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Administración de quimioterapia intravenosa en el paciente oncológico

Date post: 31-Dec-2016
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Resumen La administración de fármacos antineoplásicos en ciclos repetidos por vía intravenosa es uno de los pilares fundamentales en el tratamiento del enfermo oncológico. Las diferencias entre el manejo de estas sustancias y el de otros fármacos y soluciones, y la necesidad de repetidas punciones determinan la importancia de la adecuada elección de la vía venosa de administración, central o periférica, y la localización de esta última. Durante la manipulación de fármacos antineoplásicos se requiere observar una serie de medidas, a fin de reducir las complicaciones para el paciente, asegurar el máximo beneficio del tratamiento y proteger al personal sanitario de los riesgos potenciales que poseen estas sustancias. El presente artículo supone una revisón de las distintas indicaciones, ventajas e inconvenientes de las distintas vías venosas para la administración de quimioterapia antitumoral, y de los diferentes aspectos en relación con las técnicas de perfusión. Palabras clave: Administración de quimioterapia intravenosa. Enfermería oncológica. Fármacos antineoplásicos. Extravasación de fármacos. Administration of Intravenous Chemotherapy in the Oncological Patient The intravenous administration of repeated cycles of antineoplastic drugs is one of the mainstays of the treatment of oncological patients. The importance of the appropriate choice between central or peripheral intravenous lines, and the location of peripheral lines, lies in the differences between the manipulation of chemotherapy and that of other drugs and solutions, as well as the need for repeat punctures. To reduce complications, guarantee the maximum therapeutic benefit and protect health personnel from potential risks, a series of measures should be observed during the manipulation of antineoplastic drugs. The present article provides a review of the various indications, advantages and disadvantage of the different venous tracks for the administration of antineoplastic chemotherapy. Aspects related to intravenous perfusion techniques are also discussed. Key words: Intravenous chemotherapy administration. Oncologic nursing. Antineoplastic drugs. Drug extravasation. Introducción En la actualidad una elevada proporción de en- fermos diagnosticados de cáncer recibe trata- miento con fármacos antineoplásicos por vía intrave- nosa. La administración de quimioterapia se realiza en servicios especializados (unidades de hospitaliza- ción y hospitales de día oncológicos) debido a que presenta diferencias con la administración de otros fármacos por la especial naturaleza de las sustan- cias. Por ello, es de gran importancia observar una serie de aspectos en la elección de la vía de adminis- tración, la zona de punción y el manejo seguro de los productos citotóxicos. Accesos intravenosos para la administración de citostáticos La administración de fármacos citostáticos por vía intravenosa se puede realizar mediante una vía periférica (mediante una cánula corta insertada ge- neralmente en una vena del miembro superior) o mediante una vía central (generalmente a través de un reservorio implantado tipo port a cath). La elec- Técnica 66 ENFERMERÍA CLÍNICA2003;13,(1):66-72 Administración de quimioterapia intravenosa en el paciente oncológico ALFREDO JOSÉ LUCENDO VILLARÍN a Y LAURA POLO ARAUJO b a DUE. Servicio de Oncología médica. b DUE. Hospital Universitario La Paz. Madrid. España 72 Correspondencia: Alfredo José Lucendo Villarín. Embajadores, 198. 2. O G. 28045 Madrid. España Aceptado para su publicación el 18 junio del 2001
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Page 1: Administración de quimioterapia intravenosa en el paciente oncológico

Resumen

La administración de fármacos antineoplásicosen ciclos repetidos por vía intravenosa es unode los pilares fundamentales en el tratamiento

del enfermo oncológico.Las diferencias entre el manejo de estas sustancias

y el de otros fármacos y soluciones, y la necesidad derepetidas punciones determinan la importancia de laadecuada elección de la vía venosa de administración,central o periférica, y la localización de esta última.

Durante la manipulación de fármacosantineoplásicos se requiere observar una serie demedidas, a fin de reducir las complicaciones para el paciente, asegurar el máximo beneficio deltratamiento y proteger al personal sanitario de losriesgos potenciales que poseen estas sustancias.

El presente artículo supone una revisón de lasdistintas indicaciones, ventajas e inconvenientes delas distintas vías venosas para la administración de quimioterapia antitumoral, y de los diferentesaspectos en relación con las técnicas de perfusión.

Palabras clave: Administración de quimioterapia intravenosa.Enfermería oncológica. Fármacos antineoplásicos. Extravasaciónde fármacos.

Administration of IntravenousChemotherapy in the Oncological Patient

The intravenous administration of repeatedcycles of antineoplastic drugs is one of themainstays of the treatment of oncological patients.

The importance of the appropriate choicebetween central or peripheral intravenous lines, and

the location of peripheral lines, lies in thedifferences between the manipulation ofchemotherapy and that of other drugs andsolutions, as well as the need for repeat punctures.

To reduce complications, guarantee the maximumtherapeutic benefit and protect health personnel frompotential risks, a series of measures should be observedduring the manipulation of antineoplastic drugs.

The present article provides a review of the variousindications, advantages and disadvantage of thedifferent venous tracks for the administration ofantineoplastic chemotherapy. Aspects related tointravenous perfusion techniques are also discussed.

Key words: Intravenous chemotherapy administration.Oncologic nursing. Antineoplastic drugs. Drug extravasation.

Introducción

En la actualidad una elevada proporción de en-fermos diagnosticados de cáncer recibe trata-

miento con fármacos antineoplásicos por vía intrave-nosa. La administración de quimioterapia se realizaen servicios especializados (unidades de hospitaliza-ción y hospitales de día oncológicos) debido a quepresenta diferencias con la administración de otrosfármacos por la especial naturaleza de las sustan-cias. Por ello, es de gran importancia observar unaserie de aspectos en la elección de la vía de adminis-tración, la zona de punción y el manejo seguro de losproductos citotóxicos.

Accesos intravenosos para la administración de citostáticos

La administración de fármacos citostáticos porvía intravenosa se puede realizar mediante una víaperiférica (mediante una cánula corta insertada ge-neralmente en una vena del miembro superior) omediante una vía central (generalmente a través deun reservorio implantado tipo port a cath). La elec-

Técnica

66 ENFERMERÍA CLÍNICA2003;13,(1):66-72

Administración de quimioterapia intravenosa en el paciente oncológico

ALFREDO JOSÉ LUCENDO VILLARÍNa Y LAURA POLO ARAUJOb

aDUE. Servicio de Oncología médica. bDUE. Hospital Universitario La Paz. Madrid. España

72

Correspondencia: Alfredo José Lucendo Villarín.Embajadores, 198. 2.O G. 28045 Madrid. España

Aceptado para su publicación el 18 junio del 2001

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ción de la vía de administración es fundamental, y serealizará en función de la duración del tratamiento,el tipo de fármacos prescritos, la accesibilidad de lasvías periféricas, la necesidad de repetidas punciones(número de ciclos de tratamiento a administrar) yotros factores dependientes del paciente1.

Vía venosa periférica En la elección de la vena se deben considerar va-

rios aspectos, de los que dependerá la seguridad dela perfusión, la prevención de extravasaciones y lacomodidad e independencia del paciente.

El catéter intravenoso se debe insertar en un puntocon mínimo riesgo de perforación venosa y extavasa-ción del citostático. Es de primera elección una venadel antebrazo, ya que además de permitir una mayorindependencia y comodidad para el paciente, los teji-dos blandos de esta región protegen los nervios y ten-dones más profundos en caso de extravasación2.

Se deben evitar las articulaciones para preservar lamovilidad del paciente y prevenir el riesgo de infiltra-ción accidental, así como las zonas con signos de flebi-tis (frías, enrojecidas o duras). Tampoco es recomen-dable la punción de una vena en un área de sensibili-dad alterada, ya que el paciente no podrá detectar nicomunicar la aparición de complicaciones.

Con frecuencia el paciente con quimioterapia pre-senta venas esclerosadas como consecuencia de unciclo de tratamiento previo. Tales venas, que se pue-den palpar duras como un cordón fibroso, o que sedesplazan con facilidad durante la palpación, no sonsusceptibles de canalizarse. Muchas veces el únicosigno de la esclerosis venosa es la presencia sobre la

piel de un trayecto lineal de color oscuro, a modo detatuaje, generalmente de carácter permanente quetraduce la fibrosis de la vena.

Si no fuera posible la canalización venosa en el an-tebrazo, se podrá realizar, por orden de preferencia,en el dorso de las manos, en las muñecas o en la fosaantecubital3.

Dado que la canalización venosa deberá mante-nerse un cierto tiempo, se procurará no colocarla enel miembro dominante del paciente para permitir suindependencia y movilidad; también se debe valorarla actividad del paciente y sus preferencias.

Es importante no emplear una vía intravenosa peri-férica ya existente para perfundir la quimioterapia. Eneste caso habría un mayor riesgo de extravasación de-bido a que la vena pudiera estar irritada, infectada o in-flamada4.

El catéter a colocar debe tener un calibre y longi-tud adecuados al volumen de líquido que se va a ad-ministrar, a la velocidad de la perfusión y al grosorde las venas del paciente. No siempre la colocaciónde un catéter grueso es lo más idóneo, y por ejemplocuando se administran fármacos irritantes, seleccio-nar un cateter de pequeño calibre e insertarlo enuna vena gruesa facilita la hemodilución del produc-to, reduciendo la irritación de la vena5.

A lo largo de los distintos ciclos de quimioterapiaes conveniente procurar canalizar, en primer lugar,las venas situadas más distalmente en la zona depunción seleccionada. Un problema en la región pro-ximal de una vena la invalida. Del mismo modo inte-resa rotar el lugar de punción para permitir que lasvenas se recuperen entre los ciclos de tratamiento4.

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Fig. 1. Administración de quimioterapia por vía

periférica mediante goteo. La solución citostática

se protege de la luz.

Fig. 2. Detalle de la vía periférica, con llave de tres

pasos y regulador de flujo de tipo dial a flo.

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Acceso venoso central mediante reservorio subcutáneo implantado

Dentro de los posibles accesos venosos centralesde larga duración se encuentran los catéteres de ti-po Hickman, los catéteres de silicona de inserciónperiférica por vena basílica y los reservorios subcu-táneos implantables tipo port a cath.

Las indicaciones para la colocación de éstos son lanecesidad de un acceso venoso para un tratamientointermitente a largo plazo (quimioterapia, nutriciónparenteral total), la dificultad para canalizar una víavenosa periférica o la necesidad de un tratamientode soporte hematológico importante (para este casose indica el catéter tipo Hickman).

El reservorio subcutáneo implantado (port a cath)

es el más extendido y habitual en el paciente oncológicoy será al que nos referiremos en este artículo. Está com-puesto por un catéter de silicona de una o dos luces, unode cuyos extremos se introduce por la vena subclavia oyugular interna y se tuneliza en el tejido subcutáneo, y elotro conecta con un reservorio de titanio que posee unamembrana autosellable de silicona en su parte superior.El reservorio se implanta en quirófano bajo anestesia lo-cal, en un “bolsillo” en el tejido subcutáneo en la cara an-terosuperior del tórax, unos centímetros por debajo delpunto de entrada del catéter de silicona en la vena. Deeste modo todo el sistema queda implantado bajo la piel,con lo que se reduce el riesgo de infecciones.

Ventajas

Las principales ventajas del reservorio implantadoson:

– Mayor comodidad para el paciente en tanto queno limita la movilidad de sus miembros superiores.

– Posibilidad de realizar en el mismo un númeroelevado de punciones, tanto para la administración

de quimioterapia, medicamentos o líquidos, comopara la extracción de muestras de sangre.

– Menor riesgo de complicaciones asociadas: in-fección, irritación de la vena y extravasación.

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Fig. 4. Material necesario para la punción de un

port a cath y la administración de quimioterapia

mediante el mismo.

Fig. 5. Administración de quimioterapia por vía pe-

riférica mediante bomba de perfusión.

Fig. 3. Visión esquemática de port a cath y sus

componentes in situ.

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– Preservación de las venas de los miembros su-periores del paciente, que resultan dañadas definiti-vamente por la quimioterapia.

Indicaciones

La implantación de un reservorio subcutáneo en elpaciente oncológico está indicada en aquellos casos enlos que se prevea la necesidad de varios ciclos de qui-mioterapia, cuando no existan accesos venosos perifé-ricos fáciles y cuando el paciente lo solicite. De estemodo, una gran proporción de enfermos oncológicoscon tratamiento poliquimioterápico es susceptible dela implantación de este sistema, y debe ofrecersesiempre la posibilidad de su utilización ya desde el ini-cio del tratamiento, evitando la situación en la que laimplantación de un port a cath se realiza cuando sehan agotado las posibles venas periféricas.

Utilización

El acceso al reservorio subcutáneo se realiza me-diante una aguja acodada tipo Huber unida a un caté-ter prolongador provisto de una pinza de “clampaje”6.La técnica de punción debe realizarse con rigurosasmedidas de asepsia y en condiciones de esterilidad.Tras purgar la aguja y el prolongador con suero fisioló-gico se localiza sobre la piel del paciente el perímetrodel reservorio, se fija entre los dedos y se introduce laaguja Huber atravesando la piel y la membrana de sili-cona hasta notar contacto con la pared posterior delreservorio. Para la comprobación del buen funciona-miento se conecta una jeringa al prolongador, se abrela pinza y se aspira hasta la aparición de sangre, que sedesecha y se lava el reservorio con 10 ml de suero fi-siológico hasta su utilización. Por último, se fija la agu-ja mediante gasas y esparadrapo, manteniendo un án-gulo de 90°con la piel, y se protege convenientemente.

Una vez finalizada la administración del ciclo de qui-mioterapia se debe retirar la aguja del reservorio im-plantado y sellarlo con heparina, siguiendo el protoco-lo vigente en cada centro. Una posible manera correc-ta de hacerlo sería preparar una jeringa con suerosalino al 0,9% heparinizado (500 UI en 5 ml de solu-ción) y otra con 10 ml de suero salino, que se inyecta-rá en primer lugar para limpiar el catéter de sangre ode medicación. Seguidamente se inyectará el conteni-do de la otra jeringa, manteniendo una presión positi-va, para lo que se cerrará la pinza mientras se perfun-den los últimos 0,5 ml de suero heparinizado. Se extra-erá la aguja tirando firmemente de la misma ensentido perpendicular a la piel, fijando a la vez el reser-vorio para que no se desplace. Finalmente se aplicaráun antiséptico y se cubrirá con un apósito estéril3,7.

El reservorio debe lavarse de la manera descrita ca-da vez que se utilice, y cada 4 o 6 semanas si no se em-plea durante un período largo para evitar la oclusióndel catéter debido a la formación de coágulos.

Preparación de la perfusión intravenosa de quimioterápicos antineoplásicos

Se deben considerar una serie de aspectos quediferencian la técnica de administración de fármacoscitostáticos intravenosos de otros fármacos y solu-ciones convencionales.

Por lo general, los citostáticos son proporciona-dos a las unidades de oncología ya reconstituidos ydisueltos desde el servicio de farmacia del centro,donde se preparan las dosis y los volúmenes de diso-lución de cada fármaco según las indicaciones deltratamiento médico. Una vez en la unidad, la correc-ta labor del profesional de enfermería permitirá unaadecuada perfusión del tratamiento prescrito a cadapaciente con las menores complicaciones e inconve-nientes y con la mayor seguridad para los profesio-nales sanitarios que manipulan estos fármacos po-tencialmente peligrosos.

Los citostáticos generalmente son suminsitradosdisueltos en líquidos adecuados al fármaco (suero fi-siológico o glucosado, disolventes específicos), conel nombre y la dosis del citostático, el volumen de lasolución y los datos identificativos del paciente.

Existen ciertas indicaciones respecto a la conser-vación de los citostáticos ya reconstituidos y disuel-tos, el material del recipiente que los contiene y lossistemas de perfusión, así como las compatibilidadescon otros fármacos, que deben ser considerados entodos los casos (tabla 1) 8,12:

– Los recipentes generalmente empleados son bo-tellas de vidrio o bolsas de cloruro de polivinilo(PVC). Ciertos quimoterápicos presentan específi-camente incompatibilidades con el PVC8, como car-mustina y taxol, que deberán estar contenidos en re-cipientes de vidrio.

– Respecto a su conservación, el tiempo en que elcitostático permanece estable en la solución prepara-da es variable, y oscila normalmente entre las 24 y las48 h. La conservación adecuada hasta el momento dela perfusión se realizará a temperatura ambiente en al-gunos casos (ciclofosfamida, etopósido, metotrexato,fluorouracilo) o en frigorífico en otros (bleomicina, ta-xol, alcaloides de la vinca, dacarbacina)8.

– Muchos citostáticos requieren ser protegidos dela luz brillante: ciclofosfamida, cisplatino, doxorrubi-cona, fluorouracilo, metotrexato y vincristina.

– En ningún caso está indicada la presencia deotros fármacos concomitantemente en el mismo re-cipiente de la perfusión (salvo en la asociación de ci-clofosfamida y uromitexan).

– Los equipos de perfusión suelen estar constitui-dos habitualmente por PVC, siendo un material ade-cuado a la mayoría de las soluciones de quimioterá-picos. Con la utilización de taxol y carmustina, por

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las incompatibilidades descritas, los equipos de per-fusión serán de otro material, habitualmente silico-na. Igualmente, se recomiendan equipos opacos paralas soluciones fotodegradables.

Antes de adminstrar la quimioterapia se compro-bará la correcta concordancia de los datos de la pre-paración con el tratamiento médico prescrito y conel nombre del paciente que lo recibirá. Igualmente,los fármacos deben ser examinados visualmente porsi tuvieran partículas o se hubieran decolorado,siempre que la solución o el envase lo permitan.

Durante la manipulación de citostáticos se debenadoptar una serie de precauciones para evitar posi-bles riesgos para la persona que los manipule, comoes la utilización de guantes de tipo quirúrgico dese-chables y bata. En tanto que los citostáticos puedenformar suspensiones y aerosoles en el ambiente esconveniente que, durante el purgado de las jeringaso equipos de perfusión, se coloque en el extremo delos mismos una gasa estéril impregnada en alcohol,para que el fármaco quede allí retenido9.

La solución quimioterápica se puede adminsitrar me-diante goteo por acción de la gravedad, y en ocasionespuede ser necesario el empleo de una bomba de perfu-sión. En el caso de fármacos que se administrarán du-rante un período corto de tiempo la primera opción

puede resultar más adecuada, pero cuando la perfusióndel citostático debe realizarse a lo largo de varias horas,su control se facilita mediante una bomba. Sin embargo,su empleo puede aumentar el riesgo de sufrir daños encaso de que exista una extravasación, ya que el fármacocontinuará inyectándose a igual flujo, y puede ocasionargrandes infiltraciones al vencer la resistencia del tejidointersticial. Las bombas de baja presión tratan de mini-mizar este riesgo. Por otro lado, la propia máquina pue-de suponer un inconveniente para la independencia delpaciente, limitándole su movilidad, con lo que igualmen-te este aspecto debe valorarse en la elección del disposi-tivo de perfusión. El goteo por gravedad supone unamenor presión sobre las paredes del vaso que recibe lasolución del fármaco y reduce el riesgo de infiltracionesaccidentales, pero requiere un control del ritmo de per-fusión, que se facilita mediante el uso de reguladores deflujo de tipo dial a flow. Tanto en un caso como en otro,durante una perfusión continua de quimioterapia seaconseja controlar la vena periférica cada 1 o 2 h, valo-rando su permeabilidad, el retorno venoso y la ausenciade signos de extravasación (inflamación, enrojecimien-to, dolor o quemazón) en el punto de inserción de la víao en el trayecto de la vena4,8.

La administración de los fármacos se realizará enlos tiempos correctos y en el orden adecuado. Exis-ten dos tendencias respecto al orden de admimistra-

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TABLA 1. Consideraciones sobre algunos fármacos antineoplásicos

Conservación Disolvente Incompatibilidades Fármaco previa a para su con otras Interacciones farmacológicas

administración infusión sustancias

Ciclofosfamida 7 días a 25 °C SF 0,9% No descritas Barbitúricos, halopurinol, fenotiazinas14 días a 2-8 °Cprotección de la luz

Ifosfamida 48 h a 25 °C SF 0,9% No descritas No descritasCisplatino 8 h a 25 °C SF 0,9% Aluminio Anticonvulsionantes

protección de la luz SG 5%Doxorrubicina 7 días a 2-8 °C SF 0,9% 5-FU, heparina, aluminio, Rifampicina, barbitúricos,

protección de la luz SG 5% furosemida cimetidina5-FU 15 a 25 °C SF 0,9% Timidina i.v. No descritas

protección de la luz SG 5%Etopósido 24 a 96 h a 25 °C SF 0,9% Idarrubicina No descritas

luz normal SG 5%Metotrexato 15 a 25 °C SF 0,9% Ranitidina, droperidol, AINE, salicilatos, fenitoína, cumarinas,

protección de la luz SG 5% metoclopramida sulfonamidas, tetraciclinasTaxol 8 h a 2-8 °C SF 0,9% PVC (bolsas y equipos

luz normal SG 5% de infusión)Vinblastina 14 días a 25 °C Disolvente Furosemida, heparina Anticonvulsionantes

28 días a 2-8 °C específico (ClNa)no precisa protección para inyección

de la luz con conservanteVincristina 14 días a 2-8 ºC SF 0,9% Furosemida Alopurinol

protección de la luz SG 5% anticonvulsionantesVinorelbina 24 h a 25 ºC SF 0,9% No descritas No descritas

no precisa protección SG 5%de la luz

5-FU: 5-fluorouracilo; AINE: antiinflamatorios no esteroides; SF 0,9%: suero fisiológico al 0,9%; SG 5%: suero glucosado al 5%.

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ción de los citostáticos con capacidad vesicante: laprimera recomienda que se administren en primerlugar, cuando el endotelio venoso conserva su inte-gridad, antes de ser dañado por otros fármacos10. Lasegunda postura defiende la admismistración de es-tos fármacos en último lugar, sobre la base de queaumentan la fragilidad de la vena y de que su inyec-ción puede provocar un espasmo venoso que podríadificultar la administración de tales fármacos, así co-mo la valoración de la permeabilidad vascular4,11.

Existen escasos datos sobre la compatibilidad delos citostáticos con otros fármacos que puede preci-sar el paciente, por lo que se debe ser especialmentecuidadoso respecto a la administración simultáneade otra medicación. Algunas incompatibilidades es-pecíficas están descritas en la tabla 18,12.

Una vez finalizada la perfusión del citostático sedebe irrigar la vena con una solución de suero fisio-lógico. También se tomará esta precaución entre laadministración de uno y otro fármaco4.

Todo el personal que entre en contacto con qui-mioterapia debe ser consciente de que estos produc-tos pueden ser excretados en altas concentracionespor los pacientes tras su administración. Las excre-tas pueden generar aerosoles, por lo que se debenextremar las precauciones durante su eliminación9.

En caso de contacto accidental de la piel con es-tos productos se procederá al lavado minucioso de lazona expuesta con agua y jabón. Si el contacto fueracon los ojos o con las mucosas, éstos se irrigarán concantidades abundantes de agua o suero fisiológico4,9.

Debido a la potencial peligrosidad de los citostáti-cos, los objetos contaminados por ellos deberán serdepositados en recipientes impermeables, adecua-damente identificados, sellados y eliminados por in-cineración9.

Cuidados de enfermería durante la administración

de quimioterapia intravenosa

La administración de quimioterpia por vía intrave-nosa requiere contemplar cuidados específicos porparte de los profesionales de enfermería a fin de re-ducir sus complicaciones.

Los cuidados de enfermería más específicos estánrelacionados con la seguridad del paciente. Los pre-sentamos en tres grupos: prevención, detección ytratamiento tempranos de la extravasación; controly manejo del catéter durante la perfusión, y trata-miento de la obstrucción del catéter central, cuandose produce.

Prevención, detección y extravasación de agentescitostáticos

Se entiende por tal la instilación de la solución ci-tostática en los tejidos perivasculares, a causa deuna interrupción en la continuidad de la vena. Esta

es la complicación más grave que se puede presen-tar, debido a la potencial lesividad de dichos fárma-cos, en tanto que muchos de ellos poseen capacidadvesicante o necrosante sobre los tejidos en que se in-filtran. El daño producido estará en función del fár-maco extravasado y de su volumen.

La administración a través de un catéter periférico esla técnica que presenta mayor riesgo de esta complica-ción. El tratamiento de la extravasación no siempre essatisfactorio, por lo cual debemos hacer especial énfasisen la importancia de la prevención de la misma:

1. Identificar a los pacientes más susceptibles. Seconsiderarán factores de riesgo algunas situacionescomo3:

– Lugar de inserción del catéter en zonas de am-plia movilidad (regiones articulares).

– Pacientes ancianos o sometidos a terapia intra-venosa previa (por su mayor fragilidad vascular).

– Alteraciones de la sensibilidad que impidan alpaciente comunicar sensaciones de dolor o quema-zón que aparecen con la extravasación.

– Enfermedades vasculares previas (diabetes,vasculitis, síndrome de Raynaud) o alteraciones de-bidas a radioterpia previa sobre la zona.

– Utilización de bombas de perfusión.

2. Tras la inserción de un catéter venoso periféri-co éste se fijará de modo que no permita desplaza-miento alguno sobre la piel, pero a la vez se trataráde no cubrir demasiada piel sobre el mismo, a fin deidentificar fácilmente los signos de una eventual ex-travasación.

3. Identificar de forma temprana la extravasación. Seinstará al paciente a comunicar cualquier anomalía queperciba en torno al lugar de la perfusión: dolor, enrojeci-miento, quemazón, sensación de calor o de frío, a la vezque se comprobará con frecuencia la ausencia de signoslocales como eritema o edema, y el retorno venoso a tra-vés del catéter mediante la aspiración con una jeringa.

4. En caso de producirse la extravasación, se de-be interrumpir la perfusión y comunicarlo rápida-mente al médico. A continuación se debe elevar elmiembro afectado del paciente manteniendo la cá-nula in situ.

5. Aplicar las medidas de tratamiento propuestaspor el médico o los protocolos de actuación del cen-tro, según el tipo de citostático extravasado.

Manejo y control del dispositivo de perfusiónEn este aspecto, los cuidados de enfermería de-

ben atender tanto al correcto manejo de una vía ve-nosa periférica como al de una vía central:

1. Mantener la máxima asepsia durante la inser-ción del catéter venoso periférico, pues una posible

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infección en el punto de inserción acortará el tiempode utilidad de la vía y aumenterá el riesgo de extra-vasaciones. Desinfectar el punto de inserción del ca-téter y cambiar los apósitos de fijación según losprotocolos de cada centro. El paciente oncológicoposee un mayor riesgo de infecciones por la inmuno-supresión derivada de la propia enfermedad, por latoxicidad medular de la quimioterpia y por los trata-mientos concomitantes que recibe (corticoides).

2. Tras la implantación de un reservorio subcutá-neo (port a cath) se deben considerar algunos as-pectos en cuanto a sus cuidados:

– La herida quirúrgica de su inserción debe vigi-larse como culaquier otra, atendiendo a la posibleaparición de hematomas, líquido seroso o dehiscen-cias en la sutura. Los cuidados generales de la mis-ma irán orientados hacia la adecuada cicatrización yprevención de la infección. Aunque el reservoriopuede utilizarse desde el mismo momento de su im-plantación, la inflamación inmediata y la hipersensi-bilidad de la zona pueden aconsejar esperar 48 h an-tes dehacerlo.

– En cuanto a los cuidados del propio dispositivoimplantado, durante los primeros 3 días tras su colo-cación se aconseja heparinizarlo o lavarlo con suerofisiológico diariamente, y después una vez a la sema-na hasta cumplirse un mes desde su colocación13.Posteriormente se sellará cada vez que se utilice, ocada 4 a 6 semanas según se ha expuesto previa-mente.

3. A lo largo de las distintas punciones del port a

cath hay que procurar rotar la zona de punción, paraminimizar las lesiones cutáneas y los daños en lamembrana de silicona del reservorio. Se utilizaránexclusivamente agujas destinadas a este tipo de dis-positivos para evitar su deterioro.

4. Desinfectar con povidona yodada o clorhexidi-na las conexiones del catéter, de las llaves de paso ode los sistemas de perfusión cada vez que se utili-cen. Cambiar los tapones que cierran dichas cone-xiones sistemáticamente cada semana, o según loestablecido en cada centro, y cada vez que sean utili-zados en el paciente hospitalizado13.

Obstrucción del dispositivo subcutáneoSe trata de una complicación consistente en la di-

ficultad o imposibilidad para purgar el mismo apli-cando una presión normal. Un lavado o sellado ina-decuado del dispositivo conduce a este problema,pero también puede ocurrir cuando se deposita unacubierta de fibrina en torno a la punta del catéter ocuando ésta apoya sobre una pared del vaso, lo que

en estos dos casos constituye un mecanismo valvu-lar que permite la perfusión de sustancias, pero no laextracción de sangre, o bien la perfusión intermiten-te de aquéllas3,13.

En muchas ocasiones basta con cambiar la posicióndel paciente para liberar la punta del catéter, determi-nada por la posición de la cabeza o de la escápula, pe-ro en otros casos se trata de verdaderas obstruccio-nes provocadas por trombos en el interior del mismo.En este caso la primera medida que se debe tomarconsiste en la aspiración de sangre con una jeringa. Side este modo se logran extraer todos los coágulos selavará convenientemente el dispositivo con suero fi-siológico y se sellará con heparina o bien se continua-rá la perfusión. Cuando esta medida falla se comuni-cará la incidencia al médico; normalmente la prescrip-ción es de una solución de 5.000 unidades delfibrinolítico urocinasa en 5 ml de suero salino. Se in-yecta la solución cuidadosamente, empujando y aspi-rando con el émbolo de la jeringa para permitir que elfármaco se distribuya dentro del catéter obstruido, yse mantiene allí durante 10-30 min3,13. Por último, seaspira el fármaco y los trombos.

No es recomendable tratar de solucionar la obs-trucción ejerciendo una alta presión con el émbolode una jeringa sin más, pues existe el riesgo de rom-per el catéter, con la consiguiente embolización deéste, o bien el desprendimiento de trombos que se li-berarían a la circulación.

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