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MAESTRIA EN CIENCIAS SOCIALES CON MENCION EN
SALUD.
CEDES-FLACSO
Tesis para la obtención del Título de Maestría en Ciencias
Sociales con Mención en Salud.
Titulo: "Condiciones de salud, percepciones y significaciones del proceso de salud/enfermedad/atención de los niños/as que trabajan, de 8 a 14 años. Un estudio de caso, en el barrio IAPI, de Quilmes, en el año 2009".
Directora de Tesis: Dipl. Alicia Stolkiner
Co-Directora: Mg. Silvina Czerniecki
Autora: Lic. Mariana Abadíe
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Agradecimientos
A Mariana Gabrinetti y Ernesto Zambrini, ambos compañeros indispensables en mi
camino de formación.
A Laura Cuevas, por ser otro ojo e implicarse con las historias de cada niño y niña y con
el sentido de este trabajo.
A Laura Gargiulo y Mariana Martín, por disponer y brindar su tiempo para hacer más
aliviado el artesano trabajo de desgrabación.
A Alicia Stolkiner, por la posibilidad y el estímulo para retomar este proyecto y saber
escuchar en momentos difíciles, lo que hizo que el proyecto siguiera en pié. Por el valor
de sus aportes y sus señalamientos finitos; por su agudeza a la vez que por su calidez y
generosidad con la que brinda su conocimiento, su experiencia y su tiempo.
A Silvina Czerniecki, por pensar juntas, por esa otra mirada dispuesta a acompañar, por
su tiempo.
A mis hijos, Juana y Fermín, personitas que crecieron en el devenir de la tesis, con todo
lo dado y lo resignado a ellos.
A mi mamá, por haberme dejado el compromiso con el trabajo y la fuerza para enfrentar
adversidades, entre tantas cosas que me dejó.
A Liliana Guido, por su compañía para seguir siempre adelante, aunque a veces haya
sido volviendo.
A los niños y niñas y sus familias, con quienes viví momentos que no olvidaré, por
exponer sus vidas signadas de dolor pero también de esperanza.
A los trabajadores del Centro de Salud María Eva, Marcela Amespil y Alba Guillermo,
verdaderos protagonistas de los procesos de resistencia y de trabajo cotidiano;
escucharlos/as significa visualizar lo posible como así también los desafíos para que
los/as niños y niñas puedan vivir una vida donde se garanticen sus derechos.
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Resumen
Este trabajo es resultado de mi tesis de investigación en el marco de la Maestría en
Ciencias Sociales con mención en Salud de CEDES-FLACSO, en el cual se procuró
conocer las condiciones de salud y las percepciones y significaciones sobre el proceso
salud/enfermedad/atención que tienen los niños y niñas que trabajan, de 8 a 14 años,
del Barrio IAPI en Quilmes, en el año 2009. La inquietud por indagar sobre este campo
problemático surge de la experiencia de trabajo en un Equipo de Salud en el Primer
Nivel de Atención desde donde se visualizan de manera directa un conjunto de
problemáticas, siendo las condiciones de salud de los niños y niñas que trabajan una
cuestión pendiente y prioritaria para ocuparse. Indagar percepciones y significaciones
sobre el proceso salud/enfermedad/atención que tienen estos niños y niñas, permitirá
avanzar en la identificación de las condiciones de salud con el propósito de generar
prácticas que propicien el acceso a la atención. La metodología elegida se enmarca en
una Estrategia Cualitativa combinando técnicas de producción de datos cualitativos y
cuantitativos. El tipo de diseño es descriptivo, a través de un Estudio de Caso. Las
técnicas consisten en la aplicación de un cuestionario para la construcción de la muestra
intencional; encuesta dirigida a las madres; entrevistas semidirigidas a los niños y niñas;
entrevistas a informantes clave. En el marco de cierre del proceso se realizaron talleres
de actividades plásticas con los niños y niñas entrevistados tomando la propuesta de
Barcalá y Conde (UBACyT, 2008) que consiste en pensar la actividad de investigación
acorde a los planteos de la Convención Internacional de Derechos del Niño. En función
de los objetivos y del marco referencial de este estudio, resulta indispensable partir de la
voz de los actores en la producción teórica. El período temporal en el que se realiza el
estudio es 2004-2009.
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INDICE
Agradecimientos Pág. 2
Resumen Pág. 3
1. Introducción Pág. 6
2. Investigaciones previas/ Estado del arte Pág. 12
3. Justificación y Planteo del problema Pág. 28
3.1 Caracterización del contexto social Pág. 28
3.2 Consideraciones acerca de Condiciones de salud en la infancia en la Argentina pos
década del 90, imágenes de una sociedad excluyente Pág. 33
3.3 Una aproximación a la relación entre condiciones de salud y trabajo infantil Pág.38
3.4 Planteo del Problema Pág. 40
4. Contexto local. Pág. 44
4.1 Niños que trabajan en el Conurbano Bonaerense Pág. 44
4.2 Ubicación geográfica y características demográficas pág. 45
4.3 Contextualización del Centro de Salud “María Eva” pág. 45
5. Análisis teórico de las categorías centrales de la investigación pág. 50
5.1 Presentación de las categorías analíticas que guiaron la reflexión sobre el tema
planteado pág. 50
5.2 Presentación general del trabajo de campo pág. 63
5.3 Metodología pág.63
5
5.4 Presentación de las Características socio familiares de los niños y niñas. Pág. 72
5.5 Una aproximación a la salud de los niños y niñas que trabajan, desde sus propias
voces. Pág. 96
5.5.1 Significaciones y percepciones salud/enfermedad/atención Pág. 96
5.5.2 Percepción y autopercepción del padecimiento Pág. 99
5.5.3 Prácticas y estrategias de salud/enfermedad Pág. 108
5.5.4 Condiciones de salud Pág. 119
5.6. El trabajo como estrategia de supervivencia familiar. Vivencias en torno al
trabajo, cómo se “interpone” con el derecho a la salud y a la educación. Tensiones,
“¿qué está primero?” Pág. 129
5.6.1 El trabajo infantil como estrategia de supervivencia familiar. Pág. 129
5.6.2 Vivencias en relación a la salud/enfermedad y a la situación de trabajo Pág. 131
5.6.3 Vivencias en relación a la inserción en la escuela y la situación de trabajo Pág. 136
5.7 El trabajo doméstico y el trabajo callejero. Similitudes y diferencias Pág. 142
5.8 Articulación real y posible con el centro de salud Pág. 148
6. Conclusiones finales de la investigación Pág. 167
7. Bibliografía Pág. 185
ANEXO Pág. 195
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1. Introducción
“Construir una sociedad de semejantes no admite espera, porque la única materia
prima no renovable son nuestros hijos: texturas del futuro. En la pizarra de los
caminos los niños nos dejaron un legado: Los pibes no marchan porque son felices.
Marchan por la felicidad”1.
El presente trabajo es el resultado de mi tesis de investigación en el marco de la
Maestría en Ciencias Sociales con mención en Salud de CEDES-FLACSO, en el cual se
procuró conocer las condiciones de salud y las percepciones y significaciones sobre el
proceso salud/enfermedad/atención que tienen los niños y niñas que trabajan, de 8 a 14
años, del Barrio IAPI en Quilmes.
Esta inquietud surge de la experiencia profesional en ese contexto, fui parte de un
Equipo de Salud que trabajó en la construcción de estrategias de promoción y
prevención de la salud, intentando revalorizar el Centro de Salud como parte de una
comunidad, más que como un efector de salud que “responde a” las demandas de una
Comunidad. En ese proceso de “trabajar con” los usuarios de los servicios de salud, se
fueron planteando interrogantes relacionados con los determinantes sociales de los
procesos salud/enfermedad/atención; siendo la problemática de las condiciones de salud
de los niños y niñas que trabajan una cuestión pendiente y prioritaria en el campo de la
salud.
1 Discurso de Alberto Morlachetti en Plaza de Mayo, Coordinador del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, 17 de mayo de 2007
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En ese proceso se pudo constatar que los niños y niñas que trabajan viven una
cotidianeidad caracterizada por prioridades relacionadas con estrategias de
sobrevivencia y permanecen aún en situación de cuasi invisibilización a pesar de los
aportes que las Ciencias Sociales vienen produciendo en relación a esta temática desde
distintos enfoques y recortes (vulneración de derechos, tensión con la escolaridad, etc.).
Se tomó en cuenta también como información relevante la brindada en forma verbal por
el Área de Enfermería sobre reiterados casos de niños que concurren para una curación,
y al preguntarse en qué circunstancia se produjo la lesión, relatan sobre situaciones
como revisar las bolsas de residuos, haberse caído del carro en el que estaba juntando
cartones, cortarse con un chapa en la recolección de materiales en desuso, etc. Respecto
al tiempo que transcurre entre el accidente y la consulta, se refieren 1 semana y más.
Partimos del supuesto de que el trabajo infantil constituye la vida cotidiana de estos
niños y que, por ende, debe relacionarse de manera compleja con el proceso de
salud/enfermedad/atención.
En este sentido se pensó el aporte que la investigación cualitativa podría otorgar a los
niños y niñas que trabajan y a sus familias. El conocimiento de las percepciones y
significaciones sobre el proceso salud/enfermedad/ atención que tienen éstos/as, desde
sus propias voces y vivencias, permite avanzar en la identificación de las condiciones de
salud y contribuye a generar prácticas que propicien el acceso a la atención de la salud
como derecho humano esencial. En virtud de esto, la producción de conocimiento debe
estar profundamente ligada a generar nuevos aportes que posibiliten la efectivización de
este derecho.
Teniendo en cuenta que “la percepción de la enfermedad se configura sobre la base de
un sistema de representaciones y comportamientos de la población acerca de la salud y
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la enfermedad, que está estrechamente vinculado con la ubicación socioeconómica de
los individuos” (Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, 1990:73) pretendo poner la
mirada en el conocimiento y análisis de las percepciones conformadas sobre los
procesos salud/enfermedad/atención, en el marco de las condiciones de pobreza en la
que viven los niños y niñas que trabajan en trabajo callejero y doméstico del barrio
IAPI.
Este camino de indagación se ve “estimulado” por datos que arrojan otros estudios2
respecto del trabajo doméstico y la escasa visibilidad que lo caracteriza, los cuales
señalan que muchos niños “tienen también con frecuencia tareas y responsabilidades
muy considerables en la atención de las actividades domésticas en sus hogares y en
otros hogares. En particular, en el cuidado y atención de familiares o allegados
(hermanos menores, familiares enfermos o mayores con capacidad limitada de auto
valerse) y en la realización de diversas tareas de limpieza y cuidado del hogar como el
lavado de ropa, la vajilla y preparación de comida. Actividades que por lo general se
2 Entre otros, se destacan Oyhandy, M. (2005) Tesis de Maestría: “Mano de obra bajita. Un estudio
sobre el trabajo infantil y su relación con la sobrevivencia familiar en contextos de pobreza urbana en
la ciudad de La Plata, período 2005”. UNLP. CONAETI (2002): “Contextualización de las
condiciones sociales asociadas a la problemática del Trabajo Infantil”. Propuesta de Plan
Nacional para la Erradicación y Prevención del Trabajo Infantil. Buenos Aires. CONAETI – OIT,
Junio / 2001:3). INDEC, EPH (1996) p. 160-162. Kayongo-Male, (1985) Un estudio patrocinado por la
OMS sobre los problemas psicológicos y sociales de los menores en el trabajo, en el que se consideraron
cuatro grupos de menores El primero constituido por menores que cuidan niños o se encargan de la
limpieza en los hogares ajenos en Kenya.
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desarrollan en el espacio doméstico y no cobran la visibilidad del trabajo en la vía
pública” (Oyhandi, M; 2005: 48)
A partir de estas referencias se pretende abarcar el trabajo infantil desde el sentido
amplio del concepto, por lo cual se incluyen en este estudio niños y niñas que realicen
trabajo callejero y/o doméstico. Se adhiere a la perspectiva de Lezcano y cols, (2002)
quienes incorporan dimensiones de análisis que posibilitan una mejor aproximación a la
concepción de trabajo desde la perspectiva del actor. Se entiende por trabajo infantil
“toda actividad que desarrolla un niño o adolescente a fin de obtener una retribución
material o simbólica. El trabajo infantil abarca un amplio campo de actividades, que
pueden ir desde la mendicidad, la venta ambulante, el trabajo rural, el trabajo
doméstico, hasta la prostitución y el robo. (…) el trabajo infantil es el exponente más
franco de un proceso de informalización, que trasciende lo económico”. (Lezcano y
cols, 2002:24).
Desde este marco se abordará esta investigación, por lo cual se considerará trabajo a la
gama existente entre atender un comercio-trabajar en un taller-cuidar hermanitos-abrir
puertas de taxis-recolectar cartón-robo-prostitución.
El objetivo de esta investigación es conocer las percepciones y significaciones que
tienen los niños y niñas que trabajan, de 8 a 14 años, sobre el proceso
salud/enfermedad/atención y las condiciones de salud de estos/as, cuya
subjetividad y valoraciones se constituyen en el proceso de trabajo callejero y
doméstico.
La metodología elegida se enmarca en una Estrategia Cualitativa combinando técnicas
de producción de datos cualitativos y cuantitativos. El tipo de diseño es descriptivo, a
10
través de un Estudio de Caso. Las técnicas consisten en la aplicación de un cuestionario
para la construcción de la muestra intencional; encuesta con preguntas abiertas al final;
entrevistas semidirigidas; entrevistas a informantes clave y talleres en los que se
realizaron actividades plásticas con los niños y niñas entrevistados.
La técnica de taller tuvo como propósito hacer efectivo el derecho al juego, brindándose
a los niños espacios que promuevan su expresión y sus capacidades imaginativas,
dejando en el aprendizaje de una técnica de elaboración de papel machè la posibilidad
de crear utilizando insumos familiares/cotidianos para estos niños.
En función de los objetivos de este estudio y del marco referencial del mismo, resulta
indispensable partir de la voz de los actores en la producción teórica.
Los resultados obtenidos muestran que predomina, en los niños y niñas trabajadores que
formaron parte de este estudio, una fuerte representación de salud que incluye una
visión totalizante, no reduccionista a lo biológico ni a la ausencia de la enfermedad. A
pesar de las privaciones cotidianas, las múltiples estrategias que éstos deben desplegar
para subsistir y la violación a sus derechos (al trabajo digno para sus padres, a la salud,
a la vivienda, a la educación, al alimento, a la recreación, etc.), estos niños y niñas
sostienen para si mismos y para los demás concepciones y significaciones de la salud
que contienen desde hábitos saludables diversos (no fumar, poder jugar) hasta aspectos
relacionados con la afectividad (ser cuidados, bienestar en el grupo de pertenencia).
En el trabajo desarrollado se pudo visualizar que éstos/as realizan escasas prácticas que
contribuyan a producir salud (escasas posibilidades de realizar deportes en forma
sistemática, inaccesibilidad a alimentación rica en nutrientes, baja concurrencia a
controles de salud, etc.) y se destaca de manera significativa la diversidad de estrategias
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relacionadas con la atención de la enfermedad.
Sin embargo, vivencian el juego como una situación distinta a trabajar, es decir,
perciben la diferencia entre el juego como momento de disfrute y encuentran esa
posibilidad, en gran parte de los casos analizados, en los momentos que el trabajo se los
permite. Esa posibilidad está relacionada con el espacio físico placita-calle, es decir, con
el espacio y el aire libre y con el juego compartido. La posibilidad de “tiempo de
juego” diferenciada de “tiempo de trabajo” considero que constituye una práctica de
salud.
En la mayoría de los/as entrevistados/as se destaca una significativa auto percepción de
malestar que convive con un alto umbral de tolerancia al dolor. En las madres es
común la respuesta sobre haber postergado la atención de su hijo/a por la situación
de trabajo.
En relación a la tensión visibilidad-invisibilidad de la situación de trabajo infantil se
observa que la naturalización de esta situación persiste en un contexto de vigencia de
Programas desde el ámbito del Estado que apuntan a la Restitución de derechos de
Niños, Niñas y Adolescentes; a la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y
Programas específicos de salud; y de prácticas profesionales de contundente
compromiso con hacer efectivo el derecho a la salud. “… estamos naturalizando algo
que no corresponde porque el chico tendría que estar estudiando o jugando, ya cuando
sea adulto tiene que hacer cosas de adulto; es como se están salteando etapas, no se
están atravesando bien; encima mal, porque no bien, mal, no por desarrollo o
evolutivo” (informante clave de centro de salud, pediatra)
En este estudio, si bien se trata de un estudio de caso y sus resultados no son
generalizables para el Universo del estudio, la relación entre el trabajo infantil y las
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condiciones de salud constituyen el proceso salud enfermedad atención; por trabajar los
niños y niñas reciben menos cuidados del sistema formal de atención de la salud ( en
varios relatos los niños comentan que se cortan, se vendan y siguen trabajando),
tienen menos posibilidades de acceso a promoción de la salud y cuando la
enfermedad se hace presente a raíz del trabajo la consulta tampoco se efectiviza o se
realiza tardíamente.
La significación respecto de que alguien está sano cuando “puede seguir más
adelante”, da cuenta de una realidad concreta en la cotidianeidad de los/as niños y niñas
entrevistados/as y es la que tiene que ver con la capacidad para sobreponerse. En este
sentido, retomando lo que Llobet (2003) define como procesos resilientes, se visualiza
un potencial en el proceso de encuentro entre el personal sanitario del centro de salud,
los referentes comunitarios comprometidos con la contención y acompañamiento a
los/as niños/as para construir proyectos de vida y los/as niños y niñas, donde es posible
una intersubjetividad que efectivamente condicionará las posibilidades para que cada
sujeto escriba su historia.
2. Investigaciones previas/estado del arte:
De la revisión bibliográfica realizada hasta el momento, he hallado una importante
cantidad de trabajos que incluyen dentro de sus desarrollos conceptuales la problemática
de la salud infantil y entre otros, el trabajo infantil.
A nivel local, un estudio realizado por Pojomovsky y col. (2007) analiza la situación de
salud de 1666 chicos/as en situación de calle que asistieron al CAINA (Centro de
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atención Integral a la Niñez y la adolescencia, dependiente de la Dirección General de
Niñez y Adolescencia del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) entre
Agosto de 1991 y diciembre de 2003. El objetivo de dicho estudio fue: caracterizar y
analizar los datos obtenidos (sobre una base de datos de 1.666 niños de 8 a 14 años)
acerca de la población particular que se atiende en el CAINA: sobre los niños, niñas y
adolescentes en situación de calle de la Ciudad de Buenos Aires. La metodología
utilizada consistió en la utilización de fuentes primarias y fuentes secundarias. Como
fuentes primarias se utilizó un cuestionario semiestructurado que recoge información
referida a la mayor parte de los objetivos que guiaron la investigación; una Base de
datos que contempla la cantidad y algunas variables descriptivas socio-demográficas,
propia del Caina; otra base de datos donde se especificaban diariamente las acciones de
salud. La información sistematizada en estas tres bases fue tratada estadísticamente a fin
de obtener datos cuantificables. Se tomaron entrevistas en profundidad para conformar
una fuente de datos cualitativa. Como fuentes secundarias se tomó EPH; Censo
Nacional 2001, y documentos de INDEC. Los resultados del estudio muestran que tanto
las chicas como los chicos en situación de calle concurren a la consulta médica por los
mismos motivos, no encontrándose diferencias significativas entre ambos sexos. Tanto
unos como otras someten su cuerpo a peligros constantes. “El cuerpo para ellos y ellas
constituye la ‘herramienta de trabajo’ en cualquier actividad callejera que realicen;
funciona como una armadura o coraza, debe ser operativo y eficaz. (…) El niño/a que
consulta en el sistema de salud carga con un cuerpo que duele o está enfermo y busca a
curación o el alivio inmediato. ” (Pojomovsky y col., 2007:140). Este estudio concluye
con datos muy significativos: los problemas de salud prevalentes en los niños menores
de 12 años están relacionados con patologías respiratorias que , si bien afectan a los
niños cualquiera sea el sector social al que pertenecen, se potencian entre los pequeños
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recientemente ingresados a la vida callejera, por las condiciones de vida y la
vulnerabilidad inmunológica.
Rausky, en Eguia y Ortale (2007:65-84) llevó adelante un estudio del trabajo infantil
desde la perspectiva de estrategias de reproducción social, a través de la aplicación de
entrevistas semiestructuradas tanto a niños trabajadores como a adultos responsables de
la unidad doméstica, la cual se toma como unidad de análisis. La publicación se basa en
el análisis de las entrevistas tomadas a los adultos del barrio en el cual se realizó la
investigación. Se realizaron un conjunto de treinta seis entrevistas a miembros de
unidades domésticas de barrio Esperanza, La Plata. Se elaboró un guión de entrevista
que permitió relevar los recursos con que contaban esas unidades domésticas para su
reproducción y de este modo poder evaluar como construyen sus estrategias. En cuanto
al trabajo infantil, el modo en que se empleó para captar si había niños en el hogar que
realizaran alguna actividad laboral fue preguntar a los entrevistados si podían detallar
que hacían los niños a lo largo de un día. El estudio se propone indagar sobre los
significados sobre la pobreza, desde la perspectiva del sujeto; se relevaron aspectos de
salud de los niños y niñas que trabajan en entrevistas a adultos miembros de unidades
domésticas, donde se rescatan comentarios como “claro, se puede enfermar pero,
bueno, ella quiere ir”. En este estudio, no se abordan las perspectivas desde los niños y
niñas.
Se halló un trabajo de indagación cualitativa realizado por Ana C. Corradini, Antonio
Galarza, Crhistian Gauna, Leandro Luciani Conde y Lucila Miramontes (2008)
denominado Taller “Radio Ranchada”, con niños y niñas en situación de calle. Este
trabajo se argumenta en la necesidad de pensar los procesos de investigación
relacionados con la niñez desde un ámbito académico, desde una indagación sobre los
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modos de investigación adecuados en el marco del compromiso con la Convención de
los Derechos del Niño. Se describe la experiencia de taller de radio realizada,
desarrollada conjuntamente por niñas y niños usuarios del “Programa contra la
explotación Sexual y el Trabajo Infantil” del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
(CDNNyA-GCABA), operadores del mismo e investigadores del proyecto (UBACyT).
Esta actividad se diseñó como estrategia de indagación para analizar las
representaciones, opiniones y valoraciones construidas por los niños y adolescentes en
situación de desamparo y desafiliación social acerca de la efectivización de sus
derechos en la Ciudad de Buenos Aires, particularmente el derecho a la atención
integral de la salud. La misma se desarrolló en el año 2005 y tuvo siete meses de
duración. Los resultados fueron organizados a partir de dos de las categorías empírico
analíticas construidas en el proceso de interpretación de sentido: 1.- “proceso de
vulneración de derechos”, y 2.- “derecho a la salud”.Estos resultados expresan
exclusivamente las opiniones y/o valoraciones de los niños, niñas y adolescentes en
situación de calle que participaron de la actividad.
El colectivo de niños/as estaba formado por dos mujeres y cuatro varones en forma
estable; en forma discontinua en cada encuentro había entre ocho y doce niñas y/o
niños. Las edades iban de diez a dieciséis años. Las/los niñas/os y adolescentes en
situación de desamparo y desafiliación social que participaron del taller otorgan una
diversidad de sentidos a qué es estar sano y qué es estar enfermo, que se entraman en el
par situaciones de bienestar/situaciones de malestar por el que se desliza una
concepción sobre el proceso cuidado-salud- enfermedad- atención como problemática
compleja y no sólo como un ámbito referente a lo biológico/orgánico. La salud (desde
el punto de vista de la atención y de la percepción de su bienestar) aparece en el
discurso de los/las participantes como el resultado individual de sus propias acciones
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(“ir” a atenderse al médico o al hospital, “no drogarme”, “hacer” deporte,
“mantenerse” sano). Es decir, no se encuentran líneas argumentales referidas a la
consideración del derecho a recibir atención, ayuda, etc., dando cuenta de una
perspectiva del acceso a la salud basada en la responsabilidad individual. De igual
manera, el cuidado de la salud, también corre por cuenta y riesgo individual, dando
cuenta de la falta efectivización del derecho a la salud a la que ha sido expuesto este
colectivo de niños y niñas.
Este estudio implica una referencia significativa para la presente investigación ya que
aporta antecedentes de indagación sobre valoraciones desde la voz de niños y niñas
respecto de vulneración de sus derechos y se recuperan los sentidos sobre estar sano y
estar enfermo, desde una metodología que garantiza los derechos en los niños respecto
de la relación entre investigación y la efectivización de la Convención Internacional de
los Derechos del Niño.
Otra investigación realizada por Oyhandi, Marcela (2005) en el marco de tesis de
Maestría, analiza el trabajo infantil y su relación con estrategias de supervivencia
familiar. La metodología fue cualitativa, y el objetivo fue conocer y analizar las
estrategias laborales de las niñas y los niños trabajadores en situación de calle. El
trabajo de campo fue llevado acabo por medio de entrevistas realizadas entre agosto y
noviembre (2005) en la ciudad de la Plata. Las mismas fueron hechas a 15 niños y
niñas después de un trabajo de relevamiento y observación de aproximadamente 60
niños y niñas entre 6 y 14 años que realizaban alguna actividad laboral en situación de
calle en el ámbito urbano.
En este estudio considero importante la vinculación con la salud de las niñas que
realizan trabajo doméstico; otorgando visibilidad a “la constante referencia de los
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entrevistados a las “tareas domésticas”, por ejemplo: “... vine tarde a trabajar
porque tuve que limpiar... También hago la comida, prendo el fuego y cocino” (Rocío,
11 años);”Mi mamá se fue al hospital temprano me quede con todos mis hermanitos”
(Romina, 13 años). Otro aspecto a destacar en el sentido de implicancias en la salud es
“la visualización de diversos efectos negativos que genera la inserción temprana al
trabajo, comprometiendo la salud psicofísica, la posibilidad de acceso a la educación y
deteriorando de las relaciones familiares. Es decir, el inicio de la vida laboral
“precoz” o “temprana” resulta ser una marca en sus vidas que dejará huellas”.
Macri, Mariela y cols. (2005) realizó una sistematización de investigaciones
académicas sobre los niños y adolescentes que trabajan en la Argentina (1990-2004)
desde enfoques cualitativos. La información que presentan corresponde a las
dimensiones culturales de este fenómeno: estas refieren tanto al ámbito subjetivo como
a las representaciones colectivas. Se analizan las condiciones específicas en que se
constituye la subjetividad de la infancia trabajadora, tomando en cuenta las
percepciones sociales, escolares y familiares en tanto referentes sustanciales a partir de
los cuales el niño elabora una imagen de si mismo y de su actividad laboral. En este
relevamiento se destaca un estudio que aborda los “riesgos ocupacionales y
consecuencias del trabajo infanto-adolescente para la salud de los niños trabajadores”.
De los resultados obtenidos se resalta un estudio llevado a cabo por Grima y Le Fur
(1999) en el cual se considera un aspecto predominante la “ignorancia sobre los peligros
a los que se hallan expuestos, debido fundamentalmente a la carencia de recursos
simbólicos que les permitirían evaluar los riesgos que corren”. Se destaca el cirujeo
como actividad riesgosa por el contacto directo con desperdicios. Esta actividad expone
a los niños a infecciones, lastimaduras y al contacto con elementos contaminantes”
(Macri, 2005:243)
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Una investigación en el marco de una Tesis de Maestría en Salud Mental Comunitaria
por Czerniecki, Silvina (2003) tuvo como objetivo evaluar la repercusión de la crisis
socioeconómica (2001-2003) en las estrategias y prácticas de salud y en la utilización de
los servicios de los niños en situación de calle. La metodología utilizada consistió en
combinar técnicas cuantitativas y cualitativas dentro de una estrategia general
cualitativa. Se trabajó sobre una muestra conformada por niños y niñas en situación de
calle entre 5 y 14 años que viven y/o trabajan en la ciudad de Buenos Aires, en la zona
de Constitución. Las técnicas utilizadas fueron estudios documentales, una encuesta,
entrevistas semidirigidas y entrevistas a informantes clave.
Los problemas de salud que se detectaron en este estudio fueron: tos y resfrío (82,3%),
golpes y caídas que requirió atención médica (35,4%) quemaduras (23%). El 22%
estuvo internado por los siguientes motivos: problemas respiratorios (32%), accidentes
(2,7%) e intoxicación y apuñalamiento (2,7%).
Un Equipo de Investigación a instancias de la Dirección General de Niñez y
Adolescencia del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, (Lezcano y cols,
2002) realizó un relevamiento para determinar las condiciones de vida y laborales de
todos los niños y adolescentes menores de 18 años que se encontraban en situación de
calle en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La estrategia metodológica se basó en
un diseño cualitativo que consistió en la utilización de técnicas de observación,
observación participante y entrevistas a "chicos en situación de calle". Dada la
extensión territorial de la Ciudad se dividió a la misma en 73 zonas y se entrenó a un
grupo de personas con capacidades técnicas previas para realizar el relevamiento, se
llevó a cabo un registro previo de tipo etnográfico de zonas, horarios y actividades
desarrolladas por los chicos en el ámbito de la ciudad y se probó y corrigió el
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instrumento que se utilizaría en el relevamiento. Los resultados hallados respecto de las
condiciones de vida de los cuales se desagregan aquellos que refieren a las condiciones
de salud dan cuenta de una población que, en general, no consume alimentos proteicos
durante su jornada laboral. Algunos otros acceden a comer sobras que les dan en las
casas de comidas, fast-food, mozos y clientes. Tienen escaso acceso a servicios
sanitarios para satisfacer necesidades mínimas vitales. Existe entre ellos una tendencia a
sobreadaptar sus cuerpos a estas y otras situaciones adversas, estereotipan movimientos,
actitudes y palabras para trabajar. En relación al grado de deterioro, los autores señalan
que está estrechamente ligado a las condiciones de vida, más que al efecto del trabajo.
Pero consideran necesario resaltar que las deprivaciones constantes - alimentarias,
educativas, recreativas, sociales, afectivas, etc.- son producto de la condición de
pobreza y esto es anterior a la incorporación al mercado de trabajo callejero, pero que
lo cierto es que esta situación se irá agravando a medida que el niño adquiere una
mayor antigüedad en el trabajo callejero.
Otro estudio realizado en la Universidad Nacional de Rosario (Cohen y Brufman, 1998)
en el marco de un diseño exploratorio de carácter cuali-cuantitativo, se realizaron 150
encuestas en cuatro zonas diferentes, en horarios diferentes, a partir de los datos que
arrojaba una investigación sobre el mundo del trabajo y las nuevas vulnerabilidades
realizada por el mismo equipo con anterioridad. Entre otros objetivos del estudio se
buscaba identificar un perfil epidemiológico de los niños que trabajan. Los datos
obtenidos arrojaron que el promedio de edad de los chicos abordados en la calle fue de
12 años. El 25% de esa muestra son menores de 11 años, pero entre los chicos que
venden distintos tipos de productos o realizan diversas actividades en la Zona Centro, la
edad tope es de 12 y el promedio de edad es de 9 años. El 52% de los chicos
encuestados ha repetido grado en la escuela, y un 69,7% ha permanecido un período
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superior a un mes sin concurrir. Entre las causas por las cuales han tenido que dejar de
ir a la escuela la respuesta "por enfermedad" (15,6%) se ubica en segundo lugar después
de "por problemas económicos" (19,5%). El 30% se ha enfermado más de tres veces
al año, pero menos de la mitad (el 43%) concurrieron al médico cuando se
enfermaron. El perfil general de cargas laborales sufre variaciones de acuerdo al grupo
de chicos que se trate. Mientras en las encuestas realizadas en las escuelas se observa
que entre los chicos que trabajan predomina el esfuerzo físico, la exposición a
contaminantes químicos y biológicos (criado de animales) y los cortes y lesiones; en los
chicos que realizan actividades en la calle predominan en primer lugar la exposición a
las inclemencias del tiempo, los gases tóxicos que emanan de los vehículos en tránsito y
los accidentes (fundamentalmente los chicos que limpian parabrisas). A los fines de
valorar el desgaste que significa el trabajo para los chicos es necesario considerar que el
27,6% duerme menos de 8 horas diarias. Las cargas laborales referidas, las exigencias y
los eventos peligrosos a los cuales se encuentran expuestos los chicos que trabajan son
altamente desgastantes y perjudiciales para la salud, considerándose que han comenzado
a trabajar a los 9 años encontrándose el 25% de los encuestados por debajo de esa edad.
En cuanto al perfil epidemiológico se halla que después de la cefalea que afecta a un
porcentaje muy alto de chicos (35,8%), en el segundo y tercer lugar del perfil hay
manifestaciones de un importante y prematuro desgaste osteoarticular que se asemeja al
de los adultos que realizan trabajos similares, como es el caso de los trabajadores de las
ladrilleras y construcción entre otros. El decaimiento y nerviosismo son manifestaciones
del impacto en la esfera psíquica que tiene el trabajo en la infancia. Estos chicos se
enferman en una proporción superior a los chicos que no trabajan y la mayoría no
concurre a hacerse asistir en caso de enfermedad.
21
En otra línea de análisis, se rescata una investigación llevada a cabo por Llobet, Valeria
(2003) sobre “Chicos de la calle: prácticas y representaciones de la carencia”. El
objetivo de la misma fue relevar las representaciones que los trabajadores de 3
instituciones dedicadas al trabajo con niños y niñas en situación de calle (Hogar de día,
Hogar Transitorio y un Programa de asistencia psicológica de menores en conflicto con
la ley) tienen respecto de las condiciones de producción del problema, las características
de chicos/as y sus familias; y las prácticas que aquellos desarrollan. Esta investigación
me posibilitó pensar uno de los objetivos específicos de mi investigación “conocer la
articulación real y posible con el centro de salud”, ya que abordan la díada institución-
chicos de la calle para indagar sobre procesos resilientes3. Si bien este concepto no será
tomado como categoría teórica central ya que se considera que requiere de mayor
indagación, y escapa al objetivo de este trabajo, se lo considera importante en tanto que,
como señala Llobet, involucra “aspectos procesales-históricos en su desarrollo y
determinación, lo que nos permite recuperar aquellas dimensiones culturales,
simbólicas, asociadas a la calidad de vida, relativas a la intersubjetividad que
efectivamente condicionarán las posibilidades para que cada sujeto escriba su historia,
construya su identidad, elija su modo de andar la vida”. En dicho estudio, se incorpora
el análisis sobre el peso que adoptan las relaciones con adultos significativos, y se
incluyen “otros adultos”, además de las figuras parentales o sustitutos, como
“representantes” de otras instituciones sociales – ya no solo la familia- cuyas
construcciones simbólicas respecto de niños y niñas determinarán algunos aspectos
concretos de sus condiciones de vida, por ej, los/as maestros, el personal del sistema
sanitario, los/as vecinos y familiares, etc. El tipo de muestreo fue por bola de nieve, para
el caso de los trabajadores, y para el caso de los niños/as y adolescentes el criterio fue:
3 Llobet plantea una redefinición del concepto “resiliencia” como “procesos resilientes”, entendidos como posibilidad/potencia de subjetivación y protección frente a situaciones de adversidad, con potenciales efectos negativos.
22
niños/as y adolescentes de entre 11 y 16 años que se encontraran concurriendo al Hogar
de tránsito, accedieran a la entrevista previo consentimiento informado, y permitieran
una serie de entrevistas suficientes para abordar temas histórico personales. Las
estrategias de recolección de datos fueron: entrevistas en profundidad tanto a
trabajadores como a niños, niñas y adolescentes; observación participante; relevamiento
documental y encuesta. Se incluyeron legajos institucionales y producciones del taller
de historieta como fuentes secundarias sobre la población asistida. Como técnicas de
análisis, para los datos cuantitativos trabajaron con distribución de frecuencias y
construcción de índices; y respecto de las entrevistas y las historietas con análisis
cualitativo y análisis del discurso. En este estudio, no se aborda específicamente
aspectos relacionados con el proceso salud/enfermedad/atención.
Otra investigación sobre “El derecho a la salud de niñas, niños y adolescentes en
situación de desamparo y desafiliación social en el contexto de la protección integral”
realizada por Luciani Conde, L; Barcalá, A y cols. (2008) se propuso describir el
alcance de la participación estatal en la efectivización, defensa y resguardo del derecho
a la salud de los niños/as y adolescentes de la Ciudad de Buenos Aires en situación de
desamparo y desafiliación social a partir del análisis del “Programa de fortalecimiento
del circuito de protección contra toda forma de explotación, visible o no, remunerada o
no, de niños y niñas menores de 15 años”. La experiencia de trabajo fue llevada
adelante por un colectivo de docentes investigadores de la IIº Cátedra de Salud Pública
y Salud Mental de la Facultad de Psicología – UBA, conjuntamente con profesionales
del Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de la Ciudad de Buenos
Aires. Se trató de un Proyecto exploratorio-descriptivo que se sirvió de la encuesta y el
estudio de caso como estrategias de investigación. El mismo tomó herramientas de la
Investigación en Sistemas y Servicios de Salud, lo cual permitió generar un proceso que
23
privilegió la vinculación con la acción concreta y posibilitó la transferencia inmediata
de los conocimientos producidos en el proceso de investigación, al incluir en la
delimitación misma del problema tanto como en la posterior implementación de los
resultados a los actores directamente involucrados. Consejo de los Derechos se incluyó
en tanto actor público estatal clave encargado del diseño, coordinación y aprobación de
las políticas públicas destinadas a niños/as y adolescentes en la Ciudad. Como
estrategias de integración metodológica se implementaron procedimientos de
triangulación en tres de sus vertientes: de datos (cuali-cuanti), de disciplinas (psicología,
sociología, abogacía, antropología, trabajo social), y de investigadores (del Consejo y de
la Cátedra). En el transcurso de la investigación la información primaria se obtuvo a
través de: revisión de documentos oficiales, relevamiento y encuestado de efectores de
salud en zonas seleccionadas de Ciudad de Buenos Aires, entrevistas a informantes
claves (Presidenta del CDNNyA, Coordinador de la Unidad de Intervenciones y
Servicios Especiales y Operadores con más experiencia del Programa), observaciones
participantes en campo, entrevistas a trabajadores del Programa en estudio, talleres de
radio con operadores/as y niñas y niños usuarias/os del mismo.
En cuanto a los resultados obtenidos, se estableció una razón de 1.2 Organizaciones de
la Sociedad Civil por cada organización pública estatal identificada. Esto da cuenta de
un mayor grado de posibilidad por parte de las organizaciones no estatales de identificar
problemas y necesidades en salud ligados a la niñez / adolescencia, y de ofrecer
servicios público sociales como respuestas a ellos. Un importante porcentaje de las
organizaciones identificadas reconocen la existencia de algún tipo de requisito para
acceder a los servicios que ofrecen, y la mitad de ellas refiere no conocer a la
Defensoría de Derechos del barrio en el cual desarrollan su accionar. En cuanto a las
que refieren conocerla, se ha identificado un considerable nivel de vinculación con ella.
24
En relación al vínculo entre los dos tipos de organizaciones con las que se trabajó, se ha
identificado un bajo nivel de relacionamiento entre las organizaciones estatales y las
pertenecientes a la sociedad civil; en tanto que el nivel de relacionamiento de estas
últimas con profesionales pertenecientes al sistema de salud estatal es elevado.
Indicando un predominio de las redes informales a la hora de realizar tareas conjuntas,
por sobre los intercambios interinstitucionales. Por último, la organizaciones analizadas
reconocen en su gran mayoría la existencia de modificaciones en las características de la
población que requiere sus servicios, en las demandas recibidas; así como cambios en
los problemas de salud de los / las niños / as y adolescentes con los / las cuales trabajan.
Respecto de esto último, se mencionan con muy alta recurrencia los problemas
alimentarios como: desnutrición, raquitismo, anorexia, y obesidad. En menor medida,
se mencionan: embarazos adolescentes, problemas emocionales, tuberculosis, aumento
de la drogadicción, más alergias, problemas de vista y el no cumplimiento de las
vacunas.
Este estudio, presenta resultados elocuentes desde la perspectiva de las organizaciones
estatales como de las no estatales respecto a la vulneración del derecho a la salud de
niños, niñas y adolescentes, a pesar de la vigencia de la Ley de Protección Integral de
los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (ley 26.061, sancionada en el año 2005
por el Congreso Nacional)4.
A nivel mundial, un estudio realizado en Filipinas (Gatchalian y col, s/f) sobre el
trabajo infantil en la industria de la madera, procuró evaluar el estado de salud física y
4 La ley 26.061 obliga a cambios en el diseño de la organización administrativa y judicial del Estado, en las relaciones de éste con los chicos y con la sociedad civil. Ello implica un importante reacomodamiento de todos los actores que se desempeñan en el campo de las políticas públicas para la niñez y la adolescencia. Nuevas reglas de juego y nuevas formas de pensar y hacer deberán plasmarse en las modalidades de trabajo de todas las áreas de infancia provinciales, municipales, la justicia y también a las organizaciones de la sociedad civil sean éstas sin fines de lucro o no. http://www.casacidn.org.ar/leer.php/148. acceso 5/5/09
25
mental de los niños trabajadores participantes en la muestra, comparándolo con el de los
escolares. Para evaluar la salud física se recurrió a observaciones y medidas
antropométricas y se interrogó a los niños acerca de su estado de salud durante dos
semanas anteriores a la entrevista. Los niños trabajadores presentaron, con mayor
frecuencia que los escolares, diferentes indicios y síntomas de anormalidad en diversos
grados. Los dolores musculares, pectorales, y abdominales, la fiebre, dolores de cabeza
y mareos fueron más comunes entre los niños trabajadores que entre los escolares. Hubo
también entre los primeros mayor número de síntomas respiratorios, tales como tos,
resfríos, dificultades para respirar e influenza, al igual que otros de índole
gastrointestinal, como diarreas, constipación, indigestión, náuseas, vómitos y falta de
apetito. Respecto al nivel de nutrición, 75% de los niños trabajadores padecen de
malnutrición, en comparación el 53% de los escolares. En relación al análisis de los
factores psicosociales que forman parte del ambiente en el cual viven los niños, se
comprobó que los menores trabajadores tenían menos tiempo para jugar y descansar que
los escolares, y menos relaciones con otros integrantes de sus respectivos grupos de
edades.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó en 1987 el informe Trabajo de
los niños: riesgos especiales para la salud. Este informe es el resultado de varios
estudios in situ sobre el tema específico de la salud de los menores en el mundo laboral.
En Malasia, se examinaron los expedientes de 210 menores empleados en la parte
peninsular del país. Las fuentes consultadas fueron: organismos de ayuda social, policía,
autoridades sanitarias y asistentes sociales (R. Mahathevan, 1985). El grupo de edad
considerado fue el de los 7 a los 15 años; 155 eran niños y 55 niñas. Cada menor fue
enviado al dispensario más cercano con el fin de establecer su historial y someterlo a un
exámen clínico. Se comparó el estado de salud de los integrantes del grupo examinado
26
con el de escolares de edad, sexo, grupo étnico y situación socioeconómica similares.
Profesionales de la salud llenaron un cuestionario para cada menor en el que se hacían
preguntas acerca de señales y síntomas de enfermedades de diversos sistemas
fisiológicos. Los resultados sugirieron que los integrantes del grupo examinado tenían
muchos más problemas de salud que los niños del grupo testigo.
En la República de Corea se adoptó un enfoque distinto en el estudio in situ. La edad
mínima de empleo estipulada por la normativa laboral del país era de 13 años y se llevó
a cabo una encuesta en salud entre las obreras menores de 18 años en 9 factorías
textiles, electrónicas y una fábrica de calzado de goma. Se trabajó con un grupo control
compuesto por 109 chicas de la misma edad que buscaban trabajo en las 9 empresas.
Respecto de los datos sobre la salud de las integrantes de los dos grupos surge una
elevada prevalencia de problemas de audición, en particular en la industria textil (4,4%)
entre jóvenes obreras que llevaban un promedio de 1,7 años trabajando y una elevada
prevalencia de tuberculosis. (S.H.Lee, 1985)
En Nigeria, se examinaron los factores de riesgo en vendedores callejeros y empleados
de una fábrica de jabón. (Asogwa, 1984). En el primer grupo, el 33% además de trabajar
iba a la escuela, en el segundo, todos trabajaban y estudiaban paralelamente. En ambos
grupos, se intentó comparar el estado físico general, la piel y la concentración de
hemoglobina. En cada caso indicaban que los menores que trabajaban se encontraban en
desventaja con respecto a los estudiantes. Los primeros provenían de clases sociales
inferiores y de familias más numerosas.
La OMS patrocinó un estudio sobre los problemas psicológicos y sociales de los
menores en el trabajo, en el que se consideraron cuatro grupos de menores (Kayongo-
Male, 1985). El primero constituido por menores que cuidan niños o se encargan de la
27
limpieza en los hogares ajenos en Kenya. El estudio señala reacciones y problemas
comunes en ese grupo como retraimiento, comportamiento agresivo, envejecimiento
prematuro, depresión, sentimiento de pertenencia a una clase inferior, resistencia. El
segundo grupo lo constituyen menores que trabajan en plantaciones o fincas. No se han
realizado estudios científicos sobre los problemas sanitarios de dicho grupo y se dispone
solo de relatos descriptivos. El tercer grupo está constituido por los menores que trabaja
en las calles. Los efectos del trabajo sobre los niños son: rechazo de los trabajos de
horario fijo, cansancio excesivo, consumo de café, cigarrillos y bebidas alcohólicas,
enfermedades venéreas, resistencia a la autoridad de los padres, participación en
actividades delictivas y deformidad y atrofia del cuerpo. El cuarto grupo lo
constituyeron los menores empleados en fábricas. En este contexto, resulta significativo
el alto grado de tensión dado que de no ser responsables, actuar con exactitud o estar
alertas, corren el riesgo de ser despedidos o sufrir alguna lesión que podría
incapacitarlos para siempre. Al trabajar de forma continua y rutinaria el niño ve
limitados sus horizontes, se afecta su desarrollo afectivo, queda coartada su creatividad
y sus fantasías en relación a las posibilidades de los niños en general.
En Brasil (Myers, s/f) un equipo mixto del Gobierno, representado por Secretaria de
Asistencia Social, y UNICEF, llevaron adelante un estudio sobre el terreno de los niños
trabajadores callejeros con el objetivo de deconstruir aquellos discursos que circulaban
en el imaginario social que los definía como "abandonados" y "delincuentes". El equipo
llegó a la conclusión de que el problema debía formularse en términos de niños
trabajadores frecuentemente explotados y que trabajaban en condiciones abominables
por muy bajas remuneraciones. Dada la precariedad de la vida en la calle, presentaban
índices de malnutrición y otros problemas de salud particularmente graves. Muchos
dormían en las calles, expuestos a la intemperie y a la violencia, sin los recursos
28
indispensables para mantener su higiene elemental. Mediante una encuesta (De Andrade
Gonclaves, Z, 1985) que comprendió a más de 1000 de ellos resultó que la situación de
amenaza de la violencia era el factor que más temían. Semejante situación afectaba en
forma negativa a su desarrollo psicológico, y las personas que se ocupaban de ellos
pudieron observar los efectos perjudiciales de la baja autoestima en que se tenían a si
mismos. Muchos de ellos estaban escasamente socializados e ignoraban hasta los
elementos más rudimentarios de la cooperación y de la solución pacífica de los
conflictos con sus pares.
Existen también vastos estudios que se proponen analizar los modos en que se
entrecruza el trabajo con el desarrollo del niño. Los objetivos de estos trabajos giran en
torno a conocer la magnitud del trabajo infantil y las subjetividades de los niños que
trabajan (Macri, 2005; Konterllnik y col., 1999;), la relación trabajo-escuela (Macri,
2005; Feldman, 1997; Krichesky, 1993; Galeana, 1990; Cariola y Cerra, 1986) y el
trabajo infantil como emergente de los procesos de fragilización de las familias de los
sectores populares y en el marco de las estrategias de supervivencia de éstas. (Ruiz,
2000; Pratesi, 1999; Bianchi, 1998; Feldman 1997; Krichesky, 1993)
Sin embargo, no se han encontrado hasta ahora investigaciones que se propongan
el estudio de las percepciones, concepciones y significaciones sobre el proceso
salud/enfermedad/atención en niños y niñas que realicen trabajo callejero y/o
doméstico.
3. Justificación y Planteo del problema
3. 1 Caracterización del contexto social.
29
En la Argentina, desde 1998, la economía se encontraba en una situación de profundo
estancamiento y recesión. En los últimos meses de 2001 y la primera mitad de 2002, la
situación derivó en una aguda crisis política, institucional y socioeconómica
considerada sin precedentes en la historia del país, como producto de una década de
políticas neoliberales; acumulando una deuda externa estimada al 2004 en 181.200
millones de dólares5. Como resultado de este proceso, se registró una formidable caída
de los ingresos reales y un aumento considerable de la desocupación y la pobreza. La
incidencia de la pobreza en la población total del país aumentó del 26% al 47,8% desde
octubre de 1998 a octubre de 2003. El incremento de la indigencia fue aún mayor: del
6,9% de la población en octubre de 1998 al 27,7% en Octubre de 2003. Si observamos
el problema por regiones, la región del Noreste presentó las tasas más altas de pobreza e
indigencia y las provincias de Corrientes y Chaco son las que presentaron los índices
más elevados de todo el país (68,7% y 65,5% respectivamente). De este modo, 17 de las
24 provincias argentinas presentaban tasas de pobreza superiores al promedio nacional.
Como existe una relación directa entre estas circunstancias y la salud de la población,
la amenaza al patrimonio sanitario de los argentinos fue contundente y de difícil
reparación en el corto y mediano plazo.
Aún cuando los índices de empleo y pobreza mostraron algunos índices de mejoría,
continuaron siendo muy elevados.
En cuanto a la cobertura de salud, un Informe de López, A (2001), señalaba que el 45%
del tramo total de entre 0 y 14 años, unos 4.500.000 menores de 15 años - el 49,5 de los
5 (http://www.paho.org/Spanish/DD/AIS/cp_032.htm) Acceso: 6/4/09
30
menores de 5 años y el 42% de los niños y jóvenes de entre 5 y 14 años- no poseía
cobertura de salud y encontraban en el hospital público su única protección.
A partir de 2003 se inició un ciclo de crecimiento económico, con un incremento del
PBI de alrededor del 8% anual, que descendió en 2008 y 2009 en el marco de la crisis
internacional. 6 (Véase Gráfico 1)
Gráfico. Tasa de Crecimiento Económico Anual Real (PBI) (en %) – República
Argentina - Años 2000 - 2008
Fuente: Instituto Nacional de Estadística y censos (INDEC) de Argentina y Banco Central de la República Argentina (BCRA). Citado en Stolkiner, A y cols. (2011)
Stolkiner, Comes y Garbus (2010) con base en datos del Indec, analizan la Proporción
de población bajo la línea nacional de indigencia / pobreza extrema comparando datos
del año 2004 y del año 2008, siendo, en el año 2004, de 17% la línea de indigencia, y
6 Stolkiner, A. y cols. (2011) Alcances y potencialidades de la Atención Primaria de la
Salud en la Argentina En Revista Ciência & Saúde Coletiva 16 (6). (referato aprobado,
en prensa, Publicación en Junio/2011). Brasil.
31
15% la línea de pobreza extrema; y en el año 2008 estas tasas descienden a 5,1% y 4,4%
respectivamente.
Respecto a la proporción desempleada de la fuerza de trabajo, en el año 2004 la tasa era
de 12,1% descendiendo en el año 2008 a 8%.7 (Ver tabla)
Tabla. Algunos datos de contexto de la Población Argentina - Años 2004 - 2008
Demográficos 2004 2008
Población [Miles] 38372 38976 Tasa de crecimiento anual de la población 1 1 Esperanza de vida al nacer 74,7 75,3 Proporción de población bajo la línea nacional de indigencia / pobreza extrema 17 15 5,1 4,4 Proporción de población bajo la línea nacional de pobreza 44,3 40,2 17,8 15,3 Proporción desempleada de la fuerza de trabajo 12,1 8
Mortalidad Tasa de mortalidad infantil (1000 nv) 14,4 12,5 Mortalidad estimada en menores de 5 años 16,7 14,5 Razón de mortalidad materna (por 10000nv) 4,1 4
Fuentes: OPS - Situación de Salud de las Américas 2009 - Organización Panamericana de la Salud, Unidad de Análisis de Salud y Estadísticas. Iniciativa Regional de Datos Básicos en Salud; Sistema de Información Técnica en Salud. Washington DC, 2007 -
Indec EPH continua 2008-2009. ). Citado en Stolkiner, A. y cols. (2011)
En la provincia de Buenos Aires, la población de 0 a 18 años bajo la línea de pobreza,
según regiones del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación (Informe SENNAF-
ONU, 2008) mostró similar tendencia que lo referido anteriormente. En el Segundo
semestre de 2003 la tasa era de 62,3% y comparado con el segundo semestre de 2006
los datos muestran un descenso de la línea de indigencia a 38,2%.
A pesar de la tendencia sostenida en los últimos años relacionados con el período de
realización del estudio en el descenso de las tasas de pobreza e indigencia de la
7 Stolkiner, A. y cols. Op.cit
32
población en general y de la población infantil en particular, no obsta para que haya
todavía población infantil con necesidades urgentes.
En cuanto a la incidencia de la pobreza y la indigencia en los Partidos del Conurbano
Bonaerense, de acuerdo a los datos de la EPH8 sobre Población de menores de 14 años
según, para el segundo semestre del 2006, se muestra que:
• 48,3% de los menores de 14 años son pobres
• 29,4 % son pobres no indigentes
• 18,9% son indigentes.
En los Partidos del GBA, para el 1er. Semestre del 2009, la Pobreza representaba: el
8,2% de los Hogares y el 12,4% de las personas; mientras que la Indigencia alcanzaba al
2,6% de los Hogares y 3,5 % de las personas.
El total de Aglomerados urbanos muestra que se encuentran en situación de pobreza un
9,4% de los Hogares y 13,9% de las personas; y en situación de Indigencia el 3,1% de
los Hogares y 4,0% de las personas.9 (EPH, 2009)
Adhiriendo a lo planteado por Moreyra (2007), el contexto social que atraviesa las
condiciones de vida de la infancia representa “uno de los problemas sociopolíticos más
importantes que debe enfrentar el nuevo sistema de protección integral de la niñez, es la
pobreza de la población infantil.” (Moreyra, 2007:67)
8(http://www.indec.gov.ar/nuevaweb/cuadros/74/pobreza_menoresde14_sem_02_06.xls).Acceso 19/5/09
9 http://es.scribd.com/doc/20610076/Incidencia-de-la-pobreza-e-indigencia-Primer-semestre-2009. Acceso: 4/12/09
33
Un reflejo de esta consideración lo muestran los datos relevados en el año 2004 por la
Encuesta de Actividades de Niñas, Niños y Adolescentes (EANNA), los cuales señalan
que en nuestro país el 6,5% de los niños de entre 5 y 13 años declaró haber trabajado
alguna vez. Según esta encuesta oficial de trabajo infantil, que se realizó en cuatro
regiones del país (Gran Buenos Aires, Mendoza, el Noroeste: Jujuy, Salta y Tucumán, y
Nordeste: Formosa y Chaco), habría alrededor de un millón y medio de chicos/as de
entre 5 y 17 años trabajando, y en el Gran Buenos Aires el 29,2 % de los chicos
trabajan10.
Respecto de la incidencia del trabajo infantil, según Unicef; de los 250.000 niños que
trabajaban en 1995 se pasó, en 2005, a casi dos millones. De ese total, 800.000 están en
la provincia de Buenos Aires y 400.000 en zonas rurales del norte y el nordeste de la
Argentina.11
En el año 2004, según datos oficiales (CASACIDN, 2004, citado en Moreyra, op.cit,
p.80), 300 chicos/as vivían en la calle y unos 3500 deambulaban y realizaban diversas
tareas (de mendicidad, cartoneo o limpiavidrios) durante el día y regresan a sus casas a
la madrugada, en la ciudad de Buenos Aires.
10 La Encuesta de Actividades de Niñas, Niños y Adolescentes (EANNA) es la primera encuesta específica sobre trabajo infantil en el país. Considerando las limitaciones de la información existente en el país, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTEySS) asumió la responsabilidad de profundizar el estudio de este tema desde 2003 en el marco de las políticas tendientes a la erradicación del trabajo infantil. Para ello seleccionó con el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), organismo asociado en el marco del Programa IPEC/OIT, algunas regiones del país visualizadas como prioritarias por sus niveles de pobreza o por la extensión de economías y formas de contratación laboral de base familiar, condiciones que estimulan el uso de trabajo infantil y adolescente. Esta encuesta cubrió zonas urbanas y rurales y fue relevada durante el último cuatrimestre de 2004. http://www.trabajo.gov.ar/left/biblioteca/files/estadisticas/02activ.económicas.pdf. Acceso: 17-7-08 11 INDEC, 2005.
34
Claudio Lozano, diputado nacional y Coordinador del Centro de Estudios y
Participación, CTA, en un Informe denominado “La infantilización de la pobreza”12
(2008) describe algunas de las problemáticas sociales que caracterizan al grupo
poblacional más indefenso de nuestra sociedad, los chicos. Dicho informe destaca, entre
otros, los siguientes indicadores:
- La cobertura sanitaria: El 47,2% de los menores de 18 años no posee cobertura
sanitaria. Esto implica que 6,3 millones de chicos no cuenten con una obra social o un
plan médico.
- Las condiciones de infraestructura: En la mayoría de los hogares que cuentan con la
presencia de menores de 18 años se verifican situaciones de insuficiencia de espacio
habitacional. Cerca de 1,2 millón de menores (el 19,4% de los chicos pobres) viven en
viviendas ubicadas en zonas inundables y otro millón de chicos (el 16% de los menores
pobres) no tienen agua corriente.
- La escolaridad: El 14,2% del total de menores de 18 años (que equivale a nada menos
que 1,9 millón de menores) no asisten o nunca asistieron a un establecimiento
educativo.
3.2 Consideraciones acerca de Condiciones de salud en la infancia en la Argentina
pos década del 90, imágenes de una sociedad excluyente13
12 http://www.cta.org.ar/base/IMG/pdf/Pobreza_e_indigencia_y_asignaciones_familiares_227nov08.pdf (acceso: 6/3/ 2010) 13 Maristella Svampa refiriéndose a la década del ’90 plantea que “en la Argentina, en el contexto de la nueva dependencia, la salida neoliberal se tradujo en la implementación de un programa drástico de reformas estructurales que, acompañado y facilitado por la instalación de un nuevo modelo de dominación política, terminó produciendo una fuerte mutación y reconfiguración de la sociedad. (…)la doble dinámica de polarización y fragmentación fue moldeando los contornos más duraderos de un nuevo país, de una sociedad excluyente, estructurada sobre la base de la cristalización de las desigualdades tanto económicas como sociales y culturales” (Svampa, M, 2005, pp:10-12)
35
En el campo de las Ciencias Sociales existe vasto desarrollo sobre la instalación del
modelo neoliberal en la Argentina y las implicancias en los cambios en la morfología
social. (Svampa, 2005)
Luciani Conde y Barcalá (2008) plantean que el proceso de re-estructuración económica
que comienza en la Argentina con las dictaduras militares, se termina de consolidar en
los ´90 con la reforma del Estado, en una lógica de achicamiento y de reducción del
gasto público; con una fuerte reestructuración del mercado del trabajo caracterizada por
el aumento del desempleo y subempleo, y la precarización de las condiciones de
contratación. En este contexto las familias de trabajadores/as se vieron afectadas en lo
referente a su situación laboral, lo cual contribuyó a redefinir los vínculos en general y
especialmente los roles familiares. Como consecuencia de la precarización laboral, las
transformaciones en las constituciones vinculares familiares propiciaron en las dos
últimas décadas la inclusión temprana de niños/as y jóvenes en actividades laborales y
económicas. (Stolkiner, A; 1994) 14
El mercado de trabajo se comportó en forma diferente a lo largo de los noventa,
resultando el panorama global de un marcado deterioro en el comportamiento de las
variables laborales. (Gabrinetti, M; 2009)
La evolución de la tasa de desocupación (INDEC, Citado en Gabrinetti, M; op.cit) a lo
largo de la década del ‘90 fue:
Evolución de la Tasa de desocupación, Argentina 1989-2001
1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
14 Si bien el texto de referencia es del año 1994, se puede considerar que desde el período mencionado en adelante se presenta la situación referida.
36
7,1% 6,3% 6,0% 7,0% 9,3% 12,1% 16,6% 17,3% 13,7% 12,4% 13,8% 14,7% 18,3%
Estas transformaciones generaron uno de los mayores dilemas del nuevo siglo, que es
que pese al impresionante crecimiento económico y de la riqueza en el mundo, existe un
enorme y en aumento número de personas sin acceso a servicios básicos (salud,
educación, agua, vivienda digna), protección social e ingreso mínimo; siendo los niños
y niñas uno de los grupos más vulnerables y afectados en el acceso a estos servicios.
(Minujin y cols.; 2007, citado en Luciani Conde, L; Barcalá, A; 2008)
Los niños y las niñas de ahora ya no son los niños y niñas de la década del 90; pero
continúan siendo una población especialmente afectada por las transformaciones
profundas acontecidas durante ese período, que “impactaron fuertemente sobre el
conjunto de la población y en especial sobre los niños menores de 15 años modificando
su situación de indigencia, pobreza, tipo y extensión de su cobertura en salud" (López,
A; 2001:2).
Según las cifras más recientes difundidas por el Ministerio de Salud de la Provincia de
Buenos Aires, la tasa provincial de mortalidad infantil creció en la última medición 1
punto: pasó de 12,5 en 2006 a 13,5 – tasa que supera la media nacional – en 2007. En la
Región Sanitaria VI (en la cual se ubica el Municipio de Quilmes) la tasa de mortalidad
infantil pasó de 16,0% en 2001 a 17,0% en 2003; descendiendo a 14,3% en el año 2007,
pero superando la media provincial de 13,5%. 15
15 http://www.ms.gba.gov.ar/EstadodeSalud/vitales/Menor01-02-03-04-05.pdf. Acceso 28/7/08
37
Respecto a la relación con la atención de los niños y niñas en situación de calle, las
conclusiones de Pojomovsky, J, y cols. (2008) en un estudio acerca de la población
particular que se atiende en el CAINA (Centro de Atención Integral de la Niñez y
Adolescencia) sobre los niños, niñas y adolescentes en situación de calle de la Ciudad
de Buenos Aires; afirman que “la mayoría de los chicos y chicas que están en la calle
solo accede al sistema de salud cuando las dolencias son graves o el dolor se hace
insoportable.(…) Vivir, trabajar o simplemente deambular en las calles de la ciudad
connota innumerables peligros de morbi mortalidad para los niños, niñas y adolescentes
que están en esa situación” (Pojomovsky, op.cit:115).
Pojomovsky (op.cit) destaca como principales motivos de consulta los relacionados con
heridas cortantes, traumatismos diversos, descompensaciones por abuso de drogas,
fuertes cefaleas derivadas del consumo de pegamento, dolores dentarios, afecciones
dermatológicas o parasitarias, patologías respiratorias, afecciones derivadas de ETS,
infecciones del aparato genito-urinario.
Los padecimientos16 que se constatan respecto de las consultas realizadas por niños y
niñas en situación de calle, no implican “per se” padecimientos solo adjudicables a
quienes viven en situación de calle. Se parte del supuesto de que la situación de calle
expone a los niños y niñas a mayores peligros pero a la vez pone de manifiesto las
condiciones de pobreza en las que viven estos y sus familias; por lo que los
padecimientos relevados en estudios con niños en situación de calle se los considera
aproximaciones a la realidad de otros niños y niñas que aunque no vivan en situación de 16 Se toma como referencia la perspectiva de padecimientos entendida como “conjunto de significados y prácticas para entender, enfrentar y de ser posible solucionar o reparar los daños a la salud y sus consecuencias” utilizada por Pagnamento y Weingast en “Pobres, enfermedades y padecimientos: estrategias en el campo de la salud” (en Eguia y Ortale, 2007); articulando esta perspectiva con lo planteado por E. Menéndez (1994) al referirse a los padecimientos como “uno de los principales ejes de construcción de significados colectivos que pueden ser referidos al proceso especifico, o a otros procesos respecto de los cuales los padecimientos son expresión significativa”.
38
calle mantienen con ese espacio una cotidianeidad donde desarrollan estrategias de
sobrevivencia. “La calle es sinónimo de movimiento y dinámica colectiva, además de
ser un espacio de interacción abierta y lugar de visibilidad social. En ella los
acontecimientos cambian permanentemente, allí la gente se mira, se ignora, se pelea, se
comunica e intercambia bienes y servicios.”(Czerniecki, S; op.cit: 51).
Los datos expuestos justifican la relevancia para que el equipo de salud problematice
sobre otras dimensiones que podrían estar interviniendo en la continuidad de la atención
como así también sobre alternativas al modelo médico tradicional que pudieran ponerse
en práctica para la auto atención. Estas últimas resulta ineludible incluirlas a partir de
comprender que “la medicina denominada científica constituye una de las formas
institucionalizadas de atención de la enfermedad (…), pero tanto ésta como las otras
formas académicas y/o academizadas ( homeopatía, quiropracia, etc.) o populares
(herbolaria, espiritualismo, entre otros) de atender a los padecimientos, tienen el
carácter de “instituciones”, es decir instituyen una determinada manera de “pensar” e
intervenir sobre las enfermedades, y por supuesto, sobre los enfermos”. (Galende,
1994:72). El objetivo general de este estudio se sustenta en esta consideración.
3.3 Una aproximación a la relación entre condiciones de salud y trabajo infantil
El fenómeno del trabajo infantil creció paralelamente con el empobrecimiento, la
creciente expansión de la pobreza y la desigualdad en vastos sectores sociales.
Los procesos de urbanización de las últimas décadas han elevado de forma substancial
el volumen de niños y niñas trabajadores en las grandes urbes.
39
Los trabajadores infantiles urbanos, se hallan mayoritariamente en el sector informal y
constituyen un núcleo considerable de quienes realizan trabajos en forma dependiente o
independiente en condiciones de gran precariedad, de riesgo y sin cobertura. Estas
condiciones de vida dificultan el acceso a la educación y a la atención de salud
adecuada. 17
Un informe de la Comisión Nacional sobre el trabajo infantil18 advierte que la mayoría
de los niños, niñas y adolescente entre 4 y 14 años que trabajan, se dedican a la
mendicidad, la recolección de residuos en la vía pública, la venta ambulante, el reparto
de estampitas en medios de transporte y la comercialización de flores en bares y
restaurantes. Participan, además, como acompañantes de adultos que venden o piden
limosna en la calle y desempeñan tareas domésticas en hogares de terceros o en el
propio, en ausencia de los padres y en forma habitual.
En cuanto a las políticas públicas implementadas en este campo, cabe mencionar el Plan
Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil, creado en Octubre de
2002 y aprobado por la CONAETI (Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo
Infantil), siendo el Ministerio de Salud19, junto a otros Ministerios, un Organismo
integrante de dicha Comisión. Este Plan se constituyó en la referencia para el
funcionamiento de las distintas Comisiones Provinciales (COPRETI). No se puede
perder de vista que las acciones que se desarrollan desde estos Organismos se inscriben
en un sistema de salud argentino caracterizado por su fragmentación (servicios estatales
17 http://www.trabajo.gov.ar/conaeti/que_es/urbano.htm) Acceso: 5/4/09
18 http://www.trabajo.gov.ar/conaeti/que_es/estadisticas.htm. 2002 . Acceso 5/4/09
19 http://www.trabajo.gov.ar/conaeti/institucional/organismos.html Acceso 5/4/09.
40
en el nivel nacional, provincial y municipal, más obras sociales y sector privado) y por
su deficiente articulación intersectorial.
Dentro del análisis de Problemas Específicos de Salud en la Argentina20, la OMS
(2009) incorpora la situación del trabajo infantil y señala que “Dada la recesión de más
de tres años que experimenta el país, junto a la precaria situación del mercado de
trabajo, la magnitud del trabajo infantil se ha incrementado en una proporción muy
elevada. Considerando la definición más restringida del trabajo infantil que considera
a los niños que tienen entre 5 y 14 años, en áreas rurales y urbanas, que trabajan fuera
o ganan propinas o ayudan habitualmente en el trabajo a familiares o vecinos, se tienen
datos que indican que de un registro de 252.000 niños en 1995 se pasó a 482.803 en el
2000, por tanto ha habido una tasa de crecimiento en el período del orden del 91,6%.
Si consideramos la actividad "atender la casa cuando los mayores no están" como
trabajo infantil, los niños que se considerarían trabajando, casi que multiplican por
tres el resultado hallado para la definición restringida. En efecto, si consideramos esa
actividad como trabajo infantil, los niños entre 5 y 14 años incluidos la definición
amplia, ascienden a 1.503.925.”
3.4 Planteo del Problema
Las condiciones de vida descriptas en los apartados que preceden se asocian ya, de por
sí, a un incremento del riesgo de enfermar definiendo a su población infantil como un
grupo que requiere de especial cuidado preventivo desde la lógica de la salud pública.
20 (http://www.paho.org/Spanish/DD/AIS/cp_032.htm) Acceso 17/6/09
41
Los niños, niñas y adolescentes afectados por las situaciones descriptas tienen más
dificultades relacionadas con la desigualdad de condiciones para el acceso a
posibilidades educativas y a servicios de salud, que otros niños/as. Además, por las
particularidades antes mencionadas, están expuestos a una situación de mayor
vulnerabilidad que afecta a su salud, ya sea por accidentes o por las posibilidades de
contraer enfermedades diversas. El derecho al acceso al sistema de salud es uno de los
derechos sociales más afectados, partiendo de la consideración de que a menos
posibilidades de acceso hay más posibilidades de enfermar.
La necesidad de conocer las percepciones y significaciones sobre el proceso
salud/enfermedad/atención de niños y niñas trabajadores radica en considerar que a la
situación de alta vulnerabilidad de niños y niñas se suma que la cotidianeidad de
muchos/as de ellos/as está ligada a la vivencia de trabajar; por tal motivo es importante
que desde el ámbito de la salud pública, y particularmente desde el Primer Nivel de
Atención, se produzcan prácticas que propicien el acceso a la atención de la salud. En
virtud de esto, la producción de conocimiento debe estar profundamente ligada a esta
necesidad.
El Informe anual de UNICEF sobre el Estado Mundial de la Infancia 200821 - el cual
presenta una amplia evaluación de la situación actual de la supervivencia infantil y la
atención primaria de la salud para las madres, los recién nacidos y los niños y niñas -
advierte en el capítulo sobre Argentina que pese a los avances, 25 menores de un año
mueren por día en el país la mayoría de ellos por causas evitables, como
infecciones respiratorias y bajo peso.
21 www.unicef.org/spanish/sowc08/docs/sowc08-sp.pdf. Acceso 30/6/09
42
Las condiciones de desigualdad en el acceso a la atención de la salud de los/as niños y
niñas es un elemento que configura el problema sobre el que me propongo indagar. En
relación a esto, Eduardo Pavlovsky22 rescata un análisis de Silvina Gvirtz, quien señala
algunas de las consecuencias ocasionadas por el retiro del Estado en políticas sociales
en la etapa neoliberal, y entre ellas, sostiene que “la salud de los niños en edad escolar
pasó a depender de la capacidad de demanda de las familias. La capacidad de
demandar está desigualmente distribuida. Hay familias que carecen de dinero para
acercarse a los centros de salud, como también familias que no saben detectar síntomas
prevenibles. De modo que los centros de atención primaria y los hospitales no reciben a
todos los niños que necesitan cuidado, sino sólo a los que pueden acercarse. Esto es un
síntoma de la desigual distribución de la riqueza, que deja marcas desde la infancia”.
(Gvirtz, citado en Pavlovsky, 2008)
“La familia-grupo doméstico es la unidad donde se da la mayor frecuencia y
recurrencia de padecimientos y de enfermedades, es donde se da el mayor numero de
detecciones, diagnóstico, actividades de atención y tal vez de curación. La familia-
grupo doméstico constituye la micro estructura que más peso tendría en la formación
de las representaciones y práctica de los sujetos respecto del proceso salud-
enfermedad-atención. Es la mujer la que desempeña el papel esposa/madre la encargada
de realizar la mayoría de las actividades del proceso salud-enfermedad-atención”
(Menéndez, s/f, en Czerniecki, op.cit).
Este estudio pretende abordar especialmente las concepciones de salud y enfermedad
presentes en los niños y niñas, incluyendo a sus padres y/o tutores, partiendo del
supuesto que "la percepción de la enfermedad se configura sobre la base de un sistema
22 Pavlovsky, Eduardo. “Causas y soluciones de los “problemas de seguridad”, el hambre no tiene tácticas moderadas”. Pàgina/12. 21/2/2008.
43
de representaciones y comportamientos de la población acerca de la salud y la
enfermedad, que está estrechamente vinculado con la ubicación socioeconómica de los
individuos. La distinta inserción social implica un uso y una intensidad de exigencia
diferencial del cuerpo, lo que conduce a una estructuración sobre patrones
socioculturales consecuentes con esa ubicación" (Fondo de Naciones Unidas para la
Infancia, 1990:73).
El conjunto de estas consideraciones y entendiendo que “ningún niño por el solo hecho
de ser niño concurre solo al sistema de salud, siempre por su condición de infante
necesita de otro que codifique que su dolor tiene que ser resuelto en el ámbito
hospitalario” (Czerniecki, 2003:75), son las que fundamentan la inclusión de un
miembro de la familia de los niños/as incluidos en el estudio como unidad de
información.
A los fines de este estudio, se consideró como criterio para el recorte del grupo etáreo
de 8 a 14 años, ya que es el que menos concurre al Centro de Salud excepto
condicionados por situaciones de emergencia; "estos niños concurren a la consulta
urgidos por el síntoma, el dolor agudo y en términos generales, por cualquier situación
de urgencia buscando una respuesta inmediata" (Czerniecki, op cit: 74).
Constituye también el problema la exigencia diferencial del cuerpo y las implicancias
que esto tiene en la estructuración de patrones socio culturales que están en juego en
las concepciones y percepciones de salud y enfermedad. En otros estudios se ha
mostrado que “… las condiciones desfavorables en la que los niños realizan sus trabajos
en la calle, la falta de consumo alimentario, o de bajo nivel proteico, el escaso acceso a
servicios sanitarios para satisfacer necesidades mínimas, hay una tendencia a
sobreadaptar sus cuerpos a estas y otra situaciones adversas, etc. Este modo en que
44
disciplinan sus cuerpos, estereotipan movimientos, actitudes y palabras para trabajar,
hacen del trabajo infantil en algunas regiones del país y bajo determinadas
circunstancias desfavorables socio-ocupacionales y de vida, una situación de altas
condiciones de vulnerabilidad social” (Lezcano, A,1994, en Czerniecki, op.cit:5)
A pesar de la visibilidad creciente de niños y niñas que realizan las actividades
económicas más marginales en las calles de las grandes ciudades de nuestro país, aún
acontece en los márgenes de visibilidad/invisibilidad. Por tal, en este estudio, y
continuando en el proceso de ampliación del concepto, se adopta como referencia la
definición de trabajo infantil como "el que efectúa en forma remunerada o no, visible o
no, una persona de menos de 15 años".23 Desde esta tensión visibilidad/invisibilidad,
considero la importancia de incluir en este recorte a niños/as que realicen trabajo
callejero y/o trabajo doméstico.
4. Contexto local.
4.1 Niños que trabajan en el Conurbano Bonaerense.
La Encuesta Permanente de Hogares de mayo de 1999, mostró que en el Gran Buenos
Aires sobre un total de 505.912 niños de entre 10 y 14 años que trabajan el 1;4% estaba
ocupado, en tanto el 0,4% se declaró desocupado por lo que el 1,8% de los niños se
encontraba incorporado al la población económicamente activa. Se trata de 9.612 niños
entre 10 y 14 años, a los que se suman 1800 menores de 9 años de edad que se declaran
trabajadores. (López, A; 1999).
23 Art. 2, Ley 937 de la Ciudad de Buenos Aires, extraído de Czerniecki, S. (2003) Prácticas de salud de los niños trabajadores callejeros de Constitución. Tesis de Maestría en Salud Mental Comunitaria. Universidad Nacional de Lanús.
45
A pesar de que el trabajo infantil es significativo en niños y niñas, en relación al género,
del análisis de los datos de la EPH surgen dos órdenes de factores que hacen que tenga
menor incidencia el trabajo infantil femenino: la orientación de las familias a darle
prioridad a la incorporación de los niños antes que las niñas al trabajo y el hecho de que
las niñas están a cargo, con mayor frecuencia que los varones, de tareas y
responsabilidades domésticas. Las actividades domésticas están más difundidas en los
hogares con NBI. Entre los 10 y los 13 años ayudan en el cuidado del hogar el 65,5%
de los niños en hogares con NBI y el 57% de los pertenecientes a hogares sin NBI.
(INDEC, 1996, p. 160-162).
En este estudio, al respecto de la variable "ayuda" en el cuidado del hogar, no se
especifican las horas de trabajo en estos dos grupos (hogares con NBI y hogares sin
NBI). Este dato es importante ya que podrían existir diferencias, por ejemplo, en cuanto
al impacto y significado de ayudar en las tareas del hogar a cuidar un hermano todos los
días determinada cantidad de horas.
"El Trabajo Doméstico constituye la forma de trabajo no remunerado más común, en el
cual, mayoritariamente las niñas se encargan enteramente del hogar, a fin de liberar el
tiempo de sus madres, padres o hermanos mayores, para que desempeñen trabajos
remunerados. Estos niños realizan todas las tareas domésticas y el cuidado de menores,
ancianos y enfermos." (Propuesta de Plan Nacional para la Erradicación y Prevención
del Trabajo Infantil. Elaborado por el Equipo Técnico de la Presidencia de la CONAETI
– OIT, Junio / 2001:3).
4.2 Ubicación geográfica y características demográficas.
46
El Municipio de Quilmes forma parte del denominado Segundo Cordón del Conurbano
Bonaerense, ubicado en la zona sur. La población de Quilmes para el año 2000 es de
575.642 habitantes. La densidad de Población es 4.084,9/Km.2.
Quilmes es el tercer partido de la provincia de Buenos Aires con mayor cantidad de
población con NBI., y si se lo compara con el promedio de los partidos que integran el
sector sur del conurbano, se encuentra en un segundo lugar, luego de Lomas de Zamora.
Un 21,2% de la población de Quilmes tiene sus NBI. (Ilari y Villar, 2000) y representa,
junto a los distritos del mismo grupo, la tasa de empleo más baja de todo el conurbano.
(López, E y Fassio, A, 1996)
El Barrio IAPI. (Instituto Argentino de Promoción e Intercambio)24
Luego de un relevamiento realizado (a los fines de esta investigación) de las HC de los
niños/as entre 8 y 14 años que concurren y/o concurrieron al Centro de Salud en los
últimos dos años se pudo determinar que entre un 55% y un 60% provienen del Barrio
Iapi, barrio que se encuentra ubicado dentro del Área Programática del Centro de Salud.
El barrio IAPI se encuentra, tomando el criterio censal del Indec, en la fracción censal
18. Esta fracción se ubica dentro de las que presentan mayor nivel de hacinamiento
(16,3%, censo 1991) y mayor nivel de niños que no asisten a la escuela. (Ilari y Villar,
2000).
Presenta características de una villa de "emergencia" compuesta por 39 manzanas, 600
viviendas. (Fuente: Mapa Barrial cedido por referente barrial de un Comedor
Comunitario).
24 Cabe señalar la connotación histórica de la denominación del barrio, ya que representa una de las medidas relacionadas a la producción y a la industria tomadas en el año 1946, en el marco del Primer Gobierno Peronista, y que caracterizó el empuje productivo que tuvo la zona del conurbano bonaerense en el que se encuentra el Municipio de Quilmes.
47
4.3 Contextualización del Centro de Salud “María Eva”25:
La Unidad Sanitaria María Eva forma parte del Centro de Integración Comunitaria
CIC, que fue inaugurado el día 15 de noviembre de 2004, su construcción se vincula
entre otras cosas con la solicitud y participación de una parte de los vecinos del barrio
que reclamaban la construcción de un “Hospitalito”.
En la unidad sanitaria se desempeñan profesionales de distintas especialidades:
Psicología, Trabajo Social, Enfermería, Odontología, Obstetricia, Medicina General,
Pediatría, Clínica Médica, Ecografía y Ginecología. A partir del año en curso comienza
a funcionar como sede de residencia.
El espacio cuenta con once consultorios en los cuales se realiza atención programada y
demanda espontánea; el sector de Guardia cuenta con shock-room, enfermería,
vacunatorio, cocina, habitaciones y baño; y un área central donde se encuentra el sector
de administración, la farmacia, el sector de esterilización de material, oficina, baño para
el personal, cocina y baños públicos.
Constituye una de las unidades cabecera del Partido de Quilmes. A ella derivan las
unidades Sanitarias La Loma, Bernal Oeste y 25 de Mayo tanto para la realización de
interconsultas, como para la realización de estudios complementarios
Además del área destinada a la atención de profesionales de la salud, existe otra zona en
la cual funciona el Centro de Integración Comunitaria propiamente dicho, allí se
realizan distintas actividades educativo-formativas, de recreación y de promoción de la
salud
25 Caracterización proporcionada por miembro del Equipo del Salud del Centro de Salud Maria Eva, realizada por dicho Equipo en base a datos secundarios y a elaboración propia.
48
Caracterización del área programática: La misma se encuentra en el barrio IAPI de
Bernal Oeste, perteneciente al partido de Quilmes. El nivel socio económico y
habitacional es muy heterogéneo ya que existen sectores donde se encuentran habitantes
con un alto poder adquisitivo en barrios privados, otros de clase media y algunas zonas
muy carenciadas con alto grado de NBI.
El área programática abarca aproximadamente 25 X 18 cuadras, las que se encuentran
pobladas casi en su totalidad, del barrio IAPI , esta zona es una de las que presenta un
alto porcentaje de personas con NBI de todo Quilmes.
De acuerdo al censo realizado en el año 2001, el 28,1% de la población del área
programática de la U.S María Eva presenta Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI); al
mismo tiempo al interior del barrio existen sectores que poseen un 36,36% y 40,32% de
la población con NBI, correspondientes a la zona cercana a la calle Lynch (límite con la
localidad de Wilde) y al área que limita con Camino General Belgrano.
De acuerdo a los datos aportados por el último censo realizado, la población total del
área programática es de 22809 habitantes, con un 49,7% de mujeres y un 50,3% de
hombres. La distribución por edades es la siguiente el 35% es menor de 14 años,
60%tiene entre 15 y 64 años y menos de5% tiene 65 años.
En relación a la situación habitacional, infraestructura y servicios públicos del Barrio
I.A.P.I. posee los servicios básicos distribuidos irregularmente según la distancia que
separe las viviendas de las calles asfaltadas. El servicio de energía eléctrica, posee un
alto índice de conexiones clandestinas, especialmente a medida que nos adentramos en
las áreas más precarias del barrio. La recolección de residuos está limitada a las cuadras
asfaltadas, siendo el horario impreciso, lo que promueve la formación y mantenimiento
49
de basurales a cielo abierto. Según datos del censo poblacional del año 2001, el 96,62%
de la población del área programática no posee cloacas, aunque actualmente se están
realizando obras para incorporar a los vecinos a dicha red. La obra en el barrio I.A.P.I.
comprende 14.000 metros lineales, que significa que unas 1.500 familias serán
incorporadas a la red de agua. Se calcula que esta obra abastecerá a unos 6.600 vecinos.
Cabe mencionar ciertas situaciones ambientales insalubres, como basurales a cielo
abierto ubicados en las márgenes de los arroyos y en varias esquinas que, sumado al
hecho de la casi inexistencia de cloacas, hace inferir la alta probabilidad de
contaminación de las napas subterráneas acuíferas, de las cuales algunos vecinos
extraen el agua para su consumo diario.
Con respecto a la situación habitacional, en general se visualizan viviendas precarias
existiendo una heterogeneidad, en algunos casos, dependiendo del tiempo de residencia
en el barrio. Existen algunos asentamientos nuevos como, por ejemplo, el predio
conocido como pasillo 8, el cual cubre aproximadamente 2 manzanas. Dicho terreno fue
tomado en enero de 2008 por 36 familias jóvenes con un promedio de 3 hijos, según
publicación del Frente Popular Darío Santillán. Esta organización denuncia que “el
único modo de conseguir una casa en la IAPI, es éste, acá no hay planes de
viviendas…” Los datos del Censo realizado en 2001 indican que el área programática
cuenta con un total de 4970 viviendas. En cuanto al tipo de construcciones cabe
mencionar que las viviendas se diferencian en los materiales usados para su
construcción, ubicándose sobre las Avenidas o calles principales viviendas construidas
con ladrillo y otras zonas donde coexisten casas con mejores condiciones de
habitabilidad y viviendas precarias construidas con maderas, chapas y cartones, las mas
precarias son construidas con chapas o madreas muy deterioradas que son remendadas
50
con trapos o cartones, los pisos de estas viviendas son tierra. La mayoría de las calles
son de tierra a excepción de 2 que están asfaltadas. Algunas familias comparten la
vivienda con otros familiares dándose situaciones de hacinamiento, donde se comparte
no solo la vivienda sino también la habitación y la cama donde los padres deben dormir
con sus hijos por falta de espacio y/o de mobiliario.
En relación al aspecto laboral según las consultas realizadas en la US se puede estimar
que un alto porcentaje no posee empleo formal, dedicándose al cartoneo, realizar
changas y muchos perciben planes de empleo de $150. Solo el 25,37% de la población
del área programática de la U.S. María Eva cuenta con Obra social (censo poblacional
de 2001).
Con respecto a la estructura familiar en su mayoría las personas que consultan tienen
familias numerosas, existiendo un alto grado de embarazos adolescentes y madres que
deben afrontar solas la crianza de sus hijos, en algunos casos son ayudadas por
familiares y/o vecinos. Otras características que se evidencian en las consultas y/o
espacios de intervención son, la violencia de género como así también se ha intervenido
en situaciones vulneración de los derechos de los niños/as. (violencia física, sexual,
emocional, negligencia, trabajo infantil, etc.)
5. Análisis teórico de las categorías centrales de la investigación
5.1 Presentación de las categorías analíticas que guiaron la reflexión sobre el
tema planteado
51
Concepción de infancia. La concepción de infancia que se adopta como marco de
referencia en este proyecto es aquella que alude a la infancia como un concepto
heterogéneo, culturalmente definido.
Según Krichesky (1993) la concepción de infancia se construye social e históricamente
en los inicios de la modernidad de los siglos XVII y XVIII.
En cuanto a la concepción de niño/a me basaré, como referencia principal, en la
Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (Naciones Unidas, 1989) en la
que se entiende por niño a todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo
que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad.
En virtud de que en esta investigación se entrecruzarán aspectos que requerirán ser
pensados a la luz de la construcción social de la noción de infancia como también
aspectos que remitirán a la idea de "niñez" creo conveniente advertir sobre la necesidad
de despejar lo referido a la sinonimia existente entre niñez e infancia admitida como si
fuera natural. Tomaré para esta idea a Eva Giberti (1997) quién al respecto plantea que
la noción de infancia promete el comienzo de un ciclo, el inicio de algo que
mostrándose abierto, sugiere una continuidad; su sentido se adhiere a orígenes; en
cuanto a niñez, se describe como el momento que circunvala un período de otra índole,
más abarcativo que infancia, y no remite necesariamente a inicio (aunque lo incluya)
sino que ciñe un estadio histórico dentro del desarrollo evolutivos de los humanos. Una
coincidencia entre niñez e infancia se recorta en su inevitable afiliación a la idea de
futuro, según las premisas de cada época.
Partir de una mirada de la noción de infancia como construcción social implica señalar
aquello que Costa, M y Galiano, R (2001,a) describen como las infancias de la
52
minoridad. Dichos autores analizan el impacto de los dispositivos legales e
institucionales desplegados en la propia constitución del Estado moderno en la
Argentina, en la constitución de niños propiamente dichos y menores. Los primeros son
quienes están en posiciones de sujeto vinculadas a su condición de hijo de familia
legítima y a su inscripción como alumno del sistema de educación pública nacional,
mientras que los segundos son quienes se encuentran en posiciones de sujeto
relacionadas con la carencia de familia, hogar, recursos o desamparo.
Esta categoría analítica cruzará de manera transversal este estudio, de manera tal que al
explorar las vivencias (cotidianeidad) de los niños y niñas que trabajan se puedan
establecer lazos con los procesos de construcción histórica, social y cultural del
concepto Infancia.
Proceso salud/enfermedad/atención.
El análisis de este proceso es central en esta investigación. Implica destacar el carácter
de "proceso" y no verlo como "estado"; pensarlo desde una lógica no individualista y
no-biologista, reconocerlo en sus dimensiones colectivas institucionales e históricas,
situarlo en el proceso de producción y reproducción social. (Stolkiner, 2001)
E. Menéndez (1994) plantea que el Proceso S/E/A se ha desarrollado dentro de un
proceso histórico en el cual se construyen las causales específicas de los padecimientos,
las formas de atención y los sistemas ideológicos (significados) respecto de los mismos.
La enfermedad, los padecimientos, los daños a la salud constituyen uno de los hechos
más frecuentes, recurrentes, continuos e inevitables que afectan la vida cotidiana de los
conjuntos sociales.
53
Desde la dimensión de construcción social, según Grimberg, Margulies y Wallace (s/f)
refieren al Proceso S/E/A como constituyentes de una trama de relaciones y prácticas en
las que se articulan no solo procesos económicos sociales, sino políticos e ideológicos.
Estos autores entienden por Construcción social de los procesos de salud-enfermedad-
atención al proceso de condicionamiento recíproco entre las representaciones y las
prácticas, desarrolladas tanto por los especialistas del campo -incluidos los distintos
niveles de atención institucional y no institucional- y los conjuntos sociales.
Explorar el proceso de salud/enfermedad/atención aportará a la descripción de las
articulaciones existentes entre las concepciones de salud y enfermedad operantes en
las prácticas de los sujetos y los aspectos vivenciales y subjetivos asociados a la
condición de trabajador
Implica también conocer los establecimientos de atención de la salud, más
específicamente las “formas particulares bajo las cuales las familias los imaginan, los
usan y califican. Para poder contextualizar ese aspecto es necesario tener una idea de
disponibilidad objetiva de servicios de salud en la zona donde habitan las familias
estudiadas. (Bronfman, M 2001: 44)
Entiendo la salud desde una visión holística, de proceso tal como lo plantean Galende
(2004), Stolkiner (2001), Menéndez ( 1994) y considero que esta visión puede ser
enriquecida por el aporte teórico que realiza Ferrara, Floreal ( 1966) cuando plantea que
la salud “surge del accionar del hombre frente a sus conflictos. No es el conflicto lo que
define lo patológico, sino el bloqueo de lo conflictivo, y la imposibilidad de resolver ese
conflicto en cualquiera de las tres áreas. La salud se expresa correctamente cuando el
hombre vive comprendiendo y luchando frente a los conflictos que la interacción con su
mundo físico, mental y social le imponen; y cuando de esa lucha logra resolver tales
54
conflictos, aunque para ello debe respetar la situación física, mental o social en la que
vive, o modificarla de acuerdo a las necesidades y aspiraciones propias y del grupo. La
salud es así una consecuencia de los niveles de vida de una comunidad, pero también
resulta ser el agente productor de las energías básicas para elevar los demás niveles de
vida. La vivienda, la alimentación, la recreación, etc., están requiriendo mejores
expresiones de su presencia en una comunidad, para que esta pueda alcanzar niveles
óptimos de salud. Y alcanzados estos niveles óptimos de salud, este elemento
constitutivo del nuevo nivel de vida, se transforma a su vez en un generador de potencia
ilimitada, para que la comunidad lo ponga en juego a fin de lograr mejores niveles de
alimentación, vivienda, educación, recreación, etc. En este juego dialéctico de la
salud, se empieza a comprender la significación transformadora que puede alcanzar.”
(Ferrara, F; 1966: 155-162.)
Procesos resilientes. Se toma la propuesta conceptual de Llobet Valeria (2003) quien
entiende los procesos resilientes como “posibilidad/potencia de subjetivación y
protección frente a situaciones de adversidad, con potenciales efectos negativos”. Esta
perspectiva aporta a la concepción de salud a la cual se adhiere y se explicita en el
párrafo anterior.
Condiciones de salud. Para conocer y describir las condiciones de salud de los niños y
niñas participantes del estudio se toman como referencia los indicadores de salud de
UNICEF para determinar condiciones de salud en los niños, por lo que se indagó sobre
tres indicadores básicos26: Uso de fuentes mejoradas de agua potable, uso de
instalaciones mejoradas de saneamiento e Inmunización. Se incluyeron además los
26 http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/argentina_statistics.html (acceso: 6/6/07)
55
siguientes indicadores: alimentación (acceso y tipo de alimentación), prácticas
deportivas/recreación, concurrencia a controles de salud y uso de drogas ilícitas.
Además se rescatarán las Vivencias, su significación, los relatos (Stolkiner, op.cit),
recatando la perspectiva por parte de los actores (niños/as que trabajan) en relación
recíproca y simultánea con el contexto en el que se produce la interacción social, por lo
que mantiene relación recíproca con el denominado proceso de socialización según
Berger y Luckman (1995). Comprende al objetivo general de esta investigación ya que
posibilitará comprehender la heterogeneidad de los microcontextos (por ej. familiares,
sociales, etc.).
En virtud de problematizar respecto de la necesidad de recuperar las vivencias, rescato
el análisis que realizan Telles y Abramo (1987:197) cuando sostienen que "... el drama
vivido por los niños (que trabajan) no encuentra lugar ni códigos para ser elaborado
positivamente como una identidad socialmente reconocida. De ahí se deduce una cierta
incomunicación de las experiencias vividas que no encuentran medios para transitar el
mundo compartimentado de experiencias a través del cual los trabajadores elaboran sus
criterios de autoreconocimiento. Habitando el subsuelo de la sociedad, esos niños viven
una experiencia en la cual sus deseos y sus aspiraciones, sus rebeliones e indignaciones
no tienen nombre ni palabras fuera de los códigos y representaciones dominantes..."
Percepciones. Se parte de las percepciones sobre salud y enfermedad como categoría de
análisis, se la incorpora como camino capaz de producir mediaciones para la
identificación de concepciones respecto de las mismas y de su relación dialéctica con
las prácticas de los sujetos, lo cual implicará también una aproximación a las
representaciones sociales presentes en los mismos. Tal interrogante remite, más allá del
dato empírico en si, al “modelo global que determina tales percepciones, las que deben
56
ser relacionadas con el juego de procesos socioeconómicos, políticos y culturales que
las constituyen. Permanecer en el nivel de la evidencia supone quedar atrapado en el
dominio microsocial y obturar el análisis que integre aquellas relaciones que darían la
pauta de la intensidad negativa de los procesos que operan en las condiciones de vida de
individuos y grupos” (Menéndez, 1997; en Eguía y Ortale, 2007:17)
El estudio de las percepciones como de las concepciones y significaciones no puede
plantearse desvinculado del concepto de representación social. He tomado los aportes
conceptuales de Moscovici (s/f) quien se refiere a representación social como “una
manera de interpretar y pensar nuestra realidad cotidiana, una forma de conocimiento
social y correlativamente la actividad mental desplegada por individuos y grupos a fin
de fijar su posición en relación con situaciones, acontecimientos, objetos y
comunicaciones que les conciernen. (…) este conocimiento se constituye a partir de
nuestras experiencias, pero también de las informaciones, conocimientos y modelos de
pensamiento que recibimos y transmitimos a través de la tradición, la educación y la
comunicación social. De este modo, este conocimiento es, en muchos aspectos, un
conocimiento socialmente elaborado y compartido” (Moscovici, s/f: 473)
Considero también de gran riqueza para este estudio los aportes conceptuales de Jodelet
(1991) quien plantea que “las representaciones sociales forman un sistema, dando lugar
a 'teorías espontáneas', visiones de la realidad que encarnan imágenes o condensan
palabras, las unas y las otras cargadas de significado (...) a través de estas
significaciones, las representaciones son expresión de los individuos o grupos que las
forjan dando al objeto representado una definición específica. Estas definiciones
compartidas por los miembros de un mismo grupo constituyen una visión consensuada
57
de la realidad. Esta visión, que puede entrar en conflicto con la de otros grupos, es una
guía para las acciones y cambios cotidianos..." (Jodelet, 1991; en Luciani Conde, 1999)
Para el objetivo de explorar la articulación real y posible con el Centro de Salud, se
parte de la perspectiva de Brofman (2001) respecto de la necesidad de conocer las
formas particulares bajo las cuales las familias imaginan, usan y valoran a lo servicios
de salud y se toma el concepto de Accesibilidad, como facilitador de la comprensión de
los factores que intervienen en el proceso salud/enfermedad/atención. En esta línea que
propone el autor, adhiero a la propuesta conceptual de concebir la accesibilidad como
“el vínculo que se construye entre los sujetos y los servicios. Este vínculo se construye a
partir de la una combinatoria entre las “condiciones y discursos de los servicios y las
condiciones y representaciones de los sujetos y se manifiesta en la modalidad particular
que adquiere la utilización de los servicios” (Stolkiner y Otros, 2000; en Comes y cols;
2007:202).
Comes (2007) señala que si se considera que la accesibilidad se trata de un problema de
oferta, las representaciones, discursos y prácticas de la población no son necesariamente
considerados por los servicios a la hora de dar respuestas para mejorar la accesibilidad.
Al pensarlo como un problema de encuentro/desencuentro entre la población y los
servicios de salud, es ineludible la inclusión de las prácticas de vida y salud de la
población en cada estrategia para mejorar el acceso. La accesibilidad es comprendida
como una relación entre los servicios y los sujetos en la que, tanto unos como otros,
contendrían en si mismos la posibilidad o imposibilidad de encontrarse.
Esto nos lleva a considerar el concepto en su complejidad, incluyendo en su análisis su
dimensión relacional. Se hace necesario pensar en la población, en los servicios de salud
y en la relación entre los servicios y la población en tanto los servicios son productores
58
de discursos que se entraman en representaciones y prácticas de la población dando
como resultado distintos modos de acercamiento y utilización. Son los sujetos los que
construyen la posibilidad de acceder o no a los servicios y que esto es producto de una
multiplicidad de situaciones (Comes, op.cit: 203)
En este trabajo se priorizara los saberes construidos, sentires, percepciones, vivencias,
de los niños trabajadores rescatando la posibilidad y el modo que construyen los
sujetos para acceder a los servicios de Salud.
Dicho esto, la accesibilidad poseería una dimensión subjetiva que sería necesario
indagar. Entendiendo que la subjetividad se construye a lo largo de la vida de los sujetos
y que la misma es producto de experiencias vinculares de la infancia, de la historia, de
los mecanismos de poder que se ejercen en cada sociedad, de la clase de pertenencia, de
la etnia, de modos de disciplinamiento, etc. O sea, se encuentra multideterminada por el
contexto histórico y la propia historia del individuo.
Los Servicios de salud también son productores de subjetividad ya que sus acciones e
inacciones producen efectos subjetivantes en la población y ofrecen indicios para
construir ideas o creencias sobre ellos mismos. (Comes, p.6, 2003)
Trabajo infantil. De acuerdo a las publicaciones existentes se podría afirmar que el
trabajo infantil, se enmarca en una estrategia de sobrevivencia, y se toma a la
Convención Internacional de los Derechos del Niño como punto de partida y marco
general del concepto, desde la cual se lo define como "toda interferencia circunstancial,
de alguna forma remunerada, con el normal desarrollo del niño en el sistema educativo".
Sin embargo, esta perspectiva requiere de reflexiones y conceptualizaciones que
complejicen el enfoque que orienta este estudio, por lo que se explicitarán algunas
consideraciones.
59
A partir del marco general que proporciona la Convención de los Derechos del Niño, en
esta investigación sobre el trabajo infantil se producirá un recorte etáreo que estará dado
por las características de la población que se va a estudiar (niños y niñas de 8 a 14 años)
y por la construcción social y cultural en torno al concepto de infancia que caracteriza a
nuestro país.
Me basaré en Oyhandy, M, (2005) quien realiza un estudio sobre el trabajo infantil y las
estrategias de sobrevivencia familiares. Este estudio aporta en la línea de conocer la
relación existente entre el trabajo infantil y dichas estrategias, por lo cual sostiene que
“las estrategias van variando en función de los recursos con que cuentan dichas familias,
y dentro de ellos contemplan la incorporación de niños, niñas y adolescentes al mercado
de trabajo. Entendemos, entonces, las estrategias de sobrevivencia como una
construcción que permite el análisis de la articulación de relaciones y comportamientos
que realizan los hogares en situación de pobreza frente a las restricciones que les
impone la estructura social y por ende, su condición de clase.”
La noción de estrategias de sobrevivencia, nos remite a pensar en las repuestas a
determinadas condiciones manifiestas y “... encierra en sí misma dos supuestos: por un
lado, la intencionalidad de los actores involucrados y por otro lado, desde el punto de
vista del resultado, las consecuencias que emergen modificando la realidad original. Es
decir, se describe analíticamente una trayectoria”. (Rozas, 1996, en Oyhandy, M, 2005).
García Méndez y Araldsen (1997) sostienen que en el ámbito de la definición del
trabajo infantil, el derecho internacional ha jugado un papel importante, antecediendo e
impulsando en muchos casos la normativa de carácter nacional.
Uno de los antecedentes lo constituye la Convención N° 5 sobre edad mínima (14 años
para el trabajo en la industria) adoptada por la Conferencia Internacional del Trabajo en
60
1919. La Convención 138 sobre edad mínima, de 1973, de la OIT, constituye el
documento jurídico global más importante hasta la fecha, conteniendo propuestas
inequívocas en el sentido de la definición y abolición del trabajo infantil.
De todos modos, los problemas que presenta la definición clara de trabajo infantil
podrían ser rápidamente superados haciendo uso del espíritu y del texto de la
Convención Internacional de los Derechos del Niño. En este sentido el artículo 32 de la
Convención permite definir como trabajo infantil toda interferencia sustancial, de
alguna forma remunerada, con el normal desarrollo del niño en el sistema educativo.
Como afirman G. Méndez y Araldsen, esta definición implica, un cierto desplazamiento
de la percepción de trabajo infantil de un fenómeno social abstracto, hacia una realidad
posible de ser medida con criterios más objetivos. Se complementa con esta definición,
la adoptada por Cariola y Cerra (1986) quienes entiende como trabajo infantil "...
cualquier actividad remunerada que constituye una ayuda a un trabajo remunerado de
algún adulto sea familiar o no" (Cariola y Cerra, op.cit:10).
Esta última definición no contempla la posibilidad de trabajo independiente con destino
del ingreso también independiente (es decir, la posibilidad de que el dinero recaudado
no sea entregado a un adulto) pero si incluye la noción de "cualquier actividad", lo cual
permite incluir dentro de ésta a la diversidad de actividades que para los/as niños/as que
trabajan les signifique un ingreso.
Teniendo en cuenta los elementos que se han planteado anteriormente, el concepto al
que arriban Lezcano y Cols. (2002) definiendo al trabajo infantil como “toda actividad
que desarrolla un niño o adolescente a fin de obtener una retribución material o
simbólica. El trabajo infantil abarca un amplio campo de actividades, que pueden ir
desde la mendicidad, la venta ambulante, el trabajo rural, el trabajo doméstico, hasta
61
la prostitución y el robo. (…) el trabajo infantil es el exponente más franco de un
proceso de informalización, que trasciende lo económico”. (Lezcano y cols, 2002:24)
constituye un aporte a la definición de trabajo infantil. Desde este marco se
abordará esta investigación, por lo cual se considerará trabajo a la gama existente entre
atender un comercio-trabajar en un taller-abrir puertas de taxis-recolectar cartón-robo-
prostitución.
A los fines operacionales, en esta investigación, se entenderá por trabajo callejero a
cualquier actividad realizada fuera de la casa por la que se perciba un ingreso o
cualquier tipo de remuneración simbólica y por trabajo doméstico a aquellas
actividades no remuneradas realizadas en el hogar que signifiquen ayuda a un familiar,
el cual será considerado como tal en los casos en que se refiera ayudar en el hogar por
un tiempo de 2 horas y más, con una frecuencia de dos veces a la semana y más.
El grupo etáreo objeto de esta investigación coincide con la franja etárea en la que la
escuela sería el espacio social de pertenencia y referencia. El ingreso al trabajo
precozmente compromete la posibilidad de desarrollo psico/físico, de recreación y
lúdica. Para estos niños, el proceso de constitución de identidad tiene como principales
significantes al trabajo y la calle. (Lezcano, 2002)
En términos del derecho a la salud de los niños y niñas es la Convención Internacional
de los Derechos del Niño la que expresa el pleno consenso sobre el compromiso de
garantizar el derecho a la salud: "Art. 24: los Estados Partes reconocen el derecho del
niño al disfrute del más alto nivel posible de salud y a servicios para el tratamiento de
las enfermedades y la rehabilitación de la salud. Los Estados Partes se esforzarán por
asegurar que ningún niño sea privado de su derecho al disfrute de esos servicios
sanitarios. (....) Los Estados Partes adoptarán todas las medidas eficaces y apropiadas
62
posibles para abolir las prácticas (...) que sean perjudiciales para la salud de los
niños..."
Tomaré la propuesta de Vasilachis (2003) respecto de una definición relacional de las
situaciones de pobreza, a la cual arriba como consecuencia de interpretar los datos
provenientes de la aplicación de metodologías cualitativas con el objetivo de generar
teoría a partir de esos datos. La autora concluye en que “las personas pobres son
aquellas que se ven sometidas a un entramado de relaciones de privación de múltiples
bienes materiales, simbólicos, espirituales y de trascendencia, imprescindibles para el
desarrollo autónomo de su identidad esencial y existencial. La privación de los bienes
necesarios para la subsistencia ataca no a una, sino a las dos dimensiones de la identidad
al unísono, porque pone en riesgo la vida de las personas a la par que desconoce su
dignidad al negarles su derecho al trato como iguales. (…) Las acciones de privación lo
son, entonces, porque desconocen ese principio de igualdad esencial, ya que lo que
comienza por ser una privación de bienes finaliza traduciéndose en la privación de la
identidad, al negar alguno de sus componentes, sea el esencial, sea el existencial o el de
desarrollo autónomo de alguno o de ambos” (Vasilachis, 2003:91)
Los/as niños/as trabajadores pertenecen a familias en situación de pobreza estructural,
su condición de vulnerabilidad social condiciona las estrategias y prácticas de salud.
Las categorías utilizadas para definir las familias, serán tomadas de la propuesta
metodológica de Susana Torrado (1998), y condición NBI del INDEC.
Para referirme a familia, utilizo la perspectiva desarrollada por Alicia Lezcano
(2002) quien sostiene que cuando se habla del niño, se está refiriendo a un individuo,
marcado por su historia familiar y personal, determinado por su pertenencia social,
63
miembro de una categoría social, inmerso en el tránsito del ciclo vital. Todo ello forma
parte del contexto de este desarrollo, que es la familia. Los grupos familiares no son
exclusivamente una relación de consanguinidad, sino también relaciones culturales,
unidades de residencia, reproductivas y económicas.
Existe una distinción analítica entre unidad doméstica y familia. “Por un lado, la
familia tiene un sustrato biológico ligado a la sexualidad y la procreación,
constituyéndose en la institución social que regula, canaliza y confiere significados
sociales y culturales a estas dos necesidades. Por otro lado, la familia esta incluida en
una red mas amplia de relaciones -obligaciones y derechos- de parentesco, guiados por
reglas y pautas sociales establecidas. La importancia de la familia, sin embargo, va más
allá de la normatividad de la sexualidad y la filiación. También constituye un grupo
social de interacción, en tanto grupo co-residente que coopera económicamente en las
tareas cotidianas ligadas al mantenimiento de sus miembros. Las actividades comunes
ligadas al mantenimiento cotidiano definen unidades domésticas, en las cuales se
combinan las capacidades de sus miembros y recursos para llevar a cabo dichas tareas
de producción y distribución” (Jelin, E., en Czerniecki, op.cit:60)
5.2 Presentación general del trabajo de campo
Esta investigación se llevó a cabo en el barrio IAPI, correspondiente al Área
Programática del Centro de Salud n° 3, María Eva, de la localidad de Bernal Oeste,
partido de Quilmes, en el año 2009.
El Centro de Salud María Eva es la institución de la cual se extrae la muestra y las
unidades de análisis.
64
El trabajo de campo fue llevado a cabo en el año 2009 durante los meses de Abril a
Diciembre (con interrupción de dos meses debido a la declaración de Emergencia
Sanitaria Nacional por Gripe A), por medio de entrevistas semidirigidas a 19 niños (7
mujeres, 12 varones) entre 8 y 14 años, las cuales fueron realizadas durante los meses
de Septiembre a Diciembre de 2009.
Para la construcción de la muestra, se confeccionó e implementó un cuestionario en el
espacio de las consultas a Pediatría, Odontología y Trabajo Social del Centro de Salud
del barrio IAPI en Quilmes, que detectaba familias con niños trabajadores infantiles. En
el cuestionario se indagó sobre la existencia en la familia de niños o niñas entre 8 a 14
años que recolectara cartón/botellas en la calle, limpiara vidrios, etc. o cuidara a
hermanos o realizara alguna tarea de ayuda en el hogar todos los días por más de dos
horas.
Tres de los niños no pudieron ser entrevistados debido a que luego de que la madre de
dos niños trabajadores callejeros de 11 y 13 años que recolectaban cartón durante la
noche en Constitución manifestara su acuerdo con participar del estudio, al momento de
coordinar con los niños para la realización de la entrevista el padre no estuvo de
acuerdo con la participación de ellos en el estudio. En el caso del tercer niño, después
de dos intentos de encuentro manifestó no querer ser entrevistado y se respetó la
decisión.
Como cierre del proceso, se realizaron dos talleres de actividades plásticas.
El procesamiento de los datos se realizó a través de programa Excel para los datos
cuantitativos, y para los datos cualitativos se tomó como referencia a Taylor y Bogdan
siguiendo las etapas de análisis cualitativo de los datos planteadas por los autores:
identificación de temas y desarrollo de conceptos y proposiciones; codificación de los
65
datos y el refinamiento de la comprensión del tema de estudio; relativización de los
descubrimientos. (Taylor y Bogdan, s/f: 159)
El Objetivo general es
- analizar las condiciones de salud y las percepciones que tienen los niños y niñas que
trabajan sobre el proceso salud/enfermedad/atención
Los Objetivos específicos:
1- Identificar y describir las concepciones de salud y enfermedad
2- Describir los problemas de salud más frecuentes por los cuales consultan los/as
niños/as
3- Identificar y describir las prácticas relacionadas con la salud
4- Identificar y describir diferentes resoluciones con relación a la enfermedad.
5- Explorar la articulación real y posible con el centro de salud.
Cabe mencionar brevemente la razón por la cual se consideró la inclusión de un
propósito de intervención junto a los objetivos de producción de conocimiento.
Obedece a la conceptualización a la que arriba Llobet, V (2003) sobre “procesos
resilientes”. Desde esta perspectiva se le otorga un peso importante a la dimensión de la
intersubjetividad, y en ese sentido, a las relaciones de niños/as con adultos
significativos, y se incluyen “otros adultos”, además de las figuras parentales o
sustitutos, como “representantes” de otras instituciones sociales – ya no solo la familia-
cuyas construcciones simbólicas respecto de niños y niñas determinarán algunos
aspectos concretos de sus condiciones de vida, por ej, los/as maestros, el personal del
sistema sanitario, los/as vecinos y familiares, etc. En este sentido, considero que el rol
66
del personal del sistema sanitario puede ser muy significativo para algunos aspectos de
las condiciones de vida de los niños y las niñas que trabajan.
Propósito de Intervención: Diseñar desde el Equipo de Salud una estrategia de
atención adecuada a las condiciones de salud que presentan los niños y niñas que
trabajan desde el marco de la Atención Primaria de la Salud.
En función de los objetivos de este estudio y del marco referencial del mismo, resulta
indispensable partir de la voz del protagonista, del niño/a, para recuperar informaciones,
imágenes, opiniones, actitudes.
METODOLOGIA
El tipo de diseño utilizado en este estudio es Descriptivo, a través de Estudio de caso.
La metodología se enmarcó en una Estrategia Cualitativa combinando técnicas de
producción de datos cualitativos (entrevista semiestructurada a niños y a informantes
claves profesionales de la salud y referentes comunitarios con trayectoria de trabajo con
niños y niñas; y talleres con 13 niños y niñas entrevistados, con estímulos lúdicos a
través de la expresión plástica, que posibiliten un escenario propicio para la posibilidad
de decir, opinar, relacionarse e intercambiar; y cuantitativos ( encuesta con preguntas
abiertas al final ).
En el marco de la metodología planteada, es necesario configurar en el proceso de
investigación, relaciones “cara a cara”, “... donde el investigador aparece como una
herramienta vital de construcción del conocimiento, teniendo como principal interés
captar la realidad social a través de los ojos de los niños, es decir, a partir de las
percepciones que ellos tienen de su propio contexto” (Álvarez, 1999; en Oyhandy;
67
2005: 54). En este sentido considero que “recurrir a estrategias cualitativas de
investigación supone intentar conocer el significado que los actores atribuyen tanto a
sus acciones como a las situaciones en que se encuentran inmersos.(…) El enfoque
cualitativo nos introduce en el mundo cotidiano de los niños trabajadores, abriendo paso
a su comprensión desde la perspectiva de sus protagonistas y brindando la posibilidad
de incorporar al análisis sus conflictos, temores, angustias, intereses, sentimientos, etc.,
aspectos que quedan silenciados en los estudios estadísticos” ( Macri, 2005:228)
La fuente de datos es información primaria.
El Universo lo componen niños y niñas de 8 a 14 años pertenecientes a familias que
concurren al Centro de Salud en el período comprendido entre Abril y Junio de 2009
que trabajan y que viven en el barrio Iapi. Este período se consideró representativo del
Universo sobre el que se va a trabajar en virtud de la alta concurrencia diaria de familias
provenientes del Barrio IAPI a la consulta.
La unidad de análisis es cada uno de los niños y niñas de 8 a 14 años que trabajan
pertenecientes a familias que concurren al Centro de Salud en el período comprendido
entre los meses de Abril y junio de 2009, que vivan en el barrio IAPI; y cada una de las
madres de los niños/as encuestados/as.
Las encuestas a las madres se llevaron a cabo durante los meses de Agosto y Septiembre
del año 2009, y las entrevistas durante los meses de Septiembre a Diciembre. Los
talleres que se realizaron fueron 2 (dos), los cuales se ubicaron en el cierre del trabajo
de campo, y se realizaron en el Centro de Salud, en dos sábados consecutivos, de 12 a
17 hs.
68
Tanto las madres que participaron de la encuesta como los niños y niñas dieron su
consentimiento informado previo al desarrollo de cada uno de los encuentros. En
relación a este requisito ético, vale decir que en el momento de selección de la muestra
se explicitó la voluntariedad de participación en el estudio como la confidencialidad de
la información obtenida.
Del mismo modo, tanto los profesionales entrevistados como los referentes de la
comunidad dieron su consentimiento informado previo al desarrollo de cada uno de los
encuentros.
El tipo de Muestra es Intencional. La muestra se conformó con 15 niños y 7 niñas, de 8
a 10 años (22,73%), de 11 a 12 (27,27%) y de 12 a 14 (50%). 13 realizan trabajo
callejero, 8 trabajo doméstico y una niña en un taller clandestino. Finalmente, se
tomaron 19 entrevistas semiestructuradas.
Para la selección de los casos, la estrategia metodológica se estructuró en base a 4
etapas.
a. Se confeccionó un cuestionario y se capacitó a trabajadores para su aplicación.
Se aplicó el cuestionario, se seleccionó las familias en las que se encuentran
niños/as que trabajan, se construyó la muestra, manteniéndose el criterio de
muestreo no probabilístico, intencional. Se les informó de los objetivos y la
finalidad de la investigación.
b. Se aplicó una encuesta con preguntas abiertas al final a los padres y/o familia
con la que conviven los niños/as referidos con el fin de relevar datos
demográficos, historia de salud/enfermedad del grupo familias y del participante
en estudio, utilización de los servicios de salud;
69
c. Se realizó entrevista semiestructurada a los niños/as, la cual se enfocó en torno
a concepción y percepción de salud y enfermedad, prácticas de salud, vivencias
relacionadas con la situación de trabajo.
d. A partir del concepto de proceso salud/enfermedad/atención que se toma como
referencia y en virtud de la especificidad del objetivo referido a “conocer la
articulación real y posible con el centro de salud”, se realizó entrevista a
informantes clave del centro de salud y referentes comunitarios.
El taller de aprendizaje de realización de papel maché.
El taller se consideró un momento dentro del proceso de investigación, entendiendo la
importancia de enmarcar dicho proceso en el marco de la Convención de los Derechos
del Niño. Se partió de una consigna “Crear desde lo que tenemos”. La intencionalidad
fue la de hacer efectivo el interés superior del niño, el derecho al juego, y brindar a los
niños espacios que promuevan su expresión y sus capacidades imaginativas, dejando en
el aprendizaje de una técnica de elaboración de papel machè la posibilidad de crear con
insumos familiares/cotidianos para estos niños.
Al finalizar el proceso de toma de entrevistas, se realizaron dos encuentros en dos
sábados consecutivos. El tiempo de duración de cada taller fue de 5 horas. Luego de la
toma de las entrevistas se comentó a cada niño/a y a sus padres sobre la actividad. Se
dejó una consigna relacionada con que fueran reuniendo diversos materiales como
cartón, alambre, latas y palos de escoba para amasar. En el primer encuentro, a partir de
los elementos traídos por los niños y niñas se trabajó con la técnica de elaboración de
papel maché, se amasó y se moldearon objetos, se construyeron cajas y otros objetos. El
segundo encuentro fue al sábado siguiente, momento en el que se pintaron las piezas
70
que se habían secado en el transcurso de la semana. Cada niño/a diseñó su pieza, la cual
se llevó con el/ella a su casa.
Cabe señalar que teniendo en cuenta las limitaciones de las condiciones de desarrollo de
la investigación, ya que el trabajo se realizó de manera individual (por lo cual no se
pudo contar con una co-coordinación), estos talleres consistieron en un momento de
juego y aprendizaje tal como se expresó, sin la intención de producir nuevos datos para
el análisis.
Participaron de los talleres un total de 13 niños/as. Cabe subrayar las razones por las que
algunos de los niños/as no pudieron participar de los talleres y lo hicieron saber a la
investigadora: Dos niños no pudieron venir ( una niña de 12 años y un niño de 11 años)
porque ”tuvieron que irse a la marcha” (comentario de una mamá), ambos niños habían
estado muy motivados por realizar la actividad; otro porque le robaron las zapatillas el
día anterior a la realización del taller y estaba muy triste (comentario de la mamá que se
acercó al Centro de Salud a informar sobre esta razón); y otro niño porque “tenia que
salir con el carro” (comentario de uno de los niños que participó del Taller). Dos niños
no participaron en esta instancia debido a, como se señaló anteriormente, el padre de
estos no permitió la participación de los niños en el estudio.
Encuesta
La encuesta aplicada fue construida oportunamente para el relevamiento de la presente
investigación y debía contener preguntas que permitieran conocer las condiciones de
vida y de salud de los niños y niñas participantes del estudio, ampliar información
acerca de historia de salud/enfermedad de los niños/niñas, conocer los problemas de
salud más frecuentes de estos, los motivos por los que se consulta y la información que
disponen sobre establecimientos de salud.
71
Los ítems 3 y 4 contienen indicadores de salud, siguiendo el criterio de UNICEF27,
tomando tres indicadores básicos para determinar condiciones de salud en los niños:
Uso de fuentes mejoradas de agua potable, Uso de instalaciones mejoradas de
saneamiento e Inmunizaciones. Junto con éstos, se incluyeron los siguientes
indicadores: Alimentación, Prácticas deportivas/recreación, Concurrencia a controles
de salud y Problemas de salud en el último año referidos por las madres respecto del
niño/a participante del estudio, y uso de drogas ilícitas.
Cabe aclarar que Alimentación, Prácticas deportivas y recreación y uso de drogas
ilícitas, se indagó específicamente en las entrevistas a los niños y niñas; siendo el resto
de los indicadores relevados en dicho instrumento.
La encuesta consta de 5 partes.
1) recolección de datos personales: fecha de nacimiento del participante del
estudio, edad, sexo, actividad pre-escolar y escolar.
2) Relevamiento de datos demográficos: estado de familia, personas que
viven en el hogar, nivel educativo de los padres, situación ocupacional de
los padres
3) Relevamiento de características de la vivienda. Tipo de construcción y
servicios.
4) Relevamiento de los problemas de salud más frecuentes del participante
del estudio. Antecedentes. Lactancia. Tipo de alimentación en los
primeros meses de vida. Inmunizaciones.
5) Registro de la información sobre establecimientos de salud.
Conocimiento, utilización y opinión.
27 http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/argentina_statistics.html
72
Entrevista:
Las entrevistas a los niños y a los informantes claves se realizaron luego de una primera
etapa de toma de la encuesta, ya que se consideraba que en el proceso de toma de la
encuesta podrían identificarse aspectos no previstos en la elaboración de guía de
entrevista.
Las 19 entrevistas tuvieron un formato semidirigido, apuntaron a relevar percepciones
y significaciones sobre la salud, la enfermedad y la atención; prácticas de salud
(descanso, alimentación, recreación, hábitos); estrategias relacionadas con la
enfermedad; y relación con establecimientos de salud.
La mayor cantidad de la toma de las entrevistas se realizó en la casa de los niños y
niñas, ya que se consideraba que operaría como facilitador y no como condicionador
para los niños/as. Además posibilita ubicar los relatos en un contexto de significaciones.
Entrevista a informantes clave.
En función del objetivo especifico 2 y 5 se realizaron entrevistas a trabajadores del
Centro de Salud (pediatra y trabajadora social) y a referentes comunitarias con amplia
trayectoria de trabajo con niños y niñas en el área de localización del estudio (Directora
de Casa del Niño perteneciente a una sociedad de Fomento y una Coordinadora de
manzaneras).
Se realizó guía de entrevista para informantes clave (profesionales de la salud).
La guía de entrevista a informantes clave (referentes comunitarios con trabajo con
niños: manzanera y coordinadora Casa del Niño) consistió en ampliar
información/contextualizar sobre la población sujeto de estudio.
73
Las guías de entrevista, la encuesta a madres y el Consentimiento Informado se
agregan en ANEXO.
5.3 Presentación de las Características socio familiares de los niños y niñas.
Los datos presentados surgen de la realización de una encuesta aplicada a madres de los
niños y niñas que conformaron la muestra. En una toma de encuesta participaron en
conjunto madre y padre. Se tomaron 22 encuestas. Las mismas fueron realizadas en el
Centro de Salud, explicitándose la independencia del estudio del Centro de Salud, pero
transmitiendo la relación de la investigación con una problemática de interés para el
Equipo de Salud de dicho Centro.
Distribución por sexo de niños participantes en el estudio
sexo
68,18%
31,82%M
F
Distribución por edad de los niños participantes del estudio
edad
22,73%
27,27%
50,00%
8 a 10
11 a 12
13 a 14
74
Asistencia a la escuela de los niños/as participantes del estudio al momento del
estudio
asistencia escuela
77,27%
22,73%
Si
No
Todos los niños y niñas participantes del estudio tienen una familia de referencia con la
cual viven: el 77,27% presenta características de familia nuclear, y el 22,73% familia
extendida.
El promedio de niños que habitan el hogar es de 5,77; y de adultos 3,45. Es decir, la
composición familiar en promedio es de 9,22 personas.
Existen familias de 15 y 16 miembros en el grupo familiar. Solo hay una familia
compuesta por 2 personas, en este caso, conviven el niño con su mamá.
Estado de familia
77%
23%
nuclear
extendida
75
Respecto del Nivel educativo alcanzado por los padres y madres, los resultados
obtenidos muestran que entre los que no concluyeron la escolaridad primaria un
68% está representado por las madres y un 40, 91 %por los padres.
Con primaria completa, las madres representan un 36,36% respecto de los padres
31,82 %.
Con secundario incompleto se encontró el 4,55% de las madres, y el 4,55 % de los
padres.
En situación de analfabetismo se relevó un 9,09% en madres.
Situación Ocupacional
Situación ocupacional Madre
13,64%
18,18%
81,82%
9,09%
0,00%
9,09%
changas
empleo domestico
cuenta con plan social
cartonero/a
venta ambulante
desocupado/a
76
Situación ocupacional Padre
4,55%0,00%
9,09%
31,82%
0,00%
4,55%
changas
empleo domestico
cuenta con plan social
cartonero/a
venta ambulante
desocupado/a
El 81,82 % de las madres y el 9,09% de los padres cuentan con un Plan Social. En
relación a este dato, se consideró Plan Social a Plan de Empleo o Pensión Asistencial.
El 36,36% % de las madres percibe una Pensión Asistencial por Madre de más de 7
hijos, y un 31,81% se encuentra dentro del Plan Familias28. Estos datos resultan
significativos porque reflejan un grado importante de inscripción en algún tipo de
política social, aunque todos los casos de las familias encuestadas presentan NBI. En
sus relatos se reconoce que “no sale con el carro, no comenos”, (comentario de una
madre refiriéndose a su esposo. La misma percibe una Pensión asistencial por madre de
7 hijos, y la principal fuente de ingresos es el “carro”)
El 9,09% de las madres y el 31,82% de los padres realizan actividades de “cartoneo”,
esta actividad, respecto del resto de las familias encuestadas representa el 40,91%,
ubicada en segundo lugar luego del 90,91% que representa a familias con un Plan 28 Desde el año 2004 se creó el Seguro de Capacitación y Empleo (SCyE) dependiente del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTEySS) para aquellos “beneficiarios” del Plan Jefes de Hogar Desocupados (PJH) considerados “empleables”, esto es, “con posibilidades de acceder a un empleo”, mientras que aquellos “beneficiarios” que se encuentran en situación de vulnerabilidad, se promueve que se traspasen al Plan Familias (PF), dependiente del Ministerio de Desarrollo. Este último grupo está mayormente integrado por mujeres con hijos. A los destinatarios del SCyE se les brinda capacitación laboral, mientras que a los del PF se les exige la certificación de asistencia escolar y controles sanitarios de sus hijos, sin el requerimiento de contraprestación. (Gabrinetti, M, 2009:16-17)
77
Social. Es necesario advertir que al tratarse de una encuesta con respuestas de opción
múltiple, los datos expresados representan el porcentaje de respuestas, no de personas;
ya que existen situaciones (en la mayoría de los casos) en las cuales una persona refiere
percibir un Plan Social y trabajar como cartonero, o en empleo doméstico.
En situación de desocupación se encuentra el 9,09% de las madres y el 4,55% de los
padres.
Los datos referidos muestran las condiciones de informalidad y desprotección que
caracterizan las condiciones de trabajo de los padres de los niños y niñas entrevistados.
Siguiendo el criterio de UNICEF29, se tomaron tres indicadores básicos, junto con otros
que se describirán más adelante, para determinar condiciones de salud en los niños: Uso
de instalaciones mejoradas de saneamiento, Uso de fuentes mejoradas de agua potable,
e Inmunizaciones. En los gráficos que siguen, se muestran los resultados obtenidos.
• Uso de instalaciones mejoradas de saneamiento. Para relevar este indicador se
indagó sobre: Material predominante de construcción de la vivienda; si la
vivienda estaba finalizada o no; si era de mampostería o no; tipo de piso; si el
techo era de chapa con aislamiento; tipo de combustible utilizado para
calefacción y tipo de combustible utilizado para cocinar.
29 Op.cit
78
Tipo de posesión de la Vivienda
95,45%
0,00%
0,00%
4,55%
propia o de su familia
alquilada
prestada
otra situacion
Vivienda terminada
13,64%
86,36%
Si
No
79
Tipo de construcción predominante
72,73%
31,82%
0,00%
9,09%
material
chapa
carton
madera
Techo de chapa sin aislamiento
90,91%
9,09%
Si
No
80
medios de calefacción
40,91%
0,00%
45,45%
0,00%
4,55%
27,27%
madera, carbon
gas
electricidad
Kerosone
otros
ninguno
El 45,45% utiliza electricidad para calefaccionarse30, el 40,91% carbón y/o madera, el
27,27% refirió no utilizar ningún tipo de calefacción, y el 4,55% manifestó utilizar
Otros, incluyéndose en esta opción de respuesta “frazadas y dormir varios hermanos
juntos” como estrategia para atenuar el frío.
Respecto del combustible utilizado para cocinar31: el 95,45% manifestó utilizar gas, y
un 45% carbón. En el caso de combustible utilizado para cocinar el 95,45 % de las
respuestas fue por gas, y el 45% por carbón, dando cuenta de esta manera que en
algunos casos utilizan ambos combustibles, es decir, el 95,45% refiere utilizar gas, a la
vez que refieren utilizar también carbón para ahorrar consumo de gas o cuando se
termina el gas envasado (garrafa). En este ítem se refleja una modalidad característica
de los sectores pobres, y es la de la alternancia en el uso de combustible para cocinar,
condicionado esto por la inaccesibilidad al pago del gas envasado, lo que genera como
consecuencia, que cuando se “termina la garrafa” que en general se la compra cuando
30 Cabe aclarar respecto de este ítem que los resultados se calcularon en base a la cantidad de respuestas, y no sobre cantidad de encuestados, ya que las preguntas fueron de opción múltiple. 31 Idem anterior
81
“se cobra”, luego se utiliza el carbón. Lo que se destaca es que el 95,45% utiliza el gas
envasado como combustible principal, y casi la mitad de esta población necesita
combinar el uso, con todos los riesgos que eso conlleva.
Combustible para Cocinar
45,45%
95,45%
madera, carbon
gas
• Uso de fuentes mejoradas de agua potable:
Provisión de agua por cañeria
40,91%
59,09%
Si
No
82
Como se observa en el cuadro anterior, el 59,09% no tiene provisión de agua por
cañería dentro de la vivienda y el 100% no dispone de retrete con descarga de agua.
El 40,91% cuenta con provisión de agua por cañería, constituyéndose este dato en
un indicador más significativo de lo que su valor expresa, al cruzarlo con
disposición de retrete con descarga de agua, con la cual no cuentan ninguna de las
familias participantes del estudio.
• Inmunización.
El 45,45% refirió que el/la participante en estudio tenia el plan de vacunación completo
y el 54,54% presentan plan de vacunación incompleto. Cabe señalar que esta
información fue recabada por recordatorio de las dosis aplicadas, por lo cual se asume
posibilidad de ser información sesgada. Esta observación se plantea a la luz de lo
Calendario de vacunación
45,45%
54,54%
Completo
Incompleto
83
referido por la pediatra entrevistada en calidad de informante clave, quien, aunque no
está refiriéndose en particular a la población que conformó la muestra, emite una
opinión basada en una amplia base empírica.
“A veces uno cuando los chicos van a campamento o viajes desde la escuela están todos
apurados para llenar las planillas y a lo mejor ese es el momento para hacer el control y
verificar el plan de vacunación, que muchas veces, particularmente, yo veo en esta
población que la cobertura de vacunación completa es baja.”(informante clave del
centro de salud).
A la opinión citada, se agrega la respuesta de una madre respecto de la vacunación: “las
vacunas en los operativos, no los voy a llevar por una vacuna…”
- Controles de salud
De los datos que surgen de la encuesta a las madres el control de salud representa el
9,09% entre las opciones de respuesta respecto a los motivos por los cuales concurren
al centro de salud (en este caso, la pregunta es referida a todo el grupo familiar).
En relación a la realización de controles de salud al niño/a que trabaja, en este marco,
donde solo un porcentaje muy menor manifestó concurrir al centro de salud para control
de salud de sus hijos, las respuestas se plantean en los siguientes términos:
“Lo llevé a control hasta los 3-4 años, después si no había dolor NO” (comentario de
una madre de un niño que junta cartón de 11 años)
“me pongo con la vecina de acuerdo para venir a sacar número porque en cada
control dan la leche. Vine 5.30 y conseguí turno para las 14 hs. Le pregunté ese día si
estaba bajo de peso, lo pesó y lo midió, pero no me anotaba en la libreta. “el mes que
84
viene vamos a controlarlo”, me sentí mal, yo quería que me dijera como estaba”
(comentario de una madre de un niño que junta cartón de 8 años)
Lo manifestado expresa una situación que contiene al menos dos elementos en juego:
una dinámica de asistencia a los controles hasta una determinada edad y una serie de
obstáculos relacionados con el sistema de atención (largas colas desde muy temprano
para los turnos, el acto médico fragmentado, en cuanto a que se pesa y mide al niño/a y
no se consigna en la libreta).
En el siguiente fragmento de la entrevista realizada a una pediatra del centro de salud se
puede visualizar otros aspectos que estarían condicionando la realización de controles
de salud.
“… no está incorporado en esta población el hecho de hacer controles de salud como
preventivo una o dos veces al año para ver como está el chico, o mismo uno a veces son
oportunidades que trata de no perder para verificar si tienen el plan de vacunación al
día; entonces es como que las mamás tienen incorporado que el chico hasta que entra
al jardín por las vacunas, vienen, hacen la consulta, pero después ya los chicos
mayores (…) mal que mal a los controles en los primeros años viene, son muy pocas
las familias de alto riesgo que las madres no tienen registro y no viene, es como que
está incorporado que el nene tiene que venir y las vacunitas… después se diluye todo,
ya en el ultimo año de jardincito cuando empieza la primaria ya si el chico está bien,
si no se enferma, el único motivo para venir a la US es por enfermedad” (informante
clave del centro de salud).
85
Lo referido por la pediatra implica pensar sobre los controles de salud en niños y niñas
de más de 6 años como algo que no está “naturalizado” en la comunidad, esto se
constata con lo que a continuación se rescata de la misma informante:
“… ahí es cuando a lo mejor me conocen con los nenes más chicos “y usted atiende
nenes más grandes”? “y Si!! 13, 14 años, hasta los 14 años..” “ah bueno, y lo puedo
traer?” “Si, pedí turno y tráelo si total no es una cosa urgente” (informante clave C.de
S)
“… en general escucho que no hay registro de alarma, por ejemplo con VIH, con ETS,
embarazo, la vida cotidiana y la situación que vive la familia que está día a día
peleándola, la prevención no entra.. hay otra cosas mas urgentes que resolver”
(informante clave del centro de salud, trabajadora social)
Desde la visión de informantes clave de la comunidad se describen otros aspectos que es
posible que intervengan en relación a los controles de salud.
Estos se plantean por un lado, desde, por ejemplo, la no percepción del problema de
bajo peso en los niños “más grandes” como situación crónica que requiere de
seguimiento; y por otro lado, la vinculación entre el acceso del adulto a la atención de la
salud y unido a esto, la atención de los niños.
“el seguimiento de salud es más o menos hasta los 8 años, hasta ahí pareciera que las
mamás llevan a los chicos a la atención médica y después “ya está grande”, pero
tenemos chicos de esas edades que pueden llegar a tener bajo peso. El tema del bajo
peso, una vez que el chico desarrolló la mamá no le da tanta importancia, y es algo que
86
sigue, sigue el chico con eso como para seguirlo tratando” (informante clave
comunidad)
“tengo que acompañar mañana a Alejandra (…), la acompaño para que ella siga su
tratamiento y convencerla de que traiga los nenes a controlarse” (informante clave
comunidad)
- Problemas de salud más frecuentes:
Antecedentes: Respecto a la edad promedio de las madres al nacer los niños y niñas
participantes del estudio, es de 24 años. Cabe destacar que el 18% de los niños/as son el
primer hijo; el 18,18% son el quinto hijo, otro 18,18% el sexto hijo, y un 10% de niños
se ubican en el lugar noveno, por lo cual hay una cantidad significativa que han sido
madres muy jóvenes.
¿Nació a término?
90,91%
9,09%
Si
No
El 90, 91% de los niños y niñas nacieron a término, el 9,09 % fue prematuro. El peso
promedio al nacer es de 3,12 kg.
87
Lactancia materna
90,91%
9,09%
Si
No
El 90,91 % de las madres refiere haber amamantado a sus hijos. Entre estos datos se
observa una heterogeneidad importante de experiencias en cuanto a tiempo de
amamantamiento. Se encuentran quienes solo han amamantado hasta los 3 meses
como quienes lo han hecho hasta los 24 meses. En todos los casos ha existido la
voluntad de amamantamiento; para el caso de quienes han amantado pocos meses, la
referencia recurrente es la “extinción” de la leche. Una relación interesante que podría
establecerse como supuesto, - luego de cruzar variables de bajo peso y tiempo de
lactancia - , es que aquellos niños que nacieron con bajo peso o prematurez presentan
menos historia de lactancia. Teniendo en cuenta la voluntad de amamantar de todas las
madres encuestadas, se abriría una línea de indagación (la cual no será objeto de análisis
de esta investigación) referida al cuál sería el estado nutricional de las madres en el
momento de amamantar y cuáles los otros factores intervinientes como internaciones, el
acompañamiento profesional para recuperar la lactancia después, etc.
La mayoría refiere desconocer cuanto pesa/mide su hijo/a al momento del estudio.
Para indagar sobre los problemas de salud se tomó como base un listado de problemas
de salud más frecuentes relevados en otros estudios (Czerniecki; Pojomovsky; Lezcano;
Cohen y Brufman) incluyendo la opción “Otros”, en la cual se consignaron en forma
recurrente severos problemas odontológicos.
88
Problemas de salud32
Problemas de salud
72,73%
54,55%
40,91%
36,36%
18,18%
9,09%
4,55%
13,64%
27,27%
63,64%
0,00%
22,73%
54,55%
27,27%
54,55%
tos y resfrío
golpes y caídas que requirió atención médica
quemaduras
problemas respiratorios (asma, neumonías, bronquitis, etc)
accidentes
intoxicación
apuñalamiento
problemas cardìacos
anemias
cefaleas
problemas congènitos
alergias ( bronquiales, en piel)
parasitosis
escabiosis
otros
tos y resfrío 72,73%; golpes y caída que requirió atención médica 54,55%; quemaduras
40,91%; problemas respiratorios 36,36%; accidentes 18,18%; intoxicación 9,09%;
apuñalamiento 4,55%; problemas cardíacos 13,64%; anemias 27,27%; cefaleas 63,64%;
problemas congénitos 9,09%; alergias 22,73%; parasitosis 54,55%; escabiosis 27,27%;
OTROS 54,55%.
Dentro de Otros, los problemas que se consignan en el siguiente orden de prioridad son:
problemas odontológicos severos; mareos, mordedura de perros.
Respecto de quienes concurren al centro de salud y al servicio de pediatría, los
problemas de salud prevalentes de la franja etárea correspondiente a la población de este
estudio, referidos por la pediatra son: El 40 % patología respiratoria; el resto de las
patologías prevalentes son malnutrición, desde bajo peso a obesidad; problemas
dermatológicos (infecciones), parásitos, accidentes en el hogar y violencia. (informante
clave pediatra).
32 Idem anterior
89
Un aspecto a destacar es que varios de los problemas de salud referidos por las madres
no tienen su correlato con haber realizado una consulta por consultorios de pediatría,
muchos de ellos son llevados por la Guardia.
Información sobre el Centro de Salud, Conocimiento sobre su funcionamiento y los
Programas de salud; utilización y opinión sobre la atención
Tiempo de atención en el Centro de Salud
4,55%
95,45%
de 6 meses a 1 año
5 años y más
En lo que refiere al tiempo de atención en el C. de S solo el 4,55% se ubica entre 6
meses a un año de tiempo de atención, el 95% refiere historia de atención de 5 años y
más
Utilización de los servicios de salud
22,73%
27,27%27,27%
22,73%
Siempre al mismo centro de salud
A otra centros en forma alternada
A otros centros en forma esporádica
Generalmente a otros centros de salud
90
Sobre Utilización de establecimientos de salud, el 22,73% refiere concurrir siempre al
mismo C. de S; el 22,73% (en la misma proporción que los que concurren siempre al
mismo C. de S) generalmente concurre a otros C. de S; el 27,27% a otros en forma
alternada y el 27,27 % a otros en forma esporádica. Quienes concurren en forma
alternada relatan hacerlo a Hospital de Segundo Nivel o Tercer nivel de Atención ya que
tienen a algunos de los miembros de la familia con patología crónica que requiere de
niveles de atención de mayor complejidad.
Distancia del centro de salud
45,45%
50,00%
0,00%
4,55%
Menos de 5 cuadras
De 5 a 15 cuadras
De 15 a 30 cuadras
Más de 30 cuadras
Respecto de la distancia del C. de Salud el 45,45% se encuentra a menos de 5 cuadras,
el 50% se encuentra entre 5 a 15 cuadras y solo el 4,55 % a más de 30 cuadras.
91
Medios de acceso al centro de salud
86,36%
13,64%
Caminando
carro
En cuanto a medios de acceso al C. de Salud el 86% refiere acceder caminando y el
13,64% manifiesta hacerlo en carro.
Conocimiento del horario de atención
68,18%
31,82%
Si
No
Sobre el conocimiento de los horarios de atención del Centro de Salud (C.de S) el
68,18% manifiesta conocer y el 31,82 % no conoce.
92
Conocimiento de programas de salud
9,09%
50,00%
36,36%
4,55%
Si
No
Algunos
NS/NR
Solo el 9,09 % refiere conocer los Programas de Salud que se implementan en el Centro
de Salud, el 50% manifiesta desconocer, el 36,36% conoce algunos y el 4,55% No
sabe/No responde. (NS/NR).
Sobre el conocimiento de la cobertura de la Vacuna antitetánica, el 54,55 % responde
conocer y el 45,45 % desconoce.
Ultima vez que asistió al centro de salud
63,64%
27,27%
4,55%
0,00%
4,55%
Menos de 1 mes
De 1 mes a 3 meses
De 3 meses a 6 meses
De 6 meses a 1 año
1 año y más
Respecto de la última vez que asistió al C. de Salud; menos de un mes el 63,64%, de
1 a 3 meses el 27,27%, de 3 a 6 meses el 4,55% y más de 1 año solo el 4,55%.
93
Motivos de asistencia
40,91%
9,09%
4,55%
50,00%
9,09%
0,00%
4,55%
36,36%
9,09%
0,00%
4,55%
4,55%
9,09%
36,36%
Fiebre
Vómitos
Dearrea
Cuadros respiratorios
Alergias
Vacunación
Medicación
Leche
Control de salud
Problemas bucales
DBT
HTA
accidentes
otros
La última vez que necesitó atención para su hijo/a lo llevó?
68,18%
31,82%
SI
NO
Respecto si llevó a la atención, la última vez que necesitó atención para su hijo/a
(participante del estudio), el 68,18% responde que Sí, y el 31,82% responde no
haberlo/a llevado.
Sobre Utilización de otras formas de atención33, el 40,91% de las respuestas
obtenidas se corresponden con la automedicación, el 22,73% con el curandero, el
22,73% con utilización de medicación casera, el 18,18% medicación casera y el 13,64%
respondió no utilizar ninguna de las formas consideradas en las opciones de respuesta.
33 Idem anterior
94
expectativas respecto a aportes del centro de salud para la salud del niño/a que trabaja
31,82%
13,64%
9,09%4,55%
13,64%
31,82%
13,64%
Asistencia psicológica
Actividades de recreación
Asistencia material
Acceso a realización de estudios y prácticas
Guardia pediátrica
Otra
mayor accesibilidad a turnos para odontologia
En cuanto a las Expectativas respecto a aportes del C. de S para la salud del niño/a
que trabaja34. El 31,82% refiere necesitar asistencia psicológica; el 13,64% actividades
de recreación; asistencia material el 9,09%; acceso a realización de estudios y prácticas
el 4,55%; guardia pediátrica 13,64%; mayor accesibilidad a turnos de odontología
13,64%; Otra 31,82%.
Cree que su hijo/a que trabaja ha necesitado ser atendido por algún problema de salud pero al tener
que realizar el trabajo a debido postergar la consulta?
45,45%
31,82%
22,73%
Si
No
NS/NR
Respecto de si cree que el hijo/a que trabaja ha necesitado ser atendido por algún
problema de salud pero al tener que realizar el trabajo ha debido postergar la
34 Para relevar las expectativas de las madres en relación al potencial aporte del C. de S a la salud de los niños y niñas que trabajan se realizó una pregunta abierta, por tal las respuestas fueron espontáneas; se categorizaron y codificaron en el momento del análisis de los datos.
95
consulta? El 45,45% responde que ha postergado la consulta, el 31,82 refiere no
haberla postergado; el 22,73% NS/NR.
¿Se siente escuchada/o por las personas que trabajan
en el centro de salud?
50,00%
27,27%
13,64%
31,82%profesionales médicos
profesionales de otras
disciplinas
administrativos
no se siente escuchada/o
En cuanto a si se siente escuchada/o por las personas que trabajan en el C. de S. El
50% refiere sentirse escuchado/a por profesionales médicos, el 27,27% por
profesionales de otras disciplinas; el 13,64% por administrativos, el 31,82% responde
no sentirse escuchado/a.
En relación al grupo etáreo de los hijos que concurren con más frecuencia, de 0-1 el
4,55%; de 1 a 3 años el 36, 36%; de 3 a 6 años el 40,91%; de 6 a 11 el 40,91%; de 11 y
más el 18,18%; el 4,55% NS/NR.
Sobre la elección del profesional para la atención, el 36,36% refiere que es asignado
por el C. de S; el 40,91% refiere ser elección personal; el 13,64% a veces es adjudicado;
el 9,09% a veces es elección personal.
96
Sobre si siempre es el mismo profesional quien lo/a atiende el 31,82% responde que
Si; el 36,36% responde que NO, y el 31,82% responde que Si mayoritariamente.
Respecto a los aspectos burocráticos/ administrativos existentes para el acceso a la
atención el 4,55% considera que son excesivos, el 31,82% adecuados, el 63,64%
NS/NR.
5.4 Una aproximación a la salud de los niños y niñas que trabajan, desde sus
propias voces.
5.4.1 Significaciones y percepciones salud/enfermedad/atención
En las respuestas obtenidas en entrevistas a los niños y niñas que trabajan, se destaca,
cuando se refieren a la salud como a la enfermedad un abanico que incluye el dolor
físico, la cuestión emocional y las condiciones de vida, expresados en algunos casos en
forma integrada y en otros predomina algunos de los determinantes sobre los otros;
expresados literalmente en la mayoría de los relatos y en otros de manera subyacente.
• Sobre la salud
A partir de las respuestas de los niños y niñas entre los 8 y 10 años respecto de la noción
de salud se destaca una significación de la salud como:
- contención afectiva y cuidados “porque la mamà la curó” (M.P, niña de 9 a.)
- acceso a la atención “porque tiene remedios, porque va a la salita y le dan remedios”
(L, niña de 10 a.)
- ausencia de enfermedad “cuando no le duele nada”, “cuando no está golpeado” (R,
niño de 8 a.)
97
Entre los niños y niñas de 11 a 12 años se abre un “abanico” más amplio que en los más
pequeños y se identifica a la salud con otro tipo de construcciones:
- contención afectiva “mi mamà está sana. Porque siempre está conmigo y
algunas veces me lleva al colegio. Mi hermana está sana porque me acompaña
a todos lados” (N, niña de 12 a.)
- capacidad de alegría “porque sonríe” (J, niño de 11 a.); “porque está contenta”
(B, niño de 12 a.) “cuando no tiene problemas” (B, niño, 12 a.)
- estar activo “está mucho al sol y camina mucho…” (N, niño de 12 a.)
- capacidad de juego “todos los días estamos en la placita” (S, niño de 11 a.)
- Acceso a la atención sanitaria
- Hábitos saludables “cuando no fuma” (S, niño de 11 a.)
- Capacidad para sobreponerse “que puede seguir más adelante” (J, niño de 11
a.)
En cuanto a las significaciones dominantes en la franja de 13 a 14 se visualiza una
mayor semejanza con los de 11 a 12, quienes responden que consideran que alguien está
“sano” cuando:
“Cuando está alegre, está contenta, cuando sale para todos lados, camina (B, niño de
13 a.)
“porque no se droga, no fuma, siempre está alegre, la pasa bien” (B, niño de 13 a.)
“cuando están feliz, cuando no tienen una enfermedad” (N. niño de 12 a)
“cuando está bien cuidado por los padres, por la mamà... se preocupan mucho por el,
por el hijo… cuando no tiene problemas con la droga...” (R, niño de 13 a)
“cuando está feliz, cuando está con ganas de hacer cosas, cuando tiene ganas de estar
con alguien, cuando pueden jugar, hacer gimnasia o algo físico, o hacer algo en la
casa”(M, niña de 14 a.)
98
“(la abuela) está sana, porque ahora sí tiene fuerza” (M. niña de 14 a.)
“cuando uno está contento, está alegre, está en familia y se ríe... salud para mi es estar
bien con la familia.”(N, niña de 14 a.)
“cuando tiene cara de contenta” (C, niño de 13 a.)
“cuando no tose, no tiene gripe” (E, niño de 13 a)
“porque juega, hace la tarea; porque va con su hermano a jugar a la plaza” (E, niña de
13 a.)
A continuación, se recuperan relatos que contienen una concepción de la salud que
“enriquece” las precedentes, vinculando la salud con las condiciones de vida y
fundamentalmente, éstos se organizan de la siguiente manera
- “tener fuerza, poder hacer, poder limpiar” (E, niña de 13 años; M, niña de 14 años)
- “cuando tiene con que vestirse” (R, niño de 13 a.)
-“cuando veo un cambio” (C, niño de 13 a)
Respecto de la última significación, la que remite a “cambio” se repregunta para ampliar
el sentido, comprender la orientación de la concepción, y el niño responde “que puede
cambiar, que no está siempre igual”.
• Sobre la enfermedad
A partir de las entrevistas con los niños surge que al momento de describir situaciones
de enfermedad referidas a personas próximas asocian la enfermedad con situaciones de
padecimiento físico, y por lo general, registran aquellas situaciones que hayan requerido
internación, cortes o accidentes de gran importancia, es decir, el padecimiento físico
estos niños/as lo reflejan en situaciones que se podrían considerar “extremas”.
99
En el grupo de 8-10 las significaciones sobre la enfermedad que se destacan son las
siguientes.
- estado emocional/subjetivo “cuando está triste, caído”
- padecimientos físicos
- “estar en la cama”
En el grupo de 11-12 años se visualiza una fuerte vinculación entre padecimiento
físico: “se marea” “convulsiona” “se cae” y padecimiento subjetivo “cuando está
triste” “cuando no tiene ganas de jugar” “también se puede morir”
En el grupo de 13 a 14 años lo que surge de las entrevistas es la vinculación de estar
enfermo con:
- Padecimiento físico “tos, vómitos, dolor de cabeza”….
- Padecimiento subjetivo “le duele la cabeza, se revuelca y busca a la madre”.
“cuando está triste” es una respuesta frecuente en la mayoría de los niños y
niñas en esta franja etárea.
- Conflictos interpersonales/intrafamiliares “las peleas en la casa” “cuando
está sola, cuando no quiere hablar con nadie”
- condiciones de vida precarias/exclusión social “cuando llueve está desnudo,
sin zapatillas”
- Hábitos no saludables la cotidianeidad caracterizada por el consumo de drogas
- Pérdida de motivaciones “cuando no tiene ganas de hacer nada, cuando está
triste, cuando llora, cuando no va al gimnasio, cuando no tiene ánimo de nada”
5.4.2 Percepción y autopercepción del padecimiento
“vienen y se acuestan… ahí me doy cuenta que les duele algo, sino no dicen nada” (comentario de una madre)
100
La percepción del padecimiento es claramente descripta por los niños y niñas
entrevistados, refiriendo lo que “sienten” cuando se empiezan a sentir mal, que cosas
perciben como “estar sintiéndose mal” y las percepciones respecto de los demás.
Se destacan fuertemente vivencias relacionadas con el dolor, y en ellas, el dolor está
presente aunque no se relaciona directamente con la enfermedad. En este sentido, al
momento de relatar lo que sienten en relación a estar enfermos, se observa mayor
distancia entre el registro de padecimiento y la percepción de estar enfermo en los niños
y niñas más grandes. En un mismo relato surge:
“No me enfermo (…) A la madrugada, la despertaba a mi mamá porque no podía
dormir… Porque cuando me duele… cuando me voy a dormir… se me hincha… la
muela, acá alrededor, el cuerito, eh, se me hincha, adentro…Hinchado… de tanto
llorar, estaba hinchado, los ojos” (B, 13 años)
En otro relato de una niña ante la pregunta sobre si recordaba cuando había sido la
ultima vez que estuvo enferma, la respuesta fue: “enferma, enferma? Hace un montón
que no me enfermo” (N, 14 años) Esta niña asistió al centro de salud una semana antes
de realizar la entrevista, por parásitos que le implicaban un padecimiento muy
importante desde hacia un año y no había consultado hasta entonces, situación que se
releva en encuesta realizada a madres de la cual surge esta problemática de salud en el
ítem sobre “problemas de salud del participante en estudio” y en ese marco se la orienta
para acceder a una consulta con una médica del centro de salud, a la cual la niña es
llevada por su mamá. (información suministrada por su madre luego de haber accedido
a la consulta)
101
“nunca estoy enferma... nomás la otra vez estaba engripada… también dolor de
muela, me pincha, re fuerte, dolores, por las piernas… de cabeza, y dolor de panza”
(E, 13 años). Respecto de este relato, en la encuesta realizada a la madre, la misma
planteaba que tenia que llevar a su hija al odontólogo por los dolores frecuentes de
muela. El día que se toma la entrevista con la niña coincidió con turno con odontólogo,
el cual no pudo realizar práctica por la infección en la muela que tenia la niña, por lo
cual se le indicó antibióticos.
En la franja etárea de 8 a 10 años refieren el malestar como “dolores a la noche”,
“dolor de muela”, “vómitos”, es decir, adquieren relevancia los síntomas físicos: “me
duele mucho el corazón cuando me acuesto” (observación de la entrevistadora: se
señala el pecho, tiene una cicatriz de una operación de corazón)(M.P, niña, 9 años); “y
no se cuantas veces era que me dolía la muela” (R, niño 8 años) “me duele la muela,
me duelen las dos, las tengo picadas, y el otro día estuve con vómitos todo el día, no
pude ir a la escuela” (L, niño 9 años)
A continuación se rescata un tramo de entrevista realizada a una niña de 10 años, donde
se puede observar una vivencia caracterizada por un padecimiento que se registra, se
percibe como tal en la situación de entrevista, pero no se expresa así a los referentes
afectivos (madre); es decir, se tolera, se silencia. Se rescata un recorte de una entrevista
con una niña de 10 años:
E: es la rodilla o es toda la pierna?
L: acá, todo…
E: y eso no le contás a tu mamá?
102
L: no
M: por que?
L: porque no
E: no te parece que seria bueno que ella lo sepa?
L: …. (silencio)
En los niños y niñas entre 11 y 12 años la percepción de la salud/enfermedad se
expresa en síntomas físicos, a la vez que se destacan respuestas “polarizadas” las
cuales van desde el orden de “no me enfermo” como se expresa en los relatos
transcriptos anteriormente (B,13 años y N,14 años; E, 13 años) hasta “dolores de huesos
y muelas”, “Como si fuera que se te duerme, no te podes mover, porque te empieza a
doler todo, a agarrar como un ataque, todo tirones” (N, 12 años); Convulsiones, te
tiembla todo.. tengo un soplo en el corazón… el corazón a veces late un poco más
fuerte”. (N, 12 años); registrándose en un caso, una enfermedad de transmisión sexual
(ETS).
En esta franja se podría decir que lo destacable es la auto percepción de malestar que
convive con un alto umbral de tolerancia al dolor que se registra en la mayoría de los
niños y niñas entrevistados, donde la percepción de estar enfermo/a es diferente al
padecimiento por algún dolor, etc. Lo dicho anteriormente puede identificarse en los
siguientes relatos:
“me lo tengo que bancar porque mi mamá me dice que me lo tengo que bancar, (…) y
me acuesto, me relajo y cuando no me duele mas, quedo así dormido y no me despierto
hasta la noche…Me relajo un rato, mi mamá dice que me relaje un rato” (B, 12 años)
103
“(..) y a veces me clavo vidrios en las manos, me saco los vidrios y listo, me pongo una
curita (B, 12 años)”
“ahora me duele el diente... a veces me dolía mucho, me quedaba dormido y después
me levantaba y se me pasaba... no tomaba nada (S, 11 años)
“sí, me aguanto las cosas, como 5 días” (B, 13 años)
El alto umbral de resistencia al padecimiento que surge de las entrevistas con niños
también es referido en entrevista a informante clave de la comunidad, desde donde se
expresa una mirada sobre la tolerancia al dolor en dos sentidos: lo que para algunos
sería “una locura” en otros está “naturalizado”; y la posibilidad de que la situación de
daño, golpe, etc., genere consecuencias que no se pueden establecer al no concurrir a
la consulta de salud.
En el siguiente relato se destacan elementos como la inmediatez, lo cual se entiende
como un fuerte condicionamiento para la prevención (consulta oportuna); “el trajín
diario”. Pero en el mismo marco de visualizar las dificultades que atraviesan el proceso
salud/enfermedad/atención, se señala la posibilidad de generar espacios de diálogo con
los referentes familiares de los niñas y niñas; los cuales serían facilitadores para “situar”
al problema de salud en el marco de las complejas condiciones de vida.
“… los esfuerzos, los golpes, que se han caído del carro y pobrecitos lo toman como
nada, porque viste que muchas veces van corriendo al lado del carro, se trepan con el
carro andando y ellos lo toman como algo natural. Uno dice “ay que locura” pero
para ellos es el trajín del día; entonces el tema de los golpes, que después no sabes si
fueron tratados o no ... “si no hay sangre siga, o si no te podes mover directamente”,
no de pensar que a lo mejor un golpe que en ese momento no produjo nada pero que a
104
futuro puede causar... esto es muy familiar… hago referencia a otra familia que trabaja
en el carro y les parece “nada”, aparece un grano, ‘bueno, se cayó del carro’, ‘lo
llevaste al médico?’ ‘Después veo’... o sea que si no es la gravedad pasa, como si se
hubiera raspado la rodilla… muchas veces nos ha costado enojos de las mamás, yo
trato de que entiendan que si bien es una obligación por ellas, muchas veces yo les
digo: ‘no te lo puedo dejar pasar, porque vos a lo mejor hoy me decís no es nada, pero
otra mamá me hace lo mismo ,vos imagínate, yo las voy por el lado de lo contagios, a
vos no te va a gustar que tu hijo se contagie de otro chico que yo dejé pasar, porque
dejé pasar’. Entonces de ese lado lo entienden… te cuesta un montón, es un montón lo
que tenés que explicarles… porque siempre tienen caras de que les rompes la
paciencia… yo les digo que yo entiendo, que se que soy rompe, que tienen razón, que sé
que ir a la sala es un tema” (informante clave comunidad)
En la franja etárea de 13 a 14 años se expresan malestares vivenciados en
situaciones de trabajo, los cuales son referidos en forma espontánea es decir, no
surgen como respuesta a una pregunta específica sobre malestares y situaciones de
trabajo.
Siguiendo a Stolkiner, conocer las vivencias de los niños y niñas que trabajan implica
un acercamiento a la relación entre las significaciones que se expresan en los relatos
con el contexto microsocial. En este sentido, se observa que las actividades que realizan
estos niños y niñas afecta a la subsistencia familiar; trabajar implica aportar en la
posibilidad de comer ese día.
En este marco, adoptan una dinámica similar a la del trabajador adulto de los sectores
populares, quien en general, concurre a una consulta médica cuando la salud interfiere
la capacidad de sostener el trabajo. En un trabajo de López, E; Findling, L; Abramzón,
105
M; (2006) donde se analiza la percepción de morbilidad diferenciada por sexo, al
describir motivos de consulta, señalan que los varones jóvenes que no tienen cobertura
de salud por su carácter informal de inserción laboral, “son los que demandan atención
de la salud cuando perciben un malestar específico y solo concurren a los servicios de
salud cuado deben interrumpir su actividad de trabajo por la presencia de síntomas
físicos”. (López, E; Findling, L; Abramzón, M; 2006: 68)
Las experiencias de los niños que se materializan en “continuar trabajando a pesar del
malestar y/o padecimiento” configuran la significación que adquiere el trabajo de los
niños y niñas, las cuales se trasmiten y se reconstruyen en los relatos en relación
recíproca y simultánea con el contexto en el que se produce la interacción social. Los
modos de padecer se construyen en el seno del hogar como así también en el
espacio-territorio donde estos/as niños y niñas trabajan. Por ejemplo, en el trabajo
callejero se rescatan relatos como el siguiente “cuando hay viento me lagrimea el ojo,
me arde… voy a salir con mi hermano… me empieza a lagrimear cuando hay mucho
viento… me arde por dentro” (C, 13 años); y en el trabajo doméstico, “me canso los
brazos, estar todos el día, pegamos con pegamento, es como la plasticola, pero más
fuerte... hay momentos que me da sueño, me mareo” (N, 14 años)
Se destaca la inclusión de otros signos de malestar y/o padecimiento al referirse a otras
personas, fundamentalmente a los/as hermanos/as, que permitirían inferir que se ponen
en consideración otros aspectos además de los síntomas físicos: “están decaídos, te
abraza, se duerme” (N, 14 años)
Como característica central en estos niños y niñas lo destacable es que hay una bajo
registro de malestar propio en el tramo inicial de la entrevista, el cual se va modificando
en el proceso de verbalizar lo que “sienten”. Lo significativo es el hecho de que estas
106
vivencias no implican dejar de trabajar: “nunca me he sentido mal cuando andaba con
el carro (se le pregunta por dolor de piernas teniendo en cuenta lo comentado por su
mamá y responde que NO ha tenido dolor en las piernas) me doy cuenta que estoy
empachado cuando comes mucho una cosa y después no me gusta más esa cosas…
después me siento bien, tenés que esperar un ratito para que se te pase (…) AH! si,
toda la pierna, los pies… me agarraban puntadas y me quedaba quietito, quietito, y
me seguía doliendo… me pasa más cuando ando caminando… en la bici también me
agarra, me empiezan a agarrar puntadas en los pies y sigo caminando”(E, 13 años)
Respecto del relato citado anteriormente, en la encuesta realizada a la madre es
destacable el modo en que la percepción del padecimiento se iba modificando a medida
que transcurría la situación de entrevista, la madre refería lo siguiente respecto de la
salud de su hijo: “es una persona que no se enferma, pero a veces me dice que le duelen
mucho las piernas, será de caminar? Pero no me dice más nada” (comentario de una
madre de un niño de 13 años que recolecta metales desde los 9 años).
En la misma línea, otra madre mientras relata los problemas de salud que han tenido los
miembros del grupo familiar en el último tiempo, al llegar el momento donde se pone
énfasis en conocer los problemas de salud del participante del estudio, comenta: “ella
me ha dicho me duele la muela, pero yo le digo que me aguante porque primero está el
hermano que es más delicado (…) y después no la puedo traer. (…) pero pensándolo
bien, ella también está delicadita, no?” (comentario de madre de una niña de 9 años,
que cuida a sus hermanos, que fue operada del corazón al año de vida, y refiere que se
agita muy seguido y que a veces viene de la escuela con las manos “azules”, no
concurre a controles desde hace más de 5 años)
107
Subyacen en los relatos de las madres determinadas significaciones/representaciones
sobre las prácticas y estrategias para mantener, mejorar o recuperar la salud, las cuales
suponen, como señala Jodelet (1991), citado en Luciani Conde, L. (1999) "teorías
espontáneas" que sirven para significar la realidad, y el conocimiento de éstas, un
facilitador para la accesibilidad. “Las representaciones sociales forman un sistema,
dando lugar a 'teorías espontáneas', visiones de la realidad que encarnan imágenes o
condensan palabras, las unas y las otras cargadas de significado; (…) a través de estas
significaciones, las representaciones son expresión de los individuos o grupos que las
forjan dando al objeto representado una definición específica. Estas definiciones
compartidas por los miembros de un mismo grupo constituyen una visión consensuada
de la realidad. Esta visión, que puede entrar en conflicto con la de otros grupos, es una
guía para las acciones y cambios cotidianos” (Luciani Conde, 1999, s/p)
Cabe señalar que la selección de la muestra para estudio, fue a partir de las familias que
asistieron al Centro de Salud, por lo tanto, se pretende “exponer” los siguientes
fragmentos partiendo de la base de que existe algún tipo de vínculo con el Centro de
Salud, sobre el cual es importante trabajar; y considerando que dichas significaciones
implican “una guía para las acciones”.
Desde esta línea de análisis, se rescatan los dichos de varias madres encuestadas en
relación a reiterados problemas de salud de sus hijos. Una de ellas se refiere a un hijo
diciendo “tiene la yeta encima, desde los 45 días pisando los hospitales; los otros se
curan solos”; destacando una cuestión de azar por encima de determinantes sociales;
mientras que otras madres señalan problemas de salud de sus hijos estableciendo una
relación estrecha entre el malestar y/o problema de salud con las condiciones de trabajo
del niño, lo cual se ejemplifica en la siguiente cita: “Cefaleas, yo digo por tanto carro’”
108
Teniendo en cuenta las condiciones de vida en las que viven estos niños y niñas,
caracterizadas por deprivaciones constantes, considero necesario retomar palabras de
Lezcano (2002), “es necesario resaltar que las deprivaciones constantes - alimentarias,
educativas, recreativas, sociales, afectivas, etc.- son producto de la condición de
pobreza y esto es anterior a la incorporación al mercado de trabajo callejero, pero que
lo cierto es que esta situación se irá agravando a medida que el niño adquiere una
mayor antigüedad en el trabajo callejero”. Esta observación es relevante para ubicar
los relatos sobre tolerancia al dolor de los niños y niñas entrevistados/as y de las
percepciones de sus madres ya que podrían aumentar el deterioro de las condiciones de
salud de los/as mismos/as.
La distinción entre la percepción de estar enfermo y padecer algún dolor que se expresa
en muchos de los relatos y cuyos atravesamientos han sido analizados, también requiere
ser pensada a la luz de lo que autores como Evans y Stoddart (s/f) plantean sobre esta
distinción. “La correspondencia entre enfermedad médica y malestar de ningún modo
es exacta. Las circunstancias biológicas que las disciplinas asistenciales identifican y
clasifican como enfermedades, luego son experimentadas por los individuos y sus
familias o grupos sociales como padecimientos-síntomas perturbadores”. (Evans, R. y
Stoddart, G; s/f:31)
5.4.3 Prácticas y estrategias de salud/enfermedad
Prácticas y estrategias serán abordadas desde una mirada en interrelación permanente, la
distinción conceptual se produce desde una necesidad analítica.
109
Dicho esto, se entiende por prácticas a la “unidad compleja de comportamientos mas
representaciones, en la que las exteriorizaciones más directamente observables que
constituyen los primeros se encuentran internamente reguladas/organizadas por las
segundas” (Danani, C, 1996:29). En este estudio se prestará atención a las actividades,
hábitos, etc. relacionados con la salud/enfermedad; y como estrategias a las decisiones
que se tomen en respuesta a algunas de las manifestaciones de los procesos
salud/enfermedad, es decir a aquellas acciones que se desarrollen en pos de mantener,
recuperar o mejorar la salud.
- la religiosidad
“ y yo le pido a Dios, oro para que se me pase el dolor, a veces no se pasa” (M.Pia, 9
años)
“mi tía y mi prima van a la iglesia y oran y eso, y Santi que le gusta ir a la iglesia y va
también… de el aprendió la chiquitita también... a la iglesia íbamos Santi, las chiquitas
y yo. Porque hacen escuelita también, que actuaban, ella con la cinta y te pone agua
bendita... no, yo no fui... “ah! A veces Abril... cuando le duele la panza” (S, 13 años)
“Los de la Iglesia, me ayudan a estar mejor” (M.P, 9 años)
“Me ora mi mamà, me siento bien... cuando me duele la cabeza, cuando me duele la panza”(C, 13 años) “Me daban remedios para la fiebre y me oraban para que se me baje la hinchazón” (B,
13 años)
Luciani Conde (1999) se refiere al campo en el cual se producen las acciones como un
campo de sentido35. La Iglesia, y principalmente, la Iglesia Pentecostal ocupa un lugar
relevante dentro de la población estudiada. Esto se ilustra en los relatos que anteceden y
35 Luciani Conde, Leandro. “Coexistencia de prácticas en salud. Relatos de Viaje V”, en Revista Margen de Trabajo Social y Ciencias Sociales, Edición Electrónica Nº. 13, Bs.As, 1999. www.margen.org
110
se amplía en las entrevistas a informantes clave. Sarlo (2001) analiza el lugar de las
religiones en efervescencia potenciada por la marea bajante de otras instituciones
(escuela, partidos políticos) como dadoras de sentido; caracterizando a la Iglesia
Pentecostal “hablan menos de los derechos sociales de los pobres, pero también los
interpelan ofreciendo un elenco de valores globales, aunque expresados en términos más
individualistas: la salvación en su modalidad personal, pero posible para todos, para los
pecadores, los borrachos, los drogadictos, los marginales, garantiza una democracia
divina que les devuelve a los muy humillados la idea de que algo pueden hacer aun
cuando padecen situaciones extremas” (Sarlo, op.cit:118)
- la curandera
“una curandera… si... me cura el empacho,… usa una cinta roja y el rezo” (M, 12 años)
“Una señora a la vuelta de mi casa, cura el empacho... para los dolores de cabeza” (S,
11 años)
“hay una señora de Paraguay que cura el empacho, hay brujo... no, nunca fuimos… sé
porque pasamos un día y vimos una gallina y todo pochoclos... había una gallina
muerta, hacen brujerías, haciendo una maldad a uno… un día vimos ahí en Lafuente
una gallina toda abierta y pochoclos y frutas.. no, los brujos no ayudan a curarte” (C,
13 años)
“la única curandera que había era mi abuela Charo, pero no era curandera... curaba
el ojeo o el empacho, y eso… pero no hacía nada así extraño, eso nomás…” (M, 14
años)
“Si, una curandera, a dos cuadras, para adentro... sé que pone como un polvito en la
espalda, le tiran el cuerito... no sé que otras cosas… si, me suena que curen otras
cosas, la pata de cabra”(N, 14 años)
111
“La que cura el empacho... mi mamà va, y el susto... a mi hermanito el más chiquito
lo llevaba cuando lloraba mucho... no se que cosas usa” (E, 13 años)
Es significativa la presencia de la “curandera”, diferenciada de la figura “brujo”, lo cual
indicaría que existe una representación de la curandera con prácticas “curadoras” y
“habilitadora” de un lugar, que reconoce a quien recurre como persona; lo cual en
algunas situaciones suele contraponerse con el “trato” que se recibe del sistema de
salud.
- la automedicación y el autocuidado36
Como señala Menéndez (1994) tanto la medicina tradicional como las otras formas
académicas y/o academizadas (homeopatía, quiropracia, etc.) o populares (herbolaria,
espiritualismo, entre otros) de atender a los padecimientos, tienen el carácter de
“instituciones”, es decir instituyen una determinada manera de “pensar” e intervenir
sobre las enfermedades, y por supuesto, sobre los enfermos”. (Menéndez, E., 1994:72)
La práctica de automedicación se ilustra claramente en las entrevistas a los niños y
niñas: “Me compran el Actron y me lo pongo en la muela (…) mi papá, le dolía mucho
el pecho y la garganta, se quedó acá, compraron el remedio y se curó solo” (J, 11 años)
“me pongo una crema y se me pasa, y el dolor de cabeza tomo un ibuprofeno” (N, 12
años)
“siempre me compro Actron” (B, 13 años)
36“El concepto de autocuidado constituye un proceso estructural y conforma el primer nivel real de atención solucionados dentro del grupo doméstico y su red de relaciones”. Menéndez, Eduardo (1992). Grupo doméstico y proceso salud/enfermedad/atención. Del teoricismo al movimiento continuo. Cuadernos Médicos Sociales nº 59, Rosario. Citado en Czerniecki, Silvina (2003). Prácticas de salud de los niños trabajadores callejeros de Constitución. Tesis de Maestría en Salud Mental Comunitaria. Universidad Nacional de Lanús, p.88.
112
“la muela me empieza a doler, mi mamà compra la muelita… fuimos al dentista pero
estaba cerrado, no había” (E, 14 años)
“tomé un te con limón, se me pasó... andaba igual… y para el dolor de muela, viste la
pastilla Actron? Mi mamá lo pinchaba con una aguja y me puso un poquito acá en la
muela, y se me durmió, hasta ahora no me duele” (E, 13 años)
“cuando me descompuse del dolor de muela... La llamaron a mi mamá de la escuela
pero no estaba, vino mi tía, y fui a mi casa y me acosté… me tomé una Bayaspirina” (E,
13 años)
En relación al autocuidado surgen relatos que ponen de manifiesto lo señalado por
Menéndez, E., (op.cit), respecto de las formas de atender los padecimientos y como
éstas “instituyen” una determinada forma de pensar e intervenir sobre las enfermedades.
Estas formas se reflejan en los fragmentos de los/as niños/as:
“ mi mamà me ayudaba, me daba leche con ajo, no me gustaba para nada el ajo, por
eso ahora lo veo y no lo quiero ni tocar... así me hacía... o me dice para que se me vaya
rápido me ponía una cucharada de dulce de leche con ajo” (N, 14 años)
“Cuando me dolía la muela, me dieron una pastilla y no se me pasaba, y después me
pusieron un sapo” (L, 10 años)
También se visualizan en las prácticas y estrategias relacionadas con la religiosidad, el
“lugar” de la curandera, la automedicación y el autocuidado. Sobre estas formas, en los
informantes clave del centro de salud se perciben, aunque no enfrentadas, distintas
visiones sobre la apertura del Equipo de Salud para tener en cuenta las formas populares
de atención de los padecimientos.
“… siempre está la consulta familiar con algún familiar que es referente y que todos le
preguntan, me duele tal cosa, que puedo tomar, siempre hay ‘me dijo tal’. Hay siempre
113
en la familia alguno que tiene la posta, por ahí es verdad, o tal vez no resuelve nada;
vos escuchas a veces que han dado ciertos consejos que no lo podes creer pero hay
siempre algún referente que aconseja que hacer cuando te duele tal cosa; y cosas de
mitos, muchos, en los talleres se ve.. mitos, o cuestiones que se van pasando de boca en
boca... los te, los yuyos, se ve un montón” (informante clave del centro de salud,
trabajadora social)
“Por otro lado también tenés que aggiornar a los miembros del equipo de salud porque
vas a encontrar ‘y no, las madres no pueden automedicar’ y entonces estamos en esto
del médico hegemónico que se tiene que modificar porque esa omnipotencia no sirve
para nada, también a veces escuchar los saberes de las madres o las prácticas que
tienen las familias porque siempre las prácticas tiene algún motivo, tiene una
fundamentación o un origen, un por qué” (informante clave C de S, pediatra)
Este último fragmento contiene lo referido por Menéndez37 (1992) respecto a la
autoatención, la cual constituye un proceso estructural y la utilización de los servicios
constituye en la práctica una continuidad de las estrategias de autoatención. El autor
señala la autoatención como la principal estrategia de acción contra la enfermedad,
como conductas que se eligen dentro de un rango de alternativas disponibles y que les
son propias de su inserción social. En la reflexión de la informante clave pediatra
implícitamente se reconoce y respeta a la autoatención como una estrategia de acción
37 Menéndez, E. “Grupo Doméstico y proceso salud-enfermedad-atención. Del teoricismo al movimiento continuo” Cuadernos Médicos sociales nº 59, Rosario, 1992. Citado en Czerniecki, Silvina. Prácticas de salud de los niños trabajadores callejeros de Constitución. Tesis de Maestría en Salud Mental Comunitaria. Universidad Nacional de Lanús, p.87, 2003.
114
contra la enfermedad, pese a que señala la existencia de discursos enmarcados en el
Modelo Médico Hegemónico.
- “esperar a que pase”
Se destaca como modalidad recurrente “esperar a que pase”. Esta práctica se visualiza,
en parte, en los datos obtenidos en encuesta a madres, de las cuales surge que un 31,82
% no llevó al participante en el estudio la última vez que éste requirió atención médica.
Se rescatan fragmentos de entrevistas a los niños y niñas donde dan cuenta de estas
situaciones:
“ha pasado que alguna vez esperaron a que me mejore sola, y me mejoré” (M.P, 9
años);
“A veces esperan si se me pasa... se me ha pasado... cuando me dolía la muela y a
cabeza se me pasó... el dolor es a la mañana algunas veces” (N, 12 años)
“a veces mi hermano chico, cuando le duele la muela se pega piñas y se le pasa” (L, 9
años)
Esta situación es descripta por informante clave de la siguiente manera: “enfermarse,
transcurrir la enfermedad, terminarla sin haber sabido que tenía”, realidad que
refiere desde la reconstrucción de los principales discursos de las madres, por ej: “sí,
anoche tuvo fiebre, pero hoy no tiene” “si, anoche tosió toda la noche pero hoy está
mejor, ya se le pasó” “si, anoche vomitó, pero era porque comió…, hoy ya se levantó
bien” ‘el ya se le va a pasar’.. lo he escuchado muchas veces, ‘está triste, llora mucho,
ya se le va a pasar’” (informante clave comunidad)
115
En el mismo sentido, la informante clave del Centro de Salud, al referirse a las
diferentes estrategias familiares para atender los padecimientos, a la vez que refiere
sobre “los te, los yuyos, se ve un montón... “ también agrega “y después el aguante, y
seguir…”
- presencia/utilización de red afectiva
Se incluye este aspecto dentro de las distintas prácticas y estrategias de salud, en virtud
de considerar que - a pesar de reconocer que es una estrategia presente en todos los
sectores sociales en tanto niño/a que requiere de cuidados y protección de
padres/adultos en todos los órdenes -, en estos niños y niñas adquiere matices
singulares. La presencia/disposición de un “otro”, de un lazo, adulto, referente, adquiere
una impronta muy fuerte para atravesar determinadas situaciones de dolor físico,
visualizándose independientemente de la franja etárea.
“Me daban remedios para la fiebre y me oraban para que se me baje la hinchazón...
ibuprofeno... me hacían reír a veces para que se vaya el dolor, después se me fue todo”
(B, 13 años)
“Me ora mi mama, me siento bien (…) cuando me duele la cabeza, cuando me duele la
panza” (C, 13 años);
“mamá me dio remedio, pastillas para el dolor de cabeza” (M.P, 9 años);
“compran pastillas o mi mama me hacen buches de sal con agua y se me va” (R, 8
años);
“mi mama apenas le decís que te duele algo cualquier cosa te lleva al medico” (R, 13
años)
“para no lastimarte mas tenés que quedarte en la cama, y calentito, así se te pasa todo
el dolor” (L, 9 años)
116
- “Me lo tengo que bancar”… “porque mi mamá me dice que me lo tengo
que bancar”
Esta situación es vivenciada por una parte importante de los/as niños/as
entrevistados/as. Existe una representación de la madre como figura de “autoridad”, lo
cual en determinadas situaciones tiene correlato con “autoridad-protección”, y en otras
solo como “autoridad”.
Podemos visualizar implícitamente expresada en los relatos, una presencia ligada a la
autoridad/protección:
“mi mama apenas le decía que te duele algo cualquier cosa te lleva al medico” (R, 13
años); “me empecé a calmar, me dijo mi mamá, que me calmara, que tenga paciencia,
que ya se me iba a pasar, me empecé a agarrar la cabeza así…porque me dolía re
fuerte… me empecé a calmar y no me dolía mas” (B, 12 años);
“tenia una cosa rojita en la oreja, y mi mamá agarraba un papel lo ponía en la oreja,
lo prendía fuego y se me curó todo” (L, 10 años);
“llego y le digo a mi mama que me duele la espalda, mi mamà me dice que me tire en la
cama, y la llamo a mi prima y me hace masajes.”(N, 14 años)
Así mismo, entrelineas, aparecen referencias que muestran una
fragilidad/desdibujamiento del rol materno asociado a la protección:
“la muela me duele, encima se me hinchó la encía, para comer me duele... para qué le
voy a decir a mi mamá si no hace nada…”(C, 13 años)
117
“porque mi mamá no me quiere llevar, si no, si voy” (C, 13 años)
“No, nadie me ayudó para que se me pase el dolor” (E, 13 años)
-La Salita/el hospital “cuando el dolor no para más”
“me llevan al hospital cuando me corto la cabeza o las piernas” (R, 8 años)
“Si se me calma el dolor me quedo pero si me empieza doler y no para más voy al
hospital, primero a la salita” (N, 12 años)
La asistencia al centro de salud se considera principalmente cuando “el dolor no para
más”, cuando el problema de salud es considerado “grave” y adquiere relevancia
cuando se puede acceder a la medicación. El siguiente fragmento de entrevista se
visualiza como dato significativo que ante la pregunta “quien te ha ayudado?” se
contesta “los remedios”, adoptando “los remedios” centralidad en la estrategia de
resolución.
“E (entrevistadora): cuando has estado enfermo, quien te ha ayudado a sentirte
mejor?
B: los remedios
E: hay alguien que los cure de las enfermedades que no sea doctor?
B: no hay nadie, solo el doctor y los remedios (B, 12 años)”
Sobre este último fragmento de entrevista, cabe señalar que si bien podría ubicarse en
una construcción propia de una edad temprana donde aún no se han incorporado
118
elementos más complejos para comprender la salud/enfermedad (como se pude
visualizar en los relatos que dan cuenta de las concepciones y significaciones sobre
salud/enfermedad en el grupo etáreo de 8 a 10 años); en este caso se trata de un niño de
12 años que está vinculando directa y linealmente la curación con la medicación y con
la figura del médico, es decir, en esta situación se pone en juego la internalización de
procesos de medicalización de la vida cotidiana.
Otra situación que se releva en entrevista a informantes clave es la que refiere a la
“gravedad” como motivo de concurrencia:
“… y ahora que me hablás así de la salud yo me desespero, tengo un perrito que es re
malo y los chicos meten mano y yo siempre les digo ‘no metan la mano en la reja
porque los va a morder’ yo me desesperé porque el perro lo mordió, entré, abrí un pan
de jabón, lo lavé con jabón, lo desinfecté con Pervinox que siempre hay en mi casa
porque mi marido trabaja con fierros, mi hijo también, cada dos por tres. Le digo ‘me
voy a cambiar y voy a tu casa, pero quedate tranquilo, el perro está vacunado, voy a
hablar con tu mamá’ y viene la hermanita, que es la que está quemada y me dice ‘no,
no te hagas problema’, y le levanta la remera al hermanito y me dice: ‘mirá, si el otro
día lo mordió otro perro’ tenia un agujero! y yo desesperada porque lo rayó, y como le
tocó la venita se le hizo enseguida un moretón.. yo desesperada, y ella ‘no te hagas
problema’ ‘bueno M..., pero yo quiero hablar con tu mama’ ‘no quedate tranquila, yo
le aviso’... ¿por qué? Yo el mío tiene una cosita y enseguida lo llevo al médico... yo
pienso que a algunos le da lo mismo, lo llevan cuando está muy grave” (informante
clave comunidad)
119
“si no hay sangre siga, o si no te podes mover directamente” (informante clave
comunidad)
- El control de salud
Como se describió en la Presentación de las características socio-familiares de los/as
niños y niñas, en las encuestas a las madres el control de salud representa solo el 9,09%
dentro de los motivos de consulta; pero es significativo que un niño, aún en el contexto
de estar sometidos a fuertes condicionamientos socioeconómicos, políticos, culturales,
mencione el control de salud dentro de las acciones que se llevan adelante para atender
la salud.
“cuando se enferman vienen a la salita, cuando no tienen nada, no vienen, pero a veces
vienen porque tienen que hacerse control,” (B, 12 años)
5.4.4 Condiciones de salud
Los indicadores de condiciones de salud que se describirán a continuación son los
recabados en la entrevista a lo/as niños/as; los cuales adquieren mayor significación en
la articulación con los demás indicadores relevados en encuesta a madres.
• Alimentación
• Prácticas deportivas/recreación.
En relación a la alimentación, de acuerdo a los datos obtenidos se podría caracterizar
las condiciones de alimentación desde: Tipo de alimentación; modalidad familiar
respecto del “acto de comer”; asistencia a comedor.
120
Tipo de alimentación. Las respuestas de los/as niños/as se obtuvieron a partir de
ofrecerles un listado de alimentos basado en la pirámide nutricional38, pidiéndoseles que
ordenaran los mismos de acuerdo a los que consumían con más frecuencia. Las
respuestas fueron comunes (varios refirieron el mismo hábito alimentario) y diversas
(en tres casos se respondió el gusto por la fruta y las estrategias que realizan para
conseguirla), pero es significativo el déficit de nutrientes fundamentalmente de
proteínas (de carnes y lácteos) y vitaminas.
“Pan y fideos, no sé, fideos y todo eso, y pan más que nada”(N, 12 años)
“Frutas como más, arroz más, huevos también, pan. Fideos como más, después arroz…
como mucha fruta, mandarina, manzana, banana” (J, 11 años)
“me gusta mucho el huevo, los fideos hervidos con queso, con Patty, me gustan los
Patty; el arroz con alitas, guiso, la polenta separada con tuco” (B, 12 años)
“no, polenta no nos gusta... nos gusta más con tuco y queso... si no, no comemos, y
guiso, eso es lo que nos gusta... ah! Y milanesa, cuando cobra mi papá o la tarjeta
(risas...)” (M, 14 años)
“estoy más acostumbrado a tomar mate...me gustan más los fideos... como más arroz,
fideo, sopa” (C, 13 años)
38 La pirámide nutricional es usualmente el método utilizado para sugerir la variedad de alimentos a consumir en forma cotidiana. Lo que propone la pirámide es el consumo de los productos que la componen en proporciones parecidas a las de sus escalones.
• Los escalones inferiores proponen en su mayoría hidratos de carbono complejos. • Los escalones centrales sugieren alimentos que contienen menor cantidad de hidratos de
carbono, mas proteínas y grasas y gran contenido vitamínico. • Los escalones superiores, de abajo hacia arriba, contienen cantidad de proteínas y cantidad de
grasas. • El escalón mas alto contiene mayormente grasas e hidratos de carbono simples, todos alimentos
que aportan principalmente calorías. (www.zonadiet.com/nutricion/piramide.htm)
121
“Fideos, a veces hacemos fideos con tuco, a veces mi mamà no cocina porque ella va a
retirar y ya queda la comida... la que retiramos es fideos con tuco, a veces polenta, o
arroz con cornevé.. pero yo no como eso.. a veces me hago arroz, o una sopa, porque
no me gusta la comida esa” (E, 13 años)
El “acto de comer”.
“a veces mi mamá la llena a la olla, de guiso, para que nadie se quede con hambre y
a veces no alcanza, entonces comen los mas chiquitos”(B,12 años)
“los chicos (comen) acá en la pieza, los grandes en la cocina, yo y mis hermanitos, los
primos en la casa.”(M.P, 9 años)
“ a veces comemos al mediodía y a la noche, pero a veces no.. a veces comemos más a
la noche porque nos gusta comer más a la noche, porque te “enllena” y después dormís
bien” (M, 14 años)
“sí, ponemos la mesa de este lado... en el medio… y comen los más chiquitos primero,
después los más grandes” (M, 14 años)
“primero comen los chiquitos, y después los grandes…porque en la mesa no hay
lugar…yo como con los chicos... al mediodía y a la noche... todos los días es así” (E, 13
años)
A los condicionantes vinculados con los obstáculos para el acceso a la alimentación por
las condiciones materiales de existencia por lo cual se ven en la obligación de organizar
estrategias de alimentación entre el grupo familiar (“cuando no alcanza comen los más
chiquitos”, “nos gusta comer más a la noche porque te ‘enllena’ ”), el reducido
espacio físico y escaso mobiliario; se suman otros factores que influyen en este acto de
122
comer. Retomando las reflexiones, desde una perspectiva antropológica, de Aguirre,
Patricia (s/f: 4) en Argentina y en el mundo urbano, sumadas a las problemáticas de
producción y distribución, se están transformando las condiciones de comensalidad. La
autora señala que “en los más pobres el comedor institucional que repite la dieta
desbalanceada de guisos y sopas también instala una comensalidad diferente de la mesa
hogareña. En los más pobres el almuerzo es institucional y la cena de mate cocido con
leche (en gran medida provista por los programas de asistencia social alimentaria) la
que es probablemente la única comida juntos alrededor de una mesa.”
Estas consideraciones pueden visualizarse en algunos de los relatos de los/as niños/as,
cuando refieren sobre la concurrencia tanto a un comedor comunitario como al
escolar;
“en la escuela no como, agarro la naranja nomás... en mi casa te con huevo, o
chocolatada, vamos al comedor; arroz con carne. Y fruta en la escuela” (R, 8 años)
“como en la escuela y después voy y como en casa” (R, 13 años)
“Como en mi casa y en la escuela... en casa nos guardan comida o nos esperan; nos
juntamos todos, más al mediodía, cuando tenemos visitas comemos asado” (S, 11 años)
“no me gusta ir al comedor, me da vergüenza... mis hermanos van... yo he ido cuando
era más chico... yo llevaba a mis hermanos” (E, 13 años)
“mi mamà se anotó para que le den la comida, para que lleve la olla, nosotros vamos y
retiramos, es como un comedor, pero no va nadie, van y dejan la olla y cuando es la
hora vamos y lo buscamos” (E, 13 años)
Estos relatos dan cuenta además de una presencia del comedor comunitario como
“apoyo” insuficiente para las necesidades alimentarias, tanto desde el gusto como de la
123
posibilidad de “quedar satisfecho”, “lleno”; y en algunos casos se vivencia como un
lugar “estigmatizante”, fundamentalmente en los/as niños/as más grandes; y el comedor
escolar también se vivencia como insuficiente, ya que refieren “comer en el comedor y
en la casa”, seleccionándose en todo caso uno de los alimentos que provee el comedor,
por ejemplo, la naranja; que tal vez sea con lo que menos se cuenta en la casa; excepto
tres casos que relatan comer frutas, lo cual se significa como algo no habitual, y para lo
cual tienen que darse una estrategia, incluso la propia niña que lo relata. Se rescata uno
de los relatos que refleja esta situación: “… verdura a veces, ensaladas, y fruta no
mucho, pero a mi me gusta la pera, hace dos meses atrás mas o menos iba a una
verdulería que quedaba como a 10 cuadras, a mi mama la acostumbré a comer pera y
mi papa nos quería sacar; yo me separo 2 en la bolsa” (risas) (N, 14 años)
Considero importante articular los datos obtenidos respecto de las condiciones de
alimentación referidas por los niñas y las niñas entrevistados con la información
recabada en la encuesta a las madres sobre la Alimentación en los primeros meses de
vida.
Volviendo a las palabras de Aguirre (op.cit) “la distribución (de los alimentos) es tan
irracional que en la era de la abundancia se superponen los problemas de la sub y la
sobre-alimentación, como problema de salud pública. Ambos de envergadura, ambos en
transición, (…) los ricos eran gordos y los pobres flacos, empieza a darse vuelta y la
obesidad de los pobres, numéricamente mayor y cualitativamente más grave ha llevado
a OPS-OMS a catalogarla de ‘epidemia global’. (…) Porque los pobres no son gordos
de opulencia sino gordos de escasez. Alimentados con los productos más baratos,
generalmente tubérculos (papas) y cereales (son los principales consumidores de pan y
harinas) presentan carencias de micronutrientes esenciales (hierro, calcio, etc.) lo que
los expone simultáneamente a todas las dolencias de la escasez…”
124
En esta línea de análisis, considero que pueden contextualizarse las historias de
alimentación en los primeros años de vida que refieren las madres de los/as niños/as.
“a los 3 meses mamadera, y mate cocido con pan, no fue papilla, fue como todos, lo que haya” “lo que comía la familia, no se hacía comida por el ser bebé” “Yogurt, guiso, comida normal, viste que ahora le dan papilla” “Guiso, fue el alimento sólido de los primeros meses”
En muy pocos casos se registra otra historia de alimentación, las cuales se pueden
resumir en: “Los primeros meses de alimento sólido fue con sopita, vitina, zapallito” y
“En ese tiempo, mi padrastro la malcriaba, le hacia sopita y yogurt”
Prácticas deportivas y recreación
“veo que los nenes, estas nenas que trabajan, no tuvieron infancia… no saben lo que es
jugar, son nenes que vos les decís, que se yo, divertirse, saltar, correr, no, nos los
hemos visto jugar… hay chicos que los tuvimos... y la frustración de ellos “que no
puedo, yo no sé, yo no sirvo” (comentario de informante clave Casa del Niño)
El fragmento anterior contiene la visión de una informante clave que implica dar cuenta
de las implicancias del juego en la infancia, y en la salud como una de sus potencias. Lo
que sigue intenta rescatar sobre las estrategias que se da una de las instituciones
comunitarias para abordar esta dimensión, la del juego y los vínculos.
“a su vez nosotras muchas veces aprovechamos y se lo hacemos notar a las mamás, en
relación al juego, que lo hemos trabajado en distintos talleres, mucho lo hemos
125
trabajado, de decir “mamás, Uds. juegan con sus hijos?”, y no… pero ese día en el
taller que estábamos, ese grupo, era un grupo de mamás que ninguna trabajaba, que
todas estaban en casa con lo chicos, y hubo una que es la que más nos sorprendió que
nos dijo que jugaba a las cosquillitas, era lo único.. si bien bárbaro, pero era el único
juego que tenía con su nena de 3 añitos... Otras mamás dijeron que no, hubo una que si,
que es una mamá que los chicos salen con el carro que dijo que sí, que juega con sus
hijos” (informante clave de la comunidad)
Desde la perspectiva de una madre encuestada, aparece la impronta de los
condicionantes cotidianos para dar lugar al juego, ya que la misma reconoce la
importancia del mismo para sus hijos, y en este caso, para su hija participante del
estudio en particular, la misma expresa “a veces no la dejo jugar...” (Comentario de
una madre de una niña de 12 años que cuida a los hermanitos, hace la comida, cambia
pañales, entre otras actividades domésticas).
Desde la voz de los/as niños/as sobre el tiempo y espacio para el juego
“a veces vamos a la plaza, y ahí jugamos con los chicos, me gusta... mis hermanos mi mama y yo, a veces mis hermanas con los hijos de ellas...” (R, 13 años)
“voy a la iglesia con mi mama o mi abuela” (R, 8 años)
“todos juntos no, a veces sale mi papá, nos saca de a uno mi mamá, a mi me saca casi todos los días porque voy a Quilmes con ellos a pagar las cuentas, me compra helados, todo eso, nos lleva de a uno” (B, 12 años)
“Me voy a la placita, juego a la pelota, jugamos por plata a veces, por coca, eso... lo ayudo a mi hermano, a limpiar o a cuidar los bebés... los llevo a la placita... mi mamà no tiene trabajo, pero igual los cuido” (S, 11 años)
No (no registra hacer salidas familiares) (C, 13 años)
me pongo a escuchar música con mi hermana y bailamos, bailamos reguetón... o colombiano, o santafesino... y a veces nos ponemos a bailar rock... me hace reír como bailamos... (M, 14 años)
126
“sí, me gusta estar todo el día parada delante de una computadora y estudiar ahí, en la computadora... Mi prima tiene 3 computadoras, y a veces jugamos a las cartas pero francesas, no sé como se juega, pero jugamos” (M, 14 años)
“No! Antes íbamos a la placita, cuando cobraba mi papá íbamos la placita, comíamos helado o tomábamos gaseosa y galletitas, pero ahora ya no...” (M, 14 años)
teníamos tele pero nos robaron.. y antes cuando tenía los jueguitos no salía nunca ala calle.. las películas me gustan, todas.. los dibujitos, todos (C, 13 años)
“ (…)No tengo tiempo libre. Yo no salgo a la calle, a veces con mi mamà nos vamos a Solano o a Carrefour (…)” (E, 13 años)
“me lavo la cara, me cepillo los dientes, me pongo la visera y me siento acá un rato a mirar los dibujos” (E, 13 años)
En estos relatos se observa una heterogeneidad de vivencias relacionadas con la
recreación; como elemento en común la recreación se ubica en espacios próximos, la
placita, la Iglesia; en algunos casos, se limita a mirar TV, solitariamente. También
aparece la relación de la recreación con la computadora, en donde si bien una de las
niñas que refiere esta situación comenta que juega con una prima, es significativo que se
produzca el desafío que propone todo juego como capacidad de invención, “no sé como
se juega, pero jugamos”.
En esta heterogeneidad, una niña expresa “no tengo tiempo libre, yo no salgo a la
calle”, lo cual da cuenta de una vivencia importante en las niñas que realizan trabajo
doméstico, el juego/la recreación queda postergado, como así también la interacción con
pares, que en el mejor de los casos podría producirse en el ámbito de la escuela, cuando
pueden asistir.
Respecto de las Prácticas deportivas, se destaca una escasa realización de algún tipo
de actividad deportiva sistemática, y en el caso de que se produzca la posibilidad, se
127
presentan dificultades para la continuidad; estas dificultades son, fundamentalmente, de
índole económica.
Son muy pocos los que cuentan con una práctica deportiva, algunos niños comentan
jugar al futbol, algunas niñas relatan haber realizado algún deporte (box, gimnasia) pero
sin posibilidades de sostenerlo por más de un año. Un caso comenta que una señora le
ayudaba a pagar boxeo.
“ah! Hacia boxeo y taekwondo con mi hermano taekwondo no, lo hice a los 11 nomás,
cuando tenia una amiga, una verdulera que me pagaba.(M,13 años)
“No.. no tenemos pelota…” (C, 13 años)”
“El básquet, juego en la escuela.. me siento bien jugando al básquet. (…) Con mis
primas a veces vamos a la plaza de gonet, pero no me gusta salir tanto.. mis primas ya
son grandes, a veces vamos y llevamos a los hermanitos chiquitos de ella, una tiene 16
y otra 19” (E, 13 años).
• Una mención especial sobre el conocimiento sobre diversas drogas ilícitas y
convivencia con pares que consumen drogas.
Todos los niños y niñas entrevistados, desde los más pequeños a los más grandes
visualizan el consumo de drogas como “daño”, e incorporan las drogas ilícitas como
parte de sus vidas cotidianas, solo dos niños explicitaron “haber probado” . Este tema no
pudo ser abordado en profundidad; no obstante en el tramo de la entrevista en muchos
casos el tema comenzaba a abrirse y se percibió en los niños y niñas ciertas actitudes
que podrían caracterizarse como temor a hablar del tema, vergüenza y naturalización del
consumo en la vida cotidiana; excepto en los niños más pequeños (8 y 9 años) que
refirieron haber probado marihuana. De esta situación se puede inferir que siendo más
128
pequeños no hay registro del carácter punitivo del consumo; sin embargo en los más
grandes si bien no existen elementos para aseverar la probable existencia del consumo,
es posible pensar que en ellos operan mecanismos de “preservación” principalmente por
el registro del carácter punitivo. En los relatos que se rescatan a continuación se puede
visualizar la heterogeneidad en las miradas sobre el tema, y al mismo tiempo la
percepción en común de consumo de drogas: daño.
“… a veces me pregunto por que se les cruzará a ellos en la cabeza? Será porque se
olvida, algunos me dicen por los problemas en la casa, pero los problemas en la casa
vos te drogás y siguen los mismos... porque hoy te drogás y tenès los mismos
problemas, y es como… pero porque a vos mismo te estás enfermando... para mi la
droga arruina... problemas en la casa siempre va a haber... en la otra cuadra fuman
mucho, no se que será... ay sí, he visto con la bolsita, era gordito y quedó re flaco, pura
cabeza, se echó a perder, iba al colegio…ahora está en los eucaliptos, a veces viene a
ver a la mamà, yo digo por que la mamà no le dice nada no lo reta.. vende todo, va a
cirujear, vende, y va para allá... (N, 14 años)
“me han invitado con porro, pastillas, merca... los pibitos no se drogan, fuman nomás...
para no engancharme me voy con los pibitos que vienen de allá atrás… de la Iapi, nos
vamos por acá, nos vamos con las pibas” (C, niño, 12 a.)
“noooo, no nunca vi a nadie fumando ni con la bolsita... ah!!! si, un pibe de atrás
estaba aspirando de la bolsita con poxirán, es re viejo… cigarrillo, sí, mi mamà, mi
padrastro (E, niño, 13 a.)
“si, conozco de las drogas, cuando mi primo decía “mirá ahí fuman”, al frente
también... fuman droga... no sé que droga... Si, los hace más flacos, como esa persona
129
que está ahí (afuera) esperando... empiezan a vender ropa, no comen, les agarra una
enfermedad... yo no salgo a la calle… nunca me han invitado” (E, niña, 13 a.)
“algunas veces con mi tío…, una bolsita de paco y hace así y lo fuma y viene cerca
nuestro y el olor me da ganas de vomitar y me voy para otro lado” (S, niña, 9 a.)
“por acá, cerca de mi casa, se ve el porro, la marihuana, eh... algunos que le dicen la
yerba… agarra la jarra, toma la pastilla así y se vuelven re locos (…) mi mamá me
dice que nunca tenés que hacer eso, porque eso te lleva por mal camino” (B, niño, 12
a.)
5.5 El trabajo como estrategia de supervivencia familiar. Vivencias en torno al
trabajo, cómo se “interpone” con el derecho a la salud y a la educación. Tensiones,
“¿qué está primero?”
5.5.1 El trabajo infantil como estrategia de supervivencia familiar.
“En un proceso económico social que acentúa la polarización del mercado de trabajo, se
advierte que las más graves consecuencias recaen sobre quienes están en peores
condiciones de soportarlas” (Krichescky, 1993:14).
De este modo se implementan estrategias de supervivencia a partir de las condiciones
singulares de las familias. Oyhandi, M (2005) describe estas estrategias, las cuales
adoptan características singulares dependiendo de los recursos que en la trama familiar
se dispongan, dentro de ellos contemplan la incorporación de niños, niñas y
adolescentes al mercado de trabajo; por tal sostiene que las estrategias de sobrevivencia
son una “construcción que permite el análisis de la articulación de relaciones y
130
comportamientos que realizan los hogares en situación de pobreza frente a las
restricciones que les impone la estructura social y por ende, su condición de clase.”
“no sale con el carro, no comenos”, comenta la madre de un niño que junta cartón con
un carro y un caballo, refiriéndose a su esposo.
Los/as niños/as así lo expresan: “para darle de comer a mi familia, voy junto y vendo”
(B, 13 años); “yo me iba a hacer las changuitas, para ayudar a mi familia, para
darme los gustos a mi; ahora me organicé más, ya que soy grande, la mitad de la
plata es para ayudar a mi mama” (N, 14 años)
Existe una tensión entre las condiciones materiales de vida de las familias y los deseos
para el futuro de sus hijos. En los relatos se expresan por parte de las madres y padres
deseos de un futuro distinto para sus hijos, pero estos se desdibujan en el contexto de
privaciones y necesidades del grupo familiar y de las escasas posibilidades de
propuestas alternativas desde las instituciones sociales (escuela, sociedad de fomento,
casa del niño, etc.).
“yo no quiero llevarlo en el carro, soy enemigo, pero el llora y se descompone, me da
miedo porque es peligroso. En vez de trabajar 3 horas, trabajo 2 y me vengo porque
trabajo intranquilo. Sale desde los 4 -5 años.” (comentario de un padre de un niño que
junta cartón, de 13 años). En el mismo marco, la madre de este niño dice: “La locura de
el es comprarse un caballo para salir con un carro, yo le digo que tiene que ser
portero, que el carro no le conviene”
“el quiere que le compre un caballo, está desesperado, pero yo no quiero eso para él”
(comentario de una madre de un niño de 13 años que junta cartón)
131
Esta tensión pone de manifiesto la forma en que “el trabajo infantil mantiene en lo
cotidiano un vínculo estrecho con las características del entorno familiar en lo que hace
a su inserción laboral. Es así que esta generación de trabajadores se renueva al interior
de cada circuito del mercado de trabajo sin saltos cualitativos, respecto de sus grupos
familiares. (…) los hijos tienden a insertarse en los mismos lugares de trabajo que sus
padres, materializando de esta manera un proceso de reproducción de las desigualdades
sociales y de refuerzo de la segmentación existente en los mercados de
trabajo.”(Krichescky, op.cit).
Desde este marco de análisis, aunque desde otro ángulo, se puede situar una reflexión de
una de las informantes clave de la comunidad:
“Y andan en el carrito pero yo no sé porque andan en el carrito, no sé si es por
herencia… porque los tíos siempre andan en carro”
5.5.2 Vivencias en relación a la salud/enfermedad y a la situación de trabajo
En los fragmentos de entrevistas tomadas a los niños/as como a las madres se rescatan
vivencias que dan cuenta del trabajo infantil como constitutivo del proceso salud-
enfermedad-atención.
El malestar/padecimiento no es “razón suficiente” para no salir con el carro o no realizar
tareas domésticas; en los dos fragmentos de entrevista que siguen se observa, de modo
concreto, esta realidad desde la voz de una niña como así también de una madre:
Entrevistadora: “si hay que cocinar y tenes ese dolorcito de cabeza, cocinas igual?” La
respuesta de la niña entrevistada, de 9 años es: “si”
132
“Juan, tiene cortes por los vidrios, nunca fue al médico, solucionado por el padre”
(comentario de una madre de un niño que junta cartón, 11 años)
Otros relatos ilustran la vivencia de malestar que incluye ciertas estrategias para
“atenuar” de alguna manera ese padecimiento, aunque éste no pueda ser priorizado en
el marco de una estrategia de supervivencia. Estas estrategias podrían caracterizarse
como “paliativas”, desarrolladas por las madres o por los propios niños: “Convulsivé, mi
mamà me ayudó, sí, salí con el carro.” (M, 12 años)
“salgo igual… porque cuando me pongo agua no me duele mas, me llevo una
botellita de agua fría y tomo” (B, 12 años)
“a veces me golpeo, me corto las manos, me vendaron, y sigo andando” (N, 13 años);
“igual trabajaba” (N, 14 años)
En una entrevista se destaca una situación distinta, una vivencia donde el malestar
además de registrarse, se prioriza frente al cumplimiento de tareas domésticas: “mi
mamà dice que no los cuide cuando me siento mal” (R, 13 años). En este caso es
significativo el lugar del adulto señalando esta prioridad, con todo lo que eso implica
para el lugar de hijo (vivencia de ser cuidado por un otro, etc.)
La realidad de los niños y niñas entrevistados tiene como trama central la tensión entre
trabajar o comer, sobre esta realidad se rescata la siguiente reflexión: “Creo que deben
subestimar sus dolores o molestias, porque tienen otras prioridades y no pueden dejar
la tarea, o trabajan o comen” (comentario de informante clave pediatra).
• Exposición a mayores riesgos de los que ya están expuestos por sus
condiciones materiales de existencia.
133
En los siguientes relatos se recuperan situaciones que describen los riesgos de mayor
exposición. Se sistematizan por grupo etáreo siguiendo un criterio analítico, aunque no
se considera excluyente; debido a la heterogeneidad presente en el desarrollo evolutivo
de los/as niños/as independientemente de la edad.
8 a 10 años
“Me corté acá con una chapa (…) un pibe que se llama Maxi que sin querer me pisó en
los deditos... con la rueda del carro... yo andaba con el (R, 8 años)
“si me quemé el dedo” (L, 10 años)
11-12 años
“Un día me caí en el puente de Gerli, al costado, estábamos viniendo en el carro, me
caí solo... tenemos 2 caballos... pero no me dolió nada, sobre el cordón me caí, me lo
clavé por acá y no me dolió, no me asusté... y cuando teníamos la camioneta estábamos
limpiando un frigorífico, y yo había tirado una chapita cortita, y la tiré y después vino
mi hermana y se la clavé en la nariz.” (J, 11 años)
“me chocó un caballo y me golpeé en la cara, me llevaron al hospital y estuve
internada, tenia 10 años… estuve una semana internada” (N, 12 años)
“si, hace poco, me salía un montón de sangre cuando estaba entrando las gallinas (…)
con piedras y a veces me clavo vidrios en las manos, me saco los vidrios y listo, me
pongo una curita” (B, 12 años)
134
13-14 años
“juntando cartón me cortaba nomás, con las chapas cuando las levantaba, me
compraba una curita... no ves todas las cortadas que tengo? Por las botellas”(B, niño,
13 a.) “
“íbamos a entregar el cartón, yo estaba acomodando atrás, el papel es patinoso, me
caigo, la yegua se asustó y empezó a corcovear y me pegó en la mano”. (N, niño, 13 a.)
“cuando empecé hace poco no sabés como me dolía la espalda, la nuca, porque las
sillas no están en buen estado, no son como estas, son cartones los que van abajo, y no
tienen respaldo... decí que yo tengo la pared, pero si estoy del otro lado y no tengo
nada me duele la espalda... con mis compañeras hablamos, a todas les duele la
espalda... la apuran a la señora y la señora nos apura a nosotros” (N, niña, 14 a.)
“sí, me caí del caballo, me quemé, se me cayó el caballo encima, íbamos en el asfalto
con 2 pibes, y se tropezó el caballo y yo me caí primero y el caballo se dio vuelta y se
cayó arriba mío… no me acuerdo donde me golpeé (…) un caballo me pasó cerca y me
cortó contra una chapa” (C, niño, 12 a.)
A la luz de lo que expresan los relatos de niños y niñas, cabe agregar las perspectivas de
la informante clave pediatra y de la trabajadora social, sobre la exposición a riesgos; en
cada una de ellas, se delinean elementos de análisis orientadores para abordar mediante
otra investigación. Una de ellas señala, entre otras cuestiones, el desdibujamiento entre
el ser niño y ser adulto en este contexto; y la otra profesional, el trabajo del niño como
emergente de una trama frágil de sostén.
135
“están expuestos a hacer cosas que debe hacer un adulto y no toman conciencia de
los riesgos... hoy vi un nene de 9 años que había ido en el carro con el hermano mayor,
supuestamente la madre decía que no, que lo había llevado, que no estaba trabajando y
vino con un corte que tenia exposición de hueso. Ahí cuando viene la madre
increpándolo al hijo mayor que tendría 18 años, ahí eran 2 menores y un adulto;
desconocen como manejar una determinada cosa que puede tener alguna
consecuencia…” (Informante clave pediatra)
“… no se si puede generalizar, porque por ahí otro chico que no trabaje está en un
grupo de vulnerabilidad por su situación, pero me parece que si trabaja, si no tiene la
posibilidad de acceder a cuestiones de salud, a la escuela, está expuesto a asumir
responsabilidades y a estar en contacto con determinadas cuestiones que por ahí no
está preparado o que podría tener otras posibilidades, de tener contacto con otras
cosas… aparte que pasa con esos padres, en que situación están esos padres para que
este chico tenga que trabajar, seguramente están en una situación difícil en varios
sentidos, no solamente en lo económico.. en ese sentido si como niño tenés que salir a
sostener una situación económica hay algo que no está bien...” (informante clave
trabajadora social).
Por último, se rescatan opiniones de las madres respecto de si en algún momento del
trabajo su hijo/a está expuesto a algún riesgo para su salud:
“Sí, a gripes, a dolores, a cortes, a la inseguridad, porque estaba yendo solo…” “sí, me preocupa por el calor, de repente se enferma, se desmayó” “a cortarse, a que le pase algo en la calle” “Se va a la tarde con el carro, no se baja, ayuda a desarmar y clasificar. Con él tengo
que ir más seguido al médico, se golpea, se agita…”
136
“el trabajo lo expone a infecciones” “A veces me da mucho miedo que le saquen el caballo o le peguen. Sale con su hermano de 5 años” “Cefaleas… yo digo por tanto carro” Si bien la mayoría de las opiniones se orientan en el sentido que se expresa en los
relatos anteriores, también existen respuestas donde no se visualiza la existencia de
riesgos o si se reconocen, se plantean estrategias para atenuarlos, como:
- “saben cuidarse” “antes de que anden en la calle”
- “salen solos, pero entre los hermanos” (de 13 y 14 años)
Estas situaciones indican que el derecho a la salud está seriamente vulnerado. Son las
estrategias que desarrollan los propios niños o sus familias las que, cuando existen,
proveen mínimos pisos de atención ante circunstancias determinadas,
fundamentalmente las relacionadas con cortes.
Desde todo lo descripto, se retoma con palabras de la informante clave
trabajadora social un interrogante que representa una de las tensiones presentes
en la población en estudio: “¿Qué está primero?”
“(…) acá tenemos chicos con el carro, tenemos un caso muy interesante de un chico
que esta con el carro y que la madre, igual no tiene que ver solo con que trabaja, tiene
que ver con un montón de cosas, pero un chico que tiene que llegar a un diagnóstico,
que no sabemos si es celiaco, hay un problema de salud mental, nutricional, y nunca
logramos que vaya al médico porque tiene que trabajar. Ahí se dio una discusión, que
estaba bueno, con el equipo de restitución de derechos “y bueno pero tiene que
137
trabajar, que vas a hacer” pero el tema de salud, y que va primero…?”(entrevista a
informante trabajadora de la salud)
5.5.3 Vivencias en relación a la inserción en la escuela y la situación de trabajo
Continuando el análisis desde la perspectiva de vulneración de derechos, a partir de las
referencias de los informantes clave como de las madres, el derecho a la educación es
un derecho vulnerado en gran parte de los niños y niñas que habitan el Barrio Iapi, y en
particular, en los niños y niñas que trabajan.
En relación a lo dicho, se rescata el siguiente fragmento de entrevista, el cual ofrece una
caracterización del contexto singular de los niños y niñas que viven en situación de
pobreza.
… “acá es como que tenés que fundamentar el hecho de que el chico siga yendo a la
escuela, no que salga a trabajar… se naturalizó, se invirtieron las cosas, es el día a
día.. comer hoy, mañana no sé… qué le vas a decir? ‘Tenés que estudiar así cuando
terminas…’ cuando terminas qué? Que sigue después? Siguen y se les da oportunidad a
los que son brillantes, que yo también en la HC, cuando la mamà me dice “doctora le
va muy bien en la escuela” entonces le digo “le tenès que dar manija,(…) y a vos que te
gustaría hacer?” el que tiene la habilidad alentarlo para que siga para adelante, y los
otros? Si hablamos de derechos de los niños tiene que haber una plataforma o una
base que tiene que ser universal y es intocable, no puede ser que no tengan acceso a
eso” (comentario de pediatra, informante clave)
En este contexto de situaciones “encrucijadas” donde una trabajadora de la salud
reconoce la desigual situación para proyectar un futuro relacionada al acceso a la
educación formal de algunos niños/as mientras una gran cantidad de niños/as quedan
138
excluidos de ese derecho. Los datos que se obtienen a través de la encuesta develan que
el 77,27 % concurre a la escuela en el momento del estudio y el 22,73% no concurre.
Todos presentan una escolaridad desfasada con la edad; en el caso de los que concurren
existe sobre-edad de acuerdo al grado que cursan.
“A veces falta a la escuela porque trabaja con el carro...” (Comentario de una madre
de un niño que trabaja con el carro, de 12 años)
“a veces falta a la escuela porque sale con el carro, hablé con la maestra, me dijo que
no hay problema, pero que no deje la escuela..” (comentario de una madre de un niño
de 13 años)
“el es el más inteligente de todos (los hermanos). Le decimos que no va a ir a la
escuela porque tiene que salir con el carro y llora” (relato de madre de niño de 11
años que junta cartón).
De estos relatos de las madres se desprenden dos cuestiones para analizar, por un lado,
la institución escolar que conoce la realidad del ausentismo de los niños que trabajan y
de acuerdo a lo referido, la respuesta que prevalece ante una madre que informa sobre
que su hijo no podrá ir a la escuela porque tiene que salir con el carro, es “… mientras
no abandone la escuela”, no articulándose esta respuesta con otro espacio de contención
para esa madre o ese niño, expresando en esta respuesta las limitaciones en las
respuestas que ofrece la escuela ante esta realidad. Y en este mismo marco de
limitaciones, el relato sobre el niño que llora cuando le dicen que no puede ir a la
escuela porque tiene que salir con el carro señala la importancia de la escuela como el
LUGAR, tal vez donde se pueda SER NIÑO, jugar, compartir con pares, además de
“aprender a escribir el nombre”.
139
Respecto del primer eje relacionado con la respuesta de la escuela, en una entrevista con
un niño apareció un elemento muy significativo que da cuenta de algunos mecanismos
expulsivos existentes en la institución escolar. En dicha entrevista el niño relata no estar
yendo a la escuela, y dentro de uno de los motivos por los cuales no quiere volver relata
que después de un tiempo prolongado sin ir a la escuela decide volver, y cuando lo hace
en la escuela lo recibieron “retándome y diciéndome un montón de cosas porque
había faltado, entonces me sentí mal y no volví más a la escuela”. .Considero que el
momento en que el niño vuelve a la escuela es estratégico para re-vincular al niño con la
misma, y en este caso se está reproduciendo una lógica que lo aleja de la escuela. Aquí
se conjugan al menos dos aspectos para tener en cuenta: la posibilidad de que el niño
escuche e incorpore una “regla institucional” y la oportunidad perdida de la institución
escolar respecto de incluir a un niño que había decidido volver a la escuela.
Otro relato de informante clave de la comunidad ilustra una situación paradojal:
“… Yo me fui a la escuela a ver porque no venia una trabajadora social a ver estos
chicos, porque hay un chico que iba a la escuela, pero de repente salió a trabajar con
los padres, lo llevaron a cartonear, ahora tiene 14 años y no va más a la escuela..
ahora voy a ver si lo convenzo para traerlo a la de adultos.. yo al mío le dije “por más
que repitas te voy a mandar y vas a seguir estudiando”… me llamaba la atención, ya 2
o 3 días que no llevas el nene y te están llamando desde la escuela, y con este nene
como no se acercan” (testimonio informante clave de la comunidad)
140
Tal como se expresa desde las madres, desde los niños/as las vivencias sobre la escuela
y el trabajo dan cuenta de una impronta de la escuela en sus vidas cotidianas, esto se
visualiza sobre todo en los/as más pequeños/as expresado en el registro de determinadas
normas (“te ponen en penitencia”) como también de logros (“ya sé escribir mi
nombre”). En los/as más grandes se observa una progresiva desconexión de la escuela
como lugar de pertenencia, algunos condicionados por la sobre-edad, y en otros/as se da
una inserción discontinua. Lo dicho se expresa de la siguiente manera:
“a veces yo me voy en el carro cuando no tengo clases... yo no quiero ir màs a la
escuela, la señorita te reta, te pone en penitencia, te pone nota, te mandan a dirección,
tenès que quedarte ahí…” (R, 8 años)
“los sábados salgo con el carro, que no hay clases” (L, 9 años)
“tengo gimnasia los lunes y después entro al grado, a mi señorita me pone el nombre, ya
lo sé…” (se lo percibe contento porque sabe escribir el nombre) (R, 8 años)
“no me dormía en la escuela… ” (J, 11 años) (el no dormirse lo refiere como logro, a
pesar de volver a la noche de trabajar o de acostarse tarde)
“antes cuando no iba a la escuela salía a las 3 (con el carro) y volvía a la tardecita” (N,
12 años)
“pero yo nunca escuchaba a la señorita, hablaba muy rápido…” (M, 14 años, no va
más a la escuela)
“El volley, el año pasado jugaba yo, cuando iba a la escuela, estaba en 7mo grado y
dejé, el año que viene me voy a anotar, pero como no podía… si, si voy a terminar” (N,
141
14 años) (este relato surge al hablar de realización de deportes, por lo cual la niña
entrevistada refiere con un gesto de “nostalgia” la pérdida de esa práctica desde que no
va a la escuela)
“este año empecé la escuela y no me gustó… en la escuela 51, estaba en tercero, no me
gusta la escuela, me tenia que levantar muy temprano, mi mamà me va a conseguir a la
noche, a la tarde no me gusta” (E, 13 años)
Entrevistadora: “y si tu mamá se tiene que ir a trabajar y vos tenès que ir a la escuela
ahí como hacen? tengo que faltar” (E, 13 años, niña que realiza trabajo doméstico )
En relatos de informantes clave del centro de salud como de la comunidad se rescata la
función de la escuela respecto del proceso de construcción de la subjetividad como de
espacio de formación para la vida, en algunos casos, lo refieren como el lugar
privilegiado donde los niños y niñas comienzan a internalizar aspectos relacionados con
sus derechos que luego los ponen en juego en determinadas circunstancias.
“A Veces esos chicos pueden conocer algunos de sus derechos si logran asistir en
forma regular a la escuela. Estos chicos salen a trabajar como subsistencia, porque no
hay otra; obviamente a mi me parece que si no estuvieran en esa situación no estarían
trabajando y estarían en la escuela.” (informante clave pediatra)
“…lo que pasa es que desde hace un tiempo, desde que se le empezó a dar
importancia desde la educación a que los chicos sepan sus derechos, como que los
chicos lo tienen más presente, porque muchas veces nos ha pasado, viste esos
momentos que te enojás y les decís ‘están todos castigado, vengan acá!, tienen que
142
hacer tarea etc.’, ellos te dicen ‘yo tengo derecho a jugar’ ‘yo tengo derecho a que me
traten bien’, y vos decís de donde lo sacan? y si, de la escuela que te leen tus derechos,
a tener mi DNI, algunos lo asocian, vos te das cuenta en las respuestas, si bien no te lo
dicen todos los días, pero cuando hay cosas que les da bronca… sí.. está bueno que
tengan ya como ese arma, de decir, ‘yo también tengo mis derechos’…” (informante
clave comunidad)
5.6 El trabajo doméstico y el trabajo callejero. Similitudes y diferencias
Siguiendo las preguntas iniciales que orientaron la definición de los objetivos de esta
investigación y teniendo en cuenta los resultados de otros estudios incluidos en capitulo
sobre Estado del arte, donde se da cuenta sobre la invisibilidad de las actividades que se
desarrollan en el espacio doméstico, se indagó sobre esta tensión
visibilidad/invisibilidad. Esta realidad atraviesa el proceso salud-enfermedad-atención;
de manera tal que se recuperan algunos de los fragmentos que permiten visualizar
aspectos comunes y distintivos entre el trabajo doméstico y el trabajo callejero.
Claramente, y en la línea de lo que se viene reflejando en este estudio, un elemento en
común es el que alude a las condiciones de vida y al trabajo infantil inscripto en una
estrategia de supervivencia.
Esto lo podemos inferir en un fragmento de entrevista a una informante clave de la
comunidad, quien enfatiza: “no se discrimina si es varón o si es mujer, te hacés cargo
y te hacés cargo”.
Esta mirada desde el género corresponde fundamentalmente para el trabajo callejero, en
el cual pareciera existir una tendencia a la incorporación progresiva de niñas en el
143
mismo. Respecto del trabajo doméstico, en proporción marcadamente distinta, se
observa una situación similar en relación al lugar de los varones, aunque son
prioritariamente las niñas las asignadas en el rol de cuidado y responsabilidad de las
tareas reproductivas. Esto último se visualiza en los siguientes fragmentos; y aunque
aparece una referencia a la incorporación de las niñas en el trabajo callejero, esa
inclusión conlleva determinadas características que implícitamente las sitúan en un
lugar distinto.
“… esas dos nenas salen con el carro, y dentro de todo te diría que es una familia que
tiene muy arraigado que el tema del carro es su trabajo, el sale a ‘trabajar’, no a
‘juntar cartón’ porque a su vez como me explicaba ella, el tiene sus clientes, que le
dicen que le corte el pasto, y dicho por la mamá el día que sale con las nenas es el día
que más trabaja” (informante clave comunidad)
“… justamente te comentaba antes sobre la mamà que decía “si no las tengo a las
nenas, no se hace nada en casa”, así me lo decía… ella se iba a trabajar a la Copa de
leche, que mayormente no es una obligación, te acomodas el horario o lo que sea, pero
con la excusa de que ella se iba a trabajar todo lo hacen las chicas. Está bien que las
nenas son grandes, el tema de ayudar en la casa también nosotras lo… es como que les
enseñamos, que colaboramos todos, que ponemos la mesa... el tema es que no sea
obligaciones como calentar la mamadera, levantarse a eso, prepararle la leche a los
hermanos antes de ir a la escuela, mientras la mamà está durmiendo… y entonces vos
ves que el funcionamiento de la casa es ese, que la criatura… ‘el anoche no comió
porque yo me puse a hervir los fideos y los fideos no le gustaban’, cosas así. Y son
chicas de 8, 10 años… o ir a la casa de la abuela y pedirle un huevo diciéndole “abuela
144
tenès un huevo? porque tengo arroz, tengo papa y le voy a agregar un huevo” esto lo vi
yo” (informante clave de la comunidad)
“… Y chiquitas de 12 o 13 años o menos, hay mamás que me han dicho “yo nunca
molesté a nadie, en mi familia mis hijos se criaron solos, ni mi mamá, ni mi hermana,
mi tía” pero las nenas sí cuidan a sus hermanos más chicos. Las nenas son las que
van y vienen a la escuela que llevan y traen.. muy orgullosas de lo que decían.. costó un
montón hacerles entender que las nenas eran nenas para estar cuidando a sus
hermanitos, pero tampoco lo entendieron algunas… en una charla donde ese era el
tema, que las nenas iban y venían con sus hermanos y eran dueñas de la vida de sus
hermanos, y así también esclavas ellas…” (informante clave comunidad)
“… o sea, ellos ya manejan su vida a esa edad muchos chicos, si voy, si vengo, si me
compro. Y lo he visto no solamente que trabajan en el carro, chicos que a los 8 años ya
están trabajando porque ‘me voy a poner ladrillos con aquel hombre, o entrarle la
arena a aquel hombre’, para tener su plata y tener acceso a lo que ellos quieren en
realidad, porque ni siquiera es para ayudar en la casa.” ( informante clave comunidad)
En los relatos que se recuperan a continuación, en los dos primeros, se puede visualizar
la incorporación de las niñas en el trabajo callejero, no obstante las mismas comentan
esta experiencia desde cierto supuesto de que no es “cosa de niñas”, sin embargo sobre
limpiar, cuidar hermanitos no hay “objeciones”. Se recuperan relatos que muestran a las
niñas como a los niños asumiendo tareas domésticas, estos últimos básicamente en
tareas vinculadas con cuidado de hermanos y organización del desayuno.
145
“no, porque yo no quería, me daba verguenza... por eso no me llevó más... ah! Y
después salí con el caballo y el carro con mi tío nomás, yo me quedaba arriba a
acomodar los cartones... viste en el caballo? el me daba para que los acomode”(M,
niña de 13 años)
“… los hermanos no quieren llevarla (respecto de salir con el carro) porque es una
nena (…) cuando andamos en el hospital, ella limpia” (comentario de una madre de una
niña de 9 años)
“yo la cuido a mi hermanita cuando mi mama se va a La Plata, yo le hago mamadera a
mi hermana” (explica como se hace la mamadera) (L, niño de 9 años)
“la levanto a la N..., a mis dos hermanas para que vayan a trabajar a las 7 hs. Sin
despertador, ya me acostumbré. Me levanto antes que todos, hago el te, hago la cama, y
después me cambio y hago la cama mía. 7.40 me voy al colegio, solo” (J, niño de 11
años)
“hago té, tomo, me cambio y me voy a la escuela... a veces no lo hago y tomamos en la
escuela... voy con mis hermanos más chicos” (S, niño de 11 años)
No obstante las situaciones descriptas anteriormente, las diferencias de género en la
situación de trabajo infantil se registran claramente en las entrevistas, las cuales
podemos encuadrarlas a través de las palabras de informante clave del centro de salud
cuando se indagó sobre este punto: “en cuanto a la división del trabajo: ámbito
publico y trabajo de fuerza los niños, y ámbito privado relacionado con los cuidados
de otros, las niñas” (informante clave centro de salud).
146
“yo me quedaba con mis hermanitos hasta tarde, de las 6 hasta las 8 de la noche” (M,
niña de 14 años)
“empecé a los 11 a trabajar, al lado de mi casa, limpiaba la casa de una señora” (N, niña
de 14 años)
“Preparo el te, la leche, el arroz” (M.P, niña de 9 años)
E: “quien cocina más acá en tu casa?” L, 10 años “mi mamá o yo” (L, niña de 10 años)
“A veces tengo ganas de cocinar, a veces no” (M, niña de 14 años)
“en todo, le ayudo a mi mama a lavar la ropa, a limpiar, a cocinar, a todo… a cuidar
mis hermanitos, de 9, de 6 y de 3 años y el bebé y hasta que venga mi mamà… como a
las 7/8 por ahí, a veces viene más temprano, a las 5/6, se va a las 8… hace un montón
que lo hago, cuando yo era chiquita me cuidaba mi hermano el más grande, el que
ahora tiene 22 años” (E, niña de 13 años)
“me lavo los dientes, la cara y después limpio” (E, niña de 13 años)
“yo me quedaba con mis hermanitos hasta tarde, de las 6 de la mañana hasta las 8 de
la noche” (M, niña de 14 años)
“Trabajo en un taller gráfico (clandestino), viste los cosos? ese plastiquito de la boleta
de la luz? ese plastiquito donde ponen tu nombre, tu apellido? Es un molde con una
plasticola los pegamos y después allá adelante, los cierran, los dejan medio abierto y en
otra fábrica le ponen el nombre. Trabajo 9 horas, de las 7 de la mañana hasta 16.30 hs,
tengo 10 minutos para desayunar” (N, niña, 14 años)
147
“armo el gallinero de las gallinas, o si no desarmo metal para después vender. Después
salgo con el carro a vender...” (N, niño de 12 años)
“salimos a vender cosas.. eso que se pega en la heladera (…) hasta Montevideo le
sacamos la basura a los vecinos porque no pasa el camión, ahí la policía le tenès que
pedir permiso y te dejan, o sino acá en la cancha tiramos ..allá en el basural.. en todos
lados se tira.. pero a los carros no porque los lleva la policía y les cobra una multa de
$400” (R, niño de 8 años)
“cuando salgo con el padrino de el me dormía en el carro…(cuentan ambos como se
hacen casitas con los cartones cuando llueve y van en el carro) “ y estamos sequitos y
calentitos”(L, niño de 9 años)
“Nunca salí solo, el año pasado cuando salíamos 6/7 de la tarde volvíamos a las 11/12,
nos íbamos por todo Lanús de noche, pero veníamos para acá... el Dylan es el que se
duerme en el carro, ayer cumplió 7 años. El maneja algunas veces. (Sale ropa
zapatillas). Yo me voy con otro carro con el marido de la Jesi, yo manejo y el baja de
los 2 lados, a veces bajo yo…cuando tenemos que cargar una casa algo yo me llevo el
celular mío y lo llamo para que venga… o llamo a los otros (a su papá)... a veces me
vuelvo porque estoy cansado” (J, niño de 11 años)
“junto arena, ladrillos, tierra… a veces corto pasto y me dan un plato (...) yo y mi
hermano, el Cucho y mi papá porque estamos con las gallinas, porque a veces se
pelean cuando estamos dormidos” (B, niño de 12 años)
“si, hace mucho, cuado tenia 11. Salía a juntar cartón con mi mama y mi tío… lo
llevábamos nosotros, sin caballo, juntábamos cartón, botella… solo mi mama no me
148
dejaba ir porque hay mucho peligro, me dejaba salir a la vueltita y ella me miraba” (R,
niño de 13 años)
“salimos a las 8 de la mañana y a las 12 estamos acá… con mi hermano se nos ha
hecho de noche, nos volvemos… hasta Avellaneda, con mi papa hasta Dock Sud porque
ahí tiene todos sus clientes, me regalan galletitas, son re buenitos” (C, niño de 13 años)
“estoy con mi amigo con el carro... juntamos cartón, pero para el... el tiene mi edad...
no me acuerdo si salía con la bici (su mamà me relató sobre la bicicleta y los
metales...) pero no me gusta salir más con él... antes con mi vecino, juntábamos cartón,
botellas, fierros” (E, niño de 12 años)
Desde la perspectiva de género se reproducen los roles asignados tradicionalmente a los
hombres y mujeres en la construcción de masculinidad – y la figura del proveedor- y de
la femineidad y la figura del cuidado del hogar y la familia. También está presente el
aspecto de espacios públicos y privados donde se desarrollan las actividades.
En cuanto a la implicancia para la salud, de acuerdo a lo referido por la informante
clave del centro de salud la implicancia para la salud no está dada por diferencias de
género, sino fundamentalmente por el contexto/medio en el que desarrollan el
trabajo: “las diferencias son propias de los riesgos del trabajo en cada ámbito, en el
ámbito domestico, accidentes domésticos (quemaduras por ejemplo ) y en el publico
caídas del carro lesiones por lastimaduras con objetos que están en la calle por otro
lado las similitudes están dadas por afecciones a la salud que no pueden ser atendidas
tanto para niñas/os por falta de tiempo porque hay que seguir trabajando” (informante
clave centro de salud).
149
5.7 Articulación real y posible con el centro de salud
De acuerdo a los datos obtenidos al indagar sobre la articulación real y posible con el C
de S, se identifican varias líneas de trabajo implementadas desde el C. de S, a través de
las cuales se podría caracterizar un proceso de fortalecimiento de la vinculación entre el
C de S y la comunidad a través de mayor apertura para mejorar la accesibilidad y de
inclusión en dispositivos grupales de población con dificultades para la continuidad en
la atención ( talleres para abordaje de la temática de salud sexual y reproductiva; taller
de huerta con personas que padecen sufrimiento mental; taller de crianza ).
En este marco, desde los relatos de las informantes clave del C de S surge que no se ha
podido aún crear un espacio de promoción y prevención de la salud con participación
directa de niños y niñas.
En el mismo marco en los diferentes relatos se visualiza una historia reciente de fuertes
condicionamientos para el acceso a la atención. Esto lo podemos ver en los siguientes
testimonios:
“es como que la gente no se acercaba porque siempre venia y no había turnos…la
gente está como descreída, tenemos pediatra, muy buena atención, pero la gente le
esquiva a venir a la salita” (informante clave de la comunidad)
“Lo que pasa es que en los últimos años tenemos la sala en mejores condiciones de lo
que la teníamos y como que la gente en los últimos dos años se está acostumbrando de
que en la sala hay respuesta, porque sino la gente se sigue yendo a Avellaneda a
hacerse atender... Entonces en realidad, y hablemos de la gente que no tiene recursos
que tiene si o si que quedarse en el barrio, porque después la gente que trabaja se va
150
manejando con la OS y es distinto... Es feo y doloroso escuchar a la gente que diga me
voy al Hospital de Wilde o al Finochietto porque acá en esta sala no hay nada, es triste,
porque lo tengo acá a 5 o 6 cuadras, no tengo que tomar colectivo, voy a cualquier
hora. En ese sentido últimamente la gente, cuesta, porque bueno son muchos años de
sentir que no había nada. También cambió mucho la cantidad de población de hace 30
años a ahora, se fueron haciendo asentamientos, este era un barrio” (informante clave
comunidad)
Tomaré como guía para el análisis de este objetivo el concepto de accesibilidad
(Stolkiner, A y otros, 2000, citado en Comes, Y. 2007:203) como “el vínculo que se
construye entre los sujetos y los servicios. Este vínculo se construye a partir de la una
combinatoria entre las ‘condiciones y discursos de los servicios y las condiciones y
representaciones de los sujetos y se manifiesta en la modalidad particular que adquiere
la utilización de los servicios’. Considero que en el proceso de incipiente
transformación sostenida (dos años de desarrollo de propuestas de atención inclusivas,
en forma articulada internamente desde una parte importante del equipo de salud)
referida en los testimonios de las informantes clave es un camino en ese sentido;
“… otra cosa muy importante es el equipo, todos los seguimientos se hacen en equipo,
la cuestión de las miradas de los demás. Con Marcela hemos hechos varios
seguimientos, con Alba, porque sola no podes. La juegoteca, con chicas, referentes, que
son del barrio, la posibilidad que tuvimos de articular con Alejandra (usuaria) donde
también hay niños en cuestión, la posibilidad de articular con gente del barrio, hasta
con las administrativas…, la posibilidad de que haya varios espacios, el taller de
Salud Sexual y Reproductiva, (…) y las reuniones de equipo donde cada uno trae de
distintos lugares, ‘vi a la madre de tal, etc.’, eso me parece fundamental”. (informante
clave Centro de Salud)
151
En las condiciones y representaciones de los/as niños/as y sus familias y en la
modalidad particular que adquiere la utilización de los servicios se visualiza un camino
aún por andar en el sentido de encuentro genuino entre los sujetos y los servicios. Entre
otras manifestaciones podemos retomar las descriptas en el Capitulo sobre Presentación
de las características socio-familiares de los/as niños y niñas que trabajan, en el cual se
señala sobre la escasa realización de controles de salud; los obstáculos señalados por
algunas madres sobre la no disponibilidad de turnos; el escaso conocimiento de los
Programas de Salud implementados en el C. de S; la referencia respecto de un 31,82 %
que no se siente escuchado por ningún trabajador del C de S. Todo esto teniendo en
cuenta que el 45, 45% de la población entrevistada vive a menos de 5 cuadras del C de
S, el 50% se encuentra entre 5 a 15 cuadras y solo el 4,55 % a más de 30 cuadras.
- Respecto de relación Centro de Salud-Comunidad
Se rescata un fragmento de entrevista a informante clave donde se expresa la existencia
de prácticas que promueven mayor acercamiento al C de S; una mirada sobre elementos
subjetivos presentes en las madres y/o adultos referentes que facilitan la realización de
los controles de salud; como también una perspectiva que incluye a otros actores
(escuela) respecto del trabajo con quienes no llegan a la atención a la vez que se expresa
una reflexión que da cuenta de una actitud autocrítica desde el propio efector de salud
respecto de “ no saber como hacer” para abordar esos obstáculos para el acceso.
“… satisfacciones que he tenido de gente que viene a los controles, es la gente que
tiene algún recurso interno y viene… el que llega a la Unidad Sanitaria zafa, el
problema son todos los que no llegan... ahí yo personalmente me muerdo la cola y no
152
sè como hacer, a lo mejor no tiene que ser justamente desde salud, a lo mejor tiene que
ser desde la escuela o desde otro grupo que no sea ese... y si por, yo no se si es que
agudizamos o estamos más perceptivos en la forma de, nos detenemos un poco más en
la forma de trabajo, y tenemos muchos más casos, yo quiero creer que estos problemas
siempre existieron, pero empezaron a venir y a pedir ayuda porque hay alguien que
escuchaba; o llegar del otro lado “bueno, a lo mejor me pueden ayudar” se entiende lo
que quiero decir? A veces de acuerdo al grupo que se conforme la gente viene a pedir
ayuda, a veces de acuerdo a como vos resuelvas esas cosas, hay un boca a boca, otras
personas que están pasando por la misma situación” (informante clave del centro de
salud)
Se indagó sobre las expectativas de las madres respecto de potenciales aportes del
centro de salud a la salud de los niños que trabajan. El conocimiento de las mismas
podría contribuir a una aproximación a las articulaciones reales y posibles entre el
centro de salud y la población en estudio; como así también podría ser un aporte a los
trabajadores del Equipo de Salud (en la instancia de devolución de dicha investigación).
En esta misma línea se indagó sobre expectativas a informantes clave de la comunidad.
La pregunta sobre expectativas respecto de aportes del centro de salud se ubicó en el
instrumento de encuesta dentro de las preguntas abiertas, por lo cual las siguientes
respuestas se sistematizaron a partir de la opinión espontánea de las personas:
Asistencia psicológica (31,82%), actividades de recreación (13,64%), asistencia
material (9,09%), acceso a realización de estudios y prácticas (4,55%), guardia
pediátrica (13,64%), mayor accesibilidad a turnos para odontología (13,64%), otros
(31,82%).
153
Es significativo que la mayor expectativa está relacionada con la asistencia psicológica,
la atención odontológica y la guardia pediátrica; estas tres áreas son necesidades
relevadas como problemática de gran peso en la población en estudio y de acuerdo a los
relatos, representan las de menor accesibilidad. Esta última se argumenta
fundamentalmente por los “accidentes, cortes, etc.”. Es posible que en estas respuestas
intervenga el modelo médico hegemónico asistencial, biologista e individual, sin
embargo es destacable que actividades de recreación está valorada en los mismos
términos que guardia pediátrica y asistencia psicológica.
Entre las expectativas de informantes claves respecto de potenciales aportes del C de S a
la salud de los niños que trabajan, de la misma manera que en las madres, se destaca:
- la atención psicológica “… lo psicológico lo digo en función de la falta de afecto,
porque al no saber demostrarlo es por no haberlo recibido... a estos chicos les cuesta
todo, no saben dar un beso, no saben saludar, no sabés lo que les cuesta llegar a darte
un beso.. a todos, es raro… ahora se me viene a la cabeza las Alcántara, pero las
nenas, a Cris le llevó mucho tiempo las demostraciones de afecto…”
- actividades grupales con énfasis en la promoción y prevención de la salud; y
calidad de atención, señalando fuertemente la necesidad de atención humanizada y
de salida del C de S a la comunidad “… llegar con concientización, con los talleres,
etc.; y sí, como deuda pendiente, una utopia? que los médicos tengan una visión de
llegar a la gente, cómo?, que no sea detrás del escritorio, te doy y me voy. Que muchas
veces te diga ‘no el certificado no te lo hago porque tengo que escribir mucho’, que
todos sean la Doctora Alba…, entonces sería un utopia… salir el médico a calle,
ponerse en contacto; salir y abrir las puertas, y que la gente sepa que el que está ahí
es un igual que te va a tratar como persona.. que sigamos teniendo eso, a su vez
también a la gente le cuesta, no tiene esa posibilidad de saber que el médico también
154
tiene imposibilidades desde hacer lo que quiere; porque muchas veces nosotras hemos
hablado que querías hacer determinado trabajo pero a su vez de arriba eso no se
apoyaba… eso al paciente común, a la gente de todos los días, eso no llega, me entero
yo porque hablo (con miembros del Equipo de Salud) pero eso no sabe la gente… que
tal Doctora tenia tal sueño y los de arriba te dicen que esto no se hace porque esto va a
hacer que, como me dijeron a mi la otra vez, “negra no te metas con el tema del cáncer
porque estamos en un año político”, esas cosas a la gente común no le llega…”
(informante clave de la comunidad)
En este último relato se destaca también la percepción de la dimensión política que
atraviesa las prácticas de salud, es decir, cómo las cuestiones relacionadas con el poder
y con las condiciones de precariedad laboral atraviesan/condicionan los distintos
proyectos gestados en el marco de prácticas transformadoras.
La existencia de nuevos problemas que no son nuevos en tanto problemas, sino que lo
son para la atención en el Centro de Salud es lo que da cuenta de un proceso de
encuentro posible en el interjuego de las prácticas y los discursos sostenidos y
coherentes entre si.
- Posibilidad de encuentro del niño con el centro de salud:
Respecto de los dispositivos:
De los testimonios de los/as niños/as surgen comentarios, interrogantes que dejan
entrever ciertas conexiones posibles con el C de S desde una perspectiva en línea con
aquello que desde sus concepciones de salud podrían contribuir a “producir salud”.
155
Sobre un comentario hecho por la entrevistadora en el marco de la entrevista un niño
con un gesto de sorpresa e interés por la actividad pregunta “hay huerta en la salita?”
Esta pregunta podríamos situarla dentro de la novedad que representa la actividad de
huerta frente a las actividades internalizadas socialmente como pasibles de ser llevadas
adelante desde un C de S; y como un espacio de participación más cercano a las
motivaciones de un niño/a.
Respecto del vínculo con el Equipo de salud:
Hay en general escaso registro de las veces que concurrieron al Centro de Salud, al
principio no recuerdan, y en el desarrollo de la entrevista se recuperan algunos
momentos, los cuales pueden caracterizarse como:
“… no me acuerdo como se llama, un señor, me gustaría atenderme con ese señor, me
cura más rápido, me dio más cosas, y después me regaló una paleta y caramelos...” (J,
11 años)
“Sí, una de corte taza… cuando me dice que me voy a recuperar… ahí salgo
aliviado”(B, 13 años)
Una niña dice “No” conocer donde queda el centro de salud, el cual queda a 2 cuadras
de su casa, pero en la pregunta siguiente sobre si recuerda que la hayan llevado por
algún motivo responde “Si, por el dolor de la garganta y la muela.. fui con mi mama,
no tuve que esperar…”(M.P, 9 años)
Cuando se le pregunta por como se sintió y si recuerda la persona que lo atendió dice
que “no tiene preferencias”. Pero hablando empieza a percibirse que se siente mejor con
una persona porque “es buenita, te escucha el corazón, te da pastillas para que estés
bien...”
En relación al vínculo con el Equipo de salud, otro elemento que podría estar
interviniendo en este vínculo, remite a que en el C. de S los /as niños/as plantean no
156
hablar de las experiencias de trabajo: “me da vergüenza contarlo..” “porque no quiero
que se lo cuenten a los demás”.
Sobre esta vivencia, Krichesky (1993:59) refiriéndose al ocultamiento del trabajo
infantil en la escuela, señala que “el ocultamiento del trabajo infantil se constituye en
una práctica singular, que se produce de diversas maneras en las instituciones
educativas y emerge a partir del silenciamiento por parte de los niños de esta actividad
social”. El autor sostiene que desentrañar los motivos de este ocultamiento significaría
desentrañar la especificidad de la relación trabajo infantil-escuela, y en relación a esto
menciona el temor al estigma como uno de los motivos de ocultamiento.
En el caso del Centro de Salud resulta interesante destacar que ambas informantes clave
del mismo coinciden en señalar que no incluyen en las consultas alguna pregunta sobre
vivencias vinculadas al trabajo infantil. En este sentido, resulta significativa la reflexión
de la informante clave de pediatría “Yo acá tengo que hacer una mea culpa porque no
lo tengo incorporado; uno no lo preguntaría en su consultorio particular, acá no
puedo dejar de preguntarlo, más si ya tiene de 10 años para arriba... pero yo pienso
que no lo tenemos internalizado, no está como un ítems en la HC, desde Atención
Primaria!”.
En relación a este aspecto, cabría la pregunta sobre qué cuestiones se abrirían en la
atención que podrían facilitar el encuentro entre el/la niño/a y el profesional de la salud
si se incluyera en la atención una pregunta sobre esta experiencia.
- Sobre las articulaciones posibles, presentes y futuras
157
Lo que prevalece en los relatos de informantes clave del Centro de Salud como de la
Comunidad sobre las articulaciones en relación al abordaje de la situación de salud del
niño/a que trabaja como de instancias de atención directamente dirigida hacia los
niños/as aparece como algo a construir, sin embargo se identifican en el “aquí y ahora”
estrategias de trabajo con los adultos ( taller de crianza en el C de S; cambios de
posicionamiento en la consulta individual en pediatría, donde en lugar de poner el eje
en la madre, culpabilizando, etc., priorizar y actuar desde “lo mejor para el niño”;
instancias de acompañamiento individual desde la Casa del Niño), donde el objetivo,
en el caso del Taller de Crianza contiene el trabajo sobre el mejoramiento de la calidad
de vida y de los vínculos con los niños, los cuales “deberían” llegar en términos de
beneficios a los niños y niñas que trabajan. Se parte de un supuesto respecto de que
“seguramente” las madres que participan de ese espacio tienen hijos que trabajan pero
no se conoce acabadamente sobre esta situación.
“no sé si tengo tan claro que se podría hacer específicamente con esa población.. me
parece que si a nivel general, los talleres de crianza, si bien no directamente no se
trabaja apuntando a los niños que trabajan se trabaja para mejorar la calidad de vida
y el vinculo con los niños, me parece que eso es un aporte, porque seguramente
muchas de las madres que vienen al taller esos niños trabajan, y por ahí no directo,
pero indirectamente se trabaja sobre el tema de los derechos, y en ese sentido
indirectamente es un beneficio…” (informante clave C de Salud)
“uno a veces tiene que perder tiempo, porque esto te insume tiempo, escuchar, ver que
es lo que podes hacer, explicarle, hoy casualmente un pibe de 9 años, me dice que le
robaron el carnet de vacunación, al nene lo atendía la Doctorar “fulana”, la Doctora
se fue y se llevó las Historias Clínicas, o sea en ningún lado está registrado que este
158
chico tenga las vacunas, que hago yo? Yo la decisión que tomé le doy un refuerzo de la
triple viral y DPT, que incluye antitetánica y se la tiene que dar cada 10 años, le
hicimos un nuevo carnet de vacunación y yo firmé puse mi sello y puse “copia de HC”
o sea tengo que creer en la buena fe de la madre, pero por más que tenga la vacunación
incompleta, yo, una dosis más, pobre, se la ligó el chico. Pero a veces hay estas
situaciones, y uno no tiene que enojarse con la madre, me parece que a veces, y más en
pediatría uno tiene que correr la animosidad que puede tener con la madre o con la
familia y pensar que es lo mejor para este pibe” (informante clave centro de salud)
En los fragmentos de entrevista que siguen se visualiza la tarea cotidiana desde la Casa
del Niño respecto del acompañamiento en situaciones de desnutrición, lo cual incluye el
aporte nutricional desde el espacio del comedor de la Casa del Niño al trabajo de
acompañamiento y concientización a las madres sobre esta problemática. Este trabajo
requiere de la articulación con el C de S, de acuerdo a la perspectiva de la informante
desde el seguimiento integral de los casos que se detectan y contiene en los primeros
años pero luego comienza a debilitarse y fragilizarse la estrategia si no se realiza en
forma conjunta.
“El seguimiento. Conozco varias familias con chicos que trabajan… creo que no está
bien la salud de esos chicos.. no sé desde donde la salita podría llegar a ellos.. en
cuanto al seguimiento, de controles de peso, de talla, de esas cosas.. otra familia que
conozco que también trabajan en el carro, el chiquito que trabaja, desde los 6 que lo
conozco, es un desnutrido crónico. El otro chiquito que si bien te estoy diciendo que la
mamá es bastante bien, es decir todo lo que le pedías, también es un desnutrido
crónico, va a ingresar a la secundaria!” (relato informante clave de la comunidad)
159
“… Lo que pasa que claro, con el primer desarrollo, los chicos al crecer es como la
mamá le resta importancia a lo que vos trataste desde los 3, que es un chico
desnutrido, es un chico que ya queda con esta capacidad diferente.. ese es el aspecto
que más me preocupa.. inclusive mamás, eso de la desnutrición, que estamos
trabajando con desnutridos crónicos (…) Porque ya lo que no recuperó no lo recupera
más… yo en este momento tengo chiquitos de entre 8 y 9 años y chiquitos que quedaron
con ese retraso tanto sea madurativo como estatura, en ese sentido me gustaría que la
sala siguiera, que esos hombres del futuro no tengan esa carencia que van a tener
toda la vida.. Otra cosa en la que hay necesidad de atención es en lo psicológico,
porque vienen arrastrando sus historias, sus historias de vida que tienen de todo…
desde la minina necesidad de lo que te puedas imaginar, de lo que les pueda faltar, lo
mínimo, lo elemental, el plato de comida, el golpe, el abuso.. cosas que muchas veces ni
siquiera nos llegamos a enterar, que lo vemos de costado, como al pasar, la droga, está
tan a mano de todo estos chicos que trabajan.. porque tienen tantas libertades
de…”(relato informante clave de la comunidad)
- Del centro de salud con la escuela:
Teniendo en cuenta el papel de la escuela en la vida cotidiana de los niños y niñas en
general, como de los niños y niñas que trabajan en particular, resulta necesario incluir
este actor en el contexto de articulaciones.
Desde la perspectiva de la pediatra hay una visión crítica sobre la posibilidad de
articulación de las acciones del centro de salud con las de la escuela para aportar en la
salud de éstos y éstas. Luego se recupera un fragmento de entrevista a informante clave
160
de la comunidad en el cual se refleja la desarticulación entre C de S, escuela y Casa del
Niño, visualizándose una propuesta de mejoramiento de esta realidad.
“… a mi me parece que las cosas están lo que pasa es que no se practica, el chico
cuando ingresa a primer grado tiene que tener las vacunas y yo no digo que el nene
pierda la vacante, pero ahí desde la docente, la secretaria, o ponemos un puesto de
vacunación y el que no tiene la vacuna completa el día de la inscripción se lo vacuna y
se acabó , o ... porque al chico que ingresa a la escuela teniendo la vacuna incompleta
y no se corrobora, no se le exige a la madre el cumplimento del esquema… chau, ese
queda por seis años en la escuela, asiste a la escuela, repetirá o no, pero no se
completa más.. Es un papel que queda archivado... se dice, está en el discurso, que
tiene que traer los certificados de vacunas, y hay chicos que no tiene vacunas y
extraviaron el carnet, y a veces las madres justamente como saben que es un requisito
llega a tener algún quilombo y dice ‘no, si, lo perdí, me lo robaron’”(informante clave
de centro de salud)
“… o no los pueden traer de lo mal que está la criatura, y ahí le decimos, no lo traigas
hasta que no esté de alta y acordate que para volver tenés que traer el certificado
médico, y van al médico allá a las cansadas cuando ya se curó, y el médico que dice “se
encuentra en condiciones de asistir a la Guardería” porque cuando va al medico el nene
ya está sano.. que le va a poner? Que padeció? Estuvo enfermo? Si, de que? No sé.. uno
como madre que puede decir? Un resfrío… tuvo la quinta, la sexta? Como sabe? Tuvo
varicela? Sarna? Y es la mayoría… inclusive desde la Escuela, porque el mismo chico
que no está viniendo la guardería porque está con sarna está yendo a la escuela con
sarna! Ahí es donde más nos sentimos perjudicadas porque somos las guachas que no le
dejamos entrar el nene pero en la escuela me lo dejan.. yo no se como lo maneja la
161
escuela, yo entiendo que si nos cuesta a nosotros que tenemos nada más que 10/15
chicos por sala de repente hasta que te diste cuenta que una nena que vino todo el
invierno con manga larga y de repente te dice ‘mire seño lo que tengo’, imaginate una
maestra con 30 y pico de pibes, ni se entera.. pero a su vez si ya tiene el diagnóstico
hecho y la mamá sabe que no puede venir a la guardería porque va a contagiar a otros
chicos lo mismo es para la escuela, tanto acá como allá los va a contagiar.. si bien
entiendo a quien está trabajando en la escuela, pero hasta donde? Y también desde el
centro de salud, hay un chiquito con sarna, que hago? Doy aviso a la escuela? Hago el
certificado, quien te lo pide? Tomá este para la guardería, este para la escuela, decirle
fíjate que no puede concurrir a ningún… también hay médicos que te dicen que no lo
aísle, que siga estando en la guardería, por la violencia en la casa, por la falta de
higiene, de comida… si bien vos le decís que venga a retirar la vianda, nos hemos
encontrado con eso.. dependiendo de la indicación médica no podes hacer otra cosa, si
el médico dice que no va a contagiar a otro chico, que no deje de concurrir, siempre que
no use la misma toalla, que no esté en contacto directo, yo no puedo decirle que no
venga.. vos te encontrás con esa pared… entonces lo estoy discriminando yo al nene
pero poniendo en riesgo así a todos los demás.. entonces optamos por pedir disculpas,
hablar con la mamá que entienda, si fuera otro chico que contagiaría el suyo, apelamos a
ir tomando conciencia, pero ese es un trabajito.. a alguna mamá le entrará, a otra no
(comentario informante clave casa del niño).
Accesibilidad. Largo camino a andar. La comunicación. “Aunque quede cerca, está
lejos”.
162
Retomando la perspectiva de Czerniecki (2003:75) respecto de “ningún niño por el solo
hecho de ser niño concurre solo al sistema de salud, siempre por su condición de infante
necesita de otro que codifique que su dolor tiene que ser resuelto en el ámbito
hospitalario”, para describir uno de los aspectos que forman parte de las condiciones de
accesibilidad se rescata el siguiente fragmento de entrevista, el cual otorga peso al
posicionamiento de los padres como vehiculo para el acceso de los/as niños/as a la
atención:
“el acceso del tema del niño tiene que ver con sus padres, con el posicionamiento de
sus padres, que puedan considerar oportuno y necesario (…) No está saldado el
acceso, la demanda supera ampliamente la oferta, esto está desbordado, hay mucha
gente acá que no accede.. yo creo que de acá no a muchas cuadras nosotros no
existimos, yo creo que ni idea que está la Unidad Sanitaria. Un poco me parece que
tiene que ver con esto que hablábamos de la percepción, otra cosa es lo que tiene que
ver con nosotros que la vorágine de la demanda te chupa tanto que no podemos tener
otra forma de brindar cobertura a otros grupos que por ahí no tienen acceso.. uno se
podría estar planteando ver que pasa con los que no llegan, lo que pasa que con los
que llegan estás desbordado y no tenès tiempo para pensar en los que no llegan.
(informante clave C de S).
El acceso a la vacunación es un claro indicador de salud. Resulta necesario detenernos
sobre este indicador, ya que en el marco del Primer Nivel de Atención se considera
indicador estratégico para evaluar la accesibilidad. En este estudio, se han descripto
situaciones diversas respecto del acceso a la vacunación, lo cual deja abiertos ciertos
interrogantes. Los resultados obtenidos de las encuestas a madres nos encontramos que
el 45,45% refiere que el participante en el estudio tiene el calendario de vacunación
163
completo, sin embargo los informantes del centro de salud advierten sobre el bajo índice
de vacunación en la población en general y sobre esta situación señalan - además de la
escasa coordinación inter-institucional en este sentido- , un aspecto relacionado con el
ejercicio de “derechos” que podría estar condicionando el acceso:
“(…) insistir que traigan la libreta sanitaria, y también que empiecen a ejercer sus
derechos, tienen los chicos, están las vacunas, no se necesita orden del médico para
vacunar, en realidad tendría que concurrir al centro de salud por la vacuna y ser
vacunados, pero también si van a un control de salud que el médico o el profesional
anote, y le diga la madre lo que pesa y lo que mide” (comentario informante clave
del centro de salud)
El fragmento que sigue refleja una de las situaciones sobre el acceso a la vacunación por
lo cual se plantea que deja abierto interrogantes respecto a los condicionantes que
intervienen en las diferentes realidades que aparecen en los relatos de los informantes
clave del C. de S, de la comunidad y de las madres de los/as niños/as.
“… en mi casa cada vez que se vienen a vacunar se terminan las vacunas y me queda
gente pendiente…” ( informante clave de la comunidad)
“las vacunas en los operativos, no los voy a llevar por una vacuna” (comentario de
una madre)
De lo dicho, podría inferirse que junto a otros factores intervinientes, uno de ellos
podría ser la falta de vacunas en algunos períodos en los Centros de Salud; debido a lo
cual son las organizaciones intermedias (Casa del Niño, Manzaneras) las que solicitan
las vacunas al Municipio y en función de esto se generan otros espacios de vacunación
en la comunidad con otro nivel de acceso.
164
De acuerdo a los relatos presentados a lo largo del análisis sobre la articulación real y
posible entre el Centro de Salud y el acceso a la atención de los niños y niñas que
trabajan como de sus familias se puede visualizar que la comunicación resulta ser un
componente central en el proceso salud-enfermedad-atención. En los dos fragmentos de
entrevista que siguen se destaca el tiempo destinado a la comunicación entre el
profesional de la salud y los usuarios del servicio de salud como una potencia para la
accesibilidad en tanto construcción de vínculo. “… generalmente, a mi me parece que el
secreto está ahí, todo lo que se les explica, ser claros con los padres, ponerlo en
palabras y explicarles el por qué de ciertas actitudes. Yo en algunas cosas soy muy, no
rígida, pero a lo mejor estricta, yo por ej uso la leche del plan materno infantil como
estimulo positivo, entonces les digo ‘yo la leche te la doy si venís al control de salud, si
no venias al control de salud, si venís por la consulta cuando el nene está enfermo no te
la doy’ y obviamente esa es una norma que a veces yo mismo la transgredo pero
cuando sé que la madre que viene es una madre que tiene el carnet de vacunación al
día.. es un mimo, o un refuerzo positivo para que al menos estos primeros años de vida
hacer una buena base, buenos cimientos en cuanto a la salud del pibe.” (informante
clave pediatra)
“Te voy a dar una cosa muy acotada de pediatría y lo que pasa con los aerosoles y las
patologías respiratorias. Si la madre viene enseguida y vos le das el aerosol y la
cámara, que de hecho el recurso está y se le da, y le enseñas a esa mamá ‘mira tenés
que hacerle el puff y fijate como respira, hacéselo en tu casa y si ves que no mejora o
tenés que ir a un lugar con guardia pediátrica, no pierdas tiempo, vení a la salita o
hacé la consulta precoz’, se han evitado un montón de internaciones, y eso porque vos
adiestras, y circulás la información con la madre”(informante clave pediatra)
165
En el mismo sentido, el fragmento que se rescata a continuación da cuenta de la
importancia de este componente para mejorar la accesibilidad: “Muchas veces ha salido
en las charlas que tuvimos con la gente del Plan AHÍ que viene y te dicen, se quejan,
‘nooo, porqué están atendiendo nada más que 10 turnos por día’, entonces la
administrativa de la sala, Romina en este caso, te puede decir, saca la hojita, y dice
‘no, hoy atendimos por fiebre tanto, con turnos tanto, sin turnos tanto’, ese
conocimiento yo me lo llevo y quién más se entera? Nadie más... entonces el vecino
que ayer vino y me dijo que fue a la sala y no encontró a nadie, y que es una sala de
m…., nunca hay nadie, si justo no me lo comenta a mi y se lo comenta a Pato que no le
da bolilla, se queda con esa bronca y ya está….” (informante clave de la comunidad)
Por último, no podemos dejar de considerar la accesibilidad geográfica, descripta ya en
numerosos estudios. Se describen las estrategias que llevan adelante las familias para
acceder a la atención cuando recurren a un Segundo o Tercer Nivel de atención, las
cuales recurren a Hospitales de otros Municipios en función de resultar más accesible,
en términos económicos y geográficos.
“Van al Hospital de Wilde, y como un ‘lujo’ el Hospital Finochietto. El Hospital de
Quilmes como el de Solano (del mismo distrito) queda muy a trasmano. En general van
cuando están de última, cuando ven que no se van a curar solos, porque tienen que ir
y volver por la placa, y volver y sacar otro turno para análisis, y eso es muy
complicado cuando tienen que ir tan temprano y muchas veces dejar los chicos solos.
(…)Para el Hospital Evita de Lanús se toman dos colectivos y caminan. He visto gente
que se toma el colectivo y se baja antes y llegan caminando 10 cuadras
166
aproximadamente al Hospital Finochietto. (…) Muchos van en carro, pero les da
vergüenza ir en carro y a la mamá también. Otra forma en la que recurren a la
atención también es caminando, porque no tienen la moneda para el colectivo, a veces
le damos nosotros las monedas. La gente que trabaja con el carro tiene un circuito fijo
porque de alguna manera tienen sus ’clientes’, pero a veces no saben como llegar a
otra Unidad Sanitaria o al Hospital, no saben donde queda. Lo que para nosotros es re
cerca, para ellos es muy lejos, no conocen.” (informante clave de la comunidad)
En función de dimensionar esta última expresión, se recupera un fragmento de
entrevista a informante clave del Centro de salud, quien señala “para la gente es un
abismo llegar al equipo de Restitución de Derechos”.
Teniendo en cuenta a Comes, Y; quien advierte que “los Servicios de salud también son
productores de subjetividad ya que sus acciones e inacciones producen efectos
subjetivantes en la población y ofrecen indicios para construir ideas o creencias sobre
ellos mismos” (Comes, 2003:6), es importante visualizar que las percepciones referidas
describen una realidad que expresa que para mejorar la accesibilidad existe un largo
camino a andar.
167
6. Conclusiones
Esta investigación se ha centrado en rescatar las percepciones y significaciones sobre
estar sano y enfermo y conocer las condiciones de salud de los niños y niñas que
trabajan.
Se han rescatado sus opiniones y valoraciones desde una concepción del niño/a como
sujeto, por lo cual, estos y estas son portavoces de conceptos culturales y socialmente
construidos y a la vez productores de los mismos.
En todo este recorrido se ha tenido en cuenta que “la percepción de la enfermedad se
configura sobre la base de un sistema de representaciones y comportamientos de la
población acerca de la salud y la enfermedad, que está estrechamente vinculado con la
ubicación socioeconómica de los individuos” (Fondo de Naciones Unidas para la
Infancia, 1990, p.73). Esta investigación arroja resultados que muestran que además de
la pertenencia a una clase social, hay otros factores a tener en cuenta como el contexto
familiar, la adhesión y la práctica de una religión y las redes comunitarias.
En las respuestas de los niños y niñas que realizan trabajo callejero como trabajo
doméstico, en todas las franjas etáreas, predomina una fuerte representación de salud
que incluye una visión totalizante, no reduccionista a lo biológico ni a la ausencia de la
enfermedad. Una visión que incluye también el colectivo de prójimos más próximos, un
168
Nosotros. Liliana Guido39 (1997) refiriéndose a los momentos fundantes de la
construcción de la subjetividad plantea la posibilidad de Ser con el otro. Concibe lo
colectivo como sostén, contención de lo individual, ámbito esencial para la
reconstrucción de la identidad en una nueva perspectiva.
El proceso salud-enfermedad-atención se caracteriza por una atención que incluye a
otros, más allá de la asistencia sanitaria. Incluye la asistencia sanitaria y/o la
intervención del Centro de Salud, pero no adquiere mayor relevancia que la contención
de la madre en situaciones de dolor físico extremo, que la recurrencia a la fe y a
creencias religiosas, que la presencia de un vecino/a que acompañe en determinadas
circunstancias. La medicación alopática forma parte de las estrategias de resolución de
situaciones de enfermedad, pero no siempre relacionadas con la atención médica; gran
parte de los niños y niñas son medicados por sus padres, fundamentalmente ante
cuadros agudos, pero referido a padecimientos crónicos, es decir, a padecimientos con
los cuales se convive por largo tiempo.
“Está comprobado que el deterioro de las redes vinculares potencializa las patologías a
la vez que disminuye las posibilidades de recuperar la salud (…), así como su
contrapartida: la riqueza de las interacciones constituye un ‘factor protector’” (Giorgi,
1997:17). En el momento en el que se realiza el estudio, las redes vinculares (familiares,
institucionales, comunitarias) se encuentran atravesadas por los procesos de
descolectivización y ruptura del tejido social que tiene sus raíces en la Dictadura de
1976, que se profundiza con las políticas neoliberales implementadas en la década del
90 y con el desencadenamiento de la crisis económica, social y política de fines de
39 La autora señala que “no hay realización humana fuera de los vínculos, a través de experiencias que adquieren sentido según un orden cultural que otorga significados. Estos preceden a nuestro nacimiento y hacen a nuestra inscripción en una cultura, en un transcurso, que seguiremos a través de tres metáforas: a-Ser a través del otro, b-ser sin el otro, c-ser con el otro.” Se tomará la tercera metáfora para significar el Nosotros para los/as niños y niñas que participaron del estudio.
169
2001. Respecto al proceso de empobrecimiento en nuestro país, Stolkiner señala que
“pese a que se había iniciado con anterioridad, su fase más aguda redundó en una mayor
visibilidad del problema y en la publicitación de la falta de acceso a la alimentación
como indicador más dramático” (Stolkiner, A., 2010:4). No obstante estos
atravesamientos de más de tres décadas, se visualiza una dinámica comunitaria que, -
aún en el contexto de pobreza estructural en el que se encuentran las familias que
constituyeron la muestra -, está en proceso de recuperación de su trama solidaria y de
participación activa frente a los problemas colectivos, de la cual parte del Equipo de
Salud del Centro de Salud de dicha comunidad es protagonista. Esta situación
ineludiblemente favorece el potencial “factor protector” que existe en dicha comunidad,
en la medida que la participación activa frente a los problemas colectivos se fortalezca.
El siguiente fragmento destaca la perspectiva de una referente comunitaria, Directora de
una Casa del Niño, que vive en la comunidad y porta una trayectoria de veinte años en
el trabajo con niños/as, que configura una de las posibles respuestas frente a lo
planteado: “muchas veces la gente dice ‘gastas pólvora en chimango, que vas a hacer
por estos, si el padre…’, pero muchas veces el chico no quiere seguir en lo mismo que
el padre; me ha pasado no con chicos que trabajan pero casos que los padres son
alcohólicos, que te digan “no, yo no quiero ser lo mismo que mi viejo o que mi vieja
que se junta con todos los vagos, con los borrachos” y vos los ves a lo largo del tiempo
y no repitieron la historia.. esa mano que vos le das, que no es en lo material, el chico
no repite la historia, es ese poquito de demostrarle otra cosa” (informante clave
comunidad)
Las significaciones de los niños y niñas sobre salud y enfermedad se inscriben en este
contexto, donde pareciera que, a pesar de las privaciones cotidianas, las múltiples
estrategias que deben desplegar para subsistir y la violación a sus derechos (al trabajo
170
digno para sus padres, a la salud, a la vivienda, a la educación, al alimento, a la
recreación, etc.) estos niños y niñas sostienen para si mismos y para los demás
concepciones y significaciones de la salud que contienen desde hábitos saludables
diversos (no fumar, poder jugar) hasta aspectos relacionados con la afectividad (ser
cuidados, bienestar en el grupo de pertenencia). Ellos/as expresan que una persona está
sana cuando/porque: “porque la mamá la curó”; “porque sonríe”; “porque está
contenta”; “cuando no tiene problemas”, “cuando no fuma”; “que puede seguir más
adelante” “cuando está bien cuidado por los padres, por la mamá”; “cuando está feliz,
cuando está con ganas de hacer cosas, tiene ganas de estar con alguien, cuando pueden
jugar” “hacer gimnasia o algo físico” “cuando tiene fuerza”; “cuando uno está
contento, está alegre, está en familia y se ríe, salud para mi es estar bien con la
familia.”; “cuando tiene cara de contenta”; “porque juega, hace la tarea; porque va
con su hermano a jugar a la plaza”.
En la línea de describir las prácticas relacionadas con la salud como las diferentes
resoluciones con relación a la enfermedad, se visualiza en los niños y niñas en general
escasas prácticas que contribuyan a producir salud (escasas posibilidades de realizar
deportes en forma sistemática, inaccesibilidad a alimentación rica en nutrientes, baja
concurrencia a controles de salud, etc.) y se destaca de manera significativa la
diversidad de estrategias relacionadas con la atención de la enfermedad.
El no acceso a la alimentación adecuada, es una realidad común a todos/as los/as
niños/as entrevistados. En relación a este indicador de salud, existen situaciones
narradas que dan cuenta de estrategias como por ejemplo, priorizar la comida a la noche
para “poder dormir lleno”, o privilegiar a los más pequeños en el caso de que no alcance
la comida. En muy pocos casos se refiere consumir frutas, y esto lo relatan como un
171
alimento de difícil acceso. En todos los casos los carbohidratos es el plato principal
(fideos, pan), por lo cual básicamente es aporte calórico. Las proteínas, la carne por
ejemplo, se mencionan como una posibilidad a la que acceden cuando el papá “cobra el
sueldo”.
No obstante lo dicho, cabe realizar una consideración respecto al juego. A pesar de las
observaciones de los informantes clave “veo que los nenes, estas nenas que trabajan, no
tuvieron infancia… no saben lo que es jugar, son nenes que vos les decís, que se yo,
divertirse, saltar, correr, no, nos los hemos visto jugar… hay chicos que los tuvimos ... y
la frustración de ellos ‘que no puedo, yo no sé, yo no sirvo’ ”, como de las madres,
sintetizado en la expresión de una de ellas cuando dice “ a veces no la dejo jugar..”, y
de una niña que manifiesta “no tengo tiempo libre, yo no salgo a la calle”; se observa
que el juego, con la durísima condición de “cuando se puede”, ocupa un lugar de
significación importante en los/as niños y niñas, y se produce fundamentalmente en el
encuentro con otros, es decir, en el grupo. La posibilidad de “tiempo de juego”
diferenciada de “tiempo de trabajo” considero que constituye una práctica de salud.
En el trabajo desarrollado se pudo visualizar que los/as niños y niñas vivencian el juego
como una situación distinta a trabajar, es decir, perciben la diferencia entre el juego
como momento de disfrute y encuentran esa posibilidad, en gran parte de los casos
analizados, en los momentos que el trabajo se los permite. Esa posibilidad está
relacionada con el espacio físico placita-calle, es decir, con el espacio y el aire libre y
con el juego compartido.
Esta observación posibilita enmarcar ciertas dificultades para el encuentro desde el
juego que se visualizaron en la experiencia de taller, considerando que el espacio
172
cerrado no se corresponde con lo habitual en estos/as niños y niñas en función del
espacio sumamente reducido de sus viviendas, donde no existe “un patio”, y por tal la
relación con la calle, además de ser el espacio donde se trabaja, forma parte de sus
territorios de juego. En palabras de Czerniecki, S; (2003) “la calle es sinónimo de
movimiento y dinámica colectiva, además de ser un espacio de interacción abierta y
lugar de visibilidad social”.
Con relación a las estrategias de resolución relevadas en los/as niños/as, éstas se
presentan heterogéneas. Se incluye la asistencia sanitaria y/o la intervención del Centro
de Salud fundamentalmente cuando “el dolor no para más”, pero no adquiere mayor
relevancia que la contención de la madre en situaciones de dolor físico extremo, que la
recurrencia a la fe y a creencias religiosas, que la presencia de un vecino/a que
acompañe en determinadas circunstancias, o en otras circunstancias “esperar a que pase
solo”, que la medicación alopática auto suministrada (por un adulto). Esta
caracterización permite considerar la impronta de la autoatención en las familias de los
niños y niñas participantes en el estudio.
Cabe retomar un fragmento de la informante clave pediatra del Centro de Salud sobre la
dificultad del equipo de salud para reconocer estas prácticas mencionadas. Y sobre esta
dificultad, respecto de la cual refiere estar atravesada por cuestiones de poder, desde su
perspectiva plantea la importancia de “escuchar los saberes de las madres o las
prácticas que tienen las familias porque siempre las prácticas tiene algún motivo,
tiene una fundamentación o un origen, un por qué” (informante clave C de S)
Esto está en consonancia con lo señalado por Pagnamento y Weingast (2007) sobre que
las acciones desplegadas ante los padecimientos y las formas de atenderlos implican
razones, posicionamientos valorativos, experiencias previas, saberes acumulados y
173
opciones concretas, que se sopesan para decidir los cursos de acción posibles. Estas
acciones no siempre coinciden con las esperadas por los responsables del
funcionamiento de las instituciones y los diagramadores de políticas de salud.
Desde lo dicho se considera la importancia de conocer estas estrategias como
facilitadoras para la accesibilidad desde la perspectiva de encuentro.
En estos procesos, vincular prácticas, percepciones y creencias con la historia de
atención de los adultos cuando fueron niños es parte de la lectura necesaria, así lo
expresa una informante: “si los niños son criados por padres que a su vez también
sufrieron esa pobreza estructural y nunca fue vacunado o llevado a control de salud, es
difícil que lo haga con su hijo.” (informante clave pediatra)
Es posible que las condiciones que caracterizaron la crianza de los padres (el 68,18% de
las madres y el 40,91% de los padres tienen primaria incompleta, y un 9,09% de las
madres es analfabeta) agudizadas por lo que implica la reproducción generacional de la
pobreza, sean las que caracterizan los condicionamientos de los niños para sobreadaptar
sus cuerpos a condiciones adversas, y constituyan parte del escenario para la existencia
en la mayoría de los/as entrevistados/as de una significativa auto percepción de
malestar que convive con un alto umbral de tolerancia al dolor. Esta relación,
siguiendo la perspectiva de Menéndez, E, debe ser trascendida, no quedar en el
nivel de la evidencia, atrapado en el dominio microsocial, sino situarla en un
“modelo global que determina tales percepciones, las que deben ser relacionadas con el
juego de procesos socioeconómicos, políticos y culturales que las constituyen.”
(Menéndez, 1997; en Eguía y Ortale, 2007:17)
174
Otro aspecto destacable en relación a lo que se viene planteando, es que en la mayoría
de los/as niño/as entrevistados la percepción del padecimiento es marcadamente
diferente a estar enfermo/a.
Las articulaciones existentes entre las concepciones de salud y enfermedad operantes en
las prácticas de los sujetos y los aspectos vivenciales y subjetivos asociados a la
condición de trabajador tienen gran similitud con las características descriptas con
frecuencia en adultos, es decir, rige para sus vidas un criterio similar, con algunas
salvedades en situaciones de gravedad, a la “salud elástica”( Escudero, JC, comentario
verbal) en la que suele convertirse la salud en el mundo laboral de los adultos, con
mayor agudeza en los sectores pobres. En el listado de problemas de salud más
frecuentes del participante en el estudio se mencionan en todos los casos varios
problemas de salud, sin embargo en la pregunta “que edad tienen los hijos con los que
más asiste”?, en esa respuesta no existe, en la mayoría de los casos correspondencia con
la edad del niño/a participante del estudio, por lo cual se deduce que la salud se “estira”
en la medida de que se pueda seguir “de pié”. Pese a esto, se relata por parte de las
madres que han llevado a sus hijos cuando necesitaron atención, aunque no es posible
precisar respecto de cuándo se considera “necesaria” la atención, a pesar de haberse
indagado sobre percepciones y prácticas (que hacen cuando empiezan a sentirse mal, si
esperan para consultar, cuanto tiempo esperan para consultar, etc.). Es destacable que al
cruzar estos datos con las entrevistas a los niños existen otros problemas postergados; y
en las madres es común la respuesta sobre haber postergado la atención de su hijo/a
por la situación de trabajo. La consulta odontológica no se consigna dentro de
175
principales consultas, sin embargo se refiere como uno de los principales problemas de
salud.40
En cuanto al derecho a la salud y a la educación. Me he referido al derecho a la salud
y la educación en forma conjunta porque entiendo que en las vivencias de los niños y
niñas que trabajan la situación de vulneración de estos derechos se expresa nítidamente.
En este estudio se exponen situaciones de derechos vulnerados y de niños vulnerables,
teniendo en cuenta sus vivencias de niños trabajadores. Son niños y niñas que estando
en edad escolar, no concurren a la escuela; que los que concurren presentan una no
correspondencia entre el grado y la edad de los niños, junto con una situación de alta
permanencia en un mismo grado.
En este marco, cabe destacar que existen desafíos importantes en las expresiones de los
niños y niñas como en las madres y en los informantes clave porque en sus vidas estos
derechos sean respetados. Estos desafíos se encuentran en los niños cuando dicen “voy a
“terminar la escuela” mientras relatan haber tenido que dejarla para trabajar, en las
informantes que comentan como un niño le pide que lo anote en la escuela y la misma
asume ese rol, ocupándose de esta situación que tal vez la familia no pueda ponderar
dentro de su cotidianeidad, o una madre relatando que se ha acercado a la escuela para
plantear que su hijo no puede ir a la escuela porque trabaja. Ubicar estos derechos en
“primer plano” no implica fragmentar la mirada o restarle valor al resto de los derechos
vulnerados, sino que se rescatan desde lo que los resultados de esta investigación
arrojan a la luz de los objetivos que la orientaron y fundamentalmente por considerar
que en la efectivización de los mismos estarían contenidos tantos otros como el derecho
40 En la toma de entrevista con niños y niñas se presentaban situaciones donde ellos/as al describir sus padecimientos lo hacían de modo directo mostrando, por Ej., la falta de piezas dentarias o las severas infecciones dentarias. Estas imágenes generaron, desde la implicancia del investigador, gran preocupación por el daño evitable que se refleja en la falta de salud bucal de los niñas y niñas con las consecuencias presentes y futuras que este daño implica (digestivas, metabólicas, etc.)
176
a una niñez vinculada al juego, al desarrollo de la creatividad, a no padecer
enfermedades evitables, a contar con una atención integral de la salud.
Esta perspectiva resulta de todo el proceso de investigación y desde un interrogante-
disparador expresado por una informante clave refiriéndose a las dificultades que se
presentaban en una estrategia para arribar a un diagnóstico de salud de un niño que
trabaja, y en ese marco, desde una perspectiva de análisis auto-crítico sobre sus
prácticas y sobre la complejidad que se materializa en estas situaciones plantea: “que
está primero?”. Con esta pregunta expone lo que a mi entender en la realidad de
muchos de los trabajadores de los servicios de salud y de otros servicios que abordan la
problemática de la niñez en contextos de pobreza, se expresa como un atravesamiento
concreto y opera como limitación hasta que puedan destrabarse algunos obstáculos para
el trabajo en red.
En este sentido, considerando el potencial existente en los intentos para transformar la
realidad, podemos visualizar el juego dialéctico de la salud, tal como lo concibió
Floreal Ferrara (1966).
Considero importante rescatar la historia de los niños y niñas entrevistadas con relación
al sistema educativo, adhiriendo a la visión de Novacovsky, (2001:11) quien señala que
“el acceso al jardín de infantes tiene un efecto benéfico a lo largo de la historia
educativa del niño…”. Es alta (63,64%) la asistencia de los niños y niñas al Jardín de
Infantes, pero la inserción al mismo presenta una media de edad de 4 años, y ha sido un
proceso que no ha podido darse de manera continua. Entre los niños que concurren a la
escuela al momento del estudio, se destaca la sobre-edad respecto al grado que se
encuentran cursando.
177
En términos de procesos de construcción de subjetividad, teniendo en cuenta las
prácticas y estrategias de los niños y niñas, se podría pensar que para la salud existen
otras referencias de atención (la mamá, la religiosidad, los vecinos, etc.), mientras que
para la educación, si no se cuenta con la escuela se deja de contar con muchas cosas;
como dice una canción “la escuela puede ser un lugar donde todo lo puedo
encontrar, si me dejan buscar… donde imaginar el porvenir…”41
En la cita que sigue se sintetiza parte de lo que se viene intentando dar cuenta en el
análisis que precede, recuperando la categoría Infancia, la cual ha sido descripta,
“narrada” desde las voces de los/as niños y niñas dando cuenta de la Otra Infancia, que
designa sujetos relacionados con la carencia de familia, hogar, recursos o desamparo.
“… la infancia, se conformaba entonces como un período de latencia, de espera y
formación para la vida adulta. Era el espacio de la vida en dónde se sentaban las bases
para la modulación de la clase que vive del trabajo a través del mecanismo disciplinario
propio de esa etapa de la vida; la escuela.” (Grima, JM; Illanes, G; Galarza, R; 2008:61;
en Luciani Conde y Barcalá: 2008)
Conocer las vivencias de los niños y niñas que trabajan ha implicado establecer lazos
con los procesos de construcción histórica, social y cultural del concepto Infancia.
Las Condiciones de salud de los niños y niñas que trabajan están fuertemente
determinadas por sus condiciones de NBI (Necesidades básicas insatisfechas). No se
encontró en los niños y niñas que formaron parte de la muestra condiciones de salud que
presenten determinantes de salud de carácter predominantemente orgánico, excepto en
tres niños donde dos de ellos presentan diagnóstico de epilepsia y una de las niñas una
41 Canción de Hugo Midón y Carlos Gianni, “La escuela puede ser”, del disco “Derechos Torcidos”.
178
cardiopatía. Los resultados sobre los problemas de salud más frecuentes en los/as
niños/as participantes del estudio se asocian a precarísimas condiciones habitacionales,
inaccesibilidad a servicios básicos de saneamiento y a alimentación adecuada.
Se rescata un comentario de una madre respecto del combustible que utilizaban para
calefaccionarse, lo cual da cuenta de las condiciones de vida de los niños y niñas que
trabajan y de sus familias y el impacto de las mismas en la salud. La misma comenta
“antes con carbón, hasta que se quemó el más chiquito”.
Cabe hacer mención a dos aspectos que amplían la descripción sobre las condiciones de
salud de los niños y niñas que trabajan, estos son la violencia expresada de distintos
modos y la convivencia con el consumo de drogas ilícitas en un marco de
internalización de esa realidad en sus vidas cotidianas pero a la vez visualizada por la
mayoría de los niños/as como un hecho que produce daños en la salud.
En relación a la violencia esta se expresa en vivencias de niños que conviven con
hechos de muerte (suicidios, asesinatos de hermanos, tíos); con padres/tíos/hermanos
presos; con situaciones de abuso sexual y violencia contra la mujer y los niños/as. Una
madre verbaliza: “Yo le pegaba mucho a E, ella que me ayuda… yo me desquitaba
con ella”
Respecto del consumo de drogas ilícitas, son “habladas” por los niños y niñas
entrevistados/as, desde diferentes dimensiones de análisis posibles. Se destacan entre la
heterogeneidad de miradas, en principio la presencia de las drogas en sus vidas
cotidianas, principalmente paco y marihuana, aunque también se relatan situaciones de
inhalación de pegamentos. Se relata el consumo habitual en hermanos, tíos, y pares del
barrio; los cuales refieren ver, conocer, etc.
La percepción del consumo de drogas como daño para la salud toma mayor
significación si lo cruzamos con algunas representaciones de los niños y niñas sobre
179
estar sano o enfermo, donde respuestas como “porque no se droga, no fuma” “cuando
está bien cuidado por los padres, por la mamà... se preocupan mucho por el, por el
hijo… cuando no tiene problemas con la droga”, se asocian claramente a la percepción
sobre salud que tienen los/as niños/as. Antes de abordar específicamente el tema,
ellos/as mismos/as lo han puesto en sus relatos.
Frente a estas condiciones de vida, desde el Primer Nivel de Atención de la Salud, el
desafío expresado en las fuentes consultadas tanto del Centro de Salud como de la
Comunidad respecto de la importancia de poder efectivizar los controles de salud y
otras acciones de prevención se ubica dentro de la “articulación real y posible con el
Centro de Salud”, y representan la bisagra para evitar la reproducción de las inequidades
en salud. Todo esto, en la medida de que se logre mejorar y fortalecer el trabajo
intersectorial.
En relación a la tensión visibilidad-invisibilidad sobre la cual se ha puesto énfasis en
el planteo del problema se rescata un fragmento de entrevista que ilustra la persistencia
de esta situación y algunos de los factores que están en juego en esta tensión. La
naturalización de esta situación persiste en un contexto de vigencia de Programas
desde el ámbito del Estado que apuntan a la Restitución de derechos de Niños, Niñas y
Adolescentes; a la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y Programas
específicos de salud; y de prácticas profesionales de contundente compromiso con hacer
efectivo el derecho a la salud. “… estamos naturalizando algo que no corresponde
porque el chico tendría que estar estudiando o jugando, ya cuando sea adulto tiene que
hacer cosas de adulto; es como se están salteando etapas, no se están atravesando
180
bien; encima mal, porque no bien, mal, no por desarrollo o evolutivo” (informante
clave de centro de salud, pediatra)
Teniendo en cuenta que para la mayoría de los/as participantes del estudio el Centro de
Salud está muy accesible geográficamente y refieren concurrir al mismo desde hace más
de 5 años, surgen elementos que señalan que las dificultades para la atención están
altamente relacionadas con la accesibilidad simbólica; esto también se destaca en virtud
de lo referido por las informantes respecto de la gente que no conoce la existencia del
centro de salud viviendo probablemente a muy pocas cuadras.
En párrafos anteriores se mencionó el trabajo intersectorial, el cual en el marco del
Paradigma referido el Centro de Salud se constituye en un efector más de una red de
atención. Dicho objetivo, - más allá de que el Sistema de Salud porta una historia de
larga data referida a la fragmentación interna -, no se produce en las prácticas
cotidianas. Esto lo expresa el testimonio de una informante del centro de salud: “en
algunas situaciones con niños hay que tomar decisiones pero con toda esta cuestión de
la nueva ley que está bárbara, pero que muchas veces hay como un gris, si bien lo otro
era un negro… me he encontrado con temas de abuso, adolescente en que la abusada
embarazada por ese abusador seguía viviendo con el abusador sabiendo todo el mundo
que habían intervenido los organismos que cuidan la cuestión de la infancia y esto
seguía igual…” (informante clave del c. de salud)
Moreyra (2008) señala que uno de los “problemas sociopolíticos” que debe enfrentar el
Paradigma de Promoción y Protección de Derechos de la Niñez y Adolescencia desde la
perspectiva de integralidad promovida por la ley 26.061 es el de la pobreza de los niños.
En la descripción de las condiciones de vida de los/as niños y niñas y sus familias se
constata esta situación. Junto con la pobreza de su población infantil, otro de los
181
problemas sociopolíticos de los que menciona la autora está expresado en las
precariedades y deficiencias con las cuales se pone en práctica la atención desde el
nuevo Paradigma: “con el equipo de restitución de derechos ahora estamos más o
menos empezando a trabajar, pero tiene sus limitaciones, el otro día me decían que
cada equipo tiene 180 casos, son dos personas las que conforman el equipo”
(informante clave del c. de salud)
En este estudio, si bien se trata de un estudio de caso y sus resultados no son
generalizables para el Universo del estudio, la relación entre el trabajo infantil y las
condiciones de salud constituyen el proceso salud enfermedad atención; por trabajar los
niños y niñas reciben menos cuidados del sistema formal de atención de la salud ( en
varios relatos los niños comentan que se cortan, se vendan y siguen trabajando),
tienen menos posibilidades de acceso a promoción de la salud y cuando la
enfermedad se hace presente a raíz del trabajo la consulta tampoco se efectiviza o se
realiza tardíamente.
Una reflexión necesaria en pos de aproximar un cierre de este proceso, surge en la línea
de la relación que establece uno de los niños entrevistados entre su concepción de salud
y su comentario “que puede seguir más adelante” (J, 11 años). Esta significación, da
cuenta de una realidad concreta en la cotidianeidad de los/as niños y niñas
entrevistados/as y es la que tiene que ver con la capacidad para sobreponerse. En este
sentido, retomando lo que Llobet (2003) define como procesos resilientes, se visualiza
un potencial en el proceso de encuentro entre el personal sanitario del centro de salud,
los referentes comunitarios comprometidos con la contención y acompañamiento a
los/as niños/as para construir proyectos de vida y los/as niños y niñas, donde es posible
182
una intersubjetividad que efectivamente condicionará las posibilidades para que cada
sujeto escriba su historia.
Por último, retomo una reflexión de B.Sarlo (2006), porque considero que expresa en la
metáfora de “la deuda” las severas consecuencias que ésta representa en la vida
presente y futura de quienes tienen negados y/o vulnerados sus derechos humanos
esenciales. En función de la población que formó parte de este estudio, pienso, en
particular, en quienes viven situaciones de vulneración de sus derechos en sus primeros
años de existencia.
“(…) la Argentina vive, entonces, como acreedora de sí misma porque millones de
personas no pueden ejercer los derechos de los que son titulares. La deuda es la forma
actual de la realización incompleta de la vida en sociedad. A diferencia de las deudas
comunes y corrientes, esta deuda puede no ser percibida como tal incluso por quienes
tienen más necesidad de que se la reconozca. La deuda asume, además, una dimensión
histórica irreparable porque deja marcas que no se borrarán con el cumplimiento futuro
de las obligaciones. Aún cuando se la pague, las heridas de la deuda no cierran del todo.
(…) Incluso en una situación más benigna, el perjuicio subsistirá para quienes no
pudieron acceder a los bienes materiales y simbólicos que necesitaban de modo
perentorio (…)” (Sarlo, 2006: 16)
Al finalizar el trabajo de campo se planteó en el contexto nacional una Política Social de
vasto alcance para los niños y niñas que viven en situación de pobreza y /o
vulnerabilidad social. Desde la Presidencia de la Nación Argentina y el Ministerio de
Desarrollo Social de la Nación, se creó la Asignación Universal por Hijo, derecho al
cual podrán acceder una significativa cantidad de niños y niñas. Dicha medida
183
contempla junto con el pago de $180 por hijo hasta 5 hijos por familia; y $700 por hijo
con discapacidad, la asistencia a la escuela y a controles de salud. Por tal, deja abierto
un gran interrogante respecto a cuál será el impacto que esta política pública tendrá
sobre la salud de los niños y las niñas.
Cabe rescatar un informe42, respecto del potencial impacto de la ampliación del régimen
de asignaciones familiares sobre las condiciones de vida de la población, a partir de la
implementación del Decreto 1602/0943, ya que implica la inclusión en el mencionado
régimen de cerca de 5 millones de niños. Este informe (Observatorio Social, Serie
Informes de Coyuntura, 2009) destaca que “el 39,3% de los menores alcanzados habita
en el 10% de los hogares más pobres de nuestro país, en tanto que el 30% de los hogares
más desfavorecidos concentran el 74,7% de los beneficiarios. De esta forma, la
ampliación del régimen de asignaciones familiares supone una transferencia directa de
ingresos a los sectores menos favorecidos, posibilitando una mejora, aunque parcial, en
la estructura distributiva.
Si bien la ampliación del régimen, (…) afecta centralmente a los hogares de menores
ingresos, su impacto en términos de reducción de los niveles de pobreza no es muy
significativo. Mientras que en la actualidad, con las salvedades mencionadas, el 25,2%
de la población habita en hogares pobres, dicha proporción se reduciría sólo hasta un
21,3% como consecuencia de la ampliación del régimen de asignaciones familiares. Es
decir, la incidencia de la pobreza en la población se reduciría en un 15,5% como
consecuencia de esta medida. En cambio, el impacto es mucho más significativo al
evaluar la reducción que experimentaría la indigencia, la cual bajaría desde un 7,6%
42
Informe 11, el impacto en la ampliación del régimen de asignaciones familiares, en http://www.observatoriosocial.com.ar/Diciembre 2009, pdf .Acceso: 6/3/2010. 43 Tienen derecho a esta asignación los desempleados, los trabajadores no registrados que ganen menos del salario mínimo vital y móvil, el personal de servicio doméstico, los monotributistas sociales No hay cupo que limite la cantidad de personas que puedan cobrar esta asignación. www.anses.gob.ar/AAFF_HIJO2/. Acceso: 10/11/09
184
de la población hasta un 3,2% tras la ampliación del régimen. Es decir, la incidencia
de la indigencia en la población se contraería en un 57,2% como consecuencia de esta
medida.”
A partir de esta nueva coyuntura, de la mano de un modelo de Estado que demuestra en
algunas áreas una tendencia a adoptar un papel intervencionista (Educación, Previsión
Social, Trabajo, Derechos Humanos) se presenta un contexto que podría potenciar los
procesos que se han recuperado en esta investigación en términos de desafíos para
lograr el acceso a la salud de los niños y niñas que trabajan, y que de darse en forma
articulada y sistemática entre los diferentes actores, podrían tener otra impronta en los
procesos salud/enfermedad/atención, es decir, ser concretamente constitutivos de esos
procesos.
“Aún cuando se la pague, las heridas de la deuda no cierran del todo”, plantea B.
Sarlo; tal vez a partir de asumir que existe una deuda se pueda empezar a revertir un
proceso que hasta ahora sólo deja heridos; y que en palabras de Alberto Morlachetti,
referente del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, “no admite espera”.
185
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195
ANEXO
GUIA DE ENTREVISTA SEMI-DIRIGIDA
A) EXPLICITACION DE OBJETIVOS DE ENTREVISTA. A)1. Presentación de la entrevistadora A)2. Objetivos generales del estudio A)3. Aclaración de los tiempos de la investigación, del anonimato y reserva de la información, pedido de consentimiento, aclaraciòn de participaciòn voluntaria, y de las modalidades de devolución de la información B) CONSIGNA DE LA ENTREVISTA
Estuve charlando con tu mamá/papá para conocer algunos aspectos de tu familia, y hablamos sobre vos cuando naciste, cuando eras chiquito/a, sobre las enfermedades que han tenido en la familia, sobre las cosas que hacen para sentirse mejor cuando se enferman, y también sobre … (se menciona la actividad que realiza que es tomado del cuestionario). Me gustaría conversar de estas cosas con vos, que incluyas todos los aspectos que tengas màs presentes de esa actividad. Quisiera que conversemos sobre cuando te has sentido enfermo/a y cuando te has sentido màs sanito/a, que incluyas todos los elementos que te parecen importantes de esa sensacion. También quisiera que me cuentes como es un dia tuyo recolectando cartòn ( ej.), con quien salìs, cuando salìs ( para el caso de trabajo callejero) Y por ùltimo conversaremos de como te has sentido cuando has ido o te han llevado al centro de salud. Yo te voy a ir haciendo preguntas a medida que transcurra la charla o cuando no entienda algo. C) DATOS GENERALES. Nombre de pila, edad, dónde vive, con quién vive.
A) 1. Concepciones de salud En este punto, cabe aclarar para las preguntas que siguen que se trata de ejes temáticos sobre los cuales se profundizará si es necesario.
1) Cuando crees que una persona está sana? 2) Cuando te parece que alguien esta enfermo? 3) Te acordás cual fue la ultima vez que estuviste enfermo? 4) Que cosas sentís cuando te empezás a sentir enfermo? 5) Te acordás que cosas hiciste o te hicieron para sentirte mejor?
196
6) Cuando has estado enfermo, seguiste saliendo a trabajar? 7) Te acordàs de que alguien en la familia haya estado enfermo en esta ultima semana? Que le pasó? 8) Si pensàs en todos los que componen tu familia, te parece que haya alguien de la familia que estè mas sano que los demás? Por qué? 9) Tenès amigos? Alguno de ellos está enfermo ahora o estuvo hace un tiempo? Como te enteraste que estaba enfermo? A) 2. Problemas de salud más frecuentes ( en cuestionario a padres)
( a manera de ejemplo)
tos y resfrío
golpes y caídas que requirió atención médica
quemaduras
problemas respiratorios
accidentes
intoxicación y apuñalamiento
A) 3. Prácticas relacionadas con la salud
Descanso: 10) A que hora aproximada te acostàs y a que hora te levantàs? 11) Cuando te levantàs, que hacès? Alimentación: 12) Comès en tu casa? 13) Concurren a un comedor? 14) Reciben algùn tipo de ayuda en alimentos? Quien cocina en tu casa? 15) Se juntan para comer? Esto sucede para almorzar y cenar, o solo en una de las ocasiones? 16) Cuales de estos alimentos que te voy a mencionar comes con màs frecuencia: carnes, frutas y verduras, arroz, fideos, polenta, huevos, pan? Recreación:
197
17) Que hacès cuando tenès tiempo libre? 18) Practicàs algùn deporte? 19) Te reunis con amigos? Tenés o tienen algún juego favorito? 20) Hay alguna salida que hagas con alguien de tu familia? Por ejemplo, ir a la cancha? 21) Escuchàs mùsica? Que mùsica te gusta? Hàbitos 22) Fumas tabaco? Si fumas, podrías contarme cuando fue la primera vez que fumaste? Cuantos años tenías? Fumas todos los días? Pauta de profundización. Conocimiento de drogas, marihuana, si ha consumido, si consume, y sobre otro tipo de sustancias. 23) Mientras estás juntando cartón (ej) usas alguna de esas sustancias? Pauta de profundización: porque lo necesita, otros motivos. 24) Miras TV? Que programas miras? Hay algún programa que el mayor de tu casa no te deje ver? Sabes por qué? Podrías calcular cuanto tiempo estás mirando TV durante el día? 25) Existe algún día en el que no vuelvas a dormir a tu casa mientras estás trabajando? Si la respuesta es SI, pauta de profundización: contame por qué decidís no volver, dónde pasas la noche, como te sentís, etc.… Aspectos habitacionales ( seràn relevados en cuestionario a los padres). A) 4. Prácticas relacionadas con la enfermedad
26) Cuando has estado enfermo, alguien te ha ayudado para que estès mejor? Quien? 27) Hay en tu familia o en tu barrio alguien que los cure de algunas enfermedades
que no sea un doctor? Pauta de profundización: quien, que medicina usa, etc.
28) Cuando te sentis enfermo, recurren a alguna consulta ni bien te sentìs asì o dejan pasar algunos dias? Cuàntos dias màs o menos? Alguna vez esperaste o esperaron a que te mejores solo?
29) si te ve un doctor y te dice que tenés que quedarte en la cama, vos te quedás? (Si
la respuesta es NO) por qué no te quedás? 30) Le contás al doctor o a la enfermera o alguien del lugar donde vas que estás
mucho tiempo trabajando? Te parece que ellos deberían saberlo? Si-no- por qué. 31) te has cortado trabajando, o has tenido algún problema, accidente, dolores, etc?
Que hiciste cuanto te pasó esto? Se lo contaste a alguien? Encontraste a alguien que te acompañara a un lugar para que te vea un doctor? Pauta de
198
profundización: podrías contarme alguna anécdota de que cosas te pasaron y que hiciste alguna de esas veces?
A) 5. Relación con establecimientos de atención de la salud
32) Conoces dónde queda el centro de salud de tu barrio? Has ido en algún momento?
33) Recordàs cuando fue la última vez que concurriste y por que motivo? Fuiste con
alguien de tu familia o de la escuela?
34) Pudiste ser atendido? Tuviste que esperar mucho tiempo para que te atiendan? Te dijeron que tenías que volver? Pudiste volver? Si no pudiste, me podrías decir cuáles fueron las razones por las que no volviste?
35) Alguna vez te llevaron por un accidente o emergencia? Fué suficiente para tu
problema la atención que te brindaron en el centro de salud o te dijeron que tenias que ir al Hospital? Si era necesario ir al hospital, recordàs como se organizó tu traslado?
36) Conocès a las personas que trabajan en el centro de salud? Te sentìs escuchado?
Pauta de profundización: por quién te sentís más escuchado? Que actitudes te parece que son importantes que tengan las personas que trabajan en el centro de salud?
ENCUESTA:
A)1. Presentación de la entrevistadora A)2. Objetivos generales del estudio A)3. Aclaración de los tiempos de la investigación, del anonimato y reserva de la
información, pedido de consentimiento, aclaraciòn de participaciòn voluntaria, y de las modalidades de devolución de la información
C) CONSIGNA DE LA ENTREVISTA - Es importante conversar con Ud. y que me cuente sobre los problemas de salud
más frecuentes en su hija/a y conocer que características ha tenido o tiene la relación con el Centro de Salud, con el Hospital o cualquier otra posibilidad de atención a la que Ud./Uds. recurren. Conversar sobre esto permitirá conocer mejor que siente, que piensa y que hace su hijo/a con relación a su salud.
- Se realizarán preguntas referidas a su hijo/a así como al núcleo familiar (condiciones de vida, instrucción, oficio, salud, etc.) dado que solamente mediante una historia familiar completa, pueden reconocerse relaciones significativas.
- Yo le voy a ir haciendo preguntas a medida que transcurra la charla o cuando no entienda algo.
199
Cuestionario Nro. ……
Encuesta a madre/padre
Datos personales del participante del estudio (Niño/a entre 8 y 14 años)
Fecha de nacimiento: ……………………. Edad: Sexo: masculino ( ) Femenino ( ) Datos Confidenciales y opcionales: Para preservar el anonimato, esta primera ahoja con sus datos personales junto a la declaración de consentimiento, se guardan bajo llave y separada de la entrevista. Nombre y Apellido: ……………………………………………….. Domicilio: …………………………………………………………. Teléfono: …………………………………………………………... Se reitera que sus datos se mantienen bajo el secreto profesional. Serán utilizados exclusivamente en el contexto de las disposiciones de protección legal de datos para el estudio “Percepciones y significaciones sobre el proceso salud/enfermedad/atención y condiciones de salud en niños y niñas de 8 a 14 años que trabajan en un barrio de Quilmes, en el año 2009”
a. DATOS PERSONALES
200
A.1 Fecha de nacimiento del participante del estudio: … /…/….. A.2 Edad: ……….. A.3 Sexo: masculino ( ) femenino ( )
A.4 Actividad pre-escolar y escolar de su hijo/a:
A.4.1 su hijo/a asistiò a pre-escolar? Si( ) No ( ) Si la respuesta es SI: A.4.2 ¿a qué edad se hijo comenzó la actividad pre-escolar? …….. años A.4.3 su hijo/a asistiò a la escuela? Si ( ) No ( ) Si la respuesta es SI: A.4.4 ¿a qué edad se hijo comenzó la actividad escolar? ........... años. A.4.2 ¿concurre en este momento? Si ( ) No ( ) A.4.3 ¿qué grado está cursando? ……….. A.4.4 (en el caso de que NO concurra) ¿a que edad dejó de concurrir?
b. DATOS DEMOGRÁFICOS (núcleo familiar). B.1 Estado de familia: Nuclear, Extendida, Red. B.2 ¿cuàntas personas viven el hogar? … niños … mayores B.3 nivel educativo alcanzado por los padres: madre padre curso B.3.1 primario incompleto ……. …… …… B.3.3 primario completo B.3.4 secundario incompleto B.3.5 Secundario completo B.3.6 Terciario no universitario incompleto B.3.7 Terciario no universitario completo B.3.8 Terciario universitario incompleto B.4 ¿Cuàl es su situación ocupacional actual? Madre Padre B.4.1 trabajador por cuenta propia B.4.2 empleo domèstico B.4.3 cuenta con Plan de empleo? B.4.4 cartonero/a B.4.5 venta ambulante B.4.6 desocupado/a B.5 La casa que usted habita es SI B.5.1 propia o de su familia B.5.2 alquilada B.5.3 prestada B.5.4 otra situaciòn
c. VIVIENDA FAMILIAR
201
C. 1. caracteristicas de su vivienda SI NO C.1.1 ¿es de mamposteria? C.1.2 ¿està terminada? C.1.3 tipo de piso…………….. C.1.4 material de construcciòn predominante ……………. C.1.5 techo de chapa sin aislamiento C.1.6 tiene provisión de agua por cañeria dentro de la vivienda? C.1.7 dispone de retrete con descarga de agua? C.2 que combustible utiliza para calefacciòn? C.2.1 madera, carbòn … C.2.3 gas … C.2.4 electricidad … C.2.5 kerosèn … C.2.6 otros … C.3 que utiliza para cocinar? C.3.1 madera, carbòn … C.3.3 gas … C.3.4 electricidad … C.3.5 kerosèn … C.3.6 otros …
d. PROBLEMAS DE SALUD MAS FRECUENTES2 D.1 Antecedentes. D.1.2 Que edad tenía usted (madre) cuando nació su hijo/a? ….. años D.1.3 Con respecto a su hijo/a: D.1.4 Qué lugar ocupa en el grupo familiar? Ej.(1º,2º,3º..) ……… D.1.5 nació a término? Si …. No…… D.1.6 Cuánto pesaba su hijo/a al momento de nacimiento? …. grs D.1.7 Cuànto pesaba su hijo/a al momento de nacimiento? …. cm D.1.8 Pudo amamantarlo? Si … No… D.1.9 Si responde SI: Cuànto tiempo fue amamantado exclusivamente? ………… D.1.10 Con què edad le diò a su hijo/a alimento sòlido? ….. meses D.1.11 Cuanto pesa su hijo ahora? ….. kg D.1.12 Cuànto mide su hijo/a ahora? ….. cm D.2 Inmunizaciones (esta información serà recabada por recordatorio
2 La clasificación de problemas de salud más frecuentes se hizo en base a resultados (aunque se realizaron ampliaciones en base a la problemática propia) del estudio realizado por Czerniecki, Silvina (2003) en el marco de su Tesis de Maestría en Salud Mental Comunitaria de la UNLanùs. “Prácticas de salud de los niños trabajadores callejeros de Constitución.”. También se tomó como referencia la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud del Ministerio de Salud de la Nación y la Encuesta Epidemiológica para el Estudio de los efectos Medioambientales sobre la Salud Infantil implementada por IDIP (Instituto de Desarrollo de Investigaciones Pediátricas, La Plata) y la Facultad de Trabajo Social de la UNLP, con el apoyo de la CIC.
202
de las dosis aplicadas o por las dosis consignadas en la libreta sanitaria de acuerdo al calendario de inmunizaciones) D.3 del núcleo familiar D.3.1 en este ultimo tiempo, recuerda quienes del grupo familiar han estado enfermos y cuàl fue el problema? D.4 del participante del estudio D.4.1 tos y resfrío
D.4.2 golpes y caídas que requirió atención médica
D.4.3 quemaduras
D.4.4 problemas respiratorios (asma, neumonías, bronquitis, etc)
D.4.5 accidentes
D.4.6 intoxicación
D.4.7 apuñalamiento
D.4.8 problemas cardìacos
D.4.9 anemias
D.4.10 cefaleas
D.4.11 problemas congènitos
D.4.12 alergias ( bronquiales, en piel)
D.4.13 parasitosis
D.4.14 escabiosis
D.4.15 Otros
E) INFORMACIÒN SOBRE ESTABLECIMIENTOS DE SALUD
E.1 Conocimiento E.1.1 Cuánto hace que concurre al Centro de Salud de su barrio? E.1.2 Siempre concurre a ese Centro de Salud?, si concurre a otro, podría decirme
en qué casos y por qué motivos? E.1.3 A cuántas cuadras está de su casa el Centro de Salud de su barrio? E.1.4 Conoce los horarios de atención? E.1.5 Conoce los programas de salud? E.1.6 Cuáles conoce? E.1.7 Como los conoce? Quién le informó sobre esos Programas? E.1.8 Le han informado sobre los requisitos de acceso? E.1.9 Conoce cual es la cobertura de la Vacuna antitetánica? En algún momento que su hijo/a se haya cortado, se la han aplicado? E.1.10 Cuándo tiene alguna inquietud sobre temas de salud suyos o de su familia, qué hace? ( si incluye la asistencia al Centro de Salud, pasar a E.2.9) E.2 Utilización
203
E.2.1 cuándo fue la última vez que necesitó recurrir al Centro de Salud? E.2.2 Podría relatarme sobre ese día? Cómo fue? Que sucedió? Y todo lo que ud
considere importante de lo que tuvo que ver con la atención de ese día tanto desde lo que vivió en su casa como lo que le pasó hasta llegar como lo que sintió cuando fue atendida?
E.2.3 Cuales son las situaciones por las que mayormente recurre? E.2.4 Existen otros problemas por los cuales busca atención en otro lugar además
del centro de salud? E.2.5 Cuándo fue la ultima vez que necesitó atención para su hijo/a ( el participante
del estudio)? Lo llevó? E.2.6 Pudo ser atendido? Tuvo que esperar mucho tiempo para que lo/a atiendan?
Le dijeron que tenía que volver? Pudo volver? Si no pudo, me podría decir cuáles fueron las razones por las que no regresó?
E.2.7 Con cuáles de sus hijos debe asistir más seguido? Por qué? E.2.8 Qué edad tiene el/los hijos/as con los que más asiste al Centro de Salud? E.2.9 Que factores son los que le permite pensar que puede contar con el centro de
salud? E.3 Opiniòn E.3.1 Que opinión tienen de los requisitos de acceso a los Programas? E.3.2 Considera que el centro de salud podría aportar a la salud de su hijo/a que
trabaja? Como cree que puede hacerlo? E.3.3 Cree que su hijo/a que trabaja ha necesitado ser atendido pero que al necesitar
que este realice la actividad ha debido postergar la atención de su malestar? E.3.4 piensa que en algún momento del trabajo su hijo/a está expuesto a algún riesgo
para su salud? E.3.5 Hay alguna manera que Ud tiene para atender estos problemas? Si la hay, cree
que alcanza en relación a las necesidades de cuidado de la salud de su hijo/a o le parece que necesita el apoyo de otros? ( Si responde que no alcanza, pasar a la sig.)
E.3.6 Me podría decir quienes serían esos otros? E.3.7 Conoce a las personas que trabajan en el centro de salud? Se siente
escuchado/a? Pauta de profundización: por quién se siente más escuchada/o? Que actitudes le parece que son importantes que tengan las personas que trabajan en el centro de salud?
Guia entrevista informantes claves (trabajadores)
1) Cuanto tiempo hace que trabaja en este Centro de salud?
2) Cual es la franja etàrea que màs concurre al centro de salud? Por que motivos? Con quien concurren?
3) cuales son los motivos por lo que mas consultan?
4) en que condicciones acceden?
5) como acceden? lo hacen caminando, en colectivo, en otro medio?
204
6) En el caso de la atención de niños, ha tenido dentro de motivos de consultas necesidad de seguimiento
y esto ha sido posible? En caso de que lo sea, cuales han sido los facilitadores?
7) De las indicaciones de seguimiento, en que grado considera que se pueden efectivizar? Cuales serian a su parecer, los condicionamientos?
8) Que aspectos de las prácticas de salud considera que podrían contribuir al proceso salud/enfermedad/atención de los niños/as que trabajan?
9) Considera que los niños que trabajan son un grupo de mayor vulnerabilidad dentro de la situación de vulnerabilidad social que caracteriza a la población de este barrio? Por què?
10) En la atención de la salud, existen algun momento donde se recaba información respecto de situación de trabajo infantil?
11) Que relaciòn existe entre el Centro de salud y la vida cotidiana de las personas? Existen dispositivos de abordaje de la VC?
12) Cuales son los mecanismos de acceso de los niños y niñas a la atención de la salud?
13) En el tiempo que lleva trabajando, percibe un cambio en los problemas de salud en los procesos salud enfermedad atención en la población en general y en alguna franja etarea en particular? En que aspectos?
14) Que articulaciones considera viales/posibles en esta realidad entre el C. de Salud y esas condiciones de salud?
15) Cree que hay formas de mejorar mecanismos de accesibilidad? Cuáles serìan?
16) cuàl seria la concepción de salud que en general observa como dominante en la población?
17) podria decirme ud que entiende por salud?
18) considera que dentro de las consultas de atención existe una auto percepción de enfermedad? Como la podria caracterizar? Alta, mediana, baja? Cuàl serìa la concepción que se tiene de la enfermedad?
19) considera que existen peligros de morbimortalidad para los niños que trabajan en trabajo callejero como en trabajo domestico?
20) una reflexiòn que rescatè de un estudio sobre los niños y el derecho a la salud plantea que “uno de los problemas socio-polìticos màs importantes que debe enfrentar el nuevo sistema de protección integral de la niñez es la pobreza de la población infantil”. Què opinión le merece esta reflexiòn? Como lo relaciona con el derecho a la salud de los niños en este barrio?
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21) cuales son los padecimientos que supone pueden vivenciar los niños/as que trabajan?
22) que indicadores de salud/enfermedad visualiza en esta población?
23) como caracteriza la niñez de este barrio?
24) que entiende por Infancia?
25) cree que los niños/as y sus flias tienen estrategias para resolver o atenuar los padecimientos? Podría mencionar algunos?
26) otra observación que he rescatado de un estudio realizado en Ciudad de Bs As sostiene que “estos niños concurren a la consulta urgidos por el síntoma, dolor agudo y en términos generales por cualquier situación de urgencia buscando una respuesta inmediata”, esto se da en este Centro de salud, como condicionan sus prácticas?
27) que alcance considera puede tener el C. de salud desde el 1er. Nivel de atención ante esta situación?
28) que opina de la frase “los mandan a trabajar, los padres los explotan” “y que vas a cambiar? si son los hijos de (fulano)…. “
29) visualiza diferencias de gènero en la situación de trabajo infantil? Cuàles?
30) Visualiza Diferencias de genero en los problemas de salud y enfermedad?
31) Podria identificar diferencias y similitudes respecto de la implicancia para la salud atendiendo la singularidad del tipo de trabajo ( callejero y domèstico)?
32) para concluir, cuando considera ud que un niño/a presenta “buena salud” y cuando le parece que “carece” de ella.
Guia entrevista informantes claves (referentes comunitarias)
1) cuànto tiempo hace que vive en el barrio? 2) Cuáles son las principales actividades que realiza relacionada con los niños? 3) A su criterio, cuáles son los principales problemas de la comunidad y en
particular de los niños/as? 4) Percibe algún cambio en las condiciones de salud en este último tiempo en los
niños/as? En que aspectos? 5) En qué espera o cree que el C. de salud puede contribuir a la salud de los niños
que trabajan? 6) Cuáles son los padecimientos que supone pueden vivenciar los niños que
trabajan? 7) cree que los niños/as y sus flias tienen estrategias para resolver o atenuar los
padecimientos? Podría mencionar algunos? 8) visualiza diferencias de género en la situación de trabajo infantil? Cuáles?
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9) Para su parecer, cuál es la imagen que se tiene en la sociedad de los niños que trabajan? Y en el barrio?
10) Que opinan de la frase tan usada “los padres los mandan a trabajar..”? 11) En que medida considera que se respeta el derecho a la salud de la población en
general y de los niños que trabajan en particular? 12) Podria mencionarme algunas impresiones sobre la situaciòn de salud de los
niños y niñas que trabajan en este barrio? 13) Cual considera Ud que es la concepción de salud y de enfermedad dominante
en la comunidad? 14) Podría decirme como entiende ud la salud y la enfermedad? 15) En que aspectos de la atención de la salud cree que se contribuye a la salud y en
que aspectos cree que no se contribuye? 16) Cuál seria a su parecer, la relación entre el derecho a la salud y el acceso a un
trabajo, alimentos, vivienda, educación? 17) Sus observaciones, conocimientos, propuestas son tenidas en cuenta por el
centro de salud? Podría mencionarme alguna? 18) Cual es la población que ud cree que menos accede al centro de salud? Por qué? 19) Que opinión tiene sobre la accesibilidad a la atención? Hay aspectos a mejorar?
Podria decirme alguno? 20) Para concluir, cuando creeria Ud que una persona tiene “buena salud”?
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CONSENTIMIENTO INFORMADO El consentimiento informado será la comunicación sobre investigación que llevaremos a cabo y el procedimiento consistirá en su lectura, explicación y entrega de copia previamente a la realización de las entrevistas, encuestas, utilización de los instrumentos metodológicos que se utilizarán en este proceso de estudio. En la recolección de datos no se registrara ninguno que permita identificar a los niños y sus familias que respondan y participen en este estudio, así como tampoco a los trabajadores del Centro de Salud y de las instituciones sociales comunitarias. Así se garantiza el respeto a la reserva de la identidad. Información para el sujeto de investigación El objetivo de este estudio es investigar las percepciones de salud/enfermedad/atención y las condiciones de salud que tienen los niños y niñas de 8 a 14 años que trabajan en trabajo callejero y en trabajo doméstico. Es importante su participación en el proyecto de investigación para poder conocer los problemas de salud más frecuentes en su hijo/a y conocer que características ha tenido o tiene la relación con el Centro de Salud, con el Hospital o cualquier otra posibilidad de atención a la que Ud./Uds. recurren. Conversar sobre esto permitirá conocer mejor que siente, que piensa y que hace su hijo/a cuando se siente mal o está enfermo. Se realizarán preguntas referidas a su hijo/a así como al núcleo familiar (condiciones de vida, instrucción, oficio, salud, etc.) dado que solamente mediante una historia familiar completa, pueden reconocerse relaciones significativas. Se dedicará el tiempo que sea necesario para aclarar y explicar los propósitos en este proyecto, porque su participación, nos permitirá analizar, encontrar y pensar los problemas para poder construir otras maneras de andar por la vida , haciendo posible una mejor calidad de sus vidas cotidianas, fortalecer el acceso a las instituciones de su comunidad, como el Centro de Salud, la Escuela, el Comedor. Haremos saber que pueden retirarse o interrumpir en cualquier momento esta participación y negarse a contestar las preguntas que se les formule. Formulario de Consentimiento informado Transmitiremos nuestra posición respecto a la importancia de realizar investigaciones como trabajador de la salud, pero por tratarse de un estudio donde lo cualitativo es muy importante, no queremos introducir supuestos o aprioris en el planteo de las preguntas, o el despliegue de la entrevista. Y por supuesto se le preguntará en un primer momento si quiere participar de este estudio o no. No constará el nombre del entrevistado, a menos que lo solicite. Se lo hará partícipe del tiempo que puede llevar el encuentro, entrevista para que elija el momento adecuado para su efectivización.
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CONSENTIMIENTO INFORMADO INFORMANTES CLAVE.
El consentimiento informado será la comunicación sobre investigación que llevaremos a cabo y el procedimiento consistirá en su lectura, explicación y entrega de copia previamente a la realización de las entrevistas, encuestas, utilización de los instrumentos metodológicos requeridos en este proceso de estudio. En la recolección de datos no se registrara ninguno que permita identificar a los trabajadores del Centro de Salud y de las instituciones sociales comunitarias que respondan y participen en este estudio. Así se garantiza el respeto a la reserva de la identidad. Información para el sujeto de investigación El objetivo de este estudio es investigar las percepciones de salud/enfermedad/atención y las condiciones de salud que tienen los niños y niñas de 8 a 14 años que trabajan en trabajo callejero y en trabajo doméstico. Es importante su participación en el proyecto de investigación para poder conocer los problemas de salud más frecuentes en la comunidad, la mirada que desde sus prácticas y/o inserción en la comunidad pueda aportar para describir los procesos salud/enfermedad/atención de los niños y niñas que trabajan en particular; como así también poder conocer y pensar las articulaciones posibles entre el Centro de Salud y los problemas de salud descriptos, incluyendo las representaciones de la salud que expresan los participantes del estudio. Conversar sobre esto permitirá conocer mejor el contexto micro social en el que se inscriben los relatos de los niños y niñas entrevistados y establecer relaciones significativas. Se dedicará el tiempo que sea necesario para aclarar y explicar los propósitos en este proyecto, porque su participación, nos permitirá analizar, encontrar y pensar los problemas para poder construir otras maneras de andar por la vida , haciendo posible una mejor calidad en la vida cotidiana, fortaleciendo el acceso a las instituciones de la comunidad. Haremos saber que pueden retirarse o interrumpir en cualquier momento esta participación y negarse a contestar las preguntas que se les formule. Transmitiremos nuestra posición respecto a la importancia de realizar investigaciones como trabajador de la salud, pero por tratarse de un estudio donde lo cualitativo es muy importante, no queremos introducir supuestos o a prioris en el planteo de las preguntas, o el despliegue de la entrevista. Y por supuesto se le preguntará en un primer momento si quiere participar de este estudio o no. Se lo hará partícipe del tiempo que puede llevar el encuentro, entrevista para que elija el momento adecuado para su efectivización.