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7/25/2019 Semanario Pintoresco Espanol La Doncella de Labor
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SEMANARIO PINTORESCO ESPAOL
AYUNTAMIENTO Y AUDIENCIA DE LA CIUDAD DEL REAL DE LAS PALMAS
EN LA GRAN CANARIA
AO X 9 DE MARZO DE 1845
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SEMANARIO PINTORESCO ESPAOL.
n borroso incendio redujo cenizas
la noche del segundo dia de pascua
1
del ao de 1842, el antiguo Ayun-
p
tiiniento de las Palmas en la gran
Canaria, convirliendo en polvo su;
precioso Archivo, y causando W
mayor consternacin y espanto en los vecinos del
aquella ciudad. Pasados los primeros momentos y
repuestos un tanto del pasado disgusto, se reunie-
ron todas las personas de prestigio y de influjo, y
decidieron que se edificase su costa, en el mismo
local, otro palacio de mejor gusto y magnificencia
que el anterior, y digno por todos estilos del obje-
to que se destinaba. l nuevo edificio, cual lo
representa la lmina que precede, est colocado
en la Plaza Mayor y dando frente la hermosa Ca-
tedral, cuya descripcin y grabado presentaremos
otro dia. Su fachada principal es de ciento cuatro
pies de lnea y cincuenta y ocho de altura, constan-
do de planta baja y alta principal.
La lnea del edificio esta dividida en tres gru-
pos,
uno cen tral y dos los estremo s, que forman
una vista agradable: el del centro consta de cinco
vanos y de dos cada uno de los otros dos. Al grupo
del centro se antepone una escalinata de seis pel-
daos.
La construccin toda de dicha fachada es sli-
da y del mejor gu sto , atrevida y de un estilo ele-
gante y severo. El piso bajo basta el principal es al-
nioadillado, coronado con una faja horizontal im-
posta moldada de bellsimo efecto.
El piso principal est decorado con el orden
jnico, y el grupo central con cinco intcrpilastras
del mismo orden, que abrazan un antepecho en for-
ma de balaustrada; los de derecha izquierda solo
dos con su correspondiente cornisamento; remata
en forma de azotea, con hermosa balaustrada y en
su ltimo estremo jarrones de piedra, y en el cen
tro un gracioso grupo que representa las armas de
la Gran Canaria.
TIPOS ESPAOLES
LA DONCELLA DE LABOR.
1 genitivodel bores circunstancia in-
dispensable en este tipo.... Ya veo que
arruga el entrecejo alguno de mis lec-
tores,
fuer de malicioso desconten-
I tadizo, y sin embargo jurle en Dios
y en mi nima, que no lo dije con el Gn
de que se tomara por mala parte. Figrense VV.
un tipo que necesita de un genitivo para que se
entienda. Una doncella, que sea dicho secas, no
es tipo ni nacional ni estran gero , sin la compe ten-
te aplicacin que le d el riqusimo idioma de Cer -jvanles, para que de l pueda yo escribir un mal ar-
jtculo que ocupar su lugar en nuestroSemanario.
Tipo dije, y no s si la err de medio medio,
:porque, qu es un tipo? Me parece que no se lia
comprehendido bien esta palabra en Espaa: algu-
nos la toman en el sentido de profesin oficio,
en cuyo caso son tipos la verdulera y la muger del
abogado; otros pretenden que la Espaa de hoy es
la Espaa de Felipe II, y nos hablan de la mogigata,
y no pocos creen haber encontrado la piedra filoso-
tal al descubrir la marisabidilla de estos tiempos.
Yo no puedo pasar por semejante abuso, y establez-
co la cuestin de este modo: tipo es un individuo
dla sociedad que representa una clase, la cual
convienen costumbres propias, que de ningn mo-
do pertenecen a otra alguna- Claro es como la luz
del sol, que la gitana,el guerrillero,la a ma de lla-
ves,
el indianoy el sereno comen y duermen: por
eso mismo no se les debe presentar ni en la cama
ni en la mesa, sino en aquellas escenas de su vida
(particular, en las cuales resalta el carcter que
verdaderamente les corresponde; y he aqu princi-
palmente, amigo enemigo lector, la causa p ri -
mordial de que tanto te hayan agradado las ci -
tadas fisiologas, y otras que habrs examinado an -
tes de llegar midoncell de labor, saber; porque
los esp olespintados por si mismosle presentan
tipos y no precisamente artculos de costumbres,
cosa que no debes confundir, y porque en esos ti -
pos est no solo retratada la figura, siuo el alma.
A todo esto no hemos salido de dudas: se trata
de saber si ladoncell de labor es tipo, y volvemos
las andadas. Me parece que hemos convenido en
que sin el importante genitivo, no lo es; si alguno
cree lo contrar io, le desafio que lo describa con
exactitud; pero si se le aplica la cualidad de labor,
varia mucho la especie; aqui toma ya la muger un
carcter propio, adquiere hbitos que desecha en
otro estado, se coloca en una posicin especial,
cl ar a, pe rm ane nte , y desde ella vislumbra el fin
de su carrera. Qu mas se exige de una muger
para que sirva de tipo? No basta el probar que nin-
guna otra que pertenezca su clase, puede hacer
alarde de sus costumbres inclinaciones? No es
suficiente el que sean una sola todas las doncell s
de labor Pues bien; ya tenemos la mia converti-
da en tipo.
El oficio dedoncell no es tan moderno como
algunos imaginan, ni en sus principios fue tan ma-
noseado y tan fcil de desempear como en el dia.
Hijas de prncipes aliados vencidos, sino mien-
ten autores que he consultado, rodeaban la grau
Zenobia, soberana de la desventurada Palmira; la
inmortal Elena, causa de la destruccin de un im-
perio , tenia su servicio bellsimas jvenes de las
nobles familias troyanas; Semrauiis, el prodigio
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del O rien te, se prese ntaba en los juegos y en los
motines seguida de un brillante cortejo de donce-
llas egipcias: es asi que no puede probarse con au-
toridades histricas ninguna ocupacin mecnica
relativa las menc ionadas bellezas, luego debemos
inferir que ellas constituyeron la primitiva clase de
la s
doncellas de labor,
clase que lia venido menos
con el tran scur so de los siglos, obedeciendo la
ley destruclura que pesa sobre nuestra frgil in-
constante naturaleza.
Levan te, pues, con orgullo la frente nue stra
contempornea doncella de labor, porque su origen
es prec laro. No hay duda; las doncellas de la reina
de Babilonia no servan el chocolate su seora; ni
tenemos noticia de que lavasen la cara al prncipe
Arsaces para enviarlo la escuela: estos cuidados
estaban cometidos un enjambre de esclavos eunu
eos , 6 venerables matronas desahu ciadas, de
las cuales se derivan las famosas dueas quinta o
as , y por lnea recta las modernas amas de llaves;
pero no es menos cierto que aquellas jvenes piz-
piretas posean la confianza de sus amas, estaban
en los secretos de sus conquistas amorosas, y mas
de una vez contribuan poderosamente burlar
la vigilancia de los pa dres marid os. Sea lo que
fuere de esto, siempre quedar completamente jus
ticado el orgullo que la clase inspira la
doncella
de labor,ya
que no por lo qu e boy es, al menos por
lo que ha sido, s por casualidad tiene el talento
necesario para comparar al apuesto inarquesito
que gasta su vida en el
Prado
en la
Soirt e
de to-
no ,
con su bisabuelo, que muri peleando gloriosa-
men te en campo abierto contra los enemigos de
la patria.
No he dado fin la par te h istrica de mi he-
roina, aunque poco me queda que aadir ella, y
no por falta de asunto, pues se pueden escribir to-
m o s ,
sino porqu e no he comp rado el derec ho de
fastidiar al lector con cita s y come ntarios . Es el
caso, que el tipo de la
doncella
perdi muchos quila
tes desde la desaparicin de los tiempos heroic os:
tocle, como de rechazo, la decadencia de los siglos,
y fue vctima de las revoluciones de los imperios.
A las hijas de prncipes y reyes sucedieron en tan
noble empleo vastagos de las principales familias, pe-
ro de familias subditas, de familias vasallas, y esto
fue descender algunos grados: hubo sin embargo
una poca en Espaa en que la fortuna quiso mos
trarse propicia la
doncella de labor,
abrindola el
cam ino del tro no ; pero el ejemplo de la herm osa
Mara de Padilla, doncella de la duquesa de Albur-
querque, fue perdido para la clase, porque el tipo
se hallaba ya ad ulter ado . Asi vemos prin cipios
del siglo XVII que una turba de doncellas ayuda
desmontar de su corcel un caballero andante, le
pre sen ta el aguam anil para qu e se lave, y no falta
entre ellas alguna desenvuelta que lo enamore las
claras. Y qu diremos de la fea mancha que tiem
pos atrs cay sobre nues tro ilustr e tipo , manch a
que revel un fidedigno cronista?
Nun ca fuera caballero
de damas tan bien servido,
como fuera Lanzarote
cuando de Bretaa vino,
que dueas cuidaban del,
doncellas
del su rocino.
|Oh me ngu a , oh baldn , oh vilipendio He
aqui en lo que vienen pa rar las grandeza s hu -
manas
Y htem e ya, lector condescendiente, en la parte
mas peliaguda de la tarea que he emprendido; quie-
ro decir, que desde aqui d principio la
doncella dt
labor,
qu e t y yo conocemos, cuando menos de vis-
ta, por no meterme en suposiciones arriesgadas.
Asendereada por los quehaceres domsticos,
perseguida de pretendie ntes p obres, jugu ete de los
caprichos de su ama, vctima del mal humor de
la benevolencia del ma rido de esta, en una palabra,
al cual nos la han legado las vicisitudes polticas y
os trastornos sacales, la noble descendiente (lias-
a la nobleza va perdiendo) de esclarecida raza, no
s hoy, rigorosamente hablando, una criada; pero
ista mucho de ocupar una posicin independiente,
aunque no en su trago, tiene en sus hbitos y al-
guna de sus inclinaciones mas punio s de contacto
on la simple sirviente que con la Seora. Es cier-
o que la Criada dispone el desayuno, pero la don.
clin lo sirve: por lo dems ayuda barr er y b a-
:er las cam as, aunque no puede negarse que ha
mejorado de condicin desde 181 2, si atendem os
jue el buen gusto no la permite ya
satinar
y
lustrar
con cera y sangre de toro los pisos de nuestros
salones, esto es, de los que los tengan.
Conserva, sin emb argo, la doncella de labor a l -
gunas prerogativas dignas de su origen, y que prue-
ban basta la evidencia, que si el tipo ha degenerado,
al menos no ha m uer to todava. Viste su seor a,
la adorna, la peina, la acompaa a todas partes y
dep arte con ella en sabrosa desabrid a plt ica,
gozndose con sus alegr as, com partiend o y co n-
solando sus tristezas. Esto ya es algo, aunqu e no
muc ho, y de este algo quiero yo deducir las c on -
secuencia s que me conduzc an al bosquejo de la
doncella de labor,
tal cual yo la comprendo.
Imposible es seguirla en todas sus operaciones
domsticas, por la razn que antes he apu ntado,
porque me veria obligado confundirla mil veces
con la criad a, y no pocas veces con la se ora, fca
doncella de labor
de nues tros dias es por riguro sa
justicia un empleo de escala par a llegar ser am a,
con tal que la aspirante haya comenzado su c arr e-
ra en el fregadero. V erdad es que hay escep ciones ,
que desde la cocina escalan muchas el poder; sabi-
do es que en el servicio domstico, lo mismo que
en el poltic o, se obran revoluciones inesp erad as;
sin que por ella queden destruidas las reglas de es-
tricta legalidad que hom bres y mug eres debemos
acatar. La legalidad, pues, y la conveniencia pbli-
ca, exigen que la criada ascienda
doncella
por sus
mritos y pasos coalados, y aqui viene como de mol-
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de lo que antes hemo s dicho dla nobleza de sang re:
obten ido el ascenso, es de absoluta necesidad que
la corteza se qued e en la cocin a, que las manos y
la cara aband onen las significativas seales del
carbn, que el vestido entero hecho y derecho sus
tituya al aparejo redondo de la aldea, en una pnla
br a, qu e desaparezc a la fregona y se presen te la
mu ger destinada a ocupar al lado de sus amos un
puesto honorfico.
Desde el momento en que la doncella de labor
toma posesin de su empleo, debe ser considerada,
no con relacin i sus queh aceres y obligaciones,
sino al indujo que ejerce en la sociedad. Aqu
vuelve arrugar el entrecejo mi lector y esclama
con acento incrdulo; Esto es escribir por es-
cribir .
Vamos por par tes , y nos entenderemos. No
todas las familias pueden contar en sus presupues-
tos de gastos, la partida consignada como honora-
rios vulgarmente soldada de la doncella de labor:
la doncella de labor se considera hoy como un art-
culo de lujo, como artculo que debe pagar contri
buciones, y con esto queda dicho que su uso est
reservado para determinadas personas: las hay
tambin que en casas particulares convierten a la
criada en
doncella,
sin perjuicio de relegarla al fo-
gn despus de concluidas sus aparentes funciones;
pero este gnero es de licito comerc io, contrallan
do puro que no merece nuestro examen; lo cierto
y lo probado es, que las doncellas de labor no abun-
dan , porque cuestan caras. Pues bien; esto mismo
las hace dignas de npre cio, y este aprecio de que
indud ableme nte estn en posesin, les presta in-
fluencia con sus amos. Quin duda de que la don-
cella de la esposa de un ministro puede sacar una
intendencia para su prim o, que hablando en pu ri-
ridad no sabe escribir ni aun leer, pero que no por
eso deja de ser primo suyo?Creo escusado amon-
ton ar egemplos: el que acabo de suponer basta pa-
ra que todos conieseu que la doncella de labor in -
fluye en la sociedad.
Pero no lo he dicho todo: la posicin qu e ocu -
pa d mi herona cierta im portancia digna de la
atencin de los aspirantes medrar; estos deben es-
tud iar su carcte r, partiendo del principio de que
no lo ha formado la educacin, sino el ejemplo; no
los desengaos de la esperiencia, sino las lecciones
de la vanidad. Con efecto, la doncella de labor es
una semi-seora con mas humos que una seora
verdadera: cuando llega una visita y ella tiene que
deso cupa r el sitio que la confianza le ha conq uista-
do al lado de su ama, aparenta su rostro una indi-
ferencia forzada, al paso que se apodera de su cora-
zn el resen timie nto mas profundo; ni una silaba
pron uncian sus labios; pero apenas sale del gabi-
net e , dirige l una sardnica sonrisa que pued e
traducirse asi:Por ventura no merezco estar ah?
No valgo tanto como = E n t r a en la coc ina y la
pobre criada paga por la seora. El orgullo pues, y
la ambicin, he aqu los principios dominantes que
figuran en la fisonoma mo ral de la
doncella de
labor
ha comenzado a ser algo, y trabaja por lle-
gar al colmo de sus deseos, por ser todo: asi cuan-
do est de mal talan te, cuando desca rga el peso de
su clera sobre la inoc ente, aun que poco sufrida
criad a, que le devuelve as to rnas con sus adealas
correspondientes, cuando se queja de inapetencia
del escesivo trabajo de la casa, ojo a lert a, o bse rva -
dor, po rque seales son estas que revelan un amo r
propio ofendido; una esperanza fustrada, el desvio
de un aman te, de conveniencias, la ocasin pe r-
dida de salir de una situaci n tan enojosa al p re -
sente como en otro tiempo codiciada. Resuelta por
otra par te llevar cabo sus proy ectos de figurar,
de vivir independiente, de ser un dia lo que es su
seora , la doncella de labor depo ne su fiereza al
escuchar los almivarados requiebros de un galn.
Aqu empieza la parle mas lastimosa de la his-
toria de la doncella, para concluir en el ma trim o-
nio.
A unqu e no es absolutam ente indispensable que
nuestra amiga sea joven, puesdoncellas de labor hay
que pasan de los sesenta abriles, nuestra sociedad
admite, casi como principio esclusivo, en la califica-
cin que ha dado esta perla de nuestros das, que
la verdadera doncella domstica ni baje de diez y
ocho ni suba de treinta, es decir, que se mantenga
en la edad, ya pie no dichosa, aprovechada de los
amo res positivos. D icho se eslrt con esto, que ha
de conservarse soltera, mien tras permanezca de
doncella:lus casadas no pueden servir ni bien ni ma l;
y las viudas se convierten en amas de llaves. Don-
cella sin am or es prim avera sin sol, como decia el
otr o: se pone plida en cuatr o dias, se agosta y
mu ere de pulmona de fastidio: el amor es circun s-
tancia precisa para la existencia de una doncella
que ocupa las tres cuartas parles del dia, en alis-
var desde el balcn el apuesto con tinen te de los j -
venes que pasan por las calles.
En la compostura conocer el lector primera
vista los grados y cualidades que una pasin va se-
alando en el sensible pecho de una doncella. Des-
de el instante en que anda una intriga, se atavia con
esmero, consulta al espejo en todas las entra das
que hace al gabinete de su seora, gasta su salario
en pomadas, en sortijas y en trencillas de pelo;
se dedica hacer bolsitas de abalorio, y sus guan-
tes son mas ajustados; en una palabra, procura par e-
cerse una seorita de nacimiento, ocupndose de
labores estraas la servidum bre que la agovia
con insufrible peso. No es esto solo: afecta modales
aristocrticos, saluda sus amigas con leve sonrisa,
para darlas enten der que es m as que ellas, re s-
ponde los regaos de su ama con adusto ceo
con epigramas punzantes, que no admiten contes-
tacin, porque se refieren trapillos que es nece-
sario ocultar, suspira de vez en cuando, aunque so-
lo sea por moda, y por ltimo lee folletines de pe-
ridicos.
Acontece menudo, que vuela el pjaro otro
nido: mas claro, que el amante se cansa y se eva-
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pora: la
doncell
se consuela pronto, y no tarda en
ponerle sustituto. Aos hace.se suicidbala donce-
lla con la misma sangre fria que una romnticade
tono, y como ella bebia vinagre pasto para des-
terrar los colores del rostro para ser de moda= hoy
por esta ltima razn se rie de veras cuando se v
burlada; pues tiene ya tomadas de antemano sus
medidas para cuando llegue este caso. Asi es que
no lo estraa, y si algo la incomoda, es el no lia
berse anticipado la versatilidad del prfugo, ver-
satilidad que forma la base de su car.icler.
Tambin suele suceder que la doncellaespera
diez aos que se muera un tio de su amante, pa-
ra que este herede unas tierras, nica esperanza
del casorio. Lo regular es que el tio viva mas que
el sobrino, que si antes que l muere, ladoncell
se haya convertido en cecina. Entonces no falta
un pretesto para dilatar la boda; la liquidacin decuentas lo es, y muy plausible, para una ausencia,
y aunque en los primeros dius se cruzan c artas,
no larda en llegar saber laprometida,que el no-
vio ha echado profundas raices en sus haciendas: la
infeliz queda destinada a la mproba tarea de ves-
tir santos.
Finalmente, ladoncell de laborse casa con quien
puede y aqu es preciso hacer punto redondo.
La doncell de laborllega al empleo superior con-
cedido por las leyes al sexo hermoso, y se coloca
fuera del tipo; es preciso ubandonarla para descri-
birla de nuevo en la Modista en la Temiera, en
la
Cmica
, Quin es capaz de adivinar en lo
que puede convertirse una
doncella
Pero convierta
se en lo que quiera, el resultado es que general-
mente hablando, sale bien de casa de sus amo s, sino
sale de resultas de alguna quimera
:
al decir que sale
bien, entindase que sale con su agostillo hecho y
derecho, esto es, bien vestida y calzada, y con sus
propinas correspondientes para su prximo esta-
blecimiento: ya se sabe que estas propinas rega
litos de boda, son mayores si se casa gusto del
ama, si el amo la proporciona marido; porque
en tal caso da entender lo mucho que se interesa
en el bienestar futuro de sudoncella.
Concluyo este mal pergeado artculo, asegu-
rando al lector, que he conocido como unas qui-
nientasdoncell s de labor, y que todas me han di-
cho que descendian de padres ricos ilustre s: una
era hija de un comerciante que haba quebrado
fuerza de buena f: otra de un conde perseguido
por sus opiniones polticits.... la verdad en su lu-
gar. Yo respeto y aplaudo mucho el amor filial de
mis conocidas, y dejo que los dems piensen lo que
quieran: unas habrn dicho la verdad: otras ha
bran men udo, como los asturianos que llegan la
Habana, todos los cuales son hijos de Oviedo: pero
cosas son estas que karn fablar la piedras,si en
ellas en las cosas) paramos mientes, y cuyo exa-
men no se ha comprometido hacer el autor de
este artculo.
/ . AI. de Andueza.
EL GUILA.
Dedicada mi querido amigo Manuel Saenz
de Miera .
Por esa azu l magnfica campaa
Surco mares de lumbre y de arrebol;
Alzme dominando la montaa
Y vida hiendo hasta el conlin del sol.
Cbreme altivo el pabelln del viento
Brota un incen dio en mi pupila audaz
Cuando pierda su lumbre el firmamento
Yo encender en mi sol la inmensidad.
Hija de Dios levntume su trono
Y en el sueo es mi sombra su dosel:
Si del monte la cspide abandono
Es por hollar la inmensidad con l.
Al abalizar la sombra cenicienta
Las alas por el brego tend;
Djomc Dios-. Cabalga en la tormen ta
Y al punto entre relmpagos me hund.
Rod con los profundos ni|iiiloncs
Y mi voz resano la tempestad
E incendiando sus mu Ims nubarrones
Asom el rayla insolente faz.
Lanza le dije tu asombrosa lumbre
Arda en tu hoguera el aquiln cruel:
Yo ir
alumbrar tras tu esplendor la cumbre
Yo
que encend la eternidad con l.
l respondi inflamando el firmameato
Veamos ese mundo deslumhrar
Y ambos fuimos zumbando por el viento
Las cimas de los montes . espantar.
Una noche volando entre las breas
O el rugido escelso del can.
Rotas del monte las enormes breas
Dironme al punto asiento y pabelln.
Vi en la llanura al capitn valiente
Que altivo un mundo sujet sus pies
Marchando de un ejrcito la frente
Al rudo son del alambor francs.
Y vi corazas gorras y pend ones
Alzndose al estruendo militar
Como mudas magnficas visiones
En medio de la sombra resbalar.
Y o el relincho del corcel brioso
Y el grito ronco de la ardiente lid
Y al escucharlo el monte cabernoso
Sacudi con espanto su cerviz.
Erguido entusiasmando sus legiones
Al semi-dios triunfante contempl
Sbito entre el zumbar de los caones
Solt mi voz y a Napolen cant.
Y al surcar poderosa el firmamento
Entre lluvias de lumbre y arrebol.
Brot en la cima ensangrentado el Tiento
Con regia pompa al destellante sol.
Y hollando un cielo y otro turnulentft
Del hroe el nombre repitiendo fui
Djome Dios: Cabalga en la tormen ta
Y
contemplar el semi-dios volv.
Otro da en Us campos cirnales
Vi del Seor la esplendorosa fa r
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Goc sus resplandores celestiales
Y dm ir su sublim e magestad.
Contempl de aquel hroe la victoria
T de su gente el inmortal valor,
Dios Ale tendi su pabelln de gloria
El nombre al escuchar del vencedor.
T asombrando los orbes con su acento
Mandme recorrer la inmensidad,
Y al descender de su encumbrado asiento
Brot un incendio en su pupila audaz.
Contando"voy TO singular grandeza,
Para escalar la eternidad nac,
En las nubes descansa mi cabeza
Y los astros relumbran junto mi.
Cuando estallen los mundos desprendidos
Yo alzar el vuelo hasta la sien de Dios,
Y en los vientos buscndole encendido
Caer arrastrando el firmamento en pos.
Francitco Cea
A UNA NIA.
Nia que vives ufana
flor temprana
de la vida en el jardin,
sigas tras la ventura
insegura
de los placeres al fin.
Que en esta vida cansada,
fatigada,
cuando queremos correr
tras lo que llaman fortuna,
importuna
vrnosla desparecer.
Solo Tienen tras los aos
desengaos ,
no te asombres, dulce dueol
que en este mar de amargura
sin ventura,
(oda la vida es un sueo.
De galanes y de amantes
inconstantes,
no te cures presurosa,
ni te muevas al clamor
de su amor,
palabra solo pomposa.
Entiende que de tus flores
los colores
se marchitan al nacer,
y que de seguros males,
los cendales
el tiempo ha de descorrer.
Si algn palabrero amante
delirante
te jura amor cternal,
tmalo como el consuelo
con que el cielo
templa el hadu del mortal.
Por t el invicto guerrero
altanero
deja dla lid la huella,
y abandonando el ardor,
de su valor
depone tus pies su estrella.
Por t avaro el mercader
de su querrer
con oro comprar pretende
los favores regalados
deseados
de un fuego que el pecho enciende.
Mas su voz engaadora
seductora
desecha del corazn.
Pues sus ayes son ficciones
ilusiones
que trastornan la razn.
Que los ojos de muger
suele ser
lleno de encantos amor,
pero lo que el labio dice,
lo desdice
del pecho el voluble ardor.
Nia que vives ufana
flor temprana
de la vida en el jardin,
no sigas tras la vrntura
insegura
de los placeres al fin.
Que en esta vida cansada
fatigada,
cuando queremos correr
tras lo que llaman fortuna,
importuna
vrnosla desparecer.
Solo vienen tras los aos
desengaos,
no te asombres, dulce dueo
que en este mar de amargura
sin ventura
toda la vida es un sueo.
J. Garda de Gngorio.
Los diarios de Pars refieren la siguiente es -
cena de amor apasionado:
La seora N. que tiene un gabinete de lectura
en el cuartel Latino era el objeto mucho tiempo ha-
cia de las persecuciones de un joven estudiante ju-
rista el seor L... Muchas veces le habia espresado
su amorcon carta s y palabras apasionadas pero sieni -
pro fueron rechazadas sin com pasin.
El seor L.... cambi enton ces de lenguaje y en
vez de ruegos emple las amenazas que tambin fue-
ron intiles.
Hacia ya algunos dias que el seor L.... pareca
resignado a su su erte y no habia hecho ninguna ten-
tativa cerca de la seora N. cuando la noche del
14 cuando se acababa el gas penetr en la tienda y
de la tienda la habitacin de dorm ir donde esper
aquella seora. En el momento que se prese nt
se arroj el estudiante sus pies y sacando una
pistola del bolsillo y dirijindola su pecho la
amenaz con suicidarse si no ceda su amor. Al
ver la seora N. aquella ar m a se escap una ha-
bitacin prxima y anunci al seor L... que iba
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SEMANARIO PINTORESCO ESPAOL. 79
llamar en su socorro si inmediatamente no sa-
la de su habitacin.
Viendo pues la repulsa, abandon la plaza; pe-
ro apenas estuvo en el dintel de la puerta, se tir
un pistoletazo en el lado izquierdo del vientre y
cay enmedio de la calle. A la detonacin acudi
una guardia municipal, que trasport al seor L.. . .
al puesto, donde, despus de reconocerle la herida,
apareci poco peligrosa.
Aquel primer indicio, la turbacin que manifes
t el joven enam orado , su poca segu ndad en sus
declaraciones, inspiraron algunas sospechas; fuer
za de preguntas acab por confesar que la pistola
no estaba cargada masque con plvora; que no ha
hia tenido nunca intencin de suicidarse, y que so-
lo habia querido ensayar una de las escenas de la
bonita comedia de Scribe:
Tu amor la mu erte.
Varios individuos de esta capital h an recu rr
do al escelentsimo seor gefe poltico presentndo-
le los estatuios para la iiislitucion de una sociedad
cienlca, l i teraria y artstica ti tulada
El siglo,
que
lien; por objeto d ifundir los cono cimien tos que
cslen al alcance de la poca y de los jvenes que
piensan reunirse con el laudable y noble objeto de
ins truirse mu tuam ente , y propagar las c ienc ias y
las arles. El seor gefe poltico lia aprobado los es*
tatutos y ha concedido la autorizacin pnra que des-
de luego pueda formarse dicha sociedad, la cual pa-
rece quedar constituida muy en breve; porque en
una numerosa reunin que se ha celebrado con tal
objeto, se ha nombrado una junta interina de go-
bierno que se ocupa en b usca r un local y ad opt ar
las disposiciones conducentes para que el pensa-
mie nto se lleve cabo en toda su estensio n.
En los campos de Noves ha aparecido un gu-
sano cuya naturaleza se desconoce, y que acomete
el arbolado en trminos que ha consumido el fruto
de las olivas de aquel territorio. El seor gefe pol-
tico de Toledo en vista de que los vecinos de Noves
no han encontrado medio de estinguirel desconoci-
do insecto, ha adoptado medidas y pedido porme-
nores sobre la form a, tam a o, gn ero , especie
familia que corresponde, su manera de perjudi-
car los olivos y dems rboles, el progreso y tras-
cendencia del perjuicio, y dems particu laridad es
desde su aparicin, juntamente con un clculo de
los estragos producidos, con objeto
e
consul ta r
las sociedades cientficas.
Es indudable que se ha concedido al Sr. Sa-
lamanca el teatro de Oriente, mediante ciertas con
dicones, y el seor em presario del Circo piensa dar
la primera funcin en tan magnfico coliseo la no-
che del 10 de oclubre
r
cumpleao s de S. M .,dia en
que debe estar concluido el nuevo palacio del Con-
greso. Mucho nos alegraramos de que esta lti-
ma noticia fuese tan segur a con la p rim era.
Par ece que la cos tumbre de emped rar la
calles se debe los Cartagineses; pero es digno de
notarse que en las calles de Tebas, empedradas tam-
bin como las de Herculano , Pomp eya y dems
ciudades antiguas, no solo se observa lo dicho, si-
no que tambin se ven aceras en cada lado de la
calle. La ciudad de Crdoba fue empedrada me-
diados del siglo IX por el coarto calila espaol. Pa-
rs no lo fue hasta mediad os del sitlo X I I , poca
de Felipe II. Londres lo estuvo en el siglo XI y
Augsburgo en 181 5, espensas de un com erciante
muy rico.
La antigua y clebre fbrica pontifical de mo-
saico en Roma, que contaba en tiempo de Sisto V
mas de
8 000
ob rer os , acaba de ser transformada
por el Soberano Pontfice en una escuela de mo -
saico, donde se ensean todos los ramos de este
arte, y con particularidad la ejecucin de los gran-
des mosaicos, tales como los que se ven en Pom-
peya y en el Herculano, que podran servir para
adornar las fachadas y las paredes interiores de loa
grandes edificios.
Alejandro Dumas publica actualmente cinco
novelas en cinco de los princip ales diarios de P a-
ris:el Conde de Mon te Cristo, cu el Journal des f)e-
Ixtts;la Ueinn Margot, novela histrica del tiempo
de Enrique III , cu la l resse; la (uerra de las mu-
geres,
en la
Patrie;
la segunda parte de los
Tres
Mosqueteros,
en el
Siecle,
y otra de costumbres en
el
Ulobe.
Leemos en los diarios barceloneses:
Escriben de Perpian que acaba de formarse una
compaa respetable fin de hacer proposiciones al
gobierno para la construccin del camino de hier-
ro de Cette Burdeos, pasando por Narbona, que
dista 61 kilmetros de Pcrpan. Reconocida ade-
mas la posibilidad de hace r pasar otro camino de
hierro por el Porth us, que se halla 32 kilme-
tros de Perpian, si la Espaa estableciese uno de
Barcelona al Porthus, solo faltara construir en el
territo rio francs un trozo de 93 kilm etros para
unir Barcelona con las lneas de eaminos de hie rra
de Francia, y esta ciudad se hallara en comunica-
cin con Marsella, Burdeos, Pars y la Blgica. Di-
ce tambin la correspondencia, que se ha autoriza-
do una compaa para consultar los ingenieros
el punto donde esta lnea debera dirijirse en Ca-
talua, para que cruzndose con el de Sai Juan de
las Abadesas a Rosas, y ponindose en co ntacto con
el de Malar, proporcionase la industria catalana
por medio de estas rpidas comunicaciones, el de-
sarrollo que es tan acreedora.
Con el epgrafe
Los Hebreos en la Blica,
lee-
mos en un diario la siguiente curiosa noticia;
Sabido es que cuando los descendientes de Is-
mael vinieron conq uistar la Espaa en el siglo
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SEMANARIO PINTORESCO ESPAOL.
VIH
encontraron cerca
de
Iliberis
(que mas me
nos lejos estaba indudablemente junto
Granada)
colonias
de
israelitas,
de los que por
aqui vinieron
la
dispersin
de las
tribus, segn
los
libros
san
tos.
Es mas que
probable,
que
habiendo sido esta
1
.
da
de los
israelitas
Crdoba. Manifiestan
muy
grande antigedad,
y
sentimos mucho
no
poder
descifrarlos.
Al
menos
el
anticuario
que se
aventu-
re
(iba
decir,
que se
hazarde
y lo
creo frase
es-
paola) podra aprovecharsedelviajede supredece-
tierra ocupada
por los
fenicios,
el
industrioso
pue
llsor,
y
deber dirijirse
por la
loma dicha
deEl Ji
blo judaico acudiese tambin
esplotarla
con la
tao (porque
diz que
all tuvo
uno un
dinero
es-
actividad
y
astucia
que le
caracterizan.
Yno era
de
creer
que se
limitase
estacionarse
en las
faldas
de picacho
de
Veleta, cuando
la
capital
de los do-
minadoresy elpunto cntricode laHesperiame-
ridionaleraCrdoba que seenseorea sobreel lar-
go cursodelBetis, partiendolasdistanciasdel Me
diterrneoal mar de Poniente.
Y
el
antiguo nombre
de
Tartesus
que
lleva
es-
te
rio,
hace
muy
fundada
la
opinin
de que
sean
sus
mrgenes
el
territorio
de
Tartis
donde iban
las
flotas de Salomn; pues
mas
lejos
no
permita
la
navegacin de aquellos tiempos, y la portentosa
abundanciadeantiguas minas concurreaapoyarlo.
condido) frente
la
mina
deLas
Grajat (donde
yacen
dos
cargas
de
dinero
que el
bandido llama-
do Banderas cop losfranceses quele enforca-
ro nporende peroqueaunqueloapergollaron l,
no alcanzaronsacareldinero,ni losmuchosque
lo hanbuscado).
La existencia de esta interesante inscripcinla
vemosunapruebade que. unacoloniadelpueblo
de Israel habitaba el pais, la leyprimitivaera
cultivadaen Espaa y los caracteres hebraicosco-
nocidos.
Por lo dems,es facilsimo reconocerque los
hijos de Heber se aclimataron en nuestra patria.
Pero
no hay que
limitarnos
meras conjeturas
No
dicen
el
quvlduz
ni
leen
los
salmos
en
siriaco
sobre
el
antiguo establecimiento
de los
israelitas
ni
Cnlilico.
Van A
misa
y
rezan
el
rosario.
Mas
en Crdoba.
Su
permanencia ulterior
es
bien sabi-i
no
pierden
los
hfthilosde
su
prosapia.
Los
deseen.
da .
El
barrio
de la
Judera,
la
calle
de los
Judos,
sus multiplicadas sinagogas, ltima
de
ellas
la cr
mita Humada
hoy de
Santa Quileria acreditan
su
nmero
: y las
tradiciones confirman
sus
enlacen
en
el
pas,
y que
muchas
de sus
gentes solo admi-
tan
lu ley de
Dios, segn
la
predic Moiss,
de-
soyendo
la de
gracia.
En
esta poca
los
israelitas
se encontraban
ya
degradados
por la
misma perse-
cucin,
aun
cuando
sus
familias ostentan
hoy en
frica, donde tomaron asilo,
los
apellidos
mas
ilustres
de
Espaa.
Es sin
duda
del
tiempo prim i-
tivo
de su
establecimiento
el
monumento histrico
que vamos
referir.
Al norte
de
Crdoba corre
el rio
Guadiato, mez-
cla
de
rabe
y
griego
en su
nombre,
y que el Hia-
tus,
sea
Santo, parece
se le
apropi
por la mu-
dieutesde tal rnza llevan siempre consigo su ca-
racterstico. Su fchii lespone en evidencia,y su
tendencia n lausuralespregona. Para reconocera
los israellns entre nosotros,no senecesitamas da-
toquesaber quin lleva deinterspor eldinero
bajo slidas garantas2opor 100 ulmus.Crdo-
ba 21 delebrero.
Dicen
de
Sevilla:
Ocupa
en
estos dias
la
atencin
de la
acade-
mia
de
medicina
y
ciruga Mara
del
Rosario
P-
rez, natural
de
Ecija,
de
trece aos
y dos
meses,
los
cuales presenta
un
perfecto estado
de
desar-
rollo.
A
los
cuarenta dias
de
nacida
se
observ
el
crecimiento
de sus
pechos
y un
desenvolvimiento
Chedumbre
de
monasterios
que
cubran
sus
orillas,
1
i
e
" toda
s u
organizacin,
que era de
notar.
Al ao
hoy
tan
desiertas como
en
tiempo
de los
godos
y
1
Y medio tenia completa
la
denticin.
Su
estado
de
rabes. Antesdo l y juntoal Guarmio que esrobustez,lo abultadode susfacciones, laanchura
su tributario,seelevaunapirmide gigantescade
de
suscaderasy lasfuerzasquetiene, impropias
granito rojo,en cuyas inmediacioneshayunosin suedad, fueron otros tantos motivos que decidieron
mensos trabajos mineros
cielo abierto,
que los
a l
subdelegado
de
medicina
de
aquel partido
re-
rabajos mineros
cielo abierto,
que
inteligentes suponen
ser
sobre
oro.
Lleva
el nom
bre
deEl
Cerro
de
Pero Lpez,
sin que se
sepa
quin
fue
quien
le dio
nombre como
tantos otros
de Sierra Morena.
Se
compone
de
enormes masas'
granticas acumuladas,
que son
difciles
de
gatear
para llegar sucum bre, aunque vale la penael'
arrostrarlo, porque desde ella se domina el mas
mitirla
esta academia, como digna
del
mas escru-
puloso examen.
ADVERTENCIA.
En
1. del
actual
ha
cesado
el
plazo concedido
grandioso panorama;
y no
solo
se v la
mayor parte
V
0T l a
Empresa para
que los
Seores Suscritores
de la provincia deCrdoba, sino mucho "de la de tengan obcion la rifa mensual.En losucesivono
Sevilla, GranadayJan ,yalgode la de Malaga, y,se harn suscriciones para las provinciaspor me-
se alcanzan tierrasde Murcia, de laMancha,de
os
tiempoque el de seis meses, debiendo comen-
Extremadura
y aun de
Huelva.
Pues conlrayndonos,
en una de
estas masas
granticas,
hay
escalados unos caracteres hebrai-
cos,que son los que
creemos
de la
primitiva veni-
zar estasen 1. deEneroJuliodecadaao.
MADRID 1845:IMPBENTA DEVICENTE DELALAMA
Cali dtl Duque d Alba,
n 13
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