Date post: | 04-Aug-2015 |
Category: |
Education |
Upload: | karlita-munoz |
View: | 40 times |
Download: | 0 times |
1
TEMA: “Día de muertos” MATERIA: Informática para los negocios PROFESOR: José Raymundo Muñoz Islas ALUMNA: Karla Muñoz Martínez
GRUPO: DN11C MATRICULA: 1714130013
Contenido DIA DE MUERTOS ........................................................................................................... - 1 -
HISTORIA DEL DÍA DE MUERTOS EN MÉXICO ........................................................... D
Día de Muertos en México ............................................................................................... D
EL XANTOLO......................................................................................................................... 5
¿CÓMO CELEBRO DÍA DE MUERTOS? .......................................................................... i
- 1 -
DIA DE MUERTOS El Día de Muertos es una celebración mexicana que honra a los ancestros
durante el 2 de noviembre, coincidiendo con la celebración católica del Día
de los Fieles Difuntos. Aunque se ve primariamente como una festividad
mexicana, también se celebra en muchas comunidades de los Estados
Unidos donde existe una gran población México-americana, y en una
menor medida también se celebra en algunas partes de Latinoamérica.
A pesar de ser un tema morboso, esta festividad se celebra alegremente, y
aunque ocurre en fechas cercanas al Día de Todos Los Santos, y al Día de
todas las Almas, en lugar de sentirse temerosos de espíritus malévolos, el
humor en el día de los muertos es mucho más relajado, similar al Hallasen,
con un mayor énfasis en la celebración, pero honrando las vidas de los
difuntos.
Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México, pueden ser
trazados hasta la época de los indígenas de Mesoamérica, tales como los Aztecas, Mayas, Purépechas, Nahuas y Totonacas. Los
rituales que celebran las vidas de los ancestros se realizaron por estas civilizaciones por lo menos durante los últimos 3,000 años.
En la era prehispánica era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que
simbolizaban la muerte y el renacimiento.
El festival que se convirtió en el Día de Muertos cayó en el noveno el mes del calendario solar azteca, cerca del inicio de agosto, y
era celebrado durante un mes completo. Las festividades eran presididas por el dios Mictecacihuatl, conocido como la "Dama de la
muerte" (actualmente corresponde con "la Catrina"). Las festividades eran dedicadas a la celebración de los niños y las vidas de
parientes fallecidos
Cuando los conquistadores españoles llegaron a América en el siglo XV, ellos estuvieron aterrados por las practicas paganas de
los indígenas, y en un intento de convertir a los nativos americanos al catolicismo movieron el festival hacia fechas en el inicio de
noviembre para que coincidiesen con las festividades católicas del Día de todos los Santos y Todas las Almas. El Día de Todos los
Santos es un día después de Halloween, donde este último fue también un ritual pagano de Samhain, el día céltico del banquete
de los muertos. Los españoles combinaron las costumbres de Halloween con el festival similar mesoamericano, creando de este
modo el Día de Muertos.
Cercana a esta celebración se encuentra el Día de Todos Los Santos, Día de Todos
Los Santos, fiesta religiosa que se celebra en muchos países de tradición cristiana. En
los países de tradición católica, se celebra el 1 de noviembre; mientras que en la
Iglesia Ortodoxa se celebra el primer domingo después del Pentecostés. En ella se
veneran a todos los santos que no tienen una fiesta propia en el calendario eclesial. Por tradición es un día feriado no laborable.
Existen versiones que señalan que esta fecha fue establecida como una respuesta ante la celebración pagana del 31 de octubre.
Pero estas versiones no resultan muy sólidas por cuanto la celebración del "Halloween" o "día de las brujas" es una festividad
proveniente de los Estados Unidos de América. En España, dentro de la tradición católica se realiza una visita donde yacen los
seres queridos. En Cataluña se celebra la denominada castanyada en la que se comen boniatos, castañas y panellets. En México
se hacen ofrendas para agasajar a los fallecidos y celebrar esos dos días, que se quitan el día 2 por la noche, pudiéndose
consumir en ese momento.
D
HISTORIA DEL DÍA DE MUERTOS EN MÉXICO
México se prepara para
otra celebración del tradicional
Día de Muertos. ¿Conoces la
historia del origen de la
celebración?
Día de Muertos en México
Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México se
remontan a la época de los indígenas de Mesoamérica. Los rituales llevados a
cabo por los aztecas, mayas, purepechas, nahuas y totonacas celebraban la
vida de los ancestros y estimaban que la muerte era solo el final de una etapa,
ya que la vida se extendía en otro universo. Dichos rituales se realizaron por al
menos 3 mil años.
El festival que se convirtió en el Día de Muertos cayó en el noveno mes del
calendario solar azteca, cerca del inicio de agosto, y era celebrado durante un
mes completo. Las festividades eran dedicadas a los niños y las vidas de los
parientes fallecidos y estaban presididas por la diosa Mictecacihuatl, también
llamada "Dama de la muerte", esposa de Mictlantecuhtli, señor de la tierra de
los muertos. Esta deidad es actualmente conocida como "la Catrina", personaje
de José Guadalupe Posada.
En el siglo XV, las tradiciones indígenas relacionadas con la muerte asustaron
a los conquistadores españoles, quienes intentaron convertir a los nativos
americanos al catolicismo. En su
afán por eliminar dichas
prácticas, movieron el festival
del Día de Muertos hacia
noviembre, para que coincidiese
con el Día de todos los Santos.
5
EL XANTOLO Dentro de la región de la Huasteca hidalguense se
celebra el día de muertos como pocos lugares en nuestro país.
El Xantolo (palabra introducida al náhuatl por la deformación de
la frase lanita festiumominum sanctorum, que quiere decir fiesta
de todos los santos), la tradición más importante de esta región,
la cual aún se mantiene muy arraigada. Este peculiar culto a los
muertos, en el que se les recuerda y venera de manera
especial.
Acompañada de danzas, cantos y típicos platillos, la
celebración del Xantolo o Día de Muertos en la Huasteca
Hidalguense se caracteriza por la devoción, el esmero y la
unión con que los habitantes de las pequeñas comunidades que
esperan la llegada de sus familiares y amigos que ya no se
encuentran con ellos.
VI
El Xantolo, la fiesta del Día de Muertos en Hidalgo
La fiesta de muertos en la
huasteca hidalguense (Xantolo),
sorprende por su colorido a
través de los años. En
Macustepetla, Huautla, Coatlila,
Huazalingo, Huejutla y Atlapexco,
la celebración es sagrada.
Éstas son las impresiones de un (malogrado) viajero enamorado de la
luz, el sabor de la comida, la música y los panteones de esta zona.
Uno nunca la espera tan pronto. Siempre es sorpresiva. Pero ahí está,
acechando, seduciendo, llamando, escondiéndose detrás de las apariencias, y
mostrándose disfrazada en las múltiples máscaras sonrientes que enseñan y
ocultan, como las que se pone uno para bailar en los días de fiesta.
Una tarde me tomo desprevenido, justo cuando estaba entretenido en
desordenar la rutina; distraído. Siempre sucede lo mismo cuando ocurre cosas
importantes: a uno lo pillan; como cuando te enamoras que te rodea de golpe
una luz vibrante y sopla un viento vigoroso, y no puedes dejar de verlo y
sientes como te rechinan los cimientos... y empiezas a vivir de otra manera:
empiezas a vivir y a morir.
Mi error fue no reconocerla a tiempo. Te atrae y te rechaza, te sonríe y te
cachondea el alma. Ya estás perdido, no podrás evitarla: empiezas a morir y a
vivir.
En ese momento recordé las ocasiones en que vi la luna ponerse tras
las montañas, las noche que me abandoné a la plenitud suprema, los días que
gocé hasta el límite un plato bien servido y sabroso... ¿Logré robarle a la vida
sus placeres?
Son regalos divididos
que se ofrecen
ocasionalmente, y fue lo
único que pude empacar
para el cambio de domicilio,
con la esperanza de que no
fuera alta la tarifa por exceso
de equipaje.
Cuando llegó ese momento
tuve la visión de escoger el
lugar adecuado:
Tianguistengo, cerca de Tlahuelompa, la capital de las campanas. Fue
un acierto el insistir. En lo alto de una montaña de la Huasteca hidalguense,
frontera indescifrable con la sierra, en la cima de un nudo volcánico donde el
tiempo es húmedo, fresco, con el roció en las alas de los insectos. En ese
cementerio multicolor desde el que, en los días claros y luminosos, se pueden
ver a un costado las montañas con nieve, y cuando me atrevo a mirar al cielo lo
tengo más cerca u eso me permite volar y flotar de vez en cuando.
Tengo una ventaja extra. Cada trece lunas llegan danzantes un poco
atolondrados pero siempre respetuosos a despertarme para cruzar al otro lado.
La nostalgia es canija.
Las mujeres hilan flores para colgarlas junta al papel picado, preparan la
comida para servirla en ollitas de barro recién cocidas, adornan los altares con
frutas tropicales y prenden las velas y el copal.
Preparan la fiesta con esmero. Reciben primero a los chiquitos, a los angelitos
y les dan solo tamales de ajonjolí y dulces mientras les cantan las mañanitas:
“...hoy por ser día de los muertos te las cantamos así...”.
Después llegamos a los mayores puntualmente. El camino fosforescente está
tapizado de hojas amarillas de cempasúchil, de tal manera que uno no se
extravíe... la memoria se debilita y necesita de referencias que la refresquen.
Además, la vista empieza a dejar de deslumbrarse con la luz... uno camina,
flota, siguiendo el brillo polar, el reflejo de siete colores pandeados a punto de
desvanecerse, la luz plateada de los sueños y fantasías y la transparencia de la
lluvia cuando es fina y no se siente.
Hay otro gran auxilio: las voces que cantan sin temor las melodías que
penetran suavemente con la alegría y tesón.
¡Que placer
escucharlas! Es
cuando uno
empieza a
flaquear con la
nostalgia.
Voces seductoras
que uno
finalmente no
acaba de olvidar.
¿Para qué? ¿Por
qué tendría que
hacerlo?, son del pasado, son carnales, son insistentes, son bocanadas de otra
vida. La música es irresistible, la banda de metales y tambores que llaman y
llaman y acaban por prender... la fiesta está preparada y es un gozo acudir con
los otros, los que se han quedado sin sentirlo.
Regresar y comer esos tamales, esos inmensos, gloriosos, voluptuosos
tamales (zacahuil), acompañados de chocolate con agua. Y después unos
tragos de sotol o pulque... y meterse en la fiesta, ver el recuerdo de facciones
casi desconocidas, hurgar en eso que llamaba amor y dejar que las sombras
de las nubes tracen por momentos los rasgos verdaderos sobre esa máscara
inmutables, los accidentes del viento que danzan disfrazados y no paran hasta
el día de San Andrés, a finales de noviembre.
Cuando acabamos agotados por el baile, la danza, la música que hipnotiza, y
las ollas de comida que empiezan a aparecer con menos frecuencia, la charla
empieza a navegar por causes más rápidos y traicioneros, aunque más
excitantes y traicioneros, aunque más excitantes y sorpresivos. Me preguntan
con frecuencia y de soslayo ¿Y, como es la vida aquí tan cerca de Dios y tan
lejos aún de los gringos? Es un tiempo continuo, sincronizado y armónico con
la sonrisa de los niños y con la mirada de los chamanes. Es una espiral hacia
fuera, amplia, vasta; una visión panorámica sobre la selva tropical, los ríos, las
grutas, las antenas de los insectos y las orejas de las liebres.
Es una delicia platicar sin prisa y sobresaltos mayores del sabor de la tierra, del
color de la penumbra, del eco sordo de las pisadas del ganado, de los anhelos
jóvenes y desbocados, viejos y claridosos. Volver y nunca acabar de
sorprenderse de las resquebrajaduras, crujidos y sopetones que esconden las
arrugas y cicatrices... como la tierra que no se empapa de cuando en vez.
i
¿CÓMO CELEBRO DÍA DE MUERTOS? Regularmente en mi casa no ponemos ofrenda solo
prendemos una veladora para los difuntos, mi familia pone un altar
muy grande y por lo regular en el altar se encuentra el mole, arroz
con leche, pascal, refresco, tequila, aguardiente, pulque, fruta,
dulces, juguetes, veladoras, agua vendita, y comida que les
gustaba a los difuntos. En mi familia se acostumbra poner el día
primero de noviembre juguetes y comida para los niños ya que
según la religión es la llegada de los niños a comer en el altar, el
día dos de noviembre se acostumbra poner la comida para adultos
como el mole el tequila, mole, etc., ya que es la llegada de los
difuntos grandes, el día 3 de noviembre se retira el altar y se llevan
las flores al panteón.
En mi familia por tradición, cuando los niños van a
pedir calaverita se les da fruta y comida, ya que no se da
dulces o dinero ya que esa es tradición de halloween.