SELECCIÓN DE LAS QUE PROBABLEMENTE SEAN RELEVANTES
APROXIMACIÓN PRELIMINAR AL CONCEPTO TEORÉTICO:
EL SIGNO ARTIFICIAL (TÉRMINO) QUE LO DESIGNA,
LA IDEA ABSTRACTA Y GENERAL QUE REPRESENTA
Y SU REFERENCIA (LOS HECHOS “EXPERIENCIA” Y
“SISTEMA CONCRETO” QUE CONSTITUYEN EL CORRELATO
FÁCTICO DE LA IDEA)
Para comenzar esta investigación vamos a comenzar por aproximarnos a la comprensión
de la idea abstracta y general del objeto en cuestión, que será representada por el
concepto científico que queremos introducir en el campo del saber y definir
científicamente.
Para ello analizamos el término ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’ (entidad
lingüística), que designa el concepto científico “objeto (cosa concreta) arquitectónico”
(entidad conceptual). Este concepto, aunque genérico –por no pertenecer a ningún
sistema taxonómico particular-, lo vamos a utilizar en esta primera fase de manera
provisional, como si fuera el concepto teorético que queremos introducir en la teoría,
entendiendo que ambos representan la misma idea abstracta y general. Después, en la
teoría, conjeturaremos el concepto teorético específico, según el sistema taxonómico al
que pertenezca.
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
46
A través de la interpretación (análisis del significado) del término (símbolo o signo
artificial) ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’, averiguaremos su significación
formal, esto es, la idea abstracta que representa el concepto “objeto (cosa concreta)
arquitectónico” (entidad conceptual).
Dado que el objetivo de esta investigación es la de obtener una definición de un
concepto (objeto ideal o formal), la hipótesis de partida que vamos a someter a prueba
será siempre un enunciado formal. Así, no vamos a poner a prueba ningún hecho (u
objeto fáctico) como ocurre en la investigación de enunciados fácticos. En cambio, nos
damos cuenta que el concepto teorético que vamos a introducir en el modelo teórico de
esta investigación –y que llamamos aquí “cosa concreta arquitectónica”- es un concepto
no-formal (esto es, hace referencia a un hecho fáctico que pertenece a las ciencias
fácticas).
Así, será necesario realizar una interpretación (explicación) de los objetos fácticos
(o hechos) “cosa concreta arquitectónica” y “experiencia arquitectónica” -entidades
filosóficas físicas-, que son los correlatos objetivo y empírico de la idea que representa
el concepto científico no-formal en cuestión. Explicando estos dos hechos habremos
interpretado la significación empírica y la significación objetiva del signo ‘objeto (cosa
concreta) arquitectónico’.
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
47
1. NIVEL LINGÜÍSTICO (SIGNOS):
ANÁLISIS LÓGICO (SINTÁCTICO Y SEMÁNTICO) DEL SÍMBO-
LO ‘OBJETO (COSA CONCRETA) ARQUITECTÓNICO’ (SÍMBOLO
O SIGNO ARTIFICIAL DEL TIPO TÉRMINO), QUE DESIGNA EL
CONCEPTO “OBJETO (COSA CONCRETA) ARQUITECTÓNICO”.
Vamos a estudiar aquí la realidad lógica (sintáctica y semántica) de la entidad
lingüística ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’ en su nivel lingüístico (símbolos o
signos artificiales). Obsérvese, que las entidades lingüísticas serán mencionadas entre
comillas simples, y las entidades conceptuales serán mencionadas entre comillas dobles.
A. ANÁLISIS SINTÁCTICO DEL SÍMBOLO (O SIGNO ARTIFICIAL)
‘OBJETO (COSA CONCRETA) ARQUITECTÓNICO’.
Se trata aquí de analizar la estructura de las unidades lingüísticas –esto es, los símbolos
(o signos artificiales)- que forman el concepto, que son las dos unidades lingüísticas
(términos) ‘objeto’ y ‘arquitectónico’.
El signo ‘cosa concreta’ es un tipo de objeto –científico-, y tiene el mismo sentido
que el signo artificial ‘sistema concreto’. Se ha convenido, en esta fase, la incorporación
de este signo entre paréntesis, para delimitar el tipo de objeto en cuestión, y acercarnos
lo más posible al concepto teorético que pretendemos introducir a lo largo del proceso
de esta investigación.
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
48
B. ANÁLISIS SEMÁNTICO DEL SÍMBOLO (O SIGNO ARTIFICIAL)
‘OBJETO (COSA CONCRETA) ARQUITECTÓNICO’.
1. INTERPRETACIÓN (ANÁLISIS DE LA SIGNIFICACIÓN) DE LOS SIGNOS
(TÉRMINOS) QUE COMPONEN EL SÍMBOLO (O SIGNO ARTIFICIAL)
‘OBJETO (COSA CONCRETA) ARQUITECTÓNICO’.
Vamos a exponer aquí la significación de cada uno de los signos (términos) que forman
el signo ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’.
a. Interpretación del término (unidad lingüística) ‘objeto’.
El término ‘objeto’ -todo ente que podemos estudiar científicamente- se refiere aquí a
un objeto de tipo concreto o real (fáctico, no ideal) -hecho- del tipo “sistema concreto”,
que también podemos llamar “cosa compleja”. Este significado del término objeto al
que nos referimos la encontramos en la acepción número 6 del término:
objeto.
(Del lat. obiectus).
1. m. Todo lo que puede ser materia de conocimiento o sensibilidad de parte del sujeto, incluso este mismo.
2. m. Aquello que sirve de materia o asunto al ejercicio de las facultades mentales.
3. m. Término o fin de los actos de las potencias.
4. m. Fin o intento a que se dirige o encamina una acción u operación.
5. m. Materia o asunto de que se ocupa una ciencia o estudio.
6. m. Cosa.
7. m. ant. Objeción, tacha o reparo.12
12 Diccionario de la lengua española, (Real academia Española), 22ª edición.
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
49
La primera acepción es epistémica, esto es, expresa la idea de un objeto que va a ser
conocido por un sujeto a través de la observación, y por tanto estudiado por la
epistemología o teoría del conocimiento. La segunda acepción expresa la idea de un
objeto que puede ser observado y estudiado por los investigadores, y por lo tanto
estudiado por la rama de la ciencia correspondiente.
Estas dos acepciones incluyen tanto objetos ideales como concretos, así que las
podemos modificar para formar la definición de ‘objeto concreto’, simplemente
incorporando la idea del tipo ‘real’:
POSTULADO: ‘Objeto concreto’ (o ‘cosa compleja’): todo ente real (no ideal) que
sirve de materia de conocimiento al ejercicio de las facultades mentales, y que puede ser
materia de conocimiento o sensibilidad de parte del sujeto.
b. Interpretación del término (unidad lingüística) ‘arquitectónico’.
El término ‘arquitectónico’ hace referencia al término ‘arquitectura’13:
arquitectónico, ca.
(Del lat. architectonĭcus).
1. adj. Perteneciente o relativo a la arquitectura.
siendo
arquitectura.
(Del lat. architectūra).
1. f. Arte de proyectar y construir edificios.
2. f. Inform. Estructura lógica y física de los componentes de un computador.
13 Diccionario de la lengua española, (Real academia Española), 22ª edición.
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
50
Sabemos que el término ‘arquitectura’ viene del latín, y éste a su vez del griego,
haciendo referencia a la actividad del arquitecto. El diccionario Thesaurus Linguae
Latinae nos indica que el término latino architectūra significa ars et scientia
aedificandi, y el término architectus significa magister fabricarum. Esta investigación
pretende dejar constancia que esta definición de ‘arquitectura’ no se corresponde con lo
que hoy entendemos –o deberíamos entender- como arquitectura, ya que los términos
‘fábrica’ y ‘edificación’ hacen sólamente referencia a la frontera del espacio, y no hacen
referencia al espacio en sí, y a la experiencia del espacio.
2. INTERPRETACIÓN (ANÁLISIS DE LA SIGNIFICACIÓN) DEL SIGNO
‘OBJETO (COSA CONCRETA) ARQUITECTÓNICO’, UN TÉRMINO
PLENAMENTE SIGNIFICATIVO: INTRODUCCIÓN A LA INTERPRETACIÓN
DE LA “SIGNIFICACIÓN FORMAL” (O DESIGNATA), LA “SIGNIFICACIÓN
EMPÍRICA” Y LA “SIGNIFICACIÓN OBJETIVA” DEL TÉRMINO.
Se trata aquí sólo de introducir el estudio de las significaciones del término ‘objeto
(cosa concreta) arquitectónico’. Como sabemos, la operación que debemos efectuar a la
hora de sacar a la luz los diferentes designata (o sentidos) de un término es la
interpretación de ese término:
“Interpretamos un signo artificial (símbolo) cuando averiguamos o
estipulamos lo que significa en un determinado contexto. Y un signo
artificial significa –si es que significa- lo que representa, o sea, su
designatum. El designatum de un símbolo es, por su parte, un objeto
conceptual o físico o, más en general, un conjunto de objetos.”14
14 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 139. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 161].
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
51
Esta operación de descubrir la significación del término (entidad lingüística), la vamos a
realizar en los siguientes apartados de esta investigación, analizando las entidades
conceptuales (el concepto) y físicas (correlatos del concepto).
Se trata de averiguar el tipo de signo que el término ‘objeto (cosa concreta)
arquitectónico’ es, dependiendo de su significación. Como sabemos, un término puede
ser de cinco tipos: sin sentido, formalmente significativo, empíricamente significativo,
objetivamente significativo, y plenamente significativo. Como veremos más adelante, el
término ‘objeto arquitectónico’ es plenamente significativo, ya que cuenta con todas las
significaciones posibles (la formal, la empírica y la objetiva). Así, como vamos a ver a
continuación, el término (símbolo o signo artificial) ‘objeto (cosa concreta)
arquitectónico’ tiene una significación formal -expresa una idea que es representada
simbólicamente por el concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico”-, tiene una
significación empírica –expresa el hecho “experiencia arquitectónica” (correlato fáctico
empírico (hecho) de tipo fenómeno)-, y tiene una significación objetiva -expresa el
hecho “cosa concreta arquitectónica” -correlato fáctico (hecho) objetivo, de tipo sistema
concreto-.
Debido a su importancia, vamos a exponer las entidades conceptuales (ideas) y las
entidades físicas (hechos) que el signo ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’ es capaz
de expresar. Dicho de otra manera, vamos a exponer el designata (la idea de tipo
concepto) que es designada por el signo ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’, y los
dos correlatos (empírico y objetivo) del designata. Las tres significaciones (formal,
empírica y objetiva) del término ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’ serán analizadas
en los capítulos siguientes.
a. La significación formal (o designata) del signo ‘objeto (cosa concreta) arquitec-
tónico’: el significado del concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico”, o
idea que éste representa.
El signo ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’ expresa una idea (entidad conceptual)
que es representada simbólicamente por el concepto “objeto (cosa concreta)
arquitectónico”. Esta idea (concepto) constituye el designata del término.
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
52
La significación formal (o designata) de un término es el significado del concepto
que el término designa. De esta manera, es lo mismo hablar del significado -o idea que
representa- del concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico”, que de la significación
del término ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’.
b. La significación empírica del signo ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’: el
hecho “experiencia arquitectónica”.
El signo ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’ expresa el hecho “experiencia
arquitectónica” (objeto fáctico -o hecho- de tipo “fenómeno”). El hecho “experiencia
arquitectónica” es el correlato fáctico (o referente no-formal) empírico de la idea
(concepto) “objeto (cosa concreta) arquitectónico”. Dicho de otro modo, es el correlato
empírico del designata “objeto (cosa concreta) arquitectónico”.
c. La significación objetiva del signo ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’: el
hecho “cosa concreta arquitectónica” o “sistema concreto arquitectónico”.
El signo ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’ expresa el hecho “cosa concreta
arquitectónica” (objeto fáctico (o hecho) de tipo “sistema concreto”). El hecho “cosa
concreta arquitectónica” es el correlato fáctico (o referente no-formal) objetivo de la
idea (concepto) “objeto (cosa concreta) arquitectónico”. Dicho de otro modo, es el
correlato objetivo del designata “objeto (cosa concreta) arquitectónico”.
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
53
2. NIVEL CONCEPTUAL (IDEAS):
LA IDEA “OBJETO (COSA CONCRETA) ARQUITECTÓNICO”
(IDEA DEL TIPO CONCEPTO), QUE ES DESIGNADO POR EL
SIGNO ‘OBJETO (COSA CONCRETA) ARQUITECTÓNICO’.
A. ANÁLISIS SINTÁCTICO DEL CONCEPTO “OBJETO (COSA CONCRETA)
ARQUITECTÓNICO”: UN CONCEPTO DE CLASE.
Si analizamos el concepto científico “objeto (cosa concreta) arquitectónico” desde un
punto de vista sintáctico (esto es, analizando su estructura o forma lógica) vemos que es
un concepto de clase (aplicado al conjunto de todos los individuos “cosas concretas
arquitectónicas”) formado por los conceptos de clase “objeto” y “arquitectónico”.
Desde el punto de vista metodológico, el concepto “objeto (cosa concreta)
arquitectónico” es un concepto interpretativo, ya que tiene la función científica de
participar en la interpretación de descripciones.
Y para terminar, desde el punto de vista del alcance sistemático del concepto en la
sistematización de conceptos (la teoría), si bien el concepto “objeto” es un concepto
genérico (aquellos que permean la totalidad de la ciencia, esto es, no son peculiares a
ninguna ciencia fáctica determinada), el concepto teorético que buscamos –y que en esta
fase denominamos “objeto (cosa concreta) arquitectónico”- sería en principio un
concepto específico, ya que pertenecería a la rama científica de la arquitectura, (esto es,
a la tecnología), de tipo observacional (que refiere a entidades o propiedades
observables).
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
54
B. ANÁLISIS SEMÁNTICO DEL CONCEPTO “OBJETO (COSA CONCRETA)
ARQUITECTÓNICO”: UN CONCEPTO NO-FORMAL (PERTENECIENTE
A LAS CIENCIAS FÁCTICAS) CON CORRELATO -O REFERENTE-
FÁCTICO.
El concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico” es un concepto no-formal, esto es,
que la idea que representa tiene un correlato fáctico, o dicho de otra manera, tiene un
referente no-ideal. Esto es, se refiere a hechos.
Vamos primero a suponer una primera definición común u ordinaria (no científica)
de la expresión lingüística ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’ que después
introduciremos en el modelo teórico de esta investigación, y más adelante estipularemos
su significación, según el contexto científico en el que se encuentre el término en la
teoría.
Aproximación común (no científica) a la significación del concepto “objeto (cosa
concreta) arquitectónico”.
Observando las definiciones comunes (no científicas) de las dos partes del sistema
conceptual que hemos expresado en el análisis lógico de las entidades lingüísticas,
podemos unirlas, obteniendo una primera aproximación común (no científica) a la
significación o idea que representa el concepto “objeto arquitectónico”:
POSTULADO: ‘Objeto (cosa concreta) arquitectónico’ (o ‘cosa compleja
arquitectónica’): todo ente real (no ideal) que sirve de materia de conocimiento al
ejercicio de las facultades mentales de los arquitectos en todos los ámbitos de la
arquitectura (proyección, investigación y docencia), y que puede ser materia de
conocimiento o sensibilidad de parte del sujeto que lo experimenta.
Como vemos, esta definición ordinaria (no científica) hace referencia a un objeto
fáctico, y vemos que incluye dos veces el término ‘conocimiento’. En el primer caso se
refiere a un conocimiento científico por parte del investigador culto, y en el segundo
caso se refiere a un conocimiento de un sujeto observador a través de la experiencia.
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
55
Así, esta definición expresa tanto la idea del objeto arquitectónico que es creado por
el arquitecto, como la idea del objeto arquitectónico que es vivido o experimentada por
los sujetos. Estos dos tipos de conocimiento hacen referencia a los dos correlatos
fácticos (o referentes no-ideales) de la idea -esto es, del concepto-, el correlato empírico
y el correlato objetivo. Estos dos correlatos (hechos) del concepto son los que vamos a
explicar a continuación.
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
56
3. NIVEL FÍSICO (HECHOS):
LOS HECHOS “EXPERIENCIA ARQUITECTÓNICA” (HECHO DEL
TIPO “FENÓMENO”) Y “COSA CONCRETA ARQUITECTÓNICA”
(HECHO DE TIPO “SISTEMA CONCRETO”) A LOS QUE EL
CONCEPTO “OBJETO ARQUITECTÓNICO” HACE REFERENCIA
(O DENOTACIÓN EMPÍRICA Y OBJETIVA DEL CONCEPTO) Y
QUE SON LOS CORRELATOS FÁCTICOS -O REFERENTE NO–
IDEAL- DE LA IDEA. (ESTO ES, LOS CORRELATOS DEL CON-
CEPTO).
Introducción a la interpretación (explicación) de los correlatos o hechos (entidades
físicas) de los tipos “fenómeno” y “sistema concreto”, a los que el concepto “objeto
(cosa concreta) arquitectónico” hace referencia.
“Interpretamos un hecho cuando lo explicamos.”15 Distinguiremos aquí entre el
conocimiento ordinario y el conocimiento científico que poseemos del concepto.
Como sabemos, el conocimiento científico es el producto final de la investigación
científica en la que se contrasta una teoría a través de un método operativo para
finalmente verificarla.
El conocimiento ordinario por su parte es un conocimiento no especializado que
viene de la acumulación de información que los sujetos recibimos a través de la
experiencia del objeto y el sentido común, sin someterlo a una verificación científica.
Está, por tanto, vinculado a la percepción.
Así, mientras que ambos tipos de conocimiento son racionales y objetivos, el
conocimiento ordinario es menos fiable que el conocimiento científico, por no haber
sido verificado.
15 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations: Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 139. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 161].
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
57
A. INTERPRETACIÓN (EXPLICACIÓN) DEL HECHO DEL TIPO “FENÓME-
NO” (EXPERIENCIA), QUE ES LA “REALIDAD EMPÍRICA” DEL
CORRELATO DE LA IDEA QUE REPRESENTA EL CONCEPTO “OBJETO
(COSA CONCRETA) ARQUITECTÓNICO”, Y QUE ES EXPERIMENTA-
DO POR LOS SUJETOS.
Se trata aquí de interpretar (explicar) la significación empírica (a través de la
experiencia) del signo ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’.
La realidad empírica del correlato fáctico del concepto “objeto (cosa concreta)
arquitectónico” es el hecho del tipo “fenómeno” (particularmente “experiencia o
conjunto de experiencias” que sólo se dan en el sujeto) que es experimentado por los
sujetos (que lo viven, pero que no lo investigan científicamente).
Para conocer realmente el conocimiento empírico que un sujeto tipo tiene sobre la
significación del hecho arquitectónico, deberíamos realizar una investigación especial al
respecto, con la que, a través de un estudio de casos, llegaríamos a una conclusión. Pero
no es éste el objetivo de este apartado, ya que nuestro objetivo aquí es sólo el de
explicar -exponer, sacar a la luz- el hecho de que existen diferentes realidades del
mismo “objeto arquitectónico”.
La operación a realizar es por lo tanto una interpretación (objetivista) del concepto
“objeto (cosa concreta) arquitectónico” (averiguar la “significación empírica” del
concepto “objeto -cosa concreta- arquitectónico” en el contexto del “conocimiento
empírico –ordinario-”).
Conocimiento del “objeto (cosa concreta) arquitectónico” que viene del sentido
común.
El conocimiento que el hombre tiene de las cosas es epistémico, esto es, el hombre
proporciona una utilidad a las cosas, y esta utilidad define ese objeto. La diferencia
entre todos los objetos que tienen una realidad física -un utensilio, una escultura, etc…-
es el uso la experiencia o la utilidad que el hombre hace de él. Por ejemplo, el hombre
prehistórico entendía primero una piedra como un mero objeto inerte, pero cuando lo
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
58
comenzó a tallar para crear un objeto cortante, el objeto pasó de ser, para el
entendimiento del hombre, un utensilio.
Así, debemos pensar que un “objeto (cosa concreta) arquitectónico” es un objeto de
materia natural (física, tangible) al que el hombre le ha dado una utilidad específica, y
no lo es hasta que el hombre no le otorgue esa utilidad. Así, la realidad del objeto
arquitectónico no viene dado, para el hombre, por la realidad física en estado sólido -el
cerramiento construido– sino por el uso o la utilidad que el hombre asigna a ese objeto.
Así, los hombres definimos los entes en tanto en cuanto lo son para el hombre. Con
esto se quiere decir que los seres humanos conocemos una realidad de un objeto que es
diferente de la realidad que conoce otro animal del mismo objeto. Por ejemplo, un
sujeto que habitaba en la ciudad de Berlín en 1960 conocía una realidad del objeto
“muro de Berlín” que era diferente a la realidad que podría conocer un animal que se
experimentara el mismo objeto. Mientras que ciertos animales pueden tener una
percepción sensorial mayor que la del ser humano respecto de la realidad física del
objeto, el homo sapiens conoce una realidad complementaria debido a la evolución
racional de su cerebro. Por supuesto, no podemos nunca decir que la realidad que
conoce un ser humano es mejor o peor que la realidad que conoce otro animal, sino
simplemente diferente. Pero dejamos claro aquí que en ontología estudiamos
únicamente la realidad que conoce el ser humano, debido a las características
particulares del cerebro del homo sapiens, que es la especie animal a la que pertenecen
los sujetos que experimentan un objeto (cosa concreta) arquitectónico.
En este sentido, una investigación ontológica va de la mano de la Epistemología y
de la Teoría del conocimiento. En este momento es imprescindible situarnos en una de
las dos tendencias o corrientes epistémicas: el objetivismo o el constructivismo. En el
proceso de conocimiento de un objeto existen varias fases. En un primer momento el ser
humano capta una realidad que es la misma para todo ser humano, ya que el estímulo a
conocer es el mismo, y el funcionamiento del sistema nervioso del homo sapiens es el
mismo para todo sujeto. Esta primera realidad es así un conocimiento objetivo.
Después, cada sujeto incorpora esa captación objetiva a sus experiencias, sus recuerdos,
su compresión, dando lugar a una percepción definitiva, que es diferente para cada
sujeto, esto es, es un conocimiento subjetivo. El objetivismo trata de investigar el
conocimiento que un sujeto tipo tiene de un objeto, esto es, una realidad objetiva, que
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
59
por supuesto será percibido secundariamente por cada sujeto de manera diferente a lo
largo del proceso de la percepción. El constructivismo por el contrario entiende que es
la percepción subjetiva que el hombre tiene al final del proceso perceptivo el
conocimiento real.
Estas dos posiciones no son comparables, tan sólo son diferentes. El conocimiento
objetivo se da al comienzo del proceso perceptivo, y el conocimiento subjetivo se
obtiene al final del proceso perceptivo. Dependiendo del objetivo de nuestra
investigación, consideraremos uno u otro. Por ejemplo, un biólogo o un físico estudiaría
en todo caso la captación objetiva que el ser humano como especie captaría de estímulos
que nos proporciona la realidad natural, mientras que un psicólogo da más importancia a
la percepción subjetiva de cada sujeto (paciente), dado que esa interpretación subjetiva
de la realidad social es el objeto de estudio de la ciencia de la psicología.
Así, debemos dejar claro en este punto que, ya que el “objeto (cosa concreta)
arquitectónico” que se encuentra ya construido, es un ente de naturaleza social -ya que
se trata de la experiencia de vivir o experimentar un espacio durante un periodo de
tiempo- las ciencias arquitectónicas han de estudiar el proceso completo del
conocimiento del objeto arquitectónico por parte del sujeto, esto es, la captación inicial
objetiva, y la percepción final subjetiva. Pero hemos de tener claro que son dos
investigaciones diferentes, ya que se encuentran en campos diferentes de la ciencia. Por
ejemplo, si estudiamos el conocimiento que un sujeto tiene del espacio interior del
Panteón de Roma, podemos decir científicamente que la gran mayoría de los sujetos
captan objetivamente un hueco (óculo) en la parte superior del espacio. Y también, por
otra parte, podemos decir científicamente que cada uno de los sujetos que experimentan
ese espacio, tienen una percepción final subjetiva del fenómeno objetivo “óculo”. Así,
algunas personas se encuentran fascinadas positivamente por la fuerza, la luz y la
conexión con el cosmos que representa la luz del sol al moverse dentro del espacio,
mientras que otras personas sienten que ese gran techo con ese gran agujero se les puede
caer encima, proporcionándoles una idea subjetivamente negativa. De la misma manera,
podemos decir científicamente que todos los sujetos conocen objetivamente el centro
geométrico de la sala del Panteón, pero mientras que algunos sujetos adoran
posicionarse en él, otros sujetos sufren esta tensión, y se encuentran más cómodos en la
periferia del espacio.
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
60
Así, dejamos claro que esta investigación se centra en la definición del objeto (cosa
concreta) arquitectónico en tanto a la captación objetiva que un sujeto tipo tiene de él, y
no investiga la percepción subjetiva final, entendiendo que éste conocimiento subjetivo
no aporta información al concepto ontológico “objeto (cosa concreta) arquitectónico”.
Esta particular investigación se centra por lo tanto en el pensamiento objetivista, y no en
el pensamiento constructivista.
Conocimiento del “objeto (cosa concreta) arquitectónico” que viene de la experiencia
y la acción.
Si analizamos la arquitectura desde nuestra propia experiencia, observamos un hecho
curioso: dos construcciones de idéntica forma física pueden ser dos objetos
arquitectónicos totalmente diferentes. Por ejemplo, si transformamos una iglesia en una
sala de fiestas, sin modificar su composición física, entendemos que el objeto (cosa
concreta) arquitectónico es diferente. Esto nos hace deducir que el cuerpo de un objeto
arquitectónico, si bien constituye una de sus propiedades (su realidad física), no lo
define en su totalidad.
Si nos fijamos en nuestra propia experiencia, es nuestra propia vivencia como
sujetos, el hecho que especifica el objeto. Por ejemplo, la experiencia de Hagia Sophia
es diferente hoy a la experiencia que se experimentaba cuando era una mezquita, y
diferente a la experiencia que se tenía cuando era una basílica cristiana, aunque la
realidad física del espacio interior no ha cambiado sustancialmente. Parece que el hecho
racional de saber a qué religión responde el templo determina en gran medida el
conocimiento que tenemos de él.
Por otra parte, cuando hacemos el experimento de pensar en los espacios -bares,
restaurantes, museos, partes de la ciudad, etc…- que más nos gustan, parece que le
damos más importancia a muchos factores diferentes, pero no a la realidad física del
espacio y su límite. Al preguntar a las personas por su rincón favorito de la ciudad, o su
rincón favorito de la casa o de un edificio, curiosamente no elijen aquellos espacios
donde el arquitecto se ha esmerado en crear un espacio físicamente o volumétricamente
bonito, sino que las personas elijen espacios donde se dan ciertas características que
conectan con su bienestar.
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
61
B. INTERPRETACIÓN (EXPLICACIÓN) DEL HECHO “COSA CONCRETA
ARQUITECTÓNICA”: OBJETO DEL TIPO “SISTEMA CONCRETO”, QUE
ES LA “REALIDAD OBJETIVA” DEL CORRELATO DE LA IDEA QUE
REPRESENTA EL CONCEPTO “OBJETO (COSA CONCRETA) ARQUI-
TECTÓNICO”, Y QUE ES INVESTIGADO POR LOS INVESTIGADORES
CIENTÍFICOS.
Se trata aquí de averiguar la significación objetiva (científica) del hecho “cosa concreta
arquitectónica”. Como sabemos, el conocimiento científico que tenemos de un objeto
es, por definición, el resultado de la investigación científica, o sea, de la investigación
realizada con el método y el objetivo de la ciencia”.16
El concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico” -que sustituye preliminarmente
al concepto que va a ser introducido por este investigador en la teoría de esta
investigación- no ha sido estudiado, por lo que no existe información al respecto.
La “realidad objetiva” del correlato fáctico del concepto “objeto (cosa concreta)
arquitectónico” es el hecho del tipo “sistema concreto” que es investigado por los
científicos (contando con el conocimiento teórico y el empírico de la investigación
científica).
Vamos entonces a realizar un acercamiento al conocimiento científico de la
arquitectura como hecho objetivo.
Operaciones a realizar:
Interpretación (constructivista) del concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico”
(averiguar la “significación objetiva” del concepto “objeto (cosa concreta)
arquitectónico” en el contexto del “conocimiento científico” y “ontológico")
16 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 165. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 189].
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
62
1. EXPLICACIÓN DEL HECHO “COSA CONCRETA ARQUITECTÓNICA” EN EL
CONTEXTO CIENTÍFICO DE LAS CIENCIAS BÁSICAS Y APLICADAS.
Naturaleza científica del hecho “sistema concreto arquitectónico”: un objeto concreto
(o material) que existe en la realidad.
Existen dos tipos de objetos en el mundo real: los objetos ideales o formales o
conceptuales y los objetos concretos o fácticos o materiales.
Los objetos ideales o conceptuales o abstractos (tales como conceptos, números o
teorías) son objetos del tipo “constructo” que no existen en la realidad, sino que son
ficciones o creaciones de la mente humana. Son entes ideales o formales, y son
estudiados por las ciencias ideales o formales de la lógica y las matemáticas. No tienen
propiedades sustanciales, y por tanto no puede decirse que se encuentren en algún
estado. Así, no cuentan con la propiedad de la mutabilidad, esto es, no son mutables, ya
que si cambiaran se convertirían en un objeto diferente.
Los objetos concretos o materiales o reales, son objetos del tipo “cosa (o entidad)”,
y son los únicos objetos que existen en la realidad. Son entes fácticos y son estudiados
por las ciencias fácticas (o materiales) naturales y humanas (o sociales). Su
característica principal es su mutabilidad.
Sí, como punto de partida debemos tener claro que, como explica Bunge, “El
mundo está compuesto exclusivamente por cosas (es decir, objetos concretos o
materiales).”17
Cuando hablamos de “objeto (cosa concreta) arquitectónico”, nos referimos al
objeto concreto o material que existe en la realidad. Si por otra parte hablamos del
concepto “objeto arquitectónico”, estaríamos hablando de un objeto conceptual, que no
existe en la realidad fuera de nuestro cerebro.
El “objeto (cosa concreta) arquitectónico”, por ser un objeto concreto o material,
debe ser estudiado por las ciencias fácticas (o materiales). Dependiendo de su realidad
(o materia o naturaleza), será estudiada por las ciencias naturales o por ciencias
humanas (o sociales).
17 Mario Bunge y Martin Mahner, Foundations of Biophilosophy (Berlín: Springer, 1997), 5-6.
[Ver traducción al castellano por Mariano Moldes, Fundamentos de biofilosofia (México - Buenos Aires: Siglo XXI, 2000), 19-20.]
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
63
a. Clase de objeto científico que es la “cosa concreta arquitectónica”: un objeto
fáctico (o hecho).
Como sabemos, “la diferencia primera y más notable entre las varias ciencias es la que
se presenta entre ciencias formales y ciencias fácticas, o sea, entre las que estudian
ideas y las que estudian hechos.”18 El “objeto (cosa concreta) arquitectónico” que es
estudiado científicamente, es un objeto de tipo fáctico (no formal o ideal), también
llamado” hecho”.
Nos preguntamos entonces, ¿cuál es la ciencia fáctica que estudia científicamente el
objeto arquitectónico que ya ha sido proyectado y construido?
DEDUCCIÓN: El sistema concreto “cosa concreta arquitectónica” es un objeto fáctico
(o hecho).
b. Clase de objeto científico fáctico (o hecho) que es la “cosa concreta arquitectóni-
ca”: un “objeto concreto” o “sistema concreto”.
Como sabemos (ver el apartado “conocimiento científico sobre el tratamiento de los
objetos, verificado en el campo de la ontología científica”), los hechos pueden ser de
cuatro clases: los sistemas concretos, los acaecimientos y los procesos –que son lo que
ocurre a, en y entre los sistemas concretos-, y los fenómenos. El hecho objetivo que
denota el término ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’ al que se refiere el concepto
“objeto (cosa concreta) arquitectónico” es un sistema concreto que podemos llamar
“cosa concreta arquitectónica”.
18 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 21. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 38].
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
64
c. Clase de objeto científico que es la “cosa concreta arquitectónico” (objeto fáctico
del tipo “sistema concreto”) según el objeto -sistema de problemas- y el método
de cada disciplina particular: el sistema técnico y el sistema social.
Vamos a ver aquí qué tipo de objeto es la “cosa concreta arquitectónica” en el contexto
científico. Como veremos en las consecuencias particulares de la hipótesis, según la
teoría de la ontología sistémica sabemos que los sistemas concretos pueden ser de cinco
tipos:
S1 = Físicos
S2 = Químicos
S3 = Biológicos
S4 = Sociales
S5 = Técnicos
Dentro del contexto científico debemos establecer dos ámbitos diferentes: el de las
ciencias aplicadas y el de las ciencias básicas. Dado que el objeto y el método de las
disciplinas de las ciencias aplicadas y de las ciencias básicas no es el mismo, debemos
establecer dos tipos de “cosa concreta arquitectónica”: el objeto que es creado por el
arquitecto con medios técnicos y tecnológicos, y por otra parte el objeto que ya está
creado –esto es, ya existe en el mundo real, y por lo tanto posee componentes
emergentes y elementos de un entorno- y que podemos estudiar de manera científica a
través de la metodología científica.
A continuación vamos a explicar la diferencia entre estos dos objetos. Como
veremos, el “objeto (cosa concreta) arquitectónico” en el contexto de las ciencias
aplicadas es, como sabemos, un objeto técnico. En cambio, el “objeto (cosa concreta)
arquitectónico” en el contexto de las ciencias básicas debemos considerarlo un objeto
social. Esta investigación se ubica dentro del contexto de la investigación científica del
objeto que ya existe en la realidad, por lo que nos va a interesar aquí el segundo caso: la
“cosa concreta arquitectónica” como un objeto de clase social.
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
65
Explicación del concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico” en el contexto de las
ciencias aplicadas (tecnología): un sistema concreto de tipo técnico.
El tipo de objeto que es el sistema concreto “objeto (cosa concreta) arquitectónico” en el
contexto de las ciencias aplicadas es la clase “sistema técnico”, ya que es la única clase
de objeto que está compuesto únicamente por artefactos creados por personas con
conocimiento técnico. De hecho, Bunge especifica:
No hemos agrupado los sistemas técnicos, vale decir, los artefactos, junto
con ningún otro, a causa de que poseen características ontológicas que los
distinguen de los demás: son el producto del trabajo humano y, como tales,
llevan el sello de la inteligencia y la finalidad humanas, así como el de la
organización social.19
Así, en el contexto de las ciencias aplicadas, esto es, en el contexto de la creación o la
fabricación del “objeto (cosa concreta) arquitectónico”, podemos decir que:
DEDUCCIÓN: El objeto científico aplicado (de las ciencias aplicadas) “objeto (cosa
concreta) arquitectónico” es un sistema técnico, y por lo tanto pertenece al ámbito de
estudio de la tecnología.
Así, la Ciencia aplicada de la Arquitectura, que es la que se encarga de la creación del
objeto (cosa concreta) arquitectónico, es una disciplina o actividad tecnológica.
Debemos aquí dejar constancia que el objeto del que estamos hablando es el objeto
arquitectónico ya construido. Por otra parte, el “proyecto arquitectónico” no
pertenecería a la clase de objetos técnicos, sino a la clase de objetos semióticos, al igual
que el lenguaje, los mapas y las partituras musicales. Pero debemos dejar claro que no
es el concepto “proyecto arquitectónico” lo que en esta investigación estamos
estudiando.
19 Mario Bunge, Ontology II: A World of Systems (Treatise on Basic Philosophy, vol. IV)
(Dordrecht: Reidel, 1979), 247. [Ver traducción al castellano por Rafael González del Solar, Ontología II: Un mundo de sistemas (Tratado de Filosofía, vol. IV) (Barcelona: Gedisa, 2012), 320.]
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
66
Explicación del concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico” en el contexto de las
ciencias básicas (física, química, biología y ciencias humanas -o sociales-): un
sistema concreto de tipo social.
Como nos explica Bunge, “un sistema social es un sistema en el cual algunos
componentes son animales de la misma especie y otros son artefactos (inanimados,
como las herramientas, o vivientes, como los animales domésticos).”20 El “objeto (cosa
concreta) arquitectónico” que es considerado como un lugar que puede ser
experimentado por el hombre, corresponde a esta clase. Así, son considerados sistemas
sociales edificios como las escuelas, los hospitales y las empresas comerciales. En
cambio, una granja es un sistema técnico.
DEDUCCIÓN: El objeto científico básico (de las ciencias básicas) “cosa concreta
arquitectónica” es un sistema social, y por lo tanto pertenece al ámbito de estudio de las
ciencias sociales.
2. EXPLICACIÓN DEL HECHO “COSA CONCRETA ARQUITECTÓNICA” EN EL
CONTEXTO FILOSÓFICO DE LA ONTOLOGÍA CIENTÍFICA.
La realidad de los objetos concretos (o materiales).
Los objetos que son estudiados por la ciencia contienen varias realidades diferentes al
mismo tiempo. Por ejemplo, si estudiamos el número 2, como símbolo, decimos que
tiene una única realidad, ya que es un signo. Pero si estudiamos un rótulo luminoso con
la forma del número 2, la cosa “rótulo” tiene una realidad multinivel, ya que por una
parte expresa la idea de un ente ideal (el signo 2) que no existe en la realidad sino que es
un constructo humano, y por otra parte es un hecho natural, ya que el rótulo está
20 Mario Bunge, Emergence and Convergence: Qualitative Novelty and the Unity of Knowledge
(Toronto: University of Toronto Press, 2003), 55. [Ver traducción al castellano por Rafael González del Solar, Emergencia y Convergencia: Novedad cualitativa y unidad del conocimiento (Barcelona: Gedisa, 2004, 2014), 55.]
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
67
construido con plástico, de materia física. De esta manera, podemos estudiar la realidad
ideal del número 2 a través de la ciencia ideal de las matemáticas, y también podemos la
realidad factual del rótulo a través de la ciencia factual de la física.
Veamos otro ejemplo. Si estudiamos la cosa “biblia”, por una parte podemos
estudiar su contenido, esto es, la narración del discurso de Jesús de Nazaret, que es un
conjunto de palabras. Pero por otra parte podemos estudiar la realidad física del libro en
el que este discurso está impreso. También podemos estudiar la historia de la biblia, o
su evolución, o el impacto social que el libro tiene en la población, etc… La cosa
“biblia” tiene así varias realidades de distinto tipo.
Las distintas “realidades objetivas” o “materias” del “objeto (cosa concreta)
arquitectónico”.
Este mismo hecho lo vemos al estudiar el “objeto (cosa concreta) arquitectónico”.
Obviamente podemos estudiar su realidad física, como un objeto construido, pero por
otra parte podemos estudiar la vida que los seres humanos experimentan en él, el modo
como la luz entra en el espacio, la historia de cada edificio, etc. ¿Cómo podemos
entonces definir un objeto que tiene tantas realidades diferentes?
Como hemos explicado en la exposición del problema de esta investigación, la
realidad del objeto arquitectónico es compleja, esto es, el “objeto (cosa concreta)
arquitectónico” es una realidad multinivel. Nos preguntamos ahora, ¿qué es lo que nos
hace entender que un objeto es un “objeto (cosa concreta) arquitectónico”?, ¿cuáles son
las propiedades de un objeto de materia física que nos hacen entender que es un “objeto
(cosa concreta) arquitectónico”?
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
68
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
69
1.2. DESCUBRIMIENTO DEL PROBLEMA CIENTÍFICO:
HALLAZGO DE LA LAGUNA O DE CARENCIA O DE LA INCOHERENCIA EN
EL CUERPO DEL SABER:
ONTOLOGÍA CIENTÍFICA DEL CONCEPTO “ESPACIO”,
COMO TRASFONDO ONTOLÓGICO-CIENTÍFICO
DE CUALQUIER TEORÍA SOBRE EL CONCEPTO QUE HACE
REFERENCIA A LA COSA CONCRETA ARQUITECTÓNICA
Como sabemos, las tareas del investigador a lo largo del proceso científico son: “tomar
conocimiento de problemas que otros pueden haber pasado por alto; insertarlos en un
cuerpo de conocimiento e intentar resolverlos con el máximo rigor y, primariamente,
para enriquecer nuestro conocimiento”.21
Se trata aquí de explicar la necesidad de la disciplina de la Ontología científica a la
hora del estudio del concepto “objeto arquitectónico”, ya que una teoría sobre el espacio
arquitectónico incluirá inevitablemente el concepto “espacio”. El concepto “espacio es
utilizado por muchas ciencias que no se molestan en examinarlo porque parece obvio,
pero sólo la Ontología -disciplina que pertenece a la rama filosófica de la Metafísica- es
capaz de tratarlo conceptualmente. El estudio científico del concepto “espacio” a través
de la Ontología científica es la laguna del conocimiento científico que aquí se quiere
exponer.
El tratamiento ontológico del concepto “espacio” nos proporcionará las teorías
ontológicas que aclararán y articularán las ideas generales que subyacen a la teoría del
concepto “objeto arquitectónico”, y dará lugar por tanto al trasfondo ontológico de la
teoría de esta investigación.
21 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 167. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 191].
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
70
Sobre la inexistencia del término que designa el concepto que representa la idea del
objeto (cosa concreta) arquitectónico en el contexto de las ciencias básicas.
El uso del concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico” para representar la idea
abstracta de aquel objeto que ya existe en la realidad, y que va a ser estudiado de
manera científica (esto es, haciendo uso de la ciencia básica que se ocupe de tal objeto)
no es adecuado por su vaguedad, como acabamos de aclarar. Por otra parte, el término
técnico que haría referencia al correlato “objeto arquitectónico construido, e investigado
por la ciencia básica” podría formarse por el término ‘sistema concreto’ o ‘cosa
compleja’, que formaría el concepto “sistema concreto arquitectónico” o “cosa compleja
arquitectónica”:
A un individuo totalmente dotado de sus cualidades, si es sustancial o
concreto, le llamamos cosa […]. Y a una cosa compleja son sus
componentes acoplados le llamaremos sistema.22
Pero la expresión “sistema concreto arquitectónico” crea ambigüedad, ya que el
concepto “sistema” suele utilizarse ya en arquitectura para nombrar sistemas
constructivos y estructurales, y por otra parte la expresión “cosa compleja
arquitectónica” no sería adecuada ya que el concepto “cosa” suele representar la idea de
un objeto concreto de realidad fundamentalmente natural -física, tangible-, mientras que
el objeto arquitectónico tiene también una realidad humana o social.
Sobre el concepto capaz de aunar todas las realidades del “objeto arquitectónico”.
¿Cómo podemos entonces estudiar la totalidad de la realidad arquitectónica? Como
explica Aristóteles al comienzo del capítulo IV de su Metaphysica, es la Ontología la
única ciencia capaz de aunar todas esas realidades de un objeto, mientras que por otra
parte existen otras ciencias que estudian cada una de sus realidades particulares por
separado.
22 Mario Bunge, Ontology I: The furniture of the World (Treatise on Basic Philosophy, vol. III)
(Dordrecht: Reidel, 1977), 26. [Ver traducción al castellano por Rafael González del Solar, Ontología I: El moblaje del mundo (Tratado de Filosofía, vol. III) (Barcelona: Gedisa, 2011), 54.]
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
71
Sobre la tarea de una investigación ontológica del “objeto arquitectónico”.
Nos damos cuenta que ningún filósofo ha realizado una ontología del objeto
arquitectónico. Es realmente una laguna en el cuerpo del saber de las ciencias
arquitectónicas. El problema general es entonces la necesidad de una ontología del
objeto arquitectónico. Según Mario Bunge, “la ontología es la ciencia aplicable a la
totalidad de la realidad”23, y nos explica de qué manera la ontología es la disciplina que
nos ayuda a llenar las lagunas axiomáticas del saber:
Si se axiomatiza una teoría científica, es probable que en ella se presente de
manera explícita alguno de los siguientes conceptos: parte, yuxtaposición,
propiedad, posibilidad, composición, función de estado, suceso, proceso,
espacio, tiempo, vida, mente y sociedad. Sin embargo, los axiomas
específicos de la teoría no nos dirán nada acerca de estos conceptos
genéricos fundamentales: la ciencia los toma prestados y los deja en un
estado intuitivo o presistemático. Únicamente la ontología se interesa por
analizar y sistematizar esos conceptos que utilizan numerosas ciencias y, en
consecuencia, ninguna de ellas reclama como propios. Por ejemplo, la física
no pregunta “¿qué es el tiempo?”, ni la biología “¿qué es la vida?”; la
psicología no pregunta “¿qué es lo mental?” ni la sociología “¿qué es la
sociabilidad?” Es tarea de la ontología –y de la filosofía de los fundamentos
de la ciencia- intentar ofrecer respuestas a esas preguntas y, por lo general,
aclarar todo aquello que la ciencia da por sentado o deja a media luz. O sea,
el metafísico debe llenar algunas lagunas de las lagunas de la ciencia.
La existencia de estas lagunas del conocimiento científico no se debe a
que ciertos hechos son impermeables al método científico y requieren de la
intuición esotérica, sino a que hay determinadas ideas que los científicos
utilizan son molestarse en examinarlas, tal vez porque parecen obvias.24
23 Mario Bunge y Martin Mahner, Foundations of Biophilosophy (Berlín: Springer, 1997), 3. [Ver
traducción al castellano por Mariano Moldes, Fundamentos de biofilosofia (México - Buenos Aires: Siglo XXI, 2000), 17.]
24 Mario Bunge, Ontology I: The furniture of the World (Treatise on Basic Philosophy, vol. III) (Dordrecht: Reidel, 1977), 20. [Ver traducción al castellano por Rafael González del Solar, Ontología I: El moblaje del mundo (Tratado de Filosofía, vol. III) (Barcelona: Gedisa, 2011), 47-48.]
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
72
La Ontología de la Arquitectura es la disciplina que estudia el ente "objeto (cosa
concreta) arquitectónico" y su ser (el ser del ente) que viene dado por su materia y su
forma. La realización de una ontología completa del “objeto (cosa concreta)
arquitectónico” implica la formación de la definición (un constructo) y la definición de
las propiedades de la cosa, así como de hechos y consecuencias particulares
pertenecientes a diferentes campos de la ciencia como lo son la materia y la esencia.
Sobre la definición científica del concepto que representa la idea del objeto
arquitectónico en el contexto de las ciencias básicas.
Como sabemos, la realidad del objeto arquitectónico es compleja. El objeto concreto
arquitectónico es un sistema complejo formado por diversas realidades que son
conocidas a través de la consciencia del hombre. Esta es la razón por la que éste es un
ente difícil de definir.
La comunidad de arquitectos no posee una definición científica de “objeto (cosa
concreta) arquitectónico” u “obra arquitectónica”, y tampoco conoce científicamente las
propiedades del objeto fáctico (o hecho) construido. Tampoco tenemos una definición
científica de los conceptos básicos como “espacio arquitectónico” y consecuentemente
tampoco conocemos la definición de “arquitectura”, de manera que nunca termina de
determinarse la naturaleza del ámbito de las ciencias que estudian la arquitectura y la
ciencia aplicada de la arquitectura.
Sobre el estudio exhaustivo del concepto “espacio” como trasfondo ontológico-
científico de cualquier teoría sobre el concepto que hace referencia a la cosa concreta
arquitectónica.
Una vez hemos descrito la necesidad de crear el término que designe el concepto que
representa la idea cuyo correlato es la cosa concreta arquitectónica que va a ser
experimentado por los sujetos, y hemos explicado el ámbito ontológico –y lógico- en el
que deberíamos comenzar a investigar, se expone aquí lo que esta investigación
considera la mayor carencia en el ámbito del saber de la arquitectura. Esta es el estudio
exhaustivo del concepto “espacio” y la idea abstracta que éste representa.
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
73
Como sabemos, el concepto “espacio” tiene un alto grado de ambigüedad, ya que
tiene una gran cantidad de sentidos diferentes. La idea abstracta de espacio que los
arquitectos utilizamos en la teoría y crítica de la arquitectura es la idea que representa el
concepto “espacio físico”, cuyo correlato es la materia física en estado gaseoso que
llamamos aire. Así, cuando los arquitectos utilizamos el término ‘espacio’ o ‘espacio
arquitectónico’ estamos designando el concepto físico, refiriéndonos a ese volumen de
aire que se encuentra dentro de los límites construidos. En cambio, como hemos ya
expuesto, la realidad ontológica del espacio arquitectónico no es sólo física –material-.
El problema que este malentendido produce es de grandes consecuencias, ya que,
como es imposible proyectar el aire –porque ya existe en la naturaleza-, el arquitecto no
es capaz de proyectar nada más que la materia física en estado sólido –esto es, el
cerramiento-, dejando de lado la proyección del interior del sistema arquitectónico, que
es realmente el objeto último y fundamental de la proyección arquitectónica.
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
74
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
75
1.3. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA CIENTÍFICO:
PLANTEO DE UNA PREGUNTA QUE TIENE PROBABILIDAD DE SER LA
CORRECTA; ESTO ES, REDUCCIÓN DEL PROBLEMA A SU NÚCLEO
SIGNIFICATIVO, PROBABLEMENTE SOLUBLE Y PROBABLEMENTE
FRUCTÍFERO, CON AYUDA DE CONOCIMIENTO DISPONIBLE
LA PREGUNTA POR LA DEFINICIÓN CIENTÍFICA
DEL CONCEPTO QUE REPRESENTA LA IDEA DEL
“OBJETO QUE ES EL RESULTADO DE LOS PROCESOS
DE PROYECTO Y OBRA ARQUITECTÓNICOS, Y QUE
ESTÁ SIENDO YA EXPERIMENTADO POR LOS SUJETOS”,
Y EL TÉRMINO QUE LO DESIGNA
Se trata aquí de enunciar una pregunta, esto es, de hallar el enunciado interrogativo que
represente de una manera precisa e inequívoca la pregunta que tenemos la intención de
responder a través de esta investigación científica.
Recordamos que, como hemos visto en el apartado 1.1 (Reconocimiento de las
entidades filosóficas), el término que queremos introducir –y que preliminarmente
llamamos ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’- será plenamente significativo (tendrá
significación formal, empírica y objetiva). Esto significa que el concepto teorético que
introduzcamos será un concepto semánticamente no-formal, esto es, tendrá correlato
fáctico- empírico y objetivo-.
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
76
Acercamiento a la formulación de la pregunta científica.
La pregunta que nos estamos haciendo es: ¿cuál es la realidad del objeto fáctico (o
hecho) del tipo sistema concreto que es experimentado por los sujetos, que es expresado
por la idea que representa el concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico”? O, dicho
de otro modo, ¿cuál es la definición científica del concepto “objeto (cosa concreta)
arquitectónico” que representa la idea abstracta del objeto fáctico (o hecho) del tipo
sistema concreto técnico y que es experimentado por los sujetos?
Como hemos especificado en el capítulo anterior, es la realidad ontológica de la
arquitectura lo que en esta investigación se quiere tratar, por lo que se trata ésta de la
formación de una definición ontológica. Por lo tanto, para resolver este problema
intelectual nos preguntamos: de todas las realidades o materias que constituyen la
totalidad de las realidades de la cosa concreta “objeto arquitectónico”, ¿cuál es su
realidad o materia última?, o ¿a qué género de objetos pertenece el “objeto (cosa
concreta) arquitectónico”? Y una vez conozcamos el género o familia de objetos al que
pertenece, ¿en qué se diferencia la cosa concreta arquitectónica de los objetos que
comparten la misma materia última?
Estamos ahora en disposición de formular una pregunta, utilizando el término
provisional que venimos utilizando en esta fase preliminar: “La pregunta por la
definición científica del concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico”. Esta
formulación responde a la pregunta: ¿cuál es la definición científica del concepto
“objeto (cosa concreta) arquitectónico”?
Como sabemos, la realización de una definición científica es una operación técnica
puramente conceptual que consiste en introducir un nuevo término y especificar la
significación del término introducido. Es importante aclarar aquí que “las definiciones
del diccionario suelen estar enmarcadas en el contexto del conocimiento común,
mientras que los términos científicos suelen definirse, si se definen, en el contexto de
sistemas científicos. Fuera de su propio contexto, las definiciones pueden perder todo
interés”25. Se pretende así crear una definición que será utilizada en el ámbito de la
investigación científica de los conceptos y hechos arquitectónicos.
25 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 117. [Ver
Capítulo primero: Planteamiento del problema científico
77
Formulación definitiva de la pregunta científica.
Como hemos aclarado, el concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico” es un
concepto provisional que hemos convenido representa la misma idea que representa el
concepto teorético que pretendemos introducir en el modelo teórico de esta
investigación. Pero la pregunta científica debe eliminar cualquier tipo de ambigüedad,
por lo que vamos ahora a sustituir el concepto provisional por la idea que éste
representa.
La formulación definitiva de la pregunta que expresa inequívocamente el objetivo
fundamental de esta investigación es:
FORMULACIÓN DEL PROBLEMA CIENTÍFICO: “La pregunta por la definición
científica del concepto que representa simbólicamente la idea abstracta y general del
objeto que es el resultado de los procesos de proyecto y obra arquitectónicos y que está
ya siendo experimentado por los sujetos, e introducción en el campo del saber del
término científico (signo artificial) que lo designa.”
Siendo la anterior la formulación correcta, podemos reducirla para facilitar su
comprensión como:
FORMULACIÓN REDUCIDA DEL PROBLEMA CIENTÍFICO: “Definición
científica del concepto que representa la idea del objeto que es el resultado de los
procesos de proyecto y obra arquitectónicos y que está ya siendo experimentado por los
sujetos, y término que lo designa.”
traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 139].
79
CAPÍTULO SEGUNDO
CONSTRUCCIÓN DEL MODELO TEÓRICO
LA “TEORÍA DEL CONCEPTO GEOGRÁFICO”
La investigación científica se basa en la relación entre un conocimiento explicativo -o
teórico- que se espera pueda ser demostrable o verificable a través de un método
operativo, dando lugar a un conocimiento predictivo. La teoría -o modelo teórico- de
una investigación es ese conocimiento explicativo que sospechamos válido y que
pretendemos confirmar.
Como sabemos, los problemas intelectuales que se pretender resolver a través de la
investigación científica “se resuelven aplicando o inventando conjeturas que, de ser
contrastables, se llaman hipótesis científicas”.26 Así, para la creación del modelo teórico
de esta investigación, inventaremos primero suposiciones plausibles sobre las variables,
e inventaremos después un enunciado hipotético -o hipótesis- que constituirá el punto
de partida de la investigación científica a desarrollar.
Al exponer el problema científico que se pretende resolver en esta investigación,
hemos analizado las significaciones del término provisional ‘objeto (cosa concreta)
arquitectónico’ a través de la operación de la interpretación de signos, distinguiendo la
significación formal, la significación objetiva y la significación empírica. La teoría -o
modelo teórico- que vamos a desarrollar será sobre la significación formal del término,
esto es, el designata del término. Dicho de otra forma, vamos a construir un modelo
teórico que trate de expresar la idea -representada por el concepto provisional “objeto
(cosa concreta) arquitectónico”- que designa el signo provisional ‘objeto (cosa concreta)
arquitectónico’.
Como vamos a ver, se va a conjeturar aquí que la idea que representa el concepto
provisional “objeto (cosa concreta) arquitectónico” se encuentra en el contexto de la
geografía. Por esa razón se ha llamado a esta teoría científica la “Teoría del concepto
geográfico”.
26 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 164. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 187].
Capítulo segundo: Construcción del modelo teórico
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Capítulo segundo: Construcción del modelo teórico
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2.1. SELECCIÓN DE LOS FACTORES PERTINENTES:
INVENCIÓN DE SUPOSICIONES PLAUSIBLES RELATIVAS A LAS VARIABLES
QUE PROBABLEMENTE SON PERTINENTES
EL SISTEMA TAXONÓMICO GEOGRÁFICO EN EL QUE SE
ENCUENTRA LA ESPECIE (CONCEPTO DE CLASE) “OBJETO
(COSA CONCRETA) ARQUITECTÓNICO”
En el problema científico que se ha formulado al comienzo de esta investigación -¿cuál
es la definición científica del concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico”?- existe
solamente una incógnita, que es la variable individual “definición” del concepto “objeto
arquitectónico”.
Se trata aquí de proponer, con audacia, conjeturas bien definidas y fundadas de
algún modo sobre la variable “definición”, y no suposiciones que no comprometan en
concreto. Dicho de otro modo, se trata de inventar o conjeturar los conceptos con los
que podemos formar una definición de partida.
Capítulo segundo: Construcción del modelo teórico
82
A. SUPOSICIONES PLAUSIBLES RELATIVAS AL SIGNIFICADO CONTEX-
TUAL DEL CONCEPTO “OBJETO (COSA CONCRETA) ARQUITECTÓNI-
CO” (DESIGNATA O SIGNIFICACIÓN FORMAL DEL TÉRMINO
‘OBJETO (COSA CONCRETA) ARQUITECTÓNICO’) EN EL CONTEXTO
DE ESTA TEORÍA.
Se trata aquí de realizar un análisis semántico de la entidad conceptual “objeto (cosa
concreta) arquitectónico”, que es el concepto provisional que representa la misma idea
que el concepto que estamos buscando. Dicho de otro modo, se trata de realizar un
análisis del designata del término ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’. El significado
del concepto, que es lo mismo que decir la significación formal del término, consiste en
averiguar la idea que éste representa, a través del par intensión y referencia del
concepto.
1. INTERPRETACIÓN (ESTIPULACIÓN) DEL STATUS SEMÁNTICO DEL CON-
CEPTO “OBJETO (COSA CONCRETA) ARQUITECTÓNICO” EN EL
CONTEXTO DE LAS CIENCIAS BÁSICAS: LA INTENSIÓN, LA REFERENCIA
Y LA EXTENSIÓN DEL CONCEPTO.
Se trata aquí de interpretar (explicar) el status semántico (semántica) del concepto
“objeto (cosa concreta) arquitectónico” de manera científica, a través de la semántica de
conceptos. Este concepto ha sido introducido provisionalmente en la teoría de esta
investigación, refiriéndose al concepto teorético que pretendemos introducir en esta
teoría, por lo que no lo encontramos en los diccionarios técnicos, y tampoco en los
diccionarios de conocimiento común.
Capítulo segundo: Construcción del modelo teórico
83
El concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico” es un concepto no-formal, esto
es, tiene un correlato fáctico. Dicho de otro modo, el concepto representa la idea
abstracta de un objeto fáctico (o hecho), que es el hecho arquitectónico.
El contexto en el que se encuentra este concepto es el de las ciencias básicas, ya
que el concepto se refiere a un ente que sirve para ser investigado por la ciencia, esto es,
por los investigadores científicos. Es aquí muy importante tener claro que el contexto en
el que se encuentra este concepto no es el de la arquitectura, porque la arquitectura se
refiere a la ciencia aplicada que hace realidad las entidades arquitectónicas, pero no es
la ciencia básica que se encarga de estudiarlas científicamente.
Vamos ahora a analizar el status semántico del concepto “objeto (cosa concreta)
arquitectónico”, que viene dado por su intensión (o connotación), su referencia (o
denotación) y su extensión (o dominio de aplicabilidad).
a. La intensión (o connotación) del concepto “objeto (cosa concreta) arquitectóni-
co” en el contexto científico de las ciencias básicas.
Como sabemos, la intensión de un concepto es el conjunto de las propiedades y
relaciones subsumidas bajo el concepto, o que el concepto sintetiza. Por ejemplo, la
intensión del concepto “vida” es el conjunto de propiedades que caracterizan a los seres
vivos, o sea, el metabolismo, la autorregulación, la adaptabilidad, la reproductibilidad,
etc. La intensión del concepto “alma” está compuesta por los rasgos de inmaterialidad,
separabilidad del cuerpo, acción rectora sobre éste, etc. Las propiedades que forman la
intensión de un concepto pueden ser formales o no-formales, según lo sea el concepto.
La determinación inequívoca de la intensión de un concepto es que se disponga de una
descripción o análisis completo del concepto o su correlato. Se trata de conjeturar
cuidadosamente el conjunto de características o propiedades peculiares (no
necesariamente esenciales) que constituyen la intensión del concepto, por lo menos en
la medida suficiente para asegurar una aplicación no ambigua del concepto. Este
conjunto de propiedades peculiares (o notas inequívocas) constituyen el “núcleo
intensional” del concepto. Esta intensión nuclear no es la intensión total sino parte de
ella, esto es, las notas inequívocas son insuficientes para caracterizar el concepto
Capítulo segundo: Construcción del modelo teórico
84
completamente, pero suministra lo que llamamos una definición de trabajo del
concepto.27
Intensión nuclear o definición de trabajo del concepto “objeto (cosa concreta)
arquitectónico”.
SUPOSICIÓN PLAUSIBLE A: El conjunto de propiedades peculiares (o notas
inequívocas) que el concepto científico que representa la idea abstracta y general del
“objeto que es el resultado de los procesos de proyecto y obra arquitectónicos y que es
experimentado por los sujetos” sintetiza es: La concepción racional intuida (es la idea
concebida por el ser humano -pensamiento, esto es, un objeto ideal o formal a través de
la intuición-) del objeto concreto (cosa que existe en la realidad) de materia multinivel,
(todas aquellas diferentes realidades que son susceptibles de ser captadas por la
consciencia del sujeto) que está compuesta por un espacio topos (una porción de espacio
que se encuentra delimitado por una frontera de definición invariable), y todos los
objetos fácticos (naturales y sociales) que se encuentran dentro de su frontera en un
momento dado (composición mutante), que se relaciona con el entorno (igualmente
mutante) a través de su límite o frontera, (que comparten el objeto y su entorno) que ha
sido imaginado y fabricado deliberadamente por el hombre para el hombre (correlato
objetivo del tipo “sistema concreto” del tipo “técnico”) con un propósito vivencial
(correlato empírico de tipo “fenómeno”).
b. La referencia (o denotación) y la extensión (o dominio de aplicabilidad) del
concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico” en el contexto científico de las
ciencias básicas.
Por ejemplo, la referencia del concepto “vida” es la colección de los seres vivos
presentes, pasados y futuros. La clase de referencia del concepto “alma” es el conjunto
27 Ver Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 65-68. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 84-87].
Capítulo segundo: Construcción del modelo teórico
85
de todas las almas habidas y por haber. Dado que un concepto puede tener correlato o
no, distinguimos entre la referencia ideal (conjunto de signos) y la referencia fáctica
(conjunto de hechos). Ambas referencias suman la referencia total del concepto. La
extensión de un concepto es el conjunto de todos los objetos, reales o irreales, a los que
puede aplicarse el concepto. Dicho de otra forma, es el conjunto de los individuos que
presentan las propiedades que forman la intensión. Mientras que la intensión y la
referencia de un concepto se determinan por la investigación teorética (se postulan), la
extensión de un concepto se determina por la investigación de laboratorio o de campo.
La extensión de un concepto puede coincidir con la referencia. Por ejemplo, la
colección de los seres vivos que constituyen la referencia del concepto “vida” coincide
con la extensión del concepto. En cambio, la extensión del concepto “alma” es, según la
psicología fisiológica, el conjunto vacío, ya que no hay objeto real que responda a dicha
descripción.28
La extensión por tanto del concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico” es la
colección de todos los objetos del tipo cosas concretas (sistemas concretos) que son el
correlato objetivo de la idea que representa el concepto. Esta colección está formada por
todos los espacios que pueden ser habitados por el hombre (donde puede entrar y estar
una persona durante un tiempo), y cuyo límite o frontera (cerramiento) venga de la obra
del hombre.
SUPOSICIÓN PLAUSIBLE B: la extensión del concepto científico que representa la
idea abstracta y general del “objeto que es el resultado de los procesos de proyecto y
obra arquitectónicos y que es experimentado por los sujetos” es la colección de todos
los espacios (topos) que pueden ser habitados por el hombre (donde puede entrar y estar
una persona durante un tiempo), y cuyo límite o frontera (cerramiento) sea obra del
hombre.
28 Ver Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 65-68. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 84-87].
Capítulo segundo: Construcción del modelo teórico
86
2. INTERPRETACIÓN (ESTIPULACIÓN) DE LA “SIGNIFICACIÓN FORMAL” O
“DESIGNATA” DEL TÉRMINO ‘OBJETO (COSA CONCRETA) ARQUITECTÓ-
NICO’. DICHO DE OTRO MODO, EL SIGNIFICADO (INTENSIÓN + REFE-
RENCIA) DEL CONCEPTO, O IDEA ABSTRACTA QUE ÉSTE REPRESENTA.
Como sabemos, “la significación de un concepto es contextual, o sea, relativa, y no
intrínseca y absoluta”.29
Dicho de otra manera, la idea que representa el concepto “objeto (cosa concreta)
arquitectónico”, lo es en un determinado contexto.
Para realizar la tarea de descubrir o estipular la significación contextual del
concepto teorético provisional “objeto (cosa concreta) arquitectónico”, podemos realizar
tres operaciones diferentes que nos llevan a la misma significación del concepto:
estudiar la idea abstracta que representa el concepto, estudiar el par formado por la
intensión y la referencia del concepto, o estudiar el correlato fáctico (el referente no-
ideal) del concepto (si éste es no-formal).
Como hemos descrito en la introducción de esta investigación, el uso de la palabra
“objeto” expresa aquí la intención de representar la idea de aquel proyecto, obra o
construcción arquitectónica que ya existe en la realidad, y por lo tanto puede ser
estudiada científicamente haciendo uso de una ciencia básica individual.
A la hora de preguntamos qué es algo, podemos recurrir al conocimiento científico,
o al conocimiento a través de la experiencia. Dicho esto de manera técnica, a la hora de
averiguar la idea abstracta de la materia o realidad que representa un concepto, debemos
analizar la significación del concepto desde todos los puntos de vista del análisis
filosófico de conceptos: Lógica de conceptos (sintaxis y semántica), Epistemología y
Filosofía de la ciencia. Así, contaremos con tres grupos de significaciones: los de tipo
lógico -que vienen del significado de los términos (semántica)-, los de tipo empírico -
que vienen de la función del concepto en el proceso del conocimiento (epistemología)-
y los de tipo objetivo (científico).
29 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 139. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 161].
Capítulo segundo: Construcción del modelo teórico
87
Exposición de la idea que representa el concepto no-formal “objeto (cosa concreta)
arquitectónico” en el contexto científico de las ciencias básicas. Dicho de otro modo,
especificación de la significación formal (o designata) del término ‘objeto (cosa
concreta) arquitectónico’.
La significación formal del término (esto es, el designata del término), o dicho de otro
modo, la idea abstracta (concepto) de partida que representa el término ‘objeto (cosa
concreta) concreto (fáctico) arquitectónico’ (concepto “hecho arquitectónico” o
“sistema concreto arquitectónico”) es:
SUPOSICIÓN PLAUSIBLE C: El significado del concepto científico que representa la
idea abstracta y general del “objeto que es el resultado de los procesos de proyecto y
obra arquitectónicos y que es ya experimentado por los sujetos” es la concepción
racional intuida (es la idea concebida por el ser humano -pensamiento, esto es, un objeto
ideal o formal a través de la intuición-) del objeto concreto (cosa que existe en la
realidad) de materia multinivel, (todas aquellas diferentes realidades que son
susceptibles de ser captadas por la consciencia del sujeto) que está compuesta por un
espacio topos (una porción de espacio que se encuentra delimitado por una frontera de
definición invariable), y todos los objetos fácticos (naturales y sociales) que se
encuentran dentro de su frontera en un momento dado (composición mutante), que se
relaciona con el entorno (igualmente mutante) a través de su límite o frontera, (que
comparten el objeto y su entorno) que ha sido imaginado y fabricado deliberadamente
por el hombre para el hombre (correlato objetivo del tipo “sistema concreto” del tipo
“técnico”) con un propósito vivencial (correlato empírico de tipo “fenómeno”), y que
constituye la colección de todos los espacios (topos) que pueden ser habitados por el
hombre (donde puede entrar y estar una persona durante un tiempo), y cuyo límite o
frontera (cerramiento) sea obra del hombre.
Capítulo segundo: Construcción del modelo teórico
88
B. SUPOSICIÓN PLAUSIBLE RELATIVA AL “SISTEMA TAXONÓMICO” EN
EL QUE SE ENCUENTRA EL CONCEPTO “OBJETO (COSA CONCRETA)
ARQUITECTÓNICO”.
Como sabemos (ver apartado 3.2.B. Conocimiento científico sobre el estudio de
categorías, verificado en el campo de la Sistemática), la tarea de formar una definición
de un objeto individual (sea éste ideal o fáctico) se basa en encontrar los conceptos de
clase que representan la idea de la “sustancia primera” y la “forma” particular del objeto
en cuestión.
Para ello debemos primero encontrar la “jerarquía” o “sistema taxonómico” en el
que el objeto individual se encuentra. Posteriormente debemos realizar un estudio de las
categorías taxonómicas del sistema taxonómico en cuestión para saber la categoría
taxonómica que se corresponde con el género en el que se encuentra la espacie. Y para
terminar, debemos encontrar la “diferencia específica” con la que la especie en cuestión
cuenta a diferencia del resto de especies que componen ese género.
Considerando que el designata o significación formal del término ‘objeto (cosa
concreta) arquitectónico’ -esto es, el significado del concepto “objeto (cosa concreta)
arquitectónico”, o idea que éste representa- coincide con la idea que representa el
concepto “hecho geográfico”, suponemos que el estudio del “objeto (cosa concreta)
arquitectónico” pertenece a la clase de conceptos de clase “hechos geográficos”, y por
lo tanto pertenecería al ámbito de estudio científico de la Geografía.
Así, podemos deducir que: el concepto “objeto arquitectónico” se corresponde con
la definición del “hecho geográfico”, esto es, el objeto arquitectónico es un hecho
geográfico, Dicho de otra manera: si el objeto (o sistema) combinación de sistemas
concretos “espacio” es un hecho geográfico, y la obra arquitectónica que es
experimentada por los sujetos es un objeto (o sistema) combinación de sistemas
concretos “espacio”, la obra arquitectónica es un hecho geográfico.
Dicho de otro modo, de todas las realidades (o naturalezas) implicadas en el
concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico”, la realidad geográfica es la que indica
su materia principal.
Así, podemos finalmente conjeturar que:
Capítulo segundo: Construcción del modelo teórico
89
SUPOSICIÓN PLAUSIBLE B: el sistema taxonómico al que pertenece el concepto
científico que representa la idea abstracta y general del “objeto que es el resultado de los
procesos de proyecto y obra arquitectónicos y que es ya experimentado por los sujetos”
es el Sistema taxonómico geográfico. El concepto teorético que vamos a introducir en
esta teoría será, por consiguiente, una especie geográfica.
Capítulo segundo: Construcción del modelo teórico
90
Capítulo segundo: Construcción del modelo teórico
91
2.2. INVENCIÓN DE LA HIPÓTESIS CENTRAL Y DE LAS SUPOSICIONES
AUXILIARES:
PROPUESTA DE UN CONJUNTO DE SUPOSICIONES CONCERNIENTES A LOS
NEXOS ENTRE LAS VARIABLES PERTINENTES, QUE SE ESPERA PUEDAN
AMOLDARSE A LOS HECHOS OBSERVADOS
ENUNCIADO HIPOTÉTICO DE PARTIDA:
EL “ESPACIO (REGIÓN) ARQUITECTÓNICO” ES UN
“ESPACIO VIVENCIAL” DE FRONTERA ARTIFICIAL
Se trata aquí de exponer una proposición o enunciado inventado por el investigador a
través de la inducción, la analogía o la deducción de otros hechos o conceptos, que
llamamos hipótesis, y que será el verdadero objeto de estudio de y puesta a prueba a lo
largo de la investigación.
La hipótesis que se va a inventar a continuación tratará de responder
hipotéticamente a la pregunta que hemos formulado en el capítulo primero, a saber, la
pregunta por la “definición científica del concepto que representa la idea del objeto que
es el resultado de los procesos de proyecto y obra arquitectónicos y que es ya
experimentado por los sujetos”.
A continuación se exponen las razones que nos han llevado a plantear esta
respuesta a la pregunta formulada al comienzo de la investigación, se expone la
hipótesis central, y se realiza un examen sintáctico y semántico de la misma.
Capítulo segundo: Construcción del modelo teórico
92
1. INVENCIÓN DE LAS SUPOSICIONES AUXILIARES.
a. Suposición auxiliar relativa al “concepto teorético” que se introduce en esta
teoría: el “espacio (región) arquitectónico”.
Hemos hablado del término ‘objeto’ en la introducción de esta teoría. El término ‘objeto
arquitectónico’ es correcto, pero extensivo a cualquier ámbito de la arquitectura, y por
lo tanto vago.
Vamos a conjeturar en esta teoría que el concepto de clase al que hace referencia el
correlato “cosa concreta arquitectónica” –que hemos interpretado al exponer el
problema científico de esta investigación- es un espacio entendido como espacio topos,
esto es, lugar, región. Así, podemos sustituir el término genérico ‘objeto (cosa concreta)
arquitectónico’ por el término ‘espacio (región) arquitectónico’.
El concepto “espacio (región) arquitectónico” expresa el ámbito formal de la
geometría al que pertenece el concepto espacio (región) en general, y el ámbito fáctico
de la geografía al que pertenece el correlato del objeto ideal.
SUPOSICIÓN AUXILIAR 1: el concepto que representa la idea del “objeto que es el
resultado de los procesos de proyecto y obra arquitectónicos y que es ya experimentado
por los sujetos” es el concepto de clase “espacio (región) arquitectónico”, y el término
que lo designa es, por tanto, el ‘espacio (región) arquitectónico’.
Este es el término, por tanto, que vamos a utilizar en esta investigación de ahora en
adelante.
b. Suposición auxiliar relativa al “género próximo” de la especie “espacio (región)
arquitectónico”: el “espacio (región) vivencial”.
Dentro de la geografía, el concepto de clase “objeto arquitectónico” se encontraría
dentro de la rama de la Geografía humana o social (no natural), ya que, aunque cuente
con una realidad natural (física, tangible), la actividad objeto fundamental del correlato
Capítulo segundo: Construcción del modelo teórico
93
fáctico "sistema concreto arquitectónico” es la de ser "vivido" o "experimentado" por un
sujeto durante un tiempo, y esto constituye un hecho humano (o social).
Dentro de las distintas ramas de la geografía humana, no contamos hoy con ninguna
que estudie la actividad de vivir o experimentar un espacio durante un determinado
tiempo. Existe la “geografía de la población o del asentamiento”, que se ocupa de la
actividad de poblar un territorio, pero no se ocupa la de actividad de vivir un espacio.
También existe la “geografía de la percepción”, pero ésta haría sólo referencia a la
epistemología de la arquitectura, estudiando la percepción subjetiva que cada sujeto
tiene, después de experimentar el espacio.
El hecho de vivir o experimentar un espacio durante un tiempo, sin estudiar la
percepción subjetiva de los sujetos, corresponde a la experiencia -o vivencia, o estancia-
de un espacio. Así, podemos denominar el objeto arquitectónico, entendido como un
hecho geográfico humano, como un “espacio vivencial”, haciendo una analogía con
otros espacios geográficos humanos -el espacio político, el espacio cultural, el espacio
psicológico, etc...-. El término “vivencial” lo formó el filósofo Ortega y Gasset, y lo
encontramos también en la traducción castellana del concepto "espacio experimentado"
de Otto Bollnow en su Mensch und Raum de 1963. (Consultar estos conceptos en el
capítulo del conocimiento explicativo –teórico- de esta teoría).
Así, el “hecho arquitectónico” pertenecería al ámbito de estudio de una nueva rama
de la geografía humana que se encargaría del estudio de la actividad de vivir un lugar (o
región) arquitectónico durante un tiempo determinado, que llamaríamos “Geografía
vivencial”.
Así, podemos conjeturar que:
SUPOSICIÓN AUXILIAR 2: la categoría taxonómica “género próximo” al que
pertenece la especie geográfica “espacio (región) arquitectónico” es la del “espacio
vivencial”. El “espacio vivencial” sería una categoría taxonómica dentro del sistema
taxonómico geográfico, que incluiría tanto los espacios construidos por el hombre,
como los espacios naturales que se encuentran en la naturaleza y son experimentados
vivencialmente por el hombre.
Capítulo segundo: Construcción del modelo teórico
94
c. Suposición auxiliar relativa a la “diferencia específica” (o diferencia intensional)
de la especie “espacio (región) arquitectónico”: “la frontera artificial”.
Observando todos los objetos que componen la categoría “espacio vivencial”, esto es,
todos los espacios en los que el hombre puede vivir o estar durante un tiempo, nos
damos cuenta que el objeto “espacio (región) arquitectónico” se diferencia de los demás
en el hecho de que sus límites vienen de una modificación de la realidad física por parte
del hombre, esto es, su frontera es artificial. Esta propiedad de la especie “espacio
(región) arquitectónico” es la diferencia entre éste y el resto de los espacios vivenciales,
que serían los espacios (región) naturales.
Podemos así conjeturar que:
SUPOSICIÓN AUXILIAR 3: la diferencia específica (o diferencia intensional) de la
especie geográfica “espacio (región) arquitectónico” es la de contar con una “frontera
artificial”. El concepto “frontera artificial” expresa la idea de una frontera (límite del
espacio topos) construida deliberadamente por el hombre para tal efecto, a través de la
modificación tecnológica de la materia natural (física).
2. INVENCIÓN DE LA HIPÓTESIS CENTRAL:
EL “ESPACIO (REGIÓN) ARQUITECTÓNICO” ES UN “ESPACIO VIVEN-
CIAL” DE FRONTERA ARTIFICIAL.
Una vez contamos con las variables “género próximo” y “diferencia específica” de la
especie “espacio (región) arquitectónico”, podemos ya proponer el siguiente enunciado
hipotético como hipótesis de partida, con el propósito de ser verificado a lo largo del
proceso de esta investigación:
ENUNCIADO HIPOTÉTICO: "El espacio (región) arquitectónico es un espacio
vivencial de frontera artificial".
Capítulo segundo: Construcción del modelo teórico
95
Un fraseo explicativo de la sentencia enunciada sería: la clase (especie) “espacio
(región) arquitectónico” pertenece a la clase de los “espacios vivenciales” (género
geográfico), y la propiedad que le caracteriza y diferencia del resto de especies de la
misma clase es que éste es “de frontera artificial” (diferencia específica).
Metodología utilizada para la creación del enunciado hipotético.
La creación de este enunciado hipotético viene de una analogía del objeto arquitectónico
“espacio (región) arquitectónico” y el objeto biológico “homo sapiens”. La definición
de "hombre" entendida como especie, esto es, entendido como objeto biológico, según
la lógica aristotélica" se formula:
"El hombre es un animal racional",
donde "animal" es la sustancia primera, y "racional" es la forma de la especie "homo
sapiens" respecto del resto de seres vivos de animales del mismo género.
Análisis de los conceptos teoréticos factuales que forman el enunciado hipotético.
El enunciado hipotético está formado por el concepto teorético “espacio (región)
arquitectónico” y por los conceptos teoréticos “espacio vivencial” y “de frontera
artificial”. Los tres conceptos teoréticos son conceptos de clase.
Suposiciones concernientes a los nexos entre las variables.
Se trata aquí de explicar los conceptos de tipo relacional, que constituyen los nexos
entre los conceptos teoréticos.
Nexo entre el definiendum y el definiens.
El nexo “es un” es una forma lingüística que no tiene significación propia, que designa
la pertenencia a una determinada clase. En este caso es el nexo entre el concepto de
Capítulo segundo: Construcción del modelo teórico
96
clase “espacio (región) arquitectónico” y el concepto de clase “espacio vivencial de
frontera artificial”.
Un fraseo explicativo de la expresión lingüística sería: el “espacio (región)
arquitectónico” pertenece a la clase de los “espacios vivenciales de frontera artificial”
Nexo entre los conceptos de clase que forman el definiens.
El nexo “de” entre el concepto de clase “espacio vivencial” y el concepto de clase “de
frontera artificial” es una forma lingüística que no tiene significación propia, que
designa una pertenencia de clase.
Un fraseo explicativo del definiens sería: clase de los “espacios vivenciales”
(género geográfico) cuya frontera es artificial.
Capítulo segundo: Construcción del modelo teórico
97
99
CAPÍTULO TERCERO
DEDUCCIÓN DE CONSECUENCIAS PARTICULARES DE LA HIPÓTESIS
BÚSQUEDA DEL SOPORTE RACIONAL
DE LA HIPÓTESIS
Se trata aquí de encontrar todas aquellas investigaciones que han sido verificadas
científicamente en el campo de la arquitectura o en campos contiguos, que nos permitan
extraer los datos que nos ayuden a reforzar o modificar el enunciado hipotético que
hemos conjeturado en el modelo teórico de esta investigación, así como a asentar las
conclusiones de la misma.
En una investigación de un hecho factual, la metodología exige deducir soportes
empíricos y soportes racionales de la hipótesis fáctica. Al ser ésta una investigación
sobre una proposición o enunciado (hipótesis) ideal -o formal-, y no sobre un hecho
observable en la realidad (enunciado factual), no se trata aquí de elaborar soportes
empíricos a modo de predicciones que van a ser puestos a prueba con métodos
empíricos, sino de encontrar todo el conocimiento teórico (datos) relacionado con las
variables de la hipótesis ideal, que nos van a ayudar en la realización de la prueba –el
análisis lógico de los elementos del enunciado ideal- y a la deducción final.
Cuando se demuestra un teorema lógico o matemático no se recurre a la
experiencia: el conjunto de postulados, definiciones, reglas de formación de
las expresiones dotadas de significado, y reglas de inferencia deductiva –en
suma, la base de la teoría dada-, es necesaria y suficiente para ese propósito.
La demostración de los teoremas no es sino una deducción.30
Para realizar esta tarea, estudiaremos las fuentes teóricas existentes sobre las variables
que forman la hipótesis de partida -enunciado hipotético- planteada en esta
investigación. Posteriormente estudiaremos con rigor las fuentes teóricas existentes
sobre la cuestión de la formación de una definición científica en general.
30 Mario Bunge, La ciencia, su método y su filosofía (Buenos Aires: Siglo Veinte, 1960. Ver
reimpresión con nuevo prefacio, Mutilva Baja: Laetoli, 2013), 18.
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
100
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
101
3.1. BÚSQUEDA DE SOPORTES RACIONALES SOBRE LA INVESTIGACIÓN
CONOCIMIENTO TEÓRICO EXISTENTE SOBRE LOS CONCEP-
TOS QUE FORMAN EL ENUNCIADO HIPOTÉTICO
Con objeto de descubrir el conocimiento teórico existente sobre los conceptos que
forman el enunciado hipotético, establecemos dos apartados diferenciando el concepto
de clase “espacio (región) arquitectónico” -que constituye el definiendum de la
definición-, y la proposición “espacio vivencial de frontera artificial” -que constituye el
definiens de la definición-.
A la hora de estudiar el conocimiento teórico existente sobre el definiendum,
estudiaremos las fuentes teóricas existentes sobre el concepto “espacio (región)
arquitectónico” en general, y particularmente la cuestión de la definición del concepto
en particular (si la hubiera).
A la hora de estudiar el conocimiento teórico existente sobre el definiens,
estudiaremos las fuentes teóricas existentes en el campo del saber sobre los conceptos
“espacio vivencial” y “frontera artificial”, distinguiendo la interpretación (análisis de la
significación) de los términos ‘espacio’, ‘vivencial’, ‘frontera’ y ‘artificial’.
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
102
CONOCIMIENTO CIENTÍFICO EXISTENTE SOBRE EL DEFINIEN-
DUM“ESPACIO (REGIÓN) ARQUITECTÓNICO”.
1. SOBRE EL CONCEPTO TEORÉTICO “ESPACIO (REGIÓN) AR-
QUITECTÓNICO” (CONCEPTO DE CLASE).
Como se ha explicado en la introducción al exponer el estado de la cuestión, no existen
fuentes que hayan tratado científicamente la idea que representa el concepto del objeto
arquitectónico que es experimentado por los sujetos, ya que no existe ningún filósofo
que se haya aventurado a realizar una ontología de la arquitectura de manera científica,
y no existe ningún arquitecto que se haya aventurado a investigar la arquitectura
ontológicamente utilizando una metodología científica. Por lo cual, no contamos en esta
investigación con ninguna deducción que haya sido verificada en el campo al cual la
cuestión pertenece.
a. El concepto en los tratados de la antigüedad.
La ontología de la construcción arquitectónica que es experimentada por los sujetos es
una tarea todavía pendiente. La comunidad arquitectónica tomó equivocadamente los
tres principios vitruvianos de Venustas (Belleza), Firmitas (Firmeza) y Utilitas
(Utilidad) como una primera ontología de la arquitectura, cuando el propósito del autor
era sólo la descripción de las propiedades de ciertos edificios públicos.
Tampoco podemos considerar los cuatro elementos de la obra arquitectónica
explicados por Marco Vitruvio en su tratado De architectura del año 15 a.C. como una
ontología del ente arquitectónico, sino como un listado de elementos o propiedades a
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
103
tener en cuenta en la práctica arquitectónica -orden arquitectónico (relación de cada
parte con su uso), disposición, proporción (concordancia uniforme entre la obra entera y
sus partes) y distribución (el debido y mejor uso posible de los materiales y de los
terrenos, y en procurar el menor coste de la obra conseguido de un modo racional y
ponderado)-.
b. Las primeras aproximaciones ontológicas al concepto.
Se han estudiado los inspiradores ensayos de principios del siglo XX, cuando se
comenzó a contemplar por primera vez los objetos arquitectónicos como objetos que
van a ser experimentados por los sujetos, sacando a la luz la supremacía del espacio.
Hendrik Petrus Berlage.
Son de especial importancia los ensayos del arquitecto neerlandés Hendrik Petrus
Berlage, donde explica que el espacio, como realidad social, es el que constituye el
aspecto fundamental del objeto arquitectónico. Sus ensayos han sido especialmente
considerados en esta investigación, aunque no se pueden contar como soporte racional
por no constituir un conocimiento científico.
Bruno Zevi.
Por otra parte, el ensayo Saper Vedere l’Architettura del arquitecto italiano Bruno Zevi,
publicado en 1948 es por todos conocido por ser el primero de los intentos por señalar
el protagonismo ontológico del espacio, en vez del protagonismo del límite construido.
Este ensayo, que es especialmente considerado, tampoco nos aporta un soporte
científico válido, ya que sus afirmaciones no son científicas. Por ejemplo, cuando Zevi
dice que el espacio es la esencia de la arquitectura, podemos siempre considerar esta
afirmación como inspiradora, pero es científicamente incorrecta, ya que
ontológicamente el espacio no puede ser nunca una esencia, sino en todo caso una parte
del todo “construcción arquitectónica”.
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
104
c. Las primeras definiciones pseudocientíficas del concepto.
Philippe Boudon.
Como intentos de definición de los entes “arquitectura” y “espacio arquitectónico”,
contamos con el trabajo de Philippe Boudon en Sur L’espace architectural (Del espacio
arquitectónico) de 1971. Si bien se aplaude este interés por definir los conceptos, no
utiliza ninguna metodología científica, quedando su trabajo en su ensayo inspirador.
Otras investigaciones: Attilio Marcolli y Kevin Lynch.
Para terminar, se destacan aquí dos investigaciones realizadas por dos arquitectos,
destacando un acercamiento al estudio científico del objeto arquitectónico desde un
punto de vista epistemológico. Si bien las investigaciones son muy interesantes, no
podemos deducir ningún tipo de conocimiento teórico para nuestra investigación, ya
que su objetivo fundamental es el estudio de la epistemología del objeto arquitectónico,
y no de la ontología del objeto arquitectónico, y porque no son del todo científicas.
Primero destacamos el estudio filosófico del arquitecto italiano Attilio Marcolli en
su La Teoria del Campo (La teoría del Campo) de 1971, que si bien no es una
investigación científica, es un intento serio de acercamiento a la epistemología de la
arquitectura. En él, Marcolli trata de introducir el concepto de campo (estudiado por
Kurt Lewin) en la obra arquitectónica, conectándolo con 4 tipos de corrientes
epistemológicas, dando lugar a cuatro concepciones diferentes que llamó Campo
Geométrico-Intuitivo, Campo Ghestáltico, Campo Topológico y Campo
fenomenológico.
Igualmente, debemos señalar el acercamiento epistémico-geográfico de Kevin
Lynch en su The Image of the City (La imagen de la Ciudad) de 1960. Este estudio no
puede llegar a considerarse totalmente científico -ya que el número de casos estudiado
no es suficiente como para comprobar la generalidad de los hechos- pero se destaca
especialmente la consideración social del hecho arquitectónico, consideración que ya
había predicho Berlage.
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
105
CONOCIMIENTO CIENTÍFICO EXISTENTE SOBRE EL DEFINIENS
“ESPACIO VIVENCIAL DE FRONTERA ARTIFICIAL”.
Se trata aquí de interpretar (analizar o estipular) la significación de los símbolos (signos
artificiales) dependiendo de su contexto, esto es, los diferentes designata o sentidos de
los términos (considerados ambiguos) que forman el enunciado hipotético.
Muchos de los conceptos que las definiciones incluyen son conceptos genéricos que
se tratan en muchos otros ámbitos científicos. Nos encontraremos así en la necesidad de
buscar lo que otras ciencias básicas han investigado al respecto de esos conceptos.
Como nos indica Mario Bunge, “la reconstrucción axiomática de toda teoría científica
fundamental sacará a la luz, exactificará y sistematizará ciertos conceptos ontológicos.
De este modo, la línea entre la ontología y la ciencia desaparece”.31 Y lo explica:
Otra área en la cual la ontología y la ciencia se superponen es la relativa
al fundamento axiomático de las teorías científicas. Si se axiomatiza una
teoría científica, es probable que en ella se presente de manera explícita
alguno de los siguientes conceptos: parte, yuxtaposición, propiedad,
posibilidad, composición, función de estado, suceso, proceso, espacio,
tiempo, vida, mente y sociedad. Sin embargo, los axiomas específicos de la
teoría no nos dirán nada acerca de estos conceptos genéricos fundamentales:
la ciencia los toma prestados y los deja en un estado intuitivo o
presistemático. Únicamente la ontología se interesa por analizar y
sistematizar esos conceptos que utilizan numerosas ciencias y, en
consecuencia, ninguna de ellas reclama como propios. Por ejemplo, la física
no pregunta “¿qué es el tiempo?”, ni la biología “¿qué es la vida?”; la
psicología no pregunta “¿qué es lo mental?” ni la sociología “¿qué es la
sociabilidad?”. Es tarea de la ontología –y de la filosofía de los fundamentos
de la ciencia- intentar ofrecer respuestas a esas preguntas y, por lo general,
aclarar todo aquello que la ciencia da por sentado o deja a media luz.
31 Mario Bunge, Ontology I: The furniture of the World (Treatise on Basic Philosophy, vol. III) (Dordrecht: Reidel, 1977), 20. [Ver traducción al castellano por Rafael González del Solar, Ontología I: El moblaje del mundo (Tratado de Filosofía, vol. III) (Barcelona: Gedisa, 2011), 47-48.]
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
106
2. SOBRE EL CONCEPTO TEORÉTICO “ESPACIO VIVENCIAL” (CONCEPTO DE CLASE).
A. CONOCIMIENTO CIENTÍFICO EXISTENTE SOBRE EL CONCEPTO
“ESPACIO”.
Como sabemos, el término ‘espacio’ tiene un alto grado de ambigüedad, ya que designa
muchos conceptos diferentes que pertenecen a sistemas taxonómicos de muy diversa
naturaleza. De hecho, el término ‘espacio’ es capaz de designar conceptos ideales –que
representan una idea sin correlato fáctico-, y conceptos materiales (sistemas concretos)
–que representan una idea con correlato fáctico-.
El término ‘espacio’ designa conceptos formales de clase lógica y matemática, y
conceptos fácticos de clase física, química, biológica, social y técnica. Ha degenerado a
través de los siglos, y hoy es sin duda uno de los términos capaces de designar un mayor
número de conceptos diferentes y de una naturaleza tan diversa.
Dado que el término ‘espacio’ es utilizado en todos los ámbitos de la ciencia
(formal y fáctica), existen muchos designata (o sentidos) del término, que podemos
determinar dependiendo del contexto en el que se encuentran. Nos encontraremos así
diferentes significaciones contextuales en el campo de las ciencias formales (las
matemáticas, la geometría) y en el campo de las ciencias fácticas (la mecánica, la
óptica, la electricidad, la topología, etc.).
En el ámbito de la arquitectura, también utilizamos el término ‘espacio’. Los
arquitectos debemos preguntarnos cuál es exactamente la idea que tiene asignada el
concepto “espacio”, que solemos utilizar de manera quizás demasiado ligera (no
precisa), puesto que los términos ambiguos (los que cuentan con más de un designata o
sentido) crean una gran confusión. De hecho, como se ha conjeturado en la teoría de
esta investigación, el estudio de este concepto es la clave para una ontología del objeto
arquitectónico.
Por otra parte, el concepto “espacio arquitectónico” debería supuestamente reducir
notablemente esta ambigüedad. Por el contrario, existen demasiados sentidos del
término, haciéndonos pensar que la idea que representa el concepto “espacio
arquitectónico” es diferente para cada arquitecto.
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
107
1. CONCEPTOS “ESPACIO” QUE REPRESENTAN LA IDEA ABSTRACTA DE UN
OBJETO IDEAL (O FORMAL).
Introducción a la deducción de consecuencias particulares sobre el concepto “espa-
cio” verificadas en el campo de la filosofía de la ciencia: los dos conceptos “espacio”:
el concepto espacio topos y el concepto espacio spatium.
El concepto aristotélico es el equivalente al término griego topos que representa la idea
de lugar, y el concepto cartesiano es el equivalente al término latino spatium que
representa la idea de distancia.
En la cultura europea hay esencialmente dos conceptos de espacio que se
pueden vincular a nombres de grandes filósofos, pero que también fueron
descritos en matemáticas. Aristóteles ideó el concepto de espacio como
topos (lugar), mientras que Descartes definió el espacio como spatium,
distancia. Matemáticamente, la topología es la ciencia de una diversidad
relacionada con ubicación y el entorno, y la geometría la ciencia de una
diversidad con relaciones métricas. Aristóteles define espacio como topos
como la superficie interna del cuerpo circundante. El espacio en este sentido
es principalmente delimitado, algo en lo que algo se encuentra, el lugar. La
diversidad de lugares forma regiones que limitan mutuamente. El espacio en
el sentido de spatium es la distancia entre cuerpos. Es la distancia que se
puede recorrer, o el volumen que se llena.
Ambos conceptos, topos y spatium, y esto les une, se refieren
principalmente a cuerpos. Los cuerpos delimitan el espacio, el espacio es la
extensión de los cuerpos, su medida. El espacio es donde los cuerpos
encuentran su lugar ya través del cual los cuerpos se mueven. Esta visión
del espacio, y la defino como la geométrica, es en cierto modo la natural
para la arquitectura, ya que tiene que ver con la creación de cuerpos, a saber,
la construcción de edificios.32
32 Gernot Böhme, “Atmosphere as Mindful Physical presence in Space.” (Oase 91 (Building
Atmosphere), 2013), 31. Traducción libre del inglés “In European culture there are essentially two spatial concepts that can be linked to the names of great philosophers, but which were also described in
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
108
Vemos así como el término cartesiano de espacio expresa la idea de la distancia entra un
punto y otro, que podemos medir según un eje de coordenadas, mientras que el
concepto aristotélico expresa la idea de un lugar ocupado por un objeto. En la hipótesis
se ha intuido que la realidad física del objeto arquitectónico puede tener que más que
ver con el término aristotélico de espacio, por lo que, si bien el concepto “espacio
topos” es el que más nos interesa -y se ha contado con especial atención con aquellas
fuentes que se acercan a éste en mayor medida- es necesario también considerar el
concepto espacio (spatium).
Albert Einstein comentó estas dos concepciones de espacio en el famoso prólogo
que escribió en 1953 para el libro Concepts of Space del filósofo de la física Max
Hammer, donde se pregunta sobre el espacio vacío y propone el famoso discurso de la
caja y su contenido. Einstein se pregunta si el ente caja es el contenido que se encuentra
limitado por la caja, o la caja misma que contiene algo:
Por lo que se refiere al concepto de espacio, parece que éste fue
precedido por el concepto psicológicamente más simple de lugar. Lugar es,
en primer lugar, una porción (pequeña) de la superficie terrestre,
identificada con un nombre. La cosa cuyo “lugar” se especifica es “un
objeto material” o un cuerpo. Un análisis simple muestra que “lugar” es
también un grupo de objetos materiales. ¿Tiene la palabra “lugar” un
significado independiente de éste, o es posible asignarle tal significado? Si
se tiene que responder negativamente a esta cuestión, se llega a la idea de
que el espacio (o el lugar) es una especie de orden de los objetos materiales
y nada más. Si el concepto de espacio se forma y se limita de esta manera,
no tiene ningún sentido hablar de espacio vacío. Y, como la formación de
mathematics. Aristotle devised the concept of space as topos (place), while Descartes defined space as spatium, distance. Mathematically, topology is the science of a diversity with relations to location and surroundings, and geometry the science of a diversity with metric relations. Aristotle defines space qua topos as the inner surface of the surrounding body. Space in this sense is mainly delimited, something in which something else is located, the place. The diversity of places forms regions that mutually surround one another. Space in the sense of spatium is the distance between bodies. It is distance that you can walk through, or volume that is filled. Both concepts, topos and spatium, and this links them, primarily refers to bodies. Bodies delimit space, space is the extension of bodies, their measure. Space is where bodies find their place and through which bodies move. This view of space, and I shall summarise it as the geometrical one, is in a sense the natural one for architecture, as it has to do with the creation of bodies, namely the erection of buildings.”
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
109
los conceptos se ha regido siempre por un anhelo instintivo de economía, se
llega bastante naturalmente a rechazar el concepto de espacio vacío.
También es posible, sin embargo, pensar de manera diferente. Podemos
poner en una caja un número definido de granos de arroz, de cerezas o de
algo parecido. Se trata, en este caso de una propiedad del objeto material
“caja”, propiedad que debe considerarse “real” de la misma manera en que
lo es la caja misma. A tal propiedad se la puede llamar el “espacio” de la
caja. Puede haber otras cajas que, este sentido, tengan un “espacio”
igualmente amplio. Este concepto de “espacio”, pues, adquiere un
significado independiente de cualquier relación con un objeto material en
particular. De esta manera, con la extensión natural del “espacio de la caja”,
se puede llegar al concepto de un espacio (absoluto) independiente,
ilimitado, en el que están contenidos todos los objetos materiales. Entonces,
un objeto material que no esté situado en el espacio es simplemente
inconcebible. Por otra parte, en el marco de esta formación del concepto,
resulta enteramente concebible que pueda existir un espacio vacío.
Estos dos conceptos de espacio se puede contrastar como sigue: a) el
espacio como una cualidad posicional del mundo de los objetos materiales,
y, b) como el recipiente de todos los objetos materiales. En el caso a), es
inconcebible el espacio sin ningún objeto material. En el caso b), un objeto
material solo puede ser concebido existiendo en el espacio; así, el espacio se
presenta como una realidad en cierto sentido superior al mundo material.
Ambos conceptos de espacio son creaciones libres producidas por la
imaginación humana, medios inventados para la comprensión de nuestras
experiencias sensibles.
Estas consideraciones esquemáticas conciernen a la naturaleza del
espacio desde los puntos de vista geométricos y cinemático,
respectivamente. En cierto sentido, están conciliadas mutuamente por la
introducción cartesiana del sistema de coordenadas, aunque éste presupone
el concepto lógicamente más atrevido de espacio, o sea el del caso b).33
33 Albert Einstein, “Foreword”, en Max Jammer, Concepts of Space: The History of Theories of
Space in Physics (Cambridge (Mass): Harvard University Press, 1954), XV. [Ver traducción al castellano, “Prólogo”, en Conceptos de espacio (México, D.F.: Grijalbo 1970), XV.]
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
110
a. El concepto geométrico “espacio topos” (lugar).
El conocimiento teórico base parte del concepto aristotélico “espacio topos” se
encuentra expuesto en el libro IV de la Physica de Aristóteles, como fuente primaria.
También es importante contar con todas aquellas fuentes secundarias que han estudiado
el concepto aristotélico, como las investigaciones de Henri Bergson, Martin Heidegger,
Edward S. Casey y Jeff E. Malpas.
Aristóteles intenta descubrir la definición del concepto “lugar”, observando el
hecho del trasladar un cuerpo (véase aire o agua) de un sitio a otro. Para Aristóteles, el
lugar de una cosa es el espacio que ésta cosa ocupa en la totalidad del espacio
(universo).
Para comenzar cita cuatro propiedades del lugar:
1) El lugar es lo que primariamente contiene aquello de lo cual es lugar, y
no es una parte de la cosa mantenida; 2) además, el lugar primario no es ni
menor ni mayor que la cosa contenida; 3) además, un lugar puede ser
abandonado por la cosa contenida y es separable de ella; 4) todo lugar posee
un arriba y un abajo, y por naturaleza cada uno de los cuerpos pertenece o es
llevado a su lugar propio, y esto se cumple hacia arriba o hacia abajo.34
Analizando estas propiedades llega a la conclusión de que el lugar debe ser o forma o
materia o una suerte de extensión entre los extremos, o los extremos. A través de
deducciones llega a la definición de lugar:
El lugar tendrá que ser entonces (…) el límite del cuerpo continente que está
en contacto con el contenido. Entiendo por “cuerpo contenido” aquello que
puede ser movido por desplazamiento.35
El lugar según Aristóteles, esto es, el lugar que ocupa una cosa, definido por el
límite o extremo último. Pero es muy importante darse cuenta de que este concepto
34 Aristotélēs, Physica IV, 211a1-6. [Ver traducción al castellano, introducción y notas de Guillermo
R. de Echandía. Física (Vol. 203 de la Biblioteca Clásica Gredos) (Madrid: Gredos, 1995), 234-235.] 35 Ibíd., 212a5-8. [Ver traducción al castellano, Ibíd., 239.]
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
111
espacio (lugar) no representa la idea de un hecho natural, esto es, el lugar que ocupa una
cosa no es una realidad física:
Así, por estas razones, se ha expuesto que el lugar es algo distinto de los
cuerpos y que todo cuerpo sensible está en un lugar. Y podría parecer que
Hesíodo hablaba con razón (…) como si tuviese que haber un espacio
primordial para las cosas, pues pensaba, con la opinión común, que todas las
cosas tienen que estar en un “donde”, tener un lugar.36
Según esta afirmación deberíamos entender el lugar como una propiedad de una
cosa. El lugar en sí no existiría por sí sólo, sino que sería el dónde de una cosa, la parte
del universo que ocupa esa cosa en un momento determinado. Pero por el contrario,
Aristóteles afirma que, al mover la cosa de la posición que ocupa, el lugar sigue estando
donde está:
El lugar no se destruye cuando perecen las cosas que hay en él.37
Por lo que debemos entender que el lugar existe por sí sólo, aunque sea un hecho de
naturaleza no factual, esto es, inteligible:
El lugar posee ciertamente las tres dimensiones, longitud, anchura y
profundidad, las mismas dimensiones por las que todo cuerpo es
determinado; pero es imposible que el lugar sea un cuerpo, porque entonces
habría dos cuerpos en el mismo lugar.38
Así vemos como el concepto espacio (topos) representa la idea de un lugar, una
región, un territorio, un sitio, un puesto, etc… Esta idea de espacio la podemos
observar en la definición del término griego topos, tal como la encontramos en el
diccionario griego:
36 Aristotélēs. Physica IV, 208b27-34. [Ver traducción al castellano, introducción y notas de
Guillermo R. de Echandía. Física (Vol. 203 de la Biblioteca Clásica Gredos) (Madrid: Gredos, 1995), 223-224.]
37 Ibíd., 209a2. [Ver traducción al castellano, Ibíd.., 224.] 38 Ibíd., 209a5-7. [Ver traducción al castellano, Ibíd., 224.]
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
114
b. El concepto matemático “espacio spatium” (distancia).
El concepto cartesiano “espacio spatium” representa la idea de la distancia que existe
entre un punto y otro. Nos sirve para situar los objetos en el espacio, y para medir
distancias físicas. Este concepto nos sirve como herramienta matemática a emplear en el
proceso de proyecto y obra de la arquitectura, pero no tiene relación con la realidad
fundamental del objeto arquitectónico, que es la cuestión de esta investigación.
A partir de ahora nos referiremos siempre al concepto “espacio topos” al utilizar el
concepto “espacio” en esta investigación.
2. CONCEPTOS “ESPACIO” TOPOS QUE REPRESENTAN LA IDEA ABSRTACTA
DE UN OBJETO FÁCTICO (O HECHO) DEL TIPO COSA CONCRETA (O SISTE-
MA CONCRETO).
a. El concepto “espacio natural”.
Introducción a la deducción de consecuencias particulares sobre el hecho “espacio
natural” verificadas en el campo de las ciencias naturales.
A continuación se exponen aquellas investigaciones realizadas en el ámbito de las
ciencias básicas factuales naturales, que estudian exclusivamente la realidad física
(véase natural) del espacio, esto es, sin contemplar el libre albedrío de las personas. El
espacio como hecho natural (esto es, no humano o social) es así un objeto que no
incluye ni a las personas que lo habitan ni las actividades del ser humano que se
producen en él. Como veremos, esta realidad exclusivamente natural no responde,
obviamente, a la totalidad de la realidad compleja del espacio arquitectónico, sino
solamente a la realidad material de sus propiedades físicas como la dimensión, el peso,
el volumen, etc., de la realidad natural del objeto arquitectónico.
Dado que el término ‘espacio’ es utilizado en todos los ámbitos de la ciencia
natural, existen muchos designata (o sentidos) del término, dependiendo de su contexto.
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
115
Nos encontraremos así significaciones contextuales en los campos de mecánica, la
óptica, la electricidad, etc… Las ciencias naturales se distinguen en cinco ramas: física,
química, biología, geología y astronomía. Así, podemos formar los conceptos “espacio
físico”, “espacio químico”, “espacio biológico”, “espacio geológico” y “espacio
astronómico”. Vamos a contemplar aquellos conceptos que tengan alguna relación con
el objeto arquitectónico.
a.1. El concepto “espacio físico”: deducción de consecuencias particulares sobre el
hecho “espacio natural”, verificadas en el campo de la física.
Ya que nuestro propósito es estudiar la totalidad de las realidades del espacio
arquitectónico, debemos comenzar por estudiar su realidad física, que es la primera de
sus realidades -o su realidad básica- en el proceso de la comprensión epistemológica del
objeto. Así, se ha contado en esta investigación con las investigaciones filosóficas de los
científicos físicos sobre el concepto “espacio físico” en general, destacando los trabajos
de Aristóteles, Albert Einstein, Max Jammer, Gaston Bachelard, Bernard J. F.
Lonergan, David Bohm, Ervin Laszlo, Vlatko Vedral y Gernot Böhme.
El tejido “espacio-tiempo” y el espacio como campo de Albert Einstein.
Hoy, gracias a Albert Einstein, podemos concebir el espacio físico como un campo
plagado de fuerzas, tensiones y componentes sociales. Einstein, partiendo de la
concepción del concepto espacio (topos) y de la visión de Newton, se planteó la idea de
considerar el espacio como un “sistema inercial y absoluto”, un ente en cierta manera
independiente de los objetos y el mundo material, como una unidad absoluta o inercial
que ubica los objetos en él:
El concepto de espacio fue enriquecido y complicado por Galileo y por
Newton, en el sentido de que el espacio debe ser introducido como la causa
independiente del comportamiento inercial de los cuerpos, si se quiere dar al
principio clásico de la inercia (y, por lo tanto, a la ley clásica del
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
116
movimiento) un significado exacto. El haber comprendido de manera
completa y clara esto, es, en mi opinión, uno de los mayores logros de
Newton. Al contrario de lo que sucedía con Leibniz y con Huygens, para
Newton era claro que el concepto a) de espacio no era suficiente para servir
como fundamento del principio de la inercia y de la ley del movimiento.
Newton llegó a este resultado a pesar de que compartía activamente la
incomodidad que causó la oposición de los otros dos científicos; el espacio
no solo es introducido como algo independiente de los objetos materiales,
sino que también se le atribuye un papel absoluto en toda la estructura
causal de la teoría. Este papel es absoluto en el sentido de que el espacio
(como sistema inercial) actúa sobre todos los objetos materiales mientras
que éstos, por su parte, no ejercen ninguna reacción sobre el espacio.
[…] El espacio del tipo b) fue aceptado generalmente por los
científicos, en la forma precisa del sistema inercial, abarcando igualmente al
tiempo. Actualmente podría decirse sobre esa memorable discusión, que la
decisión de Newton, en el estado que la ciencia guardaba en su tiempo, fue
la única fructífera. Pero el desarrollo subsecuente de los problemas,
siguiendo un curso indirecto que nadie pudo haber previsto, ha demostrado
que la resistencia de Leibniz y Huygens, bien fundamentada intuitivamente,
aunque apoyada por argumentos inadecuados, estaba realmente justificada.
Fue necesaria una dura lucha para llegar al concepto del espacio
independiente y absoluto, indispensable para el desarrollo de la teoría. Fue
preciso también un vigoroso esfuerzo para vencer más tarde a este concepto;
proceso que posiblemente todavía no termina.
Esta concepción de espacio como contenedor desembocó en la concepción del espacio
como un campo, y no como un objeto material. El espacio no será ya de tres
dimensiones sino de cuatro, y será representado por tensores expresando los cuatro
parámetros espacio-temporales. Campo es así el espacio físico en el que existen
acciones de fuerzas o tensiones, que se pueden expresar gráficamente como vectores.40
40 Albert Einstein, “Foreword”, en Max Jammer, Concepts of Space: The History of Theories of
Space in Physics (Cambridge (Mass): Harvard University Press, 1954), XVI. [Ver traducción al castellano, “Prólogo”, en Conceptos de espacio (México, D.F.: Grijalbo 1970), XVI.]
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
117
El espacio según Bernard J. F. Lonergan.
En su libro Insight: estudio sobre la comprensión humana, Lonergan define el espacio
como una experiencia en el tiempo. Así vemos cómo se entiende el espacio como un
hecho a experimentar, y no sólo como un hecho natural. Y por otra parte, se incluye el
concepto de tiempo.
El espacio como información: “espacio In-formado” de Ervin Laszlo y el “espacio
cuántico” de Vlatko Vedral.
Es sin duda un nuevo campo de investigación, que explica el cosmos de una manera
diferente. Basado en la física cuántica, podemos también explicar la realidad del espacio
entendiéndolo como información.
El concepto “atmósfera” del filósofo alemán Gernot Böhme.
El filósofo alemán Gernot Böhme ha abierto un interesante campo de investigación, -
seguido también por el filósofo italiano Tonino Griffero- con la introducción del
concepto “atmósfera”. Los arquitectos Juhanni Pallasmaa y Peter Zumthor han
incorporado este concepto al ámbito de la arquitectura, creando un nuevo campo de
investigación.
El concepto “espacio arquitectónico”.
La idea que representa el concepto “espacio” en el ámbito de la arquitectura es
denominado “espacio arquitectónico” y se refiere a una realidad natural. El concepto
“espacio arquitectónico” como lo entendemos hoy comenzó a tratarse a finales del siglo
XIX por Hendrick Petrus Berlage, Adolf Loos y Alois Riegl, y sirvió de base para el
desarrollo de un cuerpo teórico a lo largo del siglo XX por arquitectos como Frank
Lloyd Wright, Walter Wropius, Mies van de Rohe, Bruno Zevi, Sigfried Giedion,
Cornelis van de Ven, Philippe Boudon, etc... Estos ensayos sacaron a la luz la primacía
del espacio frente al cerramiento construido.
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
118
Al igual que hemos explicado al hablar del “objeto arquitectónico”, contamos con
interesantes ensayos al respecto, pero no contamos con investigaciones científicas. Así,
el conocimiento extra-científico sobre el “espacio arquitectónico” nos sirve de
inspiración y ayuda, pero no nos permite deducir consecuencias particulares para esta
investigación.
b. El concepto “espacio humano” (o social).
Introducción a la deducción de consecuencias particulares sobre el hecho “espacio
humano (o social)”, verificadas en el campo de las ciencias humanas (o sociales).
A continuación se exponen aquellas investigaciones realizadas en el ámbito de las
ciencias básicas factuales sociales o humanas, que no estudian exclusivamente la
realidad física del espacio, sino la experiencia del ser humano en el espacio. A la hora
de considerar la experiencia humana en el espacio, debemos en todo caso considerar el
concepto aristotélico “espacio topos” que como hemos explicado representa la idea de
lugar, incluyendo al ser humano y todos los objetos que se encuentren dentro de él. El
espacio como hecho humano o social es así el lugar donde ocurre la actividad humana
de experimentar o vivir el espacio.
Las ciencias humanas (o sociales) se distinguen en varias ramas: psicología,
sociología, economía, ciencias políticas, historia material e historia de las ideas. Así,
podemos formar los conceptos “espacio psicológico”, “espacio social”, “espacio
económico”, etc…
Según la definición aristotélica del concepto “espacio topos”, éste representa la idea
del lugar que ocupa una cosa. En este caso estudiamos el lugar que ocupa, o lugar en el
que se da, una experiencia humana. Así, nos damos cuenta de que se ha estudiado la
estancia del ser humano en un lugar, en ámbitos científicos como la geografía humana,
la psicología y la sociología.
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
119
b.1. El concepto “espacio social”: deducción de consecuencias particulares sobre el
hecho “espacio humano (o social)”, verificadas en el campo de la Sociología.
El “espacio social” de Henri Lefebvre.
El filósofo francés Henri Lefebvre en su obra La production de l’espace (La producción
del espacio) de 1974, nos ofrece una visión del espacio de la ciudad desde un punto de
vista social, y todos los aspectos de las ciencias sociales. Entendemos así el espacio
como espacio político, espacio de encuentro y espacio de relación entre las personas.
b.2. El concepto “espacio psicológico”: deducción de consecuencias particulares
sobre el hecho “espacio humano (o social)”, verificadas en el campo de la
Psicología.
El “espacio topológico” de Kurt Lewin.
El filósofo y psicólogo alemán Kurt Lewin escribió su Principles of topological
psychology en 1936, donde nos ofrece una visión psicológica del espacio en el que
vivimos, el espacio de la ciudad y el espacio arquitectónico. En un detallado trabajo,
establece las partes y elementos de los espacios, así como la interacción del ser humano
con esos elementos.
Este trabajo será posteriormente estudiado por el arquitecto italiano Attilio
Marcolli, principal inspiración para su Teoria del campo: Corso di educazione alla
visione (Teoria del campo: Curso de educación visual) de 1971.
Esta relación entre la consciencia del ser humano y el espacio en el que vive tiene
una importante repercusión en la manera de concebir la actividad de experimentar el
espacio en esta investigación.
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
120
3. CONCEPTOS “ESPACIO” TOPOS QUE REPRESENTAN LA IDEA DE UNA COM-
BINACIÓN DE OBJETOS CONCRETOS.
a. El concepto “espacio geográfico”: deducción de consecuencias particulares sobre
el concepto “espacio topos”, verificadas en el campo de la Geografía.
Los conceptos “lugar”, “región”, “sistema espacial” y “espacio geográfico”.
Introducción: La relación entre la Geografía y la Arquitectura.
La ciencia de la geografía es una ciencia básica, por lo que en un principio no se estima
la relación con la ciencia aplicada de la arquitectura. En cambio, si se demuestra que el
objeto de ciencia de la geografía tiene algo que ver con el objeto de la ciencia aplicada
de la arquitectura, significaría que los arquitectos podríamos utilizar directamente una
gran parte del conocimiento científico de la geografía.
Esta relación entre el objeto arquitectónico y el objeto geográfico es la que la teoría
planteada en esta investigación quiere sacar a la luz.
El concepto “espacio” topos = lugar, contemplado en Geografía.
Dado que la hipótesis que se pretende validar incluye el concepto “espacio vivencial”,
que responde a la idea que representa el concepto “espacio topos” = lugar, debemos
encontrar aquellas investigaciones que han estudiado el lugar en todos los ámbitos de la
geografía.
El geógrafo francés Paul Vidal de la Blache entendía que la Geografía es la ciencia
que estudia los lugares. Esta afirmación conecta el concepto “lugar” con la
investigación científica, por lo que se presume constituirá un soporte racional muy
importante para esta investigación.
Podemos distinguir ahora dos tipos de “espacios geográficos” o “sistemas concretos
geográficos”:
(1) el espacio geográfico natural
(2) el espacio geográfico humano.
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
121
El concepto “espacio geográfico” o “hecho geográfico” o “región”.
Según las definiciones de geografía humana de La Blache y Le Lannou, vemos que el
concepto geográfico de “espacio” coincide exactamente con el concepto aristotélico de
espacio (topos). La Blache definía el lugar como una porción de espacio habitado.
Dado que entendemos que el concepto espacio topos es -por definición- un hecho
geográfico, se ha considerado la necesidad de adentrarse en esta ciencia social, con la
intención de descubrir la definición de la ciencia, su objeto y su método, así como sus
ramas.
El concepto “espacio vital”.
Espacio vital (“Lebensraum”) literalmente “espacio vivo” o “el área en el
que se desarrollan los organismos vivos.41
La poética del espacio de Gaston Bachelard.
En su libro La poétique de l’espace de 1957, el filósofo francés nos regala una
interesante aproximación al espacio doméstico –la casa, la choza, el nido, la concha, la
dialéctica de lo dentro y de lo afuera- sacando a la luz la imagen poética que tenemos
del mismo.
41 Gregory, Derek, Ron Johnston, Geraldine Pratt, Michael Watts y Sarah Whatmore (eds). The
Dictionary of Human Geography (Chichester: Wiley-Blackwell, 1981; 5ª ed, 2009), 416. [Traducción al castellano por Rosa Mecha López, Geografía Humana (Tres Cantos: Akal, 2000), 200.]
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
122
B. CONOCIMIENTO CIENTÍFICO EXISTENTE SOBRE EL CONCEPTO
“VIVENCIAL”.
El adjetivo vivencial es el hecho de vivir o experimentar o vivir algo durante un
determinado periodo de tiempo.
Veamos la definición del término:
vivencial.42
1. adj. Perteneciente o relativo a la vivencia.
Siendo:
vivencia.43
(De vivir, formada por el filósofo José Ortega y Gasset para traducir el al. Erlebnis).
1. f. Hecho de experimentar algo, y su contenido.
2. f. Hecho de vivir o estar vivo. Certificado de vivencia.
42 Diccionario de la lengua española, (Real academia Española), 22ª edición. 43 Ibíd.
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
123
C. CONOCIMIENTO CIENTÍFICO EXISTENTE SOBRE EL CONCEPTO
TEORÉTICO “ESPACIO VIVENCIAL”.
a. El concepto “espacio vivencial”: deducción de consecuencias particulares sobre
el hecho “espacio” verificadas en el campo de la Filosofía.
El “espacio vivencial” (o experimentado) de Otto Bollnow.
El filósofo alemán Otto Bollnow escribió su Mensch und Raum (Hombre y espacio) en
1963. La importancia de este trabajo es la incursión del sujeto dentro del propio espacio
que experimenta el propio sujeto. Esta novedad viene de la correlación de la ontología
fenomenológica de Martin Heidegger, en la que nos aporta la cuestión del sujeto que se
cuestiona sobre sí mismo.
Comprender el sujeto que experimenta el espacio como un elemento más de la
composición del propio espacio es una importante aportación a la comprensión del
espacio arquitectónico, que esta investigación pretende sacar a la luz.
b. Conceptos relacionados con el concepto “espacio vivencial”.
Como nos explica Bollnow, el concepto “espacio vivencial” viene del concepto
“Erlebter Raum” (“espacio vivido”), que fue expresado en un artículo del mismo nombre
en 1960.
Por otra parte, el concepto “espacio existencial” está estrechamente relacionado con
el concepto “espacio vivencial”. Otto Bollnow se nutre del concepto de espacio y
espacialidad del filósofo alemán Martin Heidegger y de la corriente fenomenológica del
siglo XX. Este concepto es el que fue más tarde utilizado por el arquitecto Christian
Norberg-Schulz.
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
124
3. SOBRE EL CONCEPTO TEORÉTICO “DE FRONTERA ARTIFI-
CIAL”.
A. CONOCIMIENTO CIENTÍFICO EXISTENTE SOBRE EL CONCEPTO
“FRONTERA” DE UN ESPACIO.
1. CONCEPTOS “EXTREMO” (OBJETO IDEAL) QUE REPRESENTAN LA IDEA
DEL LÍMITE DE LOS OBJETOS IDEALES “ESPACIO”.
a. El concepto “extremo geométrico” del espacio topos (lugar).
El concepto “extremo” es utilizado por Aristóteles al hablar de la materia del lugar,
como hemos visto en la definición de lugar que se encuentra en su Physica IV. El objeto
ideal que es límite del espacio topos ideal, es su límite, su confín, que no tiene una
realidad natural, sino sólo en nuestro pensamiento. Este extremo es, como explica
Aristóteles, el contorno de una figura geométrica.
b. El concepto “extremo matemático” del espacio spatium (distancia).
El concepto “extremo” de un espacio spatium es el punto de inicio y el punto final de
una recta. La recta es un objeto ideal, al igual que lo son sus extremos.
2. CONCEPTOS “FRONTERA CONCRETA” (OBJETO CONCRETO), QUE REPRE-
SENTAN LA IDEA DEL LÍMITE DE LOS SISTEMAS CONCRETOS “ESPACIO
NATURAL” Y “ESPACIO HUMANO (O SOCIAL)”.
El concepto frontera de un espacio natural o social (humano) se refiere a un límite
concreto (no ideal). Los espacios fácticos (naturales y humanos) tienen un límite de su
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
125
misma naturaleza, que llamamos envolvente, límite, corteza, membrana, frontera, etc.,
dependiendo de la naturaleza del objeto en cuestión.
3. CONCEPTOS “FRONTERA GEOGRÁFICA” (COMBINACIÓN DE OBJETOS
CONCRETOS), QUE REPRESENTA LA IDEA DEL LÍMITE DEL “ESPACIO
GEOGRÁFICO”.
El concepto “frontera”.
El concepto “frontera” es el utilizado en geografía humana, y también el concepto que
se utiliza al estudiar un ente como un sistema.
Según la Teoría General de Sistemas, se llama frontera al límite o extremo de un
sistema, independientemente de que el sistema sea un ente ideal, fáctico natural o
fáctico humano:
Definiremos la frontera de un sistema como la colección de los
componentes del sistema que están directamente enlazados con los
elementos de su entorno. (Dos elementos están directamente enlazados si
están enlazados sin nada que se interponga entre los dos.) Nótese la
diferencia que existe entre frontera y figura. Todo lo que tiene forma
también tiene frontera, pero la inversa es falsa. En efecto, hay cosas sin
forma que tienen fronteras, como los átomos livianos y las empresas
comerciales. La frontera de un átomo es la colección de sus electrones
externos, y el de una empresa comercial está constituido por sus vendedores,
sus compradores, los publicistas, los abogados, y los agentes de relaciones
públicas.44
44 Mario Bunge, Dictionary of Philosophy (Amherst (NY): Prometheus Books, 1998; ver edición
ampliada, The Philosophical Dictionary, 2003), 282. [Ver traducción al castellano por María Dolores González Rodríguez, Diccionario de filosofía. (Méjico D. F.: Siglo XXI, 2001), 196.]
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
126
El concepto frontera es utilizado comúnmente en geografía humana. Por ejemplo, en
geografía política:
Frontera: Zona de anchura variable que se refiera a la división política entre
dos países o la división entre las partes habitadas y deshabitadas de un
país.45
Este concepto “frontera”, empleado en la Geografía humana, será el término que
utilizaremos en el modelo teórico de esta investigación.
El concepto “borde”.
El concepto “borde” o “borde espacial” es utilizado en geografía, representando la idea
de una línea (ente ideal), que no tiene realidad física, y que no es propia de un espacio,
sino de los dos espacios que ésta línea divide virtualmente. Si los espacios que divide
son hechos naturales, su borde es un “borde espacial natural”, y si los espacios que
divide son hechos humanos o sociales, su borde es un “borde espacial humano”.
Veamos la definición de “borde” en geografía humana:
Borde. Línea divisoria entre una unidad o grupo espacial y otro. Los bordes
espaciales humanos se definen por las actividades sociales y el rango desde
lo preciso a lo impreciso, dependiendo de la naturaleza de la actividad social
en cuestión. Por ejemplo, los límites políticos trazados para delimitar el
territorio de un Estado marcan los límites precisos de la soberanía del
Estado. Los límites de las jurisdicciones dentro de un estado sirven para
demarcar áreas de responsabilidad legal para la provisión de servicios
públicos y el cobro de impuestos.46
45 Derek Gregory, Ron Johnston, Geraldine Pratt, Michael Watts y Sarah Whatmore (eds), The
Dictionary of Human Geography (Chichester: Wiley-Blackwell, 1981; 5ª ed, 2009), 52-53. [Traducción al castellano por Rosa Mecha López, Geografía Humana (Tres Cantos: Akal, 2000), 230-231.]
46 Ibíd., 55. [Traducción al castellano Ibíd., 51.]
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
127
El concepto “confín”.
Confín
(Del lat. confīnis).
1. adj. confinante.
2. m. Término o raya que divide las poblaciones, provincias, territorios, etc.,
y señala los límites de cada uno.
3. m. Último término a que alcanza la vista.47
47 Diccionario de la lengua española, (Real academia Española), 22ª edición.
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
128
B. CONOCIMIENTO CIENTÍFICO EXISTENTE SOBRE EL CONCEPTO
“ARTIFICIAL”.
Veamos ahora la idea que representa el concepto “artificial”, frente a la idea del
concepto “natural:
Artificial = obra del hombre; natural = no artificial. Ejemplos obvios: los
ordenadores y las estrellas, respectivamente. Los subjetivistas, en particular
los constructivistas, rechazan tácitamente esta dicotomía: niegan la
existencia de una naturaleza autónoma. Pero ni siquiera intentan explicar
por qué, si es así, las ciencias naturales no contienen ninguna de las
nociones típicas de las ciencias sociales o de la tecnología, como las de
estrategia y mecanización. Lo que sí es cierto, en cambio, es que todos los
rasgos y actividades típicamente humanos son al menos parcialmente
artificiales, ya que se inventan o se aprenden. Ejemplos: la ideación, el
lenguaje, el diseño de herramientas, el cálculo, el amor romántico, las
normas morales y las convenciones sociales. De este modo, la naturaleza
humana es en gran parte artificial. Por consiguiente, respecto a los humanos
los conceptos de estado de naturaleza (previo a la sociedad) y la ley natural
tan sólo son fantasías filosóficas. Y “la deducción natural” es un nombre
inapropiado, pues la lógica es tan antinatural que no existía hace veinticinco
siglos.48
C. CONOCIMIENTO CIENTÍFICO EXISTENTE SOBRE EL CONCEPTO
TEORÉTICO “FRONTERA ARTIFICIAL”.
El concepto “frontera artificial” se ha formado en la teoría de esta investigación, y no se
encuentra conocimiento científico sobre el mismo en el campo de la arquitectura.
48 Mario Bunge, Dictionary of Philosophy (Amherst (NY): Prometheus Books, 1998; ver edición ampliada, The Philosophical Dictionary, 2003), 23. [Ver traducción al castellano por María Dolores González Rodríguez, Diccionario de filosofía. (Méjico D. F.: Siglo XXI, 2001), 12.]
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
129
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
130
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
131
3.2. BÚSQUEDA DE SOPORTES RACIONALES EN INVESTIGACIONES
SIMILARES
CONOCIMIENTO TEÓRICO EXISTENTE SOBRE LOS CONCEP-
TOS IMPLICADOS EN LA FORMACIÓN DE UNA DEFINICIÓN
CIENTÍFICA
Se trata aquí de estudiar con rigor el conocimiento científico existente respecto al
problema de la formación de una definición científica en general que encontramos en la
ciencia de la Lógica. Para ello buscaremos también el conocimiento necesario para el
tratamiento de los conceptos, y también sobre el estudio de categorías que encontramos
en el campo de la Sistemática de conceptos.
Por otra parte, por ser el concepto “espacio (región) arquitectónico” un concepto de
tipo ontológico, buscaremos aquél conocimiento teórico necesario para el tratamiento de
los objetos científicos en general, así como los conceptos básicos de la investigación
ontológica en general.
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
132
A. CONOCIMIENTO CIENTÍFICO SOBRE EL TRATAMIENTO DE LOS
OBJETOS CIENTÍFICOS, VERIFICADO EN EL CAMPO DE LA
ONTOLOGÍA CIENTÍFICA.
1. SOBRE LA INVESTIGACIÓN ONTOLÓGICA EN GENERAL.
Introducción a la deducción de consecuencias particulares sobre la investigación on-
tológica de un ente, verificadas en el campo de la Ontología.
Si bien no contamos con ninguna ontología científica del ente arquitectónico, contamos
con estudios similares, esto es, investigaciones ontológicas sobre otros entes efectuados
en el pasado por filósofos metafísicos, que nos valen como estructura y método a seguir
en nuestra investigación.
Vamos a comenzar observando la idea que representa la investigación ontológica,
según los principales filósofos de la historia:
(i) La metafísica es un discurso (en griego antiguo o en alemán
moderno) sobre el Ser, la Nada y el Dasein –la existencia humana-
(Heidegger, 1953).
(ii) La metafísica es una colección de creencias instintivas –por
oposición a intelectuales- (Bergson, 1903).
(iii) La metafísica es la justificación de las creencias instintivas: “la
búsqueda de razones –buenas, malas o diferentes- para lo que creemos por
instinto” (Strawson, 1959).
(iv) La metafísica es “la ciencia de las pseudoposiciones absolutas”
(Collingwood, 1940).
(v) La metafísica se ocupa de todo lo pensable, ya sea que exista
realmente o no, sea razonable o absurdo: trata de “la totalidad de los objetos
de conocimiento” (Meinong, 1904).
(vi) La metafísica es el estudio de los objetos que no son ni físicos ni
conceptuales; vale decir, de los seres espirituales y, en primer lugar, de Dios
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
133
y su corte celestial. Esta opinión es bastante popular y fue expresada en
ocasiones por el propio Tomás de Aquino (1259, Libro I, Capítulo IV).
(vii) La metafísica es la ciencia del ser en cuanto tal: a diferencia de las
ciencias especiales, cada una de las cuales investiga una clase de ser, la
metafísica investiga “todas las especies del ser en cuanto ser” y “los
atributos que le pertenecen en cuanto ser” (Aristóteles, Metafísica, Libro IV,
Capítulos 1 y 2). Esto es lo que, en la actualidad, llamaríamos ontología
general, por contraste con las diversas ontologías especiales o regionales
(de lo biológico, lo social, etc.).
(viii) La metafísica es el estudio del cambio: de los sucesos y de los
procesos, ya que esto es lo que las cosas son (Whitehead, 1929).
(ix) La metafísica se ocupa de todos los mundos posibles: se trata de
una interpretación ontológica de la lógica. Un sistema metafísico es un
conjunto de enunciados que satisface dos requisitos: (a) “El horizonte
[conjunto de referentes] de un enunciado metafísico significativo debe
exceder de manera inequívoca el horizonte de un enunciado físico” y (b)
“Un enunciado metafísico no debe ir a la zaga de un enunciado físico en lo
que se refiere a exactitud y estabilidad [Standfestigkeit]” (Scholz, 1941).
(x) La metafísica es la cosmología general o ciencia general: es la
ciencia que se ocupa de toda la realidad, que no es lo mismo que la realidad
como totalidad o todo. “Su tema es el estudio de las características más
generales de la realidad y de los objetos reales” (Peirce, 1892-1893). “Se
ocupa de todas las preguntas de carácter general y fundamental respecto de
la naturaleza de lo real” (Montagu, 1925; véase también Woodger, 1929;
Williams, 1937; y Quinton, 1973). En otras palabras, la metafísica estudia
los rasgos genéricos (no específicos) de todos los modos de ser y el devenir,
así como de las características peculiares de los principales géneros de
existentes. Ésta es la tarea que Hegel (1812-16) asignó a la “lógica objetiva”
y que Engels (1878) atribuyó a lo que luego fue conocido como
materialismo dialéctico.49
49 Mario Bunge, Ontology I: The furniture of the World (Treatise on Basic Philosophy, vol. III)
(Dordrecht: Reidel, 1977), 4-5. [Ver traducción al castellano por Rafael González del Solar, Ontología I: El moblaje del mundo (Tratado de Filosofía, vol. III) (Barcelona: Gedisa, 2011), 29-30.]
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
134
2. SOBRE LOS CONCEPTOS BÁSICOS DE LA ONTOLOGÍA SISTÉMICA.
a. Introducción a la deducción de consecuencias particulares sobre la investigación
ontológica de un ente, verificadas en el campo de la Ontología sistemista: el en-
foque sistémico.
El enfoque sistémico (o paradigma de pensamiento sistémico) de la investigación
científica.
Se pretende aquí señalar la adopción del paradigma sistémico de pensamiento –en vez
del atomista y el holístico- como la única visión científica de las totalidades.
El enfoque que participa del principio según el cual todo es un sistema o
bien un componente de éste, por lo que debe estudiarse y tratarse de acuerdo
con esto. Este enfoque se opone al enfoque atomista, al parcial y al holístico
(no analítico).50
El filósofo Mario Bunge defiende el enfoque sistémico a la hora de realizar una
investigación, y expone los principios que se presentan en la investigación científica:
M1 Existe un mundo externo al sujeto cognoscitivo. Si no lo hubiera, no
se lo podría someter a la investigación científica.
M2 El mundo está compuesto por cosas. En consecuencia, las ciencias
de la realidad (natural o social) estudian las cosas, sus propiedades y sus
cambios.
M3 Las formas son propiedades de las cosas. […] Por ello (a)
estudiamos y modificamos las propiedades mediante el examen de las cosas,
así como obligándolas a cambiar, y (b) representamos las propiedades por
medio de predicados (por ejemplo, de funciones) definidas para dominios
que son, por lo menos en parte, conjuntos de objetos concretos.
50 Mario Bunge, Dictionary of Philosophy (Amherst (NY): Prometheus Books, 1998; ver edición
ampliada, The Philosophical Dictionary, 2003), 285. [Ver traducción al castellano por María Dolores González Rodríguez, Diccionario de filosofía. (Méjico D. F.: Siglo XXI, 2001), 60.]
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
135
M4 Las cosas se agrupan en sistemas o agregados de componentes que
interaccionan. No existe ninguna cosa que no sea parte de al menos un
sistema. No hay cosas independientes […] Lo que realmente hay es
sistemas: físicos, químicos, vivientes o sociales.
M5 Todo sistema, con excepción del universo, interacciona con otros
sistemas en ciertos aspectos y está aislado de los demás sistemas en otros
aspectos. Una cosa completamente aislada resultaría incognoscible.
M6 Todo cambia. Hasta los llamados componentes últimos de la
materia acaban cambiando en el curso de sus interacciones con las otras
cosas. Incluso las partículas supuestamente estables pueden ser absorbidas
por otros sistemas o pueden fusionarse con sus respectivas antipartículas
para formar fotones que, a su vez, pueden ser absorbidos.
M7 Nada surge de la nada y ninguna cosa queda reducida a la nada. Si
no fuera así, no nos esforzaríamos por descubrir ni el origen de las cosas
nuevas ni los rastros que dejan las cosas que han sido destruidas.
M8 Todas las cosas se rigen por leyes. Ya sean naturales o sociales, las
leyes son relacionales invariantes entre las propiedades y son tan objetivas
como las propiedades.
M9 Existen varios tipos de leyes (pluralismo nomológico). Hay leyes
causales (o predominantemente causales) y estocásticas, así como leyes que
presentan estos dos e incluso otros modos de devenir. Hay leyes intranivel
(por ejemplo, biológicas) e internivel (por ejemplo, psicosociales).
M10 Hay diversos niveles de organización: físico, químico, biológico,
social, tecnológico, etc…51
La sistémica (o Teoría General de Sistemas TGS).
Como nos resume Bunge:
A la disciplina que intenta desarrollar este enfoque unificado se le llama con
frecuencia ‘teoría general de sistemas’. […] Paradójicamente, no se trata de
51 Mario Bunge, Ontology I: The furniture of the World (Treatise on Basic Philosophy, vol. III) (Dordrecht: Reidel, 1977), 16-17. [Ver traducción al castellano por Rafael González del Solar, Ontología I: El moblaje del mundo (Tratado de Filosofía, vol. III) (Barcelona: Gedisa, 2011), 43-44.]
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
136
una única teoría, sino de todo un conjunto de teorías –las teorías autómatas,
la teoría de sistemas lineales, la teoría de control, la teoría de redes y la
dinámica general lagrangiana, entre otras- unificadas por un marco
filosófico. Llamaremos sistémica a este conjunto de teorías que se ocupan
centralmente de las características estructurales de los sistemas y que, en
consecuencia, pueden atravesar las barreras, en gran medida artificiales,
erigidas entre disciplinas.52
b. Deducción de consecuencias particulares sobre el concepto “sistema” verificadas
en el campo de la Ontología sistemista.
Ludwig von Bertalanffy, padre del sistemismo, afirma:
Cabe definir un sistema como un conjunto de elementos que se relacionan
entre ellos y con el medio. Esta definición, a su vez, puede ser expresada
matemáticamente de diferentes maneras, y hay, por otra parte, varios
procedimientos típicos de descripción sistémica. 53
Según Bunge, un sistema es:
Un conjunto complejo cuyas partes o componentes se relacionan con al
menos algún otro componente. Ejemplos; un átomo es un sistema físico
compuesto de protones, neutrones y electrones; una célula es un sistema
biológico compuesto de subsistemas, como los orgánulos, que a su vez están
compuestos de moléculas; una empresa comercial es un sistema social
compuesto de administradores, empleados y artefactos; los enteros forman
un sistema reunidos por la suma y la multiplicación; y un lenguaje es un
52 Mario Bunge, Ontology II: A World of Systems (Treatise on Basic Philosophy, vol. IV) (Dordrecht: Reidel, 1979), 1. [Ver traducción al castellano por Rafael González del Solar, Ontología II: Un mundo de sistemas (Tratado de Filosofía, vol. IV) (Barcelona: Gedisa, 2012), 25-26.]
53 Ludwig von Bertalanffy, Perspectives on General Systems Theory: Scientific-Philosophical Studies (Nueva York: George Braziller, 1975), 159. [Ver traducción al castellano por Antonio Santisteban, Perspectivas en la Teoría General de Sistemas: Estudios científicos-filosóficos (Madrid: Alianza, 1979; 4ª edición, 1992), 146.]
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
137
sistema de signos que se mantienen unidos por la concatenación y el
significado. A continuación distinguiremos los tipos de sistemas básicos; los
concretos y los conceptuales, ejemplificados por un organismo y una teoría
respectivamente. A su vez los sistemas concretos son naturales, sociales o
artificiales (construidos por el hombre).54
Pueden distinguirse los siguientes tipos básicos de sistemas:
1. Conceptual, como los sistemas hipotético-deductivos y los códigos
legales.
2. Material
2.1. Natural, como los átomos, el sistema solar, los sistemas nerviosos y
los organismos.
2.2. Social, como las escuelas, las empresas comerciales, las
congregaciones religiosas y las redes sociales informales.
2.3. Técnico, como las máquinas, la red de carreteras y las cadenas de
televisión.
2.4. Semiótico, como los lenguajes, las partituras musicales y los diseños
técnicos, junto con sus usuarios.
[…] Un sistema conceptual está compuesto por conceptos. Un sistema
natural es aquel cuyos componentes, así como los vínculos entre ellos,
pertenecen a la naturaleza –esto es, no son obra del hombre-. Un sistema
social es aquel cuyos componentes son animales de la misma especie y otros
son artefactos (inanimados como las herramientas y vivientes como los
animales domésticos). Un sistema técnico está constituido y operado por
personas que colaboran con su conocimiento técnico. Un sistema semiótico
es el compuesto por las personas que emplean signos artificiales como las
palabras y las cifras. Y un sistema artificial es el que contiene cosas
creadas.55
54 Mario Bunge, Dictionary of Philosophy (Amherst (NY): Prometheus Books, 1998; ver edición
ampliada, The Philosophical Dictionary, 2003), 282. [Ver traducción al castellano por María Dolores González Rodríguez, Diccionario de filosofía. (Méjico D. F.: Siglo XXI, 2001), 196.]
55 Ibíd., 283-284. [Ver traducción al castellano Ibíd.199.]
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
138
c. Deducción de consecuencias particulares sobre los tipos de hechos (objetos fácti-
cos o materiales) verificadas en el campo de la Ontología sistemista.
Como sabemos, las dos clases de objetos que pueden ser estudiados por la ciencia son
las ideas (objetos ideales o formales) y los hechos (objetos fácticos o materiales).
Como nos resume Bunge56, podemos llamar hecho (objeto fáctico) a “cualquier
cosa que sea, o de que se trate, como, por ejemplo, todo aquello de lo que se sepa o se
suponga –con algún fundamento- que pertenece a la realidad.
Los hechos son tratados por la ciencia factual, y pueden ser de cuatro clases. Para
comenzar contamos con los sistemas concretos o materiales, a los que también podemos
referirnos como entidades o cosas físicas o entes concretos:
1. Sistemas concretos.
Los acaecimientos y los procesos son lo que ocurre a, en y entre cosas concretas:
2. Acaecimientos (o acontecimiento o suceso): cambios en sistemas concretos.
Un acaecimiento es cualquier cosa que tiene lugar en el espacio-tiempo y que,
por alguna razón, se considera en algún respecto como una unidad; además
cubre un lapso breve.
3. Procesos: secundarios de acaecimientos encadenados en sistemas concretos.
Un proceso es una secuencia temporalmente ordenada de acaecimientos, tal que
cada miembro de la secuencia toma parte en la determinación del miembro
siguiente.
Para terminar, contamos con los fenómenos:
4. Fenómenos: acaecimientos o procesos perceptibles.
Un fenómeno es un acaecimiento o un proceso tal como aparece a algún sujeto
humano: es un hecho perceptible, una ocurrencia sensible o una cadena de ellas.
d. Deducción de consecuencias particulares sobre los tipos de “sistemas concretos”
según su objeto, verificadas en el campo de la Ontología sistemista.
56 Ver Mario Bunge, Scientific Research II: The Search for Truth (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/II) Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 153-157. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 717-721].
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
139
Según la Sistémica (o Teoría general de sistemas), “todas las ciencias estudian sistemas
de alguna clase, ya sean naturales (físicos, químicos, biológicos o sociales) o artificiales
(técnicos)”57.
Así pues, pueden distinguirse cinco tipos de sistema concretos:
S1 = Físicos
Microfísicos, por ejemplo, átomos y campos a pequeña escala.
Mesofísicos, por ejemplo, cuerpos y campos a gran escala.
Megafísicos, por ejemplo, galaxias.
S2 = Químicos
Microquímicos, por ejemplo, los reactores químicos que incluyen sólo
monómeros.
Mesoquímicos, por ejemplo, los reactores químicos que incluyen sólo
polímeros.
Megaquímicos, por ejemplo, las pilas de compost.
S3 = Biológicos
Microbiológicos, por ejemplo, las células particulares.
Mesobiológicos, por ejemplo, los organismos pluricelulares individuales.
Megabiológicos, por ejemplo, los ecosistemas.
S4 = Sociales
Microsociales, por ejemplo las familias.
Mesosociales, por ejemplo, las aldeas y las empresas comerciales.
Megasociales, por ejemplo, las grandes ciudades y las naciones.
S5 = Técnicos
Microtécnicos, por ejemplo, un libro.
Mesotécnicos, por ejemplo, las granjas y las plantas industriales.
Megatécnicos, por ejemplo, un sistema de fabricación y comercialización de
tablas de madera y de papel.58
57 Mario Bunge, Ontology II: A World of Systems (Treatise on Basic Philosophy, vol. IV)
(Dordrecht: Reidel, 1979), 1. [Ver traducción al castellano por Rafael González del Solar, Ontología II: Un mundo de sistemas (Tratado de Filosofía, vol. IV) (Barcelona: Gedisa, 2012), 25.]
58 Ibíd., 246. [Ver traducción al castellano Ibíd., 319.]
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
140
e. Deducción de consecuencias particulares sobre los tipos de “sistemas” según su
naturalidad / artificialidad, verificadas en el campo de la Ontología sistemista.
Los sistemas, independientemente de cuál sea su materia, pueden ser considerados
naturales o artificiales. Según Bunge,
Un sistema natural es aquel cuyos componentes, así como los vínculos entre
ellos, pertenecen a la naturaleza –esto es, no son obra del hombre-.
Un sistema artificial es el que contiene cosas creadas. La clase de los
sistemas artificiales equivale a la unión de todos los sistemas no naturales.59
Así, debemos darnos cuenta de que “la clase de los sistemas artificiales es igual a la
unión de los sistemas técnicos, conceptuales y semióticos, así como de las
organizaciones formales tales como escuelas, empresas comerciales y gobiernos.”60
59 Mario Bunge, Dictionary of Philosophy (Amherst (NY): Prometheus Books, 1998; ver edición
ampliada, The Philosophical Dictionary, 2003), 284. [Ver traducción al castellano por María Dolores González Rodríguez, Diccionario de filosofía. (Méjico D. F.: Siglo XXI, 2001), 199.]
60 Mario Bunge, Emergence and Convergence: Qualitative Novelty and the Unity of Knowledge (Toronto: University of Toronto Press, 2003), 55. [Ver traducción al castellano por Rafael González del Solar, Emergencia y Convergencia: Novedad cualitativa y unidad del conocimiento (Barcelona: Gedisa, 2004, 2014), 55.]
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
141
B. CONOCIMIENTO CIENTÍFICO SOBRE LAS CLASES DE CONCEPTOS
CIENTÍFICOS, VERIFICADO EN EL CAMPO DE LA LÓGICA DE
CONCEPTOS.
1. CLASIFICACIÓN DE CONCEPTOS CIENTÍFICOS DESDE UN PUNTO DE VIS-
TA METODOLÓGICO (FUNCIÓN Y ALCANCE CIENTÍFICO).
a. Clases de conceptos según su función en la ciencia: conceptos formales (o puros)
y conceptos no-formales.
Si se elige como fundamentum divisionis la función de los conceptos en la
ciencia se obtiene la siguiente perfectible clasificación:
Conceptos formales o puros (pertenecen a las ciencias formales).
Los conceptos formales suministran los elementos que constituyen el
esqueleto formal de sistemas factuales como las clasificaciones y las teorías.
Su estudio corresponde a la ciencia formal, pero pueden introducirse en
cualquier campo de la ciencia factual: no están vinculados a ningún tema
concreto, sino que se refieren a nuestro modo de planteamiento y manera de
aprovecharlo. […] El uso amplio de los conceptos formales no lleva sólo a
una sistematización más fuerte y a una mayor precisión en cada campo de la
ciencia, sino también a una ulterior integración conceptual de toda la
ciencia.
Clasificación de los conceptos formales (o puros):
CONCEPTOS FORMALES BÁSICOS: los que suministran las
fundamentaciones racionales, como “y”, “todos”, “conjunto”, “raíz
cuadrada”, “distancia”, “grupo”.
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
142
CONCEPTOS FORMALES METALÓGICOS: los que se presentan en
análisis y teorías formales, p. e., “fórmula bien formada”, “demostrable”,
“axioma”, “teorema”, “teoría.
Conceptos no-formales (pertenecen a las ciencias fácticas).
Conceptos no-formales son, naturalmente, los que nos permiten dar cuenta
del mundo y planear nuestra investigación del mismo. Estos conceptos, por
así decirlo, nos dan la carne del conocimiento, al permitirnos referirnos a
hechos (conceptos descriptivos e interpretativos) o a nuestras decisiones y
actos (conceptos prescriptivos).
Clasificación de los conceptos no formales:
CONCEPTOS NO-FORMALES DESCRIPTIVOS: los que nos permiten
describir material fáctico de experiencia, como “cuerpo”, “rojo”, “cerca”,
“acontecimiento”, “entre”, “líquido”.
CONCEPTOS NO-FORMALES INTERPRETATIVOS: los que se
presentan en la interpretación de descripciones, como “especie”, “átomo”,
“tasa de nacimientos”, “motivación”, “inhibición”.
CONCEPTOS NO-FORMALES PRESCRIPTIVOS: los que se presentan
esencialmente en normas, reglas y convenciones, p. e., los designados por
verbos en imperativo.61
61 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 89-90. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 109-110].
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
143
b. Clases de conceptos según su alcance sistemático: taxonómicos y/o teoréticos.
Necesitaremos también la división de conceptos basada en su alcance
sistemático, o sea, en el papel que desempeñan en la sistematización. Desde
este punto de vista podemos dividir los conceptos en extrasistemáticos –
como “soluble”, y “conductor”- y sistemáticos –como “solubilidad” y
“conductibilidad”. […] Ahora bien, la sistematización científica puede
consistir en una sistemática o en una teoría. Consiguientemente, los
conceptos sistemáticos pueden ser taxonómicos y/o teoréticos.
Conceptos sistemáticos taxonómicos.
Los conceptos taxonómicos, como los de especie, taxón mismo y jerarquía,
pueden dilucidarse con la ayuda de conceptos descriptivos y de la lógica
elemental.
Conceptos sistemáticos teoréticos.
[…] No ocurre así con los conceptos teoréticos, es decir, con los conceptos
introducidos o dilucidados por una teoría, como “campo eléctrico”
(introducido por la teoría electro-magnética), “selección natural”
(introducido por la teoría darwinista de la evolución), o “utilidad subjetiva”
(introducido por la teoría de la utilidad).
La especificación del significado de los términos teoréticos (signos que
designan conceptos teoréticos) requiere, además de la lógica, la especial
teoría de que se trate y la experiencia científica: la lógica mostrará la
estructura del concepto, la teoría mostrará su connotación, y la experiencia
científica (observación, medición y/o experimentación) suministrará su
extensión.
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
144
Clasificación de los conceptos teoréticos factuales:
CONCEPTOS TEORÉTICOS GENÉRICOS: son aquellos que permean la
totalidad de la ciencia: no son peculiares a ninguna ciencia factual
determinada. Pueden ser:
TEORÉTICOS ONTOLÓGICOS, como “acontecimiento”, “real”,
“materia”, “sistema”, “proceso”, “evolución”, “espíritu”, “ley”, “azar”,
están supuestos por o subyacen a toda teoría factual, aunque ésta no los
contenga de una forma explícita.
TEORÉTICOS METACIENTÍFICOS, como “hipótesis”, “enunciado
legaliforme”, “contrastación”, “confirmación”, “sistemática”,
designados por términos como ‘evidencia’ y problema’, se presentan en
las observaciones que acompañan a un enunciado científico, en la
discusión de su convalidación y de su dominio de validez, y en muchas
otras ocasiones.
CONCEPTOS TEORÉTICOS ESPECÍFICOS, a diferencia de los
genéricos, son propios de teorías especiales o grupos de ellas. Pueden ser:
TEORÉTICOS OBSERVACIONALES son los que denotan objetos
directamente observables, como “cuerpo” y “estímulo”.
TEORÉTICOS NO OBSERVACIONALES son característicos de los
supuestos iniciales (axiomas) de una teoría; algunos de esos conceptos
teoréticos llegan hasta el nivel de los teoremas. Se dividen en variables
intermedias y construcciones hipotéticas.62
62 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 91. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 111-112].
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
145
2. CLASIFICACIÓN DE CONCEPTOS CIENTÍFICOS SEGÚN SU LÓGICA.
Las dos clasificaciones lógicas de los conceptos científicos: la clasificación sintáctica
y la clasificación semántica.
Desde el punto de vista de la lógica (sintaxis y semántica) de los conceptos científicos,
podemos establecer dos grupos de clases de conceptos: una clasificación semántica y
otra clasificación sintáctica.
Desde el punto de vista de la sintaxis de los conceptos, nos encontramos con cuatro
clases de conceptos científicos, según su estructura o forma lógica: los conceptos
individuales, los conceptos de clases, los conceptos relacionales y los conceptos
cuantitativos.
Desde el punto de vista de la semántica de los conceptos, nos encontramos con dos
clases de conceptos científicos según la connotación (intensión) y la denotación
(referencia): los conceptos formales y los no-formales.
a. Clases de conceptos según su forma lógica (sintaxis), verificada en el campo de la
Sintaxis de conceptos: conceptos individuales, conceptos de clases, conceptos re-
lacionales y conceptos cuantitativos.
Veamos las características sintácticas de las cuatro clases de conceptos científicos:63
1. Conceptos individuales.
- Ejemplos.: Marte, Juan García.
- Estructura lógica: constantes individuales (a, b, …) y variables individuales (x,
y, …)
2. Conceptos de clases.
- Ejemplos.: Sólido, hombre, cobre, viviente.
63 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 60 y 62. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 79 y 82].
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
146
- Estructura lógica: predicados monádicos P (constantes o variables) o las clases
correspondientes.
3. Conceptos relacionales.
- Ejemplos.: Parte de, entre, es.
- Estructura lógica: predicados poliádicos de grado superior: F(x, y), F(x, y, z),
…, o las clases correspondientes.
- Clases: comparativos (ej.: más adaptado que) y no comparativos (ej.: es, ente,
“+”, “&”)
4. Conceptos cuantitativos.
- Ejemplos.: Numerosidad, Masa, población, longitud.
- Estructura lógica: functores numéricos: F(x) = y, F(x, y) = z, …
Desde el punto de vista de su función metodológica:
Desde un punto de vista metodológico, los conceptos son instrumentos
utilizados para distinguir entidades y agruparlas; ellos nos permiten realizar
análisis y síntesis conceptuales y empíricas. En particular, los conceptos
individuales nos sirven para distinguir entre individuos, y los conceptos de
clases para establecer clasificaciones. Algunos conceptos relacionales
posibilitan la comparación y la ordenación, y los conceptos cuantitativos son
el núcleo de la medición.64
Sobre los conceptos individuales.
Desde el punto de vista lógico (sintaxis y semántica de los conceptos):
Los conceptos individuales se aplican a individuos, ya determinados
(conceptos individuales específicos); “Newton” es un concepto individual
definido, determinado o específico, mientras que “x” es un concepto
64 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 74-75. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 94].
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
147
individual indefinido, indeterminado o genérico (es decir, un concepto que
denota un individuo cualquiera). La cuestión de qué es un individuo
depende del nivel de análisis adoptado: un individuo de un determinado
nivel puede ser un sistema o un mero agregado de individuos de nivel
inferior.65
Desde el punto de vista de su función metodológica:
Los conceptos individuales determinados tienen una gran capacidad
resolutoria, discriminatoria, pero no tienen ninguna de síntesis o
sistematización. Los conceptos individuales genéricos (las variables
individuales) no tienen ningún poder resolutorio, puesto que denotan
individuos, no descritos, de algún género, pero, por otro lado, son la razón
de la generalización o síntesis; la sustitución de constantes específicas por
variables señala precisamente el comienzo de la generalización.66
Sobre los conceptos de clases.
Desde el punto de vista lógico (sintaxis y semántica de los conceptos):
Los conceptos de clases se aplican a conjuntos de individuos, como en el
caso de “cobre”, que se aplica al conjunto de todas las posibles muestras de
cobre; o bien a conjuntos de conjuntos, como en el caso de “viviente”, que
abraza a todas las especies biológicas. La estructura de los conceptos de
clases es la de un predicado monádico (de un solo argumento), P(x).67
Desde el punto de vista de su función metodológica:
65 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 60. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 78-79].
66 Ibíd.,75. [Ver traducción al castellano Ibíd., 94]. 67 Ibíd., 60. [Ver traducción al castellano Ibíd., 79].
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
148
Los conceptos de clases permiten a la vez la síntesis y la discriminación
entre conjuntos.68
Sobre los conceptos relacionales.
Desde el punto de vista lógico (sintaxis y semántica de los conceptos):
Los conceptos relacionales se aplican a las relaciones entre objetos
(individuos o conjuntos) de algún género; así, “multiplicado por dos”, se
aplica a variables numéricas y a sus valores concretos. […] Todo concepto
relacional tiene la estructura de un predicado poliádico, o múltiple-variable,
P(x, y) si es diádico, P(x, y, z) si es triádico, etc. El número de huecos
(lugares, argumentos o variables) de un predicado se llama su grado. Las
relaciones más importantes son las diádicas (lógicamente: los predicados de
segundo grado).69
[…] “no tienen significación propia, no designan conceptos independientes
ni se refieren a ningún concreto objeto real, aunque intervienen en la
descripción de hechos en el lenguaje común”.70
Desde el punto de vista de su función metodológica:
Los conceptos relacionales nos permiten hacer distinciones aún más finas y
establecer vínculos entre conceptos.71
Sobre los conceptos cuantitativos.
Desde el punto de vista lógico (sintaxis y semántica de los conceptos):
68 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations: Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 75. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 94].
69 Ibíd., 60. [Ver traducción al castellano Ibíd., 79]. 70 Ibíd., 57. [Ver traducción al castellano Ibíd., 75]. 71 Ibíd., 75. [Ver traducción al castellano Ibíd., 94].
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
149
Una relación que relaciona los elementos de dos conjuntos (o sea, x con y)
de modo unívoco se llama una función. […] Las funciones son la estructura
de conceptos cuantitativos, o magnitudes, también llamados cantidades. […]
El análisis lógico de los conceptos cuantitativos (magnitudes) como
funciones o reflejos o proyecciones (biunívocas o unívocas) nos permite
distinguir entre una propiedad y sus valores numéricos.72
Desde el punto de vista de su función metodológica:
Por último, los conceptos cuantitativos nos llevan a las discriminaciones
más sutiles y exactas y, cuando se combinan entre ellos en enunciados
legaliformes, permiten obtener la sistematización más firme y clara de las
ideas.73
b. Clases de conceptos según su status semántico (semántica), verificada en el cam- po de la Semántica de conceptos.
Los conceptos se clasifican en formales o no formales, según su referencia sea un objeto
conceptual o un objeto fáctico. Esto es, según tengan un correlato o no.
72 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 61-62. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 80-81].
73 Ibíd., 75. [Ver traducción al castellano Ibíd., 94].
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
150
C. CONOCIMIENTO CIENTÍFICO SOBRE LA “CLASIFICACIÓN SISTEMÁ-
TICA” DE CONCEPTOS CIENTÍFICOS, VERIFICADO EN EL CAMPO DE
LA SISTEMÁTICA DE CONCEPTOS.
Sobre la clasificación sistemática de conceptos.
Veamos primero la definición del concepto “clasificación” en general. Clasificación es:
La división exhaustiva de una colección en subconjuntos (especies)
recíprocamente disyuntos y el agrupamiento de éstos en clases de una
categoría superior (taxones), como el género. Dos relaciones lógicas se
incluyen en una clasificación: la pertenencia de una individuo a una clase y
la inclusión de una clase en otra de mayor categoría. Por ello, cada
clasificación es un modelo.74
Una clasificación sistemática “es el resultado de una operación por la cual se relacionan
conceptos –y sus referencias si las tienen- unos con otros de tal modo que resulte una
conexión o un sistema de algún tipo”.75
Así pues, una clasificación sistemática consiste en la organización de un haz
de conceptos, por ejemplo, taxa biológicos, en una jerarquía.76
La clasificación es la operación conceptual más elemental que se realiza en la
ciencia:
74 Mario Bunge, Dictionary of Philosophy (Amherst (NY): Prometheus Books, 1998; ver edición
ampliada, The Philosophical Dictionary, 2003), 42. [Ver traducción al castellano por María Dolores González Rodríguez, Diccionario de filosofía. (Méjico D. F.: Siglo XXI, 2001), 25.]
75 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations: Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 77. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 97].
76 Ibíd., 80. [Ver traducción al castellano Ibíd., 100].
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
151
La clasificación es el modo más simple de discriminar simultáneamente los
elementos de un conjunto y de agruparlos en subconjuntos, o sea, el modo
más simple de analizar y sintetizar.77
Sobre lo clasificado: el “universo “U” del discurso” y sus clases.
Lo clasificado se llama universo o dominio del discurso, o “U”, por
abreviar. El universo del discurso puede ser cualquier conjunto: una clase de
individuos o una clase de conjuntos; puede ser discreto (numerable) o
continuo (no numerable), compuesto de cosas (por ejemplo, una población
de organismos), de hechos (por ejemplo, nacimientos), de propiedades (por
ejemplo, longitudes de onda), o de ideas (por ejemplo, números).78
Estructura de una clasificación sistemática de conceptos.
Los conceptos científicos se agrupan en clases. A su vez, las clases de conceptos
científicos se agrupan en clases de clases de conceptos. Y para terminar, las clases de
clases de conceptos forman un sistema taxonómico. Veamos entonces en qué consisten
estos conceptos.
a. Sobre el concepto “clase” (o grupo) de conceptos científicos.
Como nos indica Bunge, la definición de clase natural es79:
Una colección que, lejos de ser arbitraria, se define por una propiedad o una
ley. Ejemplos: todos los seres vivos constituyen la clase (la clase natural) de
77 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 75. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 95].
78 Ibíd., 75. [Ver traducción al castellano Ibíd., 95]. 79 Mario Bunge, Dictionary of Philosophy (Amherst (NY): Prometheus Books, 1998; ver edición
ampliada, The Philosophical Dictionary, 2003), 42. [Ver traducción al castellano por María Dolores González Rodríguez, Diccionario de filosofía. (Méjico D. F.: Siglo XXI, 2001), 25.]
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
152
los organismos; todas las entidades compuestas por las personas unidas
mediante relaciones sociales constituyen la clase (la especie natural) de los
sistemas sociales. Los nominalistas, los convencionalistas y los subjetivistas
rechazan la idea misma de especie natural y, por consiguiente, no pueden
explicar la tabla periódica, la transformación de los elementos químicos o la
especiación biológica.
Siendo clase:
Colección definida (en particular un conjunto) por un predicado (simple o
complejo). Sin: género, tipo, especie.
Siendo especie:
Una colección de cosas que comparten algunas propiedades básicas.
Ejemplos: las especies químicas y biológicas. Se trata del primer peldaño de
una clasificación. Conceptos más complejos que éste son los de género,
familia y reino. Las relaciones entre un género y su especie son las
siguientes: un género es la unión de sus especies; cada una de éstas está
incluida en su género; y cada individuo es un miembro de una única especie.
La concepción según la cual las especies son individuos concretos ignora
este análisis; la razón es que dicha concepción confunde la relación de
pertenencia con la relación de parte-todo.80
b. Sobre el concepto “categoría taxonómica” o “jerarquía taxonómica” o “nivel”
(clase de clases de conceptos) de un sistema taxonómico (o jerarquía).
Veamos el significado de taxonomía:
80 Mario Bunge, Dictionary of Philosophy (Amherst (NY): Prometheus Books, 1998; ver edición
ampliada, The Philosophical Dictionary, 2003), 274. [Ver traducción al castellano por María Dolores González Rodríguez, Diccionario de filosofía. (Méjico D. F.: Siglo XXI, 2001), 67.]
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
153
La metodología de la sistemática: la investigación de los principios de la
clasificación, sobre todo en la biología. Estos principios son:
1] cada miembro de una colección original se asigna a alguna clase;
2] existen dos tipos de clases: las simples (las especies) y las compuestas
(por ejemplo, el género), siendo éstas la unión de dos o más clases simples;
3] cada clase simple está compuesta por algunos de los miembros de la
colección original;
4] cada clase es un conjunto cuya pertenencia al mismo está determinada
por un predicado o por una conjunción de predicados;
5] cada clase está definida: no existen casos limítrofes;
6] dos clases cualesquiera son disyuntas entre sí, o una de ellas está
contenida en la otra; si se trata del primer caso se dice que pertenecen al
mismo rango, si no pertenecen a distintos rangos;
7] tan sólo dos relaciones lógicas están implicadas en una clasificación: la
relación de pertenencia, que vale entre individuos y clases, y la relación de
inclusión que relaciona clases de distintos niveles;
8] cada clase compuesta equivale a la unión de sus subclases del nivel
inmediatamente anterior;
9] todas las clases de un nivel determinado son recíprocamente excluyentes
(no interseccionan;
10] cada división de un determinado rango es exhaustiva: la unión de todas
las clases en un rango determinado equivale a la colección original. Si no se
cumple la condición 9, se tiene una tipología en lugar de una clasificación
propiamente dicha.81
c. Sobre el concepto “sistema taxonómico” (o “jerarquía”).
Veamos primero la definición de jerarquía. Jerarquía es:
81 Mario Bunge, Dictionary of Philosophy (Amherst (NY): Prometheus Books, 1998; ver edición
ampliada, The Philosophical Dictionary, 2003), 289. [Ver traducción al castellano por María Dolores González Rodríguez, Diccionario de filosofía. (Méjico D. F.: Siglo XXI, 2001), 205.]
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
154
Una colección ordenada por una relación de dominación, como la jerarquía
militar. No confundir con la estructura de niveles, ya que la relación
incluida en esta última es la de emergencia, no la de dominación.82
Como nos indica Bunge,
Una jerarquía es mucho más que un catálogo, porque se basa en la
subordinación o subsunción de conceptos: una jerarquía establece un
sistema, no de proposiciones (no una teoría), sino de conceptos. En cada
nivel de una jerarquía, los símbolos representan proposiciones. […] En una
jerarquía son conceptos, y no proposiciones (por ejemplo, enunciados
legaliformes) lo que queda ensamblado de un modo lógicamente
determinado, a saber, a través de la relación de inclusión entre clases.83
Observemos los principales rasgos formales de una jerarquía, es decir, de un sistema
taxonómico.
(i) Toda jerarquía tiene un comienzo único, que en biología es la categoría
taxonómica más alta tomada en consideración.
(ii) La relación entre los miembros de diferentes categorías es generalmente
de uno a muchos, unívoca.
(iii) Los grupos separados del comienzo por un mismo número de pasos,
aunque diverjan mucho unos de otros, pertenecen todos a la misma
categoría o nivel de la jerarquía.
(iv) Todas las categorías taxonómicas son clases.
(v) Excepto los conjuntos sistemáticos inferiores (especies), las categorías
taxonómicas son clases de clases: sólo las especies son clases de cosas,
conjuntos de poblaciones de organismos individuales.
82 Mario Bunge, Dictionary of Philosophy (Amherst (NY): Prometheus Books, 1998; ver edición
ampliada, The Philosophical Dictionary, 2003), 128. [Ver traducción al castellano por María Dolores González Rodríguez, Diccionario de filosofía. (Méjico D. F.: Siglo XXI, 2001), 118.]
83 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations: Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 80. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 100].
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
155
(vi) Sólo los conceptos de especie como (como “Homo Sapiens”) tienen
referencias reales inmediatas, a saber, poblaciones. Todos los conceptos
taxonómicos superiores se refieren a categorías inferiores, o sea, a otros
conceptos, no a entidades extraconceptuales (organismos): son pues
conceptos de conceptos. No son conceptos puros, sino conceptos que aluden
mediatamente a objetos concretos, a saber, a organismos individuales.84
Para terminar, veamos la diferencia entre una “división” y un “sistema taxonómico” (o
“jerarquía”:
Las jerarquías suponen agrupaciones, igual que la división. Pero, a
diferencia de ésta, superponen una ordenación parcial a las unidades
(conjuntos) que resultan de las divisiones, de tal modo que dichas unidades
se coordinan de un modo preciso. Por eso es natural que los biólogos, a
diferencia de los meros coleccionistas, prefieran hablar de sistemática que
de taxonomía, que es mucho menos categórico y comprometedor.85
84 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 80. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 100].
85 Ibíd., 80. [Ver traducción al castellano Ibíd., 100-101].
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
156
D. CONOCIMIENTO CIENTÍFICO SOBRE LA FORMACIÓN DE UNA
DEFINICIÓN DE UN CONCEPTO CIENTÍFICO, VERIFICADO EN EL
CAMPO DE LA LÓGICA.
1. SOBRE EL CONCEPTO “DEFINICIÓN DE CONCEPTOS CIENTÍFICOS” (O
“DEFINICIÓN CIENTÍFICA”).
Sobre el concepto “definición científica” o “definición de un concepto científico”.
La elucidación de un concepto (o un signo) en términos de otros conceptos
(o signos), como en “los numerales son nombres de los números enteros”.
Los conceptos elucidatorios constituyen el definiens, mientras que los
elucidados son el definiendum.86
Sobre las clases de “definiciones científicas” de conceptos.
Por lo que hace a la forma lógica hay que distinguir entre dos géneros de
definición propia o nominal: explícita e implícita. En la definición explícita
el definiendum y el definiens están claramente separados por un signo
especial; en la definición implícita los dos términos son distinguibles, pero
inseparables: están, por así decirlo, integrados.87
86 Mario Bunge, Dictionary of Philosophy (Amherst (NY): Prometheus Books, 1998; ver edición
ampliada, The Philosophical Dictionary, 2003), 70. [Ver traducción al castellano por María Dolores González Rodríguez, Diccionario de filosofía. (Méjico D. F.: Siglo XXI, 2001), 48.]
87 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations: Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 119. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 141].
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
157
Las definiciones explícitas son identidades, a menudo escritas en la forma
“A =df B” […]. Las definiciones implícitas son proposiciones o conjuntos
de proposiciones donde el definiendum no aparece separado del definiens.88
Sobre la operación de formación de una “definición científica” de un concepto.
Una definición es una operación puramente conceptual por la cual (i) se
introduce formalmente un nuevo término en algún sistema de signos (como
el lenguaje de una teoría), y (ii) se especifica en alguna medida la
significación del término introducido; en la medida, precisamente, en que es
precisa la significación de los términos definientes.
[…] El término introducido se llama definiendum –lo que hay que definir- y
la expresión que lo define se llama definiens. El definiendum debe ser nuevo
en el sistema de que se trate, pero puede ser un viejo conocido en otros
contextos en los que acaso se presenta con la misma significación u otra
parecida. Los términos definientes tienen que preexistir, como es natural, a
la definición, ya en virtud de previas definiciones, ya por haber sido
adoptados como definientes últimos en el contexto.89
Sobre las funciones de una “definición científica” de un concepto.
(i) Formación (introducción) de signos nuevos. […] La economía
notacional que se consigue de este modo nos permite captar mejor los
conceptos complejos como unidades.
(ii) Introducción formal de conceptos nuevos sobre la base de conceptos
viejos.
(iii) Especificación de significaciones: definir es un modo de
determinar la significación de términos que pueden haberse usado ya antes
88 Mario Bunge, Dictionary of Philosophy (Amherst (NY): Prometheus Books, 1998; ver edición ampliada, The Philosophical Dictionary, 2003), 70. [Ver traducción al castellano por María Dolores González Rodríguez, Diccionario de filosofía. (Méjico D. F.: Siglo XXI, 2001), 48.]
89 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations: Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 117-118. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 139-140].
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
158
presistemáticamente. No es el único procedimiento, ni siquiera el mejor, si
se le compara con la construcción de una entera teoría que contenga dicho
concepto aclarado; pero es un procedimiento eficaz.
(iv) Interrelación de conceptos: vinculando conceptos, la definición
contribuye a la organización o sistematización del conocimiento.
(v) Identificación de objetos: junto con las descripciones (especialmente
las “definiciones reales”), las definiciones suministran criterios para
identificar objetos.
(vi) Higiene lógica: la ambigüedad y la vaguedad pueden reducirse si se
definen los términos. Pero, como es natural, las definiciones no pueden
eliminar la ambigüedad y vaguedad que esté ya en los símbolos primitivos.
(vii) Simbolización precisa de ciertos conceptos y, consiguientemente,
análisis exacto de los mismos. 90
2. SOBRE LA FORMACIÓN DE UNA “DEFINICIÓN DE CONCEPTOS CIENTÍFI-
COS” (O “DEFINICIÓN CIENTÍFICA”).
a. Sobre los conceptos “género próximo” y “diferencia específica” de una
“definición científica”, verificadas en el campo de la Lógica.
Como sabemos, una definición científica consta de dos partes: el género y la diferencia
específica.
El concepto “género próximo” lo hemos definido ya. El concepto “diferencia
específica” (del latín differentia specifica) de la definición científica de un concepto
consiste, como sabemos, en la “diferencia intensional” del concepto científico respeto
del resto de conceptos que forman parte el mismo género.
90 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 136. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 158-159].
Capítulo tercero: Deducción de consecuencias particulares de la hipótesis
159
b. Sobre los conceptos “materia última (o materia inteligible)” y “forma (o materia
sensible)” verificadas en el campo de la Lógica aristotélica.
Como sabemos, la materia de un objeto es esa entidad conceptual que expresa su
realidad fundamental:
La colección de todas las entidades materiales reales o posibles. Es decir, M
= (x/Mx), donde M = es material = es cambiable. Dado que M es una
colección, la materia es conceptual, no material: sólo los objetos
individuales pueden ser materiales. Por el contrario, cualquier sistema
compuesto de entidades materiales, desde la sociedad hasta el universo, es
material. Advertencia: materia no es igual a masa.91
Aristóteles nos hablará del concepto “materia última (o materia inteligible)”, así como
del concepto “forma (o materia sensible)” de un ente, que son los conceptos que se
utilizaron en lógica aristotélica durante muchos siglos.
91 Mario Bunge, Dictionary of Philosophy (Amherst (NY): Prometheus Books, 1998; ver edición
ampliada, The Philosophical Dictionary, 2003), 174. [Ver traducción al castellano por María Dolores González Rodríguez, Diccionario de filosofía. (Méjico D. F.: Siglo XXI, 2001), 133.]
161
CAPÍTULO CUARTO
PRUEBA DE LA HIPÓTESIS
ANÁLISIS LÓGICO DEL CONCEPTO
“ESPACIO (REGIÓN) ARQUITECTÓNICO”
Se trata aquí de poner a prueba la validez de la hipótesis central: el “espacio (región)
arquitectónico” es un “espacio vivencial” de frontera artificial. Dado que este enunciado
es ideal, ya que se trata de una comparación de dos grupos de conceptos, la prueba no se
basa en la verificación de hechos -como ocurre en la confirmación de enunciados
fácticos- sino en un análisis lógico de los conceptos ideales, y la inferencia de una
conclusión a través de sucesivas deducciones.
A continuación se expondrá el diseño de la prueba que se va a realizar, se realizarán
las operaciones deductivas, se recogerán los datos, se clasificarán y analizarán, y se
interpretarán a la luz de la “Teoría del hecho geográfico”, llegando a la inferencia de la
conclusión de la prueba. Dado que, por ser la hipótesis un enunciado ideal o formal, no
se ponen a prueba predicciones experimentales sino que se analizan directamente los
conceptos que se encuentran en el propio enunciado, la inferencia de la conclusión
constituirá al mismo tiempo la validación de la hipótesis.
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
162
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
163
4.1. DISEÑO DE LA PRUEBA
MÉTODO OPERATIVO Y ESTRUCTURA GENERAL DE LA
PRUEBA
Esta investigación se encuentra dentro del ámbito de la Ontología, por lo que, como
hemos explicado en la introducción, se seguirá la metodología de la Metafísica
científica sistemista, haciendo uso de la ciencia de la lógica deductiva como método
operativo.
Debemos aquí señalar la diferencia entre el concepto “espacio (región)
arquitectónico” y su correlato fáctico. Sabemos, gracias a la Sistémica o Teoría General
de Sistemas, que el concepto que aquí vamos a analizar es un sistema conceptual. Por
otra parte, el concepto (objeto ideal) hace referencia a los dos hechos (objetos fácticos)
empírico (la experiencia) y objetivo (la cosa concreta o sistema concreto -o
supersistema-). Es importante en este momento dejar claro que no son estos dos objetos
fácticos (o hechos) los que van a ser analizados en esta prueba, sino el concepto
“espacio (región) arquitectónico” en sí.
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
164
a. Naturaleza científica del enunciado hipotético (o hipótesis de partida) que se ha
planteado en el modelo teórico.
La hipótesis "el espacio (región) arquitectónico es un espacio vivencial de frontera
artificial” que se ha conjeturado en la teoría de esta investigación, es un enunciado
formal (esto es, no es un enunciado fáctico), ya que consiste ésta en relaciones entre
signos o símbolos vacíos (o variables lógicas).
Dentro de los diferentes tipos de enunciados formales, se trata éste de un enunciado
analítico, ya que expresa la comparación o equivalencia de dos conceptos o grupos de
conceptos.
Los conceptos que se están comparando en este caso son el concepto teorético
"espacio (región) arquitectónico” que hemos introducido en la teoría, y los conceptos
“espacio vivencial” y “frontera artificial” que forman el enunciado “espacio vivencial
de frontera artificial”.
b. Disciplina científica indicada para la investigación del enunciado hipotético -o
hipótesis de partida-.
Dado que el enunciado es formal, ha de ser una ciencia formal la que se ocupe de
tratarlo. Una caracterización de la ciencia formal “consiste en decir que se refiere a las
fórmulas analíticas, esto es, a fórmulas que pueden convalidarse por medio del mero
análisis racional.”92
Los objetos -"espacio (región) arquitectónico”, “espacio vivencial” y “frontera
artificial”- que componen el enunciado formal (hipótesis) son conceptos, por lo que
podemos aquí concluir diciendo que esta investigación se ubica dentro de la ciencia
formal de la Lógica, que -junto con las Matemáticas- se encuentra dentro del ámbito de
las ciencias formales.
92 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 22. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 39].
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
165
c. La elección del método operativo apropiado para la realización de la prueba.
El método indicado para el tratamiento de un enunciado analítico es el “análisis lógico”
(empleado en las ciencias formales), por el que a través de sucesivas deducciones
podemos llegar a comprobar o demostrar el enunciado hipotético. Como nos recuerda
Bunge, los enunciados formales no son verificables en la experiencia (esto es,
empíricamente):
Cuando se demuestra un teorema lógico o matemático no se recurre a la
experiencia: el conjunto de postulados, reglas de formación de las
expresiones dotadas de significado y reglas de inferencia deductiva –en
suma, la base de la teoría dada- es necesario y suficiente para este propósito.
La demostración de los teoremas no es sino una deducción.93
El método de análisis que utilizamos aquí consiste en la construcción del modelo
cualitativo CES, que considera cualquier objeto (tanto concreto como conceptual) como
un sistema. Así, todo sistema está compuesto de tres propiedades: la Composición del
sistema conceptual C(s), el Ambiente (o Entorno) del sistema conceptual E(s) y la
Estructura total del sistema conceptual S (s).
A continuación, exponemos las características de cada una de estas tres propiedades
de un sistema:
1. Composición del sistema: C(s):
La colección de las partes de un sistema. Dado que un sistema puede tener
partes en varios niveles (por ejemplo, los átomos, las moléculas, las células,
los órganos, las personas, etc.), es necesario indicar el nivel en el que se
piensa la composición. Ejemplos: la composición en el nivel atómico, en el
93 Mario Bunge, La ciencia, su método y su filosofía (Buenos Aires: Siglo Veinte, 1960. Ver
reimpresión con nuevo prefacio, Mutilva Baja: Laetoli, 2013), 18.
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
166
nivel de la persona (en el caso de un sistema social), en el nivel de la
empresa (en el caso de un sistema económico).94
2. Entorno (o Ambiente) del sistema: E(s):
El entorno del sistema es la colección de las cosas que actúan sobre los
componentes del sistema o viceversa.95
3. Estructura total del sistema: S(s):
La estructura de un sistema es la colección de las relaciones (en particular
vínculos o enlaces) entre los componentes del mismo, así como entre éstos y
los elementos del entorno. Aquella puede llamarse endoestructura, y ésta
última exoestructura del sistema; la estructura total de un sistema es la
unión de estos dos conjuntos de relaciones.96
Una propiedad de los sistemas, sean conceptuales o materiales, naturales o
sociales, técnicos o semióticos. La estructura de un sistema es el conjunto de
todas las relaciones entre sus componentes, especialmente aquellas que
mantienen la unidad del sistema. Ejemplos: la estructura de una oración es
el orden de sus distintos tipos de constituyentes, tal como Sujeto-Verbo-
Complemento Directo en el caso de “Sócrates bebió la cicuta”; la estructura
de una teoría es la relación de implicación; la estructura (“información”) de
una molécula de ADN es la secuencia de los nucleótidos que la componen;
la estructura de una cultura incluye las relaciones de aprendizaje y
comunicación; la estructura de un ejército consiste en las relaciones de
mando, abastecimiento, comunicación y combate.97
94 Mario Bunge, Dictionary of Philosophy (Amherst (NY): Prometheus Books, 1998; ver edición
ampliada, The Philosophical Dictionary, 2003), 47. [Ver traducción al castellano por María Dolores González Rodríguez, Diccionario de filosofía. (Méjico D. F.: Siglo XXI, 2001), 28.]
95 Mario Bunge, Dictionary of Philosophy (Amherst (NY): Prometheus Books, 1998; ver edición ampliada, The Philosophical Dictionary, 2003), 282. [Ver traducción al castellano por María Dolores González Rodríguez, Diccionario de filosofía. (Méjico D. F.: Siglo XXI, 2001), 196.]
96 Ibíd., 282. [Ver traducción al castellano Ibíd., 196.] 97 Ibíd., 277. [Ver traducción al castellano Ibíd., 69.]
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
167
d. Planeamiento y estructura de la prueba.
Siguiendo los pasos para la construcción del modelo cualitativo m(s), obtenemos la
estructura de la prueba a realizar:
1. Composición del sistema conceptual “espacio (región) arquitectónico”: C(s).
2. Entorno (o Ambiente) del sistema conceptual “espacio (región) arquitectónico”:
E(s).
3. Estructura total del sistema conceptual “espacio (región) arquitectónico”: S(s).
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
168
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
169
4.2. EJECUCIÓN DE LA PRUEBA:
REALIZACIÓN DE LAS OPERACIONES Y RECOLECCIÓN DE DATOS
ANÁLISIS LÓGICO DEL CONCEPTO “ESPACIO (REGIÓN) AR-
QUITECTÓNICO” (SISTEMA CONCEPTUAL [s]) A TRAVÉS DE
LA CONSTRUCCIÓN DEL MODELO CUALITATIVO m(s)
1. COMPOSICIÓN C(s) DEL SISTEMA CONCEPTUAL (CONCEPTO)
“ESPACIO (REGIÓN) ARQUITECTÓNICO”.
Se trata aquí de analizar las partes (o individualidades o cosas concretas) que forman el
sistema conceptual “espacio (región) arquitectónico”.
La proposición “espacio (región) arquitectónico” consta de dos partes: el concepto
“espacio (región)” y el concepto “arquitectónico”.
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
170
2. ENTORNO (O AMBIENTE) E(s) DEL SISTEMA CONCEPTUAL
(CONCEPTO) “ESPACIO (REGIÓN) ARQUITECTÓNICO”:
DESCUBRIMIENTO DEL CUERPO DEL CONOCIMIENTO AL
QUE PERTENECE.
Se trata aquí de averiguar el cuerpo del conocimiento científico al que pertenece el
concepto “espacio (región) arquitectónico”. La arquitectura es una ciencia aplicada, y
por ello, los arquitectos contemplamos el objeto arquitectónico como un objeto a crear,
a fabricar, a construir. Pero vamos a contemplar ahora el objeto arquitectónico que ya ha
sido creado y construido, y que se encuentra ya siendo experimentado por los sujetos.
La idea que representa el concepto que vamos a analizar, no será por lo tanto la de un
objeto exclusivamente tecnológico, sino la idea de un lugar que va a ser experimentado
por el hombre durante un tiempo determinado.
Como sabemos, “el entorno de una proposición es el conjunto más o menos
heterogéneo y desordenado de proposiciones que están o pueden estar lógicamente
relacionadas con una proposición dada”98. El entorno (la cultura, la ciencia al que
pertenece) es el que otorga significación a las expresiones lingüísticas, y por lo tanto
significado a los conceptos que éstos designan. Así, sin la existencia de las
proposiciones de su entorno, una proposición no sería tal, puesto que carecería de
sentido, ya que el enunciado que designa la proposición sería incomprensible si
estuviese aislado.
En nuestro caso, el signo ‘espacio (región) arquitectónico’ que denota el sistema
concreto “cosa concreta arquitectónica”, lo hace a través del concepto “espacio (región)
arquitectónico”, que es la entidad filosófica de significado, que se refiere al referente o
correlato sistema concreto arquitectónico. Vamos entonces aquí a estudiar las
proposiciones que se encuentran relacionadas con la proposición “espacio (región)
arquitectónico”, y que son las que le proporcionan su sentido contextual.
98 Mario Bunge, Emergence and Convergence: Qualitative Novelty and the Unity of Knowledge
(Toronto: University of Toronto Press, 2003), 81. [Ver traducción al castellano por Rafael González del Solar, Emergencia y Convergencia: Novedad cualitativa y unidad del conocimiento (Barcelona: Gedisa, 2004, 2014), 81.]
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
171
INTRODUCCIÓN A LA BÚSQUEDA DE LA CIENCIA BÁSICA QUE SE OCUPA DE
LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA DE LA IDEA QUE REPRESENTA EL CONCEPTO
NO-FORMAL “ESPACIO (REGIÓN) ARQUITECTÓNICO”.
Las diferentes ciencias que se ocupan del estudio y la creación del sistema concreto
“espacio (región) arquitectónico”: las ciencias básicas regionales y las ciencias
aplicadas.
Toda ciencia básica tiene una ciencia aplicada. Si nos fijamos por ejemplo en las
Ciencias biológicas, tenemos por una parte la ciencia que se ocupa del análisis científico
de los seres vivos –la Biología-, y por otra parte la ciencia aplicada que se ocupa de la
creación de seres vivos a través de la síntesis, y por ello llamada Biología sintética. Si
bien la ciencia básica crea conocimiento y la ciencia aplicada lo utiliza, el conocimiento
es siempre sobre un determinado ente. En este caso, este ente es el “ser vivo”, y es por
tanto -en ambos casos- el objeto de las ciencias biológicas.
Si pensamos ahora en el “objeto arquitectónico”, nos damos cuenta igualmente que
existe la ciencia aplicada de la Arquitectura -que se ocupa de crear el objeto
arquitectónico utilizando una teoría basada en el conocimiento científico de las ciencias
básicas particulares- y por otra parte existen unas ciencias básicas que lo estudian y
analizan una vez construido, como Física de la arquitectura, Química de la arquitectura,
Biología de la arquitectura, Psicología de la arquitectura, Geografía de la arquitectura, -
todas ellas ciencias regionales de otras ciencias básicas-. Así, vemos cómo, para un
mismo objeto científico –el “objeto arquitectónico”, contamos con diferentes ciencias
que lo estudian desde un punto de vista propio, esto es, un objeto (o sistema de
problemas).
Para entender esto, podemos fijarnos por ejemplo en las Ciencias políticas, que
incluyen tanto las ciencias que crean el conocimiento básico sobre la organización de la
sociedad, como las ciencias aplicadas que aplican el conocimiento básico en una región
o territorio político concreto. Las “ciencias arquitectónicas” serían entonces todas
aquellas que se ocupan del análisis y de la creación del “objeto arquitectónico”.
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
172
Así, debemos entender que el objeto de todas las ciencias arquitectónicas -esto es,
las ciencias básicas regionales y la ciencia aplicada- es el mismo, contemplado desde
puntos de vista particulares. Este objeto común es el que debemos ahora descubrir.
La singularidad de las “ciencias básicas particulares”.
La teoría de la Ciencia indica que la singularidad de las ciencias particulares es la
especificidad de su “objeto” y su “método especial” (o “técnica”), así como su finalidad
(o propósito) y su punto de vista, que hace que una ciencia se diferencie de las otras.
A. EL “OBJETO” (SISTEMA DE PROBLEMAS) FUNDAMENTAL DE LAS
CIENCIAS QUE SE OCUPAN DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA DEL
“ESPACIO (REGIÓN) ARQUITECTÓNICO”.
Se trata aquí de averiguar el objeto de las ciencias que se ocupan del estudio del objeto
arquitectónico una vez es experimentado por los sujetos. Nos referimos aquí a una
acepción diferente del término ‘objeto’:
5. m. Materia o asunto de que se ocupa una ciencia o estudio.99
Volvemos a recordar aquí, como hemos estipulado en el modelo teórico, que el contexto
en el que hemos introducido el concepto “espacio (región) arquitectónico” no es el de la
ciencia aplicada de la Arquitectura sino el de la ciencia básica que lo estudia cuando ya
está construido y existe en el mundo real. Por lo tanto, el objeto (sistema de problemas)
de la ciencia que trata el concepto es el de un lugar que es experimentado por el hombre,
y no exclusivamente el de un objeto técnico proyectado y construido.
99 Diccionario de la lengua española, (Real academia Española), 22ª edición.
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
173
a. Aproximación epistemológica al conocimiento del hecho “espacio (región) arqui-
tectónico” (correlato del concepto “espacio (región) arquitectónico”).
El “espacio (región) arquitectónico” no existe en la realidad material, sino que es
una idea concebida por el intelecto humano (sólo existe dentro de nuestro intelecto).
A la hora de investigar científicamente la realidad de un ente, o dicho de otra manera, la
naturaleza científica de un ente, debemos señalar una obviedad de partida:
El método científico es un modo de tratar problemas intelectuales, no cosas
ni instrumentos ni hombres.100
Según esto, no es el objeto en sí lo que la investigación científica trata, sino la idea que
el ser humano tiene de ese objeto.
De esta manera vemos que, si queremos estudiar la idea que representa para el
intelecto humano el concepto “espacio (región) arquitectónico” que es estudiado de
manera científica, debemos darnos cuenta de que la cosa concreta arquitectónica no es
un hecho que existe por sí mismo, sino que es una realidad concebida por el hombre.
Esta idea expresa el hecho de que la cosa concreta arquitectónica es un “objeto
aprendido” (no innato), esto es, concebido por el ser humano a través de la consciencia.
Esto quiere decir, que el ser humano comprende que un determinado objeto físico es un
objeto arquitectónico, ya que reconoce alguna cualidad que le hace entender que lo es.
Esta comprensión de los entes es también contemplada a través del método
fenomenológico de Martin Heidegger en su Sein und Zeit (Ser y Tiempo) de 1927.
Entrando en el campo de la Teoría del conocimiento y la epistemología, Heidegger nos
hace entender que un sujeto es consciente de algo siempre que lo haya conocido
empíricamente. Por ejemplo, el hecho “un volcán se encuentra en erupción” es un hecho
que existe para un sujeto, siempre que este sujeto conozca o sea consciente del hecho. Si
la humanidad no llega a conocer el hecho, el hecho no existe para nosotros. Esta misma
100 Mario Bunge, Scientific Research I: Strategy and Philosophy (Studies in the Foundations:
Methodology and Philosophy of Science Volume 3/I) (Berlín, Nueva York: Springer, 1967), 21. [Ver traducción al castellano por Manuel Sacristán, La investigación científica: Su estrategia y su filosofía (Barcelona: Ariel, 1969; 2ª ed, 1981; 2ª ed corregida, 1989), 38].
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
174
idea la encontramos después reflejada en la investigación sobre los tipos de
conocimiento expresando en la epistemología del filósofo francés Bertrand Russell.
Para entender mejor esta idea, podemos observar el siguiente ejemplo: el Muro de
Berlín aportaba una información a la consciencia de los sujetos que la observaban en la
época en la que la ciudad estaba dividida en dos partes, muy diferente a la información
que aportan hoy en día las porciones de muro que se han mantenido como recuerdo.
Siendo las mismas placas de hormigón prefabricado, existe hoy una información
racional implicada en el objeto físico, que es diferente a la información racional que
esas mismas placas de hormigón tenían en el pasado.
La subjetividad del conocimiento empírico del hecho (cosa concreta) “espacio
(región) arquitectónico”.
Desde un punto de vista epistemológico -teoría del conocimiento- del hecho fáctico
“espacio (región) arquitectónico”, nos damos cuenta de que no todos los sujetos
entienden o comprenden la realidad natural –física- de una construcción arquitectónica
de la misma manera. Por ejemplo, un sujeto que no es cristiano no comprende que ese
pequeño espacio al final de una basílica cristiana es un altar, al igual que un sujeto que
no es musulmán probablemente no sepa que ese pequeño nicho en la pared (Qubla) del
fondo de una mezquita es el sagrado Mihrab.
Así, nos damos cuenta de que un sujeto necesita un cierto conocimiento aprendido,
en forma de información racional, para comprender las construcciones arquitectónicas.
Por ejemplo, cuando un sujeto que no conoce la religión hinduista visita una stuppa, la
observa desde el exterior, y según su forma y tamaño comprende, a través de una
asociación de ideas, que ese objeto físico alberga un espacio interior habitable. En
cambio, no es así, ya que estos templos están completamente rellenos de tierra.
¿Cuál es entonces la característica que nos hace comprender que un objeto físico es
arquitectónico? ¿Cuál es esa información racional que el sujeto debe conocer para
comprender que un objeto físico es realmente arquitectónico? La característica o
propiedad que un objeto físico construido ha de expresar al sujeto observador es el
hecho de “albergar un espacio en el que el sujeto pueda entrar y lo pueda vivir o
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
175
experimentar”, en el interior de esa realidad física que se observa visualmente y que
llamamos límite o cerramiento exterior.
Según esta idea, nos aproximamos a la definición del objeto arquitectónico que es
experimentado por los sujetos, expresando la idea concebida (pensamiento, esto es, ente
ideal o formal) de una realidad multinivel (física, emocional, racional, etc…).
b. La realidad natural (física, tangible) del “espacio (región) arquitectónico”:
contenido y continente.
Si observamos la realidad más básica de todas las realidades del espacio (región)
arquitectónico -esto es, su realidad material física, que es lo que constituye el primer
estímulo que es captado por los sentidos y que es el punto de partida del proceso
perceptivo del sujeto- nos damos cuenta de que el “todo” de un objeto arquitectónico se
divide fundamentalmente en dos partes de diferente materialidad: (1) el límite o
cerramiento, de realidad material física en estado sólido; y (2) el espacio que está
definido por ese límite, de realidad material física en estado gaseoso.
En este punto, y una vez definidas las partes del todo “realidad física”, nos hacemos
la pregunta por el todo o la totalidad de la realidad física del espacio (región)
arquitectónico. ¿Es la realidad física del todo “espacio (región) arquitectónico” un límite
físico en estado sólido que encierra un espacio interior físico en estado gaseoso? O por
el contrario ¿es un espacio gaseoso que se encuentra limitado por un límite? Esta eterna
pregunta se encuentra excepcionalmente comentada en el prólogo que Albert Einstein
escribió para el libro de Max Jammer Concepts of Space, tratando de analizar el espacio
en general. Como hemos visto en la deducción de consecuencias particulares de la
realidad física del espacio, Einstein nos plantea la opción de entender una caja como la
caja sólida que encierra un espacio, o como un espacio que está limitado por una caja.
En la investigación arquitectónica nos encontramos el mismo análisis de contenido
y continente en las famosas maquetas y plantas que el arquitecto italiano Luigi Moretti
construyó y presentó en la revista Spazio. Ya Guarino Guarini expresaba esta idea en
las plantas de la iglesia de San Lorenzo en Turín, y hablando del espacio a una mayor
escala, observamos la misma intención en el plano de Roma de Giambattista Nolli.
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
176
Como hemos explicado en la deducción de consecuencias particulares sobre el
concepto “espacio arquitectónico”, la primacía del espacio frente al cerramiento iniciada
por Berlage a principios del siglo XX y por Bruno Zevi en su Saper Vedere
l'architettura de 1948 es ya aceptada por la comunidad, de manera que entendemos la
realidad física del objeto arquitectónico como un espacio, que se encuentra limitado por
un cerramiento sólido.
DEDUCCIÓN: El “objeto” fundamental de las ciencias que se ocupan del estudio del
“espacio (región) arquitectónico” es el espacio.
Así, vemos que un objeto arquitectónico es fundamentalmente un espacio que se
encuentra limitado, de manera que podemos entender el objeto arquitectónico como un
“sistema espacial limitado”, y a este sistema lo denominamos “espacio”. El límite -o
frontera- es así una parte del todo “sistema espacial”.
c. La idea abstracta que representa el concepto “espacio” en las ciencias de la
arquitectura.
Los dos posibles conceptos de la realidad física de “espacio”.
Como hemos visto en la deducción de consecuencias particulares, sólo existen dos
conceptos capaces de representar la realidad física de “espacio”: el concepto aristotélico
y el concepto cartesiano. Así, el concepto espacio puede representar dos ideas abstractas
muy diferentes: la que representa el concepto espacio topos que viene de Aristóteles, y
el concepto espacio spatium desarrollado por Descartes. Entonces nos preguntamos:
¿cuál es la idea abstracta que representa la realidad del espacio en arquitectura?
Como hemos explicado en las deducciones particulares de la teoría, existen muchos
ensayos que tratan de explicar y definir el concepto “espacio” en arquitectura, al que se
llama “espacio arquitectónico”, como por ejemplo los trabajos de Giedion, Argan o Van
de Ven. Pero estos estudios se centran en la evolución del concepto a lo largo de la
historia, sin terminar de formular científicamente una definición inequívoca. Por otra
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
177
parte, los arquitectos intentar formar diferentes conceptos de espacio, cuando en
realidad sólo existen dos conceptos. Veamos entonces a cuál de los dos conceptos
“espacio” corresponde el espacio de la obra arquitectónica.
Como hemos visto en la deducción de conclusiones particulares del modelo teórico,
el concepto “espacio topos” representa la idea abstracta y genérica de una porción o
región que marcamos o sustraemos de la totalidad, y que se encuentra en todo caso
limitada. A este concepto responden los conceptos “sitio”, “lugar”, “región”, etc. La
idea que representa cualquiera de estos conceptos es en todo caso una realidad
multinivel, puesto que incluye una realidad física, pero también incluye todo el abanico
de las distintas realidades que la consciencia del ser humano es capaz de captar del
correlato fáctico.
Por otra parte, el concepto “espacio spatium” es simplemente un modo de trabajar
matemáticamente las propiedades físicas del espacio, donde utilizamos la geometría
euclidiana para conocer las dimensiones de éste a partir de un punto de referencia.
Si observamos los dos conceptos “espacio” podemos deducir que el espacio que es
experimentado por las personas durante un determinado tiempo, se corresponde
obviamente con la idea abstracta que representa el concepto aristotélico “espacio topos”.
De hecho, si observamos con atención las diversas acepciones del término griego topos
-que hemos incluido en la deducción de consecuencias particulares-, uno de los
significados es el de public sites or buildings (sitios -o lugares o espacios- públicos o
edificios).
Así, podemos deducir:
DEDUCCIÓN: La idea abstracta que representa el concepto “espacio (región)
arquitectónico” es la del concepto aristotélico “espacio topos” (lugar).
La idea abstracta que representa el “espacio” - que es el “objeto” fundamental de las
ciencias que se ocupan del estudio del “objeto arquitectónico”- es la del concepto
aristotélico “espacio topos”, esto es, la idea de sitio, lugar, región, por lo que:
DEDUCCIÓN: El “objeto” fundamental de las ciencias que se ocupan del estudio del
sistema concreto “espacio (región) arquitectónico” es el “espacio topos” = lugar.
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
178
B. LAS CIENCIAS IMPLICADAS EN LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA DEL
“ESPACIO (REGIÓN) ARQUITECTÓNICO” (OBJETO FÁCTICO -O HECHO-
DE TIPO “SISTEMA CONCRETO”).
a. Ciencias que estudian el espacio (región) arquitectónico según su naturaleza
científica: las ciencias fácticas.
Como hemos visto, las construcciones arquitectónicas –antes de ser experimentadas por
los sujetos- son sistemas técnicos, y la ciencia aplicada que se encarga de su
construcción es la ciencia aplicada de la Arquitectura. Pero vamos ahora a contemplar la
construcción arquitectónica que ya existe –ya ha sido creada por el hombre- y se
encuentra ya siendo experimentada por los sujetos, y por lo tanto puede ser objeto de
estudio por la ciencia desde un punto de vista diferente.
Los hechos -u objetos concretos, que son los entes que existen en la realidad- son
estudiados por las ciencias fácticas (naturales y sociales).
Siendo el sistema concreto “espacio (región) arquitectónico” un tipo de objeto
concreto (o hecho), y siendo las ciencias fácticas las encargadas de estudiar los hechos,
deducimos que el sistema concreto “espacio (región) arquitectónico” ha de ser estudiado
por una ciencia fáctica.
DEDUCCIÓN: El sistema concreto “espacio (región) arquitectónico” debe ser
estudiado por alguna ciencia fáctica.
b. Categorías de las ciencias fácticas que estudian el espacio (región) arquitectóni-
co.
Dentro de las ciencias fácticas, nos encontramos con las ciencias fácticas naturales, que
estudian los sistemas concretos naturales, y con las ciencias fácticas humanas -o
sociales-, que estudian los objetos concretos artificiales.
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
179
Según el propósito y el punto de vista de la investigación que escojamos a la hora
de estudiar el objeto “espacio (región) arquitectónico”, estaremos definiendo el objeto
(sistema de problemas) de nuestra investigación. Así, un objeto arquitectónico puede ser
objeto de estudio de todas las clases de ciencias fácticas.
El sistema concreto “espacio (región) arquitectónico” puede ser estudiado por
varias de las ramas de las ciencias fácticas, dependiendo del propósito y del punto de
visto de la investigación particular del objeto. Así, el objeto “espacio (región)
arquitectónico” puede eventualmente ser considerado un “objeto físico” (un cuerpo de
materia física), un “objeto social” y un objeto “técnico” (construido por el hombre). Se
hace notar que se han descartado las posibilidades química y biológica, por no
corresponder con la definición de éstos.
Así, podemos deducir que:
DEDUCCIÓN: el objeto fáctico “espacio (región) arquitectónico” puede ser
eventualmente estudiado por la Física, las Ciencias humanas y la Técnica, según el
objeto (sistema de problemas), esto es, el propósito y el punto de vista de la
investigación. Por otra parte, las ciencias químicas y biológicas pueden también estudiar
aspectos concretos del objeto, aunque no considerarlo un objeto de ese tipo.
C. LA CIENCIA INDIVIDUAL -O RAMA- ENCARGADA DEL ESTUDIO DEL
“ESPACIO (REGIÓN) ARQUITECTÓNICO”.
a. La categoría de la ciencias fácticas que se encargan del estudio sistema concreto
“espacio (región) arquitectónico”: las ciencias humanas (o sociales).
El “espacio (región) arquitectónico” considerado un “objeto físico” o un “objeto
técnico” deja de lado la experiencia del ser humano, que es, el propósito fundamental
del objeto arquitectónico. Esto es, el propósito de construir un objeto físico de materia
sólida que no es utilizado de manera vivencial sería sólo escultórico, y el punto de vista
técnico responde al proceso de proyecto y construcción del objeto y al funcionamiento
del artefacto (y no tanto a la experiencia humana del objeto como resultado final).
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
180
Por estas razones, consideramos que el objeto (sistema de problemas) fundamental
para la formación de una definición ontológica del “objeto arquitectónico” ya
construido y que se encuentra ya en uso, es de tipo humano (o social).
Así, podemos deducir que:
DEDUCCIÓN: el objeto fáctico “espacio (región) arquitectónico”, considerado desde
un punto de vista ontológico, es un objeto fáctico -o hecho- de tipo humano -o social-, y
por lo tanto deberá ser estudiado por alguna de las ramas de las Ciencias humanas (o
sociales).
b. La ciencia individual que se encarga del objeto (sistema de problemas)
ontológico del “espacio (región) arquitectónico”: la Geografía.
Como hemos deducido, el objeto (sistema de problemas) de la ciencia que estudia el
objeto arquitectónico ya construido y experimentado por los sujetos, es el espacio –que
hemos conjeturado del tipo “vivencial” en nuestra teoría, según el concepto “espacio
vivencial” de Otto Bollnow que hemos expuesto en el capítulo del conocimiento
teórico. Si demostramos que todo tipo de “espacio topos concreto” (esto es, fáctico) es
objeto de la ciencia de la Geografía, llegaríamos a la conclusión de que el “espacio
(región) arquitectónico” es un objeto concreto (o hecho) geográfico, y la ciencia que lo
estudia es alguna disciplina de alguna rama de la Geografía.
Vamos a estudiar los hechos geográficos, para estar seguros de que el “espacio
(región) arquitectónico” pertenece a esta categoría.
La Geografía.
La Geografía es una ciencia relativamente nueva si la comparamos con las otras
ciencias básicas, y su definición evoluciona a lo largo del tiempo. Si bien se piensa en la
Geografía como el estudio de la superficie terrestre como un ente físico, debemos saber
que esta ciencia estudia también el comportamiento del hombre en la superficie de la
tierra. Esta ciencia abarca así un ámbito muy amplio y diverso.
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
181
En una primera aproximación a la geografía, podemos contar con tres visiones:
Las definiciones más sencillas se apoyan en la etimología, diciendo que la
Geografía consiste en la “descripción razonada de la superficie terrestre”.
Otras definiciones, más complejas e impregnadas de positivismo científico,
sostienen que la “Geografía tiene como objeto el estudio del espacio
geográfico, cuya estructura y forma son el resultado de procesos complejos
que se explican por leyes que se cumplen en el ámbito de teorías
plausibles”. Finalmente, no faltan quienes afirman que “la Geografía tiene
como objeto el estudio de las condiciones de vida de los hombres”.101
Como vemos, la definición de “Geografía” es bastante amplia -Kant pensaba que la
Geografía es la ciencia que organiza los objetos, hechos y fenómenos en el espacio-.
Fijémonos ahora en las principales definiciones formadas por los geógrafos de la
Geografía moderna, donde podemos observar diferentes matices en su objeto y método:
La Geografía consiste esencialmente en el total entendimiento de la
realidad. El carácter de la Geografía es tan extenso que el geógrafo ideal
habría de tener un conocimiento muy amplio de todas las ciencias del
mundo, tanto de la naturaleza como del hombre. (Humboldt)
La Geografía es una ciencia de relaciones: La idea que plantea sobre los
progresos de la Geografía es la de la unidad terrestre, la concepción de la
tierra como un todo, cuyas partes están interrelacionadas y donde los
fenómenos se encadenan y obedecen a leyes generales de las que derivan los
casos particulares. (Vidal de la Blache)
La Geografía tiene como finalidad proporcionar con precisión y
ordenadamente descripciones e interpretaciones racionales acerca del
carácter variable de la superficie terrestre. (Hartshorne)
101 Antonio M. Higueras Arnal, Teoría y método de la Geografía: Introducción al análisis geográfico regional (Zaragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza, 2003), 16.
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
182
La finalidad de la Geografía es la comprensión de un extensísimo e
interactivo sistema que incluye toda la humanidad y su medio natural en la
superficie de la tierra. (Ackerman)
La Geografía tiene como finalidad el estudio de la organización espacial
expresada en forma de procesos y tendencias. (Taaffe)
La Geografía consiste en el estudio de la organización espacial y de las
relaciones ecológicas entre el hombre y su medio ambiente. La Geografía
considera la tierra como el medio natural del hombre, un medio que influye
sobre sus formas de vida pero que, a su vez, es modificado por él. (Haggett)
La Geografía tiene como objeto el estudio de los fenómenos desde el punto
de vista de su distribución en la superficie terrestre formando grupos y no
como fenómenos aislados. (Herbertson)
La Geografía estudia los modos de organización del espacio terrestre así
como la repartición de las formas y de las poblaciones (en el sentido de
grupos de individuos) sobre la superficie de la tierra. Su naturaleza proviene
de una dialéctica entre la descripción y explicación. (Dollfus)102
Es muy interesante observar que no es la superficie de la tierra lo que la Geografía
estudia, sino lo que ocurre en esa superficie, los objetos que la ocupan, y la relación
entre ellos. Se trata de estudiar los hechos y los fenómenos.
Para terminar esta primera aproximación, exponemos otra definición de la ciencia
de la “Geografía” que tiene mucho que ver con el objeto arquitectónico. Esta es la
definición de Yi-fu Tuan103, que la define como el estudio de la Tierra como hogar de la
gente. Esta afirmación consolida la relación de la Geografía con la Arquitectura y el
Urbanismo, como veremos más adelante.
102 Antonio M. Higueras Arnal, Teoría y método de la Geografía: Introducción al análisis
geográfico regional (Zaragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza, 2003), 16-17. 103 Yi-fu Tuan, “A view of geography”, en Geographical Review 81 (1991), 99-107. [Ver
traducción al castellano Rosa Mecha López, en Gregory, Derek, Ron Johnston, Geraldine Pratt, Michael Watts (eds) Geografía Humana (Tres Cantos: Akal, 2000), 238.]
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
183
El objeto de la ciencia de la Geografía: el espacio topos geográfico (región o lugar).
Es importante darse cuenta de que el objeto de la Geografía es el estudio de la región o
lugar -entendido como una porción de la superficie habitable de la tierra– observada
desde un determinado punto de vista, y no el estudio de la realidad de los hechos físicos
o humanos que están ocurriendo en esa región o lugar. Así A. von Humboldt nos indica:
Cuando se estudia la Geografía de las plantas o de las animales, no estamos
hablando de plantas o de animales, sino de la corteza terrestre cubierta de
plantas y animales.104
y nos indica que:
La Geografía estudia todo lo que existe simultáneamente en una porción de
la superficie terrestre. A diferencia de lo que sucede en otras disciplinas, la
Geografía no tiene como objeto el estudio de una clase de fenómenos, sino
de todos los fenómenos que se hallan significativamente integrados en las
diferentes áreas de la superficie terrestre. De aquí se desprende que la
Geografía no estudia fenómenos o hechos singulares, sino áreas de la
superficie terrestre caracterizadas por los fenómenos que tienen lugar en
ellas, cualquiera que sea su naturaleza.105
Para entender esto mejor, pensemos en el objeto de alguna de las ramas de la Geografía.
Pensemos, por ejemplo, en el objeto de la Geografía política, haciéndonos cargo del
conjunto de las ciencias que comparten el mismo objeto. Mientras que las ciencias
políticas se encargan de diseñar un “sistema político”, la Geografía política se encarga
de estudiar los lugares con el mismo “sistema político”. Así, la Geografía política
analiza los sistemas políticos existentes en la tierra para poder dibujar las fronteras entre
las diferentes regiones políticas, pero no se dedica a la práctica de la política.
104 Alexander von Humboldt, cit. en Richard Hartshorne, The nature of Geography (Lancaster, Pennsylvania: AAG, 1939), 78. [Ver traducción al castellano por Antonio M. Higueras Arnal, Teoría y método de la Geografía: Introducción al análisis geográfico regional (Zaragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza, 2003), 25.]
105 Ibíd., 77. [Ver traducción al castellano Ibíd., 53.]
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
184
Por otra parte, no es la superficie de la tierra lo que la Geografía considera, sino el
espacio que está delimitado inferiormente por ésta. Como sabemos, los hechos no se
dan en un objeto de dos dimensiones sino en un objeto de tres dimensiones (aunque
después los representemos en planos y mapas de dos dimensiones). El objeto de la
Geografía es, por tanto, el espacio topos, esto es, el “espacio geográfico”, cuyo
componente fundamental es el aire (atmos físico). Por esta razón, podríamos
denominarlo “espacio atmosférico”. Pero este objeto –el aire- es también el objeto de
otras ciencias -como por ejemplo la física-.
Así, la finalidad o propósito de la Geografía no es estudiar la totalidad del espacio
atmosférico, sino la de estudiar y distinguir las regiones atmosféricas, y el punto de
vista desde el que la Geografía estudia el “espacio geográfico” no es el de la realidad
física del “espacio atmosférico”, sino el del estudio de un hecho (o combinaciones de
hechos) de cualquier tipo de realidad o naturaleza, que se da en ese espacio físico.
El objeto concreto geográfico (o hecho geográfico).
Un "objeto geográfico" -o "espacio geográfico" o "sistema geográfico"- es un hecho
(natural o social) que sucede o transcurre en un espacio topos o región determinada,
durante un periodo de tiempo determinado.
Veamos un ejemplo de esta idea, continuando en el ámbito de la geografía política.
Un estado o país es el hecho social (de tipo político en este caso) de organizar y ordenar
la sociedad, que sucede o transcurre en un espacio topos (o lugar o región) durante un
tiempo determinado. Es muy importante darse cuenta que el objeto geográfico (en este
caso el espacio político) no es el espacio físico en sí (porción de la superficie terrestre o
corteza terrestre o atmósfera terrestre) sino el hecho que sucede en esa porción de la
superficie terrestre o corteza terrestre o atmósfera terrestre. Por ejemplo, cuando
decimos "Reino de España" (que es un espacio político), no nos referimos a una porción
física de la superficie planeta, sino al hecho político -adopción temporal de un "sistema
político" (monarquía parlamentaria en este caso) o conjunto de normas y leyes que
conforman la organización u ordenación de la sociedad- que se aplica y sucede en el
lugar (topos) definido por esa porción de superficie terrestre desde el año 1975.
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
185
Deducción de la ciencia individual que estudia el sistema concreto “espacio (región)
arquitectónico”.
La ciencia que estudia los entes que responden a la idea abstracta que representa el
concepto aristotélico de espacio topos es, por definición, la Geografía. Como indica
Vidal de la Blache, la Geografía estudia los sitios, los lugares, las regiones, los
territorios. Todos estos objetos responden al concepto aristotélico de espacio (topos).
Así, sabiendo que la ciencia que estudia los lugares es la Geografía, y que el
espacio (región) arquitectónico es un lugar, podemos deducir que el espacio (región)
arquitectónico es un ente geográfico, ya que todos los espacios topos lo son.
Decir que el estudio de las construcciones arquitectónicas -una vez son
experimentadas por los sujetos- se encuentra dentro de la ciencia de la Geografía, puede
parecer en principio desconcertante para los arquitectos. Pero si estudiamos las ramas de
la Geografía veremos que esta afirmación tiene más sentido de lo que parece.
DEDUCCIÓN. El sistema concreto “espacio (región) arquitectónico” es un objeto
concreto (o hecho) geográfico, y la ciencia individual que lo estudia es la Geografía.
Por otra parte, es importante darnos cuenta en este momento, sabiendo que el
espacio (región) arquitectónico es un hecho geográfico humano, y encontrándose los
hechos geográficos humanos dentro de las ciencias sociales, que el objeto arquitectónico
es un ente que se encuentra dentro de las ciencias sociales, y no dentro de las ciencias
naturales. Para entender esto, podemos por ejemplo hacer una analogía con la literatura.
Un objeto literario (una novela por ejemplo) es en todo caso un hecho social o humano,
y lo podemos encontrar en muchos formatos diferentes. Si por ejemplo encontramos una
novela impresa en un libro, podemos decir que el formato libro es un hecho natural
(objeto físico), pero la literatura, el texto, la historia, el verdadero objetivo fundamental
del libro, es social. En Arquitectura sucede lo mismo. Aunque el formato sea un edificio
sólido (analogía con el libro físico), el objetivo fundamental de la Arquitectura es la
vida que sucede dentro, la relación entre los componentes. El libro como ente natural
(físico) sería el objetivo del impresor, pero no del escritor. Igualmente, el cuerpo del
edificio como ente natural (físico), no es el objetivo fundamental del arquitecto.
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
186
3. ESTRUCTURA TOTAL S(s) -ENDOESTRUCTURA + EXOESTRUC-
TURA- DEL SISTEMA CONCEPTUAL “ESPACIO (REGIÓN) AR-
QUITECTÓNICO”.
La endoestructura de un sistema es la colección de las relaciones (en particular vínculos
o enlaces) entre los componentes del sistema. Se trata de los vínculos entre el signo
‘espacio (región)’ y el signo ‘arquitectónico’. La estructura del sistema “espacio
(región) arquitectónico” es su forma lógica, que ya hemos estudiado con el auxilio de la
lógica de predicados.
La exoestructura de un sistema es la colección de las relaciones (en particular
vínculos o enlaces) entre los componentes del sistema y los elementos del entorno del
sistema (que hemos analizado en el apartado anterior). Vamos a estudiar entonces las
relaciones que existen entre los conceptos “espacio (región)” y “arquitectónico”, y los
conceptos de clase que se encuentran dentro del ámbito de la Geografía.
D. LA CIENCIA REGIONAL (O SUBRAMA) DE LA CIENCIA INDIVIDUAL
ENCARGADA DEL ESTUDIO DEL “ESPACIO (REGIÓN) ARQUITETÓNICO”
(OBJETO CONCRETO -O HECHO- DE TIPO SISTEMA CONCRETO) QUE ES
EXPERIMENTADO POR LOS SUJETOS Y ESTUDIADO OBJETIVAMENTE
POR LA CIENCIA (BÁSICA).
a. Finalidad y punto de vista del estudio del espacio topos = lugar que tiene la
ciencia que estudia el objeto concreto “espacio (región) arquitectónico”.
Hemos deducido que el objeto de la ciencia que estudia las construcciones
arquitectónicas que se encuentran ya siendo experimentadas por los sujetos es el espacio
topos. Pero este objeto fundamental es compartido por varias ciencias. Vamos a
descubrir entonces la finalidad y el punto de vista específico que se toma aquí a la hora
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
187
de estudiar el espacio topos en el contexto de las construcciones arquitectónicas, esto es,
en el ámbito de la Arquitectura.
La finalidad o propósito que persigue la ciencia que estudia el “espacio (región)
arquitectónico” a la hora de estudiar los espacios –que hemos conjeturado vivenciales-
es común a todas las ciencias geográficas, que es la de distinguir regiones vivenciales en
la totalidad del espacio topos.
El punto de vista que se adopta a la hora de estudiar el espacio topos es el de ser un
espacio que va a ser vivido, experimentado por el hombre durante un tiempo
determinado. Este punto de vista es entonces el que va a determinar la disciplina
(subrama científica) que estamos buscando. Como hemos deducido, el objeto (cosa
concreta) “espacio (región) arquitectónico” ha de ser estudiado por la ciencia de la
Geografía, por lo que debemos encontrar la disciplina de la geografía que estudia el
espacio topos desde el punto de vista del hecho de ser vivido o experimentado por el
hombre.
b. Rama de la Geografía en la que se encuentra el estudio del objeto concreto
espacio (región) arquitectónico: la geografía humana.
Ramas de la Geografía: Geografía natural y Geografía humana.
Contando con que la ciencia de la Geografía se divide en dos ámbitos diferentes de
estudio, debemos primeramente averiguar en qué ámbito científico se sitúa el objeto
“espacio (región) arquitectónico”.
Como sabemos, la Geografía física se ocupa de la realidad natural que se da en un
espacio atmosférico (aire), mientras que la Geografía humana estudia el
comportamiento humano en un espacio topos (lugar).
Dado que, como hemos dicho anteriormente, el objeto fundamental del espacio
(región) arquitectónico no es su realidad física (natural) sino el espacio topos en tanto en
cuanto va a ser vivido o experimentado por las personas -y por lo tanto incluye a los
sujetos como componentes del sistema-, podemos deducir que el objeto arquitectónico
pertenece al ámbito de la Geografía humana.
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
188
La rama “geografía humana”.
La Geografía humana se define genéricamente como:
Aquella parte de la disciplina de la Geografía que se preocupa por la
diferenciación y organización espacial de la actividad humana a la vez que
por el uso humano del medio físico. […] La geografía humana es una de las
ciencias sociales más pequeñas, pero es también una de las más vivas. Su
objeto de estudio –la organización espacial de las sociedades y las
relaciones entre las personas y su entorno- ofrece innumerables
oportunidades para investigar en una gran variedad de estilos.106
Partiendo de la definición de “Geografía” de Vidal de la Blache como la “ciencia de los
lugares”, podemos deducir que la Geografía humana es la ciencia que estudia los
lugares (espacios topos) experimentados -o habitados- por el hombre durante un tiempo
determinado.
Igualmente, según el geógrafo Maurice Le Lannou,
La geografía humana es la ciencia del hombre habitante. Habitar es vivir
sobre una porción del planeta y tener con qué satisfacer las necesidades
elementales de la existencia y, en una medida variable, un cierto número de
necesidades adquiridas o de necesidades superfluas.107
DEDUCCIÓN. La rama científica que estudia el sistema concreto “espacio (región)
arquitectónico” es la Geografía humana.
El hecho “espacio (región) arquitectónico” debe por tanto ser estudiado por la Geografía
humana, por lo que la cosa concreta arquitectónica que es experimentada por los sujetos
es un ente o hecho geográfico humano.
106 Gregory, Derek, Ron Johnston, Geraldine Pratt, Michael Watts y Sarah Whatmore (eds). The
Dictionary of Human Geography (Chichester: Wiley-Blackwell, 1981; 5ª ed, 2009), 350. [Traducción al castellano por Rosa Mecha López, Geografía Humana (Tres Cantos: Akal, 2000), 271-274.]
107 Maurice Le Lannou,.La géographie Humaine (París: Flammarion, 1949), 11. [Ver traducción de la cita al castellano por Antonio M. Higueras Arnal en Teoría y Método de la Geografía: Introducción al análisis geográfico regional ( Zaragoza: Prensas universitarias, 2003), 36.]
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
189
c. Ciencia regional o subrama científica que estudia el objeto concreto “espacio
(región) arquitectónico”.
Sabemos que la ciencia particular que estudia el sistema concreto “espacio (región)
arquitectónico” es la Geografía, y más exactamente la rama “Geografía humana”.
Ahora, si queremos saber qué tipo de espacio topos es el espacio (región)
arquitectónico, debemos estudiar las distintas disciplinas de la ciencia de la Geografía
humana, para buscar aquella que estudia el objeto “región” desde el punto de vista de
ser vivido o experimentado por el hombre durante un tiempo determinado.
Para ello, debemos realizar una clasificación sistemática de los “hechos geográficos
humanos”.
Disciplinas de la Geografía humana que tienen que ver con el “hecho
arquitectónico”.
Dentro de las ramas de la Geografía humana nos encontramos con tres que tienen
mucho que ver con el objeto arquitectónico: la Geografía de la población, la Geografía
de la percepción, y la Geografía aplicada.
La Geografía de la población (o del asentamiento) -que incluye la Geografía urbana
y la Geografía rural- es una rama que estudia un fenómeno que está relacionado con la
realidad física de las construcciones arquitectónicas y urbanísticas. La Geografía de la
población (o del asentamiento) es:
Estudio de las formas en que se relacionan la naturaleza de los lugares con
las variaciones espaciales de la distribución, composición, migración y
crecimiento de las poblaciones.108
Esta rama de la Geografía se ocupa de la actividad de poblar un territorio, de asentarse
en él, por parte de comunidades de personas. Los hechos urbanísticos se encuentran
dentro de esta rama, diferenciándose entre espacios urbanos y espacios rurales,
108 Gregory, Derek, Ron Johnston, Geraldine Pratt, Michael Watts y Sarah Whatmore (eds). The
Dictionary of Human Geography (Chichester: Wiley-Blackwell, 1981; 5ª ed, 2009), 552. [Traducción al castellano por Rosa Mecha López, Geografía Humana (Tres Cantos: Akal, 2000), 253.]
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
190
dependiendo del tipo de asentamiento. Pero no podemos incluir el ente “espacio
(región) arquitectónico” dentro de esta rama científica, porque no contempla la
actividad de “vivir un espacio durante un tiempo determinado” sino la de poblarlo,
morarlo, ocuparlo de manera permanente.
Por otra parte, contamos también con la disciplina de la Geografía de la percepción
y del Comportamiento:
La Geografía del comportamiento es la expresión geográfica del
“behaviouralismo”, un movimiento general que se ha extendido dentro de
las ciencias sociales. […] El “behaviouralismo” considera a los seres
humanos como seres pensantes, cuyas acciones se hallan mediatizadas por
procesos cognoscitivos.109
Dentro de esta disciplina encontramos también un conocimiento científico directamente
relacionado con la Arquitectura:
El espacio no existe más que a través de las percepciones que el individuo
puede tener, las cuales condicionan todas las relaciones ulteriores.110
Para terminar, existe también la disciplina de la Geografía aplicada, dentro de la cual se
encuentra la Planificación urbana. La Geografía aplicada se encarga de:
Aplicación de los conocimientos y métodos geográficos para la solución o
resolución de los problemas de la sociedad.111
Estas ramas geográficas tienen una relación sólo parcial con el objeto arquitectónico.
109 John R. Gold, An Introduction to Behavioural Geography (Oxford: Oxford University Press,
1980), 4. [Ver traducción de la cita al castellano por Antonio M. Higueras Arnal, Teoría y Método de la Geografía: Introducción al análisis geográfico regional ( Zaragoza: Prensas universitarias, 2003), 41.]
110 A. Moles. Cit. en Antoine S. Bailly,.La perception de l’espace urbain (París: Centre de Recherche d’Urbanisme, 1977), 11. [Ver traducción de la cita al castellano por Antonio M. Higueras Arnal en Teoría y Método de la Geografía: Introducción al análisis geográfico regional ( Zaragoza: Prensas universitarias, 2003), 42.]
111 Gregory, Derek, Ron Johnston, Geraldine Pratt, Michael Watts y Sarah Whatmore (eds). The Dictionary of Human Geography (Chichester: Wiley-Blackwell, 1981; 5ª ed, 2009), 34. [Traducción al castellano por Rosa Mecha López, Geografía Humana (Tres Cantos: Akal, 2000), 247.]
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
191
Disciplinas de la Geografía humana que no tienen que ver con el “hecho
arquitectónico”.
Veamos también el objeto y el punto de vista del resto de las disciplinas de la Geografía
humana:
Geografía política: los estudios políticos realizados por los geógrafos,
utilizando técnicas e ideas asociadas con sus perspectivas espaciales.112
Geografía social: estudio de las relaciones sociales en el espacio y de las
estructuras espaciales que sostienen dichas relaciones.113
Geografía cultural: se centra en las estructuras e interacciones de la cultura
humana, tanto materiales como inmateriales, con relación al medio
natural.114
La invención de una nueva disciplina de la geografía humana que estudie el “hecho
arquitectónico”.
Una vez realizada la clasificación sistemática de las disciplinas geográficas humanas y
su objeto, deducimos que no existe ninguna disciplina o subrama de la Geografía
humana que responda exactamente al estudio del “hecho arquitectónico”, esto es, no
encontramos ninguna que responda al estudio del hecho humano de “vivir un espacio” o
“experimentar un espacio” durante un tiempo determinado.
Así, se deduce que es necesario crear una nueva rama de la Geografía humana que
se encargue del estudio de la actividad de “vivir una región limitada, durante un tiempo
determinado”. Para ello utilizamos el concepto "espacio vivencial" haciendo una
112 Burnett y Taylor, cit. en Gregory, Derek, Ron Johnston, Geraldine Pratt, Michael Watts y Sarah
Whatmore (eds). The Dictionary of Human Geography (Chichester: Wiley-Blackwell, 1981; 5ª ed, 2009), 549. [Traducción al castellano por Rosa Mecha López, Geografía Humana (Tres Cantos: Akal, 2000), 288-289.]
113 Gregory, Derek, Ron Johnston, Geraldine Pratt, Michael Watts y Sarah Whatmore (eds). The Dictionary of Human Geography (Chichester: Wiley-Blackwell, 1981; 5ª ed, 2009), 692. [Traducción al castellano por Rosa Mecha López, Geografía Humana (Tres Cantos: Akal, 2000), 296.]
114 Ibíd., 129. [Traducción al castellano Ibíd., 251.]
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
192
analogía con otros espacios geográficos humanos como el “espacio político”, el
“espacio cultural”, el “espacio psicológico”, etc.
El término “vivencial” lo formó el filósofo español José Ortega y Gasset, y lo
encontramos también en la traducción castellana del concepto "espacio experimentado"
de Otto Bollnow en su Mensch und Raum. Como veremos más adelante, podemos
también denominar “espacio estanciales” a estos hechos geográficos humanos.
Así, habríamos creado una nueva rama de la Geografía humana, que se llamaría
“Geografía vivencial (o estancial)”, que estudiaría los “espacios vivenciales” o
“espacios estanciales”, donde las personas experimentan una región de espacio
vivencial determinada durante un tiempo determinado.
DEDUCCIÓN. El objeto de la Ciencia geográfica vivencial es el “espacio vivencial”.
El objeto de la Ciencia geografía vivencial sería, siguiendo las indicaciones de A. von
Humboldt sobre el objeto de la Geografía, el estudio del lugar donde los hombres
experimentan o viven el espacio durante un tiempo, y no el estudio de la experiencia
misma de vivir el lugar, que correspondería a otras disciplinas como la psicología y la
sociología.
Por otra parte, si el “espacio (región) arquitectónico” es un hecho geográfico, y los
hechos geográficos son denominados técnicamente “sistemas espaciales” o “espacios”,
y éste es del tipo vivencial, podemos contemplar el “espacio (región) arquitectónico”
como un “sistema espacial” o “espacio” de tipo vivencial, por lo que:
DEDUCCIÓN. El objeto “espacio (región) arquitectónico” se encuentra dentro de la
colección de los “espacios vivenciales”. Dicho de otra manera, el “espacio (región)
arquitectónico” es una especie perteneciente al género de los espacios vivenciales
(siendo los “espacios vivenciales” aquellos lugares naturales -propios de la naturaleza- o
artificiales (arquitectónicos) que tienen el objeto de ser experimentados por los sujetos
durante un tiempo determinado).
Y para terminar podemos concluir que,
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
193
DEDUCCIÓN. La ciencia que estudia el objeto concreto “espacio (región)
arquitectónico” es la Geografía vivencial (siendo ésta la ciencia regional o subrama
científica de la Geografía humana que se encarga del estudio de todos los “espacios
vivenciales”, sean éstos naturales -propios de la naturaleza- o artificiales –
arquitectónicos-).
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
194
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
195
4.3. ELABORACIÓN DE LOS DATOS:
CLASIFICACIÓN, ANÁLISIS, EVALUACIÓN, REDUCCIÓN, ETC., DE LOS
DATOS OBTENIDOS EN LA PRUEBA REALIZADA
EXPOSICIÓN DE LA IDEA QUE REPRESENTA
EL CONCEPTO “ESPACIO (REGIÓN) ARQUITECTÓNICO”
EN EL CONTEXTO DE LAS CIENCIAS BÁSICAS
Vamos a realizar en este apartado una exposición del espacio (región) arquitectónico
como un objeto concreto (o hecho) geográfico humano, esto es, un “espacio (o región o
lugar) vivencial”.
Por otra parte, expondremos definitivamente las ciencias básicas y aplicadas
implicadas en el conocimiento básico y aplicado del sistema concreto (o cosa) “espacio
(región) arquitectónico”.
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
196
EXPOSICIÓN DEL ESPACIO (REGIÓN) ARQUITECTÓNICO COMO UN OBJETO
CONCRETO (O HECHO) GEOGRÁFICO HUMANO: UN “ESPACIO (O REGIÓN O
LUGAR) VIVENCIAL”.
Como hemos deducido en el apartado anterior, el sistema concreto “objeto
arquitectónico” es un “espacio vivencial” o “sistema vivencial”, y su investigación
científica se encuentra en el campo de la disciplina geográfica de la “Geografía
vivencial”.
a. Los dos objetos implicados en el “espacio (región) arquitectónico” (espacio topos
vivencial = lugar -o región- vivencial) como “sistema geográfico”: un “Sistema
vivencial” que se da en un “Volumen vivencial”.
Vamos ahora a investigar el sistema concreto “espacio (región) arquitectónico” como un
hecho geográfico. Para ello vamos a hacer una analogía entre un sistema concreto -
región- arquitectónico y un sistema concreto -región- político.
El objeto concreto “región política” consiste en un sistema político que se da en un
lugar político determinado. Vemos ahora que dentro del hecho geográfico “región
política” o “espacio político” existen dos entes implicados: primero un sistema de leyes
y normas (de naturaleza ideal o formal) al que llamamos “sistema político”, y por otra
parte el espacio físico, territorio o porción de la superficie de la tierra (de naturaleza
fáctica natural) en el que este sistema político tiene vigencia. La geografía política no
estudia ninguno de estos dos entes, puesto que el sistema político es estudiado por las
ciencias políticas -que tienen su origen en la rama filosófica de la ética o moral-, y el
espacio físico (o porción de la superficie de la tierra) es estudiado por las ciencias
naturales (física, química, biología, etc.).
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
197
Lo mismo ocurre al analizar un “lugar -o región- vivencial”. Dentro del hecho
geográfico “región vivencial” o “espacio vivencial” existen dos entes implicados:
primero un sistema de procesos (de naturaleza neurocientífica y psicológica) por los que
los sujetos se relacionan con su entorno, que llamamos “sistema vivencial”, y por otra
parte el espacio físico o porción de la atmósfera habitable (de naturaleza fáctica natural)
que llamamos “Volumen vivencial”, puesto que es de tres de dimensiones.
DEDUCCIÓN: el espacio (región) arquitectónico es un “sistema vivencial” que se da en
un “volumen vivencial”.
El objeto arquitectónico (espacio topos vivencial = lugar -o región- vivencial) es un
“sistema de vivencias (procesos neurocientíficos y psicológicos) que eventualmente
experimenta un sujeto tipo” que ocurren en un “volumen espacial de realidad fáctica
natural”. Esto es, el objeto arquitectónico es un “Sistema vivencial” que ocurre en un
“Volumen vivencial”.
Esta deducción prueba la hipótesis de que el objeto arquitectónico no es sólo la
realidad física del objeto construido, sino un conjunto complejo de realidades de
diversas naturalezas o materias.
b. El todo “espacio (región) arquitectónico” (espacio topos vivencial = lugar -o
región- vivencial) como “sistema geográfico”: el “medio vivencial” y la
“frontera vivencial” de la cosa concreta arquitectónica.
Estudiando la cosa concreta arquitectónica que está siendo ya experimentada por los
sujetos, como un sistema (sistema espacial), vemos que está fundamentalmente
constituido por el espacio atmosférico en sí, y el borde o límite de éste. Si observamos
la definición aristotélica de “lugar” en Physica IV, el espacio topos está definido o
limitado por su extremo. Como sabemos por la Geografía humana, el límite o extremo o
“borde” (idea de una línea conceptual) de un espacio o región humana -o social- se
denomina “frontera” (idea de un límite construido de anchura variable).
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
198
Todo sistema tiene un medio y una frontera que limita el medio. El espacio (región)
arquitectónico entendido como “sistema espacial vivencial” tiene entonces un medio al
que llamamos “medio vivencial” y tiene un límite, que llamamos “frontera vivencial”.
La realidad natural del “medio vivencial” del objeto arquitectónico es aquella
materia física en estado gaseoso en el que el ser humano puede vivir, esto es, donde los
seres humanos pueden respirar. Así, la realidad fáctica natural del medio arquitectónico
es la del aire, que es como llamamos a la porción de atmósfera que es habitable.
La realidad natural de la “frontera vivencial” del objeto arquitectónico responde a la
idea de algún tipo de modificación de la materia física en estado sólido, que forma un
cerramiento gracias al uso de materiales de construcción y al aparejo de piezas.
DEDUCCIÓN. El espacio (región) arquitectónico tiene un “medio vivencial” y una
“frontera vivencial”.
DEDUCCIÓN. La realidad natural del “medio arquitectónico” del espacio (región)
arquitectónico es el aire.
DEDUCCIÓN. La realidad natural de la “frontera arquitectónica” del espacio (región)
arquitectónico es una construcción artificial (modificación de la realidad natural de la
materia física en estado sólido): la frontera del espacio (región) arquitectónico es
siempre artificial.
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
199
LAS CIENCIAS BÁSICAS Y APLICADAS IMPLICADAS EN EL CONOCIMIENTO BÁ-
SICO Y APLICADO DEL SISTEMA CONCRETO (O COSA) “ESPACIO (REGIÓN)
ARQUITECTÓNICO”.
a. Ciencias básicas implicadas en la creación de conocimiento científico sobre el
espacio (región) arquitectónico.
La ciencia regional o subrama científica que analiza y representa el espacio (región)
arquitectónico es la Geografía vivencial, subrama de la Geografía humana.
b. Ciencias aplicadas implicadas en la creación artificial del espacio (región)
arquitectónico.
Las ciencias aplicadas que se ocupan de crear (proyectar y construir) el “espacio
(región) arquitectónico” son dos: (1) las “Ciencias vivenciales” (que conciben el
“sistema vivencial” que se dará en el espacio) y (2) la Ciencia aplicada de la
Arquitectura (que se encarga de construir la “frontera material” del espacio).
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
200
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
201
4.4. INFERENCIA DE LA CONCLUSIÓN:
INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS ELABORADOS A LA LUZ DE LA TEORÍA
LA DEDUCCIÓN DEL “GÉNERO” Y LA “DIFERENCIA ESPECÍ-
FICA”, Y LA DEDUCCIÓN DEFINITIVA DE LA DEFINICIÓN
DEL CONCEPTO NO-FORMAL “ESPACIO (REGIÓN) ARQUI-
TECTÓNICO”
Vamos ahora a interpretar, a la luz de nuestro modelo teórico, el conjunto de todos los
datos que hemos clasificado y analizado, esperando validar la hipótesis de partida. Para
ello, esperamos demostrar que el género de la definición del concepto “espacio (región)
arquitectónico” es el concepto "espacio vivencial", y que la “diferencia específica” de la
especie “espacio (región) arquitectónico” respecto al resto de las especies del género de
los “espacios vivenciales” es que éste es "de frontera artificial" o, dicho de otro modo,
se encuentra “limitado artificialmente”-.
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
202
a. Deducción de la “materia última” (o materia inteligible) del concepto “espacio
(región) arquitectónico”.
Habiendo demostrado que la realidad fundamental del espacio (región) arquitectónico es
que éste es un hecho geográfico humano de tipo vivencial, se deduce que la materia
última del espacio (región) arquitectónico es que éste es un “espacio vivencial”.
b. Deducción de la “forma” (o materia sensible) del concepto “espacio (región)
arquitectónico”.
Como hemos deducido, la especie “espacio (región) arquitectónico” pertenece al género
“espacio vivencial”. Así, el sistema concreto “espacio (región) arquitectónico” es una
especie de la familia de sistemas concretos “espacio topos vivencial”.
Para saber cuál es la forma (o materia sensible) del “espacio (región)
arquitectónico”, debemos analizar los tipos de “espacios topos vivenciales” que existen.
Clases de objetos que se encuentran dentro del ámbito de la Geografía humana
vivencial (tipos de espacios -o regiones- vivenciales).
Podemos establecer muchos tipos de clasificaciones de espacios o sistemas
vivenciales, según el criterio que tomemos. Como ocurre en la investigación de
cualquier ente, el estudio de sus tipos es tan extenso como lo son sus propiedades.
Podemos así establecer tipos y tipologías del “espacio vivencial” según su composición,
su entorno, su estructura y su mecanismo, su función, su evolución, etc.
Si estudiamos los tipos de “espacios vivenciales” que existen según su medio y su
frontera, nos damos cuenta de que la idea del medio del “espacio (región)
arquitectónico” coincide exactamente con la idea del “medio vivencial”. Esto es, el tipo
de medio en el que los sujetos se encuentran, es el mismo para todos los tipos de
espacios vivenciales. Por ejemplo, el medio vivencial de una cueva es el mismo medio
vivencial que el de una casa.
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
203
En cambio, la frontera del espacio (región) arquitectónico difiere de las fronteras de
otros espacios vivenciales. Si estudiamos la frontera del espacio (región) arquitectónico,
nos damos cuenta de que ésta es siempre artificial, esto es, creada por el hombre a través
de la modificación de la materia física en estado sólido. Así, nos damos cuenta de que
una cueva y una habitación son dos casos de “espacios vivenciales” que comparten un
mismo medio, pero mientras que la frontera de la cueva es natural, la frontera de la
habitación es artificial.
Si estudiamos el sistema concreto “cosa individual frontera” (como parte del todo
“sistema concreto espacio vivencial”), vemos que la frontera vivencial puede ser natural
o artificial. Como hemos visto en las consecuencias particulares de la hipótesis, según la
teoría de la ontología sistémica sabemos que los sistemas concretos pueden ser naturales
o artificiales, por lo que podemos definir dos tipos de fronteras vivenciales:
DEFINICIÓN: Una frontera vivencial natural es aquella cuyos componentes, así como
los vínculos entre ellos, pertenecen a la naturaleza –esto es, no son obra del hombre-.
DEFINICIÓN: Una frontera vivencial artificial es la que contiene cosas creadas.
Así, según la naturalidad o la artificialidad de la realidad física de la frontera de los
espacios vivenciales, podemos distinguir dos tipos de “espacios vivenciales”: los
naturales y los artificiales.
Podríamos entonces denominar “espacios vivenciales artificiales” a los espacios
cuya frontera es artificial, y “espacios vivenciales naturales” a los espacios vivenciales
cuya frontera es natural. Pero esta denominación no sería conveniente, ya que al colocar
el adjetivo natural o el adjetivo artificial al lado del nombre “espacio vivencial”,
estaríamos definiendo una propiedad del todo o totalidad “espacio vivencial”, cuando lo
que en realidad pretendemos es hablar de una propiedad de la parte “frontera vivencial”
del todo “espacio vivencial”. Además, el uso de los adjetivos natural y artificial para un
espacio crearía una gran ambigüedad, ya que todos los espacios son naturales porque
existen en la naturaleza (los hombres no creamos la materia física del aire ni del
cerramiento), y todos los espacios son artificiales (los hombres modifican la realidad
natural y social de los espacios, con el mero hecho de encontrarse dentro de ellos).
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
204
Así, para ser precisos y evitar ambigüedades, denominaremos a estos dos tipos de
espacios vivenciales “espacio vivencial de frontera natural” y “espacio vivencial de
frontera artificial”.
Así, según la naturalidad / artificialidad de la frontera vivencial, nos encontramos
con que dentro de la familia de los “espacios vivenciales” existen dos tipos de espacios
que el ser humano puede experimentar. (1) Por una parte tendríamos espacios
vivenciales que encontramos en la naturaleza -como por ejemplo una cueva, o un claro
en el bosque, o el resguardo bajo la copa de un árbol-, que son espacios vivenciales de
frontera natural. (2) Y por otra parte tendríamos espacios vivenciales que han sido
creados por el hombre -como los edificios y las plazas-, que son espacios vivenciales de
frontera artificial.
Veamos ahora a cuál de estos dos tipos de espacios vivenciales corresponde el
objeto arquitectónico.
Tipo de espacio vivencial que es el espacio (región) arquitectónico, según la
naturalidad / artificialidad de su frontera vivencial.
Por ser el espacio (región) arquitectónico un hecho geográfico (lugar), y estar éste
definido por su límite o extremo (ver la definición aristotélica de espacio topos = lugar
en la deducción de consecuencias particulares), entendemos que la creación de su
realidad física es la creación del límite o frontera.
Dado que sabemos que la construcción arquitectónica (cerramiento) que ha sido
creada por el arquitecto es un sistema concreto de tipo técnico, sabemos que es un
sistema artificial –creado por el hombre- por lo que su realidad física -de su límite o
extremo, esto es, su frontera- debe ser artificial. Así, deducimos que:
DEDUCCIÓN: La idea que representa el concepto “espacio (región) arquitectónico” es
la de un espacio vivencial de frontera artificial.
Los espacios naturales no podemos considerarlos espacios (regiones) arquitectónicos
porque no incluyen una modificación de la realidad material por parte del hombre a la
hora de crear el límite o extremo del espacio topos (lugar, región), esto es, la frontera.
Capítulo cuarto: Prueba de la hipótesis
205
Deducción definitiva de la “forma” del concepto “espacio (región) arquitectónico”.
Así, podemos finalmente deducir que, siendo el sistema concreto “espacio (región)
arquitectónico” una especie perteneciente a la familia de los espacios vivenciales, la
diferencia que existe entre éste y el resto de las especies del mismo género es el hecho
de que la realidad física de sus límites viene de una modificación de la realidad –o
materia- física por parte del hombre, esto es, su frontera es artificial. (Se hace especial
referencia a la modificación de la realidad física, porque si bien un espacio puede estar
concebido (creado en la mente a modo de pensamiento) a partir de la concepción mental
de un límite (frontera), esa región delimitada no se considera un espacio arquitectónico).
DEDUCCIÓN: La “forma” (o materia sensible) del concepto “espacio (región)
arquitectónico” es que éste es de “frontera artificial”.
Como sabemos, esta idea de la forma de la especie “espacio (región) arquitectónico” se
encuentra expresada en la etimología del término ‘arquitecto’, como aquél maestro que
construye el límite físico del espacio topos.
c. La formación de la definición científica del concepto “espacio (región)
arquitectónico”: el género próximo y la diferencia específica.
Habiendo demostrado que el género próximo de la especie “espacio (región)
arquitectónico” es el “espacio vivencial” y su diferencia específica es que éste es “de
frontera artificial”, y siguiendo el método de construcción del modelo de definición de
la lógica aristotélica, deducimos definitivamente la definición científica del concepto
“espacio (región) arquitectónico” como:
DEDUCCIÓN. El “espacio (región) arquitectónico” es un “espacio vivencial” de
frontera artificial.
Con la formación de esta definición se da por demostrada la hipótesis de partida.
207
CAPÍTULO QUINTO
INTRODUCCIÓN DE LAS CONCLUSIONES EN LA TEORÍA
VALIDACIÓN DE LA
“TEORÍA DEL CONCEPTO GEOGRÁFICO”
Y SUGERENCIAS ULTERIORES
En esta última fase de la investigación se pretende expresar la validación del modelo
teórico “Teoría del concepto geográfico” planteado al comienzo de la investigación
como conocimiento explicativo del problema científico. Para ello debemos estudiar la
verificación o no verificación del enunciado hipotético.
Una vez contrastada la hipótesis de partida, expresaremos las eventuales
correcciones que se consideren necesarias para un reajuste final de la teoría planteada.
Por otra parte, se expondrán sugerencias acerca de trabajos ulteriores, esto es, la
búsqueda de lagunas o errores en la teoría planteada y/o los procedimientos empíricos -
si la “Teoría del concepto geográfico” no se validara-. Si la teoría se valida, se
expondrán las posibles futuras extensiones de la investigación y las posibles
consecuencias que esta investigación puede suponer en otros campos del saber.
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
208
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
209
5.1. CONSIDERACIÓN DE LA VALIDACIÓN DEL MODELO TEÓRICO
VERIFICACIÓN DEL ENUNCIADO HIPOTÉTICO Y VALIDA-
CIÓN DE LA “TEORÍA DEL CONCEPTO GEOGRÁFICO”
Hemos llegado al final de la investigación, donde podremos definitivamente resolver el
problema científico plantado al comienzo de la misma.
La primera tarea será, por tanto, la verificación del enunciado hipotético que hemos
conjeturado en el modelo teórico. Como sabemos, “para verificar un enunciado […] no
basta la contemplación y ni siquiera el análisis. Comprobamos nuestras afirmaciones
confrontándolas con otros enunciados. El enunciado confirmatorio (o disconfirmatorio),
que puede llamarse el verificans, dependerá del conocimiento disponible y de la
naturaleza de la proposición dada, la que puede llamarse verificandum.”115
Una vez confirmado / disconfirmado el enunciado hipotético, trataremos la cuestión
final de la validación del modelo teórico propuesto en esta investigación.
115 Mario Bunge, La ciencia, su método y su filosofía (Buenos Aires: Siglo Veinte, 1960. Ver
reimpresión con nuevo prefacio, Mutilva Baja: Laetoli, 2013), 47.
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
210
a. Verificación del enunciado hipotético (o hipótesis de partida) “el espacio (región)
arquitectónico es un espacio vivencial de frontera artificial”.
Se trata aquí de contemplar la verificación o no verificación del enunciado hipotético
planteado en la Teoría del concepto geográfico.
Como hemos indicado con anterioridad, el enunciado hipotético es en este caso del
tipo ideal (no fáctico), por lo que ha de ser tratado por las ciencias formales. A
diferencia de las ciencias fácticas -que confirman o disconfirman las hipótesis de
partida-, las ciencias formales demuestran (o prueban) las hipótesis planteadas en el
modelo teórico. Así, mientras que el conocimiento fáctico verificado (la confirmación
de la hipótesis) es siempre probable, incompleta y temporal, el conocimiento formal
verificado (la demostración de la hipótesis) es siempre completa y final.
La verificación de un enunciado hipotético de tipo formal incluye sólo operaciones
racionales -esto es, no precisa de procedimientos empíricos- de tal manera que la propia
conclusión deducida al final de la prueba realizada, valida (o no) el enunciado hipotético
de manera directa.
Así, llegamos a la conclusión de que:
VERIFICACIÓN DEL ENUNCIADO HIPOTÉTICO: la proposición “El espacio
(región) arquitectónico es un espacio vivencial de frontera artificial” -que ha sido
deducida a través de la prueba ejecutada- coincide exactamente con el enunciado formal
(o hipótesis de partida) conjeturado en la Teoría del concepto geográfico. Podemos así
considerar finalmente demostrado el enunciado hipotético, y por tanto, siendo la
hipótesis un enunciado de tipo formal, se da por validada la teoría de manera directa.
b. Validación de la “Teoría del concepto geográfico”.
El análisis lógico de los conceptos de la hipótesis de partida ha permitido deducir una
conclusión final que demuestra o prueba científicamente el conocimiento teórico inicial
expresado en el modelo teórico (o teoría), por lo que:
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
211
VALIDACIÓN DE LA TEORÍA: por tratarse la hipótesis de un enunciado de tipo
formal, se da por válida la “Teoría del concepto geográfico” de manera directa.
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
212
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
213
5.2. REAJUSTE DEL MODELO:
EVENTUAL CORRECCIÓN O AUN REEMPLAZO DEL MODELO
SUSTITUCIÓN DEL TÉRMINO ‘VIVENCIAL’ POR ‘ESTANCIAL’
a. Creación del término ‘estancial’ para solventar la vaguedad del término
‘vivencial’.
Si bien el concepto “espacio vivencial” -que está formado con el concepto “erlebnis”
(vivencial)- es un término de clara significación en la teoría de Otto Bollnow, tiene
cierto grado de vaguedad en el contexto de esta teoría. El término ‘vivencial’ que utiliza
Bollnow se refiere a la actividad humana de experimentar un espacio. Veamos la
significación exacta del término:
vivencial.
1. adj. Perteneciente o relativo a la vivencia.116
siendo
vivencia.
(De vivir, formada por el filósofo José Ortega y Gasset para traducir el al.
Erlebnis).
1. f. Hecho de experimentar algo, y su contenido.117
En el ámbito de la vivencia o experiencia del espacio arquitectónico, las expresiones
“espacio vivencial” y “espacio experimentado” son demasiado genéricos, ya que pueden
utilizarse para referirse a cualquier tipo de vivencia o experiencia del mismo.
Se propone por tanto, en esta investigación, la formación del término “estancial”,
que viene de la acción de estar en un lugar durante un tiempo, sin entrar a priori a
considerar el tipo de experiencia que se tiene.
116 Diccionario de la lengua española, (Real academia Española), 22ª edición. 117 Ibíd.
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
214
FORMACIÓN DEL TÉRMINO “ESTANCIAL”.
Esta investigación aporta al campo del saber un nuevo término:
estancial.
1. adj. Perteneciente o relativo a la estancia.
El término ‘estancia’ puede ser entendido en esta definición como un sustantivo (el
espacio topos). Pero también puede ser entendido como una acción o efecto del verbo
estar:
estancia.
(De estar, del lat. stare).
3. f. Acción y efecto de estar en un sitio o lugar determinado durante un cierto
tiempo.
Véase esta acepción, como modificación de la acepción tercera del Diccionario de la
Real Academia de la lengua “Permanencia durante cierto tiempo en un lugar
determinado”118. La formación de esta acepción tiene la intención de expresar tanto la
acción o actividad del estar en un lugar durante un tiempo, como el efecto de esa
estancia.
Vemos así como el término ‘estar’ tiene una significación exacta en este contexto,
mientras que los términos ‘vivir’ y ‘experimentar’ tienen un cierto grado de vaguedad:
vivir.119
(Del lat. vivere).
1. intr. Tener vida.
2. intr. Durar con vida.
118 Diccionario de la lengua española, (Real academia Española), 22ª edición. 119 Ibíd.
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
215
3. intr. Dicho de una cosa: durar.
4. intr. Pasar y mantener la vida.
5. intr. Habitar o morar en un lugar o país.
6. intr. Obrar siguiendo algún tenor o modo en las acciones, en cuanto miran
a la razón o a la ley.
7. intr. Mantenerse o durar en la fama o en la memoria después de muerto.
8. intr. Acomodarse a las circunstancias o aprovecharlas para lograr sus
propias conveniencias.
9. intr. Dicho de una cosa: Estar presente en la memoria, en la voluntad o en
la consideración.
10. intr. Dicho de Dios: Estar en la memoria, en la voluntad o en la
consideración y asistir particularmente a alguien con sus inspiraciones.
11. intr. estar (existir uno con cierta permanencia en un lugar o en un estado
o condición).
12. tr. Sentir o experimentar la impresión producida por algún hecho o
acaecimiento.
y
experimentar.120
1. tr. Probar y examinar prácticamente la virtud y propiedades de algo.
2. tr. Notar, echar de ver en uno mismo una cosa, una impresión, un
sentimiento, etc.
3. tr. Dicho de una cosa: Recibir una modificación, cambio o mudanza.
4. intr. En las ciencias fisicoquímicas y naturales, hacer operaciones
destinadas a descubrir, comprobar o demostrar determinados fenómenos
o principios científicos.
Este nuevo término ‘estancial’ que se ha creado, expresará inequívocamente la
determinación que buscamos para el sustantivo ‘espacio’.
120 Ibíd.
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
216
b. Formación del concepto “espacio estancial”, que sustituye al concepto “espacio
vivencial”.
Contando ya con el nuevo término ‘estancial’, podemos ya formar el concepto “espacio
estancial”, que es el concepto que vamos a utilizar para solucionar la vaguedad del
concepto “espacio vivencial” expresado en el modelo teórico.
Así, modificamos ahora el término en las deducciones de la prueba:
REAJUSTE DEL GÉNERO PRÓXIMO: El concepto “espacio (región) arquitectónico”,
cuyo correlato fáctico empírico es la “experiencia de la arquitectura”, y cuyo correlato
fáctico objetivo es el sistema concreto “cosa concreta arquitectónica” se encuentra
dentro de la colección de objetos que forman el género “espacio estancial”, que incluye
los “espacios estanciales naturales” y los “espacios estanciales arquitectónicos”.
Una vez modificado el concepto que determina el género, debemos también modificar
la nominalización de la ciencia básica particular que lo estudia:
REAJUSTE DE LA CIENCIA REGIONAL QUE ESTUDIARÍA LA COLECCIÓN DE
ESPECIES QUE FORMAN EL GÉNERO DE LOS ESPACIOS ESTANCIALES: La
ciencia regional -o subrama científica- que estudiaría el correlato fáctico sistema
concreto “espacio estancial” es la “Geografía estancial”. (Siendo la “Geografía
estancial” aquella subrama de la Geografía humana que se encargaría del estudio de los
“espacios estanciales naturales” y los “espacios estanciales arquitectónicos”.
c. Reajuste de la hipótesis de partida: la formulación definitiva de la definición
científica del concepto “espacio (región) arquitectónico”.
Siendo el enunciado hipotético de partida «el “espacio (región) arquitectónico” es un
“espacio vivencial” de frontera artificial», y habiendo sustituido el concepto “espacio
vivencial” por el concepto inequívoco “espacio estancial”, deducimos que la
formulación definitiva del enunciado científico es:
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
217
REAJUSTE DEL ENUNCIADO CIENTÍFICO: La definición científica del concepto
“espacio (región) arquitectónico” es:
El “espacio (región) arquitectónico” es un “espacio estancial” de frontera artificial.
Siendo:
(1) Espacio (región) arquitectónico: especie geográfica humana (que pertenecería al
ámbito particular de estudio de la Geografía estancial arquitectónica).
(2) Espacio estancial: género próximo de la especie “espacio (región)
arquitectónico”, que incluye la especie de los “espacios estanciales naturales” y
la especie de los “espacios estanciales arquitectónicos”, (y que pertenecería al
ámbito de la Geografía estancial -subrama de la Geografía humana-).
(3) De frontera artificial: diferencia específica de la especie “Espacio (región)
arquitectónico” respecto del resto de las especies que conforman el género
“espacio estancial”.
Una vez reajustado el enunciado científico, damos por terminada la investigación.
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
218
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
219
5.3. SUGERENCIAS ACERCA DE INVESTIGACIONES ULTERIORES
EXAMEN DE POSIBLES EXTENSIONES Y DE POSIBLES CONSE-
CUENCIAS EN OTROS DEPARTAMENTOS DEL SABER
Esta investigación tiene el propósito de ser el germen científico de un sin fin de
investigaciones científicas y filosóficas sobre las ideas, los conceptos y los hechos
implicados en el contexto de la arquitectura en general.
Así, se trata aquí de exponer una base científica en cada uno de los cuerpos del
saber que están implicados en el tratamiento filosófico, científico y práctico de la
arquitectura.
Comenzaremos con una exposición de la idea de la cosa concreta arquitectónica a
través de su tratamiento en la investigación filosófica -análisis lógico (sintáctico y
semántico) y epistemológico-. Expondremos así todos los conceptos que representan la
cosa concreta arquitectónica desde los diferentes propósitos y puntos de vista de cada
una de las disciplinas -filosóficas, científicas y prácticas- que son susceptibles de
tratarlo. Distinguiremos así el concepto de clase (lógica, sistemática), el concepto
ontológico (ontología), el concepto científico (investigación científica) y el objeto
técnico (teoría y práctica de la Arquitectura)
Posteriormente y una vez expuestos los términos, sacaremos a la luz dos
investigaciones filosóficas: la ontología del ente arquitectónico, y la filosofía de la
ciencia del objeto arquitectónico, distinguiendo entre la investigación científica de las
ciencias básicas que estudian el objeto arquitectónico y la teoría y práctica de la ciencia
aplicada que crea el objeto técnico de la obra arquitectónica.
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
220
A. LÓGICA (SINTAXIS Y SEMÁNTICA) DE LOS CONCEPTOS
“ESPACIO ARQUITECTÓNCO” (CONCEPTO SISTEMÁTICO),
“ENTE ARQUITECTÓNICO” (CONCEPTO ONTOLÓGICO),
“OBJETO ARQUITECTÓNICO” (CONCEPTO CIENTÍFICO) Y
“PROYECTO ARQUITECTÓNICO”, “OBRA ARQUITECTÓNICA”
Y “CONSTRUCCIÓN ARQUITECTÓNICA” (CONCEPTOS TÉCNI-
COS).
Desde un punto de vista filosófico, hacemos un análisis lógico y epistemológico de los
conceptos que representan lo que lo arquitectos comúnmente –y erróneamente-
llamamos “arquitectura” (véase el objeto, no la ciencia aplicada) -esto es, el objeto
construido de una idea proyectada- o lo que los sujetos comúnmente denominan
“construcción arquitectónica” –véase edificio, plaza, etc.-. Como veremos, existen
conceptos diferentes para el mismo objeto, dependiendo de las ramas filosóficas y de las
ramas científicas que lo traten.
a. El concepto lógico-sistemático (Clasificación Sistemática de conceptos): el
“espacio (región) arquitectónico”.
Como se ha verificado en esta investigación, el objeto “espacio (región) arquitectónico”
es un concepto de clase, una especie que pertenece al género de los “espacios
estanciales”, que a su vez pertenece al sistema taxonómico geográfico humano.
Es muy importante aquí darnos cuenta de la diferencia entre el concepto “espacio
arquitectónico” que se utiliza comúnmente en arquitectura y este nuevo concepto
“espacio (región) arquitectónico” que hemos introducido en esta investigación. El
concepto “espacio (región) arquitectónico” representa la idea de una región geográfica
de tipo social –o humano- que se ubica dentro del contexto de la investigación
científica, mientras que el concepto “espacio arquitectónico” representa la idea de una
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
221
“región física”, que podríamos llamar “región atmosférica”, ya que está formada por
aire (materia física en estado gaseoso).
b. El concepto ontológico (Ontología científica): el “ente arquitectónico”.
El concepto “ente arquitectónico” es aquel que es estudiado por la Ontología, que
pertenece a la rama metafísica de la disciplina de la Filosofía. La ontología se
comprende como ciencia primera, aquella que estudia los fundamentos de los entes, y
esta tesis doctoral se encuentra dentro de éste ámbito de investigación.
c. El concepto en la Ciencia (básica y aplicada): el “objeto científico básico” y el
“objeto científico aplicado”.
El concepto científico en las Ciencias básicas (Geografía humana): el “objeto
concreto arquitectónico”.
Desde el punto de vista de la investigación científica, y utilizando la nomenclatura
técnica, llamamos genéricamente “cosa concreta arquitectónica” al objeto concreto (o
hecho) de tipo sistema concreto que es el correlato fáctico objetivo del concepto
geográfico “espacio (región) arquitectónico”.
El concepto técnico en las Ciencias aplicadas (Arquitectura): el “proyecto
arquitectónico”, la “obra arquitectónica” y la “construcción arquitectónica”.
Debemos comenzar diciendo que no debemos referirnos a un objeto arquitectónico
utilizando el término ‘arquitectura’, y que ésta acepción no existe en el diccionario.
El concepto correcto para referirnos a un objeto creado por la ciencia aplicada de la
Arquitectura sería “objeto técnico arquitectónico”. Este puede ser de tres clases, según
el proceso de creación: la “idea arquitectónica”, el “proyecto arquitectónico”, y la “obra
o construcción arquitectónica”.
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
222
B. ONTOLOGÍA CIENTÍFICA DEL OBJETO ARQUITECTÓNICO: EL
“ENTE ARQUITECTÓNICO” Y SU SER.
a. Propiedades del “ente arquitectónico”.
Una vez conocemos la materia y la forma, y por lo tanto la definición del sistema
concreto “espacio (región) arquitectónico”, podemos seguir los pasos de una completa
ontología del objeto arquitectónico, analizando el sistema concreto en sí, sometiéndolo
al modelo de análisis C.E.S.M., y distinguiendo las cuatro propiedades de un proyecto u
obra arquitectónica:
- Composición estancial (C).
- Estructura estancial (E).
- Entorno estancial (S).
- Mecanismo estancial (M).
Se hace notar también, que dado que el objeto “espacio (región) arquitectónico” es un
ente o hecho geográfico, se debería crear la ciencia básica “Geografía estancial” como
rama de la Geografía humana. La Geografía estancial estudiaría los “espacios
estanciales” que son experimentados por seres humanos durante un determinado espacio
de tiempo. Esta ciencia está directamente relacionada con la “Atmosferología”
planteada por el filósofo italiano Tonino Griffero, considerando el concepto
“Atmósfera” planteado por el filósofo alemán Gernot Böhme.
En cuanto a la práctica de la Arquitectura, se abre un nuevo campo de estudio al
darnos cuenta de que mientras que la “Geografía estancial” se encargaría del estudio y
de la concepción de “sistemas estanciales” (verdadero objetivo fundamental del objeto
arquitectónico), la Arquitectura sería la ciencia aplicada que se encargaría, como indica
su etimología, al proyecto y construcción de la realidad material del objeto
arquitectónico.
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
223
En este sentido, parece imprescindible la incursión del conocimiento científico del
objeto arquitectónico” en cuanto a un “hecho geográfico” a la hora de la proyección, la
investigación y la docencia de la Arquitectura, tanto en la práctica profesional como en
la estructura académica en las escuelas universitarias.
Arquetipos, Prototipos, Tipos y tipologías del “espacio (región) arquitectónico”.
Como ocurre en el estudio de cualquier ente, el estudio de sus tipos es tan extenso
como lo son sus propiedades. Podemos así establecer tipos y tipologías del espacio
(región) arquitectónico según su composición, su entorno, su estructura y su
mecanismo, su función, su evolución, etc.... Por ejemplo, ya que el objeto
arquitectónico es un ente creado por el hombre, podemos establecer el momento en el
que ese objeto se encuentra en el proceso de creación, si éste se encuentra en la
imaginación del arquitecto proyectista como un ente ideal (idea concebida,
pensamiento, ente ideal o formal), si se encuentra en fase de proyecto (idea imaginada
lanzada en un papel) o en fase de obra o construcción (ente de varias realidades).
Si por otra parte, estudiamos el papel que el objeto arquitectónico juega en la
totalidad del espacio estancial (la totalidad del espacio vivible), podemos hablar de
“objeto estancial edificado” para una vivencia particular u “objeto estancial urbanizado”
para la vivencia del espacio público. A su vez, dentro de estas categorías, podemos
establecer nuevas tipologías según su función como edificio, vivienda, bloque, etc… y
plaza, calle, etc…
Como vemos, existen infinidad de maneras de establecer tipos y tipologías del
objeto arquitectónico. El estudio científico de todas estas categorías se entiende un
conocimiento imprescindible para la docencia y la práctica de la Arquitectura.
b. El ser del ente “objeto arquitectónico”: la materia y la esencia.
Una vez hemos definido el ente arquitectónico, sus propiedades y sus tipologías,
estamos en disposición de investigar la materia y la esencia del objeto “espacio (región)
arquitectónico”, que definen su ser, así como los procesos que ocurren, y sus estados.
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
224
C. FILOSOFÍA DE LA CIENCIA: LAS CIENCIAS (BÁSICAS Y APLI-
CADAS) IMPLICADAS EN EL ESTUDIO Y EN LA CREACIÓN
DEL “ESPACIO (REGIÓN) ARQUITECTÓNICO”.
El conocimiento científico del “espacio (región) arquitectónico”: el conocimiento
básico y el conocimiento aplicado.
Lo primero que debemos aclarar es el hecho de que lo que hoy llamamos “Arquitectura”
se refiere realmente a una ciencia aplicada (no básica) que no se ocupa -ni debe
ocuparse- de generar conocimiento científico básico sobre el objeto arquitectónico, sino
de generar un conocimiento teórico encaminado a la práctica arquitectónica. La
Arquitectura es, como la ingeniería y la medicina, una ciencia aplicada.
Para entender esto, podemos hacer una analogía entre el estudio del objeto
arquitectónico y el estudio –por ejemplo- de los seres vivos. Existe una ciencia aplicada
que se encarga de generar el conocimiento teórico encaminado a la práctica de la
creación artificial de seres vivos, que se llama Biología sintética. Pero esta ciencia –la
Biología sintética- no es una ciencia básica, sino una ciencia aplicada. Esto significa que
la Biología sintética se encarga de crear seres vivos artificialmente, pero si
posteriormente queremos estudiar esos seres vivos creados, debamos utilizar el
conocimiento básico de la Biología (ciencia básica) en general.
Nos preguntamos entonces, ¿cuál es la ciencia básica que genera conocimiento para
la comprensión científica de los hechos arquitectónicos? Podemos observar que ésta no
existe. La creación de este conocimiento básico es una tarea que la comunidad de
arquitectos investigadores debemos comenzar.
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
225
1. LAS CIENCIAS BÁSICAS QUE ESTUDIAN EL “ESPACIO (REGIÓN) ARQUI-
TECTÓNICO”.
El objeto arquitectónico: una especie geográfica perteneciente al género geográfico
“espacio estancial”.
Tal como hemos descubierto en esta investigación, el objeto “espacio (región)
arquitectónico” no constituye un género geográfico en sí mismo, sino que constituye
una especie geográfica que pertenece al género de los espacios estanciales.
Para entender esto, podemos observar por ejemplo el hecho de que el hombre –la
especie biológica homo sapiens- no constituye un género biológico en sí mismo, sino
que constituye una especie perteneciente al género animal. Por ello, no contamos con
una ciencia básica particular que estudie la especie homo sapiens particularmente, sino
que contamos con la ciencia básica de la Biología que estudia los seres vivos en general.
Por otra parte, y dentro del ámbito de la biología, contamos con diversas ramas
científicas que estudian hechos concretos de los seres vivos en general, como la
ecología –relación de los seres vivos con el entorno o hábitat-, la fisiología –funciones
propias de los seres vivos-, la etología –comportamiento de los seres vivos-, la
morfología –estructura y forma de los seres vivos-, la biogeografía –distribución de los
seres vivos en el espacio-, la genética, biología molecular, etc. Y además de las
diversas ramas de la Biología, contamos con otras disciplinas regionales de la Biología
que estudian los animales en particular –la zoología-, y otras que estudian aspectos la
especie humana, como por ejemplo la Biología humana.
La analogía de los objetos geográficos “espacio (región) arquitectónico” y “espacio
político”.
Para sacar a luz las ciencias básicas que se ocupan del estudio científico del “objeto
arquitectónico”, vamos a hacer una analogía entre el objeto político y el objeto
arquitectónico, por ser ambos dos objetos geográficos del mismo sistema taxonómico
(geográfico social –o humano-).
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
226
Primeramente debemos darnos cuenta de que estos dos conceptos de clase
pertenecen a niveles jerárquicos diferentes. Esto es, mientras que el “espacio (región)
arquitectónico” es una especie del género “espacio estancial”, el “espacio político” es
un género en sí mismo. La analogía la debemos hacer entonces entre el “espacio
político” y el “espacio estancial”, que son dos géneros que pertenecen al mismo nivel
jerárquico “objetos geográficos humanos (sociales)”, que a su vez pertenece al sistema
taxonómico de los “objetos geográficos” en general.
Las ciencias básicas que se ocupan del conocimiento científico básico del hecho
político son dos. Por una parte contamos con la Geografía política, que estudia el objeto
“espacio político”. Y por otra parte tenemos las Ciencias políticas que estudian el
“sistema político” que se da en el espacio político (como veremos más adelante,
contamos también con la práctica política, que sería la ciencia aplicada encargada de
crear tanto los espacios políticos como el sistema político que se le adjudica).
Haciendo una analogía, diremos que las ciencias básicas que se ocuparían del
conocimiento científico básico del hecho estancial son dos. (i) Por una parte
contaríamos con la “Geografía estancial” o “Geografía de la estancia” -subrama de la
rama Geografía humana-, que estudiaría el objeto “espacio estancial”, y (ii) por otra
parte tendríamos las “Ciencias estanciales” o “Estanciología” que estudiarían el
“sistema estancial” que se da en el espacio estancial (como veremos más adelante,
contamos también con la práctica estancial, que sería la ciencia aplicada encargada de
crear tanto los espacios estanciales como el sistema estancial que se le adjudica).
Veamos entonces en qué consistirían estas dos nuevas ciencias.
a. La ciencia básica que estudia el “espacio (región) arquitectónico”: La
“Geografía estancial” o “Geografía de la estancia” (subrama de la Geografía
humana).
Como hemos explicado en la prueba realizada en esta investigación, existe una subrama
de la Geografía humana que se llama “Geografía de la población o del asentamiento”,
que estudia los lugares que vienen de la actividad humana de poblar o asentarse en un
espacio topos, dando lugar a los objetos “poblaciones” o “asentamientos urbanísticos”
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
227
rurales o urbanos. Pero la actividad humana a la que está sujeto un “espacio (región)
arquitectónico” no es la de asentarse -o poblar- un lugar, sino la de estar en él durante
un tiempo determinado. Hay quien contempla los objetos arquitectónicos dentro de esta
subrama, junto con los objetos urbanísticos, y esto es un error. Se necesita crear una
nueva subrama para el estudio del objeto “espacio (región) arquitectónico”.
De esta manera, la ciencia básica que estudiaría científicamente el hecho
arquitectónico es la Geografía, más exactamente la Geografía humana. Y dentro de la
Geografía humana, la rama de la Geografía Estancial –o de la Estancia-, que es la que se
encarga de estudiar el género geográfico de los espacios estanciales, que incluyen los
espacios naturales que son vividos por el hombre, y los espacios artificiales –
arquitectónicos-, creados por el hombre para tal efecto.
Es muy importante darse cuenta de que la ciencia básica que estudia los espacios
(región) arquitectónicos es la misma ciencia que estudia los espacios naturales que son
vividos por el hombre, ya que la artificialidad o naturalidad de la frontera del espacio
vivencial a estudiar no afecta a la hora de definir la ciencia básica. Para entender esto,
podemos por ejemplo observar el hecho de que una misma ciencia –la Biología- es la
encargada de estudiar tanto los seres vivos naturales como los seres vivos artificiales -
creados por el hombre haciendo uso de la ciencia aplicada de la Biología sintética-.
Se quiere aquí hacer notar que, si es cierto que el objeto arquitectónico es un hecho
geográfico humano, podemos valernos del conocimiento básico de la Geografía
humana, y la de sus ramas (como por ejemplo la “Geografía política”).
Para terminar, queremos hacer notar la riqueza y las posibilidades de esta ciencia
básica de la “Geografía estancial”, que estudiaría tanto los espacios estanciales de los
“espacios (región) arquitectónicos” (creados por el hombre) como los espacios
estanciales de los “espacios naturales” (como por ejemplo las cuevas).
La representación del “espacio (región) arquitectónico” como un objeto geográfico:
el mapeo o "campo topológico”.
Dado que los objetos geográficos (o espacios geográficos) tienen dos realidades (la
realidad del objeto -ente ideal, fáctico natural o fáctico social- y la realidad del espacio
físico), la representación del objeto ha de contemplar ambas cosas.
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
228
La representación de ambas cosas por separado.
Pensemos por ejemplo en el “espacio político”. Por una parte debemos representar la
realidad social (el "sistema político"), y por otra la realidad física del espacio físico
(topos) o región en el que se da el sistema político. La representación del “sistema
político” se hace mediante signos lingüísticos –términos que forman oraciones-, que
representamos en diferentes formatos como lo son las normas, las leyes, impresas en
libros, cd's, videos, etc., y la representación del espacio (topos) o región física es un
dibujo en 2 o 3 dimensiones, expresando un área plana o un volumen, a través del
dibujo del límite (lineal o superficial).
Si hablamos ahora del objeto arquitectónico, debemos representar dos sistemas: (i)
por una parte debemos ser capaces de representar el “sistema estancial”, y (ii) por otra
parte debemos ser capaces de representar el “volumen estancial”.
Los arquitectos contamos hoy con el conocimiento necesario para representar el
volumen físico utilizando las técnicas tradicionales de representación -plantas,
secciones, alzados, perspectivas, maquetas, etc.-. El reto ahora es comenzar a investigar
el modo de concebir la representación del “sistema estancial” que se da en el espacio
(región) arquitectónico, esto es, la experiencia estancial objetiva que experimenta o vive
un sujeto tipo en ese volumen estancial.
La representación de ambas cosas juntas, esto es, del sistema físico o humano sobre el
sistema geográfico físico: un campo o mapeado o mapa.
Entendiendo la totalidad del espacio estancial como un campo, y valiéndonos de los
métodos técnicos específicos de representación de los campos contemplado en las
ciencias básicas, como por ejemplo de la Física, Química y de la Geografía –esto es,
técnicas de mapeado-, podemos adjudicar un conjunto de propiedades en cada punto
del volumen estancial del objeto arquitectónico. Cada punto del volumen tendría de esta
manera un tensor asociado, y cada tensor expresaría las propiedades del “sistema
estancial” (interacciones sujeto-objeto) que se dan en ese punto geométrico del volumen
estancial. Estas nuevas técnicas de representación constituirían un enorme avance para
la proyección y la construcción de los objetos arquitectónicos.
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
229
b. La ciencia básica que estudia el “sistema arquitectónico”: La “Estanciología” o
“Ciencias estanciales”.
Para explicar esta nueva ciencia básica que se pretende crear, volvemos a contar con la
analogía entre el espacio estancial y el espacio político, por ser ambos especies
pertenecientes a la geografía humana.
Si pensamos -por ejemplo- en la creación de un “sistema político”, sabemos que se
basa ésta en la elección de uno de los sistemas políticos que ya conocemos (véase
monarquía parlamentaria, república, etc.). A su vez, cada espacio (región) político
(véase país, región, comarca, ciudad, etc.) incluye normas y leyes específicas para el
espacio geográfico en cuestión. Se acaba así creando el “sistema político” del “espacio
(región) político”, que será un conjunto de normas que cada uno de los ciudadanos
deberá cumplir.
Como sabemos, las normas y leyes que forman un sistema político tienen su origen
en la rama filosófica de la ética -o moral-. Y así debe ser, ya que, si se trata de manejar
el comportamiento de los individuos y de las instituciones que rigen de la comunidad de
personas que habitan dentro de ese espacio político, debemos buscar en el conocimiento
de la rama de la ética.
Ahora bien, a la hora de crear el “sistema estancial” que se va a dar en un “espacio
estancial”, debemos contemplar los componentes particulares que van a formar ese
sistema estancial. Como sabemos, la actividad humana que define el hecho geográfico
de tipo político es el comportamiento de las personas en cuanto a organización
económica, institucional, administrativa, legislativa, etc. En cambio, la actividad
humana que define el hecho geográfico de tipo estancial (y por tanto arquitectónico) no
es el comportamiento moral o ético de las personas en ese espacio, sino el
“comportamiento estancial” (véase estar o vivir una experiencia durante un periodo
determinado de tiempo) de las personas que ocupan ese espacio en un determinado
momento.
Nos preguntamos entonces ¿cuál es la ciencia que se ocupa del estudio de las
experiencias humanas en un espacio durante un determinado periodo de tiempo? La
respuesta es que, a día de hoy, no existe una disciplina específica a este respecto.
Sabemos que la experiencia de las personas está relacionada con muchas ciencias.
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
230
Principalmente la neurociencia sería la ciencia que se encargaría del estudio científico
de los procesos neuronales que suceden en la consciencia de los sujetos que
experimentan un espacio, distinguiendo varios niveles de consciencia -instintivo,
emocional, racional, etc.-. Como sabemos, la neurociencia necesita de muchas otras
ciencias básicas para generar conocimiento. Nos encontramos así la Biología (que
estudia el cerebro y sus procesos), la etología (que estudia el comportamiento animal),
la ecología (que estudia el comportamiento y la relación con el entorno), y por supuesto
la psicología, que estudia el comportamiento racional de ese animal racional al que
denominamos Homo Sapiens.
Por otra parte, la Epistemología o Teoría del conocimiento, perteneciente a la
disciplina de la Filosofía, se encargaría del proceso empírico del conocimiento del
espacio en cuestión por parte de un sujeto tipo.
La creación de esta disciplina -la “Estanciología” o “Ciencias estanciales”-,
encargada de generar conocimiento básico sobre el comportamiento de los seres
humanos en un “espacio estancial” es un campo que este investigador entiende
necesario en la práctica arquitectónica.
Esta exposición pretende ser el germen de la creación de esta disciplina, que haría
de la Arquitectura una ciencia aplicada a la creación de espacios (región) donde el ser
humano tiene una experiencia lo más acorde y rica con su naturaleza, en vez de una
ciencia aplicada a la creación de objetos escultóricos, donde la experiencia del sujeto
(estancia o vivencia) queda relegada a un segundo plano. Es en este punto donde
podemos observar la motivación última de esta tesis doctoral.
Para terminar, se quiere también hacer notar la riqueza de esta ciencia básica de la
“Estanciología”, que estudiaría tanto los sistemas estanciales de los “espacios (región)
estanciales arquitectónicos” (de frontera artificial, creados por el hombre) como los
sistemas estanciales de los “espacios (región) estanciales naturales” (de frontera natural,
como por ejemplo las cuevas).
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
231
2. LAS CIENCIAS APLICADAS QUE CREAN EL PROYECTO Y LA OBRA
ARQUITECTÓNICA: LA ARQUITECTURA (TEORÍA Y PRÁCTICA
ARQUITECTÓNICA).
Como hemos visto en el análisis lingüístico del término ‘arquitectónico’, el término
‘arquitectura’ está definido en el diccionario como el arte de proyectar y construir
edificios.
El objeto (sistema de problemas) de la ciencia aplicada de la Arquitectura.
Así, entendiendo que el objeto arquitectónico no es sólo una realidad física en sí, sino el
uso -o utilidad- que el hombre otorga a esa realidad física, nos damos cuenta de que el
objetivo fundamental del proyecto y la construcción de un objeto arquitectónico no es
sólo la construcción de una realidad física, sino ofrecer un espacio de vida para los seres
humanos. Partimos entonces del hecho de que el objeto arquitectónico no es la
construcción de un límite o frontera física que eventualmente alberga un espacio de
vida, sino al revés, es un espacio creado, que se encuentra limitado.
Las dos ciencias aplicadas que se encargan de la creación del “objeto
arquitectónico”.
Como hemos visto, las dos ciencias básicas que se encargarían de la generación del
conocimiento científico relativo al “objeto arquitectónico” son (i) la “Geografía
estancial” o “Geografía de la estancia” -subrama de la rama Geografía humana-, que
estudia el objeto “espacio estancial”, y (ii) las “Ciencias estanciales” o “Estanciología”,
que estudian el “sistema estancial”.
Así, podemos decir que las ciencias aplicadas que se encargarían de la práctica y la
teoría de la proyección y construcción de la obra arquitectónica son también dos: (i) la
“Geografía estancial aplicada” o “Geografía aplicada de la estancia” -subrama de la
“Geografía humana aplicada” (a su vez rama de la Geografía humana)- que estudia la
teoría y práctica del proyecto y obra del objeto “espacio estancial” y también por tanto
la teoría y práctica del proyecto y obra del “espacio (región) arquitectónico”, y (ii) las
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
232
“Ciencias estanciales aplicadas” o “Estanciología aplicada” que estudia la teoría y
práctica del proyecto y ejecución del objeto “sistema estancial”, y también por tanto la
teoría y práctica del proyecto y ejecución del objeto “sistema arquitectónico”.
a. La ciencia aplicada encargada de la creación del objeto geográfico “espacio
(región) arquitectónico”: la “Geografía estancial aplicada” o “Geografía
aplicada de la estancia” (subrama de la Geografía humana aplicada).
Se quiere aquí hacer notar que, si es cierto que el objeto “espacio (región)
arquitectónico es un hecho geográfico humano, podemos valernos de la teoría y práctica
de la Geografía humana aplicada y la de sus ramas, como por ejemplo la “Geografía
política aplicada”.
Para terminar, queremos hacer notar la riqueza de esta ciencia aplicada de la
“Geografía estancial aplicada”, que estudiaría tanto la creación de los espacios
estanciales de los “espacios (región) arquitectónicos” (frontera construida por el
hombre) como los espacios estanciales de los “espacios naturales” (como por ejemplo la
consideración racional de una cueva o de un claro en el bosque como un espacio
habitable).
El método de diseño para la proyección del “espacio (región) arquitectónico”: la
“secesión topológica”.
La construcción de un método de diseño apropiado para manejar las propiedades del
objeto a proyectar es la principal motivación de esta investigación. Ahora que sabemos
que el objeto arquitectónico es de naturaleza geográfica, y que el concepto que
representa su idea es la de un espacio topos (lugar), podemos utilizar este conocimiento
para comprender la proyección arquitectónica desde una nueva perspectiva. Se trata de
comprender que los arquitectos no creamos un espacio topos, sino que hacemos una
secesión de la totalidad del espacio topos existente.
Para entender esto, volvemos a hacer una analogía entre el “espacio (región)
arquitectónico” y el “espacio político”. Consideremos por ejemplo la eventual
Capítulo quinto: Introducción de las conclusiones en la teoría
233
independencia de la región canadiense de Quebec. Obviamente, esta operación no se
basa en crear un espacio nuevo (el espacio ya existe), sino de realizar una secesión del
espacio político canadiense. Esto es, el espacio que ocuparía Quebec como país
independiente sería el mismo que ocupa ahora, e incluso su frontera sería exactamente
la misma que es hoy. Lo que se crea entonces no es un nuevo espacio, sino un nuevo
“sistema político” en ese espacio.
Podemos ahora contemplar el hecho de crear un espacio arquitectónico –edificio,
plaza- por parte de un arquitecto. Al crear un nuevo espacio arquitectónico ocurre lo
mismo. Imaginémonos que vamos a construir un edificio de viviendas entre medianeras.
El nuevo edificio ocupa un espacio (topos) que ya existía, ya que su frontera está
definida por las medianerías de los edificios contiguos, por lo que nuestra labor
principal es la de crear un “sistema vivencial”, además de construir –eventualmente-
una frontera material.
Así, se quiere volver a insistir en este punto sobre la necesidad de comprender la
proyección arquitectónica dirigida fundamentalmente a la actividad de los sujetos que lo
experimentan, en vez de dirigida fundamentalmente a la creación de un cerramiento de
materia física a modo de escultura a escala urbana.
b. La ciencia aplicada encargada de la creación del “sistema arquitectónico”: la
“Estanciología aplicada” o “Ciencias estanciales aplicadas”.
Como hemos explicado, la disciplina que se encarga de la generación del conocimiento
básico sobre el “sistema estancial” (y por lo tanto del “sistema arquitectónico”) no
existe todavía. Esperaremos a que la comunidad científica lo cree, para después poder
generar un conocimiento teórico que nos permita crear un método de diseño de los
procesos que se dan en el espacio.
Para terminar, queremos hacer notar la riqueza de esta ciencia aplicada de la
“Estanciología aplicada”, que estudiaría tanto la creación de los sistemas estanciales de
los “espacios arquitectónicos” (frontera construida por el hombre) como la creación de
los sistemas estanciales de los “espacios naturales” (de frontera natural, como por
ejemplo una cueva).
235
BIBLIOGRAFÍA
FUENTES FUNDAMENTALES
Aristotélēs. Metaphysica. [Ver traducción al castellano, con introducción y notas por Tomás Calvo Martínez, Metafísica (Vol. 200 de la Biblioteca Clásica Gredos). Madrid: Gredos, 1994; Reimpresión, 2003.
- Physica. [Ver traducción al castellano, con introducción y notas por Guillermo R. de Echandía, Fïsica (Vol. 203 de la Biblioteca Clásica Gredos). Madrid: Gredos, 1998, 1995.]
- Organon. [Ver traducción al castellano, con introducción y notas por Miguel Candel Sanmartín, Tratados de Lógica (Organon). Tomo I: Categorías, tópicos, sobre las refutaciones sofísticas (Vol. 51 de la Biblioteca Clásica Gredos). Madrid: Gredos, 1982; Tomo II: Sobre la interpretación, Analíticos primeros, Analíticos segundos. (Vol. 115 de la Biblioteca Clásica Gredos). Madrid: Gredos, 1988, 1995.]
Argan, Giulio Carlo. “Sul concetto di tipologia architettonica” en Karl Oettinger y Mohammed Rassem (eds.) Festschrift für Hans Sedlmayr (Múnich: C. H. Beck, 1962), 96-101.
- El concepto del espacio arquitectónico desde el Barroco a nuestros días. Buenos Aires: Nueva Visión, 1982.
Bailly, Antoine S. La perception de l’espace urbain: les concepts, les méthodes d’études, leur utilisation dans la recherche urbanistique. París: Centre de recherche d’Urbanisme, 1977. [Ver traducción al castellano por Jesús J. Oya, La percepción del espacio urbano: conceptos, métodos de estudio y su utilización en la investigación urbanística (Madrid: Instituto de Estudios de Administración Local, 1979).]
Bibliografía
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251
INDICE
Contenido. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . vii
Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Resumen / Abstract . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 INTRODUCCIÓN A LA INVESTIGACIÓN
EXPOSICIÓN DE LA PREGUNTA POR EL OBJETO QUE ES EL RESUL- TADO DE LOS PROCESOS DE PROYECTO Y OBRA ARQUITECTÓNI- COS Y QUE ES EXPERIMENTADO POR LOS SUJETOS . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
1. La cuestión del objeto que es el resultado de los procesos de proyecto y obra arquitectónicos y que es experimentado por los sujetos . . . . . . . . . . . 11
a. Exposición de la cuestión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 b. Objetivo fundamental de la investigación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 c. Motivación personal del investigador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 d. Necesidad de la investigación para la comunidad científica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
2. Estado de la cuestión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 3. Metodología de la Ontología científica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 4. Plan de la investigación y objetivos a alcanzar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 5. Fuentes consultadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
Índice
252
1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA CIENTÍFICO LA PREGUNTA POR EL CONCEPTO QUE REPRESENTA LA IDEA ABSTRACTA Y GENERAL DEL “OBJETO QUE ES EL RESULTADO DE LOS PROCESOS DE PROYECTO Y OBRA ARQUITECTÓNICOS Y QUE SE ENCUENTRA YA SIENDO EXPERIMENTADO POR LOS SUJETOS” . . . 43
1.1. Reconocimiento de las entidades filosóficas (lingüísticas, conceptuales y físicas) APROXIMACIÓN PRELIMINAR AL CONCEPTO TEORÉTICO NO-FORMAL: EL SIGNO (TÉRMINO) QUE LO DESIGNA, LA IDEA ABSTRACTA Y GENERAL QUE REPRESENTA, Y SU REFERENCIA -LOS HECHOS “EXPERIENCIA ARQUITECTÓNICA” (FENÓMENO) Y “COSA CONCRETA ARQUITECTÓNICA” (SISTEMA CONCRETO) QUE CONSTITUYEN EL CORRELATO FÁCTICO DE LA IDEA- . . . . 45
1. Nivel lingüístico (signos): el signo ‘objeto (cosa concreta) arqui-
tectónico’ (signo del tipo término), que designa el concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
A. Análisis sintáctico del símbolo (o signo artificial) ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
B. Análisis semántico del símbolo (o signo artificial) ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
1. Interpretación (análisis de la significación) de los signos (términos) que componen el símbolo (o signo artificial) ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’ . . . . . . . . . . . . . . 48
a. Interpretación del término ‘objeto’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48 b. Interpretación del término ‘arquitectónico’ . . . . . . . . . . . . . . . . 49
2. Interpretación (análisis de la significación) del signo ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’, un término “plenamente significativo”: introducción a la interpreta- ción de la “significación formal” (o designata), la “significación empírica” y la “significación objetiva” del término . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
a. La significación formal (o designata) del signo ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’: el significado del concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico”, o idea que éste re- presenta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
b. La significación empírica del signo ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’: el hecho “experiencia arquitectónica” . . . . . . 52
c. La significación objetiva del signo ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’: el hecho “cosa concreta arquitectónica . . . . . 52
2. Nivel conceptual (ideas): la idea “objeto (cosa concreta) arquitectó- nico” (idea del tipo concepto), que es designado por el signo ‘objeto (cosa concreta) arquitectónico’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
Índice
253
A. Análisis sintáctico del concepto “objeto (cosa concreta)
arquitectónico”: un concepto de clase . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
B. Análisis semántico del concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico”: un concepto no-formal (con correlato fáctico). 54
3. Nivel físico (hechos): los hechos “experiencia arquitectónica” (hecho
del tipo “fenómeno”) y “cosa concreta arquitectónica” (hecho de tipo “sistema concreto”) a los que el concepto hace referencia (referencia o denotación empírica y objetiva del concepto) y que son los correlatos fácticos (o referente no–ideal) de la idea . . . . . . . . . . . . 56
A. LA SIGNIFICACIÓN EMPÍRICA DEL SIGNO: Interpretación (explicación) del hecho del tipo fenómeno
(experiencia), que es la “realidad empírica” del correlato de la idea que representa el concepto, y que es experimentado por los sujetos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
B. LA SIGNIFICACIÓN OBJETIVA DEL SIGNO: Interpretación (explicación) del hecho del tipo sistema concreto,
que es la “realidad objetiva” del correlato de la idea que representa el concepto y que es investigado por los científicos y filósofos de la ciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
1. En el contexto científico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
a. Clase de objeto científico que es el “objeto (cosa concreta) arquitectónico”: un objeto fáctico (o hecho). . . . . . . . . . . . . . . 63
b. Clase de objeto científico fáctico (o hecho) que es el “objeto (cosa concreta) arquitectónico”: un “objeto concreto” o “sistema concreto”. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
c. Clase de objeto científico que es la “cosa concreta arquitec- tónica” según el objeto (sistema de problemas) y el método de cada disciplina particular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
2. En el contexto filosófico de la Ontología científica . . . . . 66
1.2. Descubrimiento del problema científico ONTOLOGÍA CIENTÍFICA DEL CONCEPTO “ESPACIO”, COMO TRASFONDO ONTOLÓGICO-CIENTÍFICO DE CUALQUIER TEO- RÍA SOBRE EL CONCEPTO EN CUESTIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
1.3. Formulación del problema científico LA PREGUNTA POR LA DEFINICIÓN CIENTÍFICA DEL CONCEPTO QUE REPRESENTA LA IDEA DEL “OBJETO QUE ES EL RESULTADO DE LOS PROCESOS DE PROYECTO Y OBRA ARQUITECTÓNICOS Y QUE ESTÁ SIENDO YA EXPERIMENTADO POR LOS SUJETOS”, Y EL TÉRMINO QUE LO DESIGNA . . . . . . . . . . 75
Índice
254
2. CONSTRUCCIÓN DEL MODELO TEÓRICO LA “TEORÍA DEL CONCEPTO GEOGRÁFICO” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
2.1. Selección de los factores pertinentes EL SIGNIFICADO DEL CONCEPTO “OBJETO (COSA CONCRETA) ARQUITECTÓNICO” EN EL CONTEXTO DE ESTA TEORÍA, Y EL SISTEMA TAXONÓMICO EN EL QUE SE ENCUENTRA . . . . . . . . . . . 81 A. Suposiciones plausibles relativas al significado del concepto “objeto
(cosa concreta) arquitectónico” (designata o significación formal del término) en el contexto de esta teoría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
1. Interpretación (estipulación) del status semántico del concep- to “objeto (cosa concreta) arquitectónico” en el contexto de las ciencias básicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
a. La intensión (o connotación) del concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
b. La referencia (o denotación) y la extensión (o dominio de aplicabili- dad) del concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico” . . . . . . . 84
2. Interpretación (estipulación) de la “significación formal” o “designata” del término ‘objeto (cosa concreta) arquitectóni- co’ en el contexto de las ciencias básicas . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
B. Suposiciones plausibles relativas al sistema taxonómico en el que se encuentra el concepto “objeto (cosa concreta) arquitectónico” en el contexto de esta teoría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
2.2. Invención de la hipótesis central y de las suposiciones auxiliares
HIPOTÉTISIS DE PARTIDA: EL “ESPACIO (REGIÓN) ARQUITEC- TÓNICO” ES UN ESPACIO VIVENCIAL DE FRONTERA ARTIFI- CIAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91 1. Invención de las suposiciones auxiliares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
a. El concepto teorético que se introduce: el “espacio (región) arquitectónico” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
b. El género próximo de la especie “espacio (región) arquitectó- nico”: el “espacio vivencial” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
c. La diferencia específica de la especie “espacio (región) arqui- tectónico”: “la frontera artificial” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
2. Invención de la hipótesis central: el “espacio (región) arquitectónico” es un “espacio vivencial” de frontera artificial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
Índice
255
3. DEDUCCIÓN DE CONSECUENCIAS PARTICULARES DE LA TEORÍA EL SOPORTE RACIONAL DE LA HIPÓTESIS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
3.1. Búsqueda de soportes racionales relacionados con esta investigación CONOCIMIENTO TEÓRICO EXISTENTE SOBRE LOS CONCEPTOS QUE FORMAN EL ENUNCIADO HIPOTÉTICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101 CONOCIMIENTO CIENTÍFICO SOBRE EL DEFINIENDUM . . . . . . . . . 102
1. Sobre el concepto teorético “espacio (región) arquitectónico” . . 102 CONOCIMIENTO CIENTÍFICO SOBRE EL DEFINIENS . . . . . . . . . . . . 105
2. Sobre el concepto teorético “espacio vivencial” (concepto de clase) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
A. Sobre el concepto “espacio” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
1. Conceptos “espacio” que representan la idea de un objeto ideal . . . 107 a. El concepto geométrico espacio topos (lugar) . . . . . . . . . 110 b. El concepto matemático espacio spatium (distancia) . . . 114
2. Conceptos “espacio topos” que representan la idea de un objeto fáctico (o hecho) del tipo “sistema concreto”. . .. . . . . . . . . . . . . . 114
a. El concepto “espacio natural” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114 b. El concepto “espacio humano” (o social) . . . . . . . . . . . . 118
3. Conceptos “espacio topos” que representan la idea de una com- binación de objetos concretos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
a. El concepto “espacio geográfico” . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
B. Sobre el concepto “vivencial” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
C. Sobre el concepto “espacio vivencial” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
3. Sobre el concepto teorético “de frontera artificial” (concepto de clase) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
A. Sobre el concepto “frontera” de un espacio . . . . . . . . . . . . . . . 124
1. Conceptos “extremo” (objeto ideal) que representan la idea del lí- mite de los objetos ideales “espacio” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
a. El concepto “extremo geométrico” del espacio topos (lugar) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
b. El concepto “extremo matemático” del espacio spatium (distancia) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
2. Conceptos “frontera concreta” (objeto concreto), que representan la idea del límite de los o sistemas concretos “espacio natural” y “espacio social” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
3. Conceptos “frontera geográfica” (combinación de objetos concre- tos), que representan la idea del límite del “espacio geográfico” . . 125
B. Sobre el concepto “artificial” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
C. Sobre el concepto “frontera artificial” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
Índice
256
3.2. Búsqueda de soportes racionales en investigaciones similares CONOCIMIENTO TEÓRICO EXISTENTE SOBRE LOS CONCEPTOS IMPLICADOS EN LA FORMACIÓN DE UNA DEFINICIÓN . . . . . . . . . 131
A. Conocimiento científico sobre el tratamiento de los objetos, verificado en el campo de la Ontología científica . . . . . . . . . . . . . 132
1. Sobre la investigación ontológica en general . . . . . . . . . . . . . . 132
2. Sobre los conceptos básicos de la Ontología sistémica . . . . . . .134
a. Introducción a la deducción de consecuencias particulares . . . . . . . . . 134 b. Deducción de consecuencias particulares sobre el concepto “siste-
ma”. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136 c. Deducción de consecuencias particulares sobre los tipos de hechos
(objetos fácticos o materiales) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138 d. Deducción de consecuencias particulares sobre los tipos de “siste-
mas concretos” según su objeto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138 e. Deducción de consecuencias particulares sobre los tipos de “siste-
mas” según su naturalidad/artificialidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140
B. Conocimiento científico sobre las clases de conceptos científicos verificado en el campo de la Lógica de conceptos . . . . . . . . . . . . . 141
1. Clasificación de conceptos científicos desde un punto de vista metodológico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141
a. Clases de conceptos según su función en la Ciencia . . . . . . . . . . . . . 141 b. Clases de conceptos según su alcance sistemático . . . . . . . . . . . . . . . 143
2. Clasificación de conceptos científicos según su lógica . . . . . . 145
a. Clases de conceptos según su forma lógica (sintaxis), verificada en el campo de la Sintaxis de conceptos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
b. Clases de conceptos según su status semántico verificada en el cam- po de la Semántica de conceptos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
C. Conocimiento científico sobre la “clasificación sistemática” de conceptos científicos, verificado en el campo de la Sistemática de conceptos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150
a. Sobre el concepto “clase” (o grupo) de conceptos . . . . . . . . . . 151
b. Sobre el concepto “categoría taxonómica” (clase de clases) . . 152
c. Sobre el concepto “sistema taxonómico” (o “jerarquía”) . . . . . 153
D. Conocimiento científico sobre la formación de una “definición” de un concepto científico, verificado en el campo de la Lógica . . 156
1. Sobre el concepto “definición de conceptos científicos” . . . . . 156
2. Sobre la formación de una “definición científica” . . . . . . . . . . 158
a. Sobre los conceptos “género” y “diferencia específica” . . . . . . . . . . . 158 b. Sobre los conceptos “materia última” y “forma” . . . . . . . . . . . . . . . . 159
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257
4. PRUEBA DE LA HIPÓTESIS ANÁLISIS LÓGICO DEL CONCEPTO TEORÉTICO “ESPACIO (REGIÓN)
ARQUITECTÓNICO” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161
4.1. Diseño de la prueba. MÉTODO OPERATIVO Y ESTRUCTURA DE LA PRUEBA . . . . . . . . . 163
4.2. Ejecución de la prueba ANÁLISIS LÓGICO DEL CONCEPTO “ESPACIO (REGIÓN) ARQUITECTÓNICO” (SISTEMA CONCEPTUAL [s]) A TRAVÉS DE LA CONSTRUCCIÓN DEL MODELO CUALITATIVO m(s) . . . . . . . . . 169
1. Composición C(s) del sistema conceptual (concepto) “espacio (región) arquitectónico” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169
2. Entorno E(s) del sistema conceptual (concepto) “espacio (región) arquitectónico” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170
3. Estructura total S(s) (Endoestructura + Exoestructura) del sistema conceptual (concepto) “espacio (región) arquitectónico”. . . . . . . . . 186
4.3. Elaboración de los datos EXPOSICIÓN DE LA IDEA QUE REPRESENTA EL CONCEPTO TEORÉTICO “ESPACIO (REGIÓN) ARQUITECTÓNICO” EN EL CONTEXTO DE LAS CIENCIAS BÁSICAS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195
4.4. Inferencia de la conclusión DEDUCCIÓN DEL “GÉNERO” Y LA “DIFERENCIA ESPECÍFICA”, Y LA DEDUCCIÓN DEFINITIVA DE LA DEFINICIÓN DEL CONCEP- TO “ESPACIO (REGIÓN) ARQUITECTÓNICO” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201
5. INTRODUCCIÓN DE LAS CONCLUSIONES EN LA TEORÍA VALIDACIÓN DE LA “TEORÍA DEL CONCEPTO GEOGRÁFICO” Y SUGERENCIAS ULTERIORES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207
5.1. Consideración de la validación del modelo teórico VERIFICACIÓN DEL ENUNCIADO HIPOTÉTICO (O HIPÓTESIS DE PARTIDA) Y VALIDACIÓN DE LA “TEORÍA DEL CONCEPTO GEOGRÁFICO” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209
5.2. Reajuste del modelo: eventual corrección o aun reemplazo del modelo. SUSTITUCIÓN DEL TÉRMINO ‘VIVENCIAL’ POR ‘ESTANCIAL’. . . 213
5.3. Sugerencias acerca de investigaciones ulteriores EXAMEN DE POSIBLES EXTENSIONES Y DE POSIBLES CONSECUENCIAS EN OTROS DEPARTAMENTOS DEL SABER . . . . 219
Índice
258
A. Lógica (sintaxis y semántica) científica de los conceptos “espa-
cio (región) arquitectónico”, “ente arquitectónico”, “objeto ar- quitectónico” y “arquitectura” (proyecto y obra) . . . . . . . . . . . . 220 4
a. El concepto lógico (Sistemática de conceptos): el “espacio arquitectónico” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 220
b. El concepto ontológico (Ontología científica): el “ente arquitectónico” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221
c. El concepto en las ciencias (Filosofía de la ciencia): el “objeto arquitectónico” y la “arquitectura” (“proyecto arquitectónico” y “obra arquitectónica”) . . . . . . . . 221
B. Ontología científica del objeto arquitectónico: el “ente arqui- tectónico” y su ser . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 222
a. Propiedades del “ente arquitectónico” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 222
b. El ser del “ente arquitectónico”: materia y esencia . . . . . . . . . 223
C. Filosofía de la ciencia: las ciencias (básicas y aplicadas) impli- cadas en el estudio y en la creación del espacio (región) arqui- tectónico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 224
1. Las ciencias básicas que estudian el objeto arquitectónico . . . 225
a. La ciencia básica que estudia el “espacio arquitectónico: la “Geografía estancial” o “Geografía de la estancia” (subrama de la Geografía humana) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226
b. La ciencia básica que estudia el “sistema arquitectónico: la “Estan- ciología” o “Ciencias estanciales” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 228
2. Las ciencias aplicadas que crean el proyecto y la obra arqui- tectónica: teoría y práctica arquitectónica . . . . . . . . . . . . . . . . 231
a. La ciencia aplicada encargada de la creación del objeto geográfico “espacio arquitectónico”: la “Geografía estancial aplicada” o “Geografía aplicada de la estancia” (subrama de la Geografía hu- mana aplicada) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 232
b. La ciencia aplicada encargada de la creación del sistema estancial arquitectónico: la “Estanciología aplicada” o “Ciencias estanciales aplicadas” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235 Índice . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251