UNIVERSIDA AUTONOMA DE SINALOA
UNIDAD ACADÉMICA DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA
LICENCIATURA EN DERECHO
TEORIA POLITICA
LOS MOCHIS SINALOA, A martes 3 DE DICIEMBRE DE 2013
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ÍNDICE UNIDAD 3 FACTORES
Introducción………………………………………………….………3
Factores de poder psicológicos……………………………………4 Factores de poder geográfico………………………………………5,6 Factores de poder demográfico………………………..…………….6 Factores de poder socioeconómico………………………...……….8
Unidad 4 Formas e instrumentos de la contienda política…………………………………………………………,10,11,12 Detentación del poder………………………………..13
Política y nivel de vida………………………………..14
Progreso técnico………………………………………15 Las instituciones……………………………………….16
Marco de desarrollo……………………………………17 Ideologías…………………………………………….….18
Unidad 5 Sistemas políticos………………………….…………..19 Regímenes autocráticos……………………………….20
Las democracias……………………..………………21,22 Democracia semidirecta……………………………….23 Democracia participativa……………………………….24 Democracia social……………………………………….25 Democracia liberal………………………………………26
Derechos y libertades…………………………………..27 Representación proporcional y liberal……………...28
Sistemas presidenciales y parlamentarios…………29
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Introducción
En la siguiente síntesis se habla sobre diferentes tipos de factores y diversos
temas políticos muy importantes ya que son relevantes y es indispensable
conocerlos para tener un mayor conocimiento sobre tales factores, aquí nos habla
también sobre el poder el cómo está organizado y de qué manera influye en la
sociedad y a lo que hace referencia, también se hace referencia a otros temas
muy importantes como las elecciones, formas de democracia, partidos políticos
entre otros muchos más que se apegan mucho a lo político .
Tales temas mencionados y presentes en esta síntesis son teóricos ya que son
diferentes puntos de vista de diferentes personas y nos ayuda a tener una mayor
comprensión sobre la política y su organización.
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UNIDAD 3
Factores reales de poder.
Las luchas políticas se presentan como resultado de numerosos factores que se
contrarrestan entre sí. Según Duverger un antagonismo se genera siempre dentro
de cierto marco, y los elementos reales de poder que lo engendran influyen en el
modo en que se manifiestan. Para él, las formas de lucha política dependen de
cuestiones biológicas, psicológicas, demográficas, geográficas, culturales y
socioeconómicas.
1.- Factores de poder biológicos.
Existen dos teorías que le otorgan a éstos la mayor importancia en las luchas
políticas. Ninguna de las dos posee valor científico. La primera de ellas se refiere a
“la lucha por la vida” basada en la evolución de las especies propuesta por
Charles Darwin. Cada individuo debe de combatir a los demás para poder
sobrevivir y, en consecuencia, sobreviven los más aptos. Se trata de una selección
natural que asegura la conservación y el desarrollo de los mejores. En el terreno
político, Mosca denomina a lo anterior la lucha por la preeminencia, que sirve de
base a las teorías sobre las élites. De la competencia por el poder surgen los
mejores, los más aptos, los más capacitados para gobernar.
Factores de poder psicológicos.
El psicoanálisis creado por Sigmund Freud tiene por objeto traer a la conciencia
los sentimientos reprimidos y oscuros que se encuentran en el inconsciente, y
busca técnicas para controlar los conflictos y fricciones en las relaciones
interpersonales. Se sustenta en que la primera infancia de un individuo tiene una
importancia decisiva en su composición psicológica. En la infancia, los padres
desempeñan un papel esencial, y el hombre se define a través de ellos dentro de
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la sociedad que lo rodea. Estas relaciones de los padres con los hijos influyen de
manera inconsciente en todas las demás relaciones sociales, especialmente en
las de autoridad y de poder. La agresividad, la violencia, la dominación y el
autoritarismo son factores evidentes de antagonismos políticos. El deseo de
dominar y las actitudes autoritarias pueden ser el resultado de la voluntad real de
poder de un individuo fuerte y enérgico o producto de una debilidad psicológica, de
un trastorno interno o una incapacidad para dominarse a sí mismo y hacerse
respetar por los demás. Esta actitud, pues, se disimula detrás de una conducta
autoritaria. Las personalidades autoritarias se adhieren a partidos conservadores
en tiempos tranquilos.
Factores de poder geográficos.
Napoleón sostenía que la política de los Estados está condicionada por su
geografía. A su vez, Montesquieu opinaba que los pueblos de las islas se hallan
más inclinados a la libertad que los pueblos asentados en continentes, porque el
mar separa a las islas de los grandes imperios y consigue que la
Tiranía no pueda establecerse. La ausencia de obstáculos naturales favorece las
invasiones y determina que los Estados se encuentren más amenazados y sean
menos estables. Las variaciones observadas en la distribución geográfica de
Europa a lo largo de su historia son producto de fenómenos políticos vinculados a
la geografía. Las fronteras naturales han engendrado antagonismos políticos. La
dispersión o la aglomeración de hábitat dependen esencialmente de elementos
geográficos, que de esta forma adquieren influencia política. Sin embargo, las
luchas políticas no sólo están determinadas por cuestiones geográficas, sino por
las relaciones entre los Estados, por la red de vías de comunicación, por las
materias primas y los recursos natural. Por otra parte, a través de la historia los
factores geopolíticos han tenido un predominio variable:
a) Primer factor geopolítico. Agrupa a los pueblos asentados cerca de grandes
ríos. Alrededor del Éufrates y el Tigris floreció Mesopotamia: al lado del Ganges, la
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India; junto al Nilo, Egipto; alrededor de los ríos Grijalva y Usumacinta, los
Olmecas; junto al río YanTse Kiang, China; y al lado del río Tíber, Roma.
b) Segundo facto geopolítico. Abarca los pueblos asentados en las costas de
mares interiores y que dieron lugar a todas las culturas del Mediterráneo, Fenicia,
Egipto, Grecia y Roma.
c) Tercer factor geopolítico. Se trata de los pueblos asentados en las islas o
penínsulas abiertas a los grandes océanos: España, Portugal, Irlanda e Inglaterra
d) Cuarto factor geopolítico. Se trata de los pueblos asentados en el macizo
continental integrado, que cuenta con comunicaciones, infraestructura e
integración económica, facto que predomina en la actualidad y que corresponde a
las zonas geográficas más desarrolladas del mundo, como Estados Unidos de
América, Canadá y Europa.
Factores de poder demográficos.
Ciertas teorías sostienen que las guerras y las evoluciones son producto de las
presiones que ejerce en ese sentido la población. Malthus afirmaba, en Ensayo
sobre el principio de la población, que el crecimiento de los habitantes pobres
agravaría aún más su pobreza, llevaría a la envidia por las prosperidades de los
ricos y destruiría el orden social. GastonBouthoul también señalaba que “…las
guerras desempeñan hoy la función reguladora que en otros tiempos jugaron las
epidemias y dan como resultado una relajación demográfica y son una especie de
válvula de seguridad”. Las teorías de la presión demográfica pretendían explicar la
situación de los países subdesarrollados, en los que la población crece a un ritmo
acelerado y provoca un agravamiento de los antagonismos políticos.
Factores de poder culturales.
Las instituciones, las culturas, las ideologías y los sistemas de valores contribuyen
a la aparición de los fenómenos políticos. A cada nivel de desarrollo corresponde
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una gran variedad de instituciones (familiares, escolares, políticas, religiosas,
sexuales, morales, lingüísticas, etc.). Éstas determinan el marco dentro del cual se
desarrollan las luchas políticas. En sus obras La miseria de la filosofía y La
Ideología Alemana Marx señalaba que las ideologías son sistemas de ideas y de
representaciones que tienden a justificar las situaciones de clase. Las ideologías
reflejan las estructuras de clase y tienden a enmascararlas; son la falsa conciencia
de las relaciones de dominación entre las clases. Pero en el desarrollo de las
ideologías intervienen otros elementos, aparte del factor de las clases. Por
ejemplo, las ideologías nacionalistas expresan a veces necesidades comunes a
todas las clases de un país oprimido por otro; las descentralizadoras corresponden
a menudo a las aspiraciones de la provincia de liberarse de la tutela de la capital.
Para Norberto Bobbio la ideología es el conjunto de ideas y de valores
concernientes al orden político que tienen la función de guiar los comportamientos
políticos colectivos. Cuanto más desarrollada está la conciencia política en una
población determinada; es mayor su influencia en el sistema. La conciencia
política está formada por varios elementos: educación, medio ambiente,
experiencia, etc. La ideología ocupa un lugar privilegiado en la conciencia política.
Forman parte de la cultura política:
a) Los conocimientos relativos a las instituciones, prácticas políticas y fuerzas
políticas que operan en determinado contexto.
b) Las orientaciones definidas: la indiferencia, el cinismo, la rigidez, el dogmatismo
o, por el contrario, la confianza, la adhesión, la tolerancia hacia las fuerzas
políticas distintas de la propia.
c) Las normas o el derecho: el deber y la prerrogativa de los ciudadanos de
participar en la vida política, la obligación de aceptar las decisiones de la mayoría,
etcétera.
d) El lenguaje y los símbolos políticos: banderas, contraseñas, logotipos,
consignas.
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Los autores distinguen tres tipos de orientaciones políticas que el individuo puede
adoptar:
Cognoscitiva. Está representada por conocimientos y creencias acerca del
sistema político, las funciones que lo componen y los titulares de dichas funciones.
Afectiva. Es el conjunto de sentimientos que se albergan en relación con el
sistema político y sus estructuras.
Evaluativa. Comprende juicios y opiniones sobre los fenómenos políticos.
Requiere la combinación de informaciones, sentimientos y criterios de evaluación.
Este tipo de orientación es una posición activa del estudioso de la política.
Sin embargo, las naciones no son solamente cultura. El fenómeno nacional es
muy complejo y en él se mezclan numerosos factores. El nacionalismo surgió en el
siglo XIX; al principio fue una ideología de izquierda que más tarde fue adoptada
también por los conservadores. La ideología nacionalista ha cambiado su sentido
y disminuido su importancia por los efectos de la globalización. La nación, sin
embargo, desarrolla un papel importante en los antagonismos políticos cuando ve
amenazada su existencia. Frente a un enemigo externo que oprime o amenaza,
toda la comunidad tiende naturalmente a unirse y a reforzar su agresividad hacia
el exterior; el nacionalismo encuentra entonces un sentido y llega a diferir los
enfrentamientos internos.
Factores de poder socioeconómicos.
Son los elementos más importantes en los antagonismos políticos. Todas las
sociedades humanas han estado caracterizadas por la pobreza, es decir, por la
insuficiencia de los bienes disponibles para satisfacer las necesidades. Las
naciones industrializadas cubren en forma regular los requerimientos de los
hombres, tanto los elementales (alimentación, vivienda y vestido) como los
secundarios (bienestar, diversiones y cultura). Ningún país del mundo ha llegado a
un nivel de desarrollo que permita a todos los individuos satisfacer tanto sus
necesidades primarias como las secundarias. En todos subsisten distintos grados
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de pobreza, y ésta genera desigualdad. Determinadas clases o categorías pueden
procurarse todo lo que desean, mientras que otras sufren enormes privaciones.
Esta disparidad produce antagonismos que son la base de las contiendas
políticas. Antes de Marx, ya se pensaba que las confrontaciones políticas eran
fruto de la desigualdad social.
Las clases cumplen un papel fundamental en la vida política. La noción de clase
se basa en la desigualdad de las situaciones sociales y el carácter colectivo de
esa desigualdad. El sentimiento de pertenencia a una clase, la “conciencia de
clase”, desempeña un papel muy importante en el desarrollo de las luchas
políticas.
UNIDAD IV
Formas e instrumentos de la contienda política.
En su obra “Introducción a la Política”, Maurice Duverger, politólogo francés,
afirma que el objetivo de la lucha política es eliminar los conflictos sangrientos por
formas de lucha menos brutales. Para ello, las armas de la contienda política
variaran de acuerdo a la época, al tipo de sociedad, a las instituciones y a las
clases o grupos sociales enfrentados. Aunque, en general, estas comprenden las
armas militares, el dinero, los medios de comunicación y las masas.
La política no destruye las armas militares, sino que las concentra en manos del
Estado. El dinero procura medios para conquistar y conservar el poder. Sus
detentores procuran sentar en el solio del gobierno, a hombres de confianza a
quienes presionar. En los regímenes autoritarios, los medios de comunicación
están monopolizados por el Estado y por su medio, difunden su programa y
buscan la adhesión ciudadana. En los regímenes democráticos, los medios de
comunicación son empresas privadas sin ataduras con el Estado, pero, no son
libres frente al dinero. En el capitalismo, los medios de comunicación hacen dudar
a las masas de su explotación, esterilizan su rebelión y cretinizan al público.
La contienda política se da en dos planos:
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1.- Entre individuos, grupos y clases que luchan por conquistar el poder. Tenerlo o
influirlo.
2.- Entre gobernantes y gobernados.
Una de las principales causas de la contienda política por el poder, son los
privilegios que éste ofrece al que lo detenta.
Sus ventajas son muy variadas y esto hace que el poder sea objeto de lucha,
entre los mismos individuos y los grupos.
En el segundo aspecto, cuando los ciudadanos se enfrentan al poder, la lucha no
es entre los individuos como tales, sino el pueblo contra el aparato del mismo.
Detentación del poder.
Regularmente el poder es ejercido o detentado por un clan y contra este grupo se
efectúa la lucha de los otros clanes, a fin de poder obtener el poder y sus
privilegios. Pero dentro del pequeño grupo (clan) que tiene el poder, existe una
minoría dominante y entre ésta y los otros miembros del clan, también existen
dificultades aunque diferentes a las otras, de gobernantes y gobernados.
Política y nivel de vida (relación).
La relación que existe entre los criterios políticos y el nivel de vida es muy fuerte.
No siempre los individuos de nivel superior e inferior se encuentran separados en
sus objetivos políticos, pero la mayoría de las veces así es. La acepción de clase
social está basada en la situación social y el carácter que colectivamente se tiene
de ésta desigualdad.
Las “Elites”.
Las élites son consideradas como el grupo de individuos más capaces en cada
rama de la actividad humana. Estas élites luchan contra la masa, para alcanzar la
posición de dirigentes.
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La lucha de las élites es contra otras ya constituidas y situadas, que tratan de
formar una oligarquía y perpetuarse en el poder.
Por lo general es un grupo o élite el que mantiene el poder político, el cual puede
ser desplazado por otro que a su vez se convertirá también en élite y el conjunto
de éstas forman a fin de cuentas una oligarquía política.
Ritmo de desarrollo.
El ritmo de desarrollo es algo muy importante, tanto como el nivel del mismo.
Lejos de lo que pudiera pensarse, al creer que un rápido desarrollo pueda traer
consigo mismo más calma política, es lo contrario; el rápido desarrollo aumenta
las tensiones mientras que el lento las disminuye. En las sociedades estables el
orden que existe es aceptado de manera general por injusto que
sea, ya que se le considera “natural”. El desarrollo acelerado produce cambios en
las estructuras sociales, y las desigualdades e injusticias que antes se soportaban,
ahora se tornan insuperables, porque lo acelerado destruye los marcos
tradicionales y muchos núcleos sociales se sienten desamparados.
Las instituciones.
Las instituciones son el conjunto de las formas o estructuras fundamentales, de
organización social, tales como han sido establecidas por la ley o la costumbre de
un grupo humano.
Las instituciones, poseen una influencia indiscutible sobre las contiendas políticas;
sobre todo, las instituciones de organización y estructura de poder. Aunque el
problema radica en saber si la influencia es propia o si lo refleja a otros factores.
Las instituciones mantienen cierta autonomía en relación con las estructuras
socioeconómicas, y en la medida de esta autonomía, constituyen por sí mismas
factores de lucha política.
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Marco de desarrollo.
El marco donde se desarrollan los antagonismos es también un factor que puede
agravarlos o atenuarlos.
En un sistema democrático donde las luchas políticas se manifiestan libre y
abiertamente a través de las elecciones, de los debates parlamentarios y de la
prensa, la lucha parece atenuarse por el hecho de expresar las diferencias
existentes, operando como una válvula de seguridad. Aunque por otro lado, los
antagonismos parecen crecer, ya que las cosas obtienen más fuerza cuando se
anuncian y repiten. Lo anterior son dos enfoques diferentes de un mismo marco.
Factor Técnico (Régimen electoral).
El factor de naturaleza puramente técnica o institucional es el régimen electoral. El
escrutinio mayoritario a una sola vuelta tiende al bipartidismo y la votación a dos
vueltas, tiende al multipartidismo.
La operatividad de esta institución frena o acelera a la institución de los factores
socioeconómicos y culturales.
Las relaciones entre sistema electoral y sistema de partidos, ponen en evidencia
de forma clara la autonomía que pueda existir en las instituciones. Una ordenación
técnica como lo es (el sistema electoral) confiere a una
institución (al sistema de partidos) una forma que acciona sobre los antagonismos
políticos, ya sea aumentándolos o disminuyéndolos.
Otra característica de las instituciones políticas es la inercia social. Las
instituciones subsisten mucho tiempo después de que han desaparecido los
factores que les dieron vida y por consecuencia la persistencia de estas
estructuras influyen en los conflictos políticos: sólo que cuando la reforma de las
instituciones no se hace a tiempo, la inercia social corre el riesgo de provocar
explosiones revolucionarias.
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Ideologías.
Las ideologías son sistemas de opiniones y creencias
Las ideologías, por ejemplo, sobre centralización y burocracia, señalan conflictos
entre las masas y sus jefes; entre gobernantes y gobernados. Por otro lado, las
ideologías nacionalistas expresan a veces necesidades comunes a todas las
clases de un país oprimido por otro.
Por otra parte el hecho de que las ideologías y las creencias reflejan fuerzas
sociales, no significa que los pensadores, filósofos e ideólogos quedan fuera en su
elaboración.
El ideólogo por lo general actúa bajo presión de una necesidad social, pero ello no
significa que la sociedad necesariamente deba acogerla, es aquí donde la
participación personal del creador es definitiva.
Partidos políticos.
La denominación de Partido Político deriva del latín pars que significa parte o
fracción; y del griego polis que significa ciudad-estado, es decir que en base a sus
raíces, partido político significa una fracción de la ciudad, una parte del Estado. No
obstante, tal significado etimológico ha ido evolucionando hasta adquirir su
significado actual.
En nuestros tiempos la concepción de partidos políticos, como grupos organizados
que se proponen conquistar y mantener el poder con el fin de hacer valer el
programa político económico y social que comparten sus miembros, es harto difícil
por la gran variedad y complejidad de las sociedades modernas.
En los países capitalistas hay muchos partidos políticos porque entre los
elementos que integran la burguesía propietaria de los medios de producción — la
tierra, las fábricas, los transportes, las comunicaciones y las instituciones del
crédito— hay discrepancias y contradicciones. Los más fuertes, desde el punto de
vista económico, compran las pertenencias de los débiles o los arruinan,
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aumentan su capital, forman monopolios en las diversas ramas de la economía, y
los monopolios dedicados a las finanzas terminan por dominar a los dedicados a la
producción. En este proceso los diversos sectores de la burguesía defienden sus
intereses propios frente a la actividad de los otros, organizando para ese fin sus
partidos políticos.
Existen varios partidos que se llaman de izquierda o de la clase obrera porque no
todos los elementos que constituyen la clase trabajadora tienen conciencia clara
de su situación de explotados ni poseen una doctrina científica que les explique
las leyes de la evolución histórica y los ayude a organizarse y a precisar sus
objetivos inmediatos y sus deberes posteriores.
Los partidos políticos requieren de una estructura jerárquica y de una
organización. La estructura está condicionada por la división territorial, con fines
electorales que imperan en el país. De esta manera, los partidos requieren
órganos directivos nacionales, estatales, distritales, municipales, etc.
La estructura de los partidos se presenta como una pirámide en cuya cúspide se
encuentra el órgano de dirección nacional, que en términos generales se
denomina Comité Ejecutivo Nacional (CEN). Después siguen comités de
demarcación territorial que pueden ser regionales, estatales, municipales y dentro
de estos las unidades básicas del partido que son propiamente el sostén más
importante de los partidos políticos y que son de diversa índole. Según Duverger
los elementos de base de cada partido tienen una estructura original y pueden
distinguirse cuatro grandes tipos: el Comité, la Sección, la Célula y la Milicia.
El Comité reúne un pequeño grupo de miembros y es de carácter limitado y
cerrado abarcando una circunscripción territorial que por lo general es la principal,
no desarrolla ninguna propaganda, con vistas a
Extender su reclutamiento y su fuerza no descansa en la cantidad de miembros,
sino en su calidad.
La Sección trata de buscar y aumentar sus miembros, lo que más importa es la
cantidad por eso es ampliamente abierta y todo el que quiera puede adherirse y es
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pues la unidad básica de dos partidos de masas y su territorio es más pequeño
que la del comité.
La Célula reúne a los miembros del partido en el lugar mismo de su trabajo.
Existen cedulas de quince o veinte miembros pero puede hacer cedulas hasta de
50 miembros. La naturaleza y la dimensión de la célula le dan un mayor poder
sobre sus miembros que el de la sección. Se presta más a la acción clandestina y
permite una comunicación más frecuente entre sus integrantes. Esta manera de
organizarse es característica de los partidos comunistas.
Sistemas políticos.
Se entiende por sistema político un conjunto organizado de leyes, instituciones
públicas, ideología, organización burocrática, estructuras sociales y acción de
gobierno, que define el modelo político de una sociedad concreta.
Los sistemas políticos se caracterizan por su complejidad; de ahí que resulte muy
difícil establecer sus rasgos propios, puesto que además no se trata habitualmente
de sistemas estáticos, sino que por su propia estructura son cambiantes y
dinámicos. Y esto último sucede gracias a la acción directa e indirecta que ejercen
la sociedad y los ciudadanos sobre el propio sistema, el cual evoluciona a causa
de esa acción, bien incluyendo reformas sobre el sistema, bien sustituyendo
algunos aspectos esenciales del mismo, con lo cual se produce un cambio político
del sistema.
Por regla general, el marco que define a un sistema político es la Constitución, es
decir, el texto legislativo fundamental que establece las instituciones del Estado,
sus normas de funcionamiento, la división de poderes, los mecanismos de
elección de gobernantes y representantes de los ciudadanos, y, sobre todo, el
conjunto de deberes y derechos fundamentales de los ciudadanos.
El régimen político o sistema político de un Estado responde a un concepto
amplio, que involucra la forma de gobierno del Estado, la organización de los
poderes públicos y sus interrelaciones, las estructuras socioeconómicas, las
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tradiciones, las costumbres y las fuerzas políticas que impulsan el funcionamiento
de las instituciones.
Desde la Antigüedad clásica existe interés en definir los sistemas políticos; fueron
estudiados por Aristóteles, Polibio, Santo Tomás, Maquiavelo, Montesquieu,
Rousseau, etc.
En la actualidad, varios son los teóricos que se han dedicado a analizar las formas
de los Estados y tipificarlos, como por ejemplo Karl Loewentein, Georges Burdeau,
Raymond Aron, Paolo Bisgaretti di Ruffia, Jiménez de Parga, etc.
La división más común de los regímenes políticos es:
Regímenes autocráticos: Los autocráticos, en términos generales, son aquéllos
donde los gobernados deben comportarse según las reglas que les dicta el
gobernante.
Se dividen en:
Régimen totalitario: Los gobernados pueden participar en el proceso político a
través de un solo canal o partido único, el cual está orientado por una ideología
totalizante que controla y regula todos los aspectos de la vida de las personas. No
se admiten ni toleran minorías discrepantes al orden establecido. El partido político
único de gobierno desarrolla la educación y la propaganda que da sustento
permanente al régimen establecido.
Régimen autoritario: Existe un pluralismo político limitado y no responsable. No
existe una ideología elaborada que lo guíe como el totalitarismo, sino que existen
"mentalidades" distintas, que más bien defienden y justifican la estructura política
existente sustentada por las costumbres y la tradición. Estos regímenes se
caracterizan por ser de élite, donde un grupo de elegidos resuelve los problemas
públicos sin consultar al pueblo. De tal modo este grupo elítico busca la
desmovilización de los miembros de la sociedad civil fomentando la apatía política,
hasta donde no les sea contrario a sus intereses. En la mayoría de los casos estos
regímenes son radicalmente transitorios pues dependen de un líder carismático
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fundador y de la élite que lo rodea; desaparecido el líder pueden derivar a un
sistema democrático o a uno totalitario (Humberto Nogueira).
Regímenes democráticos Los regímenes democráticos se caracterizan porque el
poder político se encuentra distribuido en tres órganos, las autoridades son
elegidas en elecciones libres, competitivas y limpias, la acción política de la
oposición es aceptada e incentivada, existe un respeto y garantía por los derechos
de las personas y en general priman los valores, principios y atributos de la
democracia.
Las democracias.
Si queremos definir la palabra democracia es relativamente fácil: Kratos significa
poder y Demos, del pueblo. Es obvio que el término democracia no nos sirve para
entender la realidad democrática actual. O como dice Sartori si nos referimos a la
expresión literal de democracia, nos estamos refiriendo a los sistemas y
regímenes políticos en los que el pueblo manda. Pero, ¿Quién es el pueblo? Y
luego, ¿como atribuir poder al pueblo? Por ejemplo demos para Aristóteles eran
los pobres; para otros es el cuerpo entero de ciudadanos, o se refiere a los
muchos, a las masas, a las mayoría absoluta, etc., y luego la expresión literal se
vuelve mas compleja cuando juntamos el concepto de pueblo con el de poder. El
poder es del pueblo en cuanto es el pueblo el que propiamente lo ejerce, pero en
la realidad no sucede así. Y sin embargo, las democracias modernas existen, pero
existen porque se ha entendido que el problema de dotarlas de existencia
comienza, exactamente, en donde el planteamiento etimológico se agota.
Al afirmar que el poder es del pueblo se establece una concepción sobre las
fuentes y sobre la legitimidad del poder. Para este efecto, democracia quiere decir
que el poder es legítimo sólo cuando su investidura viene de abajo, sólo si emana
de la voluntad popular.
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En conclusión hay democracia cuando existe una sociedad abierta en la que la
relación entre gobernantes y gobernados es entendida en el sentido de que el
estado esta al servicio de los ciudadanos y no los ciudadanos al servicio del
Estado, en la cual el gobierno existe para el pueblo y no viceversa.
Bobio39 en lo que llama “Una definición mínima de democracia” señala:
La democracia está caracterizada por un conjunto de reglas que establecen quien
está autorizado para tomar las decisiones colectivas y bajo que procedimientos.
Así pues, con el objeto de una decisión tomada por individuos (uno, pocos,
muchos, todos), pueda ser aceptada por una decisión colectiva, es necesario que
sea tomada con base en reglas que establecen quienes son los individuos
autorizados a tomar las decisiones obligatorias para todos los miembros del grupo,
y con qué procedimientos.
Concepto de democracia que nos señala el maestro Andrés Serra Rojas.40
La democracia es un sistema o régimen político, una forma de gobierno o modo de
vida social, en que el pueblo dispone de los medios idóneos y eficaces para
determinar su destino, la integración de sus órganos fundamentales o para
expresar la orientación ideológica y sustentación de sus instituciones.
O bien la cita que nos da Pablo Lucas Verdú:
Un régimen político que institucionaliza la participación de todo el pueblo en la
organización y el ejercicio del poder político mediante la intercomunicación y
diálogo permanente entre gobernantes y gobernados y el respeto de los derechos
y libertadesfundamentales dentro de una justa estructura socio-económica.
O también la muy famosa definición de Abraham Lincoln:
El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.
Afirma Georges Bourdieu:
“La democracia es hoy una filosofía, una manera de vivir, una religión y, casi
accesoriamente, una forma de gobierno. Esto viene tanto de lo que es efectivo
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como de la idea que se hacen los hombres cuando ponen en ella su esperanza
para una vida mejor. La amplitud y la densidad del fenómeno entrañan el riesgo de
paralizar su examen al obligar al observador a pasar sin cesar de un plano a otro y
a modificar al mismo tiempo sus métodos y los valores que le sirven de centro de
referencia”.
Las características de las democracias.
El Estado liberal no solamente es el supuesto histórico sino también jurídico del
estado democrático, según Bobbio41 por lo que respecta a los sujetos llamados a
tomar las decisiones colectivas, un régimen democrático se caracteriza por la
atribución de este poder, que en cuanto autorizado por la ley fundamental se
vuelve un derecho.
La regla fundamental de la democracia es la regla de la mayoría, o sea la regla
con base en la cual se consideran decisiones colectivas y por tanto obligatorias
para todos, es una característica esencial que nos señala que las decisiones
aprobadas deben ser al menos por la mayoría. Ahora bien, si, es válida una
decisión tomada por la mayoría, con mayor razón es válida una decisión tomada
por unanimidad.
Ahora bien, es indispensable que aquellos que están llamados a decidir o a elegir
a quienes deberán decidir, se plantee alternativas reales y estén en condiciones
de seleccionar entre una u otra. Con el objeto de que se realice esta condición es
necesario que a quienes deciden les sean garantizados los llamados derechos de
libertad de opinión, de reunión, de asociación, etc., los derechos con base en los
cuales nació el estado liberal y se construyó la doctrina del estado de derecho, es
decir, del estado que no solo ejerce el poder, sometido a la ley, sino que lo ejerce
dentro de los límites del reconocimiento constitucional de los llamados derechos
inviolables del individuo.
La democracia nació de una concepción individualista de la sociedad, partiendo de
la hipótesis del individuo soberano que, al ponerse de acuerdo con otros
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individuos igualmente soberanos, crea la sociedad política. Sin embargo, lo que ha
sucedido en los estados democráticos es exactamente lo opuesto: los grupos se
han vuelto cada vez más los sujetos políticamente relevantes, las grandes
organizaciones, las asociaciones de las mas diferente naturaleza, los sindicatos de
las más diversas actividades, los partidos de las más diferentes ideologías y, cada
vez menos los individuos. No son los individuos sino los grupos los protagonistas
de la vida política en una sociedad democrática. Es decir, la sociedad real que
subyace en los gobiernos democráticos es pluralista.
Nada es más peligroso para la democracia que el exceso de la democracia, pero
desde luego la característica de un gobierno democrático no es la ausencia de
élites sino la presencia de muchas élites que compiten entre ellas para la
conquista del voto popular.
Otra característica importante es que la democracia moderna nació como método
de legitimación y de control de las decisiones políticas en sentido estricto o de
gobierno propiamente dicho.
También situación importante por la que atraviesa la democracia real es la
presencia del poder invisible (mafias, logias masónicas, servicios secretos no
controlados) que cada día mas eligen a los elegibles por el pueblo y por ende,
ellos toman las decisiones;
lo que nos esta llevando la tendencia ya no hacia el máximo control del poder por
parte de los ciudadanos, sino, por el contrario, hacia el máximo control de los
súbitos por parte del poder.
Otra característica más es que en las democracias más consolidadas surge el
fenómeno de la apatía política, que frecuentemente involucra a cerca de la mitad
de quienes tienen derecho al voto. Y además, disminuye el voto de opinión y
aumenta el voto de intercambio, es decir en el apoyo político a cambio de favores
personales, que no es otra cosa que la degeneración de las costumbres públicas
por las que las opiniones, los sentimientos, las ideas comunes, son sustituidas
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cada vez más por los intereses particulares que por lo regular son expresión de
moral baja y vulgar.
Además, si pensamos en una democracia mejor debemos apelar a los valores; el
ideal de la tolerancia no debe prevalecer el fanatismo, o sea, la creencia ciega en
la propia verdad y en la fuerza capaz de imponerla. Luego tenemos el ideal de la
violencia, es decir, lo que esencialmente distingue a un gobierno democrático de
uno no democrático, es que solamente en el primero los ciudadanos se pueden
deshacer de sus gobernantes sin derramamiento de sangre; la resolución de los
conflictos sociales sin recurrir a la violencia. Tercero, el ideal de la renovación
gradual de la sociedad mediante el libre debate de las ideas y el cambio de
mentalidad y la manera de vivir pues solamente la democracia permite la
formación y expansión delas revoluciones silenciosas; por último, el ideal de la
fraternidad que una a todos los hombres en un destino común.
No es posible considerar la existencia de la Democracia si no se le entiende como
una forma de vida. Y ésta no se produce sin la efectiva existencia, en la realidad
social, de las condiciones que a continuación señalaremos:
Realidad poblacional. Es necesario que los gobernantes perciban a la población
del estado sin abstracción alguna y en su realidad, y a la sociedad, como la
efectiva dinámica de la convivencia humana.
Constitución. Es la norma constituyente de un orden jurídico, o bien, el conjunto
de principios políticos que son consecuencia de un proceso histórico que resulta
ser la pieza clave del desarrollo del hombre y de su comunidad.
Justicia Social. Es un orden social justo. Esta condición requiere que los
órganos del estado asuman la rectoría de la economía de la sociedad para dar un
equilibrio de oportunidades.
Representación Política. Es necesario que los gobernantes sean electos por los
ciudadanos y conjuntamente formen una voluntad común sobre la base del
cumplimiento compartido de los principios constitucionales, su forma de existir que
21
le permite hacer efectiva la norma constituyente en que se sustenta la unidad
política.
Autoridad legítima y vigorosa. Cuando los gobernantes respetan la esfera de la
autonomía de cada clase social, grupo e individuo la democracia se presenta en la
sociedad, porque, entonces los gobernados deciden a través del voto su forma de
vida. Este fenómeno solo puede producirse cuando gobernantes y gobernados
están conscientes de que la constitución es la premisa de su convivencia.
Sometimiento de los gobernantes al derecho. No puede construirse un sistema
democrático si los gobernantes respetan la legalidad pero no
el derecho. La distinción entre constitucionalidad y legalidad es fundamental para
diferenciar un régimen democrático, real de uno aparente. El régimen de derecho
significa igualdad ante la ley.
Los tratadistas de la materia consideran que los principios fundamentales de la
democracia, o sus características son las siguientes:
La igualdad filosófica en la libertad. La igualdad de condiciones y la teoría de la
representación son el fundamento de la democracia.
El hombre es un fin y el Estado es un medio.
En la democracia el gobierno está al servicio del gobernado.
La democracia se funda en el gobierno de la ley.
La democracia se funda en la voluntad de la mayoría, pero respeta la de la
minoría.
Para la realización de sus fines, en la democracia se utilizan procedimientos
democráticos.
Formas de la Democracia.
22
La democracia auspicia, respeta y garantiza la existencia de la libertad, por este
hecho, la democracia desde sus orígenes ha sido y sigue siendo un ideal, ya que
el uso abusivo del vocablo obliga a delimitar su alcance real que sólo puede
lograrse después de examinar tres modelos democráticos que marcan la historia
de las instituciones constitucionales: la democracia directa, la democracia indirecta
o representativa y la democracia semidirecta.
Democracia directa.
Es la forma de gobierno donde el pueblo, reunido en asamblea participa sin
intermediación alguna en las decisiones políticas del Estado, en especial en la
aprobación de las leyes.
Es el sistema desarrollado en la república romana a través de las centurias
formadas por ciudadanos que votaban las decisiones políticas y las leyes. El
fenómeno se presentó con relativa facilidad en las estructuras políticas
mencionadas porque constituyeron ambientes propicios para la aplicación del
sistema descrito, debido al reducido número de personas que formaban las
ciudades. No es posible calificarla como democrática porque, cuando funcionó, los
ciudadanos formaban un grupo social privilegiado y beneficiario, marginaba a la
mujer y sustentaba la esclavitud.
En los Estados, actuales no es posible que la ciudadanía participe directamente en
la elaboración de las leyes y en las decisiones de los estados. Dando esto a
consideración como un mito de que los ciudadanos son representados por las
personas que eligen como representantes.
La democracia directa es una forma de organización política en la que el conjunto
de los ciudadanos titulares de derechos políticos expresa de un modo inmediato la
voluntad suprema de la comunidad, correspondiéndole la adopción de las leyes y
de las decisiones más importantes.
23
Democracia Representativa.
Forma de Estado en la que la actuación del principio democrático tiene lugar
esencialmente mediante la elección periódica por el cuerpo electoral de los
órganos legislativos.
Este sistema fue producto inmediato de las transformaciones suscitadas durante el
siglo de las luces. En 1789, al caer la monarquía francesa, los diputados
constituidos en Asamblea Nacional tuvieron la convicción de representar al pueblo
y éste, la sensación de decidir las acciones de aquéllos.
En la democracia representativa la ciudadanía se significa por elegir en la jornada
electoral a las personas que integraran los órganos que tienen a su cargo
modificar la Constitución, hacer las leyes y realizar reformas de estas.
Pero una vez que se han integrado esos órganos, los ciudadanos carecen de vías
para participar en la producción de normas.
Debido a esto se han dado diferentes representaciones políticas:
Representación política como mandato imperativo. La relación existente entre
los ciudadanos y los diputados que aquellos eligieron se entendió como el contrato
civil de mandato, consistente en el acuerdo de voluntades por virtud del cual una
parte denominada mandatario actúa en nombre y de acuerdo con las instituciones
de la otra parte identificada como mandante de tal manera que a esta se atribuyen
los actos realizados por la primera. Esto condujo a la necesidad de dotar al
electorado de un mecanismo para sancionar al mandatario que no cumpliera con
su cometido. Se pensó, entonces, que los electores podían revocar el mandato
que había otorgado, medida que resulto tan impráctica como insuficiente.
Representación política como función autónoma. Los representantes políticos
son electos para trabajar con autonomía por los intereses ciudadanos o por los de
la nación. La representación política como función autónoma, fue denominada por
Duverger,”mandato representativo” expresión poco afortunada porque la idea
comprende la de representación.
24
Representación política como función constitucional. Si fuera necesario
sustentar la existencia de una representación política en los gobernantes,
convengamos en que no sería suficiente a través de las declaraciones expresas
contenidas en las constituciones. Las constituciones contienen esas
determinaciones serian igualmente valido suponer la representación política
conforme a nuestras preferencias ideológicas como negar su existencia. Para
esclarecer este problema debemos tener presente que la función de los
gobernantes es aplicar al
derecho o sea, las disposiciones jurídicas que rigen sus atribuciones. Así, la única
representación que puede ostentar es la del orden normativo, por estas razones,
las constituciones suelen obligar a los servidores públicos a jurara o protestar que
en el desempeño de los cargos respetaran la constitución y las leyes que de ella
emanan, como sucede en las siguientes constituciones: mexicana, alemana y
danesa.
Democracia semidirecta.
La democracia directa es casi imposible frente a las grandes muchedumbres de
estos tiempos en que continua crecimiento y dominadas por la pasión y el
sentimiento de sus grandes carencias económicas.
El sistema representativo que funciona irregularmente en las naciones de amplio
desarrollo institucional, constituye una verdadera aberración en las naciones
subdesarrolladas, ante los tormentosos sucesos de estos tiempos la democracia
va sufriendo en su estructura los acomodamientos o revisiones que los países se
ven obligados a crear para hacer frente a las mismas convulsiones que amenazan
su integridad. De ahí que se piense que algunas tomas de decisiones (para
retomar algo de la democracia directa), sobre todo para aprobar cambios a los
pactos nacionales que pueden ser las leyes y algunas decisiones políticas del
ejecutivo se debe implementar el plebiscito, el referéndum y la revocación popular.
Las Instituciones dentro de la democracia semidirecta:
25
Iniciativa ciudadana: Mediante ésta un número de ciudadanos determinado por
las normas correspondientes, pueden iniciar el procedimiento de modificaciones
constitucionales y de producción legislativa ordinaria.
El veto ciudadano: Permite a un número determinado de ciudadanos denegar,
en forma directa, disposiciones constitucionales, legales y decretos específicos
aprobados por los órganos legislativos.
Plebiscito: Es la votación realizada por el electorado de una nación, de una
región o de una localidad sobre alguna cuestión específica. Durante la época
moderna, los plebiscitos se han realizado para conocer los deseos de los
habitantes de un país o una zona al determinar su soberanía, convirtiéndose en un
importante medio político de autodeterminación para algunos pueblos o naciones.
Referéndum: Práctica de someter un asunto al voto popular. La propuesta o la
cuestión misma puede recibir el nombre de referéndum. En el gobierno, el
referéndum por petición parte de los electores y posibilita que una ley propuesta
sea sometida al voto popular antes de que entre en vigor, por regla general se
exige que un porcentaje determinado de los votantes firme la solicitud que permita
un referéndum. El referéndum como opción se origina cuando un organismo
legislativo desea pedir a una mayoría específica del electorado que acepte una
medida antes que se haga oficial.
Revocación Popular de Mandato: La falta de espíritu de servicio público tanto de
los representantes y servidores públicos, los convierte en sujetos de impunidad. La
indefensión del pueblo en la vigilancia del funcionamiento de la administración
pública, permite alcanzar un alto grado de democracia directa. El pueblo a través
del voto otorga mandato a los representantes políticos, por lo tanto, debe ser el
pueblo quien retire ese mandato cuando aquellos han perdido credibilidad.
La democracia semidirecta es el sistema que representa el mayor grado de
desarrollo político que hasta ahora ha alcanzado los Estados contemporáneos. La
democracia semidirecta solamente puede darse cuando en un Estado operan con
eficacia las instituciones de la democracia representativa.
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Así mismo podemos definir la democracia semidirecta como el sistema en el cual,
a partir de la existencia de las instituciones de la democracia representativa, los
ciudadanos disponen de vías que les permiten participar directamente en el
proceso de producción de normas generales (constitucionales y legislativas).
Democracia participativa.
Es el sistema de gobierno caracterizado por la participación de los ciudadanos en
el gobierno. Los ciudadanos deben tener una participación informada y activa en el
sistema de gobierno. La participación debe ser permanente, comienza en la fase
de planificación de un nuevo programa o proyecto y continúa después de la
ejecución, a fin de asegurar la efectividad del proyecto o programa.
Se entiende por democracia, como hemos visto, el conjunto de procedimientos
mediante los cuales un grupo de personas elige a quienes lo van a gobernar. Un
grupo de personas al participar con su opinión y su acción decide quien tomara la
decisiones colectivas.
Hay quienes abogan por una democracia menos técnica y más participativa. Por
más participación y menos mecanismos jurídicos. Habría que convencer a más de
cien millones de mexicanos, muchos de ellos profundamente apáticos en lo que a
la vida pública se refiere para que participen en la construcción de su país.
Cuando nos referimos a democracia participativa aludimos a que existe una
creciente parte de la ciudadanía que se involucra, de manera constante, en
asuntos locales e incluso en los nacionales que le son de interés: calidad en la
enseñanza, deterioro ambiental, entre otros muchos. Esos ciudadanos presionan a
las autoridades para actuar, cada día: no solo les dan a les quitan su voto en
tiempos electorales.
La democracia participativa debe tener como finalidad el aumento de las opciones
para que las personas puedan mejorar su vida. La democracia participativa debe
ser vibrante donde la política puede ser uno de los ejercicios más apasionantes a
los que los ciudadanos tengan acceso.
27
La participación democrática sirve para indicar a los dirigentes el camino, aunque
muchas veces el sendero es tortuoso y largo. Es decir, hasta qué punto se esta
por evolucionar como sociedad hacia una etapa de desarrollo mas avanzada,
donde la democracia, la participación, el compromiso de los sujetos convertidos en
actores sociales con su entorno, su comunidad puede ser la salida a los
añejosproblemas de autoritarismo e intolerancia que durante tanto tiempo se han
mantenido en nuestro países.
Los movimientos sociales funcionan como los vinculados en donde la participación
ciudadana posibilita la evolución social, construida mediante el dialogo, el
consenso, derivado de la razón, y la búsqueda de la justicia y en la persecución de
los intereses sociales.
La conquista de espacios de participación social, la presencia constante de
movimientos de resistencia civil, la demanda de dialogo entre los distintos grupos
sociales es la vía por la que se construye una verdadero sistema democrático la
tan celebrada ciudadanización de la política constituye un camino alterno en
nuestro viaje hacia la verdadera democracia. Pero este proceso de
ciudadanización, requiere de sujetos que estén dispuestos a luchar por encima de
todo por la justicia y la libertad de la comunidad.
Pensando en la democracia participativa como la forma de organización política y
vial, es necesario en entonces recapitular las ideas en torno a los requerimientos
de los nuevos actores sociales.
Es necesario mantener una actitud abierta al dialogo y al entendimiento con los
demás miembros de la sociedad, esto supone una disposición al reconocimiento
de los otros, y a la búsqueda del consenso. Esto implica que el dialogo debe
llevarse acabo, sin que se interpongan elementos de distancia de poder entre los
participantes, es decir, donde la imposición no tenga lugar, pero además,
buscando siempre, por encima de todo, la justicia y se respete la libertad de los
demás.
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Democracia social.
En el contexto de las ideas en que se sitúa la democracia social, los derechos
sociales son exigencias, le imponen al Estado una obligación “de hacer”, es decir,
de intervenir en la vida económica en representación de los intereses de la
colectividad y fomentar condiciones de vida que hagan posible que los derechos
del hombre puedan tener la efectividad y positividad que les corresponde.
La democracia social, se mueve en el marco de los gobiernos constitucionales y
respeta los derechos individuales y tienen la concepción de que la democracia es
el camino más corto seguro y menos costoso para llegar al socialismo, lo mismo
que es el mejor instrumento para el desarrollo de los prerrequisitos políticos y
sociales para el socialismo.
Aseguran los propugnadores de la democracia social que el fin de esta es la
libertad humana porque intenta armonizar la libertad política con la igualdad social
y económica. La igualdad política tiende a completarse con la igualdad social y
económica, en un vasto proceso en el que la democracia opera en el plano moral
y material antes que en el formal. Es decir, pasa a gravitar como régimen político,
como concepción de la vida y del orden social y accesoriamente como forma de
gobierno, como técnica gubernamental.
Los derechos políticos se completan con los derechos sociales, con la seguridad
social.
La propiedad privada es objeto de limitaciones haciéndola compatible con el
bienestar social.
Según Andrés Serra Rojas42 la libre empresa, la libre iniciativa, el espíritu de
lucro, la acción personal del hombre conquistando su propio albedrío, el olvido de
los sufrimientos sociales, las grandes carencias colectivas, es un cuadro que aun
está vivo que pronto debe transformarse para subordinarse a una democracia
social. En la medida que este desarrollo se perturbe o se retrase, mayores serán
los sufrimientos sociales. Para entonces la
29
democracia será responsabilidad, seguridad social, control de fortunas, limite de
voracidad, clara vocación a la libertad social.
La auténtica democracia, la que exalta la libertad y la igualdad, la que se propone
atenuar las necesidades sociales, la que pretende el desarrollo de la personalidad
el hombre, la que no tiene otra justificación del poder que la participación del
pueblo, continua su lucha para mejorar sus técnicas, depurar sus ideales, precisar
y defender los derechos sociales, los intereses colectivos y subordinar siempre al
interés social a cualquier otro interés egoísta.
La democracia social pugna por una sociedad socialista pero en el marco del
pluralismo y del respeto a los derechos humanos, procurando establecer una
democracia avanzada, con un vasto sector público, un amplio sector privado y una
sector social de cooperativas, de unidades colectivas de producción y de
empresas auto administradas.
La experiencia nos muestra que esta característica es en la actualidad la unión
solución para la democracia.
Dice Sartori43 que la democracia social tiende a “democratizar a la sociedad, al
contenido de justicia o equidad socioeconómica de las normas emanadas por el
estado”.
Más democracia es, entonces, una política distributiva y de redistributiva que se
despliega en toda la gama de intervención de arriba y que van de lo social al
socialismo.
La democracia moderna nace con un vicio de origen al convertirse en un sistema
protector de los intereses, egoísmos y pasiones humanas, pero la fuerza de la
idea democrática ha permitido el revisar constantemente los vicios que la
envuelven y anteponerlos a la situación de los problemas sociales básicos. El
Estado democrático moderno se apoya en los principios del Estado liberal. Pero
ese le sustituye por la democracia social que es un concepto elevado y noble
porque es un régimen que no excluye a nadie que
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entrega a una sociedad la responsabilidad de su propio destino y sabe reconocer
los valores de los demás grupos humanos.
La democracia liberal es una forma de gobierno que consiste en una democracia
representativa donde la capacidad de los representantes electos para la toma de
decisiones políticas se encuentra sujeta al Estado de derecho y normalmente
moderada por una Constitución que regula la protección de los derechos y
libertades individuales y colectivas, estableciendo restricciones tanto a los líderes
como a la ejecución de la voluntad de una determinada mayoría.
Los derechos y libertades garantizados por las constituciones de las democracias
liberales son variados, pero normalmente incluyen gran parte de los siguientes
derechos: a un debido proceso, a la intimidad, a la propiedad privada y a la
igualdad ante la ley, así como las libertades de expresión, asociación y culto. En
las democracias liberales esos derechos (a veces conocidos como "derechos
fundamentales") suelen estar regulados bien constitucionalmente o bien mediante
ley. Además generalmente existen instituciones civiles con la capacidad de
administrar o reforzar dichos derechos.
Las democracias liberales se suelen caracterizar por la tolerancia y el pluralismo;
las ideas sociales y políticas diferenciadas, incluso las más extremas, pueden
coexistir y competir por el poder político siempre sobre una base democrática. Las
democracias liberales celebran periódicamente elecciones donde los distintos
grupos políticos tienen la oportunidad de alcanzar el poder. En la práctica, estas
elecciones las ganan los grupos que defienden la democracia liberal, de modo que
el sistema se perpetúa a sí mismo.
El término "liberal" dentro de la expresión "democracia liberal" no implica que el
gobierno de una democracia de este tipo deba seguir estrictamente la ideología
política del liberalismo, si bien el concepto puro de "democracia liberal" nace de la
corriente del liberalismo político.
Las democracias liberales actuales suelen basarse en el sufragio universal,
concediendo a todos los ciudadanos adultos el derecho al voto sin tener en cuenta
31
su etnia, sexo o riqueza. Sin embargo, y en especial históricamente, algunos
países considerados democracias liberales han tenido un sufragio limitado. En
algunos lugares es necesario registrarse para poder votar. Las decisiones
tomadas mediante procesos electorales no son tomadas por todos los ciudadanos,
sino sólo por aquellos que se han decidido a votar.
Las elecciones deberían ser libres y justas y el proceso político, competitivo. El
pluralismo político se suele definir como la presencia de varios partidos políticos.
Toda Constitución democrática liberal define el carácter democrático del Estado.
El objetivo de una Constitución es frecuentemente el de fijar límites en la autoridad
del gobierno. La tradición política americana enfatiza la separación de poderes, la
judicatura independiente y un sistema de observación y control entre los distintos
poderes. Muchas de las democracias europeas se centran más en la importancia
de constituirse en un Estado de Derecho. La autoridad gubernamental es ejercida
de forma legítima solamente en armonía con las leyes escritas y promulgadas de
acuerdo con los procedimientos establecidos. Muchas democracias utilizan el
federalismo (también conocido como separación vertical de poderes) o versiones
endulzadas como el Estado de las Autonomías español para prevenir posibles
abusos e incrementar la participación ciudadana repartiendo el poder entre los
gobiernos municipales, regionales (provinciales o estadales) y nacionales.
Derechos y libertades.
Los criterios más frecuentes para distinguir las democracias liberales toman la
forma de derechos y libertades específicos. Los más claros ejemplos son:
Derecho a la vida y a la integridad de la persona, Libertad contra la esclavitud,
Libertad de movimiento por el país, Igualdad ante la ley y derecho al debido
proceso bajo el Estado de Derecho, Libertad de expresión, Libertadde prensa y
acceso a fuentes alternativas de información, Libertad de reunión y asociación,
Libertad de enseñanza, Libertad de culto, Independencia judicial, Derecho a la
propiedad privada y a la compraventa, uno de los puntos más controvertidos.
32
En la práctica, las libertades democráticas están limitadas. Hay limitaciones
legales como el copyright o las leyes contra la difamación. Hay también
limitaciones a los discursos antidemocráticos, contra los derechos humanos o
aquellos que hacen apología del terrorismo. En los Estados Unidos, durante la
Guerra Fría, restricciones de este tipo fueron aplicadas a los simpatizantes del
comunismo. Actualmente esto se aplica a las organizaciones que promueven el
terrorismo o la incitación al odio racial o religioso. Ejemplos de ello son las leyes
antiterroristas, la ilegalización de ciertos partidos políticos o la clausura de las
emisiones por satélite de Hezbolá. Los críticos claman en contra de estas
limitaciones pues opinan que pueden ir demasiado lejos y provocar que los
procesos judiciales dejen de ser justos y correctos.
La justificación común para estos límites es que es necesario garantizar la
existencia de la democracia, o la existencia de las libertades por sí mismas. Por
ejemplo, el permitir la libertad de expresión para los defensores del genocidio mina
el derecho a la vida y la seguridad. Existe división de opiniones en relación a hasta
cuanto se puede extender la democracia, en incluir en ella a sus enemigos. Si los
grupos que se excluyen por estas razones representan una parte relativamente
pequeña de la población, ese país puede seguir siendo considerado una
democracia liberal. Algunos argumentan que esto no difiere mucho de los
regímenes personales en que se persigue a la oposición, si bien estas
restricciones no son tan severas y afectan a un número reducido de personas.
Otros remarcan que las democracias son diferentes. Al menos en teoría, también
los opositores a la democracia tienen derecho al debido proceso. En principio, las
democracias permiten críticas y cambios en los líderes de la política y la
economía; lo que está prohibido es realizarlos de forma violenta o promover
alcanzarlos de ese modo.
Precondiciones.
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Aunque no son partes del gobierno como tales, la presencia de una clase media y
de una tolerante y floreciente sociedad civil suelen ser vistas como precondiciones
para la democracia liberal.
En países sin una fuerte tradición democrática, la simple introducción de las
elecciones libres raramente ha bastado para alcanzar la transición de la dictadura
a la democracia; es necesario un cambio mucho mayor en la cultura política así
como la formación gradual de las instituciones democráticas. Hay varios ejemplos,
como en América Latina, de países que sólo pudieron mantener la democracia de
forma temporal o limitada hasta que sucedieron cambios culturales mayores que
permitieron aplicar la voluntad de la mayoría.
Uno de los aspectos clave de la cultura democrática es el concepto de "oposición
leal". Éste es un cambio cultural especialmente complicado de alcanzar en
naciones donde las transiciones de poder se han hecho históricamente mediante
la violencia. La expresión viene a significar que todas las partes comparten unos
mismos valores democráticos, de manera que un grupo político puede no estar de
acuerdo con otro, pero debe siempre tolerar sus ideas y nunca intentar imponerlas
por la fuerza. Las reglas de juego de la sociedad deben animar a la tolerancia y
civismo en los debates públicos. En una sociedad así, los perdedores aceptan la
decisión de los votantes una vez finalizadas las elecciones, y permiten una
transferencia pacífica de poder. Los perdedores están seguros de que no perderán
ni su vida ni su libertad, y que podrán continuar participando en la vida pública. No
son leales a la política específica del gobierno, pero sí lo son a la legitimidad
fundamental del estado y al proceso democrático.
Los orígenes de la democracia liberal.
La democracia liberal toma sus orígenes (y su nombre) de la época de la
Ilustración europea. En aquel momento casi todos los estados de Europa eran
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monarquías, con el poder político ostentado por el rey o por la aristocracia. La
posibilidad de la democracia no había sido considerada de forma seria por la
teoría política desde la época grecorromana, y la creencia inherente a ella era la
de la inestabilidad y el caos debido a los caprichos de la gente. Más adelante llegó
a creerse que la democracia era algo antinatural, pues los humanos eran vistos
como malvados por naturaleza, violentos y necesitados de un líder fuerte que
reprimiera sus impulsos destructivos. Muchos de los reyes europeos mantenían
que su poder había sido inspirado por Dios, y que cuestionarlo era prácticamente
una blasfemia.
Estas ideas convencionales fueron desafiadas en un primer momento por un
pequeño grupo de intelectuales ilustrados, quienes creían que los problemas
humanos deberían ser guiados por la razón y los principios de libertad e igualdad.
Argumentaban que todos los hombres habían sido creados iguales y por tanto la
autoridad política no podía justificarse basándose en la "sangre azul", una
supuesta conexión privilegiada con Dios, o cualquier otra característica que fuese
alegada para hacer a una persona superior a otras. Finalmente pensaban que el
gobierno estaba para servir al pueblo y no al revés, y que las leyes habían de ser
aplicadas tanto a quienes gobiernan como a los gobernados (Estado de Derecho).
A finales del Siglo XVIII, estas ideas inspiraron la Guerra de la Independencia de
los Estados Unidos y la Revolución francesa, que dieron a luz a la ideología del
liberalismo e instituyeron formas de gobierno que intentaron llevar a la práctica los
principios de los filósofos ilustrados. Ninguna de estas formas de gobierno era
precisamente la que hoy llamamos democracia liberal (la diferencia más
significativa es que el derecho a voto estaba restringido a una minoría de la
población) pero eran una especie de prototipos de la democracia liberal actual.
Desde que los simpatizantes de estas formas de gobierno fuesen conocidos como
liberales, los propios gobiernos comenzaron a ser llamados "democracias
liberales".
Cuando fueron fundadas las primeras democracias liberales, sus simpatizantes
eran vistos como un grupo extremista y peligroso que amenazaba la paz y
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estabilidad internacional. Los absolutistas que se oponían al liberalismo y a la
democracia se consideraban los defensores de los valores tradicionales y del
orden natural de las cosas, y su crítica a la democracia parecía justificada cuando
Napoleón Bonaparte tomó el control de la joven Primera República Francesa,
reorganizada como el Primer Imperio Francés y comenzó su proceso de conquista
de Europa. Napoleón fue finalmente derrocado y se formó la Santa Alianza como
medio de prevención de cualquier intento posterior de instaurar el liberalismo o la
democracia en Europa. Sin embargo, los ideales liberales democráticos pronto se
extenderían entre la población, y hacia el Siglo XIX la monarquía tradicional entró
en un estado de defensa continuada. Las reformas y revoluciones ayudaron a que
la mayoría de los países europeos se acercasen a la democracia liberal. El
liberalismo dejó de ser una opción extrema y pasó a ser la corriente dominante en
política. Al mismo tiempo, aparecieron ciertas ideologías no liberales que tomaron
el concepto de democracia liberal y lo reformaron a su manera. El espectro político
cambió: la monarquía tradicional se fue convirtiendo en una idea extremista
mientras la democracia liberal fue calando en la gente hasta ocupar la posición
dominante en la política. A finales del Siglo XIX, la democracia liberal ya no era
solamente una idea "liberal", sino que era apoyada por diferentes ideologías. Tras
la Primera Guerra Mundial y especialmente después de la Segunda, la democracia
liberal alcanzó una posición dominante entre las teorías de gobierno y hoy en día
es apoyada por la inmensa mayoría del espectro político.
Las democracias liberales en el mundo.
Varias organizaciones y estudiosos políticos mantienen listas de países libres y no
libres, tanto actualmente como hace un par de siglos. De ellas, la más conocida es
la "Polity Data Set" de FreedomHouse.
Existe la idea general de que los países de la Unión Europea, Japón, los Estados
Unidos, Canadá, la India, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda son democracias
liberales.
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FreedomHouse considera que muchos de los gobiernos que se definen como
democráticos en África y la antigua Unión Soviética en la práctica no lo son, sobre
todo porque el poder establecido suele tener fuertes influencias en los resultados
electorales. Autores como FareedZakaria utilizan el término "democracias
iliberales" para referirse a estos fenómenos.
Las formas oficiales de gobiernos no democráticos, como los sistemas de partido
único o las dictaduras, son más comunes en el Sudeste asiático, Oriente Medio o
el norte de África.
Tipos de democracias liberales.
Monarquías parlamentarias.
La democracia liberal es a veces el sistema de gobierno de facto aunque a veces
se organice como monarquía parlamentaria. Tanto en las repúblicas democráticas
como en las monarquías parlamentarias el soberano es el mismo sujeto: el pueblo,
y es esto lo que permite caracterizar a ambas como democracias. Sin embargo, se
diferencian en que la jefatura del Estado está ocupada en el caso de estas últimas
por un monarca hereditario.: por ejemplo, con sus diferencias las monarquías de
España o el Reino Unido.
Muchos discrepan de cualquier forma de privilegio hereditario, incluida la
monarquía.
Los monárquicos afirman que la monarquía en esos países no es más que algo
ceremonial más que político.
Representación proporcional y plural.
El sistema de escrutinio uninominal mayoritario asigna puestos según las
mayorías dentro de una circunscripción. El partido político o candidato que recibe
más votos gana el puesto por esa circunscripción. Hay otros sistemas
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democráticos, como las distintas formas de representación proporcional, que
asignan puestos según la proporción de votos individuales que un partido recibe
en todo el país o en una determinada región.
Uno de los puntos principales de conexión entre ambos sistemas es la existencia
de representantes efectivos para cada región pero partiendo de la base de que el
voto valga lo mismo independientemente de su región de procedencia.
Algunos países como Alemania y Nueva Zelanda resuelven el conflicto entre
ambas formas de representación teniendo dos tipos de escaños en las cámaras
bajas de sus parlamentos federales. Los escaños del primer tipo son asignados
según la población de las regiones, y los restantes son asignados de acuerdo a la
proporción de los votos obtenidos por los partidos en el país. Este sistema es
conocido como representación proporcional mixta.
Sistemas presidencialistas y parlamentarios.
Un sistema presidencialista es una forma de gobierno de una república donde el
poder ejecutivo es elegido separadamente del legislativo. Un sistema
parlamentario se distingue por que el poder ejecutivo depende de manera directa
o indirecta del Parlamento, dependencia expresada por las mociones de confianza
y de censura.
El sistema presidencialista democrático se ha hecho popular en América Latina,
África y algunos lugares de la Unión Soviética, siendo el ejemplo más claro el de
los Estados Unidos. Las monarquías constitucionales (controladas por
parlamentos electos) son populares en algunos países europeos (Reino Unido,
España, etc.) y en algunas antiguas colonias separadas de forma pacífica, como
Australia y Canadá. Antiguos territorios británicos como Sudáfrica, India, Irlanda o
los Estados Unidos optaron por otras formas de gobierno tras su independencia.
El sistema parlamentario es popular en la Unión Europea y los países vecinos.
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Conclusión
Al a ver realizado esta síntesis nos hemos enriquecido de gr andes conocimientos
ya que ignorábamos algunos temas que tratamos, gracias a este trabajo pudimos
comprender lo que ignorábamos anteriormente, entendimos a lo que hacían
referencia y de lo que trataban diferentes factores de poder , además miramos
temas que constantemente tratamos o escuchamos mencionar en nuestra vida
cotidiana como lo son : democracias, parlamentarios, sistemas políticos entre
otros por mencionar algunos.
Con todo esto hemos concluido que todos los temas tratados en esta síntesis son
indispensables para el funcionamiento de un país y de su gobierno.
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