SENDEROSLOS EXPEDIENTES SECRETOS
La revolución agraria mexicana
Frank Tannenbaum
Frank Tannenbaum llegó M'" ... a CXlCO por pnmera vez en 1922. Ongmalmente interesadoen las relaciones entre su país. Estados Unidos yesta naCl'ón comprend'ó .
1 • 1 que era necesarioentender antes el proceso revolucionario mexicano A ello se dedicó d '-. . .. urante vanos anos yse relacionó con destacadas personahdades del mundo académico y polItico: Daniel CosíaVillegas. Manuel Gamio. Jesús Silva Herzog. Silvia Zavala. Víctor L. Urquidi. Ramón~eteta y Uzaco ~denas. emee Otros. Como resultado de sus reflexiones publicaría treslibros, ~oy convemdos en clásicos de la historiografía mexicana: The Mtxican agrarianrtVo/utlon (1929). Pea« by rt!vo/urion: An /ntnprt!tarion ofMIx/co (1933). y MIx/co: TheJI1'Uggk[or pea« and brt!a4 (1950).
El mérito de Tannenbaum (1893-1969) fue soseener desde época muy remprana que laRevolución mexicana [Uvo un cadetee popular, rural, agrario y espontáneo, además ehacer hincapié en las iniciadvas locales y descentralizadoras, adelantándose con ello a 1interpretaciones acrualmenre predominantes sobre las "muchas revoluciones" quconformaron ese complejo proceso social iniciado en 1910. Cierto es que su visiónestuvo exenta de contradicciones -como por ejemplo, la laxitud con que empleó el caneede indio-, mas no por ello deja de ser acertada en varios aspectos.
Este texto es la transcripción de su intervención en el Instituto de Negocios Públicosla Universidad de Virginia, que tuvo lugar precisamente el mismo afio en que se publicóprimer libro sobre México. La revista Un/11m/dad tÚ MIx/co lo recuperó casi un aiio dpués, en su número inicial (tomo 1, número 1, noviembre de 1930). Hoy, cuando el campomexicano se halla en severa crisis, resulta pertinente apelar aaquellas miradas que vieron en~I un pilar fundamental para el desarrollo de la nación mexicana. y a1erraron sobre lasconsecuencias probables de no resolverse sus problemas.
La Revolución mexicana que comenzó en 1910 ha sido y es rodavla de naturaleza profundamente social. Tienepoca relación con las numerosas rebeliones pollticas y miliraristas que hancaracterizado los cien años desde la independencia mexicana de Espafia.Hacer esta distinción. con toda claridad.~ esencial, porque de Otra manera nonos serfa posible comprender lo que hasucedido en México durante los últimos diecinueve años.
En cierto sentido podrfamos decirque se ha operado un movimiento básico de la población campesina transformada de peones de hacienda queeran. en ciudadanos libres habirantesde pueblos rurales democráticos. Aliniciarse la revolución. la mitad de la
población rural vivía en haciendas. sujeta a la tierra mediante un sistema dedeudas que la convirtieron en esclavade hecho, si no de derecho. La otramitad vivía en pueblos libres. peroagrupada en reducidas extensiones,confmada en las montañas o completamente rodeada de grandes haciendas.La situación era simplemente la siguiente: la gran masa de la poblaciónrural vivía en haciendas. sujeta a ellas.De las 69 mil 549 comunidades ruralesen México. en 1910. 56 mil 825. o sea8 L 7%. fueron localizadas dentro de loslímires de las haciendas. En algunosestados como Guanajuato, esencial~
mente agrícolas, simados en el centrode México y con una población numerosa. 84.3% del roral de la población
campesina y 96% de los pueblos fuelocalizada en haciendas; quiero decirque México era esencial y fundamentalmente un pais feudal. Un pais feudal gobernado por una reducida clasearistocrática traida de Espaiia. extranjera por sus puntos de vista y su actitud hacia la población humilde. Nosólo fue una colonia durante los trescientos años de dependencia polltiade Espafia. sino que ha continuadosiéndolo duranre la mayor parte de loscien afios de su independencia nacio·nal.
En su mayoría los hacendados eranespañoles y recientemente franceses.ingleses. americanos y españoles. Elpropietario de minas era espafiol. inglés o americano; el hombre de nego-
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cios, aun en pequeña escala, casi siempre extranjero. Los petroleros eran casitodos extranjeros. principalmente ingleses y americanos. Fue este relativamente pequeño grupo de extranjeros-dueños de minas, de las utilidadespúblicas, de la tierra, de pozos pettoleros- quienes dominaron la vida económica de México y fueton, sin duda,bajo el régimen de Díaz, una influenciadominante en el país. Hasta qué puntofue esto cierto, aparece en el hecho deque, aun recientemente -1923- másde diez años después de ini-ciada la tevolución, 114personas eran dueñas decasi la cuarta parte de lapropiedad privada de la República (22.9%), mientrasque los extranjeros, a pesarde legislaciones adversas,poselan la quinta parte delárea total de la República yentre ellos, los americanoseran dueños de la mitad.Esea concentración económica, mala para cualquierpaís, se mm aquí aún másgrave por el hecho de quela clase privilegiada, tantolos extranjeros como losnativos, trataron desdeñosamente a lo que se Uama el bajo pueblo. La masa de lapoblación es india: la mitad de eUa esde más o menos pura sangre india; lamayor parte de la otra mitad está compuesta en su mayoría de mestiws y sólouna fracción de blancos. Las clases acomodadas vieron con desprecio al pueblo bajo y pretendieron justificar supolítica económica afirmando que lamasa del pueblo ocupaba un lugar inferior en la escala humana y que México debla esperar con satisfacción sucercana desaparición. Las clases altas ysw satélites intelectuales invocaron lateoría de la supervivencia del más fuerte, y las naciones de la superioridadracial para concluir que las clases bajasde México eran las de los débiles. Se-
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ñalaron la pobreza de los pobres comouna prueba de ineptirud.
He aquí una interesante adaptaciónde la doctrina cienófica para justificarla exploración política y económica deuna clase por otra y una indicación decómo semejante situación puede serconvertida en una posición moralmente satisfactoria. Los extranjeros, al amparo de una especie de leYI fuerondespojando a una gran parre de la población rural de su "herencia a la tierra";probaron, para su propia satisfacción,
que su comportamiento no sólo eralegal, sino conforme con la mejor doctrina de la ciencia biológica y ú,i1, socialmente. porque contribuían a lacivilización. No sólo iban acumulando fortunas, sino ganando favores ygracias. Aquí tenéis, pues, una situación dentro de la que los habitantes delas poblaciones se vieron, por espaciode un periodo de cuatrocientos años,obligados a ceder sus posiciones comomiembros libres de comunidades y aconvertirse. cada ve:z. más, en peonessujetos a las haciendas propiedad deextranjeros l principalmente españoles.Hacia el fin del régimen de Díaz, aquellos pueblos que aún conservaban suvida comunal, fueron despojados de sus
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tierras y confinados denrro de los límites de las grandes haciendas, de cuyabuena voluntad dependJa la existenciade eUos.
Al estallar la revolución en 1910, nofue precisamente una revolución social.Fue más bien una revolución políticacuyos objetivos inmediatos fueron puramente políticos. Pero el descontentosocial era tal, que la chispa encendió atodo el pafs y el pueblo humilde se lanZÓ a la revolución en toda la República.Esto sucedió particularmente en los es-
tados en que las poblacionesrurales vivían aún en comunidades. Puede decirse quefue la población de las comunidades la que se levantó endefensa de sus propios derechos. Fueron los pueblos quese lanzaron al movimiento revolucionario que triunfó enla revolución, los que se hanconservado fieles al programaoriginal de la misma revolu-ción. Se puede, por supuesto, preguntar cuáles fueronlos resultados de esta revolución. Es dificil, dada la siruación actual de México l
valorar el resultado final. Larevolución sigue su curso ylleva trazas de continuar por
espacio de veinticinco años. Es posibleque haya terminado la violencia de larevolución. Pero si es así, se debe a queha logrado los medios de realizar susgrandes objetivos sin nueva violencia.Si los terratenientes de México, nativos y extranjeros, después de 19 añosde luchas intermitentes desean al finpermitir que este amplio proceso social continúe su curso a través del cauee legal alcanzado, puede ser verdad queterminó la fase violenta. Pero es casiseguro que, al menos que sea esa la disposición de ánimo del antiguo dominante y todavía poderoso latifundista,habrá lugar para nuevas violencias yrevoluciones en México. El hecho político fundamenral en México es senci-
te ésle: lepanición de tierras parapueblo. Repartición de tierras por
'os paclficos y legales Orevoluciosi es pteciso. No quiero decir
determinada pe""na en México sefOrmulado los lérminos anlerio
almo un programa. Es solamenreaniculación de lo que parecen ser
fuecus en juego de la siluación,que hasla ahora ninguna pero
o gobierno ha podido conlener.· sea posible guiarlas. No puedendetenidas. Las mones son múltiy tal vez inútil mencionarlas en la
'ón actual. Fundamenralmenle ylaUItIen, el pueblo bajo, indio, ha
o mayor grado de cohe ión, deza en sr mi mo y conciencia
á mismo de la que haya alcanzadovez en la hisloria de México. Hasiemple tierra. iemple ha ido
lCdliado en sus demandas. MedianUDa combinación de mones dema
dificil, quizás, de adarar, habierro, al fin, que puede pelear, y
CIIO dado derrorar gobiernos yejérde gobiernos, que puede echary destrozar a los lraidores a su
a b~sico, y continuar ha-o hasta lograr su objetivo. la
en México para la próxima gene·• D equivale a la continuación del
agrarista. Venga lo que ven-a ésta la reaJjdad pol!lica de la si-· . El primer hecho saliente del
. de México es e1lenacimienlo,económico y cultural del pue
Mientras que anles, la influencia· te eco la hacienda, en la ac
. d Yen un grado crecie.nre, la in-. tiende aser del pueblo mismo.
pueblo ha ganado, al fin. la luchaGlDtra de la hacienda. Gana en po-
blación. En 1910 lepresenlaba 51.0%de la población rural: ahora representa58.2%. Pero aún m~ que eso: ha ganado en fuerza pol!lica. Ha ganado enprestigio social, ha cambiado el espírilU de la comunidad rural. Su lenacimiento como comunidad coincide con,y significa un, cambio del lugar queocupan los indios en la actualidad yelque ocupaban hace diez alios.
En vez de considerirsele como unaraza en decadencia, el indio, con susrasgos distintivos de la cultura que te
presenta, es considerado como la basede la cultura de México. como su pie-
dra angular. Los intelectuales mexicanos, en vez de hablar de una razaagonizante y derrolada, hablan deuna raza de bronce. YeslO, m~ que unasimple afirmación rom~lica, está indicado, no sólo por la dislribución detierras a los pueblos, en su mayoría deindios, o por las organizaciones socialesque se han desarroUado entll: las comunidades indias, sino~ claramenle porla fundación de escudas enlle eUas,por el hecho de enseliar y cantar canciones indias en las escuelas públicas yporque el renacimienlo artístico se debeen gran parte a artistas, casi lodos indios, quienes se identifican con elloscomo parre del renacimiento racial de
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México, cuando menos en su aspectocullural.Adem~ de los hechos selialados an
teriormente, conviene agregar que larevolución ha libertado, en lealidad. ala mitad, aproximadamente, de la población rural en México. de los jarosque por rarones práclicas equivalían ala esclavilud. POI vez primera, al menos en cienlOS de alios, la poblaciónrural es libre en nueslro sentido de lapalabl1l. Puede cambiar de lugar y cam·bia. El hecho de que aproximadamen.le una lercera parte de la poblaciónhaya dejado la hacienda por el pueblo,es prueba e10cuenle de esle hecho.Debe también hacerse nolar que lapoblación baja se liberIó por sí mismam~ que por medios exletiores.
Cuando dejamos de considerar eslosbeneficios para fijar nueslra alenciónen OlroS m~ inmedialos y concrelos, yptegunlamos qué cantidad de tierra hasido tealmente dislribuida, la respuesla es la siguiente: considerando losgrandes eslados de México, los de 12mil acres, aproximadamente, encontrarnOS que lenían un área lOraI de 159millones 106 mil hecláreas en 1923.Comparando con esta cifra el área loraldislribuida por el gobierno bajo lalegislación agraria, O sea la que deacuerdo con la ley se apodera de tiertasde propiedad particular por causa deutilidad pública y medianle compensación, encontrarnos que sólo 4 mi·Uones 044 mil 603 hecláreas han sidodistribuidas hasla fines de 1927, o sea,aproximadamente 2.5 % de las grandesextensiones. Y si tomamos en cuentael área 10ral de la República, el porcentaje distribuido es de 2 % bajo el mismosislema legislativo. No estamos lOman·
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do en cuenta las extensiones distribuidas por los esrados de acuerdo conlas legislaciones de los propios estados.ni las repartidas por el gobierno federal.que de acuerdo con su propia legislación. afecta sólo las rierras federales.Añadiendo a esm tierra distribuida eltanto por ciento de la superficie total
de la República. concedida en uno uotro tipo de tierra, no sería mayor de4 %. Si examinamos la clase de tierrareparrida. habría diferencias en los diversos estados y en regiones diferentesde los mismos estados; nos enconrraríamos con que los ejidos diStribuidosbajo el sistema agrario se componen de3.8 de rierra de riego. 29.1 de tierra decultivo, 13.4 de montañoso. 53.1 deagostadero. e inclasificable 6 %. Enarras palabras. parece. a juzgar por losdaros disponibles. que. en general. lastierras repartidas por concepro de ejidosno figuran entre las mejores depropiedad panicular. Se puede decir,en términos generales. que las mejorestierras de la República mexicana seencontraron y se encuentran aúndenrro de los Iímires de las grandeshaciendas. Esto es verdad aun enesrados áridos como Chihuahua yCoahuila. En estos estados hay, en realidad. muy poca tierra de buena calidad en comparación con el área roraldel país. y esa poca se encuentra situada dentro de las grandes haciendas. Yparece verdad que no es indebida lapanicipación de los pueblos en lasmejores rierras, ororgada bajo la legislación ejidal.
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Si consideramos brevemente la extensión de tierras quitadas a los extranjeros por la revolución, recogeremosdatos interesantes. Según un cálculomoderado, la tierra poseída por extranjeros en México en 1923 alcanzaba unaexrensión de 32 millones 904 mil 056hecráreas. De esra cifra la legislaciónagraria había romado. hasta fines de1927, sólo 226 mil 661. O sea menosde 1% de lo actualmente poseído porextranjeros. En concreto, sólo 0.7% hasido definirivamente tomado de los exrranjeros bajo la legislación agraria actual. La extensión tomada de losexrranjeros. al amparo de dicha legislación. es infinitesimal. Considerada desde el punco de visra de la poblaciónrural, apenas 4% se ha beneficiado definitivamente con esta legislación. Sifuéramos a juzgar la revolución agrarista en México sólo desde el punto devista de la tierra realmente tomada ydistribuida, lograríamos una explicación muy pobre de los desórdenes internos que significó el programaagrarista.
Existen, no obstante, otros muchosaspectos que conviene considerar. Lasignificación de la revolución no consiste en la cantidad de tierra realmentedisrribuida. El hecho es que una situación instirucional. social y legislativa. hasido creada y que. a pesar de contrarrevoluciones y dificultades internas, ladistribución de tierra iniciada despuésde que Obregón subió al poder, ha progresado. como es sabido. La significación de la situación radica en el hecho
de que existe el organismo y aparentemente la voluntad de continuar el procedimiento.
Debemos ahora considerar Otro aspecto del programa de disrribución detierras, que es el que aparece en el fondo de los cambios que ocurren acrualmente en México. Importa hacer notarque ha sido un programa realizado consujeción a la ley. No fue confiscación.Desde muy al principio, con la primera ley de 6 de enero de 1915, exisrió lapromesa de compensación al propierario de rierras de las que fue desposeído. Tal promesa de compensación hasido repetida una y mil veces, en variasleyes diferentes. Se hicieron en repetidas ocasiones ofrecimientos a los propietarios, quienes se negaron a aceptar.Las razones de su negativa pudieron ono ser suficientes. El hecho es que elgobierno de México no intentó la expropiación de tierras sin reconocer susobligaciones financieras, aun admitiendo su incapacidad para hacer frente alas obligaciones financieras. Aun Zapata. el más radical de los lideresagraristas y señalado como el peor delos bandidos meJ<icanos, admirió elderecho del terrateniente asolicitar, porla vía judicial. la correspondiente compensación a cambio de las tierras to
madas y de las que exhibiera títuloslegales de propiedad. No sólo no huboconfiscación de cierras o pane de ellas.y no sólo fue legalmente reconocido elderecho del terrateniente a la compensación. sino que el derecho de lapoblación rural a la rierra ha sido
circunscrito. Las leyes. desde su origenyen la actualidad, no concedieron ni
nceden el derecho a tierras a toda lapoblación rural. Excluyeron expresaDlente esa pane de la población rural,
ralada en las haciendas. En otrasras, el derecho a la tierra está li-
'rado a los que viven en los pueblos.más. de los que viven en hacien, sólo ciertos individuos tienen deo a la tierra. Estos individuos. porplo, deben tener 18 alias de edad.
lCI1en que ser agricultores. Noposeer tierras propias.
• capital equivalente ainientos dólares, ni
puestoS públicos,•ser profesionistaS o po
cualquiera ocupaciónuetiva de otra lndole.a los no comprendidos
los casos anteriores cance-la ley el derecho a tierras.
claramente que ta con·'ón hecha a lo pueblos se hace
el objeto de que la rierras seanovadas. La falta de cultivo puede
una pérdida pata la población yemprendida por Otro agricultor que
ente se ocupe de ello. El favoreno debe vender. ni arrendar O grao
en modo alguno sus tierras. nsu uso. no para su venra. Pueden
rnsmitidas de padre a hijo. pero sólocondición de que el heredero las culo
• La extensión concedida. por tér'no medio, en la República es,roximadamente. de 9.2 hecclreas por
na favorecida.Por la tierra tomada. el gobierno fija
base de compensación. Esta basecontenida en la Constitución ycomo punto de panida el valor
la tierra más un 10% por las mejorealizadas desde la última valuación.estas circunsrancias se ha esrableci·una base de pago. Dificultades inte
repetidas revoluciones y negativaspane de los nativos y lerratenientes
njeros para aceptar los ofreci·. lOS del gobierno como hechos de
buena fe, han dado lugar a que se posponga la fecha de pago. Hasra ahora809 reclaroaciones, de las cuales 145fueron presentadas por extranjeros, hansido recibidas por el gobierno mexicano. De estas 809 reclamaciones, hansido solucionadas hasta la fecha 117;de éstas t17, 21 eran extranjeras.
Más significativo que la tierra efectivamente tomada, es el hecho de quela revolución ha dado a un crecientenúmtro de mexicanos una partici·pación en el mantenimiento de un gobierno permanente. Quiero decir queno sólo una gran pane del pueblo bajo,tantO del campo como de la ciudad, seha organizado con el objeto de beneficiarse de hecho con la legislación obreraque aparece contenida en el artIculo123 de la Constitución mexicana. sinoque un creciente número de individuosen México ha asegurado una posiciónen el país como resultado de la revolución. Hacia fines de 1927 había aproximadamente medio millón de hombres--<¡ue se hablan beneficiado con la legislación federal agraria-, expueslos a
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perder por causa del fracaso de! programa revolucionario. Es aquí en donde debe buscarse la promesa de paz deMéxico. En proporción creciente losmexicanos están buscando un interéseconómico de estabilidad. En proporción creciente los mexicanos están asegurando una posición en la que unarevolución significa pérdida o peligrode pérdida. Desde este puma de vista.
e! actual gobierno mexicano no sólodescansa sobre bases más firmes
que antes. sino que es más de·mócrata, como resultado de
la revolución, que nuncaantes de la conquista espaliola.•
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