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Franz Brentano
Autor: Sergio Snchez-Migalln Granados
Franz Brentano (1838-1917) pertenece a esa clase de filsofos
que tuvieron mayor influjo que fama, ms importancia posterior
que contempornea. Es de justicia reconocerle el mrito y xito
de sus esfuerzos por renovar la filosofa del ltimo cuarto del siglo
XIX, especialmente en Alemania. Los frutos de ello se percibieron
tanto en el nuevo inters por la metafsica aristotlica como
sobre todo y ya en pleno siglo XX la fenomenologa y los inicios
de la filosofa analtica del lenguaje. Si en algo coincidan los
discpulos de Brentano, era sin duda en el rigor y claridad de las
exposiciones de su maestro (rasgos que ahormaron
precisamente la fenomenologa y la filosofa analtica lingstica),
as como en su excelente conocimiento de la historia de la
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filosofa. El estudio de los escritos de Brentano ensea filosofa y
ensea a filosofar, y proporciona adems de modo nico las
claves de comprensin de buena parte del pensamiento filosfico
del siglo XX.
ndice
1. Vida y obras
2. Su aristotelismo y su Metafsica testa
3. El mtodo de la filosofa: experiencia y Psicologa
4. Clasificacin de los fenmenos psquicos
4.1. Lo psquico y sus tres clases
4.2. Fenmenos ciegos y fenmenos correctos e incorrectos
a) Juicio ciego, juicio evidente y juicio correcto
b) Emocin ciega y emocin correcta
5. Fundamentacin de la Lgica y de la tica
5.1. La teora del juicio correcto y de lo verdadero
5.2. La teora de la emocin correcta y de lo bueno
6. El resmo ontolgico y analtico de su pensamiento tardo
6.1. La nueva posicin gnoseolgica y ontolgica
6.2. El anlisis psicolgico del lenguaje
7. Bibliografa
7.1. Obras de Brentano
7.2. Seleccin de estudios sobre Brentano
8. Referencias en Internet
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1. Vida y obras
Franz Clemens Brentano naci el 16 de enero de 1838 en
Marienberg (Alemania), a orillas del Rin. Su to era el conocido
poeta romntico Clemens Brentano, y su hermano Lujo se
dedicaba a la poltica y economa sociales. De su madre recibi
una profunda fe y formacin catlicas. Conforme a la tradicional
movilidad de los estudiantes de filosofa en Alemania, estudi esa
disciplina en las universidades de Mnich, Wrzburg, Berln, y
Mnster. Tras doctorarse con un estudio sobre Aristteles en
1862, Von der mannigfachen Bedeutungen des Seienden nach
Aristoteles (Sobre los mltiples sentidos del ente en Aristteles),
se orden sacerdote catlico en 1864. Dos aos ms tarde
present en la Universidad de Wrzburg, al norte de Baviera, su
escrito de habilitacin como catedrtico, Die Psychologie des
Aristoteles, insbesondere Seine Lehre vom nous poietikos (La
psicologa de Aristteles, en especial su doctrina acerca del nous
poietikos). En los aos siguientes dedic su atencin a otras
corrientes de filosofa, e iba creciendo su preocupacin por la
situacin de la filosofa de aquella poca en Alemania: un
escenario en el que se contraponan el empirismo positivista y el
neokantismo. En ese periodo estudi con profundidad a John
Stuart Mill y public un libro sobre Auguste Comte y la filosofa
positiva. La Universidad de Wrzburg le nombr profesor
extraordinario en 1872.
Sin embargo, en el interior del filsofo iban fraguando
problemas de otro gnero. Desde haca unos aos trataba en
vano de explicarse racionalmente algunos dogmas de la religin
catlica, sobre todo el dogma de la Santsima Trinidad. Y
despus de que el Concilio Vaticano Primero proclamara el
dogma de la infalibilidad papal, Brentano decidi en 1873
abandonar su sacerdocio, y ms tarde la Iglesia catlica misma.
No obstante, para no perjudicar ms a los catlicos alemanes
ya de suyo hostigados por la Kulturkampf de entonces
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renunci voluntariamente a su puesto de Wrzburg y, por otro
lado, se neg a unirse a los cismticos viejos catlicos.
Al ao siguiente, 1874, vio la luz su obra principal Psychologie
vom empirischen Standpunkt(Psicologa desde el punto de vista
emprico), y recibi una invitacin como profesor ordinario en la
Universidad de Viena. El ttulo de su leccin inaugural refleja la
inquietud antes mencionada: Las razones del desaliento en la
filosofa. En 1880 contrajo matrimonio con Ida von Lieben, pero
para su reconocimiento ante las autoridades austracas debido
a su anterior condicin sacerdotal hubo de casarse en Leipzig.
Al volver a Viena perdi su ctedra por el mismo motivo, aunque
pudo habilitarse de nuevo y continuar enseando en la misma
universidad como profesor encargado de ctedra (Privatdozent)
hasta 1894. No public muchas obras durante esos aos, tan
slo varias conferencias importantes: Vom Ursprung sittlicher
Erkenntnis (El origen del conocimiento moral), en 1889; ber die
Zukunft der Philosophie (El porvenir de la filosofa), en 1893;
y Die vier Phasen der Philosophie und ihr augenblicklicher
Stand (Las cuatro fases de la filosofa y su situacin actual), en
1895. Slo pstumamente se editaron muchas de sus lecciones a
partir de manuscritos suyos y de apuntes de alumnos. Tanto en
Wrzburg como en Viena, Brentano goz de gran prestigio y
admiracin como profesor, atrayendo como oyentes a estudiantes
como C. Stumpf, A. Meinong, Ch. von Ehrenfels, A. Marty, E.
Husserl, K. Twardowski o tambin S. Freud. Muchos de sus
alumnos llegaron a ser profesores por todo el imperio austro-
hngaro, lo cual da idea del ancho influjo de las enseanzas de
Brentano.
En 1895, despus de morir su mujer, abandona Viena dejando
escrito su Meine letzten Wnsche fr sterreich (Mis ltimos
deseos para Austria) y se traslada a Florencia, donde
transcurridos dos aos se cas con Emilie Ruprecht. Al cabo de
ocho aos perdi la vista, pero con ayuda de su esposa alcanz a
publicar varias obras: en 1907, Untersuchungen zur
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Sinnespsychologie (Investigaciones sobre psicologa de los
sentidos); y en 1911, el volumen segundo de su Psychologie de
1874 y dos estudios sobre Aristteles, Aristoteles und seine
Weltanschauung (Aristteles y su concepcin del mundo)
yAristoteles Lehre vom Ursprung des menschlichen Geistes (La
doctrina de Aristteles acerca del origen del espritu humano). Ya
bastante enfermo y completamente ciego se march a Suiza en
1915, en medio de la agitacin de la Primera Guerra Mundial, que
enfrentaba a pases de los que se senta ciudadano (Alemania y
Austria frente a Italia). All muri el 17 de marzo de 1917.
Las obras que se publicaron tras su muerte por obra de sus
discpulos O. Kraus y A. Kastil (y una discpula de ste, F. Mayer-
Hillebrand) ponen de manifiesto la amplitud de intereses del autor
y su extraordinario conocimiento de la historia de la filosofa. Son,
por orden de aparicin y aparte de la reedicin de las ya antes
publicadas, las siguientes: Die Lehre Jesu und ihre bleibende
Bedeutung (La doctrina de Jess y su significacin permanente),
el volumen tercero de Psychologie vom empirischen Standpunkt,
Versuch ber die Erkenntnis (Ensayo sobre el conocimiento),
Vom Dasein Gottes (Sobre la existencia de Dios), Wahrheit und
Evidenz (Verdad y evidencia), Kategorienlehre (Doctrina de las
categoras), Grundlegung und Aufbau der Ethik (Fundamentacin
y construccin de la tica), Religion und Philosophie (Religin y
filosofa), Die Lehre vom richtigen Urteil (La doctrina del juicio
correcto), Grundzge der sthetik (Elementos de esttica),
Geschichte der griechischen Philosophie (Historia de la filosofa
griega), Die Abkehr vom Nichtrealen (La recusacin de lo irreal),
Philosophische Untersuchungen zu Raum, Zeit und
Kontinuum (Investigaciones filosficas acerca del espacio, el
tiempo y el continuo), Aristoteles Lehre vom Ursprung des
menschlichen Geistes (La doctrina de Aristteles acerca del
origen del espritu humano), Geschichte der mittelalterlichen
Philosophie im christlichen Abendland (Historia de la filosofa
medieval en el Occidente cristiano), Deskriptive
Psychologie (Psicologa descriptiva), Geschichte der Philosophie
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der Neuzeit (Historia de la filosofa de la Edad Moderna), ber
Aristoteles (Sobre Aristteles) y ber Ernst Machs Erkenntnis
und Irrtum(Sobre Conocimiento y error de Ernst Mach). Y resta
todava indita casi toda la correspondencia cientfica de
Brentano varios miles de cartas con discpulos y pensadores
de su poca tan notables como Stuart Mill, Fechner, Von
Helmholz, Freud, Bolzmann, Husserl, Stumpf, Von Ehrenfels, etc.
2. Su aristotelismo y su Metafsica
testa
Como muestra su biografa, Brentano se interes desde muy
pronto por la filosofa de Aristteles, y nunca abandon su estudio:
sus tesis doctoral y de habilitacin, as como sus dos ltimos
libros que aparecieron en vida, versaban sobre el pensamiento
del estagirita. Adems, es palpable la preocupacin de este
filsofo por la Metafsica, su actitud de buscar los fundamentos
del saber y el anhelo por las causas ltimas. Sin embargo, esta
faceta metafsica y teolgica de Brentano ha sido la que menos
ha influido en la historia posterior de la filosofa; son ms
conocidas e influyentes su Psicologa, su Lgica y Teora del
conocimiento, y su tica.
Las investigaciones de Brentano sobre la ontologa de
Aristteles le situaron entre los artfices del resurgir del
aristotelismo en la Alemania del siglo XIX (como Trendelenburg,
Brandis, Bonitz o Zeller). Tambin pensadores metafsicos del
siglo XX como M. Heidegger o P. Aubenque se beneficiaron
notablemente de la lectura de esas disquisiciones. Su trabajo
doctoral y primer libro, Sobre los mltiples significados del ente
segn Aristteles, distingue cuatro sentidos de ente en el
filsofo griego: el ente como ens per accidens o lo fortuito; el ente
en el sentido de lo verdadero, con su correlato, lo no-ente en el
sentido de lo falso; el ente en potencia y el ente en acto; y el ente
que se distribuye segn las figuras de las categoras. De esos
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cuatro significados, el veritativo abrir en Brentano el estudio de
la intencionalidad. Pero al que dedica con diferencia mayor
extensin es al cuarto, el estudio de las diversas categoras. Esto
se debe, en parte, a las discusiones de su tiempo en torno a la
metafsica aristotlica. En ellas toma postura defendiendo
principalmente dos tesis: primera, que entre los diferentes
sentidos categoriales del ente se da una unidad de analoga, y
que sta significa unidad de referencia a un trmino comn, la
sustancia; segunda, que precisamente esa unidad de referencia
posibilita en el griego deducir las categoras segn un principio (y
no de modo puramente rapsdico, como objetan Kant, Hegel y
otros, tambin Trendelenburg). De este modo, Brentano se sita
del lado de los intrpretes ms metafsicos y escolsticos de
Aristteles, frente a los ms historicistas (hegelianos) y
neokantianos.
El problema de la analoga del ser permanecer en la mente de
Brentano hasta el final de su vida, como lo prueba su postrer giro
al llamado resmo. Otro tanto cabe decir de la cuestin de las
categoras, de la que el autor dej hasta seis ensayos, aunque en
redacciones muy provisionales y aproximadas ya en los tres
ltimos aos de su vida (reunidos luego en el
volumen Kategorienlehre). En ellos Brentano forcejea con la
doctrina de Aristteles e incluso propone algunas rectificaciones a
la misma.
Ms abundantes fueron y ms elaboradas se conservan, en
cambio, sus lecciones sobre Teologa natural (editadas despus
bajo el ttulo Vom Dasein Gottes). Estas lecciones reflejan muy
bien el peculiar estilo aristotlico de Brentano. Por ejemplo,
sorprende la abundancia y precisin de datos de las ciencias
naturales sobre los que apoya sus pruebas: algo muy aristotlico,
pero tambin muy inusual y desconcertante. Adems, la certeza
que obtiene a partir de esos datos no pretende ser absoluta o
matemtica, sino la correspondiente a lo fsico, una certeza a lo
sumo de infinita probabilidad; lo cual le lleva a elaborar una
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original demostracin a priori del principio de causalidad. Se basa,
pues, en la experiencia, pero adems se fija tanto en la externa
como en la interna, lo cual ya era sin que eso supusiese
abandonar el realismo, sino precisamente reforzarlo tambin
una novedad. Por otro lado, las crticas a las objeciones de Hume
y de Kant contra las demostraciones de la existencia de Dios
sacan a la luz argumentos muy agudos y originales enderezados
contra el pensamiento general de esos filsofos, al tiempo que
dan ocasin a Brentano para exponer lo mejor de su doctrina.
Es verdad, con todo, que no trata todas las demostraciones
tradicionales de la Teologa natural; por ejemplo, no trata la
cuarta va tomista, pero no porque la rechace. De las que se
ocupa ms por extenso es del argumento ontolgico y de la
prueba teleolgica. Tambin hay que advertir dos extraas
discrepancias de Brentano respecto del pensamiento clsico en
este campo. Se trata, por un lado, de que sostiene la mutabilidad
de Dios, en cuanto que al causar pasara de no causar a causar;
y, por otro, de que influido por Leibniz admite la inmortalidad
del alma de los animales irracionales.
De manera que Brentano a pesar de su dramtica relacin
con la Iglesia catlica fue siempre un pensador metafsico y
testa. En su obra Religion und Philosophie puede leerse algo que
nunca desminti: Hay una ciencia que nos instruye acerca del
fundamento primero y ltimo de todas las cosas, en tanto que nos
lo permite reconocer en la divinidad. De muchas maneras, el
mundo entero resulta iluminado y ensanchado a la mirada por
esta verdad, y recibimos a travs de ella las revelaciones ms
esenciales sobre nuestra propia esencia y destino. Por eso, este
saber es en s mismo, sobre todos los dems, valioso. ()
Llamamos a esta ciencia Sabidura, Filosofa primera, Teologa
[Religion und Philosophie: 72-73].
Sin embargo, las circunstancias no favorecieron que esta
faceta de su pensamiento, aunque no pas en absoluto
desapercibida, tuviera todo el eco que mereca. Era la filosofa
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entera, desde sus mismos presupuestos, la que se hallaba en
una profunda crisis y muy necesitada de reforma. Brentano se
propuso esa reforma, y la historia ha demostrado que sus
esfuerzos pusieron el cimiento de dilatadas corrientes filosficas
del siglo XX, desde la fenomenologa hasta la filosofa analtica
del lenguaje.
3. El mtodo de la filosofa:
experiencia y Psicologa
Ya en el perfil biogrfico se hizo referencia a la crtica y
compleja situacin que viva la filosofa en Alemania a mediados
del siglo XIX. Tras el derrumbamiento del idealismo, muchos
pensadores se adhirieron al pujante positivismo, que pronto
adopt la forma del llamado psicologismo. Algunos buscaron
caminos muy distintos: el de la existencia personal (Kierkegaard)
o el del vitalismo irracional (Nietzsche). Y muchos otros, en fin,
alzaron el conocido grito Volvamos a Kant! (animados por la
obra de Liebmann, Kant und die Epigonen, de 1865), originando
las Escuelas neokantianas de Marburgo y de Baden. ste es el
panorama con el que se encuentra Brentano. Pero l conecta en
cambio, como se ha dicho, con los pensadores que impulsaron el
nuevo inters de Aristteles en esa centuria, y ve en el
pensamiento del estagirita las claves para recuperar la genuina
filosofa. sta es, para Brentano, un saber tan riguroso y cientfico
como la ciencia natural: Vera philosophi methodus nulla alia
nisi scienti naturalis est, fue la cuarta de
las Habilitationsthesen que Brentano defendi en Wrzburg en
julio de 1866. Pero, al mismo tiempo, la filosofa es un saber de
mayor alcance que la ciencia natural; es un saber metafsico. La
filosofa est tan lejos de las ensoaciones idealistas como del
chato empirismo positivista.
As, Brentano trata de combatir, por un lado, las arbitrariedades
de los idealistas y de los neokantianos (ambos cargados, segn
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l, de prejuicios ni evidentes ni demostrados), proponiendo la sola
experiencia como criterio de verdad. Pero entendiendo la
experiencia de modo que incluya sobre todo la experiencia
interna: all donde cabe vivir la evidencia, como vieron san
Agustn y Descartes, entre otros. Esto supone situar a la
Psicologa en la base de la investigacin filosfica. Brentano es,
despus de metafsico, eminentemente un psiclogo. De ah que
su obra capital lleve el ttulo de Psicologa desde el punto de vista
emprico. Pero, por otro lado, pronto vio la necesidad de
distanciarse de la psicologa al uso entonces, que empleaba el
mtodo de la ciencia natural basndose slo en la induccin y en
la verificacin sensible, las cuales no pueden proporcionar
ninguna de las leyes absolutas que la Lgica, por ejemplo, nos
muestra con tanta evidencia, sino nicamente meras leyes
generales y probables.
Por ese motivo, a los pocos aos (en la segunda mitad de la
dcada de los ochenta) formula ya claramente la distincin entre
dos tipos muy distintos de Psicologa: la Psicologa Gentica y la
Psicologa Descriptiva (o tambin Psicognosia, o Fenomenologa
Descriptiva). La Psicologa Gentica se fundamenta en la
Fisiologa y no es exacta, mientras que la Psicologa Descriptiva
es una ciencia pura independiente de los conocimientos
naturales y exacta. La primera se ocupa de las leyes y
procesos de aparicin y causacin de lo psquico; la segunda, de
la descripcin analtica de las partes fundamentales de lo
psquico. La Psicologa Gentica no puede sino concluir juicios
probables y generalizaciones inductivas. La Psicologa
Descriptiva es pura porque sus anlisis no dependen de los
conocimientos fisiolgicos, aunque a veces le sean tiles; slo se
ocupa y se funda en lo puramente psquico. Y es tambin exacta
porque, al no estar condicionada por una ciencia experimental
natural (cuyo objeto es algo fsico), puede alcanzar leyes
universales y precisas. Esto se debe a la particular evidencia de
que goza la percepcin interna, la percepcin de lo psquico.
Brentano est convencido de la posibilidad de una ciencia como
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la Psicologa Descriptiva: Mi punto de vista en la Psicologa
dice al inicio de su Psychologie de 1874 es el emprico; la
experiencia sola me sirve como maestra: pero comparto con otros
la conviccin de que una cierta intuicin ideal es compatible con
tal punto de vista [Psychologie vom empirischen Standpunkt: I,
1].
Las precisiones de Brentano sobre el mtodo de ese nuevo
modo de hacer psicologa, un mtodo riguroso que alcanzaba
resultados y conclusiones asimismo rigurosos, impresionaron
hondamente a Husserl y abrieron la va de la futura
fenomenologa. A esas precisiones pertenece, sobre todo, la
distincin entre percepcin interna y observacin interna,
alumbrando la doctrina de la as llamada dienerga del
fenmeno psquico. Con ella se advierte el hecho segn el cual la
vivencia psquica apunta unitaria e inseparablemente a dos
objetos: el polo u objeto del acto psquico y el fenmeno psquico
mismo. De este modo, se percibe a la vez la intencionalidad de lo
psquico y la posibilidad de su vivirlo y estudiarlo reflexivamente
con evidencia; mientras que la observacin carece de ese
momento reflexivo. Esa evidencia se revela como una nota
peculiar e intrnseca de los actos irreductible a la subjetiva
conviccin de los mismos, como queran algunos (como Sigwart).
Tambin es muy importante la concepcin brentaniana de la vida
de la conciencia como un continuo temporal fluyente, la
conciencia como Proterestesia. Segn ella, los juicios poseen
diferentes modos de representacin, y en la memoria aparecen
los sucesos a la vez con los modos temporales del presente (in
recto) y del pasado reciente (in obliquo); como ocurre el
ejemplo es suyo cuando escuchamos una meloda. Aparte de
las consecuencias de largo alcance para comprender la
conciencia misma, este hecho posibilita fiarnos de la memoria al
estudiar lo psquico, esto es, atender tericamente a vivencias
propias que pertenecen ya necesariamente al pasado.
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Sumariamente, el mtodo que Brentano expone para proceder
en la Psicologa o Fenomenologa Descriptiva exige cinco
momentos (como describe en sus lecciones, recogidas
en Deskriptive Psychologie). El primero es vivir o experimentar un
determinado fenmeno psquico, se es su material emprico.
Segundo, notar (bemerken) explcitamente las peculiaridades y
partes de dicho fenmeno, que acaso han sido percibidas slo
implcitamente; un notar que es distinto y previo al caer en la
cuenta o al ocuparse y aplicarse al estudio de esas
caractersticas. El tercer paso consiste en fijarnos en esas
caractersticas para reunirlas o separarlas, y conectarlas con
otras, haciendo as til el conocimiento logrado. Este momento se
produce casi imperceptiblemente unido al anterior; supone la
comparacin de lo notado para distinguirlo. En el cuarto momento
del mtodo se trata de generalizar los resultados obtenidos,
constatando con cul de los conceptos generales se enlazan
aquellas caractersticas como propiedades genricas. Aqu puede
tratarse, o bien de una generalizacin inductiva, con lo que
obtenemos un conocimiento probable, ciertamente valioso
cuando no existen perspectivas de completa certeza; o bien,
donde la necesidad o imposibilidad de unin de ciertos elementos
luzca a partir de los conceptos mismos, de una aprehensin
intuitiva que nos permita alcanzar una ley general apodctica con
una evidencia apririca (un apriorismo radicalmente distinto, pues,
del kantiano, como se ver mejor luego). Y el quinto es una
valoracin deductiva, en virtud de la cual podemos saber algo de
un fenmeno particular, no porque notemos dicho elemento, sino
gracias a nuestro conocimiento de las caractersticas necesarias
de un tipo general, y de que el caso en cuestin cae dentro de
dicho gnero.
El estudio de lo psquico es, entonces, la tarea previa para toda
la filosofa. Fiel a la mxima aristotlica de que todos nuestros
conceptos tienen su origen en la experiencia, Brentano trata de
analizar la experiencia psquica para encontrar en ella la vivencia
de realidad que se necesita en el origen de cada idea. Ese ser el
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cimiento seguro y evidente sobre el que edificar las distintas
ramas de la Filosofa, desde el establecimiento de una tabla de
categoras para una Ontologa general hasta el esclarecimiento
de las nociones de lo verdadero y de lo bueno para la Lgica y la
tica, respectivamente. Del ensayo de fundamentacin ontolgica
slo se conservan esbozos poco elaborados; en cambio, s hay
material ms abundante y consistente en las disciplinas lgica y
tica, acaso como se dijo por la urgencia de sacarlas de la
crisis en que se hallaban sumidas.
4. Clasificacin de los fenmenos
psquicos
4.1. Lo psquico y sus tres clases
Lo primero que hace Brentano al internarse en lo psquico es
delimitar su sentido frente a lo fsico, o sea, distinguir los
fenmenos psquicos frente a los fsicos (donde fenmeno tiene
como en toda la fenomenologa el nico sentido de lo que
sencillamente aparece, y no la apariencia parcial e irreal pensada
por Kant). Fenmenos fsicos son, por ejemplo, un color, un
sonido, un paisaje...; fenmenos psquicos, una audicin, una
negacin, un deseo de venganza o un sentimiento de
generosidad. Para los fenmenos fsicos, Brentano encuentra la
nota comn de ser espaciales; para los psquicos, en cambio,
ofrece una enumeracin de cinco propiedades peculiares suyas.
Esas propiedades son: la primera, que son representaciones o
tienen a su base representaciones; la segunda, la carencia de
determinacin espacial; en tercer lugar, el estar referidos a algo
como a su objeto (su carcter intencional); la cuarta, que
constituyen el campo de los objetos de la llamada percepcin
interna; y la quinta, que slo a ellos corresponde, adems de una
existencia intencional, una existencia real (con esto no se alude
sino a la peculiar evidencia con que se presentan a la percepcin
14
los fenmenos psquicos). Y a Brentano le parece que la
intencionalidad es la nota definitoria esencial, pues es la que
define positivamente lo propio de la actividad psquica. El
fenmeno psquico se refiere siempre a algo distinto de l mismo,
de modo que sin ello es absurdo hablar de tal fenmeno. Nuestra
vida psquica consiste en referirnos, de los modos ms diversos,
a los ms variados objetos. De manera que precisamente esos
modos de referencia intencional sern los que definan la
clasificacin necesaria para orientarse en la profusin de
fenmenos psquicos que encontramos en nuestra experiencia
interna.
Brentano establece, as, su conocida clasificacin en tres
grandes esferas: la de las representaciones, la de los juicios y la
que comprende los llamados fenmenos de amor y de odio (o
sentimientos, o emociones). Para justificar esta tipologa, su autor
analiza las propuestas anteriores desde Platn y, sobre todo,
explica las dos divergencias entre su clasificacin y la dominante
a partir de Kant. Esta ltima distingua asimismo tres clases
fundamentales: la de los fenmenos cognoscitivos en general,
tanto en la forma de las imgenes y conceptos como en la del
juicio; la clase de los fenmenos del apetito, sean del apetito
sensible o del llamado apetito racional o voluntad; y la que
comprende conjuntamente todos los estados afectivos y
sentimientos. Su nueva propuesta, en cambio, separa las
representaciones y los juicios como tipos de fenmenos
esencialmente distintos, y rene los apetitos y los sentimientos en
una sola clase, viendo en todos ellos un mismo modo genrico de
referirse a sus objetos.
Con su distincin entre los fenmenos representativos y los
judicativos, Brentano alumbra de una manera particular la
naturaleza especfica del juicio. ste consiste en una toma de
postura o asercin ante un contenido representado, y no en la
unin o separacin de representaciones. Con respecto a la
tercera nueva clase, su autor sostiene que, por muy distintos que
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sean los meros sentimientos y las voliciones, una simple
atraccin o repulsin y la alegra o la tristeza basadas en
convicciones, existe entre ellos una profunda homogeneidad. Lo
comn en todos los fenmenos llamados para subrayar su
generalidad de amor o de odio es una toma de postura, como
en los juicios, pero de cualidad emotiva, sentimental, prctica.
Este rasgo constituye la ndole de su referencia intencional
misma, la cual es justo lo esencialmente definitorio de los
fenmenos psquicos. Y aunque es cierto que hay diferencias
entre aquellos, no son tan profundas como la que distingue las
representaciones de los juicios, ni como las que reconocemos al
contrastarlos con fenmenos de las dos clases anteriores.
En efecto, frecuentemente se ha insistido en la distincin
radical entre los sentimientos y los deseos, por un lado, y las
voliciones, por otro bien por la eficacia de las segundas, bien
por su explcito carcter libre, concibiendo para ellos esferas
psquicas completamente separadas. En opinin de Brentano,
esas diferencias se dan ciertamente, pero son secundarias
respecto a la intencin fundamental de inclinarse a favor o en
contra de algo. La eficacia de la volicin se funda en la conviccin
(un juicio subyacente) de la posibilidad de hacer realidad aquello
que se desea. En segundo lugar, la libertad no es algo exclusivo
de las voliciones, pues tambin hay sentimientos vividos y
sancionados libremente en nuestro interior. Es cierto que un
sentimiento no sancionado (un deseo que nos asalta, por ejemplo)
es muy distinto de uno sancionado o consentido (cuando
hacemos nuestro, por as decir, ese deseo), pero eso es algo
posterior y aadido, segn este filsofo, al modo de referencia
intencional de la vivencia. Otras veces se ha definido la voluntad
como apetito racional o intelectual, cuyo objeto le sera
presentado conceptualmente por el entendimiento, en
contraposicin a los fenmenos del apetito dirigidos a objetos
sensibles presentados por los sentidos. Esta distincin sera
asimismo capital para la calificacin moral de los actos, pero es
tambin secundaria. Adems, Brentano tambin conoce y atiende
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detenidamente a estos dos gneros de fenmenos,
denominndolos respectivamente emociones noticas y
emociones sensibles. Se trata de distintos tipos de emociones en
razn de la diferente naturaleza de su objeto, a saber, segn nos
representemos algo en un grado mayor o menor de universalidad.
Pero esa diferencia claramente no atae al modo de referencia
mismo, que en ambos es radicalmente el mismo (ese estar a
favor o en contra de algo), y por eso pertenecen los dos a la
misma clase fundamental de fenmenos de amor u odio.
4.2. Fenmenos ciegos y fenmenos correctos e
incorrectos
Pronto ve y subraya Brentano un paralelismo entre la clase de
los juicios y la de las emociones (que por cierto se mantendr y
jugar un importante papel en la fenomenologa posterior). En
ambos casos se trata de una toma de posicin o de adoptar una
postura ante algo, a diferencia de las representaciones, que se
limitan a traer de modo neutro a la conciencia ese algo. En los
juicios o se afirma o se niega; en las emociones o se ama o se
odia. Pero hay otra semejanza, fundada en sta, que es sin
embargo de naturaleza muy distinta y capital para la investigacin
filosfica. Se trata de que en ambos gneros de tomas de postura,
tanto en las tericas como en las prcticas, hay unas que son
inferiores o ciegas y otras que son superiores; es decir, unas
arbitrarias y otras o correctas o incorrectas. De que se encuentre
ese terreno firme depender que se pueda levantar un slido
edificio del saber fundado en las vivencias psquicas.
a) Juicio ciego, juicio evidente y juicio correcto
Por lo que atae a los juicios, a Brentano le parece claro que
formulamos muchas veces aseveraciones no seguras; juicios (o
mejor prejuicios) no suficientemente asegurados ni justificados.
En estos juicios, aunque los tengamos por verdaderos, nada
impide que de pronto se revelen como falsos. Segn l, tales son,
17
por ejemplo, los juicios de la percepcin externa y los de la
memoria, as como conjeturas o suposiciones. A todos ellos se
les llama aqu inferiores o ciegos.
En cambio, vemos que poseemos otros juicios por contraste
con los ciegos que se presentan en s mismos como
justificados, como evidentes. Como ejemplos seala Brentano
todas las percepciones internas y el principio de no contradiccin
u otros axiomas lgicos. stos aparecen necesariamente como
verdaderos excluyendo la posibilidad contraria. Este filsofo se
pregunta por qu percibimos con tanta claridad el carcter de
necesariamente verdaderos en estos juicios, y al mismo tiempo
quiere describir lo mejor posible dicho carcter, que denomina
evidencia. En su opinin, puesto que la evidencia es una
propiedad originaria y simple, no cabe definirla estrictamente,
sino slo mostrarla por comparacin con otros fenmenos que no
la posean. Pero, a pesar de esa simplicidad e indefinibilidad, s
puede defenderse la evidencia y as lo hace Brentano contra
dos interpretaciones errneas: frente a aquella que entiende la
evidencia del juicio como la evidencia de la representacin del
objeto juzgado; y contra la que la concibe como cierto sentimiento
de compulsin o de firme conviccin.
Si la evidencia del juicio procediera de la nitidez de la
representacin, el juicio del sabio valdra tanto como el juicio del
loco que tuviera una idea bien determinada, cosa que nadie
admitira. As, la evidencia del juicio pertenece a este fenmeno
cognoscitivo, y no a la representacin, que no es todava
conocimiento. En este error dice Brentano cay Descartes;
de manera que se recupera aqu la idea clsica segn la cual el
juicio es el lugar propio de la verdad. Las representaciones
pueden ser ciertamente claras y distintas, pero no en rigor
evidentes. Tampoco consiste la evidencia en un impulso,
sentimiento o compulsin natural psicolgica que nos incline a
afirmar con conviccin el objeto del juicio que llamaramos por
ello evidente. Brentano, para desechar esta concepcin, critica
18
detenidamente la doctrina de Sigwart sobre la evidencia. Es claro
que muchos juicios que no tenemos en absoluto por evidentes
poseen ese sentimiento de conviccin (en su ejemplo, los
prejuicios aludidos antes con las ideas fijas del loco).
Por consiguiente, la evidencia no reside en la representacin
de lo juzgado, pero tampoco radica en un sentimiento de
conviccin indiferente al objeto referido. En qu relacin se
encuentra, entonces, si la hay, la evidencia del juicio con el objeto
as juzgado? El juicio evidente es un tipo de juicio llamado
motivado. Es un juicio motivado justamente por su objeto, y
como se ver luego mejor puede tener como motivo la
existencia del objeto (como sucede en los juicios evidentes
asertricos) o la esencia de ste (como acontece en los evidentes
apodcticos). La evidencia de un juicio es una claridad fundada en
esa motivacin por el objeto que justifica eo ipso su verdad; el
juicio evidente no puede justificarse de otra manera, pero porque
no lo necesita.
Brentano habla tambin del juicio correcto. Llmase juicio
correcto a aqul que se refiere a su objeto del modo justo, sea el
de la aceptacin o el del rechazo, esto es, afirmando o negando
como evidentemente debe afirmarse o negarse. La correccin o
justeza de un juicio es asimismo una propiedad simple e
irreductible, pero que admite dos sentidos por aplicarse a dos
gneros de juicios. En primer lugar, reconocemos como correcto
en sentido estricto todo juicio evidente. Este afirma o niega de la
manera justa o debida, y esa su correccin es percibida
inmediatamente en el juicio mismo. En segundo lugar, juicio
correcto en sentido ms ancho es el que juzga igual que el
evidente, o sea, el que coincide en todas sus dems propiedades
con uno evidente; o con otras palabras, si acepta o rechaza lo
que un juicio evidente aceptara o rechazara.
b) Emocin ciega y emocin correcta
19
Constituye una aportacin mayscula de Brentano (que
tambin ha sido adoptada por fenomenlogos como Husserl y
Scheler) el sostener que en la esfera de las emociones o
sentimientos se da algo paralelo a la evidencia en los juicios. Es
comnmente admitido que nuestros agrados y desagrados son
muchas veces, como los juicios ciegos, propensiones instintivas o
habituales (as, el placer que el avaro encuentra en el dinero
son ejemplos suyos o los agrados y desagrados de ciertos
sabores). En estos casos, las distintas especies y aun los
distintos individuos se conducen a veces de manera opuesta, sin
que quepa reproche alguno; no estn justificados ni ellos ni sus
opuestos.
Sin embargo, este filsofo advierte que tambin encontramos
en nosotros agrados y desagrados plenamente justificados, es
decir, cuyo contrario se nos aparece necesariamente como no
debido. El ejemplo que ofrece en primer lugar es nada menos que
el mencionado en las palabras preliminares de la Metafsica de
Aristteles: Todos los hombres apetecen por naturaleza saber;
al que se puede aadir su complementario, de eco agustiniano:
todos detestan el error. Pero tambin descubre muchos casos
ms: el amor a la alegra y el odio a la tristeza, la complacencia
en lo justo y la indignacin ante la injusticia, etc.
Brentano ve en estos casos algo anlogo a la evidencia en los
juicios. Segn l, la correccin de esos fenmenos emotivos (o la
incorreccin de sus contrarios) brilla de modo inmediato e
intrnseco en ellos mismos, en su modo intencional propio. Con
esto se opone a dos grandes tradiciones: a la racionalista de
quienes no concedan intencionalidad (ni por tanto correccin
alguna) a las emociones, sino slo a los juicios y a lo que ellos
puedan contagiar, por as decir; y a la empirista que s reconoce
intencionalidad en la esfera sentimental, pero ninguna clase de
correccin, sino completa arbitrariedad. De manera que, al sacar
a la luz el carcter intrnsecamente intencional y justificado de
una clase de sentimientos, delimita una forma superior de estos
20
fenmenos que constituye el anlogo de la evidencia en la esfera
del juicio. Con todo, resulta interesante observar que Brentano
reserva el trmino evidente para los juicios, mientras que en las
emociones habla de una propiedad superior o anloga a la
evidencia. Como antes, la mejor manera de apreciar ese
carcter peculiar consiste en la comparacin con otros
sentimientos; en concreto, con otros muy diversos que no
muestren ninguna justificacin, y con los sentimientos opuestos
para ver si se alzan como rechazables. As, Brentano afirma que
los agrados de las sensaciones es cuestin de gustos, mientras
que el amor al error es un sentimiento radicalmente trastocado.
Tambin semejantemente a los juicios evidentes y correctos,
ante la pregunta por el fundamento de estas emociones
superiores habr que sealarlas como motivadas por su objeto.
Es ste la razn de que algo se ame u odie correctamente, y no
los particulares gustos o preferencias subjetivas del individuo.
Precisamente en esto consiste la evidencia, en oposicin como
se vio antes de la mera conviccin o certeza. Aqu, un
contenido justifica y exige un modo de intencionalidad a l
referido, y no su contrario, de manera que a cualquier otro sujeto
que considere el mismo contenido ha de parecerle lo mismo.
Y, al igual que en el caso de los juicios, una vez obtenida la
percepcin explcita de un sentimiento caracterizado como
correcto, ya siempre que vivamos un sentimiento de esa especie
lo asociaremos a aquella vivencia, y surgir la percepcin
explcita de su correccin sin necesidad de compararlo ya con su
fenmeno contrario. Por su parte, la falta de todo rechazo
necesario entre un par de emociones opuestas har que las
tengamos por ciegas. Naturalmente, respecto a stas otro es el
caso pues se trata de otra emocin aadida de la emocin
que tiene por objeto una emocin ciega (como el agrado egosta
del avaro en su placer por el dinero, que le lleva precisamente a
ser avaro). Esa segunda emocin s que es superior, y en este
caso incorrecta y reprochable.
21
Anlogamente tambin a la evidencia de los juicios, la
correccin de las emociones superiores es intrnseca al modo
intencional respectivo, en el sentido de que no consiste en una
correccin de fenmenos representativos o judicativos que se
hallaran en su base. Naturalmente que estos pueden existir, pero
slo para iluminar el contenido y facilitar que surja hacia l una
emocin ella misma correcta.
Por otro lado, defender la propiedad peculiar de la evidencia
frente a la doctrina de ella como sentimiento de compulsin le
parece a Brentano ms fcil aqu que en el terreno de los juicios,
a pesar de que en las emociones ese error se halla ms
extendido a causa de la mentalidad emotivista. Basta,
sencillamente, con imaginar que desapareciera la distincin entre
emociones ciegas y emociones superiores, pues con ella se
esfumara toda diferencia entre lo deseado de hecho y lo digno
de ser deseado. En tal caso, tendramos por igualmente correctos
o aceptables tanto una cruel y masoquista tortura como un acto
de gratuita benevolencia, lo cual contradice frontalmente la
comn experiencia interna. Es ms, as como casi nunca sucede
que uno que admite una cosa la considere al mismo tiempo como
falsa, no es raro, en cambio, que uno que ama algo se diga a s
mismo, a la vez, que ese algo no merece amor. La experiencia
plasmada en el verso clsico de Ovidio, Video meliora proboque,
deteriora sequor, advierte vvidamente la diferencia entre lo
amable que se reconoce y lo amado que se elige.
5. Fundamentacin de la Lgica y de
la tica
Convencido como estaba de que todos los conceptos han de
tener su origen en la experiencia, Brentano crey haberlo
encontrado en el juicio correcto y en la emocin correcta para las
nociones de lo verdadero y de lo bueno, respectivamente; como
tambin lo busc para conceptos como la causa, la sustancia, el
22
tiempo, el espacio, lo imposible, lo necesario, etc. Con este
mtodo, Brentano aseguraba el conocimiento realista en general,
con esos ltimos conceptos apuntalaba la Ontologa, y con los de
lo verdadero y de lo bueno construa respectivamente la Lgica y
la tica. Sobre esto expresamente el autor slo public en vida el
breve pero denso opsculo Vom Ursprung sittlicher
Erkenntnis (fruto de su conferencia dictada en 1889) en el que se
muestra en paralelo la cimentacin de las dos ltimas disciplinas
mencionadas; y pstumamente aparecieron sus lecciones y
conferencias sobre ello bajo los ttulos Versuch ber die
Erkenntnis, Wahrheit und Evidenz, Die Lehre vom richtigen
Urteil yGrundlegung und Aufbau der Ethik.
5.1. La teora del juicio correcto y de lo verdadero
El estudio de los juicios correctos lleva a Brentano a distinguir
dos modalidades de ellos: la modalidad asertrica (propia de los
juicios de percepcin interna) y la apodctica (que se da en los
axiomas). En la primera, los juicios son efectivamente o de
hecho verdaderos o falsos; en la segunda, necesariamente o
de derecho verdaderos o falsos. La evidencia de los juicios
asertricos se funda o est motivada por la existencia de un
hecho; la de los apodcticos, en la esencia de lo juzgado.
Ciertamente, esta distincin no era desconocida para la lgica
clsica, pero el psicologismo pretenda ignorarla, tornando
contingente todo conocimiento. Al iluminar de nuevo el sentido de
lo apodctico, se recupera la posibilidad de hablar de
conocimientos esenciales necesarios y evidentes.
A Brentano le parece tan importante subrayar la necesidad
objetiva y esencial de los juicios apodcticos, o axiomas, que les
atribuye una denominacin peculiar: esos juicios son juicios a
priori. Unapriorismo, pues, que no se refiere como en Kant a
la necesidad del pensar del sujeto, sino a la necesidad de lo
pensado como objeto; una necesidad, adems, de la esencia de
lo pensado, exista o no. Por ejemplo, la validez de una
23
proposicin apririca acerca del tringulo es completamente
independiente de que haya de hecho algn tringulo (aunque
evidentemente slo se llega a formular juicios sobre tringulos
tras haber visto o imaginado alguno). Este sentido de la expresin
a priori fue el que pas a la inmediata fenomenologa posterior,
muy distante e incluso en combativa oposicin tanto al kantismo
como al empirismo humeano.
La originalidad de Brentano estriba en anclar el descubrimiento
y garanta de esa necesidad objetiva pero no su validez, claro
est en la percepcin interna de nuestros juicios. Toda su vida
se esforz por mantener un difcil equilibrio entre un esencialismo
y ese anclaje psicolgico. Defenda una postura ponderada
tratando de asegurar la objetividad de la verdad evitando tanto el
psicologismo como el idealismo.
Semejante intento se ve muy bien en su definicin de lo
verdadero: Decimos que algo es verdadero cuando el modo de
referencia que consiste en admitirlo es el justo [Vom Ursprung
sittlicher Erkenntnis: 23]. Afirma, en efecto, la propiedad
objetiva del ser verdadero, pero slo la funda sobre el juicio
correcto, como si dudara entre ofrecer una ratio essendi o
una ratio cognoscendi de lo verdadero. Asimismo, en su
conferencia ber den Begriff der Wahrheit (Sobre el concepto de
verdad, tambin de 1889 e incluida en Wahrheit und Evidenz)
admite la clsica definicin de la verdad como adecuacin
(adquatio rei et intellectus) a condicin de que no se la entienda
como concordancia entre el juicio y unas entidades ideales, sino
como un convenir, estar en armona o corresponder de
ciertos juicios. El discurso sobre lo verdadero evita, por tanto,
todo carcter de fundamentacin ontolgica: no se dice que el
juicio sea verdadero porque el objeto sea digno de ser juzgado
afirmativamente, aunque tampoco que el objeto es
verdadero porque el juicio que lo reconoce es correcto; tan slo
se sostiene quellamamos a un juicio verdadero cuando aparece
como correcto, como estando en armona con un objeto digno de
24
ser as juzgado. El autor justifica este lenguaje aduciendo que,
como verdadero es un concepto simple, no puede definirse o
fundamentarse mediante determinaciones ms generales, sino
que slo cabe aclararlo mediante expresiones correlativas. As,
cuando se dice que juzgar verdaderamente es juzgar
convenientemente se ha afirmado lo mismo, segn l, pero de
un modo ms intuitivo.
Con todo, Brentano an mantena por aquellos aos de
docencia en Viena una idea muy ancha de los posibles objetos
dignos de un juicio verdadero. Sencillamente, cualquier algo
sustancial o accidental, real o ideal susceptible de un juicio
verdadero ha de ser considerado como un autntico objeto (y
objeto l mismo verdadero en un sentido trasladado). Este
filsofo tiene en mente aqu su bien conocido ser veritativo
aristotlico.
5.2. La teora de la emocin correcta y de lo
bueno
Pues bien, algo enteramente anlogo concibe Brentano para la
esfera de las emociones o fenmenos de amor y de odio, aunque
aqu hay algunas diferencias importantes.
Para empezar, las emociones correctas no poseen la
modalidad asertrica, sino nicamente la apodctica. O sea, no
hay un anlogo de los juicios correctos asertricos (como los de
percepcin interna) en la clase de los sentimientos. Naturalmente
que el juicio de percepcin interna de un sentimiento que vivimos
es un juicio correcto, pero el sentimiento mismo no es correcto
por el mero hecho de vivirlo. Todas las emociones correctas lo
son porque reconocemos su objeto mismo como digno de amor
(o de odio) por su esencia, es decir, advirtiendo que cualquier
sujeto que lo considere debe tener un sentimiento del mismo tipo.
Todava con otras palabras y a la luz de la comparacin con la
esfera del juicio: todas las emociones correctas se comportan
25
como los axiomas en la esfera del juicio. Y esto significa que las
emociones correctas se fundan, en cuanto correctas, en la
esencia general de su objeto; en sentido anlogo al de los juicios,
son emociones apriricas. Como se ve, esta nocin es
completamente original y prometedora.
Y anlogamente como antes, ve en estos fenmenos el origen
y garanta de la nocin de bueno: Hemos llegado al punto en
donde se originan los conceptos que buscamos, de bueno y malo;
(). Decimos que algo es bueno cuando el modo de referencia
que consiste en amarlo es el justo. Lo que sea amable con amor
justo, lo digno de ser amado, es lo bueno en el ms amplio
sentido de la palabra [Vom Ursprung sittlicher Erkenntnis: 23].
Tambin para la nocin de lo bueno, como para lo verdadero, no
parece ofrecerse sino una caracterizacin extrnseca a lo bueno
mismo, una descripcin del estado psquico de un sujeto cuando
entra en relacin con lo llamado bueno; pero al mismo tiempo se
insiste en que bueno es algo intrnseco de los objetos amados
correctamente (como verdadero lo es de los objetos juzgados
correctamente).
Del mismo modo que para el juicio correcto, para la emocin
correcta se concibe una adquatio no entendida como
coincidencia entre la actividad sentimental y su objeto, sino como
un sentimiento que es adecuado al objeto, es decir, conveniente,
correspondiente. Y tambin como antes, Brentano piensa en lo
bueno en un ser bueno de un modo muy general. As,
en ber den Begriff der Wahrheit escribe que la emocin correcta
corresponde al objeto y est en armona con su valor (Wert), y
que todo lo pensable se divide en dos clases: la de todo a lo que
conviene el amor y la de todo a lo que conviene el odio; lo
perteneciente a la primera clase dice lo llamamos bueno, lo
mentado en la otra, malo.
Como se ve, tambin aqu se evita cautelosamente toda
argumentacin causal o de fundamentacin. Simplemente
constata que llamamos a una emocin correcta cuando est en
26
armona con su objeto,cuando el objeto es digno de ese
sentimiento; y que llamamos a un objeto bueno y digno de amor
(o malo y digno de odio) cuando la emocin correspondiente
(amor para el primer caso, odio para el segundo) se nos aparece
como correcta. Brentano vuelve a mantener esa posicin de
equilibrio, y en cierta manera de ambigedad e indecisin, entre
una explicacin de lo bueno gnoseolgica y una ontolgica,
segn la ratio cognoscendi o segn la ratio essendi. Sigue
desconfiando de la doctrina de laadquatio, al tiempo que sus
investigaciones psicolgicas le conducen al reconocimiento
inmediato de los fenmenos emotivos correctos, esto es,
motivados por la esencia de su objeto. E igualmente Brentano
justifica su actitud amparndose en la simplicidad y originariedad
de la nocin de lo bueno, que no es definible, sino slo aclarable
mediante expresiones correlativas o significativamente
equivalentes, pero ms intuitivas y menos expuestas a
malentendidos.
Por otra parte, de esta esfera de las emociones correctas
tambin ve Brentano surgir el concepto de mejor, insistiendo en
que se trata a su vez de una nocin simple, y no un mero ser
cuantitativamente ms bueno. Es decir, lo mejor no es el objeto
de un mayor amor, sino el objeto de una clase especial de
sentimientos que son los fenmenos de preferencia o amor en
relacin. Es en las preferencias caracterizadas como correctas
donde se halla el origen y sentido nativo del concepto de mejor.
Como de lo bueno, de lo preferible se afirma que es objeto de
una preferencia correcta cuyo estar caracterizada como tal se
debe, y as se percibe, a la motivacin por los conceptos de lo
preferido; con una modalidad, por tanto, asimismo apodctica.
6. El resmo ontolgico y analtico
de su pensamiento tardo
27
6.1. La nueva posicin gnoseolgica y ontolgica
El trmino resmo fue introducido por T. Kotarbinski, discpulo
polaco de Brentano a travs de Twardowski, en 1929. Se
entiende por tal la postura que va tomando cuerpo en el
pensamiento de Brentano hacia una posicin ms empirista;
evolucin que se desarrolla a partir del comienzo de nuestro siglo,
y que es tan marcada que muy pronto se tom como una
autntica segunda etapa de la filosofa brentaniana. Los ejes de
la nueva doctrina de Brentano son bsicamente dos. El primero,
en el plano ontolgico, sostiene que el nico sentido en que
puede hablarse de un algo es en el sentido que real tiene en
Brentano, es decir, lo concreto e individual; nicamente ello
puede darse como objeto de nuestras representaciones. El
segundo, ms bien en el plano gnoseolgico, consiste en adoptar
como criterio exclusivo de verdad del juicio (y anlogamente,
criterio exclusivo de validacin del sentimiento correcto) el de su
aparicin sin ms como evidente, dejando de lado definitiva y
completamente la doctrina de la adecuacin. Esto es, Brentano
ya no admite cualquier algo como objeto de juicios y
sentimientos, y, por tanto, no tiene sentido hablar de correccin
como adecuacin, sino slo como propiedad de fenmenos
psquicos.
Este cambio de Brentano est registrado en varios lugares:
en Wahrheit und Evidenz, donde Kraus, su editor, reuni escritos
varios de la primera poca, de la segunda, y algunos que ponen
de manifiesto precisamente la transicin entre ambas; al
comienzo del segundo volumen de su Psychologie, publicado por
el mismo Brentano; y asimismo en la coleccin pstuma de cartas
y ensayos editados por F. Mayer-Hillebrand bajo el significativo
ttulo Die Abkehr vom Nichtrealen (La recusacin de lo irreal).
Los argumentos que Brentano ofrece son tanto psicolgicos
como ontolgicos. Por ejemplo, se dice que un aspecto de una
cosa (su color, por ejemplo) no puede ser representado como
28
separado de su objeto, como abstracto, porque no puede existir
independientemente de l, pues en caso contrario habra que
admitir partes universales en la cosa individual. Resueltamente
afirma que no se puede pensar en absoluto otra cosa que lo real.
Y, adems, enuncia con ello tambin una tesis ontolgica
importante: el concepto ms universal es el concepto de ser
identificado ahora con el de real, concreto o individual. Es decir,
puesto que es imposible representar sin representar algo, y algo
significa real, entonces el entero concepto de representar, en su
univocidad, est condicionado por esa verdad. Otras veces hace
el siguiente razonamiento: representar es una palabra de
significado unvoco, pero representar significa siempre
representar algo, y por eso, junto con el significado de
representar, tambin el significado de este algo debe ser
unvoco, y no hay ningn concepto genrico comn a una cosa y
a una no-cosa.
Como se ve, a veces predomina el peso de las razones de
orden psquico, del representar, y a veces el de las ontolgicas,
del sentido de ser y de ente; hasta que se descubre que Brentano
no se decide a separar los dos mbitos ni ponerlos a diversa
altura. Late aqu tanto el problema de la fundamentacin del
representar (y del juzgar y amar u odiar, que se basan en el
representar) como el problema ontolgico del ente puro de razn
y de la analoga de la nocin de ente. Con esta nueva posicin,
Brentano intenta llevar al extremo el equilibrio mencionado antes
entre el objetivismo y la certeza psicolgica. Pero ahora, al
parecerle que su esencialismo inicial desembocaba en el
idealismo (que ya vea con recelo en algunos de sus discpulos:
sobre todo en la llamada teora del objeto de Meinong y en las
esencias puras de Husserl), se refugia decididamente en la
univocidad de las referencias psquicas.
De entre sus discpulos, inmediatos o ms lejanos, hay quienes
no aceptaron nunca estas nuevas tesis, tenindolas por
psicologistas (A. Marty, C. Stumpf, Ch. von Ehrenfels, A. Meinong,
29
E. Husserl decididamente influido por G. Frege, T. Lessing, K.
Twardowski, W. Tatarkiewicz, R. Ingarden y otros) mientras que
otros, los menos (O. Kraus, A. Kastil, F. Mayer-Hillebrand, T.
Kotarbinski y G. Katkov), permanecieron fieles al maestro hasta el
final.
En efecto, las preguntas que se formulaban los discpulos de
Brentano que llegaron a la disidencia eran: de qu hablaba en
realidad ahora Brentano, de las cosas mismas o slo de la propia
vida psquica?; era posible seguir manteniendo un objetivismo
sin la referencia a correlatos que a veces no son cosas reales,
como en los juicios negativos?; no se disolva ahora muy a
pesar del mismo Brentano la necesidad de lo a priori, que con
tanto esfuerzo se alcanz a ver, volvindose a una necesidad
puramente psicolgica? Estos filsofos no vean otra salida que
desarrollar la doctrina de su maestro admitiendo los objetos
ideales. Y ello le pareca a aqul una recada en el idealismo,
precisamente lo que segn l haba echado a perder la filosofa
alemana en el siglo recin expirado.
Ante esa inesperada e indeseada consecuencia de sus
enseanzas, la reaccin de Brentano fue doble. Su primera
estrategia fue revisar y modificar ciertas tesis psicolgicas para
afianzar su nueva posicin. En concreto, perfilando el exacto
modo en que nos representamos la amplia gama de objetos de
nuestra vida psquica. Brentano alumbra entonces su teora sobre
los modos de representacin, conforme a la cual esos supuestos
objetos irreales no seran, ciertamente, posibles objetos en
modorecto, pero s objetos representados in oblicuo. Sin embargo,
su autor no termina de avenir esta tesis con otra la que sostena
la univocidad del significado de representar y con aquella que
niega en absoluto toda posibilidad de representarse lo irreal.
Pero, como segunda maniobra, Brentano emprende otra tarea
en una nueva direccin que ejerci una influencia
incomparablemente mayor. Esta campaa estaba animada por el
30
programa segn el cual la filosofa del lenguaje ha de disolver el
ficticio mundo de los objetos postulados por el nuevo idealismo.
6.2. El anlisis psicolgico del lenguaje
En efecto, los incoados estudios brentanianos de crtica del
lenguaje, as como el convencimiento de este filsofo de que las
investigaciones filosficas deben correr paralelas a un anlisis del
lenguaje, dejaron una honda huella en el pensamiento
centroeuropeo, llegando hasta el mismo Crculo de Viena a travs
de algunos miembros de la Escuela de Varsovia-Lvov, en
especial Kotarbinski. Sin embargo, es importante advertir que ni
Brentano ni esa escuela polaca tuvieron en absoluto por objetivo
la eliminacin de la Metafsica, como s se propondran el Crculo
de Viena y parte de la filosofa analtica lingstica del siglo XX.
La preocupacin de Brentano eran los errores en filosofa a
causa del lenguaje. Un excelente y detallado ejemplo de ello es el
anlisis de la discusin en torno al argumento ontolgico para la
demostracin de la existencia de Dios (en Vom Dasein Gottes),
tanto en sus varias versiones como en las diferentes crticas a l
dirigidas. Una filosofa rigurosa, que se tenga por cientfica, ha
de ocuparse a fondo de deshacer muchos malentendidos y
complicaciones innecesarias por culpa de ambigedades y
equvocos lingsticos. El rasgo peculiar del anlisis del lenguaje
realizado y reclamado por Brentano, a diferencia de la filosofa
analtica posterior, es el importante papel que aqu juega la
Psicologa. Para Brentano, el anlisis del significado de los
trminos es, en el fondo y consecuentemente con el resmo, un
anlisis psicolgico. El resmo gnoseolgico y el ontolgico han
de completarse, por tanto, con un resmo semntico.
As, tras sostener que todos los conceptos abstractos caen en
la clase de las formas ilusorias, ahora se los declara ficciones
lingsticas. Brentano distingue entonces dos clases de trminos:
los autosemnticos, con significado propio; y los sinsemnticos
31
o sincategoremticos, carentes de significado independiente.
Esta divisin desempea un papel central en los anlisis de
crtica del lenguaje de este filsofo. Las expresiones
autosemnticas tienen sentido propio sin tener que estar insertas
en un contexto mayor. Tres tipos importantes de expresiones
autosemnticas son los conceptos de clases (como planeta o
tringulo equiltero), los enunciados de hechos (como Csar
fue asesinado el ao 44 a. C.) y las expresiones de inters o
imperativas (como No se debe traicionar). Las palabras
sinsemnticas son palabras que slo contribuyen a constituir un
significado nicamente en conexin con otras palabras o series
de palabras. Entre ellas se encuentran, por ejemplo, todas las
que hoy se llaman constantes lgicas (trminos como todos,
algunos, y, no, etc.), pero tambin conceptos tales como
verdadero, bueno o bello, o los modales de necesario o
imposible. Todas las cualidades universales pertenecen a este
gnero, pues aunque tengan gramaticalmente la forma de
propiedades, no nombran nada; no son ningn nombre desde el
punto de vista lgico, porque no son autnticos objetos
representables. Se trata aqu de meras denominaciones
extrnsecas, de expresiones simplemente cosignificantes, y
convertirlas en nombres y objetos propios es precisamente ideas
ficciones lingsticas.
Adems, en opinin de Brentano y segn su nueva concepcin
ms explcita, una forma lingstica es realmente autosemntica
cuando, tomada en s misma, es expresin lingstica de un
fenmeno psquico concreto. Y los trminos sinsemnticos han
de reducirse entonces a frmulas autosemnticas, que son su
nico y autntico sentido. As, por ejemplo, afirmar que el
principio de no contradiccin es verdadero slo significa que es
imposible que alguien que juzgue ese principio como verdadero lo
aprecie incorrectamente, o que es imposible que alguien que
juzgue correctamente ese principio lo juzgue de una manera que
no sea positiva, esto es, que no lo afirme; de igual modo, afirmar
que el conocimiento es bueno slo significa que es imposible
32
que alguien que estime el conocimiento como valioso lo aprecie
incorrectamente, o que es imposible que alguien que valore
correctamente el conocimiento lo estime de una manera que no
sea positiva, esto es, que no lo ame.
Por otra parte, Brentano acomete tambin la tarea de reducir
todos los juicios a juicios existenciales, para poder referirse as a
cosas particulares. De este modo, los axiomas, juicios
universales, sern todos ellos negaciones de algo particular; y los
juicios negativos se reducen, a su vez, a juicios que constatan un
fenmeno psquico de rechazo del juicio afirmativo opuesto.
Si, como cree probar Brentano, estas reducciones o autnticos
desenmascaramientos de ficciones del lenguaje son posibles, no
hay ninguna necesidad de admitir la existencia de no-cosas (de
cualidades abstractas o universales, de estados de cosas
ideales, etc.). Todos esos entes de razn vienen a ser
meros ens lingu. Con todo, este filsofo cree hasta el final
poder mantener esta posicin sin rendirse al nominalismo, sin
disolver toda verdad de razn objetiva en verdades de hecho
psicologistas.
7. Bibliografa
7.1. Obras de Brentano
Aristoteles und seine Weltanschauung, Felix Meiner Verlag,
Hamburg 1977 (Aristteles, Labor, Barcelona 1951).
Aristoteles Lehre vom Ursprung des menschlichen Geistes,
Felix Meiner Verlag, Hamburg 1980
Deskriptive Psychologie, Felix Meiner Verlag, Hamburg 1982.
Die Abkehr vom Nichtrealen, Francke Verlag, Bern 1966.
33
Die Lehre Jesu und ihre bleibende Bedeutung, Felix Meiner
Verlag, Leipzig 1922.
Die Lehre vom richtigen Urteil, Francke Verlag, Bern 1956.
Die vier Phasen der Philosophie und ihr augenblicklicher
Stand, Felix Meiner Verlag, Hamburg 1968 (en El
porvenir de la filosofa, Revista de Occidente, Madrid
1936).
Geschichte der griechischen Philosophie, Francke Verlag, Bern
1963.
Geschichte der mittelalterlichen Philosophie im christlichen
Abendland, Felix Meiner Verlag, Hamburg 1980.
Geschichte der Philosophie der Neuzeit, Felix Meiner Verlag,
Hamburg 1986.
Grundlegung und Aufbau der Ethik, Francke Verlag, Bern 1952.
Grundzge der sthetik, Francke Verlag, Bern 1959.
Kategorienlehre, Felix Meiner Verlag, Hamburg 1985.
Meine letzten Wnsche fr sterreich, Cotta, Stuttgart 1895.
Philosophische Untersuchungen zu Raum, Zeit und
Kontinuum, Felix Meiner Verlag, Hamburg 1976.
Psychologie vom empirischen Standpunkt, Felix Meiner Verlag,
Hamburg 1973 (parcialmente enPsicologa, Revista de
Occidente, Madrid 1926).
Religion und Philosophie, Francke Verlag, Bern 1954.
ber Aristoteles, Felix Meiner Verlag, Hamburg 1986.
34
ber die Zukunft der Philosophie, Felix Meiner Verlag,
Hamburg 1968 (El porvenir de la filosofa,Revista de
Occidente, Madrid 1936).
ber Ernst Machs Erkenntnis und Irrtum, Felix Meiner Verlag,
Hamburg 1987.
Untersuchungen zur Sinnespsychologie, Felix Meiner Verlag,
Hamburg 1979.
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