LA CUESTION DE& -ESTADO EN EL CAPITALIS~IO DEPENDIENTE
Norbert ' Lechner
-----==--
Problemas de los estudios de l a Dependencia.
Los estudios de l a denominada dependencia significan
un importante avance de las Ciencias Sociales en l a problmq- w tizaci6n de l a realidad latinoamericana, Tienen en común con
las teorías sociales de l a postguerra e l punto de partida: e l
subdesarrollo. Pero a. diferencia de los anteriores intentos
(teorías de l a nmodernizaci6nw y del "cambio social*) no se
reslkinge 61 análisis del subdesarrollo a un mero "retrasow
en imponer l a racionalidad burguesa. Se plantea e l subdesa-
r r o l l o como un momento in t rhseco del desarrollo d e l capita-
lismo a escala mundial; desarrollo y subdesarrollo capi ta l i s ta
forman un todo estructurado como proceso de dominacibn, Este
fenómeno, tematizado inicialmente en una perspectiva eurocentrista
como nimperialismow, es analizado ampliamente por l a comisi6n
~condmica de las Naciones Unidas para América atina (CEPAL)
como reiaci6n *centro-periferiaw, Los anbiisis de CEPAL dan
lugar a l llamado ndesarrollismon: un enfoque esencialmente
econ6mico del desarrollo de l a regi6n, desarrollo econdmico
centrado en una polftica de industrializaci6n como base para
un intercambio igual con los centros metropolitanos. De manera
implícita, e l ~desarrollismon contiene un proyecto polftico: \
fortalecimiento extensivo e intensivo del Estado (accibn gu-
bernamental) que en ausencia de una burguesía fuerte es e l
actor privilegiado para llevar a cabo l a s reformas estructura-
les. E l pensamiento precursor de CEPAL es superado en l a noci6n . .
de "dependencian en un doble sentido: 1) l a dep*encia.en-
globa l a s relaciones econbmicas en una situacibn integral de l a s . .
sociedades latinoamericanas .. -. ,. . . (dependencia estructural) ; 2) l a . . . e . . - A-- ' ! ' - dependencia enfatiza l a dominación radicada en las estmncturas
interhas. de . estos. . . . . - .. .paises - . . - . , - como determinante. de l a dominaci6n . . . . externa.
"
La situacidn de depwencia como'ob jeto de l a inves- --.
q 2
tigación empfric,a ha s i do planteado magistralmente en l a obra 1 . -
ya cGsica de Cardoso y Faletto: "Dependencia y Desarrollo en 1 1
América Latinaw y . Usando e l concepto de d.ependencia los
autores pretenden glotorgar significado a y a ,serie de hechos
y sikuaciones que aparecen conjuntamente en 'un momento dado
. y se busca establecer por su intermedio l a s relaciones que
.haced i.n.teligibles las situaciones empiricas & función dei
modo de conexión entre l o s c~mponentes estmcturales internos
y externos. Pero l o externo, en esa perspectiva, se expresa f .
.también como un modo particular de relación entre grÜpos y
clases sociales .en e l ámbito de las naclones subdesarrolladas.
'Por eso precisamente tiene validez centrar e l análisis de l a
. dependencia en su manikestación interna.. , En este primer,
pero hasta hoy mejor intento de concep~aiización, l a t~situacibn
de dependencian no alcanza mayor formaiizacibn. Tampoco es h
.necesario en l a perspectiva de l o s autores, puesto que u t i l i - , >
zan e l t6rmin0 q k ~ m ~ un tipo especifico de concepto rcausal- . ,
signif icantei -. implicaciones determinadas ~ o r ' un modo de
relación históricamente dado - y no como un concepto meramente:
im~dnico-causali que subraya l a dete&acidn externa
luego producir ~co~secuenciast internas." M& que de un
*
~arcloso,~ern&o Henrique/F'al&o ~ n z o : ~epndenc ik y De- sarrollo en ~mérica Latina, Siglo XXI, ~ 6 x i c 0 , 1969.
Ibid. p. 1 9 sg.
3/ Ibid. p. 20
concepto estr icto de dependencia
-ama de investig-ación - demostrando mayor fert i l idad que
muchos conceptos formalizados . E l objetivo de Cardoso y Faletto .-es e l anbiisis con-
creto del desarrollo de l o s paises latinoamericanos como re-
lación entre proceso económico, condiciones estructurales y
situaci6n histórica. Tal reiaci6n vertebra diferentes situa-
ciones de dependencia, todas e l las particularidades hist6ricas
de l a contradicci6n entre nacibn independiente y econoda pe-
r i f &rica.
La historia de l a s sociedades. latinoamericanas se
caracteriza e l esfuerzo de constituir un Estado nacional
en e l marco de una economía internacional. "El centro polztico
de l a acci6n de l a s hierzas sociales intenta ganar c i e r t a
autonoda a l sobreponerse a l a situación de mercado; l a s
vincuizciones econ6micas, s i n embargo, continuan siendo def i-
nidas objetivamente en funcibn del mercado externo y limitan
La - l as posibilidades de gecisión y acci6n autbnoma~.~~
tesis principal de ~a rdoso /~a le t to es que l a contradiccibn
entre l a (como unidad social relativamente autónoma) 1 .
y e l -.- desarrollo (vinculado a econodas centrales bajo pautas
definidas por los intereses de a q u e l l a s Y determina &a si-
tuwiÓn de depenCencia en cuanto "un tipo específico de re-
iaci6n entre las clases y .grupos que implica una situación de
dominio que c oniieva estruc turaimente l a vinculación con ei.
exterior." 6/ C
La dependencia no es un elemento externo a l a socie-
dad latinoamericana; se l a debe considerar ya como una - ;variable externa', sino que es dable analizarla a p a r t i r de
l a configuraci6n del sistema de relaciones entre las cf5-stui-
. t as clases sdciales en e l h b i t o . m i s m o de l a s naciones depen-
A diferencia de las relaciones "centro-periferiaa o.
nDesarrollo-subdesarrollo"f l a noci6n de dependencia se refiere
a l a sociedad en 'su conjuntd en cuanto estructura de domina-
ci6n social sobre l a producción y l a d i s t r ibuc ih de l a ri-
queza.'.; qlLa noci6n de dependencia alude directamente a las
condiciones de existencia y *funcionamiento del sistema econb
mico y 'del sistema poiftico, mostrando las vinculaciones entre
ambos,' tanto eri l o que se 'refiere al plano interno de los
paises como a l externo," Precisando más: l a noción de de-
pendencia. apunta a un 'andiisis integral de l a s estructuras \
&temas de determinada nacibn.' L a dependencia no es una re- $
iaci6n entre países, aunme se encuentre condicionada por l a
división internaci~nal:'.de$ traba jo,entre ellas. La inserción e
.peri£&ica en e l mercado mundial radica en l a estmctura de
clases y., por ende, en. las relaciones de dominacikn instarnadas
&' l a nación dependiente. llNo hay una relación metafísica
de dependencia de una naci6n a otra, de un Estado a otro. . . .
Estas relaciones se hacen posibles, concretamente, mediante
una red de intereses y de coacciones que ligan ynos grupos
.sociales a otros, unas clases a otras.'? LO que los autores
pretenden poner de manifiesto es nqge e l modo de integracibn
de las ec onomí as nacionales a l mercado int ernac ional supone
formas definidas y dist intas de interreiaci6n de los grupos
sociales de cada pafs, entre s í y con los grupos externosw y -- - . suponiendo que los influjos del mercado no son suficientes para
explicar e l cambio n i para garantizar su continuidad o su
direccibn -. entonces "la actuacibn de las fuerzas, grupos e
instituciones sociales pasa a' ser decisiva para e l análisis
del desarrollo. lo/ Resumiendo l a perspectiva de l a depen-
dencia, *la finalidad del an&lisis integrado del proceso de
desarrollo nacional consiste en determinar l a s vWiculaciones
econ6micas y poiftico-sociales que tienen lugar en e l . h b i t o . II/ -.
de l a nacibn.
Hace diez d o s que Cardoso y .Faletto junto a o t r o s
' miembros del Inst i tuto Latinoamericano de Planificaci6n ~con6-
mica *social ' (ILPES) como ' los soci6iogos Torres-Rivas, Qui jano, \
Weffort en didlogo con &onomistas'como Celso Furtado, Cibotti, . S
'Lessa y Sunkel, ina&uraron esta l ínea de investigacih. Hoy,
revisando los múltiples estudios ~obre '~s i tuac iones de depen-
dencia" podemos apreciar l a fecundidad del enfoque, pero t a m b i h
o C - Ibid. p. 162 . .
S Ibid. p. 28
Ibid. p. 29
sus trabas. La "perspectiva de l a dependenciaq1 ha mostrado
se,r uno de los impulsos más significativos a l a teoria m a r -
x is ta en l a Última década y es reconocida internacionalmente
como un aporte importante a l estaco actual de l a investigaci6n a
social. En ~mérica Latina su influencia académica esta fuera
de dudas; l a rnayorh de l o s estudios socio~6gicos se inser-
tan de alguna manera en .esta corriente de pensamiento. La
nocibn de. dependencia, quizás por su mismo carácter poco . preciso, se ha transformado- en un qlsentido comÚnn intelectual.
Llama l a atención, s in embargo, que a diferencia del *des+
rrollismon no haya encontrado una traducción política-práctica.
La refiexibn teórica sobre las situaciones de dependencia no \
se ha vertido en un proyect.0 político. No ha tenido una in- ,
fluencia marcada en los progamas de los gobiernos pr&resistas . .
de l a regi6n; n i siquiera en Chile, donde se desarro116 mbs
ampliamente. Considerando e l importante papel que juegan los
acadhicos en l a polí t ica latinoamericana, incluso dentro de
los partidos populares, sorprende su c o n f i n ~ i e n t o a l o s cfr-
. culos 'intelec tuales-universitarios . Las causas ser& varias,
+pero -quiero destacar una.'que reside en e l mismo enfoque. Los
',. 'estudios sobre l a dependencia, d i d a yo, no han logrado de-
terminar l o que era justLunente l a finalidad 4el análisis: "las
vinculaciones ecoribmicas y poiitico-sociaie~ que tienen . lugar
5 b. 1
Ii No me refiero a l .uso c o h de l a palabra (hablando por ejemplo de l a dependencia de los Estados Unidos' del petróleo árabe), que vacia l a noción de todo contenido para desembocar en una intemlependencia de, tobo con . . todo.
en e l h b i t o de l a naciónw. E s decir, no logran establecer
l a mediación entre Sociedad Civil y Estado en América Latina.
Plantean e l problema politico central del continente, pero
no l o resuelven. Y al no resoiverio te6ricamente no contribuyen
a elaborar un proyecto poiftico - que apunte a su superaci6n
práctica, . - . . -
La fa l ta . de mayor elaboracih-te6rica de l a situaci6n
de dependencia, capaz de orientar acciones prscticas, radica
en l a f a l t a de problematizaciÓn de algunas categorias. A s i
cuando se habla de clases sociales o de Estado nacional.
Con demasiada facilidad l o s estudios se refieren a burguesía
o proletariado - para luego %ecuperarfl l a realidad m& con-
pleja en nociones indefinidas como pueblo o masas. E l &&asís
w program&tico en l a estructura de clases no ha sido acompañado
por un s i m i l a r interés de investigaci6n. De manera s i m i l a r , se . asume l a existencia de un ~stado-nación s in mayor cuestiona-
miento: hay un poder central, por l o tanto, hay Estado. Con-
fundiendo a l Estado con e l aparato estatal , se borra como pro-
blema tanto l a naturaleza del Estado como l a s funciones de , .
l a acci6n gubernamental, En resumen, existe un desfase entre
l as sugerencias prometedoras del programa de trabajo y e l valor
informativo'de los anslisis. Empero, e l desfase no s e resuel- e
ve por-un lfamado a más y mejores estudios empíricos. E l avan-
ce de las investigaciones empíricas supone un avance en l a
a reflexi6n te6rica y en i a precisión metoiloibgica. W -
S e q u i e r e , por ejemplo, 'un replanteo de l a misma noción de dependencia por su "biash ideoi6gico.- La msituaci6n de dependenciaqt se refiere a una dominaci6n interno- externa, circunscribiendo l o existente a l o dominante. E l l o induce a l investigador a enfatizar e l a n ~ l i s i s de l "bloque dominantevt en desmedro de l a s fuerzas de negación, redu- ciendo as í l a realidad a una chata positividad.
E l enfoque "dependentis.tafl gira en torno a un doble
eje: l a mediación entre l o econ6mico y l o político y entre
l o externo y l o interno. La innovación que introduce e l en-
foque a l an j i i s i s social es pos tu~ar una conjunci6n entre
ambas relaciones. Se t ra ta de determinar l a articulaci6n
entre economia y política en mediación con l a articulación
entre h b i t o universal y espacio nacional. Las dificultades
son m61tiples tanto en e l an6lisis empírico como en l a cons-
truccibn tebrica. Quiero presentar dos de los problemas apa-
recidos ek e l debate, pues ilustran bien e l interks cognitivo
subyacente a los estudios sobre l a dependencia y permiten
vislumbrar e l contexto en que se plantea l a cuesti6n en ~ m &
rica' Latina.,
. - . E l primer problema se refiere a l a reiaci6n entre aa
noción de dependencia con l a (una) teoría del imp&ialismo.
Bechazando l a tentación de pretender ser una representacibn
categorial-lógica de l a situaci6n de dependencia, e l enfoque
esquiva e l peligro de una teorfa recortada y, por ende, farsa.
Pero en l a medida en que l a descripcibn concreta de l a depen-
dencia acepta l a "teorfa" leninista del imperialismo como
supuesto tebrico y marco real, comparte con aquella l a s dudas
sobre su validez. Una y otra- se basan en l a e x p q s i n de los
países capitalistas desarrollados, dejando as í de a n t d o e l
surgimiento del moderno Estado t e r r i to r i a l ( ~ s t a d o nacional)
fuera del análisis. Tenemos investigaciones históricas sobre
e l desarrollo del Estado nacional y su vincuiacibn con e l auge L -
del modo. de produccibn- capitalista, pero no se tematiza a l
~ s t a d o como e l espacio político'del capital. D e ahi l a
dificultad hoy en día-por establecer l a reiaci6n entre e l
Estado nacional y e l proceso de internacionalizaciÓn del capital.
La mundializaci6n de las relaciones capital is tas de producci6n
sugiere sospechar de un "capitalism6 nacionaln como adecuada
unidad social del proceso econ6mico. No sería e l mercado
mundial l a totalidad, de l a cual e l capital nac-ional y e l
Estado nacional no son sino un momento? D e ser l a anatomía
del hombre una clave para l a anatomia del mono, e l análisis
del actual proceso de universalizaci6n del capital podría con-
t r ibuir a comprehender l a canstituci6n del' Estado nacional
como un momento histórico de su desarrollo, En lugar de re-
f e r i r l a dependencia a l a expansibn, habría que analizar l a
esfera nacional como forma histbrica d e organizacih de . l a
articulación entre lo econbmico y l o poiitico a escala mundial.
Sin avanzar esta l h e a de reflexibrr, me limito a.plantear l a
hip6tesis para destacar mejor, cdmo e l enfoque de l a reiaci6n
externo-interno excluye e l espacio político,
E l segundo problema inherente a l enfoque de l a depen-
dencia aborda más directamente l a cuestión del Estado, .por
cuanto gira en 'torno a l a relación ,entre l a estruc.tura de
clases' y e l Estado nacional., Tematizando l a situaci6n de
dependencia en l a contradicci6n entre naci6n soberana y econo-
mia subordinada e l l ibro de ~a rdoso /~a le t to provocó malentendidos
sobre e l status del análisis de clases. Awique l a obra esté
centrada en los diferentes tipos de alianzas de clases en cuanto
estructura interna de l a dependencia, e l marco de referencia
de l a naci6n pareciera privilegiar una noción de dependencia
como relación de dominación externa. Se t ra ta de un problema
eminentemente politico; perspectiva wnacionalw y perspectiva
"clasistaw de análisis son vinculadas a posiciones de "libe-
raci6n nacionaln y qtemancipaciÓn socialq*. Probablemente exista
acuerdo que l a situación de dependencia no se agota en una
reiaci6n entre naciones n i en i a reiaci6n entre i a s clases
sociales., Por un lado, e l conflicto social, teniendo un con-
tenido general, se desarrolla bajo &a forma nacional. Por
e l o t ro , l a estructura de clases, delimitada por e l marco na-
cional de un Estaco, está determinada por e l proceso del capi-
t a l a nivel mundial. La dificultad que ofrece l a situacibn
de dependencia es l a no-congruencia entre espacio económico
y espacio politico. Marx pudo hablar de l a s t s h t e s i s de l a
sociedad burguesa bajo l a forma de Estado"; e l Estado resume \
l a estructura de clases. Los supuestos del análisis de Marx ' s.
no se dan en ~rn6rica Latina: n i l a estructura económicci con-
cuerda con l a organizaci6n estatal n i se han impuesto inte-
gralmente l a s relaciones capital is tas de produccibn. Ambas
, condiciones - l a dependencia del mercado mundial y l a hetero-
geneidad de las relaciones de produccih - impiden una me- . ,
diación sidple entre sociedad C i v i l y Estado. D e ahf l o insa-
t isfactorio de las estrategias de investigación propuestas.
. . E s a través de estos dos problemas que intentaré a
' continuación despejar ' e l terreno en que 'se plantea l a cuestión
del Estado.
Dependencia e Imnperialicm?
1. Para Imi "el concepto de ¿iepen¿iencia estructural
corresponde, complementaria y antit&ticamente, al concepto n de imperialismo. Uno es desarrollo del otro, a l mismo tiempo
w e uno y otro se constituyen recíprocamente, como expresiones
necesarias de l a reproduccibn ampliada del capital en escala
mundialq1. La dependencia es l a contrapartida interna de
l a s relaciones, los procesos y l a s estructuras imperialistas
externas.
Weff o r t en cambio, no ve establecer al&
entronqge teórico serio entre una teoria de l a dependencia
y l a teoría del imperialismo. Mientras aquella parte de l a
nación, ésta parte de l a s relaciones de producci6n. La teoría
del ,imp&ialismo formularfa una fase particular de l a s leyes
generales del desarrollo capi ta l is ta , encontrándose a m
nivel teórico diferente de los an&lisis de las concreciones
hist6ricas en procesos de desarrollo capital is ta nacional.
"Es a nivel general, supranacional, a l nivel de l a s relaciones
de produccibn, que e l asunto de l a s posibilidades de desarrollo
I-i, ~c tav io : La dependencia estructural, en Comercio, Exterior, ~ 6 x i c o Diciembre 1971.
. . . Ibid. p. 1131, similar p. 1138
. \ a ~ e i f o r t , h'ancisco: Notas sobre l a "teoria de l a depen-
dencia, teoría de clase o ideologia nacional? en Revista ~atinoamericana de Ciencia ~ o l i t i c a , Santiago, Diciembre 1970. - . .
del capitalismo en &rica Latina debe c o l o c a r ~ e ~ ~ d e l - ~ i s m o
modo que a este nivel sería posible intentar encontrar a l g h
lugar teárico definido para una >'teoría de l a dependenciaqf.
PO; mds que se hable de dependencia interna es inevitable
volver a l asunto de l a dependencia externa. Eri otras pa-
labras, l a nteor%a de l a dependencian parece girar en torno
de al& t i p o de teoria del imperialismo, l a c u e s t i h es
saber a cuál t i p o de teoríaw. u Cardoso -/ rechaza e l kperialismo como Mtelequia
que condiciona s61o desde e l exterior e l proceso histbrico
' de l o s paises dependientes. NO' existe unadistinci6n meta-
f i s ica enee los condicionantes externos y l o s internos.
La perspectiva de l a dependencia 9rdesplaza l a expiicacidn
d e wi simplista del condicionante' externo sobre e l , I
interno hacia una concepci6n m& integrada de las relaciones \
de l a s partes que componen e l sistema capital is ta mundialqt. o/
Se* Cardoso no es p'bsibie pensar en dependencia &n cuanto
concepto totalizante n i en una "teoria de l a dependenciam. ' Wo hablamos de l a dependencia en general, sino de situacfones
de dependenciaw.g la situaci6n de dependenc& debe ser
explicada a p a r t i r de los conceptos de l a teoría.Qel imperia-
- limio. Se ' t ra ta de reelaborar l a 'tearia dei imperialismo
Ibid. p. 398 . . Cardoso; Fernando Hemique: " teoda de la dependen&$il* o
ansl is is concretos de situaciones de dependencia'? en Cardoso: Estado y sociedad en América Latina, B s .As, 1972. . . . . - - . Ibid. p. 138
a Ibid. p. 147
- 13 -
de Lenin, que en principio seguiría siendo válida. 21/
Los enfoques qldependentistasll aceptan, con modifi-
caciones menores, l a teoría leninista del imperialismo. Cabe
* preguntarse si e l l a otorga un funaamenko teórico a los anblisis
hist6rico-concretos de situaciones de dependencia.
E l an&lisis de .Leni se basa en e l concepto de
monopolio en un doble sentido: 1) socializaci6n de l a produc-
. ción como fundamento de l a posibilidad histórica del socialismo
y 2) putrefacción y violencia como fmdamento de l a necesidad
histórica de l a revolución. E l monopolio en cuanto f i jaci6n
administrativa de precios, que asegura beneficios s in necesidad
de innofr@.ón técnica es l a putrefacción del capitalismo. La
cpmpetencia l ib re es. sustituida por l a competencia imperialista
en e l mercado 'mundial. Esta es cualitativamente meva, Aparece
a& e l monopolio en cuanto violencia. E l desarrollo desigual
conduce a l a lucha de l a s naciones por la . repartición del mundo.
La violencia est6. dada por l a existencia de los monopolios y
por l a correiaci6n de fuerza entre los monopolios. .\
. En t6mninos estrictos, e l s tatus teórico del análisis
a .
leninista es dudoso. Por ejemplo, caracteriza l a fase imperia- e
l i s t a del: desarrollo capital is ta por l a monopolizaciÓn; como
conS.&?uencia e l mercado alcanzada un forma conjunta (mercado
% m d i a l ) que está a disposición de los monopolios. E s decir,
el análisis de Lenin está centrado en e l mercado y en e l . .
Ibid. p, 144 y1199 SS.
a Lenin, V.I . : " E l imperialismo, etapa superior del capitalismc* en Obrqs Goppleta , E. x X I I I , Ed. Cartago, Buenos Aires 1970.
- 14 -
movimiento de l o s capitales individual-es en e l mercado.
Concibe l a competencia igual como e l l a aparece a l o s pro-
ductores: como lucha pm e l niercado. según Marx, en cambio,
l a competencia s61o puede ser estudiada una vez comprendido
e l "capital en general". Lenin no presenta estas mediaciones,
no desarrolla e l monopolio a p a r t i r de l a ley Be valor. ' De.. ahf
que l a violencia aparece dada por l a existencia de l o s monopo- - .
l i o s y no como consecuencia de l o s imperativos de realización
del capital. Lenin tampoco desenvuelve e l concepto de desa-
r r o l l o desigual, aunque l o postule como contradicci6n principal.
En resumen: aunque Lenin haya queriuo enfat izar e l análisis
qonórnicq (cf, prólogo de 1920) no explica l a manatomia de
l a Sociedad C i v i l n . ~ e n i n no ofrece una representacibn cate-
gorial del imperialismo sino solamente una descripci6n histórica.
Es to no disminuye e$ v'alor de 1i investigación; sobre todo, J
considerando l a perspectiva pol$tica de l a obra. Pero dif f&il -
mente puede llamarse "teorían l o que es una generalización
empírica de determinadas formas de aparecer del capital. -
&l malentendido no es casual s i tbemos en cuenta
l a concepci6n de ciencia que expresa Lenin en un trabajo tem-
prano. Sus afirmaciones en 'Quienes son los amigos del pueblo?"
levantan t res objeciones. 1) S i m i l o r al ' enfoque positivista
proveniente .de l a s ciencias Naturales, Lenin identifica
ciencia. con e l t es t .experimental, basado en l a repetición y l a
verificación. Presenta a l materialismo de M a r x como %na idea
genial" distinguir fén6menos ímportan&s. de 10s -
accidentales, "observ~r l a repetición y. l a regularidad y sin- " -
te t izar los sistemas de los diversos paisesn, l o @e hace
. - posible 'tpasar de l a descripciÓn.de l a fenómenos sociales a
SU ansiisis c i e n t f f i ~ o , que subraya, por ejemplo, qué es l o d que
diferencia U un país capital is ta del otro y estudia qu6 es l o
c o h para todos ellosP1. Lo que en tiempos de Marx era una
hipótesis, e l proceso histórico se habrfa encargado de trans-
formar en "una tés i s científicamente demostrada91. E s decir,
Lenin entiende a l materialismo histbrico como un método que
se aplica al material histórico en miras de formar hip6tesis y
determinar generalizaciones. 2) La dialéctica es ,para Lenin
l a Última palabra del método cientifico-evolucion&io. Es
un método de validez general, por encima de l a historia. " S i
l a aplicación del materialismo a l andiisis y l a explicación de
una sola fomaciÓn social ha dado resultados tan brillantes
es completamente natural qye e l -mater.ial.ismo aplicado. a l a
historia no sea ya una hipótesis, sino una t e o d a cientifica-
mente comprobada; es completamente natural que l a necesidad de
semejante método se extienda también a l a s dem& formaciones
socialesn, 2-/ 3) Esta concepci6n de vtm&odo aplicado" se
expresa igualmente en su identif icación de exposici6n h i s t b
r ica de determinado proceso y su representación 16gica. A
diferencia de Marx, Lenin asimila e l desarrollo de las cate-
gorías * (secuencias ibgicas) ai desarrolib rea l del proceso so-
c i a l (secuencia histórica). De &, que Lenin separe
\
Lenin, V.I.:wQuienes 'son los iamigos del peb lo i y como luchan contra l o s socialdem&ratasfi, en-%as Escogidas, Ed. Cartago, Tomo 1. Ib id . p. 71 sg.
nitidamente econor& mercantil, capitalismo e imperialismo
como .fases cualitativamente diferentes . E l malentendido
sobre l a deducción lógico-categorial Cel capital (entendida
como mero ¿lesarrollo his t j r ico) conduce a Lenin a abordar
las nuevas formas del capital en su época mediante l a reco-
lección de datos que a través de hipótesis, generalizaciones
y verificaciones permita definir ' l a s nuevas categorias . 11. . Las objeciones a l a obra de Lenin sobre e l imperia-
lismo radican distinción entre inves-
tigaci6n empírica, Para precisar e l problema conviene inter-
calar un breve excurso sobre l a dialéctica en e l pensamiento
de Marx, especialmente sobre l a discutida relación entre
analisis lógico y proceso histórico. En e l centro de l a obra
¿!e Marx y Engels se encuentra nuna sola ciencia, l a ciencia
de l a historiaqt. 25J Para l a nueva ciencia, P@tan pronto como
se expone este prqceso activo de vida, l a historia deja de s e r
una col.ecci6n de hechos muertos, como l o e3 l o s em&ristas,
todada abstractos, o una acción imaginaria.de sujetos imagi-
narios, como p a r a los iGealistas. Recon6ciendo l a base
terrenal Se l a historia, reconocen que l as ideas son momentos
de' l a praxis material y que, poT l o tanto, so io pueden ser
criticados mediante e l aerrocmiento práctico de las relaciones . . - . . -
y Marx-higels: ,Die deutsche 1deologiL, l&N -3 , p. 8 (primer textoj.
26/ Marx-Engels: La ideología alemana, Ecl. Pueblos Unidos, Montevideo 1968, p .27 . .
. . . ..
socialese Marx formula ya en 1845 , e l . nuevo postulado del tra-
bajo cientifico: se t ra ta de transformar e l mundo, no de inter-
pretarlo. Para e l lo l a ciencia debe llegar a ser fruto- Cel
movimiento histórico, La ciencia seguirá construyendo casti-
l l o s en e l aire, mientras no sea conciencia de una clase
"en y pcara si". N ser conciencia del proceso social, reco-
nociendo l a negatividad ¿le l o existente y haciéndose órgano
de e l la , l a ciencia deviene prohcto consciente Be1 movimiento
histórico. La c r i t i ca deja de ser dcxltrinaria y se hace , . re-
volucionaria.
E l l o no significa, s in embargo, identificar e l cono-
cimiento con l a l i is toriograf~a de su objeto. E l proceso cog-
si t ivo ' tiene su autonomia. nLa reflexión acerca de l a s formas
de l a vida humana, incluyendo por tanto e l an&isis cientff ico
de ésta, sigue & general ,un camino opuesto a l curso r e a l de
las cosas. Comiema post festum y arrjnce, por tanto, de l o s
resultados preestablecidos del proceso hist6rico. Las formas
que convierten a l o s productos del trabajo en mercancias y que,
como es natural, presupcnen l a circulación de éstas, poseen
,ya l a firmeza.de formas naturales de l a vida social antes de
que l o s hombres se esfuercen por explicarse, no e l carácter . ,
histbrico de estas formas, que consideran ya algo inmutables,
sino su contenido".W A l a vez, e l proceso 1iZ~t6rico es abierto, no reducible a una lógica especulativa. E l capi ta l
surge históricamente, pero una vez que l a s Pkondiciones de su
devenirn se transformen en los nresultados de su existenciam 28/
Marx, K a r l : Elementos fundamentales para l a c r í t i ca de l a econornia política (~rundrisse) , Siglo XXI, t . 1 , B s . A ~ . 1971 p .Wl.
puede ser analizado -en S-i m i s m o . Este i á i i s i s i6gico no es
a-histbrico. "LOS economistas burgueses, que consideran a l
capital como una forma productiva eterna y conforme a l a na-
turaleza. - (no a l a historia), tratan siempre. de justificarlo
tomando las condiciones de su devenir por las condiciones de
su realización actual." ni cambio, l a copstrucci6n teórica
en Marx remite a l análisis histórico. .llNuestro método pone
de manifiesto l o s puntos en los que tiene que introducirse e l
análisis ñistbrico, o en l o s cuales l a economia burguesa corrio
mera forma histórica del proceso de producción apunta m& a l l á
de s i misma a l o s precedentes modos de producción hist6ricos.
% Para &alizar ;as leyes de l a economfa burguesa no es nece-
s a r i o , pues escribir l a historia real de las relaciones de 3oJ
producciÓnw . E s decir, distinguiendo entre análisis 1Ó-
gico y & i l i s i s hist6rico se t r a t a de evitar dos errores. Por
un lado, e l proceso de abstracci6n realizado en l a construc-
ción teórica no es una i6gica ~autosustentadaw; parte de
concreciones históricas. "Las categarfas m$s abstractas, a
pesar de su validez para todas las épocas, son no obstante, en
l o que hay de determinado en esta abstracción, e l producto
de condiciones históricas y poseen plena validez selo para estas
condicione's y dentro de sus l h i t e s P 1 . Sea, hay que determinar
Ibid . p. 421
u' Marx, K a r i : ~ntr&cción general a l a c r i t i ca de l a economfa ~ o l i t i c a /1857, Pasado y Presente, ~6raoba
l a diferencia especifica (hist6rica) de l a abstraccibn
para no caer en "10 abstractorr se& e l significado peyorativo
que l e da e l lenguaje co&. Por e l otro lado, i a construcciÓn b
tebrica no reproduce l a historia real ( l a cronologfa) de l o s
fen6menos que coiweptualiza. n ~ e r í a impracticable y erróneo
alinear las categorfas económicas en e l orden en que fueron
histÓricamente determinantes. Su orden de sucesión está , en cambio, determinado por l as -relaciones que existen entre
e l las en l a moderna sociedad burguesa. t , 3 2 /
Hay un primado c o ~ t i v o de l a ibgica sobre l a
historia. La historia es e l punto de partida de l a concep-
tuaiizacibn y l o s conceptos son e l resultado de l o históri-
camente dado. Pero e l despliegue del concepto no es e l
. . desa.rrollo histórico. La teoría es l a construcci6n de l a
articulación lógica de las relaciones a l interior de l a ,
moderna sociedad burg-uesa. a E 1 ~ $ i l i s i s hist6rico en , -
Marx no se refiere pues a una historia narrativa sino a
un concepto construido. 2/
Distinguir entre una descripción his t Órico-concreta - y un análisis lÓgico-constructivo no establece una dicotomía
entxe l o fáctico y l o lógico. Para Marx l a dialéctica no es h .
h a subsuncibn de qna masa de casos bajo un principio general. 35/
32 Ibid. p. 28 / .. . . ,
Ib id . p. 29
Cf. Schmidt, A l C r d : Geschichte und Stnuttur, ~ m c h e n 1972
u Marx, carta a h g e l s del 9 de Diciembre d e -1861; en MEN 30; p. 207. -.
~enórrnenos como distribuciÓn, intercambio, consumo no son
una suma caótica de datos f i j p s ; forman momentos de una to-
talidad, distinciones en e; interior de una unidad creada , por l a producción. En este sentido l a dial&ctica es un do-
ble movimiento: p a r t i r de l o concreto y real para llegar
a abstracciones caca vez más sut i les hasta alcanzar l a s de-
terminaciones más simples, Llegado a , e s t e punto, volver de
l o abstracto a l o concreto, reconstruído como l a sintesis ¿le
mfiltiples determinaciones, como unidad de l o diverso. La
abstracci6n lleva a l a l'reprducción de l o concreto por e l
camino del pensamientow. La reconstrucción lógica no se con-
funde con l a historia concreta. PIElevarse de l o abstracto
a l o concreto es para e l pensamiento sólo l a manera de apro-
piarse l o .concreto, de reproducirlo como un concreto espiritual. I
Pero eso no es de n ingh modo e l proceso de fomaci6n de l a
concreto mismou . La unidad de ambos momentos radica en
su carActer social: "el sujeto - l a moderna sociedad burguesa
en este caso - es algo dado tanto en l a realidad como en l a
La %soc$e?acl es sujeto a l a vez del desarrollo his-1 . ,mentett. - - .
tórico y de l a c r í t i ca cientffica.
A pesar de i énPasis en e l anAiisis 16gic0, l a teoria
no es pues una construcción a priori . La Fepresentaci6n con-
ceptual supone una investigación empírica. E l m & d o de in-
vestigaci6n "ha de tender a asimilxrse en detal le l a materia I
investigada, a analizar sus diversas formas de desarrollo y a
. .
Marx, K a r l : ~ntroclucción General (1857), p.21 sg.
Ibid. p. 27
descubrir sus nexos internos. ~ 6 1 0 Eespués de coronada esta
labor, puede e l investigador proceder a exponer adecu&amente 0 e l movimiento' real. Y s i sabe hacerlo y consigue ref le jar
idealmente en l a exposici6n l a vida .de l a materia, cabe siempre
l a posibilidad de que se tenga l a impresibn de estar ante una ,,a construccidn a priori.
La teoría es l a reconstmcci6n lógica del q'sistemao
en cuanto historia GeveniGa. Frente a un estructuralismo
althusseriano hay que i n s i s t i r en l a historicidad del qlsistem~". 39 Las categorias no pierden su huella histórica,Jy "a~untan
a un pasado que yace detrás de este sisteman. 4s/ Concc iendo
l a s estructuras presentes no sólo se obtienen indicios sobre
e l pasado sino, sobre todo, sobre l a s fuerzas que trascienden
l o exist&nte. *Este análisis correcto lleva asimismo a puntos
en los cuales, prefigurando e l movimiento naciente del futuro,
se insin6a l a abolición de l a forma presente de las r e l~c iones
de produccibn. S i por un lado las fases preburguesas se pre-
sentan como supuestos puramente hist6ricos, o sea abolidos, por
e l otro l a s conGiciones actuales de l a producción se presentan
como aboli&¿lose a s i m i s Y Por tanto ccXno poniendo 10s
supuestos históricos para u n nuevo ordenamiento de l a sociedad.d", o/
. .
N w x , K a r i : E i Capital, t.i., p. ~ I i i *
!cf. Marx,'Karl: El Capital, t.1, p. 123. Dejando SE-lado e l proceso histdrico se cae en e l materialismo abstracto de l a s ciencias naturales (Itiid. p. 303 nota).
Marx, K a r l : Elemento fundamentales, p.422 o/ Ibid.
I
-22 - Las cctrinc turas son momentos '5% j c t ivdos 2el proccsn liistbrico.
La escuela althusseriana no ve que en Marx l a exposicibn de
l a 16gica objetiva tiene una perspectiva crí t ica. Marx de-
f ine su tarea como c r í t i ca de las categorias de l a economia
burguesa." "Es a l a vez exposición del sistema y a través de
l a exposición su critica.:' W Mcvx no se limita a presentar
, e l sistema de l a s estruchu^as como objetividad divorciada de
l a praxis social. A diferencia de l a economía clásica no
. busca leyes eternas de una evoluci6n casi-natural a l a cual
sobreponer una imagen abstracta del hombre. Para M a m c e l t
desarrollo de l a riqueza social e s t j vinculado a l desarrollo
del individuo. >'Pero, i n fact , s i se despoja a l a riqueza
-de su limitada forma burpesa, qué es l a riqueza sino l a
universalidad de las necesidades, capacidades ,. goces, fuerzas
productivas, etc., de l o s individuos,' creada en e l intercambio
universal?0t o/ \ ,
1
. s . - .
o/ < - \ ,
Marx, car ta a Lasalle del 22 de Febrero de 1858, en MEW 29, p. 550
3/ Marx, K a r l : ~ l & e n t & fundamentales, p. 447. \
* .
111 LO'S estudiosos latinoamericanos de la dependencia e.s - tan conscientes de la distincion señalada. : Los-trabajos so-
* bre las situaciones de dependencia no .pretenden ser una re- - presentación lógica que desarrolla categorialmente el proce-
so del capitalismo en América Latina. Se entienden como inves
tigaci8n histórica que analiza los.fenómenos concretos en mi-
ras de su conceptuaiizaci6n. Frente a las objeciones de We-
ffort a una "teoría de la dependenciau Cardoso reiteró que
"no hablamos de la dependencia en general, s.ino.de situaciones 44 de dependencian Ello no significa renuncia a la explica-
ción, al estudio de la lógica del proceso social. No confun-
I dir un concepto llhistórico-narrativoll de la sociedad con un \
concepto ~te6rico-con~tructivo~~ es el primer paso para deter-
minar el desarrollo del capitalismo a trav6s de la relación re
cíproca entr<lógicall e llhistoriall, o sea para determinar la - articulacih interna del capitalismo. a través de las formas .
. . .
particulares en que aparece,
La duda no $e refiere al cardcter' de los estudios so-
bre las situaciones de dependencia en Am6rica Latina sino a su
supuesto explícito: la existencia de una teoría del imperialis- 9
mo. "Teoricamente, el concepto'. de dependencia es trefle jo @ ", 45
afirma Cardoso /, a sea que surge de la instauración de un
modo de producción que supone la acumuiaci6n por medio de mo-.
J
44 / Cardoso, Fernando: Estado P.147 y 150
45 Ibid p. 141. J
y Sociedad en ~mérica Latina. .
nopolios y del reparto del mundo entre naciones imperialistas,
como díria Lenin. Será explicado por conceptos que constitu-
yen la teoría del capitalismo en la fase imperialista; no ex-
plicará - obviamente - al imperialismo9. Hemos visto arriba
los argumentos por los cuales sería erróneo considerar el anb-
lisis de Lenin una llteoríall. Se trata de una. descripción his-
tórica y lo .que tenemos sobre la fase actual del proceso del
capital a escala mundiall'son grandes esfuerzos de investiga - ci6A histórica. En esta empresa se insertan los trabajos la-
t inoamericanos ,
La referencia a una supuesta teoría del imperialismo,
y especialmente a la obra de Lenin, tiene por consecuencia que
las posteriores investigaciones históricas se 'encuentren limi-
tadas por el marco conceptual fijado por aquella. Es así que
los estudios sobre la dependencia vinculan el'fenheno a la
expansión de los paises industrializados con economía auto-
centrada. "La dependencia empezó históricamente con la ex-
pansi6n de las economías de los países capitalistas origina-
rios1# -/ Se percibe la insuficiencia del análisis leninista ' para, las. situaciones contempordneas de dependencia que se dan
en países &ya industrializaci6n se realiza bajo el control.
46:/ Cardoso-Faletto: Dependencia y Desarrollo en &ri& L& tina. p. 24.
- 25 - 47
del capital financiero internacional. --/ Sin embargo, el su- ? . puesto de la ttte~rfalt leninista impide, que la preocupación - - por la actual internacionalización del capital problematice
la concepción clásica del imperialismo. Esta, en su acepta-
ción corriente, se define por la expansión de un capital na-
cional originariamente interno y su creciente reproducción ex-
tema. La definición del imperialismo implica pues como su-
puesto la parceiaci6n del mercado mundial en economías nacio-
nales. La fijación del proceso de acmlacih del capital
en.el mamo del Estado -nacional adquiere asi una iegitimaci6n
previa y exenta de andi5s-is .- ,-. El carácter. del capital- nacional y, por ende, del Estado nacional no es problematizado.
Los análisis del desarrollo histórico del capita-lismo
en ~rnérica Latina se apoyan en la "teorfa del imperialismoN
de Lenin como marco te6rico. Suponen, por lo tanto, la exis-
tencia del capital nacional y del Estado nacional. En la me-
dida en que al nivel de teoría no hay una conceptualización
del espacio, tampoco hay concepto de espacio en 1á investiga-
ci6ri histbrico-concreta. Es decir, se postuia & concepto de
espacio como supuesto teórico que no existe.
En este marco se plantea la confusa relación entre "10
internot1 y '<lo externol1. ,El anbiisis de la dependencia enfa-
tiza la inserción de las relaciones internas en las estructu-
47 -/ Cardoso, Fernando: Estado y Sociedad en ~ d r i c a Latina.
p.148 SS. .. .
ras internacionales para determinar la interiorización de las
relaciones externas en los procesos internos. Es cierto, co- 48 mo dice Cardoso /, que no existe distinción metafísica entre
los condicionantes externos e internoe, Pero ~ ~ d r es la rela-
ción "física?
Se vislumbra el problema en la cuestión del Estado Na-
cional'. En este sentido, los estudios latinoamericanos sobre
la dependencia son precursores de un tema central del debate
internacional: el Estado nacional y la internacionalizaci6n 49
de las relaciones capitalistas de producción. General-
mente la relación es abordadda en t6rminos demasiado simplis- - .- .
tas: expansión metropolitana - inserción dependiente. Este
esquema subyace a la usual periodización del desarrollo del ca
pitalismo latinoamericano. Por una parte, en la 'tradición
leninista, se incluyen las siguientes fases: 1) ex-portacidn de
manufacturas; 2) exportación de capital en apoyo a los merca-
dos,centrales (inversi6n directa extranjera en el sector pri-
mario) y 3) exportación de capital ligado al mercado local
(inversión directa en el sector secundario). Por otra parte,
las fases complementarias son: 1) desarrollo hacia afuera
(exportación de materias primas); 23 desarrollo por demanda
interna, basada en bienes tradicionales (sustitución de impor-
taciones) y 3) desarrolio por demanda interna por bienes de
consumo duradero y bienes de capital. . -- - -
48 -/ Ibid , p.137; 49 _/ Cf. entre otros Murray, Robin: The Internationalization of - -
Capital and the New Nation State, en NEV Left ~eviev 67, 1971 y Poulantzas, Nico: Llinternationalization des ra- pports capitalistes et 1'Etat nation, en Les Tempes ~oder- --- - -..._ *._ .,
nes, febr. 1973. --e
El ordenamiento del desarrollo histórico es plausible,
pero a falta de una fundamentación en contradicciones lógicas
no permite definir el período actual: se trata de una "inter-
nacionalización del mercado internol1 o no? "Lo especifico'de
esta expansión en la etapa conteporánea es, como vimos, el he-
cho de que las inversiones que son el eje ae esas relaciones internacionales se dirigen hacia la producción ligada a los
. mercados internos de los paises receptores.tt o/ Tal an6ii- sis tiene mchos elementos en favor. pero con similar plausi-
biblidad pudiera hablarse de un doble proceso de marginaliza-
ci6n &lativa e inserción dependiente. No contamos Con
criterios (análisis lógico) que permitan discriminar y pondera
los datos empiricos . , Ambos elementos .en.- la relación entre el Estado nacional
y el proceso de internacionalización de las relaciones capita-
..'listas de producción se irnponen con la fuerza de la evidencia
. La relación se establece p'or la descripción concreta, no por
el análisis de sus nexos internos. La relación entre lo ,eco-
n6mico y lo p~lítico es de exteriorioad; no hay una deterrninacidn
reciproea. 1
, .
w . 8
I
Dos Santos, &Theotonio: Imperialismo y empresas mltina- cionai.&s, Buenos &res 1973, p.43. Similar Cardoso-Faletto,
'1 op.cit. p. 164.
Pinto, Anibnl- - Kñakal, Jan: E1 sistema centyo-periferia, -
.. - 20 años después, CEPAL, Santiago, mimeo (sin f e'c-ha). - , . . - . . - - . . . h . - *.._ . . _ . _.. . < \
Por una parte, l as descripciones del movimiento c?el
capital a escala mundial aÚn no responden a l a prewnta básica:
cómo se transforma e l capital nacional en capital internacional,
socavando a l Esta60 nacional que es l a condición del proceso
de acumulación? A pesar de l a creciente l i terahira poco
sabemos sobre l a denominada ninternacionalizaciÓn" y sobre
l a mediación entre e l circuito internacional de acumulación
y los procesos nacionales. Muchos estudios están centrados
sobre las empresas multi o transnacionales en clara percep-
ción de un nuevo actor en las relaciones de poder. Sin embargo,- - los intentos de interpretación han sido hasta ahora precarios.
Todo análisis que no entienda a l a empresa transnacional como
sólo una de las expresiones de l a internacionalizaciÓn de l a s
relaciones capitalistas de producción queda corto. L a naciona-
lidad de l a propiedad del' capital, los movimientos de los capi-
tales, la . distribución geográfica de las miidades de producción,
las estrategias de producción y venta, l a s formas de implanta-
ción bajo los diversos regirnenes politicos, etc. son elementos
que adquieren significado solamente en relación a las tenden-
cias motrices del proceso de acumulación a escala mundial.
Mientras tanto, l a confrontaci6n entre capital internacional,
capital nacional y Estado no va más a l l á de una de-scrip~ibn
apasionante de .los avatares de wi Itm6nage 2 troisvl.
Sunkel , Osvaldo : capitalismo transnacionil y desintegra- ción nacional en América Latina, en Trimestre ~conÓmico 150 (1951).
. . Por otra parte, se considera i a existencia del Estado
nacional como un hecho históricamente 'dado y - desde e l punto
de vista teórico - anterior a l análisis. N o se considera que . . l .
"el hecho es hechom y que f a l t a investigar l a c&t ihc i6n
del Estado en ~mérica Latina en mediación con e l desarrollo
del capitalismo. Inconsciente del de l a articulación
interna entre l a estructura económica y su organización po-
l í t i c a , se toma a l Estado por l o que aparece: l a burocracia
c i v i l y militar. E l Estado es v i s t o ~ s e a como interlocutor
nacional frente a l capital extranjero, sea como fortaleza del
capital extranjero para dominar e l país. En ambos casos e l
Estado es limitado y cosificado en aparato estatal. N o se
analiza a l Estado como una esfera s x i a l , reduciéndolo &d.
a un mero instrwnento - y cuya recionalidad motr iz no puede
nombrarse a f a l t a de q'traducci6nq' entre l a estructura econ6mica /
(proceso de acwmilaci6n a escala mundial) y l a &structura
s3/ de clases sociales.
Los estudios. de l a dependencia son l o s primeros en
plantear l a relación entre el desarrollo internacionalizado
del capital y su organización política nacional. Los enfoques + -- .. --.->a--- - e.. , . . ..
son diversos,, enfatizando (limitándose a) uno u otro momento. , - - , . .
L
- . ' N o se ha llegado '- es. m i hipótesis - a una conceptuaiizaci6n !
ibgico-constructiva del desarrollo histórico del espacio po- . '
l í t i c o del capitaiismo. h terminos categoriales no sabemos
. . w E l debate sobre e l mintervencionismo estatal" indica cla- ramente l a relación de exterioridad que es establecida entre l a econoda y l a política.
definir e1 mercado mundial n i e l Estado nacional. Por l o tanto,
no sabemos s i l a delimitación estatal es a l proceso de interna-
cionaiización una traba pre-capitalista, ' superable por e l pro-
ceso del capital, o s i es una traba inherente a l a ley del valor,
donde e l capital encuentra su límite puesto por e l Msmo pro-
ceso. o/ Generalizando, creo poder decir, que sigue pendiente
l a pregunta s i e l capitalismo cambib. Subsiste l a duda s i
e l actual proceso de internacionalizaci6n expresa dentro de
l a lógica del capital una nueva fase con su racionalidad propia;
s i no ha ocurrido un cambio cualitativo en las relaciones de
clases y en l a naturaleza del ~ s t a d o ; en f in , s i no habría
que redefipir, a p a r t i r de l a fase más desarrollada, e l proceso
histórico de -la acumulación nacioiial de capital.
Lenin no es e l primero ni e l único en poner entre par&-
tes is l a delimitación nacional.de1 proceso de acumulaci6n. MUX
m i s m o conceptualiza "el capital en generalw y su existencia
real en l a competencia a l interior "de un pais dadow, s in con-%
siderar posibles interferencias externas, NO incorpora a l a
- - - - - -
S w ~ e &$,la diversidad de opiniones sobre e l ~ s t a d o nacional. Hymer (~nternationalization of Capital, en Journal of Economi2 Issues 1972/1) 'destaca l a tendencia a Estado mundial - acorde a l proceso internaclonalizaci6n. M& plausible es l a argumentaci6n de Poulantzas (op .ci t . ) , que l a internaciona- lización se impone a través de los Estados nacionales - aunque l e f a l t e justamente explicar esta nueva determinación del ~ s t ado-nación.
. . . - . . , %n una investigación general de este tipo se parte siempre del supuesto de que las condiciones reales corresponden- a su concepto o, l o que es l o mismo, l a s condiciones reales só lo se exponen en l a medida'en qiae corresponden a su propio tipo general y l o expresanfl ( ~ x , K a r l : E l Capital, FCE t.111, ~ 6 x i c o 1966, p.150)
reconstrucciÓn lógica del capitalismo su forma nacional de
constituci6n. A l respecto, es revelador l a manera en que
Marx presenta en "La lcleolog~a Alemanaq1 a l a "sociedad c iv i lw .
Para 61 "es e l verdadero hogar y escenario de toda l a histo- '
r i a anterior que, haciendo caso omiso de l a s relaciones reales,
d i o mira, con*su iimitacibn a las acciones resonantes de l o s
jefes y del E s t d o t t . E l manuscrito original anuncia aqui:
" E l origen del estado y l a relación del estado con l n sociedad
civilqt. S i n embargo, e l texto s i p e " la sociedad c i v i l abarca
todo e l intercambio material de los individuos, en una deter-
minada fase de desarrollo de las fuerzas productivas. Abarca
toda l a vida comercial e industrial de una fase y, en este
sentido, t rasc i~nde los lh l i tes del Estado y de l a nación. s i
bien, poi. otra parte, tiene ne&sa&mente que hacerse valer
a l exterior como nacionalidad y, v is ta hacia e l interior , como
Estadow.%odo e l posterior 'estudio de l a ltanatomia de l a -
socieda2 c iv i lw de l a organización polí t ica y l a '
delimitación t e r r i to r i a l del proceso de acumuiaci6n. Un futuro
libreo sobre e l Estado 'es concebido bajo e l t i t u lo "sintesis
de , l a sociedad burguesa bajo l a forma del Estadoq'. E 1
interés se centra en l a sociedad c i v i l en cuanto base de l a di-
- 'cotomía wsociedad civil-estadow . E l análisis tebrico contempla ' 'el tiempo (l ibro 11 de E l capital), pero' no e l espacio. Pa-
reciera que e l especio queda opjeto de l a descripción histórico- . ,
56/ Marx-Engels : L a ideol&ia alemana, p. 38 - - .. . . - - - - ' -
M*, K a r l , : ~ntroducción general (185?), p.30.
concreta, t a l como Marx l a realiza en sus a n ~ l i s i s politicos
de Francia., ~a construcción lócica, en cambio, apunta a l a
tendencia universalista con que Marx caracterizó a l a sociedad
c iv i l (recuérdese l a c i t a de P'la ideolozfa alemanav') como
opuesta a l a forma particularist'a del Estado. Tal interpre-
tación es sugerida po r su "critica a l Programa de Gothabt.
Reafirmando que ,es l a sociedad la - base del gstaao,. Marx &ase: . - . , "La ;sociedad actual; es l a sociedaa capital is ta , que existe
en todos l o s países civilizados, más o,rnenos4 libre de adita-
mentos medievales, más o menos modificada por las particulari-
dades del desarrollo histórico de ca6a ~ a f s , más o menos desa-
rrollada. Por e l contrario, e l >Estado actu&il cambia con
las .fronteras de cada p a $ s . w w Marx opone i a sociedad capita-
l i s t a como abstracción te6rica de las socieda<es capital is tas ,
particul&?es a l ~ s t a d o capital is ta como fenómeno concreto.
Pero tampoco e l Estado es mera particularidad; es posible
- cier ta abstracción del Estado moderno en l a medida en que los
- Estados 'tienen como base cordn a l a sociedad capitalista. "Sin
, embargo, los distintos Estados de los dist intos paises c ivi l i -
zados, pese a l a abigarrada diversidad de sus formas, tienen
de-co& e l que todos ellos se asientan .sobre las bases de l a
moderna sociedad'burguesa, aiiúlque esta se halle en unos s i t i o s
más desarrollada que en o t ros , en e l sentido capital is ta . Tienen - 8 ' tamblen, por tanto, ciertos caracteres esenciales comunes. n59/
5J Marx, K a r l : Glosas . ~ a r ~ i n a l e s a l Pro&ama del Partido , -
Ohpero A l e m á n , en Obras ~ s c o ~ i d a s , ~ o s c d 1966, t. 11, p.24.
Ibid.
~efir i6ndose a estos rasgos comunes es posible hablar del - . . . >
Estado moderno como una ~eneralizacclon empírica; se t r a t a
de un recurso de la investic;aciÓn histórica que impide hablar
ya de una abstracci6n te6rica. La opinión mayoritaria, :- sin
embargo, 'considera que l a base cornh he los Estados modernos
es l a kociedad capital is ta y que, por ende, es posible deducir
del análisis lógico-catecorial de l a sociedad c iv i l una teoria
del Estado. Debo dejar aqui pendiente e l probl&a, s i e l pen-
samiento de Marx implica una t e o d a del Estado o s i permite
solamente generalizaciones empír%cas. En todo caso, pareciera
que a& como abstracción te6rica l a c6neepci6n del Estado bur- .. . p 8 s no incluye un concepto del espacio,' no es un '¿oncepto de
"Estado nacionalw. E s en miras de esta- dificultad que recojo 9 una hipótesis insinuada por BrawumÁhl.
, .
En lugar de par t i r del capital y del estado l nacionales
postularse que es e l mercado 'mundial la forma más desa-
.. rrollada de aparecer del capital. E s a este nivel que se dan . . -
en e l capitalismo actual "las relaciones generales abstractas
deteminantesw de donde subir a l o concreto. Tal h i p b s - i s es
8 : . , . - -..-.
1 60/ BraunmúhP, *Claudia von: ~a~italakkwnbl5tion i m Weltm~ktzu-
, sammenl%ang, en Beitrage zur Marxschen Theorie 1, Ed., : StSirkamp, Frankfurt 1974.
, Cabe añadir que. tampoco l a llescuela funcionalistaw há 10- grado ir más a i id de una descripciÓn histórica del desa-
r r o l l o del Estado. C f . Rokkan, Stein: Nation Building, en m r e n t Socioiogy Vol. XIX/~ (1971) y T i i i y , Charles (ed)
, -i . The ~ o r m a t i m oC National States i n vestern Europe, . Princet~n 1975.. . .
sugerida por e l propio M a m c que veza no s ó l o a l mercado mun- !G/ dia l como supuesto ,- . . histórico , . - - para e l desarrollo capi ta l is ta
sino'como inherente a l concepto mismo de capital. "La ten-
dencia a crear e l mercado mundial est& dada directamente en l a
Tendencia que transforma e l mer- idea misma del capitaltt.
cado mundial en e l locus "en l a cual l a producción está puesta
como totalid& a l igual que cada uno de sus momentos, pero en
l a que a l mismo tiempo todas las contradicciones se ven en
proceso. E l mercado mundlal constituye a l a vez que e l supuesto,
e l soporte del conjuntow. Entonces e l avance de aquella
tendencia hoy reconstruir categorialmente l a
acwnuiacibn del capital a nivel mundial. sería l a articulación
interna de las relaciones de prducci6n a ,escala mundial l a
que ordenaria l o s conceptos en e l a n ~ l i s i s lógico. Hasta
ahora se estudi6 e l desarrollo capital is ta en t h i n o s his-
tóricos: l a tendencia del capital a una coordinación mundial
del proceso de producción chocando con l a deiimitaci6n sstatal-
nacional de las condiciones generales de su funcionamiento. 64/
Gj. E l Capital, T.1, p.103 . .. -.
6-/ M a r x , K a r l : Elementos fundamentales, T.1, p.360.
-
. . El estudio del desarrollo capi ta l is ta suele reproducir ni,
secuencia cronológica: industriaiizaci6n inglesa, inCluc- trialización europea y norteamericana, imperialismo, indus- trialización periférica subordinada, dominzcibn cientifico- tecnol6gica. Se identifica e l capitalismo con los circuitos de acumulación nacionales, apareciendo l a sociedad estatal- mente delimitada como l a unidad básica. Aunque l a trans- formación económica y politica en curso está poniendo f i n
(continúa p. 35)
- 35 -
Falta desplegar l a contradicci6n2 éntre. acumulación nacional - .
y rnescádo mundial, en e l concepto de capital. Se t ra ta r ía
de par t i r del. merca30 mundial como totalidad para determinar
l a diversisad histórica de los :procesos de acumúLaci6n en
*el marco de los Estados nacionales como particularidad. Es X
decir: . invert ir e l enfoque cldsico y &iizar e i capital
- nacional como especificidad .referida a l proceso de acwnula-
c i& mundial.; E l problema no radicaría en l a expansión de l .
&apital nacional y en e l Estado nacional .en cuanto traba de
l a internacionaiizaci6n. Lo que habría que explicar es l a
particular organización polí t ica del mercado mundial en,
muchos Estados nacionales, o sea se conceptualiza e l espacio
político de las estructuras econ6rnicas.
(cont inuaci6n) .... a las relaciones entre naciones, t a l como surgieron de l a s guerras napoleónicas (y anticolonialistas .en América atina) , l a l i tera tura mantiene ese enfoque. E s sintomático, que e l análisis del desarrollo desigual del capit aiismo comience por l a economia auto-centrada de los centros metropolitanos para estudiar las estructuras de l a periferia en función de aquella. f. Amin, Samir: L e d6veloppement in6ga1, ed . minuit , Paris , 1975).
- 36 -
Estructura de Clases y ~stado- ación
La articulaci6n entre l a esfera económica y l a esfera
polftica es planteada de manera más explícita en una segunda
problemática que quiero abordar: cuál es l a relación entre l a
estructura de clases y e l Estado nacional en ~m&ica Latina?
Proceder6 en cuatro pasos: 1) para fines de introducci6n
recurro nuevamente a l o s autores citados y esquematizo l a al ter-
nativa - dos enfoques que expresan a 1s. vez posiciones políticas
y programas de investigacibn. 2) Ambas corrientes parecen
asumir l a congruencia del espacio econhico y político, por
l o que quiero Sdvertir acerca dé l a s dificultades de recurrir
a un ~rmodeloo' cuyos supuestos e s t h ausentes en e l capitalismo
dependiente. 3 ) Volviendo a los dos planteamientos bosque- ) . jados, intentaré criticar sus limites inrnanentes para analizar
l a mediación entre Estado y Sociedad Civil. 4) N o por e l lo
los en£ oques "dependentictac" est& ágotados . La preocupaci6n
por "lo nacionalPP, por ejemplo, abre un vasto campo de estudios
sobre l o s meccanismos de integración social y
de establecer una identidad colectiva en l a s
americanas .
. .
i . :
las dificultades
sociedades latin-
1 - E l estudio de cardoso y Faletto parte de l a instau-
ración de *a nación independiente a trav6s de l a s luchas anti-
coioniaiistas. La existencia de l a naci6n, identificada con e l
Estado nacional, es e l punto de pa;'tida. La nación no t iene e l
s tatus de una categoría explicativa sino que nombra e l universo
de andlisis. E i interés de investigaci6n apunta a l proceso na-
cional de desarrollo en ~rnérica Latina, cuyo ndcleo radicaría en
l a diversidad his t6r ica de l a s alianzas de clases requeridas para
l a inserción de l a nación a l mercado mundial. E l anál is is de l a s
diferentes formas de articuiaci6n entre l a s clases sociales indi-
car ia l a s formas de dependencia a que está sujeta l a naci6n.
Weffort objeta l a imprecisión de l a noción de dependencia por
oscilar irremediablemente entre un enfoque nacional y un enfoque
de clase. Los teóricos de ' l a dependencia, se& Weff o r t , tienden
hacia l o segundo, pero parten del primer enfoqile. Sin embargo,
se r ía indispensable tener un c r i t e r i o de autonomía nacional para
poder plantear l a s relaciones de clases en términos de'una depen-
dencia interna. En caso contrario, s e continuaría tomando l a
dependencia por una fuerza externa. Weffort quiere resolver l a
ambiguedad Clase - ~ a c i 6 n "en t6rminos de una perspectiva de
clasen, o'sea, s i entiendo bien, centrar e l anál is is en l a s re-
laciones sociales de producción y estudiar e l Estado Nacional
como expresión de la estructura de clases. 1
' . =oso-Faletto: ~ e ~ e r i d e n c i a y desarrollo en Am&a la t ina ,
op.cit. ?
-. Weffort, Francisco: Notas sobre l a "teoría de l a dependenciat1
op,cit . S
- 38 - ,
Ni una ni otra posicidn iienen una fonrmiaci6n y una
argumentación claras. La diferenciación se refiere ante todo
a una supuesta diferencia en la perspectiva política: libera-
ci6n nacional o emancipación social. Las estrategias r ~yolu-
cionarias emanan de dos concepciones de dependencia. -/ La primera enfoca al imperialismo a a: partir de la perspectiva
del país dependiente, del ~stado-nación. Lo que está en pug-
na es la exportación del excedente económico, es decir, apun-
ta a la posibilidad de redefinir el mercado mundial en térmi-
nos de.un proceso de acumulación nacional sin atacar el cardc-
ter capitalista. La segunda concepción enfoca las relaciones
imperialistas en la perspectiva de1,pmletariado del país de-
pendiente. En este caso, lo que estd en juego es la produc-
ción:~ repartición de la plusvalía; es decir, la posibilidad
del socialismo.
La distinción antinómica entre una estrategia de li- .
beración nacional y una estrategia de emancipación social tie- /
ne la ventaja de destacar el aspecto político del problema.
Aunque el núcleo del problema sea la diferencia de posiciones
políticas no explicitadas, no es artificial suponer tras las
posiciones políticas una diferencia del análisis teórico o - mejor dicho - diferentes proposiciones sobre programas de %in- vestigación. Siendo ambas de inspiración marxista, en un ca-
d . - 61/ Cf . Qui jano, ~nibal: ~edef inición de. la dependencia y p.&- ceso de marginalización en ~rnérica Latina, en Quijano-We- ffort: Populismo, marginalización y dependencia, costa Ri- ca 197 3, p. 207 sg . y Ianni, Octavio : La 'dependencia 'estruc - tural. Op.cit., p. 1133.
1 -
so, se,prapone un programa de descripción histórico-comparati-
vo de los procesos de desarrollo nacionales que hace recordar
la intención gramsciana. . Tomando la estructura econ6mica~como marco ll~obredeterminantell, se especifica (mediante comparación)
los conflictos sociales-y po1íticos:para describir..a través de
las tareas planteadas y sus alternativas de soiución el desa-
rrollo del Estado y su regimen político. En el otro caso, el
programa propuesto es ~n&s ortodoxo. No representando ni el
Estado ni su andiisis una esfera autónoma, la investigación.de - be partir de la estructura económica como la base material de
lo político. Se propone teorizar las relaciones sociales de L - producción para determinar el antagonismo de clases como motor
de una revolución social - y no sólo política. Si el primer
programa enf atiza las alternativas políticas en. el desarrollo I
del Estado nacional, el segundo anfatiza las relaciones de
: . producción como base determinante de las luchas de clases. Am- 1 bas pmposiciones no están fundadas; no hay fundamento porqué
el-interés en la especifidad hist6rica.de determinado dmbito
nacional ni porqué el análisis' en thninoc , de una perspectiva
de clase. Tampoco se trata aqui fe indagar más una y otra PO- , . 3
sicibn. ..a esquematizar las dos- líneas político-teóricas no . quise más que esbozar el terreno de la discusi6n.. Las diver-
gencias son menos tajantes de lo que aparecen, radicando más a . _ .
bien en una diferencia de énfasis. Por lo mismo, es lícito e
- . abordar el problema por lo que estimo ser el supuesto común de
ambas posicionek:la congruencia del espacio económico y del e2
' pacio político. . ~
SI - Los estudios de l a dependencia se encuentran ante e l dilema
de analizar situaciones de desfase estructural entre Sociedad y
Estado, teniendo como p u t o de referencia histórica y teórica u n
ltsistemaw en que Sociedad y Estado concuerdan, en que base y sobre-
'estructura forman un bloque orghico. Por una parte, tanto e l pro-
ceso histórico de los países capitalistas desarrollados como e l
enfoque te6rico del marxismo (o del funcionaiismo) señalan una
correspondencia entre l a esfera económica y l a esfera polftica. Se
parte del hecho que, se& Marx, l a producción y reproduccidn de l a s
condiciones materiales del proceso social (intercambio de mercancfas)
es simultáneamente l a producci6n y reproduccibn de las condiciones
sociales (capital-trabajo asalariado). Las relaciones capi ta l is tas
de producci6n se expresan en una estructura de clases antagbnicas,
que es percibida y Puesta de manifiesto por los hombres en e l con-
f l i c t o político. E l Estado tiene una natwaleza de clase a l a vez
que. se encuentra por encima de l a lucha de clases. E n cuanto l a
creacidn de l a riqueza es resultado del mero proceso de y
no requiere una fuerza extra-econ6mica, limitándose e l Estado a re-
f l e j a r l a libertad e igualdad de l a esfera de l a circulación, e l Estz-
do tiene un carácter de generalidad por encima del antagonismo de
. clase. En cuanto a l intercambio en libertad e igualdad es solamente
l a superficie social, siendo e l Estado e l organizador y garante de
las condiciones generales del proceso de producci611, e l Estado sinte-
t i za l a dominaci6n del capital. Por otra parte, l a situación de
dependencia se vevidenciaft. por una "fuerza externaw que disloca .el
bloque Sociedad - Estado. cómo abordar t a l disgregación estructural?
E l supuesto común de todas las investigaciones es un Itsistema
en equilibrio? un wmodelon de articulaci6n orgánica entre l o económico
y l o politico. A l a vez, existe una intuición común que la situaci6n
de dependencia se define por una rearticulacibn de ambas esferas. . - 4
Tal rearticuiación se da incluso en las sociedades capital is tas alta-
mente desarrolladas y un importante debate gira en torno a este pro-
blema, ' La dificultad general de establecer una mediaci6n entre
l o econhico y l o poiitico se ve agravada en e l caso de ~mdrica
Latina por -la dificultad especifica de tener que desplegar l a rela-
ción Sociedad-Estado en conjunción dial6ctica con l a relación orden
mundial - orden nacional. Ya adelante en e l anterior capítulo una
lfnea de refiexibn acerca de l a relación entre una estructura eco-
n6mica universalizada y e l especia polftico nacional. ~etomaré bre-
vemente e l tema para señalar las dos diferencias que caracterizan l a
situacibn de dependencia respecto a su punto de referencia teórico. . . '.
E l análisis de Marx se basa en dos supuestos: 1 ) delimitación
de l a Sociedad Civil a un espacio nacional y 2) implantación to ta l
de las relaciones capital is tas de producci6n. "Para enfocar e l . ob-
jeto de nuestra investigación en toda su pureza, l ibre ?ie todas l a s
circunstancias concomitantes que puedan empañarlo, tenemos que enfocar
aqui todo e l mundo comercial como si fuese una sola naci6n y admitir
que l a producci6n capital is ta se ha instaurado ya en todas partes y - n i / se ha adueñado de todas las ramas industriales s in excepci6n.
1
En cambio, l o caracteristico de l a situación de dependencia es justa-
mente l a ausencia de estos supuestos.. En ~rnérica Latina, 1) l a estruc-
tura econhica desbordd e l t e r r i to r io naciond, dependiendo del mo-
vimiento del mercado mundial y 2) l as relaciones capital is tas de
Tj. D. Cerroni: ~ e o r f a d e las c r i s i s , Ed. ~omunicacibn, .Madrid ,1975; J. Habermas: Boblemas de legitimación en e l ca- pitalismo t a rd ío , Ed. ~rnoh-ortu; Bs.As. 1975; N. Poulantzas: ~ ~ é t a t , aujourdihui, en Dialectiques 13, Paris 1976.
.- . Marx, K a r l : E l capital, op.cit.. S.1 p.489 (nota)..
~roducci6n, siendo predominantes, reproducen y producen relaciones
de producción pre-capitalistas. Ambos elementos, tanto l a depen- F.
dencia del mercado mundial como l a heterogeneidad estructural , d is -
tinguen sustancialmente l a relación entre Soctedad y Estado en
~m6rica Latina de l a situación que ,tenía en v i s t a Marx. 7s/
En l a época del capitalismo l ibe ra l e l Estado está a l a vez
excluido y dependiendo de l a Sociedad c iv i l . Por un lado, e l desa-
r ro l l o del capitalismo radica l a creación de l a riqueza social . "
(extracción y apropiación de ~ p i u s v a l ~ a ) en e l mismo proceso de pro- + - -
ducción, s i n recurr ir a una coacción extra-económica. La esfera . - pol í t ica queda separada de l a esfera económica, bashdose l a legitima-
ción del p&er polít ico en los valores intrinsecos a l proceso econó-
mico (1iBertad e igualdad del intercambio), La Sociedad es l a base
de l Estado, reducido a *ser ll~stado-guardihw del modo de producciÓn.
Por otro lado, s in embargo, e l Estado depende de l a Sociedad por.cuanto
e l l a l e provee los medios (impuestos) para poder real izar l o s "inte-
reses generales1' respecto a l buen funcionamiento del modo de producci6n.
" -. - En ~m6rica L a t i n a , , e l Estado se encuentra a l a vez mbs y menos
exclufdo, más y menos dependiente de l a Sociedad Civil, según con- * ' , .
sider&osJ-uno ú otro elemento. ~Ónsiderando que e l proceso de acu-
mulación pasa por e l ' c i rku i to del mercado mundial, e l poder polf t ico . .
solo puede,ser un organizador y un garant\e del proceso de
produccibn. E l Estado se encuentra más excluido de l a Sociedad en
cuanto e l motor del proceso económico radica fuera del t e r r i t o r io " - -
es ta ta l , en e l 'mercado mundial. ~ambi& se encuentra más dependiente . .
. . Cf. pma un estudio detallado del tema ~x%rs, Tilman: Unter- entwicklung und Staat , ~ate inamerika-gs t i tu t Berlin 1975 (mimeo) .
de l a esfera &onómica, porque requiere recursos financieros que
solamente ofrece l a economía a escala mundial (ayuda externa).
En este sentido, l a q'intervenciÓnl' estatal es limitada y subor-
dinada'a los ciclos del capital a escala mundial. En cambio,
, s i consideramos l a heterogeneidad estructural, e l Estado aparece
menos excluído y menos dependiente de l a esfera econ6mica. A l
no estar totalmente implantadas las formas capital is tas de pro-
dicción, e l Estado act6a como fuerza directamente económica; sea
en 1-a extracción Qei plus-producto en e l sector prf-capitai is ta
(opresión del campesinado), sea como capital is ta particular
(industrializaci6n). No se ha constitufdo una burguesh como
clase nacional, clase dominante nacionalmente; e l proceso eco-
nómico requiere l a tutela ~ o l f t i c a y l o s grupos sociales actuan
mediante l a "intervención estatal1I. De ahf que e l Estado aparezca
menos dependiente. No 3610 tiene l a burocracia su propia base
económica (empresa estatal , impuestos de los enclaves extranjeros),
,tambikn es débil e l *interés general1# del capital respecto a l a
asignación de los recursos. En este sentido, l a vintervenci6nv
estatal es preponderante 9 de gran autonomía. S i l a dependencia
del mercado mundial nos muestra un 9fEstado ~ Z b i l ~ l , l a heterogeneidad
estructural nos muestra un "estado fuerteq1.
111 - N o es^ e l caso zqu í analizar a p a r t i r de ambos rasgos - especificas del capitalismo dependiente e l Estado en-&&rica. La-
* tina. Los estudios sobre 'la dependencia plantean l a r e l a c i h .
entre l a Sociedad y e l Estado de manera diferente, aunque reto-
giendo con diverso 6nfasis los elementos indicados. La disyuntiva
pareciera .residir en e l privilegio analítico que se atribuye a
l a esfera económica o a l a esfera política como l1entrada1I a l pro-
blema. Siguiendo las posiciones.esbozadas arriba se pueden
distinguir -dos enfoques. Los quiero resumir bajo l o s lemas "la
Sociedad Civil desborda a l Estadogl.y ''el Estado const,ruye l a So- . !
ciedad Civilw, E l primer enfoque ins is te en l a economía pol í t ica
qomo anatomia de l a Sociedad c iv i l y en l a Sociedad Civil como
base del Estado. Decir que l a Sociedad Civil desborda a l Estado
hace referencia no solamente a l a tendencia universalizante del
capital por realizarse en e l mercado mundial, w s i n o , en especf-
fico, a l mercado ~nunclial como motor del proceso de acumulación en
América Latina. E l movimiento de las relaciones sociales de pro-
ducción sobrepasa l a delimitación geogrsica del Estado nacional.
E l l o es tematizado en e l esquema centro-periferia de CEPAL, en e l
modelo de desintegración nacional e integraci6n transnacional de
Swikel, en l a "cadena imperialistan de me.trÓpoli-satélite de Frank
o en los.análisis del desarrollo desigual de Hinlcelammert y Marini.
Ya mencioné anteriormente, que ninguno de los autores establece
una mediaci6n entre e l carjcter "internacionaln de l a estructura
económica y l a esfera qlnacionalfl de .lo polftico. Siendo . l a Socie-
dad Civil dependiente del mercado mundial no puede tener su s intes is
en e l Estado< E l Estado no logra expresar un interés común de l a
sociedad, n i . siquiera encarnar una forma de .di no 9s más
que un instrumento de dominación de intereses particulares. Por
su naturaleza particularista, e l Estado se encuentra 'incapacitado
de generar un proyecto nacional y obligado a reprimir l o s diversos - - -
. \
. -
Marx, apuntando en 1857/58 su futuro plan de trabajo, señala como Último punto a tratar: "Por a t i m o , e l mercado mundial. Sobrepasar de l a sociedad burguesa sobre e l estado". (~rund- r isse, Berlin 1953, p.175). L a excelente traducci6n de P. Scaron no percibe bien e l sentido de "Ubergreifen der bugerlichen Gesellschaf t uber den Staatw ( ~ a r x : ~iementos fundamentales, op.cit . p. 204).
C
intereses particulares. opuestos a l respect vo grupo particular en e l
poder. El-Estado se presenta como Estado de Emergencia en perna-
E l otro enfoque enfatiza e l hecho que en Arn6rica Latina - a diferencia de l a historia europea - e l Estado construye l a
Sociedad Civil. A través de las guerras de independencia y l a s
posteriores guerras civi les - o sea, manu mil i tar i - se constituye
e l Estado como una relación de dominacih (con e l monopolio de l a
coacción f i s ica) , que determina una unidad t e r r i to r i a l - s in haberse
desarrollado una Sociedad C i v i l , una unidad social. 'La sociedad
no es más que un archipiélago de grupos sociales, vinculados entre
s i mediante nexos, administrativos, pero no insertos en una estructura
socio-económica c o h . Existen historias locales pero no una his-
tor ia social comk (nacional). E l desarrollo del . capitalismo . no ha . .
alcanzado a h.omogenizar las relaciones sociales, imposibilitando o
dificultando que se establezca una cohesión social en base a las
relaciones de producción. E s decir, no hay una e s t r u c m a económica
L que sirva de base material a l a organización poiitico-ideoi6gica
d e l pa$s. E s pues e l Estado, entendido como , aparato < administrativo *
(civico-militar) , quien debe suplir ese .wsubdesarrollow , estructu-
rando l a base económica (por ejemplg, organismos de fomento indus-
t r i a l y .de re'forma agraria), organizando los movimientos sociales - l
( p o r ejemplo, los diversos tipos de wpopulismotl) y creando c ie r ta < 1' . - cohesi~n~'ideol6jica (por-ejemplo, formas de nacionalismo). La .
,- - .situaci6n vista as3 recuerda el.%análisis de Gramsci sobre e l . .
.RiBorgimento, donde en ausencia- de ha revoluciÓn burguesa e l Piamont - - .
realiza l a unificación i tal iana mediante medios diplomaticos y m i l i -
tares. Gramsci analiza e l proceso como ?revoiuci6n pasivaw por ser
renovacibn realizada I1desde arribaR) s in del pueblo, en
l a cual e l Estado - e l >'partido91 pimont6s - sustituye l a f a l t a de
un gruposocial hegemónico. Hay dominación s in dirección - t a l s e r í a
t a m b i h l a situación en ~m6rica Latina. E l Estado suplanta l a 7 2 burguesia, cumpliendo sus f'unciones-/, pero s in lograr d i r i g i r l a
sociedad, s in establecer ~xn vtsentido cornun" estable. T,ulto e l
Risorgimento como l a s unificaciones nacionales en Adr ica Latina plan-
tearían junto a l a unidad t e r r i t o r i a l l a "cuestión vaticana" y e l pro-
blema del flMszzogiorno9t, o sea una situación de ncolonialismo internow
a l a vez espacial y social . La perspectiva gramsciana del enfoque
invierte e l objeto de an j l i s i s doblemente. Por un lado, centra e l
estudio sobre l a Sociedad Civil, en tanto que e l otro enfoque enfatiza
l a s contradictorias (no-generalizables) funciones del Estado. Aquella
paYte de l a tendencia universalizante de l a Sociedad para cuestionar
su actuar en el.Estad6 nacional mientras que éste enfoque supone l a
existencia del Estado y cuestiona l a constitución o disgregación de
l a Sociedad. Por otro lado, se invier te l a concepci6n misma de So-
ciedad Civil. E l primer enfoque aborda l a Sociedad C i v i l en cuanto
fuerzas y relaciones de l a producci6n material, en tanto que Qstg
segundo enfoque analiza l a Sociedad Civil en cuanto esfera de l a or-
ganización e ideologia de l a s fuerzas sociales (sobre-estructura).
Reconociendo l a 9tcausa últimatt en l a estructura económica, destaca su
manifestación ideológico-politica: c r i s i s de l a representatividad
de los grupos dominantes respecto a los dominados. La situací6n
s e presenta entonces como una c r i s i s de hegemonía en'pennanencia. <
F.Cmdoso habla de 'burguesia de ~ s t á d o ~ ~ y del ~stado-Príncipen f. h questao do estado no Brasil, en -' Dados R i o de ~ a n e i r o , 1975).
I
$ ' - I
-
- 47 -
La esquematizacidn es exagerada - naturalmente. Pero destaca
l a alternativa de anai is is ofrecida actualmente y l o insa t i s fac tor ia
que son l a s conclusiones. Qué valor informativo t iene caracter izar
un largo período - que en l a mayoría de los países latinocamericanos
puede datarse de 1930 - como "estado de emergencia en permanenciatt
o como "cr is is de hegemoniaW en permanenciat1? Cuando l a "desviaci6ntt
es "en- permanenciat1 todo hace suponer que es f i c t i c i o " l o normaln.
~ o d r h objetarse, s i n embargo, que hay c r i s i s de larga maduración
y que e l l o justamente ayudaría a explicar e l surgimiento del nuevo
autoritarismo en ~mérica Latina. E l PtEstado Buroc rá t i co -~u to r i t a r i o~~
(o i~onne l l ) , inaugurado 1964 en Brasil , ser io l a reacción a l a c r i s i s :
sea como intento de organizar localmente las condiciones generales de
una producción cap i ta l i s t a mundializada ( ' I~stado funcionalv1), sea . . . -- , . . .
,como intento de organizar y expresar un bloque hegemónico ("unidad
nacionalu). Remiendo ambos elementos, l a Seguridad Nacional aparece
como e l principio orientador de t a l tlrevoluciÓn restauradoran. .AS<
se,entiende e l neo-autoritarismo a s í mismo; pero no necesariamente es
. lo. que cree ser. Hablar de reacción o restauración remite nuevamente
No se t r a t a solamente de una insatisfacci6n de orden S&&-
t ico por l a 'desviación permanentett. E l problema mayor radica en l a
unilateralidad de los enfoques, o sea que ninguno problematiza l o que
m e parece ser l a pregunta central: cudl es' l a .diaci entre 10 econ6-
mico y l o polit ico? Espero no obrar a semej*mza . . del Quijote, tomando
molinos por gigantes para luc i r rango y señorio. Pero aún quien
viese en m i esquematizacih de los enfoques t a l recurso retórico,
aceptará l a validez del problema. No se encuentra en los estudios sobrc
l a . dependencia la ref erenciz a una totalidad, que permita establecer .
l a s mediaciones entre los procesos econ6micos y l o s procesos polit icos.
Marx a& p u d e cen t r a r e l a n á l i s i s en ' l a c r i t i c a de l a economia
, po l í t i ca . La e s tn i c tu ra económica t i e n e una traduccibn d i r e c t a a l a
es t ruc tura soc ia l y p o l í t i c a ; e l surgimiento de l a s c l a se s soc i a i e s /
y s u antagonismo rad ica en e l proceso de producción, que pone las
condiciones obje t ivas en que s e desarrol lan l a s voluntades
Hoy se duda, que e l p-oceso de producci6n c a p i t a l i s t a aÚn s e desdoble
en Sociedad y Estaddo; e l Estado parece haber adquirido una dinámica
propia - en e l marco puesto por e l c a p i t a l privado, pero no reducible
a 61. E l *intervencionismow s is temát ico d e l Estado esconde e l ca r5c t e r
f e t i c h i s t a d e l Estado en cuanto algo wmetafísicarnente f i s i c o n . E l . Estado aparece como mero aparato ad.ministrativo de l a act ividad es ta-
tal . D e ahí, que l o s estudios de l a e s t ruc tu ra económica alcancen a
preguntar solamente por l a s funciones d e l Estado.. Ahora bien, toda . enumeración m6s a l l á de uorganizar l a s condiciones generales de' l a
producci6n" - que puede t raduc i r se a l a terminología func iona l i s ta como
vtauto-mmtenimiento d e l sistemaw - es a r b i t r a r i a . Puedo d e s c r i b i r
las funciones de determinado Estado - gobierno en determinado momento.
~ e r o ' , s i n referencia a una to ta l idad , no puedo determinar quk funciones
son permanentes y cuales son coyunturales, s i una funci6n desaparece o
se requiere una nueva, cuando cambia una función y cuando só lo cambia
l a forma en que es cumplida. Como consecuencia de e l l o nos encontra-
mos* ron proposiciones de- t a l grado de abstracción que no permiten de-
terminación - por ejemplo, l o s modelos de Easton y Almond - o con
descripciones &npiricas de una u o t r a Punción que pierden toda refe-
renc ia a l a es t ruc tura económica global - por ejemplo, l a s invest iga-
ciones sobre "public po l ic iesn . A f a l t a de med iac ih , e l Estado apa-
rece como un ente supra-social, como un "deus ex machina" que ordena
solamente e l proceso soc ia l . -
.-
S i los estudios de los procesos econ6micos no abordan l a
po¡itica sino como abstracción categorial o. como manipulaci6n tecno- 7 3 c r á t i i i -/, los estudios de los procesos políticos no logran dar
cuenta de los cgunbgos económicos. La polftica pareciera regirse por
reglas y autónomas a l d r g e n del modo de En qué
se basa l a h&emonfa? E l t hn ino gramsciano remite a l a historia de
determinada formación social ; e l análisis de l a historia. social expli-
caria 1;s razones de l a conctrucciÓn y dc ios fracasos de hegemonia.
La historia s o ~ i a l se desvincula del desarrollo económico o - dicho
de manera más prudente - l a estructura ccon6mica es s6 io e l sustrato
pasivo del conflicto social. ..Privilegiando i á esfera ideoi6gico- .
polztica, e l análisis enfrenta dos dificultades, ya presentes en l a
Cabe señalar, que Marx m i s m o no realiza totalmente su postulado de una conjunc'i6n dialéctica entre empirfa y teoria, entre in- - vestigación y exposicih.,, AS?, sus d l i s i s de, l a .historia ppl f - t ica de Francia .prescinden de . l a lógica categorial del desarrollo del capital. La deducción to ta l de las formas -ideoi6gicas y polf- t icas a p a r t i r ' de las actividades materiales de l o s individuos postulada en "la ideología alemanan es relativizada posteriormente.
- %a forma e~on6nica especifica .en que se arranca a l productor di- recto e l 'trabajo sobrante no retribuido determina l a relación de
' seliorfo y . seFyidurnbre . t a l como brota directamente -de l a producción y repercute, a su vez, de un modo deteminante sobre e l la . Y esto
- sirve luego de base a toda l a estructura de l a comunidad económica, - derivada a .su vez de' las relaciones de producción y con el lo, a l
' mismo tiemp'o, su forma polí t ica especifica. La relación directa exi tente. entre los propietarios de l a s condiciones de .producción y los
directos (. .) es l a que nos revela e l secreto más re- cóndito, l a base oculta de todá l a construcci6n social y'también, por consiguiente, de l a forma politica de l a relación de soberanía y dependencia, en una palabra, de cada forma específica de Estado. L o cual no impide que l a misma base económica - l a misma, en cuantc a sus condiciones fundamentales - pueda mostrar en su modo de ma- nifestarse infini tas variaciones y gradaciones debidas a dis t in tas e innumerables circunstancias empíricas, condiciones naturales,
(continGa., . ,)
74 obra gramsciana--/. Primero: cómo c r i t i c a r l a s f omas ideológicas
en que los hombres adquieren conciencia del conflicto de l a vida,
material y luchan por resolverlo s in referencia a esas contradic-
ciones del proceso de producción? Lo que e l anál is is gana en espe-
c i f icidad histórico-social, l o pierde en capacidad c r í t i ca . Cuando
l a conciencia es Pfser conscientew y cuando i ~ e o l o g i a ? S i juzgo una
6poca por su conciencia, comparto l a s ilusiones de l a Qpoca. La \
his tor ia debe ser esc r i t a con arreglo a l a base real: l a
1 material de l a vida. Solamente e l qlmodo de producci6n' permite
periodizar l a his tor ia , o sea determinar l a s contradicciones y, por
ende, l a s clases fundamentales. Sin és ta periodización e l desarro-
l l o histórico de una sociedad no es más que una his tor ia de sus ideas.
23/ (continuación) . . . . . .factores étnicos, influencias his tór icas que actdan desde e l exterior, e tc . , variaciones y gradaciones que sólo pueden .
comprenderse mediante e l anál is is de estas circunstancias em- -
pfricamcnte dadas." ( ~ l Capital, t . 111, FCE, ~ é x i c o 1966,pa733).
'- 74J Gramsci concibe l a Sociedad ~ivii ante todo como sobre-estructura. Tal perspectiva'ya es anunciada en un a r t k u l o de 1918: "no es l a estructura económica l a que determina directamente l a acci6n pol í t ica , sino l a interpretación que de e l l a se da y de l a s as; llamadas leyes que gobiernan su desenvolvimiento~. Y es re-
. tornada en los Cuadernos: "se puede emplear e l término de icatarsisi para indicar e l paso del momento meramente económico
, (o egohtico-pasional) a l momento ético-polftico, o sea l a . elaboración superior de l a estructura en superestructura en l a
conciencia de los hombrestt, (ambas c i t a s en N, Bobbia: Gramsci y l a concepciÓn de l a Sociedad c iv i l ) . Aclaro: l a perspectiva
. de estos pasajes no se encuentra en oposición a Marx. La cuesti6n es de saber s i Gramsci, desplazando l a reiaci6n entre estructura y sobre-estructura, logra comprehenderla.
. . 1. ' Sin referencia a l a transformaci6n del mundo no puedo responder
porqué estas ideas y no otras? n i poqué una idea es revoluciona- \
- , _ rii.
2 .
Segundo: cómo determinar l a construcción de una voluntad
colectiva y su desarrollo en hegemonía (~oder )? Es d8cirG,
c r i te r io define a l sujeto social de l a re,voluci6n y sus tareas?
L á historia s'ocial muestra e l desarrollo de las correlaciones de
fuerias y l a secuencia de las tareas propuestas y su resolución.
Pero no ofrece elemento que discrimine entre una y otra fuerza . . , social, entre una y otra tarea o soiucibn. O sea, tomando como
ejemplo a l mismo Gramsci, su análisis asume pero no explica a l
proletariado como posible clase hegenbnica n i a l Estaüo nacional
como l a tarea histórica. De ahí, que, por un lado, e l desarrollo
, d e la voluntad colectiva nacional-popular se defina por l a lucha por t . ' - e l poder. ecom mando a Maquiavelo: l a política es e l ar te de
conquistar y consemar e l poder y e l análisis descubre l a s reglas - . .
de tener &to. Se viiilwiibrd e l peligro de transformar l a noci6n
de heganoda en .una categorfa formal (referida exclusivamente a l .
'
poder) y hacer. Cie la c o h s ~ c c i ó n de =hegcmonia un m6todo a-histórico
(s in especificidad s e g h e l período histórico). Por otro lado,
t a l anál is is supone s in embargo qÜ& e l contenido de l a voluntad
pol í t ica se encuentra determinado por l a estructura econbmica, ele-
mento externo a l a preocupación gramsciana. ' Las tareas his tór icas
son definidas como "desde afueran en l a medida en que se recurre
a l sup_ue?o que 1) ninguna formación social desaparece antes de
que se desarrollen todas las fuerzas productivas que cabe3 dentro
de e l l a y que 2) l a humanidad se propone siempre Únicamente los
objetivos para los cuales ya se dan l a s condiciones materiales
para su realización. L a base material de l a h is tor ia es a s í intro-
ducida subrepticiamente como un determinismo absoluto, a l márgen
de l a reflexión teórica y de l a práctica polft ica.
Enfatizando l a factibil idad po l í t i ca de l a revoiuci6n (obs- ti$culos y condiciones favorables), se corre e l peligro de un ~voluntarismow que no pondera l a s condiciones objetivas. E s e l romanticismo revolucionario que Marx denuncia - siendo a l a vez una auto-crítica - en l a sesión de ruptura del Ekmd'der Kommmisten (1850). "La minoría plantea una perspectJ.va' dog- mdtica en lugar de una c r í t i c a , una ideal is ta en lugar de una materiali'cta. En vez de l a s relaciones reales'hace de. l a mera voluntad e l motor de l a revolución. Mientras que nosotros decimos a los qbreros: tcneis l 5 , 2 O , 50 años de guerras c iv i l e s e internacionales no s6io para cambiar l a s condiciones, sino para cambiaros a vosotros mismos y cap~c i t a ros para l a domina- ci6n pol í t ica, vosotros en cambio les decís idebemos alcanzar <
enseguida e l poder o podemos ponernos a dormir;. Mientras que nosotros señalamos a l obrero alemán'el subdesarrollo del pro- letariado alemán, ustedes halagan burdamente e l , sentimiento nacionalista y gremialista del artesano alemán, l o que en , efecto es mbs popular. AS$ como los demócratas sacralizan la palabra pueblo, a s í ustedes l a palbra proletariado. A l igual que los demócratas vosotros suplantáis a l desarrollo revolucio- nario por e l slogan de l a revoluci6neV1 (MEW t .8 p.412 sg.)
..- Resumo l a s objeciones de l a posici6n "ortodoxan. En
primer lugar, es c ie r to que l a Sociedad C i v i l es 'e l motor de l a di-
n h i c a social. Pero l a Sociedad como locus de l a contradicción - entre e l 'desarroiio de l a s £uerzas .productivas y , las relaciones!
de producción; contradiccibn cuyo desarrollo "explicat7 l a s alterna-
t ivas dei conflicto socio-pol~t ico. En segundo lugar, es c i e r to l a
primaciá de l o pol í t ico sobre l o económico. Pero e l l o no s igni f ica
autonomia de l a polit ica. E l primado pol í t ico apunta a l hecho,
que l a estructura económica es un producto histórico y que, 'por..'
l o tanto, puede ser cambiado y superado; Tal transformaci6n no es
realizada por l a estructura o por l o h is tor ia , sino por los hombres.
N o por . - e l hombre, sino por hombres que viven en determinadas c i r -
cunstancias. La voluntad colectiva tiene siempre como punto de
referencia-al modo de-producciÓn; se define por l a afirmación o l a
negaci6n de las relaciones de producción. En tercer lugar, es
c ier to que e l c r i t e r i o de verdad remite a l a práctica histórica.
La verdad no es una categoria lógica sino práctica; define l a prbc-
t i c a como praxis conciente. La conciencia no es e l conocimi.ento *
de una'causaiidad n i siquiera l a concepci6n correcta de l a inversi6n - > ;
producida por l a producci6n cap i ta l i s t a de mercancias. No 'basta co- O nocer , . e l fetichismo de l a mercancia, hay que abolirlo. No basta
reconocer l a realidad como fa lsa , hay que transformarla. La práctica w
es verdadera cuando hace l a verdad, es decir cuando hace "realidad
r ea l ' l o que ahora se rea l iza bajo forma mistificada. E s pues res-
pecto a l a -superaci6n, de l a s relaciones cap i ta l i s t as - de producción . . que debe analizarse y juzgarse l a práctica pol í t ica - y l a s tareas
a . históricas planteadas por l a . conciencia popular. . .
- .
iV - Ambos enfoques sobre l a relación entre Sociedad y Estado
parecen insuficientes: a& no veo un programa de investigaci6n
que apunte a l a mediación entre estructura econ6mica, estructura de
clases y Estado. Seguramente, m i esquernat ización excesiva destaca I m i s una posible unilateralidad de los planteamientos, no t iene en
cuenta sus matices e ignora l h e a s de reflexión m& su t i les . Sin
duda, que l a fer t i l idad tmdt ica de una y otra corriente a h no
está agotada. A manera i lus t ra t iva quiero volver a los planteos
in ic ia les para indicar preguntas implicitas que pueden contribuir a
wcomplejizarn nuestro análisis.
Cuanilo Cardoso y Faletto enfatizan >'lo nacionalw de l a estruc-
tura de dependencia no solamente delimitan un ámbito geogi.áfico;
ante todo, destacan e l momento de l a integración social. S e diagnos-
t i c a como dificultad principal de los paises latinoamericanos l a
incapacidad de una integración nacional. Usualmente e l tema es
analizado como tensión entre irrupción y exclusi6n de los sectores
populares. Al menos desde 1920 l a h is tor ia latinoamericana pare-.
c iera g i rar en torno a l conflicto entre una tendencia a l a incor-
poración creciente de nuevos grupos sociales (obreros industriales, l
campesinado, sub-proletariado urbano) y su marginalización tanto por '
+ - l a estructura económica como por el sistema poli t ico, ambos incapaces ! l . de asimilar nuevas demandas. Tal esquema, habiendo mostrado su ,
1 l .
-
uti l idad descriptiva, es débil en su valor explicativo.
E l problema de l a integración social va más a l l á de l a amplitud
social y e spac i a de l a participación en e l proceso econ6mico y po-
l í t i co . La integración social plantea sobre todo e l marco normativo
de l a actividad humana - e l momento del consentimiento complementario
a l conflicto social. L a sociedad tiene que desarrollar una identidad
colectiva para sobrevivir; establecer una vinculaci5n entre e l Yo
y e l Nosotros. En este sentido, l a naci6n puede ser-concebida como
una estructura de ccnciencia social que asegura l a identidad colec-
t iva , E l desarrollo de l a naci6n como identidad colectiva co-
rresponde a l surgimiento del moderno Estado te r r i to r ia l , desplazando
como mecanismo de integración social l a s nociones de polis, imperio
o comuna en las sociedades anteriores. . .
Con l a aparici6n del capitalismo surge p o r primera vez una
forrnaci6n social de carácter universal. E s un modo de ~roducci6n
que - en principio - no conoce limites geográficos n i poblacionales.
L a producción capital is ta de mercancias se caracteriza por sus valores
universales; todos son l ibres e iguales en cuanto propietarios de
mercancías. Sin embargo, e l capitalismo se desarrollb en e l marco
,del Estado . terr i tor ia l que, a su vez, surge en e l marco de un "sic-
tema de Estadosv'. E l Estado Romano a6n podia entenderse como &nico,
s in fronteras f i j a s y con mediaciones flexibles entre l a c iv i tas 1
. . . roqana y una periferia b6rbara (no-romana) . En l a época moderna
e l Estado se define por e l reconocimiento de los otros Estados;
tiene una saber-da particular opuesta a l a unidad universal. E l
universa&mo de las relaciones capitalistas de produccibn vale para
wciudadanos del mundov1, pero no para los miembros de un Estado. deter- . a . .
minado. Tal dualidad se expresa en e l individuo burgués: es a l a . L , ,
vez - homme y citoyen. Se t r a t a de com~atibi l izar e l universalismo -
expresado en e l derecho y en l a moral burguesa con-el particalarismo ', 1 - I
de l a esfera polftico-estatal. - La contradicci6n w t r e universalidad . - -
y particularidad es armonizada en l a conciencia +e "naci6rP.'. E l i
desarrollo de l a nación funciona como mecanismo de integración social . - - ----- . . . , a .
Habermas, Jurgen : Z u r Rekonstruk t ion des ~ i s t6rischen - ~aterial ismus, ' ~uhrkamp ," Frsnkfu r t 1976.
mediante l a construcci6n de una identidad colectiva. Para cumplir
su función l a conciencia nacional debe estar vinculada a un pro-
grama politico universal - e l Estado de Derecho en l a tradición
burguesa. sólo as í es posible un proceso de aprendizaje social que
pase de uná conciencia egocéntrica a valores universales, Desde
e l inicio, s in embargo, se da l a contradicción entre e l carscter
universalista de l a democracia y l a forma clas is ta del Estado,
Donde l a contradicci6n es resuelta mediante l a renuncia a un pro-
grama politico universalista, como en e l caso del facismo, se da
un proceso de aprendizaje patológico y una identidad regresiva,
t ípica de sociedades arcaicas o tradicionales (conciencia mitica,
r i tuales r í g i d o s , normas dogrnatizadas).
- En esta perspectiva e l problema del Estado nacional en ~m6rica
Latina puede ser abordado como problema de l a construcci6n de una
identidad co1ectiva.m SeRalo dos dificultades provenientes de
l a naturaleza del capitalismo dependiente, a ser: l a determinación
del circuito de acumulación por e l mercado mundial y l a heterogeneidad
estructural, La primera dificultad en l a creación de una conciencia
nacional radica 'en que n i e l capitalismo se presenta con carácter
universalista n i e l Estado se define como su lvrecortetl particular,
A pesar de o, mejor dicho, justaniente por tener e l motor de su
dinámica en e l mercado mundial, el capitalismo se desarrolla en
~mérica Latina como un conjunto de relaciones particulares. Surge
desde e l inicio bajo forma monopólica, apoyado en sectores sociales
específicos y restringido a determinados campos económicos. La -
E l enfoque cmtrado en "10 nacionalw apunta&, en e l fondo, a - la nación como mecanismo armonizador entre e l carácter univer- sa l i s ta de l a estructura económica y l a naturaleza particular de l a esfera política.
llamada cuesti6n agraria indica como, en gran parte de los países,
e l capitalismo ha reproducido .el tradicional universo particula-
riska s in vinculación con un mundo urbano cosmopolita, E l capi-
',talismo, aunque predominant&, Punciona como usubsistemaw s in re-
volucionar e l conjunto de l a sociedad, La tendencia universalista es
es más fuerte en e l derecho y en l a moral cono un intento de otor-
gar mayor cohesión a l proceso social; pero es socavada por l a
misma heterogeneidad socio-económica. E l Estado, por su lado, se
define como particularidad frente a l sistema politico internacional,
pero no respecto a l proceso del capital , En'referencia a l a
universalidad de l a racionalidad burguesa aparece como puente dia-
crónico con l a racionalidad pre-capitalista. con e l lo pongo en
duda "lo nacionalq8 como categoría de identidad colectiva,
Profundizando, cabe preguntarse, . s i acaso es posible una \ integración social bajo condiciones de heterogeneidad eitxkctural.
Me refiero - como segunda dificultad - a l a posibilidad de salvar
e l desfase entre una praxis s ~ c i a l ' d i s ~ e r s a y un marco normativo - comÚn. E l éstablecimiento de normas de acción comh supone l a
existencia de actividades individuales equiparables, Para que
intereses sean negociables y - en principio -generalizables requie- \,* ren l a referencia a una misma base. La acción comunicativa - '
acuerdo sobre l a validez 'de determinada norma - remite a una *
pr&tis social 6 O m h e W La situación de dependencia se caracteriza,
sin embargo, por l a ausencia de
poi$tico. Parecieran ofrecerse
graci6n social.
una praxis social, comh a l espacio
t res posibles mecanismos de inte-
u La praxis c& no se encuentra de manera inmediata en. e l len- guaje, pues está definido por las experiencias de l a s diferentes condiciones de ser. ~ a m b i h e l lenguaje es producto humano, his- tórico y socialmente especificado,
En primer lugar, l a reiigi6n. A primera v i s t a parece un
contra-sentido re fe r i r se a l a reiigi6n, puesto que l a po l í t i ca
moderna surge con l a secuiarizaci6n de l a tu te la religiosa, ES ' I ,.
cier to , como l o indican l a s his tor ias de Alemania e I t a l i a , que '
l a preponderancia de la ' re l ig ión d i f i cu l ta l a c o n s t i t u c i h del
Estado, a l no desarrollarse un ambiente pol í t ico relativamente
aut6nomo. No obstante t a l experiencia general, los intereses ' .pol í t icos pueden manifestarse bajo forma religiosa - sobre todo
- en situaciones de c r i s i s . La voluntad colectiva puede expresar
en l a trascendencia religiosa el m i t o de una unidad popular no
" realizada en l a t i e r r a ,
En l a sociedad tradicional, donde, por un lado, se quiebra
l a comunidad natural, in ic ihdose un proceso de individualizacibn
y , por e l otro, se constituye una,estructura de dominacibn a u t b I noma de los lazos de parentela y t r iba les , es función de l a r e l i -
- b gi6n legitimar l a separación individuo-sociedad y racionalizarla 1
en una cosmovisibn totalizadora. Dios es l a expresibn simbblica,
r i tualizada en l a ig les ia , que objetiviza e l desgzrramiento de l
hombre entre ni naturaleza interna, l a sociedad y . la naturaleza . 4
externa. ~1"cristiknismo ( l a ig les ia catbl ica) es e l intento
inás desarrollado de t a l mediacióq entre l a persona individual,
l a comunidad part icular y e l orden general. Dicho en otras
palabras: l a ig les ia quiere ser l a alianza Dios-hombre mediante - l a mediación entre e l orden temporal y' e l orden trascendente, entre
los vilokes universales y una realidad nacional.
Esta mediaci6n - de antemano precaria - se ve hoy cuestio-
nada por un largo proceso de racionalización (analizadb Mqx Weber como tt.desencantamiento del mundolt), .que divorcia siempre
- 59 -
más "10 racionaltt y D1io i rracionaln, E l proceso de racionaiizaci6n
parece abarcar exclusivamente l a acción instrumental (validez
de determinado medio para un f i n , selección entre medios a l ter - * nativos) s in problematizar e l f i n ; l a acción normativa queda a l
rnhgen del proceso social (tabú) o es instrumentalizada (mnipuiacibn) *
d
Este p ~ ~ c e ~ ~ se r e f l e j a en l a iglesia . El la asume l a racionaliza-
cibn del orden terltporal, desarrollando una'cosmovisiÓn racional,
pero no logra elaborar e l momento trascendente de l a actividad
humana, P'Civitas divinan .y q'civitas terrenan se encuentran en
una relación de exterioridad; e1 ntelosqr de l a historka humana es
dogmatizado. $rente a l a complejidad del mundo moderno, l a
iglesia catól ica 'se ve obligada a entregar e l discernimiento sobre t e l ord-en 'temporal a l Fndividuo. A l a vez afirma l a trascendencia,
que ahora, a ef a l t a de mediaci6n con l a racionalidad temporal.,
aparece como mera irracionalidad, que sol&-iente ~ u e d é se r asumida
como un Dios subjetivo. La ig les ia ya no 1ogk.a dar un .sentido
comh a l a praxis individual y a l hombre universal. Se t r a t a de
una unidad abstrae-ta que no genera una identidad colectiva. No
. "logra s e r una unidad dialéctica de conciencia partikular y con-
ciencia general; l a mediaci6n se vuelve banal como "bloqge inter-
c las is tan que suma intereses atomizados. . - . a . _ .... .-..._.. _ ' <
, . , -. O t r o posible mecanismo de integración soCial -es l a nueva
. , doctrina m i l i f ar . Recordando su ascendiente en l a geopolit ica
- .- . alemana, que por su concepción organlcista del Estado, ' por su - ' ,
- - ideario romhtico de nación, .raza y mito, .por su cul to a l héroe
y a l as fuerzas de . l a noche, aparece como cumbre de l a "voluntad
.de poderw y como- apologfa de l a irracionalidad, se ha v i s t o en l a
doctrina de l a Seguridad Nacional una ideologia decimonónica de
valor obsoleto. Me parece más adecuado ver en e l l a una expresión
de l a nueva t6cnica m i l i t a r , que transforma l a pol i t ica en &a
continuación de l a guerra por otros medios. i /
Entiendo l a Seguridad Nacional como u n t ipo de "system
. . -. . a n a l y s i ~ ' ~ , concepción basada eA e l equilibrio autoregulado del
. sistema social , o sea en l a supervivencia de l a nación. La super-
vivencia de l a nación es e l objetivo máximo; de ahf , que l a pers-
pectiva es té centrada en e l funcionamiento del sistema, Esta
perspectiva te6rica s e ha traducido, gracias a l a guerra de
Vietnam,. en una vasta tecnología .aplicada. La supervivencia es tá
amenazada por dos conflictos: uno de t ipo pol í t ico entre l a
nación y l o extranjero (tlsystern-environmentlt) y otro de t ipo ins-
trumental ,entre l a s necesidades y su satisfacción (winput-outputlt).
L a Seguridad Nacional es un an6iisis integral del sistema que opera ,
mediante l a reducción de l a complejidad del proceso social. Llama
l a atención que no concibe conflicto social: La Seguridad Nacional
presupone e l consenso. Los valores que .trascienden e l sistema
. son definidos autor i tar ia y arbitrariamente. Posibles referen-
c i a s a un "bien comÚnit son exteriores a su lógicaeso/ La po l j t i ca
es e l plan que operacionaliaa e l equi l ibr io del sistema; en l u g q
La dificultad @e encuentran los nuevos gobiernos mil i tares es l a ~inst i tucionai ización de la 'guerran - traducir una
, . estrategia m i l i t a r en un proyecto polít ico. - - - -o/ La Seguridad Nacional se plantea a l margen d&" l a - hÓra1; sus
ins tmcciones pueden equipararse a los llimperativos hipot& . t icosn de Kmt. En su caso, no se t r a t a de s i e l f i n es racio,
nal y bueno, sino tan sólo de l o que uno debe hacer para alcanzalor. Las prescripciories' de l médico para sanar y del envenenador para matar tienen e l mismo valor a l respecto.
de una acción comunicativa de acuerdo social sobre l a s normas
es una prograrnacih tecnocrática (computadora). La Sociedad Civil
no tiene in ic ia t iva alguna. Concebiendo l a Seguridad Nacional
Como una función de gobierno que canprende l a organización de l a I
nación para pos ib i l i ta r su desarrollo con pleno ejercicio de- su
soberanga, l a esfera polft ica se reduce a l a capacidad del gobierno e
por establecer una identidad nacional, legitimar e l sistema, per-
m i t i r uha'participacibn pol i t ica de l a s masas y, a l a vez, lograr
una penetraci6n administrativa y legal de l gobierno en l a sociedad.
Se t r a t a no de la., forma sino de l a capacidad de gobierno,
La identidad colectiva es preservada por e l pleno ejercicio
de l a soberanfa. Pero l a identidad nacional no es l a soberada;
remite a una cosmovisi6n de lucha entre l a vida y l a muerte. La . .
ideatidad colectiva radica, de hecho, en e l miedo a l a muerte y en
su negación - l a seguridad que mata a l a muerte. E l conflicto so-
' c i á l ' h a sido reemplazado por l a guerra t o t a l (frente externo e
interno). La guerra es e l hecho social fundamental. La vida es
l a supervivencia - asegurada por l a seguridad nacional y, por ende,
por l a s fuerzas de seguridad;
, Como todo enfoque consensual l a doctrina castrense t iene d i f i -
B cultad de abordar l a s contradicciones sociales ; en especi£ica, l a
- ausencia de una prsctica social c o h . La Seguridad ~acional'dcoge
' e l problema de l a heterogeneidad estructural recurriendo a l ' mito
de l a unid. nacional. -Sin embargo, su simbolizaci6n de l a unidad
nacional expresa más bien un interés insti tucional que un mito
social que objetiva sentimientos y aspiraciones de l a ~oblac ión .
Se traspone e l orden m i l i t a r a l ordenamiento social; l a jerarquia
castrense disciplina l a anarquía social. De ahí, que l a unidad t <
nacional sea realizada como :nación en armasn y que l a fuerza mo-
tivadora del mito desemboque en l a militarización de l a vida coti-
diana. La heterogeneidad (divisiones sociales, pol i t icas , étnicas,
regionales de l a población, desequilibrio económico-estructural,
e tc . ) no es problematizada en l a noción de nacibn, que aparece como I
. dato prefijado. E l individuo existe en cuanto patr iota . E l pa-
triotismo es una ficción, s in embargo, a f a l t a de mediaci6n entre e l
individuo particular y e l principio general del Estado. u Como tercer mecanismo de integración social se ofrece l a
revÓluciÓn social , se& e l "imperativo categÓr;cow de Marx de
inver t i r todas l a s relaciones en que e l hombre sea un ser humillado,
sojuzgado, abandonado y despreciable. La creación de l a identidad
cvlectiva es proyectada a l futuro, haciendo de l a realización de
una estructura universalista una , tarea de l a praxis pol í t ica. Tam-
bién aquí s e recurre a l mito, mito social que simboliza los deseos
populares por un cambio de sus condiciones de vida. E l mito con-
fronta l a sociedad consigo misma; como un espejo negativo presenta
: l o ausente, nombrando as5 l a s contradicciones existentes. La utopía
es desarrollada como c r í t i c a social. L a armonia futura s e encuentra
vinculada con e l actual conflicto social a travgs de una doble me- ,
diación: .mediación entre l a particulariedad del interés individual I
~ 6 ~ e l en su ~ i l o s o f f a del ISerecho ensalza e l patriotismo como " la conciencia de que m i interés sustancial y particular 6stá contenido y guardado en e l interés y e l f i n del Estado, en cuanto relación conmigo como individuo; por e l lo , precisamente, no es directamente un otro para m i y yo soy l i b r e en es ta concienciaw ( 268). E l l o supone que e l Estado no sea mera necesidad ekterna sino e l f i n inmanente de l a Sociedad y que "radica. su fuerza en 12 unidad de su f i n último universal-. y
.de los intereses particulares de los individuos, por e l hecho 'de que e l los frente a l Estado tienen deberes en cuanto tienen, a l a vez, derechos ." ( 261). En l a medida en que es ta unidad no se da, e l Estado no es " la realidad de l a l ibertad concretatr.
con l a universalidad del programa polí t ico y mediación entre
l a heterogeneid~~d estructural y su superXiÓn en l a utopía.
La identidad colectiva es concebida como una identidad por
construir. E s una, tarea pr6ctica: negación de l a s condiciones
que- generan l a otomizaciÓn individurl y local. Su punto de re-
ferencia no es una unidad bio-geográfica ( e l Estado como sin-
t e s i s de t e r r i t o r io y población) sino l a orgLmizaciÓn de un
orden universal (superación de l a s relaciones cap i ta l i s t as de
producción) . Mientras que l a doctrina de Seguridad Nacional pr ivi legia
l a acción' instrumental, tanto l a rel igión como l a revolución
social enfatizan e l f in . Pero a diferencia de l a religión,
l a revolución social plantea l a comunicación sobre l a s normas so-
c ia les como problema de l a actividad humana; l a trascendencia
no &S revelada sino creada. 82/ E l marco normativo es producto
de l a prcaxis y l a praxis consciente es diálogo: orden racional.
La dificultad radica en l a organización. se& Marx, e l
contenido de l a lucha de clases es internacional en -tanto que su
forma es nacional. ' iio cmac t e r í s t i co del capitalismo dependien-
t e es l a ausencia de l o nacional, l a f a l t a de clases nacionales.
Retornamos pues a l pwito de partida, e l a n ~ l i s i s de l a
nación, pero ya no como ca t ego rh de identidad colectiva sino
como c r i t e r i o de organizaciÓn. cómo organizar uria r e v o l ~ i ó n
social de carácter ,-universalista . . como . t~area . comh de d i s t in tas
p r h i c a s sociales? . .
~. Para que e l esbozo no sea'dcmasiado esquem~tico debe re-
-
cardar, que e l catolicismo post-conciliar enfatiza l a trascendencia presente en l a h is tor ia ( los signos del tiempo)
En los t r e s intentos en competencia encontramos una
mezcla de diagnóstico sociolÓgico con pensamiento mítico. E l mito
vincula e l diagnóstico de l a diversidad social con l a necesid;:d ,
de m a integración social. La vinculación es interrogada de dos
maneras: cómo no hay unidad s i toda l a oblación es cr is t iana/si
toda l a población es chilena? cómo lograr . la unidad nacional
dada l a división social? En respuesta se postula una identidad
colectiva bajo forma de mito unitario. Pareciera que e l mito mi-
t a r io es e l Único mecanismo de identidad colectiva bajo l a s condi- !
cienes del capitalismo dependiente. La determinación externa de
l a s sociedades latinoamericanas y 'su heterogeneidad estructural
no permiten desarrollar una identidad colectiva sino por recurrencia
a una referencia que trascienda l a s estructuras existentes.
La dificultad por construir una identidad colectiva no
es exclusiva del capitalismo dependiente. Las shciedades capita-
listas de a l t o desarrollo tienen un problema s i m i l a r ; basta recordar
e l Mayo 68 y e l regionalismo renovado en Francia. Para un estudio
mbs profundizado llamo l a atención sobre l a influencia que tuvo e l
cosmopolitanismo de Roma y l a idea de l a monarquía universal para - impedir e l desarrollo'de una identidad n a c i ~ n a l en I t a l i a , Alemania - . y en todos los ~ a í s e s del antiguo Imperio español. Hay que contrastar
l a experiencia europea ccn los Estados Unidos, donde acaso siempre
e l contribuyente de 'impuestos eclipsó a l ciudadano. Cuando se
denuncia e l predominio del ut i l i tar ismo sobre l a tradición lockeana . . del %ontrato social" como razóyi de l a c r i s i s de l a democracia norte-
83 a m e r i c a n d , s e apunta en e l fondo a l a pérdida de una identidad
83/ C f . Si lvert , Kalmm: The Qearch f o r ~ e m o k r a c ~ , Nev ~ o r k (en prensa).
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colectiva. Considerando, s in embargo, que los ~ s t a d o s Unidos se
caracterizan por un predominio de l a Sociedad Civil, sobre e l Estado, 9 cabe preguntarse, s i t a l articuiaci6n permitió alguna vez a l a - .
sociedad norteamericana establecer una identidad colectiva y s i no #
se trataba siempre m& bien de una integración social mediante
agregación de intereses. Mientras que l a tradición europea-cont inent a l
apunta a una voluntad general po r encima de los intereses particu-
la res de l a sociedad c i v i l (~ousseau, ~ e g e l ) , l a tradición norteame-
ricana real iza una traducción directa de l a racionalidad económica
en principio polit ico. La democracia es concebida como un 9nercado
de podern en forma and~oga a l mercado de propietarios privados.
Lo universal es ubicado en una naturaleza humana a pr'iori (~wnan
~ i g h t s ) , estableci6ndose l a integrzción social bajo forma de nego-
ciación entre particulares, . excl-uyendo del '>bargainingm justamente
l a generalidad. La fuerza de l a voluntad colectiva es que,radica en
e l compromiso entre intereses particulares. O sea, l a integración
social s e real iza mediante mecanismos de l a Sociedad Civil en tanto
que la/ tradición europea busca en e l predominio del Estado justa- '
mente l a identidad colectiva corno identidgd de l o y l o par-
t icular , unidad de los contrarios, ,
, . . , Las observaciones sobre l a s formas d e integraci6n social
pueden abr i r una perspectiva de an6iis is .para e l problema planqeado
en e l capítulo anterior: , e l espacio político-social d e l capitalismo.
E l capi ta l es uri proceso pue se desarrolla dentro de determinado
espacio. Pero e l espacio no es delimitado por e l proceso del capi ta i ;
conocemos su tendencia universalizante. La delimitación responde a otro requisito,: l a integración social . La estructura económica .
no real iza por si l a integración social . Al contrario, produce una
enajenacibn entre e l individuo y l as fuerzas sociales por 61
producidas que debe ser c ompensada por l o s mecanismos de integra-
ciÓn social. Pero a l a vez, l a integración social debe es tar
acorde ccn l o s requerimientos del capi ta l . La integración social
ofrece los mecanismos de iegitimacibn para e l proceso del capi tal .
Durante e l c ap i t a l i sm~ l ibera l , l a legitimación era inmediatamente
económica, radicaba en e l mercado. La idea del intercambio justo
est6 en l a base de l a integración de l a sociedad norteamericana.
En l a medida en que l a concentraci6n y centralización del capi ta l
paraliza (a l menos parcialmente) e l mercado, destruyendo l a ideolo-
gía del intercambio, l a iegitimaci6n del funcionamiento cap i ta l i s t a
debe ser aportada por l a polít ica. E s e l Estado quien debe rea l izar
l a integración social , incluso en los Estados Unidos - l a concep-
ción kennediana de New Frontier o l a Great Society de Johnson son
ta les intentos de crear una identidad colectiva a l margen de l . .
mercado.
Las actuales dificultades por ins taurm una identidad
colectiva racional ref lejan las dificultades por fundar en l a
razón u& integraci6n social acorde a l proceso de internacionaliza-
ción del capital . Ello aumenta l a necesidad de rea l izar l a inte-
gración social de manera más y m6s autori tar ia . En esta perspectiva,
l a pregunta i n i c i a l por l a articulación entre economia y po l í t i ca
adquiere una dimensibn pr.ktica inmediata: es preguntar por l a
violencia necesaria para mantener l as estructuras capi tal is tas .