+ All Categories
Home > Education > La historia fantastica, ibook.edic. 22 01-2014

La historia fantastica, ibook.edic. 22 01-2014

Date post: 22-Jul-2015
Category:
Upload: la-estacion-de-willy
View: 459 times
Download: 2 times
Share this document with a friend
110
1 Edición compilada al 22 de Enero del 2014
Transcript

1

Edición compilada al 22 de Enero del 2014

2

http://elheraldicon.blogspot.com.es

La Historia Fantástica Edición corregida y ampliada, al incluir mis dos primeros

ensayos sobre la República Federal Ibérica: “RFI primera parte”

(pag. 4), y “Distribución territorial RFI” (Pag. 96) Juan José Gómez Montes

3

ÍNDICE

RFI. PRIMERA PARTE.- (Abril 2012. Pag. 4)

PRÓLOGO.- (Pag. 10)

1 - UTOPIA.

2 - DE LA PROTOHISTORIA A

LA DOMINACIÓN ROMANA.

3 – DE LOS SUEVOS, VÁNDALOS,

ALANOS Y VISIGODOS, A LA

LLEGADA DE LOS ARABES.

4 – IBERIA VISIGODA.

5 – EL SIGLO VI

6 – RODERICO. DON RODRIGO

LA HISTORIA FANTÁSTICA.- (Enero 2013.

Pag. 31)

1 – COMO PUDO HABER SIDO.

2 – REINOS INDEPENDIENTES DE

LA PENÍNSULA IBÉRICA.

LA REALIDAD SE IMPONE

SIGLOS XIX Y XX

EPÍLOGO

RFI. TERCERA PARTE.- (Febrero Marzo

2013. Pag. 96))

1. DISTRIBUCIÓN Y

ORGANIZACIÓN TERRITORIAL

4

RFI. PRIMERA PARTE.- (Abril 2012)

Los que conocéis mi blog EL HERALDICON –

CRONICAS DE CELTIBERIA, sabéis mi opinión con

respecto a los nacionalismos en el Estado español, de

hecho en el widget BREVE HISTORIA DE LOS

REINOS DE ESPAÑA, creo dejar bien clara mi

opinión con respecto a la perfecta justificación del

Estado de las Autonomías, incluso creo que a estas

alturas sabéis que me decanto firmemente por la

vieja aspiración de constituir una República Federal

Ibérica junto con la Republica Portuguesa y el

Principado de Andorra.

Dicho esto y a tenor de los últimos

acontecimientos, siento la imperiosa necesidad de

manifestar mi opinión y someterla a vuestro juicio,

porque me da la impresión de que ya estamos otra

vez haciendo las cosas mal, ya volvemos a repetir

5

actitudes, opiniones y posturas políticas que en el

pasado tantas desgracias, miserias y sangre nos han

costado, es como si estuviéramos dispuestos a

pasarnos por el forro toda la experiencia de los dos

últimos siglos.

Por una parte detecto en un amplio sector de

nuestra sociedad (y no solo en el gobierno, votantes y

simpatizantes de derechas), cierta tendencia a

intentar desmantelar el Estado Autonómico, primero

y muy acertado paso para acercarnos a la

constitución de la RFI.

Otra percepción que tengo, es la de contemplar

perplejo como nacionalistas catalanes, gallegos y

vascos (sobre todo, porque también se escuchan

voces en otras autonomías), hablan de

independencia pero no plantean, por lo menos

abierta y llanamente, la opción republicana y

federalista, y eso queridos amigos es un discurso

inútil. No vale con decir que tienen la palabra solo

los ciudadanos de esas autonomías, en primer lugar

porque es un problema de Estado que solo desde el

Estado libre y democrático se puede decidir; y en

segundo lugar porque somos millones de ciudadanos

españoles los que no estamos dispuestos a viajar al

extranjero cada vez que vallamos a Cataluña o Galicia

(En Cataluña tengo dos hijas, una nieta y… dos

yernos catalanes de pura cepa y en Galicia una hija y

un yerno gallego de pura cepa).

6

En Europa a día de hoy solo hay dos estados

reconocidos en la Península Ibérica (tres si incluimos

Andorra), y son España y Portugal, es mas, estoy

absolutamente convencido de que la UE no va a

consentir otra cosa que se salga de ese patrón. Solo

con el tiempo y caminando con paso prudente, sin

alharacas, sin fantasmadas, podremos someter al

criterio de toda la sociedad española el proyecto de

República, y si este proyecto fuese rechazado, no

habría mas remedio que intentarlo de nuevo,

siempre de forma civilizada, pacífica y democrática

(siempre y cuando no recibamos una respuesta que

entrañe menoscabo de nuestras libertades y que

contenga algún tipo de represión). El momento

podría ser el día que el jefe del Estado, SM el rey Don

Juan Carlos, por razón de edad, invalidez o

fallecimiento natural, abandone la Jefatura del

Estado. Mientras este momento llega, deberíamos

incrementar, fomentar y estrechar mas los lazos que

nos unen con Portugal, un país que tenemos ahí al

lado, tan unido a nuestra historia, tan hermanado en

razas y culturas con nosotros y que sin embargo a

veces da la sensación de que estuviera al otro lada del

mundo.

A propósito de la unificación de España y

Portugal en un único Estado, dice don José Antonio

Jiménez Díaz, en sus tesis doctoral dirigida por don

Martín Almagro Gorbeaes:

7

Durante el siglo XIX en algunos sectores

políticos se predica la idea de unidad ibérica, sobre

todo en el lado español, recogida en el entorno de la

ciencia prehistórica por Vilanova y Rada, que piensan

en España y Portugal como “territorios que si en lo

político constituyen por desgracia dos nacionalidades,

en orden a su primitiva historia, deben formar uno

solo, pues ningún límite natural los separa, siendo

iguales así la estructura geológica según queda dicho

como las gentes que desde remotos tiempos la

poblaron” (Vilanova-Rada 1893, 425).

Este “por desgracia” es compartido por muchos

“progresistas” españoles y portugueses a la altura de

la mitad del siglo XIX, “sobre la base de que se llegue a

una homogeneidad democrática en la península

esperando poder alcanzar una solución que reconcilie

la variedad y la unidad entre los pueblos del conjunto

ibérico”. Es una forma de nacionalismo integrador de

“ay ditas nâo es espanholas”, como se puede leer en

algunas páginas de entonces. Aunque esta unidad

política se quede en una idea difícilmente realizable, si

existe en algunos autores una visión cultural

unificadora que se refleja en la historiografía de ambas

naciones. Son muchos los trabajos históricos que

tratan de la Península Ibérica como una unidad

geográfica según veíamos al determinar nuestras

delimitaciones para este trabajo; en el caso de la

historia primitiva este tratamiento aparecía como

necesario. Desde la parte española ya queda citado el

8

trabajo conjunto de Vilanova y Rada (1893); al tratar

del Museo Antropológico de Lisboa, Rodríguez

Carracido (1897) se plantea un enfoque unitario en el

estudio de la Península; para Tubino, la zona de

extensión de la cultura megalítica ocupa Andalucía,

Extremadura y Portugal y de este análisis surge su

tesis particular sobre los aborígenes ibéricos (Tubino 1

876b); por el lado portugués, Oliveira Martins (1894)

mantiene igual enfoque en su Historia de la

civilización ibérica partiendo de los primeros

pobladores peninsulares aunque no tiene en cuenta los

tiempos prehistóricos; también Augusto Filippe

Simoes (1878) estudia unitariamente las antigüedades

prehistóricas de la Península.

Es evidente pues que la idea de constituir un

estado unitario que integre a España y Portugal no es

nueva, por lo tanto los que en la actualidad

retomamos la vieja aspiración y la convertimos en

una nueva, con el deseo de zanjar definitivamente los

problemas territoriales que periódicamente nos

aquejan y a los que sistemáticamente se va

parcheando para que tiren, no estamos hablando de

nada que por su racionalidad sea imposible, aunque

si es innegable la cantidad de dificultades que su

ejecutoria comportaría.

Hay un par de consideración que quiero hacer

sobre estas reflexiones sobre la RFI: La primera

someter a vuestra consideración el hecho de que no

poseo ninguna licenciatura ni doctorado que me

9

permita sentar cátedra ni categorizar sobre estos

temas, por lo que los escritos que componen este

ensayo, no pueden ser considerados mas que como

artículos de opinión.

La segunda es la de dejar bien claro que el ser

republicano no significa ser de derechas ni de

izquierdas, simplemente es tener otra concepción del

Estado y defenderla con hechos y razones, siempre

desde la libertad, la legalidad y la democracia.

Bandera de la RFI. Diseño propio

10

PRÓLOGO.-

I. UTOPÍA

A día de hoy, intentar articular una Republica

Federal en la Península Ibérica, tomando como base

la distribución territorial a la que hemos llegado

después de siglos, en una sociedad que desde tiempo

inmemorial es altamente heterogénea, es

prácticamente imposible; y lo peor de todo es que la

historia de los hechos acaecidos ya no tiene vuelta de

hoja.

Haciendo uso de mi libre albedrío, digo que no

me gusta la realidad en la que vivo; esto trasladado al

concepto territorial, podríamos decir nacional,

incluso trasladado al sentir patriótico, me hace

renegar de los hechos históricos tal como ocurrieron,

porque esos hechos me impiden haber nacido y

vivido en un país o nación cuya forma de estado

(desde el punto de vista socio-político), se

corresponda con mi concepto ideal del Estado

español, al que para bien o para mal pertenezco.

Desde luego el gran ideal sería que no

existiesen los estados, ni las naciones, por lo tanto no

habría mas patria que el planeta; que los seres

11

humanos nos considerásemos una única raza, con lo

que el concepto raza no tendría razón de ser; que

fuéramos una hermandad viviendo en armonía con el

resto de la creación. Pero hasta ahora los hechos nos

demuestran la imposibilidad de esto, y digo mas, es

muy probable que nuestro comportamiento nos lleve

a la auto-extinción.

Hechas estas consideraciones, concluyo

diciendo que soy un español cuyo deseo es que el

Estado español sea una República, mas en concreto,

que conjuntamente con el Estado portugués, con el

que tanto compartimos, seamos la REPÚBLICA

FEDERAL IBÉRICA, algo que hace por lo menos dos

siglos que tendría que haber ocurrido, pero que

nuestra personal idiosincrasia a impedido

sistemáticamente; y aquí viene lo mas delicado y

controvertido: Declaro, aún a riesgo de ser

denostado, que el principal motivo del carácter

nacional peninsular que nos ha mantenido alejados

de la evolución histórica natural de las naciones de

nuestro entorno, del hecho de que aún, en pleno

siglo XXI, sigamos manteniendo maneras,

costumbres y comportamientos impropios de un país

civilizado, laico, libre y democrático, son los ocho

siglos de dominación islámica, porque fue el reactivo

que echo a perder la mixtura que podíamos haber

sido. Por lo tanto para conseguir mis fines, cojo la

Historia y de un plumazo borro esa dominación y sus

consecuencias.

12

Para dar verosimilitud a esta utopía que a mi y

a muchos compatriotas nos anima, la de constituir

una República Federal integrada por todos los

pueblos y naciones de la Península Ibérica, que como

ya he dicho nuestra evolución histórica tan sui

géneris ha impedido sistemáticamente, no he tenido

mas remedio que recurrir a la “Historia Fantástica”

de Juanito Santiuste, el inefable “Confusio” de D.

Benito Pérez Galdós.

No sabemos exactamente como imaginó esta

historia en la que mezcla la realidad y la ficción. Si

acaso lo supo el marques de Beramendi, (Otro de los

personajes ficticios de Galdós en su magna obra

“Episodios Nacionales”, última parte), es un secreto

que se llevo a la tumba, por lo tanto permítaseme

seguir elucubrando e invoquemos al espíritu de

Confusio para que me ilumine.

13

II. DE LA PROTOHISTORIA A LA DOMINACIÓN

ROMANA.- Hechos históricos

Estamos en el siglo VII a.C. en el zenit de la

denominada edad del Hierro. A los descendientes de

los primeros Homo Sapiens prehistóricos que

habitaban la península, se han unido las tribus celtas

que durante siglos han ido desplazándose hacia el sur

huyendo de las gélidas comarcas del norte de Europa,

así nos encontramos con los primeros pueblos a los

que vamos a denominar Ibéricos: indigetes (en la

Ampurdá), los ceretanos (en la Cerdaña) o los

airenosinos (en el Valle de Arán); Galaicos, Astures y

Cántabros, (descendientes directos de los Keitals

indo-europeos), y várdulos, caristios y autrigones

(genéricamente denominados Vascones, aunque S.

Isidoro de Sevilla afirma que los vascos son los

“vacceos” en su obra cumbre, “Las Etimologías”),

ocupan el norte; Los Vacceos, Arévacos, Vetones,

Carpetanos (Descendientes de los Ambrones,

expulsados de la Germania por la superioridad de los

Teutones), se instalan en la meseta superior, en

ambas márgenes del rio Duero.

En la vertiente atlántica de Portugal y Galicia,

es donde mas evidente se hace la cultura celta.

Testimonio son “…los relativos a los monumentos

14

megalíticos, “antas y dolmens”, de los que Luis

Domenech da una amplia noticia en su Historia

General del Arte (1886), con referencias bibliográficas

constantes como la obra de Pereira da Costa (1868b)

que utilizará Tubino como principal apoyo para hacer

su relación de los monumentos megalíticos

portugueses (1 876b). La lista de lugares es larga y

sería necesario un estudio más en profundidad de las

obras para poder dar no sólo una completa

clasificación geográfica, sino más técnica y precisa de

cada yacimiento. Entre las localidades de más

frecuente estudio están la región del Algarve (Estacio

da Veiga, Pereira Roto, Santos Rocha), las grutas de

Cesareda (Delgado, Paula- Olivera) y el Concellio da

Figueira, sobre el cual la Universidad de Coimbra

publica un completo estudio de Antonio dos Santos

Rocha. (José Antonio Jiménez Díaz).

Creo a la vista de los numerosos estudios

mencionados, que los lusitanos, ancestros

portugueses, pueden ser considerados como una

rama de los pueblos celtas, así lo afirman Leite de

Vasconcelos (1897, 1905), Coelho (1887), Martins

Sarmnento (1880a, 1891-1893), etc.

La toponimia celta en Portugal, ya fue

mencionada por los antiguos autores griegos y

romanos. Las regiones en donde podemos encontrar

un mayor número de estos nombres mencionados,

están en el norte (habitada por los Callaici), y centro

(habitada por los lusitanos), pero también en el sur

15

(el Alentejo, habitado por los Celtici; y el Algarve,

habitado por los Cenetes ), que confirma la

correspondencia con las antiguas provincias romanas

de Gallaetia y Lusitania .

El nombre de Portugal así mismo puede tener

una raíz de origen celta (la terminación "gal"), el

propio nombre, latinizado como “Portus Cale”,

parece indicárnoslo así. Luego están las tradiciones

populares, los castros, los túmulos y otros vestigios

relacionados con localidades prerromanas como

Turolóbriga (Chaves), o Brácara (Braga).

Los Tartesos, de los que se dice llegaron a

formar un imperio al sur de la Iberia, bien podrían

ser una mezcolanza de pueblos africanos y

caucasianos, huidos muchos siglos atrás de la

esclavitud a la que eran sometidos por la dominación

del poderoso imperio egipcio (quizás debiéramos

considerar que la longitud del estrecho de Gibraltar,

era probablemente menor dos mil años antes de

nuestra era).

En el primer milenio a.C., la zona mediterránea

de la península había recibido la llegada de oleadas

colonizadoras de pueblos procedentes del

mediterráneo que contaban con una cultura mucho

más evolucionada que los aborígenes. Fenicios,

griegos y cartagineses llegarán por este orden a las

costas mediterráneas. Su propósito era económico:

16

buscaban metales (cobre, plata, estaño, oro) y

procurarse otros productos (salazones, pesquerías...).

Estos pueblos aportaron grandes novedades

que poco a poco fueron extendiéndose, y

modificando a mejor la forma de vida de los pueblos

Íberos: Nuevos cultivos, como el olivo y el esparto, el

torno del alfarero (desarrollo de la cerámica),

acuñación de monedas, clave para el desarrollo

comercial que les lleva a contactar con otros pueblos

de la península. Estos contactos junto con la

alfabetización, primero fenicia y luego griega, calan

profundamente en la cultura celtibera (permítaseme

utilizar por primera vez este término), enriquecen la

primitiva escritura rúnica a la vez que influyen, ya de

forma irrevocable, en la sociedad, cultura y

tradiciones de nuestros pueblos.

Bien, podríamos decir que ya en el siglo V a.C.

tenemos una pre-estructura territorial y social de la

Península Ibérica. Los dos siguientes siglos serían de

consolidación, principalmente en la franja

mediterránea y en el sur. En los pueblos del norte y

centro, así como en la vertiente atlántica, la

colonización había sido escasa y limitada a pequeños

escarceos comerciales.

Es en esta situación, siglo III a.C., cuando

empieza la conquista y dominación de Roma, a la

sazón aún república. Las primeras expediciones

romanas apenas habían ocupado pequeños

territorios, todo su poderío estaba empeñado en el

17

mantenimiento de sus intereses en lo que hoy

denominamos Medio Oriente y su principal enemigo

a batir era Cartago, amenaza constante en el Mare

Nostrum.

La llegada de los romanos a la Península

Ibérica se enmarca en el desarrollo de la Segunda

Guerra Púnica, cuando el cartaginés Aníbal Barca

desafió a la República del Tíber tomando la colonia

romana de Sagunto. Corría el año 218 a.C. A partir de

ese momento, se inició un imparable proceso de

conquista, dominación y posterior romanización del

territorio peninsular y balear. Varias fueron las fases

en las que se desarrolló este fenómeno: por un lado,

la ya comentada Segunda Guerra Púnica (218-206

a.C.), cuando los romanos se hicieron con el antiguo

Imperio Cartaginés en la Península; le siguieron dos

importantes guerras de conquista, como fueron la

Lusitana (Túrdulos y Vetones), con el caudillo vetón

Viriato haciendo frente a las legiones romanas; y la

Celtíbera, que culminó con la toma de la ciudad de

Numancia (Arévacos), en el año 133 a.C.

La última fase de la conquista romana de la

Península Ibérica fue más tardía. Desde siempre, la

zona norte del territorio, habitada por galaici,

astures, cántabros y vascones, había interesado a

Roma por su riqueza minera, pero la fiereza de estos

pueblos siempre se había conseguido imponer a los

intentos romanos de someterlos a su poder. No fue

hasta el año 29 a.C. cuando el futuro emperador

18

Octavio Augusto en persona, comenzara la triunfal

campaña de conquista del norte de la península, algo

que le llevó a su ejército diez años.

A partir de ahí, puede decirse que la península

Ibérica quedó, por primera vez en su historia,

unificada bajo un mismo poder político y militar. En

la primera división territorial que hacen, dan el

nombre de Hispania a lo que hoy conocemos como

España, y Lusitania a la franja atlántica (Portugal).

Se iniciaría pues el proceso de romanización, que no

en todos los puntos peninsulares tuvo la misma

trascendencia. Siempre la zona norte mantendría

mucho más vivas sus antiguas instituciones tribales

celtas por encima incluso de las impuestas por Roma.

El efecto contrario se daría, en mayor o menor

medida, en la antigua zona de dominación

cartaginesa y en el interior de la península. En

definitiva, dos largos siglos de conquista

consiguieron que Roma adquiriera para sí un rico

territorio en recursos agrícolas, ganaderos y mineros.

Su dominio se extendería hasta el siglo V de nuestra

era, cuando nuevos pueblos procedentes del Este y el

Norte de Europa se harían con el control de la

Península Ibérica, dando lugar a una nueva etapa de

su historia.

19

III.DE LOS SUEVOS, VÁNDALOS, ALANOS Y

VISIGODOS, A LA LLEGADA DE LOS ÁRABES.-

Con frecuencia siempre que se habla de la

irrupción de estos pueblos en la Península, se utiliza

la palabra conquista, en realidad no fue tal.

Los primeros en llegar fueron Suevos, Vándalos

y Alanos, reclutados por los romanos como

mercenarios para contener a las siempre díscolas

tribus celtíberas del norte y centro. El paulatino

debilitamiento de Roma, hizo que sus posesiones en

la Europa occidental fueran poco a poco dejadas al

control de los pueblos conquistados. La división del

Imperio, Occidente (Roma) y Oriente (Bizancio), y la

20

corrupción existente en su tremenda maquinaria

política, dejaban desvalidos y carentes de la

“autoritas” romana a grandes territorios donde los

pueblos autóctonos que habían asumido la lengua,

leyes y organización que habían impuesto los

romanos, poco a poco iban conquistando los centros

de poder. Como es lógico, la Península Ibérica no

pudo sustraerse a este fenómeno.

En el siglo VI los visigodos se establecieron en

Iberia. En realidad Visigodos es el nombre genérico

que se da al conjunto de pueblos germánicos del

centro y sureste de Europa: hérulos, rugios,

lemovios, esciros, helvecones, sidenios, turcilingos,

gépidos… a los cuales la historia escrita simplifica

como Godos y Ostrogodos. Estos pueblos, también

bajo la dominación romana, con sus propios reyes y

leyes, eran utilizados para neutralizar los alzamientos

ocasionales de las provincias del Occidente de

Europa (Galia, Britania, Hispania…). Dada la

pasividad del Imperio romano, poco a poco se

hicieron poderosos en ambas márgenes del Danubio,

penetrando en todos los ámbitos de poder del

Imperio de Occidente. En la Galia tras la derrota del

rey Alarico frente a Clodoveo, dux de Los Francos,

descendientes directos de las tribus galas, a los cuales

la motivación por recuperar su identidad les hizo

mas poderosos, vencieron a los Visigodos,

obligándoles a desplazarse hacia el sur.

21

Un gran número de ellos penetran en la

Península Ibérica, su única intención era la rapiña y

el saqueo, pero se encontraron con la fuerte

oposición de los hispano-romanos en el Levante, los

suevos (establecidos en la actual Galicia, Asturias,

norte de León y Norte de Portugal), los vándalos (en

el sur de la Península). De todos ellos Los Suevos

fueron los únicos que resistieron al avance visigodo,

los Vándalos huyeron al norte de África, los Alanos

desaparecieron y los hispano-romanos se sometieron.

Esta situación sobrevenida, obligó a los

Visigodos a organizarse, a hacerse cargo de las

provincias romanas y a crear una infraestructura

política. Tampoco olvidemos que eran arrianos, una

secta cristiana desgajada del pontífice católico de

Roma. Fue el inicio de un período aproximado de

casi tres siglos de dominación, que influyo de forma

definitiva en todos los ámbitos sociales de la

Península Ibérica y que constituyo el embrión de los

Estados y Naciones que hoy en día nos conforman.

III Concilio de Toledo, segundo de la época visigoda

22

IV.IBERIA VISIGODA.-

Hacia la mitad del siglo V, la dominación

visigoda que podríamos decir que en principio había

sido fulgurante, empezó a tener serios problemas

para mantener su precario poder. El Imperio romano

de Occidente aprovechando su desgajamiento

definitivo de Bizancio, centró todos sus esfuerzos en

la Hispania, recuperando el dominio, al menos

nominal, de la Península, excepto la zona dominada

por los suevos, que afianzaban su reino en el

23

occidente. Hacia el año 438 el rey suevo Rekila,

emprende una decidida actividad de conquista del

resto de Hispania, adueñándose de la Lusitania, la

Carthaginense y la Bética. Su sucesor, Requiario,

aprovechará las perturbaciones del movimiento

bagauda para avanzar hacia la Tarraconense. Tal

acción impulsó al Imperio romano a pedir

nuevamente a los visigodos, a través de su rey

Teodorico II, la ayuda precisa para controlar

Hispania. Una nueva oleada de tropas visigodas

acantonadas al sur de la Galia, cruzan los Pirineos y

en el 456 capturan al rey Requiario, obligando a los

suevos a retornar a sus territorios en el Noroeste de

la península.

El resto queda en manos visigodas, pasando a

formar parte del Reino visigodo de Tolosa, con

capitalidad en Tolosa (Toulouse, actual Francia). Las

oleadas de conquista se sucederán con posterioridad,

pero ya en abierta guerra contra los territorios donde

aún dominaba el Imperio romano. En el año 476, los

visigodos ya se habían asentado en la península

Ibérica y en el 490 termina el grueso de las

migraciones desde el norte.

24

Árbol genealógico de los reyes godos

25

V. EL SIGLO VI.-

La monarquía visigoda conoció un momento

de debilidad durante el siglo VI. Como hemos dicho,

los visigodos no controlaban toda la Península

Ibérica. En la parte noroeste estaba el reino de los

suevos. Toda la cornisa cantábrica, desde la cordillera

hasta el mar, zona poco romanizada, estaba

dominada por astures, cántabros y vascones. Al

menos dos reyes son asesinados sucesivamente

(Teudiselo y Agila I). En el Sur y en el este (Bética y

Carthaginense), algunos señores poseedores de

grandes extensiones de tierras y siervos, se

sublevaron. El imperio bizantino aprovechó la

oportunidad con Justiniano I para ocupar un amplio

frente de costa desde Cartagia, hasta la costa sur-

atlántica de la Lusitania, incluyendo el norte de

África y las Islas Baleares. El nuevo territorio

conquistado se denominó Provincia de Spania, y

estableció su capital en Carthago Spartaria, la actual

Cartagena, controlando buena parte del

Mediterráneo. Mientras los godos al final del reinado

de Teudis, trasladan la capital a Toletum (Toledo) y

con Atanagildo se consolida dicho traslado.

Gracias a la decidida acción política de

Leovigildo (573–586) se produjo en la segunda mitad

del siglo VI un fortalecimiento de la monarquía, con

logros en diversos campos. Consiguió cierto nivel de

estabilidad con reformas monetarias, restableciendo

26

el control soberano sobre territorios que se habían

declarado independientes, la conquista del reino

suevo y los territorios bizantinos, aunque

permitiéndoles mantener su integridad territorial.

No obstante, la pretensión de Leovigildo de

unificar sus reinos religiosamente con base en el

arrianismo, fracasó. Vivió sus peores horas con la

sublevación de su hijo Hermenegildo en el sur,

convertido al catolicismo. Hasta el 584 no se

restaurará la paz con la derrota del hijo a manos del

padre. Su hijo y sucesor Recaredo (586–601),

hermano de Hermenegildo, logró esa unidad

religiosa, pero tomando como base el catolicismo. En

el trascendental III Concilio de Toledo el rey y

Baddo, su esposa, manifestaron su conversión. Se

considera que, tras esta conversión, la cultura

visigótica en Hispania alcanza su zénit.

La relativa paz que se respiraba con

Leovigildo y Recaredo, se ve truncada nuevamente. A

estos les suceden en el reino: Liuva II, Witerico,

Gundemaro y Recaredo II y de ellos, el que no es

asesinado, incluso siendo menor de edad, muere en

extrañas circunstancias.

Es aquí donde la mayoría de historiadores

hispanos, sobre todo a partir del siglo XV, en su afán

de minusvalorar la influencia de los pueblos

germanos en la península Ibérica, en defensa de un

ideario mas acorde con el Catolicismo apostólico

romano, no se cansan de denominarles como

27

“bárbaros”, omitiendo sistemáticamente la verdadera

raíz de estos hechos:

Consideremos que a pesar de su gran número,

los visigodos no eran mayoría. Por otra parte estaba

la continua presión a la que eran sometidos por

suevos, cántabros, astures y vascones, pueblos que a

pesar de mantener una autonomía total dentro del

reino, impedían sistemáticamente la consolidación

de este.

Por otra parte la influencia de Bizancio en el

este y sur de la península, con sus modos y maneras

tremendamente influenciadas por la herencia fenicia

y cartaginesa, enfrentados sistemáticamente con

Roma y el reino de Los Francos, era la principal

piedra de choque con la que se enfrentaban los

distintos reinados visigodos. Bizancio era quien

intrigaba entre los diferentes duces (señores

territoriales), incitando su codicia, inclinando sus

ambiciones hacia una u otra dinastía, ambición que

les llevaba a los atentados criminales en cuanto uno

u otro heredero dinástico no era de su conveniencia.

Por fin el general Suintila (621–631), termina con la

influencia de los bizantinos y los expulsa de la

Península Ibérica (no en las Islas Baleares que

quedan bajo el poder de Bizancio).

Comienza así una época de paz durante la cual

el rey Recesvinto (649–672), inicia un importante

cambio, promoviendo una serie de normas

legislativas (Liber Iudiciorum), que es mejorada

28

posteriormente por Wamba, la cual influye de

manera notable en los fueros locales.

No obstante y guiándonos por la historia

clásica, nuevamente hacia el 710 se suceden los

enfrentamientos por el trono tras la muerte de

Witiza, el cual había fijado su sede real en la ciudad

de Tuy (en la provincia Galaica del reino suevo),

como corregente de su padre y rey del antiguo reino.

A la muerte de su padre, Egia, termina la corregencia

y le sucede como rey de los visigodos.

Witiza parece haber sido un gobernante más

suave que su padre. Consciente a buen seguro de las

tensiones creadas por su antecesor con sus

persecuciones, llamó a los desterrados por Egia y les

devolvió sus propiedades y sus esclavos, y quemó

públicamente las declaraciones que habían firmado,

obligados, sobre deudas al tesoro, incluso les

devolvió sus cargos palatinos.

Su reinado se inició con la celebración del

XVIII Concilio de Toledo, cuyas actas no se han

conservado, en el cual seguramente se le confirmó en

el trono. Estaría presidido por el metropolitano Félix,

al que algo más tarde sucedió Gunderico, quien no

debió ejercer el cargo muchos años, pues en los

últimos años de Witiza era metropolitano Sinderedo,

quien dirigía al clero con mano férrea, siguiendo los

dictados regios. Poco se sabe de su reinado, pero un

cronista anónimo, continuador de la Crónica de San

Isidoro, menciona que “trajo prosperidad y gozo a

29

Hispania”. A su muerte, como hemos dicho hacia el

año 710, una facción de funcionarios palatinos,

seguramente compuesta por los perjudicados por

Agila (hijo de Witiza y heredero natural), en el

senado, colocó en el trono a Roderico (Don Rodrigo),

a pesar de no haber obtenido el apoyo de buena parte

de la nobleza ni tampoco del clero.

VI.RODERICO. DON RODRIGO.-

Roderico desempeñaba el cargo de gobernador

de la Bética cuando al fallecer Witiza, fue aupado al

poder por un poderoso grupo de nobles, como hemos

dicho, con lo que entró en conflicto con Agila II,

soberano en la Tarraconense y la Narbonense, e hijo

del fallecido monarca. Estalló entonces una lucha por

el trono que desembocó en la llamada de auxilio a los

musulmanes, auspiciada por los partidarios de Agila

y facilitada por el dux de Ceuta, Urbán (Conde Don

Julián según la Historia oficial). Los musulmanes

prepararon una expedición. Táriq ibn Ziyad

desembarcó antes en Gibraltar para tantear el

terreno, para más tarde partir de nuevo con

aproximadamente 7.000 efectivos desde Tánger a

Gibraltar. Táriq ibn Ziyad, gobernador de Tánger,

estaba al mando del contingente, en su mayoría

bereber. De hecho, por causa de la ausencia del rey

(por aquellos días en el norte preparando una

expedición contra los vascones), tuvieron tiempo

30

TARRACONA

BARCINONACAESARAUGUSTA

VICTORIACUM

AMAYA

BRITONNIA

LUCUS

IRIA

CANGES

LAMECUMHELMANTICA

VISSEUM

CONIMBRIGA

REINO

SUEV

O

CAURIUM

TOLETUM

EMERITA

CORDUBA

HISPALIS

CARTHAGO

REINO VISIGODO

MALACA

OLISIPONA

CEPTEM

ASTURES, CÁNTABROS, VASCONES

GEGIO

POMPELUM

VALLENTIA

SAGUNTIA

CASTAGLIA

TOLOUSE

GUYENE

para establecer su base en el lugar donde más tarde

se alzaría la ciudad de Algeciras, rechazando a un

pequeño contingente visigodo que trató de

expulsarlos de la zona. Cuando esta catástrofe llego a

los oídos de Rodrigo, se apresuró en regresar al sur y

el 19 de julio atacó a la expedición musulmana en

pleno valle de Barbate, pero cometió el error de

confiar en sus rivales políticos, a los que encomendó

una parte importante de su ejército, que lo abandonó

momentos antes de iniciarse el combate. En

inferioridad numérica, fue vencido y muerto por los

musulmanes.

Península Ibérica en tiempos de don Rodrigo

31

LA HISTORIA FANTÁSTICA.-

En el prólogo, mi relato se ha ceñido a datos

históricos extractados de distintas fuentes. He hecho

uso de versiones distintas y uniéndolas bajo mi

criterio, he intentado darle coherencia. A partir de

ahora el relato se va a ceñir a mis deseos, tal como a

mí me hubiera gustado que sucediese, con un único

motivo: Haber llegado al siglo XX con una Península

Ibérica unida en un único Estado. Un estado cuya

Historia hubiese transcurrido paralela a la de los

demás estados de la Europa occidental, homogéneo y

consolidado.

Para ello no he visto otra solución que

inspirarme en ese historiador ficticio y loco que creó

la imaginación de uno de nuestros mas grandes

escritores (para mi el mas grande, por encima incluso

de D. Miguel de Cervantes), estoy hablando de D.

Benito Pérez Galdós y su personaje Juanito Santiuste

“Confusio”.

Confusio imaginó una historia en la que

tachaba de un plumazo todo aquello que según su

criterio había perjudicado a España a lo largo de los

siglos y a la que el marques de Beramendi (otro

personaje ficticio de Galdós), denominó” La Historia

Fantástica”. Pues bien, yo voy a seguir sus pasos, voy

a imitarle, me enajeno momentáneamente, mezclo

realidad y ficción y parto del momento y lugar en el

32

que D. Rodrigo se encuentra, en el norte de la

península combatiendo a vascones y cántabros para

someterles a la ley y norma de un único reino en la

Península Ibérica….

COMO PUDO HABER SIDO.-

I. Sus fieles ha acudido con el y se encuentran

en la Astúrica, allí cuenta con el apoyo de un noble

local, Pelagio, hijo del dux Fábila, hombre fuerte del

reino suevo en tiempos de Witiza, por quien había

sido traicionado y mandado asesinar; la causa fue que

Fábila había apostado por nombrar príncipe heredero

del trono hispano a Don Rodrigo, a la sazón Dux de

la Bética, en vez de a Agila, hijo de Witiza. Pelagio, a

quien a partir de ahora llamaremos Don Pelayo, puso

todo su empeño en conseguir el apoyo de los nobles

suevos que habían sido afines a su padre y consiguió

que estos apoyasen el nombramiento de Rodrigo

como rey en detrimento de Agila.

En este tiempo en el que Rodrigo esta

empeñado en la pacificación y adhesión del reino

suevo y los ducados astures y cántabros, Olbán o

Urbán (el conde Don Julián), a la sazón gobernador

de Cepten (Ceuta), ante la presión de los

musulmanes sobre esta plaza, parece que llegó a un

entendimiento con los jefes de éstos, Musa ibn

Nusair y Tariq ibn Ziyad, a los que prometió facilitar

el desembarco en las costas peninsulares. Las razones

33

que le movían, además del temor al poderío

musulmán, cada vez mas evidente, eran dos: La

primera como partidario y protector de los hijos de

Witiza, a los que tenía bajo su protección, en sus

territorios (Don Julián pertenecía al «partido

Witizano», que aspiraba a poner en el Trono visigodo

a los hijos de Witiza en lugar del recién electo don

Rodrigo), y la segunda de índole mas personal, ya

que aseguraba que su hija Florinda había sido

mancillada en su honor por Don Rodrigo.

Con estas dos premisas y con la promesa hecha

a los sarracenos de conseguir el apoyo de los

“Witizanos” de la península, Don Julián cruza el

Estrecho encabezando una expedición mixta de

leales a Agila y musulmanes, la cual fue derrotada

por las huestes fieles a Rodrigo y en la cual murieron

el propio conde y el pretendiente.

Llegada a oídos de Don Rodrigo esta

escaramuza, parte sin demora hacia el sur; allí se

encuentra con una situación caótica, los partidarios a

la sucesión de Agila con Don Oppas, primado

metropolitano de Híspalis (Sevilla), a la cabeza,

campan por sus derechos. Las luchas, los atentados

criminales entre los partidarios de Rodrigo y

Witizanos (recordemos que aun quedan otros hijos

de Witiza), están a la orden del día; la provincia

Tarraconense se desentiende de la dinastía Ibérica y

se une al reino de los francos, integrándose en la

Narbonense. Al suroeste en la Lusitania, el obispo

34

Bathalios, de adhesión bizantina, confabulado con

los duces de Vetonia en el reino suevo, disconformes

con la alianza obtenida por Don Pelayo con astures y

cántabros, que consideran perjudica sus intereses,

fundan el reino de Basgathia (Badajoz).

Un hecho es de fundamental importancia para

la resolución de este caos. Ceuta ha sido ocupada

definitivamente por las hordas musulmanas, las

cuales pasan a cuchillo a la familia del conde Don

Julián, en venganza por el fracaso de este. Los nobles

y siervos que logran huir atravesando el estrecho,

relatan en Sevilla a Don Oppas y posteriormente en

Toledo, en la corte de Don Rodrigo, la crueldad de

los árabes y la acumulación del numerosísimo

ejército que Táriq ibn Ziyad, gobernador de Tanger,

tiene dispuesto para invadir la península.

Don Rodrigo tras grandes esfuerzos y

promesas, logra reunir en cortes a soberanos, duces y

señores principales del reino, incluidos sus mas

encarnizados rivales, aquellos que estaban dispuestos

a pactar con el enemigo musulmán para derrocarle;

también acude una legación de los francos.

El relato de los nobles ceutís, impresiona a

todos de tal manera que la movilización es

inmediata. Un grandioso ejército se forma en cadena

desde Cartagia (región murciana), hasta Lusitania.

Las huestes mahometanas desembarcan en la costa

30 de abril de 711, lográndose hacer con las ciudades

de Carteia (Gibraltar), y posteriormente Iulia

35

(Algeciras), a pesar de la encarnizada lucha

presentada por la avanzadilla de las tropas visigodas

comandadas por Sancho, sobrino de Rodrigo, que

había salido a su encuentro. Envalentonados por esta

acción, penetraron tierra adentro y al llegar a las

inmediaciones de la ciudad de Lacea, que había sido

abandonada por sus habitantes, el 19 de julio se

encontraron con un tremendo cerrojo entre el río

Wadilakka (Guadalete) y el ejército cristiano, que

ascendía a mas de 40.000 hombres; fueron allí

masacrados y empujados nuevamente al mar,

regresando a sus cuarteles al otro lado del estrecho.

II. Pero los musulmanes no han retornado a sus

predios a lamerse las heridas, Tarik ha fracasado

como general de las huestes invasoras y en su lugar

es enviado el general Abderramán. Este general no es

yemení, no es magrebí, no es bereber… es un

auténtico Omeya, un sirio de la raza de los grandes

guerreros del imperio persa que ya se habían

enfrentado en el pasado con los ejércitos mas

poderosos de Oriente y Occidente.

Abderramán organiza una flota invasora al

mando de Musa ibn Nusair que conquistaría las islas

de Ibiza, Mallorca y Menorca, hasta ese momento

bajo el poder de Bizancio, cuya flota destruyó

totalmente. Con las islas mediterráneas en su poder,

nuevamente preparan la invasión de la Hispania,

luego se dirigirán contra los francos; esta vez la

36

invasión se planea a través del Mediterráneo. Y

efectivamente, el año 721, diez años mas tarde del

primer intento, desembarcan en Cartagia, sin

encontrar apenas resistencia. Desde allí avanzan

imparables, haciéndose rápidamente con las

principales ciudades costeras de la Tarraconense:

Valentia, Saguntia, Castaglia, Tarracona y por último

Barcinona. Desde esta ciudad emprenden una

expedición por mar, conquistando Narbona en la

Septimania, y Marsiglia (Marsella), en la Ocitania. De

forma simultánea, otra expedición por tierra

atraviesa los Pirineos y con la ayuda de los Bereberes,

marchan contra Aquitania. La intervención del

duque de Aquitania, Eudes, pudo detener el primer

embate en Toulouse y los ejércitos del Islam

retroceden hasta sus territorios ocupados en la costa.

37

Los musulmanes en ese momento ocupan toda

la costa mediterránea desde Cartagia en la Iberia,

hasta Nicae (Niza) en la Galia.

Era rey de los francos por aquella época

Clotario IV, que había sido puesto en el trono por

Carlos Martell, verdadero hombre fuerte del reino,

hijo ilegítimo de Pipino de Heristal (llamado Pipino

II “El Joven”), y de su concubina Alpaïde de Bruyères.

Pipino II falleció en el año 714, pero Carlos no pudo

heredar el trono por su bastardía e incluso fue

encarcelado por la reina Plectrude, esposa de Pipino.

Carlos se evade de la cárcel (715) y se pone al frente

de las revueltas de Austrasia. En primer lugar tiene

que enfrentarse a los neustrianos y saldrá victorioso

en dos batallas: Amblève (716) y Vichy (21 de marzo

de 717). Entonces se dirige a Colonia, donde reside

Plectrude con su hijo; a la reina no le queda más

remedio que reconocer la derrota y dejar el poder de

Austrasia en manos de Carlos.

Fue entonces cuando Martell instaló en el

trono a Clotario IV, destronando a Chilperico II y

repudiando al obispo de Reims, Rigoberto, favorable

a Plectrude. Poco a poco recupera el control de todo

el reino franco, venciendo primero a Rainfroi, el

mayordomo de palacio (primer ministro), de

Neustria, después a Eudes, duque de Aquitania, el

cual no duda en aliarse con Carlos y ponerse bajo sus

banderas.

38

Mientras tanto los árabes seguían con sus

campañas y ya habían conquistado en el año 725 el

Languedoc y gran parte de la Borgoña actual, e

intentaban llegar al centro del territorio franco.

En el 732, el propio Abderramán enfurecido por

la resistencia que encuentran sus ejércitos, lanza una

expedición punitiva contra Aquitania poniéndose el

mismo al frente del ejército musulmán. El dux Eudes

no puede hacer frente él solo a esta acometida y

solicita la ayuda de Martel. El 19 de octubre de 732

ambas fuerzas se reúnen en Moussais (actual

departamento de Vienne), entre Tours y Poitiers. El

ejército franco comandado por Carlos Martel,

contaba con una infantería veterana de 45.000

hombres. Los francos habían evitado las antiguas vías

romanas, esperando coger desprevenidos a los

invasores. Según las crónicas musulmanas de la

batalla, los árabes fueron sorprendidos al encontrarse

con unas fuerzas tan importantes que se oponían al

saqueo previsto de Tours y esperaron seis días

mientras vigilaban al enemigo. El séptimo día, el

ejército musulmán con 60.000 hombres, se lanzó al

ataque. Los francos derrotaron al ejército islámico y

Abderramán fue muerto. Tras su muerte surgieron

los conflictos entre los generales supervivientes, y los

musulmanes abandonaron el campo de batalla al día

siguiente, emprendiendo el camino de retorno.

Las desavenencias entre sus generales,

convierten la retirada en una marcha caótica en la

39

que son hostigados continuamente; cruzan los

Pirineos por distintos puntos y son perseguidos por

los vascones de la Aquitania, cuyo dux, Odón el

Grande (c. 710-740), albergaba desde hace tiempo el

ambicioso proyecto de anexionar los territorios

vascones ibéricos a su ducado. En la Jacetania (Jaca),

intentan hacerse fuertes ocupando el valle del río

Araga (Aragón), allí les alcanzan los vascones

aquitanos a los cuales, puestos sobre aviso, se han

unido los vascones de la península Ibérica. Las

huestes del Islam son vencidas y aniquiladas. Esta

situación es aprovechada favorablemente por los

pueblos vascones, que avanzando hacía el sur, se

hacen con los territorios visigodos de Pompaelum

(Pamplona) y Cesaraugusta (Zaragoza). Para ellos en

realidad fue una recuperación, ya que como

menciona Tito Livio (59 a. C.), en un breve pasaje del

fragmento XCI de su obra sobre la campaña del año

76 a.C. de la guerra sertoriana, relata como tras

remontar el río Íber (Ebro), y la civitas de Calagurris

Násica (Calahorra), se atraviesa el territorio llano de

los vascones (Vasconum agrum), hasta los lindes de

sus vecinos inmediatos, los berones (en la actual

Rioja). De un estudio comparado de otras partes del

mismo fragmento, se deduce que ese linde se

encontraba al oeste, mientras que hacia el sur los

vascones eran los habitantes de la ciudad celtíbera de

Contrebia Leucade (Logroño). Así mismo el geógrafo

griego Estrabón, en la época de Augusto (63 a.C.), al

40

referirse a los vascones (en griego clásico,

Ούασκώνων), habla de sus principales Pólis

(ciudades), citando Pompaelum (Pamplona),

fundada unos años antes por el general romano

Pompeyo sobre la localidad vascona de Castra Irunea

(nombre de clara resonancia celtibera). También la

ciudad de Callagurris (Calahorra).

A la sazón, el rey godo don Rodrigo que había

dejado bien afianzados sus territorios en la Bética al

mando de su sobrino Sancho, y en el reino suevo, el

cual había ampliado sus fronteras con la adhesión de

la Astúrica, las comarcas vetonas y vacceas y gran

parte de Cantabria, bajo el mando del fiel Pelagio

(Don Pelayo), se encontraba guerreando con los

lusitanos que habían proclamado su independencia

del trono Toledano. Esta circunstancia le impidió

detener el avance de los vascones, los cuales

repartieron los territorios conquistados. Los vascones

hispanos fundan el reino de Pompaellum-Vasconia, y

los aquitanos los condados de Aragón, Sobrarbe y

Rivagorza, embriones de lo que sería en un futuro el

reino de Aragón.

III. Ahora es imprescindible que dediquemos

toda nuestra atención al reino de los francos para

poder dar coherencia a mi relato imaginario. El año

737, muere el rey de los francos Thierry IV, al que

había puesto en el trono el propio Carlos Martell. A

41

esas alturas su poder en el reino era incuestionable,

había conquistado Austria, el sur de Alemania y la

Provenza, además de haberse ganado, en contra del

propio clero francés, el beneplácito del papado en la

persona de Gregorio III, por lo que su condición de

hijo ilegítimo deja de ser impedimento y el mismo

asume todo el poder nombrándose rey.

Fallece cuatro años mas tarde, en el año 741,

repartiendo el reino entre los hijos que había tenido

con Rotrudis de Tréveris: Carloman y Pipino. Años

mas tarde Carloman se retira a un convento y Pipino

reina en solitario con el título de Pipino III. En 750,

Pipino envía una delegación franca a entrevistarse

con el Papa Zacarías, en solicitud de una autorización

para poner fin al decadente reino merovingio, último

obstáculo para reinar sobre todos los dominios de los

francos y ocupar el trono de Childerico, Zacarías

acepta y declara que "debe ser Rey el que ejerce la

realidad del poder".

Es en Soissons, donde el obispo Bonifacio, su

consejero diplomático, le ungirá marcando su frente

con el aceite santo —el Saint-Chrême— como ya se

hacía a lo largo de una ceremonia en la que se

consagraba a los reyes visigodos de Toledo. Por

medio de esta unción, el rey de los francos, a partir

de ese momento investido de una misión de guía

militar y religiosa, ostenta la fuerza moral del

"derecho divino", es decir, de "dirigir los pueblos que

Dios le confía"; pero esta legitimidad tiene un coste:

42

el de la fidelidad a la Iglesia y a quien la dirige, el

papa Esteban II que, desde Roma, ha dado su

consentimiento para el cambio de dinastía. Pipino

será consagrado por segunda vez, por Bonifacio, en

diciembre de ese mismo año, en Magunia, como

señor de Austrasia (territorios del este de la actual

Francia, oeste de Alemania, Bélgica y los Países

Bajos).

El domingo 28 de julio de 754, en la basílica de

Saint Dennis, nuevamente es consagrado por el papa

Esteban y le confiere los títulos de Rey de los Francos

y Patricio de los romanos (Patricius Romanorum).

Los hijos y herederos de Pipino: Carlomán y Carlos,

también son consagrados en la misma ceremonia, al

igual que su madre Berta. El papa establece, por

medio de este acto, un estrecho lazo de continuidad

entre la unción realizada a los reyes del Antiguo

Testamento y los reyes de la nueva dinastía. Esta

consagración pone fin, oficialmente, a la dinastía

merovingia y legaliza el advenimiento de los

Carolingios al poder. Asegurando el reinado de

Pipino III sobre los francos y consagrándole el mismo

como tal, el papa ha marcado las distancias con el

emperador de Bizancio.

Murió el 24 de septiembre de 768 en Saint-

Denis, tras haber repartido el reino, siguiendo la vieja

costumbre franca, entre sus dos hijos Carlos (el

futuro Carlomagno) y Carlomán. Fue enterrado en la

abadía de Saint-Denis, donde también reposan su

43

hijo Carlomán, muerto en 771, y su esposa Bertrada,

fallecida en 783. Queda por lo tanto como único

heredero Carlos, con el título de Carlos I el Grande, y

comienzan a ponerse los cimientos de Sacro Imperio

Romano Germánico.

IV. Retrocedamos de nuevo hasta el año 732.

Mientras las tropas de Abderramán sufren el

tremendo descalabro a las puertas de Tours, Don

Rodrigo combate en Lusitania contra los rebeldes,

fallece el arzobispo de la archidiócesis de Híspalis

Don Oppas y le sucede Teodulfo, obispo de Malaca

(Málaga). Dominada la rebelión en Lusitania,

Rodrigo instituye como gobernador en esa provincia

a uno de sus mas fieles seguidores, el conde de

Montánchez, don Ligerico Tendero, hace de Emérita

(Mérida) la capital de la provincia y sede episcopal,

dejando así de pertenecer a la diócesis vetona de

Óbila (Ávila).

A su regreso a Toledo, convoca nuevas cortes.

Suevia de la que es dux incuestionable el rey

asturiano Don Pelayo, se mantiene fiel al reino. Sin

embargo nuevamente surgen disensiones, los

caballeros hispano-romanos a los que Don Rodrigo

había dotado de títulos y tierras en el sur del reino

suevo, como recompensa por su ayuda en la adhesión

de este al reino visigodo, se han hecho demasiado

poderosos y declaran la independencia comandados

por don Munio Galíndez, el cual cuenta con el apoyo

44

social y económico de la numerosa colonia judía

instalada en Visseu desde hace varias décadas.

La Bética parece estar segura y bien

pertrechada, sin embargo la amenaza musulmana no

deja de estar presente ya que si bien la costa esta

blindada, la presencia del Islam en Cartagena no

aleja el peligro de una nueva invasión, y si esta no se

ha producido, es por la necesidad de mantener la

mayor parte de sus efectivos conteniendo a francos y

vascones en el norte.

Lo normal sería que Don Rodrigo apoyase a los

francos para de esa manera liberar la costa

mediterránea, sin embargo esto podría romper el

frágil equilibrio con los vascones; además

apoyándose en el reino suevo, debería someter a los

rebeldes de Vetonia. En contra de lo que cabría

esperar el rey no mueve un dedo, serían demasiados

frentes abiertos y se siente viejo y enfermo, así que se

limita a rodearse de sus fieles y se dispone a afianzar

lo que queda del reino. En Febrero del 733 fallece sin

dejar heredero, con lo que comienza la

descomposición del reino visigodo en la Península

Ibérica y finalmente su desaparición.

45

SIGLO VIII. TERRITORIOS INDEPENDIENTES EN

LA PENÍNSULA IBÉRICA

I. El último tercio del siglo VIII en la Península

Ibérica, se caracteriza por una tremenda revulsión

acompañada de manifiestos símbolos de involución.

En Los Pirineos, el avance de los francos, una vez

fallecido Pipino el Breve y con Carlomagno reinando

en gran parte de Europa (Galia, Austrasia, Baviera,

Sajonia, Provenza… y los estados papales de la

Itálica), es imparable. La Tarraconense como tal ha

46

dejado de existir, en su lugar han surgido una serie

de condados autónomos bajo la influencia del poder

Carolingio. El reino Islámico, tal como los propios

musulmanes habían constituido en la costa

mediterránea e Islas Baleares, es continuamente

hostigado y sus territorios cada vez mas reducidos, y

es cuestión de tiempo que se produzca su definitiva

anulación.

Estamos en el año 778 y según la Historia

Fantástica, la batalla de Valcarlos en Roncesvalles,

jamás a existido puesto que los vascones a pesar de

su recalcitrante apuesta independentista, están

integrados en la órbita carolingia. Además

recordemos que el gobernador de Zaragoza,

Sulaymán al-Arabi, nunca ha existido, con lo que

Carlo Magno no va a pactar con el para apoderarse de

Al Andalus, que tampoco ha existido. En este

contesto, surge un personaje mítico que ha de ser el

fundador del estado cathalonio (Catalunya): Otger

Cathalón, señor del castillo de Cathaló, situado en la

Gasconia. La denominación del castillo proviene del

castrum Catalaunicum o Catalaunum, nombre latino

de Châlons-sur-Marne, Champaigne, cerca de la cual

tuvo lugar el año 451 la batalla dels Camps

Catalàunics, según narración que se puede encontrar

en diversas crónicas que narran la derrota de Atila,

rey de los Hunos.

Otger Cathalón con el fin de recuperar un

prestigio que el consideraba haber perdido en

47

tiempos de Carlos Martell en la batalla de Tours,

siendo aún un joven barón con mas ganas de gloria

que experiencia efectiva, y en la que resulto

gravemente herido, solicitó de Carlo Magno permiso

para promover una campaña contra los musulmanes

en Hispania. Su provecta edad y su prestigio, hacen

que este le sea concedido y emprende una hábil

maniobra política que le llevó a conseguir el apoyo

de los condados que constituían la llamada Marca

Hispánica del reino franco al sur de los Pirineos.

Condes y barones acudieron con todos sus

efectivos humanos y militares, logrando reunir un

poderoso ejército que en el corto plazo de ocho años

barrió el dominio islámico de sus reductos en la costa

mediterránea e Islas Baleares. Sin embargo no fue

Otger el que finalizo esta magna obra, en ese plazo

de ocho años y dada su avanzada edad, muere y es

otro caballero carolingio, Wifredo el Velloso, el que

remata su obra. Pertenecía a un linaje hispano-godo

de las inmediaciones de Prades, en el condado de

Conflent, actualmente en el Rosellón francés. Conde

de Urgel, años mas tarde, en el 878, recibió los

condados de Barcelona, Gerona y Besalú de los reyes

carolingios. Su gobierno coincidió con un periodo de

crisis que llevó a la fragmentación del Imperio

carolingio, en principados de corte feudal.

Wifredo fue el último conde de Barcelona

designado por la monarquía franca y el primero que

legó sus estados a sus hijos. A partir de entonces, los

48

condados se transmitieron por herencia y los reyes

francos simplemente sancionaron la transmisión. De

esta forma, se crea la base patrimonial de la casa

condal de Barcelona.

II. A esta memorable gesta contribuyeron no

poco las circunstancias ocasionadas por el vacío de

poder en el reino visigodo. La Bética donde don

Rodrigo había mantenido gran parte de su

preeminencia, se ve sumida en luchas internas entre

los duces visigodos y los caballeros hispano-romanos

(no olvidemos tampoco la gran influencia que

Bizancio había ejercido).

El arzobispo don Julián II, promoviendo

alianzas familiares y matrimonios entre las familias

mas representativas en orden a mantener la fe

católica, consigue la estabilidad necesaria para

fundar un reino, el reino de Hispalia y bendecir a su

primer rey, Enerico I, casado con Petronila, hija del

patricio malacitano Justinio Quintilio.

Enterado Enerico de la ofensiva franca en el

Mediterraneo, no duda en armar un poderoso

ejército con el que marcha hacia el este,

reconquistando la comarca cartaginense (Murcia), a

los musulmanes y adosándola al nuevo reino

hispalense.

Otro dato a tener en cuenta, dada la orfandad

de grandes territorios en la península Ibérica, es el

resurgimiento de movimientos identitarios en las

49

mesetas centrales; antiguos pueblos celtas, hispano-

romanos, godos… en una amplia región a la que

llamaremos Celtiberia, asumen la preeminencia en

las antiguas comarcas que habían pertenecido al

reino visigodo, creando baronías y feudos, salpicando

el paisaje de castillos y urbes amuralladas que luchan

entre si para ampliar sus dominios. En la frontera

occidental del reino islámico-hispano, los caudillos

celtiberos turolenses (de Teruel), y los hispano-

romanos valéricos (de Cuenca), habían estado

hostigando continuamente a los musulmanes,

impidiendo su expansión y debilitando sus efectivos.

Esto fue así en gran parte por el abandono al que

habían condenado los califatos africanos y

euroasiáticos a sus correligionarios de la península,

desde el momento que fundaron su propio reino

independiente.

III. Ya habían surgido grandes condados en el

territorio que se empieza a conocer por Cathalonia,

en honor del caballero gascón que consiguió unir a

los señores francos e hispano-godos para expulsar al

Islam de sus territorios históricos; así tenemos que a

los condados pirenaicos ya existentes, ahora hay que

sumar los de Barcinona y Girona, así como el

marquesado de Lleida. Es a Wifredo el Velloso al que

hay que atribuir la independencia de facto de los

condados catalanes respecto del reino franco, la

creación de una extensa base patrimonial y el reino

50

de Cathalonia. El condado de Sobrarbe (Norte de

Aragón), absorbe a los condados de Aragón y

Rivagorza y se constituye en reino, su primer rey es

García Ennéguiz I. Algo similar ocurre al sur y en las

Baleares, donde los condes y barones que habían

pertenecido a la Marca Hispánica, en alianza con los

bizantinos hispánicos, fundan los reinos de Valentia

y el de Maiórica.

La condición mediterránea y el compartir

lengua y cultura, hace que todos estos estados vallan

acercando posiciones, a lo que hay que sumar

alianzas estratégicas para reforzar y proteger su

estatus en el convulso mapa Europeo. Carlo Magno

había expandido de tal forma los reinos francos que

acabó transformándoles en un Imperio, al que

incorporó gran parte de Europa Occidental y Central.

Conquistó Italia y fue coronado “Imperator

Augustus” por el papa León III el 25 de diciembre de

800 en Roma. En el 813 se siente enfermo y

Carlomagno convocó a su corte a Ludovico Pío, rey

de Aquitania y su único hijo sobreviviente y el mismo

le puso la corona imperial, nombrándole como Luis I.

Este rey cometió una fatal equivocación con

respecto a los condados y reinos de la Ibérica

integrados en el imperio carolingio. Temeroso del

creciente poder que iban adquiriendo, debido en

gran parte al aislamiento que les proporcionaba la

cordillera pirenaica, y su creciente poder económico

en el Mediterráneo, atacó el condado de Barcelona,

51

encontrándose de nuevo con la solidaridad de los

señores cathalones y provocando así lo que tanto

temía, la declaración de independencia y la

fundación del reino confederado de Cathalonia,

desde el condado de Roselló hasta el reino de

Valencia.

IV. Algo similar le había ocurrido en el reino de

Pamplona-Vasconia en el año 813. Intentando

imponer su autoridad como rey de Aquitania sobre

los vascones de la Iberia, fue rechazado

violentamente y lo único que consiguió fue la

separación definitiva de los vascones aquitanos de los

ibéricos, los cuales instauran a partir de entonces el

reino independiente de Vasconia.

Es por estos tiempos que la comarca turolense

empieza a tener relieve importante y es piedra

fundamental para la creación del reino de Aragón. En

el año de 714, un príncipe de la casa real escocesa,

cursaba estudios en la en aquel tiempo famosa

universidad visigoda de Oscia (Huesca), este príncipe

respondía por el nombre de Abernethy Strych. Años

mas tarde le encontramos haciendo frente al ejercito

musulmán bajo las banderas del dux de Aquitania

Eudes, con cuya hija había casado y de la que

enviuda a los dos años de matrimonio. Nuevamente

participa con Carlos Martell en la batalla de Tours,

persigue a los musulmanes hasta la Jacetanea y

participa en la instauración del condado de Cerdaña,

52

matrimoniando con una hija del conde don Munio

Sánchez. De esta unión nace Pero Muñoz Sánchez, el

cual en su edad adulta se ve obligado a abandonar los

predios familiares debido a un crimen pasional.

Tres generaciones mas tarde nos encontramos

con Munio Sánchez Muñoz de Hinojosa, caballero

feudal que combate a los últimos reductos del Islam

en la frontera cathalónica con la Celtiberia turolense,

dando muestras de gran valor y arrojo. Es por ello

que el entonces rey de Sobrarbe, don Gonzalo I, le

concede el título de barón y grandes propiedades al

sur del reino.

Don Munio Sánchez nombra a la baronía con

el apellido (adaptado), de su ilustre antecesor

escocés, Baronía de Escriche y junto con otros

esforzados caballeros fundan la ciudad de Teruel. Ya

tenemos así pergeñado el reino de Aragón que se

haría efectivo unos años mas tarde.

V. Mientras todos estos importantes sucesos

tienen lugar en el sur, este y norte de la península,

¿Qué ha sucedido en el reino de Toledo?. Este reino

vive aferrado a su tradición visigótica y sus sucesivos

reyes Sancho I, Aldefonso I y Aldefonso II, tienen

bastante con mantener sus fronteras incólumes ante

la presión hispálica, vetona y lusitana. Su alianza

mantenida a base de matrimonios con las dinastías

suevas (sus dos últimos reyes proceden de estas), así

como un concordato con la Santa Sede, obtenido con

53

la intercesión del emperador carolingio, le

mantienen a salvo. Es también muy importante el

apoyo económico de la numerosa colonia judía, que

desde la capital del reino, mantiene importantes

contactos comerciales con Europa, África y Euro-

Asia.

Sin embargo el principal peligro que ha de

conducir a su disolución, ha de venir de los

territorios celtíberos, que ya se empiezan a

autodefinir como Castiella, debido, como hemos

dicho, a la profusión de castillos feudales existentes.

Este territorio que había sido repoblado por

personas procedentes de diversos pueblos: godos,

astures, vascones, cántabros e hispano-romanos, se

había ido formando a base de señoríos feudales que

toman el título de condados.

Las guerras de los vascones, muchos de los

cuales procedían de la Aquitania, con los francos,

habían superpoblado el frágil reino de Pamplona, lo

que les había empujado hacia el sur, invadiendo los

antiguos territorios de los várdulos (pueblo

celtíbero), en el norte de la actual provincia de

Burgos; estos a su vez y ante la presión vascona, se

desplazan hacia el sur. Es en el año 834 que el conde

don Diego Rodríguez instituye el condado

independiente de Porcelos y su capital Burgos, así

como la sede episcopal de Auca (Oca). Este condado

se va haciendo fuerte a base de guerrear con sus

vecinos, penetrando por el oeste en la Pallantia

54

arévaca y parte de la Pallantia vaccea, esta última

perteneciente al reino suevo. Desde allí, pretende

desplazar sus conquistas hacia territorio cántabro, en

el norte; sin embargo es frenado por el conde de

Saldaña don Munio Gómez y desiste de su afán de

expansión en el reino suevo. A su regreso hacia

Burgos por ruta distinta a la que había venido, lo

hace por tierras de los arévacos y toma la antiquísima

ciudad de Oxoma (Burgo de Osma), en cuya catedral

románica de Santa María de la Asunción, se hace

ungir como conde y dux soberano de Castiella,

siendo así que por primera vez en la historia se

reconoce dicho nombre como entidad política

territorial.

Para preservar la frontera de su condado con el

reino vascón, había construido en el año 832 una

gran fortificación, castillo de Pancorbo, desde el que

mantiene a ralla a estos, lo cual le da cierta seguridad

y planea nuevas conquistas hacia el sur, pero no

puede llevar a cabo sus planes ya que fallece en el

año 885.

Su hija Noninda Rodríguez, había casado con

Munio Ordóniez, hijo de Ordonno I, dux soberano

astur del reino suevo, el cual había fijado la corte en

la ciudad de Legio Astúrica (León). Dicho Munio

Ordoniez era señor de Amaya, ciudad cántabra en la

frontera con el condado burgalés; el retoma los

planes de don Diego y se hace con las ciudades

celtíberas de Segóvica (Segovia), Segontia (Sigüenza)

55

y Complute (Alcalá), y con la hispano-romana Valeria

(Cuenca).

De este matrimonio y por línea natural es

Assura Núñez (demos entrada a la ñ), de Amaya, que

casó con Nunno Núñez Rasura, figura legendaria del

Condado de Castilla, uno de los jueces que los

castellanos eligieron, junto a Laín Calvo, como

propio para resolver sus pleitos, evitando así acudir a

la corte leonesa del reino suevo, con el que cada vez

estaban mas enfrentados.

De este matrimonio es hijo Fernán Gómez de

Lara “El Cuervo” o “El Negro”, conde de Saldaña y

señor de Amusco, mote que se gano por su

ensañamiento contra las tropas de Ordoño II, en

venganza por haber hecho presos y ajusticiado a

varios miembros de su familia, los Manrique de Lara,

señores de la merindad de Tierra de Campos, los

cuales se habían negado a ayudar a dicho rey en sus

disputas con los condes de Burgos y Castiella.

Caso con Gutina, de cuyo matrimonio es

Gundisalvo Fernándiz, Conde de Castilla y de Burgos,

Señor de Lara y de Amaya, el cual había casado en el

910 con Munia Domna, también del señorío de Lara y

Amaya, hija única del Conde Fernán González de

Lara y de Sancha de Nafarroa.

A través del hijo de esta unión, llegamos al

conde Fernán González II, a través del cual quedan

unidos en el año 932 los principales linajes de

Castiella, siendo su título el de “I Conde Soberano de

56

Castiella, Amaya, Lara, Lantarón y Cerezo, y Araba

en el reino de Vasconia”.

VI. Bien, situémonos al comienzo del segundo

milenio de nuestra era. Tenemos seis reinos

independientes: Toledo, Cathalonia, Vasconia,

Aragón, Hispalia y Suevia, y tres condados soberanos:

Castiella, Lusitania y Vetonia. No es nada fácil

imaginar como llegamos a un único reino, a un reino

confederado, o incluso, a un Imperio Ibérico, vamos

a intentarlo.

Permítaseme una observación, a partir de

ahora utilizaré para denominar personas y lugares,

los nombres castellanos, o mejor dicho españoles,

57

incluyendo las denominaciones en otras lenguas del

Estado.

Los reinos de Aragón y Vasconia están a partir

un piñón, como vulgarmente se dice; es en esta

situación que el conde de Nafarroa, rey de Vasconia

a la sazón don Sancho III de Pamplona, cuyo hijo

Ramiro I reinaba en Aragón por derecho de

matrimonio con Muniadonna, hija de Gundisalvo II

de Sobrarbe-Ribagorza , arma un poderoso ejercito

coaligado de los dos reinos y emprende el ambicioso

proyecto de Anexionarse el condado de Castiella y el

reino de Suevia.

Después de una marcha victoriosa por el norte

de la península, se hace con el dominio en el

condado castellano de Burgos, los condados suevos

de Aguilar de Campoo, Saldaña-Carrión y los

ducados de Cantabria y Asturias, entrando triunfante

en León, obligando al rey don Vermudo III a batirse

en retirada a Galicia e instalar de nuevo la corte en

Tui. Sancho III se hace coronar Emperador en la

Iglesia de San Juan Bautista en Baños de Cerrato, a

siete kilómetros de la Pallantia Vaccea. No ha

trascurrido un año aún, cuando el conde soberano de

Castilla, don García Sánchez, arma a su vez un

poderoso ejercito en coalición con el rey Toledano

don Alfonso IV y con el duque de Vetonia don

Ramiro de Dao, con el que avanzan por dos frentes,

uno desde el sur y otro desde el este. A su vez, el rey

58

Vermudo III se sitúa a la cabeza de un nutrido

ejército formado por galaicos y astures. La coalición

cerca León y para evitar su destrucción, conminan al

rey Sancho a abandonar el reino con todos sus

efectivos; es un ultimátum, o eso o la muerte y

aniquilamiento de todas sus tropas. A don Sancho III,

duque de Nafarroa y Rey de Vasconia, no le queda

otra opción y regresa por donde ha venido, sin

embargo el no llegará con vida a su reino; es en

Castrogeriz (Burgos), que sus generales entre los que

se encuentra su hijo Fernando, accediendo a las

exigencias del conde de Castilla don García Sánchez

y del rey leones don Vermudo, deciden someterle a

juicio. En dicho juicio es acusado del gran quebranto

ocasionado por su codicia y resulta ajusticiado.

Don Fernando a instancias del conde de

Castilla y el rey de Suevia, casa con Sancha, hija de

don Vermudo III, y su hermano don García hereda el

trono vasco-navarro con el título de García III de

Pamplona.

Grande es la influencia a partir de ese

momento de Fernando en el condado de Castilla y en

el reino de Suevia, hasta tal punto que a la muerte

del conde Don García Sánchez y con el apoyo

incondicional de su suegro, es nombrado rey de

Castilla con el título de Fernando I.

59

VII. Estamos en el año 1100. Desde los tiempos

del rey Visigodo Égica, el cual dictaminó en el XVII

Concilio de Toledo del año 694 la esclavitud de los

judíos y se dedico a perseguirles con saña, dicha

comunidad era muy minoritaria en la Península

Ibérica. Sin embargo a medida que avanzaba la

descomposición del reino visigodo, algunas

comunidades judías empezaron a tener cierta

importancia; es el caso de las comunidades de Tui y

Visseu.

En la época que nos ocupa, es Toledo, a pesar

de intentar mantener la identidad visigoda con sus

leyes y costumbres, donde la comunidad judía es mas

numerosa y goza de mayor preeminencia. Como ya

he dicho en un párrafo anterior, gran parte del poder

en el que se sustentaba el reino toledano, estribaba

en el apoyo económico aportado por la comunidad

judía.

En Europa, los emperadores carolingios hacen

y deshacen en el papado de Roma, cismas,

enfrentamientos armados con la iglesia ortodoxa de

Costantinopla (Bizancio), hacen que los papas se

sucedan a una velocidad vertiginosa. Estos papas

que en su mayor parte provienen de la nobleza

europea en constante pugna por el poder, obedecen

las consignas políticas por las que han sido situados

en la silla de Pedro, “a mitad de camino entre el Cielo

y Tierra”, y una de estas políticas es la de limitar el

poder judío, así que con la excusa religiosa como

60

pantalla, se empieza a atacar a los judíos de cualquier

manera.

Castiella y Suevia comparten rey, Alfonso VII,

debido al matrimonio de Urraca, hija de Alfonso VI

de Castilla, con el duque Raimundo de Borgoña,

príncipe del condado franco del mismo nombre.

También es de la casa de Borgoña Sancho II rey de

Toledo, tío de Raimundo de Besanzón, segundo

duque de Borgoña, a la sazón conde de Vetonia. Si a

esto añadimos que el Papa Calixto II era hermano de

dicho conde de Vetonia, podemos hacernos una idea

del poder de la casa de Borgoña en las decisiones

políticas que podían afectar a dichos territorios.

La decisión mas importante para nuestra

Historia Fantástica, era la de derrocar al anciano rey

Sancho II y anexionar Toledo a Suevia y Castiella,

para ello nada mejor que socavar los cimientos de su

poder, sustentados en gran parte en la comunidad

judía. Con tal motivo, el papa Calixto II dicta una

bula según la cual la capacidad de acción de los

judíos, es reducida drásticamente. De forma paralela

y para desacreditarles ante el pueblo, se les empieza a

adjudicar una serie de hechos atroces:

Envenenamiento de los pozos, sacrificios humanos

en la persona de niños, sacrilegios en iglesias, y por

último el peor que se podía dar a tenor de las

circunstancias, el asesinato del rey, el cual muere

envenenado. El pueblo soliviantado responde

asaltando sinagogas, incendiando los barrios judíos y

61

asesinando a sus moradores, con lo que los hebreos

toledanos emprenden una penosa diáspora, primero

hacia Hispalia, donde tampoco están seguros y luego

al norte de África.

Todos estos hechos, causan una gran

conmoción en los condados galaico, astur y cántabro,

ajenos a las intrigas de la dinastía borgoñesa, y el

arzobispo de Santiago, Diego Xelmírez, que había

sido hasta entonces partidario de los Borgoña, se une

a la proclamación que los más altos aristócratas del

reino llevaron a cabo el 17 de septiembre del año 1111,

fecha en la que Xelmírez con los nobles del reino

suevo, coronan a Alfonso Raimúndez como rey en la

recién inaugurada catedral del Apóstol, separándose

definitivamente del Reino de Castiella, en el que una

vez anexionado Toledo, reinará Sancho III de

Castiella.

PENÍNSULA IBÉRICA A PRINCIPIOS DEL SIGLO

XII. FIN DE LA HISTORIA FANTASTICA

62

LA REALIDAD SE IMPONE.-

I. Bien, no voy mas allá, creo que tal como

queda perfilada la Península Ibérica al principio del

siglo XII, la posibilidad de un reino confederado en

un futuro que desemboque en una posible república

federal, que a la postre es la idea que me mueve en

esta ficción, ha quedado clara.

No me gustaría que se obtuviese una lectura

xenófoba de esta Historia Fantástica; las gentes del

Islam, como cualquier gran pueblo de la Tierra,

tienen una gran historia cuajada de hechos

memorables y personajes egregios. Como obviar en la

historia peninsular al Califato de Córdoba, la época

de máximo esplendor político, cultural y comercial

de al-Ándalus tanto en Oriente como Occidente, y su

triste final, arrasada por los bereberes (de su mismo

credo), instigados por los reyes y señores cristianos.

Sin embargo permítaseme que sea crítico con

los modos y maneras que aún hoy, en pleno siglo

XXI, sigue manteniendo un sector muy amplio y

significado del Islam, identificados con el integrismo

mas xenófobo e intolerante de su historia.

Me resulta muy difícil de comprender y aceptar

su fanatismo religioso, que condiciona de modo

harto evidente la libertad y el progreso de sus gentes.

No se debe de poner a Dios por pantalla de nuestros

63

actos, puesto que el nos hizo libres, lo cual parece ser

no es óbice para que tanto musulmanes como un

sector importante de las sociedades judéo-cristianas,

justifiquen la guerra, los crímenes de lesa patria, el

maltrato de las mujeres, la desprotección de la

infancia… en el nombre y Ley de Dios.

Tenía pensado un montón de razonamientos

sobre este asunto, pero he considerado que es mejor

no abundar sobre el, quizás haya otra ocasión.

Simplemente me voy a limitar a justificar el por qué

de mi opinión sobre lo que considero nefasta

ocupación de ocho siglos, por parte del Islam de la

Península Ibérica. Esta ocupación, que fue total y

absoluta en todos los ámbitos, trastornó de forma

definitiva nuestra evolución y nos apartó de la lógica

evolutiva de Europa, a la que apenas hoy nos estamos

aproximando. Esto no quiere decir que en las otras

naciones del continente el devenir histórico haya

sido una balsa de aceite, ni que hubiéramos estado

exentos del cumulo de bestialidades que se

cometieron durante la Edad Media y el

Renacimiento, por supuesto, pero en nuestro caso

duraron demasiado y fueron mucho mas lesivas.

Sin duda hemos heredado cosas buenas de los

ismaelitas, algunas magníficas. He ahí que aportaron

numerosos productos de consumo desconocidos en

Europa: La seda, el café, el algodón, el papel…

introdujeron la numeración decimal y grandes

avances en la química, la medicina, la astronomía…

64

En materia de arquitectura nos dejaron

monumentos espléndidos como el Alcázar de

Sevilla, la gran Mezquita de Córdoba o La Alhambra

en Granada. Ahora bien ¿No habrían llegado todos

esos conocimientos y productos sin la ocupación?

¿no llegaron a Francia o Inglaterra, por mencionar

dos naciones significativas?; seguro que si y de una

forma mas racional.

II. Vallamos a la actual distribución territorial

de la península. Los reinos de taifas a la caída del

califato de Córdoba y el compadreo al uso de la

época, entre señores y reyes cristianos, árabes y

moriscos, para mantener un equilibrio muy difícil,

fueron sin ninguna duda los motivos de las divisiones

territoriales que a día de hoy todavía sufrimos.

Añado que las guerras civiles de los siglos XIX y XX,

tienen como componente importante de sus

motivaciones, estas divisiones contra natura que

quedaron institucionalizadas, además de la

religiosidad exacerbada, herencia de la ortodoxia

hebrea y musulmana.

Aún voy mas allá, el egoísmo territorial, la

picaresca política y la patriotería, están impresas en

nuestra memoria histórica de manera indeleble,

precisamente por la cantidad de cinismo que hacía

falta para mantener los pactos y componendas entre

cristianos, moros y conversos.

65

Ahora consideremos la mezcla racial, ¿Acaso

esta transcurrió de forma pacifica? El mestizaje es

magnifico, enriquece a los pueblos, mejora la raza

humana, pero solo cuando se produce por los cauces

normales de convivencia y respeto. En Iberia fue

forzado y violento en la mayoría de los casos, sobre

todo en los cuatro primeros siglos de la dominación,

luego ya daba igual, realmente era difícil saber a que

raza o cultura pertenecía cada cual, por mucho que

se empeñaran los reyes católicos y la iglesia de Roma,

o el mismísimo primer muftí de la Meca en exigir

pureza de sangre y de fe.

Veamos el primer caso: El rey Rodrigo muere

en la batalla de Guadalete; Abd al-Aziz ibn Musa,

hijo de Muza y primer valí de Al-Andalus, desposa

por la fuerza con Egilona, su viuda, y lo hace solo por

humillación a la memoria del rey muerto y a su

pueblo. A partir de ahí y a medida que la conquista

musulmana avanza, entre tributos y pillaje, miles de

mujeres de nuestro pueblo, de nuestra raza, son

entregadas por la fuerza a la lujuria de los

conquistadores por un lado y a la hábil maniobra, tan

común en todas las conquistas, de tener progenie

mixta cuanto antes.

III. Entremos en el siempre delicado tema de la

religión: La península Ibérica, los dos estados que la

componen, se declaran laicos y no confesionales,

pues bien, eso es en la teoría, en la practica y desde el

66

punto de vista social, somos católico-apostólico-

romanos hasta la medula, y mas papistas que el papa.

La iglesia de Roma siempre tiene algo no ya que

decir, si no que imponer; se permite inmiscuirse

continuamente en casi todos los asuntos de estado:

La educación, la sanidad, incluso la tendencia de

voto. En el Vaticano saben perfectamente que

nuestro carácter exagerado en temas religiosos,

nuestra secular superstición, nos hace presa fácil para

ser manejados a placer, y esa superstición es herencia

directa de nuestra porción de sangre morisca y judía;

la sibilina paciencia de los hijos del desierto, de

sangre caliente y mente fría, corre por nuestras venas

y nos permite ir trampeando con el vicio y la virtud;

parece ser que necesitamos para comportarnos de

forma racional y civilizada, del dios justiciero y

vengador de el “Libro” común a las tres religiones

monoteístas; los tremendos castigos o grandes goces

prometidos mas allá de la muerte, son condición

“sine qua non” para mantener una moral y una ética

aceptables, y es altamente significativo que estas

circunstancias se den con particular incidencia en los

países del sur de Europa, los mas próximos al mundo

islámico.

Pongamos como ejemplo la Inquisición. Desde

luego no la inventamos nosotros, fue fundada en

1184 en la zona de Languedoc (en el sur de Francia),

para combatir la herejía de los cátaros o albigenses,

sin embargo es curioso que donde primero enraizó

67

fue en el reino de Aragón en el 1249. Este reino en el

que la base étnica de sus linajes era franca e hispano-

goda, es poderosamente influenciado por la dinastía

de Musa ibn Musa al-Qasawi “Ben Qasi”, un converso

que emparento con las principales dinastías

Aragonesas y Vasco-Navarras. Los primeros reyes de

Navarra, Iñigo Arista y García Íñiguez de Pamplona,

son descendientes de este personaje, a su vez hijo del

mestizo Musa ibn Fortún, el cual no tenía reparo en

aliarse unas veces con los califas de Al Ándalus para

guerrear contra los cristianos y otras en sentido

contrario para hacerlo contra los Árabes

Las persecuciones y crímenes llevados a cabo

por la Inquisición Española en particular, nos provee

de otro tipo curioso, el converso.

El daño ya estaba hecho, éramos una sociedad

de tres culturas que podían haber evolucionado

juntas hacia una nación común y sólida. ¿Para que

esa cínica e inútil persecución?; para producir una

sociedad de histriones de doble careta, que no

dudaban en traicionar las creencias e identidad de su

pueblo, eran capaces de pagar enormes sumas de

dinero a las monarquías católicas (en realidad eran

los únicos que lo tenían en aquella Iberia

depauperada), y dotar a la Iglesia con uno o mas de

sus hijos e hijas, mientras paralelamente y a

escondidas, seguían ejerciendo sus tradiciones y

manteniendo su poder económico, apoyando a una u

otra dinastía según conviniese a sus expectativas, lo

68

cual ofreció a sus católicas majestades Isabel y

Fernando, por ejemplo, una magnífica ocasión de

desplumarles, alguien tenía que pagar sus guerras.

De esos conversos han salido algunos de los

principales líderes de la Inquisición, es el caso de

Tomas de Torquemada, al cual la necesidad de

ocultar su origen judío, o de compensarlo con un

exceso de celo cristianizante, le llevo a ejercer la mas

extrema crueldad. Tampoco es floja la nómina de

santos y santas llagados y milagreros entre los

descendientes de moriscos y judíos, sírvannos como

ejemplo Teresa de Ávila y Juan de la Cruz, que tan

bien supieron disfrazar su pasión mutua con el halo

del misticismo religioso. Otros apasionados

moralistas de la doctrina cristiana, descendientes de

conversos, que han llenado páginas de manifiestos

incendiarios, también impregnados de misticismo,

fueron fray Luis de León y Luis de Góngora entre los

españoles y Pedro Nunes, García de Orta o Antonio

Nunes Riveiro entre los portugueses. En fin, no

quiero seguir mencionando la amplia nómina de tan

significados y nefastos personajes, tenidos por

modélicos en nuestra historia oficial.

En el año 1609 se hace un simulacro de

expulsión… a esas alturas no me extrañaría nada que

los conversos expulsaran a los conversos, porque a

ver quien era el guapo, igual que ahora, de asegurar

no tener antepasados moros o judíos.

69

Bien, veamos ahora lo que hubiéramos ganado,

(o perdido, según se mire), de haberse dado las

circunstancias de la Historia Fantástica. Ya he

mencionado el gran quebranto de los reinos de taifas

en lo territorial, ahora centrémonos en algunos

personajes que marcaron nuestra historia.

IV. Probablemente el rey santo don Fernando

el tercero, no hubiera existido, y de haberlo hecho,

Roma no lo habría santificado, dado que su principal

mérito fue masacrar moros; al no haberlos o haberlos

en un periodo muy corto y con muy poca relevancia ,

habría sido un rey mas, eso si, muy pio, casto y

bondadoso. Tampoco Alfonso X hubiera existido

probablemente, con lo cual nos hubiéramos perdido

su magna herencia escrita, sin embargo nos

hubiéramos beneficiado de la no existencia del

reinado de su bisnieto, el undécimo Alfonso

(recomiendo leer la biografía de este singular

personaje). Fernando IV el Emplazado y Constanza

de Portugal fueron sus padres. Los historiadores de

los que antes he hablado, le pusieron el apelativo de

“El Justiciero”, por la prisa y maña que se dio en

ventilar a todos aquellos nobles que estorbaban sus

proyectos o le censuraban su comportamiento,

algunos incluso de su propia familia. Este rey

considerado un fenómeno por la “Historia de

España”, tengo para mí que estaba seriamente

trastornado, trastorno provocado por la terrible

70

infancia que pasó. Rey desde niño, de mano en mano

entre sus múltiples tutores que se disputaban la

regencia, que se le rifaban esperando obtener algún

premio gordo; y algunos lo consiguieron en forma de

hacha u horca. Tras un primer matrimonio anulado

por no tener efectividad parental, casó el 24 de junio

de 1328 con su prima hermana María de Portugal,

hija de Alfonso IV el Bravo, de la que tuvo dos hijos.

Parece ser que su esposa y los dos hijos que le dio,

uno de ellos el heredero don Pedro I de Castilla, no

colmaban sus expectativas y se proveyó de una coima

(o ya la tenía antes de casar), Leonor de Guzmán,

nada que ver con doña Leonor de Guzmán, esposa de

Pero López de Ayala, dignísima señora de rancio

abolengo y descendiente de los auténticos

Guzmanes, antiquísimo apellido de raíz celta,

nobiliario desde los primeros tiempos de las

migraciones germánicas.

La Leonor amante de don Alfonso XI, era una

joven viuda cuando el rey se prendó de su belleza.

Había contraído matrimonio previamente y

enviudado de Juan de Velasco y era descendiente en

tercera o cuarta generación de don Alfonso Pérez de

Guzmán, personaje de gran importancia durante el

reinado de Alfonso X, con el que consiguió grandes

privilegios y amaso una gran fortuna. Este Guzmán,

fue apodado “El Bueno” por los historiadores de

marras; parece ser que su gran mérito fue el permitir

que los moros asesinaran a su hijo menor, para lo que

71

les arrojo su propio puñal desde las almenas de

Tarifa, ciudad que defendía del asedio musulmán ¿…?

Este Guzmán El Bueno era morisco converso,

según mencionan varios cronistas, entre ellos su

descendiente, doña Luisa Isabel Álvarez de Toledo y

Maura, XXI duquesa de Medina Sidonia, solar

fundado por don Juan Alonso Pérez de Guzmán,

descendiente directo de don Alfonso Pérez de

Guzmán. Comenzó su meteórica carrera como

mercader, importando productos de su tierra natal,

el reino de Marruecos, y exportando trigo de Castilla.

Esto le permitió amasar una considerable fortuna y

ganarse la confianza de los reyes Sancho IV y Alfonso

IX de León (con este último incluso llegó a

emparentar), de los que era “corre ve y dile” en sus

negociaciones con los sultanatos africanos del

Magreb, enfrentados con los califas andalusís.

Volvamos a doña Leonor, la cual dio once hijos

al rey, a los cuales colocó magníficamente. El cuarto

de ellos fue Enrique Pérez de Guzmán, su bastardía le

impidió llevar ni uno solo de los apellidos de su

padre natural, el rey Alfonso XI, lo cual no fue óbice

para hacer una gran carrera. Fueron tantos los

privilegios y prebendas que consiguió la amante del

rey para sus hijos, que la nobleza legítima, con doña

María de Portugal, la reina, a la cabeza, tomaron

rápida revancha contra los bastardos una vez muerto

el rey. Poco se imaginaban lo alto que llegaría

Enrique, nada menos que rey de Castilla y León.

72

Esto fue así porque a la muerte de Alfonso XI,

los hijos habidos con doña Leonor se desperdigaron

para huir de una muerte cierta a manos de los

partidarios de María de Portugal. Enrique tuvo la

suerte de ser acogido por su padrino y mentor

Rodrigo Álvarez de las Asturias, señor de Noreña ,

también de linaje oscuro, el cual le protegió, primero

escondiéndole entre las brumas gallegas, en Ponte

Nafonso, a orillas del río Tambre (Tamara en tiempos

de los romanos), después heredándole a su muerte

con el señorío de Noreña, los señoríos de Lemos y

Sarria, y las villas de Cabreira y Ribeira, con lo que le

constituyó un grandísimo e importante patrimonio

en el noroeste de la Península, fundando el condado

de Trastamara.

Como llego a rey de Castilla es algo que podéis

encontrar en los distintos libros de historia y con

muy diversas versiones, para los fines de mi relato

baste con decir que esta dinastía se caracterizó por

sus compadreos con todas aquellas que pagaban sus

servicios: con los Borgoña; con don Juan Manuel,

adelantado mayor de Murcia y Señor de Villena, el

noble más poderoso del reinado anterior, con cuya

hija casó; con don Pedro IV de Aragón, al que ayudo

en varias ocasiones en sus guerras contra Castilla;

que se exilió a Francia donde fue protegido por Jean

II, al que tuvo la habilidad de sumar a sus planes; que

por fin acabo venciendo, derrocando y asesinando a

su hermano Pedro I, convirtiéndose así en rey de

73

Castilla y León, anulando a las antiguas familias

castellano-burgalesas: los Fernán González, los

Núñez de Ayala, los Manrique de Lara, los Díaz de

Vivar… y rodeándose de los toledanos, mas

amoriscados y mas afines a su política. A partir de ahí

el desastre total: Resurge el viejo espíritu de las taifas,

con toda la nobleza de los reinos de España y

Portugal, unas veces guerreando, otras pactando… y

entre medias, crímenes, incestos, infidelidades,

traiciones, anarquía… hasta llegar a Enrique IV.

Una saga de sangre enferma nos aparta de

Portugal y se hace con las riendas de España. Isabel,

hermana del rey, al que traiciona, usurpa el trono y

casa con Fernando, heredero de la corona de Aragón

y primo de ella, reinan en perfecta unión, aunque su

matrimonio no sea mas que una farsa, imponen su

política, y si bien acaban con el último reducto de

poder del Islam en la península, su arbitrariedad y

falta de escrúpulos (que camufla perfectamente bajo

su exagerada religiosidad y mojigatería), trastornan

definitivamente el devenir histórico, no solo en la

península Ibérica, sino también en Europa.

V. Hablemos de América. Podéis estar

pensando: “sin ellos nos se habría descubierto

América”… y yo os digo que sí, y probablemente

mejor. En los siglos XIV, XV y XVI, marinos de la

Península Ibérica navegaban por todos los mares

conocidos. Portugueses, vascos y gallegos pescaban

74

en Terranova (Canadá); El descubrimiento y

colonización de las Islas Canarias por parte de la

Corona de Castilla empezó en 1402; en 1415 los

portugueses descubrían y colonizaban Madeira, y los

archipiélagos de las Azores, y en 1434 llegaron hasta

el sur de África. Antes del descubrimiento de

América, los pescadores vascos ya visitaban

asiduamente las costas irlandesas y las costas

noruegas, llegando incluso hasta Islandia; los

marinos vizcaínos bordeaban toda la costa atlántica

ibérica para adentrarse en el Mediterráneo, llegaron

en sus rutas comerciales hasta Egipto y

Constantinopla… Dicho todo esto y si eliminamos el

tiempo y quebrantos de la reconquista, hubiera sido

muy posible que se hubiesen organizado

expediciones bien organizadas y pertrechadas,

mucho antes, llevadas a cabo por marinos expertos y

fiables, como es el caso del infante portugués don

Enrique el Navegante, en vez de un incógnito Colón,

escaso de presupuesto y con una tripulación,

digamos… sospechosa en su mayoría, cuyo único

anhelo era reunir oro para “limpiar su sangre” y

comprar un título de hidalguía.

Volvamos ahora a la ficción imposible de la

Historia Fantástica y recordemos que con su devenir,

todas estas dinastías no habrían existido. No habría

habido Guzmanes exaltados, ni Trastamaras

insaciables, fratricidas, incestuosos, por lo tanto

tampoco Aústrias, flojos de carácter, fanáticos y

75

despóticos a los que les vino grande el imperio. Esa

famosa frase de los historiadores “patrioteros”: En los

reinos de España, nunca se ponía el sol, es una

soberana boutade, no se ponía para Felipe II y su

camarilla de nobles y clérigos, para el resto de

“súbditos”, nunca amanecía. El oro de América era de

ellos y para ellos: Suntuosos palacios, templos ahítos

de oro y joyas, prebendas y favores al papa de Roma,

millones gastados en guerras irracionales (Contra los

franceses, Flandes y los genocidios allí perpetrados,

la estupidez de la Armada Invencible…), ¿para que les

sirvió a los pueblos portugués y español el Imperio de

los Austria?

Y así, con estas consideraciones, llegamos a los

Borbones.

VI. En el año de 1700, es proclamado rey de

España Felipe V, de la casa francesa de Bourbon-

Anjou, castellanizada con el nombre de Borbón. Esta

proclamación dio pie a la Guerra de Sucesión

Española contra el pretendiente de la Casa de

Austria, el Archiduque Carlos de Austria, y hete aquí

que nuestro pueblo se ve metido sin comerlo ni

beberlo en una guerra que no es de su incumbencia,

porque digo yo, ¿a santo de que se nos pone de jefe

del Estado a un tipo cuyo único mérito es ser nieto

de una infanta española de la casa de Austria? Como

siempre, después de mucho compadreo, campos y

ciudades arrasadas, porque los señores de Aragón

76

están con los Austria y los de Castilla y Navarra con

los Borbones… al final se van a Utrecht a firmar un

tratado, y España y los españoles se quedan un poco

mas pobres y un poco mas aislados, con sus primos

los portugueses en manos de los británicos que les

han “protegido”, y que ya se encargarán de pasar la

factura años mas tarde.

Este monarca, Felipe V, una vez se vio dueño

de la finca, dio el puntillazo con Los Decretos de

Nueva Planta a lo que quedaba de los reinos

seculares de la Iberia (Portugal ya estaba perdido

hacía tiempo); por las buenas o por las malas,

centralizó el poder en Madrid, disolvió las cortes de

los reinos confederados con los Habsburgo, anuló

fueros e impuso el castellano como única lengua del

Estado (por llamarlo de alguna manera, luego que no

había mas estado que el que dictaba la voluntad de

Castilla). Por cierto, los historiadores patrios, tan

patriotas ellos, por supuesto, no faltaría mas,

raramente cuentan que este señor era un demente, y

que su enfermedad le mantenía alejado de sus

obligaciones con mas frecuencia de la deseada, con lo

que los de siempre, los surgidos de la nada, los

trileros importados de Francia e Italia (Marie-Anne

de La Trémoille, princesa de los Ursinos. Un tal Julio

Alberoni, o el barón de Ripperdá, u otro tal José

Patiño, ex jesuita (este último debió de intentar

cumplir en condiciones, porque murió mas pobre

que las ratas), pudieron mangonear a sus anchas. La

77

nobleza de casta, los antiguos señores de los reinos y

condados de España, fueron relegados y

considerados agitadores.

A este rey le suceden Fernando VI, Carlos III,

Carlos IV y Fernando VII con el que entramos en el

siglo XIX.

SIGLOS IX y XX.-

I. Voy a intentar ser breve en lo que va a ser el

último capitulo.

Es durante estos dos siglos, cuando

definitivamente a los dos estados de la Península

Ibérica les sobreviene la crisis más grave de toda su

historia compartida.

Al comienzo del siglo XIX , Fernando VII, al

mas puro estilo de los califatos andalusís, está

dispuesto a hacer lo imposible para derrocar a su

padre Carlos IV, el cual había empezado con buen

píe, dictando leyes reformistas que parecían ir por

buen camino, asesorado por su primer ministro, el

ínclito Manuel Godoy, pero que pronto anuló,

asustado por los acontecimientos en Francia, donde

se había proclamado la primera República.

Bien, como decía, su sucesor e hijo Fernando

VII, primero le mantuvo preso en el palacio de

Aranjuez, luego no tuvo inconveniente en que

Napoleón se lo llevase al exilio y posteriormente no

78

movió un dedo, pudiéndolo hacer, para retornarle a

España y finalmente le deja morir en el país vecino.

Como ya sabemos por la historia oficial, ya a

comienzos del siglo empiezan los desastres, El Reino

Unido vence a la Armada franco-española en la

batalla de Trafalgar, Manuel Godoy con el plebiscito

de Napoleón Bonaparte, intenta blindar la Península

Ibérica y para ello no se le ocurre nada mejor que

inmiscuirse en Portugal y repartirla a tres partes

entre el reino de España, el imperio francés y su

misma persona, lo cual permite a Napoleón paso

franco por España con la escusa de tomar Portugal.

Consecuencia lógica, Napoleón decide quedarse con

España y Portugal: nos invade, se lleva a Fernando

VII por el mismo camino que se había llevado a su

padre, coloca a su hermano José Bonaparte de rey de

España y comienza la llamada Guerra de la

Independencia en el año 1808.

Mientras en Portugal la situación es muy

parecida; ante la invasión napoleónica en 1807, la

familia real se exilió en Brasil y la corte se trasladó a

Río de Janeiro hasta 1821. Ese año, Juan VI, desde 1816

rey del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve,

regresó a Lisboa para jurar la primera constitución

portuguesa. Al año siguiente, su hijo Pedro fue

proclamado emperador de Brasil y declara su

independencia del reino.

En el siglo XIX, Portugal vivió períodos de

enorme perturbación política y social, como la guerra

79

civil y las repetidas revueltas y pronunciamientos

militares, la revolución de Septiembre, la de Maria da

Fonte, la de Patuleia, etc. Gracias al Acto Adicional a

la Carta Constitucional de 1852, fue posible un

periodo de paz interna así como el inicio de las

políticas de obras públicas lideradas por Fontes

Pereira de Melo. A finales del s. XIX las ambiciones

coloniales portuguesas chocaron con las inglesas, lo

que provocó el ultimátum británico de 1890. La

cesión a las exigencias británicas y los crecientes

problemas económicos causaron a la monarquía un

descrédito creciente, que culminó con los asesinatos

de Carlos I y el príncipe heredero Luis Felipe, el 1 de

febrero de 1908. La monarquía se mantuvo en el

poder durante dos años más, encabezada por Manuel

II, pero fue abolida el 5 de octubre de 1910,

implantándose en su lugar la república. Declara la

abolición de la nobleza y la secularización de los

monasterios. La dinastía Braganza, en el gobierno

desde 1641, es desterrada del país y Manuel II huye a

Gibraltar.

António de Oliveira Salazar (1889-1970), era el

presidente de la Unión Nacional, fundada en 1930,

cuyo programa prevé la formación de un sistema de

partido único, conservador y autoritario, en el que se

asigna un papel a cada clase y cada grupo social en el

seno de la sociedad portuguesa. El presidente

Antonio Oscar de Fragoso Carmona, lo nombra

primer ministro (5 de julio de 1932). Salazar anuncia

80

su intención de gobernar Portugal con mano firme,

sanear la economía y devolver al país el papel que

merece en política exterior, como corresponde a su

grandeza histórica. Con la proclamación de la

constitución autoritaria de 1933, Salazar consiguió

mayores prerrogativas, comportándose durante los

siguientes treinta años como un dictador. Redactó su

constitución tomando como referencia el fascismo

italiano y otorgando un importante papel a la Iglesia,

como no podía ser de otro modo, todo muy en

consonancia con la idiosincrasia peninsular ibérica.

Volvamos a España. Si algo bueno tuvieron los

seis años de dominio napoleónico (1808-1814), fue en

primer lugar la introducción del liberalismo

republicano francés, y en segundo el que se llevaran a

ese sátrapa que fue Fernando VII; claro que el clero,

que temía al liberalismo mas que al mismísimo

demonio, ya se encargo de calentar la cabeza al

“heroico” pueblo español, el cual según los curas de

epístola y trabuco, debía y tenía que acatar la

voluntad de Dios, y esta era la de defender con la

vida, el trono y el altar. Los españoles picaron y hala,

ahí nos tienes otra vez dejando campos y hacienda

abandonados y matando franceses y matándonos

entre nosotros como perros rabiosos, hasta reponer

en el trono de nuevo el mas crudo absolutismo,

representado en la persona del monarca don

Fernando VII.

81

Una vez resituado en el trono esta gran

desgracia nacional, se dedico a jugar con unos y con

otros (liberales y absolutistas), hasta su muerte, a

partir de la cual la Familia Real Española se escindió

en dos ramas rivales. La línea masculina proveniente

del pretendiente Carlos María Isidro de Borbón,

hermano del rey difunto, enfrentada a la línea

reinante, la de Isabel II de España, hija de Fernando

VII. El Derecho vigente en el siglo XIX establecía la

sucesión en la persona de Carlos María Isidro de

Borbón, pero a los liberales les convenía mas que la

sucesora fuese Isabel II, que ofrecía mas posibilidades

de instaurar una monarquía parlamentaria. Está claro

que en realidad se trataba de una lucha ideológica

entre el liberalismo y absolutismo. Este conflicto se

concretó en diversas guerras civiles, las llamadas

Guerras Carlistas. En estas guerras las provincias del

norte se decantaron por don Carlos (supongo yo que

ya entonces, algo de interés había por apartarse del

centralismo de Madrid), lo cierto es el gran numero

de españoles de uno y otro bando que se enfrentaron

alegremente, la cantidad de gente joven y egregios

líderes, una vez mas enfrentados por asuntos de tipo

religioso y político, que en realidad poco o ningún

interés tenían para el pueblo y por cuyo motivo, de

nuevo la preciosa sangre nacional rego nuestros

campos, para que de ellos brotase mas insidia, mas

odio y mas separatismo.

82

II. Mientras aquí nos matábamos, en la Francia

del siglo XIX se sucedían alternativamente república,

imperio, reino y otra vez república, sin embargo todo

había cambiado a partir de la revolución de 1792, el

parlamentarismo se afianzaba de forma imparable y

el progreso en todos los ámbitos: Ideas, arte,

comercio, industria… solo tenía parangón con el

Reino Unido, donde a la sazón se estaba produciendo

la gran Revolución industrial y donde la expansión

colonial conllevó un aumento en la demanda de

productos que no podía cubrirse con el sistema

industrial tradicional. La creación de fábricas, con el

consecuente aumento significativo de la producción

y las consecuencias sociales que éstas trajeron; el

cambio en el comercio textil, pasando de la lana al

algodón, con el desarrollo de nuevas tecnologías

aplicadas a todo el proceso de producción textil; así

como la invención de la máquina de vapor y su

aplicación práctica en el ferrocarril, que ya a finales

del siglo XIX poseía una extensa y eficiente red. Todo

ello supuso una revolución económica que conllevó

la ruptura definitiva con el modelo medievalista

(señores y siervos), aunque en honor a la verdad, hay

que decir que no fue ni mucho menos incruenta.

Aquí sin embargo nos regodeábamos en tener

buenos amos, cristianos viejos, y nos degollábamos

por ellos, que como hemos visto anteriormente,

habían untado convenientemente a la Iglesia para

83

conseguir ese título. La propia Iglesia que no cesaba

de mangonear para que todo cambiase

continuamente y al final no cambiar nada, y por

último el ejercito, mandado en su mayor parte por

espadones sin cultura, salidos de la guerra de la

independencia y de las guerras carlistas.

En 1873 se produce el primer intento

republicano en la Historia de España, que por cierto

nacía con marchamo federalista. Fue una experiencia

corta, caracterizada por la profunda inestabilidad

político-social y la violencia. La República fue

gobernada por cuatro presidentes distintos en tan

sólo once meses, al cabo de los cuales se produjo el

golpe de Estado del general Pavía y la instauración de

una república unitaria dominada por el Duque de la

Torre, que tampoco tuvo resultado positivo ninguno,

normal si consideramos que se pretendía el cambio

estando inmersos en una situación caótica: la Tercera

Guerra Carlista, la sublevación cantonal en la

península Ibérica y la Guerra de los Diez Años en

Cuba, a esto sumémosle la escasez de verdaderos

republicanos en un pueblo llano que por su incultura

y aislamiento, difícilmente podía tener una idea clara

de lo que significaba, y luego la división entre

federalistas y unitarios. Así narra en “Los Episodios

Nacionales” mi querido y admirado don Benito Pérez

Galdós el clima parlamentario durante la primera

República: “Las sesiones de las Constituyentes me

atraían, y las más de las tardes las pasaba en la

84

tribuna de la prensa, entretenido con el espectáculo de

indescriptible confusión que daban los padres de la

Patria. El individualismo sin freno, el flujo y reflujo de

opiniones, desde las más sesudas a las más

extravagantes, y la funesta espontaneidad de tantos

oradores, enloquecían al espectador e imposibilitaban

las funciones históricas. Días y noches transcurrieron

sin que las Cortes dilucidaran en qué forma se había

de nombrar Ministerio: si los ministros debían ser

elegidos separadamente por el voto de cada diputado,

o si era más conveniente autorizar a Figueras o a Pi

para presentar la lista del nuevo Gobierno. Acordados

y desechados fueron todos los sistemas. Era un juego

pueril, que causaría risa si no nos moviese a

grandísima pena”.

Y luego los pronunciamientos cantonales, las

republiquitas; por ejemplo: las provincias de Valencia

y Málaga. Otros afectaron a municipios de la entidad

de Alcoy, Cartagena, Sevilla, Cádiz, Almansa,

Torrevieja, Castellón, Granada, Salamanca, Bailén,

Andújar, Tarifa y Algeciras (Observen queridos

lectores que la mayoría se corresponden con taifas

y/o lugares de gran influencia morisca), hubo hasta

algún pequeño pueblo que se nombró república

independiente, como son los casos del manchego

Camuñas y el murciano de Jumilla; lo que dice

Galdós, de risa si no fuera tan triste.

85

III. Con todos estos asuntos, a los que hay que

sumar dos reyes mas, en una especie de monarquía

parlamentaria: Alfonso XII y Alfonso XIII, que en

honor de la verdad hicieron lo que pudieron y lo que

les dejaron hacer, la Guerra de Marruecos y el

continuo alterne de opciones políticas, incluidos

atentados, pronunciamientos y demás lindezas, nos

hemos plantado en el siglo XX. Lo tenemos tan

cercano que imagino que poco puedo decir que no

sepan, no obstante apuntaré algo de mi cosecha

propia.

Con Alfonso XIII la “Dictadura de Primo de

Rivera”, régimen político que duró desde el golpe de

Estado del capitán general de Cataluña, Miguel

Primo de Rivera, el 13 de septiembre de 1923, hasta la

dimisión de éste el 28 de enero de 1930 y que fue

sustituida por la "Dictablanda" del general Berenguer.

No obstante don Miguel Primo de Rivera se esforzó

en la regeneración política, lo mismo por la derecha

que por la izquierda. También hay que reconocer

cierto progreso en la economía, en parte por la

Primera Guerra Mundial, en la que no participamos,

pero que nos permitió elevar el auge de

exportaciones a los países excombatientes, que

habían quedado exhaustos. También se noto una

mejora importante en las infraestructuras y ciertos

visos de modernidad, sobre todo entre la burguesía.

Su Dictadura fue capaz de estabilizar la situación

política durante siete años, pero al final se produjo

86

una nueva crisis política (¿ustedes llevan la cuenta?,

yo ya la he perdido), que se cebó en el rey don

Alfonso XIII, el cual se exilio de España antes de que

le echaran por las malas.

La Revolución Soviética causo entusiasmo

entre la clase trabajadora y ciertos sectores de la

burguesía intelectual; y con lo que había: pobreza,

hambre, opresión, ignorancia, anarquía… se intento

la segunda República. Con tan flojos mimbres,

malamente se podía hacer un buen cesto.

IV. El 14 de abril de 1931 es la fecha de la

proclamación de la Segunda República Española, en

sustitución de la monarquía de Alfonso XIII. Tras el

triunfo, cinco años mas tarde, de la coalición de

izquierdas conocida con el nombre de “Frente

Popular”, en las elecciones de febrero de 1936, y que

sólo pudo gobernar en paz durante cinco meses, se

produce el golpe de Estado del 17 y 18 de julio, en el

que una parte del ejército a favor de los valores

tradicionales y justificándose en la situación de

anarquía en la que vivía el Estado, se subleva. Esta

sublevación desemboca en la gran Guerra Civil

Española.

En principio da toda la impresión de que la

segunda República va a cuajar, reformas muy

positivas en todos los aspectos así lo pronostican,

pero pronto se empieza a ver que no. Durante siglos

la educación y el acceso a la cultura, ha sido

87

patrimonio exclusivo de la nobleza, a la que en los

últimos años se le ha sumado la alta burguesía. La

enorme masa social española de jornaleros, a los que

ni siquiera se les podía llamar asalariados, estos

últimos eran mas bien los “cuevachuelistas”,

funcionarios de la última escala de la administración

(cuya cantidad tampoco era floja y que constituían la

baja burguesía), estaban carentes de formación

pedagógica, si acaso la mínima para aprender a leer y

hacer cuatro cuentas, algunos; ¿Qué podía entender

esta gente de los fundamentos de la República, del

Parlamentarismo, de la Democracia?, bastante tenían

con poder comer caliente.

En el campo peor aún que en la ciudad. Al

contrario que en Francia y El Reino Unido, donde el

feudalismo había pasado a mejor vida, aquí estaba

plenamente vigente, aunque disfrazado de

liberalismo. La vieja nobleza y la nueva, sobrevenida

de la burguesía rural, que aprovechando la

desamortización de Mendizabal, se había hecho con

los predios de la iglesia y las casas solares de linajes

venidos a menos, tenía sometidos a los jornaleros del

campo a un régimen de semi-esclavitud (recordemos

la novela de Miguel Delives “Los Santos Inocentes” y

la película homónima dirigida por Mario Camus).

Toda esta gente obrera del campo y la ciudad,

maltratada, asfixiada por la miseria, el hambre y las

enfermedades, se agarro como a clavo ardiendo a las

predicas de comunistas, socialistas e incluso

88

falangistas (no olvidemos que el ideario de José

Antonio Primo de Rivera, se basaba en el nacional

sindicalismo), y faltos de la cultura y los

conocimientos precisos para desarrollar criterios

eficientes, esperaron un milagro inmediato que no se

produjo, situación aprovechada por la CNT, los

anarquistas, para cometer todo tipo de excesos que

pusieron España no al borde, sino inmersa en un

caos tan grande como fuera el de la invasión islámica.

Y así llegamos a Franco, “el caudillo”, el

“generalísimo”, que fue elegido por los generales

golpistas que se alzaron contra la República (quizás

para cubrirse ellos las espaldas), para crear al final

de la guerra una dictadura de tipo conservador,

católica (La iglesia española y su sempiterna

injerencia), y anticomunista.

No voy a ponerme a disertar sobre Franco, porque ya

se ha dicho bastante de el desde todas los foros y

tendencias políticas, mediáticas e incluso

tabernarias, a pesar de que (curioso detalle), en

realidad se sabe muy poco sobre el; yo en concreto,

antes era de los que aprovechaba cualquier ocasión

para desbarrar de lo lindo, ahora, de unos años para

acá, no se que porque razón, quizás desde que me

entró esta desaforada afición por la Historia que me

ha obligado a informarme mas en profundidad, no

me atrevo a decir nada. Y sin embargo, fijaros que

curioso, se me ha metido una idea metafórica en la

cabeza.

89

La idea, con la que voy a rematar este libreto a

caballo entre la Historia y la Ficción, la tengo

actualmente muy clara, muy nítida y se puede

contextuar así: Franco y el Movimiento Nacional fue a

nuestra Historia, lo que la quimio-terapia es a cuerpo

enfermo de cáncer, te destroza el estomago, el

intestino, se te cae el pelo… pero te cura.

Franco en un grafiti de la época

90

EPÍLOGO.-

Es curioso como triunfan hoy en día los libros,

películas y video juegos, de corte pseudo-histórico: El

señor de los anillos, Juego de tronos, La Guerra de las

Galaxias… Ya en mi infancia y adolescencia nos

pirrábamos por los comics de El Capitán Trueno, El

Jabato, El Guerrero del Antifaz… sin embargo y en

contraposición a esto, llama la atención el poco

interés que merece la Historia, donde a poco que te

esfuerces, encuentras relatos y personajes

apasionantes. La forma que se tiene de enseñar

Historia en colegios e institutos es lamentable, se

recurre a fechas, hechos y lugares de manera

sinóptica, en una palabra, se extracta de tal manera

que al final no te enteras de nada y no te causa

ningún tipo de interés ni emoción.

El conocimiento de la Historia es

imprescindible para tener una visión global del

desarrollo de los hechos que conforman a una

sociedad y te provee de los datos precisos para juzgar

el presente. Si no sabemos el desarrollo de

tendencias políticas sociales y su desenvolvimiento

91

en el contexto histórico, ¿Cómo podemos opinar con

criterio sobre dichas tendencias, que a su vez son las

propuestas políticas que afectan al Estado?

(considerando al Estado como el territorio, las gentes

y los intereses comunes que rigen nuestra

convivencia: Justicia, equidad, libertad, bienestar…),

¿Cómo vamos a aprovechar la Democracia que nos

permite elegir entre esas propuestas y hacerlo de

forma seria y responsable?, amigos, es imposible, de

ahí que vallamos de fiasco en fiasco hasta que

lamentablemente caeremos de nuevo en los errores

de un pasado del que no hemos aprendido nada.

Cuando empecé a escribir esta especie de

ensayo, no tenía intención de alargarme tanto,

simplemente hacer una pequeña redacción

acompañada de un dibujo para insertar en mi blog

“El Heraldicón. Crónicas de Celtiberia”, con la

intención de apoyar mi posición a favor de constituir

una República Federal con los estados y naciones de

la Península Ibérica, aún a sabiendas de las

tremendas dificultades que entraña.

¿Por qué República?, porque es la única

forma que se me ocurre de acabar con tanto

anacronismo histórico que ha sido fatal en nuestro

desarrollo. Considerad que desde el siglo XVI, no

hemos tenido ni un solo Jefe de Estado, ni en España,

ni en Portugal, (salvo pequeños periodos quizás), que

haya sido propiamente nuestro, que haya luchado

92

verdaderamente por nuestros intereses, me refiero a

los del conjunto del Estado, al mas-media de gentes

que son el verdadero meollo de el; eran sus intereses,

sus creencias, sus ansias de acaparar poder,

territorios, influencia internacional… bueno, sus

intereses y los de las únicas clases a las que

representaban: la nobleza, el clero y el capital. Y a

pesar de ello, considerad ahora la ingente cantidad

de vidas humanas de compatriotas que han muerto

por ellos, arrastrados por el fanatismo que tan bien

han sabido manejar, por una grandeza de la que

nunca hemos sido partícipes, o con la promesa de los

goces eternos del paraíso, por mucho que algunos

estén convencidos de que sus decisiones eran lo

mejor para la “Patria”. Acabemos de una vez por

todas con la sucesión hereditaria, que lo mismo nos

puede colocar al frente del Estado a un águila que a

una serpiente.

Nadie interprete que siento alguna

animadversión por el actual Monarca de España Don

Juan Carlos I, al fin y al cabo es el primero con el que

disfrutamos el más largo periodo de paz y progreso

de nuestra historia, cumplió con su deber cuando

nuevos golpistas pretendieron volver a enfrentarnos,

y ha redimido a los Borbones. Pero la monarquía

como institución se tiene que acabar, y cuando SM

esté demasiado mayor para su cargo y los achaques

propios de la edad anciana afecten a su eficiencia

para cargo de tan altísima responsabilidad, hay que

93

celebrar un referéndum; un referéndum que sea serio

y muy bien planteado, sin demagogia, sin patriotería

y sobre todo sin ningún apasionamiento; que

contemple únicamente el interés supremo del Estado

libre, democrático y social, el cual, si la voluntad de

la mayoría así lo decide, nos debe servir para instituir

una República que ponga al frente a los mejores

individuos extraídos de nuestros pueblos.

¿Por qué federal?, Porque ya va siendo hora

de que resolvamos de una vez por todas el problema

territorial que existe. Señores/as, ¡que son muchos

años de incongruencias!, ¡Que no podemos jugar con

la paz y estabilidad que ahora disfrutamos (a pesar de

los pesares), y que tanto dolo ha costado!, ¡Que no

podemos soportar mas Sabinos Aranas, mas Artur

Mas (tu veras, en pleno siglo XXI), que pretendan

arrancar de cuajo dos naciones que han sido arte y

parte de la Iberia desde el principio de la Historia!.

Sin embargo ¿Cómo constituir una República

Federal con la exagerada fragmentación existente a

día de hoy?. El Estado de las autonomías nos esta

demostrando, que si económicamente es una ruina

imposible de soportar, no lo es menos desde el punto

de vista identitario. No podemos fiar una unión

solvente a los mismos conceptos separatistas e

insolidarios que nos dejaron los reinos de taifas, y

mucho menos a las ambiciones políticas de

individuos que se aprovechan de la ingenuidad de

94

ciertas minorías, basada en ensoñaciones y el

desconocimiento de nuestra historia común, para

constituir una república de veinte o treinta países

que nunca han existido como tales, volveríamos a las

situaciones caóticas y me atrevería a decir ridículas

por las que ya hemos pasado.

Bien, ahí queda mi mapa de la futura RFI, ahí

os dejo mi idea. Sabemos lo que pasó, soñemos con

lo que podía haber sido y que solo nosotros podemos

hacer realidad. Recuperemos nuestra Historia,

tomemos nota de los desastres y rectifiquemos.

Reconstruyamos la gran Nación de naciones que es la

Península Ibérica, hagámoslo con el entusiasmo que

nos caracteriza. ¿Países, naciones, regiones?, ¡que

mas da!, la denominación es lo de menos, lo

importante es un gran Estado orgulloso de si mismo,

fuerte y unido en la pluralidad y diversidad de los

pueblos y razas que nos conforman, que mas que

separarnos, debía ser un orgullo para todos y cada

uno de los individuos del crisol de la raza Ibérica.

Palencia, 2 de diciembre de 2012

95

3ª PARTE.- DISTRIBUCIÓN Y ORGANIZACIÓN

TERRITORIAL. (Febrero Marzo 2013)

96

PROLOGO

97

La actual distribución territorial del Estado

español, se basa principalmente en dos hechos

acaecidos en los 125 años transcurridos entre los

siglos XIX y XX, a saber: La reforma llevada a cabo

por Javier de Burgos en 1833 y la declaración

constitucional del Estado de las Autonomías de 1978.

En la primera, la cual se ha mantenido hasta la

actualidad; divide el territorio español en 49

provincias a partir de un criterio racional a su

entender, con un tamaño relativamente homogéneo

y eliminando la mayor parte de los exclaves

(Colonias), y enclaves propios del Antiguo Régimen.

Las islas Canarias no habían sido divididas en dos

provincias hasta esa fecha, siendo Santa Cruz de

Tenerife su capital. En 1927, con la aparición de la

provincia de Las Palmas, se aumentó el número de

provincias a 50. A esta división hay que añadir Ceuta

y Melilla, con lo cual el número de capitales de

provincia asciendo a 52 en la actualidad.

A su vez, agrupaba las provincias en regiones

con un carácter meramente clasificatorio, sin

reservar para estas regiones ningún tipo de

competencia u órgano administrativo o jurisdiccional

común a las provincias que agrupaban.

La organización territorial de España como

Estado autonómico, está basada en lo que indica el

artículo 2 de la Constitución española de 1978, que

declara que las personas están obligadas a la unidad

indisoluble de la nación española, garantizando el

98

derecho de autonomía de las nacionalidades y

regiones que la integran y la solidaridad entre ellas.

Este artículo está desarrollado por el Título VIII «De

la Organización Territorial del Estado» cuyo artículo

137 dice: “El Estado se organiza territorialmente en

municipios, en provincias y en las Comunidades

Autónomas que se constituyan. Todas estas entidades

gozan de autonomía para la gestión de sus respectivos

intereses”.

Ambas estructuraciones del Estado, se han

demostrado fehacientemente ineficaces, primero

porque los criterios seguidos parecen estar

constituidos principalmente por su desafección a la

Historia y por la sensación que deja de existir un

afán de repartir territorios entre los afectos a los

regímenes habidos (todos sabemos de que pié han

cojeado); y segundo porque es excesivamente

burocrático y tremendamente caro.

Otro tanto ocurre con Portugal que tiene una

estructura administrativa y organización territorial

bastante complicada. Su base está compuesta por 308

municipios, que se subdividen en más de 4.000

freguesías y que se agrupan en varias divisiones de

nivel superior, algunas puramente administrativas, ya

sean globales, ya sean específicas de un ramo de

actividad (ejemplos: las comarcas judiciales, las

regiones turísticas), otras de carácter más técnico, y

otras de nivel histórico y cultural.

99

Hubo también varias tentativas de definir

regiones naturales que raramente coinciden con las

divisiones administrativas. Aunque en la actualidad

no tienen ningún significado administrativo, las

provincias (o regiones naturales), continúan aún hoy

siendo la división del país, inmediatamente después

de los distritos, con las cuales se identifican la mayor

parte de los portugueses. Creadas por una reforma en

1936, fueron disueltas formalmente con la entrada en

vigor de la Constitución de 1976. Luego están los

NUTS (Unidades Territoriales Estadísticas de

Portugal), son subregiones que designan las

estadísticas en que se divide el territorio portugués,

de acuerdo con el Reglamento (CE) n. º 1059/2003 del

Parlamento Europeo y del Consejo, de 26 de mayo de

2003. Las regiones sub-estadística de Portugal son de

tres niveles : NUTS I , II NUTS y NUTS III, a su vez

divididas en otros siete subniveles, en fin, una liada.

100

EL ESTADO FEDERAL (RFI)

La constitución del Estado Federal, ampararía

la forma de este, que ha de ser Democrático, Laico y

Social, y todos sus órganos territoriales y

administrativos, estarían cohesionados en el fin

común de servicio a un Estado solidario que

salvaguarde los derechos y haga cumplir los deberes

al común de la Ciudadanía, creando leyes y

ejecutando normas a favor del orden institucional,

velando contra cualquier circunstancia que amenace

la libertad, bienestar y justicia del total del territorio

federal y de sus ciudadanos.

La elección de sus órganos de gobierno y de las

personas encargadas de su gestión será democrática,

se ejercitará por Sufragio Universal de forma

periódica por los ciudadanos que cumplan los

requisitos de edad, disponibilidad y derecho y por

medio de Listas Abiertas, de forma y manera que

aunque los partidos políticos sean la clave de la

democracia parlamentaria, en ningún momento

pueda existir la posibilidad de que un partido se haga

con el poder omnímodo, ni a nivel federal ni a nivel

territorial.

101

NIVELES DE ADMINISTRACIÓN

Según la división territorial que he concebido,

los niveles de administración serían cinco:

1/ ESTADO FEDERAL. Aglutinaría las regiones

confederadas y su capital estaría en Madrid, por

encontrarse en el centro de la península y contar con

una infraestructura ya asentada. En esta capital

estaría ubicado el Consejo de Estado, integrado por

los representantes elegidos por los Gobiernos de las

regiones, los cuales ejercerían su función

parlamentaria en asamblea en una única Cámara. El

Jefe del Estado sería el Presidente, elegido en

votación periódica por sufragio universal cada

cuatro años, no pudiendo ocupar el puesto durante

mas de tres legislaturas y habiendo resultado el mas

votado, habiendo sido presentado bien en lista de

partido o candidatura independiente. El Presidente

de la República sería el encargado de nombrar un

primer ministro a propuesta de la Cámara; a su vez el

Primer Ministro formaría Gobierno entre los

representantes mas votados, priorizando aptitudes y

garantizando la honorabilidad de los elegidos,

responsabilizándose del correcto funcionamiento del

Gabinete. Si dicho Gabinete con el Primer Ministro a

la cabeza, no cumpliera las expectativas por y para las

que ha sido nombrado, la Cámara tiene total

102

potestad para destituirles y nombrar un nuevo

Gabinete.

2/ REGIONES AUTÓNOMAS.

No necesariamente tiene que ser esta la

denominación, aún así, sirvan para el caso las nueve

que he concebido en función de mi “Historia

Fantastica”: Suevia, Vasconia, Aragón, Cathalonia,

Hispalia, Lusitania, Vetonia, Castiella y Atlántica

Ibérica.

Aunque dispondrían de derecho internacional y

carácter de estado autónomo, esto solo sería

aplicable en las relaciones interiores del Estado

Federal; para asuntos internacionales, el Estado seria

el único representante. En la capital regional (Vg.

León, Suevia), se ubicaría la Cámara de

Representantes, de elección pública mediante voto,

en listas abiertas, recalco. La Cámara de

Representantes elegiría entre sus miembros a los

103

encargados de los distintos negociados: Salud,

trabajo, infraestructuras, etc. Así como cómo a los

participes en el Consejo de Estado, en ambos casos

por votación y en función de su preparación y valores

demostrados, poniendo de inmediato su voluntad y

disponibilidad para el cargo en función del cometido

encomendado. Desaparece el título de presidente,

presidente no habrá mas que uno y este será el

Presidente de la República, así que me permito

cambiarle por el mas clarificador de Gobernador.

3/ PROVINCIAS. Observaréis que en muchos

casos las provincias que señalo, coinciden con las

actuales autonomías, esto es así porque considero

que la personalidad de algunas de ellas es

incuestionable, léase Cataluña, Galicia o Euzkady, en

otras dicho carácter no esta tan definido, por lo que

en algunos casos las e integrado en regiones de mas

identidad, es el caso de Murcia o la Rioja. Obsérvese

también que en Lusitania hay dos Diputaciones, esto

obedece a dos razones: Primero la extensión de la

propia región y segundo el carácter y personalidad de

Lisboa como capital del actual Estado de Portugal.

Lisboa administraría la parte portuguesa y Huelva la

española, por lo menos hasta una integración

manifiesta y el afianzamiento del nuevo modelo

territorial.

Las provincias son en realidad el territorio mas

comprometido a la hora de su integración y

104

administración, en ellas se define y decide lo que es

necesario para cada una. En cada provincia existirá el

Consejo Provincial, con sede en las Diputaciones

(Una por cada provincia), también de elección

pública por sufragio universal. De dicho consejo

saldrá por elección de todos sus miembros el Primer

Consejero y los consejeros diputados, los cuales

asumen los cargos y competencias de los entes

provinciales y de sus funciones, sean de orden civil,

policial y militar. También será el Consejo Provincial

el encargado de nombrar a los diputados para ejercer

como portavoces en la Cámara de Representantes

regional.

4/ MAYORAZGO. Los Mayorazgos vienen a ser

lo que hoy en día son las provincias. A la cabeza del

Mayorazgo se encontraría el Alcalde Mayor, asistido

y arropado por tres secretarios para las distintas

funciones de Gobierno: Civil, militar y policial. Estos

cargos serían de elección pública mediante votación

ciudadana, y aunque los partidos podrían presentar

listas con sus candidatos, los ciudadanos podrían

votar por candidatos de distintos partidos, así como

por candidatos independientes*

Para mayor efectividad de los secretarios, sería

aconsejable y conveniente que estos fueran extraídos

de listas presentadas por los estamentos a los que van

a representar, quiere decirse, por poner un ejemplo,

que para el cargo de secretario policial, serían los

105

cuerpos de policía los que propondrían una lista de

candidatos*.

5/ AYUNTAMIENTOS. En el mapa que he

elaborado, no figuran los ayuntamientos debido a

que para su creación y nombramiento, primero sería

preciso estipular las localidades donde se ubicarían

las casas consistoriales, ya que en estas se

administrarían núcleos rurales y/o urbanos que no

podrían descender de 50.000 habitantes, por lo que

no habría mas remedio, en muchos casos, que

recurrir a las mancomunidades; así mismo se puede

dar el caso, y de hecho se daría con mucha

frecuencia, que en una misma localidad nos

encontráramos con la sede del Mayorazgo y el

Ayuntamiento e incluso la Diputación.

Al frente de los Ayuntamientos estaría el

Alcalde, elegido por sufragio universal en listas

abiertas, vuelvo a repetir. Desaparecería el cargo de

Concejal, cuyo puesto sería ocupado por la figura del

Gerente al frente de las distintas gerencias: Gerencia

de vivienda y suelo, gerencia de cultura y deporte,

etc… Estos cargos serían elegidos entre funcionarios

de probados conocimientos (bien por titulación o

bien por experiencia), por el Consejo Provincial

mediante concurso, en el que se valorarían las

aptitudes, rectitud y disponibilidad personales y

profesionales de los candidatos.

106

Se observa una notable reducción de cargos

burocráticos, y no se puede ni se debe aducir la

necesidad de mas estamentos de orden político (sirva

como ejemplo los consejos comarcales), es

innecesario y absurdo hoy en día crear ese tipo de

organismos argumentando sobre la proximidad de

dichos estamentos a la ciudadanía. Si consideramos

que vivimos en un tiempo en el que las

comunicaciones, tanto de orden físico: Mejores y

numerosas vías de comunicación por tierra mar y

aire, vehículos de transporte mas rápidos y seguros…

igualmente en las comunicaciones de tipo

electrónico: Redes, telefonía, video conferencia… (me

atrevería a decir que esta ultima opción de

comunicación diaria y continua, sería incluso mas

efectiva, por ser mas protocolaría y reducir

considerablemente el amiguismo y el compadreo).

Por otra parte, la ciudadanía está en su derecho

de crear y mantener asociaciones, bien sean

profesionales, culturales, de vecindad, de consumo,

de protección de intereses legítimos… que

organizadas y legalizadas, son un estupendo medio

de intermediación y participación con los distintos

estamentos del Estado, digo mas, al existir las listas

abiertas, estas asociaciones federándose, podrían

mantener representantes en todos y cada uno de los

niveles de gobierno.

Las organizaciones sindicales, son probablemente

las más importantes, es por eso que opino que a

107

pesar de su total independencia, precisarían de una

central sindical que las aglutine. Mismo caso con las

asociaciones empresariales y gremiales (en el caso de

profesiones liberales). De ahí que considero

necesario la creación de un gran Ministerio que

englobe todas las actividades productivas, porque…

¿quién mejor que los profesionales: empresarios y

trabajadores, para fijar cuotas de producción,

políticas de mercado, necesidades estructurales, etc.?

¿para qué Ministerio de Industria, de pesca, de

agricultura… cuando los que al final marcan los

ritmos, deben de tener la obligación de remar en una

misma dirección?, y esa dirección es el bienestar del

total del Estado. Permítaseme incluir aquí una

antigua cita datada en 1933 que pertenece a Ramiro

Ledesma (falangista y nacional-sindicalista…¿bueno y

que?, ¿Acaso no es razonable y está perfectamente

formulado?, ¿no es aplicable a día de hoy mas que

nunca?),: “Las masas populares tienen derecho a

reivindicaciones de linaje muy vario; pero nosotros

destacamos y señalamos dos de ellas de un modo

primordial: Primera, garantía de que el capital

industrial y financiero no tendrá nunca en sus manos

los propios destinos nacionales, lo que supone un

riguroso control de sus operaciones…. Segunda:

derecho permanente al trabajo y al pan (entiéndase

necesidades básicas: alimentación, sanidad,

vivienda…), es decir abolición radical del paro forzoso”

(léase despidos por ERES, etc).

108

EPÍLOGO

Quizás alguien mas “preparado” que yo para

estos menesteres de índole socio-políticos, considere

que me estoy metiendo en camisa de once varas y

que debo pedir disculpas por haberme atrevido a

embarcarme en este peliagudo asunto de la creación

de una República Federal Ibérica (no se preocupen,

esta tercera es la última parte), pero es que así lo

siento y como ser pensante y ciudadano libre, me

atrevo a manifestarlo y mantenerlo.

Ramiro Ledesma Ramos fue un novelista, periodista e

ideólogo español, fundador del movimiento Nacional-

Sindicalista.

109

Percibo a diario a través de los medios de

comunicación y de la opinión y actitud de mis

paisanos, como otra vez mas parece que fuéramos a

la deriva en la gran Iberia, y digo Iberia porque los

dos estados que integran la península tenemos

parecidos, por no decir iguales problemas. Hoy leía

que Portugal, con 10 millones de habitantes

repartidos en un “maremagnun” de administraciones

territoriales, tiene la friolera de 750.000 funcionarios,

claro, ellos que culpa tienen, solo pretenden ganarse

la vida lo mejor que pueden, pero ¿hay economía de

estado que aguante eso?

También hace unos días leía una entrevista

hecha al escritor Lorenzo Silva, en la que le hacían

una pregunta referente a la barrera imaginaria que

existe entre Madrid y Barcelona, a propósito de su

novela “La Marca del Meridiano” y al deseó

inconsciente de levantar fronteras en España, tanto

por parte de los independentistas como por los

contrarios, a los que no se como denominar, ¿quizás

tradicionalistas? El escritor respondía que eso es un

anacronismo y una solución simplona, y de la

necesidad de enfocar este anacrónico asunto de una

forma constructiva; remataba diciendo: “Lo que

deberíamos de hacer es aprender a gestionar esa

complejidad y hacerlo bien, que nunca se ha hecho.

España no ha encontrado su construcción como

Nación…”, es exactamente lo que opino y de ahí mi

apuesta por la RFI.

110

La grandeza de un estado deviene del empuje

solidario de toda la ciudadanía, y lo mas importante,

son todos y cada uno de sus ciudadanos, y en nuestro

anacrónico y delicado caso, habría que decir además

sus territorios históricos. ¿Bienestar?, bienestar es la

libertad, la justicia, el orden, la salud, el hogar, la

educación, la cultura, … en fin, todo lo que hace que

un pueblo se sienta orgulloso de pertenecer a el; un

estado no oprimido, no esquilmado, no saqueado, y

así poder utilizar sin vergüenza, esa palabra que

define la honra de considerar que entre todos hemos

construido y pertenecemos a una gran Nación, esa

palabra es Patria.


Recommended