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90600209

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    Revista Pueblos y Fronteras Digital

    ISSN: 1870-4115

    [email protected]

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    Mxico

    Lara Pinto, Gloria

    La investigacin arqueolgica en Honduras: lecciones aprendidas para una futura proyeccin

    Revista Pueblos y Fronteras Digital, nm. 2, 2006, p. 0

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    Distrito Federal, Mxico

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=90600209

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    Proyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

    http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=90600209http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=90600209http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=906&numero=7247http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=90600209http://www.redalyc.org/revista.oa?id=906http://www.redalyc.org/http://www.redalyc.org/revista.oa?id=906http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=90600209http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=906&numero=7247http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=90600209http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=90600209http://www.redalyc.org/revista.oa?id=906
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    LA INVESTIGACIN ARQUEOLGICA EN HONDURAS:LECCIONES APRENDIDAS PARA UNA FUTURA PROYECCIN

    Gloria Lara Pinto1UNIVERSIDAD PEDAGGICA NACIONAL

    1. INTRODUCCIN

    La prctica de la arqueologa contina siendo en el ideario de la cultura popular hondurea

    una dedicacin revestida de romanticismo y aventura, fundado en parte por las

    exploraciones pioneras de la primera parte del siglo XX. El prototipo del sitio arqueolgico

    por excelencia es la antigua ciudad maya de Copn. Todo lego supone que un arquelogo

    que se precie de s mismo no puede tener otra meta ms que alcanzar algn da el privilegio

    de excavar en ella. Sin embargo, el Parque Arqueolgico se encuentra hoy a poca distancia

    de un pequeo conglomerado urbano, donde a lo ms que se expone un visitante es a la

    picada de un mosquito. No hay selvas exuberantes ni bosques impenetrables, y si bien el ro

    Copn puede convertirse en los inviernos copiosos en una rauda corriente, por lo general se

    desliza por el valle.

    No obstante, persiste la asociacin mental de los descubrimientos arqueolgicos con

    el bosque tropical, el terreno escabroso, la dificultosa caminata, los grandes felinos y otra

    fauna peligrosa. Esta frtil imaginacin se ha proyectado de lleno en las ltimas dcadas en

    la legendaria Ciudad Blanca, que se supone escondida en las selvas del noreste de

    Honduras y que desde el siglo XVI (Lara Pinto y Hasemann 1988) ha dado lugar a

    expediciones de todo tipo. La paradoja radica en que la regin que se seala como locus de

    la Ciudad Blanca no podra encontrarse ms a trasmano de la zona maya. Esto no ha

    impedido que el gran pblico especule sobre su origen y lo atribuya a los mayas,

    desconociendo flagrantemente las evidencias sobre la existencia de otros pueblos y otrasculturas antes y ahora en ese territorio.2

    En amplios crculos de no antroplogos, Mesoamrica y la Zona Maya son

    entendidas como una y la misma cosa, en especial cuando se trata de asuntos de promocin

    turstica; la zona maya se extiende a conveniencia ms all de sus fronteras orientales,

    desvirtuando con ello el legado de otras identidades. El multifactico universo

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    mesoamericano es reducido a una nica cultura y se ha hecho, adems, una separacin

    esotrica entre el antiguo centro ceremonial y el poblado rural, entre la construccin de

    mampostera y el rancho de bajareque, entre el personaje representado en las estelas y elannimo hombre y mujer comn. Esta dicotoma ajena a la realidad ha creado la idea de

    que los antiguos mayas vivan sin excepcin en impresionantes centros urbanos, que al ser

    abandonados en las tierras bajas al final del perodo Clsico, 800-1000 d.C., desapareci

    una sociedad por entero y no slo uno de sus segmentos.

    Este sistemtico desconocimiento de la existencia de otras culturas en Honduras

    tanto o ms antiguas que la maya, ha conducido a una exaltacin de las races mayas en

    detrimento de los otros pueblos originarios en la propuesta de nacin, y slo recientemente

    se han abierto brechas para enmendar el sesgo en los libros de texto y en los contenidos

    programticos de la educacin nacional. As las cosas, el pueblo indgena lenca, que se

    perfila como mayoritario y con la ms extensa cobertura geogrfica en la poca de la

    conquista espaola a principios del siglo XVI, ha permanecido ausente del proyecto de

    identidad nacional, a pesar de ser precisamente dicho pueblo el que aport la masa crtica

    para el posterior mestizaje en todas sus formas.

    La unidireccionalidad aplicada al pasado ha influido tambin en el enfoque regional

    y temtico de los estudios cientficos, los cuales, en ausencia de una poltica consolidada depas sobre la investigacin antropolgica en general, y arqueolgica en particular, han

    concentrado los medios propios y de la cooperacin externa en una sola cultura y un

    limitado sector del pas. Cabe mencionar que en las dcadas 1980 y 1990 se crearon

    condiciones para romper este modelo y se realiz un esfuerzo serio para introducir una

    visin de integralidad en la investigacin arqueolgica, como veremos abajo. Este esfuerzo,

    sin embargo, ha sido descontinuado con el agravante de que en el momento actual la

    importancia de los vestigios arqueolgicos se ha querido reducir al papel de generadores de

    divisas a travs del turismo de masas.

    2. MESOAMRICA VERSUS REA INTERMEDIA: HONDURAS,ZONA DE INTERACCIN

    A pesar de su complejidad ambiental y cultural, el istmo se ha dividido tradicionalmente en

    el rea Cultural Mesoamericana, hacia el norte, y el rea Cultural Intermedia hacia el sur.

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    Ambas comparten una fluctuante frontera en alguna parte entre el centro de Honduras y la

    pennsula Nicoya, en el noroeste de Costa Rica, y ambas reas culturales se extienden ms

    all de las fronteras polticas modernas de Centroamrica (Hasemann 1996: 35).Frecuentemente, la creacin y mantenimiento de estas reas culturales tienden a

    oscurecer la naturaleza dinmica de las zonas de cambio paulatino, o transicin, de uno a

    otro rea cultural. En Honduras este traslape entre reas culturales ha llevado a proponer un

    territorio de interaccin que ha sido llamado Zona Central, para diferenciarlo de

    Mesoamrica, propiamente dicho, que se extiende hacia el norte, as como del rea

    Intermedia, que se extiende hacia el sur. Tambin se ha propuesto que esta zona de

    transicin posee su particular conjunto de rasgos caractersticos (Hasemann 1996: 36-37).

    El nfasis de la investigacin arqueolgica en Honduras se ha concentrado en la

    regin correspondiente a Mesoamrica y su frontera inmediata, es decir, de su periferia sur.

    Esto se da en funcin directa con las caractersticas culturales que le imprimen su sello y

    que se resumen de forma comparativa en el cuadro 1. Asimismo, para una mejor

    comprensin del marco cronolgico se incluye el cuadro 2.

    3. APUNTES PARA UNA HISTORIA DE LAS INVESTIGACIONES ARQUEOLGICAS EN HONDURAS

    La resea que se comparte est lejos de ser exhaustiva, y algunas investigaciones sern

    tratadas con mayor detalle que otras simplemente porque hay un mejor cuerpo de

    informacin disponible. La bibliografa que acompaa este trabajo es parte del intento de

    sistematizacin y tampoco est completa. El objetivo consiste en establecer un punto de

    partida para la discusin de los lineamientos subyacentes a estas iniciativas y las estrategias

    de poltica aplicadas en la investigacin arqueolgica hondurea.

    Cuadro 1Elementos culturales caractersticos de Mesoamrica (zona norte) y el rea Intermedia (zona sur)

    Zona Norte Zona SurTemprana organizacin territorial como estado (antesdel ao 0)

    Organizacin en pequeas entidades polticasautnomas (cacicazgos, seoros) y grupos dispersos

    nfasis en el cultivo del maz nfasis en el cultivo de yucaConstruccin de masivas pirmides y viviendas sobreplataformas elevadas

    Construccin de viviendas y arquitectura pblicasobre el suelo (la construccin de plataformas, aunqueconocida, no es predominante ni remotamente tanmasiva como en la zona norte)

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    Especializacin de la artesana; la temprana ycontinua manufactura de ornamentos de jade; la tardamanufactura de ornamentos de cobre

    Temprana manufactura de ornamentos de jade

    Afiliaciones lingsticas con grupos de Mxico,

    Guatemala y el suroeste de los Estados Unidos

    Afiliaciones lingsticas con grupos chibchas (de

    Colombia)Calendario complejo (combinacin de ao solar yritual)

    Calendario lunar

    Escritura jeroglficaIdeas comunes sobre los dioses y el universo Chamanismo

    Una combinacin de acontecimientos tardos (despusde 500 d.C.):-Crecimiento repentino de la poblacin-Aumento de la complejidad poltica-Cambio del nfasis al cultivo de maz-Cambio a la manufactura de ornamentos de oro,cobre y tumbaga

    Fuente: Tomado de George Hasemann 1996: 36, en George Hasemann, Gloria Lara Pinto y Fernando CruzSandoval, Los Indios de Centroamrica. Editorial MAPFRE, Madrid, 1996.

    Una conocida descripcin de Copn que hizo el oidor de la Audiencia de Guatemala

    Diego Garca de Palacios en 1576 representa la primera noticia histrica sobre este

    asentamiento (ver Luna Desola 1982), pero es la obra de un viajero y diplomtico a

    mediados del siglo XIX (Stephens 1841) la que hace trascender su importancia, a la vez da

    lugar a que se declare en 1845 propiedad de la nacin (ver Sitio San Miguel de Copn

    1873). Posteriormente, en 1891 el gobierno de Honduras estableci un convenio con

    Peabody Museum, resultado del cual fueron las cuatro expediciones arqueolgicas que se

    llevaron a cabo entre 1891 y 1985. A partir de entonces se acumularon datos sobre este sitio

    y su entorno (Maudslay 1889-1902; Gordon 1896; Spinden 1913; Morley 1920). Despus

    de 1935 se inicia otra etapa en las investigaciones en Copn, producto de la colaboracin

    establecida con la Institucin Carnegie, que se prolong hasta 1942, es entonces cuando se

    inician los trabajos de restauracin bajo la tutela de G. Stromsvik.

    Cuadro 2Tendencias Generales en la Historia Cultural Centroamericana, 12000 a.C.-1550 d.C.

    Zona Norte Zona Central Zona Sur1550 Reaparecen grandes centros

    en las tierras altasoccidentales (Naco)

    Incremento de la complejidadpoltica

    1200 Cae Chichn Itz;surge un nuevo orden social

    Migracin e intrusinprocedente del noroeste(Mxico y Guatemala)

    Crece la poblacin, seintensifica la agricultura;construccin de obras pblicas

    1000 Colapso generalizado en las Decaen los centros

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    tierras bajas mayas del sur regionales800 Cada de la dinasta de Yax

    KukMoen Copn (822d.C.)

    Consolidacin delregionalismo; desarrollo depequeos y bien organizados

    sistemas polticos; explosindemogrfica

    Crecimiento de pequeas ycomplejas sociedades

    500 Surge la dinasta de YaxKuk? Mo en Copn (438d.C.)

    250 Indicios de una emergentecomplejidad social y guerra

    d.C.0a.C.

    Interaccin regional

    250 Surgimiento y crecimiento desistemas polticos complejos

    Estabilizacin del patrn desubsistencia

    500 Surgimiento y crecimiento de

    pequeas sociedadesagrcolas

    Transicin al sedentarismo y

    la horticultura; introduccinde cultivos no locales1000 Desarrollo de comunidades

    agrcolas sedentarias: depequeas aldeas a grandescentros

    20005000

    Domesticacin accidental deplantas

    8000 Ms temprana evidencia deocupacin humana en la zonacentral... El Gigante enHonduras

    Ms temprana evidencia deocupacin humana en la zonasur... cazadores y recolectoresnmadas

    12000

    Fuente: Tomado de Hasemann 1996: 53. En Los Indios de Centroamrica, 1996: 53.

    Las investigaciones modernas en el sitio y valle de Copn fechan de la dcada 1970

    bajo la responsabilidad de Gordon Willey (1975-1977) mediante financiamiento externo, y

    ponen las bases para la organizacin del primer proyecto arqueolgico financiado por el

    Estado de Honduras. De esta manera dio inicio el Proyecto Arqueolgico Copn, Primera

    Fase, bajo la direccin de Claude Baudez (1977-1979). El Proyecto Arqueolgico Copn,

    Segunda Fase, fue dirigido por William T. Sanders (1980-1985). A partir de entonces las

    investigaciones han continuado, si bien es cierto a menor escala, pero con enfoques

    especializados que redundan no slo en una ms precisa comprensin del desarrollo del

    asentamiento, sino tambin del valle y su periferia. Para una detallada exposicin del

    tema ver Fash y Agurcia 1996.

    Esta comprensin de las relaciones entre Copn y su periferia oriental tambin se

    vio ensanchada por las investigaciones iniciadas en los valles nororientales vecinos La

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    Venta y Florida patrocinadas por la cooperacin japonesa y dirigidas por arquelogos

    como Seiichi Nakamura y Kazuo Aoyama; se trata del Proyecto Arqueolgico La Entrada

    (1983-1990 y 1991-1997). Como un producto de estas investigaciones fue establecido elParque Arqueolgico El Puente, parcialmente restaurado.

    El proyecto de construccin de la ms grande represa hidroelctrica del pas, en las

    tierras altas centrales, desencaden un proceso constante de rescate arqueolgico de mayor

    envergadura que sigue hasta la fecha, en la historia de las investigaciones arqueolgicas en

    Honduras. Se trataba, adems, de una regin hasta entonces desconocida, y los hallazgos,

    inesperados por cierto, de El Proyecto de Investigacin y Salvamento Arqueolgico

    dirigido por Kenneth G. Hirth, Gloria Lara Pinto y George Hasemann (1980-1984), llen de

    sorpresas a los hondureos y reiter que aun fuera de la zona maya, el territorio haba sido

    ocupado por sociedades agrcolas con organizacin social y poltica compleja y redes

    comerciales de largo alcance cuyo establecimiento es posible retrocederlo al ao 200 a.C., y

    se prolong sin interrupciones hasta 1000 d.C. (Hirth, Lara Pinto y Hasemann 1989).

    Cuadro 3Cronologa y desarrollo histrico de la zona maya

    Perodo Cronologa Indicadores

    Ltico 30000-7000 a.C. Cazadores-recolectores

    Arcaico 7000-2000 a.C. Domesticacin de plantas

    Preclsico Temprano 2000-1000 a.C. Sedentarismo, agrcola, cermica

    Preclsico Medio 1000-400 a.C. Expansin de la influencia olmeca

    Preclsico Tardo 400-a.C.-100 d.C. Primeras evidencias de escriturajeroglfica; poder poltico centralizado

    Protoclsico 100-250 d.C. Erupcin del volcn Ilopango,expansin de la influencia teotihuacana

    Clsico Temprano 250-500 d.C. Relaciones de Kaminaljuy y Tikalcon Teotihuacn

    Clsico Medio 534-593 d.C. Hiato del Clsico Medio, especial-mente en Tikal; declive de Teotihuacn

    Clsico Tardo 600-800 d.C. Punto culminante del desarrolloarquitectnico y poblacional;uniformidad y regionalizacin deciertos rasgos culturales

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    Clsico Terminal 800-900 d.C. Colapso de la cultura maya clsica

    Posclsico 900-1221 d.C. Auge de las Tierras Bajas del norte;

    marcada influencia de tipo mexicano

    Posclsico Tardo 1221-1500 d.C. Cada de Chichn Itz y ascenso deMayapn; auge del Altiplano ymilitarizacin

    Fuente: Elaborado siguiendo a Iglesias Ponce de Len, Josefa, Medio Ambiente e Historia del Territorio.En Los Mayas. El Esplendor de una Civilizacin, pp. 25-37. Sociedad Estatal Quinto Centenario. TurnerLibros, S. A., 1990.

    Lo anterior no significa que se hubieran realizado investigaciones arqueolgicas en

    otras partes del pas fuera de la zona maya propiamente dicha, previo a los descubrimientos

    de El Cajn, aunque ninguno antes haba recibido la atencin del pblico no profesional

    hondureo. Es ms, uno de los emprendimientos ms serios y sostenidos ha sido el

    Proyecto Arqueolgico Valle de Sula y sus distintas etapas (1978-1992), dirigido por John

    Henderson, Eugenia Robinson y Rosemary Joyce en sus inicios, y en el que han participado

    otros muchos a lo largo de los aos. Las investigaciones han continuado hasta el presente y

    ello ha permitido localizar uno de los centros alfareros ms antiguos, 1600-1400 a.C., en el

    bajo ro Ula (Joyce y Henderson 2001).

    Las investigaciones en la regin sur de Honduras (Baudez 1964-1965) se hanlimitado a la llanura costera que irrigan los ros Goascorn y Choluteca. Sin embargo, se ha

    propuesto una secuencia cronolgica basada en la cermica Choluteca que tiene vigencia

    para Goascorn. Esta secuencia inicia en el Clsico Temprano se dispone de una fecha de

    C14 correspondiente a 370 d.C. y se prolonga hasta el Posclsico Tardo (Reyes 1976:

    345-346).

    Cuadro 4

    Cronologa de la Prehistoria, Costa Norte [Honduras]

    Perodo Ao Horizonte SitiosPosclsico 1300 d.C. Cocal Tardo Cocal Farm, 80 AcreClsico Tardo 1000 d.C. Cocal Temprano 800 Acre, Cocal Farm, Betulia

    Point, WankybilaSelin (Transicin) Selin Farm, Peroles Calientes y

    Chiapa FarmClsico Tardo 700 d.C. Selin (Bsico) 80 Acre, Selin, Farm, Dos Quebradas,

    San Marcos y Chiapa Farm

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    Fuente: Epstein 1957: 265-276; Reyes Mazzoni 1976: Cuadro de Secuencia. Secuencias en las DiferentesCuencas Fluviales.

    Cuadro 5Cronologa de la Prehistoria, Zona de Choluteca [Sur de Honduras]

    Perodo Ao Fase SitiosPosclsico 1400 d.C. MalalacaPosclsico 1100-1400 d.C. AmapalaClsico Tardo 700-1000 d.C. FonsecaClsico Temprano 400-500 d.C. San LorenzoClsico Temprano 300-400 d.C. Chismuyo Llanos de Ilamapa

    Fuente: Reyes Mazzoni 1976: Cuadro de Secuencia. Secuencias en las Diferentes Cuencas Fluviales.

    En el Valle de Comayagua las investigaciones son anteriores a 1949 (Canby) y seconcentraron entonces en el sitio Yarumela, reconocido por la antigedad de su produccin

    alfarera, 1400-1100 a.C. Ms tarde fueron continuadas en el proyecto Arqueolgico

    Comayagua por L. Joesink-Mandeville (1981-1998) a pequea escala. Tambin en el Valle

    de Comayagua se han llevado a cabo, en las ltimas dos dcadas, prospecciones generales

    del patrn de asentamiento (Dixon 1989) y algunas excavaciones extensivas (Joesink-

    Mandeville, LeRoy, Mluzin y Snchez 2004). Por su parte, en la zona montaosa

    adyacente, Departamento la Paz, se ha realizado un recorrido preliminar (Begley y Varela

    1992).

    Colindantes con el Lago de Yojoa, en el centro de Honduras, las reas vecinas son

    conocidas por una serie de asentamientos precolombinos que conjuntamente han sido

    designados como Los Naranjos, cubren un lapso de tiempo que va desde 800 a.C. a 1200

    d.C. A la evidencia encontrada en los asentamientos hay que agregar los resultados de los

    estudios realizados a travs de la extraccin de sedimentos del lago (Rue 1987, 1989;

    Greene 2000), que fechan la introduccin de la agricultura de maz en la cuenca alrededor

    del ao 3000 a.C. El parque del mismo nombre, ubicado a unos 635 msnm, cubrenicamente algunos de estos sitios. A pesar de los esfuerzos realizados desde 1973 (Baudez

    y Becquelin) no se ha realizado an ningn inventario sistemtico de la arqueologa ni de

    los recursos que podran haber sido aprovechados por las poblaciones precolombinas. Esto

    incluye las relaciones entre Los Naranjos y las regiones adyacentes, la extensin geogrfica

    de la influencia de este sitio y, adems, las posibles ocupaciones humanas de mayor

    antigedad que Los Naranjos en los perodos Arcaico, 7000-2000 a.C., y Paleoindio, antes

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    de 7000 a.C. Parque Eco-Arqueolgico Los Naranjos es la conservacin del ecosistema y

    del contexto cultural del Lago Yojoa (Hasemann 1995).

    La Zona Arqueolgica de Los Naranjos abarca un rea de 5 km2

    aproximadamente,el Parque Eco-Arqueolgico Los Naranjos (Hasemann 1995) cubre nicamente 1.5 km2, e

    incluye el componente perteneciente al perodo Formativo Medio, 800-400 a.C. En 1996 el

    Proyecto Arqueolgico Cuenca del Lago de Yojoa, PACLY, del Instituto Hondureo de

    Antropologa e Historia, realiz un registro de los vestigios arqueolgicos dentro de los

    lmites de la zona arqueolgica y en un cierto permetro fuera de ella, as como una revisin

    de la bibliografa anterior a 1973 (Dixon, Webb y Hasemann 2001).

    Cuadro 6Cronologa preliminar para la Regin El Cajn [Centro-Norte de Honduras]

    Ao Perodo800-1000 d.C. Sulaco Tardo600-800 d.C. Sulaco Medio400-600 d.C. Sulaco Temprano200-400 d.C. Yunque Tardo200 a.C.-200 d.C. Yunque Temprano

    Fuente: Hirth y Kennedy 1993: 215-232. En Henderson y Beaudry-Corbett 1993.

    Cuadro 7Cronologa para el Valle de Comayagua (Yarumela) [Centro de Honduras]

    Perodo Fase SecuenciaPosclsico Yarumela IV Componente Las Vegas

    Componente TenampaClsico Yarumela IV ComayaguaArcaico Yarumela III Maradiaga?

    MiravalleProto-Arcaico Yarumela II Rinconada?

    ChilcalEo-Arcaico Yarumela I Yarumela

    Fuente: Canby 1949, 1951; Coe 1961; Joesink-Mandeville 1986, 1987 en Joesink-Mandeville: 235-247. EnHenderson y Beaudry-Corbett 1993.

    Cuadro 8Cronologa de la Regin del bajo Ro Ula [Noroeste de Honduras]

    Perodo Fase Complejo CermicoValle Este Valle Oeste

    TardoPosclsico

    Naco

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    Temprano Botija Crique YakatsTerminalClsicoTardo

    Temprano

    Santiago

    Ula Tardo

    Ula TempranoChamelecn Tardo

    PalencanoTamagazGarza

    Leka 2Pisote Leka 1

    TerminalPreclsicoTardo

    Chamelecn Medio

    Chamelecn Temprano

    Playa

    QuequeoPehulPelo IIKotmoyToyosSula

    Fuente: Beaudry-Corbett, Caputi, Henderson, Joyce, Robinson y Wonderley 1993: 65-135. En Henderson yBeaudry-Corbett 1993.

    Sobre la arqueologa de Guanaja la primera noticia moderna inicia con la visita

    exploratoria realizada entre 1839 y 1841 a Plan Grande. En 1930 y 1931 se organiz una

    expedicin dirigida por F. A. Mitchell-Hedges, bajo los auspicios del Museum of American

    Indian de la Heye Fundation, la cual permaneci varios meses en las Islas de la Baha, en

    donde se hizo una extensa recoleccin de piezas arqueolgicas. Igualmente, en 1931, el

    American Museum of Natural History organiz la Boeckelman Shell Heap Expedition,

    en la que particip el arquelogo Junior Bird. La siguiente expedicin fue patrocinada por

    Smithsonian Institution y llevada a cabo en abril y mayo de 1933 por el arquelogo

    William Duncan Strong (1935: 1).

    Durante la expedicin arqueolgica de 1933 dirigida por Strong como en las

    anteriores solamente se hicieron pozos de sondeo y recoleccin superficial de artefactos.

    En su posterior publicacin (Strong 1935: 119-136) inserta la descripcin de siete sitios y

    un mapa de Plan Grande. En el siguiente lapso de ms de 40 aos no se volvi a realizar

    ningn trabajo arqueolgico en las Islas de la Baha, hasta la dcada de 1970 en que

    Heremiah F. Epstein y su equipo retoman los trabajos y se hacen reconocimientos de

    superficie y pozos de sondeo en los sitios ms importantes. De estas investigacionessurgieron varias publicaciones (Hasemann 1977). Recientemente (Begley 1999 y Cruz

    Castillo 1999), realizaron un reconocimiento del sitio de Plan Grande/Marble Hill con el

    objeto de proponer una investigacin en profundidad.

    No obstante que el registro existente de los elementos diagnsticos, cermica y

    ltica, de la actividad cultural prehispnica en las islas an es incompleto, se dispone de

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    estudios realizados en Utila (Hasemann 1977) y Roatpan (Epstein 1957; Begley 1999; Cruz

    Castillo y Orellana 2000) que constituyen un importante punto de comparacin.

    Tambin en las tierras centrales noroccidentales se han realizado varios estudios.Como ejemplo se menciona El Proyecto Arqueolgico Santa Brbara, dirigido por Patricia

    Urban, Edward Schortman y Wendy Ashmore (1983-1985). Posteriormente, Urban y

    Schortmann concentraron su inters en el valle de Naco y, en especial, en un importante

    asentamiento conocido como La Sierra (1995-2005).

    Un impresionante descubrimiento hizo volver los ojos al oriente de Honduras, en

    donde estn localizadas las ahora famosas Cuevas de Talgua (800 a.C.). Las

    investigaciones las llev a cabo en 1995 James Brady junto con George Hasemann.

    Posteriormente se aadi una prospeccin de la regin.

    Dos proyectos dirigidos por George Hasemann sobresalen aqu. El primero

    contemplaba la investigacin de la gruta El Gigante en las tierras altas del suroccidente de

    Honduras (1990-1996), sitio que ha arrojado la fecha ms antigua de ocupacin fechas de

    radiocarbono 9950#y 9450#70 aos de antigedad; calibradas en aproximadamente 12000

    y 11500 aos de antigedad, respectivamente (ver Hasemann 1996 y Hasemann y Lara

    Pinto 2000). La prospeccin de la zona fue realizada por Timothy Scheffer, quien

    posteriormente continu con las excavaciones (2001). Cabe mencionar que haba indiciosanteriores de la gran antigedad de la zona, pero que no se consideraban lo suficientemente

    convincentes. El segundo proyecto, realizado por Allison McKittrick (1994-1997), se

    enfoc en el inventario y descripcin de los sitios de arte rupestre (McKittrick 2003).

    Muchas otras menores investigaciones de reconocimiento arqueolgico de corta y

    mediana duracin se han llevado a cabo en la regin oriental y nororiental de Honduras:

    centro-oriente (Helbig 1956); ro Pltano (Robinson 1985); ro Guamp (Hasemann 1988);

    ro Verde (Hasemann 1990); Dulce Nombre de Culm (Begley 1991); ro Cangrejal (Lara

    Pinto y Fernndez 2001); Laguna de Caratasca y Rus Rus (Lara Pinto y Fernndez 2002);

    Valles del suroccidente (Cruz, Neil y Heredia 2001).

    Todos los proyectos arriba mencionados se han desarrollado en el marco temporal

    previo a la conquista espaola, las investigaciones de carcter histrico son pocas y de

    limitada cobertura. George Hasemann realiz en la dcada de 1970 investigaciones

    arqueolgicas en una iglesia colonial del siglo XVIII, ciudad de Comayagua, y luego en la

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    Fortaleza de San Fernando de Omoa (1986). En los valles norcentrales se exploraron varias

    iglesias coloniales entre 1983-1985 (Weeks y Black 1987), y en 1990 se llevaron a cabo

    sondeos y algunas excavaciones extensivas en Trujillo, ciudad, fundada en el siglo XVI(Hasemann y Lara Pinto 1990). En 1992 se realizaron sondeos en los interiores de algunas

    casas coloniales de Comayagua; con motivo de la restauracin total de la catedral de esta

    ciudad, se dio oportunidad a los arquelogos para explorar bajo sus pisos.

    Por ltimo, hasta la fecha no ha habido alguna investigacin arqueolgica

    subacutica, los objetos en posesin del IHAH de esa procedencia han sido extrados por

    particulares y ms tarde decomisados, cuando se ha tenido noticia de ello. No obstante, en

    1996, ante las mltiples amenazas al patrimonio subacutico, se reunieron en Tegucigalpa

    un grupo de expertos para tratar el tema y proponer estrategias basadas en sus experiencias

    (Hasemann 1996).

    4. ARQUEOLOGA, NACIN E IDENTIDAD

    Establecer una relacin entre las poblaciones aborgenes que ocupaban el territorio de la

    actual Honduras en la ms remota antigedad y aquella cuya existencia atestiguan los

    europeos a principios del siglo XVI, es una tarea inacabada que requiere mayorprofundidad. Sin embargo, las concepciones alimentadas por la interpretacin de los

    hallazgos arqueolgicos contribuyen a la reivindicacin de una determinada identidad

    nacional (ver cuadro siguiente).

    Cuadro 9Cronologa centroamericana desde la perspectiva indgena

    4000 a.C. Los portadores de las lenguas chibchas llegan a Centroamrica3000-2300 Los hablantes protochibcha se dividen en dos familias que se establecen en Costa Rica y

    Panam, respectivamente2500 a.C. Escisin de la familia misumalpa en sus distintas lenguas2000 a.C. De las poblaciones chibchas establecidas en Costa Rica emigra un grupo hacia el nororiente

    de HondurasAo 0 Los hablantes de lenca se separan en dos grupos: el lenca de Honduras y el lenca de

    El Salvador700 d.C. La primera inmigracin mexicana hablantes de chiapaneco- llega a Centroamrica850 d.C. Los hablantes de matafalpa se escinden en dos grupos: Matagalpa y

    Cacaopera1000 d.C. Grupos hablantes de nahua llegan a Centroamrica y se establecen en el sureste de

    Guatemala y occidente de El Salvador

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    1200 d.C. Un grupo de hablantes de tlapaneco llega a Centroamrica y se establece en la costa delPacfico de Nicaragua

    1200-1300 d.C. Los inmigrantes nonoalcas llegan a Centroamrica y se da un desplazamiento de algunosgrupos nahuas ya establecidos hacia Nicaragua

    1300-1400 d.C. Grupos nahuas establecen enclaves en el noroeste y noreste de HondurasAntes de 1500 Separacin de las lenguas suma y miskita

    Fuente: Fragmento Tomado de Lara Pinto en Los Indios de Centroamrica, 1996: 275-277.

    En el mismo contexto, se entender nacin como un cuerpo de personas lo

    suficientemente grande que se considera a s mismo miembro de una entidad que

    corresponde a cierto territorio estatal moderno, de tal manera que hay una congruencia

    entre la unidad nacional y poltica. Un punto importante es que el nacionalismo es el

    programa para crear naciones y existe previo a la formacin de la nacin misma (en Kohl1998: 226). Las naciones son construidas por polticos nacionalistas e intelectuales, y estos

    procesos son apoyados por las clases sociales que se benefician econmica y polticamente

    de su construccin.

    En este sentido, la llamada arqueologa nacionalista Se refiere no slo al registro,

    sino tambin a las polticas adoptadas por el Estado que hacen uso de los arquelogos y sus

    datos para objetivos de creacin de una nacin, y tales polticas se pueden extender ms all

    de las fronteras del estado. La arqueologa nacionalista se encuentra frecuentemente

    involucrada en la creacin y elaboracin de identidades nacionales, procesos que no sloocurren dentro de los estados, sino tambin a medida que los estados se expanden e

    interactan con otros estados (Kohl 1998: 226).

    Lo ocurrido en otras partes de Amrica en el siglo XIX puede aplicarse muy bien a

    Honduras, es decir, cada nacin-estado emergente tena que construir su propia identidad

    nacional, lo cual requiri de un activo olvido o mal recordar y del redescubrimiento o

    invencin de su pasado. Los mitos del origen nacional tuvieron que ser relaborados a partir

    de una variedad de fuentes, incluyendo, en forma notable, los restos materiales encontrados

    dentro de las fronteras territoriales demarcadas para ese estado.

    En consecuencia, la asociacin entre el desarrollo de la arqueologa y la

    construccin de la nacin fue tan obvia que se mantuvo en gran parte sin cuestionamientos

    a travs de todo el siglo XIX y la mayor parte del XX; las races de los pases fueron

    extendidas hasta la nebulosa del pasado prehistrico. Ahora bien, el significado nacionalista

    adjudicado a los datos arqueolgicos vari tambin de acuerdo con la disponibilidad de los

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    registros histricos, el peso relativo de las fuentes histricas y arqueolgicas y el contenido

    emprico de esos registros (Kohl 1998: 228).

    Otro concepto importante es etnicidad. En trminos modernos se parte delentendido de que ...un grupo es un ethnosdistintivo cuando se considera a s mismo como

    tal y es considerado como tal por otros grupos... (Kohl 1998: 231). Este atributo de

    categorizacin es el ms importante; rasgo para el cual no existe necesariamente un

    correlativo con la cultura material La perspectiva insiste en que los grupos tnicos son

    maleables y estn en constante cambio en la medida en que se desenvuelve la situacin

    histrica en la cual existen; la etnicidad, como la cultura, nunca est concluida, sino que

    siempre est hacindose o desaparecindose. Etnicidad y nacionalismo son concebidos

    similares en el sentido de que ambos son fenmenos socialmente construidos, por medio de

    los cuales se inventan las tradiciones y son manipuladas consecuentemente por razones

    polticas, econmicas y sociales. No obstante, la etnicidad es una forma ms universal de

    identidad grupal con un pasado que se puede extender hasta los tiempos histricos ms

    tempranos, es ms, quiz hasta los mitos de la prehistoria, pero que nunca puede ser

    seguramente rastreado (Kohl 1998: 231).

    Parafraseando al autor (1998: 232) se puede preguntar cundo surgi el grupo

    tnico concebido como un pequeo homnculo en formacin, que ya posea todas lascaractersticas esenciales definidas del dicho ethnos? Desde las pocas remotas de los

    cazadores recolectores? A partir de los primeros asentamientos agrcolas? Desde cierta

    poca previa a la conquista espaola?

    Sin embargo, etnognesis es solamente un asunto relativamente menor asociado

    con el comienzo o formacin inicial de un grupo tnico; mucho ms significativos y

    complejos son los cambios que un grupo experimentar a travs del tiempo su

    etnomorfosis. Estos cambios pueden conducir, aunque no necesariamente, a la

    aparicin de nuevos grupos tnicos a travs de procesos de asimilacin, o cambiosfundamentales o desaparicin a travs de varios procesos naturales o inducidos por la mano

    humana, como el etnocidio (Kohl 1998: 232).

    De esta manera, el constructivismo contextual teora que intercede aqu por

    otra parte acepta que los fenmenos sociales son elaborados continuamente y manipulados

    por razones histricas comprensibles; pero tampoco niega el mundo exterior una realidad

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    objetiva parcialmente aprensible que no puede ser reducida totalmente a la invencin o la

    construccin social. Las representaciones o percepciones culturales construidas son reales,

    aunque la realidad comprende ms que representaciones y existe independientemente deellas (1998: 233).

    Tambin menciona que en lo referente al papel de la arqueologa en la construccin

    de las identidades nacionales deben mencionarse tres puntos adicionales. Primero, la tarea

    de construir identidades difiere en grado sumo dependiendo de cuntos pueblos indgenas

    sobrevivieron el contacto o la conquista y de la naturaleza de los restos culturales que

    dejaron. Segundo, el proceso de la formacin de la identidad nacional es continuo y est en

    movimiento; lo que significa ser mexicano, argentino o indio americano, etc., hoy se

    interpreta distinto de lo que se entenda en el ltimo siglo o a inicios de ste. Muchos

    cambios deben ser considerados progresivamente en cuanto a que el pasado de ms pueblos

    es incorporado en las identidades nacionales, cada vez ms inclusivas. Se han emitido

    legislaciones en diferentes pases para proteger el patrimonio cultural de los pueblos

    indgenas, incluyendo la repatriacin de objetos culturalmente significativos (Kohl 1998:

    236).

    Al parecer una lectura comn de corte nacionalista del pasado que tambin se ha

    dado en Honduras es identificar las entidades definidas por los arquelogos,particularmente las culturas arqueolgicas, en cuanto a un grupo tnico como ancestro de la

    nacionalidad o de la nacionalidad de inters a que se aspira. En nuestro propio caso este

    grupo mitificado sera el maya clsico. Tales identificaciones proveen a la nacionalidad en

    cuestin de una genealoga respetable que se extiende hasta el pasado, firmemente

    enraizado en el territorio nacional; la tierra y la gente se unifican. Una vez hechas, tales

    identificaciones pueden ser ampliadas para interpretar cambios progresivos, desarrollos

    culturales en el registro arqueolgico, como resultado de las actividades del grupo tnico

    ancestral. Si otras evidencias contradicen el modelo autctono de desarrollo es tpico haceradecuaciones.

    De igual manera es importante dejar claro que las culturas arqueolgicas y los

    grupos tnicos no son sinnimos, y las modernas perspectivas constructivistas sobre

    etnicidad y nacionalismo impiden la posibilidad de una perfecta correlacin entre los restos

    materiales y la etnicidad. El sentido de s misma que tiene la gente quin es y qu ha

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    hecho cambia continuamente y no puede ser mantenido constante a travs de los siglos,

    no digamos milenios (Kohl 1998: 239).

    Dando estas premisas, podemos decir que

    a) la construccin del pasado nacional de un grupo no debera suceder a costa de otros;

    b) todas las tradiciones culturales deben ser reconocidas como dignas de estudio y

    respeto;

    c) la construccin del pasado nacional no debera hacerse basada en el abandono de la

    perspectiva de nuestra humanidad comn en pasado y futuro compartido.

    5. NORMATIVA DE APLICACIN AL PATRIMONIO ARQUEOLGICO

    El Instituto Hondureo de Antropologa e Historia fue fundado en 1952. La primera etapa

    de su gestin se caracteriz por una casi exclusiva dedicacin a la investigacin

    arqueolgica dgase, Copn. Los trmites encaminados a declarar la ciudad maya de

    Copn Patrimonio de la Humanidad culminaron en 1980 y, posteriormente, en 1982, fue

    tambin declarada Monumento Nacional. Los legisladores mostraron entonces una visin

    loable al no circunscribir la declaratoria al centro urbano antiguo, sino que incluyeron elvalle mismo de Copn y los valles circunvecinos.

    La Constitucin de la Repblica Decreto No. 131 de 11 de enero de 1982

    establece en sus Artculos 172-176 los fundamentos doctrinarios de los que se desprende la

    legislacin especfica. La necesidad de fomento y proteccin del patrimonio cultural queda

    enunciada en el Artculo 172: Toda riqueza antropolgica, arqueolgica, histrica y

    artstica de Honduras forma parte del patrimonio cultural de la Nacin.

    La primera Ley para la Proteccin del Patrimonio Cultural de la Nacin fue emitida

    en 1984 y reformada ms tarde dando lugar al Decreto 220-97, 1998. De acuerdo con estedecreto forman parte del patrimonio cultural material de la nacin hondurea lo descrito en

    su Artculo 2, incisos 1-8, a saber: los monumentos de inters antropolgico-histrico, los

    bienes muebles de inters antropolgico e histrico, los conjuntos y agrupacin de bienes

    inmuebles y su entorno natural que formen patrones de asentamientos humanos, los sitios

    arqueolgicos reas abandonadas con evidencias de actividad humana de inters

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    antropolgico e histrico, las zonas arqueolgicas constituidas por conjuntos de sitios

    arqueolgicos, las colecciones arqueolgicas, los fondos documentales y los fondos

    bibliogrficos; los incisos 9-10 refieren al patrimonio cultural inmaterial constituido por lasmanifestaciones culturales y las lenguas de los pueblos indgenas vivos, as como las

    manifestaciones culturales vernculas vivas (ver anexo 1).

    A continuacin se enumera la legislacin nacional pertinente y conexa para la

    proteccin y conservacin del patrimonio cultural:

    Constitucin de la Repblica de Honduras: Artculos 172 y 173

    Ley para la Proteccin del Patrimonio Cultural de la Nacin: Decreto 220-97

    Ley General del Ambiente y su Reglamento General: Decreto No. 104-93, Ttulo

    IV, Captulo III

    Ley de Municipalidades y su Reglamento: Decreto No. 134-90, Artculos 13 y 14

    Ley de Ordenamiento Territorial: Decreto No. 180-2003, Ttulo Segundo, Captulo

    II, Artculo 22, Numeral 2); Captulo 3, Artculo 27, Numeral 2, inciso h) y

    Numeral 3, inciso d); Ttulo Cuarto, Captulo I, Artculos 40, 44, 47; Captulo III,

    Artculo 5.1

    Ley de la Propiedad: Decreto No. 82-2004, Ttulo V, Captulo II, Artculo 74 yCaptulo III, Artculos 93 y 101

    La Fiscala de Etnias y Patrimonio Cultural se encuentra en funcionamiento desde

    hace alrededor de una dcada, y aunque su principal quehacer ha sido velar por el

    cumplimiento de la normativa nacional e internacional en materia de pueblos tnicos, en los

    ltimos aos se ha involucrado cada vez ms en la proteccin directa de los bienes

    patrimoniales muebles e inmuebles. As, ha hecho confiscaciones a coleccionistas que

    evadieron el perodo para el registro de dichos bienes y ha dado seguimiento a las

    denuncias de destruccin de sitios en proceso o amenazados por el desarrollo de

    infraestructura.

    Entre los textos normativos de vigencia internacional se encuentran los emanados

    directamente de la UNESCO Recomendaciones y Convenciones y las cartas del

    Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, ICOMOS (ver anexos 2 y 3).

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    Aqu merece especial detalle la Convencin sobre los Bienes Culturales Robados o

    Ilegalmente Exportados Convention on Stolen or Illegally Exported Cultural Objects,

    UNIDROIT, firmada en Roma en 1995 por iniciativa del gobierno de Italia. Como essabido la Convencin aplica a los reclamos de carcter internacional para: a) la restitucin

    de bienes culturales robados; b) el retorno de los objetos culturales removidos del territorio

    del estado contratante en contradiccin a sus leyes que regulan la exportacin ilegal de

    objetos culturales con el objetivo de proteger el patrimonio cultural. A excepcin de El

    Salvador y Guatemala que firmaron y ratificaron dicha Convencin, ningn otro pas

    centroamericano lo ha hecho.

    Honduras tampoco ha firmado la Convencin para la Proteccin del Patrimonio

    Cultural Sumergido, y el principal peligro se deriva de las compaas extranjeras, pero

    asociadas con nacionales, que ofrecen hacer las exploraciones a cambio de compartir con

    el Estado los bienes recuperados. Es claro que esto no es legalmente viable, pero se ha

    intentado recurrir a distintos subterfugios para hacerlo efectivo.

    En 1999 se present la Solicitud del Gobierno de Honduras al Gobierno de los

    Estados Unidos de Amrica para el Establecimiento de Restricciones de Importacin a los

    Bienes Arqueolgicos de su Patrimonio Cultural bajo Proteccin en acuerdo con el Artculo

    9 de la Convencin de UNESCO sobre Propiedad Cultural de 1970. Este tratado ha hechoposible el decomiso de bienes arqueolgicos y girado la correspondiente notificacin al

    gobierno de Honduras para su recuperacin.

    En octubre del presente ao, el IHAH instal la Comisin Nacional contra el

    Trfico Ilcito del Patrimonio Cultural en un esfuerzo conjunto con la Fiscala de Etnias y

    Patrimonio Cultural para dar una ms efectiva proteccin a los museos e iglesias,

    principales objetivos de los traficantes.

    6. POLTICAS PARA LA INVESTIGACIN Y EL MANEJO DEL PATRIMONIO ARQUEOLGICO

    El trmino poltica se ha entendido como una declaracin de intenciones amplia y

    estratgica para cumplir un objetivo. En este sentido se ha considerado que una poltica es

    una frmula terica inferida de las pautas de seleccin de un comportamiento relevante. La

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    poltica se manifiesta como un comportamiento uniforme y recurrente tanto por parte de

    aquellos que la proponen como de aquellos que la cumplen.

    El nfasis contemporneo en la planificacin estratgica permite entender laspolticas como una visin de lo que debera ser. Por consiguiente, las polticas abarcan las

    acciones que indican que existe un compromiso por parte de los gobiernos para poner en

    marcha un proceso de construccin de polticas contratacin de especialistas, apoyo a las

    instituciones encargadas del patrimonio cultural, concertacin de regulaciones, propuesta

    de legislacin pertinente, desarrollo de materiales educativos y de promocin, entre otros

    ; los productos concretos o de salida de esas polticas: planes estratgicos de proteccin y

    conservacin del patrimonio, capacitacin de tcnicos en distintos niveles, puesta en

    vigencia de regulaciones; y tambin hasta la creacin o fortalecimiento de las estructuras

    normativas para el tratamiento del patrimonio cultural comisiones, unidades especficas

    dentro del aparato administrativo ya existente, dotacin de adecuado financiamiento,

    nuevos perfiles para los cargos, aplicacin de convenios con instituciones acadmicas u

    organizaciones de la sociedad civil.

    Entre los textos doctrinarios de poltica se pueden distinguir las directrices de

    poltica y las declaraciones de poltica. Las directrices son aquellos documentos que hacen

    recomendaciones para establecer los objetivos, la gestin futura del patrimonio, las reas deaccin y los pasos a seguir. Las declaraciones de poltica constituyen documentos que

    incorporan la conceptualizacin y caracterizacin de la actividad, y que han obtenido un

    cierto grado de oficialidad. En cuanto a los tipos de documentos de poltica se pueden

    distinguir la legislacin, los planes y programas, los informes y documentos de discusin, y

    los discursos.

    6.1 LEGISLACIN

    Las leyes y sus respectivas reglamentaciones implican proyecciones de largo plazo y alto

    nivel de compromiso gubernamental.

    6.2 PLANES Y PROGRAMAS DE INVESTIGACIN, PROTECCIN Y CONSERVACIN

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    Los planes y programas demuestran ser, en muchos casos, las declaraciones polticas ms

    detalladas e incluyentes. Por lo general presentan numerosos ejemplos y, a veces, el nivel

    de detalle llega a las municipalidades o/y a los parques arqueolgicos o monumentos. Enconsecuencia, estos planes son las demostraciones ms precisas de las polticas, ms an

    cuando incluyen planes especficos de accin y reas de especializacin. El desarrollo de

    planes de investigacin, proteccin y conservacin indica un relativamente fuerte

    compromiso de gobierno, sobre todo debido a la inversin que se hace por parte de la

    institucin regente del patrimonio y a las alianzas multisectoriales que es necesario poner

    en marcha para su logro.

    6.3 INFORMES Y DOCUMENTOS DE DISCUSIN

    Pueden ser actas o memorias de conferencias, talleres y foros de trabajo, informes

    gubernamentales, propuestas para discusin y comunicados oficiales de prensa, entre los

    principales. El espectro es diverso, en cuanto al nivel de detalle, inclusin y calidad pueden

    reducirse a unos cuantos prrafos o componerse de textos extensos. Este tipo de documento

    es til como fundamento para la institucin que prepara la poltica, puesto que proporciona

    los antecedentes y un estado del arte en la materia. Es comn que tales documentos hayansido preparados para un funcionario o una comisin oficial dentro de la institucin y que

    an no gocen totalmente de la aceptacin oficial. No obstante, constituyen un paso

    importante y un punto de partida del proceso que puede culminar posteriormente en la

    sancin de una legislacin y del consiguiente desarrollo de planes y programas.

    6.4 DISCURSOS

    Los discursos de los ministros y directores del ramo comentan en muchos casos losconceptos generales, los compromisos internacionales o sectoriales asumidos, los logros

    esperados y las acciones tomadas. Si bien es cierto tienden a ser generalizadores e

    ilustrativos, su principal utilidad respecto al establecimiento de polticas es que establecen

    la voluntad poltica para proponerla o hacerla efectiva.

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    En lo que a las declaraciones de poltica se refiere cabe subrayar que el Decreto

    220-97 reformado, si bien contina haciendo nfasis en el patrimonio arqueolgico no slo

    incluye las otras posibles manifestaciones, sino que, adems, incorpora la dimensin delpatrimonio intangible. La legislacin conexa de la dcada de 1990 se acopla al espritu de

    dicha ley rectora en el mbito del patrimonio, pero ste no es el caso con las leyes emitidas

    en 2000 y siguientes. Se vuelve obvio, en especial, en relacin con la ley conexa de

    ordenamiento territorial, 2003, en cuyas mesas sectoriales no particip el IHAH como

    institucin responsable del patrimonio cultural y cuyo articulado no prev que se trate de un

    elemento inmerso en el proceso de ordenamiento territorial para el cual deben establecerse

    procedimientos y tratamientos acordes con su naturaleza.

    Los planes y programas que ataen a la investigacin, proteccin y conservacin del

    patrimonio arqueolgico encuentran su mejor expresin en el tratamiento aplicado a la

    arqueologa del valle de Copn. Toda investigacin es precedida de un convenio de

    cooperacin con universidades o instituciones que avalan los contratos individuales de los

    profesionales. La primera tarea de todo emprendimiento es la prospeccin, comprobacin

    en el terreno y registro de la extensin y carcter de los vestigios. Las excavaciones

    extensivas deben sujetarse a la capacidad del proyecto de realizar las posteriores

    restauraciones. Este programa idealizado, susceptible de ser cumplido cabalmente cuandose tiene disponible la necesaria contraparte financiera, se ha aplicado y sigue aplicando en

    el valle de Copn y valles adyacentes, as como en los valles vecinos de La Venta y Florida.

    En otras regiones del pas, sin embargo, los programas de investigacin derivan en

    pequeos proyectos de rescate, dado el agresivo y, al parecer, irreversible avance del

    desarrollo infraestructural, como ocurre en el valle de Sula. De hecho, con excepcin del

    Proyecto de investigacin y rescate de El Cajn, 1979-1984, diseado como un programa

    de salvamento desde el inicio, las labores de rescate son el detonante de un buen nmero de

    emprendimientos, es decir, un hallazgo fortuito calificado de gran valor patrimonial seconvierte eventualmente en un proyecto y se gestiona para ello su dotacin financiera. Es

    indudable que este tipo de hallazgos siempre deben y sern atendidos sin detrimento de la

    implantacin de un programa a mediano y largo plazo.

    A finales de la dcada de 1980 se dise un programa de registro conocido como

    Inventario Nacional de Sitios Arqueolgicos e Histricos de Honduras, INSAHH, el cual

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    sealaba como punto de partida la sistematizacin de la informacin existente, resultado del

    total de las investigaciones hasta entonces realizadas; ponindose como meta documentar

    los sitios visibles en la superficie conocidos o no por las poblaciones locales, desplazndosede regin en regin. A este programa debera otorgrsele prioridad para realizarlo en el ms

    corto tiempo posible para que los registros orientaran una propuesta integral de

    investigacin arqueolgica en todo el territorio hondureo. El producto tangible hubiera

    sido un llamado Atlas Arqueolgico de Honduras (ver Hasemann 1998, IHAH).

    A principios de la dcada de 1990 se hizo palpable el peligro que corra el

    patrimonio sumergido, nuevamente se hicieron esfuerzos para desarrollar una estrategia de

    proteccin basada en un programa de investigacin a largo plazo que culminara con la

    instalacin de un museo de arqueologa en la zona costera o insular. Se realizaron las

    reuniones de expertos, se document el saqueo en el mbito nacional y se conocieron las

    experiencias de otros pases del rea en materia del tratamiento del patrimonio sumergido.

    La vigencia de este planteamiento no fue reconocida y la necesidad de una fuerte gestin de

    recursos lo releg al olvido (Hasemann 1997).

    Un planteamiento para iniciar la bsqueda de los asentamientos de los pobladores

    predecesores de las aldeas agrcolas en las tierras centrales Comayagua, Lago de

    Yojoa motiv el diseo de un programa de registro del arte rupestre y con ello de laprospeccin de terrenos alejados de los valles o planicies pluviales. De esta manera se puso

    en marcha el programa y de l se deriv la seleccin de un abrigo para realizar

    excavaciones extensivas que culminaron en el descubrimiento del sitio de ocupacin ms

    antiguo de Honduras: Proyecto El Gigante (Hasemann y Lara Pinto 2000; Scheffler 2004).

    El registro del arte rupestre pintura y grabado cubri el suroccidente y centro del pas

    con incursiones espordicas en otras regiones (McKittrick 2003).

    Ejemplos como los anteriores ponen de manifiesto la falta de planificacin

    estratgica en la toma de decisiones para la investigacin del patrimonio arqueolgico, eigualmente de una poltica de integralidad y normatizacin del quehacer de una institucin.

    Pasando al ltimo tema de este apartado, el Parque Arqueolgico Copn es el

    primero del pas, 1980, y su Plan de Manejo, 1984, pone las bases para una visin de corto,

    mediano y largo plazo; pero otra vez la falta de induccin en cuanto al seguimiento de los

    programas y el incumplimiento de metas no permitieron que se convirtiera en instrumento

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    de trabajo efectivo. Una dcada ms tarde abre sus puertas el Parque Arqueolgico El

    Puente. El Parque Arqueolgico Talgua, que recin inaugurado recibe grandes daos en

    1998 por el HuracnMitch, es reconstruido y vuelto a abrir al pblico casi al mismo tiempoque el Parque Eco-arqueolgico Los Naranjos, con el cual el IHAH inicia el nuevo milenio,

    2000.

    Durante 2005 se ha estado trabajando en la elaboracin del Plan de Manejo del

    futuro Parque Arqueolgico Ro Amarillo, a 17 km de Copn.

    En los ltimos dos aos, a iniciativa del IHAH, se han propuesto dos nuevos

    parques arqueolgicos: uno en el valle de Sula, Cerro Palenque, y otro en la isla de

    Guanaja, Plan Grande. Se trata el primero de una fortaleza de finales del Clsico Tardo y

    de un centro ceremonial probablemente en uso al momento del contacto con los europeos.

    Junto con estos parques se estn preparando tambin los dos mencionados anteriormente

    para recibir sus planes de manejo a mediano plazo.

    Con todo, el desarrollo infraestructural del pas ha tropezado en el completo de su

    geografa con los vestigios de las ocupaciones pasadas. Hasta la emisin de la primera Ley

    de Proteccin del Patrimonio Cultural de la Nacin en 1984, las colecciones privadas y los

    traficantes se nutran de la destruccin de los sitios arqueolgicos en el trazo de las

    carreteras u otras obras masivas de infraestructura. Esta ley junto con la Ley de Ambiente ysu Reglamento (1993) apoyaron los estudios de impacto ambiental, de los cuales formaban

    parte los estudios de los recursos arqueolgicos. En los ltimos diez aos las compaas de

    ingeniera se han visto necesitadas de los arquelogos en sus equipos de trabajo para

    dictaminar sobre la naturaleza de los bienes patrimoniales que sern impactados y las

    medidas de mitigacin a tomar. El IHAH se reserva el derecho de aprobar o desaprobar

    estos dictmenes.

    A la fecha, los arquelogos han sido contratados individualmente y por tiempo

    limitado por las compaas constructoras, pero desde hace algn tiempo se ha pensado enpropiciar el establecimiento de compaas que exclusivamente oferten servicios

    profesionales en arqueologa.

    Es claro que las acciones ligadas a la investigacin y manejo del patrimonio

    arqueolgico, y del patrimonio cultural en general, deberan estar enmarcadas en las

    polticas nacionales para el sector cultural. En defecto de un enunciado concreto al

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    respecto, se ha tomado como punto de referencia la Conferencia Intergubernamental sobre

    Polticas Culturales para el Desarrollo Estocolmo, 30 de marzo a 2 de abril de 1998,

    promovida por la UNESCO, en la cual particip Honduras, y que establece, entre otros, elsiguiente objetivo de poltica para el desarrollo, pertinente al tema que nos ocupa:

    Reestructurar las polticas y las prcticas con el fin de conservar y acentuar la

    importancia del patrimonio tangible e intangible, mueble e inmueble, y promover las

    industrias culturales.

    Sin embargo, no parece que se trate de restructurar polticas, que no las hay

    definidas, sino ms bien de sistematizar la prctica y que esto conduzca a planteamientos

    que puedan convertirse, cuando menos, en directrices de poltica.

    7. LA FORMACIN ANTROPOLGICA

    Valga la aclaracin que en este trabajo se parte del entendido de que la arqueologa3 es

    antropologa, y que para los efectos no debera ser lo ms importante si se imparte en una

    unidad acadmica independiente o est incluida en un departamento de antropologa, quepuede o no estar representada, adems de las otras disciplinas del esquema holstico clsico

    de nuestra disciplina (para un debate ver Gillespie y Nichols, 2003).

    Honduras es el nico pas centroamericano en donde los antroplogos en general y

    los arquelogos en especial no pueden recibir formacin profesional. Si bien en la mayora

    de las universidades se encuentran algunas asignaturas en los planes de estudios de las

    carreras de historia, arquitectura, ciencias sociales y turismo, esto no satisface las

    necesidades del pas en dicho campo profesional. Otra vez, parece que la falta de una

    poltica en este sentido, conjunta de los sectores educacin y cultura, ha impedido lainstitucionalizacin de tal ciencia. El mayor agravante es que, como es sabido, la reducida

    investigacin que se da en nuestra regin es propiciada por las universidades, y si este

    ambiente est vedado a la investigacin antropolgica en su sentido ms amplio entonces se

    reducen an ms las posibilidades.

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    Por tanto, si un extremado nacionalismo nos llevara en Honduras a dificultar el

    ejercicio profesional de los arquelogos avalados por universidades o instituciones

    extranjeras, sin que an se haya formado la siguiente generacin de arquelogoshondureos, se podra crear un hiato dentro de la investigacin arqueolgica. En esta

    coyuntura de acelerada destruccin de los bosques de tierra alta y tropicales, el crecimiento

    sostenido de la poblacin y la colonizacin avanzada de los ltimos reductos vrgenes, un

    alto forzado en el quehacer serio y comprometido de nuestros colegas parece

    contraproducente. Ms se ganara si estableciendo alianzas estratgicas y en un esfuerzo

    compartido se iniciara cuanto antes la formacin de los arquelogos(as) hondureos(as) del

    futuro.

    Sin entrar en detalle, es preciso mencionar el papel crtico que juegan los museos

    como medios didcticos en todos los niveles de la educacin. El Museo Nacional de

    Antropologa en Tegucigalpa, sin embargo, fue cerrado en algn momento alrededor de

    1995, sin ofrecer ningn sustituto cuando menos equivalente. Las buenas intenciones de la

    decisin en aras de instalar uno mejor quedaron sin valor y efecto a diez aos del suceso.

    Mientras; el Museo de Antropologa de San Pedro Sula, con su esplndida coleccin

    arqueolgica, abri sus puertas y se ha mantenido a travs de las vicisitudes producto de la

    indiferencia gubernamental. Los otros museos, como la Galera Nacional de Arte con suseccin dedicada a la poca precolombina, el Museo de Arqueologa de Comayagua, el

    Museo de Arqueologa e Historia de las Islas de la Baha, con las piezas arqueolgicas

    puestas a disposicin por los mismos residentes, y los dos museos en Copn Ruinas; llenan

    slo de manera parcial las necesidades de informacin y formacin del pblico hondureo

    sobre su historia antigua.

    8. PATRIMONIO CULTURAL Y TURISMO

    En otro lugar (Lara Pinto 2001) he discutido ampliamente sobre la amenaza que significa

    para el patrimonio cultural un turismo mal manejado. Especialmente peligroso es cuando

    los gestores del turismo en el pas traspasan los lmites de su competencia y pretenden, en

    lo que corresponde a los sitios arqueolgicos, convertirlos en destinos masivos de visitantes

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    que arriban por la maana y regresan por la tarde a su lugar base, sin haber hecho partcipes

    de los beneficios a los residentes locales.

    Igualmente peligroso es cuando estos mismos gestores del turismo, sin considerar lanormativa nacional e internacional, toman decisiones sobre los desarrollos infra-

    estructurales, desconociendo la opinin de los expertos. El caso ms preocupante en este

    momento en Honduras es la propuesta de construccin de un aerdromo a 17 km de

    Copn, contra todos los dictmenes emitidos por arquelogos, eclogos, ICOMOS

    Internacional e inclusive UNESCO. La contradiccin es grande, pues dentro del mismo

    paquete financiero se est ofreciendo la puesta en valor de un sitio arqueolgico, Ro

    Amarillo, y la destruccin de otro, Piedras Negras, la impermeabilizacin de un humedal y

    la destruccin de un lugar cercano de anidamiento de aves. Sin mencionar el cambio de la

    trama socioeconmica en un espacio eminentemente rural (ver Lara Pinto, Gloria y Jos A.

    Lara Pinto 2004).

    Es evidente que el asunto relacionado con la definicin, documentacin, proteccin

    y manejo del entorno de un sitio patrimonial todava necesita trabajo. Esta nocin del

    entorno es mencionada en la Carta de Venecia, 1964, as como en otras cartas, se incluyen

    la Carta Internacional de Turismo Cultural, 1999, y la Carta de Burra, 1999. Sin embargo,

    los avances en la conservacin y manejo del entorno no son satisfactorios todava.En relacin con el entorno no se trata solamente de la proteccin fsica, sino que

    debe incluir la dimensin social. Adems se necesita del reconocimiento de los aspectos

    tangibles e intangibles que convergen en un entorno determinado. Por otra parte, esto

    involucra aspectos complejos de tenencia de la tierra y legislacin paralela (ver, por

    ejemplo, Ley de Ordenamiento Territorial), al igual que las presiones sociales y econmicas

    que inciden en el entorno fsico y cultural de los recursos patrimoniales muebles.

    Los paisajes naturales o construidos que albergan sitios patrimoniales estn

    inmersos en la dinmica social y econmica de las comunidades, que contribuyen a darlevalor y significado o son parte de ellos. As, existe una creciente preocupacin sobre el

    impacto del rpido crecimiento poblacional y desarrollo infraestructural, de esta manera la

    atencin ha pasado de concentrarse en sitios patrimoniales individuales para dar lugar a un

    tratamiento ms amplio del sitio y su entorno.

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    Lo anterior implica un nfasis no slo en las caractersticas paisajsticas, sino

    tambin en las dimensiones histricas, ambientales y culturales. Para alcanzar esta meta

    ser necesaria una consideracin interdisciplinaria del tema y la revisin de las actualesprcticas.4

    9. MS ALL DE LA ARQUEOLOGA

    La investigacin, gestin y proteccin del patrimonio arqueolgico van de la mano y deben

    pensarse inmersas en las polticas enunciadas o tcticas del sector cultural. Si se parte

    de que las manifestaciones de nuestra cultura, ya sean las del pasado remoto asumidas

    como nuestras, son un reconocido generador y consolidador de la identidad nacional,

    fortalecen la nacionalidad y potencian la ciudadana, la paradoja persiste en las evidentes

    debilidades del sector y, cuando menos en el caso de Honduras, podra concluirse que la

    administracin del sector cultura tiene un carcter secundario en el sistema pblico

    nacional, tampoco hay reconocimiento de su aporte al desarrollo, por lo tanto, no es sujeto

    de financiamiento.

    Algunas estrategias para romper con esta concepcin podran ser la articulacin

    intersectorial cultura, educacin, ambiente y turismo para el tratamiento integral delpatrimonio, el territorio y el paisaje como recursos independientes y complementarios; la

    articulacin de los mbitos nacionales, regionales y locales para la proteccin y

    conservacin del patrimonio cultural; establecimiento de lneas prioritarias de investigacin

    apoyadas por alianzas estratgicas con las instituciones nacionales de educacin superior;

    toma de conciencia en cuanto a que el patrimonio es un recurso no renovable y que su

    conservacin y buen uso son un factor clave para el desarrollo del pas; adjudicacin del

    apoyo financiero necesario para la continuacin/actualizacin del registro de bienes

    culturales muebles en todo el pas Atlas Arqueolgico, Altas de MonumentosHistricos; reconocimiento de la relacin inextricable entre el patrimonio tangible e

    intangible, es decir, entre la manifestacin material y su significado, y el apoyo al

    fortalecimiento de las capacidades locales para participar en los beneficios espirituales y

    econmicos derivados de las buenas prcticas en la gestin del patrimonio cultural (Lara

    Pinto 2004).

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    Notas1La autora es actualmente vicerrectora de Investigacin y Posgrado en la Universidad Pedaggica NacionalFrancisco Morazn.2Esta interpretacin sui generis de las evidencias arqueolgicas encuentra su mejor exponente en la reciente

    novela de Douglas Preston, The Codex, Splendide Mendaz, Inc. 2004, ambientada en la Mosquitia hondureaalrededor de la escurridiza Ciudad Blanca.3Archaeology is an anthropology concerned with history and the material world, both on grand scale and inits study of the way that individual practices are transformed into structure It is an anthropology intimatelyengaged with issues that matter in contemporary settings, such as the realization of identities at multiplescales and the possibilities for integrating academic study and applications with policy and practice(Gillespie, Joyce y Nichols 2003: 155).4El tema gua de la 15. Asamblea General de ICOMOS, realizada en octubre 2005, fue Monumentos ySitios en su Entorno: La Conservacin del Patrimonio Cultural en el Cambiante Paisaje Natural y Urbano.

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