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QUISTE Y FISTULA DEL CONDUCTO TIROGLOSO
MATERIA : CIRUGIA III.
DOCENTE : Dr. Mendoza.
TEMA : Quiste y fistula del conducto tirogloso.
ALUMNO : Edy Vargas Jurado
SEMESTRE : VIII.
GRUPO : A.
COCHABAMBA – BOLIVIA2012
Cirugía III. Quiste y fistula del conducto tirogloso.
QUISTES Y FISTULAS DEL CONDUCTO TIROGLOSO
En medicina, un quiste tirogloso, es un quiste fibroso que se forma de manera
persistente en el conducto tirogloso, usualmente el medio del cuello, doloroso a la
palpación, en especial si llega a infectarse. Puede causar dificultades para respirar,
para tragar y/o malestar abdominal, especialmente si la masa se torna grande.
EPIDEMIOLOGIA:
El quiste tirogloso es un trastorno congénito, por lo que se diagnostica con más
frecuencia en niños en edad preescolar o a mediados, usualmente seguido de una
infección de las vías respiratorias superiores. Los quistes del conducto tirogloso son
considerados la tumefacción congénita del cuello más frecuente y constituye la segunda
causa de tumor cervical desupés de las linfadenopatías benignas. En menos del 1% de
los quistes se puede ver una transformación maligna, generalmente de origen tiroideo.
Ocasionalmente el quiste tirogloso puede ser confundido con una fisura media cervical
o viceversa.
CARACTERISTICAS:
Las ubicaciones más frecuentes del quiste
tirogloso es la línea media o levemente a un lado
de la línea media, entre el istmo de la glándula
tiroides y el hueso hioides o justo por encima del
hioides. Un quiste tirogloso puede desarrollarse
en cualquier punto a lo largo del conducto
tirogloso, aunque los quistes en la lengua o el
piso de la boca son poco frecuentes. Un quiste
en el conducto tirogloso puede moverse hacia
arriba al protruir la lengua.
Los quistes tiroglosos están asociados a un
aumentado riesgo de tejido tiroideo ectópico.
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Cirugía III. Quiste y fistula del conducto tirogloso.
Ocasionalmente un tiroide lingual puede verse en la lengua como una masa aplanada
de forma de fresa en la base de la lengua.
Raramente, la persistencia del conducto tirogloso puede volverse maligno, recibiendo el
nombre de carcinoma del conducto tirogloso. En estos casos las células cancerosas
son principalmente de tejido tiroideo ectópico que se han depositado a lo largo del
conducto tirogloso, usualmente por razón de una exposición a radiación, aunque es
posible el desarrollo de carcinomas de origen no tiroideo.
EMBRIOLOGIA:
En la quinta o sexta semana de la gestación, la glándula tiroides se localiza desde la
base de la lengua y llega a su posición final en el cuello. El conducto tirogloso se origina
del foramen caecum en el punto de unión del tercio posterior y los 2/3 anteriores de la
lengua, lugar donde desapareció la constitución tiroidea. Cualquier porción de este
tracto puede persistir formando una sinuosidad, fístula o quiste. La mayoría de las
fístulas se desarrollan seguido de la ruptura o incisión de un quiste tirogloso infectado.
Los quistes del conducto tirogloso nunca llegan a tener una abertura externa a la piel
del cuello.
HISTOPATOLOGÍA:
revestidos de epitelio
estratificado escamoso
espinoso o un endotelio de
transición o ocasionalmente
cuboidal , y glándulas
secretoras de mucus e
incluso un pequeño epitelio
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Cirugía III. Quiste y fistula del conducto tirogloso.
intestinal. Se puede encontrar tejido tiroideo (en un 25% de casos) pero no es un
hallazgo constante.
CUADRO CLINICO:
Las características clínicas
pueden ser halladas en la
porción subhioidea de la laringe y
un 75% de los casos se
presentan como tumefacciones
en la línea media. El resto se
localiza a los lados laterales a la
altura de la prominencia laringea
del cuello.
El quiste del ducto tirogloso se
presenta mayormente como una masa asintomática y palpable en la porción central del
cuello que por lo general se mueve
al tragar. Es probable encontrar
dolor de garganta, del cuello o
disfagia.
La persistencia del ducto o sus
sinosidades pueden promover
secreciones orales, que pueden
causar la infección del quiste.
Hasta un 50% de los quistes
tiroglosos no son diagnosticados
sino en la vida adulta. El tracto
puede permanecer latente por varios años o incluso décadas hasta que algún estímulo
conlleve a su detección. La infección puede causar la aparición transitoria de la masa o
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Cirugía III. Quiste y fistula del conducto tirogloso.
su agrandamiento con ocasionales recurrencias. También ocurren drenajes
espontáneos del quiste.
DIAGNOSTICO:
Historia clínica:
Examen físico
Manifestación clínica
Signo de Hamilton Bailey (+)
Paraclinica:
Ecografía
Gammagrafía
Tomografía axial computarizada
Resonancia magnética nuclear
La biopsia por aspiración con aguja fina( malignidad-solido)
Ultrasonograma
Centellograma
Diagnósticos diferenciales:
1. Linfadenopatías (ganglios agrandados de tamaño)
2. Quistes dermoides
3. Lipomas
4. Linfangiomas, hemangiomas.
5. Nódulo tiroideo o tiroides ectópica
6. Ránula
TRATAMIENTO:
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Cirugía III. Quiste y fistula del conducto tirogloso.
El tratamiento de un quiste tirogloso consiste en la resección quirúrgica, a menudo
requiriéndose la remoción de la sección media del hueso hioides. Aunque son quistes
por lo general benignos, el quiste tiende a ser removido si el paciente exhibe
dificultades para respirar o tragar, o si el quiste llega a infectarse. Aún si estos síntomas
no están presentes, puede decidirse el tratamiento quirúrgico del quiste con el fin de
evitar el riesgo de su infección o la posible aparición de un carcinoma, o bien por
razones estéticas, si la protrusión es notable en el cuello.
El manejo quirúrgico requiere la excisión del quiste, así como sus conductos y
ramificaciones, de existir. El remover la porción central del hueso hioides se indica para
asegurar que todos los conductos sean removidos de su paso. No es probable ver
recurrencias después de tal operación. Con frecuencia se indican antibióticos, en
especial si hay signos de una infección.
Después de la operación se recomienda evaluar la función tiroidea, así como imágenes
de la tiroides para demostrar la apropiada función de los tejidos tiroideos.
Técnica de sistrunk: Incicion horizontal de 5cm long. Hecha a nivel del hioides del que
se reseca un trozo en la parte media y se reseca todo el trayecto fistuloso hasta llegar
al agujero ciego en la base de la lengua. Siempre debe dejarse un drenaje una vez
cerrada la herida.
Complicaciones:
La transformación maligna es rara.
La más frecuente es la infección recurrente.
Se manifiesta por aumento rápido de tamaño.
Dolor, imprecisa delimitación a la palpación y alteración de la piel que lo cubre.
Disartria y disfagia.
BIBLIOGRAFIA:
1. MEDINA VEGA, L.D., MARQUEZ RANCANO, E., CONCEPCION GUZMAN, J. et al. Correlación clínico-
citohistológica de los quistes congénitos cervicales. Rev Esp Cirug Oral y Maxilofac.
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Cirugía III. Quiste y fistula del conducto tirogloso.
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