UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE LA MIXTECA

LICENCIATURA EN ESTUDIOS MEXICANOS UNIVERSIDAD

VIRTUALHistoria del arte II: Nueva España

II

Proyecto final

Catedrático: Jorge Espinoza Colón

Alumno: Christian Oviedo López

Junio 26 del 2014

QUERÉTARO TESTIGO DE LA COLONIA

QUERÉTAROLa ciudad de Querétaro es una de las poblaciones más antiguas de la Nueva

España. Su planeación se tiene registrada en 1531 (su primer edificio

religioso fue el Convento de San Francisco). En 1655 el virrey le otorgó el

título de Ciudad de Santiago de Querétaro, confirmado por el Rey Felipe en

1712.

La historia de esta región pluriétnica sufrió un cambio radical a partir del arribo de los conquistadores españoles y los misioneros franciscanos. Una vez derrotados los mexicas, los caciques otomíes, procedentes de la provincia de Jilotepec y Tula, tuvieron un papel fundamental en la conquista, ya que encontraron en la alianza con los españoles una manera de obtener territorios propios.

Debido a los descubrimientos de yacimientos de plata en el norte chichimeca, la población de Querétaro comenzó a cobrar importancia como una zona segura de abastecimiento y descanso, quedando integrada a la ruta seguida por los conquistadores, misioneros y colonos.

La reconfiguración poblacional originó también una transformación en la construcción. Las casas de los indígenas, bajas, con puertas muy pequeñas, sin ventanas al exterior y de pocas habitaciones, dieron paso a las casonas de dos niveles, con gran cantidad de habitaciones, patios de servicio y espacios destinados a la servidumbre.

Durante el siglo XVII y XVIII hubo un auge en la construcción de edificios religiosos que son la expresión material del poder alcanzado por la iglesia y, a su vez, la manifestación de fe, piedad y, sobre todo, de la caridad del pueblo y de los benefactores.

También se edificaron obras de carácter civil. Hospitales, mesones, molinos, garitas, alhóndigas y lugares para el esparcimiento. Durante el siglo XVIII se construyen las casas reales, sede de gobierno y obras públicas como la Alameda y el acueducto. Con la llegada del agua aparecieron las fuentes, tanto públicas como privadas, distribuidas a través de la ciudad.

El Centro Histórico de Querétaro fue proclamado Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1995. Resguarda construcciones de la época del Virreinato y se considera una de las ciudades coloniales mejor preservadas a nivel nacional. Se han conservado varias casonas, antiguas mansiones de nobles y hacendados; hoy, algunas son hoteles boutique o están abiertas al público general para hacer una visita.

Templo de San Francisco

El Templo y Ex Convento de San Francisco, fue el primer edificio de culto religioso construido en Querétaro y sirvió de eje para el desarrollo urbano de la ciudad.

Su construcción se inició en el siglo XVI, pero de aquellas edificaciones no quedó ningún rastro. Hasta mediados del siglo XIX integraba, aparte del templo y el convento, un conjunto religioso que incluía 5 capillas, un cementerio, un huerto y un gran atrio, que ocupaban en total un área cercana a las 3 hectáreas.

Las capillas mencionadas fueron demolidas durante la Guerra de Reforma, algunas de ellas se dice que a cañonazos. El templo de San Francisco funcionó como catedral de Querétaro entre los años de 1865 y 1922. El edificio que ocupó el antiguo convento es hoy Museo Regional, cuya existencia debemos al empeño y dedicación del maestro don Germán Patiño, ilustre personaje y benefactor queretano.

El Convento Grande de San Francisco es el inicio en Querétaro de la conquista material y espiritual y lo será en el siglo XVIII el fin de estas conquistas, al darse inicio la guerra de independencia.

El templo presenta una robusta fachada con su portada de cantera, en un estilo barroco de gran sobriedad, ornamentado por discretos

elementos, columnas pareadas en ambos cuerpos que se rematan con sencillos pináculos. La torre es monumental, de tres cuerpos

ornamentados en estilo barroco sobrio.

FOTO: CHRISTIAN OVIEDO LÓPEZ

Santa Rosa de ViterboEl convento y templo de Santa Rosa de Viterbo fue edificado a finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII en honor a la Rosa de Viterbo (1234-1252) virgen perteneciente a la Tercera orden de San Francisco, quien falleció a los 18 años de edad. Después de la muerte su cuerpo fue depositado en la Iglesia de Santa María de Poggio.

El templo es de una sola nave, reforzada por fuera con un par de botar eles de gran tamaño. Éstos se encuentran sobre los muros de la parte que correspondería al brazo norte, el que parece sugerir una remota existencia por el arco situado entre los dos contrafuertes. Con toda seguridad, este elemento se hizo para guardar una armonía interior entre las arcadas y las pechinas. La torre, con campanario de dos cuerpos, está situada en la parte oriente del templo, levantándose desde el rincón noreste del coro alto. El primer cuerpo ostenta el primer reloj de tres carátulas que se construyó en América. La cúpula se ubica en la parte poniente. Desde lejos destaca su linternilla, así como la policromía del tambor octogonal y las columnillas y otros r el leves de cantera que resguardan los ventanales.

Este templo es la expresión máxima del barroco queretano del siglo XVIII, su arquitectura exterior se compone de una arcada lateral

espectacular por su peculiar forma enroscada. Al interior destacan cinco retablos bañados en laminas de oro así como pinturas de gran

valor artístico. Esta obra es atribuida al reconocido arquitecto queretano Francisco Martínez Gudiño, a Don Ignacio Mariano de las

Casas, se le atribuye el reloj (torre) y el órgano del coro bajo en donde estampó su firma.

FOTO: CHRISTIAN OVIEDO LÓPEZ

Sociedad pluriétnica

Desde el siglo XVII se observa una exitosa organización económica. Los españoles se dedicaron predominantemente a la agricultura y ganadería. De los primeros edificios públicos del sigloXVI construidos con sencillez, se paso a las grandes casonas señoriales ubicadas en el centro de la población, a los magníficos templos y conventos que dieron forma a Querétaro.

Estos cambios quedaron expresados en el otorgamiento de la categoría de Muy Noble y Leal Ciudad de Santiago de Querétaro; obtenida después de algunos regateos y mediante donativo de cinco mil pesos en oro. A partir del 4 de octubre de 1655 el cabildo queretano inició sus funciones.

La ciudad tuvo su época de mayor esplendor y actividad constructora en el siglo XVIII, marcada por las formas del estilo barroco. Boils consigna una cifra de 308 obras realizadas, entre ellas incluyó a las reconstrucciones: 203 eran casas habitación, 32 talleres o comercios con habitación, 14 iglesias, 16 capillas, 5 colegios, 6 conventos totalmente nuevos y 5 ampliados o reconstruidos, 9 fuentes públicas, 2 edificios de gobierno, 2 puentes, el acueducto, 4 mesones, 3 haciendas, 2 beaterios, 1 hospital, 1 enfermería y la alameda.

Las construcciones

Los queretanos novohispanos presentaban una intensa diversidad social y cultural. Todos ellos mostraron una religiosidad tan fuerte que el cristianismo se convirtió en su principal punto de confluencia y fue a la religión que dedicaron una parte importante de sus recursos. Estos recursos se vertieron en construcciones y obras religiosas de diversos tipos.

En la ciudad convivieron diferentes órdenes religiosas: dominicos, agustinos, carmelitas, mercedarios, jesuitas, franciscanos observantes, franciscanos descalzos y de propaganda Fide. Había un claro predominio de los franciscanos representados en sus diferentes ramas. Las diferentes fracciones del clero católico compitieron por el control de los recursos que pobres y ricos destinaban al culto.

Las iglesias construidas en el siglo XVIII fueron las de: San Agustín, Santa Rosa de Viterbo, Capuchinas, San Felipe Neri, San Sebastián y San Isidro Labrador; se concluyeron las de San Francisco y la Congregación de Guadalupe; se remodelaron: El Carmen, Santa Clara, San Antonio y la parroquia de Santiago.

Dado el gran tamaño de la construcción y la importancia de su finalidad, el acueducto es la obra pública más relevante del periodo virreinal queretano. Fue construido para satisfacer la necesidades de agua potable de la población y sufragada en buena parte por Juan Antonio Urrutia y Arana, Márquez de la Villa del Villar del Águila. Las obras comenzaron hacia 1726 y se dieron por terminadas el 17 de octubre de 1738. la edificación fue complementada por fuentes distribuida por la ciudad. Quince días duraron los festejos por la finalización de la obra.

Casi finalizado el siglo, 1796, se estrenó la mas bella de las fuentes, la dedicada a Neptuno. Esta fuente se salvó de los efectos de las guerras civiles y de los embates de la modernización, aunque no logro conservar su integridad ni su lugar original. Se conserva reducida de sus laterales y en 1909 fue desplazada a una de las esquinas del jardín de Santa Clara.

La fuente de Neptuno es una bella fuente con un estilo neoclásico construida en el año de 1797.

FOTO: CHRISTIAN OVIEDO LÓPEZ

Fuente de Neptuno

Tresguerras diseñó en estilo neoclásico la caja de agua y el arco de cantera rosa. Bajo el arco, la escultura de Neptuno sosteniendo en la diestra su tridente y en la siniestra la cola de uno de los dos grandes peces que se deslizan entre sus pies. Están sobre una base que simula olas del mar. En el arco está la inscripción "Para ornamento y comodidad del pueblo, el H. Ayuntamiento, año de 1797."

El arco de la fuente es similar al que está en el monumento a Francisco Eduardo Tresguerras en la cercana ciudad de Celaya.

Teresitas es el más puro estilo neoclásico hecho templo. Esta obra, del arquitecto don Francisco Tresguerras, ostenta seis helénicas columnas

rematadas por un frontón triangular, todo de cantera perfectamente labrada.

Templo de las Teresitas

El templo del convento de las teresitas de Querétaro es uno de los edificios neoclásicos más notables del país. Está tratada en cantera gris en su totalidad; en el resaltan perfectamente sus seis columnas jónicas y su pesado frontón. No parece la fachada de un templo, sino la de un teatro. Un medallón en el centro del frontón, confesa el origen solar de toda su fuerza. Desde la salida del sol hasta su ocaso, alaba el nombre de dios. La construcción se acabó en 1807 y cierra l ciclo de las grandes construcciones queretanas.

Este templo es de una sola nave, el ábside es cilíndrico con una cubierta elíptica, las columnas laterales son jónicas al igual que las pilastras estriadas.

La bóveda de la nave central es de cañón con lunetos horizontales, tienen arcos formeros de medio punto. En la parte superior de la nave bajo los lunetos hay grandes ventanales rectangulares con vitrales, que le dan una excelente iluminación al templo durante todo el día.

FOTO: CHRISTIAN OVIEDO LÓPEZ

Templo de San Agustín

Se trata de una de las obras más admirables que construyera la orden de San Agustín en la Nueva España, durante el esplendor barroco del siglo XVIII. Por licencia pontificia y cédula real, en 1728 se fundó el convento angustiano de Querétaro.

Su fabrica se atribuye a Ignacio Mariano de las Casas y al padre Luis Matinés Lucio. En 1745, se bendijo y consagro el templo por el arzobispo de México, Juan Antonio de Vizarrón y Eguiarrieta, bajo la advocación de María Santísima de los Dolores.

La fachada tiene tres cuerpos que en su conjunto representan estilísticamente el calvario, en el primero esta el pórtico principal del templo, dos columnas a cada lado enmarcan nichos para estatuas de cantera; el segundo tiene una distribución teniendo una gran ventana que da al coro, y el tercero que es el más hermoso con distribución semejante a los anteriores tiene un Cruz de encaje, en forma de docel donde se encuentra la famosa talla en cantera del Cristo de la Portada.

El Templo y Ex Convento de San Agustín, este último convertido en Museo del Arte, forman en su conjunto una verdadera joya de la

arquitectura barroca del siglo XVIII. El claustro se considera como el más bello de América..

FOTO: CHRISTIAN OVIEDO LÓPEZ

Siglo XIX

El final del periodo colonial en la ciudad de Querétaro estuvo anunciado por una importante caída en la demanda de la producción textil que produjo desempleo en la ciudad; situación agravada por las epidemias y la perdida de cosechas.

El 28 de junio de 1821 los insurgentes, con Iturbide al frente, tomaron Querétaro como preámbulo a su entrada a la capital mexicana. El reconocimiento como estado soberano fue resultado de la participación de los diputados queretanos en el Congreso Constituyente de 1823, encabezado por Félix Osores. Ellos defendieron el derecho a la soberanía del estado, frustrando la tentativa de fundirlo a la capital del país o desmembrar su territorio.

La inestabilidad política se reflejo en la fisonomía de la ciudad. La destrucción , modificación y conservación de edificios herencia virreinal estuvieron determinadas, en buena medida, por las significaciones ideológicas y políticas que representaban para los bandos en pugna. Tanto liberales como conservadores contribuyeron a la remodelación de la capital queretana ya fuera destruyendo, conservando o creando.

Las desamortizaciones se iniciaron en el año de 1856 y terminaron en 1880, siendo la etapa más intensa del año de 1856 al de 1863. de manera real y simbólica el proceso de secularización arranco en 1860 con la destrucción de las tapias de los cementerios de San Francisco y Santa Clara. Al concluir este periodo se habían afectado la mayoría de templos y convento: Santa Clara, San Antonio, Teresitas, San Francisco, Santo Domingo, Carmelitas, el de Santiago, el de Santa Rosa de Viterbo, Capuchinas, la Merced y la Cruz.

Dado el tamaño de las construcciones religiosas y su ubicación en la ciudad, sus cambio implicaron que se cambiara la fisonomía de la urbe: las huertas dieron lugar a mercados y plazas, las capillas a calles y jardines, algunos edificios se convirtieron en escuelas laicas y oficinas públicas.

Bibliografía:

Armas Briz, L., Solís Hernández, O., Zárate Miguel, G. (2011). Historia y monumentos del Estado de Querétaro. México: Fondo editorial de Querétaro.